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Misa Alemana y Orden del Culto1

Martín Lutero

1526

Antes que nada, quiero solicitar de forma amable, también por el amor de Dios,
a todos los que llegaran a ver nuestro orden de culto, o desean suscribirlo que, de
ningún modo, lo hagan una ley rígida, ni comprometan o enreden la conciencia de
nadie, sino que utilícenlo dentro de la libertad cristiana según su agrado, como, donde,
cuando y por el tiempo que sea práctico y útil. También no estamos publicando el
presente orden con la intención de enseñar o gobernar a alguien con leyes en estas
cosas, sino por la demanda de misas y cultos en alemán, habiendo una gran queja y
descontento sobre las diversas formas de las nuevas misas: que cada cual está haciendo
su propio orden de culto, algunos con buena intención, otros también, por petulancia
queriendo lanzar alguna novedad para proyectarse ante los hombres como grandes
entendidos. Es eso, además, que ocurre constantemente con la libertad cristiana: pocos
hacen uso de ella para la gloria de Dios y provecho del prójimo, sino que la mayoría la
utiliza para su propia ventaja y placer. Pero mientras el uso de esa libertad esté ligada a
la conciencia de cada uno y ninguno puede impedirlo ni prohibirlo, sin embargo, se
debe observar que la libertad es y debe ser sierva del amor y del prójimo.
Donde las personas están perplejas y ofendidas por estas diferencias del uso
litúrgico, sin embargo, nos limitamos a proceder según nuestra libertad y buscar
ciertamente, si es posible, mejorar en lugar de ofenderlos por lo que nosotros hacemos o
deshacemos. Viendo entonces, que este es un orden externo, y mientras no afecte la
conciencia ante Dios, todavía puede servir al prójimo, por lo que debemos buscar ser
una mente en amor cristiano, como San Pablo enseña [Ro. 15:5-6; 1 Co. 1:10; Fil. 2:2].
Hasta donde posible debemos observar los mismos ritos y ceremonias, así como todos
los cristianos tienen el mismo bautismo y el mismo sacramento [del altar], no habiendo
nadie recibido de parte de Dios algo de especial.
Entre tanto, con el presente no estoy queriendo que aquellos que ya tienen su
buen orden o pueden hacerlo mejor por la gracia de Dios, lo abandonen para sujetarse a
nosotros. Pues no es mi intención que toda Alemania también adopte nuestro orden de
Wittenberg. Pues hasta ahora las fundaciones, conventos y parroquias tampoco fueron
uniformes en todos los puntos. Pero sería recomendable que en cada región el culto
fuese celebrado de modo uniforme, y que las poblaciones y aldeas circunvecinas
procediesen de la misma forma como la ciudad más cercana; el tema si las otras
regiones también debieran observar el mismo orden o agregar algo particular debe
quedar libre exento de represión. Pues, resumiendo, no estamos estableciendo este orden
para aquellos que ya son cristianos, pues estos no precisan de estas cosas; y nosotros no
vivimos por causa de ellas, sino que ellas viven por causa de nosotros, que todavía no
somos cristianos, a fin de que nos hagamos cristianos; ellos tienen su culto en el
espíritu. Pero es preciso tener semejante orden por causa de aquellos que todavía deben
hacerse cristianos o ser fortalecidos. Pues el cristiano no precisa del Bautismo, de la

