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UD lomo de -"T a ' des d el FOi6n" 'arracioue

t:
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VIANA (J.vier de). - ··Rancho.". I J. Roxlo) U n tomo de 120 pililoa
(Co tumbres del campo ), Un tomo de (1925) $ 0 .70
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págin a. (l921) $ 0.50 V da. ( P ub lica c ión pr ohi bid en ID·
- " D , 1 cam po y de l. ciudad" ( Cue n- ~'l' l"rr a ha la el año 1960). Un tomo
to \ . Ue tom o de 176 pilgiDll (1 921) .l 20 ~ pá g ina . (1925) .. ..... . S 0.70
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-o ' L e ña Se ca" (Costumbres de csm - R éve) Ver ió n e te llana de Carloo
"o). ü.n ed ició n . Un lomo d e 27 6 pi, : Ia l.¡:arrig • . 00 tornos de 160 1 136
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logo del Dr. j. lrureta Goyena y una emblanza por
Eliseo Cantón .
) 4 - RODRIGUEl (Yarnandú) - Fraile Aldao, poema
dramático en do actos -- Renacentista, poema en
un acto y El Demonio de los Andes, poema en un
acto, con un pró loqo de Ovidio Fcrnández Ríos.
) 5 - RODO (Jo sé E.) Parábola y otras lecturas.
) 6 - ACEVEDO DIAl (Eduardo) - Crónica, discur-
sos y conferencias. PáQinas olvidadas. Perfil de Ovidio
Fernández Ríos.
) 7 Y 8 - RODO (José E.) - Motivos de Proteo.
) 9 - FRUGO l (Emilio) - Ensayos sobre marxismo.
Impuesto desde el punto de is fa sociológico.
10 - ,A CHEZ (Florencia) - T atro.
) I J Y 12 - AN MARTIN (Juan Zorrilla de) Tabaré
La Leyenda Patria.
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Un estudio de Alfredo L. Palacios ••.• tículos y cuentos. Un tomo de 176
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BALLESTEROS (Montiel). - Monte- casa". "La Generosidad de Oacho".
video y su Cerro. (Cuentos). Con una "U na piedrita. en el. camino". "Mis-
carta de José L. Morenti. Un tomo terios de la Subconciencia", Cuentos.
de 196 páginas (1924) ......... $ 0.50 Un tomo de 112 págius (1924) $ 0.40
BARBUSSE (Henry). - "El Resplan- -'6Caraguatá". Cuentos cortos .. ' o ••

dor sobre el Abismo". Traduccióc di- COESTER (Prof. A1fred).-Amado Ner-

recta del francés por Luis Bertrán.
Tomo de 132 páginas (1920) .. $ 0.35
BARRETT (Rafael). - Di41ogos, Con-
versaciones y otros escritos. Con un
prólogo de Alberto Lasplace•• Un tomo
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-"Páginas Dispersa." (Obra péstu-
mal. Prefacio de Armando Donoso. 1
tomo de 160 páginas (1923) .... $ 0.40
-Lo que son 10. yerba1es paraguayos.
Semblanzas de Barrett, por Ramiro de
Maetzu y Emilio Frugotji. 1 folleto
(1926) $ 0.20
BAUDELAIRE (Carlos). - Pequeños
Poemas en Prosa. (Traducci6n de E.
Heras). 1 tomo de 160 páginas (1920)
' $ 0.50
B)¡;CQUER (Gustavo A.). - "Rimas".
Con una nota preliminar de Leoncío
Lasso de la Vega y un canto de Garcfa
del Busto. I: tomo de 100 páginM
vo y su obra. (Traducci6n directa del
inglés). Un folleto (1922) .... $ 0.15
CHOCANO (Santos), - "Poesías". Al·
ma América. Fiat Lux, Oro de In-
dias. (Esnrdío crítico de J. Parra
del Riego). Un tomo de 174 páginas
(1920) . $ 0.50
DARlO (Rubén). - Prosa. Profallas y
otros poemas. Con un estudio de Jo-
se Enrique Rodó, Un tomo de 160 pá·
¡¡;inas , ., $' 0.50
DE MARIA (Alcides). (Calisto el l1a.
to). - "Canto. Tradicionales" (Poe-
sias criollas). Un tomo de 144 páginas
(1920) ........ ., ..... ., ...... $ 11.50
FALCAO ESPALTER (Mario). - An-
tología de Poeta. U ruguayos, 1807-
1921. (Precedida de una introducci6n).
Tomo I. 342 páginas (1922) ... $ 1.50
FERNANDEZ RIOS (Ovidio). - Poe- ..
' t

(1924) $ 0.40 s ias, (Horizontes de Luz-Blasones-Le-

BELLAN (José Pedro).-¡Dios te Sal-
ve! Comedia en tres actos. Un tomo
de 192 págir.as (1920) ........ $ O. SO
_DoñarralDona. Cuentos nacionales.
(Co" prólOgo, de Alberto Lasplaces},
1 tomo de ,192 páginas (1918) .. $ 0.40
C.I,J.l.tAVA (Domingo A.). - La lite-
·tí(fltra gsUchesca en, el Uruguay. Sí-
',nopai. hi.t6rica. Proemio de Mario
",Fai(:ao 'Espalter. Tomo de 76 pági·
yendas Milagrosas). U" tomo de 230
páginas (1932) .,$ 1.00
FLAUBERT (Gustavo), - Madame Bo-
vary. Novela traducida por G. del B.
':.Jn tomo de 380 págs. (1919) $ 0.70
FRANCE (Anato1e). - "Diálogo sobre
la Metafisica y la Existencia de Dios".
Páginas. inéditas, reunidas y comenta
das por Michel Corday, seguidas de
otros escritos. Un tomo de 140 pági-
nas (1926) ., $ 0.70

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I'lill¡ (1921) $ 0.50 "FRAY MOCHO" (Jo.é S. Alvarez).-
~$ierr-a.yL~\U'8S¡ Novela. cortas Esmeralda. (Cuento. mundanos). Un
urog't1ayas. 'l'O!!lo de 240 páginas (1921) tomo de 80 págir.a. (1921); ... $ 0.35
...... :............ .: ......$ 0.50 nOR~I (Máximo). - Lo. Vagabundos

_d
Propósitos
¡

Con la inquietud de una superior manifestación do' cultura, . ""<:C.""

Montevideo, con universal destino, la BIBLIOTECA "JOSE
,RO DO", la que dará cabida, exclusivamente, en sus edicíones,
escogido do las letras nacionales.

Abro sus rumbos hacia una finalidad de elevadas directiva.

cando por encima do toda solicitación utilitaria, un serio propó:
piritual y un noble afán de divulgación seleccionada, de los má.
cados valores de la literatura uruguaya.

En todos los grandes centros intelectuales del mundo, donde

samiento realiza sn alta función social; en todos los países,
letras, en sus distintas manifestaciones,' fundamentan un valor
y dan carácter de personalidad a la nación misma, existen
editoriales, - y algunos con carácter de institución pública, -
exclusivamente a la difusión de libros de los escritores nativos
racteriaados y de mayor influencia en la cultura ambiente.

y estas empresas de propagación bibliográfica, no sólo reallz.r-i

siempre beneficiosa misión educadora, quizá la más alta que
el concepto humano; no sólo vincula con facilidad de nexo
con sus pensadores, sabios, novelistas, dramaturgos y poetas,
además, desprende fuera de fronteras, poderosas corrientes que Nin"';},"""'"
a dar perfil de prestigio a la fisonomia moral del país .de origen.

y nuestra república, que por glorioso destino es cuna

hombres de letras - tanto, que sus obras han contribuido
brillantemente a dar carácter al pensamiento americano, -
cesariamente y en forma organizada y de efectiva permanencia,
blioteca de escritores nacionales, los más notables y' calificados.

Varias han sido las iniciativas de carácter editorial que han

en nuestro país; pero indudablemente, fuerza es destacarlo, el 111;,,; ex-
traordinario esfuerzo en tal senÚdo es el realizado por CLA UDIO GAR-
CIA y cre., La Editorial LA BOLSA DE LOS LIBROS, que
ya impresos más de medio millón de volúmenes, correspondientes a

-3-
 de libros do distinto carácter y de autores de na-
el mismo espiritu animador do toda esa cuantiosa
el que mueve esta patriótica iniciativa dando vida n
"JOSE ENRIQUE RODO", en cuyas ediciones,
'~,¡nllllllllJaJles, cabrán todas aquellas obras, ya publicadas o iné-
su tendencia, su carácter, su orientación literaria, filo-
politica, etc", y cualquiera su época, siempre que se ajus-
condición sustancial: que sean obras de selección, gratas
entendimiento, altas en concepto y en belleza, y, Iun-
dignas del' espíritu civilizador de la República.

LA DIR~CCION.

ENSA VOS SOBRE

-4-
 Dibujo

-9-
Ficha Biográfica

Emilio Frugoni nació en Montevideo el 30 de mar"

zo de 188o, siendo sus padres don Domingo Frugoni y
doña Josefina Queirolo.
Abogado, legislador, catedrático, periodista. ora-
dor, escritor y notable poeta, en todas las manifesta-
ciones de sus brillantes actividades intelectuales des-
colló con prestigios tan singulares que ha merecido ser
considerado como una de las personalidades más emi-
nentes del Uruguay. Fundador y leader indiscutido
del Partido Socialista, luchó leal e incansablemente
por el triunfo de sus postulados desde el Parlamento,
la prensa, la tribuna y el libro.
Constituyente en 19 17 y desterrado político en
1934, ejerciendo en este entonces el cargo de Decano
de la Facultad de Derecho. Crítico teatral con el seu-
dónimo de "Urqoni]", sus páginas constituyeron pie-
zas de notables valores en el juicio y en la literatura.
Es autor de las siguientes obras en verso: "Bajo

~1l-
 ';.

FR U G o NI

lo más hondo'), "El eterno' cantar" J

J ,~;-jJoenws Mrniteuiedamos", "Bichitos,
d-i'Pedi"
>" 'J
((La elJolJeya de la ciudad"
•

(;U,(~LL'V'b l1.ul//{J,JU/, ;.,y de los volúmenes de SOClO-

"Los imjntestos desde cl jntnto de 'vis- El determinismo del hambre

((Los Nueuos F undamenios " «1.a J

«La sensiú·ilidad osncrican a", « L 1 T

J . • 'J
machete" y "Ensayos sobre 111 Or;l;1S1II o'
La muerte hace poco, acaecida (1) elel \
g;o español R. Tur'ró ha llevaelo mi pensamiento
obra. fundamental, su profundo estudio ele los otígeJ
del conocimiento en que sostiene y desenvuelve cóngl ,1
riqueza de observaciones y mucha fuerza ,elel~a~()]lé~,.¡
11"

mientodentífico su teoría sobre el papel del h01:1hr~.::

.' en la génesis de la función mental ele conocer y juz'g:,i-;
La teoría hace ascender la conciencia indiYidu.tl.;,
cuya substancia', según Unamuno, es el espiritu, .de 1<.(
. más primitiva y material de las ümcionesorgánic,L;:
comer. Todas las formas del pensamiento. son, pu:
descenelientes en línea recta, aunque puedan 'serlo 'rp,"_,"Y'"
tivarnente lejanos, de la elementaIísima .H"F~"V"JU
busca del alimento. Esta tendencia, que asoma
una de 'las primeras manifestaciones ele la vida ~"""H '",'
es la raíz de la inteligencia. y si el espíritu se

• (1) Estc trabajo fué escrito y qmblicado en la revista. "HU11l

nidades", de, la Universidad de La Plata (R. A), a raíz del
cimiento del biólogo Turró, • .

