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EL CONTEXTO

HISTORICO DE
LA ELABORACION
DE LA ENCICLICA
''RERUM NOVARUM''
Alberto Ramírez Z.
a nueva Encíclica del Papa Un poco después publicaría el mismo Papa la
Juan Pablo II, que tiene co­ conocida encíclica 11 Pacem in terris11, que
mo título 11 Centesimus an­ también se añadió a esta tradición.
nus11 , es un documento
realmente trascendental En 1967 conmemoraba el Papa Pablo VI
del Magisterio de la Igle­ los 75 años de la Rerum Novarum" con su
sia, que hace crecer sensiblemente la tradi­ im portantís ima Encíclica "Populorum Pro­
ción doctrinal acerca de la cuestión social. gressio" y en 197 1los 80 años de la misma con
No podía esperarse otra cosa en un momen­ la " Octagesima adveniens".
to de tanto interés para la historia universal,
como el que estamos viviendo, ni podía es­ En fin, para conmemorar los 90 años de la
perarse menos, tenida en cuenta la fecha en "Rerum Novarum" el Papa Juan Pablo ll
la cual conmemoramos los cien años de la había ya promulgado su conocida Encíclica
publicación del primer documento propia­ social, titulada " Laborem exercens", que no
mente dicho del Magisterio de la Iglesia pudo ser presentada para cuando estaba previs­
sobre la cuestión social. ta (198 1), sino un año después en razón del
atentado del cual el Papa fue víctima. Ahora
vuelve el Papa Juan Pablo II a referirse a aque­
Esta tradición católica doctrinal acerca de lla Encíclica de León Xlll, para conmemorada
la cuestión social ha estado toda ella referida a en su centenario, con un documento de una
la Encíclica 11 Rerum Novarum11 de León significación histórica grand iosa .

Xlll. En efecto, casi todos los otros documen­


tos principales del Magisterio de la Iglesia que Con el fin de contribuir a valorar los esfuer­
constituyen dicha tradición han sido promul­ zos que en este centenario realizamos, para
gados como conmemoraciones de aquella En­ comprend er en su importancia el movmiento
cíclica: de la doctrina social de 1 a Iglesia, que se puso
en marcha con la Encíclica de León XIII, vale
En 193 1, Pío XI prom ulgó la Encíclica la pena considerar las circunstancias históricas
11Quadragesimo anno11 (a los 40 años de la de su elaboración. Es necesario tener en cuenta,
"Rerum Novarum"). naturalmente, que la cuestión social a la que se
refería esta Encíclica no tenía la ampl itud de lo
En 1961, promulgó el Papa Juan XXIII la que hoy denominamos así. El problema estaba
Encíclica 11 Mater et Magistra11, para conme­ circunscrito en la época más que todo al ámbito
morar los 70 años de la 11Rerum Novarum11. obrero. En ese sentido, no podríamos pedir a

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ese documento una respuesta para todos los encontrar nuevas medidas que sirvieran para
problemas sociales que afectan hoy nuestro responder a las necesidades también nuevas.
mundo. Pero es evidente que el mérito de la Bajo el pontificado de León XIII ( 1878-1903)
Encíclica está más que todo en haber puesto en aparecen dos tendencias europeas entre los
movimiento esta tradición doctrinal de la Igle­ católicos "sociales": la llamada "tendencia pro­
sia católica. gresista" (considerada también como interven­
cionista, porque simpatizaba con la idea de la
LA S ITUAC ION SOC IAL EN intervención del estado para imponer un nuevo
EL S. X IX Y EL PAPEL orden, o por lo menos, algunas refom1as) y la
DE LOS LLAMADOS "tendencia liberal" (que ciertamente se oponía
"CATOLICOS SOCIALES" a este intervencionismo).

La situación social del mundo (europeo) en La "tendencia progresista" está relacionada


