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Cuatro principios para enfrentar la adversidad

Introducción

Todos los seres humanos, en mayor o en menor medida, enfrentamos la adversidad. Es un


hecho ligado a la cotidianidad de toda persona. No obstante, lo que marca la diferencia, es la
actitud que asumimos frente a las circunstancias contrarias. Allí está el secreto. Y quien nos
ayuda a salir airosos no importa qué momento difícil estemos atravesando, es Dios mismo.

1. Las circunstancias no gobiernan nuestra vida

Si permitimos, a la adversidad gobernar nuestro ser y nos robará la paz. ¿Qué hacer?
¿Dejarnos arrastrarnos por las circunstancias? En absoluto. El apóstol Pablo recomienda que
comprendamos que, no importa la situación que estemos atravesando, reconozcamos que
Dios está con nosotros: romanos 8:37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó. Sólo quienes reconocen que delante de ellos va Jesucristo
como poderoso gigante, pueden cruzar desiertos, sobreponerse a tormentas y limpiar las
lágrimas de su rostro sabiendo que los momentos de dolor pasarán, y que Dios guardará sus
almas. No permita que las circunstancias gobiernen su vida. Vuelva su mirada a cristo

2. Agradezca a Dios aun cuando las tormentas aumenten

Hay momentos en que las tormentas alrededor nuestro amenazan causar un desastre. Y no
comprendemos que está pasando. Incluso, es probable que nos sintamos tentados a renegar.
¿Es así como debemos obrar? De ninguna manera. La Biblia nos enseña que, por encima de
las condiciones difíciles, en nuestro corazón debe anidar la gratitud 1 tesalonicenses 5:18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Puede que no suene lógico, pero si agradecemos a Dios, incluso por la angustia, el daño o el
dolor que han querido causarnos, Dios se glorificará y cambiará el llanto en alegría.

3. Confíe que Dios no lo desamparará

¿Le ha ocurrido que en medio de los momentos difíciles de la vida siente que está solo? Es
probable incluso que se haya preguntado, ¿Dónde está Dios? El apóstol Pablo conoció esa
inclinación muy humana. Fue por ese motivo que escribió: hebreos 13:5 Sean vuestras
costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te
desampararé, ni te dejaré. Aun cuando esté caminando por sendero de muerte, no se deje
atemorizar. Haga un alto en el camino, sienta esa presencia de Dios, ese Dios de amor que le
acompaña y que jamás le deja solo, y avance. Dios hará algo grande en usted, porque
confiando en Él, caminará de su mano poderosa hasta salir del problema.

4. Dios transforma la adversidad en bendiciones

Es maravilloso saber que el Dios en el que hemos creído, él transforma las dificultades, en
bendiciones a favor nuestro. Si confiamos en Él, no ocurrirá nada que no glorifique Su
nombre poderoso y nos muestre al mundo como lo que somos: triunfadores. El apóstol Pablo
que enfrentó tantos momentos difíciles, depositó su confianza en el Señor y se levantó airoso
siempre, escribió: romanos 8:28 Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les
ayudan a bien, es a saber, a los que conforme al propósito son llamados. Las condiciones
contrarias, que para muchos es motivo de desánimo e incluso, de desesperanza, para los
cristianos se constituyen en motivos de bendición. Dios tiene el control de todas las cosas y
nos guía por camino seguro, para que sepamos dónde pisar sin que nada nos cause daño…

2. ¿Cómo superar una crisis de pareja?

Toda relación amorosa tiene sus altas y bajas. Muchos encaran problemas matrimoniales
pocos meses después de haberse jurado amor eterno. Mi libro el amor es ciego pero el
matrimonio abre los ojos. expertos en terapia de familia, la raíz de muchos problemas
matrimoniales está en no aceptar que es normal pasar por momentos difíciles. ¿Alguna vez
te has puesto a analizar esa advertencia? Los votos matrimoniales dicen que enfrentarás
varios problemas a lo largo del matrimonio: “Te acepto como mi esposo(a), para amarte y
respetarte, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en
la enfermedad y en la salud…”

Sólo quienes saben sobrepasar las adversidades y crisis que conllevan un matrimonio, pueden
ganar en “el juego del amor”. Una crisis matrimonial en su mayoría es por falta de
comunicación. Algunos factores que provocan la separación. Problemas económicos, falta
de tiempo, desconexión emocional, por una infidelidad.