- 12....., 1 - 13 ~
 FR U G o NI
real por medio
<;lteS,':) en. contacto . con el mundo externo y
'l)enetra:rse con.él -:-' el espíritu entra en-la,
'cdor "la reali~la.d exterior entra en el es-
J, 0'1_ ~ meras di ferencJaclOnes a los efectos de la alinlciúat.:i<Sl
e§·porque'el hambre ha puesto antes el orga-~
;C()11t.actó' con esa misma realidad, y él se h~
úpulsado a buscar en éstaelcamiuo de su nu~\
º11.':~h la 'Operación de nutrirse C1 animal no pone";
'" ';"fgo, o sea'<innata.radivinación de lo que es-:
pára,s<tqs,facerse,sino entendimiento. Re;-,
";éxperienci~;'que le permite ingerir la substan- re
.eniente, y ·'ést.a experiencia que comienzaipor
simple hecho biológico, termina siendo .1111 he-
nitivo.El1. esa experiencia que enseña al 01'-'"
8;: a:;:ap¡~'op{arse 'de "las substancias que han de'.··
()({e~~m~~:'vd' el origen. del conocimiento, por-
<;11 :"ú¡~} principio es ciega, luego' se hace psico-Ii-
i~~·/y.. alfi11.e;s,/razonada y consciente, No son,'
tauto, .1aspl:{meras impresiones sensoriales, co-"
tes;;§.e;'··creb., las que inician el proceso que
uye en el sentido de la visión espiritual para las'
,ql1.as.·del. ri1Und; exterior, con la facultad prócer-de
~tingllÍrJas diferencias, advertir las similitudes y des-:
lb~irJa.,mtturaleza de cada cosa. La sensibilidad tró-
fiea,' que es' interna, impone la necesidad del alirnento :
a ,~g sensibilidad se subordina la sensibilidad exter-
nél.,·:·laque está <;11 la periferia del animal, porque sólo
-'14 -
ENSAYOS 'S'OBRE
asi puede éste conocer la matéi-ii alimenticia. El .c
. noci~l1iento de la realidad exterior tiene .su punto.'.
partida :11 la ~xp~riencia tró/ica que establ.~ce·léls p1
La diferenciación de las sensaciones externas'.\ ¡~n'e
después. '
Ir
. 'l:urró (Orígenes del conocin¿iento.. · El 'Xai1~.{,/d).
investrga los orígenes del hambre y los hallaérí"1a.';di~,
ferencias substanciales del medio interno que 11¿'iiplf~s:le'
propo~:cio11ar a las células los. necesarios elementos t}-
paradores "El medio interno, 'verdadero nutri'n~ent~;'
celular, en vez de proceder directament- d~' ia.ab~or'..,'
ción, es funclal11entah~lente por SUCOl;lposici,óri ~tJ 'l:~ ,
dueto de una elaboración fisiológica resultani~/'clel ~J11:~
curso de los más diferentes ele111entos·~el~llare~. {;a'
'vicia funcional de esas agrupaciones celu1ares~hol~10!'~é'
.neas que l1ama111OS tejidos, no sería posible.si UilOS '(~
j idos 110 suministrasen a .otros elemc;ntos cÍ~ ,rel;ara7;
- ción, que la absorción intestinal es por sí sola incal)a~;
de p.roporcionarles". En el interior ele la célula y:en 34
an:blente se efectúan operaciones de hidratacióndcs->
hidratación, oxidación, geli ficación, solubilizaciólLs 11-
,'teSIS, que son la expresión de un metabolismo que: 10
'llega a la psiquis. La suma ele productos que -integran{
- 15-
E Al 1 L 1 O FRUGONI
llegaba a sentirse porque el propio organismo satura-
ba estas necesidades; mas cuando así no ocurrió, no
afluyendo al medio interno las substancias que la exci-
tación demanda imperiosamente, se acusa en la con-
ciencia como la necesidad de estas substancias. La sen-
sación del hambre, como veremos luego, no es una
necesidad amorfa o indiferenciada, sino la necesidad
concreta de ingerir alimentos cuya composición quími-
ca contenga, cuando menos, virtualmente, las substan-
cias que hacen falta en el medio interno".
y concluye: 'Por los centro trofo-reguladores,
la nutrición no se suspende, bien que 'mengua sus ener-
gias, mientras quedan remanentes disponibles de ma-
teria transformable, como no se apaga la llama mien-
tras quede aceite en la mecha; .mas por una sensación
del hambre se impulsa al organismo a buscar en el
mundo externo el alimento o la bebida que ha de sal-
dar el déficit y restituir a la célula los elementos de
reparación que agotaran las mecanismos trofo-regu1a-
dores.
"Con esta sensación amanece la vida psíquica".
Analizando la naturaleza del hambre nos enseña
que la sensibilidad trófica no es una sensibilidad in-
diferente que reacciona del mismo modo ante cualquier
agente que la excite: sólo reacciona a las modificacio-
nes del medio interno. Es de naturaleza química "capaz
de diferenciar las distintas substancias de que se C0111-
- 18-
SOBRE MARXISMO
pone dicho medio, de una manera específica".
Más adelante advierte que los animales, ya sea
por la enseñanza paterna, ya sea por la experiencia pro-
pia, consumen, sales, aguas, hidrato de carbono, pro-
teínas, yesos cuerpos son consumidos en una propor-
ción fija, según sean ellos, y llega a la conclusión de
qi1e "nos engañaríamos cuando consideramos el hambre
como un impulso global que nos mueve a ingerir ali-
mentos, pues una observación más profunda nos en-
seña que de los centros psico-tróficos se desprenden
una suma de tendencias electivas cada una de las cua-
les es la expresión de una determinada deficiencia subs-
tancial en el medio interno y en los elementos celulares.
"Sin la diferenciación cualitativa de las sensaciones tró-
ficas - termina - la vida efel animal no podría sub-
sistir" .
En su opinión la química biológica, al mostrarnos
la perfección con que los procesos de ld nutrición se au
torregulan, deja planteado un problema de naturaleza
físico-fisiológica. Ello resuelve con los datos que la
misma química biológica proporciona.
"Basta conocer - dice - la cantidad y calidad
de los productos de desintegración de la máquina ani-
mal para poder calcular la ración alimenticia que co-
rresponde a cada una de las substancias de que aqué-
llos derivan por transformaciones sucesivas; pero antes,
de que la ciencia hubiera formulado sus cálculos, así
- 19-
 E MIL 1 O FRUGONI
v de la producción y del cambio, 'Q sea, la vida del traba-
Se dirá que el hambre y la nutrición debemos ver-
las representadas en la sociedad, no por la producción
y el cambio, sino por el consumo, Pero, aparte de que
eso no podría impedirnos acercar teorías que, una en
el animal y otra en las sociedades, relacionan el alto
t
fenómeno de la conciencia con funciones vitales de
orden material, y si se quiere inferior; la verdad es que
l'
~! la función de alimentarse es un trabajo, el primero que
aprenden a realizar los animales, y que el consumo es
en las sociedades el móvil de la producción y del cam-
/'
bio. Es decir, que si en el animal, la sensación del
hambre 10 obliga a "trabajar" (moverse" cazar, apre-
hender alimentos), en las sociedades la necesidad de',
consumo obliga al hombre a producir y a cambiar,
siendo por consiguiente la producción y el cambio ac-
tividades que van unidas al consumo, como la acción
de nutrirse va unida a la sensación del hambre. Pueden
separarse y diferenciarse, sin duda, ambos elementos,
corno la causa se diferencia y separa siquiera sea teó-
r: ricamente, del efecto: una cosa es la sensación o la ne-
cesidad, y otra la acción de satisfacerla.
Pero no hace falta detenerse en tales distingos pa-
ra que nos entendamos; ni ellos ponen dificultades al
acercamiento de que hablamos más arriba. Podemos,
- 42-
ENSAYOS S O B R'E MARXISMO
pues, decir sin mayor incorrección que las operaciones
jo, que existen para responder a las necesidades socia-
les, traducidas en el consumo (el acto de alimentarse),
equivalen a las operaciones que el animal efectúa para
nutrirse (aprehensión de alimentos, busca de los mis-
mos, etc.).
~o
tendría objeto sustituir el determinismo de la
producción por el del consumo. Este actúa sobre aqué-
Ha, en cuanto la suscita y hasta cierto punta la orien-
ta, pero su influencia directa se detiene allí y sólo por
intermedio de los modos de la producción y del cambio
llega indirectamente a la organización social. Porque el
consumo corno conjunto de necesidades es un prin-
cipio pasivo - pese a la opinión de Buylla (Nociones
de economia.), - ya que no crea fuerzas económicas
y sociales sino en cuanto esas necesidades son satisfe-
chas y éstas sólo pueden satisfacerse por la producción.
Las necesidades del hombre en su relación con el
medio en que vive, son las causas primeras de la pro-
ducción, cuyo modo social constituye, para el concepto
marxi sta, el elemento rector "en generar' del proceso
histórico, en vez de serlo una intención teórica, una idea
preconcebida, como 10 sostienen las interpretaciones teo-
lógicas de la 'historia. La forma: que bajo la presión a
veces casi automática de las fuerzas económicas, la pro-
ducción va adoptando, determinan en "último análisis",
- 43-
·EMILIO FRUGONI

porque algunos retienen para sí 10 que no .les p~rte­

nece, o porque los hombres no han aprendido aun a
producir en la solidaridad y en la armonía para que
reine constantemente la abundancia.
El factor espiritual
en el materialismo histórico

Una de las cosas que más debo agradecer a los

acontecimientos que me arrojaron a esta hospitalaria
jierra argentina, es esta oportunidad de acercarme a
la Facultad de Derecho de La Plata para recibir de ella
lahonra altísima de abrirme sus aulas dándome alter-
nativa en el desarrollo de un ciclo de conferencias so-
bre Marxismo, con el cual esta ilustre casa de estudios
demuestra estar animada de un amplio espíritu moder-
no y penetrada de la verdadera misión de las Univer-
sidades en los tiempos que corren.
Yo quiero felicitar a las autoridades de esta Fa-
cultad, que me dieron al llegar a este país una de las
más hondas satisfacciones de mi vida manifestándome
su solidaridad en términos que traducían un sano con-
cepto de la función universitaria, por la orientación
impresa a este instituto de cultura, cuyo renombre ha
traspuesto las fronteras de la patria argentina con un
prestigio sólidamente cimentado en la autoridad cien-
tífica de sus profesores y en su obra trascendente.

