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UNIVERSITÀ PONTIFICIA SALESIANA

F ACOLTÀ DI T EOLOGIA
ISTITUTO DI P ASTORALE G IOVANILE

Tesis de Licencia en Teología Pastoral

con especialización en Pastoral Juvenil

LA FORMACIÓN DE LOS ANIMADORES


Acercamiento crítico al “Plan Nacional de Formación de Soles”

de los Exploradores Argentinos de Don Bosco

Estudiante: Héctor Luis ARISMENDE sdb (20921T)

Relator: Prof. Antonio ESCUDERO sdb

Roma - 2018
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se trata de un estudio crítico del Plan Nacional de
Formación de Soles, que son los animadores del movimiento de los Exploradores
Argentinos de Don Bosco. Lo hago persiguiendo estos tres objetivos:

Describir el texto del PNFS, los procesos con los que fue elaborado y la
propuesta formativa que ofrece, buscando evidenciar algunos interrogantes de orden
pastoral que se desprenden de la observación crítica.

Evaluar la pertinencia y actualidad de este documento analizando las fuentes


que están en su origen, y poniéndolas en diálogo con algunas disciplinas teológicas
y científicas y con la realidad de los jóvenes animadores en Argentina hoy.

Identificar los elementos esenciales y las posibles carencias para ofrecer


orientaciones generales y sugerencias particulares tendientes a responder a los
interrogantes planteados y así contribuir a la cualificación del itinerario formativo
existente.

No pretendo ser exhaustivo en el tema, solo ayudar a emerger algunos puntos


que considero valiosos para una revalorización del plan formativo buscando,
además, generar una reacción de cercanía hacia este texto que parece poco conocido
y/o utilizado; dichos puntos también serán de importancia si en algún momento se
quisiera encarar una actualización de dicho documento. Para ello me sirvo de un
método que considero adecuado al tipo de estudio que quiero emprender, que es, en
definitiva, el análisis de un documento que posee un ámbito específico de aplicación
dentro del contexto amplio de la pastoral juvenil salesiana de Argentina, y
concretamente al interno del Movimiento Exploradores Argentinos de Don Bosco.
Teniendo en cuenta estas premisas, considero oportuno utilizar el método Ver-

1
Juzgar-Actuar, propio de la reflexión pastoral latinoamericana, 1 enriquecido por un
enfoque hermenéutico2 que tendrá su principal aporte en mi propia experiencia
como Capellán local por más de once años y Capellán Nacional por tres, y la de
otras personas involucradas en diferentes momentos de la evolución de este
documento. El proceso que propone el método, además, me ayudará a estructurar el
trabajo en tres capítulos en correspondencia con los tres momentos del mismo.

El primer capítulo será el momento de la Lectura, es decir el contacto directo


con el texto, su historia, su pasado y presente; haciendo una descripción del texto y
su contexto de origen como experiencia fenomenológica buscaré detallar lo que el
texto dice acerca de la formación de los animadores y los procesos que lo llevan a
decir eso, para eso trabajaré fundamentalmente en dos sentidos: el estudio del texto
y el análisis de los contenidos.

En referencia al texto, nos interesaremos por su realidad concreta de


documento escrito, que comprende una historia anterior a su escritura, un momento
en el que el texto comienza a existir fruto de una decisión y la interacción de varios
agentes, y un presente permanente que a su vez varía por la recepción, el uso, las
modificaciones que el texto experimenta en el cumplimiento de su fin específico.
Con respecto a los contenidos, el análisis girará en torno a la selección de los temas,
la identificación y estudio de los objetivos, la estructura, organización y coherencia
interna del documento.

En este capítulo intervendrán fuertemente las categorías histórica, literaria y


lingüística, ya que por detrás del texto existe un lenguaje propio y común a quienes
comparten la experiencia de ser Exploradores; dicho lenguaje nos dará algunas
claves de interpretación hermenéutica del documento y de la propuesta exploradoril
en general. Hacia el final del capitulo buscaré explicitar algunos interrogantes que

1
Cf. CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO - SECCIÓN DE JUVENTUD, Civilización del Amor. Proyecto y
Misión. Orientaciones para una Pastoral Juvenil Latinoamericana, CELAM, Bogotá 22013. 388–396
2
Cf. A. GALLO ARMOSINO, Manual de Hermenéutica, Universidad Rafael Landivar, Guatemala 2005.

2
surgen del análisis hecho en referencia a la incidencia de este documento en los
procesos pastorales del Movimiento.

En el segundo capítulo, en concordancia con el método, buscaré realizar un


análisis de las fuentes que sirvieron de base al mismo. Será importante realizar un
proceso crítico que enfoque y compare los elementos constitutivos del texto, desde
la mayor objetividad posible, con las interpretaciones que se desprenden para
actualizar ese pasado que contiene. Buscaré poner en diálogo al Plan Nacional de
Formación de Soles con su propio objetivo, que es el de formar al Sol como a) laico
comprometido; b) que vive el estilo salesiano; c) para la construcción de la
civilización del amor. Cada una de esas partes presupone la iluminación y
orientación de contribuciones magisteriales de diverso grado –congregacional, de la
Iglesia local, continental y universal–, de documentos salesianos y exploradoriles,
aportaciones teológicas (antropológica, eclesiológica, bíblica, litúrgica) y el
contributo de las ciencias humanas, sobre todo la pedagogía, la psicología y la
sociología. El objetivo es proponer un marco teórico de interpretación de la realidad
que sirva de guía para la toma de decisiones ante una futura renovación del plan
formativo.

El tercer capítulo es fruto de la confluencia de los dos primeros: sobre la base


del análisis que se desprende de la observación del documento y con la iluminación
que aportaron –entonces y ahora– las raíces teóricas del mismo, me dedicaré a dar
una respuesta de fe actualizada a los desafíos presentados, limitada por mi particular
y personal punto de vista, pero que sólo se propone dar una respuesta entre tantas
posibles y, en todo caso, abrir el debate sobre estos aspectos para motivar
posteriores estudios acerca de los mismos.

Partiendo de la experiencia, iluminada por la revelación, se torna nuevamente


a la experiencia. Llegado a este punto será importante bosquejar elementos que
describen y representan la realidad en general de los jóvenes con los que el Plan

3
tendría una interacción directa, para poder confrontarla con el mismo y analizar
hasta qué punto está respondiendo o no a ese marco de situación. La linea de
máxima es ofrecer sugerencias acerca de posibles cambios que el documento pueda
necesitar según el análisis hecho, y lineas de profundización que puedan servir
como punto de partida a nuevas reflexiones por parte de las personas a quienes
corresponde revisar, ratificar o modificar el mismo y/o hacer otras propuestas
formativas.

Mi intención con este trabajo no es abundar en cuestiones prácticas ni


estrategias metodológicas para llevar adelante los encuentros formativos, un trabajo
que en todo caso podrá desprenderse posteriormente de las conclusiones a que
arribe aquí, sino más bien, ayudar a la profundización en la referencia a marcos
teóricos que unifiquen el lenguaje, que orienten y prevengan posibles errores de
concepciones, de doctrina o de pertenencia eclesial, y ofrecer una inicial motivación
a la sistematización de la reflexión y la organicidad del material existente, que se
presenta como un campo casi totalmente inexplorado. Dichos marcos o criterios
frecuentemente no se conocen, no son lo suficientemente explícitos o no es explícito
el grado de normatividad que comportan para la praxis. De aquí la necesidad de
relevar dichos principios y criterios y verificar su actualidad y adecuación, además
de constatar los posibles vacíos.

Antes de meterme de lleno al trabajo, dos premisas: en primer lugar me


parece necesario ofrecer una sintética presentación de los EADB que ayude a
apreciar mejor el contexto en el cual se inserta mi propuesta. La segunda es que
mucha de la documentación sobre los procesos que serán descritos sólo existe en
archivos digitales, para citarla en el trabajo, ya que fundamentan conclusiones sobre
el Plan de Formación, serán debidamente catalogadas y editadas en un Anexo al
trabajo de tesis que tiene una numeración propia y correlativa.

Héctor Arismende sdb

4
UNA NECESARIA PRESENTACIÓN
Los Exploradores Argentinos de Don Bosco son una expresión del
asociacionismo juvenil salesiano presente en gran parte del territorio de la
República Argentina, aún más allá de las presencias salesianas.

“Es una de las instituciones salesianas fundadas en Argentina a principios


del siglo XIX, con el objetivo de actualizar la experiencia del Oratorio Festivo
a la cultural juvenil y popular de estas tierras en momentos de expansión del
anticlericalismo y de descristianización de las clases populares”.1
Fueron fundados en 1915 por inspiración de los salesianos José Vespignani,
entonces Padre Inspector de Argentina, y Lorenzo Massa, un sacerdote con un
ímpetu apostólico particular y creativo que también participó del nacimiento del
equipo de fútbol del Club Atlético San Lorenzo de Almagro que milita en la
primera división del fútbol argentino.

“Como una respuesta cristiana a las necesidades juveniles de la Argentina,


el 14 de agosto de 1915 se realiza en la ciudad de Buenos Aires la presentación
de los exploradores Argentinos de Don Bosco, creados por el P. José
Vespignani y concretados por obra del P. Lorenzo Massa, desde mayo de ese
mismo año, centenario del nacimiento de San Juan Bosco”.2
Los Exploradores nacieron como una de las diversas actividades del Oratorio
del colegio San Francisco de Sales en Almagro, ciudad de Buenos Aires pero bien
pronto se desarrollaron en muchas obras salesianas de todo el país, desde Formosa y
Salta hasta Ushuaia. Actualmente existen, de manera oficial y reconocida por las
autoridades nacionales de la institución, 75 batallones y otros 10 se encuentran en
formación, es decir que realizan actividades con animadores de otros batallones

1
J. GONZÁLEZ - G. LOPARCO - F. MOTTO - S. ZIMNIAK (a cura di), L’Educazione salesiana dal 1880 al 1922.
Istanze ed attuazioni in diversi contesti, Volume II: Relazioni regionali: America LAS, Roma 2007, 27.
2
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 2011, 1.

5
cercanos o jóvenes que se preparan para completar todas las etapas y metas, en vías
de ser reconocidos oficialmente.

Después de varios años en los que la institución adquirió un rostro más


parecido al de organizaciones de tipo militar, durante los ‘70 y ‘80 vivió un proceso
de profunda reestructuración que fortificó las bases oratorianas y pastorales; los
cambios tocaron los documentos fundamentales, el tipo de organización interna y
los itinerarios formativos. En cuanto a documentos fundamentales se redactaron los
Principios Doctrinales que los EADB comparten con otras instituciones similares,
como las Exploradoras de María Auxiliadora y los Exploradores Paraguayos de Don
Bosco, y se renovó el Reglamento Nacional; esto afectó la organización, ya que se
fortaleció el ingreso de mujeres generalizándose la existencia de batallones mixtos,
se reconoció como perteneciente al Movimiento Juvenil Salesiano y se elaboró una
estructura que ayudase a animar los distintos niveles de organización (Local,
Regional y Nacional). La organización institucional del Movimiento es la
siguiente:3
Jefe de Batallón
CONSEJO LOCAL Consejo Ejecutivo Local (CEL) Jefa de Batallón
(CL) Capellán
Coordinadores de Etapas
Jefe Regional
Consejo Ejecutivo Regional
Jefa Regional
CONSEJO REGIONAL (CER)
Capellán Regional
(CR)
CEL de cada Batallón de la Región
Un delegado por cada CL
Jefe Nacional
Consejo Ejecutivo Nacional
Jefa Nacional
CONSEJO NACIONAL (CEN)
Capellán Nacional
(CN)
CER de cada Región
Un delegado por el CR
Todos los miembros del Consejo Nacional
CONGRESO NACIONAL Todos los miembros de los Consejos Regionales
Dos delegados de cada Batallón
JUNTA DE INSPECTORES ARGENTINOS (JIAR)
3
EXPLORADORES ARGENTINOS DE DON BOSCO, Reglamento Nacional, 2010, artículo 4

6
Con respecto a los itinerarios formativos se estableció un “ciclo exploradoril”
que se dividió en tres etapas con algunas metas parciales al interno, también se
adoptó un modelo catequístico que, favorecido por las etapas y metas del ciclo,
podía ofrecer caminos diferenciados según edades a los distintos grupos o patrullas,
según una metodología llamada exploradoril basada en tres pasos: actividad,
reflexión y Palabra de Dios.

El cuadro general de referencia de la formación está dado por el Reglamento


Nacional del siguiente modo:

“Artículo 43: Disposiciones generales.


El batallón realiza la formación del explorador/a en un proceso educativo de
etapas y metas parciales con las siguientes características:
-La duración de cada etapa o meta parcial no se calcula por cada año
transcurrido en la misma, sino por el proceso educativo de lenta y personal
maduración, que los jefes de compañía deberán supervisar, determinándose en
el C.L. las modalidades de las promociones de una meta a la otra. El C.R.
mantendrá un criterio común dentro de su región.
-Las llamadas “experiencias religiosas” son específicamente retiros y cada
meta tiene una que es característica. Podrán agregarse otras experiencias. Por
lo tanto el C.L. velará para que sean retiros.
-El jefe/a de compañía realizará la planificación de la formación de su etapa
o meta parcial, según las orientaciones presentadas en los libros respectivos,
adaptando los contenidos y experiencias de acuerdo a las necesidades locales
según determine el C.R.
-Para la evaluación de las etapas o metas parciales se tendrá en cuenta
objetivamente la vivencia progresiva de los contenidos de la etapa, la
integración al grupo, la asistencia regular y la participación en las actividades.
-Los nombres que recibe cada explorador/a de acuerdo a las etapas y metas
se mantienen mientras esté en actividad. Una vez fuera de actividad se pierde el
nombre de la etapa o meta alcanzada y se los llama a todos/as
exploradores/as”.4

El ciclo exploradoril está organizado de la siguiente manera:

4
EADB, Reglamento Nacional, artículo 43.

7
Meta parcial Experiencia
Etapa Lema Emblema
Varones Mujeres religiosa

Integrarse a la Experiencia del


Ambientación Caminantes Chispitas
familia exploradoril Leñero

Experiencia del
Pioneros Fuegos Afianzar el grupo
Fuego

Consolidar el
Experiencia Experiencia del
Rastreadores Hogueras camino y la familia
Exploradoril Agua
exploradoril

Prepararse para
Baquianos Antorchas servir a la AGRES
comunidad

Perfecciona-
Siempre listo para
miento y Soles
servir
Servicio

Cada una de las metas parciales utilizan para la formación un libro con los
contenidos humanos, catequísticos y exploradoriles según un itinerario propio de la
etapa. Para Caminantes/Chispitas el libro ofrece encuentros que se desarrollan en el
orden lógico presentado en el libro, en cambio para Experiencia Exploradoril cada
meta parcial tiene un libro de “consignas” sobre temas variados del itinerario propio
que pueden ser desarrollados en diferente orden, según las necesidades de cada
grupo. La etapa de perfeccionamiento y servicio posee el Plan Nacional de
Formación de Soles como libro de referencia para la formación, que ofrece los
contenidos y criterios para que los animadores preparen los encuentros.

8
SIGLAS y ABREVIATURAS
AA Apostolicam Actuositatem
ABA Región Buenos Aires
AG Ad Gentes
ALP Región La Plata
ARN Inspectoría Argentina Norte “Artémides Zatti”
ARS Inspectoría Argentina Sur “Ceferino Namuncurá”
ASANCEL Asamblea Nacional de Consejos Ejecutivos Locales
CAS Colección Al Sol
CEL Consejo Ejecutivo Local
CELAM Consejo Episcopal Latinoamericano
CEN Consejo Ejecutivo Nacional
CER Consejo Ejecutivo Regional
CG23 Capítulo General 23 de los Salesianos de Don Bosco
ChL Christifideles Laici
CL Consejo Local
CN Consejo Nacional
CR Consejo Regional
DP Documento de Puebla
DSD Documento de Santo Domingo
EADB Exploradores Argentinos de Don Bosco
EAMA Exploradoras Argentinas de María Auxiliadora
EPDB Exploradores Paraguayos de Don Bosco
FS Familia Salesiana
GS Gaudium et Spes
HMA Hijas de María Auxiliadora
LG Lumen Gentium
MES Movimiento Exploradoril Salesiano
MJS Movimiento Juvenil Salesiano
PNFS Plan Nacional de Formación de Soles
PPDD Principios Doctrinales
RN Reglamento Nacional
SDB Salesianos de Don Bosco
TDR Tiempo de Dios y Reflexión

9
10
CAPÍTULO 1
EL PLAN NACIONAL DE FORMACIÓN DE
SOLES HABLA DE SÍ MISMO
Y POR SÍ MISMO

El primer capítulo está destinado a una aproximación inicial al texto que


propongo a estudio; fundamentalmente aquí trabajo en dos sentidos: el estudio del
texto y el análisis de los contenidos.

En referencia al texto1, me interesa su realidad concreta de documento


escrito, que comprende una historia anterior a su escritura –un momento en el que el
texto comienza a existir, fruto de la decisión y la interacción de varios agentes– y un
presente permanente que a su vez varía por la recepción, el uso, las modificaciones
que el texto experimenta en el cumplimiento de su fin específico.

Con respecto a los contenidos, el análisis gira en torno a la selección de temas


que contiene el Plan, la identificación y estudio de los objetivos que plantea, la
estructura y organización interna del documento. También busco clarificar algunos
aspectos referidos al lenguaje propio del ambiente exploradoril, que tiene sus
características, una historia y se traduce en una simbología también específica, pero
no deja de tener algunas contradicciones internas.

1
EXPLORADORES ARGENTINOS DE DON BOSCO, Plan Nacional de Formación de Soles, Buenos Aires, 1995.

11
1 ANÁLISIS CRÍTICO DEL TEXTO

1.1 El Texto

1.1.1 Formato

En primer lugar cabe destacar que el documento sobre el cual trabajo ha sido
conocido desde su origen bajo la forma de una edición interna del Movimiento,
impreso en tamaño A4, a simple faz, de 54 páginas, con un anillado y cubiertas de
plástico. Con este formato se distribuyó un ejemplar a cada Batallón existente a
fines de 1995.

Aquella fue la única vez que se imprimió de manera oficial, sin embargo, en
los archivos virtuales del Movimiento se conserva el documento en formato digital,
que es al cual he accedido para poder trabajar en este estudio, aunque conozco y he
tenido oportunidad de utilizar también en otras ocasiones el documento impreso.

A los fines de contar con el soporte papel del mismo y facilitar la consulta y
citación, se incluye entre los textos que conforman el Anexo al presente trabajo de
tesis; el mismo fue editado en sus estilos y caracteres para dar uniformidad a la
impresión y por eso varía la paginación respecto del original.

1.1.2 Generalidades y particularidades de la estructura

El texto del Plan Nacional de Formación de Soles está estructurado en seis


títulos principales:

Presentación (pág. 3): Es una brevísima descripción del proceso con el cual
el Congreso Nacional de 1995 elaboró este documento y lo que se encuentra en el
mismo. Está fechada el 16 de agosto de 1995 y firmada por el Consejo Ejecutivo
Nacional: Osvaldo Alegre, Raquel Ávalos de Soto y el Padre José Ellero sdb, Jefe,
Jefa y Capellán Nacionales en ese momento, respectivamente.

