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Presentador:

¿Conoce usted estos utensilios? La Biblia, el folleto Examinando, La Atalaya de estudio,


Informe del servicio del campo, Salón del Reino, televisor y computadora.
Probablemente sí, de seguro que tiene los propios
Se ha preguntado, ¿qué pasaría si sus utensilios pudieran hablar?, ¿qué dirían de usted?, peor
aún, ¿qué pasaría si el testimonio de estos utensilios fuera tomado en cuenta para entrar en el
nuevo mundo?, ¿cómo nos iría?
A continuación vamos a presenciar una dramatización imaginaria de dos hermanos a los que
les ocurre esto. El propósito es reflexionar en cómo estamos utilizando estos utensilios.
Imagine que estamos en pleno Armagedón y muchos ángeles están atendiendo a la gran
muchedumbre para introducirla al nuevo mundo, veamos lo que sucede con uno de esos
ángeles y dos hermanos.
Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.
El tema es: “El testimonio de los utensilios”

(Llega corriendo Armando dispuesto a pasar al nuevo mundo)


(Aparece el Ángel y detiene a Armando, le pregunta): ¿Quién es usted? ¿A dónde se
dirige?
(Armando): ¡Ah! Yo soy Armando
(Ángel): ¿Armando? ¿Armando qué?
(Armando): Armando Desorden, soy testigo de Jehová y me dirijo al nuevo mundo…
(Ángel): ¡Ah! Disculpe, pero antes de pasar debemos escuchar el testimonio de sus
utensilios
(Armando): ¿Testimonio de quién? No ve que estoy apurado, me puede agarrar el
Armagedón, déjeme pasar…
(Ángel): No se preocupe hermano Armando Desorden, si es aprobado por el testimonio
de sus utensilios nada le pasará, Jehová lo protegerá
(Armando): ¿Y si no me aprueban esos fulanos utensilios?
(Ángel): ¡¡¡Ahí si tiene que preocuparse!!!
(Armando): ¡¡¡Pero a mí nunca me mencionaron nada de eso!!!
(Ángel): No había por que hacerlo, aunque muchas veces recibió recordatorios
oportunos sobre la importancia de utilizarlos constantemente
(Armando): ¿Y en que consiste esa prueba?
(Ángel): ¡¡Fácil!! Por milagro de Jehová, algunos de sus utensilios cobrarán vida y ellos
nos darán su recomendación para que usted entre o no al nuevo mundo…
(Armando): Ahhhhh, mmmmm, sssssshhhhhhhh.
(Ángel): ¡Ah!, pero espere un momento, ahí veo como que viene otro hermano
(Justo): Buenos días, me llamo Justo Leal. Estoy aquí para esperar instrucciones sobre
que he de hacer...
(Ángel): ¡Excelente hermano Justo Leal!, será sometido a una prueba antes de poder
entrar al nuevo mundo
(Justo): ¿Una prueba? ¡Qué bueno!, no hay problema, podemos empezar cuando guste
(Ángel): Póngase, por favor al lado del hermano Armando problemas…
(Armando): ¡Es Armando Desorden!
(Ángel): Ah disculpe, al lado de él… le haremos la prueba juntos
(Justo trata de saludar a Armando pero este lo rechaza, pues está asustado y
preocupado)
(Ángel): Observen a su alrededor, vean cuantos ángeles y cuantos hermanos están
realizando esta prueba, tenemos instrucciones de nuestro Rey, de que todos los
hermanos pasen esta prueba antes de entrar al nuevo mundo
(Armando): Estoy apurado, ¿será que podemos empezar?
(Ángel): Bueno, ya que estás tan ansioso comencemos contigo, vamos a llamar a tu
Biblia a ver que nos puede decir de ti. (Entra la Biblia) Cuéntanos ¿conoces al hermano
Armando Desorden?
(Biblia hablando con tristeza): Si lo conozco, aunque él no pueda decir lo mismo de mí,
recuerdo cuando lo vi por primera vez, tenía todo para ser un gran cristiano, pero, casi
nunca me leía, incluso a veces cuando salía al ministerio me dejaba olvidada en la casa,
en las reuniones tengo que reconocer que a veces me utilizaba. De niño su papá tenía
que golpearlo con el codo para recordárselo, y cuando tomaba un lápiz yo pensaba que
iba a marcar algún texto que le había gustado, pero no, sólo comenzaba a hacerme
dibujitos y rayas, según que para no aburrirse. El mejor uso que me dio fue como el de
carpeta, todo lo que necesitaba guardar lo guardaba en mí: hojitas, tarjetas, tratados y
cualquier otra cosa, por eso estoy tan deformada y mis hojas maltratadas y rotas, ojalá
fuera por lo mucho que me leía, pero no, me tenía encarcelada en su maletín
(Ángel): Bueno gracias por tu testimonio… Y bien Armando Líos ¿qué tienes que decir
de esto?
(Armando): ¡¡Es Armando Desorden!! Y ella lo que está es celosa, yo tenía que leer
mucho de la universidad, y apenas me quedaba tiempo para estar leyendo tanto la Biblia
(Ángel): Bueno, bueno. Veamos cómo le va al hermano Justo Leal con su Biblia…
¿Qué nos puedes decir del hermano Justo?
(Biblia responde muy orgullosa): ¡¡Un gran hermano!! Llegué a pensar que podía ser
