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Auyero Berti La Violencia en Los Margenes PDF
Auyero Berti La Violencia en Los Margenes PDF
materiales y afectivas, universos en los que la violencia se h e pN•••nt• r Auyero y María Fernanda Bert
brutal frecuencia, sofocanod de tal manera la vida diaria d lo
qua es difícil imaginar cómo algwen podrfa "salir intacto" d W
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1olencia en los márgene
lidllise internan Auyero y Berti para llevar adelanta una in
y contundente: sobre la base de los relatos y los testimonios d
estra y un sociólogo
escuela ubicada en el sur del conurbano, y apoyándose en num••ro1101 1 conurbano bonaerense
tros obtenidos en el banio a lo largo de más da tr o d r b j
po, examinan las formas y los usos de la violenci n 1 1
isbn 978-84-92946-52-5
•11 www.katzeditores.com
Javier Auyaro
(Lomas da Zamorat Argentinat 1966
) La violencia en los márg
enes
1::: pl'llfn::or dt: sociología en la Univ
ersidad de
'll:xn::, Au::liu. �-:u doctoró en socio
logía en The
1\Jow: :<:ii<Hil ftn' Social Research
y recibió becas
do i11 ,Jolni Siwun Guggenheim Foun
dation, de
In lllll'ry 1 'muk Guggenheim Foun
dation, del
Álllt:rit:IIIJ Counc:il of Learned Socie
ties y de la
1\J:il io11nl �;t:innce Foundation. Es autor
, entre
La política de los pohres, Vidas
t:J¡·¡¡:; tJIJr:J:;, rle
�
Buchin Libros
Entre Ríos 735 Rosario 4254990
www.buchlnllbros.com.ar
Javier Auyero Y María Fernanda Berti
La violencia en los márgenes
Una maestra y un sociólogo
en el conurbano bonaerense
Indice
7 Prefacio
9 Agradecimientos
15 Introducción
Primera edición, 2013
37 l. A la vera del Riachuelo: Arquitec
Primera reimpresión, 2013 to Tucci
53 2. "Entre balas e nacido"
© Katz Editores
81 3· Cadenas de violencia
Benjamín Matienzo 1831, 10º D
1426-Buenos Aires 119 4· El Estado en los márgenes
c/Sitio de Zaragoza, 6, 1ª planta 149 Epílogo
28931 Móstoles-Madrid
www.katzeditores.com
157 Apéndice metodológico
© Javier Auyero y María Fernanda Berti, 2013 161 Notas
ISBN Argentina: 978-987-1566-75-4
167 Bibliografía
ISBN España: 978-84-92946-52-5
Impreso en la Argentina
por Buenos Aires Print
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Prefacio
A mis alumnos, sin ellos, nada. En la Argentina, las discusiones públicas sobre "inseguridad"
A Camila, Luna y Alma, suelen tener como protagonistas a los sectores medios y medio
por ser en mi vida, todo. altos de la estructura social. Ellos dominan el discurso sobre la
FB
violencia urbana-son quienes más hablan de este tema- porque,
supuestamente, serían los que más la sufren. Sin embargo, los
A la memoria del viejo, otra vez, que experimentan la victimización con mayor frecuencia son
con quien primero recorrí esas calles. quienes están en lo más bajo del orden social y simbólico; allí,
Y a mamá, la torera. entre los más desposeídos, es donde encontramos la mayor can
JA
tidad de homicidios y heridos graves. A ellos, a los habitantes
de los márgenes urbanos, no se los suele escuchar hablar públi
camente de la inseguridad. Ellos la viven a diario, pero el discurso
de la inseguridad pertenece a (es fabricado y manipulado por)
otros. Así, la experiencia de la violencia interpersonal (y del
miedo a esta) entre los más pobres se vuelve algo indecible; y el
trauma que se vive a diario en los territorios de relegación en
los que ellos habitan se torna en una experiencia negada.
Fruto del trabajo en conjunto de una maestra, María Fernanda
Berti, y de un sociólogo; Javier Auyero, este libro trata sobre el
trauma colectivo creado por la constante e implacable violencia
interpersonal que se vive en un barrio marginalizado del conur
bano bonaerense. Queremos someter esta experiencia al análi
sis científico y, dado el incesante cuestionamiento a la credibi
lidad y realidad misma del fenómeno, queremos desenterrar
8 1 l A V I O l E N C I A E N l OS M Á R G E N ES
que vino hace un par de meses a�á al sc:tón? Bueno ..· con
él estamos terminando de escnb1r . un hbro sobre la Vlda.
del barrio ¿·Se acuerdan de que algo les conté? Nos gustaría
contar esta historia del encuentro de la bala"·
Nota de Fernanda, 27 de noviembre de 2012.
14 1 LA V 1 O L E N C 1 A E N LO S MÁ R G E N E S
la tumba
Agosto de 2012. No estaba
en nuestros planes ir a visitar
y familiares
de Lucho, pero la insiste
ncia con la que sus amigos
dos allí
re los objetos y los recuer
más cercanos hablaban sob cielo en
ron. Un sábado gris, con el
depositados nos persuadie al colectivo
ente llovizna, nos subimos
capotado y con una persist
ano bonaerense
219 en el centro de un
a ciudad del sur del conurb
la calle Belgrano.
e hicimos el recorr
ido hasta el cementerio de
pal, un
ón, cerca de la puerta princi
En la oficina de informaci po r la
dónde debíamos preguntar
policía retirado no s indicó do, no s
curioso, y tal vez de aburri
ubicación de la tumba. De Alberto
os. Le dijimos que a Lu is
preguntó a quién buscábam da en una
ía sido alumno de Fernan
Orijuela, un chico que hab la casi
. Con su mirada puesta en
escuela de Arquitecto Tucci sentido,
o algo que, en más de un
vacía sala de espera no s dij este libro:
que atraviesa las páginas de
condensa la preocupación
jóvenes".
"Se mueren cada vez más . El
71;' nos informó la empleada
"Sección 23, fila l, sepultura a vez e
qu
. No recordábamos la últim
policía nos indicó el camino nción los
enterio y nos llamaron la ate
habíamos estado en el cem
era lo que hada en el aula, pero no era un chico travieso, al Fernanda dejó de ver a Lucho cuando este terminó sexto
menos cuando estaba con Fernanda. Siempre con su gorrita grado. Sin embargo, supo de él por medio de dos de sus seis
puesta -gorra que sus familiares guardaron en una pequeña hermanos, Alvaro y Samuel, también alumnos de ella, y por
.
vitrina en su sepultura-, solía sentarse al fondo del aula y pres otros alumnos que lo conocían. Los rumores sobre las activida
tar escasa atención a la lección del día. Fernanda lo tuvo como des delictivas de Lucho quedaron documentados en el diario de
18 1 lA V I O l E N C I A E N lOS M Á R G E N E S
I N T R O D UC C I Ó N 1 19
sas, se cagan a tiros todos los días': sino también en su hogar. "Yo
lo quiero ver muerto': dice Chaco sobre su papá. "En casa falta
1
todo, y él no hace nada. Duerme todo el día. Chupa un montón.
: .; .. ¡
' 1 y encima se pelea con mi vieja!' Tatiana sufrió más de una vez
la furia alcoholizada de su pareja. "La última vez casi la mata':
¡ ' . contó Chaco. Una vecina de la familia de Chaco describió una
gresca doméstica: "El tipo la arrastró de los pelos por la calle, y
..
!
la puteaba a los gritos. Por suerte la salvó un vecino. Ella tuvo
.J:'
mala suerte. Le cocina, le lava la ropa, y él es un vago. Dice que
; i··l·
es remisero pero no hace nada". Chaco recuerda a la perfección
i:
la última vez que vio a su padre: "Desde que lo corrió con la
'1
cuchilla, él no apareció más. Es mejor que no vuelva nunca más".
El turbulento mundo en el que Chaco vive y crece quizás
explique sus amenazas reiteradas a los compañeros de clase: "Te
voy a cagar a tiros': "Te voy a pegar un tiro en la cabeza': les grita,
'j simulando tener un revólver en sus manos. Y quizá también
: 1 i 1 i
sirva para entender el destino que cree tener, un futuro similar
al de los pibes chorros que él tan bien bosqueja: "Seño -le dice
Chaco, sus cuatros hermanos y la mnmn v ive a su maestra- un día me vas a ver en la tele. Voy a robar un banco
n en una casa de
ladrillos a la vista y techos de chapo . Allí comp y me van a cagar a tiros. Me vas a ver, me va a matar la policía':
arte un pequeño
cuarto con los hermanos. Tntinnn, In mnmn, tt·
nbnjn de empleada La parca y la gorra me quieren llevar, la parca y la gorra me
doméstica en la Capital Fedcrnl. De lunes
u li dhndo, sale muy
temprano, antes de que Chuco se lcvnnt·c pnl'll quieren matar. Porque ahí vienen ellos son los policías en acción.
ir u la escuela; Hasta trajeron la televisión y si me agarran voy a la prisión.
regresa alrededor de las nueve de In noche,
p oco nnl'cs de que
Chaco se acueste. Con el suel do de cmplcndn
doméstica, com
plementado por un programa social del go
b ierno, llega con lo LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES:
justo a fin de mes.
El de Chaco es un mundo de cnrcmeltts mntc UNA RECONSTRUCCIÓN ETNOGRÁFICA
rlnlcs y nfectivas,
y también un universo cm el que Jo viole
ncln lntc rpcr so nal se
hace presente con itttcrrnitcntc, por,, brut Este libro examina las formas y los usos de la violencia en la vida
al, ft•oeucncln. No solo
en su barrio, Arquitecto �1'\tcel, donde, aogdn cotidiana de los pobres urbanos, más específicamente, en Ar
61, 1111on todos tran- quitecto Tucci y sus zonas aledañas, en un partido del sur del
22 1 LA V I OL E N CIA E N L O S M ÁR G E N ES I N T R O DU C C IÓ N 1 23
conurbano bonaerense) Esta violencia sofoca de tal manera la debate sobre el concepto, ahora desinfectado, de "cultura de la
vida diaria de los más desposeídos que es difícil imaginar cómo pobreza". Las razones por las cuales este estigma perdura a pe
alguien podría, para parafrasear la meditación de Jaslyn sobre sar de las investigaciones rigurosas dedicadas a desbaratado
el incierto futuro de su madre en el magnífico libro de Colum están más allá de los límites de este libro. Pero somos muy cons
McCann, "salir intacto" de allí. El área donde llevamos a cabo cientes de que una apropiación selectiva del material aquí pre
nuestro trabajo de campo es un lugar tan hostil para vivir que, sentado -la imagen de una casa levantada sobre un arroyo po
en el transcurso de los tres años que duró la investigación, nues drido, la reconstrucción de un robo a mano armada o de una
tra preocupación constante giró en torno a las marcas difíciles disputa doméstica en la que una madre castiga físicamente a su
de disipar que la demoledora violencia está dejando en los cuer hijo para evitar que este consuma droga- es suficiente para
pos, los corazones y las mentes de aquellos más afectados por disparar una representación estigmatizadora de los que viven
ella. Fue esta preocupación -una preocupación no solo acadé en lo más bajo de la escala social. Aun con las mejores intencio
mica, sino sobre todo ética y política- la que nos llevó a escribir nes, académicos y periodistas pueden sumarse a la guerra sim
este libro. bólica contra la gente que a nosotros más nos importa, aquellos
En el transcurso de la investigación y durante el proceso de que viven en riesgo permanente en los márgenes urbanos de la
escritura también nos preocupó -y mucho- la forma de repre Argentina contemporánea. Es por ese motivo que durante mu
sentar la brutalidad interpersonal entre quienes están ubicados chos años -desde principios del año 2009, cuando comenzamos
en lo más bajo de la estructura sociosimbólica. Las historias que la investigación que dio lugar a este libro- vacilamos. Escribimos
contamos, los testimonios que citamos, los eventos que recons secciones completas del libro y luego, atemorizados por cómo
truimos pueden ser utilizados para reproducir y reforzar los iban a ser leídas e interpretadas, las descartamos. Sin embargo,
estereotipos usuales sobre los destituidos. Una lectura superfi quien está en contacto diario y directo con los niños y niñas y
�
cial o malintencionada del material etnográfico que presenta adolescentes de la zona no puede darse el lujo -el privilegio
mos aquí puede llevar a los lectores a creer que los habitantes académico, podríamos decir- de la indecisión. "Esta historia
de la zona donde llevamos a cabo nuestra investigación son tiene que ser contada ahora", escribió uno de nosotros, la maes
brutti, sporchi, e cattivi -feos, sucios y malos, para citar el título tra, en su diario al final de un largo día al frente del aula. Lejos
11
1'
de la comedia salvaje de Ettore Scola-. Versiones más o menos de una epifanía intelectual, fue ese sentido de urgencia el que
eufemísticas de este estigma acusatorio abundan en las ciencias nos hizo suspender las dudas que surgían de las lecturas acadé
sociales, y cada tanto resurgen, como se puede ver en el renovado micas sobre la política de representación de los grupos subal
�
ternos, empujándonos, dicho esto casi literalmente, a escribir
estas páginas.
3 Para los propósitos del presente análisis definimos la violencia en un En términos muy resumidos, el argumento que desarrolla
1 sentido restringido, entendiéndola como las acciones de personas contra
personas que intencionalmente amenazan, atentan o infligen daño físico
remos a lo largo de este texto es el siguiente. Buena parte de la
(Reiss y Roth, 1993; Jackman, 2002). violencia que sacude a barrios pobres como Arquitecto Tucci,
1
1
24 1 lA VIOII'NfiA 1 N lO\ MÁIUdNI\ I N T R O D UC C I Ó N 1 25
NIMU1:1 In lc\¡&lnt dt• lu ky dd talión: se ejerce como represalia, lenta: alguien roba o deja de pagar, otro le responde con una
Vlli1!U 1'�111lliii'HIU, l'r't'lllc u una ofensa previa. Ojo por
ojo, diente amenaza o con una demostración de fuerza física, que es luego
llUI' tllf11llt•, 1\n t'.'llo, In violencia en la zona se asemeja a la
que respondida de igual manera o con más violencia. La reacc ón �
ll�llfillll ,�tllt•flo ncgm y al inner city en los Estados Unido
s, a la violenta de una mujer frente a la agresión física de su mando
ftll'r•ltl t'll t•l Brasil, a la comu na en Colombia y a tantos
otros puede ser vista desde esa misma perspectiva: retribución in
lt•i'l'ilol'io.� urbanos relegados de América.
Pero existen otras terpersonal. Ahora bien, cuando unos transas entran por la
f(ll'lllHS de agresión física que ocurren tanto dentr
o como fuera fuerza a una casa, apuntan a la cara de la madre de un adicto
del hogar, en la casa y en la calle, que transciend
en el intercam y reclaman un pago, sin tener en cuenta la presencia de niños
bio interpersonal y adquieren una form a
menos demarcada, y niñas que son testigos del despliegue de armas y de golpes Y
�
n�ás xpansiva. La violencia no queda restringida
a un ojo por empujones, y cuando esta misma madre amenaza con "rom
OJO, smo que se esparce, y se parece a veces a una
cadena, que perle los dedos" a su hijo (o le pega hasta "ver salirle sangre de
conecta distintos tipos de daño físico, y otras a
un derrame, un la cara", o llama a la policía, a la que sospecha involucrada en
vertido que si bien se origina en un intercambio
violento, luego el tráfico, para que "se lo lleve preso porque ya no sé más qué
se expande y contamina todo el tejido social de
la comunidad. hacer con él") para evitar que robe objetos de su casa -objetos
De acuerdo con Charles Tilly (2003 ), los obse
rvadores de como por ejemplo una televisión que luego venderá para fi
la violencia humana se distinguen entre quien
es pone n el nanciar su hábito, pero que no pertenecen a su madre sino al
acento en la conc ienci a como la base de la acció
. n violenta' segundo marido de esta, quien, alcoholizado y furioso por el
qmenes se centran en la autonomía de los motiv
os, los im- robo, suele castigarla con patadas y golpes de puño-, en estos
��lsos y l�s oportunidades que están en el origen de la agre casos, entonces, creemos que necesitamos una mejor Y más
SIO�, y qu�enes hacen foco en las interacciones
de las que surge abarcadora imagen para dar cuenta de las formas y los usos
la VIOlencia y a través de las cuales los individuo
s desarrollan de violencia en los márgenes. Es aquí donde la noción de ca
prácticas y personalidades violentas. Este últim
o grupo, en el denay de derrame, creemos, nos pueden ser de mayor utilidad
que se ubica Tilly y que nos ha servido de inspi
ración para que la de simple represalia. Desarrollaremos este argumento
nuestro análisis, no niega la existencia de ideas
ni de motiva -es decir, que la violencia transciende la represalia recíproca
ciones, pero sostiene que las primeras son prod
ucto del in y se transfo rma en algo similar a un derrame- mediante la
tercambio social y las segundas oper an solo
en contextos in demostración empírica y privilegiando el mostrar por sobre
teractivos. Es por ello que en este libro el énfas
is está puesto el contar. Antes que relatar y afirmar que distintos tipos de
sobr e las concatenaciones y las interacciones
violentas, más violencia se encadenan unos a otros, queremos que se vea, a
que sobre los impulsos o las ideas.
través de nuestro material etnográfico, cómo estos encadena
Una pelea entre "transas" o entre estos y consumid
ores, como mientos se generan en un tiempo y un espacio reales. Hemos
las que ocurrieron en reiteradas ocasiones en
estos tres años, estado allí, en la escuela, en el barrio, en el comedor comuni
puede ser vista como un ejemplo de represalia
o reacción vio- tario, y ahora estamos aquí, intentando reconstruir lo que
26 1 LA V I O LE N C I A E N LOS MÁR GEN E S IN T R O D UC C IÓN 1 27
struir las
hemos visto, oído y presenciado. Lo que intentaremos hacer conectan unas con otras . Para eso, necesitamos recon
o victima
en este libro es -parafraseando a la antropóloga Nancy Sche perspectivas de aquellos que como víctimas, testigos
y muchas
per-Hughes- una reconstrucción lo "suficientemente buena" rios están "dentro" del maelstrom de las múltiples,
y creemos que es algo sumamente importante porque no que� veces despiadadas, formas de agresión física.