-64- - 65-

E MIL 1 O F -R U G O N [
\.
\
un determinismo exterior al hombre. no más elástico
\\'
que el de Marx - que no es exterior al hombre sino
en parte ~ y cuyo determinismo, específicamente eco-
nómico constituye la más amplia proyección de un
criterio filosófico materialista en el' más vasto campo
de la historia humana,
El filósofo materialista tiene un concepto realiss
ta de la realidad en el sentido de que le reconoce exis-
tenciapropia y ajena a la conciencia que la capta. El
materialismo filosófico concibe, la realidad o la mate-
ria como algo objetivo anterior a la conciencia en la
cual se refleja por medio de las sensaciones. Sabido es
que Marx y Engels se precian de haber superado en
un sentido realista, el materialismo de Feuerbach, que
era según la expresión de Enge1s, "materialista por
abajo e idealista por arriba". Ellos desdeñan el mate.
rialism¿ metafísico de Feuerbach y antecesores, y to-
man el punto de vista de un materialismo realista, con-
_ cibiendo el mundo real -son palabras de Engels- en
la naturaleza y en la historia, según él se presenta a
los ojos de quien- no esté perturbado por el prejuicio
idealista, Su materialismo se vale de un arma sacada
del arsenal hegeliano, en momentos en que empezaba
a estar de moda volver las espaldas a Hegel: el mé-
todo dialéctico. La dialéctica hegeliana en manos de
Marx es siempre la dialéctica, per.o vuela hacia otro
lado. Hasta entonces -son sus palabras- andaba de
- 70-
pi uwo.c PE.
ENSAYOS SOBRE M A R X 1 SM O
cabeza; él la pone sobre sus pies. En el segundo pró-
\ lago de El Capital se lee aquello de que "para Hegel 1
\\ proceso del pensami~rrto al cuál él :nismo,~ajo el nom-
\ bre de idea, 10 conv:erte en un sUJet~ autonomo: es el
\ demiurgo de la realidad, que no es SIno un fenómeno
rxterior, Para mí, por el contrario, 10 Ideal no esotra
~osa que 10 Material traspuesto y traducido al cerebro
4el hombre". (1)
\ Es, pues, el suyo un materialismo dialéctico que .
transportado al campo de 10s hechos sociales-o si"
se quiere- de la "materia social" es materialismo his-
tórico. En el mundo de la naturaleza ese materialismo
actúa como una teoría general del conocimiento; en
el de la sociedad, actúa como una teoría para la com-
prensión'<v explicación de la realidad social o histó-
rica, Ves precisamente la actuación en el plano de la
historia humana lo que más eleva el materialismo dia-
léctico sobre el antiguo materialismo.
Hay unas páginas estupendas de Engels en que
describe la entrada de este nuevo concepto al escena-;
rio de la filosofía de la historia. "Se trataba de sacri-
ficar sin piedad -dice- todo prejuicio idealista que
no estuviese de acuerdo con los hechos concebidos en
su propia y no en una fantástica concatenación. Y
(l) "Marx ha sustituido la evolución dialéctica espiritual
de Hegel por la dialéctica real". (ALOIS DEMP: Fisiología de 'la
cultura) .
- 71-
ú+*±r··tst r'
 A
E M IL I O F R, U G O N I
esto -añade- es lo que significa el verdadero mate-
rialismo. Era la primera vez que se tomaba realmente
en serio -concluye- la concepción materialista de!
mundo y que ésta se aplicaba de una manera oonse-
cuente a todos los dominios de la ciencia, por lo menos
en sus rasgos, fundamentales". (El materialismo dia
léctico) .
En esas páginas vemos cómo y cuándo apare e
el factor económico en 10 que llamaríamos el dra a
del progreso científico. ¿En qué cpnsiste ese facto~?
No creo que esta expresión se preste 'en la terminolo-
gía de Marx a las dudas que con excesiva cavilosidad
plantean algunos autores. En el Congreso de Socio-
" logía de París, del año 1900, al discutirse el materia..
lismo histórico, uno de los problemas más debatidos
fué el de la definición del factor económico: ¿Qué ha
querido decir Marx con esa expresión? se pregunta
Posada. Según ese autor, Marx materializa la concep-
ción del influjo económico porque al sostener que "el
modo de producción de la vida material determina de
una manera general el proceso social político e inte-
lectual de la vida, daría como únioo contenido de di-
cho factor, en cuanto hecho social determinante 'de
todo el proceso histórico, puros elementos materiales",
Uno de los más autorizados intérpretes de Marx,
,,-,Kelles Krauz- dice: "Los instrumentos, los útiles,
con el medio natural de producción determinan el rno-
-72-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
do de producción y el modo de producción determina
toda la vida social, porque en el origen toda la acti-
exceptuar las manifestaciones comprendidas bajo los
términos de "arte", "filosofía" y "religión", tiene por
único objeto la conservación de la vida y la satisfac-
ción de las necesidades materiales esenciales, y porque
más tarde, cuando aparecen, diversificándose y com-
plicándose unas de otras, innumerables y siempre nue-
vas necesidades materiales y espirituales, de una par-
te, -condición negativa- cada una de ellas no puede
nacer sino en el momento en que la riqueza material'
ele la sociedad 10 permite, y de otra -determinación
positiva mucho más importante- cada necesidad de
esas no puede ser satisfecha sino por los medios pues-
tos a disposición de los 'hombres por el modo de pro-
ducción".
y Worms decía en el citado congreso que la doc-
trina del materialismo histórico, según resulta de la
obra de Marx, se reduce a dos tesis fundamentales:
I
Q
De todos los factores propiamente sociales del des-
envolvimiento de la humanidad, el factor económico e3
el.más importante, porque es el que determina todos
los demás, es la base de la cual son aquéllos la super-
estructura, el contenido del cual son ellos la forma.
zQ En la organización económica, 10 que tiene más va-,
lor es el útil de la producción -el instrurnentc--e ; él
- 73-
 E M I L I o FRUGON1!
"Si recordais - dice Jadrés - cómo en su libro /
El Capital trata Marx el concepto utilitario inglés; si ¡
recordais con qué desdén, con qué desprecio habla de!
los teóricos del utilitarismo que, como Jeremías Ben-
tham, pretenden que el hombre no se mueve sino en
vista de un interés personal. conscientemente buscado
por él, vereis que no existe nada de común entre estas
dos dottrinas.Mejor diríamos: 'es a la inversa. Preci-
samente porque Marx estimaba que los modos mismos
del sentimiento y del pensamiento son determinados en
el hombre por la forma esencial de las relaciones econó-
'micas de la sociedad en que vive, hace intervenir en
la conducta del individuo a 'las fuerzas ~ociales, a las
, fuerzas colectivas, a las fuerzas históricas, a las fuerzas
cuya potencia sobrepuja la.de los móviles individuales y
egoístas. Lo que entendía, 10 que él consideraba como
esencial en la Historia, son las relaciones económicas,
las relaciones de producción de los hombres entre sí".
(JEAN JAURÉS: "El idealismo de la historia").
La polémica entre 'Marx y Bauer aclara bien el
sentido impersonal, o mejor dicho. superpersonal- que
el interés adquiere en cuanto elemento propulsor de la
evolución social y política para el concepto de aquél.
"Todas las grandes ideas de la historia han sido
, inspiradas por los intereses de las masas, y no es sino en
la medida en que ellas representan esos intereses que las
ideas consiguen transformarse en actos; sin eso, las
,.-- 104 -
ENSAYOS
~
SOBRE MARXISMO
ideas pueden muy bien suscitar el entusiasmo, pero son
absolutamente incapaces de provocar una acción cual-
quiera" ... "La idea fracasaba siempre 'cuando ella se
desentendía de los intereses reales. Por otra p~rte, es
fácil comprender que todo interés de orden colectivo,
cuando aparece por primera vez sobre la escena mun-
dial, rebasa siempre con mucho sus límites verdaderos,
y se corifundemás o menos con el interés humano. Tan
es así, que la: idea de la Revolución francesa no se po-
sesionó solamente de la burguesía, en cuyo interés ella
ha realizado grandes acciones; sino queella ha entusias-
mado igualmente a las masas laboriosas a. las que ella
no podía aportarles nada. (MARX: La Sagrada Fa-
milia) .
Ahí se ve cómo elinterés que Marx erige a la dig-
nidad de condición indispensable para que las ideas se
transformen en acciones de la historia, se transforma
él mismo en un motor ideal. Porque en cuanto "se con-
funde más o menos" con el interés. humano; entra en la
esfera de los móviles desinteresados para el individuo
y se torna uno de esos fines altruistas a que los hom-
bres s'e sacrifican a menudo su tranquilidad, su posición,
su salud y hasta su vida. Y es así, y sólo así, que puede
llegar a atribuírsele al materialismo histórico la "idea-
lización" del interés.
El hedonismo de Adam Smith al proclamar como
protagonista del progreso social a su¡ 'hamo economicus
- 105-
 .~
E MIL 1 O FR UGONI
movido y guiado por el latido sensual elel propio inte-
rés, concede actuación preponderante en, la colectividad
a un elemento individualista que no admite más justi-
ficación que el ser útil a los fines amorales de dicho
progreso. Compárese ese interés del yo económico, que
sólo puede llegar al beneficio colectivo en cuanto éste
resulte de la obtención egoísta del beneficio particular,
con ese otro interés pluralista, de clase, en el cual se
funden las conveniencias singulares, y el cual promue-
ve la historiacon el sacrificio, a menudo, de esas con-
veniencias, que entran en él a condición ele sometérsele
y secundarlo.
La di ferencia de índole entre uno y otro explica que
mientras las luchas por el primero son a menudo sór-
didas, mezquinas, inmorales ; fas luchas por el segundo
son generalmente ejemplo de abnegación, de despren-
dimiento, ele espíritu de sacrificio. Las mismas huelgas
gremiales puramente mejoristas suelen ser actos de so-
lidaridad en que cada uno afrenta penurias y persecu-
siones y se siente impulsado, en la onda de la suerte
común con sus compañeros de oficio y de lucha, por
fuerzas morales que planean sobre su simple necesidad
o conveniencia privada. También tiene su grandeza y
su heroísmo la gesta de la burguesía por la conquista
de su destino económico de clase, y son precisamente pá.
ginas del M anífiesto Comunista las que despliegan ante
nuestros ojos, en una vigorosa síntesis histórica, el cua-
- 106-
ENSAYOS SOBRE MAR.XISMO
elro de una acción tesonera formidable, compuesta de
luchas esforzadas y aletazos de audacia, a la que no
puede negársele por cierto un carácter prestigioso de
riesgo y abnegación. (1)
Lo que ocurre - conviene puntualizarlo - es que
en las luchas actuales de la burguesía, como de todas las
clases que 'se reservan o procuran privilegios, el interés
de clase, en cuanto esconde un sentido de injusticia o
iniquidad frente a las clases oprimidas o despojadas,
no es honorable ni resulta ya bastante decoroso. De ahí
que revelarlo como móvil real de las acciones histó-
ricas y como contenido verdadero de las ideas con las
cuales se las justifica o exalta, parezca una denuncia
peyorativa que vendría a colocar en el sitio de palabras
venerables - sentimiento de justicia, idea de progreso,
etc. - un concepto desagradable para un juicio moral
superior. Pero cuando nos referimos a una clase que
lucha por abolir privilegios, ella puede admitir sin des-
doro, como la burguesía cuando luchaba contra el ré-
¡ (1) Ihering sostiene "la imposibilidad de la acción sin interés".
En los actos de abnegación el "gente quiere una cosa para otro. Es-
tas dos palabras (para otro) encierran, dice, todo el nudo de la cues-
tión. Refuta a Kant, quien entiende que en la abnegación la volun-
tad se mueve con ausencia de todo interés. "Si yo hago sacrificios
en interés de mis hijos - añade - de mis amigos, con un fin de
utilidad general, no 10 hago por agradar al Shah de Persia, ni para
contribuir a la construcción d.!' un templo en la India. Mi abnegación
- 107-
EMILI.O FRUGONI
gimen feudal, "que las ideas no tienen éxito durable
sino en la medida en que ellas traducen intereses de
clase". Entonces sus ideas despertaban en las otras cla-
ses oprimidas ese entusiasmo. que según Marx, "pro-
viene de la ilusión de que esas ideas representan la li-
beración humana. en genera!". Si sus intereses hubiesen
coincidido realmente con el objetivo humano de la li-
beración general. el entusiasmo ele las clases oprimidas
no provendría de una simple "ilusión".
Por eso, cuando nos referimos, al proletariado -
la única clase que no tiene interés en conservar ni con-
quistar ningún privilegio, sino en abolirlos todos - no
desdoramos su acción histórica atribuyéndola al impul-
so de un interés de clase. En efecto. 'como éste se con-
funde positivamente con d de la humanidad contempo-
ránea expresado por su más elevadas y generosas as-
piraciones, nadie que tome ese interés por la represen-
tación de la liberación humana padece una ilusión, sino
no adepta ciegamente un fin cualquiera; ejerce una cnitica, dis-
tingue entre los diversos fines. Para entusiasmarse en favor de uno
de éstos. debe el que sea tener una cierta relación con mi yo. El
prctestante no contribuye al dinero de San Pedro, el católico no
subvencione. las obras protestantes; yo no m~ sacrifico por un ex-
traño lo haría con un amigo. En el lenguaje corriente expresa
uno esta relación con las palabras: interesarse por, tomar partido
por". (IHfRING: El fin en el derecho).
- 108-
ENSAYOS SOBRE MARXISJl'[O
que da con el exacto y auténtico sentido de la realidad
social de los tiempos actuales. (1)
