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Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire.

Capítulo I
· ​El método deja de ser instrumento del educador con el cual manipula a los

educandos porque se transforma en la propia conciencia

·​ El oprimido no ve más allá por el simple hecho de ser oprimido


· El cambio debe regirse en una humanización en conjunto, no solo un


simple cambio de posiciones


En este primer capítulo el autor nos da un pensamiento en el cual se basa la
pedagogía del oprimido, la cual muestra cómo ha sido la opresión que ejercen
hacia las personas de escasos conocimientos haciéndolos de alguna manera
deshumanizados, haciendo que ellos adopten una vocación de ser menos, pero esta
misma vocación es la que lleva a estas a la lucha por la humanización siempre y
cuando no se vean como opresores de los opresores, sino más bien, como
restauradores de la humanización de ambas partes. Aunque la humanización ha
llevado a que los oprimidos acojan una postura de adherencia al opresor, es decir
manejando el mismo pensamiento, por ejemplo, si quieren una reforma agraria no
es netamente para la libertad, sino para la posesión de tierras, y así transformarse
en propietarios o en patrones de nuevos empleados, incluso cuando campesinos
obtienen un ascenso, llegar a ser capataces experimentan esta opresión contra sus
antiguos compañeros, Es por esto que los hombres oprimidos al crear una
conciencia de lo que son tratan de buscar una enseñanza liberadora la cual ayude al
cambio del pensamiento, y es entonces cuando, por el hecho de buscar esta
enseñanza que va en contra de la posición que mantienen los “superiores” se desata
una revolución en la cual, manejados por el régimen opresor solo ve que los
oprimidos son los violentos, mas no la violencia que desata su régimen, una vez
instaurada una opresión esta marca los patrones de comportamiento tanto del
opresor como del oprimido ya que en todos se refleja esta opresión, el opresor deja
de ver al oprimido como hombre y lo ve como objeto, el cual puede poseer y es ahí
también cuando maneja la mente del oprimido haciéndolo dependiente emocional
del opresor, es aquí cuando existe una contradicción entre el opresor y el oprimido,
ya que, no se debe manejar un simple cambio de posiciones sino, superar esta
contradicción creando una pedagogía libertadora en la cual el método deje de ser
instrumento de educador para la manipulación de los educandos sino, un método
que genere una propia conciencia.

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