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Septiembre 2019
Seguridad del Paciente 1
AUTORIDADES
Presidencia de la Nación
Ing. Mauricio Macri
AUTORES
Coordinación general
Dra. Mariela Barani
Directora Nacional de Calidad en Servicios de Salud y Regulación Sanitaria.
INDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 6
ASPECTOS GENERALES .................................................................................................................. 9
LINEAS DE ACCIÓN PARA LA SEGURIDAD DE LOS PACIENTES EN EL ÁMBITO DE LA ATENCION
SANITARIA ................................................................................................................................... 10
1. CULTURA DE SEGURIDAD .................................................................................................... 11
2. PRÁCTICAS PARA EL USO SEGURO DE MEDICAMENTOS .................................................... 14
3. PRÁCTICAS SEGURAS PARA PREVENIR Y CONTROLAR LAS INFECCIONES ASOCIADAS AL
CUIDADO DE LA SALUD ........................................................................................................... 20
4. PRÁCTICAS SEGURAS EN CIRUGÍA ....................................................................................... 26
5. PRÁCTICAS SEGURAS EN EL CUIDADO DE LOS PACIENTES. CUIDADOS ADECUADOS A CADA
PACIENTE ................................................................................................................................. 29
6. PRÁCTICAS PARA LA IDENTIFICACIÓN CORRECTA DE LOS PACIENTES................................ 32
7. PRÁCTICAS PARA LA COMUNICACIÓN EFECTIVA ENTRE PROFESIONALES ......................... 36
8. PRÁCTICAS PARA EL ABORDAJE DE EVENTOS ADVERSOS ................................................... 39
9. EL ROL DEL PACIENTE EN LA SEGURIDAD DEL PACIENTE .................................................... 42
GLOSARIO .................................................................................................................................... 45
REFERENCIAS ............................................................................................................................... 46
Seguridad del Paciente 6
INTRODUCCIÓN
La mejora de la calidad asistencial ha sido desde hace muchos años inherente a los
principios de la Secretaría de Gobierno de Salud. En 1997 se crea el Programa Nacional
de Garantía de Calidad de la Atención Médica (PNGCAM), por Resolución Secretarial Nº
432, refrendada luego por el Decreto Nº 1424 también del año 1997. En 2017, el Decreto
de Poder Ejecutivo Nacional Nº 178 ratifica la vigencia del PNGCAM, en la búsqueda de
promover el desarrollo de procesos para asegurar la calidad de los servicios de salud
para toda la población y garantizar la equidad en la atención médica, en el marco de la
estrategia de la COBERTURA UNIVERSAL EN SALUD (CUS). La resolución 856-
E/2017 actualiza los ejes conceptuales del programa y desde esa perspectiva se articulan
las diferentes acciones que se realizan, que tienen por objetivo el diseño de
instrumentos, la capacitación, sensibilización, investigación y gestión de mejoras de los
riesgos sanitarios en los establecimientos de todo el país.
Si bien la medicina tiene como uno de sus preceptos más sagrados: “Primero no dañar”,
ha convivido desde siempre con el error y el daño a los pacientes. En el informe
fundacional “Errar es Humano”1, el Instituto de Medicina de los Estados Unidos estimó
en 1999 que entre 44.000 y 98.000 personas morían por año como resultado de errores
médicos en ese país. Las estimaciones más recientes sitúan esta cifra cerca de las
200.000 muertes por año2. En 2017, el informe de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE) estimó que, en países de altos ingresos, uno de cada
diez pacientes hospitalizados sufre daños, siendo el 50% de ellos evitables. El mismo
Seguridad del Paciente 7
informe estima que el daño a los pacientes representa hoy la decimocuarta causa de
carga de enfermedad y mortalidad en el mundo, recayendo mayormente en países de
bajos y medianos ingresos3. Independientemente de la forma de medición o de la
estimación que se utilice, hay consenso en que la tasa de error y daño en la atención
sanitaria es asombrosa y que resulta imperativo realizar cambios radicales en todo el
sistema.
Entre el 2007 y 2009 se llevó a cabo el estudio IBEAS sobre prevalencia de eventos
adversos en hospitales de Latinoamérica. Este proyecto fue resultado de la colaboración
entre el Ministerio de Sanidad y Política Social de España, la Organización Mundial de la
salud y los Ministerios de Salud y otras instituciones de Argentina, Colombia, Costa Rica,
México y Perú, siendo el primer estudio llevado a cabo a gran escala en América Latina
para medir eventos adversos en los hospitales. La prevalencia global de pacientes con
algún EA (Evento Adverso) fue de un 10,5%. En el informe de resultados de Argentina,
la prevalencia de pacientes con al menos un EA fue de 12,1%.4
El principal argumento para mejorar la seguridad de los pacientes es moral y ético. El
daño innecesario genera una enorme carga sobre las personas, sus familias, seres
queridos y la comunidad. La maximización de la seguridad es por lo tanto una
responsabilidad fundamental de los sistemas de salud. Además de este imperativo
moral, existe una justificación económica para trabajar por la seguridad de los pacientes,
ya que el daño innecesario que se les inflige impacta sobre los recursos de los sistemas
de salud y, en un sentido más amplio, de la sociedad. La seguridad del paciente es un
tema de salud pública que debe ocupar un lugar central en la agenda sanitaria.
Considerando el impacto descripto anteriormente, todos los trabajadores de la salud,
comenzando por sus líderes, deben priorizar la mejora de la seguridad de los pacientes.
Los sistemas sanitarios de gran parte del mundo vienen tomando algunas medidas para
conseguirlo. Sin embargo, estas mejoras incrementales a pequeña escala no son
suficientes. Nuestro trabajo inmediato requiere un mayor foco en la seguridad, no sólo
como una iniciativa de mejora más, sino como un valor central que esté totalmente
incorporado en nuestras organizaciones.