***
El principio dinámico de la historia, en la teoría
marxista, no es otro que lo que podría llamarse "ra-
dioactiwidad" de las fuerzas de producción.
Esta acción impulsora y determinante Se ofrece
por medio de los elementos materiales de la producción
y por medio de los elementos humanos o personales.
Unos y otros integran esas fuerzas cuyo latido actúa;
en el centro del mundo social; y las relaciones entre
unos y otros ofrecen un primer problema al análisis
ele1 proceso histórico en sus etapas iniciales : el problema
de la influencia de las cosas sobre el hombre y del hom-
bre sobre las cosas. '
Bien mirado, este problema no es distinto al de
la in fluencia del hombre corno voluntad consciente so-
bre el medio social, en cuanto conjunto de hechos so-
ciales - o "cosas sociales" (los hechos sociales son tam-
biéncosas en la metodología y en elléxico de Durkheit'n) J
- y al de la influencia de dicho medio sobre el hombre.
El progreso de la técnica mueve e impulsa hacia
,( 1) "A menudo Marx y Losallc han expresado el admirable
pensamiento de que la revolución proletaria sería la verdadera re-
volución humana porque tos proletarios no podrán invocar ningún
privilegio, teniendo que limitarse a invocar su título de hombres".
- ]AURÉS.
- 109 "'"""
E MIL 1 O FR UGONI
nuevas formas la vida social, pero ese progreso no se
concibe sin correlativos adelantos previos de la men-
talidad humana en el plano de la ciencia, de la eco-
nomía, y más precisamente de la industria y de la pro-
ducción. Cada invento, cada hallazgo, cada nueva apli-
cación de la ciencia al trabajo industrial, cada cambio
de forma de producir,cada nueva organización del tra-
bajo, cada descubrimiento marítimo, presuponen una
visión mental ampliada, un mayor caudal de conoci-
mientos, una previa renovación de inquietudes espiri-
tuales.
H. G. Wells nos explica - por ejemplo - cómo
la "revolución mecánica" moderna fué un efecto del
aumento elel caudal de conocimientos y de la mayor cla-
rielad de las ideas del hombre acerca del mundo en que
vive. "Los progresos de la ciencia física revoluciona-
ron la metalúrgica, lo que permitió el empleo de gran-
des masas ele metal, lo que influyó en los inventos
prácticos. La maquinaria de un nuevo género y de
una abundancia hasta entonces desconocida vino a re-
volucionar la inelustria. Coincidiendo con el progreso
de los transportes por medio del vapor en la tierra y
en el mar, las posibilidades de comunicación entre los
hombres se multiplicaron ele modo nuevo y sorpren-
dente con las investigaciones y trabajos de Volta, Cal-
vany y Faraday sobre diversos fenómenos eléctricos."
(G. H. WELLS: Breve historia del mundo).
- 110-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
No interesa averiguar cuál se ha hecho sentir pri-
mero: si el influjo de las cosas sobre el hombre o elel
hombre sobre las cosas. Desde luego, para Marx, na-
turalmente, la sociedad y su historia comienzan con
el hombre y no con las cosas materiales. Lo que inte-
resa es estudiar mediante qué acciones y reacciones
se va desarrollando la lucha social.
¿ Basta que el hombre adquiera la nOC10n de un
progreso técnico, la idea de una nueva ruta industrial,
mercantil y económica, el hallazgo de un procedimien-
to mejor, para que éste se incorpore como una adqui-
sición efectiva al engranaje de la existencia colectiva
y penetre en la esfera de los resortes de la historia?
Para que eso ocurra han de combinarse circuns-
tancias entre las que suele preponderar la conveniencia
económica inmediata de las potestades que son árbitro
de los destinos individuales y colectivos en el mundo
del trabajo y el~ la producción.
Es. innegable que el gran taller moderno, la fá-
brica y la usina no hubieran sido posibles sin las cir-
cunstancias históricas que permitieron la contratación
de muchedumbres de obreros como asalariados y su
movilización de uno a otro 'Centro de trabajo; pero
detrás de esas circunstancias, como elementos propul-
sores ele esos cambios en las costumbres y modos de
la vida social, estaban las mismas fuerzas a cuyo in-
terés, o si se quiere, a cuyo destino económico conve-
-lll-
l
J
 E MIL I O FRUGONI
La historia de las corporaciones de oficios, por
otra parte, abunda en ejemplos de trabas opuestas al
adelanto técnico industrial por el interés de los arte-
sanos y mercaderes organizados en esas asociaciones,
dentro de las cuales y a favor de las cuales se va des-
arrollando el poderío de la burguesía, la clase social
. que ha de concluir con ellas por considerarlas, a cier-
ta altura de su desenvolvimiento histórico, moldes de-
masiado estrechos a su necesidad esencial de expansión
y de predominio. Cuando surge la alta burguesía, el
gran mercader, el gran fabricante, la corporación se
halla ante una fuerza que tiende a sacarla de su cami-
no porque dificulta sus movimientos y porque esa fuer-
manas, corno en Lyden en 1661 y en Colonia en 1676, ál mismo
tiempo que se introducía en Inglaterra, provocando desórdenes en-
tre los obreros. "Esta máquina - dice Marx - -que tanto ruido ha
hecho en el mundo era en realidad precursora de las máquinas de
hilar y de tejer, y por 10 tanto de la reyo1ución industrial del si-
glo XVIII".
"A fines del primer tercio del siglo XVII - continúa el ca-
pítulo de El Capital - un aserradero a viento establecido por un
holandés en las cercanias de Londres fué destruido por el popula-
cho. Todavía a principios del siglo XVIII las máquinas de aserrar
movidas por el agua vencieron con dificultad la resistencia que en
Inglz.terr, les oponía el pueblo apoyado por el Parlamento. En 1758,
cuando Everet construyó la primra máquina movida por el agua
para cortar la lana, 1000.000 hombres que ella dejaba sin trabajo
1", redujeron a cenizas. 50.000 obreros que habían vivido hasta en-
tonces- cardando lana, dirigieron una petición al Parlamento con-
tra los scribblinq mills 'y las máquinas de cardar de .Arkwright, La
- 114-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
za crece, fatalmente, a expensas y en perjuicio de la
corporación. Esta es entonces la rutina; la defensa del
interés mediocre del modesto artesano y del obrero;
mientras que .esa fuerza nueva - que se mete también
en la corporación para transformarla y s~meterla a sus
designios, hasta que concluye por desbordarla y po-
nerse frente a ella, condenándola a desaparecer -¡-- es
la modernización de los medios de trabajo, la audacia
de las vistas económicas, la multiplicación de las ru-
i
tas, la ampliación de los horizontes mereantiles, la
alteración de los procedimientos y hábitos, el trastor-
no de las costumbres tradicionales, la transformación-
del taller, la revolución económica, en una palabra.
"Piénsese, dic.e un historiador del trabajo, en las
mil prohibiciones que erizaban los estatutos de las cor-
poraciones, en la prohibición de fundir sellos con le-
tras grabadas, en las prescripciones que en todos los
oficios impedían toda mudanza, y por tanto, todo per-
gran destrucción de máquinas en los distritos manufactureros ingle-
ses durante los primeros quince. años del siglo XIX, principalmente
motivada por el empleo del telar a vapor, agitación conocida con
el nombre de movimiento de los Ludditas, dió .pretexto al gobierno
antijacobino de Sidmouth, Cortlereagh, etc., para las medidas más
violentamente reaccionartas, El tiempo y la experiencia fueron ne-
cesaros 'para que los trabajadores distinguieran la máquina de su :"';'
empleo capitalista y aprendieran a llevar sus ataques, no al mismo
medio material de producción, sino a su forma de explotación so-
cial". CC. MARX: El Capital). . .
- 115-
 FR ueONl
feccionamiento de la fabricación; se comprenderá sin
esfuerzo que la gran industria, sin proponérselo, por
su solo desenvolvimiento, revolucionaba el orden eco-
nómico que había reinado durante la Edad Media,
"Con la mejor fe del mundo, las corporaciones en-
tablan la lucha contra esas innovaciones que le parecen
abominables". (GEORGE RENARD: Sindicatos, Fábri-
cas) Uniones, Corporaciones).
Beatriz y Sidney Webb ,nos enseñan que' en 1555
ellos obtierten del Parlamento inglés la prohibición del
gig-mill, un telar mecánico, y Macaulay nos refiere los
argumentos asombrosos con que se atacaban las pri-
meras diligencias, tanto en Inglaterra como en Francia.
Algunas de esas prohibiciones han atajado por
largo tiempo el paso de inventos de gran trascenden-
cia para, la suerte de la humanidad. Así por ejemplo,
la que no dejaba fundir sellos con letras grabadas.
"¿ Quién sabe - pregunta el autor más arriba citado ~
si esta prohibición no ha retrasado un centenar de años
la invención de la imprenta, que nació de estas letras
grabadas, una vez que se consiguió darles movilidad?"
(G. RENARD, Obr. cit.).
Hoy mismo puede afirmarse que algunos inven-
tos notables - pese a que la concurrencia industrial
abre paso a toda invención útil - permanecen sin apli--
cación o son desconocidos para el mundo, porque con-
trarian formidables intereses económicos, pues el capi-
- 116-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
talismo que sabe valerse de los perfeccionamientos téc-
nicos, también sabe detenerlos cuando vienen a echar
por tierra sus planes de predominio financiero.
..
** ~
El invento o el hallazgo, equivalente a veces del
"accidente feliz" darwiniano, nos coloca,..ante el indi-
viduo o el factor individual" (mejor sería decir el "hom-
bre", porque son pocos los inventos que no sean obra
en que muchos han colaborado. Goethe afirmaba que
inventar es recordar) en sus relaciones, como elemen-
to activo y consciente, con el proceso de la evolución
económica. Y puede decirse que en cuanto su descu-
brimiento o invención produce efectos por 10 general
incalculables o es punto de partida de nuevos desarro-
110s . con dilatada influencia sobre el destino huma-
no, esos inventores o descubridores sonrevolucio-
narios implícitos; pero su poder accidental de influir
en el curso de la vida humana no es virtud sin raíces
en la historia ni ha de desenvolverse independientemen-
te en la órbita que él mismo se trace.
"Los hombres - dice Marx - hacen su historia
pero no la hacen arbitrariamente, en las condicione~
elegidas por ellos, sino en condiciones directamente da- ,
das y heredadas.vj C.MARX :"El 18 Breuiorio de Luis
Bonaparte')) Ni siquiera cuando se echan a construir
;- 117 -
 ,
E MIL I O FR UGONI
en el plano de las ideologías o tratan de crear cosas
nuevas en la esfera de las instituciones más alejadas,
por su índole y contenido, de la realidad biológica y
económica, puedan moverse con entera prescindencia
del presente y del pasado. "La tradición de todas las
generaciones muertas pesa con un peso abrumador so-
bre el cerebro de las vivientes." (C. MARX: Obr. cit.).
El artesano que a fines del siglo IX encontró el
modo, en alguna parte de Europa occidental. de en-
ganchar los animales con el collar de espalda y los ti-
ros, y aquel otro que al mismo tiempo inventaba las
herraduras con las que ;.:lcreeía el poder de tracción de
las bestias, fueron quienes decretaron, según el pro-
fesor Rivet, la desaparición de la esclavitud. (Les [or-
ces motrices a trauers les ages). ¿Fueron ellos ajenos a
esa u otra finalidad humanitaria o altruista? Lo más
probable es, sin duda que sólo hayan visto en ese ha-
llazgo técnico un medio de aprovechar mejor la fuer-
za de los animales a los fines inmediatos de Su em-
pleo y las conveniencias prácticas que de ello' se
derivaban para el trabajo y la 'economía. Y sería fan-
tástico atribuirles la visión adivinatoria de los remotos
efectos históricos de su invención, que habría de fi-
gurar entre uno de los factores iniciales y.decisivos de
un cambio jurídico tan considerable como la abolición
de la esclavitud, Pero nada cuesta admitir que pudieran
haberse sentido inspirados 'en la búsqueda del nuevo
-118 -
' .. ,:",
-'\,-~
\ " I
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
procedimiento por el afán humanitario de librar a los
esclavos de ciertas tare~s terriblemente agobiadoras, y
que este sentimiento haya nacido en ellos bajo la in-
fluencia de ciertos preceptos morales difundidos por
algunas religiones, especialmente por el cristianismo
en esa parte de Europa. Después de todo, no es raro
que un ingeniero se lance a idear y experimentar solu-
ciones técnicas y a descubrir nuevos medios de ven-
cer las resistencias de la naturaleza o de la materia,
por el solo empeño de impulsar el progreso y de abrir
nuevas vías al esfuerzo del hombre, obedeciendo a un
imperativo íntimo tan poderoso para su conciencia
• profesional y científica como el mandato de una reli-
gión. La ciencia es 'toda ella una epopeya magnífica
y conmovedora, en la que el sabio, el investigador, el
mago moderno, se entregan con un admirable renun-
ciamiento a todo estímulo sensual, al heroísmo subli-
me de servir fines ideales e impersonales, Iucháhdo
abnegacIamente por alcanzar victorias ajenas a. todo
móvil que no sea ensanchar el círculo ele luz de la ver-
dad o robar para los hombres el fuego. El amor al
prójimo sostiene muchas de esas vocaciones sagradas
que en el campo de la medicina ocasionan ejemplos tan
impresionantes de espíritu de sacrificio, como el de
esos radiólogos que se saben condenados a las más
atroces amputaciones, y las soportan con estupendo es-
-119 -

