Está en la página 1de 3

Lección 2: Fe y perdón

A-Fe y perdón

-Cristo murió por mis pecados. 1 de Corintios 15: 3 y 4


-Todo el que cree en El (Fe) recibe por medio de su nombre el perdón de los pecados.
Hechos 10: 42 y 43
-Dios arroja al fondo de la mar todos nuestros pecados Miqueas 7:18 y19
-El arrepentimiento es lo único que abre la puerta para recibir el perdón. Hechos 3:19

B-Jesucristo es el Señor
-Cristo murió y resucito para no solamente ser el Salvador sino el Señor. Romanos 14:7 al 11
Filipenses 2: 7 al 11

1-Señor de nuestros pensamientos

-Obedecer en pensamiento 2 de Corintios 10:5.


-Como creyentes debemos cambiar nuestra manera de pensar para que se renueve toda
nuestra vida. Romanos 12:2.
-Debemos pensar en todo lo que es verdadero. Filipenses 4:8

2-Señor de nuestras palabras

-La boca habla de lo que abunda en el corazón. Mateo 12:34 al 37.


-No debe haber un doble discurso en nuestras palabras.(bendición y maldición).Santiago 3:8
al 11

3-Señor de nuestras obras

-El arrepentimiento es un cambio de actitud y se caracteriza por un pesar por el pecado y por
una vida distinta. Lucas 6:43 al 46

No hay nada que se pueda esconder de El. Hebreos 4:13. Ser cristiano es entregar toda nuestra vida a Cristo,
nos bautizamos para declarar que le pertenecemos, y por ser de El, toda nuestra vida cambia, y ese cambio
es visto por los demás.
Textos adicionales

1 de Corintios 15: 3. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por
nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4. y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras;

Hechos 10: 42. Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto
por Juez de vivos y muertos.43. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre.

Miqueas 7: 18. ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?
No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.19. El volverá a tener misericordia de
nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

Hechos 3: 19. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de
la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

Romanos 14: 7. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
8. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que
muramos, del Señor somos.9. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los
muertos como de los que viven.10. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.11. Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.

Filipenses 2: 7. Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8. Y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de
cruz.9. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10. Para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la
tierra; 11. y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Hebreos 4: 13. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están
desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

2 de corintios 10: 5. Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,

En la versión Reina Valera: romanos 12: 2. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.
En Nueva traducción viviente Romanos 12: 2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más
bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces
aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

En la Versión reina Valera: Filipenses 4: 8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno
de alabanza, en esto pensad.
En la Versión nueva traducción viviente: Filipenses 4: 8 Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar.
Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo
lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.

Mateo 12: 34. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia
del corazón habla la boca 35. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre
malo, del mal tesoro sacas malas cosas.36. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres,
de ella darán cuenta en el día del juicio.
37. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Santiago 3: 8. Pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de
veneno mortal.9. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a
la semejanza de Dios.10. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe
ser así.11. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

Lucas 6: 43. No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
44. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se
vendimian uvas.45. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal
tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.46. ¿Por qué me llamáis,
Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?

También podría gustarte