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NOTA: El siguiente artículo tiene como fin hacer reflexionar al lector sobre uno de los tantos temas triviales

que han cobrado


importancia en nuestra actualidad. No pretende ofender las creencias de nadie sino más bien fomentar la discusión constructiva.

Los dinosaurios y la Biblia


Hay toda un aura de misterios rodeando a los dinosaurios. ¿De dónde vinieron? ¿Evolucionaron? ¿Realmente
vivieron hace millones de años? ¿Qué les ocurrió? ¿Todavía existe alguno? ¿Ha visto algún ser humano a los
dinosaurios?

Niños y adultos viven fascinados con estos misteriosos monstruos. Muchos libros y películas se han hecho para
satisfacer la insaciable curiosidad que provocan estas criaturas. No obstante, no debiera surgir ningún misterio en
tanto se tenga la información clave que generalmente se desconoce y se oculta.

¿EXISTIERON REALMENTE LOS DINOSAURIOS?

Los dinosaurios ciertamente caminaron sobre la tierra en el pasado. Fósiles de estas criaturas han sido hallados en
todo el mundo; y sus huesos están exhibidos al público general en muchos museos. Los científicos han logrado
reconstruir sus esqueletos, permitiéndonos saber cómo pudieron haberse visto.

¿CUÁNDO FUERON DESCUBIERTOS LOS DINOSAURIOS?

La historia de su descubrimiento empezó a inicios de la década de 1820 cuando Gideon Mantell, un doctor inglés,
encontró una dentadura y unos huesos algo inusuales. El Dr. Mantell observó que había algo diferente en los restos
de esos animales y creyó que había encontrado un grupo completamente nuevo y diferente de reptiles. En 1841,
aproximadamente nueve tipos distintos de éstos reptiles habían sido descubiertos, incluyendo dos que fueron
llamados Megalosauros e Iguanodon.

Por esta década, un famoso científico británico (y creacionista), el Dr. Richard Owen, introdujo el término
“Dinosauria”, o “reptil terrible”, pues esto fue lo que los grandes huesos le hicieron pensar.

¿QUÉ HACE QUE LOS DINOSAURIOS SEAN DIFERENTES?

Además del gran tamaño de algunos dinosaurios, la mayor particularidad que realmente distingue a los dinosaurios
de otros reptiles (como los cocodrilos) es la posición de sus extremidades. Los dinosaurios tienen una postura muy
erecta, similar a la de los mamíferos. La mayoría de los reptiles, en cambio, tienen las extremidades más débiles. Por
ejemplo, compárese la forma en que un reptil, como el cocodrilo, “camina” y la manera en que lo hace, digamos, una
vaca. Los dinosaurios se movían como una vaca, pues sus extremidades soportaban el peso del cuerpo desde abajo.
Los cocodrilos más bien mueven sus patas de un lado del cuerpo al otro al andar.

¿QUÉ TAN GRANDES ERAN LOS DINOSAURIOS?

Algunos eran tan pequeños como un pollo, quizá menos. Por supuesto, algunos dinosaurios eran mucho más
grandes, pesando hasta 80 toneladas y alzándose hasta más de 12 metros. No obstante, el tamaño promedio de los
dinosaurios era probablemente el de un caballo pequeño.

¿CUÁNDO VIVIERON LOS DINOSAURIOS?

La historia que hemos escuchado en las películas, la televisión, los periódicos, y muchas revistas y libros es que los
dinosaurios vivieron hace millones de años. De acuerdo con los evolucionistas, los dinosaurios gobernaron la tierra
durante 140 millones de años, y se extinguieron hace 65 millones de años. Sin embargo los científicos no han
descubierto nada que esté directamente ligado con esas fechas. Ellos solamente han desenterrado huesos, y estos
huesos no tienen impresa una fecha de antigüedad. La idea de los “millones de años” es sólo la historia que los
evolucionistas inventaron del pasado. Ningún científico estuvo ahí para ver a los dinosaurios vivir en su era. De hecho
no hay ninguna prueba de que el mundo y todos estos fósiles tengan millones de años. Ningún científico observó la
extinción de los dinosaurios. Los científicos sólo han encontrado huesos en la actualidad, y como la mayoría son
evolucionistas, buscan insertar la historia de estos grandes animales dentro de su punto de vista.