E MIL 1 O FRUGONI
toicismo, S111 cesar en sus mortales experiencias cien-
tificas,
Podría, pues, haber sido ¿por qué no? un senti- ..
miento moral altruista el que presidiese la génesis de
un adelanto industrial cuyo primer efecto visible y
previsible habría de ser cargar sobre las fuerzas de
los animales domésticos trabajos de acarreo y trans-
porte que se echaban sobre las espaldas del hombre. Y
puede asimismo suponerse que los inventores llegaron a
entrever más lejanas consecuencias de su invención, aca-
so deseosos de contribuir a cambiar de condición social
a los oprimidos, entre los cuales tal vez se hallaban. Pe-
ro si no fueron ajenos a estas finalidades humanitarias ,
cuya preocupación les habrían infundido ciertas inflü-
encias morales, ¿no sería eso una demostración de que
el cerebro o el espíritu individual obra con la colabora-
ción de una atmósfera social, de un aliento colectivo,
que-es asimismo una "condición dada" y un "hecho"
o un conjunto de "hechos" sociales?
Tenía razón Paul Lafargue al asegurar que la es-
clavitud desapareció cuando los ¡;nediosde producción
estuvieron bastante desarrollados para hacer arriesga-
da y dispendiosa esa forma de explotación del hombre.
Ciccottí en "El ocaso de la esclavitud" nos demuestra
cómo en el mundo romanó' fueron causas económicas,
especialmente la crisis agrícola, las que provocaron la
-;
- 120-
..
ió(;'
'.
I
ENSAYOS SOBRE MA-R,XÍSMO
liberación de los esclavos en masa, pues ya a sus amos
no les convenía retenerlos en tal condición.»
"Al derrumbarse el Imperio Romano - dice Juan
B" justo - bajo la irrupción de los bárbaros, tiempo
hada que la esclavitud había decaído por falta de es-
clavos. Desde que el poder militar de Roma, apenas
bastó para defender su inmenso imperio, fueron más
.. los hombres perdidos en las guerras que los prisione-
ros hechos, y quedaron agotadas las fuentes de tra-
bajo s~rvil que tan abundantemente la habia s~rtido.
Se hizo entonces necesario pensar en la reproducción
de la clase trabajadora y elevar a los esclavos rústicos
a la situación de colonos". (JUAN B. JUS,TO: Teoría y
Práctica de la Historia). .
y también acierta Lafargue cuando afirma' que
la Filosofía antigua y el Cristianismo no habían com-
batido nunca la esclavitud. "Los sacerdotes católicos
dicen y repiten que el cristianismo abolió la esclavitud,
cuando la introdujo en América y la conservó en el an-
tiguo mundo. San Pablo enviaba a sus dueños los es-
clavos cristianos fugitivos, y San Pedro, Sn Agustín
y -toda la corte de- santos-de los primeros siglos, enseña-
ban a los esclavos a obedecer fielmente a sus dueños >
terrestres." (P. LAFARGUE: El idealismo y el materia-
lismo en la historia). La verdad es que el sentido igua-
litario de las máximas de Jesús y la significación his-
tórica del cristianismo como religión de los humildes,
-121-
E MIL I O F R U G O N
las relaciones de su espíritu, o de su cerebro, con las
"cosas sociales",' que no son siempre, naturalmente, de
índole mat~ial (i). Mientras el invento no se incor-
pora a la industria o a la vida económica, mientras
permanece inaplicado, no es un hecho o una cosa so-
cial. Pasa a serlo en cuanto alcanza, por su aplicación,
el poder de influir en su torno y adquiere, por consi-
guiente, vida histórica. Comienza entonces el proceso
de una lucha que es inherente y esencial a la vida de
Ias . sociedades divididas por antagonismos de in-
tereses. A un hecho social que afecta determi-
nados intereses se le oponen, para cerrarle el ca-
mino, otros hechos sociales que responden a los
intereses afectados. 'Un adelantó técnico, porejem-
plo, que viene a perturbar situaciones y a ocasionar
perjuicios a ciertos grupos sociales, es un hecho social
(1) C. Bouglé reprocha a Engels - "quien adopté. Margan
a Marx: para completar el materialismo histórico, a la teoría del
útil adapta la teoria de la familia, que es como la fábrica de la
especie y que provee a la sociedad de su material humano" - el
que recién cuando hace intervenir en la evolución de las formas
Familiares la división del trabajo yla propiedad privada, reconozca
influncias de naturaleza social,' no viendo' hasta ahi, sirio' Fuerzas de
,[eJen t:ológico. (C. BOUGLÉ: Mcrxisme et Socioloqic) .
Pero parece innegable que en los orígenes de la sociedad las
necesidades biológicas han debido ser únicas determinantes y que
sólo después de haber llegado a c.erto grado de; la evolución econó ,
mica aparecen hechos sedales cuya influencia se dej a sentir sobre
las relaciones y formas de la vida genésica. (Véase "El detertM..
nismo del hambre", en este volumen).
- 124-
[ ENSAYOS SOBRE MARXISMO /
.. frente al cual se yerguen, como ya 10 hemos visto, la
coalición de los intereses lesionados, las fuerzas vincu-
ladas a las situaciones creadas, la ley, etc., es decir,
otros hechos sociales que le libran batalla cuando son
bastante poderosos para ello. Si él viene sostenido por
intereses caudalosos, no tardará en penetrar en la exis-
tencia de su tiempo; si no cuenta con ese apoyo, jus-
tificará aquel aserto de Macaulay, según el cual "si la
ley de la gravitación, de Newton, contrariase algunos
intereses económicos, hubiera tardado siglos en ser
aceptada". Si triunfa y se impone en su lucha, surgirán
en torno de él nuevos hechos sociales. Los descubri-
mientos geográficos, que fueron en realidad hallazzos
, . , ',' .• ",. b
técnicos formidables, progresos portentosos de la in-
dustria marítima, triunfos del arte de navegar y de la
inteligencia y voluntad humanas en su lucha por ha-
<:erse cada vez más dueña y dominadora de la natura-
leza, revolucionaron la vid~' de su tiempo, y marcaron
rumbos nuevos a la historia, porque fueron creadores
de hechos sociales más poderosos, en sus efectos in-
mediatos o en sus repercusiones futuras, que los hechos
sociales preexistentes a los 'cuales venían a contrariar.
¿ De dónde procede ese poder? De los intereses, no
siempre económicos, vinculados a tales hechos. Se di-
ría que cada consecuencia de un gran descubrimiento
geográfico, - por ejemplo, la importación de metales
preciosos a Europa, o el cambio de ruta de lasembar-
- 125 ~
 1-
E M 1 L 1 o F R u G o N 1 ENSAYOS
caciones - , desata una ola de hechos que arrasa con
muchas cosas arraigadas y con muchos poderíos anti- ti
guos. De ahí nuevas costumbres, nuevos problemas,
nuevas posiciones del espíritu, nuevas influencias de la
realidad histórica sobre el alma humana. (1)
El progreso es, pues, en rigor, una lucha de he-
chos sociales, en la que vencen los más poderosos. ¿ Dón-
de reside, en qué consiste su poderío? En las fuerzas
humanas que los sustentan, que no son siempre fuerzas
materiales, sino morales y espirituales, y que como atri-
butos del hombre traducen su' naturaleza compleja,
compuesta de impulsos diversos, y de elementos fí-
sicos y psíquicos; pero no pueden trazarse su camino,
sino a través de los hechos. Sólo modificándolos o aba-
tiéndolos en 10 que tienen de más eficientes como hilos
(1) Marx explica el tránsito de la producción feudal a la ma-
nufactura, situándolo en la época del descubrimiento del Nuevo
Mundo. por cinco condiciones, cuatro de las cuales son: acumula-
./ ción de capitales debido a la importación de metales preciosos traí-
dos de América; la revolución monetaria a que eso dió lugar, con
el enriquecimiento de la burguesía como consecuencia; le. extensión
del comercio, a causa del descubrimiento del nuevo continente y
la civilización; la formación de un proletariado mendicante y sin
ocupación coma efecto de la revolución monetaria. (Miseria de la
Plosofía). - Segn Pedro A. Inchausti, el hecho determinante de
esa transformación fué, para Marx, el aumento de riquezas, y no
solamente el aumento, "su pasaje a la actividad histórica" (la cir-
culación), sino también el modo en que se distribuye entre las cIa-
ses o grupos sociales. P. A. INCHAUSTI: Fundamentos del Socia-
lismo) .
- 126-
-S O B R E MARXISMO
Y. nudos de la urdimbre social, las fuerzas sociales se
abren paso en la historia.
.* * *
"La doctrina materialista - dice Marx - según
la cual los hombres son productos de las circunstancias
y de la educación, que por consiguiente los hombres
cambiados son los productos de otras circunstancias
distintas, olvida que son precisamente los hombres quie-
nes cambian las circunstancias y que el mismo educador
debe ser educado. N o llega al dividir en dos partes a la¡
sociedad de la que una se eleva por encima de la otra
(por ejemplo en Roberto Owen)." C. MARX: Notas
sobre Feuerbach y, A nuestro juicio ese pasaje localiza
claramente al hombre, frente a las 'Circunstancias en
medio de las cuales se halla y cuya influencia recibe,
en su función de madi ficarlas, hasta el punto de apa-
recer como un creador el ambiente social e histórico,
por más que éste se refleje' en su cerebro y en su sen-
sibilidad. ¿Es un creador mecánico de ese ambiente?
Forjador de un medio artificial con que reacciona so-
bre la misma naturaleza, 10 ,es, sin duda, gracias a sus
facultades intelectuales, a su capacidad específica de
animal racional, a su espíritu. Es el único animal que,
como dice Kautsky se muestra capaz de producir me-
dios de producción. El toolmaking animal de Franklin.
"El medio donde viven y mueren las sociedades es,
pues, un medio humano tanto o más que un medio
natural." (C. BOUGLÉ: M aterialisme et S ociologie ).
- 127-
 FR UGONI
E MIL I O
vez serían, en cierto sentido, imagen y semejanza de
las cosas que actuaran sobre él.
Aun tomando nota de las comprobaciones cientí-
ficas que descubren diferencias no de grado y propor-
ción, sino de naturaleza y esencia entre los fenómenos
individuales y los sociales, la explicación psicológica
de la historia es tan sólo una teutolog ía. Bastará, pro-
bablemente, el dato de la psicología colectiva de un
pueblo para presuponer las líneas generales de su des-
envolvimiento. "Dime como eres y te diré qué haces".
Pero si explico 10 que soy por 10 que hago '0,10 que ha-
go por 10 que soy, me explico por mí mismo. Falta sa-
ber por qué un pueblo adquiere tales o cuales rasgos
psicológicos. y además, por qué pueblos de distinta
psicología se dan iguales instituciones y se. someten a
leyes iguales, a principios de organización y de con-
vivencia análogos.
La explicación no abarca el trazado de las vías
que conducen de esos puntos de partida, cosas u hom-
bres, a la determinación y construcción de los fenó-
menos colectivos y las formas sociales.
Tampoco explica los cambios en uno u otro sen-
tido o sea las evasiones, que trazan la línea del pro-
greso o del retroceso de ese círculo vicioso formado
por las cosas que influyen sobre los hombres y los hom-
bres que crean o modifican las cosas.
Las del dominio económico, que está en la base de
- 130 ~
/
ENSAYOS SOBj?E MARXISMO
la sociedad, el instrumento, el útil, el hallazgo el des-
cubrimiento ele nuevas rutas económicas o geográfi-
ca s, de nuevos procedimientos de trabajo y producción
- agentes primarios ~ no obran sobre el espíritu hu-
mano sino por intermedio de agentes secundarios cuya
acción es real e inmediatamente decisiva en la orien-
tación de la historia.
El materialismo histórico ha venido a poner en
claro, por un lado, la relación de esos agentes secun-
darioscon las cosas de la vida económica, y por otro
lado su relación con la vida social del hombre. Antes
de él, se consideraba o que el espíritu creaba, como
un factor autónomo, en uso del más perfecto libre ar-
bitrio, las formas sociales de la superestructura, el de-
recho, la moral, la política; o que "las circunstancias
y la educación" 10 forjaban como deidades excluyen-
tesxle su iniciativa, "olvidando que san los hombres
quienes cambian las circunstancias" (Marx). (1)
La sociología introdujo un elemento que sociali-
za el fenómeno de la evolución histórica el espíritu
(1) Según Ortega y Gasset - en cita que hace Fernando
de los Ríos (El Sentido Humanista del Socialismo), fué un error
buscar la causa de los hechos históricos, que son en I realidad hechos
biológicos (tesis de Juan B. Justo en Teoría y Práctica de la His-
toria). "En rigor la única causa que actúa en la.vida de un hom-
bre, de un pueblo, de una época, es ese hombre, ese pueblo, esa épo-
'Ca".("Es Espectador). La explicación es sin duda muy simple; pero
equivale a decir que la vida humana es fruto de sí misma.
-131-
E MIL I O FR UGONI
colectivo, una emanación social que se sustituye al es-
piritu del individuo aislado y que sería, la verdadera
resultancia, el substratum del influjo múltiple y plu-
ral de las cosas y de los hechos sobre los individuos
agrupados. Pero espíritu individual o espíritu social,
siempre quedaría por saber cómo las cosas y los he-
chos influyen sobre él y cuáles serían las cosas y los
hechos capaces de moverlo o inducirlo. También pudo
creerse que ese espíritu colectivo, !!Va vez creado, crea-
ba las formas sociales sin más ley' que la de una ló-
gica racional abstracta, ajena a todo otro agente que
no fuese la libre y autónoma inspiración de ese espí-
ritu. (2)
(2) "El pensamiento humano es soberano? Antes de respon-
i -
der sí o no, necesitamos,en primer lugar.invstigar qué es el ~n­
samiento humana. ¿ Es el pensamiento de un sólo hombre? N o, cier-
tamente. Pero tampoco existe- sino como pensamiento 'aislado de
muchos millones de hombres, pasados, presentes y futuros. Y bien;
cuando digo que este pensamiento de todos los hombres, incluso los
hombres del porvenir, cuya síntesis hago en mi inteligencia; cuan- ~
do digo, pues, que este pensamiento es soberano, capaz de. conocer
e1mundo, por poco que la humanidad subsista t~stante tiempo .y
que 110 se produzca ni en los órganos, ?i .en los O?J etos del conoci-
miento, modificacinó susceptible de limitarla, digo algo bastante
vulgar y aun bastante inútil. Porque el más preciado resultado de
esta idea será hacernos sumamente desconfiados 'respecto a nuestro
conocimiento actual pues es infinitaments probable estemos aún
poco lejos de los comienzos de la historia de la humanidad y que
las generaciones que nos corrijan serán más numerosas que cuantas
tenemos la ocasión de. corregir sus conocimientos (no .sin gran des-
dénpor nuestra parte)". (F. ENGI>I,S: Anti-Duhring).
-132-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
El materialismo económico realza la existencia
de los intermediarios (Bouglé ) entre ese espíritu y las
formas de la sociedad en sus diversos planes - el eco-
nómico, el jurídico, el político, el religioso - y des-
cubre su importancia activa, demostrando que algunos
de ellos asumen un papel decisivo como orientadores
del movimiento histórico. El material social,e1 instru-
mento o la técnica no influye sobre el espíritu huma-
no en general, sino mediante hechos supervinientes más
o menos directamente impuestos por ella, que no son
cosas en el sentido físico de la palabra, sino en un sen-
tido que diríamos sociológico. Son, en efecto, hábitos
de vida, costumbres, ordenamientos de la existencia,
que se expresan por la posición de los individuos en
la sociedad, por sus relaciones jurídicas, por sus nor-
mas morales, por sus leyes.
Entre esas expresiones sociales, surgen en deter-
minadas circunstancias y a cierta altura del desenvol- ,
vimiento de los agregados humanos, las clases, como
productos del modo de producción y de cambio y efec-
tos de la división del trabajo.
La aparición de ellas señala toda una etapa del
desarrollo social, porque es a través de ellas que el es-
píritu, consciente de sus fines sociales, o eón eljnstin-
to de esos fines, actúa sobre la historia. Cuando el es-
píritu, que se materializa en el instrumento de, pro-
ducción o en el hallazgo técnico, llega, a través de las
- 133 .....
 E MIL 1 O FRVCONI
flages" tradicionales, luchas de clases. Pero, cuando no
nos atenemos más a los límites estrechos de nuestra
Europa, ¿es todavía posible no ver sino conflictos de
intereses si no luchas de clases, en enormes movimientos
tales como el Kuomingtan de los nacionalistas chinos,
el Svaradaj de los hindúes, el movimiento pan-negro
y, de una manera general, lo que Lothrop Stoddart lla-
ma "la ola de los pueblos de color"? Aun mismo
cuando sea establecido - lo que parece bien dudoso -
que tales movimientos pueden ser reducidos,en último
, análisis, a elementos económicos, no resulta menos por
.ello que las fórmulas ele la lucha de clases son sin apli-
cación práctica desde que, saliendo de nuestros países
caracterizado, por el reino de la gran industria, diri-
gimos nuestras miradas hacia el vasto mundo, ese mun-
do en que, a la época del NIanifiesto eosnunista, la em-
presa europea había apenas comenzada".
y sieso es verdad respecto a sociedades retra-
sadas en la evolución económica, fenómeno asimismo
evidente es que en las sociedades de civilización in-
tensa, las formas de la superestructura alcanzan tal des-
arrollo e influencia colectiva que la importancia a ve-
ces decisiva de su papel en la suerte del agregado so-
cial y su acción indirecta preponderante sobre el go-
bernalle de la historia, no puede desconocerse. Pero ya
hem...os visto cómo el materialismo económico explica,
sin negarse a sí mismo, ese fenómeno; y no sólo lo
- 150-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
explica, sino que lo toma como punto de apoyo de su
teoría del destino histórico de la lucha de clases. Ins-
pirándose en las cartas de Engels al Sozialistische
Academiker (1890 y 1895), Bujarin dice: Las super-
estructuras no son, por cierto, una futileza insignifi-
cante. Ya hemos dado ejemplos en apoyo de esto: abo-
lid el Estado capitalista, la producción será, de gol-
pe, imposible; anulad la ciencia contemporánea, voso-
tros anularéis con el mismo golpe la gran producción
con su técnica; suprimid los medios de comuniccación
espiritual humanos, la lengua o la literatura, y la so-
ciedad no¡
podrá existir y caerá en descomposición. La
cuestión no consiste en negar la ideología y la super-
estructura en general, en considerarlas como un ele-
mento inexistente o como un elemento sin importancia:
'la cuestión es explicarlas. Está lejos de ser la misma
cosa." (BU]ARIN: Obr. cit.).
¿ Y hay contradicción entre negar, por una parte,
el finalismo idealista de las acciones que abren el cau-
ce de los acontecimientos en la capa geológica de la
economía y de la técnica; y proclamar, por otra par-
te, la eficacia decisiva para la suerte humana de una
acción consciente de clase?
N o la hay en cuanto se advierte que est~ hecho
social, la conciencia de clase, no puede haber caído del
cielo, sino que en su génesis aparece relacionada con
otros hechos a que no son ajenas aquellas acciones del
- 151 ..