El avance en seguridad del paciente requiere pasar de las actuales intervenciones
graduales y fragmentadas hacia un abordaje sistémico y total de la seguridad. Un
enfoque de este tipo también implica pensar en la seguridad de la atención más allá de
los hospitales, garantizándola en la continuidad de la atención en el ámbito ambulatorio:
en los centros de salud del primer nivel de atención, centros de diagnóstico y
tratamiento, establecimientos de estancia prolongada para adultos mayores, centros de
rehabilitación, internación domiciliaria, entre otros. En este ámbito es donde ocurren la
mayor cantidad de incidentes de seguridad, dado el volumen de procesos de atención a
pacientes que concentra, y principalmente se encuentran relacionados con errores
diagnósticos y de medicación. En el ámbito hospitalario, los incidentes de seguridad
suelen ser de mayor impacto y resonancia, y se relacionan fundamentalmente con las
infecciones, los errores de medicación y la seguridad quirúrgica. En pos de la seguridad
Seguridad del Paciente 8
del paciente, resulta fundamental también, la creación de alianzas con los pacientes y
sus familias, para asegurar que sus voces sean escuchadas.
La Organización Mundial de la Salud, en su última asamblea mundial en mayo de 2019,
insta a los estados miembros a reconocer la seguridad del paciente como una prioridad
de las políticas sanitarias, reconociendo que es una necesidad primordial para el
fortalecimiento de la cobertura universal de salud5. Por otro lado, insta al desarrollo e
implementación de políticas públicas, desarrollo de estrategias, guías y herramientas
para la mejora de la seguridad de atención a los pacientes en todo el sistema de salud.
Es por todo esto que, la Secretaría de Gobierno de salud, a través de la Dirección de
Calidad en Servicios de Salud y Regulación Sanitaria, en consonancia con las
recomendaciones internacionales y dada la imperiosa necesidad de mejorar la seguridad
de los pacientes para una mejora en la calidad de atención de la salud, ha decidido
desarrollar este documento que sienta las bases sobre las acciones prioritarias para la
seguridad de los pacientes en el ámbito del cuidado de la salud y brinda
recomendaciones que serán difundidas entre los diferentes efectores de nuestro país.
La información contenida en este documento proviene de consensos internacionales y
del compromiso de líderes y expertos locales que trabajan desde hace años para
transformar la cultura de sus organizaciones y mejorar la seguridad de todo el sistema.
Las acciones que se describen están pensadas para que quienes tienen
responsabilidades de gestión las adapten a sus necesidades y las de su gente,
dondequiera que se encuentren en su camino hacia una atención más segura y de
calidad.
Seguridad del Paciente 9
ASPECTOS GENERALES
Misión
Establecer objetivos y recomendaciones orientadas a minimizar los riesgos y daños
asociados a la atención de la salud.
Visión
Este documento pretende ser un elemento de referencia para la mejora de la seguridad
del paciente en el sistema de salud a través del desarrollo de nueve líneas de acción,
teniendo en cuenta la evidencia disponible, las recomendaciones internacionales y la
factibilidad de su implementación.
Objetivo general
Mejorar la seguridad del paciente en todos los niveles y ámbitos del sistema de salud.
1. CULTURA DE SEGURIDAD
2. PRÁCTICAS PARA EL USO SEGURO DE MEDICAMENTOS
3. PRÁCTICAS SEGURAS PARA PREVENIR Y CONTROLAR LAS INFECCIONES ASOCIADAS A LA
ASISTENCIA SANITARIA
4. PRÁCTICAS SEGURAS EN CIRUGÍA
5. PRÁCTICAS SEGURAS EN LOS CUIDADOS DE LOS PACIENTES. CUIDADOS ADECUADOS A
CADA PACIENTE
6. PRÁCTICAS PARA LA IDENTIFICACIÓN CORRECTA DE LOS PACIENTES
7. PRÁCTICAS PARA LA COMUNICACIÓN EFECTIVA ENTRE PROFESIONALES
8. PRÁCTICAS PARA EL ABORDAJE DE EVENTOS ADVERSOS
9. EL ROL DEL PACIENTE EN LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Seguridad del Paciente 11
1. CULTURA DE SEGURIDAD
Introducción
El término “cultura de seguridad” comenzó a utilizarse masivamente luego del desastre nuclear
de Chernobyl en 1988. Desde entonces, el concepto ha sido adoptado por numerosas industrias
para mejorar su seguridad, sobre todo por aquellas de alto riesgo que requieren de una extrema
confiabilidad, como la aviación y la energía atómica. En estas industrias, la seguridad es la
prioridad número uno, aún a expensas de la producción o la eficiencia. El sector salud comenzó a
poner foco sobre este tipo de cultura a partir del hito que marcó la publicación del informe “Errar
es Humano” del Institute of Medicine en 19991. Desde esa fecha hasta la actualidad se ha venido
trabajando a nivel mundial en fomentar la seguridad del paciente. Sin embargo, representa un
desafío importante llevar adelante acciones para el fortalecimiento de la cultura de seguridad de
los pacientes en el sistema de salud de Argentina.
Si bien existe una considerable variación en el uso de términos y definiciones de este concepto,
una de las definiciones de cultura de seguridad más aceptada por el sector salud es la siguiente6:
A pesar de no haber un acuerdo absoluto acerca de lo que constituye una cultura de seguridad
efectiva, existen ciertos componentes que resultan claves para su desarrollo7,8,9:
Valoración del aprendizaje organizacional, focalizando las mejoras en el sistema, más que
en aprendizajes individuales.