Otros científicos, llamados creacionistas, tienen una idea diferente sobre la vida que tuvieron los dinosaurios. Ellos
creen que puede resolverse cualquier supuesto misterio respecto a los dinosaurios y mostrar como la evidencia
encaja maravillosamente con sus ideas sobre el pasado; creencias que están fundamentadas en la Biblia.

La Biblia es el libro especial de Dios (o una colección de libros para ser exactos) y afirma que sus autores fueron
sobrenaturalmente inspirados para escribir precisamente lo que el Creador de todas las cosas quería que se
escribiera para nosotros. Con ella podemos entender de dónde venimos nosotros (y los dinosaurios), por qué
estamos aquí y cuál será nuestro futuro. El primer libro de la Biblia, el Génesis, nos enseña muchísimas cosas de
cómo el universo y la vida iniciaron su existencia. En Génesis dice que Dios creó todas las cosas: la Tierra, las
estrellas, el Sol, la Luna, las plantas, los animales y a las primeras dos personas.

Aunque la Biblia no dice exactamente hace cuánto fue que Dios creó al mundo y sus criaturas, podemos hacer un
buen estimado de la fecha de la creación si leemos a través de los diferentes pasajes que en ella se describen.

1. Dios creó todo en seis días. Lo hizo así, además, para marcarnos una pauta de siete días por semana (como
se describe en Éxodo 20:11). Dios trabajó durante seis días y descansó en el séptimo para ser un modelo a
imitar. Incluso, estudiantes del idioma hebreo dirán que el término utilizado para “día” en Génesis 1, sólo
puede significar el término “día” con el que estamos familiarizados hoy.

2. Se nos dice que Dios creó a los primeros seres humanos –Adán y Eva– en el sexto día. Muchos hechos del
nacimiento de sus hijos y los hijos de sus hijos están dados por Dios en Génesis. Estas genealogías están
descritas por todo el Antiguo Testamento y hasta el nacimiento de Cristo. Ciertamente no son cronologías
de millones de años.

Al sumar todas las fechas, y aceptando que Cristo, el Hijo de Dios, vino al mundo hace como 2 mil años, se llegará a la
conclusión de que la creación de la Tierra y los animales (incluidos los dinosaurios) ocurrió hace sólo unos miles de
años (quizá hace sólo 6 mil) y no millones. Además, si la Biblia está correcta (y sí lo está), los dinosaurios habrían
vivido en los pasados miles de años.

¿DE DÓNDE VINIERON LOS DINOSAURIOS?

Los evolucionistas reclaman que los dinosaurios evolucionaron durante millones de años. Ellos imaginan que un tipo
de animal fue cambiando lentamente durante largos periodos de tiempo para convertirse en otro tipo de animal. Por
ejemplo creen que los anfibios se transformaron en reptiles (incluidos los dinosaurios) con el pasar del tiempo. Esto
significaría, por supuesto, que hubo millones de criaturas que durante ese proceso fueron la mitad de cada especie.
La evidencia de esas “formas transicionales”, como las llaman, debería de ser abundante. No obstante, muchos
expertos en fósiles sostienen que no se ha encontrado ni una sola prueba incuestionable de una forma transicional
entre un grupo de criaturas y otro. Si los dinosaurios evolucionaron de los anfibios, debería existir, por ejemplo,
alguna evidencia de una criatura que fuera en parte dinosaurio y en parte otra criatura. Pero no hay prueba de esto
en ninguna parte. De hecho, si se hace una visita a cualquier museo se verían fósiles de dinosaurios que son 100%
dinosaurio, no una especie intermedia. No hay fósiles que sean 25%, 50%, 75% ni 99% dinosaurio, todos son 100%.