E MIL 1 O F R U .C O N 1 ENSAYOS
plano económico ; y que el Iinalisrno trascendente de
los actos de esa conciencia no rompe con el concepto
de una evolución determinada "en la base, en último
término", empezando de arriba. por el modo de pro-
ducción y de cambio.
Este es un dato sobre el cual debe apoyarse esa
conciencia para no negarse a sí misma, y COn ese apo-
yo ella puede saber hasta dónde le es dado influir sobre
el curso de los sucesos y cuáles son los centros deter-
minantes que debe tocar para ejercer esa influencia
en su grado más eficiente y en su alcance más profundo.
Marx se ha esforzado en demostrar que la evolución
de la sociedad capitalista conduce, por el juego de esa
dialéctica de la historia que coloca la antitesis en el
corazón de la tesis, como negación de la negación, a
una forma de sociedad en que no habrá clases de ori-
gen económico (I). La clase obrera es la llamada a
(1) Marx no sólo demuestra que la maquinaria y la gran in-
dustria han engendrado una miseria tan espantosa como ningún
otro régimen anterior de producción, sino que dernucstrz, también
que, al revolucionar de un modo infatigable la sociedad capitalista,
preparan una forma social superior. La legislación fabril es 1;:. pri-
mera reacción consciente y reflexiva de la sociedad contra los de-
rroteros monstruosos que llevan su proceso de producción. La ma-
quinario. que degrada al obrero al convertirlo en accesorio suyo,
crea a la vez la posibilidad de exaltar las fuerzas productivas de
la sociedad a un grado tal de apogeo, que haga posible un desarrollo
igualmente digno y humano para todos los miembros de la socie-
dad, en comparación con el cual todas las fuerzas sociales exteriores
resultarán mezquinas. FRANZ MEHRING (Karl Marx).
- 152-
'1"
SOBRE MARXISMO
desempeñar el papel de agente de esa transfprmación.
Su conciencia es necesaria, es indispensable al efecto
de que ese destino se cumpla. Alguna vez se ha querido
señalar una contradicción entre el concepto de'Quna evo-
lución necesaria, "fatal", y el llamamiento a una ac-
ción de clase para un fin que también advendría sin
ésta. Pero el materialismo histórico no es' una expre-
sión del fatalismo. Cree en la ley de la causalidad. Sabe
que la lucha de clases y la acción consciente de la cla- '
se oprimida, es una causa de lesa evolución hacia la so-
ciedad socialista. La "antítesis" que trae consigo el
régimen capitalista, ese elemento de su desintegración
que ha nacido con él, no es otro que el producto vivo
y racional del medio de producción y de cambio: el
proletariado moderno. La acción de éste constituye una
conclición para que la desintegración o la muerte del
capitalismo se opere. Un "proletariado inoperante, in-
consciente sigue siendo igual a los instrumentos mate-
riales de producción que la clase poseedora emplea. Re-
cién cuando el proletariado adquiere el sentido de su
interés - que se ha de ir ampliando hasta transfor-
marse en alta conciencia colectiva - recién entonces
empieza a poner en las fuerzas productivas la levadura
de voluntad humana que los erige en factores mora-
les de cambios históricos. "El marxismo - dice Bu-
, jarin - no niega: la voluntad: la explica." (Manual
de Sociología Iv!arxista ) .
- 153-
E MIL 1 O FRUGONI
r
"
toria", Instinto biológico al principio, ha ido crecien-
do y depurándose en el espíritu humano conforme la
parte moral del hombre se desarrollaba en su persona.
El materialismo histórico comprueba esos cam-
bios y los explica por el juego de las influencias de
la realidad exterior sobre la interior del hombre, y vi-
ceversa. No cierra los ojos a la claridad que brota de
adentro. Es un rrrarxista - Charles Rappofort - quien
escribe esta página, que no resistimos a la tentación de
transcribir:
"La concepción exclusivamente objetiva del ideal
humano rebaja nuestra dignidad, detiene nuestro élan
hacia 10 sublime, hacia lo verdadero, nos pone en con-
tradicción con las exigencias lógicas de nuestro cora-
zón, nos hace siempre volver la cabeza hacia cualquier
COSa exterior a nosotros, de la cual esperamos ayuda
y apoyo en nuestras luchas. Tan peligroso es aislarse
de la realidad, como pernicioso es creer que la sola rea-
lidad que existe es la que se halla fuera de nosotros.
El hombre, con sus necesidades imperiosas, con sus as-
piraciones biológicas, sus aspiraciones morales genero-
sas, es también una realidad, La justicia y la verdad
no son "grullas metafísicas" como ha dicho mi amigo
Paul Lafargue en una lengua por demás popular. La
justicia y la verdad son nociones necesariamente abs-
tractas que designan realidades que el mismo Paul La-
fargue no desdeña inyocar en la primera ocasión ...
- 162-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
la justicia y la verdad cambian en el corazón de la
historia su contenido, su objeto, pero ellas no son ja-
más palabras del todo "vacías de sentido" mismo en la
sociedad burguesa. Elas son - esto es evidente - con-
diciones necesarias en la vida social. Son necesarias
como la producción aunque menos' palpables.
"Ahora' bien, el hombre con todas sus necesidades
y aspiraciones es no solamente una realidad, sino que
es la única realidad que nos importa desde el punto de
vista subjetivo. La única que palpita y sufre, busca y
combate, que cae en la derrota o triunfa en la victo-
ria. ;. Es una realidad viviente y como tal es un sis-
tema de fuerzas variables y perfectibles. Es una rea-
lidad creciente que progresa y se desenvuelve infinita-
mente. Es una realidad que deviene. La relación entre
las dos realidades, la realidad humana y la realidad de
las cosas muertas, ha sido definida por esta palabra
admirable y profunda de Kant, creador del idealismo
crítico: "Las ideas sin la realidad son vacías. La rea-
lidad sin ideas es ciega".
"Yo añado, para ser justo, que a menudo la "mo- .
ral" en la sociedad actual, se vuelve una trampa, jugan-
do el rol de una policía interior que las clases dominantes
están interesadas en hacer respetar - sobre todo por
las otras - en su interés de clase. Muy a menudo se
busca ahogar las reivindicaciones concretas y "grose-
.... i63-
E MIL 1 O FRUGONI
ras" de las 'Clases explotadas en el agua turbia de una
ideología abstracta.
"Todo ello justifica la crítica serena que los mar-
xistas hacen de los moralistas o de los rnoralizantes a
vide. Pero la cuestión tiene otro aspecto que nosotros
hemos creído deber rrealzar en el interés de la verdad
ci.entífica, y por consecuencia, del marxismo". (CHAR-
LES RAPPOFORT: La Philosophie de l' Histoire) .
•
He ahí una forma acertada de enfocar el proble-
ma. Marx cuando pone a la dialéctica de pie, asig-
nándole a la realidad 10 que Hegel asignaba a la idea,
no hablaba sin duda solamente de 10 que está fuera
del hombre, sino también de lo que dentro de él cons-
tituye un complejo de necesidades, de intereses y de
aspiraciones. Satisfacer esas solicitaciones, responder
a esa realidad presente y volitiva: he ahí el grande y
permanente móvil de la historia. De ahí parte, pues,
un llamamiento al que debe irse plegando la vida so-
cial. Y ésta es asimismo la que impone limitaciones y
obstáculos -a esa realidad de las necesidades y deseos
humanos. Pero sea cual fuere la rigidez de esas limita-
ciones que deciden a la postre de la suerte de muchos
ideales, 'bien puede decirse, cuando Se trata de la gé-
nesis y desarrollo del universo social: Al principio era
el hombre.
y el hombre, si no es espíritu, no es nada. Surge
lentamente de la animalidad, a medida que de entre
...... 164-
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
sus instintos van surgiendo la inteligencia y la concien-
cia moral. Apoyado en esa energía íntima, y' esgri-
miéndola, libra en la arena de los siglos una batalla o
colabora con la materia orgánica, Con la inerte y con
la social. En la acción y relación que con esas tres for-
mas de la materia entabla, entra a veces en conflicto
con la realidad exterior, donde los hechos sociales, con
su contenido (le espíritu, ocupan su plaza en medio a
1111 continuo oleaje de hechos nuevos y de corrientes
espirituales favorables o adversas.
A menudo la resultante de ese choque entre Ia vo-
luntad ele unos hombres y la voluntad de otros, sigue una
trayectoria imprevista a que no son ajenos los elemen-
tos diversos de esa realdad exteror con 'sus múltiples y
heterogéneos. componentes. Pero esa resultante no es
por ello menos una emanación del espíritu humano.
Si hoy el hombre resulta con frecuencia sorpren-
dido por eIJa, y es víctima de sucesos históricos que
nadie desea, y juguete de fuerzas sociales que no
consigue dominar, es porque se mueve en un uni-
verso social donde su espíritu se enreda en las
trabas por él mismo creadas. En el antagonismo de
intereses que siembra su camino de vientos contradic-
torios, su paso no puede ser más fuerte que la tormen-
ta que lo arrastra, desatada por él.
Cuando haya podido ssuperar la era de esos anta-
gonismos profundos, su acción sobre la realidad exte-
- 165-
 EMILIO- FR UGONI
rior se desenvolverá de acuerdo consigo mismo y sus
resultados no serán los frutos de un espíritu que neu-
-- traliza sus intenciones con sus intenciones.
Esa acción satisfará ampliamente la ambición fi-
losófica de Unamuno, que quiere "que las cosas no
hagan a los hombres, sino que los hombres hagan su
historia". Y se <cumplirá el anhelo de Juan B. Justo,
de que "los hombres no tengan que entrar con dolor en
los moldes que la ciega fatalidad les dé". Y el reino
del espíritu habrá comenzado verdaderamente porque
no habrá cosa creada por el hombre que se destine a
esclavizarlo, sino que todos se pondrán, como esclavos
dóciles, a su merced y a su servicio.
- 166-
La máquina es un formidable factor
directo dela evolución histórica (1)
L-¿ Cree usted que el maquinismo ha modificado
los fundamentos de la vida?
. -La encuesta de "Crítica" plantea cuestiones que
die;~n lugar, cada una de ellas, a volúmenes eruditos
y sesudos. Nada puede decirse a esta altura. sobre esos
problemas que no haya sido dicho, y en esta misma en-
cuesta he leído contestaciones que agotan el tema con
una perfecta visión de todos sus aspectos. Spengler;
en "El hombre y la técnica", al sostener que lo que
distingue a las civilizaciones no es la forma ni el ins-
trumento, sino el espíritu'; (la "edad de piedra" sería
la edad del hombre que sólo sabe hacer uso de
la piedra), parecería querer indicarnos que, en vez
de preguntarnos si el maquinismo ha modificado
los fundamentos de la vida, deberíamos preguntarnos
si los fundamentos de la vida: no han modificado
la técnica del hombre. Yo diría que no cabe invertir
los términos, porque si el hombre crea herramientas -
(l) De una encuesta del diario bonaerense Crítica. - Abrib
de 1933.
- 167-
p
M / L / o F R u G o N ENSAYOS
Franklin 10 define como "el animal que crea herramien-
tas" - para responder a su destino y a su naturaleza
esencial, sabido es que las cosas por él creadas van for-
mando el cauce de su vida y le imponen su voluntad
inerte. La máquina. que, según la observación de Marx,
es, en sus sucesivos perfeccionamientos, el signo de los
diversos estados sociales - "el molino de agua nos po-
ne ante la sociedad feudal; el molino a vapor, ante la
sociedad capitalista" - , constituye, sin duda, un formi-
dable factor directo de la evolución histórica. como que
forma parte de esa gran palanca del mundo material
y moral que son las fuerzas productoras, y acaso po-
dría decirse que es, en síntesis, la más tremenda expre-
sión gráfica de esas fuerzas.
r-
I LA INFLUENCIA DEL MAQUINISMO SOBRE
LA VIDA MODERNA
II.-¿ Cuál es. a su parecer. el aspecto más impor-
tante de esa cuestión?
-No cabe. duda que el más importante aspecto de
la cuestión planteada por la influencia del maquinismo
sobre la vida moderna es la de su conciliación con los
intereses humanos de la sociedad. Porque la máquina,
que debiera ser la esclava de hierro llamada, como creía
'Aristóteles, a suprimir la esclavitud, esclavizó al hombre
en la persona de los proletarios, a quienes sometió a las
-- ló8 -
SOBRE M A R X /S M O
larguisirnas jornadas de trabajo, sin respeetar sexos ni
edades, y porque se vuelve, en manos de una clase pri-
vilegiada, un medio de opresión económico y de más
hondo desequilibrio social. El problema que se presen-
ta, pues, a la sociedad contemporánea, en 10 relativo a
la acción del maquinismo sobre la suerte humana, es el
de la sumisión de la máquina a los intereses generales,
el de la sujeción a su racional destino histórico, que no
es el de perjudicar al hombre, y especialmente al pro-
ductor manual, sino el de beneficiarlo y servirlo. Tra-
tánclose de. un elemento que tanto puede y tanto influ-
ye sobre la viclacolectiva, ¿cómo no comprender que
no debe ser librado al interés- .individual, al afán de lu-
cro o al simple cálculo de las empresas privadas? La so-
cialización de la maquinaria y la regulación de su fan-
tástica potencialidad productiva de acuerdo con las ne-
cesidades sociales es la solución única de ese problema.
EL INFLUJO DE LA MAQUINA SOBRE LA
MENTALIDAD HUMANA
IIL-¿ Ha tenido la máquina una influencia sobre
la mentalidad humana?
-Si el hombre más piensa y siente según vive, que
vive según siente y piensa, muy grande debe ser por
fuerza el influjo de la máquina, factor poderoso de
nuevas formas y maneras de vida, sobre la mentalidad
- 169-