12
Lineamientos fundamentales del MES (pág. 4): es una serie de diez puntos
que sintetizan orientaciones comunes para las diferentes instituciones que
conforman el Movimiento Exploradoril Salesiano, y que debían regir el proceso de
revisión de los Reglamentos y planes formativos que cada una de ellas se disponían
a encarar. Fueron elaborados por el Consejo Coordinador del MES en el año 1994.

En los primeros tres puntos resalta la importancia de encuadrar los procesos


de revisión dentro del magisterio eclesial –sobre todo hace referencia al emanado
por el CELAM–, de la pertenencia al MJS y de respetar la identidad exploradoril
expresada en los Principios Doctrinales. Los siguientes cinco refieren la
significatividad de algunos criterios formativos: el servicio, la diversidad de lo
femenino y lo masculino, el protagonismo de la propia persona que se forma, el
acompañamiento personal y comunitario de los dos “modos” de ser Soles. El
penúltimo subraya criterios relacionados a la metodología: ésta debe respetar y
alentar el protagonismo del joven. El décimo, al final, hace fuerza sobre el aspecto
vocacional de la propuesta exploradoril y la finalización del proceso de formación.

Primera parte: Premisa (págs. 6-11). Presenta en primer lugar los objetivos
de la etapa de perfeccionamiento y servicio, a partir de los cuales se desprenden los
tres núcleos de formación que el Plan deberá atender: Laico, Espiritualidad y
Trabajo Ambiental. En un segundo momento describe el perfil de Sol a que se
pretende arribar con el desarrollo de la formación, y lo describe en torno a tres
aspectos: Humano, Cristiano y Exploradoril, y que deberán confrontarse con cada
uno de los núcleos antes enunciados. Por último, describe el marco doctrinal y los
criterios operativos junto al Plan de acción general que rigen la idea de formación y
espiritualidad con que fue concebido el Plan Nacional de Formación de Soles. Este
Plan de acción detalla específicamente cómo el PNFS responde concretamente a
cada uno de los 10 puntos de los Lineamientos dados por el MES.

13
Segunda parte: Desarrollo específico del Plan (págs. 12-30). Es la parte
central del documento y desarrolla en cinco grandes divisiones los núcleos, la
metodología y la organización de la formación, la especificidad de la formación en
los campos de servicio y la partida del Sol, es decir la culminación del proceso
formativo. Cada una de estas partes, a su vez, presenta la misma estructura: primero
el marco doctrinal y los criterios operativos, y en segundo lugar el plan de acción
específico. Hacia el final, además, incluye los criterios a tener en cuenta al
momento de preparar la celebración para el momento del “envío del Sol”, sus
objetivos y algunas orientaciones respecto al tiempo previo a la Partida.

Tercera parte: Experiencias concretas de formación (págs. 31-43). Se


recoge aquí una serie de experiencias realizadas en algunas de las regiones para
acompañar la formación de los Soles. No hay mucha unidad en la redacción de las
mismas, evidenciando ser una transcripción de lo aportado por las regiones, sin una
tematización de las mismas; algunas están más desarrolladas, como la experiencia
del islero, mientras otras son solo un punteo de temas e ideas más o menos conexas
entre si, como es el caso de los retiros.

Al final se transcriben nuevamente los objetivos y condiciones de la


celebración de “Envío del Sol” ya descritos en las página 30, y a continuación se
presenta un esquema concreto de la ceremonia.

Anexos (págs. 44-59): en página 19ss se especifica la opción por la que se


conoce como “Metodología Exploradoril” (Actividad-reflexión-Palabra de Dios),
basada en el método experiencial, por eso aquí se recogieron las otras metodologías
que figuraban en el anteproyecto y que se aconsejan como posibilidad para temas
puntuales y casos específicos. Ver-Juzgar-Actuar, Lectio divina en clave salesiana,
análisis de la experiencia de vida, el itinerario de educación a la fe propuesto por el
CG23 de los Salesianos de Don Bosco y la metodología del camino, la comunidad y

14
el servicio, son explicitadas como metodologías alternativas o complementarias,
útiles para el desarrollo de la formación de los Soles.

Un segundo título entre los anexos se refiere a los objetivos generales, las
temáticas propuestas y los objetivos particulares de cada tema a ser tratado en los
Encuentros de Formación para Soles en misión. En tercer lugar aparecen algunas
propuestas para los Soles en misión acerca de cómo hacer el discernimiento sobre la
tarea a desempeñar, aclarando los pasos a seguir para la aprobación por parte del
CEL, el sostén organizativo, formativo y económico de los proyectos, y una lista
orientadora de misiones propuestas. Concluye el apartado de anexos con una
escueta bibliografía sugerida, dividida según sirva para la formación humana,
cristiana y/o exploradoril.

Una particularidad del documento es que en su versión original impresa en el


índice aparece una cuarta parte antes de los Anexos, titulada “Documentos del
magisterio”, los cuales no se transcriben luego. Es decir que los incluye en el índice,
y también los menciona en la presentación, pero no están en el cuerpo del texto. La
clasificación que presenta divide entre documentos de la Iglesia (Capítulo III de
Christifideles Laici2), de la Congregación Salesiana (Capítulos 2 y 3 del CG23 3) y
de la III Conferencia del CELAM (Puebla 3a parte, nº 34).

En síntesis, puedo decir que el Plan Nacional de Formación de Soles

“no ofrece un elenco de «consignas» o «encuentros», por el contrario deben


ser elaborados por la propia Comunidad en cada Batallón. Constituye un Plan,
en el que se define el perfil del sol, la metodología de trabajo, una mínima
estructura, la distinción entre Soles en Misión Comunitaria y Soles en Servicio
Institucional, se incluye también la propuesta de una celebración de Envío del
Explorador que deja la Institución y se sugiere una ceremonia. Complementan

2
JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Christifideles Laici, 30 de diciembre de 1988, en AAS 81 (1989)
393–521.
3
CAPÍTULO GENERAL 23 DE LOS SALESIANOS DE DON BOSCO , Educar a los jóvenes en la fe, CCS, Roma
1990.
4
II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Documento de Puebla,
CELAM, 1979.

15
el plan varios subsidios, relativos a: -La función del Laico comprometido, -la
espiritualidad juvenil Salesiana y la animación de grupos juveniles, tomados de
documentos de la Iglesia y de la Congregación Salesiana”.5

1.2 Historia del texto

1.2.1 El proceso de preparación

La última década del siglo pasado caracterizó la historia de los EADB por la
centralidad de la preocupación por la formación de los líderes. En el año 1989 el
Consejo Nacional tomó como objetivo revisar la formación de los Soles a partir de
lo existente6, y por eso durante los dos años siguientes consultó a los Soles de las
cinco Regiones para recoger sus experiencias y necesidades, con el fin de elaborar
lo que se presentó en diciembre de 1991 como el Plan de Formación de Soles en el
CAS 9. El mismo significó para la etapa de Soles el primer intento de actualización
concreta después del proceso de redimensión que vivió el Movimiento en los años
‘80. Y también significó el puntapié inicial para el camino que desembocó en la
elaboración del Plan Nacional de Formación de Soles, luego del trabajo del
Congreso Nacional de 1995.
Es claro que el repensamiento de la propuesta formativa no era exclusivo de
la etapa Soles, pero es probablemente la que más urgencia presentaba, ya que de
ello dependía en gran medida el éxito del entero proceso. Sin animadores formados
es imposible llevar adelante las actividades y el proyecto educativo pastoral en su
conjunto. Por otro lado, presentaba las dificultades propias de la innovación que
significó para la época el hecho de involucrar a los mismos Soles en la
responsabilidad de generar una alternativa adecuada. Este cambio de perspectiva se
reflejó en el hecho que se buscó partir “de la experiencia vivida, no ya de la teoría,
ya que las primeras reflexiones y orientaciones para los Soles fueron intuiciones

5
J. ELLERO, Apuntes para una historia de los Exploradores, ISMNet, Buenos Aires 2002, 13-14.
6
Cf. EADB – CEN, Colección Al Sol CAS 9: Plan de Formación de Soles, Buenos Aires, 1991, 1.

16
geniales de los que han creado el Ciclo Exploradoril”; 7 aquí, sin embargo, en el
trabajo del CN y la elaboración del CAS 9, los procesos tenían la clara intención de
favorecer siempre la mayor participación posible e integrar todas las voces.
El Plan de Formación plasmado en el CAS 9 se puede considerar el
antecedente inmediato del PNFS, no sólo por la metodología empleada, sino
también en cuanto a la estructura general, ya que los elementos básicos están ya
presente en aquel.
El texto de 1991 cuenta con una Introducción en la que resaltan cinco claves
que el CN consideraba fundamentales para poner en marcha el Plan: (1) cada Sol es
“responsable” de su propia formación (2) y entre sí “corresponsables” de la misma;
(3) los CL son los “promotores” y el espacio donde los Soles pueden pensar su
formación; (4) los grupos o comunidades de Soles son “ejecutores”, son el lugar y el
espacio donde “se hace” lo que se pensó; y (5) los CR y el CN son responsables de
preparar formadores que puedan ayudar a los Soles. El texto del PNFS, con la
misma intención de dar un marco operativo y criteriológico, puso en lugar de estas
claves los lineamientos del MES, que en líneas generales las recogen.
Un segundo aspecto es que el CAS 9 presenta la meta a alcanzar con el
proceso de formación,8 como base de los tres núcleos temáticos según los cuales se
deben organizar los contenidos: Laico, Espiritualidad y Activo. El Plan de 1995
también parte del mismo objetivo para plantear los núcleos, que esta vez son Laico,
Espiritualidad y Trabajo Ambiental. Aunque hay una diferencia de nomenclatura
para el tercer núcleo en el fondo responde a la misma inquietud: se refiere a la
construcción de la civilización del amor, como dice el objetivo. Como no cuento
con el verbal del Congreso de 1995, sólo el producto final, no sé cuáles fueron los
criterios para definir este nuevo nombre; si puedo afirmar, en cambio, que el
anteproyecto presentado por el CN como documento de trabajo aclaraba que “en la

7
CAS 9, 1.
8
El n.127 de los Principios Doctrinales, expresa: Perfeccionamiento: el objetivo final es ser laico
comprometido que vive el Estilo Salesiano para la construcción de la civilización del amor.

17
tercera columna no se ha llegado a un consenso para nombrarla de algún modo,
habiéndose sugerido los siguientes: Trabajo Ambiental - Trabajo Activo - Inserción
en la Comunidad - Compromiso con el Reino - Construcción de la Nueva Sociedad
- Construcción de la Civilización del Amor”. 9 Por otra parte, ya el CAS 9, cuando
argumentaba los núcleos, también agregó el subtítulo Trabajo Ambiental para
explicar que es innegable la característica intención de los Exploradores de “formar
un tipo de hombre activo”.10
El Capítulo General de los Salesianos de Don Bosco del año ‘90, sobre todo a
partir de la explicitación de los núcleos de la Espiritualidad Juvenil Salesiana,
ejerció una fuerte influencia en los procesos de la Pastoral Juvenil de las
Inspectorías Argentinas, y los Exploradores no fueron ajenos a la misma. De hecho,
un elemento ya presente en el documento de 1991 y que aparece luego en el PNFS
es el desarrollo de los núcleos en tres áreas de formación: Humana, Cristiana y
Exploradoril. Las mismas aparecen también en los itinerarios de formación de las
otras etapas exploradoriles, y tienen como base las áreas del proceso de educación
en la fe propuesto por el Capítulo, 11 pero esto tendremos oportunidad de desarrollar
más adelante cuando analicemos los contenidos.
Un cuarto aspecto que marca la continuidad entre ambos planes es el interés
por la organización de la formación: el primero desarrolla un esquema que parte del
nombre de la etapa (Perfeccionamiento y Servicio), y dice que
“la formación del Sol es, al mismo tiempo, perfeccionarse y realizar un
servicio: son dos áreas de la misma actuación formativa. El perfeccionamiento
se debe organizar en un solo plan con tres aspectos:
* plan de formación común,
* plan de formación circunstancial,
* plan de formación personal.
El servicio también se debe organizar en un solo plan con las dos
modalidades:
* Servicio Especial;
9
ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 87.
10
CAS 9, 5.
11
CG23, Educar a los jóvenes en la fe,116-119.

18
* Servicio en Misión”.12
En el PNFS se retoman algunos puntos, por ejemplo el planteo hecho sobre la
organización en grupos por promociones (año de reafirmación), por selección
(afinidad) o por equipos (servicio, actividad o función);13 se destaca que el grupo
mínimo es de 3 integrantes y que deben realizarse al menos quince encuentros en el
año.14
Por último señalamos que ambos planes dedican un espacio considerable a
tratar el tema de los campos de servicio, 15 o lo que se conoce como los modos
específicos de ser Sol: Servicio Especial y Servicio en Misión. En cuanto al
primero, las orientaciones dadas por el Plan del ‘91 son claras y recogen la tradición
y los planteos propios de la redimensión del Movimiento; por un lado pide la
revisión de los Cursos Regionales y/o Nacionales y por otro hace hincapié en la
obligatoriedad de la existencia de la Escuela de Jefes en cada batallón, según lo
previsto por el Reglamento Nacional.16 La revisión de los Cursos Regionales y
Nacionales fue hecha por una Comisión a la que el mismo Plan encomendaba esta
tarea, y su fruto se plasmó en el CAS 23, publicado en marzo de 1995 luego de tres
años de relevar la realidad de las Regiones y cotejarlas con la pregunta ¿Qué tipo de
dirigente necesitamos en nuestra Institución?.17
En cuanto al Servicio en Misión, el Consejo Nacional, a través del CAS 9, se
limitó a convocar un encuentro nacional de Soles en misión, que se realizó en 1992,
y a lanzar la idea de estudiar un plan de formación para los Soles en misión, ya que
partía de la siguiente constatación:
“Hoy se sabe fehacientemente que este Servicio está aún muy flojo dentro
de la Institución. Cada Consejo Local y Regional debe hacer un diagnóstico

12
CAS 9, 9.
13
CAS 9, 10; PNFS, 22.
14
CAS 9, 13; PNFS, 22.
15
CAS 9, 16-17; PNFS, 23-25.
16
EADB, Reglamento Nacional, artículo 51.
17
Cf. EADB – CEN, Colección Al Sol CAS 23: Plan Nacional de encuentros formativos, Buenos Aires, 1995,
9.

19
real sobre esta falencia en la Formación. Por lo tanto, el CN no puede hacer un
Plan para el Servicio en Misión, porque carece de este análisis de la realidad”.18
Dicho análisis llegó con el encuentro realizado al año siguiente, cuyas
conclusiones fueron recogidas por el CEN en el CAS 18 presentado a fines del año
‘93 con el título “Orientaciones Nacionales para los Soles en misión”; el mismo
resalta en primer lugar la novedad de la figura del Sol en misión dentro de la nueva
estructura del Movimiento que, aunque llevaba ya más de diez años de vigencia,
todavía no mostraba claridad en este tema; el diagnóstico elaborado dice que en
varios batallones no se valorizó esta opción debido a la necesidad de contar con
animadores dentro de la propia estructura; en otros casos simplemente se les
encargó trabajitos dentro del batallón, desdibujando y desvalorizando la opción
vocacional que subyace a este modo concreto de ser Sol. En fin, el horizonte está
dado por la falta de una visión vocacional del asunto, llevando a confundir la opción
de ser Sol en misión con la salida del Batallón, con lo cual éste se desliga de la
formación y el Explorador o hace su propio camino o simplemente abandona toda
actividad apostólica, dejando el ciclo inconcluso.19
El mencionado CAS 18 aportó algunos puntos de reflexión que giraron en
torno a la necesidad de presentar mejor ya en la meta de Baquianos/Antorchas los
dos modos de ser Sol, para ayudar al discernimiento vocacional; a este tema
también dedicó una buena parte del texto con especificaciones teóricas y prácticas
acerca del necesario acompañamiento antes y después de la reafirmación de la
promesa. Si bien este texto fue presentado a fines de 1993, aparentemente no tuvo la
repercusión esperada, ya que entre las líneas de trabajo para elaborar el PNFS –e
incluso en su redacción final– no aparecen referencias a esta cantera de reflexiones
hechas por el CEN a partir de la vivencia del Encuentro de Soles en misión.
Por lo expuesto hasta aquí puedo decir que el tiempo pasado desde el
Congreso Nacional de 1989 hasta el de 1995 se mostró particularmente rico de
18
CAS 9, 17.
19
Cf. EADB – CEN, Colección Al Sol CAS 18: Orientaciones nacionales para Soles en misión, Buenos Aires,
1992, 1-3.

20
reflexiones y experiencias orientadas a la formación de los jóvenes exploradores
pertenecientes a la etapa de Perfeccionamiento y Servicio. El contexto en que el
PNFS verá la luz será fruto de la sostenida asimilación de los cambios producidos
con la redimensión del Movimiento y la aparición del nuevo Ciclo Exploradoril, en
vigencia ya desde 1980; de la novedad de la sistematización de la Espiritualidad
Juvenil Salesiana y el llamado a generar itinerarios de educación en la fe que trajo el
Capítulo General XXIII en 1990; del paso de ser MADE (Movimiento Argentino de
Exploradores) a ser MES (Movimiento Exploradoril Salesiano) con la inclusión de
los Exploradores Paraguayos en 1992; y, por último, de las Asambleas Regionales
convocadas para preparar el Congreso.

1.2.2 El Congreso Nacional de 1995

Como he descrito antes, durante los años anteriores al Congreso Nacional de


1995, que dio como fruto el Plan Nacional de Formación de Soles, el Consejo
Ejecutivo Nacional realizó algunos intentos por comprometer a todos los
Animadores en elaborar propuestas, reflexionar sobre la situación formativa de los
Soles y acercar aportes que ayudasen a la elaboración del nuevo Plan de Formación,
pero se reveló un trabajo arduo y con respuestas bastante por debajo de las
expectativas.

Según lo establece el Reglamento Nacional, antes de un Congreso Nacional


cada Región debe realizar Asambleas en las que se trabaja sobre los temas del
Congreso. Las Asambleas Regionales que se realizaron en 1994 recibieron de parte
del CEN el CAS 20 que tenía una doble finalidad: por un lado hacer conocer el
documento del CG23 entre los Exploradores de todo el país, y por el otro favorecer
la reflexión previa al Congreso sobre la situación, las necesidades y las propuestas
acerca de la formación de los Soles. 20 Un mes más tarde el CEN volvió a enviar un
CAS, esta vez sobre los procesos de educación en la fe según la perspectiva de los
20
EADB – CEN, Colección Al Sol CAS 20: Los Soles y su camino en la fe. Aplicación del CG23 a los
Exploradores, Buenos Aires, 1994.