Las estadísticas afirman que entre los 35 y los 45 años es cuando más divorcios se producen,
y esto ocurre porque tanto el hombre como la mujer piensan que el problema está fuera de
control y no saben cómo solucionarlo.

1. Busca la causa: No tiene que haber una infidelidad, ni abuso físico o verbal para que
una pareja caiga en crisis, algo tan sencillo como el estrés, la llegada de un hijo o un cambio
de empleo puede generar conflictos. Sin utilizar palabras hirientes, ambos deben ser capaces
de mostrar los errores del otro sin acusaciones. Fomentar una buena comunicación es
fundamental para resolver cualquier crisis y mantener una buena relación. Si tu pareja no es
sincera contigo, ni se esfuerza por comunicarse mejor, sugiérele que asistan a un terapeuta
de parejas.

2. No se pierdan el respeto. Para salir de una crisis ambos deben respetarse, apoyarse
y admirarse. Si alguna de estas actitudes está ausente en alguno de los dos, es muy probable
que la condición del matrimonio empeore. En una relación ideal, el amor es tan fuerte que
ambos están dispuestos a enfrentar el problema y solucionarlo.

3. Ten paciencia: si se ponen de acuerdo en resolver el problema puede ser que ser que
tome un poco de tiempo. Puede suceder que alguno de los dos sienta la necesidad de alejarse
por un tiempo, lo cual no se trata necesariamente de una crisis permanente. Recuerda que
muchas parejas se vuelven más fuertes después de una separación al reconocer cuanto se
extrañan. Sea pequeña o grande, confronta tu crisis. Hacerte la ciega sólo provocará
sufrimiento y dañará aún más tu relación.
4 PROBLEMAS INEVITABLES EN EL MATRIMONIOS

Es posible que tu matrimonio haya pasado o esté pasando por alguno de estos inconvenientes.
Descubre la mejor manera de afrontarlos y disfrútalo al máximo.

TODO MATRIMONIO TIENE PROBLEMAS no importa cuántos años lleves de vida


matrimonial y parecen novios, en algún momento de sus vidas juntos han pasado por uno o
todos los conflictos. La diferencia entre ellos y los que no han llegado a los 10 años de unión
porque decidieron divorciarse. Mi libro: los tres primeros años de matrimonio son de vital
importancia. Es sano que un matrimonio tenga problemas y estos van a surgir lo quieras o
no, ya que está formado por 2 seres completamente diferentes.

1. Falta (o mala) de comunicación

Más que tratarse de habilidades comunicativas como la capacidad de saber decir las cosas
que se sienten y piensan con prudencia, se trata de CONFIANZA. Encontrar un justo medio
que les haga sentirse satisfechos y que en realidad están conociendo a la persona con la que
eligieron compartir su vida. La confianza es algo que se debe incentivar desde el mismo
inicio de la relación.

2. Compromiso

El compromiso va de la mano con la responsabilidad. No se trata solo de «dar la palabra y


cumplir», está en la capacidad y quiere esforzarse en mejorar y sacar adelante la relación
entre los dos sino lo hace de esta manera, a esa relación no le espera un buen futuro.

La falta de interés en la relación como en la otra persona se puede notar desde el noviazgo.
No creas que solo la con toda la fuerza de su amor se va lograr. Ese matrimonio va rumbo al
fracaso porque al final te cansarás de llevar la carga sola.

3. Problemas de económicos

Esta es una situación que hace que los matrimonios queden en la cuerda floja. Por ejemplo,
decidir si ambos van a trabajar y ser proveedores o si una sola de las partes será la que
proporcione el bienestar monetario de la familia puede llegar a ser de veras un suplicio (sin
hablar de cuando, por azares de la vida, quien sostiene el hogar pierde el empleo). La idea
acá es que lleguen a un punto medio. Compartir gastos si es que ambos trabajan, tener cuentas
de ahorro personales y una mancomunada para casos de pérdida de empleo; súmale un fondo
para educación de los hijos… todos esos detalles deberían ser tratados desde el mismo
principio de la relación para que los momentos de incertidumbre no tomen por sorpresa a
nadie.
4. Lucha por el poder

Muchas relaciones existen de manera tácita ese enfrentamiento por quién tiene el mando en
su mano. En un matrimonio quién se impone pierde el respeto del otro, y después de un
tiempo su afecto. Desde el mismo momento de decidir unir sus vidas, deben comprender que
no es cuestión de quién manda a quién, sino que deben comprender que es una empresa donde
los dos tendrán roles diferentes. Estos son los secretos que guardan los baúles de las parejas
más felices, duraderas y estables que conoces. Han podido vencer las adversidaes.

