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La obra está encabezada por una cita del poema "Lázaro" escrito por su hermano, Gordillo

Pablo Ricardo Gutiérrez ("Como fiera perseguida/...voy a la muerte arrastrado/por mi propia


tempestad"), en tanto que el prólogo comienza con esta frase:

Juan Moreira es uno de esos seres que pisan el teatro de la vida con el destino de la
celebridad; es de aquellos hombres que cualquiera que sea la senda social por donde el
destino encamine sus pisadas, vienen a la vida poderosamente tallados en bronce.

Moreira no le tenia miedo a nada , no era un gaucho cobarde , el sabia que peleando defendia
su vida amenazada de muerte , no había nadie que le ganara .Hasta los 30 años trabajo
cuidando unas ovejas y unos animales vacunos, era un hombre muy apreciado en el partido de
matanzas, donde el vivía. No se lo veía tomar con exceso . Si el mataba a alguien solo era por
justicia.

Tenia una voz hermosa y tocaba la guitarra y cuando lo hacia dejaba mudos a todos

Los amores de Moreira

Juan Moreira era un gaucho trabajador y respetado, guitarrero y cantor, en el Partido de La


Matanza (Las Matanzas), con una respetable pequeña propiedad. Estába enamorado de
Vicenta Andrea, la paisana mas linda de esos pagos, con ella se caso y tuvo un hijo, al que le
pusieron Juan, como el padre. Pero Vicenta era pretendida también por Don Francisco, el
teniente alcalde de esa region, al mando de la policía. Don Francisco empieza a perseguir a
Moreira, cobrándole multas caprichosas y poniéndolo incluso en el cepo ( prisión), cuando
Moreira se negaba a pagar las multas sin sentido . A la vez Moreira le había prestado de
palabra, como se hace en el campo, diez mil pesos al almacenero Sardetti, pero cuando
Moreira fue a pedirle que le devuelva el préstamo, este empezó a evadirlo. Entonces Moreira
denunció a Sardetti con Don Francisco, pero el pulpero negó la deuda y el teniente alcalde,
acusándolo de mentiroso, mandó al gaucho nuevamente al cepo. Al ser liberado, Moreira ya
había tomado la decisión

Llegada la noche, Moreira se vistió cambiándose la ropa interior y poniéndose a la cintura su


daga de combate, ensilló su caballo parejero con esa prolijidad que usa el gaucho cuando esta
por hacer una larga jornada . Dicen que su mirada brillante cambio a una mirada amenazadora

Se dirigió a la pulpería de Sardetti y lo retó a duelo, matándolo con la que sería su famosa
daga, luego de sufrir una leve herida en el pecho.

Moreira contempló un segundo el cadáver de Sardetti, miró a los paisanos que no habían
vuelto de su estupor y salió de la pulpería diciendo:
-Ahora, que se cumpla mi destino.

Un castigo terrible

Luego del duelo Moreira fue a la casa de gimenez un amigo y este le regalo dos pistolas y le
dijo que se fuera de ese lugar , Juan Moreira huyó a Saladillo con su perro Cacique y su famoso
caballo overo bayo que le regalo Adolfo Alsina, cuando aquel fue su guardaespalda. Mientras
tanto, Don Francisco, amparado por el juez de paz, mando la orden de matarlo, a la vez que
mataba a su suegro, destruía su rancho y encarcelaba a su esposa con el niño con el fin de
quedarse con ella. Cuando se entero Moreira, fue a enfrentar a Don Francisco; éste lo esperó
con dos soldados, pero Juan Moreira, mata en duelo a los tres. Aprovechando la confusión, el
gaucho mandó a su compañero Julián a liberar a Vicenta y a su hijo, escondiéndolos en el
rancho de otro amigo, Giménez, quien le regala dos pistolas.

El juez de paz mandó entonces una partida de ocho soldados y un capitán para
apresarlo. "Decidido a vencer o a morir en buena ley", Moreira los esperó en una pulpería,
camino a Salto. "Aquello fue como un relámpago, pero un relámpago de muerte": el capitán y
un soldado murieron, el sargento quedó herido y el resto huyó.