James Reason, autor de la “Teoría del Queso Suizo” en la causalidad de accidentes, afirma
que los errores o accidentes son multicausales, y suceden cuando “se alinean las rupturas de
las barreras que existen en un sistema en forma consecutiva, como un queso suizo”. Asume
la falibilidad del humano y la inevitabilidad de los errores10:
Seguridad del Paciente 12
2. Una cultura del reporte: se cultiva una atmósfera en donde las personas se sienten libres
para notificar problemas de seguridad sin temor a represalias y sabiendo que se actuará
y mejorará sobre lo reportado.
3. Una cultura del aprendizaje: la organización es capaz de aprender de sus errores y realizar
cambios.
4. Una cultura justa: en la cual los errores y actos inseguros no son castigados si el error no
es intencional.
5. Una cultura flexible: la organización y las personas que la componen son capaces de
adaptarse efectivamente a la necesidad de cambio.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Recomendaciones:
Establecer en los centros sanitarios planes de acción en seguridad del paciente con objetivos
anuales, evaluación y plan de difusión de resultados, que incluya a todas las personas
involucradas en la atención sanitaria.
Establecer acuerdos entre las autoridades de las instituciones sanitarias y los responsables
del área jurídica con el fin de promover un abordaje no punitivo del error no intencional.
Para avanzar hacia una cultura de seguridad resulta necesario conocer desde qué cultura se parte
y comprender el impacto de dicha cultura sobre la seguridad de los pacientes. La construcción de
una cultura de seguridad suele llevar tiempo, y resulta importante saber en qué etapa se
encuentra la institución o el servicio que se evalúa. Los métodos disponibles para evaluar la
cultura de seguridad incluyen, entre otros, grupos focales, entrevistas estructuradas al personal y
encuestas anónimas realizadas con formularios. Estas encuestas generalmente evalúan más
“clima” que “cultura” de seguridad. La evaluación de esta última requiere de una observación
mucho más detallada y longitudinal. Sin embargo, los términos suelen utilizarse indistintamente.
En distintos estudios se ha podido evidenciar que los efectos adversos por errores de medicación
representan entre un 11 y un 56% del total de los efectos adversos detectados13. Estudios sobre
morbilidad asociada a errores de medicación muestran que en países como Estados Unidos se
producen 7000 muertes al año por estos eventos tanto en pacientes hospitalizados como
ambulatorios14. Los acontecimientos adversos causados por medicamentos (AAM), que incluyen
errores y efectos adversos, resultan en daños importantes a la salud y en un importante
incremento en los ingresos hospitalarios motivados por eventos adversos. Un trabajo efectuado
en España por Otero y col15 estudió la incidencia de los AAM durante seis meses en pacientes
hospitalizados de un hospital universitario, identificando aquellos eventos potencialmente
prevenibles. Debe destacarse que se detectaron AAM en 191 (7,2%) pacientes de los 2.643
ingresados. Estos eventos prevenibles representaron casi el 80% de los ingresos por causa directa
atribuida a la medicación.
Los estudios sobre AAM se dirigen fundamentalmente al análisis de estos acontecimientos, a
conocer sus causas y a distinguir los tipos de errores que se desarrollan a lo largo de la cadena
terapéutica. Estos estudios pretenden contribuir a la implementación de medidas que puedan
prevenir los fallos del sistema.
Cabe mencionar que en 2017 la OMS lanza el tercer reto por la seguridad del paciente16:
“Medicación sin daños” y está focalizado en el fortalecimiento de los sistemas destinados a
reducir los errores de medicación y el daño evitable asociado. Tiene como objetivo en los
próximos cinco años reducir a la mitad la carga mundial de efectos nocivos y evitables causados
por los medicamentos.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
1- Describir estrategias que permitan el manejo seguro de los medicamentos de alto riesgo.
2- Garantizar la conciliación de medicación en los diferentes puntos de traspaso asistencial
a través de procesos estandarizados.
Seguridad del Paciente 15
Las consecuencias clínicas de los errores de medicación en el ámbito hospitalario son más
importantes que en el medio ambulatorio, debido a la complejidad y a la agresividad de los
procedimientos terapéuticos en los hospitales. Este hecho ha sido constatado en el estudio
ENEAS17, cuyos hallazgos indican que un 37,4% de los acontecimientos adversos detectados en
pacientes ingresados están causados por medicamentos.
El Institute for Safe Medication Practices (ISMP) llevó a cabo en los años 1995 y 1996 un estudio
en 161 hospitales de EEUU para conocer los fármacos que eran más proclives a causar
acontecimientos adversos a los pacientes. Se llegó a la conclusión de que estos medicamentos
eran un número limitado, por lo que era posible y muy conveniente centrar en ellos las
intervenciones de mejora. A partir de esta investigación y de los casos notificados en todo el
mundo, el ISMP estableció una lista de los medicamentos considerados de alto riesgo en los
hospitales, que constituye la lista de referencia utilizada mundialmente. Esta lista se ha
actualizado conforme se han comercializado nuevos medicamentos y se ha generado nueva
información sobre errores de medicación graves. La lista contiene en líneas generales los
siguientes grupos farmacoterapéuticos: medicamentos oncológicos, electrolitos concentrados,
heparinas y anticoagulantes orales, inotrópicos, insulinas y opioides18.
Recomendaciones:
● Utilizar y dar a conocer una lista de medicamentos de alto riesgo de cada institución,
según las orientaciones del Instituto del Uso Seguro de Medicamentos (ISMP) de
España19. Esto permite la delimitación de procesos controlados y diferenciados para estos
medicamentos.
● Realizar doble chequeo a la hora de administrar drogas de alto riesgo como los
citostáticos y utilizar siempre bombas de infusión.
● Utilizar protocolos especiales para drogas intratecales, por ejemplo: que estas se indiquen
y administren en días diferentes de las de administración endovenosa, o en horarios
diferentes, no en forma secuencial. Se recomienda dispensarlas en momentos diferentes
de las dosis de administración endovenosa, para evitar errores de vía de administración.