1
Luther, M. (1999, c1965). Vol. 53: Luther's works, vol. 53 : Liturgy and Hymns (J. J. Pelikan, H. C.
Oswald & H. T. Lehmann, Ed.). Luther's Works (Vol. 53, Page 51-91). Philadelphia: Fortress Press.
(Traducción de Sergio Fritzler)
Palabra y del Sacramento en la calidad de cristiano, una vez que ya posee todo, y sí en
la calidad de pecador. Esto, entonces, está siendo hecho principalmente por causa de la
gente simple y de la juventud que deben ser entrenados y educados diariamente en la
Escritura y la palabra de Dios, a fin de familiarizarse con la Biblia, estar firmes, bien
instruidos, y expertos en ella, para que sepan defender su fe y a su debido tiempo
enseñar a otros y aumentar el reino de Cristo. Por esta causa de estas personas, es
preciso leer, cantar, predicar, escribir, y componer [versos]. Y si esto ayudara a lo largo
del tema, yo tendría todas las campanas repicando, y todos los órganos tocando, y
tendría todo lo que toque que pueda hacer un sonido. Pues es por eso que los cultos
papistas son tan condenables: se transformaron en leyes, obras y méritos, suprimiendo a
la fe, y no los aprovecharon para instruir a la juventud y a la gente simple, para
ejercitarlos en la Escritura y la Palabra de Dios. Ellos mismos quedaron engrudados en
los ritos y los consideran en sí mismos útiles y necesarios para la salvación; esto es del
diablo. No fue para ese fin que los antiguos los condenaran ni instituyeran.
Ahora nos encontramos con tres clases de cultos o misas. El primero (culto), es
en latín, el cual hemos tratado anteriormente bajo el título Formula Missae. No es mi
intención ahora abrogar o cambiar este servicio. No debe ser afectada la forma en la
cual hemos seguido hasta el momento; debemos continuar usándolo cuando o donde nos
plazca o sea útil hacerlo de esta manera. De ninguna manera me parece sabio
discontinuar el servicio en el idioma latín, porque el joven es mi preocupación principal.
Y si me fuera posible, y el griego y el hebreo nos sean tan familiares como el latín, y
tuviéramos en estas lenguas tantas melodías finas y canciones, nosotros sostendríamos
la misa, cantaríamos, y leeríamos los domingos sucesivos en todos los cuatro idiomas:
alemán, latín, griego, y hebreo. Yo no estoy de acuerdo con aquéllos que se aferran a un
idioma y desprecian los demás. Más bien yo quisiera que los jóvenes se entrenaran,
como también la gente común, para que pudieran servir a Cristo en las tierras
extranjeras y poder conversar con los nativos de allí, quiero decir que se entrenarán en
otras lenguas, a menos que queramos ser como los Valdenses en Bohemia, quienes
habían capturado tanto su fe en su propio idioma que ellos, simplemente y claramente,
no pueden hablar a nadie, a menos que esta persona primero aprendiera el lenguaje
Bohemio. El Espíritu Santo no actuó así en el principio de la Iglesia. Él no esperó que
todo el mundo fuera a Jerusalén y estudiara hebreo, sino que dio y derramó muchas
lenguas para el oficio del ministerio, para que los apóstoles pudieran predicar
dondequiera que ellos podrían ir. Prefiero seguir este ejemplo. También es razonable
que el joven debe entrenarse en muchos idiomas; pues ¿Quién sabe cómo Dios puede
usarlos en tiempos que vendrán? Para este propósito nuestras escuelas se fundaron.
El segundo (culto) es la Misa Alemana y Orden de Culto, el cual debe ser
establecido por causa de la gente indocta en el idioma latín, los campesinos y los legos
en general, que nos preocupan mucho. Estos dos órdenes de servicio deben usarse
públicamente en las iglesias, para todas las personas entre las cuales habrá muchos que
no creen y que aún no son cristianos. La mayoría de ellos permanecen de pie por allí y
acechan esperando ver algo nuevo, así como si nosotros estuviéramos sosteniendo un
servicio como los turcos o los paganos en un lugar público o afuera en el campo. Esto
no es todavía una congregación organizada y bien ordenada, en la que los cristianos
puedan gobernarse según el evangelio; por otro lado, el evangelio debe predicarse
públicamente [a tales personas] para moverlos a creer y volverse cristianos.
El tercer tipo de servicio debe ser un orden verdaderamente evangélico y no
debe sostenerse en lugares públicos para todas las clases de personas. Sino que aquellos
que realmente quieran ser cristianos con toda honestidad y profesar el evangelio, tanto
con el corazón como con la boca, podrían de esta manera hacer público sus nombres y
