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¿Deberíamos expulsar a los venezolanos de Colombia?

Más allá de los venezolanos que viven en las calles y de los brotes de estigmatización
hacia ellos que se han presentado en algunas ciudades del país; la migración de
ciudadanos del país vecino enfrenta a Colombia a uno de sus mayores retos y, tal vez, a
una gran oportunidad de cambio.
Esta puede ser la gran oportunidad para convertirnos en una verdadera sociedad abierta,
no solo con los venezolanos. Mientras tanto, que bueno que estén acá, ayudándonos a
construir la Colombia del Siglo XXI.
La Guardia venezolana, en varias épocas y con diferentes discursos, se encargó de
recordarle al colombiano que su país estaba en mejores condiciones. Adicionalmente, la
eventual displicencia del venezolano de clase media-baja exacerbaba, aún más, las
diferencias con los “neogranadinos”.
Tenían razón: ellos estaban mejor. Con algunas excepciones temporales, la abundancia
petrolera daba para todo. Gasolina barata, adecuada infraestructura de carreteras y altos
ingresos, eran solo una parte de las distancias de dos países hermanos. Sin embargo, pese
a la pugna familiar, siempre existió una relación de mutua dependencia, en la que
Colombia recibió beneficios de los excedentes petroleros y los colombianos buscaron
oportunidades pasando la frontera.
Los tiempos cambiaron, los venezolanos le apostaron, a las políticas del estado
venezolano, bajo el silencio cómplice de varios países de la región, incluido Colombia.
Hoy padecen las consecuencias. Se destruyó el sector privado, registran una inflación sin
precedentes, las instituciones se resquebrajaron y viven un drama en el que es difícil
alimentarse.
La situación ha generado un éxodo masivo de venezolanos a Colombia. Según cifras de
migración Colombia, en el país hay 1.512.000 venezolanos, entre turistas y residentes que
están legalmente. Algunos, principalmente en la frontera, se preguntan si será mejor
cerrarles la puerta. Después de todo, le están quitando empleo a nacionales y es bueno
devolver un poco de la hospitalidad de antaño. ¿Tendrán razón?
Se equivocan quienes están casados con la postura de sociedad cerrada. Además de las
válidas consideraciones humanitarias y la grandeza propia que se debe tener con un país
hermano, la historia ha demostrado que a las sociedades que promueven el intercambio
de ideas les va mejor. Así fue posible en la Florencia del Siglo XIV, la familia Medici
utilizó sus recursos para que confluyeran poetas, científicos, artistas, ingenieros y lo más
selecto de la Europa de la época. A ellos les debemos el Renacimiento.
Vivimos tiempos difíciles, las cifras del mercado laboral así lo demuestran, pero no por
eso le debemos dar la espalda a una Nación con la que compartimos siglos de historia. En
todo caso, los venezolanos que lleguen al país deberán cumplir con las normas para
homologar experiencia y títulos. Ya hay varias alertas, especialmente con médicos en la
frontera, de empresarios colombianos que se están aprovechando del drama social y
contratan médicos sin el cumplimiento de los requisitos legales.
Esta puede ser la gran oportunidad para convertirnos en una verdadera sociedad abierta,
no solo con los venezolanos. Mientras tanto, que bueno que estén acá, ayudándonos a
construir la Colombia del Siglo XXI.
Indudablemente que le afecta, a todos las ciudades del país; pero especialmente en santa
marta la cual es un sitio inmensamente turístico donde se refleja la llegada de muchísimos
venezolanos con fines propios y normales de cada ser humano de seguir adelante y buscar
un mejor futuro para su familia; lógicamente suelen llegar personas desadaptadas que
incomoda la tranquila del ciudadano samaria; se han visto reflejados muchos hechos
donde se ve el peligro la integridad de los habitantes por efecto de delincuentes
venezolanos . Obviamente merman en gran numero las fuentes de empleo dada las
circunstancias los entes gubernamentales deben trazar política de alternativas y de
estrategias para contrarrestar el desempleo que surgen por lo que algunas instituciones o
empresas privadas contratan el servicios de muchas inmigrantes a un sueldo bastante bajo
afectando lógicamente a los habitantes de la ciudad de santa marta.
claramente sería un error Expulsar a que regresen nuevamente a Venezuela; sería como
condenarlos a la muerte el estado colombiano y países no aliados del régimen de maduro;
deberían buscar mejores alternativas de ayuda sobre todo de salud, alimentación, empleo
y apoyo total a las necesidades que se presenten; los países, deberían presionar
firmemente y de manera unánime para darle un fin a este régimen que está catapultando
a Venezuela, especialmente a los habitantes de menor recursos que se ven obligado a
emigrar a otro países.

Estudiante:
Fabián David Oñate Medina

Docente:
Jaime Vega

Universidad de Pamplona
26-10-2019

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