La Biblia nos dice que Dios creó todos los animales terrestres en el sexto día de la creación. Como los dinosaurios
eran animales terrestres, debieron ser creados en este día junto a Adán y Eva. (Génesis 1:24-31) Si Dios diseñó y creó
a los dinosaurios, ellos habrían sido completamente funcionales, hechos para lo que sea que Dios había dispuesto, y
100% dinosaurio. Esto encaja perfectamente con la evidencia de los fósiles encontrados.

Los evolucionistas declaran que ningún hombre vivió con los dinosaurios. La Biblia, en cambio, hace referencia a que
los dinosaurios y el hombre debieron haber vivido juntos. Actualmente, como se expone más adelante, existe
bastante evidencia que refuerza esto.
¿QUÉ COMÍAN LOS DINOSAURIOS?

La Biblia enseña (en Génesis 1:29-30) que los animales originales (así como los primeros humanos) fueron
comandados a ser vegetarianos. Originalmente no existían carnívoros en la creación. Ni aún había muerte. Era un
mundo sin manchas, con Adán y Eva y los animales (incluidos los dinosaurios) en perfecta armonía, alimentándose
únicamente de plantas.

Tristemente, no se mantuvo así por mucho tiempo. Adán se reveló contra su Creador, trayendo el pecado al mundo
(Génesis 3:1-7; Romanos 5:12). Como resultado de esta rebelión, Adán y toda su descendencia (incluidos nosotros),
rechazamos el privilegio de vivir con un Dios Santo (sin pecado) y Justo. Dios, por lo tanto, juzgó el pecado con la
sentencia de la muerte.

La Biblia claramente enseña, desde Génesis a Apocalipsis, que no hubo muerte alguna de hombre o animal antes de
que Adán pecara. (Considere: Romanos 5:12, Génesis 2:17, Génesis 1:29-30, Romanos 8:20-22, Hechos 3:21, Hebreos
9:22, 1 Corintios 15, Apocalipsis 21:1-4, Apocalipsis 22:3) Esto implica que no pudo haber fósiles de ningún animal
(incluidos los dinosaurios) antes del pecado.

Después del pecado de Adán, las personas y los animales empezaron a morir. Era un mundo diferente, ahora con
muerte y dolor. Un mundo que fue maravilloso ahora sufría de una maldición dada por su Creador (Génesis 3:14-19).
Pero una promesa fue dictada (Génesis 3:15) en la que Dios proveería una salida para que la paga del pecado fuera
hecha y el ser humano pudiera acercarse nuevamente a Dios.

¿POR QUÉ ENCONTRAMOS FÓSILES DE DINOSAURIOS?

En Génesis 6 leemos que toda carne (humana y animal) “había corrompido su camino sobre la tierra”. (Génesis 6:12)
Quizá las personas y los animales se estaban matando; talvez los dinosaurios empezaron a matar a los humanos y a
otros animales. En cualquier caso, la Biblia describe al mundo como “corrompido”.

Por esta corrupción, Dios le notificó a un varón justo llamado Noé que destruiría el mundo con un diluvio (Génesis
6:13). Dios, por lo tanto, le ordenó que construyera un gran barco (el Arca) para que todos los tipos de animales
terrestres (que deben de haber incluido a los dinosaurios) y la familia de Noé pudieran sobrevivir abordo, mientras el
Diluvio destruía la Tierra por completo (Génesis 6:14-20).

Algunos creen que los dinosaurios eran muy grandes o demasiados para incluirse dentro del Arca. Sin embargo no
existían muchas especies de dinosaurios. Ciertamente hay cientos de nombres de dinosaurios distintos, pero muchos
de estos son dados a dinosaurios del mismo tipo que son hallados en países diferentes y que difieren solamente en
un hueso o una pequeña parte de su esqueleto. También es razonable pensar que los diferentes tamaños, variedades
y sexos de un mismo tipo de dinosaurio acabaran con nombres diferentes. Por ejemplo, imagine todas las variedades
y tamaños diferentes en el caso de los perros y aún todos son de la misma especie: canes. En realidad, puede que
hayan existido poco menos de 50 clases diferentes de dinosaurios.