También se recomienda identificar con etiquetas o colores adicionales que alerten al
operador “para uso intratecal”.
● Estandarizar las dosis/diluciones: es recomendable que las drogas tengan una dosis
estandarizada que se utilice en todos los sitios de atención de la institución. Por ejemplo,
las diluciones de la morfina deberían ser consensuadas y utilizadas por igual en los
diferentes sectores.
● Realizar capacitación constante del equipo de salud, pacientes y cuidadores, para lograr
un manejo más seguro de estas drogas.
Conciliación de medicación
Se estima que un paciente hospitalizado es susceptible de padecer en promedio más de un error
de medicación por día, siendo el manejo de medicamentos, la segunda causa más frecuente de
daño a los pacientes22. Más de la mitad de estos errores ocurrirán en las “interfaces” del cuidado,
es decir en los momentos de traspaso de un paciente de un área a otra en el hospital, estos errores
producirán hasta un 20% de eventos adversos14. La conciliación de medicación es el proceso
formal donde el equipo de salud trabaja con el paciente y la familia para crear una lista de toda la
medicación que el paciente está recibiendo, lo más completa y precisa posible, para poder
comparar la misma con las indicaciones médicas en el momento de la admisión, transferencias
entre sectores en el hospital y al alta, con el objetivo de proveer de la medicación correcta al
paciente en todos los puntos de transición en el hospital23. Se considera una práctica de seguridad
fundamental, ya que permite disminuir los errores de medicación y la morbimortalidad
derivada24.
Recomendaciones25,26:
Seguridad del Paciente 17
cosas gracias a las nuevas tecnologías (fármacos, estudios diagnósticos, etc); la complejidad
creciente de los pacientes a partir de las condiciones crónicas; y la fragmentación de la atención.
Los pacientes crónicos tienen mayor demanda de atención sanitaria y, en consecuencia, están
expuestos a un mayor riesgo de eventos adversos relacionados con la atención de la salud. La
polifarmacia aumenta la probabilidad de eventos adversos, de deterioro de la función física y
cognitiva, y de ingreso hospitalario, haciendo más difícil la adherencia al tratamiento16.
Recomendaciones
La confusión entre los nombres de los medicamentos ocurre fundamentalmente por la similitud
existente entre nombres comerciales (p.ej. Losacor y Sotacor, Aerotina y Aeroxina), entre
nombres genéricos (p.ej. dopamina y dobutamina, valaciclovir y valganciclovir) o entre nombres
comerciales y genéricos (p.ej. Cefalex VL o Cefalex Max y cefalexina). Los errores por esta causa
pueden ocurrir en cualquier etapa del circuito de utilización de los medicamentos, desde la
prescripción a la administración, pasando por el almacenamiento o la dispensación. Existen
diversos factores que aumentan el riesgo de confusión entre los nombres de los medicamentos,
como son una prescripción manuscrita poco legible, la coincidencia en la forma farmacéutica,
dosis y/o intervalo de administración, la similitud en la apariencia del etiquetado y/o envasado,
el desconocimiento del nombre del medicamento, en particular de medicamentos de reciente
comercialización o poco habituales, etc.31
Recomendaciones
● Revisar periódicamente los nombres de los medicamentos que se utilizan en la institución
que se presten a confusión, elaborar una lista reducida con los nombres de medicamentos
que tienen mayor riesgo de ocasionar daño a los pacientes si se confunden, y difundirla
a todos los profesionales involucrados en el uso de los medicamentos.
● Facilitar la diferenciación entre los medicamentos con nombres similares en todos los
lugares del sistema de utilización de medicamentos. Una técnica propuesta es la
utilización de “letras mayúsculas resaltadas” (tall man lettering), que consiste en destacar
en mayúsculas las letras de los nombres que son distintas, con el fin de acentuar sus
diferencias (p.ej. DOBUTamina, DOPamina).
Las infecciones intrahospitalarias o asociadas al cuidado de la salud (IACS) son aquellas que
ocurren en los pacientes en el hospital, a causa de intervenciones realizadas para su cuidado y
que se ponen de manifiesto luego de las 48 horas de su estadía. Estas enfermedades ocasionan
una importante morbimortalidad, aumento en los días de internación, requerimiento del uso de
asociaciones de antibióticos y pedido de exámenes complementarios, deteriorando la calidad de
vida del paciente y su familia. El porcentaje de IACS varía del 5 al 10% (5 a 10 infecciones por cada
100 días paciente) en los países desarrollados y alcanza un 25% o más en aquellos en vías de
desarrollo. Cerca de dos millones de pacientes por año adquieren una infección relacionada con
el hospital, de los cuales cerca de 90 mil mueren, según estimaciones del Centro para el Control y
la Prevención de Enfermedades de los EE.UU.
Esto constituye a las IACS como un severo problema mundial de salud pública. Diariamente 1,4
millones de pacientes adquieren una IACS. Aproximadamente 1 de cada 20 pacientes internados
en un hospital de agudos padecerá una IACS. Esta estimación se supone que afectará unos 4,1
millones de pacientes al año en la Unión Europea y 2 millones en los Estados Unidos, causará entre
37.000 y 90.000 muertes anuales, y se estima un costo de entre USD 4,5 y 5,7 billones,
respectivamente.17,32
Objetivo general:
Promover prácticas seguras para prevenir y controlar las infecciones asociadas al cuidado de la
salud.
Objetivos específicos:
Recomendaciones33:
Higiene de manos
Se demostró que es la principal medida costo-efectiva para prevenir las infecciones, fácil de
realizar y económica. Su adherencia se asocia con la disminución de la transmisión cruzada y
reducción de los porcentajes de infección. La apropiada higiene de manos se considera el principal
factor para reducir la transmisión de los patógenos asociados al cuidado de la salud.