"cómo".
remos abusar de nuestra autoridad como autores ni de la con Parte del "porqué" del derrame de violencia está en su
laremos
fianza de los lectores. Por ello, si bien hacia el final de este breve libro especu
del carác ter
Sabemos que el contexto es crucial a los efectos de evitar in sobre factores que están en la raíz del derrame,
o (fac
terpretaciones equivocadas o estigmatizadoras de la violencia encadenado que adquiere la agresión física en el terren
de narcó
en l�s márgenes urbanos. En otras palabras, para entender y tores tales como la explosión de la comercialización
ria del
exphcar la violencia interpersonal que permea muchas de las ticos, la presencia selectiva, intermitente y contradicto
oletar iza
interacciones de la zona es necesaria una contextualización ra Estado en los márgenes, la informalización y la despr
mayo r de
dical. Cada episodio violento percibido deberá ser entonces ción) , nuestro énfasis está puesto en describir con el
1
io reales.
ubicado en su contexto estructural más amplio, así como en su talle posible el curso de la violencia, en tiempo y espac
n nuestro
contexto situacional más específico. Eso es más fácil de decir Las estructuras y los procesos que sobredetermina
persis tencia
que de hacer, por cierto. Frente a cada interacción violenta nos universo empírico y tienen un impacto crucial en la
�
fue difícil, parafraseando al novelista Richard Ford, "mant ner de la violencia serán objeto de estudio más detallado
en otro
�n la ��nte, de manera simultánea", los contextos objetivos "muy libro que sucederá a este.
: com-
JUntos a los contextos subjetivos. Dado que el material etno La violencia es, en más de un sentido, como el clima
le, pero re
gráfico será desplegado en detalle, quienes lean estas páginas plicada, cambiante y, en cierto sentido, impredecib
_ bles en
sabrán Juzgar si lo hicimos con efectividad. sulta de causas similares que, en combinaciones varia
este razo
Sin una comprensión de las maneras en que las personas distintos tiempos y lugares, la producen. Siguiendo
. s, com
mvolucradas en la violencia le dan sentido a esta (cómo la uti namiento, explicar la violencia implica vislumbrar causa
lizan, con q�é propósitos, cómo la experimentan y entienden), basado
binaciones y contextos. El libro que sigue a este estará
ccion es
nos quedanamos con un examen bastante limitado y limitante en buena medida en una variedad similar de intera
zará más la
de la violencia, como "causada" por fuerzas macroestructurales. violentas que aquí describimos. Sin embargo, focali
al espacio
Es cierto es que "grandes estructuras y amplios procesos" -como atención en los factores, much os de ellos externos
de la "cadena
el Estado patriarcal, la profunda informalización de la econo social del barrio, que alimentan el funcionamiento
la "violencia
mía, la expansión del mercado de las drogas ilegales, etc.- son de violencia" (buena parte de la literatura sobre
importan
factores centrales para aprehender la persistencia de la violen en América Latina" reconoce a estos factores como
ras concre
cia cotidiana. Pero no son suficientes para entender, aun menos tes, pero naufraga a la hora de especificar las mane
se vinculan
explicar, la enorme cantidad de formas de brutalidad interper tas en las cuales macroprocesos y microviolencias
sonal que detectamos en el territorio, ni las maneras en que se y refuerzan) .
28 1 lA V I O l E N C I A E N lO
S MÁRGENES
1 N T R O D UC C 1 Ú N 1 29
¿Crueldad?
�
Al unos de los episodios
aquí reconstruidos pued intermitente, entre los años 2009 y 2012. El libro está basado en
a Simple vista, como eje en aparecer, notas de campo tomadas a diario al terminar la jornada de tra
rcicios de crueldad, esto .
imposición intencional es, como una
de dolor físico a un ser má bajo al frente de varios grados en tres escuelas locales, en dibu
fin de causar angustia o
miedo (Shklar, 198 5). Sin
s débil con el �
jos que realizaron los alumnos y alumnas e estas escuela sobre �
actos violentos que parec
en tener "un fin" (humilla
embargo, los
los aspectos negativos y positivos del barno, en fotogra as que �
tar), en realidad, tienen otr
o que solo se devela tras
r, amedren �
ellos y ellas tomaron como parte de un taller qu orgamzamos
y sostenida observación. una atenta en una de las escuelas, en entrevistas en profundidad llevadas a
Escuchemos a la madre
de pegarle al hijo cuand qu e solo para
o ve sangre en sus mano cabo por nosotros con residentes de la zona, doctores de los
encadena a su hija o que
la azota con un palo o con
s 0 a otra que
hospitales locales y directivos y personal de las escuelas. Du ante �
Escuchemos también lo
que acompaña a esos rel
sus puños. el año 2011, Agustín Burbano de Lara (por entonces est d1an e � �
describen la mecánica de atos. No solo
la violencia -la forma de del último año de la carrera de sociología) se sumó a la mvestl
las marcas, sus efectos físi
cos-, también hablan de
los golpes, ?
gación y condujo observaciones en uno de l s comedores co
Y la impotencia que la la frustración
mo tivan. Sigamos aguzan munitarios de la zona y entrevistas en profundidad a una docena
invariablemente veremos do el oído e
que el fin último de ese eje de habitantes del lugar. Aquí utilizaremos algunas de las historias
?
vi lencia sobre un ser má
s débil no es exclusivame
rcicio de la que Agustín reconstruyó a lo largo de los seis meses que duró
miedo en la víctima (lo nte producir
cual, sí, efectivamente ap su trabajo de campo -señalando debidamente cua�do estas
ejercicio de la "crueldad"
). La producción del miedo
untaría a un �
provienen de esa inmersión etnográfica-. El segun o hbro - n ��
pu nto de vista del pe rpetra es, desde el fines más explicativos que descriptivos- centrara, mas la atenCion
dor, un medio para evitar un
yor (la adicción, las malas ma l ma en dicho material. El apéndice metodológico describe con ma
compañías). La violencia, de
punto ��
vista del perpetrador, pa
rece intentar romper lo
sde el yor detalle las técnicas de producción de datos que están en la
es percibido como un cad que base de este libro.
a vez más peligroso encad
de eventos (que a veces tom en am iento No comenzamos nuestro trabajo de campo con la intención
a, como veremos, esta for
--* robos--* prisión ma: drogas de estudiar la violencia en la zona. Queríamos replicar un estudio
).
�
que uno de nosotros, junto a una "antropól ga nati�a", había
llevado a cabo en un barrio altamente contammado, Villa Infla
EL PLAN DE L LIBRO mable (Auyero y Swistun, 2009). Nos interesaba saber cómo se
experimentaba la contaminación cuando sus fuentes no er n tan �
Este texto es producto de visibles como en el barrio adyacente al polo petroqmmico , de
la colaboración entre un
� ?
trabaj en la z na desde
hace una década y un
a maestra que
Dock Sud. A las pocas semanas de comenzar nuestro trabajo de
conocw- po r pnmera vez soc iólogo que
el barrio hace veinticinco investigación, los alumnos de la escuela con quienes empezábamos
era militante político, y reg años, cuando
resó allí como investigado a conversar nos traían, junto a historias "tóxicas" (los basurales a
r, de manera
cielo abierto, las ratas que merodeaban por su hogar, el agua con
32 1 lA V I O l E N C I A E N l O S M Á R G E N E S
I N T R O DUCC I Ó N 1 33
En :�alidad, en los dos años y medio que duró nuestra investi estos- confluyen, esperamos, en la pintura de un paisaje que dé
g �cwn, fue e�casa la agresión física interpersonal que presen cuenta de las formas, los usos y las experiencias de la violencia
Ciamos en elmtenor . de los establecimientos educativos donde en un territorio marcado por la pobreza, la informalidad y la
trabajamos (algunas amenazas entre alumnos y un par de peleas acción intermitente, selectiva y contradictoria del Estado. El
ent�e ellos a las que haremos referencia más adelante, y un epi capítulo 4, "El Estado en los márgenes" analiza etnográficamente
sodiO en el que una madre intimó verbalmente a una maestra' las formas en que el Estado, en particular "las fuerzas de la ley
sobre el cual volveremos al final de este libro). y el orden", se hace presente en el territorio.
El capítulo 2, "Entre balas e nacido': sitúa el aumento de la Con la excepción de un breve bosquejo en el capítulo 2, no
violencia interpersonal en el conurbano bonaerense en un con se encontrarán en el libro grandes declamaciones teóricas, de
text? �ás amplio. La mayoría de los países de la región han talladas recetas ·analíticas, ni abultadas referencias bibliográficas;
sufrido Incrementos en nuevas formas de violencia y buena parte y para quienes quieran profundizar en algunos de los temas
de estas se concentran en territorios de relegación urbana -co planteados, en las notas al final de cada capítulo ofrecemos un
munas, favelas, poblaciones, cantegriles, villas-, a tal punto que conjunto de sugerencias bibliográficas.
se h � convertido en "la característica definitoria de dichos asen_ La mejor prueba de una teorización acertada o de una receta
t �m �entos a comienzos del siglo XXI" (Rodgers y otros 2013: 15). adecuada (y de una cuidadosa lectura de la literatura existente)
SI bien este capítulo emplaza nuestro abordaje etnográfico de no se encuentra en un capítulo que describa el "marco" de la
la violencia interpersonal en el contexto de la vasta bibliografía investigación, sino en la puesta en práctica de estas herramien
sobre el tema, no ofrecemos nada que se asemeje a una "revisión tas teóricas y analíticas en la ejecución de la investigación y en
�e la bibli ?grafía': Nuestra tarea consiste en describir las simi la presentación narrativa de la misma. Dejamos así para revistas
litudes Y diferencias que la idea de"cadena de violencia" establece académicas especializadas el tratamiento más "escolástico" de
co� el trabajo académico -tanto teórico como empírico- que nuestra cuestión. Y como son demasiados los malos ejemplos
eXIste al respecto. En este capítulo, nuestra estrategia narrativa del uso teoricista de la teoría, nos vemos llevados a repetir lo
reproduce, en parte, el progreso de nuestro trabajo de campo. siguiente: las historias, los retratos y relatos que presentamos
Co�enzamos en el interior de la escuela y luego nos movemos fueron (re)construidos con un conjunto de preocupaciones
haci� las �alles y los hogares del barrio. Presentamos un conjunto teóricas y analíticas (sobre el origen, formas y efectos de la vio
de histonas que, al inicio, nos mostraron la recurrencia con la lencia interpersonal) en mente. Distintas perspectivas teóricas
que los niños, niñas y adolescentes del barrio hablan de distin guiaron la construcción de nuestro objeto pero preferimos, por
tas formas de violencia. razones de estilo -pero también por convicciones sobre los usos
Luego, en el capítulo 3, "Cadenas de violencia' : nos centramos apropiados de la teoría sociológica-, enraizada en la narrativa,
en u� conjunto más limitado de "casos" y excavamos en pro antes que separarla de ella bajo la forma, lamentablemente muy
fundidad para escudriñar posibles conexiones. Los distintos usual, de un marco preliminar repleto de citas de autoridad y
retratos -de eventos, de personajes, de momentos en la vida de un, con frecuencia divorciado, análisis empírico.
34 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES
I N T R O DUCC IÓN 1 35
Para finalizar esta sección queremos puntualizar que, así nos fascinaron y nos confundieron- merecerán una atención
como este libro no versa sobre la violencia en la escuela, tampoco más detenida porque son ellas, justamente, las que nos permi
es una investigación sobre Arquitecto Tucci; no estudiamos el tirán empujar nuestra descripción hacia fines más explicativos
barrio sino que estudiamos en el barrio una serie de temas (las -o sea, movernos del "cómo" de la violencia hacia el "porqué"-.
formas y usos de la violencia, sus manifestaciones y experien Sabemos que cualquier explicación sociológica de la persisten
das). La distinción es importante porque el lector no encontrará cia y el aumento de la violencia en la zona tendrá que tener en
aquí un tratamiento acabado de otros "temas" o "problemas" cuenta factores exógenos a ella (la informalización, el creci
allí presentes, como la dinámica de la feria de La Salada que miento en el tráfico y el uso de drogas, por nombrar solo dos).
limita con el barrio, para citar el más obvio. Haremos sí refe Sobre ellos reflexionaremos hacia el final del texto y planteare
rencia a la feria (y a otros temas) en la medida que nos sea de mos algunas ideas para futuras investigaciones. La parte prin
utilidad para esclarecer el problema que concita nuestra aten cipal de este texto se centra, sin embargo, en lo que los propios
ción analítica. actores hacen, piensan y sienten sobre las violencias -y los enig
mas y paradojas que estas prácticas, creencias y sentimientos
presentan-. Cuando una mujer toma una manzana y la parte
LAS PARADOJAS Y LOS ENIGMAS con sus dos manos, diciéndonos que fue así, "practicando" con
DE LA VIOLENCIA COTIDIANA una fruta desde pequeña, que adquirió lo que ella denomina
"técnicas de matar", y que fue su abuelo quien le "enseñó" a
Si bien el énfasis está puesto en la documentación de las formas defenderse de sus propios hermanos, el relato nos alertará sobre
y los usos de la violencia, a lo largo de este texto, los lectores el carácter "aprendido" que puede tener la violencia -carácter
confrontarán una serie de paradojas y de enigmas -historias central a la hora de entender su normalización-. Cuando un
encubiertas, difíciles, al inicio, de comprender-. Algunas de es chico nos muestra un nuevo celular y nos dice que fue su padre,
tas "ideas extrañas, opuestas a lo que se tiene generalmente por policía de la provincia, quien se lo regaló luego de habérselo
verdadero o a la opinión general"5 (por ejemplo, la descripción decomisado a un ladrón, la historia nos empujará a reflexionar
de un "mercado informal" protegido por el Estado) solo que sobre la presencia del Estado en la zona. Cuando veamos cómo
darán registradas como tales y remitiremos a trabajos existente madres de los adolescentes de la zona, agobiadas por la adicción
sobre el tema particular para que las personas interesadas pue o por los comportamientos violentos de sus hijos, llegan a re
dan inspeccionar más en profundidad el origen, la dinámica y currir a una policía de la que desconfían profundamente, como
las implicancias de la paradoja. Otras de esas historias "difíciles instrumento de disciplinamiento sobre sus seres más queridos,
de creer" o "difíciles de comprender" -paradojas y enigmas que la descripción detallada de lo sucedido nos develará una forma
de control, antes no vislumbrada, de la que participan, "volun
5 Tal es la definición de "paradoja", de acuerdo con María Moliner, tariamente': los más desprotegidos. Cuando reconstruimos la
Diccionario de uso del español, Madrid, Editorial Gredos, 2007. historia de una pelea doméstica y descubrimos que esta se generó
36 1 lA VIOLENCIA EN lOS MÁRGENES
1
ura, el olor y las molestias que
genera son una presencia constan
te. En varias oca sion es los . .
alumnos seüalan como respons "En esa esquma tiran mue 11a
. b·JsLJra
, ' · Pas'l
' ' el camión pero no
ables a los propios vecinos, pero,
al mismo tiempo, destacan que la todos los días. y la basura la rompen los perros." "Tiran basura
irregularidad en la recolección "
de basura es la causa de que ello ahí, hay olor a caca de perro. " N o me gusta
' . A h í vivo yo ' no me
s arrojen los desechos en la "
calle o en el arroyo cercano . gusta porque hay barro y tiran basura . . . no me gusta la basura.
El edificio de la escuela primaria en donde Fernanda trabajó de al menos un programa. Es importante remarcar que, si bien
durante los años 2010 y 2011 tampoco está en condiciones idea "asisten" para satisfacer las necesidades más básicas, ninguno
les. Como habíamos anotado en nuestro diario de campo: de estos programas, por cierto, impulsa a los beneficiarios por
sobre la (pobre) línea de pobreza. Junto a los planes de asisten
15 de mayo de 2010. Para ir al comedor, hay que pasar por el cia, las redes políticas informales y los comedores fundados por
patio de afuera porque el patio cubierto está cerrado. Está a la Iglesia católica o financiados por el Partido Justicialista tam
punto de caerse el cielorraso. bién nutren de recursos básicos (medicinas y alimentos) a los
más necesitados.