Dios envió dos (siete en algunos casos) de cada animal terrestre al Arca (Génesis 7:2-3; 7:8-9) y no hubo excepciones.
Por ende, los dinosaurios debieron entrar al Arca también. Aunque había suficiente espacio en el gran barco para
animales grandes, quizá Dios envió a jóvenes adultos dentro del barco que igual tenía mucho espacio para que estos
crecieran.

Bueno, y ¿qué le ocurrió a los animales terrestres que no ingresaron al Arca? Muy sencillo: se ahogaron. Muchos
fueron cubiertos por las toneladas de lodo que la fuerza del agua arrastraba mientras cubría la tierra (Génesis 7:11-
12, 19). Producto de este entierro inmediato, muchos animales se preservaron como fósiles. Si esto realmente
ocurrió, entonces debería encontrarse evidencia de billones de cosas muertas enterradas en las capas terrestres
(formadas por todo el lodo) alrededor del mundo. Esto es exactamente lo que se ha encontrado.

Por cierto, el Diluvio de los días de Noé ocurrió probablemente hace unos 4.500 años. Los creacionistas creen que
este evento provocó la formación de las capas de fósiles que hay en todo el planeta. (Capas adicionales se formaron
por otras inundaciones que ocurrieron en el proceso de acople de la Tierra después del gran Diluvio.) Entonces, los
fósiles de dinosaurios formados a partir del Diluvio datarían de aproximadamente 4.500 años y no millones.
¿HAN VIVIDO LOS DINOSAURIOS EN ÉPOCAS RECIENTES?

Si las diferentes especies de dinosaurios sobrevivieron al Diluvio, entonces debieron de haber bajado del Arca y
vivido en ese nuevo mundo.

En la Biblia, en Job 40:15-24, Dios le describe a Job (quien


vivió después del Diluvio) una gran bestia con la que Job
estaba familiarizado. Este gran animal, llamado “behemot”,
es descrito como “el principio de los caminos de Dios”, quizá
el animal terrestre más grande que Dios haya creado. De
manera impresionante, ¡movía su cola como un cedro!
Aunque algunos comentaristas bíblicos señalan que pudo
haberse referido a un elefante o un hipopótamo, la
descripción incluso calza con la de un dinosaurio como el
Brachiosaurus. Los elefantes y los hipopótamos obviamente
no tienen colas semejantes a un cedro.

Muy pocos animales son tomados y descritos en la Biblia de esta manera. Contario a lo que muchos pueden pensar,
lo que conocemos como dinosaurios están más descritos en la Biblia que muchos otros animales. Así que los
dinosaurios –todas las especies– debieron de haber vivido junto a los seres humanos después del Diluvio.

¿SE MENCIONAN LOS DINOSAURIOS EN LA LITERATURA ANTIGUA?

De manera interesante, la palabra “dragón” es utilizada un número de veces en el Antiguo Testamento. En la mayoría
de los casos, la palabra dinosaurio podría sustituirse por dragón y calzar muy bien. Los creacionistas creen que los
dinosaurios eran llamados dragones antes de que la palabra dinosaurio se inventara alrededor de los años 1800. No
podemos esperar que aparezca la palabra dinosaurio en Biblias como la de 1611 pues ésta fue traducida mucho
antes de que dinosaurio fuera una palabra con algún uso.

Existen muchos libros de historia antiguos en varias bibliotecas alrededor del mundo que llevan récords detallados
de dragones y sus encuentros con personas. Sorpresivamente (o no tanto para los creacionistas), muchas de las
descripciones de estos dragones semejan la moderna manera en la que los científicos definen dinosaurios tales como
el Tyrannosaurus. Desgraciadamente, los evolucionistas no creen que sea una evidencia válida. ¿Por qué? Sólo
porque no creen que los dinosaurios y los seres humanos hayan vivido en la misma época.

