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Túpac Amaru
Túpac Amaru
Tras el fracaso de la revuelta, que ha sido vista como el preludio de las luchas
por la independencia, fue ejecutado con extrema crueldad, uniendo su
destino al de su ancestro. Las rebeliones indígenas prosiguieron durante dos
años en diversas regiones del país, y obligaron a las autoridades a introducir
poco más que algunas reformas. Pero el nombre de Túpac Amaru se convirtió
en símbolo y bandera para posteriores insurrecciones indígenas y criollas;
todavía en el siglo XX diversos movimientos guerrilleros revolucionarios
reivindicaron su figura.
Biografía
En cambio, sobre las regiones que habían sido hasta entonces centros
neurálgicos del imperio, como Perú, el impacto fue más bien negativo. Las
ciudades sufrieron un claro retroceso, como muestra el estancamiento de
Lima, y se desencadenó una crisis económica, con caída de la industria y de
la circulación monetaria, así como una gran inquietud social a causa de la
fuerte presión fiscal, que castigó duramente a las clases campesinas y
urbanas, atrapadas entre el descenso de sus ingresos y el alza de los precios.
Las poblaciones indígenas, el eslabón más débil del sistema económico, no
podían cumplir con estas imposiciones; sufrieron los abusos de los
corregidores, y no encontrarían otro camino que enfrentarse a esa opresión
con métodos violentos.
Derrota y ejecución
Apenas un mes antes de ser derrotado, Túpac Amaru envió una carta a las
autoridades coloniales en la que expresaba tanto su preocupación por la
situación de sus protegidos como su posición ideológica. En dicha misiva se
aprecia la amplitud de sus conocimientos; se declara católico, recuerda la
acción de Vespasiano y su hijo Tito en la destrucción de Jerusalén, y compara
a sus opresores con "ateístas, calvinistas y luteranos, enemigos de Dios";
detalla los abusos cometidos por los funcionarios, pide que los indígenas no
sean reclutados como esclavos y que desaparezcan los malos corregidores y
las encomiendas. Tras una minuciosa denuncia en torno a cada uno de los
problemas planteados, basa su reclamación de justicia en el derecho indiano,
del que era profundo conocedor, ya que había cursado estudios jurídicos en
la Universidad de Chuquisaca.
Pese al inmenso dolor de ver morir a sus seres amados, a las torturas
recibidas y al terrible martirio que le esperaba, Túpac Amaru, con gran
coraje y dignidad, volvió a desafiar a los criminales invasores españoles y
antes que el verdugo le cortara la lengua, Túpac Amaru expresó en kichwa
y castellano: “Tikrashami hunu makanakuypi kasha” - “Volveré y seré
millones”.