encontrarse a solos o juntos, en una casa o en cualquier parte para orar, leer, bautizar,
recibir el sacramento (Eucaristía) y hacer las obras del cristiano. De acuerdo a este
orden, aquellos que no viven vidas cristianas, serían reconocidos, reprobados,
corregidos, puestos aparte o excomulgados, de acuerdo a la regla de Cristo en Mateo
18:15-17. En este tipo de lugares, uno también podría solicitar recibir ofrendas de
beneficencia, para luego voluntariamente darlas y distribuirlas a los pobres de acuerdo
al ejemplo de Pablo en 2 Corintios 9. En estos lugares no necesitaríamos muchos y
elaborados cantos. Aquí uno podría tener un orden de culto breve y sencillo para los
bautismos y sacramentos (Eucaristía) centrados especialmente cada uno de sus
elementos en la Palabra, la Oración y el Amor. Aquí uno podría necesitar un buen
catecismo breve (Queriendo significar en el contexto no a un libro sino a una
catequización o evangelización) sobre el Credo, los 10 Mandamientos y el
Padrenuestro. En suma, si uno tuviera la clase de gente y personas que quisieran
practicar esta clase de cristianismo tan honesto, realmente podría tener las reglas y
regulaciones prontas. Pero, como por el momento, no veo donde encontrar una
congregación o asamblea como esta, no hago las reglas para ella. Pues no veo la clase
de gente o personas para hacerlo, tampoco veo a muchos que lo quieran hacer, a mi
alrededor; pero si a mí se me pidiera hacerla y yo no encontrara argumentos buenos
como para rehusarme, seguramente con todo gusto daría lo mejor de mí y lo ayudaría
para que esto tuviera lugar. De todas maneras, los otros dos órdenes ya mencionados (El
Latín y el Alemán), bastan por ahora, y para entrenar a los jóvenes y llamar a otros a la
fe, yo a través de la predicación promuevo que estos servicios públicos se practiquen
entre la gente hasta que los cristianos crezcan y con honestidad amen de corazón la
Palabra y puedan abrazarse y gozarse unos con otros. Puesto que si yo ahora quisiera
hacer este tipo de congregación por mi propia necesidad, la tengo, seguramente estaría
haciendo una secta. Porque nosotros los alemanes somos personas rudas, rústicas y
orgullosas, para los cuales es muy difícil hacer cualquier cosa, excepto en casos de
extrema necesidad.
¡Vamos allá, pues, en nombre de Dios! Para comenzar, el culto alemán precisa
de un buen catecismo, simple, modesto y accesible. Catecismo quiere decir una
instrucción con que se enseñan y orientan los paganos que quieren hacerse cristianos en
lo tocante de lo que deben creer, saber, hacer y dejar de hacer en el cristianismo. Por
eso, se designaban de catecúmenos o aprendices que eran aceptados para tal instrucción
y que aprendían la fe antes de ser bautizados. No conozco instrucción u orientación
mejor y más simple que aquella que fue establecida desde el inicio de la cristiandad y
que hasta ahora así permaneció, cual sea, los tres puntos: los diez mandamientos, el
credo y el padrenuestro. En estos tres puntos consta, de forma simple y breve, casi todo
lo que un cristiano precisa saber. En cuanto todavía no tenemos una comunidad
especial, esta instrucción precisa ser predicada del púlpito en ocasiones determinadas o
diariamente, conforme a la necesidad, y debe ser recitada o leída en casa, a la noche y
por la mañana, para los niños y los criados, si quisiéramos hacer de ellos cristianos. No
basta que adornen y reciten las palabras como fue la práctica hasta ahora, sino que es
necesario que sean cuestionados punto por punto y que respondan lo que cada uno
significa y cómo lo entienden. Si no fuera posible preguntar todo de una vez, tómese un
punto y mañana otro. Pues, si los padres o tutores de la juventud no quisieran darse el
trabajo con ella, ni incumbir a otros, jamás habrá catequesis alguna. A no ser que
crezcan en una comunidad especial, conforme he mencionado.
Por lo tanto, se debe preguntar de la siguiente manera: “¿qué oras?” Respuesta:
“El padrenuestro”. “¿Qué significa cuando dices: ‘Padre nuestro que estás en los
cielos’? Respuesta: “Que Dios no es un padre terreno, sino celeste, que nos quiere hacer
ricos y bienaventurados en el cielo”. “¿Qué quieres decir entonces con ‘Santificado sea
tu nombre’?” Respuesta: “Que debemos honrar su nombre y cuidar para que no sea
profanado”. “¿Cómo es profanado y deshonrado?” Respuesta: “Cuando nosotros, que
debemos ser sus hijos, llevamos una vida mala; cuando enseñamos y creemos que todo