No obstante, entre más investigamos la literatura histórica más nos damos cuenta de que hay extremada evidencia
de que los dragones fueron bestias reales, muy similares a nuestras actuales reconstrucciones de los dinosaurios; y
que su existencia ha sido registrada por muchas personas distintas incluso hace centenas de años.

¿QUÉ LE OCURRIÓ A LOS DINOSAURIOS?

Los evolucionistas apelan a toda su imaginación para responder esta interrogante. Como su creencia es que los
dinosaurios “gobernaron” la tierra hace millones de años y que desaparecieron millones de años antes de que el ser
humano presuntamente evolucionara, entonces han tenido que ingeniar todo tipo de suposiciones que expliquen
esta “misteriosa” desaparición.

Al inquirir en la literatura evolucionista, abundan las sorpresas por la gran gama de ideas que se relacionan con su
supuesta extinción. La siguiente es una pequeña parte de esa enorme lista:

Los dinosaurios murieron de hambre; murieron por sobrecalentamiento; fueron envenenados; se


quedaron ciegos (cataratas en los ojos) y no continuaron reproduciéndose; los mamíferos se
comieron sus huevos. Otras causas incluyen al polvo volcánico, gases venenosos, cometas, manchas
solares, meteoritos, suicidio colectivo, estreñimiento, parásitos, encogimiento del cerebro (los hizo
más estúpidos), platillos voladores, cambios en la composición del aire, etc.
Es obvio que los evolucionistas no saben qué fue lo que ocurrió, y están mirando al ciprés. En un reciente libro sobre
la evolución llamado “A New Look at the Dinosaurs” (“Una nueva mirada a los dinosaurios”), el autor hizo esta
afirmación:

Ahora viene la pregunta importante. ¿Qué causó todas estas extinciones en un punto particular de
una época hace 65 millones de años? Docenas de razones han sido sugeridas: algunas serias y
sensatas, otras un poco locas, y otras solamente en son de broma. Cada año la gente sale con nuevas
teorías en torno a este trivial tema. El problema es que si hemos de encontrar sólo una razón que se
sobreponga a las demás, ésta deberá explicar la extinción, al mismo tiempo, de las criaturas terrestres
y acuáticas; pero, en ambos casos, sólo la de algunas especies, pues muchas especies terrestres y
acuáticas continuaron viviendo en el siguiente periodo. De esta forma, no existe esa única razón.
(Alan Charig, p. 150)

Pero sí existe esa insuperable razón. Si se deja de lado el esquema evolucionista, se desecha la idea de los millones
de años y entonces se toma la Biblia con seriedad, se encontrará una explicación que encaja perfectamente con los
hechos y tiene absoluto sentido:

En el tiempo del Diluvio, muchas criaturas marinas murieron, pero otras sobrevivieron. Además, todas las criaturas
terrestres externas al Arca se ahogaron, pero los representantes de cada especie que salieron del Arca vivieron en el
nuevo mundo después del Diluvio. Estos animales (incluyendo los dinosaurios) observaron que ahora el mundo era
mucho más diferente que el que conocieron antes del Diluvio. Debido a (1) la competencia por el alimento que ya no
era abundante, (2) otras catástrofes, (3) el hombre matando por comida (y quizá por diversión), y (4) la destrucción
de hábitats, etc., muchas especies de animales eventualmente murieron. El grupo de animales al que llamamos
dinosaurios simplemente acabaron por morir también. De hecho, una considerable cifra de animales se extingue
cada año. Pareciera que la extinción es la regla en la historia de la Tierra (no la formación de nuevos tipos de
animales como supone la evolución).

¿VEREMOS ALGUNA VEZ A UN DINOSAURIO EN VIVO?