Los «nunca» del matrimonio

Hay cosas que nunca debes hacer si lo que quieres es que reine la paz en la pareja.

Todos los matrimonios deseamos ser felices, teniendo una vida llena de amor, paz y
tranquilidad con quienes amamos. Sin embargo, ese deseo e ilusión en algunas ocasiones se
desvanece, perdiendo fuerza y vitalidad cada vez que existen conflictos. Es inevitable no
tener diferentes ideologías y puntos de vista sobre las situaciones de la vida, y más cuando
se trata de pensamientos y personalidades distintas. Llegar al éxito del matrimonio, para tener
una relación sólida y estable. Todos los matrimonios tienen que aprender decir nunca.

1 Nunca discutir delante de los hijos

Los expertos aseguran que cualquier tipo de discusión ya sea con gritos, violencia e insultos
o de manera pasiva, llegan a afectar la salud física y emocional de los hijos. Ellos, aunque
sean pequeños e inmaduros, se dan cuenta cuando algo no anda bien entre sus padres.
Algunas enfermedades físicas y psicológicas por causa de esto son: las alteraciones cardíacas,
desequilibrios hormonales, retraso en el desarrollo del cerebro, problemas de sueño,
ansiedad, depresión y de comportamiento. De acuerdo con la edad que tengan los hijos, se
puede aclarar las causas de los conflictos y las maneras posibles de resolverlos.

2 Nunca perder el romanticismo

La rutina, el aburrimiento, la carga de responsabilidades y obligaciones, así como también


los problemas en general, causan conflictos de pareja, provocando que la pasión y el
romanticismo se deje a un lado, para darle prioridad a otras cosas. Esta parte es fundamental
del amor. Por ello, nunca se debe perder y dejar en segundo plano el romanticismo: por
ejemplo: las cenas románticas, las sorpresas inesperadas, los mensajes de texto, los viajes,
las caricias, los besos profundos y esas miradas coquetas y reveladoras.

3 Nunca tener conflictos con la familia política

Una buena relación con los suegros, cuñados, primos y demás parientes de tu pareja, es
fundamental para tener armonía en el hogar. Recuerda que cometerás un grave error al
arriesgar tu matrimonio si pones a tu pareja entre la espada y la pared, al tener que decidir
sobre el amor que les tiene a sus padres y el tuyo. Ellos nunca dejarán de ser sus padres, por
lo que es recomendable evitar conflictos con ellos. Mantén tu distancia, establece límites y
sé cordial y respetuosa; además también porque son los abuelos de tus hijos.

4 Nunca se olviden de Dios

Dios es todo poderoso, misericordioso y majestuoso, con Él a tu lado, seguro que tu


matrimonio será bendecido. La parte espiritual es algo que no debe dejarse a un lado, ya que,
si los dos ponen a Dios en su corazón y lo aceptan como el único rey y salvador, tendrán la
suficiente sabiduría para tener éxito en su relación.

5 Nunca dejen de pensar en el otro

La armonía en el matrimonio se da cuando los dos aprenden a escucharse, dejando que la


pareja tenga la libertad de expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos, para apoyarla;
eso es respetar la individualidad de cada quien. Cuando se trata de tomar decisiones que
involucren el bienestar común, es importante tomarlas en conjunto, como el equipo que son.
Es por ello, que nunca deberán pensar o hablar en singular cuando a temas de la pareja se
refiere; el matrimonio es la unión perfecta para conquistar los sueños y anhelos de forma más
sencilla e ideal.

6 Nunca hablen mal del cónyuge con nadie

Es frecuente que entre amigas (os), se tengan conversaciones sobre las relaciones que
mantienen con sus parejas, y de los problemas que han enfrentado y venciendo juntos. Sin
embargo, procuren tener su intimidad y discusiones de su vida matrimonial en privado, fuera
del alcance de los demás; ya que el peor error es hablar mal del cónyuge. Al final de cuentas
tu cónyuge es la persona que amas, ¿por qué hablar mal?