21
documentos del CELAM, para contribuir con la reflexión desde la visión de la
pastoral juvenil latinoamericana.21 A partir de esos aportes se lograron dos cosas: un
diagnóstico sobre cómo se llevaba adelante la etapa de perfeccionamiento y servicio
en los batallones de todo el país y, ayudados por el mismo, se elaboró un documento
de estudio para el Congreso Nacional del año siguiente, preparado por el CN y
enviado a todos los batallones.22

El trabajo previo que solicitaba el CAS 20 se componía de siete cuestionarios


que ayudaban a apropiarse del texto del CG23 y a su vez orientaban la reflexión
hacia el tema específico de la formación de los Soles, con un total de 53 preguntas.
Los temas eran:

1. Ambientes en que educamos a los Soles en la fe;

2. La situación de los Soles ante la fe;

3. La propuesta cristiana;

4. Hacia la madurez humana;

5. Hacia el encuentro con Jesucristo;

6. Hacia una intensa pertenencia eclesial;

7. Hacia la construcción del Reino.

Sobre esta base el CEN elaboró un diagnóstico general de la Nación,


documento que encontramos en el Anexo a este trabajo; 23 ese diagnóstico fue luego
dividido en partes para presentar el cuadro de situación de cada una de las secciones
en que se dividió el anteproyecto.

Durante el Congreso se trabajó con el anteproyecto presentado por el Consejo


Nacional y los títulos del mismo sirvieron para dividir las comisiones, “con la
21
Cf. EADB – CEN, Colección Al Sol CAS 21: Procesos de educación en la fe de los jóvenes, Buenos Aires,
1994. que sintetiza CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Los procesos de educación en la fe de los
jóvenes, CELAM, Bogotá 1993
22
Cf. ELLERO, Apuntes... 12.
23
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 59-71.

22
salvedad de que el primer tema no será tratado por una comisión sino presentado
como marco teórico, base de fundamentación de todo el itinerario formativo y por
lo tanto es un presupuesto con el que deben contar todas las comisiones”. 24 El
material que recibe cada comisión parte de un análisis de la realidad –el diagnóstico
antes mencionado– y pasa al desarrollo de la propuesta; en la misma se explicita
claramente el objetivo de cada sección y algún modo de evaluar que permita
verificar el logro de dicho objetivo.25

El Congreso Nacional se realizó en Cosquín, provincia de Córdoba, los días


29 y 30 de abril y 1 de mayo de 1995 con el lema “Necesitamos Soles que sean
Jesús”.26 Se destinó esos tres días al análisis de la formación de los Soles gracias al
diagnóstico obtenido sobre la realidad de las comunidades de Soles en actividad en
el país, la síntesis de los trabajos de cada Asamblea Regional, y las propuestas
elaboradas por el Consejo Nacional, iluminadas a sus vez por los lineamientos del
MES.27

Como corolario del proceso, el Congreso de 1995 incluyó en el Reglamento


Nacional un párrafo sobre la formación de la Etapa de perfeccionamiento y servicio
en el que explicitó que “los contenidos de la formación de los Soles están señalados
en el Plan Nacional de Formación de Soles”, 28 con lo que dio entidad al Plan como
itinerario a seguir y desde donde este documento adquirió una importancia capital
en la formación de los jóvenes más grandes que participan de la propuesta
exploradoril.

1.2.3 La puesta en marcha

El Congreso Nacional de 1989 había lanzado la idea de realizar cada dos años
una Asamblea Nacional de Consejos Ejecutivos Locales (ASANCEL); las
24
ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 76.
25
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 78.
26
Cf. PNFS, 3.
27
Cf. ELLERO, Apuntes..., 13-14.
28
EADB, Reglamento Nacional, artículo 50, inc. 6°.

23
Asambleas de 1992 y 1994 fueron destinadas a tratar la planificación educativo-
pastoral y el funcionamiento de los Consejos Locales; “en 1996 el tema no podía ser
otro que ahondar el reciente Plan Nacional de Formación de Soles, que encontraba
dificultades de aplicación por la simple razón de su desconocimiento… No hay que
olvidar que al año siguiente un 50% de los Jefes de Batallones ya no eran los
mismos que habían concurrido al Congreso del año anterior”.29

Como primer intento de concreción del Plan, el mismo año 1995 entraron en
vigencia las nuevas orientaciones sobre los Encuentros de formación para Soles en
Servicio Especial a través del citado CAS 23; éstos tenían la intención, en primer
lugar, de unificar el lenguaje al interno del Movimiento en todo el país, pues una de
las constataciones era la diversidad de nombres que estos cursos recibían en cada
Región. Una segunda intención era especificar que no son cursos, sino encuentros
formativos, debido a la amplitud de expectativas y vivencias que presentan y que
deberían ser llevados adelante con una metodología acorde a la mística exploradoril,
es decir más de tinte experiencial y práctico. 30 Estos Encuentros Formativos venían
a responder a la necesidad de formación específica en la función del Sol dentro del
Movimiento: sea en función de animador de una Patrulla (Orientador) o de una
Compañía de Patrullas (Coordinador). La necesidad era la de responder a un perfil
de animador que se sintetizó en cinco características: educador, conductor,
organizador, comunicador y conocedor. Según el nivel de responsabilidad, esas
características se especifican del siguiente modo:31

Educador Conductor Organizador Comunicador Conocedor

ORIENTADOR Personaliza de Personas Programa Transmite de su meta

COORDINADOR Socializa de Comunidad Planifica Crea de la Institución

29
ELLERO, Apuntes..., 15.
30
Cf. CAS 23, 2.
31
CAS 23, 3.

24
Este documento dejó en claro, sin embargo, que en cuanto al perfil personal
del Sol, se debía remitir al PNFS.32

En noviembre de 1995 se publica el CAS 27 Encuentro formativo para jefes


de patrulla, que continuaba lo iniciado en el CAS 23 en cuanto a dar concreción y
uniformidad a la formación del Sol en Servicio Especial, y proveer de sustento
contenutistico a la Escuela de formación de cada Batallón.

Según los datos escritos con que cuento, puedo inferir que la escasa atención
a la figura del Servicio en Misión que se reflejaba ya en la preparación del Plan se
incrementó luego en su puesta en marcha, ya que existen publicaciones y se
continuaron realizando las experiencias formativas para los Soles en Servicio
Especial, pero fuera de aquel encuentro de 1992 y el CAS de 1993, el Servicio en
Misión tuvo en el Plan y en las actividades que se derivaron del mismo un escaso
desarrollo, limitándose a señalar unas pocas referencias en los Anexos sobre los
contenidos de formación y propuestas de actividades concretas.

1.3 Metodología de elaboración

1.3.1 Motivaciones

Transcribimos aquí algunas citas extraídas del diagnóstico previo al Congreso


de 1995 para resaltar aquellas que podrían ser las motivaciones más fuertes que
estuvieron a la base de la elaboración del Plan Nacional de Formación de Soles y
que motivaron también la elección de una metodología que posibilite la mayor
participación posible de los sujetos interesados.

a. Era necesario mejorar el Plan de Formación:

“Se constata el escaso conocimiento de la propuesta del CAS 9 al respecto


de este tema que por otro lado no ha tenido un desarrollo claro y completo. (…)
Algunas de las dificultades que emergieron en la aplicación de este esquema
que diseña los “núcleos” del itinerario de la formación de Soles son:
32
CAS 23, 4.

25
* compleja redacción y confusa presentación de los mismos.
* marco de referencia muy general con objetivos demasiado genéricos
* difícil acceso a determinada bibliografía, particularmente en torno al tema
de Don Bosco”.33
b. Con el PNFS se pretendía dar una respuesta de formación integral a los
Soles; en esa intregralidad la experiencia de fe no puede ser dejada de lado o
considerada válida sólo para los otros:

“El batallón ofrece muy pocas posibilidades y experiencias de crecimiento


en la amistad con Jesucristo. A menudo se reducen a momentos aislados a
través de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, la celebración
de la Misa Dominical y de los Tiempos Litúrgicos. La preocupación se orienta
mayormente a que esta experiencia de cercanía de Cristo y amistad con Él la
vivan los más chicos, pero no tanto los Soles”.34
c. Se buscaba involucrar directamente a los Soles en su propia formación,
como base del protagonismo en la sociedad:

“Son pocos los Soles que asumen con conciencia que deben ser
instrumentos de transformación de la sociedad y por lo tanto deben tener un rol
protagónico”.35

1.3.2 Procesos y personas

El PNFS fue fruto de un largo camino de reflexión que involucró muchas


personas en todos los niveles de participación posibles dentro del Movimiento de
los EADB, y marcó el inicio de una nueva época en lo que a metodología se refiere,
ya que a partir de entonces la preparación de Congresos, la re-edición de los libros
de las etapas y metas, la reflexión sobre temas como la asesoría laical, la agrupación
de pre exploradores, y tantas otras innovaciones en el Movimiento comenzaron a
hacerse en modo participativo, implicando cada vez más a las bases de cada Región
y Batallón.36

33
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 62-63.
34
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 61.
35
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 69.
36
CAS 9, 1.

26
“Lo más importante es que se trata de Vos, que leés estas páginas. Por un
lado se habla de Vos como «joven al cual se quiere educar en la fe»; por otro
lado, se piensa en Vos como «agente», como alguien que debe hacer la
formación de los Soles. Sos, al mismo tiempo, el destinatario y sos el agente de
la evangelización. Por eso es muy necesaria y válida esta iluminación, para que
seas «protagonista del Proyecto de Soles» en el Congreso de 1995”.37
En concreto, el CN a través de los CAS 20 y 21 propuso el marco teórico de
la reflexión y solicitó la participación de los Soles en cada Batallón; luego se
organizaron las Asambleas Regionales, en las que estos mismos Soles pudieron
hacer sus aportes, que fueron recogidos en dos documentos que el Consejo Nacional
reenvió a cada Batallón: el diagnóstico nacional y el anteproyecto del Plan de
Formación. Sobre este último se trabajó durante el Congreso a través de las
comisiones.

Aunque no está explicitado, se puede percibir que el trabajo previo y el


mismo Congreso con la elaboración del Plan, responden al método Ver-Juzgar-
Actuar. En primer lugar porque era considerada la metodología de trabajo que más
se adapta a los Exploradores, 38 y porque en América latina en aquellos años, era
utilizada por las Conferencias Generales del CELAM; más específicamente Santo
Domingo la había indicado explícitamente para la Pastoral Juvenil. 39 En segundo
término los pasos seguidos guardan relación con esa lógica: Ver la realidad a través
de los documentos previos, los cuestionarios, las Asambleas Regionales, con lo que
se obtuvo un diagnóstico; Juzgar esa realidad desde la perspectiva del CG23 y los
aportes pastorales del CELAM. Actuar la elaboración de un Plan de formación que
a su vez seguirá en cierto modo esa línea metodológica.

Entre las personas que destacan por sus aportes desde la conducción de la
Institución así como desde la reflexión pastoral, podría nombrar a los dos
Capellanes Nacionales que acompañaron el proceso anterior y la puesta en marcha
37
CAS 20, 4.
38
ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 99.
39
Cf. IV CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Documento de Santo
Domingo, CELAM, 1992, 119.

27
del Plan: los salesianos sacerdotes Jorge Langus y José Ellero. Sobre todo del
primero se conserva en los CAS una rica literatura tendiente a la asimilación de los
procesos por parte de todos los jóvenes del Movimiento. También gracias al
testimonio de los subsidios CAS pude saber que Amanda Zamuner, Raquel Ávalos
de Soto, Alberto Colado, Antonio Mellino, Osvaldo Alegre, Juan Carlos Danzi,
fueron algunos de los Exploradores que tuvieron un rol protagónico en la
conducción del Movimiento y, por ello, en el acompañamiento de estos procesos
decisivos para la vida de los Exploradores Argentinos de Don Bosco.

El texto final del PNFS fue redactado por una Comisión Nacional “que se
preocupó de respetar el contenido del aporte del Congreso, evitar las reiteraciones,
suprimir las incoherencias y textos confusos o de transición operativa como son los
diagnósticos, rescatando de ellos lo que puede identificarse con el Marco Doctrinal
o Criterios Operativos”.40

2 ANÁLISIS CRÍTICO DE LOS CONTENIDOS

2.1 Los temas y su selección


Una de las cosas que he señalado analizando la estructura del texto es que los
temas de los que trata el Plan Nacional de Formación de Soles tienen una historia
ligada a los procesos de redimensión del Movimiento y las líneas pastorales de la
Congregación y de la Iglesia en Latinoamérica. Pero también se encuadran dentro
de la originalidad de la propuesta educativo pastoral exploradoril, con sustento en
las reflexiones del MES y de los EADB en particular.

Lo esencial de los temas se desprendió del objetivo de la etapa de


Perfeccionamiento y Servicio (Soles) según el artículo 50 del Reglamento Nacional,
inc. 4: “La meta final del proceso educativo del Sol es formar un/a laico/a
comprometido/a que vive la espiritualidad juvenil salesiana con el estilo
40
PNFS, 4.

28
exploradoril para la construcción de la civilización del amor”. Para señalar de modo
concreto cómo llegar a esa meta, sin temor a equivocarme puedo afirmar que tienen
una relevancia particular los Lineamientos fundamentales dados por el MES –que
aparecen inmediatamente después de la presentación–, ya que exponen una síntesis
criteriológica riquísima que iluminó las decisiones y propuestas que luego se
introdujeron en el documento.

En primer lugar, señala la particularidad del contexto en que nace el PNFS:


es un tiempo de revisión de los reglamentos y/o planes formativos de la etapa Soles
en cada una de las Instituciones componentes del Movimiento Exploradoril
Salesiano. Por otra parte, para orientar esas revisiones, los Lineamientos ofrecen un
cuadro de referencia explícito y formal de lo esencial que debería contener el Plan:

a. El marco teórico dado por los documentos magisteriales, con especial


atención a los del CELAM; las opciones congregacionales, sobre todo la inserción
dentro del Movimiento Juvenil Salesiano, de entonces reciente conformación como
realidad pastoral en Argentina; y la indispensable guía de los Principios Doctrinales,
que garantiza la comunión entre las diferentes instituciones. Esto motivó la
explicitación del perfil del Sol al que apunta el Plan como objetivo final y el
encuadre dentro del marco teórico sobre la Formación y Espiritualidad, que
funciona como eje transversal a las demás temáticas del documento, según lo
expresado en el Anteproyecto.41

b. La formación se comprende como un proceso integral en el cual los Soles


son sujetos activos y corresponsables, no destinatarios pasivos, y que necesitan ser
acompañados. Esa formación se proyectó en la intersección de núcleos –laico,
espiritualidad, trabajo ambiental– y dimensiones –humana, cristiana y
exploradoril–, y quedó plasmado en la parte central del texto porque es el desarrollo
específico del Plan.

41
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 76-77.

29
c. La propuesta formativa no se cierra sobre la propia institución o el propio
grupo, porque presenta un horizonte vocacional amplio y diversificado y porque
posee un momento explícito de conclusión o cierre. En el Plan esto se concretó con
el subrayado de los dos modos de ser Sol –Servicio Especial (dentro del Batallón) y
Servicio en Misión (en otros ambientes fuera del Batallón)– y con la especificación
de la Partida del Sol como una parte necesaria de cierre del proceso formativo
ofrecido por el Movimiento.

d. La especificación de una metodología a seguir para la formación de los


Soles que asuma los valores de la educación del joven por el joven, favoreciendo el
liderazgo juvenil, la corresponsabilidad y la creatividad. El Plan hace una opción
metodológica de tipo comunitaria, que ayuda a reconocer al Sol la centralidad de la
propia formación, que invita a la constante evaluación y que sigue un esquema
experiencial: Actividad, Reflexión, Palabra de Dios y Compromiso o Respuesta.

2.2 Los Objetivos


Tal como quedó reflejado antes, el objetivo principal del PNFS es el de
“Formar un laico comprometido, que vive la Espiritualidad Juvenil Salesiana con el
estilo Exploradoril, para la construcción de la civilización del amor”.42 Desglosado
en los tres núcleos, este objetivo general se traduce en tres objetivos específicos
que, a su vez, interactúan con las áreas o dimensiones de la formación humana,
cristiana y exploradoril. Este esquema de objetivos plantea un modelo formativo
deductivo que contrasta con la metodología experiencial que propone.

Tanto los núcleos como las áreas van de lo general a lo particular: la


vocación del Laico en la Iglesia, la vivencia de una espiritualidad carismática
particular y por último la realidad concreta en la que se vive y actúa esa vocación; la
formación humana, base común a todos, la formación cristiana que especifica una
pertenencia eclesial, y la formación exploradoril como lo más específico de la
42
PNFS, 5.

30
identidad. La metodología experiencial adoptada por el PNFS, sin embargo, parte
de la realidad concreta de la actividad, que la propone a reflexión para luego
iluminarla con la Palabra de Dios y así proponerla como criterio de acción general. 43

Los objetivos de cada núcleo son44

* LAICO: Descubrir y asumir la identidad del laico en la Iglesia;

* ESPIRITUALIDAD: conocer y vivir la experiencia de fe de Don Bosco


expresada en la espiritualidad el “¡Siempre Listo!”, es decir de la continua
disponibilidad al servicio;

* TRABAJO AMBIENTAL: Conocer y asumir los valores de la civilización


del amor e insertarse con un rol transformador en su ambiente.

Es importante subrayar que queda siempre resguardado el principio de


pertenencia eclesial del Movimiento, que su interés apunta a una formación integral
de la persona desde una perspectiva cristiana, y que tiene una modalidad específica
de hacerlo, a través de los elementos típicos de la identidad exploradoril.

2.3 La estructura
En cuanto a la estructura de los contenidos, se destaca la inserción de un
marco doctrinal con criterios operativos para cada uno de los temas presentados en
el Plan; ese marco ayuda a una comprensión más amplia de lo que se propone en
cada una de las secciones, pero no se especifican las fuentes del mismo; de hecho,
salvo contadas ocasiones en que se hace una referencia general a un documento, en
ninguna parte del Plan se encuentra la cita de los textos y/o documentos que
respaldan o fundamentan lo escrito. La otra característica de cada parte es que
presenta un Plan de acción que concretiza ese marco doctrinal antes mencionado, y
que dependiendo de la parte del Plan a la que se refiere, es más o menos específico
en cuanto a las líneas de acción y actividades
43
PNFS, 20.
44
PNFS, 12.

31
Para la parte central, en la que presenta su desarrollo específico, el PNFS
especifica que se tuvo en cuenta las áreas del documento sobre educación de los
jóvenes en la Fe del Capítulo General 23 de los Salesianos:45

* Hacia la madurez humana.

* Hacia un auténtico encuentro con Jesucristo.

* Hacia una intensa pertenencia eclesial.

* Hacia un compromiso por el Reino.

Con la ayuda de esa división de áreas, desde la página 15 hasta la 19 se


desglosa una ambiciosa serie de contenidos que cada núcleo debería desarrollar en
los encuentros de formación de la etapa. Haciendo una lectura rápida y lineal de los
mismos, puedo percibir la intención de una formación exigente, de calidad, que
abarque todas las dimensiones de la educación del joven. Y por lo mismo, puedo
entenderla como una propuesta que apunta demasiado alto y que, por eso, corre el
riesgo de ser dejada de lado fácilmente también.