3 de agosto de 2010. Llego a la escuela a las 7:30 de la mañana A pesar de una década de crecimiento económico sostenido
Y el director me dice que parte del techo del área principal de a nivel nacional y de la asistencia estatal brindada, Arquitecto
la escuela se cayó. Esta parte está ahora cerrada. El otro sector Tucci continúa siendo un barrio con altos niveles de pobreza e
que fue cerrado meses atrás todavía no fue reparado. indigencia, un espacio relegado, habitado por masas de traba
jadores informales y desempleados intermitentes con bajísimos
Sin embargo, a pesar de estas imágenes, sería erróneo afirmar ingresos. Anotó Fernanda en su diario:
que Arquitecto Tucci se encuentra totalmente abandonado por
el Estado. La existencia de varios establecimientos educativos, 6 de mayo de 2010. Cuando entro al edificio de la escuela, la
un importante hospital público (que fue ampliado hace unos madre de Luis se acerca para hablarme. Luis ha dejado de
años), distintas salas de cuidados primarios y la recientemente asistir a la escuela durante el último mes. Ella me dice que han
inaugurada Unidad de Pronta Atención (UPA), que, si bien está estado viviendo en la calle, durmiendo en una especie de depó
ubicada algo por fuera de sus límites geográficos, sirve a la sito. Les permitían quedarse ahí hasta las 5 de la mañana.
población de Tucci, marcan la presencia del Estado en la zona. Luego, empezaban a buscar comida en la basura y a pedir
Junto a estas instituciones, varios planes de asistencia social (de comida en los restaurantes y en los bares. Ahora están alqui
distintos niveles de gobierno) encarnan la aparición del Estado lando una casa en un barrio cercano. Son todos de la provin
en Arquitecto Tucci proporcionando un muy necesitado (aun cia de Formosa [ ... ]. Empieza a llorar mientras me cuenta su
que limitado) alivio a sus habitantes. El más importante de historia. Me dice que estaba muy asustada mientras dormía
todos es la Asignación Universal por Hijo (AuH), un programa en las calles. Estaba preocupada por Luis, no quiere que pierda
de transferencia condicionada de dinero efectivo que el go más clases. La cara de Luis está llena de cicatrices.
bierno nacional puso en marcha en 2009. Los habitantes tam
bién son beneficiarios, aunque en mucha menor medida, de Junto a la albañilería, el reciclaje de basura y el servicio domés
otros dos programas sociales (Argentina Trabaja y Plan Vida) . tico, una importante fuente de ingresos en la zona es la feria
E n una serie d e 110 entrevistas con residentes d e l a zona detec informal más grande del país: "La Salada". Ubicada al nordeste
tamos que en 2011, 54% de los adultos habían sido beneficiarios del distrito y limitando con la ciudad de Buenos Aires, La Salada
48 1 lA V1O l EN C1A E N lOS
MARGENES
A l A V E R A D E l R I A C H U E l O : A R QU I T E C T O T U C C I 1 49
1
formas de violencia interpersonal. Si bien la violencia ha tenido
una presencia continua en la historia de la región, más de un
analista sostiene que el reciente aumento de la brutalidad en los
grandes centros urbanos podría poner en jaque a las nuevas de
mocracias del subcontinente. Si la violencia es considerada como
medida del fracaso o éxito de una democracia, argumentan Arias
y Goldstein (2010), entonces muchos de los países latinoameri
canos estarían convirtiéndose -a poco de haber culminado sus
transiciones- en sistemas profundamente antidemocráticos.
Si bien el carácter "novedoso" de la violencia ha sido objeto de
intensos debates entre los académicos, la mayoría acuerda en que
la región ha experimentado un notable cambio en las formas de
violencia prevalentes desde comienzos de los años noventa. Esta
nueva violencia "se encuentra disponible para una variedad de
actores sociales': no es ya el recurso exclusivo de las élites y las
1
fuerzas de seguridad e incluye violencia callejera y criminal co
tidiana, motines, revueltas, actividades paramilitares y parapo
liciales, arbitrariedad policial, etc. (Koonings, 2001). En su abar
cadora reseña de la investigación sobre la violencia en la región,
Imbusch, Misse y Carrión (2011: 95) sostienen que la violencia
política ha "decrecido de manera significativa en la mayoría de
11
54 1 lA V I O L E N C I A E N lOS M Á R GE N E S "ENTRE BAlAS E NACIDO" 1 55
los países del continente" y ha sido remplazada "por otras formas, nimiento estas mismas estadísticas oficiales verá que, en lo que
mayormente violencia social (violencia interpersonal, abuso hace a la violencia interpersonal que no culmina en el deceso
doméstico, abuso de menores, asalto sexual) pero también cri de la víctima, esta sí se ha incrementado notablemente. Decía
minal" (nuestro énfasis). Estas nuevas formas de violencia son mos más arriba que entre 1992 y 2008, los delitos contra las
entonces muy variadas y, a diferencia de las formas anteriores, personas se habían casi cuadruplicado (de 157 cada 10o.ooo
están localizadas sobre todo en áreas urbanas. Por otra parte, habitantes a 535 cada 10o.ooo habitantes). Los delitos contra
esta nueva violencia urbana afecta a las poblaciones más des las personas incluyen homicidios dolosos, homicidios dolosos
poseídas de manera muy desproporcionada, particularmente a en grado de tentativa, homicidios culposos en accidentes de
adolescentes y jóvenes tanto en su papel de víctimas como en tránsito, homicidios culposos por otros hechos, lesiones cul
su rol de perpetradores. Y la mayor parte de esta violencia se posas en accidentes de tránsito, lesiones culposas por otros
concentra en asentamientos informales -llámense estos favelas hechos y lesiones dolosas; estas últimas abarcan casi la mitad
poblaciones, colonias, cantegriles, comunas, o, en el caso d : del total de delitos contra las personas (la tasa de lesiones dolo
nuestro país, villas y asentamientos-. sas, para el año 2008, es de 262,93 cada 10o.ooo habitantes). Para
En el caso de la Argentina, y de la zona metropolitana de decirlo en lenguaje simple, tiros, cuchillazos o golpes de puño
B �e�os Aires en particular, el aumento de la violencia social y que no terminan en homicidio se incluyen en la categoría que
cnmmal es también evidente (Observatorio de la Deuda Social ha experimentado casi 400% de aumento (los delitos contra la
Argentina, 2011). Datos oficiales apuntan a una duplicación de propiedad se incrementaron de 743 cada 100.000 habitantes en
las tasas de criminalidad entre 1995 y 2008 (año anterior al co 1992 a 959 cada 100.000 en 2008). Si miramos aun con más
mienzo de nuestro trabajo de campo): de 1.146 a 2.010 hechos detenimiento la trayectoria de la tasa de lesiones dolosas, com
delictivos cada 10o.ooo habitantes, y de 157 a 536 crímenes con parando dos distritos (el municipio donde se ubica Arquitecto
tra las personas cada 10o.ooo habitantes (DNPC, 2008). Si bien Tucci y Vicente López, un municipio con un promedio de ingreso
no hay cifras confiables, el abuso sexual y doméstico también per cápita significativamente más alto), veremos una interesante
parece haber aumentado de manera significativa (La Nación, 24 diferencia que apunta a la distribución desigual de la violencia.
febrero de 2008). En nuestro municipio entre 2003 y 2008, las lesiones dolosas
La evolución de la tasa de homicidios es una manera usual aumentaron 65o/o; en Vicente López, decrecieron 33%.
de medir el aumento de la violencia, o su reverso, la pacifica Otros datos parecen confirmar un incremento en la violencia
ción. De acuerdo con estadísticas oficiales, en la provincia de interpersonal en el área metropolitana de Buenos Aires. En un
Buenos Aires esta tasa no registró un aumento en la última relevamiento periodístico realizado en febrero de 2012 por el
década sino, por el contrario, un descenso (de 10,9 cada 1oo.ooo diario Crítica en hospitales de la ciudad de Buenos Aires y
habitantes en 1992, a 6,9 cada 10o.ooo habitantes en el 2oo8), el conurbano bonaerense, se afirma que entre 2006 y 2012 hubo
con lo que se mantiene bastante por debajo de los promedios un 10oo/o de aumento en las víctimas de la violencia social aten
de los países de la región. Sin embargo, si uno mira con dete- didas por emergencias. "Hasta hace algunos años, atendíamos
56 1 lA V I O L E N C I A E N lO
S MÁRGENES
"ENTRE BAlAS E NACIDO" 1 57
un herido de bala po r me
s, hoy tenemos do s casos
po r día':
afirma un médico en la no
ta periodística. Y otro, refi
riéndose a
estos números, y estimando u n crecimiento d mográfico sim � �
declaraciones del minis .
tro del Interior que habla lar al del distrito, la tasa de homicidio en Arqmtecto TucCl sena
ba n de una
disminución de la violen
cia social, sostiene: "No vo
y a discutir
de 28,4 cada 10o.ooo habitantes: cuatro veces mayor a la d la �
con el ministro, pero si
sus estadísticas dicen qu
e ha y menos
provincia de Buenos Aires.l Entrevistas con personal medl , O �
inseguridad, yo lo invito a
pasar un fin de semana en
la trinchera
� �
que trabaja en hospitales y centros de sa ud e la zona hace mas
para que vea la cantidad de una década (y nuestra propia expenencia en un lugar que
de baleados y acuchillados
demos" ( Crítica, 1 de feb que aten
rero de 2012). conocemos desde hace casi veinticinco años) nos confirman
Otras cifras ratifican el aum que la violencia -tanto criminal como interpersonal- ha au-
ento de la violencia en el
municipal donde se ubica distrito
Arquitecto Tucci. Entre jun mentado de manera considerable.
io de 2006 , .
y junio de 2012, al hospi
tal estatal del distrito ing
res aron 669
En una entrevista llevada a cabo en agosto de 20 2, un ediCo � �
casos de traumatism os qu
e requirieron intervencion
es quirúr
�
con quince años de experiencia en Arquitec o Tuc l nos dice qu , � �
gicas. Quinientos de estos a diferencia de cuando él comenzó a trabaJar alli, ahora es mas
fueron traumatismos abi
ert os (esto
es, de arma blanca, 271 cas
os, y de arma de fuego, 229
casos) . En
común "atender heridos de arma blanca o de fuego . . . al men s �
200 6, se registraron 35 de uno por dl'a" Las cifras que nos proporcionaron en la guardia
estos casos; en 2011, 110 cas ·
os.
Adyacente el Camino Pre
sidente Juan Perón (trad
icional
del único hospital público de la zona se acercan a esta desc pcwn
.
��
· · '
mente conocido como Ca general. En el año 2010 la guardia de emergencias atendw a 109
mino Negro ), Arquitecto
Tu cci siem
pre fue una "zona caliente"
en términos de violencia
y crimina
heridos de arma blanca y 191 heridos de armas de fuego ( a
.
�
lidad. Hace ya quince añ enorme mayona , de ellos hombres' solo 11 y 7 muJeres respectl-
os un periodista del lugar,
citaba fuentes policiales po r ejemplo,
que hablaban de la gran
asesinatos en el barrio can tidad de
(Torresi, 199 8). En otros
violencia interpersonal no tér mi nos, la 1 Desde osiciones cercanas al oficialismo, se intenta cuestionar la
es algo totalmente nuevo
aunque sí, de acuerdo con en la zona, iz
general ada percepción de (in)seguridad urbana utilizando compara !Ones
.
�
diversas fuentes, lo es su
fre cuencia. � �
entre las tasas de homicidio en la Argentina las tasas (u ualm:nte m :�
Según datos de la De fen
soría General del munic
ipi o, en Ar
�
altas) de otros países latinoamericanos, enfatizando al mis o tlempo
_ de
quitecto Tucci los homicid carácter social y políticamente construido que tienen las vivencias
ios crecieron 780% en me .
tro años: de 17 homicidios no s de cua msegun "dad Si bien acordamos en que el miedo al crimen es un artefacto
·
1
arr iba, todos los médicos
tados enfatizaron qu e los día entrevis almacenamiento, fraccionamiento, preparación y comercio de
s en qu e una de las ferias de
abre sus p uertas, las gua rdi La Salada drogas ilegales. Durante nuestro trabajo de campo, varios ope
as reciben mayor can tid ad
�
de arm : b anc a o de arm a de her ido s rativos policiales decomisaron decenas de kilos de cocaína Y
de fuego. Uno de los jefes
,
no s deC Ja: La fen_ a es un eje de gua rdi a miles de dosis de paco a varios de estos grupos, el más famoso
con flic tivo, los días de feria
tan las agresiones. Im agí nat aum en de los cuales, " Los Matatigres", funcionaba hacía m ás de dos
e m iles de per son as qu e vie
plata, con su mercadería. Ah nen con décadas en zonas vecinas a Arquitecto Tucci. Pero, repetimos,
í los roban, mu cho s robos con
�1� bas e a inform aci ón per iod
ísti ca pu dim os ma pea r la
arma': es la violencia interpersonal la que le da a Arquitecto Tucci buena
caC Jon con creta de vei nti cin ub i parte de su ( mala) reputación.
co ho mi cid ios ocu rrid os ent
Y 201 2. Co nfi rm and o las re 2009 En el transcurso de 2010, los medios locales registraron siete
apr eci aci one s de los mé dic
.
estos ocu rn�ron en las ady os och o de asesinatos. Entre estos episodios, hay crímenes cometidos en
ace nci as de la fer ia, la ma yor'
cua les estuvieron rel aci on ía de los ocasión de robos a comerciantes o clientes de La Salada y otros
ado s con intent os de rob o
tante des tac ar un dato qu . E s ·
Imp or- que tienen la apariencia de ser "retribuciones", lo que en el len
e adq uir irél ma yor releva nci
t��rno s en el universo de los a al ade n- guaje local se conoce como "ajuste de cuentas". En �sta última
est ud ian tes de Fer nan da:
tiCm�� asesinatos qu e pu dim los vei n categoría entra el asesinato de Osear Garín, subofiCial del ser
os ma pea r ocu rrie ron a me
un kil ome tro Y me dio a la no s de vicio penitenciario, que trabajaba como guardia privado en uno
red on da de un a de las esc uel
ella tra baj a ( do nd e rea liza as do nd e de los galpo nes de la feria de La Salada y apareció m uerto a
mo s el tal ler de fot ogr afía
ello s a me nos de cin co cua ), sei s de principios de agosto de 2010 con u n tiro en la cabeza. La semana
dra s.
anterior a su deceso, había sido despedido de la feria, pero apa
rentemente se habría quedado con una cantidad importante de
2 Estas cifras representan
pacientes que entraron
excluyen a los que llegaron heridos al hospital y dinero (un "vuelto" de 20.000 pesos, según versiones) que había
a la guardia ya mu ertos.
cobrado luego de "arbitrar" una disputa territorial en un sector
'.,
�
��
60 1 lA VIOlENCIA
EN lOS MÁR
G E N ES
"ENTRE BAlAS E NACIDO" 1 61
adyacente a la feria. Co
mo describe e1 peno
. dist
. a Sebastián Ha-
cher, autor de una i1um . . la agresión física. Otros de estos conflictos se resuelven directa
madora ero, mea sobre la
de la feria: dinámica interna mente a punta de cuchillo o de pistola como bien describen en
sus crónicas Hacher (2011) y Girón (2011) .
La disputa estalló hac
e un mes frente a1 galp En 2011, un joven de 23 años fue linchado por un grupo de
rativa 27 de Mayo' don , de la Coope-
on vecinos cuando pretendía robar una casa y murió a causa de las
de traba;a . ba Gann., Uno de los días de
feria, un grupo de hom
bres fiorm' dos llegó te pedradas y los puñetazos ( Crónica, 13 de abril de 2011 ) . Ese
mprano e m · tent
ocupar parte de la calle ó mismo mes, otro joven de 21 años apareció asesinado a cuatro
donde hace años trab
rativa. Cuando los dem , a;a una
·
coo pe- cuadras del Camino Negro con dos tiros en el cuello y en la
as puesteros los mer . eparon, 1os nuevos
ocupantes in tentaron .
;usti'fiIcarse·. "Nosot espalda (Argendiario, 24 de abril de 2011), y un hombre de 33
metro y medio de calle· ros compramos un años, que había sido apuñalado por dos agresores que lo asal
dijeron. Ramón era u �
le d.im s 20 mil_ pes
d
no e los so renombres
os a Ram ón", taron cuando circulaba a bordo de su camioneta, murió mien
1
rio Osear Garín ' al que del peniten cia tras era asistido en el hospital local (La Prensa, 26 de abril 2o11).
. algunos también llam
La semana pasada se aba n "El Negro ,. Meses más tarde, un policía federal fue asesinado por dos per
organizó en la fiena . una especie. de
entre Garín y los que careo sonas que le robaron su auto. El sargento recibió un balazo letal
deCia, n ser compradores
guardiacárcel negó habe del lugar. El en el pecho (La Verdad, 19 de octubre de 2011).
r par t'i�Ipa. do en la maniobra.
lo volvieron a amena _ Ese día La crónica roja del año 2012 comenzó con la muerte de un
zar Le dIJer
·
on·. "Víos nos estafas
boleta"· Pero "El Negro te, sos niño de 2 años, que falleció tras recibir un balazo en la espalda,
1
i
despedido de su traba;o
" no l e d'I o I· mpo rtan
. como VIgil
cia.
. _ ador. Una semana
Ese día fue
después
disparado por un hombre que trataba de impedir que tres la
lo mataron ( Tiempo
Argentm drones asaltaran a su esposa y cuñado (Crónica, 21 de enero de
. o, 4 de agosto de
2010 ). 2012) . En mayo, un joven de 22 años murió luego de ser atacado
Esta muerte (y otras
que tan to las n otic . a balazos por cuatro personas en las cercanías de la feria La
vecinos definen como . ias locales com o los
"a;us
. tes de cuen tas " ) I-1 Salada (Diario Popular, 28 de mayo de 2012); en julio, un feriante
violencia como "represa! · ustra el uso de la fue asesinado de un tiro en la espalda luego de un intento de
Ia". Como veremos ,
parte de la literatura mas adelante, buena robo (La Nación, 5 de julio de 2012; Télam, 6 de julio de 2012) y
pone e1 enla, e Sis
. en este eara, cter d
lencía calle;'era·. o;'o . e la vio- una persona murió en un tiroteo con la policía luego de asaltar
p or o;o, d'Iente p o� dlent
.
también arroja luz sobr e. P ero la historia un colectivo de la línea 32 (Info Región, 3 de julio de 2012) . Par
e e1 uso de 1a vwlen n ,· a par a conquis tar
1
territorio. Como le rela . ticularmente violento fue el mes de octubre. Un joven de 18 años
taba una m e ente de
La
.