El Cacique

"El perro es la policía del gaucho". El Cacique era el perro de Juan Moreira y fue el primer
obsequio que le hiciera a su esposa, la Vicenta; pero cuando el comenzó a huir de la ley,
decidió llevarlo consigo para recordarla y, al mismo tiempo, tenerlo como guardian. El Cacique
y su caballo overo bayo -regalo de su antiguo patrón, Adolfo Alsina-, son los únicos
compañeros que tendrá Moreira a lo largo de su vida , recuerdos ambos de las dos personas
que más apreciaba en el mundo.

La pendiente del crimen

Moreira va a Navarro en plenas elecciones y por pedido del propio Alsina, se suma a la
campaña, influyendo en el triunfo. El día de las elecciones se enfrenta en un duelo con
Leguizamón, hombre del otro partido, a quien vence sin matarlo. Terminada la elección,
Leguizamón ya repuesto, busca nuevamente a Moreira para matarlo, generándose un nuevo
duelo, en el que esta vez sí, muere el hombre fuerte del lugar. Luego enfrenta solo a un grupo
de cinco asesinos enviados a matar a Marañón, el recién electo caudillo del pueblo. Moreira
había escuchado que lo iban a matar a marañon y este lo siguió para protegerlo sin nada a
cambio. Moreira decía que el solo había nacido con un signo fatal por que no entendia su mala
suerte de tener que pelear todos los dias por su vida sin haber echo mal a nadie. Y se marcho a
lopez

El gaucho flojo

En la pulpería de López, Moreira se encuentra con Gondra, un "gaucho flojo", es decir un


provocador , borracho que habla mucho pero que se acobarda cuando llega el momento del
duelo. Le decía muchas cosas a Moreira provocándolo y Moreira disgustado lo obliga a
pelear:

Moreira se negaba a pelear con gondra por que lo veía en mal estado y sabia como iba a
terminar esto. Gondra gana el duelo y busca el reconocimiento del famoso gaucho, pero
Moreira lo desprecia, antes de salir para Cañuelas: "Me voy porque no quiero vomitar de puro
asco". Se fue rumbo a cañuelar por que ahí iba a poder obtener información sobre Vicenta y su
hijo

Un encuentro fatal

Ya en Cañuelas Moreira se encuentra en una pulpería con Juan Córdoba, un gaucho peleador
celoso de la fama de aquel. Moreira ignora reiteradamente las provocaciones, comparte la
tarde con los paisanos e incluso canta con la guitarra una estrofas referidas a la muerte ("ven
muerte, tan escondida,/que no te sienta venir"), pero finalmente el duelo se produce y
Córdoba resulta muerto:

Moreira contempló aquel cadáver; se golpeó la cabeza en ademán desesperado y blandiendo


su daga empapada de sangre, prorrumpió en una terrible maldición.
-¡Maldita sea mi suerte -continuó dirigiéndose a la puerta y llevando aún la daga en la mano-,
que no puedo pisar un sitio sin tener que matar a un hombre!

Luego del duelo Moreira se va a Las Heras. Allí pasa la noche en la casa de Santiago, hermano
de Julián, y su esposa Marta. Allí se encuentra con su amigo y le pide que vaya a ver a Vicenta y
su hijo, para tener noticias de ellos. Claramente su presencia en el pueblo no pasa
desapercibida y el juez de paz organiza una pelea de quince hombres para matarlo. Y como
siempre dijo Moreira ("he jurado no huir nunca ante nadie"), Moreira se prepara para
enfrentarlos frente a todo el pueblo, sorprendiendo a la partida. Luego de herir con sus
pistolas a varios soldados y hacer huir al resto, el se enfrenta con el capitán, a quien hiere y
perdona la vida, antes de volver al rancho de Santiago, dando una gran carcajada, algo habitual
en sus combates.