Los antisépticos son activos contra la flora que ocupa las capas profundas de la piel y contra la
adquirida por contacto con el medio ambiente, tanto por acción mecánica como por acción
química. La antisepsia se logra con la higiene de manos con alcohol en gel o con agua y jabón.
Cuando se evalúan los productos para la higiene de manos en el contexto hospitalario, sus
características principales son: eficacia contra los patógenos, rapidez de acción, aceptación o
tolerancia por los trabajadores del centro, costo y accesibilidad del producto. Las manos se deben
lavar con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias34.
Recomendaciones:
Recomendaciones:
Los programas de vigilancia de IACS generan reportes de patógenos responsables de las IACS y de
sus patrones de susceptibilidad, los cuales resultan claves para comprender el alcance y magnitud
de las infecciones por microorganismos multirresistentes. Su análisis permite conocer la
prevalencia de resistencia antimicrobiana en determinadas áreas y, con ello, prevenir infecciones,
definir cobertura antibiótica empírica y diseñar políticas para prevenir la transmisión de cepas
resistentes.
Se llama paquete de medidas al conjunto de prácticas necesarias para cuidar en forma segura y
eficiente a los pacientes sometidos a un tratamiento particular que conlleva distintos factores de
riesgo. Los resultados de los cuidados de los pacientes mejoran significativamente cuando se
reúnen y combinan varias intervenciones.
Recomendaciones:
Las medidas que cuentan con mayor nivel de evidencia para reducir el riesgo de neumonía
asociada a ventilación mecánica son38:
Entre el 16% y el 24% de los pacientes hospitalizados tienen colocado un catéter urinario. El
porcentaje diario de adquisición de bacteriuria entre dichos pacientes es del 3% al 10%. Entre
el 10% y el 25% de los pacientes con bacteriuria desarrollará síntomas de infección urinaria.
De los pacientes con infección urinaria asociada a catéter sintomática, el 1-4% desarrollará
bacteriemia. De ellos, entre un 13% y un 30% podrán morir.
Las principales medidas para reducir las infecciones asociadas a catéteres urinarios son:
El grupo planteó su estrategia y objetivos y elaboró una herramienta que permitiera alcanzarlos.
Este instrumento es la “Lista de Verificación de la Seguridad en la Cirugía”.
La lista obliga a chequear una serie de puntos en tres momentos: antes de la inducción de la
anestesia (entrada), antes de la incisión cutánea (pausa) y antes de que el paciente salga del
quirófano. La lista de verificación de la OMS está pensada como herramienta para los
profesionales asistenciales interesados en mejorar la seguridad de sus operaciones y reducir el
número de complicaciones y de muertes quirúrgicas evitables.
En el 2012, por resolución 28/2012 del Ministerio de Salud de la Nación, la Argentina aprobó el
Listado de Verificación para la Cirugía Segura y su Manual de Uso e Instrucciones, en el marco del
Programa Nacional de Garantía de Calidad de Atención médica, es de uso público, libre y gratuito
y se encuentra disponible en https://www.argentina.gob.ar/salud41
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Recomendaciones:
o Riesgo de infecciones del sitio quirúrgico: Confirmando antes de incidir piel el viraje de
los testigos de esterilización del instrumental y la profilaxis antibiótica.
o Comunicación y trabajo en equipo eficaz: Confirmando que todos los miembros del
equipo se hayan presentado por su nombre y función, y revisando en equipo los
principales aspectos de la recuperación y el tratamiento del paciente.
En el año 2004 Donald Berwick, del Institute for Healthcare Improvement (IHI), llevó a cabo en
más de tres mil hospitales de los Estados Unidos, una exitosa campaña con el objetivo de salvar
100.000 vidas46. El foco fue puesto en seis prácticas seguras para el cuidado de los pacientes. Una
de las medidas adoptadas fue la creación de equipos de respuesta rápida para asistir precozmente
a los pacientes que cambian su situación clínica, poniéndose en riesgo de sufrir un cuadro de shock
y muerte.
Los equipos de respuesta rápida salvan vidas al detectar cambios clínicos en los pacientes que, de
no ser detectados, podrían ocasionar paros cardiorrespiratorios y mortalidad hospitalaria. La
implementación de esta estrategia requiere de equipos de profesionales que den respuesta y
soporte clínico inmediato en la unidad donde se encuentra el paciente, cuando se activen códigos
de alerta según el estado hemodinámico del mismo. La reducción de la mortalidad con la
utilización de los equipos de rápida respuesta ha sido estimada en el 13% (RR: 0.87, 95 % CI 0.81–
0.95)47 para la población adulta y del 18% en pediatría (RR: 0.82 95 % CI 0.76–0.89).
Objetivo específico:
Recomendaciones:
Existen escalas validadas y herramientas para la detección de los pacientes que cambian de
situación clínica. Una de las más conocidas es el score News (National Early Warning Score)48,49 del
Sistema Nacional de Salud Británico, para pacientes mayores de 16 años y el score PEWS50, que
es la adaptación para pediatría. La escala contempla la valoración y medición de seis parámetros
fisiológicos (frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca, temperatura, tensión arterial, saturación
de oxígeno y nivel de conciencia) y la presencia o no de requerimiento de oxígeno suplementario.
La herramienta permite la categorización en pacientes de bajo, moderado y alto riesgo, siendo
estos últimos los que necesitan ser asistidos por un equipo de respuesta rápida.
Prevención de caídas:
Los pacientes internados se encuentran sometidos a distintos procesos en los cuales se ven
afectadas sus condiciones físicas y fisiológicas, lo que incrementa el riesgo de sufrir caídas51,52.