E M 1 L 1 o F R u G o N
humana. Muy lejos nos llevaría rastrear esa influencia
a través de todos los sectores sociales. Piénsese sólo en
lo que, dentro del campo obrero, tiene que haber sido
para la mentalidad y el espíritu de los trabajadores un
elemento mecánico que congregaba en torno suyo a mul-
titudes de hombres, que los sustraía a su labor de los
campos, a la existencia rudimentaria de los villor\ios
y a la organización medioeval del pequeño taller casi
familiar - célula y base del régimen corporativo - pa-
ra aglomerarlos en grandes f ábricas, en vastas usinas.
LAS FUERZAS PROPULSORAS HAN SIDO LAS
GRANDES REVOLUCIONARIAS DE
LA TECNICA INDUSTRIAL
IV.-¿ Qué invención mecánica ha revolucionado
más profundamente los gustos y costumbres modernos?
-Las fuerzas propulsoras han sido, desde luego,
las grandes revolucionarias de la técnica industrial.
La aparición del varor como energía, abre la era de la
revolución industrial contemporánea, que surge allá
por el año 1830 en Inglaterra, 'y se desarrolla con la
aplicación del gas, entrando en una nueva fase - aca-
so una nueva revolución técnica - con la electricidad.
La culminación de ese proceso de perfeccionamiento
técnico es, por ahora, la organización científica del
trabajo y la racionalización, que equivalen a la aplica-
- 170-
..
1 ENSAYOS SOBRE MARXISMO
.~
ción de nuevos medios de producción en cuanto intro-
ducen métodos para el mejor aprovechamiento econó-
mico del esfuerzo y de la iniciativa humanos. En el jue-
go de ese proceso, creo que corresponde a los medios
mecánicos de transporte el honor de ser los qué' más
profundamente revolucionan las costumbres. Parece
comprobado que en la historia de la esclavitud los me-
dios de transporte y las fuerzas motrices desempeñan un
papel relevante.
El uso de los animales domésticos marca una revo-
lución en las costumbres de la humanidad. La invención
de la rueda, probablemente debida a Teramanes - un
inventor de quien nadie Se acuerda - ha abierto una
era en la historia humana. Y desde entonces toda ad-
quisición de la humanidad en materia de traslación y
acarreo ha producido cambios notables en los modos y
en los horizontes de la vida. Por algo fué tan comba-
tida a su aparición la modestísima diligencia, contra la
cual clamaron algunas corporaciones de oficios y al-
gunos clérigos, que la denunciaban como perniciosa a
las costumbres de su tiempo porque inmpedia a los
viajeros oir misa, aparte de ser peligrosa por su velo-
-.-,.
cidad de tres millas por hora. .. Las transformacio-
nes impuestas por el ferrocarril son evidentes,. sobre
todo en estos países donde sale. al encuentro del de-
sierto y lo va salpicando de poblaciones todo a lo lar-
go de sus rieles. Luego, el tranvía eléctrico; y después
- 171-

