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Marco de Antecedentes

La importancia del concreto en los proyectos de infraestructura radica en su


versatilidad, desarrollo de tecnologías que lo han llevado a límites insospechados
en su desempeño, usos y aplicaciones. Actualmente, es el material de construcción
más ampliamente utilizado en el mundo con una producción mundial cercana a los
13,000 millones de m3 por año. Las ventajas que hacen del concreto un material
imprescindible para la construcción de los grandes proyectos y le permiten
responder ágilmente a los principales desafíos de la infraestructura
La historia del concreto es la misa del hombre en la búsqueda de un espacio para
vivir con la mayor comodidad, seguridad y protección posible. Desde que el ser
humano supero la época de las cavernas, ha aplicado sus mayores esfuerzos a
delimitar su espacio vital, satisfaciendo primero sus necesidades de vivienda y
después levantando construcciones con requerimientos específicos.
Los constructores griegos y romanos (700 A.C, citado en morales, 2012 p.5)
descubrieron que ciertos depósitos volcánicos, mezclados con caliza y arena
producían un mortero de gran fuerza, capaz de resistir la acción del agua, dulce o
salada. Un material volcánico muy apropiado para estas aplicaciones lo encontraron
los romanos.

J. Parker patenta el “cemento romano” en Gran Bretaña (1796, citado en Velázquez,


2010 p.135)
En 1796 el empresario inglés James Parker registró la patente de una clase
particular de cal hidráulica, obtenida a partir de piedra de la isla de Sheppy, a la que
llamó “cemento romano”. El conglomerante que obtuvo fue muy celebrado,
generalizándose su empleo en Gran Bretaña. Otros empresarios explotaron la
patente y se aplicaron en la fabricación de este y otros cementos.

1818. L. J. Vicat estudia en Francia los aglomerantes naturales, estableciendo las


bases científicas para la fabricación del cemento artificial (1818, citado en Martinez,
2000 p.27)

En 1812, a raíz de las obras del puente de Souillac en Dordogne, el ingeniero L.J.
Vicat empezó a estudiar las cales naturales de la zona, identificando sus
componentes y clasificándolas según su "hidraulicidad". A partir de ello, en 1818
enunció el principio de la fabricación del cemento hidráulico artificial, sobre el que
siguió trabajando el resto de su vida, identificando los mejores yacimientos de cales
y cementos de Francia. Su contribución, ampliamente difundida en Europa, fue
fundamental para la moderna ciencia de los materiales, revitalizando el estudio y
utilización de las cales y cementos naturales.

1824. J. Aspdin fabrica por primera vez en Gran Bretaña cemento artificial, el
conocido como cemento Portland, que patenta ese año (1824, citado en Ibarra, 2011
p.47)

En 1824 el empresario ladrillero de Leeds Joseph Aspdin, tras años de


experimentación con mezclas de caliza y arcilla, consiguió fabricar el primer
cemento artificial, que patentó ese mismo año. Lo llamó “cemento Portland”,
pretendiendo asociarlo a la afamada piedra de esta península inglesa. Fue su hijo
William Aspdin quien desarrolló el negocio del Portland, que empezó a
comercializar.

1830-1850. Primer desarrollo en Francia de la industria del cemento natural: Gariel


y Garnier, Pavin de Lafarge… (1850, citado en Velázquez, 2010 p.15)

Estimulados por las investigaciones de Vicat y su exhaustiva catalogación de los


yacimientos galos, en Francia proliferaron los fabricantes de cales y cementos
naturales. Una de estas primeras empresas fue la que Honoré Gariel y François
Garnier fundaron en 1830 en Vassy, cuyo cemento fue muy apreciado dentro y fuera
del país. También en la década de los treinta Joseph Auguste Pavin de Lafarge
emprendió la explotación de unas antiguas caleras familiares en la región del
Ardèche. Desde de 1835 su hijo Leon impulsó el negocio suministrando cales
hidráulicas para obras importantes como los puertos mediterráneos de Cannes,
Toulon o Marsella.

A partir de 1846 se empezó a comercializar el cemento natural de Guetaria, extraído


de una cantera cercana a San Juan de Luz, y en la región de Marsella, desde 1847
la sociedad Désire Michel & Cie comenzó la explotación comercial de un cemento
natural denominado Cimento del Mediterráneo. A finales de siglo la empresa fue
absorbida por Pavin de Lafarge.
1838. I.K Brunel emplea el cemento Portland en las obras del túnel bajo el Támesis
(1838, citado en Nuñez, 2007 p.100)

Pronto fue patente la superioridad del Portland sobre todos los cementos naturales.
Una de sus primeras aplicaciones, de gran repercusión, tuvo lugar en 1838, durante
las obras de un túnel bajo el Támesis, realizadas por el ingeniero Isambard K.
Brunel. No obstante, el proceso de fabricación del Portland no estaba
suficientemente depurado, y no se podía producir a gran escala.

1844. I.C. Johnson depura definitivamente el proceso de fabricación del cemento


Portland, en Gran Bretaña (1844, citado en Andrade, 2005 p.97)

En 1844 Isaac Charles Jonson (1811-1911), técnico de una empresa rival de la de


Aspdin, obtuvo por primera vez el clínker, la base del cemento artificial moderno.
Del análisis de la mezcla de cal y arcilla rica en sílice que componía el Portland y el
de sus diferentes grados
de cocción, concluyó que la mezcla debía calcinarse hasta alcanzar su vitrificación
parcial y obtuvo el clinker. Fue un paso más en la producción a gran escala que
pronto haría de la industria del cemento artificial uno de los pilares de la Revolución
Industrial.

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