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Podemos definir el liderazgo como la influencia que se ejerce sobre las personas y

que permite incentivarlas para que trabajen de forma entusiasta por un objetivo común.

John Maxwell, en su famoso libro “Los 5


niveles del liderazgo”, establece que el verdadero liderazgo no es cuestión de títulos
o cargos pero, en su análisis, parte de personas que ocupan dichos posiciones como
base de partida para poder inspirar a los demás y obtener resultados. Para Maxwell, el
primero de los cinco niveles es el que denomina Posicional, que depende del puesto
que ocupas y en el que los empleados están obligados a seguirte y obedecer sin
importar la opinión que tengan sobre ti y, habitualmente, dando sólo el mínimo suficiente
para cumplir.
En los siguientes niveles, Maxwell va reflejando diferentes cualidades y actitudes cuyo
desarrollo nos puede permitir ascender en la escalera del liderazgo, partiendo de que
somos jefes con equipos a nuestro cargo. Y no todo el mundo dispone de estas
capacidades, especialmente cuando se quieren alcanzar los niveles más elevados.
Robin Sharma parte de una premisa diferente que plasma ya en el título de su libro “

El líder que no tenía cargo“, que es una


fábula a través de la que invita a ejercer el liderazgo desde cualquier posición.
Según Sharma, este liderazgo de cualquiera, también llamado auto-liderazgo, se basa
en cuatro fundamentos:
 No hace falta tener un cargo para ser líder
 Las épocas turbulentas crean grandes líderes
 Cuanto más profundas sean tus relaciones, más fuerte será tu liderazgo
 Para ser un líder, primero hay que ser una gran persona
De acuerdo con esta visión, todo el mundo tiene la posibilidad de ser un líder y la
capacidad básica para practicar y desarrollar ese liderazgo, bien en el trabajo o en
cualquier otro aspecto de la vida.
Entre estas dos visiones, aparentemente encontradas, me inclino más por Maxwell,
cuando estamos hablando del entorno laboral. En algunos casos me he encontrado
en las empresas con líderes que no ejercen puestos de responsabilidad, pero creo que
esas situaciones son bastante infrecuentes. Si una empresa quiere contar con líderes
que inspiren al resto, creo que deben promover hacia puestos de jefatura a aquellos
profesionales con más capacidad de llegar a ser líderes, juntando jefatura y
liderazgo en la misma persona.
Sin embargo, no quiero dar la impresión que es lo mismo un líder que un jefe. Hay
importantes diferencias entre ambas figuras, por ejemplo:

 Los jefes piensan a corto plazo y


los líderes a medio y largo plazo
 Los jefes imponen y los líderes convencen
 Los jefes controlan y los líderes delegan
 Los jefes tienen un pensamiento lineal y los líderes global
 Los jefes infunden miedo y los líderes confianza
 Los jefes tienen empleados y los líderes seguidores
 Los jefes no se preocupan de las necesidades de su equipo y los líderes se
preocupan de su bienestar profesional y personal
 Los jefes se adjudican los logros y los líderes comparten los éxitos
 Los jefes se centran en los aspectos negativos y los líderes en los positivos
 Los jefes dan órdenes y los líderes son pedagógicos
 Los jefes miden de forma cuantitativa y los líderes cualitativa
 Los jefes promueve organizaciones técnicas, que siguen los paradigmas, y los
líderes organizaciones creativas, que transforman estos paradigmas
 Los jefes reaccionan al cambio y los líderes lo anticipan
Por tanto, creo no basta con ser jefe para poder ser un líder, pero es muy difícil
ejercer el liderazgo dentro del mundo empresarial si no se tiene algo de poder
jerárquico.

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