La explicitación de algunos de esos contenidos no resulta siempre clara, y


pareciera que necesitaran alguna explicación que complemente, para no caer en
ambigüedades o confusiones; por ejemplo, en el núcleo Laico, cuando habla de la
formación cristiana hacia una intensa pertenencia eclesial, dice “Magisterio de la
Iglesia, anuncio y denuncia”,46 sin dar mayores detalles; para entender esta temática
se necesitaría hacer referencia, seguramente, a todo el desarrollo del profetismo
como elemento de anuncio del Reino de Dios presente ya-pero-todavía-no en la
vida del Pueblo de Dios, y de denuncia de las fuerzas del mal que retardan la
llegada del Reino oprimiendo al Pueblo que espera. Tal desarrollo de la temática no
aparece antes ni después entre los contenidos, por lo que se daría por supuesto su
conocimiento por parte de los animadores y de los responsables de la formación. O

45
CG23, Educar a los jóvenes en la fe, 116-157.
46
PNFS, 16.

32
cuando se nombran los contenidos de la formación humana dentro del núcleo
Espiritualidad y se dice “Esquema de personalidad y mecanismos de
autosuperación”,47 hace referencia a contenidos que requieren un sustento
bibliográfico o referencia teórica muy específica, y que en el texto no se detalla. Un
último ejemplo que quiero mencionar está en el núcleo Trabajo Ambiental, que en
la lista de contenidos de la Formación Humana finaliza diciendo “Juventud.
Adolescencia”,48 sin precisar qué aspectos deberían ser tratados, desde cuál enfoque
o con qué sustento teórico.

Una posible explicación de esta situación podría ser el hecho que,


generalmente, cuando se hace este tipo de trabajos, las personas involucradas
expresan de un modo que ellos comprenden de qué se está hablando, cuáles son los
alcances, pero para un lector que no estuvo inmerso en el proceso no resulta todo
tan claro y comprensible.

2.3.1 La coherencia interna

La coherencia interna de los contenidos del texto se sostiene por el método


utilizado; por un lado la organización por núcleos y luego por áreas, posibilita,
como había mencionado, un desarrollo que va desde lo general a lo particular y que
se repite en la estructura interna de cada parte del documento, ya que presenta el
marco doctrinal, luego el plan de acción y por último se refiere también a las
experiencias concretas. Desde otro ángulo, la segunda parte, que trata del desarrollo
específico del plan primero presenta los núcleos de la formación y sus objetivos,
luego los objetivos de cada área y por fin los contenidos; en un segundo punto
propone la metodología por la que hace opción; en el tercer punto los diferentes
modos de organizar la formación, con lo que es opcional y lo que es obligatorio, por
ejemplo la cantidad mínima de participantes (tres) o la posibilidad de dividir en un
ciclo de tres años los contenidos, para abordar un núcleo por año; luego, en el cuarto
47
PNFS, 17.
48
PNFS, 18.

33
punto, se muestran las características específicas de los dos modos de ser Sol; y en
el quinto punto la partida del Sol, es decir el cierre de la etapa, la finalización del
itinerario. La tercera parte del Plan recoge las experiencias concretas de formación
que se realizaban en las Regiones, y por ser una colección de orígenes diversos
presenta poca uniformidad en el modo de describirlas; es quizá la parte menos
elaborada del documento, pero tiene la riqueza de no querer dejar fuera lo que se
hace en concreto, el aporte de los diferentes actores, como lo remarca el hecho de
haber recogido también en los Anexos las otras posibles metodologías aplicables a
la formación que aparecían como opción o que se utilizaban en los Batallones, y que
por lo tanto son también válidas, aún cuando el Plan haya explicitado la preferencia
por una.

2.3.2 El índice

El índice es claro y ordenado; presenta una vista panorámica del entero


documento incluso con la jerarquización de los diferentes títulos. Único detalle a
resaltar sería el caso de una repetición del subtítulo Celebración del ‘Envío del Sol’
en el punto 5.3 de la segunda parte (página 27) y el 2.5 de la tercera parte (página
37); sin embargo, la primera vez que aparece este subtítulo en realidad se
fundamenta la partida del Sol y se explica el proceso previo al envío, no se detalla la
celebración, cosa que si sucede la segunda vez que aparece el titulo, por lo que la
primera vez podría quitarse o cambiarse por otro que diga simplemente “Envío del
Sol” o “Preparación previa”.

Por otra parte, como ya había señalado, en el índice aparece una “Cuarta
Parte: Documentos del Magisterio”, que luego no está en el cuerpo del texto,
posiblemente debido a que dichos documentos son considerados de fácil acceso por
otros canales y que en su momento no se justificaba su inclusión; aún así, no se
explica su ausencia siendo que en la introducción también son mencionados.
Además, facilitarlos a la lectura de los jóvenes que acceden al Plan para preparar la

34
formación sería de mucha utilidad, presuponiendo una habitual falta de familiaridad
con los documentos del Magisterio.

2.3.3 Los anexos

Por último, el Documento del PNFS presenta una serie de Anexos de diversa
índole: se presentan cinco metodologías alternativas, propuestas para un encuentro
formativo de Soles en Misión y de actividades con las cuales concretar este servicio,
y una bibliografía sugerida para sostener la formación.

Al inicio “se incluyen otras metodologías que fueron presentadas en el


anteproyecto y que en algunos casos, pueden servir como complemento para temas
puntuales y casos específicos”.49 Aquí es interesante destacar que el Anteproyecto
no desarrollaba la metodología exploradoril que durante el Congreso fue elegida
como prioritaria, sino que presentaba todas las que luego terminaron en esta
sección. Si bien en el Anteproyecto se manifestaba una mayor preferencia por la
metodología ver-juzgar-actuar “por estar ya muy experimentada y adecuarse dentro
de su practicidad a las necesidades de los Soles”, 50 también se expresaba que era
poco conocida y poco aplicada en los Batallones, por lo que se sentía la necesidad
de contar con una metodología propia y específica para la formación de los Soles,
enriquecida con la mística exploradoril y sobre la base de la vida en patrulla,
esencial para los demás itinerarios de formación del Ciclo exploradoril.51

Quizá el uso del término “metodología” no sería el más adecuado para


aquello que el Plan quiere proponer, sino más bien son métodos con los cuales
poner en acto la formación de los Soles, ya que se refieren al modo o la forma de
hacer, de ejecutar, más que al proceso de planificación o de investigación de las
temáticas. En concreto se refiere a cuáles herramientas posibilitan tratar las
temáticas.
49
PNFS, 44.
50
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 99.
51
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 98.

35
En el anexo se detallan:

a. El método Ver-Juzgar-Actuar según las orientaciones que el libro V° de


Soles presentaba como analogía al método exploradoril de Experiencia-Reflexión-
Palabra de Dios.52

b. Los pasos de la lectio divina con la particularidad que propone añadir una
vivencia en clave salesiana, de la vida de Don Bosco, para darle un estilo propio, el
método del análisis de la experiencia de vida.

c. El método del análisis de la experiencia de la vida que se concreta en


cuatro pasos: el análisis de una experiencia concreta, la reflexión sobre lo
comentado, la comunicación de la fe respecto al tema expuesto y la celebración de
lo vivido.

d. El método del itinerario de la fe que propone el CG23 de los Salesianos a


través de 6 preguntas: ¿de dónde partimos? ¿Con qué caminamos? A dónde vamos?
¿Cómo vamos? ¿Qué hacemos? y ¿A dónde llegamos?.

e. El método del camino, la comunidad y el servicio, a partir de la idea de un


hombre que está en continuo caminar, que siempre va acompañado de otros que
hacen el mismo camino, y que tienen una meta en común, el servicio. Esta
metodología el PNFS la propone sobre todo para los Soles en servicio en misión.

Un segundo anexo trata de un encuentro formativo para Soles en misión,


presentando los objetivos –aunque se mezclan también ahí algunas actividades–,
una lista de temas propuestos entre los cuales de algunos se detallan luego algunos
objetivos específicos y de otros no. Por ejemplo los temas Sistemas humanos, salud
e higiene, medios alternativos de la comunicación, cómo preparar una misión, la
psicología del oprimido, psicología social, no tienen objetivos específicos como si
los tienen los demás temas.53
52
Cf. MOVIMIENTO ARGENTINO DE EXPLORADORES, Cómo educar… el tiempo libre. V° Libro, Buenos Aires,
1984, 51-52. Cf. PNFS, 44.
53
Cf. PNFS, 51-52.

36
El tercer anexo son las propuestas para los Soles en misión con un detallado
recorrido para elegir el posible apostolado y una lista de 33 ejemplos de misión
concreta.

Por último, una escueta y demasiado general Bibliografía sugerida. Dividida


en sugerencias para la formación cristiana, humana y exploradoril, cita en un modo
poco convencional algunos documentos del Magisterio eclesial y congregacional
para la primera junto a una lista de libros de índole psicológica, sobre la afectividad
y la vida social para la segunda, y los Principios Doctrinales, la Colección Al Sol y
un libro de oraciones para la tercera.

2.4 El lenguaje exploradoril


“El discurso se toma como el Hecho-Humano-fundamental. El problema es
el remembramiento del Discurso: encontrar la unidad del hablar-humano. El
Lenguaje es el «Conjunto Universal» donde se encuentra la humanidad. Pero es
también el «Lugar de los Símbolos» y del «Doble sentido». Por ello se
transforma en el cuerpo hermenéutico que se presta a diferentes maneras de
interpretación”.54
Este discurso simbólico y cargado de doble sentido es una de las
características más fuertes de la identidad del Movimiento Exploradoril Salesiano; y
el Plan Nacional de Formación de Soles no es ajeno a este lenguaje propio y
particular, formado por un universo de sentido ligado al modo de nombrar las
experiencias, las pertenencias, las personas mismas. Por eso dedicamos una parte de
este trabajo a explicar en cierto modo cómo aparece ese lenguaje dentro del texto y
sus derivaciones pastorales.

2.4.1 Características

En primer lugar debemos decir que el lenguaje exploradoril posee algunas


características que lo identifican dentro del otro constructo social que es el mundo
salesiano. Es decir que la utilización de ciertos términos, logran marcar una clara
54
GALLO ARMOSINO, Manual de Hermenéutica, 5.

37
diferencia con otros miembros del mismo ambiente pero pertenecientes a otros
grupos o realidades asociativas del Movimiento Juvenil Salesiano.

El así llamado “lenguaje exploradoril” por ejemplo, está cargado de siglas.


Son innumerables las abreviaturas que pueblan el discurso de un Explorador; por
ejemplo: se pertenece al MES (Movimiento Exploradoril Salesiano) porque se es de
EADB (Exploradores Argentinos de Don Bosco); el nombre de las metas parciales
del Ciclo Exploradoril generalmente vienen escritas sólo con sus iniciales: C/Ch,
P/F, R/H, B/A (Caminantes/Chispitas, Pioneros/Fuegos, Rastreadores/Hogueras,
Baquianos/Antorchas, respectivamente); TDR (Tiempo de Dios y Reflexión), CAS
(Colección Al Sol), CEN (Consejo Ejecutivo Nacional) y CER (Consejo Ejecutivo
Regional) suelen ser de las más usadas coloquialmente. Un caso paradigmático lo
representa la experiencia religiosa para los Baquianos y las Antorchas, AGRES, ya
que no se conoce a ciencia cierta cuál sea el real y original significado de la sigla,
porque a lo largo del tiempo siempre se llamó la experiencia sólo por sus iniciales, y
por eso existen diferentes opiniones al respecto pero permanece una situación sin
zanjar.

Otra característica la representa el sentido que toman algunos vocablos en


referencia directa al ambiente exploradoril, aún cuando fuera del mismo poseen una
significación muy diferente y, a veces, hasta casi contradictoria a aquella. Tal es el
caso de aquellas palabras, por ejemplo, que permanecen en el discurso de los
Exploradores provenientes de su pasado estilo militarizado. Por citar un caso, la
palabra Batallón según el Diccionario de la lengua española de la RAE, significa
“Unidad militar compuesta de varias compañías y mandada normalmente por un
teniente o un comandante”,55 y así se organizaban hasta principios de los años 80 los
grupos de Exploradores; hoy en día, sin embargo, a ningún Explorador le resuena el
tinte militar de la palabra Batallón, sino que la relaciona a otras palabras o
significados como “familia”, “mi segunda casa”, “lugar de encuentro con amigos”.
55
http://dle.rae.es/?id=5CnZHUI consultado el 10/04/2018.

38
Si a esto le sumamos toda la carga negativa que para la sociedad argentina del siglo
XXI posee todo lo relacionado con las Fuerzas Armadas, y lo marcial en general, a
causa de la experiencia vivida con la última dictadura militar de los años 1976 a
1982, es por lo menos llamativa y original la asociación de significados que los
Exploradores vivencian con dicho término. Podríamos decir que es más fuerte el
sentido afectivo de los términos que el significado original de esas palabras en otros
ambientes y contextos.

2.4.2 Historia

En el lenguaje actualmente utilizado por los Exploradores para referirse a


realidades que les atañen, encontramos todavía vestigios de ese momento histórico
que vivió el Movimiento a mediados del siglo pasado, caracterizado por una
asimilación del sesgo militar imperante en la sociedad de entonces. El P. Negrotti
cita un artículo publicado en un periódico del año 1945:

“Los Exploradores de Don Bosco, los simpáticos Boy Scouts que alegran
las mañanas domingueras con sus dianas, destempladas por cierto, pero alegres
por su carácter juvenil, los simpáticos Exploradores de Don Bosco, creados por
un fin de cultura popular cristiana, han sido agregados, asimilados o algo por el
estilo, al ejército nacional. El cuerpo infantil ha quedado definitivamente
militarizado, con lo cual queda desvirtuada la fundación de los padres
salesianos. Los niños reciben instrucción militar tres veces por semana para
comenzar; luego vendrá la vida de campamento, y, con ello, la transformación
de sus espíritus en espíritus guerreros…”56
Poco más adelante se aclara que avanzada la segunda mitad del siglo XX los
Exploradores de Don Bosco reelaboraron su identidad y fueron dejando
definitivamente todo resabio militarista. También el P. Ellero deja constancia de
esta situación cuando describe las décadas de 1930 a 1960 relatando que la
estructura de entonces se asemejaba a la de un regimiento de infantería del ejército,

56
GONZÁLEZ – LOPARCO – MOTTO - ZIMNIAK (a cura di), L’Educazione salesiana dal 1880 al 1922, 43. La
nota 63 dice: Extracto de un recorte de diario del 21 de junio de 1945; en el recorte no figura el nombre del
diario.

39
con grados militares de Cabo a Suboficial Mayor para los dirigentes que trabajaban
directamente con los exploradores y de oficial Subteniente a Capitán para los cargos
de Jefatura de Compañía hasta Jefe del Batallón57. De ahí que hasta hoy a los Soles
que están a cargo de las actividades se los llama Jefes, porque se desempeñaban
como jefes de Compañía, tal como en las instituciones militares, por lo tanto
debemos contradecir la afirmación del P. Negrotti cuando dice que “fueron dejando
definitivamente todo resabio militarista”; algunos vestigios aún permanecen.

Como hemos ya mencionado un poco más arriba, el mismo nombre de


“Batallón” dado al grupo desde siempre y hasta la actualidad muestra restos del
antiguo lenguaje exploradoril, pero claramente resignificado, dotado de nuevos
sentidos y con la firme intención de expresar realidades muy diversas.

El PNFS nace en un tiempo en el que el cambio de lenguaje está ya bastante


afianzado, y por eso no refleja una fuerte asimilación del anterior período; es
notable el esfuerzo que han hecho por dotar al Plan de un lenguaje fuertemente
pastoral, de corte pedagógico eclesial, y que, de ese modo, ayuda también a suavizar
esos pequeños resabios subrayando la característica evangelizadora de la propuesta
de formación. Como ejemplo de esto, quiero hacer notar que en el documento del
Plan la palabra Batallón aparece 26 veces, sin embargo la palabra Comunidad unas
85, de las cuales 20 conforman el trinomio Comunidad de Soles. La palabra
compañía/s está presente sólo 7 veces, mientras la palabra grupo/s aparece en 22
oportunidades diferentes. La palabra jefe se escribió 14 veces y dirigente 1 sola, en
cambio animación 8 y animador en 6 ocasiones. Por último: Sol/es aparece en 232
oportunidades.

2.4.3 Simbología

El lenguaje usado por los Exploradores es también rico en simbología de


diverso tipo, que se usa para expresar sintéticamente realidades más amplias y
57
Cf. ELLERO, Apuntes..., 75.

40
experiencias que a veces resulta difícil traducir a solo palabras. Cuando el Plan
presenta la partida del Sol y la celebración de envío que se debería realizar, da un
lugar importante, por ejemplo, al uso del emblema de la Institución, de la sal, de la
vela que debe ser encendida en el fogón, a la quema de un leño, a la canción del
explorador58. Son signos y símbolos que ligan al Sol con su pertenencia al
Movimiento, con las distintas metas y etapas del camino que ha recorrido en su
formación, con las experiencias vividas de tantos campamentos, fogones,
actividades.

Como intento de síntesis sobre el perfil del Explorador, y por eso también del
Sol, el Plan presenta un breve texto que resalta cómo algunas palabras, algunos
objetos, algunas experiencias no resuenan de la misma forma para quien no conoce
o comparte el estilo de vida exploradoril:

“Un lema: ¡Siempre Listo!


que se traduce en una actitud básica: de servicio (solidaridad)
la que se hace cotidiana con la buena acción diaria,
por un compromiso formal: la Promesa del explorador/a
de cumplir un código de conducta: La Ley de Honor
y un plan de vida expresado en la Oración del explorador/a,
vivido con espíritu de superación y si es necesario de sacrificio,
teniendo en los acontecimientos diarios una visión de fe,
y sintiendo en su corazón un profundo: amor a Dios, la Patria y el Hogar
hasta asumir una responsabilidad concreta de compromiso apostólico
cuando realice su “Partida” de Sol.
Su proceso de formación se construye sobre una metodología de grupo: la
metodología exploradoril aplicada al sistema de patrulla
en la que tiene prioridad: la corresponsabilidad
dando lugar al liderazgo juvenil
teniendo por centro la educación del joven por el joven mismo
y desarrolla su actividad en un clima de aventura
convirtiéndolo todo en juego educativo.
Mucho de esto se expresa a través de los símbolos, las insignias y el
uniforme
y se celebra en las ceremonias y experiencias espirituales
58
Cf. PNFS, 42-43.

41
que lejos de apartarlo lo integran más firmemente a la Iglesia y a la
Sociedad”.59
El PNFS tiene como horizonte de sentido simbólico lo expresado en este
texto al presentar la formación del Sol, ya que junto al interés por acompañar la
maduración personal humana, cristiana y exploradoril del joven, también se
pretende asegurar un acompañamiento comunitario que redunde en la continuidad
del Movimiento mismo. Son los Soles los responsables prioritarios de la
transmisión del espíritu que anima a ser Exploradores a otros, expresado también en
ese conjunto de signos y símbolos.

2.4.4 Contrastes

Uno de las contrastes más comunes del lenguaje coloquial de los


Exploradores se da cuando se llama Jefes a los Soles en general. El término jefe,
como hemos mencionado en la historia del discurso exploradoril, es una herencia
del pasado militarizado del Movimiento, que tiene la intención de denominar la
función de animación, guía o conducción que lleva adelante el Sol bajo la
modalidad del servicio Especial. En algunos Batallones con mayor contacto y
cercanía a las dinámicas del MJS, hace un tiempo se suplanta el término Jefe por el
de Animador, pero de manera extraoficial.