El nido de desventuras

Luego de varios días, Julián vuelve con malas noticias. Luego de meses de pasar hambre y de
resistir el cortejo del nuevo teniente alcalde, Vicenta Andrea terminó viviendo con el
compadre Giménez, quien le miente que Moreira había muerto, a la vez que le provee comida
para ella y Juancito. Un día que Giménez no estaba, el teniente alcalde va al rancho de Vicenta,
golpeándola luego de que lo rechazara y amenazándola con quitarle el hijo. Juan Moreira toma
entonces una decisión decide ir a matar a Gimenez por la traición pero antes le dice a su amigo

Me voy lejos, muy lejos amigo Julián, para que se olviden de mí y pegar la vuelta cuando
menos lo piensen, para asegurar mi venganza.

El último asilo

Moreira se dirige hacia la frontera con los indios y llega cerca de 25 de Mayo y luego al fortín
San Carlos Moreira, luego de dormir, pone rumbo a Nueve de Julio y llega a la toldería
de Simón Coliqueo, en la Tapera de Díaz, cerca de la actual población de Los Toldos. Moreira se
queda tres meses con los mapuches, para irse luego de una partida de baraja contra Coliqueo,
que terminó en un breve duelo, la partida del gaucho y un nuevo enfrentamiento contra cinco
indios, en el que mata a dos y hace huir a los restantes.

Se dirige entonces a 25 de Mayo. Allí, en la pulpería, lo reta a duelo el Pato Picaso, con el
resultado de que este muere de un golpe en la cabeza: "¡Está de Dios que no puedo luchar con
mi sino!".

La vuelta al hogar

Juan Moreira vuelve a Las Matanzas a buscar venganza. Entra de noche al rancho de Giménez
para matarlo, pero este se escapa, aprovechando que los perros atacan al vengador. Moreira
se reencuentra entonces con su hijo y llora al abrazarlo. Vicenta, al ver que su esposo está
vivo, le pide morir por haberlo traicionado

-Mátame ligero, mátame mi Juan...


-No lo permita mi Dios,... vos no tenés la culpa y nuestro hijo te necesita porque yo no lo
puedo llevar conmigo; ¿quién cuidaría de él si yo manchase mi mano matándote?

La fuerza del destino

De vuelta en 25 Mayo se enfrenta a una partida dirigida por el sargento Santiago Navarro.
Como siempre, Moreira se queda a enfrentarla, haciendo huir a los soldados luego de las
primeras bajas, dejándolo solo a Navarro. Moreira y Navarro se enfrentan uno a uno, en lucha
de valientes, y este queda herido y Moreira se queda a atenderlo y lo cura. Y navarro dijo:

El que diga que ese hombre es bandido -, es un puerco a quien le he de sacar los ojos a azotes-,
y volvió a caer postrado por la debilidad que le ocasionara la pérdida de sangre.

Juan Moreira se va a lobos

La soberbia del valor

Rondando Lobos, Juan Moreira se entera de que el compadre Giménez y Vicenta pasarían
cerca en una galera. El los intercepta se reencuentra con su hijo y lo ve por la ventana y se
queda paralizado y cuando va a matar al traidor, lo ataca una partida de soldados. En el
enfrentamiento mueren tres integrantes de la partida, antes de huir, pero Moreira pierde su
venganza. Enfurecido por eso con los soldados, los persigue a los que huyen, alcanzando al
último y matándolo de un balazo en la cabeza. Luego del combate, Juan Moreira fue llamado
por Marañón, el caudillo alsinista que dirigía Navarro, a quien Moreira había ayudado.
Marañón le ofrece salir de la provincia un tiempo para limpiar su historial, pero Moreira se
niega, porque su única razón para seguir vivo era vengarse y ver a su hijo.

El guapo Juan Blanco

Un gaucho bien vestido llega al partido de Salto, y rápidamente se gana el respeto de las
poblaciones por su valor hasta ser enrolado en la Guardia Nacional. Una noche en un velorio,
el teniente alcalde del lugar lo provoca y este lo mata

Media hora después todo los habitantes del Salto sabían que el tal Juan Blanco no era otro que
el famoso Juan Moreira.