Teniendo en cuenta el contexto en el que se realiza la atención médico-sanitaria, cada institución
debe realizar una evaluación del riesgo de sus pacientes a sufrir caídas y las posibles lesiones
asociadas a estas. La evaluación debería poder identificar de manera eficiente los pacientes que
tienen alto riesgo a sufrir caídas y tratar de neutralizar los daños.
Objetivo específico:
Seguridad del Paciente 30
Recomendaciones:
● Consignar el riesgo en la historia clínica del paciente y, de ser posible, visualmente sobre
el paciente, usando algún tipo de recurso como una pulsera o prendedor, para que todos
los miembros del equipo sanitario puedan conocer el riesgo del paciente.
● Llevar un registro indicador de las caídas, medido como tasa de caídas cada 1000
pacientes día, una estimación de la frecuencia del cumplimiento de las medidas de
prevención y contar con un protocolo de cuidado post caída para evaluar y asistir al
paciente en caso de que ocurra la misma. El uso de indicadores nos permite planificar las
acciones correctivas y hacer los ajustes en los procedimientos para mejorar la prevención
y la ocurrencia de daños asociados a las caídas.
Las úlceras por presión (UPP) son lesiones localizadas en la piel, generalmente en relación con una
prominencia ósea, producidas por presión, fricción, cizallamiento, o una combinación de estos
factores, que generan inflamación y anoxia tisular en el sitio afectado. La misma resulta en
ulceración, necrosis y muerte tisular53,54.
En ocasiones, estas lesiones también pueden aparecer sobre tejidos blandos sometidos a presión
externa por diferentes materiales o dispositivos clínicos. La OMS considera la presencia de UPP
como un indicador negativo de la calidad asistencial. Este tipo de lesiones repercute en el nivel de
salud y la calidad de vida del paciente y su entorno. Esta patología representa una causa frecuente
de prolongación de la estadía hospitalaria; adicionalmente, debido a los gastos que genera su
tratamiento, impacta negativamente en los costos de los servicios de salud. Puede considerarse
que el 95% de las UPP que se producen son prevenibles, por lo que existe una gran oportunidad
de mejora.
Objetivo específico:
Disminuir la aparición de úlceras por presión (UPP), detectarlas precozmente y reducir el daño
asociado a las UPP en los pacientes internados.
Recomendaciones:
Seguridad del Paciente 31
Cuidados de la piel.
Hidratación de la piel con cremas con vitamina A.
Protección de la piel frente a la humedad y el roce utilizando cremas con vitamina A
y vaselina.
En el paciente crítico, utilizar ácidos grasos hiperoxigenados.
Planificación de cambios de posición cada dos horas en horario diurno y cada cuatro
horas en horario nocturno.
Utilización de superficies especiales para aliviar presión (sobre-colchón de aire y
almohadas para redistribución de presión).
Uso adecuado de productos médicos para tratamiento o diagnóstico.
Educación al paciente y su familia.
Seguridad del Paciente 32
Introducción
Los pacientes pueden tener nombres similares o iguales, estar sedados, desorientados, no
plenamente despiertos o en estado comatoso. También puede suceder que cambien de camas,
de habitaciones o ubicación dentro del hospital. Incluso puede haber pacientes con
discapacidades sensoriales que no recuerden su identidad, o sujetos a otras situaciones que
predispongan a identificarlos incorrectamente. Por lo tanto, es necesario identificarlos mediante
procedimientos estandarizados.
La identificación errónea del paciente puede tener implicancias de distinta gravedad: desde no
causar daño (por ejemplo, si un paciente casi recibe la medicación de otro paciente, pero el error
fue detectado antes de administrar el medicamento) a tener consecuencias muy graves (el
paciente equivocado fue llevado al quirófano y la cirugía comenzó).
Objetivo general:
Promover la identificación correcta del paciente
Objetivos específicos:
Recomendaciones56,57:
Una de las herramientas más utilizadas para la identificación de los pacientes son las pulseras de
identificación. Como iniciativa básica, pueden utilizarse pulseras de identificación blancas sobre
Seguridad del Paciente 33
las que se escribe información específica (por ejemplo nombre y fecha de nacimiento). Existen
otras tecnologías que pueden mejorar la identificación del paciente como los códigos de barras o
QR, o las pulseras con chip de radiofrecuencia y algunas de ellas han demostrado ser económicas.
Independientemente de esto, se recomienda que cada institución busque las soluciones
tecnológicas teniendo en cuenta la realidad de los entornos de atención clínica. Más allá de la
tecnología o del enfoque empleado para identificar a los pacientes con exactitud, la planificación
cuidadosa y sistemática de esta práctica en los procesos de atención asegurará la debida
identificación del paciente antes de cualquier intervención médica, y proporcionará una atención
más segura, con considerablemente menos errores.
Pacientes hospitalizados.
Pacientes que ingresaron al hospital de día.
Pacientes que ingresan para realizarse una cirugía de día o pacientes
ambulatorios, y/o que requieran anestesia, general o local con o sin cirugía.
Pacientes que requieren transfusión de sangre o derivados.
Pacientes que están recibiendo cualquier tipo de terapia de medicación,
incluidos los pacientes no admitidos en el servicio de urgencias.
Pacientes que están recibiendo cualquier terapia donde se requiere
consentimiento específico (ejemplo: quimioterapia).
Pacientes que se someten a cualquier otro tratamiento o procedimiento que
les pueda causar un impacto negativo en su estado de salud.
Consideraciones específicas:
● Se recomienda que los pacientes incapaces de comunicarse por sí mismos cuenten con
pulsera de identificación, y hacer todos los intentos razonables para confirmar su
identidad antes de realizar cualquier procedimiento, confirmando la información con
un acompañante, con otra identificación, o a través de un intérprete (cuando sea
necesario).