está errado”. Y así por delante: qué quiere decir Reino de Dios, cómo viene, qué
significa la voluntad de Dios, el pan nuestro de cada día, etc. De la misma forma en el
Credo: “¿Qué crees?” Respuesta: “Creo en Dios Padre”, del comienzo al fin. Después,
punto por punto, según el tiempo disponible, uno o dos cada vez. O sea: “¿Qué quiere
decir creer en Dios Padre Todopoderoso?” Respuesta: Quiere decir que el corazón
confía en él solamente y de él espera con toda la certeza toda gracia, favor, auxilio y
consuelo ahora y eternamente”. “¿Qué quiere decir creen en Jesucristo, su Hijo?”
Respuesta: “Esto quiere decir: el corazón cree que estaríamos todos perdidos
eternamente, si Cristo no hubiese muerto por nosotros”, etc. De la misma forma también
se debe indagar en los Diez Mandamientos: qué significa el primero, el segundo, el
tercero y otros mandamientos. Se puede tomar esas preguntas de nuestro Librito de
Oraciones, donde estos tres puntos están explicados en forma abreviada, o procede de
modo diferente, en formulación propia, hasta que se tenga guardado en el corazón toda
la síntesis de la verdad cristiana en dos artículos, como en dos bolsillos, cuales sean, fe
y amor. El bolsillo de la fe debe tener dos bolsillitos; en uno de ellos colóquese el
siguiente artículo: creemos que por el pecado de Adán estamos todos corrompidos,
somos pecadores y estamos condenados, Ro 5[.12]; Sal 51.5. En otro [bolsillito],
colóquese el artículo de que todos somos redimidos por medio de Jesucristo de esa
naturaleza corrupta, pecaminosa y condenada, Ro 5[.18s.]; Jn. 3[.16ss.]. El bolsillo del
amor también debe tener dos bolsillitos. En uno de ellos póngase el artículo de que
debemos servir y hacer el bien a todo, como lo hizo Cristo, Ro. 13[.8-10]. En otro,
encuéntrese el artículo de que debemos tolerar y sufrir de buen agrado toda especie de
mal.
Cuando un niño comienza a entender esas cosas, se debe habituarlo a llevar para
la casa palabras de la Escritura de las predicaciones y recitarlas a los padres durante las
comidas a la mesa, así como otrora se acostumbraba recitar el latín, para entonces meter
los dichos en los bolsillo y bolsillitos como se meten centavos, viténs o florines en los
bolsos. El bolsillo de la fe sea la billetera de los florines; en el primer bolsillito
colóquese el versículo Ro 5[.12]: “como el pecado entró en el mundo por un hombre y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron”; y el Sal 51.5 “En maldad he sido formado y en pecado me concibió mi
madre”. Esto son dos florines renanos en el bolsillo. En otro bolsillo van los florines
húngaros, como la siguiente palabra de Ro 4.25: “el cual fue entregado por nuestras
transgresiones, y resucitado para nuestra justificación”; idem Jn 1.29: “¡Este es el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”. Eso sería dos buenos florines
húngaros en el bolsillo. El bolsillo del amor sea el bolsillo para la plata. En el primer
bolsillito, colóquese los pasajes sobre hacer el bien, como Gá 5.13 “Servíos unos a los
otros en el amor”; Mt 25[.40]: “Lo que hiciereis a uno de los más pequeños, a mí me lo
habréis hecho”. Eso serían dos vinténs de plata en el bolsillito. En otra división, entra el
siguiente versículo de Mt 5[.11] “Bienaventurados los que son perseguidos por mi
causa”; Heb 12[.6] “porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe
por hijo”. Eso son dos monedas de plata en el bolsillo. Que ninguno se juzgue por
demás inteligente y desprecie semejante juego. Para educar personas, Cristo tuvo que
hacerse persona. Si queremos educar niños, precisamos hacernos como niños. Quiera
Dios que tal juego venga a ser practicado; en poco tiempo veríamos un gran tesoro de
personas cristianas y que almas fueran tan enriquecidas en la Escritura y en el
conocimiento de Dios que ellas propias irían a hacer más de esos bolsillos como
verdades básicas y en ellos colocarían toda la Escritura; caso contrario, las personas van
diariamente a la predicación y vuelven de la misma forma como fueron. Pues aceptan
que nada importa sino el tiempo de quedarse escuchando. Ninguno piensa en aprender o
guardar algo. De esa forma, mucha gente oye la predicación por tres o cuatro años, y así
mismo no aprende a responder siquiera un artículo de la fe, conforme verifico
diariamente. En los libros está escrito lo suficiente. Sí, ni todo fue grabado en los
corazones.
El Culto