La respuesta probablemente sea que no… pero ¿podría ser? Hay algunos científicos que creen que unos cuantos
dinosaurios pudieron haber sobrevivido en selvas remotas. Todavía se están descubriendo nuevas especies de
animales y plantas en áreas que han sido difíciles de explorar hasta hoy. Incluso nativos en algunos países describen
bestias que calzan con lo que podrían ser dinosaurios.

Los creacionistas, por supuesto, no estarían sorprendidos si alguien encontrara un dinosaurio vivo. No obstante, los
evolucionistas tendrían que inventar excusas de por qué afirmaron dogmáticamente que los seres humanos y los
dinosaurios jamás vivieron en una misma época. Podemos sospechar que dirían que estos dinosaurios sobrevivieron
en regiones remotas que han permanecido inalteradas a lo largo de millones de años. Como vemos, no importa qué
se descubra y qué tan vergonzoso sea para las ideas evolucionistas; ellos siempre serán capaces de urdir una
“respuesta” pues el evolucionismo es una creencia. No es una ciencia… ¡no es una realidad comprobada!

¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE LOS DINOSAURIOS?

Cuando vemos los huesos de los dinosaurios, debemos recordar que la muerte no fue parte de la creación. En
realidad la muerte es una intrusa que aparece en el momento en el que los primeros seres humanos desobedecieron
a Dios. La Biblia nos dice que al ser descendientes de Adán también tenemos pecado: “Por tanto, como el pecado
entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron” (Romanos 5:12); “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos
3:23). Necesitamos reconocer que la maldad en este mundo es resultado del pecado, pues el hombre se rebeló
contra Dios.

Asimismo recordemos que Dios, el que hizo todas las cosas, incluyendo a los dinosaurios, es juez de su propia
creación. Él juzgó la rebelión de Adán maldiciendo al mundo con la muerte. Adán fue advertido de lo que ocurriría si
desobedecía la instrucción de Dios de no comer del fruto de un determinado árbol. “Mas del árbol de la ciencia del
bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17).
Los dinosaurios también nos recuerdan que Dios juzgó la rebelión de los hombres en los días de Noé destruyendo un
mundo corrompido con agua y causando la destrucción de millones de criaturas. La Biblia nos enseña que Él juzgará
de nuevo al mundo, pero esta vez con fuego: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los
cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella
hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10).

De igual forma, recordamos que después de este juicio de fuego, Dios hará un nuevo cielo y una nueva tierra: “Pero
nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13).
¿Y cómo serán las cosas en esta nueva tierra? “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,
ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4).

Pero también hay una advertencia. A muchos no les será permitido entrar en esta nueva tierra y tendrán que sufrir
eternamente: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras
y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”
(Apocalipsis 21:8).

Los seres humanos, pecadores por naturaleza (Salmos 51:5), no pueden vivir con un Dios Santo, sino que están
condenados a la separación de Dios. Sin embargo, Dios proveyó una maravillosa salida del pecado. La Biblia enseña
que Dios ofreció el sacrificio perfecto que necesitábamos para pagar por la condena del pecado. El mismo Hijo de
Dios, aquel que de hecho creó el mundo (Colosenses 1:16), vino a la Tierra como un hombre, como un descendiente
de Adán, a morir para pagar por el pecado. “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de
los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:20-
22).

Cristo Jesús murió en una cruz, pero al tercer día resucitó, conquistando la muerte, para que todo aquel que en Él
crea y todo aquel que lo invite a formar parte de su vida, pueda unirse con Dios y vivir por toda la eternidad con el
Creador. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16); “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Todos aquellos que no aceptan por fe lo que Cristo ha hecho por ellos y no reconocen su naturaleza pecaminosa y su
necesidad de redención, están advertidos en la Biblia que vivirán eternamente, pero separados de Dios, en un lugar
de tormento al que la Biblia llama Infierno; mas para aquellos que entregan sus vidas al Señor Dios hay un
maravilloso mensaje. ¡Qué gran Salvador! ¡Qué increíble salvación en Cristo el Señor!

Traducido por: Fernando Miranda


Escrito por: Ken Ham

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