el S. XIX estaba caracterizada por el adveni­ con ciertos nombres y ciertos hechos. En 1864,
miento de la llamada revolución industrial, con un obispo alemán, Wilhelm Emmanuel von
la que se hicieron más manifiestos ciertos pro­ Ketteler ( 1811-1877 ), publicada una obra im­
blemas ya existentes, a la vez que aparecieron portante ("Die Arbeiterfrage und das Chris­
otros nuevos. La pobreza generalizada, que tentum": "L a cuestión o b r e ra y el
llega hasta la miseria, obliga naturalmente a Cristianismo"). Entre 1883 y 1888 reunía en
que mucha gente se interrogue. En el ambiente Austria el Príncipe Karl von Loewenstein un
católico (sin embargo, también por fuera de él círculo de estudios en el castillo de Haid (por
en un sentido religioso protestante) se presenta lo que se habla frecuentemente de las "tesis de
una actitud "conservadora", como la definen Haid") En 1885 se funda la Unión de Frigurgo
algunos ya en la época, que consiste en la (por parte de Monseñor Mermillod: Unión Ca­
práctica de la caridad, en cuanto precepto im­ tólica Internacional para los estudios sociales).
puesto a los ricos. No se habla propiamente de En 1886, 1887 y 1890 se organizan los congre­
reformas estructurales profundas de la socie­ sos de Lieja en Bélgica (por parte de Monseñor
dad y, por el contrario, para mantener vigente Doutreloux, con la ayuda de A. Pottier y en
la concpeción estática de la sociedad tradicio­ estrecho contacto con el Cardenal inglés Man­
nal, se insiste siempre o habitualmente en la ning).
necesidad del respeto del orden establecido.
La "tendencia liberal", por su parte, tenía
A pesar de todo, había minorías de "católi­ en un profesor de la Universidad de Lovaina
cos sociales", convencidos de la necesidad de (Bélgica) su inspirador principal. Se trataba de

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Ch. Périn, autor de una obra, publicada en 1861 P. Liberatore. La traducción latina (realizada
("De la richesse dans les sociétés chrétien­ por un Monseñor Volpini y luego por un Mon­
nes" ), que fue traducida a varias lenguas. Un señor Boccali), fue terminada el 15 de abril de
obispo de Angers, Monseñor Freppel, fue im­ 1891. Sin embargo, en las semanas siguientes
portante, dentro de esta tendencia, que también se hicieron todavía algunas correcciones, por
fue denominada por esta razón "la escuela de indicación directa del Papa.
Angers".
Las controversias entre las diversas tenden­
Las dos tendencias entraron en conflicto, cias de los católicos sociales se referían princi­
sobre todo con ocasión del Congreso interna­ palmente a las cuestiones del salario justo, de
cional de Lieja de 1890, por lo cual Monseñor las organizaciones corporativas y de la inter­
Freppel organizó un Congreso en Angers para vención del estado. Estos tres problemas influ­
responder al de Lieja, al que le reprochaban los yeron enormemente en el sentido mismo de la
católicos liberales el haber hecho concesiones Encíclica.
excesivas al socialismo. Esta situación es inte­
resante, porque ella urgió la publicación de la 2. Tres problemas de
Encíclica de León XIII. la época que ejercieron un gran
influjo en el sentido de la Encíclica.
l. Elaboración propiamente
dicha de la Encíclica. Una exégesis de la documentación relacio­
nada con la Encíclica ha permitido explicar el
Como es obvio, un documento de esta Ú1- proceso que nevó hasta la redacción misma
dole no es redactado directamente por el Papa. definitiva de la Encíclica, para descubrir las
De León XIII se sabe que él mismo señalaba el grandes preocupaciones a las que se quería
tema de sus documentos, que participaba muy referir el Papa.
de cerca en el proceso de la determinación de
su estructura y que tomaba parte muy directa­ La cuestión del salario justo
mente en el establecimiento de las líneas gene­
rales del tema. Además seguía muy de cerca el Los católicos sociales de tendencia liberal,
trabajo de los redactores. convencidos de la legitimidad de los principios
del liberalismo económico, admitían en el
En el caso de la Encíclica " Rerum Nova­ campo del salario la conveniencia de afirmar
rum" se habla de tres redacciones sucesivas: la ley de la oferta y la demanda: el patrón
una de ellas (la de un P. Liberatore) le fue cumple con sus obligaciones de justicia, al
remitida al Papa a comienzos de julio de 1890; pagar el salario contractual (convenido previa­
una segunda (la del cardenal Zigliara) le fue mente de manera libre entre el patrón y el
remitida en septiembre del mismo año y esta obrero). Para aliviar la miseria del proletariado
segunda redacción fue acogida en principio: el se debía insistir en las obligaciones de caridad
Papa ordenó su traducción al latín, pero luego de parte de los patronos.
ordenó la suspensión de dicha traducción, con
ocasión de las controversias entre los congre­ Los católicos sociales de tendencia progre­
sos de Lieja y de Angers; la tercera redacción sista eran del parecer más bien de un salario
asumía principalmente la del Cardenal Ziglül­ justo, determinado por leyes objetivas. Algu­
ra, pero añadía elementos de la redacción del nos proclamaban la necesidad de un salario