Puesto que la predicación y la enseñanza de la Palabra de Dios son la parte más


importante del servicio divino, nosotros procederemos, para los sermones y las
lecciones, lo que sigue: Durante el día santo o Domingo retenemos la costumbre de la
Epístola y el Evangelio y tenemos tres sermones. A las cinco o seis de la mañana se
cantan algunos salmos para Maitines. Un sermón se lleva a cabo de la Epístola del día,
principalmente en función de los criados, para que también sea atendida y oída la
Palabra de Dios, en el caso de no poder estar presente en otras predicaciones. En
seguida una antífona y el Te Deum Laudamus o el Benedictus alternadamente, con un
Padrenuestro, [oración de] colecta y Benedicamus Domino. Durante la misa de las ocho
o nueve horas, el sermón se basa en el Evangelio del día, conforme a la época del año.
En Vísperas, por la tarde, después del Magníficat, el sermón se basa en un capítulo del
Antiguo Testamento en orden secuencial. Para la Epístola y el Evangelio hemos
retenido la habitual división acorde al Año de la Iglesia, porque no encontramos nada
reprensible en este uso. Sucede que en Wittenberg actualmente hay muchos que deben
aprender a predicar en aquellos lugares en qe esa distribución de las epístolas y de los
evangelios todavía está en vigor y tal vez permanezca. Como de esta forma les podemos
ser útiles yendo al encuentro de ellos sin prejuicio nuestro, dejamos que se proceda de
esa manera; con eso, entre tanto, no queremos criticar a aquellos que siguen los
completos de los evangelistas. De esa forma, creemos que el lico tenga predicación y
doctrina suficiente; pero si quiere desear más, encuentra lo suficiente en otros días.
Los lunes y los martes de mañana, hay una lección en alemán sobre los Diez
Mandamientos, el Credo y el Padrenuestro, sobre el Bautismo y el Sacramento [Cena],
de modo que esos dos días preservan y fortalecen el catecismo en su comprensión
correcta. Miércoles de mañana temprano, nuevamente una lección en alemán; ahí está
previsto todo el evangelista Mateo, de modo que este día debe pertenecer a él, visto que,
con efecto, se trata de excelente evangelista para instruir a la comunidad, describiendo
la excelente predicación de Cristo en la montaña [Mt 5-7] e incentivando
intensivamente a la práctica del amor y de las buenas obras. El evangelista Juan, a su
vez, que enseña tan poderosamente la fe, también tiene su día propio, el sábado a la
tarde, durante las vísperas, de modo que tenemos así dos evangelistas siendo leídos
diariamente. Los jueves y viernes de mañana temprano, tenemos las lecciones
semanales diarias sobre las epístolas de los apóstoles y lo que más hay en el Nuevo
Testamento. Con esto, están programadas lecciones y predicaciones suficientes para
mantener en boga la Palabra de Dios, afuera las lecciones en las escuelas superiores
para los académicos.
Para ejercitar a los niñitos y alumnos en la Biblia procederemos de la siguiente
manera: a lo largo de la semana se cantan diariamente, antes de la lección, algunos
salmos en latín, conforme el hábito vigente en los maitines, pues, como fue dicho,
queremos mantener y ejercitar la Juventud en Latín. Después los salmos, los pequeños
leen entre dos o tres, un después del otro, un capítulo del Nuevo Testamento en latín,
dependiendo de la extensión del mismo. En seguida, otro pequeño lee el mismo capítulo
en alemán, para ejercitarlos y para el caso de que hubiera algún oyente laico presente.
En seguida, pasan con una antífona para la lección en alemán, al que se sigue un Padre
nuestro en voz baja. Después, el párroco o capellán 2 pronuncia una colecta y encierran
con el Benedicamus Domino, como de praxis.
De esta forma, en las vísperas ellos cantan algunos salmos vespertinos, como
fueron cantados hasta ahora, también en latín, con una antífona, después un himno [de
alabanza], en caso que hubiera. En seguida, leen nuevamente, uno tras otro, entre dos o
tres, en latín, un o medio capítulo del Antiguo Testamento, dependiendo de la extensión.
Acto continuo, un pequeño lee el mismo capítulo en alemán. Después, el Magnificat en
latín con una antífona o himno. Se sigue un Padre nuestro en voz baja y la colecta con el
Benedicamus. Este es el culto diario a lo largo de la semana en las ciudades en que haya
escuelas.
Sobre los domingos para los laicos
Aquí nosotros retenemos las vestiduras, altar y velas hasta que ellos se
despierten del uso o a nosotros nos agrade el cambio. Pero nosotros no nos oponemos a
que nadie haga de otra manera. En la verdadera misa, sin embargo, exclusivamente
entre cristianos, el altar no debería permanecer de la forma actual, y el sacerdote debería
estar siempre de cara a la gente, como Cristo, indudablemente lo hizo en la Última
Cena. Pero permito esto, esperando su propio tiempo.
Inicialmente cantamos un himno sacro o un salmo en alemán, en el primer tono 3,
según la melodía que sigue:

2
“Capellán” es aquí, coadjuntor del párroco.
3
A partir de 1523, cuando ya existía una buena cantidad de himno en lengua alemana, Lutero pasó a
sustituir el habitual “introito” por un himno. No siendo este el caso, sugiere que, en lugar del tradicional
“introito”, se cante todo el salmo del cual es extraído el versículo del introito. Es para el canto de este
salmo que Lutero da el ejemplo para su ejecución. En caso, quiere que se use el dórico, basado en re, con
dominancia de la nota la, de entre los modos de ejecución en boga es el más simple. Para mayores
detalles, cf. WA 19,54s., bajo el ítem 1.Introitus.
Sigue el Kyrie Eleison 4, en el mismo tono, tres veces, y no nueve, como sigue:

En seguida, el sacerdote lee una colecta en un único tono 5, como sigue:


Dios todopoderoso, que eres protector de todos los que en ti esperan, sin cuya
gracia ninguno consigue hacer nada ni vale cualquier cosa delante de ti, concédenos
ricamente tu misericordia, para que por tu santa inspiración meditemos sobre lo que es

4
Lutero simplifica el Kyrie, cantándolo sólo tres veces y no nueve, como era la práctica hasta ese
momento. Probablemente las notas son compuestas por él mismo. Aquí Lutero omite por completo el
Gloria, en cuanto en al iglesia católica era omitido solamente en la época de Adviento y Cuaresma. La
tendencia de Lutero es la simplificación y uniformidad “por causa del pueblo”. En ese espíritu, establece
una liturgia simplificada, uniforme para todas las épocas del año. También escoge las tonalidades para
cada una de las partes litúrgicas de tal manera que una se conecta con facilidad a la siguiente. Para
mayores detalles, cf. WA 19,55, bajo el ítem 2. Kyrie.
5
También aquí se muestra la tendencia de la simplificación y de la uniformidad. La liturgia católica
distinguía tres tonos para la ejecución de la “Oración de Colecta”. Lutero escoge la forma de ejecución
más simple, el tonos simples ferialis, o sea, la forma no festiva, prevista para los días de la semana. En
cuanto a los detalles de la tonalidad, cf. WA 19,55s., bajo el ítem 3. Kollekte.
verdadero, y que por tu fuerza también realicemos el mismo favor de Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
En seguida, la epístola en el octavo tono 6, para que quede en la misma altura del
tono único de la colecta siendo sus reglas las siguientes:
Periodo y fin de la sentencia.
Colon es parte del periodo.
Coma es incisión o parte del Colon.
Las reglas de esa melodía son:

Ejemplo
[1 Corintios 4.1-5]

6
Por lo tanto en el modo hipomixolidio.
Se deberá leer la epístola con el rostro dado vuelta para el pueblo, la colecta, sin
embargo, con el rostro dado vuelta hacia el altar.
Después de la epístola se canta un himno alemán: Rogamos al buen
Consolador 7, o algún otro, y esto con el coro entero.
En seguida, se lee el Evangelio en el quinto tono 8, igualmente con el rostro dado
vuelta para el pueblo.
Su melodía sigue las siguientes reglas:
[La voz del Evangelista]

7
Ver el himno al final, p. . A través de la simplificación de las melodías, Lutero consigue mayor
participación de la comunidad y todavía sustituye partes tradicionales de la liturgia por himnos. Así ya lo
propusiera en el caso del “Introito”. Aquí sustituye el Graduale de complicada ejecución, exigiendo un
coro y dos solistas, por un himno.
8
Por lo tanto, el modo lidio. Para mejores detalles sobre los recursos musicales que Lutero usa para
distinguir la “voz de las personas” de la “voz de Cristo” consulte el análisis hecho en WA 19,57s., en el
ítem 6. Das Evangelium.
[La voz de las personas]

[La voz de Cristo]

[Ejemplo del Evangelio del cuarto domingo de Adviento, como sigue:]


Después del Evangelio, la iglesia entera canta el Creo en alemán: “Creemos en
solo Dios” 9.

9
Hasta ese momento era la práctica de la liturgia que el oficiante cantase el Credo Niceno. Lutero lo
sustituyó por el himno compuesto por él ya en 1524. Ver el himno, p. .
Sigue la predicación del Evangelio del domingo o de [respectiva] fiesta. Me
parece que, donde se usare la postila alemana a lo largo de todo el año 10, lo mejor sería
mandar a leer al pueblo la postila del día en la íntegra, o una parte del libro, no sólo por
causa de los predicadores que no consiguen hacerlo mejor, sino también como
precaución contra la entusiastas y las sectas, como se y percibe en las homilías de las
maitines, donde también se procedió de esta forma 11. Caso contrario, si a través de los
predicadores no hablan el entendimiento espiritual y el propio Espíritu (aquí no
pretendo poner un límite al Espíritu; este ciertamente enseña a hablar mejor que todas
las postilas y homilías), por fin cada cual predicará lo que quisiera, y en vez del
Evangelio y de su interpretación, nuevamente se predicará el respeto de gansos azules. 12
Pues una de las razones del porqué mantenemos las epístolas y el evangelio
conforme ordenados en las postilas es el hecho de existir pocos predicadores capaces de
tratar un evangelista entero u otro libro de forma vigorosa y provechosa.
Después de la predicación, debe seguirse una paráfrasis transparente del Padre
nuestro y una exhortación para aquellos que pretenden ir al Sacramento, de manera
como sigue u otra mejor:
“Estimados hermanos en Cristo, visto que estamos reunidos aquí en nombre del
Señor para recibir su Sagrado Testamento, los amonesto, en primer lugar, que eleven
sus corazones a Dios para conmigo orar el Padre nuestro como nos enseñó Cristo
nuestro Señor, con la confortadora promesa de que será oído.
Que Dios, nuestro Padre en cielo nos mire misericordiosamente, sus miserables
hijos en la tierra, y nos conceda la gracia de que su santo nombre sea santificado entre
nosotros y en todo el mundo por la enseñanza pura y correcta de su Palabra y por el
fervoroso amor de nuestra vida; quiera por su gracia, apartar toda falsa doctrina y vida
malvada, por las cuales su digno nombre es blasfemado y profanado.
Que también su Reino venga y sea aumentado, llevando todos los pecadores
ofuscados y presos por el diablo en su reino al reconocimiento de la fe auténtica en
Jesucristo, su Hijo, y multiplicando el número de los cristianos. Que también seamos
fortalecidos con su Espíritu a cumplir y sufrir su voluntad en la vida como en la muerte,
en el bien como en el mal, siempre quebrando, sacrificando y aniquilando nuestra
voluntad.
Quiera darnos también nuestro pan de cada día, guardándonos de la codicia y
preocupaciones del vientre, esperando de él lo suficiente de todo lo que es bueno.
Quiera perdonarnos también nuestra culpa, así como nosotros perdonamos a los
que están en deudas con nosotros, para que nuestro corazón tenga una conciencia
tranquila y segura delante de él y no temamos ni nos atemoricemos jamás por pecado
alguno.
Que no nos conduzca a tentaciones, sino que nos ayude por su Espíritu a
dominar la carne, a despreciar el mundo con su naturaleza y vencer el diablo con todas
sus mañas.