Introducción
Las pruebas diagnósticas incluyen, pero no están limitadas a análisis de laboratorio, exámenes de
radiología, exámenes de radiología nuclear, procedimientos por ultrasonido, imágenes de
resonancia magnética y diagnósticos cardíacos, tanto en pacientes hospitalizados como
ambulatorios. Los resultados fuera del rango normal pueden indicar un riesgo elevado para la vida
del paciente y requieren una intervención.
Objetivo general:
Objetivo específico:
Recomendaciones:
clara y estableciendo contacto visual con el receptor. Éste último debe simplemente
repetir lo comunicado y recibir la palabra “confirmado” por parte del emisor67.
Se recomienda que cada disciplina diagnóstica determine cuáles son los resultados
críticos que deben informarse al médico solicitante y/o al paciente en forma inmediata
para que puedan tomar conductas específicas.
Documentación de la comunicación:
● Se recomienda que, una vez confirmada la información recibida, quede documentada por
escrito en la historia clínica, especialmente aquellos resultados que generen un cambio
en la conducta en el tratamiento del paciente. Asimismo los profesionales de enfermería
deberán escribir en la historia clínica los cuidados realizados a partir de la comunicación
efectuada por un médico.
Seguridad del Paciente 39
Los eventos adversos (EAs) se definen como las consecuencias indeseables que las fallas en los
procesos asistenciales pueden afectar a los pacientes, y que no están relacionadas con la o las
patologías que lo condujeron a someterse a atención. La prevención y disminución de la
gravedad de los mismos son la razón de ser de lo que conocemos como seguridad del paciente.
La teoría de la gestión de riesgos establece que el primer paso para la prevención de EAs es su
identificación, para luego poder diseñar intervenciones que reduzcan su frecuencia e impacto68.
Existen herramientas de gran utilidad, entre ellas el análisis de causa raíz, que permiten analizar
en profundidad los incidentes relacionados con la seguridad del paciente, especialmente los más
graves (eventos centinela), con el objetivo de evitar su repetición.
El evento adverso es la consecuencia final de una falla del sistema asistencial. Existen siempre
hechos previos de gravedad creciente que llevan a su aparición. Esta cadena se inicia por los
incidentes de seguridad, sigue por los casi-errores para culminar con el evento adverso. En el
presente documento, debe entenderse que el término “evento adverso” alude a la totalidad de
las tipologías mencionadas.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Recomendaciones
Si bien son varias las modalidades de detección de incidentes de seguridad, hay dos que cuentan
con amplio consenso y evidencia acerca de su eficacia:
Seguridad del Paciente 40
1. Recopilar información relativa a los problemas de seguridad del paciente que el personal
percibe o identifica. Ello está limitado no sólo a la voluntad de reportar sino también a
la posibilidad o capacidad para identificar una circunstancia de la práctica como un
incidente.
2. Permitir a las organizaciones utilizar esta información para crear mejoras en los
procesos, actitudes y estructuras a fin de reducir la probabilidad de la repetición del
mismo tipo de error.
3. Estimular una cultura de apertura hacia el tratamiento de los errores de manera adulta
y no punitiva.
4. Aprender de los errores cometidos y diseminar lecciones aprendidas a fin de crear una
cultura proactiva hacia la identificación y detención de otros errores y facilitar la
adopción de estrategias de seguridad establecidas.
De allí que puede concluirse que el beneficio más marcado que generan los SRVISP es el cambio
de cultura, llevando a las unidades e instituciones que lo implementan a niveles de proactividad
sorprendentes respecto en la detección de incidentes y el compromiso con el cambio y las
mejoras implementadas.
Las GTT, por su parte, se basan en la búsqueda activa de elementos (disparadores o “triggers”),
capaces de guiarnos en la detección de eventos adversos no explícitamente consignados, a partir
de la información contenida en muestras mensuales de historias clínicas de pacientes egresados.
Tanto para las GTT como para los SRVISP debe existir una instancia de coordinación, que
comunica cada hecho detectado a las áreas responsables de su análisis (servicios asistenciales,
grupos de intervención, comités, etc.) y del diseño e implementación de medidas correctivas y
de prevención.
Seguridad del Paciente 41
Cabe destacar, que dado que la enorme mayoría de estas situaciones provienen de fallas
sistémicas y no de acciones voluntarias por parte de los integrantes de los equipos sanitarios,
ninguna de las metodologías mencionadas debe ser encarada con criterio punitivo. En este
sentido es necesario desarrollar previa y paralelamente a su implementación, actividades de
inducción y capacitación dirigidas a todos los niveles, de modo que la no punibilidad se
transforme en el pilar básico que garantice los resultados esperados en términos de la mejora
continua. Si intentamos diferenciar la porción de incidentes que cada herramienta captura,
podremos decir que los SRVISP evidencian con mayor precisión los errores, casi errores y errores
sin daño; mientras que los GTT se enfocan en la detección de eventos adversos como foco
primario. La implementación conjunta y las mejoras resultantes de ello, aumenta la probabilidad
de generar entornos más seguros.
Existen acciones que son comunes para la puesta en marcha de ambas metodologías y otras que
son particulares para cada una de ellas. Si bien pueden ser iniciadas simultáneamente, no existe
inconveniente alguno para hacerlo de manera secuencial. Cada establecimiento deberá
seleccionar qué modalidad de implementación es la más adecuada a sus posibilidades.
1. GTT:
a. Definición de
i. Tamaño muestral de registros clínicos a analizar.
ii. Áreas alcanzadas (todo el establecimiento, áreas incluidas o excluidas
especialmente, etc.).
b. Categorización de EAs detectados y priorización de acuerdo a su nivel de riesgo.
c. Mecanismos para la adecuación de los “gatillos” a utilizar, de acuerdo a la
incidencia y prevalencia local de los fenómenos.