Citado más arri ba·. "s1· [ S a1 a da a1 cromsta fue herido de un balazo y falleció cuando era asistido en el hos
aca'] de;. as un cen t'Im
se te mete alguien a etro lI'bre, enseguida
ocupar el espacw" pital local (La Nueva Provincia, 1 de octubre de 2012), otro hom
. . Algunas de estas
tas se arreglan con pa . u-
disp bre fue asesinado con dos balazos al resistirse a un presunto
gos entre quien . es preten den e1
1a zona; y cuando algu.Ien se apr control de intento de robo en su casa (Diario Popular, 2 de octubre de 2012),
opia. Ind
. ebidamente de este,
con el dueño de un taller de costura del barrio fue baleado en el
62 1 lA VIOlENCIA E N lOS
M A R G E N ES
"ENTRE BAlAS E NACIDO" 1 63
30 de marzo de 201 0.
Marita (9 año s) me pregu
conozco nta si yo
al padre de Naria. Le respon
do que no. "Él está en el
cielo, le dispararon en la cab
eza."
. � O¡
�
"" ' \ •j !
il
7
70 1 lA VIOlENCIA E N LOS
MÁRGENES
"ENTRE BAlAS E NACI DO" 1 71
REPRESALIAS Y ENCADENAMIENTOS
un gesto que, de ser aceptado, demanda ser correspondido: "Tu tres días de pastillas y alcohol, saltaba [ . . . ] sobre el asfalto
asaltas a mi amigo, yo intento asaltarte': "Tu me pegas, yo te caliente de la calle General Pinto, semidesnudo, vestido solo
pego"; ojo por ojo, diente por diente. Buena parte de esta vio con el short de un equipo de fútbol; se golpeaba el pecho con
lencia interpersonal, argumentan estos estudios, se mantiene la mano izquierda y hacía girar sobre el dedo anular el arma
confinada dentro de relaciones diádicas. con la derecha. Frente a él, a lo ancho del asfalto, multiplicán
Relatos etnográficos y crónicas periodísticas sobre la violen dose, lo insultaba la turba dispuesta a sacrificarlo. Los hom
cia en territorios de relegación urbana tanto de los Estados Uni bres de cada pasillo, los jóvenes y los veteranos, rescataron las
dos -ghettos e inner cities- como de América Latina -favelas, armas de los roperos y del fondo de los cajones con ganas de
comunas, villas- dan cuenta de que la represalia directa (esto liquidarlo [ . . . ] . A unos diez metros, sobre la calle General
es, "la retribución a una disputa anterior por el afectado o por Pinto, gritaba, escupía, insultaba.
un miembro del grupo del afectado contra la persona o el grupo -¡Putos! ¡Putos! ¡ Ortibas!
responsable de la afrenta original" [Papachristos, 2009: 81] ) ali Brian había querido matar a un pibe del barrio, el Rana.
menta buena parte de la violencia allí existente. Junto con la re -¡Vos le pegaste a mi amigo ! -le dijo. .
s.
presalia, muchos de estos estudios demuestran que la "búsqueda El Rana había tenido un entredicho con uno de los Saplto
Los
de respeto" guía a un conjunto de acciones violentas. Brian le vació el cargador encima con pésima puntería.
cada uno con lo suyo.
Las iluminadoras crónicas de Cristian Alarcón contienen más vecinos no tardaron en salir, armados
a una
de un ejemplo de esta manera de entender la violencia. Uno de Brian retrocedió apenas vio que se le venían encim
los episodios que se desarrolla frente al cronista, y que es vívi decena de hombres armados.
damente reconstruido en Cuando me muera quiero que me to
quen cumbia, encapsula la represalia como motor y función de En Arquitecto Tucci y en los barrios aledaños a la feria de La
la violencia. Durante los últimos seis meses, Brian -uno de los Salada, buena parte de la violencia se asemeja a la descrita por
personajes del libro- había robado a más de un vecino en el Alarcón (y por varios otros autores en otras partes de América):
barrio y había amenazado con matar a otro joven, Rana, luego es el resultado del resarcimiento y permanece encapsulada en
de que este golpeara a uno de los amigos más cercanos de Brian relaciones entre dos individuos o grupos: ojo por ojo. Sin em
(de la banda "Los Sapitos"). Una tarde de verano, la paciencia bargo, al prestar atención a otras formas de agresión física que
de los vecinos se agotó y decidieron tomar la justicia en sus tienen lugar tanto dentro de los hogares como en las calles del
manos. De acuerdo con la descripción de Alarcón (2003: 129-132), barrio, comenzamos a ver que la violencia transciende el inter
re�ólver en mano y bajo los efectos del alcohol y las pastillas, cambio interpersonal y toma una forma más expansiva, menos
Bnan desafía así a quienes están a punto de matarlo: demarcada. Junto a la reciprocidad específica, esto es restringida
a una secuencia limitada -una disputa demarcada por el do mi
Brian [ . . ] el pelo corto y rubio, el torso de una criatura de
. nio (Gould, 2003)-, la violencia parece seguir el curso de la re
doce, la cara palpitando como endemoniada por el efecto de ciprocidad difusa, en cuyo caso la "definición de la equivalencia
74 1 lA VIOlENCIA E N lOS MARGENES " E N T R E B A lAS E N A C I D O " 1 75
es menos precisa [ . . . ] y la secuencia de eventos menos definida" La violencia física puede ser utilizada para autodefensa ("Si
(Keohane, 1986: 4) . Una visión más abarcadora tiene que abor trata de violarme lo mato con mis propias manos", "La última
dar la violencia interpersonal que sacude a los espacios donde vez que papá la atacó a mamá, le tiró un botellazo en la cabeza
viven los más pobres en el conurbano como una serie de even y lo echó de la casa") o para defensa de la propiedad ("Mi papá
tos interconectados, no solo como un intercambio recíproco: tiene un arma, la usa cada vez que se nos quieren meter en el
una díada, pero también una cadena. terreno", "Mi papá se cansó del fisura que nos afan la g�rrafa �
La represalia es uno, pero no el único, propósito de la violen tres veces, a la cuarta le dio un escopetazo en la pierna ) . La
cia. Cierto es que muchos actos violentos tienen por finalidad violencia es también desplegada con el fin de obtener recursos
vengar una ofensa (física o verbal) , ya sea individual (una piña económicos para financiar un hábito, ya sea el consumo de dro
en respuesta a un insulto) o colectiva (un linchamiento en res gas 0 de alcohol (como en los reiterados robos en los que jóve
puesta a un intento de violación) . Pero durante estos tres años nes del barrio están involucrados: "Se nos acabó la cerveza y
vimos en el barrio a personas que intentaban hacer muchas otras asaltamos a esta.pareja para seguir tomando"); para adquirir o
cosas con la violencia (además de llevar a cabo una represalia) . mantener dominio sobre la pareja (como en las reiteradas peleas
Como veremos e n los relatos etnográficos que ocupan el domésticas: "Estaba como loco porque ella no volvió a casa a
próximo capítulo, la violencia, realizada o amenazada, es utili tiempo" ) ; o para ser reconocido por algún otro significativo
zada para avanzar sobre un territorio -o protegerlo- dedicado (como en las amenazas o peleas entre amigos o en las disputas
al comercio semilegal (como en la feria de La Salada, en donde, físicas entre padres e hijos: "Tenés que pegarle si querés que te
por ejemplo, los límites físicos de puestos de venta y estaciona respete; con un palo, con un caño, con los puños, pero tenés que
mientos son defendidos a punta de cuchillo o revólver) o para pegarle para que sepa quién sos").
llevar a cabo transacciones ilegales (como en los tiroteos, a veces .
Estas son, demás está decirlo, distinciones analíticas que, como
semanales, otras veces mensuales, entre transas locales). La agre veremos más adelante, se desvanecen en la vida cotidiana de un
sión física es también utilizada por madres y padres para disci barrio permeado por la violencia. Estos usos, además, no son
plinar a sus hijos e hijas; por ejemplo, para mantenerlos lejos mutuamente excluyentes. Al adentrarnos en el matenal . etno
de las "malas compañías" o, si ya "cayeron': para intentar con gráfico veremos que hay diversas interconexiones. u� transa
trolar la adicción a las drogas o al alcohol ("La próxima vez que .
busca controlar su territorio para conduCir su negocio; en el
lo vea con un porro, le rompo los dedos': "Volvió tan drogado, proceso utiliza la fuerza física contra los jóvenes del barrio para
que le tuve que pegar en la cara, hasta que me salió sangre de obtener su silencio o su protección. Este transa puede, a su vez,
los dedos': "La encadené a la cama para que no salga y se ponga utilizar su reputación como un "poronga pesado" para castigar
a fumar") . Como veremos más adelante, cuando los padres o física y públicamente a una adolescente que considera una "mala
las madres perciben que ciertas formas de castigo ya no funcio influencia" sobre su hija. El despliegue abierto y brutal de fuerza
nan, pueden también recurrir a la policía para que arresten a contra sus vecinos cercanos le servirá, al mismo tiempo, para
sus hijos y los saquen del hogar. obtener su respeto, y así perpetuar su reputación de "poronga
76 1 lA VIOlENCIA E N lOS
MÁRGENES
"ENTRE BAlAS E NACIDO" 1 77
tipos de agresión física, nos focalizaremos en otra serie de even golpeó, le tiró el asado en la cara y cuando se fue a levantar
tos que dan cuenta empírica de estas conexiones -vínculos que estaba muerto". La historia de Paula actuó como disparador
comenzamos a entender mejor al desplazarnos fuera de la es del siguiente diálogo:
cuela y al conversar con jóvenes y adultos del barrio-. Tamara: A mi tío, seña, ayer en la feria se agarraron a los tiros
En las aulas por las que Fernanda ha transitado durante estos y casi le dan. Tuvo que salir corriendo . . .
dos años y medio, las conversaciones sobre la violencia en el Ramina: Y mi padrastro . . . venía borracho de tomar con los
barrio son habituales. Las balaceras, las cicatrices que estas de pibes y le quisieron afanar las zapatillas, y él les dijo: "a vos te
jan, las armas, los robos, las peleas (y, como veremos en un conozco'� y entonces le pegaron un tiro en la pierna . . .
apartado, la cárcel) son temas permanentes de conversación Tamara: Y el otro día . . . mi hermanito y yo estábamos en la
entre sus alumnos, y, sea como reportes de un hecho acaecido puerta y había dos pibes en una moto que los seguía la poli
el día anterior o como informe sobre la situación penal de un cía y pararon cerca de mi casa y la policía los rodeaba a todos
pariente, se "inmiscuyen" en el dictado de clases con una fami y tiraron dos tiros para arriba y a mi hermanito casi le da un
liaridad que solo el atento registro etnográfico puede detectar. ataque, salimos corriendo.
Como dijimos anteriormente, la violencia interpersonal -y
la acción punitiva estatal- no constituyen "temas" que la maes Lunes, 11 de abril de 2011. Fernanda entra al aula unos segun
tra tenga que "traer a colación" para ser discutidos y analizados dos más tarde que sus alumnos. Ve que una pequeña viga de
sino que son "hechos" que están profundamente imbricados en metal sobresale de la ventana que da al patio. Se sube a la silla
la vida cotidiana de sus alumnos. La mención de un problema y, al ver que está prácticamente suelta (una parte del marco
con el mobiliario en el aula o de un hecho histórico se puede interior de la ventana que está oxidado y a punto de caerse),
transformar en una conversación sobre la violencia que, la tarde la arranca y la pone sobre el armario. Roberto, uno de sus
o la noche anterior, visitó un hogar o mató o hirió a alguien en alumnos, le pregunta: "¿Qué es eso, seña?".
una calle. A continuación presentamos cuatro instancias distin Fernanda: Un fierro, no sé qué hace acá. Es peligroso, lo voy
tas en las que se ilustra cómo las distintas formas de violencia a guardar.
constituyen lo opuesto a algo extra-ordinario para los niños y Escucha un murmullo y risas entre ellos, hasta que Lautaro,
adolescentes del barrio. desde un extremo del aula, le grita a Roberto.
Lautaro: ¡ Che, Roberto, es como el fierro de tu amigo!
Martes, 6 de septiembre de 2011. "Seña, ayer mi mamá cum Roberto le explica a Fernanda que un amigo de él tiene un
plió 50 años'� cuenta Ramina, visiblemente contenta, en voz "fierro, pero de los otros . . . "
.
suficientemente alta como para que todos en el aula la escu Fernanda: ¿Un amigo tuyo tiene un arma? ¿Cuántos años
chen. " ¡Mi tío cumplió la semana pasada!", dice Paula y luego, tiene?
sin cambiar de tono y expresión, agrega: "Pero al otro día se Roberto: Tiene 10 años. Roba en la feria, con el hermano que
murió. Estaba borracho y se peleaba con la mujer. Ella lo es más grande . . .
84 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES CADENAS DE VIOLENCIA 1 85
Fernanda: ¿Cómo va a robar un nene de 10 años? nanda otra de sus lecciones, esta vez sobre el legado de "El
Chelita: Claro . . . vive en el Bajo. Ahí son todos chorros. El libertador de América", cuando Ariela, su alumna, la inte
roba ropa ahí en la feria, y la reparte entre los amigos que son rrumpió: "Seño, seño, usted conoce a Luisito, ¿no?". Fernanda
chorros como él, y la venden. recordaba a Luis con mucho cariño: era uno de esos niños
curiosos, un poco travieso. "Sí, claro, fue alumno mío hace
Jueves, 5 de mayo de 2011. "En Mayo de 1810:' lee Fernanda dos años': "Le dicen fierrito, ahora'� dice Ariela, "porque siem
en voz alta del libro de ciencias sociales, "el Rey de España es pre anda con un fierro en la cintura y le dice a la gente: 'Mirá
depuesto por Napoleón Bonaparte. Preso en Francia . . . ". que yo tengo . . . "'. El mundo de "fierrito" no le resulta ajeno a
"Seño, seño . . . ", Carlos interrumpe a su maestra, "mi tío tam Ariela: su padre acaba de salir de la cárcel luego de cumplir
bién está preso . . . no sé por qué, creo que fue por robar". una condena por robo. Su hermano está prófugo, acusado de
Matías, del otro lado del aula, dice: ''A la vuelta de mi casa, asesinar a puñaladas a un amigo.
vive uno que robó, y tiene auto nuevo, pero no está preso . . . ".
La lección sobre la "Revolución de Mayo" rápidamente se Quienes escuchan una historia sobre un familiar preso (o, efec
transforma en un recitado colectivo sobre los últimos eventos tivamente, tienen algún familiar en la prisión) son los mismos
de violencia en el barrio: que hablan de las "cascaritas" que dejan las balas, los que tocan
Johny: ¿Vieron que mataron a Savalita? Le dieron siete tiros, las marcas que deja una bala alojada en una pierna de otro, los
¡unos transas le quisieron robar la moto! que escuchan una historia sobre (o son testigos directos de) la
Tatiana: ¡No fue así! El que quiso robar la moto fue él. Se la muerte de un adolescente en el día de su cumpleaños, o los que
quiso robar a los transas. Fue así, ¡ ¡yo lo conocía!! narran que el día anterior un familiar (o con menos frecuencia
Johny: No, no . . . la moto era de él. un desconocido) quiso violar a una adolescente vecina. Para
Mario: Al lado de mi casa hay un transa, la policía viene y no ellos, los tiroteos, los heridos y las muertes (y también la cárcel)
hace nada. tienen un carácter ordinario, consuetudinario ("mi papá tiene
Tatiana (riéndose) : ¡ ¡ Los polis son redrogones!! un arma porque a veces nos quieren agarrar el terreno que ocu
Mario: Y enfrente de lo de mi hermana, un chorro se escapó pamos en el asentamiento y los cagamos a tiros . . . acá se hace
de la policía por los techos, no lo pudieron agarrar . . . siempre así, a los tiros"; "todas las noches se escuchan tiros,
Melissa: A mi papá sí lo agarraron. Está preso, hace un año . . . venden drogas. Los transas se cagan a tiros"). La vida de estos
niños y niñas -desde las relaciones que establecen con eventos
Jueves, 1 de septiembre de 2011. "Los valores que defendía el lejanos en tiempo y espacio como la Revolución de Mayo y la
padre de la patria, José de San Martín, son valores aún muy vida de José de San Martín, hasta las formas que toman las
importantes hoy, respeto, justicia . . . y ustedes pueden usar en amenazas entre ellos ("te voy a pegar un tiro en la cabeza")- está
su vida cotidiana: no cargarse entre compañeros, respetarse, permeada por la violencia tanto interpersonal como estatal. En
no insultar a sus mamás, respetarlas . . . " Así comenzaba Fer- este sentido, podríamos decir que ambas constituyen una mo-
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CADENAS DE VIOLENCIA 1 87
neda corriente en la vida diaria de los niños y adolescentes (y, décimo sexto cumpleaños, y ei de un policía, ocurrido el mes
como veremos más adelante, de los adultos) del barrio. anterior-. Como tantos otros que cometen lo que los criminó
Entre los psiquiatras y psicólogos comunitarios, mucho se ha logos llaman "crímenes de oportunidad", Carlitas estaba inten
debatido y argumentado (con variada evidencia empírica) sobre tando robar en los alrededores de La Salada (como ya hemos
la "desensibilización" frente a la violencia en comunidades en dicho, la frecuencia de robos y asaltos aumenta los días de feria)
donde esta registra una alta incidencia. En base a nuestro regis a una de las camionetas que salía repleta de mercadería de allí,
tro etnográfico creemos que si por habituación o desensibiliza cuando el conductor le disparó por la espalda. El policía, en
ción nos referimos a niños y niñas que prestan menos atención cambio, murió por haberse resistido cuando un grupo de jóve
a los episodios de violencia, decenas de notas de campo en las nes trataron de robar su auto (ambos episodios sucedieron en
que los alumnos y alumnas hablan casi compulsivamente del la misma cuadra de la misma calle) . El policía fue asesinado
último tiroteo o asesinato probarían que no están habituados. frente a su familia (estaban "todos los sesos desparramados por
Sin embargo, si por habituación hacemos referencia simple el piso"). Mariana y Mariela coinciden en que "si ya ves que te
mente a familiarización -como cuando los chicos dicen, en más van a robar, es mejor no resistirte, porque si empezás ellos ya
de una ocasión respecto de una pelea o un tiroteo, "estamos saben que o sos vos o son ellos".