ungido, si yo hubiese sido una persona estoy segura que fuéramos los mejores amigos.
Siempre me utilizaba, me llevaba consigo adonde fuera, a la escuela, al trabajo, en el
trasporte, no veía el momento para estar a solas y leerme. Todavía recuerdo su primera
lectura en la escuela teocrática, estábamos muy nerviosos pero me leyó muy bonito, aún
tengo marcado los versículos que usó. Y muchos más versículos que le gustan para
investigar y para usar en el ministerio donde nunca habla sin mí. Incluso me ha leído
varias veces completa, cada año ésa era nuestra meta…
(Ángel): Bueno gracias por su testimonio…Lo felicito hermano Justo Leal, por su buen
programa de lectura bíblica
(Justo): Muchas Gracias (mientras Armando le hace mofa)
(Ángel): Veamos otro utensilio, se trata del Examinando las escrituras diariamente…
Díganos por favor como era su relación con el hermano Desorden…
(Examinando): ¡¡Ah!! ya casi no lo recuerdo, yo pensé que aun me encontraba en el
estante del Salón del Reino. Si mal no recuerdo nos vimos… ¡ah! el primer día del año.
Luego creo que hacia la conmemoración. Yo creo que en vez de examinado
diariamente, le hubiese servido mejor un examinado semanalmente o uno
mensualmente, es que él decía que podía leer todos los textos y comentarios un solo día
a la semana, pero cuando se le olvidaba trataba de hacerlo una vez al mes pero como
eran tantos le daba flojera y decía que lo iba a hacer diariamente y así… terminó el año
y fíjese, estoy como nuevo, realmente no puedo decir mucho del hermano Armando
Rollos
(Armando): ¡¡¡Es Armando Desorden!!!!
(Examinando): ¡Ya ve, ni me sé bien su nombre!
(Ángel): Gracias por venir… (se dirige a Armando) ¿Examinado mensualmente?
(Armando): ¡¡Ahh, él exagera!! De todas formas eso ya se había estudiado en las
revistas viejas…
(Ángel): Bueno llamemos al Examinado del Hermano Justo Leal… ¿Conoce al
Hermano?
(Examinando) ¡¡Claro que sí!! Lástima que solo podíamos compartir un año, no solo me
leía a diario sino que incluso a veces me leía dos o tres veces en el día, según él, cuando
le agradaba mucho el comentario o el texto, y siempre buscaba la revista para ampliar el
comentario y leía los contextos en la Biblia. Y no sólo eso, me comentaba con sus
familiares y con los hermanos. ¡¡¡Ahh!!! Pero el día que más recuerdo es el primero del
año, no solo leyó el texto y su comentario, sino también el prólogo y el comentario del
texto del año, todo eso sin dudas le ayudó a cultivar sus muchas cualidades
(Ángel): ¡¡¡Qué bueno hermano Justo Leal, que bien!!!
(Justo): Bueno sólo seguía las sugerencias (Armado le hace ademanes despectivos)
(Ángel): Veamos como nos va ahora con la revista La Atalaya de estudio del hermano
Armando… Cuéntenos…
(Atalaya): Bueno a él le gustaba más la revista ¡Despertad!, que por el “Observando el
mundo” y las fotos de animalitos y los dibujos, aunque prácticamente no nos leía a
ninguna de las dos. A mí me subrayaba en plena reunión, y cuando iba a comentar ya
había pasado el párrafo. Y eso no es todo, casi siempre era el ultimo que me recibía y
que porque él no iba a estar haciendo cola. A veces me llevaba a la escuela o al trabajo,
según que para aprovechar a leerme, pero nada más se le acercaba algún compañero
enseguida me escondía, tanto que a veces no sabía qué me había hecho y luego decía
que el coordinador todavía no se la había dado. Otras ocasiones sí me llevaba a las
reuniones pero ya era de estudios pasados. Bueno, aparte de todo lo malo, sí me dio un
buen uso…: como su abanico favorito.
(Ángel): ¿¿¿Abanico??? (Mirando a Armando)
(Armando): ¡¡¡Es que a veces hacía mucho calor!!!
(Ángel): Ahh, ahí viene la revista del hermano Justo Leal, escuchemos que tiene que
decir…
(Revista): Este hermano ni siquiera esperaba a que yo llegara a las congregaciones.
Apenas aparecía en Internet me descargaba, me tenia en su MP3, en su computadora en
PDF, y apenas llegaba a las congregaciones ya estaba subrayándome, cuando tocaban
estudiar artículos de mí, ya los había oído y leído varias veces, casi podía comentar de
memoria, aunque estuviera muy ocupado como acomodador o pasando micrófono,
estaba tan bien preparado que me prestaba a los nuevos que iban al Salón, y aun así
comentaba dos o tres veces, claro levantaba la mano mucho más, pero el hermano debía
darle oportunidad a otros también. Yo pensé que luego se olvidaría de mí, pero estaba
equivocada, siempre me buscaba en las investigaciones de sus discursos. Y cuando
algún comentario del examinando era tomado de mí, nuevamente me buscaba para
recordar sus notas que hacía en mis márgenes, el hermano Justo Leal supo sacar mucho