Del PNFS se desprende que Jefe, Animador y Sol no son exactamente lo


mismo; el Sol es el Explorador perteneciente a la etapa de Perfeccionamiento y
Servicio, pudiendo ser en servicio Especial o en Misión, y no necesariamente en
funciones de animación; en cambio el Jefe es la persona que está a cargo de un
grupo, planifica las actividades, la lleva adelante, tiene funciones de conducción y
coordinación. Mismo criterio se aplica para los diferentes niveles de
responsabilidad: hay Jefes de Batallón, Regional, Nacional, de Compañía, de
Campamento, de Equipo Regional o Nacional. Las 14 veces que la palabra jefe

59
PNFS, 9-10.

42
aparece en el Plan Nacional se refiere a estas funciones. La palabra Animador, en
cambio, aparece 6 veces y en ninguna de ellas está equiparada a la función de jefe,
salvo en la página 22 cuando en el marco doctrinal de la organización de la
formación expresa que “toda comunidad necesita un animador”, y se está refiriendo
especialmente a la necesidad de un coordinador responsable de la comunidad de
Soles.

2.5 Los destinatarios del Plan


Pareciera que este fuera un tema que se puede dar por descontado, ya que
fácilmente se responde que los destinatarios del Plan de Formación de Soles son,
claramente, los Soles; pero aquí encontramos dos situaciones a las que debemos
prestar atención cuando buscamos dar respuesta a la pregunta por los destinatarios:
en primer lugar debemos tener en cuenta que el PNFS no define específicamente
quiénes son los destinatarios, dando por supuesto que esto sea claro para todos. En
cambio si es prolífico en detallar el perfil del Sol como “producto final” del proceso
de formación60; para entender mejor quién forma parte de esta Etapa, en primera
instancia, debemos recurrir a los Principios Doctrinales y a la definición más cabal
del Reglamento Nacional: el punto de partida de la Etapa de Perfeccionamiento y
Servicio, donde son llamados Soles, es la reafirmación de la Promesa
Exploradoril.61 En este sentido el Plan de Formación de 1991 era mucho más claro,
ya que establecía las condiciones concretas que señalaban el ingreso a la etapa:

* “Haber completado la meta parcial de B/A;


* Haber recibido el Sacramento de la Confirmación;
* Haber elegido un campo de servicio según lo ofrece el exploradorismo;
* Tener aprobado el pedido de ingreso en la Etapa por el Consejo Local;
* Hacer la reafirmación públicamente;

60
En la página 5 del PNFS se lee: “De acuerdo a los objetivos generales de los Soles, surge el perfil de un Sol
formado. Esto está íntimamente relacionado con los núcleos de formación”. Luego continúa detallando
dicho perfil desde los aspectos humano, cristiano y exploradoril, pero siempre suponiendo al Sol ya formado.
61
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 127; EADB, Reglamento Nacional,
artículo 50, incisos 1-3.

43
* Realizar el Tiempo de Dios y Reflexión”.62
Estrechamente unido a esto la segunda situación, según la cual no siempre
que hablamos de Soles estamos diciendo Animadores, como hemos visto en los
contrastes del lenguaje. Esto se desprende del hecho que existen dos modos
concretos de ser Sol: en servicio Especial y en Misión; la primera tiene una mayor
referencia al servicio de animación que se puede desarrollar dentro de la Institución,
donde

“se requiere un equipo de animación institucional que realice las funciones


de crear, dar vida y evaluar todo el andar exploradoril en los grupos o patrullas
que componen la estructura a nivel Local, Regional y Nacional. De allí el
compromiso de preparar jefes que sirvan de guías responsables y ejemplo para
todos los exploradores, garantizando así la continuidad y seriedad de la obra
educativa”.63
En cambio el servicio en Misión está caracterizado por una mayor
preocupación por todas las misiones que tengan como objetivo acercar el mensaje
de Cristo y sus enseñanzas a toda la humanidad, atendiendo prioritariamente a los
destinatarios de la misión salesiana, pero fuera de la estructura del Batallón. 64 Aquí
no siempre se realizará una tarea de animación, aunque sí continúa siendo un Sol.
Ya que el presente trabajo se circunscribe a la formación de los Animadores
estudiando el PNFS, tendremos oportunidad más adelante de reexpresar el concepto
y la idea de Animación según la cual interpretamos la formación de los Soles.

3 INTERROGANTES EMERGENTES
Llegados a este punto, me parece importante realizar un breve sumario de
interrogantes que se desprenden del análisis realizado y que pueden tomar la forma
de desafíos que necesitan de una respuesta en la medida que se observe la realidad a
futuro del Plan y la formación de los jóvenes Exploradores. Algunas de estas

62
CAS 9, 3.
63
PNFS, 23-24.
64
Cf. PNFS, 23.

44
preguntas obtendrán una respuesta hacia el final del trabajo, en el tercer capítulo,
luego de revisar la recepción crítica de la realidad que presentamos, otras quedarán
expresadas a la espera de una mayor profundización de los temas.

3.1 Los procesos y la participación de los interesados


Uno de los primeros puntos a destacar guarda referencia al proceso de
elaboración del Plan, en vistas a una posible renovación del mismo. Creo no decir
nada nuevo si afirmo que es siempre difícil involucrar en procesos de índole
reflexiva, a la gran mayoría de las personas que tienen roles de animación activa. Y
es uno de los riesgos que ha tenido que superar también el equipo que en su
momento buscó comprometer a los Soles de todo el país en el trabajo previo al
Congreso de 1995; ésta había sido ya señalada en el Plan de 1991 como una
dificultad importante.

Sobre todo cuando se pretenden realizar procesos participativos, es


fundamental prestar atención a las expectativas con las cuales se los proyecta, para
saber reconocer desde el inicio la posibilidad de la escasa o, en el peor de los casos,
nula respuesta por parte de los demás agentes. Pero esta consciencia no puede ir en
desmedro de la confianza y valoración acerca de la participación de la mayor
cantidad de voces posibles, sino, por el contrario, en el crecimiento de una
mentalidad preventiva y positiva, según la cual se pueda, creativamente, ayudar a
involucrarse a quienes sientan mayor desinterés o poca adhesión por los procesos
encaminados, o a saber leer en el modo correcto la no respuesta.

Habiendo hecho un fugaz recorrido histórico y crítico del proceso de


elaboración del Plan Nacional de Formación de Soles y sus antecedentes, me surgen
algunos interrogantes relacionados a los procesos de participación actuales y
futuros. Por ejemplo, me pregunto si se tiene realmente en cuenta que el
Movimiento ha crecido tanto en los últimos años y que, por eso, necesita de
mecanismos adecuados para los procesos de consulta a las bases, ¿en qué medida

45
ayudan o dificultan la participación de todos o de la mayoría los nuevos medios y
sistemas de comunicación existentes? ¿en qué modo han plasmado los Soles la
corresponsabilidad que les compete en cuanto a su propia formación? ¿cuál es la
validez de la participación personal y comunitaria de los Soles en procesos de
renovación de itinerarios formativos cuando, paradójicamente, no se sienten
formados o capacitados? ¿cómo seguir entrenando la capacidad de escuchar la
realidad contextual, las personas, sus situaciones vitales y, a través de todo ello, la
voz de Dios?

El PNFS hace mucho hincapié en la formación a través de la vivencia


comunitaria, pero ¿qué lugar ocupa en ese itinerario la participación de todos y, a su
vez, la iniciativa personal? Que se trabaje en grupos no significa que
necesariamente se dé lugar al diálogo, entonces ¿cómo habituarse a participar
cuando todo viene reglado y estipulado de antemano? El Plan requiere una
participación activa en la propia formación, por eso se hace necesario que quienes
animen la etapa sepan involucrar y dar también espacio a la libertad individual
¿Cómo se forman los que forman a los Soles?.

3.2 Las fuentes para una reflexión sobre la pastoral


Un segundo grupo de preguntas surge a partir de la experiencia de buscar las
fuentes de lo que el PNFS sostiene, por ejemplo, como marco doctrinal y
fundamentación teorética. En primer lugar, como hemos señalado anteriormente, es
llamativo el hecho que no se cite ninguna fuente de todo lo escrito en el Plan, ya
que eso no permite saber si viene del trabajo previo de las Asambleas Regionales o
fue añadido por el Congreso, si se corresponde con indicaciones de los PPDD o del
RN, del Magisterio eclesial o de deliberaciones del Consejo Nacional. Todo parece
tener el mismo peso y valor, cuando en realidad no es lo mismo citar un autor
cualquiera que un documento del Magisterio, por ejemplo.

46
En este sentido, uno de los cuestionamientos que pueden surgir se refiere al
valor que tiene en el ámbito exploradoril un trabajo serio de fundamentación de las
opciones pastorales, manifestado también en la elaboración de textos de estudio o
subsidios de reflexión y de formación, debidamente fundados. ¿Por qué sería
necesario? Creo que en primer lugar por la vocación natural del ser humano como
sujeto histórico, que necesita dejar huella de lo que vive; es decir ¿vivimos el
momento actual en la comprensión de estar insertos en una historia que nos excede
en el antes y el después? ¿o simplemente actuamos como sujetos inconexos con el
tiempo y el espacio?

En las primeras páginas de este trabajo pude evidenciar que si bien el


Movimiento Exploradoril acaba de celebrar los cien años de existencia, una
característica que marca esa larga trayectoria es la escasa memoria documental
existente de la reflexión teológico-pastoral que haya hecho sobre su actividad; un
gran problema es que, en general, los procesos vividos fueron reflexionados sin
dejar demasiada historia escrita sobre los mismos. De esto se desprende la pregunta
por el conocimiento por parte de los Soles –y la importancia que se le otorga– del
contenido de la Colección Al Sol (CAS) elaborado en los diferentes momentos
históricos del Movimiento; conocer esto permitiría, en general, no repetir errores,
encontrar respuesta a preguntas ya hechas con anterioridad, razones por las que se
hace o no determinadas cosas, y en particular, saberse en un camino que otros
recorrieron y hoy toca seguir profundizando.

Ya en 2004 una Región había dejado constancia de su reclamo sobre las


dificultades que encontraban para utilizar el Plan Nacional de Formación de Soles:
“consideramos que el Plan de Formación de Soles es una buena propuesta pero no
llega a conformar a las nuevas realidades, también es poco claro en sus lineamientos
y métodos de trabajo. (…) Proponemos (…) analizar el Plan Nacional de Formación
de Soles si realmente cumple con la finalidad para la que fue elaborado, viendo la

47
posibilidad de actualizarlo y renovarlo, en respuesta a las nuevas necesidades”. 65
¿Esta propuesta recibió alguna respuesta? ¿Cómo forma el Plan a los Soles para
vivir los procesos históricos actuales valorizando el pasado cuando se quiere
proyectar el futuro? El poco recurso al método Ver-Juzgar-Actuar ¿explicaría en
parte este olvido de las raíces, de la memoria, esta poca importancia a los archivos y
materiales producidos antes?

3.3 La cosmovisión presente en el PNFS: presupuestos


antropológicos, eclesiológicos, pedagógicos y sociológicos.
Un tercer grupo de preguntas tiene que ver con algunas temáticas de orden
teórico. En general y al inicio, quisiera poner el interrogante sobre qué idea sobre el
Mundo, la Iglesia, el Hombre rigen las elecciones del PNFS ante el desafío de la
educación que conviene llevar adelante. Sabemos que no es posible la neutralidad
en estos temas, aunque no siempre sea explícita la línea que se sigue, y por eso
cuanto más conscientes seamos, podremos adherir con mayor o menor intensidad.

Releyendo el perfil del Sol que presenta el Plan me pregunto si los


presupuestos antropológicos son válidos para toda la persona o se limitan a pensar
la “función” que cumple; el ideal presentado como fruto de la formación es una
madurez del Sol en su fe y en su vida que lo conduzca a lograr una adhesión, una
configuración y un compromiso en el seguimiento de Cristo para vivir con Él en
una relación de intensa amistad,66 pero ¿no quedan algunos aspectos o dimensiones
de la persona un poco relegados en la propuesta formativa del Plan? ¿Qué significa
para el Plan una formación integral si faltan propuestas, por ejemplo, de educación
al amor, de educación sexual, de cómo proyectar la vida, de práctica concreta del
discernimiento?

65
ANEXO DOCUMENTAL, Propuesta para la ASANCEL – Región Norte, 143-145.
66
Cf. PNFS, 8.

48
Los contenidos señalados en el Plan ¿podrían enriquecerse aún más desde el
punto de vista eclesiológico? ¿ayudan realmente a experimentar la Iglesia como
casa de los hijos del Padre, más allá de los límites del Batallón? ¿ayudan a amar
más a la Iglesia como madre? ¿Cuál concepto de la misión sustenta la propuesta que
se hace al Sol que elige el servicio fuera del Batallón? Desde el aspecto pedagógico
¿cuál es el valor educativo del juego, la recreación, el uso del tiempo libre? Estas
son categorías fundamentales de la actividad exploradoril, pero ¿con cuáles criterios
se eligen los contenidos específicos? ¿cuál es el trasfondo pedagógico que las
sustenta? ¿de qué manera ayudan estas categorías a profundizar el contacto con lo
sagrado?

3.4 El horizonte vocacional en la formación exploradoril


Por ultimo, un gran interrogante genera el modo en que el Plan Nacional de
Formación de Soles afronta la cuestión vocacional. La propuesta formativa parte del
objetivo de formar un laico comprometido que vive la espiritualidad juvenil
salesiana con el estilo exploradoril, para la construcción de la civilización del amor;
ahora bien, si el objetivo es formar un laico ¿cuál será el lugar para la pregunta por
la vocación religiosa, consagrada o sacerdotal?

San Juan Pablo II decía hace un tiempo que era urgente promover “actitudes
vocacionales de fondo” que originan una auténtica “cultura vocacional”. En ese
sentido cabe preguntarnos en qué modo el PNFS acompaña el crecimiento y la
maduración de la conciencia y de la sensibilidad ante los valores espirituales y
morales, qué lugar ocupa la promoción y defensa de los ideales de la fraternidad
humana, del carácter sagrado de la vida humana, de la solidaridad social y del orden
civil, tales las actitudes vocacionales a que el Papa hacía referencia. 67 Más
concretamente ¿se considera un verdadero proceso de discernimiento vocacional la
elección del campo de servicio para los Soles, o termina siendo una decantación
67
Cf. JUAN PABLO II, Mensaje para la XXX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, Roma, 8 de
septiembre de 1992, 2.

49
natural por la animación siempre en primera instancia y que luego se estanca hasta
la partida? Si realmente es una elección el servicio Especial ¿cuánto influye la
motivación del Sol y cuánto la necesidad del Batallón de contar con animadores
para las etapas? La partida del Sol ¿es fruto del acompañamiento vocacional que
ofrece la comunidad de Soles o simplemente el alejamiento de quienes deciden
solos? ¿Cuál es en concreto la relación entre la comunidad de Soles y los grupos de
la Familia Salesiana según el Plan Nacional de Formación de Soles? ¿Qué lugar
ocupan en el itinerario formativo de los Soles el acompañamiento o dirección
espiritual y la vivencia sacramental, sobre todo la Eucaristía y la Reconciliación?
¿Cómo interactúan la propuesta formativa del Movimiento Exploradoril y la de la
Pastoral Juvenil de la Inspectoría y/o Diócesis en el aspecto vocacional?

Hasta aquí este primer capítulo, que buscaremos confrontar con los criterios
teóricos provenientes de diferentes ámbitos del saber científico, para poner en
diálogo el Plan Nacional de Formación de Soles con el objetivo que el mismo se
propone, pasando por el tamiz de las indicaciones magisteriales, de documentos
exploradoriles y de aportaciones teológicas y de las ciencias humanas.

50
CAPÍTULO 2
HACIA UN DIÁLOGO
INTERDISCIPLINAR Y CRITERIOLÓGICO

En este segundo capítulo buscaré evidenciar los presupuestos teóricos


implícitos y explícitos presentes en el Plan Nacional de Formación de Soles, lo cual
me ayudará, por una parte, a evaluar la pertinencia y actualidad del Plan, y por otra,
a proponer un marco teórico de interpretación de la realidad que sirva de guía para
la toma de decisiones ante una futura renovación del plan formativo, tal como me
había propuesto en los objetivos del trabajo.

Para esto recurrimos nuevamente a la meta que se plantea el Plan de “formar


laicos comprometidos que viven el estilo salesiano para la construcción de la
civilización del amor”1, y dividiremos el argumento en tres secciones que responden
a los tres núcleos de la formación según el PNFS: Laico, Espiritualidad y Trabajo
Ambiental. La pregunta que orienta el desarrollo es ¿qué significa? Y buscando
responderla intentaré dejar en evidencia las fuentes de donde se nutre dicha
respuesta; entonces los aportes teóricos y científicos se intercalarán para ayudarme a
responder ¿qué significa ser un joven laico? ¿qué significa vivir el estilo salesiano?
y ¿qué significa construir la civilización del amor? según el Plan Nacional de
Formación de Soles

1
PNFS, 5.

51
1 SER UN JOVEN LAICO
No busco aquí simplemente saber qué significa ser un laico en general, en
cualquier momento de la vida, sino que mi mirada focaliza sobre el hecho de ser un
joven que se empeña en ser un laico comprometido, ya que, como he dicho
anteriormente, es una característica identitaria del Movimiento Exploradoril el
asumir los valores de la educación y evangelización del joven por el joven,
favoreciendo el liderazgo juvenil y la corresponsabilidad2. Los adultos que
participan tendrán seguramente un modo diverso de vivir su laicidad en la Iglesia y,
específicamente, en el Movimiento, pero en este momento mi interés está centrado
en el modo específico de los jóvenes, para quienes está pensado el Plan Nacional de
Formación de Soles.

1.1 En la escuela de la Palabra


El Plan incluye la perspectiva bíblica en su metodología, ya que el tercer paso
“es el momento del encuentro con Dios que se revela en su Palabra. (…) Es el
tiempo para escuchar a Dios y dejarse interpelar por su voz”. 3 Pero más allá de esto,
la referencia a la Sagrada Escritura en el Plan mismo y su desarrollo respecto al
núcleo Laico, es más bien escasa.

Entre los contenidos de este núcleo aparece el interés por las primeras
comunidades cristianas en las cartas de Pablo y Hechos de los Apóstoles, ya que se
expresa el deseo de formar en una cosmovisión cristiana de la vida, ejercitando la
capacidad de leer los acontecimientos sociales, políticos, culturales a la luz de la fe. 4
Esta capacidad estaría reflejada, en el aspecto comunitario, por el testimonio de
amor fraterno que daban los primeros cristianos (Hch 2,42.46-47) y la comunión de
bienes, que representa un modelo económico alternativo basado en la justa

2
Cf. PNFS, 4.
3
PNFS, 21.
4
Cf. PNFS, 16.

52
distribución de los recursos para que ninguno pase necesidad mientras otros
acumulan en exceso (Hch 2,44-45).

Es claro que un modelo de comunidad como éste produce un impacto


diferente en el estilo de vida de un adulto que en el de un joven, debido a la fuerza
de los ideales, de los anhelos de justicia e igualdad de oportunidades y de la
búsqueda de lo novedoso que, generalmente, tiene todo joven en su corazón. Creo
que es correcto afirmar, llegados a este punto, que la formación propuesta por el
Plan para los Soles encuentra sus raíces bíblicas en el modelo de las primeras
comunidades cristianas porque éstas tienen en común con la comunidad de Soles el
hecho de estar haciendo un camino formativo orientado, a la vez, a las personas que
las componen y a las que podrán integrarse más adelante. Es decir, hay un
movimiento centrípeto por el cual cada Sol se convierte en centro de su propia
formación al interno de la comunidad, y un movimiento centrífugo por el cual esa
formación se transforma en testimonio para los demás, en especial los demás
Exploradores que ven en ellos la meta a alcanzar en su itinerario exploradoril.