acostumbrados"-, entonces creemos que hay que tomar en se En la conversación entre ellas se describieron diferentes as
rio las voces de estos chicos y chicas. Es dable especular sobre pectos de los dos episodios. Ambas creen que los dos sucesos
cierto grado de "normalización" de la violencia en el barrio. Así, fueron motorizados por lo que entienden como un consumo
tanto la carencia de infraestructura básica, como la violencia desenfrenado de drogas entre los jóvenes del barrio: "los pibes
interpersonal y estatal estarían en lo que, parafraseando a Michel se ponen locos y hacen cualquiera". Para Mariela, "no se puede
Foucault, podríamos llamar el "orden de las cosas" barriales. hacer nada contra las drogas". "Y como madres, ¿qué hacen para
que sus hijos no se salgan de control?" Luego de un momento
de silencio, Mariela comparte con nosotros una ·historia que, a
Cárcel y vida cotidiana pesar de la particularidad de sus detalles, parece ser común a
Mariela tiene 46 años y es una de las trabajadoras de un come
muchas familias en el barrio. "Uno de los míos se descontroló
dor local que sirve a adultos y niños en el barrio. En nuestra
y ahora está en la cárcel [con una sentencia de seis años por
conversación de tres horas, nos reiteró varias veces que "acá vos
robo] :' Mariela lo visita en la prisión -ubicada en General Alvear,
tenés que tener cuidado':' Ella y Mariana, otra trabajadora del
a cinco horas de viaje en colectivo desde su casa- solamente
comedor, conversan sobre dos de los últimos asesinatos en el
· cuando tiene mercadería [comida, cigarrillos, ropa, etc.] para
barrio -el asesinato de Carlitas, que coincidió con el día de su llevarle. "No vale la pena ir si no tengo para llevarle algo que le
sirva... pero lo visito bastante seguido ... la mayoría de las veces
1 Esta sección está basada en material recogido por Agustín Burbano de Lara voy sola. El otro día, mi otro hijo me preguntó '¿Cuándo va a
durante seis meses de trabajo de campo en la zona. venir 'Pirulo? Ya no me acuerdo ni de su cara'. Él está bien ahí'�
CADENAS D E V IOLENCIA 1 89
88 1 lA V I O L E N C I A E N lOS M A R G E N E S
En varias otras ocasiones, los alumnos nos contaron que habían 17 de mayo de 2012. "A ver, chicos, vamos a trabajar so re las�
dormido poco y mal porque había habido un tiroteo durante leyendas que leímos ayer.Vamos a conversar sobre los mledos.
la noche, o porque "soñé que entraban a robar en casa . . . en el l·A qué le tenemos miedo?" La consigna disparó una larga
barrio roban siempre': Otros describieron cómo, frente a la ame- 1 .
hora de conversación colectiva. Mario paso a plzarron y
' '
CADENAS DE VIOLENCIA 1 95
94 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES
¡ ,..., ....
96 1 lA VIOlENCIA E N lOS M
ÁRGENES
CADENAS DE VIOlENCIA 1 97
aparece pronto voy a matar a tu hijo'." Ramiro ( 21 ) , otro de los en comportamientos violentos. Los pequeños robos de Pedro,
hijos de Norma, lo conoce y sabe que el vecino habla en serio. compelidos por la ansiedad de su deseo por las drogas, ilustran
Ni Norma ni sus hijos pudieron dormir tranquilos esa noche. 110 obstante otro nivel de relación individual entre las drogas Y
Algunos días antes, esa misma semana, Norma había tenido la violencia -al que Goldstein (1985) denomina compulsión eco
que viajar con sus dos hijos pequeños sobre sus faldas una hora nómica-.
y media hasta una comisaría de la ciudad de Buenos Aires Hasta la proliferación del consumo del crack en los Estados
adonde Pedro había sido detenido por posesión de drogas. Úl Unidos, la mayoría de las investigaciones atribuyeron la violen
timamente, Pedro ha empezado a comprar dosis de paco o pas cia disparada por las drogas a los "efectos físicos y psicológicos
tillas para otros jóvenes adictos del barrio que no las pueden de la ingestión de drogas o a los intentos de los adictos por
adquirir porque tienen deudas con los transas. A cambio de la conseguir los recursos económicos necesarios para mantener el
compra, los "pibes" le dan a Pedro una parte de lo comprado hábito" ( Ouseyy Lee, 2002: 74-75). Desde mediados de la década
en forma de pago por su servicio de correo. Pocas semanas de 1980, otras investigaciones descubrieron una tercera forma
después de haber estado en la comisaría, unos jóvenes entraron :
en la que las drogas y la violencia se vincula� : a violen� ia sis�é
intempestivamente en la casa de Norma buscando a Pedro. Le mica. Se trata de la violencia que puede surgir , de las exigenCias
habían dado dinero y hasta la tarde no había regresado con la de trabajar o hacer negocios en un mercado ilícito, en un con
droga ni con el dinero. "Lo buscaban por todos lados, estaban texto en el que las ganancias económicas pueden ser enormes
todos enfierrados [armados ] ': nos cuenta Norma. "Me amena pero donde los actores económicos no tienen recurso al sistema
zaron con que lo matarían porque se quedó con el dinero de legal para dirimir las disputas" (Goldstein, 1985: n6) . En esta
ellos. Yo les pedí que no lo lastimaran. Les dije que les pagaría y tercera forma, que da cuenta de la mayor frecuencia en la que
les pedí que no lo lastimaran porque él no sabe lo que hace. 'Por la violencia se vincula con las drogas, las interacciones violentas
favor no lo lastimen: les rogué." Como Norma tenía dinero en son "el resultado de los intentos de un sistema informal de con
casa, y como a los "amigos" de Pedro no les venden droga por trol llevado a cabo por los participantes del mercado de drogas
las deudas que tienen, Norma tuvo que recorrer las calles del quienes no pueden acudir a los agentes del sistema formal de
barrio, con las pistolas de los jóvenes adictos apuntándole, en control (la policía) para manejar sus problemas" ( Ousey Y Lee,
busca de las casas de los transas donde podría conseguirla. 2002: 75). Las disputas entre líderes rivales y los castigos por
El constante -y, como pudimos comprobar, crecientemente robar 0 no poder pagar las drogas -o por vender productos
peligroso- conflicto entre los hijos de Norma puede, en parte, adulterados- son los ejemplos más comúnmente citados. La
ser comprendido como consecuencia del efecto psicofarmaco familia de Norma ha tenido experiencias de primera mano con
lógico del consumo de alcohol y de drogas. Como han demos este tipo de violencia. También muchos de los estudiantes e �
trado varias investigaciones, la ingestión de alcohol y de drogas Fernanda hacen referencia a esta violencia cuando reportan ti
puede irritar, excitar, enfurecer y envalentonar a las personas; roteos por la noche: "En el barrio, cada noche, los transas se
estos estados emocionales pueden, eventualmente, traducirse cagan a tiros".
102 1 lA V I O l E N C I A E N lOS M Á R G E N E S
CADENAS D E V I O lENCIA 1 103
hasta ver que sangrara': mucho miedo ¡Te dabas las vueltas por el negocio o por la persona
104 1 LA VIOLENCIA EN LOS
MÁRGENES
CADENAS DE VIOLENCIA 1 105
ladrones fueron acribillados der y ayudarme a llegar a fin de mes. El me la roba y 1 a revend e
encargados de los negocios por los
cuando intentaban asaltarlos
también por la policía. Toto ), sin o
fue arrestado junto a su com
Lima, cuando intentaban rob pañ ero, 3 Como explica Cnstlan
. . . ( 2003.. 34 ) ·· "Son cinco marcas, casi siempre
Alarcon
ar un negocio en la cercan del tamaño de un lunar, pero organizad a� para representar un �o1' •
a Vil la
Itatí. Ambos fueron deteni
dos en un centro para menor
es po r
_
¡�¡a
rodeado por cuatro ladrones: uno -el vtgtlante- en el centro ro ea o por los
.
varios me ses . Toto tien e un otros equidistantes como angu1 os d e un cuadrado . Es una espene d e
a cicatriz en su car a, un rec
diario de aquel arresto: "cu ord ato rio promesa persona1 hecha ' para conJ· urar la encerrona de la que e!los mismos
ando el policía me pisó la car . as . · aunque suelen ser varias las interpretacwnes
. t 1111(.
·
a (re)produCir exp ectativas n con tri buyen balas, cómo "saber" sobre la seriedad de las lesiones que las armas
y jerarquías de género y
de edad. �
provocan -"Si es de la cintura para abaj �, seño, no pasa na a . . .
"-), sino también una inclinación aprendida a resolver confhctos
Aprender la violencia: Sonia interpersonales por medio de la violencia.
L� exposición crónica a la La historia que reconstruimos a continuación no intenta re
violencia deja marcas en
�
VI ad U� a e�orm e cantid
." ad de trabajos de invest
la subjeti presentar, en un sentido estadístico del término, a un grupo de
psiqmatna, psiCología com igación en individuos. Sencillamente, no sabemos cuántos habitantes como
unitaria y salud pública dem
que, dependiendo de la pre uestran Sonia existen en el barrio (nuestra investigación no estuvo di
sencia y la fortaleza de los
mos protectores" (factores "m ecanis señada para captar esa información y creemos, al mismo tiempo,
como el contexto familia
temas externos de apoyo r y los sis que sería bastante dificultoso obtenerla) . Nos con�entraremos
que alimentan y refuerzan
zos de afrontamiento) , la a los esfuer en su "historia de violencia" porque presenta un eJemplo par
experiencia diaria de altos
criminalidad, violencia fam niv eles de ticularmente luminoso de la manera en que el uso de la violen
iliar y sexual, pu ede tener
consecuencias en el desarr serias cia puede ser aprendido y normalizado por una pers � na e�
ollo de tantos niños, niñas
cente� . De acuerdo con psi y adoles compañía de otras. Si bien la historia enfatiza que esta disposi
cólogos y expertos en sal
es�as mclu�en problema ud pú blica, ción adquirida tiene raíces profundas en la biografía individual
s psicológicos (ansiedad,
miedo persistente, etc.), difi dep resión, no intenta sugerir que la violencia en el barrio sea la suma de
cultades en el desarrollo int
pr�blemas d� conducta, des ele ctual disposiciones violentas individuales; no tenemos e:'idencia al
. arrollo moral truncado, la
cion patológiCa a la violen ada pta� guna que sostenga esa afirmación particular y, ciertamente,
cia y la identificación con
el agresor. controversia!.
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O S M Á R G E NE S
C A D E N AS DE V I O L E N C I A 1 113
mento, el "tac" indica que Sonia ha partido la manzana que enseñado a utilizar la violencia para defender su integridad física;
tenía entre sus manos, poniéndole un sonido y una imagen al y no se debería pasar por alto lo paradójico de la historia: este
proceso de "aprendizaje de la violencia" sobre el cual buena parte "know-how" de la violencia es transmitido como una forma de
del trabajo académico sobre el tema nos alerta, pero que en "cuidado y atención". Supervisado por su abuelo (el único fa�
raras ocasiones produce una evidencia empírica ilustrativa. miliar que Sonia recuerda con cariño), el aprendizaje de la vio
La violencia ha tenido una presencia constante en la vida de lencia está permeado por la emoción y el afecto. En esto, la
Sonia. Ha estado rodeada de agresión física, en forma de ame historia de Sonia se asemeja a la descrita por Nikki Jones (2009)
nazas o de ejercicio efectivo, desde muy temprano en su vida, acerca del ghetto negro norteamericano: allí también encontra
como testigo al principio, y como víctima o perpetradora des mos familiares -madres, en particular- que instan a que sus
pués. "Mi primer recuerdo es que mi viejo le quería aplastar la hijas se conviertan en hábiles luchadoras creyendo que están
cabeza a mi mamá con un tanque de metal. Yo tenía 3 años. Mi transmitiéndoles una lección necesaria para la sobrevivencia en
hermana me llevaba en brazos, pidiendo socorro, para que al barrios problemáticos.
guien ayude a mi mamá." Recuerda que su casa estaba marcada
por la violencia ("Había dos salidas, dos puertas, para escapar La investigación existente sobre el tema es concluyente: la vio
cuando había quilombo") y rememora las brutales peleas entre lencia crónica en una comunidad -esto es la frecuente y conti
sus hermanos ("Cuando mis hermanos se peleaban, en mi casa, nua exposición al uso de armas de fuego, cuchillazos, puñeta
era a matar o morir. Agarraban los culos de botella [y se daban zos, etc.- afecta la salud psíquica y física de sus habitantes, y
con eso] . . . si lo pasas para el otro lado [del cuerpo] fuiste") . particularmente perniciosos son sus efectos sobre la subjetivi
Durante sus primeros años de vida, l a violencia no era algo dad de niños, niñas y adolescentes. Como bien lo expresa Polly
inusual, algo fuera del curso regular de las cosas. Y se convirtió Wilding (2010: 738) en su estudio sobre violencia cotidiana en
en algo "normal" ("no me sorprende': dice Sonia) no solo den el Brasil:
tro de su casa sino también fuera: "Estaba en cuarto grado y le
saqué la nariz a uno. En quinto, le clavé un tenedor en la oreja Las experiencias vividas con la violencia informan los futuros
a otro. En sexto, lo cagué a palos al director, a los 12 ya estaba encuentros con la violencia, al reforzar o cuestionar los lími
arriba de la moto con piratas del asfalto". tes existentes entre formas aceptables/legítimas de agresión,
Cuando Sonia dice que la violencia no la sorprende -y lo si bien sujetos a revisión y contestación. Mientras que la vio
cierto es que, en el transcurso del trabajo de campo, no tuvimos lencia perpetrada en público puede actuar como un conducto
de su parte indicación alguna de que estuviera perturbada por de socialización a nivel comunitario, la violencia en privado
sus recuerdos o por los muchos episodios violentos que ocurren contribuye a la socialización en la esfera doméstica. Los lími
cerca de su casa (tiroteos, cuchillazos, violaciones)- tendemos tes de la violencia aceptable en el ámbito privado también
a creerle. El daño físico intencional, desde su punto de vista, no sientan las bases para la violencia pública, y viceversa.
posee un carácter extra-ordinario. Desde muy pequeña, le han
116 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES CADENAS DE VIOLENCIA 1 117
Madres y padres intentan proteger a sus hijos o amortiguar los aquellos que crecen en medio de este maremoto de violencia
efectos de la violencia circundante ("yo no lo dejo que salga", interpersonal y sin poder recurrir a una protección externa, ¿no
"yo no quiero que se junte con ese pibe, él anda en la joda"). A tenderán a adquirir y dominar las "técnicas" para lesionar/ma
veces, estos intentos de resguardo pueden tomar formas violen tar al otro si la situación así lo demanda?
tas ("si lo veo con un porro, lo cago a trompadas", "lo encadené Mirando directamente a los ojos de un Agustín que sí está
a la cama para que no salga de joda") y otras veces, como vere sorprendido, Sonia repite: "Yo fácilmente te puedo matar. Yo lo
mos, pueden hasta involucrar a la policía, una institución sos iba a matar a Jordan. Lo agarré del cuello y te juro que lo iba a
pechada de brutal y arbitraria. En todo caso, y aun teniendo en matar. Porque yo cuando me saco, no me pierdo. Al contrario,
cuenta los esfuerzos parentales, es difícil para los niños, niñas y me pongo fría, y pienso en quince formas de matar': Mientras
adolescentes escapar ilesos de esta peligrosa vorágine de violen dice esto, en el fondo suenan varias sirenas y dos patrulleros pa
cia comunitaria. Como señala Jill Korbin (2003: 441): "Los niños san raudos frente al comedor. "Debe haber pasado algo en la
pueden sufrir fracturas óseas sin efectos duraderos. No es tan feria", dice Juana, que estaba escuchando atentamente la historia
fácil recuperarse de los espíritus rotos, cuando sus huesos se de Sonia. Esta disiente: "No . . . lo hacen para mostrarse, para ha
rompen deliberadamente por mala fe o falta de cuidado". cer quilombo". María, otra de las cocineras en el comedor comu
Dado nuestro enfoque etnográfico, no es posible conocer los nitario, agrega, entre risas: "Encargaron una pizza y se les enfría".
efectos que en el mediano y largo plazo la cadena de violencia
*
tendrá sobre los niños y adolescentes constantemente expuestos
a ella. Pero pensando desde la historia de Sonia, que en el mo
mento en que escribimos esto tiene 34 años, uno podría espe No queremos concluir este capítulo sin hacer mención, por un
cular sobre lo que denominaríamos el "largo alcance" de una lado, a la dimensión de género de la violencia urbana y al vínculo
infancia violenta. Este proceso de aprendizaje no es -hay que masculinidad-agresividad bajo el cual normalmente se la estu
remarcarlo- algo que los individuos elijan; es, por el contrario, dia y, por el otro, a lo que podríamos describir como una luz al
una adquisición que se impone sobre los habitantes de los ba final de este tan lúgubre túnel.
rrios de relegación por las circunstancias violentas en las que La capacidad de ejercer la violencia (o de amenazar, de manera
viven y crecen. ¿Es descabellado imaginar que, dentro de algunos creíble, con su uso) ha sido tradicionalmente asociada al ejer
años, Marina (la hermana de Pedro, el hijo de Norma adicto al cicio y la defensa de la masculinidad: la violencia como garantía
paco) estará contando una historia de violencia similar a la de del poder patriarcal y del privilegio masculino. Como señala
Sonia? Rodeada de -sitiada por, sería una mejor expresión- las Nikki Jones (2009: 6), la relación entre "masculinidad, respeto,
peleas constantes entre sus hermanos, por las amenazas de con fuerza y dominio frecuentemente alienta a los jóvenes y hombres
sumidores o de transas que asaltan su casa para resolver dispu del inner city . . . a recurrir a la violencia física o a arriesgar sus
tas por falta de pago o pérdida de drogas, ¿no debería aprender vidas, a los efectos de ser reconocidos y respetados por otros
a defenderse como lo hizo Sonia? Para decirlo de manera simple: como hombres". Si bien muchas de las historias que aquí recons-
118 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES
4
truimos ilustran esta dimensión de género de la violencia, otras
nos demuestran que, en Arquitecto Tucci, el uso y la amenaza El Estado en los márgenes
de violencia ni es monopolio de los hombres, ni se restringe a
la construcción de identidades masculinas.