provecho de lo que el esclavo invirtió en mí.
(Ángel): Gracias hermano Justo Leal, por aprovechar bien los recursos del esclavo
(Justo): No, más bien gracias a Jehová por darnos el alimento al tiempo apropiado
(Armando ya está algo preocupado y asustado)
(Ángel): ¿Sabes de quién es el turno ahora Armado desorden?
(Armando): No sé, tú eres el que estás dirigiendo…
(Ángel): Ahora viene tu hoja de informe mensual, espero que esta vez estés mejor
(Armando hace ademanes como que sabe que no está bien)
(Ángel): Cuéntanos como era la actividad del hermanito
(Hoja de informe): Mmmm. No sé si llamarlo actividad, mas bien parecía desactividad,
casi no me usaba, él prefería llenar su informe en otros papelitos, y cuando me usaba
apenas unos cuadritos eran suficiente, era raro que sus horas pasaran los dos dígitos,
publicaciones no recuerdo que haya marcado, los videos solo cuando había campañas, y
siempre tenía un enredo con los estudios y revisitas, no sé si era que se equivocaba o lo
hacía a propósito, marcaba varios estudios y una o dos revisitas, a veces no ponía su
nombre y el pobre secretario no sabía de quién era, había meses que ni siquiera me
utilizaba, creo que una vez hasta pasaron seis meses que no me llenó… y siempre me
entregaba con dos semanas de retraso…
(Ángel): ¿¿¿Dos semanas de retraso???
(Armando): Ella está exagerando, yo los entregaba con una semana de retraso nada
más…
(El ángel hace movimientos de negación con la cabeza)
(Ángel): Falta la hoja de informe de Justo, ahí viene… ¿qué puede decir del servicio del
hermano Justo?
(Hoja de informe): Él siempre hacía el precursorado auxiliar varias veces al año, incluso
duró un tiempo como precursor regular, tenía una habilidad especial para colocar
publicaciones. Siempre que conseguía a alguien interesado lo visitaba nuevamente, lo
que lo ayudó a conducir varios estudios bíblicos; algunos llegaron a bautizarse. Y casi
impone un record en colocación de revistas. Siempre me entregaba a tiempo, muchas
veces era el primero en abordar al secretario, mi informe de él es muy positivo.
(Ángel): Hermano Justo, los hermanos que usted ayudó le deben de apreciar mucho...
(Justo): Gracias a Jehová que me bendijo con esos frutos…
(Ya Armando está cabizbajo)
(Ángel): Ahora es el turno del Salón del Reino… ahí viene en el que se reunía usted
hermano Desorden….
(Salón): Ahhh, hola Armando Desorden…
(Ángel): ¡Qué bien!, ¿lo conoce?
(Salón): Claro que lo conozco, cómo olvidar a alguien tan desordenado como él,
siempre llegaba tarde, lo que interrumpía a los demás, y así se perdía de las canciones y
la oración. Siempre le faltaba una publicación, o el cántico o la Biblia o la revista y
empezaba a preguntar a los otros si tenían dos para que le prestaran una. Se pasaba en
eso en la reunión, cada rato se paraba al baño o a beber agua, si no lo veía en el
auditorio seguro estaba en la bodeguita del frente. Claro que cuando había un juego de
fútbol importante que coincidía con la reunión no venía, y si era después de la reunión
salía volando, asi que casi nunca saludaba a los hermanos. Pero cuando estaba en el
auditorio estaba pasando mensajitos de texto. Y ni que decir de mis cajitas de
contribuciones, por ahí ni se aparecía… y siempre tenía una buena excusa para no ir a
limpiarme cuando le tocaba a su grupo
(Ángel): ¡¡¡Ni siquiera las contribuciones o la limpieza!!!
(Armando): Es que tengo muchos gastos y muchas ocupaciones…
(Ángel): Y ahora dinos que tienes que decir del hermano Justo (el mismo salón, pues
ellos se reunían juntos)
(Salón): Esta es la otra cara de la moneda, este hermano siempre llegaba por lo menos
media hora antes de la reunión, lo que le permitía atender su departamento y saludar a
los demás. Cuando no estaba sentado estaba atendiendo alguna responsabilidad. No
escuchar sus comentarios era pensar o que estaba enfermo o estaba dando discurso en
otra congregación. Los hermanos le tienen mucho aprecio y cariño incluso los niños.
Siempre aporta sus donaciones incluso cuando no pide publicaciones, cosa que era rara,
pues siempre tenía a alguien interesado a quien visitar y llevarle algo para leer. También
estaba pendiente de ayudar en la limpieza y cuando se hacían trabajos de
mantenimiento. Yo era prácticamente su segunda casa…
(Ángel): ¡¡¡Qué bien, me alegra oír eso!!!
(Justo): Bueno para mí era mi primera casa, y como no tengo casa propia, prácticamente
era mi única casa…
(Ángel): Solo quedan dos utensilios, quizás no lo imaginan, veamos como les va, uno de
ellos es su televisor… Éste es el de Armando Desorden, ¿lo conoce?