Pero ¿cómo hacer más explícito esto que en el Plan es apenas nombrado?
Echando mano, por ejemplo, a una de las herramientas que el mismo Plan ofrece a
los Soles para complementar su formación: la Lectio divina. Recordemos que la
misma viene propuesta entre las otras metodologías que forman parte de los anexos,
con la posibilidad de agregar un toque salesiano añadiendo una vivencia de Don
Bosco que ayude a asumir un estilo propio.5 A lo dicho por el PNFS me parece
interesante agregar lo manifestado por la Pontificia Comisión Bíblica6 cuando
menciona que la Lectio divina es una práctica, individual o comunitaria, que ya
desde la antigüedad de la Iglesia expresa el acoger la Escritura como Palabra de
Dios y tiene como objetivo suscitar y alimentar un amor efectivo y constante por la
Sagrada Escritura, fuente de vida y de fecundidad apostólica.
5
Cf. PNFS, 45.
6
Cf. PONTIFICIA COMMISSIONE BIBLICA, L’interpretazione della Bibbia nella Chiesa, Libreria Editrice
Vaticana, Città del Vaticano 1993, 112-113.

53
La misma Comisión nos recuerda que la constitución conciliar Dei Verbum ,
invita a todos los cristianos, no solo a sacerdotes y religiosos, a que aprendan “el
sublime conocimiento de Cristo”, con la lectura frecuente de las divinas Escrituras
(cf. DV 25). Recomienda también no olvidar que la lectura debe ser acompañada de
la oración para que, por la Sagrada Escritura, se establezca un diálogo entre Dios y
el hombre. El Sol, en fin, respondiendo a su condición laical, verá atravesada su
vida por la Palabra en la medida que las dimensiones humana, cristiana y
exploradoril lo conduzcan a ejercitar este diálogo cotidiano con Dios, personal y
comunitariamente.

1.2 A la luz del Concilio Vaticano II


Un segundo paso de este recorrido interdisciplinar y criteriológico nos lleva a
rastrear las raíces que tiene el Plan Nacional de Formación de Soles en la enseñanza
del Magisterio Conciliar del Vaticano II. Aquí me detendré sobre todo a analizar
tres puntos: en primer lugar la eclesiología que está a la base del documento y de la
perspectiva formativa de los Exploradores de Don Bosco, luego la contribución que
el Concilio ofreció para pensar una teología del laicado, que tiene incidencia directa
en la formación de los Soles, y por último la comprensión que está a la base del
Servicio en Misión.

1.2.1 La eclesiología de comunión

Todo el itinerario formativo de los Exploradores tiene como base


fundamental una opción por lo comunitario/grupal como medio educativo:

“Sean espontáneos u organizados, los grupos (patrullas) son el medio más


eficaz que posee el Movimiento para llevar a sus miembros a tomar conciencia
clara de la realidad y a vivir intensa y plenamente su vida exploradoril con
espíritu de corresponsabilidad y solidaridad.
Toda la vida de una comunidad de Exploradores se desarrolla a partir del
grupo. Es como el alma de la familia. Allí se siente el calor de la amistad, hay

54
interrelación de persona a persona, ayuda y aliento, como también la necesaria
corrección para el crecimiento grupal e individual”.7
Por eso el Plan de Formación resalta en la metodología que es indispensable
la vida de comunidad, y al interno de ésta la dimensión celebrativa como paso vital
para su crecimiento.8 Un poco más adelante, al detallar el modo de organizar la
formación se explicita que ésta se realiza en la Comunidad de Soles. 9

“Si bien el proceso de la formación es el resultado del esfuerzo personal, de


cada uno, el mismo debe desenvolverse en el marco de la comunidad de Soles,
como expresión concreta de toda la comunidad eclesial, que es quien realmente
nos forma”.10
Detrás de esta opción por lo grupal/comunitario me parece entrever la
influencia de la eclesiología de comunión que el Concilio se encargó de revitalizar
al interno de la misma Iglesia, sobre todo desde la Constitución dogmática Lumen
Gentium.11 Dicha concepción teológica acerca de la Iglesia pone en evidencia, por
ejemplo, la figura Pueblo de Dios por sobre el ordenamiento jerárquico, ya que fue
voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión
alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad
y le sirviera santamente” (LG 9), y este es el presupuesto que sostiene la formación
de los Soles, por ser un ejercicio concreto de vida eclesial y manifestación de su ser
laicos comprometidos. De aquí se desprende que entre los contenidos aparezcan
temas como la Iglesia como modelo de comunión con Dios y con los hombres, o la
amistad, el espíritu de familia que hacen a la vida de comunidad (vivir y proyectar
juntos).12

El PNFS presenta, además, una serie de servicios o funciones al interno de la


comunidad: manifiesta la necesidad de un coordinador responsable de la animación
7
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 134-135.
8
Cf. PNFS, 19.
9
Cf. PNFS, 21.
10
PNFS, 7
11
CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, 21 de noviembre de 1964, en AAS 57
(1965) 5-71.
12
PNFS, 16.

55
de la comunidad; recomienda la presencia de “padrinos” que acompañan a los
nuevos Soles y a quienes preparan su partida; encarga al CEL una planificación que
garantice la continuidad de la formación y, en particular, al Capellán o Asesor
ayudar a la integración de los miembros. También se aclara que todos los Soles
deben participar de la formación y la vida de la comunidad, tanto los que realizan
servicio Especial como aquellos del servicio en Misión. Como telón de fondo de
esta organización variada pero que tiende a la unidad, me parece leer el llamado a la
unidad en la diversidad que expresaba el Concilio de este modo:

“Del mismo modo que todos los miembros del cuerpo humano, aún siendo
muchos, forman, no obstante, un sólo cuerpo, así también los fieles en Cristo
(cf. 1Co 12,12). también en la constitución del cuerpo de Cristo está vigente la
diversidad de miembros y oficios. Uno solo es el Espíritu, que distribuye sus
variados dones para el bien de la Iglesia según su riqueza y la diversidad de
ministerios (1Co 12,1-11). Entre estos dones resalta la gracia de los Apóstoles,
a cuya autoridad el mismo Espíritu subordina incluso los carismáticos (cf. 1Co
14). El mismo produce y urge la caridad entre los fieles, unificando el cuerpo
por sí y con su virtud y con la conexión interna de los miembros”. (LG 7)
Por otra parte, la formación de los Soles está pensada con una doble
vertiente: los Soles en Servicio Especial y los de Servicio en Misión. De fondo está
la idea de “auto-abastecerse” de educadores sin descuidar la realidad misionera más
allá de los confines del Batallón y del Movimiento. Es la puesta en acto de la
convicción que dice “todos los hombres están llamados a formar parte del nuevo
Pueblo de Dios. Por lo cual, este pueblo, sin dejar de ser uno y único, debe
extenderse a todo el mundo y en todos los tiempos, par así cumplir el designio de la
voluntad de Dios”. (LG 13)

1.2.2 Una teología del laicado

Un aporte realmente importante que ha hecho el Concilio Vaticano II, a partir


incluso de su eclesiología, ha sido el revalorizar la vocación de los laicos y su
participación en la misión de la Iglesia. El Plan Nacional también recogió estas

56
intuiciones conciliares cuando proyectó la formación de los Soles, porque no podía
dejar de lado un tema tan importante y presente en todas las reflexiones
postconciliares. Y la muestra más evidente fue la elección del núcleo Laico como
uno de los ejes en torno a los que estructuró sus contenidos.

No podemos olvidar que dicho núcleo se desprende del objetivo que tiene la
etapa de Perfeccionamiento y Servicio, dado en primera instancia por los Principios
Doctrinales,13 documento que vio la luz durante el año 1974. Es decir que, a menos
de diez años de distancia del evento conciliar y sus conclusiones, es claro que
respire aquella

“acentuación distintiva tan fuerte sobre la especificidad de los laicos, la


vocación de los laicos, la formación de los laicos, la espiritualidad de los
laicos, el compromiso laical, la exaltación de la laicidad, etc., que durante la
primera fase del post-concilio fue expresión de identidad de minorías laicales
que irrumpían en una Iglesia clerical. No obstante su positividad, esta
afirmación fuerte de especificidad traía consigo el riesgo de concebir la Iglesia
como un conjunto de corporaciones compartimentalizadas, definidas por
oposición y competición – la sacerdotal, la religiosa y la laical –, en pugna por
la distribución de derechos, poderes y tareas”.14
El espíritu del Concilio, sin embargo, parece haber sido otro muy diferente.
Lejos de querer sembrar la división, la intención era remarcar la unidad del Pueblo
de Dios; de hecho, la LG declara que la participación plena y activa de los fieles
laicos en la vida de la Iglesia tiene su raíz y fundamento en el sacramento del
Bautismo, compartido con todo el Pueblo de Dios y por el cual participan de la
función sacerdotal, profética y real de Cristo, ejerciendo en el mundo la misión de
todo el pueblo cristiano en todo aquello que le corresponda a causa de su propia
identidad. (cf. LG 10, 12 y 31)

“Con el nombre de laicos se designa aquí a todos los fieles cristianos, a


excepción de los miembros del orden sagrado y los del estado religioso

13
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 127.
14
G. CARRIQUIRY LECOUR, Discurso durante la presentación del libro “Les laics messagers de l’Évangile”
en http://www.americalatina.va/content/americalatina/es/articulos/los-laicos--mensajeros-del-evangelio.html

57
aprobado por la Iglesia. Es decir, los fieles que, en cuanto incorporados a
Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes, a su
modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, ejercen en la Iglesia
y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a ellos
corresponde”. (LG 31)
Este sí parece ser el enfoque con el cual los Exploradores son llamados a
vivir su vocación laical, ya que el fundamento por el cual el Sol se empeña como
laico comprometido está en su Promesa y –sobre todo– la Reafirmación de la
misma, porque reproduce simbólicamente este tomarse en serio la vocación
bautismal, que se desarrolla concretamente en el servicio a los demás. A través de
este acto simbólico y jurídico a la vez, el joven asume personal y públicamente la
opción de ser toda la vida Explorador. Para ayudar a esta decisión, el Movimiento
pone a disposición algunos medios, entre los cuales el PNFS, que se preocupa de
generar en los Soles una cosmovisión cristiana de la vida, de profundizar el
protagonismo de los laicos en la Iglesia desde el magisterio eclesial, de fomentar el
acercamiento a las relaciones justas e injustas que se dan en la sociedad para leerlas
desde el criterio de los Derechos Humanos y de la Doctrina Social de la Iglesia. 15

Este modo específico de ser Iglesia-Pueblo de Dios no puede ser entendido


solo desde un sentido puramente sociológico, porque dentro se interrelacionan
íntimamente las realidades terrena y celeste que son el punto de quiebre de la
autocomprensión eclesial. Gaudium et Spes lo dejó muy claro cuando afirmó que

“la Iglesia, «entidad social visible y comunidad espiritual», avanza


juntamente con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo, y
su razón de ser es actuar como fermento y como alma de la sociedad, que debe
renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios”. (GS 40)
En ese horizonte adquiere gran importancia el testimonio de los fieles
cristianos, que antes que nada debe ser unitario, que no escinde la realidad como si
hubiese algo del mundo que no deba ser tocado por la Salvación procurada por
Jesucristo para la entera creación. Es tarea de todo fiel cristiano la animación del
15
Cf. PNFS, 15-16.

58
mundo con el espíritu cristiano y ser testigo de Cristo en medio de la sociedad,
según la fuerte llamada del Concilio:

“El Concilio exhorta a los cristianos, ciudadanos de la ciudad temporal y de


la ciudad eterna, a cumplir con fidelidad sus deberes temporales, guiados
siempre por el espíritu evangélico. Se equivocan los cristianos que, pretextando
que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran
que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta que la propia fe es
un motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas según la
vocación personal de cada uno. Pero no es menos grave el error de quienes, por
el contrario, piensan que pueden entregarse totalmente del todo a la vida
religiosa, pensando que ésta se reduce meramente a ciertos actos de culto y al
cumplimiento de determinadas obligaciones morales. El divorcio entre la fe y
la vida diaria de muchos debe ser considerado como uno de los más graves
errores de nuestra época. Ya en el Antiguo Testamento los profetas reprendían
con vehemencia semejante escándalo. Y en el Nuevo Testamento sobre todo,
Jesucristo personalmente conminaba graves penas contra él. No se creen, por
consiguiente, oposiciones artificiales entre las ocupaciones profesionales y
sociales, por una parte, y la vida religiosa por otra”. (GS 43)
Este espíritu me parece encontrar en la redacción de los objetivos y
contenidos del Plan cuando proyecta el núcleo Laico: una preocupación por la
unidad entre fe y vida, por el testimonio concreto de una vocación de servicio que
distingue al explorador como un camino de realización de la vocación laical
comprometida, un conocimiento de los elementos que ayudan en el proceso hacia
la libertad personal y social a través de la participación en estructuras políticas, la
madurez en las relaciones, la asunción de valores fundamentales o la
responsabilidad en la toma de decisiones.16

Me permito agregar, además, que también cuando pensamos en esta teología


del laicado al interno de las estructuras del Movimiento todavía resuena y resiste un
cierto clericalismo, que incluso se intensifica por actitudes de los mismos laicos. A
esto se refiere el papa Francisco cuando dice que expresa mejor el espíritu del
Concilio hablar de fieles cristianos antes que de laicos, y que nos haría bien tener en

16
Cf. PNFS, 13-15.

59
cuenta en adelante, no tanto por los formalismos de las palabras cuanto por los
significados que traen aparejados las mismas. Más adelante tendremos oportunidad
de profundizar los aportes del magisterio congregacional al Plan de Formación, pero
para redondear la idea quiero traer a colación que el CG23 17 afirma que la meta que
el camino de educación en la fe propone al joven es que llegue a construir su propia
personalidad teniendo a Cristo como referencia en cada plano de su vida. Esto va
más allá de ser un laico (por contraposición al clero) y abre la puerta a que todo
cristiano, e incluso todo hombre de buena voluntad, pueda vivirlo. Concluyo
citando la llamada de atención que al respecto nos hace S.S. Francisco:

“Mirar al Pueblo de Dios, es recordar que todos ingresamos a la Iglesia


como laicos. El primer sacramento, el que sella para siempre nuestra identidad
y del que tendríamos que estar siempre orgullosos es el del bautismo. Por él y
con la unción del Espíritu Santo, (los fieles) quedan consagrados como casa
espiritual y sacerdocio santo (LG 10). Nuestra primera y fundamental
consagración hunde sus raíces en nuestro bautismo. A nadie han bautizado
cura, ni obispo. Nos han bautizados laicos y es el signo indeleble que nunca
nadie podrá eliminar. Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una elite de
los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el
Santo Pueblo fiel de Dios. Olvidarnos de esto acarrea varios riesgos y
deformaciones tanto en nuestra propia vivencia personal como comunitaria del
ministerio que la Iglesia nos ha confiado. Somos, como bien lo señala el
Concilio Vaticano II, el Pueblo de Dios, cuya identidad es la dignidad y la
libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como
en un templo (LG 9). El Santo Pueblo fiel de Dios está ungido con la gracia del
Espíritu Santo, por tanto, a la hora de reflexionar, pensar, evaluar, discernir,
debemos estar muy atentos a esta unción”.18

1.2.3 El mandato misionero

En este devenir de elementos conciliares había fijado la atención, en primer


lugar, sobre la cuestión eclesiológica manifestada en la opción por que lo personal
encuentre su lugar natural dentro de lo comunitario. El planteo eclesiológico,
17
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 114.
18
FRANCISCO, Carta al Cardenal Ouellet, Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, 19 de
marzo de 2016, en AAS 108 (2016) 525-530, 526.

60
además, nos llevó a profundizar en la identidad del bautizado y cuál es su lugar en
la vida y la misión de la Iglesia. Ahora quiero detenerme aún más específicamente
en esta cuestión pero desde el aspecto del apostolado y la misión concreta del Sol,
bautizado, “testigo de Cristo y miembro activo de su Iglesia”.19

Para el Movimiento Exploradoril los Soles forman parte de la etapa de


Perfeccionamiento y Servicio, entendiendo que su formación no es completa aún y
que debe tender a un campo específico en el que el joven podrá desarrollar todas sus
potencialidades. Dice el Plan de Formación que el “Sol debe asumir con conciencia
el rol de joven responsable (…) que es capaz de tomar decisiones firmes con las que
emprende el camino de la vida convencido que tiene un lugar exclusivo en la
historia, que nadie realizará por él y que está previsto en la Providencia Divina
desde toda la eternidad”.20 Por eso la finalidad de la etapa no es la de formar sólo y
estrictamente animadores, sino acompañar al joven en su camino de inserción del
propio proyecto de vida en el más amplio Plan de Salvación.

De acuerdo a lo dicho anteriormente, puedo afirmar que la idea de servicio,


misión o apostolado que subyace a la propuesta formativa en general del Plan
Nacional de Formación de Soles, está atravesada por los conceptos que el Concilio
ofreció, también, desde el Decreto Apostolicam Actuositatem,21 ya que es el
documento conciliar específicamente dedicado al apostolado de los laicos. Allí se
dice, por ejemplo sobre el apostolado:

“La Iglesia ha nacido con el fin de que, por la propagación del Reino de
Cristo en toda la tierra, para gloria de Dios Padre, todos los hombres sean
partícipes de la redención salvadora, y por su medio se ordene realmente todo
el mundo hacia Cristo. Toda la actividad del Cuerpo Místico, dirigida a este
fin, se llama apostolado, que ejerce la Iglesia por todos sus miembros y de
diversas maneras; porque la vocación cristiana, por su misma naturaleza, es
también vocación al apostolado”. (AA 2)
19
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 72.
20
PNFS, 11.
21
CONCILIO VATICANO II, Decreto Apostolicam Actuositatem, 18 de noviembre de 1965, en AAS 58 (1966)
837-864

61
De nuevo la eclesiología de comunión y la primacía del bautismo en la
identidad del cristiano marcan el rumbo. Es decir que el Sol, para vivir plenamente
su pertenencia eclesial y en profundidad su vocación bautismal, está llamado a
colaborar en este apostolado, en esta actividad que tiene por fin la propagación del
Reino de Cristo en la tierra. Es la misma idea que se sostiene desde la Lumen
Gentium:

“el apostolado de los laicos es participación en la misma misión salvífica de


la Iglesia, apostolado al que todos están destinados por el Señor mismo en
virtud del bautismo y de la confirmación. Y los sacramentos, especialmente la
sagrada Eucaristía, comunican y alimentan aquel amor hacia Dios y hacia los
hombres que es el alma de todo apostolado. Los laicos están especialmente
llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y
circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos.
Así, todo laico, en virtud de los dones que le han sido otorgados, se convierte
en testigo y simultáneamente en vivo instrumento de la misión de la misma
Iglesia en la medida del don de Cristo (Ef 4,7)”. LG 33
Sin embargo, me parece intuir que cuando vamos a la propuesta en particular
de la formación para los Soles del Servicio en Misión, toda aquella idea de
apostolado queda un poco difuminada y se coloca más en la línea de la misión como
la entiende y explica Ad Gentes,22 que es un tanto diferente, porque la misión está
planteada como “la evangelización e implantación de la Iglesia en los pueblos o
grupos en que todavía no ha arraigado, acción a la que deben corresponder acciones
propias y medios adecuados”. (AG 6)

Posiblemente este cambio de paradigma misionero entre uno y otro campo de


servicio sea la mayor dificultad para que el servicio en Misión florezca, ya que no
es lo mismo pensar una misión con el clásico modelo ad gentes, según el cual se
presupone generalmente tener que empezar desde cero, porque donde se es enviado
“no existe” la Iglesia y es tarea del misionero hacerla germinar (implantación); a
pensar la misión como apostolado, es decir envío a todas las realidades, empezando

22
CONCILIO VATICANO II, Decreto Ad Gentes, 7 de diciembre de 1965, en AAS 58 (1966) 947-990

62
por las cotidianas y cercanas, donde la presencia del Evangelio puede variar mucho
de un contexto a otro.

