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¿Cómo son las iglesias cristianas en Colombia?

En el país prima el pentecostalismo, que privilegia la expresión de emociones sobre la


reflexión. (7enro 2017)

El protestantismo que se ve hoy en Colombia es muy diferente al que nació de la


Reforma iniciada por Martín Lutero. A años luz en influencia y número de fieles de
los presbiterianos y los baptistas, por citar solo dos de las llamadas iglesias
históricas, lo que prima aquí es el pentecostalismo, una forma de asumir el
cristianismo que privilegia la expresión de las emociones sobre la reflexión.

Ejemplos de esta corriente son las iglesias Misión Panamericana (1956), la Misión
Carismática Internacional (1983) y el Centro Mundial de Avivamiento (1991), que
comparten características como la importancia dada al carisma de sus líderes –
por eso también se las conoce como carismáticas–, así como a los denominados
dones del Espíritu Santo, como la capacidad sobrenatural de hablar lenguas
(glosolalia) y la imposición de manos.

(También: Se cumplen 500 años de la Reforma que le cambió la cara al mundo)


Si bien no hay un censo oficial sobre el número de fieles de estas iglesias, una
encuesta realizada en el 2010 por las universidades Nacional y Sergio Arboleda
arroja algunas luces: el 16,7 por ciento de los consultados entonces se ubicaron
dentro de la diversidad de corrientes protestantes, mientras que el 70 por ciento
dijeron ser católicos. El Consejo Evangélico de Colombia (Cedecol), que reúne a
260 iglesias, calcula en 10 millones sus seguidores (casi el 20 por ciento de la
población).

Los líderes de las corrientes históricas consultados por EL TIEMPO coinciden en


que los pentecostales no son herederos de la Reforma porque tienen una teología
diferente de la suya, egocéntrica y orientada a la “manipulación mental, sexual,
económica y política”, en palabras de los metodistas.
El pastor Édgar Castaño, quien preside Cedecol, defiende que las iglesias que él
lidera “sí son herederas de la Reforma porque comparten los principios del
protestantismo, como la fe en Cristo y la supremacía de la Biblia”.

Para el investigador de la Universidad Nacional William Mauricio Beltrán, uno de


los colombianos que más han estudiado la diversidad religiosa local, la verdad
está en medio de esas dos posiciones: el pentecostalismo “nació en el seno del
protestantismo, pero es un movimiento híbrido, en constante mutación y
fragmentación”. Según él, estas iglesias entrelazan bases del credo protestante
con elementos provenientes de la religiosidad popular católica y de las tradiciones
indígenas.
“Estos tres sistemas religiosos (indígena, católico popular y pentecostal)
comparten, por ejemplo, la creencia en las maldiciones y el poder de los
demonios”, señala el experto en el texto ‘Pluralización religiosa y cambio social en
Colombia’. Por eso admite que algunas de estas expresiones son difíciles de
clasificar como protestantes.

Estas iglesias, llamadas también de la nueva ola o modernas, “insisten en la


evangelización como un deber de los creyentes, por lo cual otorgan mayor
importancia al proselitismo”, anota Beltrán. Esto explicaría, en parte, su acelerado
crecimiento.
Mientras los protestantes históricos no hacen proselitismo, construyen estructuras
jerárquicas y mantienen rituales de la época de Lutero, las iglesias evangélicas
tienen una “escasa burocratización y, por funcionar con base en una AUTORIDAD
DE TIPO CARISMÁTICO, muestran una gran flexibilidad y capacidad de adaptación,
que se constituyen en ventajas estratégicas en una sociedad en rápida
transformación”, explica el investigador de la Nacional.

Del templo a las urnas


El aumento de fieles comprometidos durante los últimos 30 años ha hecho que las
iglesias de raíz protestante tengan cada vez más influencia en la sociedad
colombiana. De hecho, varias han caído en la tentación de intentar convertir su
caudal de almas en capital electoral.

En los años 80 y 90 aparecieron los primeros movimientos políticos confesionales


de corte evangélico, como el Movimiento Unión Cristiana y el Partido Nacional
Cristiano. Después, en el 2000, vino el partido Mira, que germinó en la iglesia de
Dios Ministerial de Jesucristo Internacional, de María Luisa Piraquive, que ha
tenido a varios congresistas. En el 2002, Alexandra Moreno, hija de Piraquive,
llega al Senado. Cuatro años después, Mira obtuvo tres escaños en el Congreso.