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familiar objetivo (Haid, Lieja), pero, mientras El texto definitivo se muestra menos parti­
que entre ellos había algunos que proponían la dario de la idea de la intervención de las orga­
intervención del estado, con el fin de imponer nizaciones corporativas y termina por expresar
límites a la libertad señalada para la determi­ la orientación para esta problemática en los
nación del salario contractual (Haid), otros siguientes puntos:
veían la necesidad de la determinación de un
salario mínimo. (Lieja). Para muchos era de Para que sea justo, el salario contractual
gran importancia insistir en el papel de las debe ser aceptado libremente por el obrero (ya
organizaciones corporativas para afrontar esta que la necesidad lo puede obligar a trabajar por
situación. un salario inferior a las exigencias de la justi­
cia);
Las redacciones sucesivas de la Encíclica
*
demuestran las tendencias que se iban impo­ en lo referente al salario individual justo,
niendo: éste debe ser tal, que permita a un obrero
economizador y previsivo, vivir decente­
La redacción primera afirma que la justicia mente;
exige un salario familiar.
*
en lugar de apelar a la intervención del
La segunda abandona esta idea, para pro­ estado, es mejor someter los litigios a "las
poner más bien un salario individual sufi­ asociaciones" o sindicatos o buscar cami­
ciente para la subsis tencia del obrero (pero nos diferentes para proteger conveniente­
en el capítulo referente a la intervención del mente los intereses de los obreros "en la
estado, insiste en las exigencias de la justi­ medida de lo necesario con la protección y
cia distributiva que deberá precisamente el apoyo del estado".
adaptar las rentas a las necesidades reales y
por lo tanto familiares). Se rechaza en este La intervención de
proyecto además el salario puramente con­ las asociaciones corporativas
tractual y se proclama que el estado tiene el
derecho y el deber de limitar la libertad en Los católicos sociales estaban de acuerdo
este campo. Si el obrero se ve obligado, por en reconocer que el individualismo económi­
necesidad, a contentarse con un salario co, originado con la revolución de 1789, debía
contractual injusto, los tribunales deberán ser condenado y que se necesitaban organiza­
intervenir para protegerlo contra la injusti­ ciones de acuerdo con las profesiones y los
cia. trabajos. Pero la divergencia de opiniones so­
bre el carácter de dichas organizaciones era
En el proyecto final se abandona este lla­ muy grande.
mado a la justicia, por temor a que una
intervención demasiado amplia del estado La tendencia liberal pedía la restauración
pueda conducir al socialismo (de estado ), y de las corporaciones que ya se habían conoci­
se prefiere, por eso, confiar la decisión en do, pero las consideraba de "derecho privado".
materia de salarios a las organizaciones Pretendía además que la situación nueva exigía
corporativas, compuestas de patronos y la libertad de los patronos, ya que la libre
obreros. concurrencia provocaba precios favorables pa­
ra los bienes de consumo, lo cual, en realidad,

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significaba una ventaja para los obreros. La y cuyo fin inmediato será la paz social, la
tendencia progresista queda atribuir una capa­ eliminación de la lucha de clases y la preo­
cidad mayor de intervención a las organizacio­ cupación de todos, patronos y obreros, por
nes. Algunos pedían también la restauración de mejorar las condiciones materiales del pro­
las mismas, pero como instituciones de "dere­ letariado.
cho público" (precisamente Ketteler, tesis de
Haid y Unión de Fiburgo). Otros insistían en la El papel del estado en la cuestión obrera.
autonomía de las mismas, sobre todo en un

sentido religioso, ya que se trataba de cuestio­ La tendencia liberal se oponía a la interven­


nes no confesionales. Y otros, en fm, hablaban ción del estado en nombre de la libertad: la
abiertamente de sindicatos, compuestos exclu­ libre concurrencia, la libertad de oferta y de­
sivamente por obreros, ya que en las organiza­ manda y, por consiguiente también, 1a libertad
ciones propuestas por los demás, compuestas del contrato de trabajo (salario contractual). La
por patronos y obreros, estos últimos termina­ tendencia progresista proponía la intervención
ban por depender del patemalismo de los pri­ del estado para aumentar los salarios, para
meros (Congreso de Lieja). reducir la duración del trabajo, para asegurar el
descanso dominical, para dignificar el trabajo
Las redacciones sucesivas de la Encíclica de los niños en las fábricas (Ketteler), para
muestran, también aquí, las tendencias que se controlar la formación de monopolios y las
manifestaron en definitiva : especulaciones de bolsa (Unión de Friburgo ),
para determinar el salario mínimo (Congreso
La primera redacción propone las organi­ de Lieja).
zaciones corporativas de derecho público,
compuestas por patronos y obreros, con el De nuevo, en las redacciones sucesivas de
fin de evitar la posibilidad de la lucha de la Encíclica se ve qué orientaciones inspiraron
clases. las diferentes tendencias:

La segunda propone, en cambio, organiza­ La primera redacción se coloca del lado de


ciones de patronos y obreros, pero de dere­ los progresistas.
cho privado, por temor a la intervención
radical del estado y subraya en estas orga­ La segunda sigue la misma tendencia, pero
nizaciones el sentido religioso. . para prevenir las objeciones de los católi­
cos liberales, introduce una exposición sis­
El Papa aportó (entre el 1O de mayo y el l5) temática acerca del papel del estado en la
un cambio importante: "Nos alegramos de cuestión. Primero que todo subraya Jos de­
que por todas partes se creen organizacio­ rechos naturales de los individuos y de sus
nes compuestas ya sea exclusivamente por agrupaciones para delimitar la competencia
obreros, ya sea por obreros y patronos ... ". del estado. Luego defme la tarea del estado
El Papa reconoce la legitimidad de los sin­ en lo referente a la cuestión de la justicia
dicatos de obreros y abandona la idea de las distributiva y de la legal. La justicia distri­
otras corporaciones para reemplazarlas por butiva exige que el estado asegure la repar­
dichos sindicatos obreros o por organiza­ t i c i ó n p r o p orc i o n a l d e l o s bie n e s
ciones cristianas en las cuales el bien espi­ disponibles, lo que será provechoso para
ritual de los obreros debe tener la primacía las fanülias de los obreros. En virtud de la

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justicia legal, el estado debe asegurar el sentar posiciones todavía no suficientemente
bien común y, teniendo en cuenta que el maduras o todavía no aceptadas de una manera
bien de la comunidad resulta del trabajo, el general (participación de los obreros en los
estado no viola ningún derecho, al favore­ beneficios y en la gestión de las empresas,
cer los intereses de los obreros, sino que, cuestión del salario familiar, etc.). Hay que
por el contrario, cumple con su misión es­ señalar, de todos modos, que ninguna de las
pecífica. posiciones de la Encíclica se explica sin señalar
que dichas posiciones estaban precedidas por
En el proyecto fmal se omite esta exposi­ una reflexión y una práctica en la comunidad
ción acerca del papel del estado. cristiana, por lo menos entre los cristianos ac­
tivos y comprometidos.
Sin embargo, a petición del Papa mismo, la
exposición acerca del papel del estado vuelve La llamada cuestión social no es evidente­
a aparecer en el texto definitivo, con matices y mente en la actualidad como la que se daba
atenuaciones. La Encíclica se coloca de parte hace 100 años y la Encíclica tiene que ser
de los progresistas que subrayan la importancia mirada en relación con dicho contexto. Sin
de la intervención del estado, aunque lo hace embargo, ella no ha perdido su importancia,
de manera extremadamente prudente. sobre todo en razón de la tradición que desató
en el sentido de la llamada doctrina social de
Habría que tener cuidado con los conserva­ la Iglesia. Los planteamientos de las Encíclicas
dores, que no estaban preparados por interven­ sociales de los últimos decenios se han referido
ciones anteriores del Magisterio de la Iglesia a una cuestión social mucho más compleja, si
para admitir esta competencia del estado, ade­ se quiere, pero con el espíritu mismo que ani­
más de que el Papa mismo estaba de acuerdo maba al Papa León Xlll, un espíritu ciertamen­
en matizar su posición personal frente a la te progresista.
tendencia estatista de ciertas formas de socia­
lismo. Conocer mejor la historia de esta tradición
y comprender sobre todo la intencionalidad
CONCLUSION original de la misma, que nos encontramos en
la Encíclica" Rerum Novarum" es sentir un
Las tres redacciones de la Encíclica dejan vivo deseo de asumir el discurso programático
entrever la orientación progresista. El texto en lo social que para nuestros días representa
definitivo, fruto de las tres, no asume todas las la Encíclica" Centesimus annus" de Juan Pa­
afirmaciones de esta tendencia, para evitar pre- blo 11 (1 ). 1

Para las anteriores consideraciones he tenido en cuenta las lecciones del profesor L.
Janssens, de la Facultad de Teología de la Universidad de Lovai n a ("La doctrine sodalc
de I'Eglise". Lovaina. 1967-1968); el artículo de R. Aubert en la obra:" De Gids op
maatschappelijk gebied" ("De aanlooptijd van de Kntholieke sociale leer"), t. 57
(1966), p. 301-338; los textos de las Encíclicas Sociales.

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