¿Por qué creo que la fuente de inspiración de este campo de servicio sea Ad
Gentes y no Apostolicam Actuositatem? En primer lugar, porque sólo AG se nombra
como documento a estudiar entre los temas de los encuentros formativos para Soles
en Misión: “Misión de los laicos (Ad Gentes): que los Soles conozcan los puntos
más importantes del documento referente a la Misión del laico cristiano”. 23 En
segundo término, la organización de la propuesta para los Soles en misión parte de
un cuadro de situación que busca una organización conducente a una experiencia
misionera ordenada y efectiva,24 en general se habla de proyectos con una
planificación estructurada, que prevea un proyecto con acciones concretas,
objetivos, costos, etc. La denominación de “destinatarios” 25 referida a las personas
“beneficiarias” del proyecto o la fuerte distinción entre un alto objetivo social y
humanitario y un objetivo apostólico26 también son derivaciones de esta concepción
de la misión como implantación de la Iglesia más que apostolado de los fieles.

Creo que tener en cuenta este aspecto permitiría encuadrar mejor la vocación
laical del Sol en el plano formativo, especialmente pensando el Servicio en Misión,
que padece de un desproporcionado raquitismo en referencia al Servicio Especial en
el Plan de Formación.

1.3 La enseñanza de los Papas


En el origen de la propuesta formativa de los Exploradores y específicamente
en la formación de los Soles, se puede rastrear también la influencia del magisterio

23
PNFS, 51.
24
Cf. PNFS, 53.
25
Cf. PNFS, 54.
26
Cf. PNFS, 53.

63
pontificio a través de dos grandes documentos: Evangelii Nuntiandi, del beato Pablo
VI y Christifideles Laici, de san Juan Pablo II.27

1.3.1 Evangelii Nuntiandi

Esta verdadera carta magna de la evangelización en los tiempos del


postconcilio ha dado un sentido propio a la tarea de los “seglares” declarando que el
objetivo primario de los laicos no es la institución y desarrollo de la comunidad
eclesial, deber propio de los pastores, sino la actuación desde criterios evangélicos
en el amplio y complejo campo de la política, de la actividad social, la economía y
otros ámbitos propios de la vida laical.

“Los seglares, cuya vocación específica los coloca en el corazón del mundo
y a la guía de las más variadas tareas temporales, deben ejercer por lo mismo
una forma singular de evangelización.
(…) El campo propio de su actividad evangelizadora, es el mundo vasto y
complejo de la política, de lo social, de la economía, y también de la cultura, de
las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los medios de
comunicación de masas, así como otras realidades abiertas a la evangelización
como el amor, la familia, la educación de los niños y jóvenes, el trabajo
profesional, el sufrimiento, etc. Cuantos más seglares hayan impregnados del
Evangelio, responsables de estas realidades y claramente comprometidos en
ellas, competentes para promoverlas y conscientes de que es necesario
desplegar su plena capacidad cristiana, tantas veces oculta y asfixiada, tanto
más estas realidades —sin perder o sacrificar nada de su coeficiente humano, al
contrario, manifestando una dimensión trascendente frecuentemente
desconocida— estarán al servicio de la edificación del reino de Dios y, por
consiguiente, de la salvación en Cristo Jesús”. (EN 70)
Es la idea de fondo más fuerte a la hora de pensar la formación de los Soles
según el Plan: ayudarlos a asumir “un proceso de formación cuyo fin es lograr la
madurez del sol en su fe y en su vida, en un proceso permanente que deberá
continuar cuando ya no esté en las filas de la Institución Exploradoril”; es decir,

27
PABLO VI, Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, 8 de diciembre de 1975, en AAS 68 (1976) 5–76.
JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Christifideles Laici, 30 de diciembre de 1988, en AAS 81 (1989)
393–521.

64
formar una persona comprometida verdaderamente con las realidades de su tiempo,
en el lugar en que le toque actuar y vivir, desde una opción vocacional seria y
responsable.28 Esta llamada a asumir su protagonismo laical por parte de los
jóvenes, es la que hace el Papa cuando dice que es necesario que “los jóvenes bien
formados en la fe y arraigados en la oración, se conviertan cada vez más en los
apóstoles de la juventud. La Iglesia espera mucho de ellos. Por nuestra parte, hemos
manifestado con frecuencia la confianza que depositamos en la juventud” (EN 72). 29
Y esto respalda la opción por la educación y evangelización del joven por el joven.

1.3.2 Christifideles Laici

Todavía más fuerte es la resonancia de la exhortación del Papa Wojtyla sobre


la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo. En ella se refuerza la
idea de la eclesiología de comunión con la imagen de la viña, según la cual los
fieles laicos son sarmientos radicados en Cristo, la verdadera vid (Cf. ChL 9). Con
esta misma imagen la exhortación sustenta el reclamo a la formación de los laicos
como una “llamada a crecer, a madurar continuamente, a dar siempre más fruto”.
(ChL 53)

“En este diálogo entre Dios que llama y la persona interpelada en su


responsabilidad se sitúa la posibilidad —es más, la necesidad— de una
formación integral y permanente de los fieles laicos, a la que los Padres
sinodales han reservado justamente una buena parte de su trabajo. En concreto,
después de haber descrito la formación cristiana como «un continuo proceso
personal de maduración en la fe y de configuración con Cristo, según la
voluntad del Padre, con la guía del Espíritu Santo», han afirmado claramente
que «la formación de los fieles laicos se ha de colocar entre las prioridades de
la diócesis y se ha de incluir en los programas de acción pastoral de modo que
todos los esfuerzos de la comunidad (sacerdotes, laicos y religiosos) concurran
a este fin»”. (ChL 57)
A esta prioridad quiere responder el Plan de Formación, involucrando a toda
la comunidad de Soles y en particular al capellán o asesor espiritual que “se
28
Cf. PNFS, 8
29
Cf PNFS, 4; 10.

65
preocupa de la integración de la comunidad, siendo el jefe/a de batallón su
responsable directo. Puede delegar esta función en un coordinador”.30

El papa subraya, una vez más, que la fuente de la que mana la vertiente laical
de la vocación cristiana es siempre el Bautismo, cuya novedad radical debe ser
profundizada durante toda la vida. Es la misma situación que poco antes he
resaltado sobre la correspondencia entre Bautismo y Promesa/Reafirmación; en esa
Promesa, respuesta del joven a Dios que lo llama a vivir el estilo exploradoril, se
encuentra el núcleo de su servicio y formación, y cuyos frutos se podrán ver aún
con mayor claridad en el momento en que el Sol hace su partida para vivir las
realidades cotidianas con estilo exploradoril, más allá de roles y funciones que pudo
haber vivido y cumplido durante su itinerario de perfeccionamiento y servicio. Por
eso, por ejemplo, la ceremonia del envío utiliza el Evangelio de Mateo (5,13-16) y
los signos de la sal y la luz, ya que éstos,

“aunque se refieren indistintamente a todos los discípulos de Jesús, tienen


también una aplicación específica a los fieles laicos. Se trata de imágenes
espléndidamente significativas, porque no solo expresan la plena participación
y la profunda inserción de los fieles laicos en la tierra, en el mundo, en la
comunidad humana; sino que también, y sobre todo, expresan la novedad y la
originalidad de esta inserción y de esta participación, destinadas a la difusión
del Evangelio que salva”.(ChL 15)31
Desde las afirmaciones de la Exhortación es claro que para comprender bien
la misión de los laicos tenemos que referirnos siempre a los sacramentos de la
iniciación cristiana, porque son el fundamento de la Iglesia comunión. A través de
ellos entramos a formar parte del Pueblo de Dios, y participamos del sacerdocio
común, de la realeza de los hijos y de la profecía de los testigos por estar unidos a
Cristo:

“La voz del Señor resuena ciertamente en lo más íntimo del ser mismo de
cada cristiano que, mediante la fe y los sacramentos de la iniciación cristiana,

30
Cf. PNFS, 22
31
Cf. PNFS, 41

66
ha sido configurado con Cristo, ha sido injertado como miembro vivo en la
Iglesia y es sujeto activo de su misión de salvación”. (ChL 3)
Por otra parte, la identidad del laico, su “figura”, sólo se puede captar en la
medida que se parte de la misteriosa riqueza que Dios dona al cristiano en el
Bautismo (cf. ChL 9); a partir de ello se configura su “índole secular”, es decir la
modalidad que lo distingue, sin separarlo, del presbítero, del religioso y la religiosa.
Por esta índole secular los laicos son personas que viven la vida normal en el
mundo, estudian, trabajan, entablan relaciones de amistad, sociales, profesionales,
culturales. Y este ser y actuar en el mundo son para los fieles laicos no sólo una
realidad antropológica y sociológica, sino también una realidad teológica y eclesial;
sin esa característica no podemos pensar la figura del laico (cf. ChL 15). Es decir
que, por el Bautismo y la iniciación cristiana forman parte de la Iglesia, y viviendo
las situaciones cotidianas de su inserción en el mundo hacen presente la Iglesia en
esa realidad; así lo entiende también el Plan de Formación cuando afirma que el
servicio a que está llamado todo Explorador se puede desarrollar tanto dentro de la
institución como en el propio ambiente donde se vive, se estudia o se trabaja. No
necesariamente debe ser un servicio de carácter educativo, pero siempre será de
promoción de la dignidad humana y con sentido cristiano. 32 La exhortación de Juan
Pablo II buscó referir siempre a la enseñanza conciliar como base de sus reflexiones
y las del Sínodo del cual nació, porque celebrar los 20 años de la conclusión del CV
II fue uno de los objetivos de la asamblea sinodal.

Por último, quiero recordar que el texto del PNFS, como había señalado en el
primer capítulo, sugiere la lectura y estudio del capítulo III de este documento del
papa. En esa parte de la Exhortación se tratan algunas temáticas que, tenidas en
cuenta, pueden dar un vasto horizonte criteriológico a la formación de los jóvenes
exploradores, ya que proporciona una mirada desde los fundamentos de nuestra fe
hacia diferentes campos y situaciones de la vida que deben ser afrontados por los

32
Cf. PNFS, 49.

67
fieles laicos. En primer lugar circunscribe la acción de toda la Iglesia en el contexto
de una nueva evangelización de un mundo que, en general, ya ha recibido el
anuncio del Evangelio. En ese contexto llama a reconocer la centralidad de la
persona y su dignidad, sobre todo en el respeto por la inviolabilidad de la vida.
También expone algunos criterios sobre la necesidad que tiene el hombre del
contacto con Dios, sobre la familia como primer campo del compromiso social, el
ejercicio de la caridad, el compromiso en la política, la economía y la cultura.

1.4 La reflexión sobre el laicado juvenil en Latinoamerica


El magisterio del Episcopado latinoamericano ha sido, seguramente, otra
cantera importante para el Plan Nacional de Formación de Soles; a continuación
formularé algunos párrafos y conceptos que dan cuenta de ello, refiriéndome en
especial a los Documentos finales de Medellín, 33 que marcó el inicio de una
atención prioritaria a la juventud de parte de los obispos y señaló las directrices más
fuerte para la constitución de una Pastoral Juvenil Latinoamericana; al Documento
de Puebla,34 por la centralidad que otorga a la reflexión sobre esa Pastoral Juvenil,
no sólo en extensión sino también con la profundidad de la exposición, y al
Documento de Santo Domingo,35 que recogió gran parte de las reflexiones que la
Secretaría de Juventud del episcopado latinoamericano realizó a través encuentros,
congresos y documentos.

1.4.1 Medellín

La segunda Conferencia dedicó uno de sus 16 documentos, el número 5, al


tema Juventud. De allí, podemos resaltar que el Plan tomó algunas ideas fuerza
para orientar su perspectiva formativa. Medellín habló, entre otras cosas, de la
33
II CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE , Documentos finales de
Medellín, CELAM, 1968.
34
III CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE , Documento de Puebla,
CELAM, 1979.
35
IV CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE , Documento de Santo
Domingo, CELAM, 1992.

68
situación de la juventud en relación a los grupos y comunidades juveniles,
afirmando que esta tendencia a reunirse se muestra cada vez más fuerte dentro de la
dinámica de los jóvenes en Latinoamerica; estas comunidades “se caracterizan, en
general, por ser grupos naturales («a medida humana»), de reflexión evangélica y
revisión de vida, en torno a un compromiso cristiano ambiental”.36 Esta es la
propuesta que subyace al modo de organizar la formación que presenta el Plan:

“Existen distintas formas de organizar la comunidad, que determinan grupos


de formación (C.A.S. 9):
* Por promoción: Cada uno de los nuevos Soles forman su grupo o se unen
a otros ya existentes.
* Por selección: El criterio no es la "antigüedad" como en el anterior sino la
elección por afinidad.
* Por equipos: En base a los que ejercen la misma actividad o función:
coordinadores, orientadores, el coordinador y los jefes de patrulla de su
Compañía (Consejo de Compañía), los equipos de una misión, etc.”.37
Esta Conferencia sentó las bases para una pastoral que tienda a la educación
de la fe de los jóvenes a partir de su vida, de modo que les permita su plena
participación en la comunidad eclesial, asumiendo consciente y cristianamente su
compromiso temporal; para ello explicitó la necesidad de una pedagogía orgánica
que estimulara a los jóvenes a una sólida “formación humana y cristiana y los
esfuerzos por forjarse una auténtica personalidad”. 38 Aquí se muestran las raíces de
aquellas dimensiones de la persona que el PNFS propone atender en cada núcleo:
las dimensiones humana, cristiana y exploradoril. Todo esto tendiente a “una
auténtica orientación vocacional (que tenga en cuenta los diferentes estados de vida)
para asumir su responsabilidad social como cristianos en el proceso de cambio
latinoamericano”.39 Lo mismo que el Plan presentó como marco doctrinal y criterios
operativos de los núcleos de formación:

36
Medellín, Juventud, 6.
37
PNFS, 22.
38
Cf. Medellín, Juventud, 14.
39
Medellín, Juventud, 16

69
* “Concretar el tema de la orientación vocacional, apuntando a la persona
del Sol tanto en el plano estudiantil como laboral.
* Orientar al Sol en el estilo de vida laical o consagrada.
* Realizar una formación integral del Sol teniendo como base los Núcleos
(Laico, Espiritualidad, Trabajo ambiental) como un único plan; abarcando las
Áreas Humana, Cristiana y Exploradoril”.40
Por último, se leen a lo largo de la propuesta formativa de los Soles aquellas
recomendaciones pastorales que Medellín hizo respecto a los movimientos
juveniles:

“Que se tenga muy en cuenta la importancia de las organizaciones y


movimientos católicos de juventud, en particular aquellos de índole nacional e
internacional.
Que se les conceda una mayor confianza a los dirigentes laicos y se
reconozca la autonomía propia de los movimientos seglares.
Que se les consulte en la elaboración de la pastoral juvenil, a nivel
diocesano nacional y continental.
Que se estimule su acción evangelizadora en la transformación de las
personas y de las estructuras.
Que se favorezcan sus esfuerzos en vista a la formación de líderes de la
comunidad.
Que se haga una distribución más racional de los sacerdotes, que permita
una mejor atención de los movimientos juveniles.
Que se dé a la formación de asesores de juventud (sacerdotes, religiosos,
religiosas y laicos) la importancia que tiene en un continente con mayoría de
jóvenes”.41

1.4.2 Puebla

El Documento de Puebla cuando habla de los laicos presupone todo lo que el


Concilio había ya dicho, pero al momento de precisar esta identidad que le es
propia, acuña una fórmula particularmente feliz:42

“la fidelidad y la coherencia con las riquezas y exigencias de su ser le dan su


identidad de hombre de Iglesia en el corazón del mundo y de hombre del
mundo en el corazón de la Iglesia”. (DP 786)
40
PNFS, 12.
41
Medellín, Juventud, 17
42
Cf. L. GALLO, Il cammino del Vangelo nel continente della speranza, LAS, Roma 2016, 167.

70
Probablemente este sea el documento de la Iglesia al que más recurrieron
quienes elaboraron el Plan Nacional de Formación de Soles, no sólo debido a la
fuerza que ha tenido en los ámbitos eclesial y social en Latinoamerica, sino además
porque dedica a los jóvenes un capítulo de 40 puntos dentro de la cuarta parte (DP
1166-1205). Allí aparecen algunos de los puntos que luego toman forma en el Plan;
trataré de hacer una apretada síntesis.

Cuando Puebla describe la situación de la juventud latinoamericana de su


tiempo dice, entre otras cosas, que es manipulada especialmente en lo político y en
el uso del «tiempo libre» (Cf. DP 1172). Estas son dos preocupaciones de las que se
hace cargo el Plan de Formación; la primera está presente en el interés por proponer
una formación rica en reflexión y acciones concretas de compromiso político,
presente por ejemplo, ya en el perfil del Sol: “modelo a imitar, actuando como
transformador de su ámbito político, económico, social y eclesial, obrando con
espíritu crítico de acuerdo a los valores de la moral cristiana”.43 En los contenidos
del núcleo Laico, como parte de la formación humana pide el conocimiento de los
elementos que ayudan en el proceso hacia la libertad personal y social, entre los
cuales está la estructura política; en la formación cristiana, se habla de una
cosmovisión cristiana de la vida para ver los acontecimientos sociales, políticos y
culturales a la luz de la fe, y otro de los temas es el compromiso político de los
cristianos; también en el núcleo Trabajo Ambiental, en los contenidos de la
formación humana está el tema “Política – Democracia – Compromiso partidario”. 44

La segunda preocupación, no está explícita con ese nombre en el Plan, pero


está presupuesta en todo el arco formativo ya que el Movimiento Exploradoril
Salesiano tiene como uno de sus objetivos “educar a los adolescentes y jóvenes en
el uso del tiempo libre”.45 Por eso tienen tanta importancia los paseos y

43
PNFS, 5.
44
Cf. PNFS, 15; 16; 18.
45
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 15.

71
campamentos, así como el generar un clima de sana amistad y responsabilidad entre
los jóvenes.