Sonia no duda en utilizar sus puños en lugares públicos -como
el comedor o las calles cerca de su casa, donde es muy respetada
porque, en palabras de una de sus hermanas, "es brava"-, pero
no ejerce la violencia en sus relaciones domésticas. "La violencia
es una cadena . . . ': dice Sonia, dándole a la imagen de "cadena"
un sentido distinto al nuestro pero similar al empleado por los En El proceso civilizatorio (1994), Norbert Elias postula la exis
alumnos de Fernanda: una trayectoria de eventos cada vez más tencia de una relación cercana entre la pacificación de la vida
dañinos en la vida de una persona y, probablemente, de sus cotidiana de una determinada región y las acciones (e inaccio
descendientes. "Yo corté la cadena con mis hermanos más chi nes) del Estado que regula normativamente dicho espacio. El
cos . . . Es la única manera de cortar la cadena. No les podés "proceso civilizatorio" significa, sobre todas las cosas, la sustrac
pegar a tus hijos, porque si lo hacés, ellos van a pegarles a tus ción de la violencia de la vida social y su reubicación bajo con
nietos. Es así. . . pero se puede cortar." Tener una disposición trol del Estado. Esta intuición de Elias es particularmente per
adquirida hacia el uso de la violencia no significa que, como tinente para sumar un eslabón más a la comprensión de las
bien lo ejemplifica Sonia, el comportamiento que esta genera diversas formas de violencia interpersonal y criminal que de
se reproduzca y se transmita automáticamente de una genera predan las vidas de los más pobres. Apropiándonos de su pro
ción a otra. puesta general y confrontados por la intensificación de la vio
Los actos de violencia (los disparos, los enfrentamientos ca lencia urbana nos preguntamos: ¿Cómo, cuándo y produciendo
llejeros, las violaciones o sus intentos, las peleas dentro de la qué efectos es que el Estado interviene en las disputas de los más
casa) no son, repetimos, fenómenos aislados. Como demuestran pobres en los lugares en los que estos viven?
estas reconstrucciones, y como ya hemos dicho, en más de una En esta última parte, examinaremos la presencia del Estado
oportunidad están estrechamente vinculados. Diferentes tipos en la zona y su relación con lo que, parafraseando a Norbert
de violencia se concatenan formando una cadena que conecta Elias, denominaríamos la extendida ausencia de paz. Al contra
la calle y el hogar, la esfera pública y el espacio doméstico. Al rio de las descripciones que se hacen en buena parte del conti
gunos de los eslabones de esta cadena involucran a las acciones nente de zonas pobres como "vacíos de gobierno': abandonadas
del aparato estatal. En el último capítulo de este libro, inspec por el Estado, o espacios militarizados firmemente controlados
cionaremos la relación entre la particular presencia del Estado por el puño de hierro del aparato estatal, nosotros argumenta
en la zona y la cadena de violencia. remos, por medio de la demostración empírica, que la aplicación
de la ley en espacios urbanos marginales como Arquitecto Tucci
120 1 lA VIOlENCIA E N lOS MÁRGENES E l ESTADO EN lOS MÁRGENES 1 121
es simultáneamente intermitente, selectiva y contradictoria. Si Campesinos, habitantes de barrios pobres, indios, mujeres,
observamos las formas en las que el Estado aparece en los már etcétera, con frecuencia no logran recibir un trato justo en
genes urbanos bajo el microscopio etnográfico, demostraremos los tribunales, ni obtener de los organismos del Estado los
que la violencia se reproduce en la vida cotidiana, en parte, servicios a los que tienen derecho, ni ser protegidos de la
debido a esta particular presencia estatal. violencia política, etcétera. [ . . . ] En muchas áreas marrones,
En un artículo hoy clásico, Guillermo O'Donnell (1993: 1359) los derechos democráticos y participativos de la poliarquía
escribió: son respetados. Pero el componente liberal de la democracia
es violado sistemáticamente. Una situación en la que uno
Imaginemos un mapa de cada país en el que las áreas de color puede votar libremente y en la que el voto de cada uno es
azul designan las áreas en las que hay un alto grado de pre contado correctamente, pero en la que no se puede esperar
sencia del Estado (en términos de la existencia de un grupo el trato correcto por parte de la policía o en los tribunales
de burocracias razonablemente eficaces y de la eficacia de una pone severamente en cuestión el componente liberal de esa
legalidad adecuadamente sancionada), tanto funcional como democracia y reduce seriamente el valor de ciudadanía (ibid.).
territorialmente; el color verde indica un alto grado de pene
tración territorial y una presencia significativamente más baja A pesar de las apariencias, el territorio d e relegación urbana
en términos funcionales y de clase; y el color marrón, un nivel donde llevamos a cabo nuestra investigación no es una "zona
muy bajo o nulo en ambas dimensiones. [ ... ] Brasil y Perú marrón" -donde la presencia del Estado es baja o nula-, sino
estarían dominados por el marrón, y en la Argentina la exten algo mucho más complejo, y empíricamente más difícil de desen
sión del marrón sería más pequeña, pero, si tuviéramos una trañar. La cuestión en juego -como veremos mediante la de
serie temporal de mapas, podríamos ver que esas secciones mostración etnográfica- no es la debilidad del Estado, sino una
marrones últimamente han crecido. colusión entre poder de policía y criminalidad que es análoga
a la descrita por Desmond Arias (2oo6a, 2oo6b) respecto de las
Las áreas marrones, señala O'Donnell, son "regiones neofeuda favelas de Río de Janeiro. En otras palabras, más que ante un
lizadas" donde "la destrucción de la legalidad priva a los circui fracaso del Estado, estamos frente a una activa constelación de
tos regionales de poder, incluidas las agencias del Estado, de su intereses cuyo resultado es la promoción de la violencia. Para
dimensión pública y legal, sin las que el Estado nacional -y el ponerlo en términos más simples, el escenario que surge de
orden que este respalda- desaparecen" (ibid. ) . En estas áreas nuestro trabajo empírico no es un escenario de "abandono es
tenemos una "democracia con ciudadanía de baja intensidad" tatal" sino de conexiones, usualmente clandestinas, entre acto
(íbid.: 1361). El de O'Donnell no es solo un argumento topográ res estatales y perpetradores de la violencia. En el terreno, esta
fico; es también categorial. Los países tienen diferentes colores, "colusión" se manifiesta en la forma de una presencia estatal
y las poblaciones menos favorecidas son generalmente las más contradictoria y selectiva. En su intermitencia, por otra parte, el
afectadas: Estado que aparece en Arquitecto Tucci -con patrullajes impre-
E l E STADO EN LOS M Á R G E N E S 1 123
122 1 lA V1OlENC1A EN lOS MÁRG EN ES
El transa
"Yo fui chorro y transa': nos cuenta sabían que vendíamos drogas pero no nos molestaban. Nos li
Jorge. Tiene 40 años y apro
vechamos un momento de repentin beraban la zona. Si no les pagábamos cada fin de semana, está
a apertura, que sorprendió
aun a sus seres más cercanos, para escu bamos en problemas y terminábamos en la cárcel. Cu�ndo n ?s
charlo reflexionar sobre
los riesgos de su reciente pasado crim movimos de barrio, empezamos a vender mucha cocama y, sm
inal, que en sus propias
palabras incluyó "casi todo': desde robo darnos cuenta, molestamos a la policía porque ellos ya tenían
de autos hasta comercio
de droga. Ahora está "retirado" y no un arreglo con alguien que vendía allí. Un día unos gendarmes
ha tocado "un porro o una
cerveza por muchos, muchos años". querían saber cuál era nuestro problema con la policía y ame
El tipo de cosas que hizo y
el trágico final de muchos de sus ami nazaron con matarnos, pero en el momento en que, supuesta
gos ameritarían un libro
entero: " É ramos un grupo de onc mente, nos iban a disparar, nos ofrecieron protección a cambio
e pibes, pero solo tres nos
seguimos viendo. El resto está en la cárc de que les pagáramos más. Los gendarmes tienen más peso q�e
el, o están muertos. Uno
murió asesinado por la policía, otro la policía y nosotros estábamos con ellos. Empezamos a domi
por el dueño de un local
cuando trató de robarlo y otro mur nar el barrio, ¿viste? Todo depende del territorio en el que estés.
ió de vm ". Lo que nos
preocupó, no obstante, fue algo más Alguno es para los policías, otro para la gendarmería".
específico: la relación que
su grupo mantenía con la policía y
con la gendarmería.
''Antes existían los códigos. Nosotros
los teníamos y sabíamos
que uno siempre necesita de su barr La desarmadora de autos
io y de su vecino. Muchas
veces escapé de la policía escondiéndo "En esa época'� nos cuenta Amanda refiriéndose a la segunda
me en la casa de un vecino.
El vecino sabía que yo nunca iba a toca mitad de los noventa y principios del año 2000, "no había mu
r nada de sus cosas." Los
vecinos, según Jorge, "se sentían prot chas cosas que una simple madre con tres hijos al lomo y ningún
egidos. Hoy los pibes ya no
tienen códigos': Al igual que el resto trabajo podía hacer. Yo hice de todo: desarmar autos, vender
de vecinos del barrio, atri
buyen esta ruptura de los códigos a las drogas y coordinar planes de asistencia social. Hice todo lo que
nuevas drogas consumidas
por "los pibes": ''Antes era solo marihua pude para sobrevivir". Señalando los distintos cuchillos Tra
na y cocaína. Ahora es el
paco, pasta base. Por las drogas los pibe montina que estaban sobre la mesa donde habíamos almorzado
s ahora hacen cualquiera':
La relación antagónica que Jorge man continuó: "¿Ves estos cuchillos? Con esta punta podés abrir mu
tuvo con las fuerzas
represivas del Estado cuando robaba se chos autos ... y con la punta de este [cuchillo] de acá te desarmo
convierte en una relación
de colaboración ilícita cuando el grup un tablero en dos minutos". Amanda trabajaba con un grupo
o se dedica al comercio
de droga. En la descripción de Jorg de jóvenes que robaban autos en la capital y los llevaban a la
e, tanto la policía como la
gendarmería aparecen involucradas cuadra de su casa para ser desarmados. "En una noche desar
en "el negocio": "Cuando
empezamos traficando en Las Violetas mábamos un auto cada dos personas. Al día siguiente, apenas
[un barrio pobre cer
cano ] , tuvi mos un arreglo con la poli salía el sol, los de Warnes [la avenida de Buenos Aires conocida
cía. Tod os los fines de
semana venían a buscar el sobre [rec por sus negocios de venta de autopartes] venían al barrio a com
ibir su coima] . Los policías _
prar las partes. Era fácil y la policía no nos molestaba. Temamos
128 1 lA VIOlENCIA E N lOS MÁRGENES
El ESTADO EN lOS MÁRGENES 1 129
nos comentaron después, según los vecinos, algunos policías que patrullan la zona) son
Soledad "ya no era virgen, ni ahí" ). Dad
o el temor · · .
los principales clientes de las adolescentes. Siempre supimos
a la violencia sexual ("lo s violines" de
los que hablaban los que en la feria, "el shopping de los pobres" al decir de Jorge
tudiantes en la escuela) , la equivale
ncia entre un primer Ossona ( 2011 ) , estaba en venta todo tipo de mercadería. Nunca
cuentro sexual de una niña de 13 año
s y una violación no ·
imaginamos que los "petes" eran parte del comercio infor�al.
descabellada.
"Lucía no forzó a Soledad a hacer algo Nunca pudimos verificar las historias de lo que una vecma
que ella no llamó "la policía petera". Sin embargo, la sospecha generalizada
nos cuenta, un par de días después, Mat
ilde. "Pero Juan y la sobre la relación entre algunos adolescentes del barrio y la po
la culparon por lo que hizo su hija." La
·
·
por quienes se ven a sí habitantes del barrio dudan en acudir a la policía para denunciar
mismos como la autoridad de facto
en esta parte del barrio. episodios de violencia sexual. Recordemos, de paso, q�e cuando
"¡Ah ora vas a aprende r!" era lo que
·
los padres de Soledad le Fernanda escuchó la historia del origen de la bala aloJada en la
grítaban a Lucía mientras la golpeaba
n y le cortaban el pelo. Y pierna de Melanie y de la violencia colectiva a la que dio lugar
aunque muchos de los detalles específi
cos no nos interesen aquí, el intento de violación, le preguntamos a Mabel, la madre de
las historias que los vecinos nos cont
·
dre; un
ro necesita "respetar" a su ma
la comisaría local para pedir que la policía trasladase, si fuera De acuerdo con Alicia, Ped oe a �
ganarse si es necesario, com
necesario por la fuerza, a Pedro a un centro de rehabilitación: respeto que Norma tiene que pias
uirida por medio de sus pro
"que lo saquen de la casa". cree con una convicción adq
el ejercicio de la violencia:
A los pocos días, temprano en la mañana, un patrullero llegó relaciones y experiencias, con
hasta allí y condujo a Pedro hasta un ceptro localizado a unos . . Pero
chorra, transa, tuve fierros .
diez minutos de su casa. En el centro, el psicólogo de guardia se Yo fui pirata del asfalto, fui n el
aron. Y cuando .me faltaro
rehusó a admitir a Pedro: "No puedo recomendar tratamiento mis hijos siempre me respet marcas
. . mi hijo todavía tiene las
de alguien que vino aquí traído por la fuerza pública", le dijo a respeto, me hice respetar .
la cabeza.