(Televisor) Claro, y yo sí tengo un buen informe de Él, yo soy su mejor amigo, siempre
se esforzó por trabajar horas extras hasta que me logró comprar en pantalla plana LCD
de 60 pulgadas, sonido surround. Lo primero que hace al llegar a casa es encenderme, la
mayor parte de su tiempo la pasa conmigo, y ¡ay! si alguien le mueve el control remoto
y no lo consigue, se pone bravísimo.
(Ángel): Muy bien ¿y qué clase de programas ve?
(Televisor): De todo un poco, en deportes sus favoritos son lucha y boxeo, de películas
no se pierde ningún estreno, todas las series y hasta las comiquitas o de humor.
(Ángel): Vaya, vaya… ahí viene el suyo hermano Justo Leal…¿conoce a este hermano?
(Televisor): ¡¡¡Claro me usaba bastante!!!
(Armando): ¡¡¡Ahhh, ya viste que a él también le gusta ver televisión!!!
(Televisor): Sí, es que en eso no hay nada de malo. Él estaba pendiente de las noticias
importantes para usarlas en la predicación, también veía algunos deportes, fútbol,
béisbol, basket, tenis y así según la temporada. También le gustaba ver documentales
del espacio, la naturaleza y de los animales; él decía que era una forma de aprender de la
creación de Jehová. Pero sobre todo siempre veía los vídeos de la organización, incluso
a veces me sacaba a pasear cuando otros hermanos no tenían los videos y éstos se iban
a analizar en las reuniones. Y aunque tuvo la oportunidad de cambiarme por otro de
mejor tecnología que yo, no lo hizo, pues siempre había algún hermano necesitado y él
prefería ayudarlos a ellos.
(Ángel): Ya no tengo palabras para encomiarlo hermano Justo Leal...
(Justo): Y yo estoy muy contento de que por lo menos podía tener un televisor pequeño
para poder hacer esas cosas…
(Ángel): Bueno, sólo queda un utensilio, es la computadora…….. ¿Qué tiene que decir
de su dueño Armando Desorden?
(Computadora): ¿Él? Un compañero inseparable, cuando no estaba viendo televisión
estaba sentado conmigo. Incluso tenía una habilidad especial para estar conectado y a la
vez estar viendo sus programas favoritos. Es un adicto a Internet de hecho lo mantenía
abierto prácticamente todo el tiempo, en casa o el trabajo; que por si alguien se quería
comunicar por facebook, twitter, hotmail. gmail, yahoo, Messenger, instagram, etc, etc.
Hasta tiene su propia página web: www.armatudesorden.com. Pero su mayor pasión
sin duda son los videojuegos, los descarga y los juega en línea, hasta ha logrado varios
campeonatos virtuales, realmente es muy bueno en eso, casi no hay juego que no
domine y cuando aparece alguna página inapropiada le echaba un ojito rapidito, no lo
fueran a pillar.
(Ángel): Sólo nos falta oír a su computadora hermano Justo y estaremos listos para
seguir las siguientes instrucciones... vamos a escucharla…
(Computadora): Él es un gran compañero, me usaba muy frecuentemente para pasar sus
discursos, bajar sus bosquejos y algunas cartas de la congregación. También descargaba
las publicaciones electrónicas en otros idiomas para el grupo de lengua extranjera que
apoyaba. Pero lo que más usaba era el Watchtower Library, se la pasaba investigando de
todo en su estudio personal: También le hacía copias de las canciones a los hermanos y
grababa las asambleas y discursos especiales para hacerlos llegar a los hermanos
enfermos y mayores que no podían asistir. Realmente aprovechó la tecnología para
edificarse él y a otros.
(Ángel): En nombre de nuestro Dios Jehová y nuestro Rey Jesús estamos muy
orgullosos de usted Hermano Justo Leal.
(Justo): Y yo estoy en deuda con todos ustedes mis utensilios, por haberme ayudado a
crecer espiritualmente
(Ángel): Es un placer para mí darle la bienvenida al nuevo mundo, hermano Justo Leal,
puede usted pasar, dentro de poco comenzará una gran asamblea donde se abrirán los
nuevos rollos.
(Justo): Gracias… muchas gracias Jehová… (Armando intenta pasar junto con Justo)
(El ángel nuevamente lo detiene y le dice): Disculpe “Señor” Armando, tengo
instrucciones de no dejarlo pasar, lo siento mucho, usted debe regresar al mundo que no
quiso dejar…
(Armando): ¡¡¡Pero estamos en Armagedón, voy a ser destruido!!!
(Ángel): Ya es demasiado tarde para que se dé cuenta de eso
(Armando): ¡¡Pero es que yo no sabía que los utensilios harían esto, de haberlo sabido
hubiera sido diferente!!
(Ángel): El hermano Justo Leal y esa gran muchedumbre que está pasando al nuevo
mundo tampoco lo sabían y nos les hizo falta, lo siento… debe retirarse, ahí vienen
otros hermanos a hacerse la prueba…
(Armando se va triste y cabizbajo a enfrentar el Armagedón y murmurando): ¿Qué
hice? ¿Qué hice?...