E MIL I O FRUGONI
el automóvil, que es, por ahora, el más activo pertur-
bador de las viejas costumbres y el que más ha modi-
ficado la fisonomía de las ciudades y la vialidad de
los campos. Mañana será el aeroplano, que, como el
automóvil, introducirá nuevas normas hasta en la vida
familiar, en cuanto Se vuelva más asequible a todos.
EL MAQUINISMO HA CONTRIBUIDO A LA
DESOCUPACION
V.-¿ Es la desocupación un resultado del maqui-
nismo? ?
-El maquinismo ha contribuído a la desocupa-
ción, acelerando el proceso de superproducción en el
régimen económico capitalista; pero si bien es un fac-
tor de paro forzoso, no se puede decir que sea, la cau-
sa fundamental del fenómeno.
LA CRISIS ES UN EFECTO PREVISTO DE UN
SISTEMA DE PRODUCCION
VI.-¿ Es el causante de la crisis actual?
-Lo mismo puede decirse de toda la crisis, uno
de cuyos más graves y dolorosos aspectos es la desocu-
pación, la crisis de trabajo. La crisis es el efecto pe-
riódico y previsto de un sistema de producción y de
- 172-
--.....,
ENSAYOS SOBRE MARXISMO
cambio que acumula en su seno elementos para produ-
cir siempre más bajo el espoleo de una ley que le es
inmanente y que le ordena multiplicar el provecho en
proporción al capital creciente que' la industria debe
invertir en nuevas instalaciones y maquinarias más
perfeccionadas por imposición de la concurrencia. Es-
ta ley lleva a los empresarios a aumentar la parte de
capital constante en relación a la parte de capital des-
tinado a salarios. Y dos acumulaciones se van efectuan-
do: la de productos, que por su abundancia se depre-
cian ; y la de obreros desocupados, que pierden capaci-
dad de consumo y deprecian, como "ejército de reserva
del capital", la mano de obra.
RENEGAR DE LA MAQUINA Y DEL MAQUI-
NISMO, ES RENEGAR DEL PROGRESO
-Todas las preguntas qUe siguen quedan, a mi
juicio, contestadas, en lo fundamental, con los concep-
tos que he venido exponiendo.
Sin participar del mecanicismo optimista del autor
de "Sa Megesté La Machine", y dando la razón a Phi-
lip en su refutación al autor de "Standar", no creo
razonable una reacción contra la máquina en nombre de
la felicidad humana y de los destinos morales de la
civilización. Renegar de la máquina y del maquinismo
es renegar del progreso, del genio del hombre y de las
-- 173 ......
 (Cuentos). Con un estudio de Devíl.
Un tomo de 168 pág'Ínas (1920) $ 0.35
-"La Revoluci5n y la Cultura Bol-
chevista". (Prólogo de Nicolás Tasín).
Un tomo de 128 pág inas (1920) $0.35
-Un Compañero Extraño (Cuentos).
Un tomo (1920) - $ 0.35
GUYAU (Juan M.). - Esbozos de una
moral sin sanción ni obligación. (Tra-
ducción de Leonardo Rodríguez y Ar-
turo Casares). Un tomo de 288 pá-
ginas (1925) $ 1.00
HARDY (G). - Medios para evitar el
embarazo (con ilustraciones) •• $ 0.40
HERRERA (Ernesto). - Su Majestad
el Hambre. (Cuentos Brutales) Con
un estudio crítico de Carmelo M. Bo-
net ,$ 0.50
¡PUCHE (Pedro Leandro). - Tierra
Honda (Poesías). Un tomo de 112 pá-
ginas (1924) $ 0.70
LASPLACES (Alberto). - Opinio-
nes Literarias. (Prosistas uruguayos
contemporáneos). Con Un prólogo de
Víctor Pérez Petit. Un tomo de 204
páginas (1919) ........ ; ...... $ 0.80
-Cinco meses de Guerra. Estudio de
la Guerra Europea. Un tomo de 280
páginas (1915) . cedidas de un prólogo del 'Dr. Joa-
-Eduardo Acevedo Dfaz $ 0.40
LUGONES (Leopoldo). - Las Monta-
as del Oro (Poema). Con un juicio
de Rubén Dar¡o. Un tomo de 104 pá-
ginas (1919) $ 0.60
MAETERLINCK (Mauricio). - La Vi·
da de los. Termes (Hormigones). Con
una r.oticia biográfica de J. Ernest
Charles. Un tomo de 212 páginas
(1927) $ 0.70
-"La Vida del Espacio" (La Cuar-
ta Dimensión. La Cultura de los Sue-
ños. Aislamiento del hombre. Fuegos
riel Espacio y del Tiempo-Dios) Tra-
ducción y prólogo de Enrique E. Po-
trie. I tomo de 176 pág. (1926) $ 0.70
-El Huésped Desconocido (Fantas-
U mas de vivos y de muertos. La Psi
comen-la. El Conocimiento del Porve-
FRUGe nir. etc.), Un tomo de 168 páginas
(1922) $ 0.50
c.2 [R] 9395 -"La Vida de las Abejas". U" tomo
de 176 páginas .............•......•
-"El Tesoro de los Humildes" Un
tomo de 144 páginas (1926) .. $ 0.35
-"Los Dioses de la Guerra". Un to-
mo de 80 páginas (1921) ...... $ 0.35
;¡-"¡a ~ra.gedia Cotidiana". Un tomo
e 8 pag rnas (1922) $ 0.35
-"La Inteligencia de las Flores" se-
J(Uido de los poemas en prosa: ¡'Los
Perfumes" y "La Medida de las Ho-
ras". Un tomo de 130 páginas (1921)
-"El Alcalde de Sti1monde". Drama
en tres actos. Versión castellana de
Enrique Gómeo: Carrillo, Un folleto
(191$) $ 0.25
-uLa~uerte". Un tomo ..
MARGUERITTE (Víctor). - "El Vi.
cio en París" (Prostituée). Un tomo
de 168 págo;nas (1923) $ 0.35
-"Vengada" (Continuación de la ae-
terior), Un tomo de 168 páginas
(1923) ; $ 0.35
, MARK TWAIN. - Cuentos Escogidos.
Traducido por Augusto Barrado. Pré-
logo de Angel Guerrá.. Un tomo de 132
pág inas (1921) ••.••• ',.,
MARTINEZ VIGIL (1)r.
Por tierras amigas. (CrQ'
[e) ; , '.
MAUPASSANT (Guy de). _
ra Sexual" (Cuentos), Un' t
páginas (1922) ••...••••••• , ,"
-"Miserables y VIlJ"bundos'''
las cortas). Un tomito de 12 '
(1922) ..
-"De la Guerra" (Cue"tos
Un tomo de 72 páginas (1922) $
MISTRAL (Gabriela). - Selecci6a
póesfas, Un tomo de 64 p;\
(1924) $
-uTernurau (Canciones de niños):'
tomo de 74 páginas (1925) •••• $
NERVO (Amado). -"Perlas Neg
Misticas. Las Voces (Poesías).
tomo de 152 páginas (1924) •••• $ 0.50
-Selecci6n 'de Poesías. Un tomo
(1924) $ 0.30
- I deaa y O bservacic>nes Filosóficas dé
Tello Téllez (Prosa). Un torno de 64
pag'inas (1919) $ 0.25
_. 'La Amada Inmóvil" (Prosa y ver-
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OBLIGADO (Rafael). - Poesías. Pre-
quín V. González. Un tomo de 232
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Un folleto de 64 páginas (1920) $ 0.25.
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prólogo de Rubén Dario. U" tomo de
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Parábolas. Ilustraciones de Pastor. Un
tomo de 64 páginas (1923) .... $ 0.30
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aumentada). Un tomo de 136 pág'Ínas
(1918) $ 0.35
SABAT ERCASTY (Carlos). - "Vi-
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(Drama en tres actos). U" tomo de
56 páginas (1919) $ 0.30 .
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Revolucionario y las Máximas paraRe-
volucionarios, (Traducción de Luis
Bertrán) , Un tomo de 194 págit¡as
(1923) $ 0.35
STECCHETTI (alindo Guerriní) • .,-
Póstuma, (Poesías). Estudio de Ro-
berto Sienra Un tomo de 128 págit:as
(1934) : $ 0.40
TAGORE (Rab'ndranath). - "La Lu-
na Nueva". (Poemas de Niños). Tra·
ducción de Z. C. de Jiménez· con' un
poema de Juan R. Jiménez. Un tomo
de 72 páginas (1926) $ 0.35
-"Pájaros Perdidos" (Sentimientos).
Un tomo de 80 páginas (1922) $ 0.35
-"Gitanjali" (Oraciones Llricaa). Un
tomo de 76 páginas (1921) .•.. $ 0.35
-"La Cosecha" (Poemas). Un tomo
de 72 páginas (l9lZ) ........ $ ·0.35
-"Tránsito" (Poemas). Un tomo de
64 páginas (1922) $ ~.35
-"La Fugitiva" (Poemas). Un tomo
de 84 pág imas (1925) $ 0.35
VASSEUR (Alvl!l'0 Armando) . .,.. "Ha-
cia ~1 gran, Silencio". Poesías. Un ",to..
mo de 144 páginas (1924) ••.• $ 0.80