Norma, "tiene que venir por propia voluntad". Turbada ("¿Y de los cadenazos que le di en
ahora qué hago con él?", se preguntaba), Norma vio que Pedro o que
o, Víctor, con una cadena, sin
aprovechaba la confusa situación para escaparse por una ventana Alicia no solo le pegó a su hij "Cuando
para amarrarlo a la cama:
del centro de rehabilitación. Regresaría a su hogar, luego de utilizó esa misma cadena seguido�
decía. Se escapaba de casa
varias horas, "como un zombi", bajo los efectos del paco. estaba drogado, no me obe . Llore
a que no salga de su cuarto
En la casa, Pedro se encontró con una amiga de su madre, Lo encadené a la cama par a:le pe�o
que a mí no me gustaba peg
Alicia, que, enterada de lo sucedido, había acudido allí para tantas veces por él. Le dije l��c:a
�
en las drogas". To a esta vw
acompañar a Norma. Alicia trabaja en el centro comunitario y que le pegaba porque estaba la pnswn
. cción de Víctor. Segun ella,
tiene una larga experiencia con un hijo adicto al paco. Su relato no curó, sin embargo, la adi pre�o, por
ejó las drogas cuando fue
·
de lo que hizo entonces y de cómo sus acciones estuvieron in fue la que lo rehabilitó: "D emdos en
Como la mayoría de los det
formadas por su propia biografía ilumina otra dimensión de la un robo que no cometió:' preso
es ( CEL S, 2010 ), Víctor estuvo
relación entre consumo de drogas y violencia doméstica, y, al las cárceles de Buenos Air cia, "le
años. Ese tiempo, según Ali
mismo tiempo, ilustra cómo la pelea entre hermanos, que llevó sin sentencia durante tres
ado".
a un intento de internación forzosa con participación policial, hizo bien . . . ahora está cur
termina en una nueva paliza dentro del hogar, esta vez, en nom *
bre del respeto. Un ejemplo más de violencia encadenada.
de los
idad son parte constitutiva
Fui a lo de Norma y cuando vi que Pedro iba a prender otro La arbitrariedad y la brutal nae ren se �e
con los qu e la policía bo
churro [pipa de paco], le pegué con esto [mostrando su puño] : procedimientos habituales � cedi
de zonas urbanas. Estos pr
"¡Hijo de puta! ¿No ves que estás haciendo sufrir a tu mamá? vincula con jóvenes pobres smos
ente denunciados po r orgam
Ella te quiere mucho y está preocupada por vos. Hacele caso mientos han sido repetidam de lo que los
S, 201 0) y son parte
y ni se te ocurra lastimarla porque la próxima te pego más de derechos humanos ( CEL La�ina,
gentina com o en Améri�a
fuerte': especialistas, tanto en la Ar itrana de
excluyente, violenta y arb
definen como "una forma
13 8 1 lA V1O l EN C1A EN lOS MÁRG EN ES E l ESTA D O EN L O S M Á R G EN E S 1 139
efectos "positivos" -en el sentido de las creencias y los compor comenzo a crecer, 1as personas se vieron. corzadas
, l' a "vivir en paz
. "considera-
tamientos generados a partir de esta relación-. El material et unas con otras,. L a m oderación de la VIO1enCl la a y
nográfico nos permite ver que, a pesar de las conocidas prácti cotidiana y
ción de las .personas por e1 otro, crecen en la vida
e disfru-
cas de brutalidad policial y de los sospechados vínculos entre la "no cualqmera que teng.a la suerte de tener fuerza pued
s palabras,
policía bonaerense y la comercialización de drogas ilícitas, los tar del placer de la agreslü, n física" (ibid.: 238). En otra
. de grandes
vecinos solicitan su ayuda (y la del sistema judicial) cuando para Ehas (197 8.' 19 94)' la vi'da re1at'IVamente pacífica
creen haber agotado todas las posibilidades. Esto es consecuen masas de personas en un terntono determinado se basa, en
• •
cia del pavor y de la desesperanza frente a lo que perciben como . al regular las
buena parte, en 1as acc10nes. de un Estado que ' .
la atracción todopoderosa de ciertas sustancias, como el paco, los espacios
disputas de las personas, �aClfi ca onsistentemente
y su potencial incidencia perniciosa en el comportamiento de os mostrado
sociales en 1os. que estas mteractu�an. L o que hem
sus seres más queridos. Ese miedo y esa impotencia (que es real, ,
hasta aqm es JUStame.nte lo opu esto a este proceso de transfor-
dada la carencia de recursos para tratar las adicciones en la zona), . , L a ma nera mtermlt. ente, contradictoria y altamente
maCion.
paradójicamente, someten a las madres a la fuerza estatal que es,
selectiva. en que se aplica la 1ey en 1os ma'rgenes urbanos refuerza
en parte, responsable de la producción del peligro al que tanto . que pone a 1os más desposeídos del co-
nCia
la cadena de viole. Clon . .
temen; y en efecto, esa responsabilidad no es solo identificada
nurbano en sltua , de constante pehgro.
por los vecinos, sino también por quienes han estudiado en El rostro ·de Jano del Esta do argenti'no es bien conocido. El
detalle al aparato policial. Foucault difícilmente podría haber .
. 1nal'd1 ad en la que también part
icipa.
Estado repnme una cnm . ada
imaginado un ejemplo más pernicioso del conjunto de prácticas . s, po� J e lo ha esta do invo lucr
La policía de Buenos Aire
.
. ;fa
en los negocios de la pro�tltuClo�n s �puestas por
décadas y,
del robo de
2 En lo que se conoció como "la masacre de Tucci'; tres jóvenes del barrio más reClentemente, ha mgr. esado en el negocio
as. Sobre
autos, los secuestros extorsivos y e1 comercio de drog
fueron bestialmente asesinados por policías locales hace más de dos décadas.
140 1 lA VIOlENCIA E N lO
S MÁRGENES
El ESTADO EN lOS MÁRGENES 1 141
reflexwn Y para futuras tem a para la La informalización, por otro lado, fomenta la agreswn , f1s1ca
,
investigaciones, son los
que esta intervención est mo do s en los interpersonal de manera directa. En efecto, la violencia e� el
atal paradójica se relaci
difundida violencia interp
ersonal que causa estrag
on a con una mecanismo de regulación en la economía informal en la me 1 a ��
más pobres. os ent re los en que sirve para, por ejemplo, adquirir o mantener omm1o �
sobre un territorio (como lo hacen los transas cuando mtentan
*
delinear una zona para la comercialización de su producto, o
quienes buscan ocupar o mantener un plaza de estaci ���
miento
La violencia es el efecto en la feria en un espacio físico que carece de superv1s1on esta
de una compleja cadena
on_genes se encuentran en causal cuyos tal). La violencia también es utilizada en la economía informal
las acciones e inacciones
-no solamente en relación del Estado para resolver disputas entre participantes, ninguno de los cua
con el tráfico de drogas y _ .
de criminalidad sino tam otr as formas les puede recurrir a la policía dado el carácter Ilegal o semllegal
bién, como hemos visto,
cia de género-, como tam con la violen de la actividad en cuestión (por ejemplo, cuando hay un faltante
bién en la economía. Lo
desproletarización, degrad s procesos de de droga o su calidad ha sido adulterada o no se ha efectuado
ación general de las con
vida e informalización qu
e, en la Argentina, fueron
diciones de un pago). La informalidad fomenta la violencia tambié de ma �
de lo que llamaríamos, tom el resultado nera indirecta en la medida en que elimina los mecamsmos de
ando prestada la expresión
Polanyi, "la gran transform de Karl control social próximos propios del funcionamiento de orga
ación neoliberal" son, jun
tervenciones de un Estado !an to a las in nizaciones formales.3
o (dual) y pa triarca l, dimens
cruciales para entender iones Relacionada con el empobrecimiento y la informalización, la
los "porqués" de una vio
tendida entre los pobres. len cia tan ex creciente presencia del destructivo comercio ilegal de drogas en
El desempleo y la pobreza
rabilizado a los hogares y ha n vu lne
debilitado el rol de los ho
proveedores, y este debilit mb res como
amiento, en un contexto en
que existen
3 Q ueremos agradecer a Lo!c Wacquant por este comentario sobre
las relaciones entre informalización y violencia.
E l ESTADO E N LOS MÁRGENES 1 143
142 1 lA V I O L E N C I A EN lOS M Á R G E N E S
obvio, es la existencia
los márgenes urbanos es un factor crucial para entender el au este espacio de otros. El primero y más
hace dos décadas y que
m �nto de la violencia interpersonal. Como bien señala Marcelo de las ferias de La Salada, inexistentes
e mediados de la década
Sam (2009: 143): crecen dinámica y explosivamente desd
ienzo de este libro, allí la
de 1990 . Como describimos al com
ido de que fue el medio
El almace�amiento, corte, fraccionamiento y preparación de violencia fue fundacional, en el sent
bilidades comerciales (es
las drogas Ilegales para su comercialización minorista se lleva con el cual se abrieron muchas posi
cionamiento, cobrar un
�
� c bo en territorios y zonas controladas en forma directa o tablecer un puesto, controlar un esta
Hacher contiene mu
mdlrecta por las incipientes redes y grupos delictivos de nar impuesto, etc. ). La crónica de Sebastián
acional: "En La Salada, el
cotraficantes que se han ido constituyendo en áreas y barrios chas instancias de esta violencia fund
l al poder de fuego que
extremadamente pobres y altamente marginalizados de las monto del impuesto informal es igua
: 69); "Cada uno maneja
grandes urbes, especialmente en la ciudad de Buenos Aires y demuestra el cobrador" (Hacher, 2011
por la fuerza, por la tra
en el Gran Buenos Aires. su pedazo y lo defiende como puede:
83). Pero la yiolencia física
dición, incluso por la palabra" (ibid .:
ntesco mercado informal
Como han demostrado varios estudios, la economía de la droga no solo está en el origen de este giga
s diarias y permea bue na
es una espada de doble filo: mientras sostiene comunidades sino que persiste en sus operacione
cias. Efectivamente, la
pobres, simultáneamente las quiebra por dentro. part e de lo que sucede en sus adyacen
cadería que circula cada
Lo que aquí queda planteado entonces es un diagrama muy enorme cantidad de dinero y de mer
orciona numerosas opor
general de los factores causales, tanto políticos como económi vez que la feria abre sus puertas prop
, y varios de estos robos
cos, que están en la raíz de la creciente violencia. Resta indagar, tunidades para la pequeña criminalidad
o en la muerte de víctimas
de manera más sistemática, sobre las maneras que estos inte y asaltos terminan en heridas graves
s al comienzo de este libro,
ractúan e impactan en las formas que adquiere la violencia. Este o perpetradores. Como describíamo
detalles pudimos recons
�
tex o es, esperamos, un primer paso que guiará futuras investi de los veinticinco homicidios cuyo s
de las ferias o en el perí
gacwnes sobre el tema. truir ocho ocurrieron dentro de una
. Otros tres homicidios
Muchos de estos factores, como advertirán los lectores, im metro inmediatamente contiguo a ellas
on el resultado de inten
�� �
pact en muc os otros barrios de relegación (la desproleta ocurridos a pocas cuadras de allí fuer
El segundo factor es la
_
nzacwn, por eJemplo) y tienen distintas temporalidades (al tos de robo a feriantes de La Salada.
ción minorista de drogas
�
gu os son más bien perennes, como el Estado patriarcal; otros expansión explosiva de la comercializa
as aledañas (si bien excede
� �
mas aco ado en el tiempo, como la informalización creciente) . ilegales en Arquitecto Tucci y sus zon
anía con la Capital Federal,
Ahora b1en, para intentar comprender por qué la violencia crece nuestra capacidad de análisis, la cerc
y la protección policial
�
Y se rep oduce desde las últimas dos décadas, específicamente la existencia de vías de acceso rápidas
ras investigaciones para
en Arqmtecto Tucci, tendremos entonces que centrar la atención son causas a tener en cuenta en futu
en dos procesos que distinguen, en mayor o menor medida, explicar esta expansión) .
144 1 lA VIOLENCIA EN lOS MÁRGENES
E l E S TA D O E N l O S M Á R G E N E S 1 145
La cadena de acontecimientos violentos puede migrar desde repertorio fue la que nos hizo prestar atención a lo largo de este
el interior del hogar hacia el exterior o viceversa: puede comen texto al uso de la agresión física, a sus sentidos y a las instancias
zar con una agresión sexual y seguir con un linchamiento, o de aprendizaje relacional.
puede originarse en una disputa callejera entre transas y con La metáfora teatral de repertorio no es solo cultural en su
vertirse en una pelea sanguinaria entre hermanos. Ahora bien, núcleo, sino que también es profundamente política. En la for
no hemos podido detectar un curso típico más allá de esta tra mulación de Tilly, las rutinas beligerantes emergen de las luchas
yectoria general. Por más que buscamos en nuestro material continuas contra el Estado, establecen una íntima relación entre
etnográfico, no encontramos modalidades típicas (del tipo: si la vida cotidiana y la política, y están limitadas por las formas
forma de violencia A, entonces forma de violencia B, y luego C), de represión estatal (de allí la relación recursiva entre "regíme
ni un "switch" que desencadene la violencia hacia un lado u otro. nes y repertorios"). Fue esta dimensión política del repertorio
Lo que sí hemos podido divisar -usando un razonamiento con la que nos condujo a mirar con detenimiento las conexiones,
trafáctico- es la forma en que la particular presencia del Estado, paradójicas por cierto, entre las (violentas) formas de interacción
o su selectiva ausencia, suele no impedir la sucesión de eventos y el funcionamiento pernicioso del Estado.
violentos. En casi todos los encadenamientos, la sola presencia
de un oficial del Estado confiable y responsable podría haber
impedido que la violencia se multiplique y escale.
"Los repertorios son creaciones culturales aprendidas, pero
no descienden de la filosofía abstracta ni son el resultado de la
propaganda política, sino que emergen de la lucha", escribió
Charles Tilly (1995: 26) sobre las formas regulares de formular
reclamos colectivos. Así como el aprendizaje que tiene lugar
entre actores colectivos ("La gente aprende a romper ventanas
en señal de protesta, a atacar a los presos puestos en la picota, a
derribar casas deshonradas, a preparar marchas públicas, a pe
ticionar a las autoridades, a organizar reuniones formales" [ ibid.:
26] ), la adquisición del "saber hacer" para enfrentar las dificul
tades de la vida cotidiana en los territorios de relegación es
eminentemente relacional. En otras palabras, la violencia, su
uso, no surge de un conjunto de valores y creencias de los que
los pobres presumible y perennemente estarían dotados, sino
que es una disposición aprendida en compañía de otros más o
menos significativos. Esta dimensión cultural de la noción de
Epílogo
salud pública como en psicología y en psiquiatría, han lidiado de la vida cotidiana, una manera de relacionarse con otros".
con las consecuencias de la violencia comunitaria crónica. Quizás aquí valga la pena recordar a Bourdieu cuando, en Me
Nuestro foco en la fisicalidad procuró documentar la alta fre ditaciones pascalianas, afirmaba que estamos dispuestos porque
cuencia de las interacciones violentas en tiempo y espacio rea estamos expuestos. Sea como un mecanismo para afrontar el
les y desentrañar su carácter encadenado. Nuestro reiterado estrés, sea como un método para resolver conflictos -o como
acento en episodios de violencia interpersonal tampoco pre ambos-, la violencia se aprende, directa o indirectamente. En
tende dar la impresión de que las condiciones generales en cuyo el aquí y ahora, sin embargo, nuestra atención etnográfica estuvo
marco se desarrollan estas historias no sean centrales a la hora puesta en los encadenamientos entre distintas formas de vio
de comprender lo que aquí sucede. La violencia que aquí des lencia que, repetimos, han sido estudiadas de manera separada.
cribimos no es producto de un comportamiento individual
desviado sino de un contexto más amplio que diversos autores *
psiquis y la libera de la actitud pasiva y frustrada típica del sujeto muestra. El 30 de octubre de 2012, la sección "Enfoques" del
colonizado. En realidad, creemos que la cadena de violencia aquí diario La Nación publicaba una entrevista con Javier en la que
develada actúa, entre los residentes de Arquitecto Tucci, como explicitábamos algunas conclusiones parciales de nuestra inves
lo opuesto a una expresión liberadora. Es, más bien, una con tigación aún en curso. Allí delineábamos, de manera muy preli
firmación de la idea de que el lugar donde viven es un espacio minar, los argumentos centrales de este libro: los sectores más
"otro", estigmatizado y estigmatizante, peligroso y relegado en marginalizados de la sociedad argentina viven, constantemente,
el sentido literal del término: un lugar apartado y subordinado. en peligro. Y este tiene un doble origen: proviene de un medioam
biente peligroso y contaminado y de las cadenas de violencia que
* azotan con creciente virulencia sus vidas cotidianas.
En noviembre, los alumnos de Fernanda estaban concluyendo
En numerosas oportunidades, en el transcurso del trabajo de un proyecto colectivo sobre la historia del barrio. Habían armado
campo, se nos plantearon dudas sobre qué respuesta dar frente una maqueta en la que representaban una de las principales
a relatos como los que abundan en este libro. Fernanda, por fuentes de sostenimiento que tiene la economía barrial: la feria
ejemplo, escribió en su diario: "No busqué estas historias, pero de La Salada. Tras haber revisado el pasado y el presente del
un día las encontré todas juntas dentro del aula. Y ya pasaron lugar en donde habitan, terminaban semanas de intenso trabajo
más de dos años desde que estoy registrando estas historias, tres grupal con una tarea específica: expresar sus deseos sobre el
ciclos escolares. Y todavía no encontré qué contestarles a los futuro del barrio. En el pizarrón, escribieron:
nenes, todavía no sé qué decirles cuando comparten su dolor
por las muertes, por las ausencias". Escucharlos atentamente y Para el barrio, deseamos que:
con respeto, abrazarlos y llorar con ellos cuando estos expresa Dejen de robar
ban su angustia y su tristeza frente a la muerte o herida de un Arreglen la vía que está rota
familiar o amigo, frente a la ausencia de una madre que pasaba Pinten las casas del asentamiento
sus días en una cárcel lejana, fue la manera que Fernanda tuvo Limpien la basura del río
de "decirles algo': Pero también, fuimos lentamente convencién No tiren basura en la calle
donos de que otra manera de "contestarles a los nenes" era por Dejen de matar
medio de un texto que, escrito a dúo, diera cuenta de lo que Vayan todos los ladrones presos
estaban padeciendo. Pinten el puente de la feria
Luego de treinta meses, nuestro trabajo de campo estaba lle Nunca más roben en la escuela
gando a su fin. Las historias que los chicos y las chicas de la escuela Haya más lugares en los hospitales (UPA [Unidad
contaban se repetían una y otra vez. Las entrevistas y observa de Pronta Atención])
ciones regresaban a los mismos temas. Habíamos dado con cier Arreglen los puestos de la feria y las veredas
tas regularidades: "saturado'� como se dice en sociología, nuestra A los pobres les den una casa
154 1 LA V I O L E N C I A E N LOS M Á R G E N E S EPILOGO 1 155
En su simplicidad, en su franqueza, las esperanzas que estos "transas" y su tío fue asesinado por la policía mientras robaba).