10
La postila completa con prédicas sobre los evangelio para todo el año eclesiástico fue publicada
solamente en 1527. Cf. la serie completa en WA 10/I,1-2.
11
Una forma de predicación que trata el texto bíblico de acuerdo con la secuencia del mismo,
desconsiderando cualquier orden temático. Lutero se refiere a la homilía compilada de los padres de la
Iglesia prevista en la oración de las horas de la Iglesia Católica.
12
Asuntos extraños al Evangelio.
Y por fin, quiera redimirnos de todo mal, físico y espiritual, temporal y eterno.
Todos los que sinceramente esperan todo eso, digan de corazón: Amén, acreditando sin
duda alguna que será realmente oído en el cielo, como nos promete Cristo: ‘Lo que
pidieran, crean que lo tendrán, y así sucederá’ [Mr 11.24]. Amén.
Además de eso, yo los exhorto en Cristo que reciban el testamento de Cristo en
verdadera fe y, principalmente, graben firmemente en el corazón las palabras en que
Cristo se nos presenta con su cuerpo y sangre para el perdón; que tengan memoria y
agradezcan por el amor inmerecido que él nos demostró al redimirnos de la ira de Dios,
del pecado, de la muerte y del infierno por medio de su sangre, tomando entonces
exteriormente el pan y el vino, esto es, su cuerpo y sangre, como garantía y señal. Por lo
tanto, tomemos y usemos así el testamento en su nombre y por su orden, así como él lo
expresa.”
Esta paráfrasis y exhortación puede ser hecha del púlpito directamente después
de la predica, o en el frente del altar; dejo eso al criterio de cada uno. Parece que los
antiguos lo hicieron en el púlpito, permaneciendo de ahí la práctica de hacer en el
púlpito la oración común o proferir el Padre nuestro. Entre tanto, la amonestación se
transformó en confesión pública. Pues así el Padre nuestro con una breve interpretación
permanecería corriente entre el pueblo y se rememoraría al Señor conforme él ordenó en
la Cena.
Entre tanto, quiero hacer el pedido en el sentido de que esta paráfrasis o
exhortación siga una fórmula prescrita, o sea, formulada de manera definitiva, por causa
del pueblo, para que no suceda que hoy uno lo formule así, mañana otro de otra manera,
y cada uno demuestre su habilidad en confundir el pueblo, de modo que este nada pueda
aprender ni guardar. Pues lo que importa es enseñar y conducir el pueblo. Por eso es
necesario cortar la libertad en este punto y observar un procedimiento uniforme en esta
paráfrasis y exhortación, principalmente en una misma iglesia o comunidad particular,
en caso que no quieran seguir otra para preservar su libertad.
Se sigue la celebración de la Cena y la consagración, de la siguiente manera:
Ejemplo:
Me parece, sin embargo, que es adecuado a la Cena distribuir el Sacramento
inmediatamente después de la consagración del pan, ante de bendecir el cáliz 13. Pues
tanto Lucas como Pablo formulan: “De la misma forma, el cáliz, después de haber
cenado” [Lc 22.20; 1 Co 11.25]. Se canta, en cuanto ocurre esto, el Sanctus alemán o el
himno “Alabado seas Dios, seas bendito” 14 o el himno de Juan Hus: “Oh Jesús, que nos
salvaste” 15. Se bendice y se distribuye en seguida el cáliz, cantando lo que resta de los
himnos encima mencionados o el Agnus Dei alemán 16. Y que se proceda de forma bien
ordenada y decente, no hombres y mujeres [al mismo tiempo], sino las mujeres después
de los hombres, razón por la cual también deben quedar en lugares separados unos de
los otros. En cuanto al procedimiento en la confesión privada, ya escribí lo suficiente, y
mi opinión se encuentra en el librito de oraciones.