(El ángel se va del escenario)

Presentador: No queremos decir con esto que así pasaran las cosas, es solo una
reflexión. Pero, ¿y si así fuera?, ¿a cuál de estos dos hermanos se parece usted?, ¿qué
dirían de usted sus utensilios?, ¿pasaría usted al nuevo mundo?
Si las cosas fueran a ocurrir así, ¿tendría usted que cambiar algo? ¡¡Qué bueno que aún
tenemos tiempo para hacerlo!! Y si nos tocara esta prueba seguro que la vamos a pasar.
Al hermano Justo lo ayudó hacer lo que dice Filipenses 3:16 y a usted también lo puede
ayudar, dice asi; (leerlo de la Biblia) “En cualquier caso, sin importar cuánto hayamos
progresado, sigamos andando correctamente por este mismo camino.”
Muchas. Gracias!!! (Y se retira)

Fin.

(Cada utensilio es un niño o niña, debe llevar una pancarta colgada del cuello alusiva a
su personaje. El ángel puede tener alas y bata blanca. Justo usa corbata, Armando viste
más moderno e informal. El presentador no tiene ropa específica. Los utensilios de
Armando deben ir sucios y descuidados; pero los de Justo limpios y ordenados. La
computadora y televisor de Armando son de última tecnología; pero las de Justo no,
más bien son modestas.)

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