7 Nunca se griten

Los gritos, la violencia física, los arrebatos, los insultos, están fuera de lugar en las relaciones
amorosas. Cuando se pierden los estribos y el control de las emociones, es probable que la
persona amada salga totalmente herida y lastimada, provocando un daño irreversible en su
alma, corazón y memoria. Dicen los expertos que el cerebro recuerda más fácil las cosas
dolorosas que las alegres.

8 Nunca se duerman sin terminar una discusión

Muchas veces cuando pasamos por algún tipo de adversidad o inquietud, lo recomendable es
dormir, ya que a nivel subconsciente se logra obtener soluciones a los conflictos y las ideas
llegan a la mente con mayor claridad. En una discusión marital no es recomendable irte a
dormir con tus emociones negativas a flor de piel, como el coraje, rencor, rabia y furia, pues
es probable que el subconsciente llegue a distorsionar la realidad, y sobre todo que aleje la
intención de resolver el problema. Por ello, es que nunca deberán dormir peleados.
¿QUÉ HACER ANTE LA RUPTURA?

La Biblia tiene la respuesta y para fortuna, es una respuesta universal que aplica a todas las
situaciones de la vida.1 Corintios 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo
todo para la gloria de Dios. Lo mejor siempre está por venir. Además, ten por seguro que
Dios utilizará tu dolor -si se lo entregas- de las maneras más insospechadas, y enriquecerá la
vida de muchos con tu generosidad.

Él te permite elegir, pero nunca te abandona

Te ha dado la libertad, y respeta cada decisión que tomes. Lo que nunca deja de hacer, es
colocar sus manos debajo de nosotros para evitar que caigamos. Definitivamente, en tu
relación ha sucedido algo que ha hecho que se rompa. ¿Por qué factor relacionado contigo
pudo deberse la ruptura? Hacer eso te permitirá saber en qué áreas puedes concentrarte para
crecer humanamente, además de fomentar la oración al máximo. Se requiere valentía para
hacer este análisis, pues el dolor y la carga a veces nos impiden mirar a fondo la herida.

Procura sanar tú

Si puedes, acércate a quienes te ayuden a sanar tu corazón, tu afectividad y tu autoestima.


Este «apapacho» es muy importante para volver a estar de pie. Podrías ir con un psicólogo,
un terapeuta de parejas o incluso con un pastor o sacerdote con experiencia en trabajo con
familias.

Aprenderás a amar más y mejor

Si has experimentado el enamoramiento y luego el amor maduro, comprenderás que hay


diversos tipos de amor. El más sublime es el que ama sin esperar nada a cambio. el
mandamiento del amor indica: Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti
mismo. Conforme vaya sanando tu alma, procura amar a tu pareja que ha decidido separarse
de ti como Dios la ama. Es un proceso difícil dice la biblia: pero como dice el Evangelio de
Lucas: 6:32.36 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los
pecadores aman a los que los aman. 33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito
tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes
esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores,
para recibir otro tanto. 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no
esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque
él es benigno para con los ingratos y malos. 36 Sed, pues, misericordiosos, como también
vuestro Padre es misericordioso.

Dejar atrás los juicios te hará libre

Orar para aprender a amar a quien te ha herido es sanador. Nos permite quitar el lugar al
rencor, y evitar los juicios. Cada persona actuamos condicionados por nuestra forma de ser,
experiencias pasadas o heridas. Tal vez si tú estuvieras en el lugar de tu pareja, habrías hecho
lo mismo.
Mientras haya vida, hay esperanza

Mateo, leemos una cita llena de esperanza: Mt 12:20. La caña cascada no quebrará, Y el
pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio. Is 43: 2. Cuando pases
por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego,
no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Los pilares del matrimonio.

Dios
El amor
El respeto
La confianza
La comunicación
La fidelidad
El compromiso
Estos pilares son indispensables para un buen matrimonio, porque cuando vengan las
tempestades de problemas nadie ni nadie los moverá. El matrimonio nunca es exento de
dificultades, creo que es el único que tiene multitud de facultades. Estos pilares primero
deben estar en su vida. Con estos pilares es más fácil de superar las adversidades que se
pongan en el camino. La armonía no es la ausencia de conflictos. Tenemos que saber cómo
salvarlas. Todas las parejas encierran la posibilidad de conflicto, porque está integrada por
dos personas.