13
Lutero ya sugería ese procedimiento de la consagración separada de pan y el cáliz en 1523. Pero la
práctica no se firmó (cf. WA 19,59,4ss.)
14
Es el himno Gott sei gelobet und gebenedeiet.
15
En 1524 fue impreso por primera vez el himno de Lutero: Jesus Christus, unser Heiland, der von uns
den Gottes Zorn wand, una versión del himno de Hus: Iesus Christus nostra salus.
16
Se trata de Hriste, du Lamm Gottes, der du trägst die Sünd der Welt.
La elevación 17 no queremos abolirla, sino preservarla, por combinar muy bien
con el Sanctus alemán, significando que Cristo ordenó rememorarlo. Pues así como el
Sacramento es elevado físicamente y en él, sin embargo, no es visto el cuerpo y sangre
de Cristo, así la palabra de la predicación lo rememora y lo eleva, siendo confesado y
glorificado con la recepción del Sacramento; mismo así todo es comprendido en la fe,
sin que se vea como Cristo dio su cuerpo y sangre por nosotros y diariamente todavía lo
ofrece y sacrifica por nosotros delante de Dios, para conseguir gracia.

El Sanctus alemán 18

17
La elevación de los elementos fue abolida definitivamente recién en 1542, en Wittenberg.
18
Texto y melodía del Sanctus alemán son creación de Lutero y fueron impresos por primera vez en el
presente contexto.
Sigue la colecta con la bendición:
“Te agradecemos, Señor Dios todopoderoso, porque nos has saciado con esta
dádiva de salud, y pedimos tu misericordia, que ella fructifique en nosotros para
fortalecer la fe en ti y en el fervoroso amor entre todos nosotros, por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
El Señor te bendiga y te guarde.
El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga misericordia de ti.
El Señor levante su rostro sobre ti y te dé la paz.”

Ejercicio de las melodías


Para aprender a usar las melodías y habituarse con los colons, comas y pausas
similares, doy aquí un ejemplo más. Quien quiera use otro.
La Epístola
El Evangelio
Esto es lo que tengo para decir acerca del servicio diario e instrucción en la
Palabra de Dios, que sirve principalmente para entrenar al joven y desafiar al ignorante.
Para aquéllos que anhelan las nuevas cosas, serán saciados pronto y se cansarán con
todo esto, como ellos estaban en otro tiempo en el Servicio Latino. Allí estaban
cantando y leyendo en las iglesias todos los días, y todavía las iglesias permanecían
abandonadas y vacías. Ellos ya hacen lo mismo en el servicio alemán. Por consiguiente,
es mejor planificar los servicios en el interés del joven y de igual manera al ignorante
como puede llegar a suceder. Con los otros ninguna ley ni orden, ningún regaño ni
halago, ayudará. Permítales dejar esas cosas en el servicio solo que ellos se niegan a
hacer de buena gana y alegremente. Dios no está contento con servicios involuntarios;
ellos son fútiles y vanos.
Pero en las fiestas, como Navidad, Pascua, Pentecostés, San Miguel,
Purificación, y cosas por el estilo, nosotros debemos continuar usando el Latín hasta que
tengamos bastantes canciones alemanas. Este trabajo es simplemente el principio; no
todo lo que se ha preparado es necesario. Debemos llegar a una norma común para
evaluar y controlar la cantidad de órdenes.
Cuaresma, Domingo de Ramos y Semana Santa se conservarán, no para obligar
a alguien a ayunar, pero para conservar la historia de Pasión y lo que los Evangelios
fijaron para esa estación. Esto, sin embargo, no incluye el velo Cuaresmal y tira de
palmas, velado de cuadros, y todo lo otro está allí de manera tonta - ni cantando las
cuatro Pasiones, ni predicando en la Pasión por ocho horas sobre el Viernes Santo. La
Semana Santa estará como cualquier otra semana a menos que la historia de la Pasión
sea explicada todos los días durante una hora a lo largo de la Semana o en tantos días
como puede ser deseable, y que el sacramento sea dado a todos que lo deseen. Porque
entre los cristianos el servicio entero se debe centrar en la Palabra y Sacramentos.
Para abreviar, esto o cualquier otro orden deberá ser usado así, siempre que éste
se vuelva un abuso, será inmediatamente abolido y reemplazado por otro, así como el
Rey Ezequías colocó lejos y destruyó la serpiente de bronce, aún cuando el propio Dios
había ordenado que se construyera, porque los hijos de Israel abusaron de ella (2 Reyes
18:4). Porque los órdenes deben servir para la promoción de fe y el amor y no en
detrimento de la fe. Tan pronto como ellos dejan de hacer esto, son inválidos, muertos y
se pierden; así como una moneda buena, cuando es falsificada se elimina y se cambia
debido al abuso, o como los nuevos zapatos que se vuelven viejos e incómodos ya no se
usan, sino que se tiran lejos, y se compran nuevos. Un orden es una cosa externa. No
importa qué bueno sea, éste puede ser abusado. Entonces no es mucho tiempo un orden,
sino un desorden. Por lo tanto, ningún orden es válido en sí mismo - como los órdenes
papistas que son sostenidos hasta ahora. Pero la vigencia, el valor, el poder, y la virtud
de cualquier orden está en su uso apropiado, de lo contrario, es absolutamente sin valor
y bueno para nada. El Espíritu de Dios y gracia sean con nosotros todos. Amén.

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