Por otro lado, políticos protestantes que militan en partidos tradicionales han
liderado batallas contra fenómenos que están en contravía de sus creencias,
como el matrimonio gay, el aborto y la adopción de niños por parejas del mismo
sexo. Entre ellos se cuentan el senador Jimmy Chamorro (‘la U’) y la exfiscal y hoy
senadora liberal Viviane Morales, miembro de la iglesia Casa sobre la Roca, quien
impulsa un referendo para impedir que las parejas homosexuales y los solteros
puedan adoptar.
(Le puede interesar: Duro choque entre Viviane Morales y Claudia López por
adopción gay)
El poder que han alcanzado los protestantes es tan notorio que los últimos
candidatos a la presidencia han incluido en sus agendas de campaña la visita a
sus iglesias. De hecho, buena parte del triunfo del ‘No’ en el plebiscito por la paz
se atribuye al disciplinado voto evangélico, motivado en gran medida por una
supuesta ideología de género en los acuerdos de La Habana. Por eso, días
después de ser derrotado en las urnas, el presidente Juan Manuel Santos se reunió
en la Casa de Nariño con una decena de pastores para escuchar sus
planteamientos sobre el proceso con las Farc.

Las corrientes históricas son minoría


En Colombia, las iglesias históricas que nacieron de la Reforma son minoría dentro
de la diversidad protestante. Como le sucede también a la Iglesia católica, el auge
del pentecostalismo les ha hecho mella. A falta de censos oficiales, se estima que
cada una tiene entre 1.500 y 5.000 fieles. Sin embargo, han tenido un papel
importante, sobre todo en zonas apartadas del país. Los presbiterianos, por
ejemplo, fueron claves en la implementación de la educación física en los
colegios. Los metodistas participan en procesos de paz y en atención médica, en
especial en los Montes de María, y los menonitas han trabajado por la objeción de
conciencia. “Estas iglesias hacen un aporte significativo en educación, teología y
compromiso con la paz”, señala el teólogo Fabián Salazar, director de la fundación
Interfe.
Las iglesias reformadas llegaron aquí en el siglo XIX

La Inquisición
1569: primer proceso de la Inquisición católica en lo que hoy es Colombia, contra
un baptista que dijo que no se debía rogar a los santos.
1622: la Inquisición condena a la hoguera a Adán Edon, el primer mártir
protestante en la Nueva Granada.

Menos dogma, más Biblia


1823: la Inquisición es abolida en la Gran Colombia.
1825: la Sociedad Bíblica Británica envía al baptista James Thompson para fundar
una sociedad similar en Colombia. El escocés ya había pasado por Argentina,
Chile y Perú.

La fe del isleño
1845: desde este año hace presencia la Iglesia baptista en San Andrés y
Providencia, donde se consolidó como mayoritaria. La llevó Philip Beekman
Livingston.

Primer culto público


1856: con el misionero Henry B. Pratt, los presbiterianos inician actividades en el
país y celebran el primer culto protestante público, en el hotel Dickson, en
Bogotá.

1888: los presbiterianos se establecen en Barranquilla.

Lanzan periódico
1908: llega la segunda misión protestante: la Unión Misionera Evangélica, que se
ubica en el Valle del Cauca.

1912: circula el periódico ‘El Evangelista Cristiano’.

1918: el censo registra a 5.904 protestantes.

Los pentecostales
1930: el liberal Enrique Olaya Herrera, antiguo alumno y profesor del Colegio
Americano (fundado por los presbiterianos), se convierte en Presidente.
1932: se instala la primera misión pentecostal, las Asambleas de Dios.

Ondas evangélicas
1936: la Iglesia luterana comienza labores en Boyacá.
1940: en esta década salen al aire los primeros programas de radio de orientación
evangélica.

La libertad religiosa
1980: en esta década nacen los primeros partidos políticos cuya base son iglesias
protestantes.
1991: la Constitución Política establece la libertad de cultos en el país.

2000: se funda Mira.

Fuente: EL TIEMPO

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