alumnos y alumnas dejaron plasmadas en el pizarrón reflejan, "¡Vos le estás diciendo 'chorro' a mi hijo! ¡No te lo voy a permi
de manera bastante evidente, que la carencia de infraestructura tir!': le gritaba Ethel, la mamá de Mariano, a Elena, la compañera
básica (veredas, recolección de basura, puentes, pintura, hos de trabajo de Fernanda. La madre y la maestra se increpaban
pitales) y la presencia de la violencia (muerte, robos) son preocu mientras Mariano, sentado en un banco, lloraba desconsolada
paciones constitutivas de la vida cotidiana de los habitantes de mente. En el transcurso del día, él había estado intercambiando
los territorios de relegación urbana donde llevamos a cabo con otros alumnos de la escuela tarjetas para hacer llamadas
nuestra investigación. Allí no solo se acumulan las privaciones telefónicas por hojas, lápices y otros útiles escolares. También
materiales y simbólicas; también se acumula la violencia ínter había utilizado esas tarjetas para comprar helados en el kiosco
personal y, debido a la perniciosa intervención estatal, se retroa de la escuela. " Él me dijo que las robó de un almacén", le decía
limenta. Allí las violencias se apilan y difunden más allá de re Elena a la mamá de Mariano. Ethel bramaba: "¡Vos lo tratás de
laciones diádicas. Se concatenan y se acumulan en los cuerpos chorro!" "No", replicaba la maestra, "yo le dije que no haga co
-en forma de cicatrices ("cascaritas") dejadas por las balas, los sas de grandes". La indignada y enfurecida mamá replicó con
cuchillazos o los golpes- y en las disposiciones individuales y una implícita amenaza que hizo extensiva a todas las maestras
colectivas para actuar. Esta violencia comunitaria crónica, es que se habían reunido allí. Refiriéndose a hechos recientes de
dable especular, estaría entonces produciendo lo que Garbarino violencia en varias escuelas públicas del país (dos episodios en
(1993: 112) denomina un "desastre social": "una dramática y los que alumnos habían agredido físicamente a sus maestros y
abrumadora destrucción" de la infraestructura de la vida coti que los medios de comunicación se ocuparon de divulgar pro
diana justo en el "momento en el que los niños y niñas necesi fusamente), Ethel clamó: "¡ Después se quejan cuando los cagan
tan de estructuras sociales confiables que los reasegure y que a palos. A mi hijo no le vas a decir 'chorro'! Él salió llorando y
les ofrezca un compás moral". diciéndome que lo trataste de chorrito". La tensión solo se disi
Al finalizar la jornada, Fernanda estaba más que satisfecha pó con la intervención de Mabel, la respetada vicedirectora de
con la semana de trabajo. Sus alumnos de cuarto grado habían la escuela, que calmó los ánimos explicándole a Ethel que a la
podido articular verbalmente sus visiones del pasado, el presente maestra Elena solo le preocupaba el bienestar de su hijo Mariano.
y el futuro del barrio, lo habían podido plasmar en un proyecto Ethel tomó a su hijo de la mano y, con este aún llorando, salió
plástico (la maqueta) y en su escritura, que, como ella ha expe de la escuela.
rimentado muchas veces en los últimos diez años, tanto les Diluida la tensión, Fernanda salió de la escuela junto con su
cuesta a los chicos de esta zona. Salía ya de la escuela, cuando compañera y amiga, Marcela, maestra de segundo grado. Mien
escuchó que la mamá de uno de sus alumnos increpaba a los tras esperaban el colectivo, Marcela le preguntó a Fernanda:
gritos a la otra maestra de cuarto grado. Fernanda inmediata "¿Estas son las cadenas de las que ustedes hablan en el diario,
mente pensó en la historia reciente de Mariano (en los últimos no?". Esa noche, al intercambiar ideas sobre lo ocurrido, al me
seis meses, su prima cayó muerta en medio de un tiroteo entre ditar sobre los distintos sentidos implícitos en la idea de cadena
156 1 lA V I O l E N C I A E N lOS M Á R G E N ES
de violencia, los dos supimos que escribiríamos (que teníamos Apéndice metodológico
que escribir) este libro.
Queremos concluir entonces parafraseando a la autora de
Trauma and Recovery, hoy un libro clásico sobre los efectos psi
cológicos de la violencia. Ser testigo del sufrimiento muchas
veces implica -para terapeutas, en el caso de Judith Herman, o
para etnógrafos, en nuestro caso- tener que tomar partido. Son
muchas las ocasiones en que terapeutas y etnógrafos tendrán
que enfrentarse a la furia de otros, a veces perpetradores, otras
veces cómplices, otras tantas aquellos que procurarán negar la Este trabajo está basado en un conjunto de técnicas de produc
existencia misma de los procesos y problemas expuestos. Para ción de datos: el diario de campo de Fernanda, repetidas entre
nosotros, cuando esto suceda, no puede haber honor mayor que vistas etnográficas llevadas a cabo por Agustín Burbano de Lara,
estar del lado de las víctimas. entrevistas en profundidad conducidas por los autores con per
sonal de los hospitales de la zona y directivos y personal de las
escuelas primarias, un conjunto de ciento diez entrevistas cor
tas con habitantes de la zona, y análisis de estadísticas vitales,
criminales y fuentes periodísticas. Además, realizamos dos ta
lleres de fotografía con estudiantes de las escuelas primarias y
conversamos sobre las imágenes con los participantes del taller.
Desde abril de 2009 hasta agosto de 2012 -con interrupciones
en los recesos de invierno y de verano-, Fernanda registró en
su diario sus actividades como maestra, anotando historias que
le contaban sus alumnos y alumnas, hechos que acaecían en la
escuela y en el barrio y que le eran relatados por otras maestras,
personal auxiliar y directivos, o por padres y madres de sus
alumnos, o que experimentaba ella de manera directa. En todo
momento, Fernanda utilizó seudónimos para identificar a los
protagonistas de sus historias. En un principio, nuestro trabajo
intentó replicar el estudio sobre el sufrimiento ambiental rea
lizado en Villa Inflamable. Si bien los alumnos de Fernanda
hablaban ávidamente sobre los riesgos ambientales que ellos y
sus familias sufrían, fue el tema de "las violencias" el que dirigía
158 1 lA V I O lE N C I A E N lOS M Á R G EN E S APÉNDICE METODOlÓ G I CO 1 159
su mayor y constante atención. Fue la hiperpresencia de la agre En esos casos, prestamos más atención a lo que había sido rela
sión física en las historias de los niños y las niñas la que nos hizo tado por muchos observadores por sobre aquello narrado por
reorientar nuestro estudio y ampliar nuestra mirada hacia otras uno solo.
fuentes de daño. Tanto en las entrevistas en profundidad como en las entre
Al comienzo del registro, las historias de violencia aparecían vistas más cortas realizadas en distintas zonas del barrio con
disociadas. Como hemos contado, fue un caso de violencia co adultos (en este caso, con un formulario con preguntas abiertas
lectiva en respuesta a un intento de violación el que nos alertó y cerradas), los temas que nos interesaba indagar fueron simi
sobre las posibles conexiones entre distintas formas de violencia. lares. Además de datos demográficos básicos, indagamos acerca
Desde entonces, comenzamos a indagar en esos encadenamien del empleo, la recepción de planes de asistencia social, el tiempo
tos y complementamos las notas de campo con entrevistas en de residencia en el barrio, el lugar de procedencia, una breve
profundidad llevadas a cabo fuera de la escuela. Agustín trabajó historia de migración, la comparación entre las condiciones de
como asistente de investigación entre 2010 y 2011. Visitó el barrio vida actuales y las del lugar anterior. También indagamos sobre
dos o tres veces por semana durante seis meses y estableció la percepción de cambios en el barrio y sobre los principales
relación con las coordinadoras de uno de los comedores comu problemas que según los entrevistados lo afectaban (la delin
nitarios de la zona. A través de ellas, conoció a otros residentes cuencia, la violencia, la presencia de drogas fueron, como diji
con los que construyó una relación de confianza mutua. Las mos, las preocupaciones fundamentales). Cuando surgía el tema
entrevistas que condujo tuvieron un carácter más de charlas de la violencia interpersonal, como solía ocurrir, preguntamos
informales que de típico intercambio unidimensional y fueron sobre las prácticas asociadas al cuidado de los hijos, la presencia
realizadas en el contexto de una relación previamente estable policial y el rol de otras instituciones barriales. Averiguamos
cida. Agustín llevó a cabo lo que podríamos denominar etno sobre los usos del tiempo libre y los lugares de recreación, y
grafía urbana clásica: un tipo de "investigación social basada en sobre las relaciones de ayuda mutua entre vecinos.
la observación cercana, en el terreno, de gente e instituciones Como parte de nuestro trabajo de campo, replicamos la es
en tiempo y espacio reales, en la que el investigador o la inves trategia metodológica que Javier Auyero había empleado junto
tigadora se inserta cerca (o dentro) del fenómeno a estudiar a con Débora Swistun (2009). Organizamos un taller con estu
los efectos de detectar cómo y por qué los actores en la escena diantes de sexto grado de primaria en una de las escuelas loca
actúan, piensan y sienten como lo hacen" (Wacquant, 2003: 5). les en la que Fernanda trabaja. Agustín Burbano de Lara les
A lo largo de nuestra investigación, el criterio de evidencia que enseñó a los alumnos nociones básicas de fotografía, y como
utilizamos fue el que normalmente se usa en la investigación proyecto final, Fernanda les pidió que tomaran diez fotos de
etnográfica (Becker, 1958; Katz, 1988) . Si bien le dimos mucho lugares o cosas del barrio que les gustaran y diez fotos de cosas
valor a la conducta que fuimos capaces de observar, dado los y lugares que no. Se dividieron en grupos de dos o tres y con
tipos de acciones bajo consideración muchas veces tuvimos que una cámara desechable de veintisiete exposiciones por cada
confiar en lo que los entrevistados dijeron que había ocurrido. grupo recorrieron el barrio para fotografiarlo. Una vez que to-
160 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES
das las fotos fueron reveladas, conversamos con los estudiantes Notas
y les preguntamos sobre lo que habían querido retratar y qué
pensaban y cómo se sentían respecto de las imágenes. En el
capítulo 1 reproducimos varias de las fotografías tomadas por
los participantes en el taller.
Hacia el final de nuestro trabajo de campo realizamos una
serie de entrevistas con médicos de guardia de los hospitales de
la zona. La ausencia de datos básicos sobre homicidios y heridos
de armas de fuego y arma blanca en el distrito y en la provincia
de Buenos Aires es alarmante. Con la ayuda de médicos y per Las siguientes notas tienen por objeto guiar a los lectores en su
sonal de la defensoría general del municipio pudimos recons intención de profundizar alguno de los temas planteados en este
truir, de la mejor manera posible, el perfil objetivo de la violen libro.
cia interpersonal en Arquitecto Tucci.
INTRODUCCIÓN
Sobre retribución interpersonal en la esfera doméstica, véanse
Schaffner (2007), Brush (2011).
Sobre el lugar de las "grande estructuras" y los "amplios pro
cesos" en el análisis social, véase Tilly (1989). Para la similitud
de la violencia y el clima, véase Tilly (2003).
Epele (2010; 2011) describe en profundidad los devastadores
efectos del paco entre los jóvenes pobres.
"Territorios de relegación urbana" es una expresión acuñada
por Wacquant ( 2007). Para relatos en zonas específicas de Amé
rica Latina, véanse Moser y Mcllawine ( 2004), Gay (2005 ), Perl
man (2011), Wilding (2010), Penglase (2010), Rodgers (2007).
CAPÍTULO 1
Para un análisis detallado de los problemas ambientales de la
cuenca Matanza-Riachuelo, véase Merlinksy (2007).
Sobre la dimensión material del abandono estatal, se puede
consultar a Braun y McCarthy (2005) .
162 1 LA VIOLENCIA EN LOS MÁRGENES NOTAS 1 163
- '
Sufrimiento ambiental es un término que acuñamos en Au bles más políticas, como el grado de competencia electoral y el
yero y Swistun (2009). faccionalismo, véase Villarreal (2002).
Para conocer interesantes historias sobre la feria La Salada, Sobre elaboraciones y extensiones de la teoría del control
véanse Hacher (2011) y Girón (2011). social, véanse Sampson y Groves (1989 ), Sampson, Raudenbush
y Earls (1997) y Villarreal (2002).
CAPÍTULO 2 Para un examen de los factores de riesgo y protección asocia
Para profundizar en la cuestión del aumento de la violencia en dos a la violencia, véanse Turpin y Kurtz (1997) y Muggah (2012).
América Latina, se puede consultar: Koonings (2001), Koonings Sobre la noción de "justicia callejera", véanse Jacobs (2004),
y Kruijt ( 2007), Rodgers, Beall y Kanbur ( eds.) ( 2013), Imbusch, Mullins, Wright y Jacobs (2004), Jacobs y Wright (2oo6) . Sobre
Misse y Carrión (2011). Sobre los debates del carácter novedoso la violencia como "don", consultar Papachristos (2009) . Sobre
de la violencia, véase Wilding (2010). la violencia como retribución, véanse Black (1983) y Jacobs y
Sobre la relación entre violencia y democracia, véanse Jones Wright (2006) .
y Rodgers (2009) y Caldeira (2ooo). Acerca de l a retribución como motor de la violencia e n terri
Sobre los grupos más afectados por la violencia urbana, véanse torios de relegación urbana en América, véanse Kotlowitz (1991),
Gay (2005), Brinks (2008), CELS (2009), Imbusch, Misse y Ca Bourgois (1995),Anderson (1999 ), Alarcón (2003, 2009), LeBlanc
rrión (2011), Reguillo (2012), UNODC (2011). (2004), Venkatesh (2008), Jones (2009), Harding (2010). Sobre
Para estudios sobre violencia en distintos lugares de América la violencia y la búsqueda de respeto, véanse Bourgois (1995),
Latina véanse: para Río de Janeiro, Perlman ( 2011), Penglase Rodgers (2oo6a), Jones (2009), Zubillaga (2009), Baird (s/f) ,
(2010), Wilding (2010); para Managua, Rodgers (2007); y para Penglase (2010 ) .
Medellín, Baird (s/f). Entre los estudios que tratan los múltiples sentidos de l a vio
Sobre las diversas formas de violencia experimentadas por lencia, destacan: Kakar (1996), Bourgois (1995), Armstrong
los pobres urbanos en la Argentina, véase Bonaldi y del Cueto (1998) y Muchembled (2012).
(2009 ) ; sobre el temor al crimen y las percepciones de "insegu Para profundizar en trabajos sobre violencia familiar, véanse
ridad", recomendamos leer a Kessler (2009) . Tolan et al. (2oo6), Kurst-Swanger y Petcosky (2003) y Gelles
Para estudios clásicos sobre los factores asociados al aumento (1985).
y a la persistencia de la violencia, véanse Kornhauser (1978) y Sobre violencia callejera, véanse Jones ( 2009), Harding ( 2010),
Shaw y McKay (1942). Sobre la asociación entre el nivel econó Venkatesh (2008), McCart et al. (2007) y Bourgois (1995). Acerca
mico de una comunidad y la violencia, véanse Wilson (1990, de los desplazamientos de esta violencia al interior del hogar,
1997) y Ousey y Lee (2002). Véase también Sampson y Groves véanse por ejemplo Wilding (2013), LeBlanc (2004), Bourgois
(1989) para entender el papel que juegan las redes formales e (1995), Kotlowitz (1991) .
informales. Sobre la relación entre niveles de violencia y varia-
164 1 lA VIOLENCIA EN lOS MÁRGENES NOTAS 1 tóS
Para los distintos usos y las críticas que se hicieron de la no Sobre la policía en las favelas, véase Arias (2oo6a, 2006b ) .
ción de "código callejero" de Anderson, véanse Jones (2009), Sobre prácticas estatales, véanse Haney (1996) , Gupta (2005,
Harding (2010) y Wacquant (2002). 2012) y Secor (2007).
Sobre el "continuo de violencia", véanse Scheper-Hughes y Sobre la policía de la provincia de Bueno s Aires, véanse Isla
sky
Bourgois (2004) y Bourgois (2009) . y Míguez (2003) , Saín (2004; 2009), Dewey (2010) y Verbit
Para una crítica d e l a idea d e violencia estructural, véase (2011) . También, Daroqui et al. (2009 ).
Wacquant (2004). Para elaboraciones de la noción de repertorio, véase Tilly
(1995; 2006).
CAPÍTULO 3
Sobre la desensibilización frente a la violencia crónica, véanse EPÍLOGO
McCart et al. (2007) y Guerra, Huesman y Spindler (2003). Sobre la transmisión intergeneracional de la violencia, véanse
su
Sobre la relación entre consumo de drogas y violencia, véanse Tolan, Gorman-Smith y Henry (2006 ), Gelles (1985) . Sobre
.
los interesantes trabajos de Reinarman y Levine (1997), Parker aprendizaje, consultar: Bandura (1973) y Mihalic y Elliot (1997)
Y
y Auerhahn (1998), Goldstein et al. (1997). Contreras (2012) Sobre la violencia subalterna dirigida contra los poderosos
ofrece un reciente e iluminador trabajo etnográfico sobre el sus símbolos, véanse Darnton (2006 ) y Scott (1987) .
tema.
Los estudios sobre las consecuencias de la exposición cons
tante a la violencia son numerosos y diversos. Entre ellos, se
pueden consultar: Garbarino (1993) , Friday (1995) , Schwab
Stone y otros (1995), Gorman-Smith y Tolan (1998), Osofsky
(1999 ), Margolin y Gordis (2ooo ), Clark y otros (2007), Farrell
y otros (2007), Brennan, Molnar y Earls (2007), Walton, Harris,
y Davidson ( 2009), Popkin, Leventhal y Weismann ( 2010).
CAPÍTULO 4
La variada presencia del Estado en zonas pobres de América ha
sido objeto de diversos estudios. Entre ellos se destacan: Williams
(1992), Anderson (1999) , Koonings y Kruijt (2007), Venkatesh
(2oo8) , Goffman (2009) , Ríos (2010) , Müller (2011). Para un
análisis reciente sobre el Estado en los márgenes urbanos, véase
el trabajo de Goldstein (2012) acerca de las percepciones de las
prácticas estatales en los barrios de Cochabamba, Bolivia.
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