El historiador médico Edward Shorter en su libro Bedside manners, argumentaba que la calidad
de la relación médico-paciente era dependiente de los niveles de ciencia y tecnología. Antes de
1880, cuando el médico tenía poco poder diagnóstico y terapéutico, el paciente tenía más
participación y con frecuencia pedía una segunda opinión; mientras que a medida que la medicina
ganó poder diagnóstico y posteriormente terapéutico, el aura de ciencia que rodeaba a los
médicos hizo que los pacientes confiaran en ellos como nunca antes. En 1969, el neurólogo
holandés Jan Hendrik van den Berg publicó el libro “Poder médico y ética”, donde llama la
atención acerca de la poca o nula información que los médicos brindaban a sus pacientes. Al
mismo tiempo, propone incorporar a los pacientes en la toma de decisiones acerca de su salud, y
permitirles leer libremente su propia historia clínica. Fue sin duda un pionero del
empoderamiento del paciente en la historia reciente73.
En la actualidad sabemos que las personas tienen derecho a tomar decisiones acerca de las
cuestiones que hacen a la atención de su salud y pueden contribuir enormemente a reducir los
eventos adversos y los incidentes relacionados con la asistencia sanitaria. El compromiso del
paciente en su seguridad significa que tiene la oportunidad de evaluar la atención que recibe, con
la expectativa de que otros utilicen esta información de modo constructivo para mejorar su
cuidado. Los pacientes sólo pueden tomar un rol activo, si cuentan con la información suficiente,
entienden cómo utilizarla y están convencidos de que tienen la oportunidad y el derecho de
participar en la seguridad de su cuidado, sin menoscabar la responsabilidad del equipo de salud
interviniente. Los pacientes son los individuos destinarios de la atención sanitaria y los que
eventualmente sufren las consecuencias de los incidentes que pudieran producirse. Por lo tanto,
estos debieran ser los principales interesados en prevenir incidentes, y en muchos casos podrían
colaborar a detectarlos fácilmente (medicación errónea, estudio erróneo, no lavado de manos,
etc.)74,75.
Objetivo general:
Objetivos específicos:
Recomendaciones:
● Incentivar en los establecimientos sanitarios los cambios culturales necesarios para que
la participación de los pacientes sea un valor deseado y promovido dentro de las
organizaciones.
● Capacitar a los equipos de salud para que incorporen activamente a los pacientes en las
acciones destinadas a promover la seguridad en la atención.
● Entrenar al equipo de salud para desarrollar estas acciones entendiendo la cultura local
en cuanto a la relación equipo de salud/paciente.
También se recomienda que los pacientes y cuidadores lleven consigo un listado actualizado,
escrito, de cada medicamento, suplemento y medicamento alternativo y sus dosis. El paciente y
el equipo de salud (médicos, enfermeros, farmacéuticos, nutricionistas y demás personal
involucrado) deben verificar este listado en cada nivel de atención y brindar educación y/o
corregirlo cuando sea pertinente (interacciones drogas-alimentos, modificación de la dosis,
otros).
El paciente debe verificar junto con el médico o enfermero cada vez que se le administra
medicación: nombre del paciente, droga, dosis, horario, vía de administración.
Seguridad del Paciente 45
GLOSARIO78,79
Acontecimientos adversos por medicamentos (AAM): cualquier daño grave o leve causado por
el uso terapéutico (o falta de uso) de un medicamento. Los acontecimientos adversos se pueden
clasificar en dos tipos según sus posibilidades de prevención: - AAM prevenibles: son aquellos
AAM causados por errores de medicación. Suponen por lo tanto daño y error. - AAM no
prevenibles: son aquellos AAM que se producen a pesar del uso apropiado de los medicamentos
(daño sin error) y se corresponden con las denominadas reacciones adversas a medicamentos
(RAM).
Error de medicación (EM): cualquier incidente prevenible que puede causar daño al paciente o
dar lugar a una utilización inapropiada de los medicamentos, cuando éstos están bajo el control
de los profesionales sanitarios o del paciente o consumidor. Esto puede estar relacionado con
las prácticas profesionales, con los productos, con los procedimientos o con los sistemas, e
incluyen los fallos en la prescripción, comunicación, etiquetado, envasado, denominación,
preparación, dispensación, distribución, administración, educación, seguimiento y utilización de
los medicamentos. Esta definición expresa el carácter prevenible de los errores y el hecho de
que suponen cualquier fallo que se produce en cualquiera de los procesos del sistema de
utilización de los medicamentos.
Error: es la falla para completar una acción tal como fue planeada o el uso de un plan equivocado
para lograr un objetivo; no siempre provoca un daño o lesión. Por acción: resultante de “hacer
lo que no había que hacer”. Por omisión: causado por “no hacer lo que había que hacer”.
Evento adverso: incidente que provoca injuria o daño al paciente, no intencional, consecuencia
del cuidado de la salud y no de la enfermedad misma.
Evento centinela: incidencia imprevista en la que se produce la muerte o una lesión física o
psíquica grave, o el riesgo de que se produzca. Una lesión grave comprende específicamente la
pérdida de una extremidad o una función. La frase “o el riesgo de que se produzca” comprende
toda variación del proceso cuya repetición conllevaría una probabilidad importante de un
resultado adverso grave. Esos eventos se denominan “centinelas” porque avisan de la necesidad
de una investigación y una respuesta inmediatas.
Reacción adversa a medicamentos (RAM): todo efecto perjudicial y no deseado que se presenta
después de la administración de un medicamento a las dosis normalmente utilizadas en el
hombre para la profilaxis, diagnóstico o tratamiento de una enfermedad o con objeto de
modificar su función biológica. Se considera que las RAM no suponen un mal uso de los
medicamentos, es decir, que no se producen por un error.
Seguridad del Paciente 46
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