Los matrimonios bíblicos también pasaron por adversidades

¿Usted creen que son la única pareja que pasan por problemas relacionados a la vida
sentimental, y que los grandes héroes del pasado, descritos en la Biblia, no vivieron
adversidades en sus relaciones? Todos los seres humanos existentes en la Tierra, ellos
también sufrieron, como muchos sufren hoy. Juan 16:33). Estas cosas os he hablado para
que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
La Palabra de Dios es un libro con valiosas enseñanzas y relatos de parejas que encontraron
la solución para sus problemas. En ella también encontramos momentos de gran aflicción
que fueron superados y que hoy pueden utilizarse como una referencia.

Adán y Eva

Adán y Eva. Probablemente todas las personas ya han oído hablar de ellos al menos una vez
en la vida. Pero, de hecho, ¿qué sucedió con esta pareja? Creados por Dios, ambos vivían en
perfecta armonía y alegría, hasta que quebraron uno de los mandamientos de Dios y fueron
expulsados del Jardín del Edén. De un mundo perfecto que disfrutaban – y de una constante
luna de miel -, ellos comenzaron a sufrir. Pero, ¿qué sucedió con este matrimonio? Ellos
tuvieron que luchar mucho para suplir sus necesidades, pero cumplieron con las
responsabilidades, ya que – sabían – que el matrimonio era, es y siempre será la institución
más importante de la sociedad.
Abraham y Sara

Abraham y Sara también enfrentaron muchos problemas a lo largo de la vida; adversidades,


tristezas, interminables ásperas, luchas, incluso la infertilidad de Sara, cuya promesa de tener
un hijo se cumplió cuando ella era de edad muy avanzada (al dar a luz a Isaac). ¿Usted cree
que sería fácil pasar por todo eso si ellos no hubiesen estado en la fe? Por supuesto que no.
Pero lo que hizo que fueran un matrimonio bendecido fue la unión de ambos, la disposición
en oír la voz de Dios, y que juntos tomaran decisiones correctas, aun fallando muchas veces
como cualquier ser humano.

Isaac y Rebeca

Isaac, el tan esperado hijo de Abraham y Sara – un joven tranquilo y extremadamente


correcto – dejó que Dios eligiera a su esposa, y así sucedió – más tarde se casó con Rebeca,
una hermosa e inteligente joven. La Biblia describe su relación llena de amor y ternura, pero
algo les molestó durante muchos años: la ausencia de hijos. Rebeca no lograba quedar
embarazada y, en aquella época, eso era visto como una verdadera frustración, una
vergüenza. Mi libro mujeres desconocidas. Probablemente ellos vivieron momentos de
profundo dolor y tristeza. Durante aproximadamente 20 años esperaron tener un hijo, hasta
que Isaac le entregó ese problema a Dios, que oyó sus oraciones (Génesis 25:21). Observe
que, aun teniendo una relación de respeto y consideración, la tristeza también formó parte de
la vida de este matrimonio. Se necesitó perseverancia, actitud y mucha fe para vencer las
adversidades que los acompañaron.

José y María

La historia de José y de María, una pareja muy conocida y mencionada a lo largo de nuestras
vidas. María, la madre de Jesús – el Mesías -, fue considerada virtuosa y pura delante de
Dios, y era virgen. José, su marido, temía al Señor. Ellos habrán pasado por varios problemas
en relación al embarazo de María – que llevó en su vientre un hijo que no era de José, sino
que fue concebido por el Espíritu Santo (Lucas 1:26-35) -, sin embargo, juntos entendieron
el plan de Dios. Jesús nació y José lo educó hasta el comienzo de la adolescencia, para que
se cumpliera posteriormente, el plan de Salvación de la humanidad a través de Él. Por lo
tanto, las parejas de referencia, que tuvieron experiencias gloriosas con Dios, también fueron
puestas a prueba, pasaron por problemas, pero vencieron. Y usted, ¿cómo ha sido su
convivencia? ¿Ha enfrentado problemas?

El apoyo de la pareja para enfrentar la adversidad

La fortaleza radica en la unidad

El amor se fortalece a través de la admiración

Paciencia en medio de la adversidad


El mantener un espíritu agradecido nos ayuda a mantener la fe

Valorar el apoyo que recibimos de nuestros seres queridos

Hacer oídos sordos a las voces de la crítica

Mantener la actitud correcta

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