La policía en jaque

En 1873 Juan Moreira vuelve a actuar en política, en el bando nacionalista, participando en la


revolución de septiembre, en contra de Nicolás Avellaneda, radicándose en Lobos y
frecuentando "La Estrella", un conocido prostíbulo. Gracias a la influencia de Moreira, los
nacionalistas ganaron la elección en aquella zona, nadie se atrevia a votar en contra de el
Tambien le ofrecieron la suma de 50.000 pesos para que este dejara el cargo. Despues de las
elecciones el gobernador de la provincia, Mariano Acosta, mandó atraparlo, poniendo a cargo
al coronel Garmendia que este envió al oficial de policía Adolfo Cortinas con 25 hombres.
Carrizo un gaucho enemigo de Moreira se presento hasta la policía y este les prometio
llevarlos hasta Moreira.

Sabiendo de la venida de Cortinas y sus hombres, Moreira se sentó a esperarlo en las mesas de
una fonda ubicada en la plaza central de Lobos. Allí los enfrentó, matando a uno, hiriendo a
otro y aparentando luego una huida, para hacer un segundo ataque, para vengarse del gaucho
Carrizo, que fue quien lo señaló a la policía.

El Cuerudo

El Cuerudo era un gaucho Valiente ,duelista, borracho, guitarrero y contador de cuentos, que
quiso hacerle un duelo a Moreira y cuando vio que este lo iba a matar se echo para atrás y fue
en su casa donde Moreira se escondió luego del enfrentamiento con Cortinas. Dormia hasta en
la cama de el cuerudo, hasta ese punto llego su miedo.
Jaque mate

Juan Moreira decide ir a "La Estrella" con su amigo el gaucho Julián Andrade, aun sabiendo que
estaba vigilado. En cuanto llegó, poco antes del mediodía, el Cuerudo fue avisar al juez de paz.
Dos partidas policiales se prepararon para atraparlo: la de Lobos, dirigida por Pablo Berton, de
la que formaba parte el famoso Sargento Chirino, y la enviada por el gobernador, al mando de
Eulogio Varela y el comandante Bosch. Moreira dejó su caballo en el fondo detrás de una
pared, listo en caso de necesitar escapar, y se instaló en una habitación con Laura una de las
chicas del prostíbulo, este le contaba historias y se termino durmiendo. A las dos de la tarde
llegó la partida y atrapó a Andrade, este se hizo pasar un segundo por Moreira pero al rato se
dieron cuenta de que el no era . Moreira termino entonces rodeado en la habitación, donde
comenzó la lucha. Despues de enfrentarse con varios soldados y frente a frente con Varela, a
quien hirió en una pierna, Moreira escapa de la habitación y salta al patio. Allí hirió a Berton en
la mano y volvió a enfrentarse en duelo de sable y daga con Varela, a pesar de su herida.
Atacando a los policías con su daga, salto al patio y quedó a la vista de la pared del fondo, del
otro lado del aljibe , sin saber que allí estaba escondido el Sargento Chirino. Y cuando ya había
trepado casi la pared del fondo para escapar en su caballo, Chirino lo atravesó con su
bayoneta, clavándolo a la pared.

Y grito “ Que el era un cobarde por que a hombres como yo no se los ataca por la espalda”

Clavado como estaba, Moreira alcanzó sin embargo a disparar a Chirino, hiriéndolo en un ojo.
Moreira pudo sacarse la bayoneta y el gaucho malherido volvió a atacar a los policías, cayendo
finalmente y muriendo con una sonrisa.

El epitafio de Moreira

¡He aquí los graves defectos que adolece nuestra célebre Justicia de Paz! De un hombre nacido
para el bien y para ser útil a sus semejantes, hacen una especie de fiera que, para salvar la
cabeza del sable de las partidas tiene que echarse al camino y defenderse con la daga y el
trabuco. Es preciso convencerse una vez por todas que el gaucho no es un paria sobre la tierra,
que no tiene derechos de ninguna clase, ni aun el de poseer una mujer buena moza en contra
de la voluntad de un teniente alcalde.

La daga de Moreira

La daga de Moreira es digna de figurar en un museo al lado de la espada del Cid o cualquier
otra arma histórica que simbolice un brazo de extraordinaria pujanza y un corazón de un
temple espartano.

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