Una característica fuerte de los Exploradores en general, y por ello también


del Plan, es la organización y planificación. En esto se encuentra el secreto de su
permanencia en el tiempo y, a veces, su dificultad para crecer aún más, con un poco
más de “arrojo no planificado”. Puebla los reconfirmó en esa línea: “Los jóvenes
deseosos de realizarse en la Iglesia, pueden quedar defraudados cuando no hay una
buena planificación y programación pastoral que responda a la realidad histórica
que viven”. Desde otra perspectiva, la formación del joven por el joven para los
Exploradores no puede hacerse sin el acompañamiento de adultos conocedores de la
mística y la identidad que le son propias; por eso también se tiene en cuenta que la
formación recibida los debe habilitar a acompañar a otros en su itinerario aún
cuando no cumplan un rol de animación dentro de la Institución. “Igualmente
sienten la falta de asesores preparados, aunque en no pocos grupos y movimientos
juveniles se encuentran dichos asesores competentes y sacrificados”. (DP 1181)

Otro elemento relevante es la confianza en los jóvenes, al punto de


encargarles ser verdaderos testigos anunciadores de Cristo para otros jóvenes. La
base del Servicio Especial y en Misión de los Soles es esta confianza. Donde otros
ven irresponsabilidad, desgano, falta de compromiso, el Movimiento Exploradoril –
y por ende la Iglesia– ve potencialidades, desafío, una alegría que contagia,
inconformismo fundado en el compromiso por cambiar las cosas y ser constructores
del futuro propio y común. Los obispos reunidos en Puebla también lo creyeron así:

“Los jóvenes deben sentir que son Iglesia, experimentándola como lugar de
comunión y participación. Por esto, la Iglesia acepta sus críticas, porque se
sabe limitada en sus miembros y los hace gradualmente responsables de su
construcción hasta su envío como testigos y misioneros especialmente a la gran
masa juvenil. En ella los jóvenes se sienten pueblo nuevo; el de las
Bienaventuranzas, sin otra seguridad que Cristo; un pueblo con corazón de
pobre, contemplativo, en actitud de escuchar y de discernir evangélicamente,

72
constructor de paz, portador de alegría y de un proyecto liberador integral en
favor, sobre todo, de sus hermanos jóvenes. La Virgen Madre,bondadosa, la
creyente fiel, educa al joven para ser Iglesia.” (DP 1184)
“La Iglesia confía en los jóvenes. Son para ella su esperanza. La Iglesia ve
en la juventud de América Latina un verdadero potencial para el presente y el
futuro de su evangelización. Por ser verdadera dinamizadora del cuerpo social
y especialmente del cuerpo eclesial, la Iglesia hace una opción preferencial por
los jóvenes en orden a su misión evangelizadora en el Continente”. (DP 1186)
Por último, quiero resaltar que los números 1188 y 1193 son fundantes en
cuanto que proporcionaron dos de los conceptos claves con los que el Plan se
estructuró: la construcción de la civilización del amor y la preocupación por la
educación en la fe, propia de la pastoral juvenil.

“La Iglesia evangelizadora hace un fuerte llamado para que los jóvenes
busquen y encuentren en ella el lugar de su comunión con Dios y con los
hombres, a fin de construir «la civilización del amor» y edificar la paz en la
justicia. Los invita a que se comprometan eficazmente en una acción
evangelizadora sin excluir a nadie, de acuerdo con la situación que viven y
teniendo predilección por los más pobres”. (DP 1188)
“La pastoral de juventud en la línea de la evangelización debe ser un
verdadero proceso de educación en la fe que lleve a la propia conversión y a un
compromiso evangelizador”. (DP 1193)

1.4.3 Santo Domingo

En el cruzarse de opciones la Conferencia de Santo Domingo complementa a


la de Puebla, en el sentido que ésta marcó la opción preferencial por los jóvenes y
aquella la opción preferencial por los laicos, donde también están considerados
ellos.

“La importancia de la presencia de los laicos en la tarea de la Nueva


Evangelización, que conduce a la promoción humana y llega a informar todo el
ámbito de la cultura con la fuerza del Resucitado, nos permite afirmar que una
línea prioritaria de nuestra pastoral, fruto de esta IV Conferencia, ha de ser la
de una Iglesia en la que los fieles cristianos laicos sean protagonistas. Un
laicado, bien estructurado con una formación permanente, maduro y

73
comprometido, es el signo de Iglesias particulares que han tomado muy en
serio el compromiso de Nueva Evangelización”. (DSD 103)
“Para que Cristo esté en medio de la vida de nuestros pueblos, convocamos
a todos los fieles a una Nueva Evangelización y llamamos especialmente a los
laicos, y entre ellos a los jóvenes”. (DSD 30)
En el cuadro de situación de los jóvenes que presenta el Documento, se puede
ver reflejado también el diagnóstico que el Plan ha tenido en cuenta cuando ha
mirado positivamente la condición juvenil a la que destina sus esfuerzos, teniendo
en cuenta que ambos documentos vieron la luz solo con tres años de distancia.

“Cada vez son más los que se congregan en grupos, movimientos y


comunidades eclesiales para orar y realizar distintos servicios de acción
misionera y apostólica. Los adolescentes y los jóvenes están cargados de
interrogantes vitales y presentan el desafío de tener un proyecto de vida
personal y comunitario que dé sentido a sus vidas y así logren la realización de
sus capacidades; manifiestan el desafío de ser acompañados en sus caminos de
crecimiento en su fe y trabajo eclesial y preocupaciones de transformación
necesaria de la sociedad por medio de una pastoral orgánica” (DSD 112).46
La IV Conferencia presentó también algunas líneas de orientación sobre la
Pastoral con jóvenes, entre las cuales destaca el llamado a una pastoral

“que abra a los adolescentes y jóvenes espacios de participación en la misma


Iglesia. Que el proceso educativo se realice a través de una pedagogía que sea
experiencial, participativa y transformadora. Que promueva el protagonismo a
través de la metodología del ver, juzgar, actuar, revisar y celebrar. Tal
pedagogía ha de integrar el crecimiento de la fe en el proceso de crecimiento
humano, teniendo en cuenta los diversos elementos como el deporte, la fiesta,
la música, el teatro”. (DSD 119)
Este párrafo presenta una buena síntesis de varios aspectos que son tenidos en
cuenta en la formación que propone el Plan para los Soles; por ejemplo, la palabra
“experiencia”, aparece en el documento unas 47 veces, siendo una de las que más
recurrencias presenta, incluso una de las partes del documento está dedicado a
presentar las “experiencias” concretas de formación propias de la etapa de Soles. 47

46
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 69-70.
47
Cf. PNFS, 31-43

74
La dimensión participativa en el Plan toma el nombre de “corresponsabilidad”, por
la cual el Sol es el protagonista de su propia formación. 48 Y una vez más la
valorización de la metodología Ver-Juzgar-Actuar que el Plan tiene también en alta
estima.

Por último, quiero resaltar un párrafo del documento de los Obispos que me
parece también inspirador de opciones formativas presentes en el PNFS como
horizonte vocacional y que probablemente no siempre son tenidas en cuenta.

“Fundamentar la pastoral vocacional en la oración, en la frecuencia de los


sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, la catequesis de la confirmación,
la devoción mariana, el acompañamiento con la dirección espiritual y un
compromiso misionero concreto; éstos son los principales medios que
ayudarán a los jóvenes en su discernimiento”. (DSD 80)
Creo que este reclamo a una vida cristiana “normal y corriente” es la base de
una pastoral juvenil vocacional, para no pensar que lo vocacional es un agregado
especialísimo, sólo para algunos o solo orientado a la consagración religiosa o
sacerdotal.

2 VIVIR EL ESTILO SALESIANO


El segundo núcleo de la formación de los Soles es la Espiritualidad, que hace
referencia a la parte del objetivo que dice que vive la Espiritualidad Juvenil
Salesiana con estilo exploradoril,49 es decir que se refiere al elemento carismático
de la identidad cristiana del Explorador

El Plan Nacional de Formación de Soles reconoce que el Movimiento


Exploradoril pertenece al Movimiento Juvenil Salesiano porque comparte con los
demás grupos, movimientos y asociaciones el uso del Sistema Preventivo como
método educativo, en un clima de familia y alegría que hace de cada casa salesiana
un hogar, una escuela, un patio, una iglesia, con el objeto de conducir a niños/as,
48
Cf. PNFS, 4; 22; 44.
49
PNFS, 5

75
adolescentes y jóvenes a vivir como buenos cristianos y honestos ciudadanos,
afianzados en un sólido amor a la Virgen María Auxiliadora y a Jesús
Sacramentado, en íntima comunión con la Iglesia conducida por el Papa.50

Partiendo de esta base común, buscaré relevar las características propias con
las que el Plan considera que los Soles viven esta pertenencia al MJS en uno de sus
elementos de identidad más importantes: la referencia a la Espiritualidad Juvenil
Salesiana y a la pedagogía del Sistema Preventivo. 51 Sin embargo, será prioritario
enmarcar esa identidad carismática en el cuadro más amplio de la misión educativa
y evangelizadora heredada de Don Bosco y donada por el Espíritu Santo para bien
de toda la Iglesia, especialmente de los jóvenes más pobres.

2.1 Educar a los jóvenes en la fe


El camino de educación a los jóvenes en la fe del que hablaba Puebla, y que
se corresponde con la iniciativa que le es propia a la Iglesia de “iluminar a todos los
hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura con la claridad del Cristo”, 52 es el
mismo camino que el Capítulo General 23 de los SDB eligió transitar como
respuesta a la llamada de Dios y de los jóvenes, luego de una atenta lectura de la
historia congregacional, que los condujo, en comunión con toda la Iglesia, a
solidarizarse con el mundo de los jóvenes, especialmente los más pobres. Las
deliberaciones capitulares habían partido de algunas preguntas desafiantes:

“¿Qué es Dios para los jóvenes hoy? ¿Cómo influye la fe en su vida?


¿Cómo realizar nuestra misión de educadores en la fe en estos tiempos nuevos
y en las nuevas situaciones
Estos interrogantes han movido nuestra reflexión, enriquecida con los
mensajes procedentes de los acontecimientos y celebraciones juveniles del año
centenario. Los jóvenes se muestran sensibles a los valores de una nueva

50
Cf. PNFS, 10.
51
Cf. DICASTERIO PARA LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA, La Pastoral Juvenil Salesiana. Cuadro de
Referencia, Roma, 20143, 166.
52
Cf. DP 1193; LG 1.

76
propuesta de vida, que en san Juan Bosco tiene un maestro capaz de ofrecerles
«una educación nueva, simultáneamente creativa y fiel» (JP 13).
Nació entonces con naturalidad, y se difundió, el deseo de hacer un camino
de fe con ellos, a la luz de la pedagogía de la santidad juvenil salesiana”.53
Para dar respuesta a estos retos y preguntas, individuaron tres temas
fundamentales que sirvieron de esqueleto a la reflexión del Capítulo: la situación de
los jóvenes en sus propios ambientes, el camino de la fe, y la espiritualidad juvenil
salesiana.54

“Jesús manifiesta, de modo convincente, la pedagogía del amor, tanto en la


donación de sí mismo al otro, como sabiendo acoger y defender a los pequeños
y a los pecadores y proponiendo a los jóvenes que vayan más allá de ciertas
metas, por buenas que sean, y avancen hacia el camino exigente y más elevado
del reino de Dios.
Obviamente, Cristo es mucho más que un educador genial; es el Hijo de
Dios hecho hombre, el que da sentido pleno a todo lo que tiene importancia y
valor humanos. Desde entonces, hacia él se dirige, como a su verdadero y
definitivo "proyecto de hombre», la labor fundamental de la educación, que
para ser completamente humana deberá ser verdaderamente cristiana”.55
Este es el espíritu con el cual los Exploradores encararon en 1995 la
renovación del documento sobre la formación de los Soles, y que dio un toque de
calidad a la expresión salesiana de su accionar. Como pude hacer notar en el primer
capítulo, el tiempo de preparación del Congreso que dio como fruto el PNFS fue
rico de reflexiones acerca de cómo los Exploradores recibían y asumían como
propias las indicaciones del Capítulo General 23. 56 Por eso no creo equivocarme al
afirmar que es otra de las principales fuentes del Plan, gracias a sus aportes sobre el
Sistema Preventivo y la Espiritualidad Juvenil Salesiana. Pero la contribución más
grande y directa al documento sobre la formación es el esquema según el cual se
ordenaron los contenidos de cada núcleo en áreas o dimensiones.

53
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 8.
54
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 10.
55
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 12.
56
Cf. en este mismo trabajo en el Capítulo 1, el punto 1.2.2: El Congreso Nacional de 1995, y CAS 20.

77
El Plan organiza cada núcleo (Laico, Espiritualidad y Trabajo Ambiental) en
tres dimensiones de la formación: humana, cristiana y exploradoril. Las dos
primeras dimensiones, a su vez, integran las cuatro áreas que presentó el Capítulo
General:

“nos comprometemos en cuatro grandes aspectos de la maduración cristiana,


que vamos a llamar áreas.
- crecimiento humano hacia una vida que se deberá asumir como vivencia
religiosa;
- encuentro con Jesucristo, el hombre perfecto, que llevará a descubrir en Él
el sentido de la existencia humana individual y social: el Salvador del hombre;
- inserción progresiva en la comunidad de los creyentes, captada como signo
e instrumento de la salvación de la humanidad;
- compromiso y vocación en la línea de la transformación del mundo”.57
La primer área está incluida en la formación humana en busca de la madurez;
las otras tres se incluyen en la formación cristiana que propone el Plan. Debemos
ser claros en decir que la idea de los capitulares era la de proponer una educación
integral de estas áreas, evitando que se conviertan en sectores separados de la
acción educativa, y que la centralidad de dicha acción la ocupa el sujeto mismo
asumiendo su rol preponderante en cualquier progreso que haga. “La educación en
la fe se ve, pues, como humanización, sentido de la vida, elección de valores y
compromiso eclesial y social”.58 Tampoco tienen un desarrollo cronológico
predeterminado según el cual primero se debe crecer en la vertiente humana y
después en aquella de la fe, sino que toma el ritmo de la complejidad de la vida real
y concreta del joven hoy.

El área del crecimiento humano hacia la madurez presenta en el Plan


objetivos que, para el núcleo Laico, giran en torno a la aceptación de la propia
historia, la apertura hacia los demás, la interacción con el ambiente, la importancia
de la formación personal y el ejercicio maduro de la libertad. Para el núcleo
Espiritualidad son importantes el conocimiento de sí mismo, una vivencia
57
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 116.
58
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 118.

78
equilibrada de sentimientos y valores auténticos, y la contemplación de lo cotidiano.
En el núcleo Trabajo Ambiental resaltan objetivos que tienen en cuenta la
preparación vocacional y profesional, la actitud constante de servicio y los valores
culturales y patrióticos.59 Es la traducción de lo que el Capítulo declaraba diciendo
que “el educador en la fe elige y organiza sus actuaciones con la mirada puesta en la
imagen de hombre cuyo reflejo percibe contemplando el misterio de Dios presente
en Jesús de Nazaret”.60

La formación cristiana comprende las otras tres áreas. Hacia un auténtico


encuentro con Jesucristo: en los tres núcleos se presentan objetivos que coinciden
en el aspecto relacional; en el núcleo Laico se trata de reconocer los signos de la
presencia de Cristo en el entorno, sobre todo con las personas; en el de la
Espiritualidad se valoriza la relación con Cristo, María y Don Bosco para alentar a
la “imitación”; en el Trabajo Ambiental lo importante es la relación con la realidad
desde la mirada de fe.61 El Capítulo expresaba esto en categorías de un encuentro
auténtico –para superar la superficialidad de una simple simpatía hacia la persona
de Jesús–, que oriente hacia el testimonio convencido del cristiano, del discípulo.62

Hacia una intensa pertenencia eclesial: el primer núcleo tiene metas


relacionadas a la profundización de la identidad del laico, vivir la eclesialidad en la
propia comunidad y el conocimiento del magisterio sobre justicia social y laicado.
El segundo núcleo hace hincapié en la EJS y la vivencia sacramental (Eucaristía y
Reconciliación) como modos de vivir en la Iglesia. El tercer núcleo propone
vivenciar la pertenencia eclesial como apóstoles de Cristo y en particular
conociendo los ministerios y servicios eclesiales. 63 En el documento de la
Congregación esta área subraya que la pertenencia a la Iglesia se da, en primer
lugar, por el encuentro con Jesucristo; madura en forma progresiva; se alimenta de
59
Cf. PNFS, 13.
60
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 123.
61
Cf. PNFS, 14
62
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 130-139.
63
Cf. PNFS, 14

79
las relaciones interpersonales, sobre todo la amistad; tiene un ámbito privilegiado de
experiencia comunitaria en el grupo juvenil, donde los jóvenes pueden hacer
también una experiencia positiva de participación y celebración de la fe y los
sacramentos.64

Hacia un compromiso por el Reino: esta cuarta área, con una impronta más
bien vocacional, se presenta en el primer núcleo como la invitación a preguntarse
por el planteo de un proyecto vocacional; para ello el segundo núcleo intenta educar
en el discernimiento. El tercer núcleo se propone ayudar a descubrir el propio rol
dentro de la Iglesia para la construcción de la civilización del amor. 65 El Capítulo
interpreta que en esta dinámica de educación en la fe, la elección vocacional
demuestra la madurez del itinerario recorrido por el joven.66

2.2 La EJS y el exploradorismo


El Capítulo General presenta una premisa antes de desarrollar los núcleos
fundamentales de la espiritualidad juvenil salesiana, resaltando las características
fundamentales de la misma: se trata de una espiritualidad salesiana, juvenil y
educativa. Y me parece que sean estos los ejes sobre los cuales gira la propuesta
formativa del PNFS, más que en torno a los cinco núcleos, que son presentados
como contenidos específicos a conocer, vivir y transmitir.67

2.2.1 Una espiritualidad salesiana


“«Salesiana» indica la fuente carismática conectada a la corriente espiritual
del humanismo de san Francisco de Sales, traducido por Don Bosco en la
experiencia del Oratorio”.68
Así el documento de la congregación indica la naturaleza de esta
característica de la espiritualidad propuesta a salesianos religiosos y laicos.
64
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 140-148.
65
Cf. PNFS, 14.
66
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 149-156.
67
Cf. PNFS, 6; 16.
68
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 159

80
Hablamos de la espiritualidad que Don Bosco propuso en el Oratorio pero que
hunde sus raíces en la tradición espiritual de san Francisco de Sales; un humanismo
orientado a lo práctico, lo popular, a la profundidad de la devoción; un modo de
relacionarse con Dios partiendo de una concepción optimista acera del hombre y las
realidades en que vive, porque son geniales obras del Creador, pero que necesitan, a
su vez, ser cuidadas para lograr su meta de recapitulación en Cristo; por eso echa
mano de las mismas herramientas que el Señor le ha dado: los sacramentos, la
oración, la comunidad de hermanos.69 La vivencia de una vida sostenida por esta
espiritualidad comporta asumir la santidad como llamada divina para todo cristiano,
tal como lo señalaba el papa Juan Pablo II hablando de la espiritualidad de los laicos
a partir de una cita del Santo de la bondad y la dulzura. (Cf. ChL 56)

También a los Exploradores se propone esta espiritualidad que implica una


vida de amistad con Jesucristo experimentada en la cotidianidad y el servicio, que
invita a afrontar las situaciones con el optimismo y la alegría propios de quien pone
su confianza en Dios y en los hermanos, con los que construye y habita la
comunidad eclesial.70 En particular para los Soles se evidencia en la importancia
que se da a la formación humana integrada a las demás dimensiones de la persona,
sobre todo el ambiente en el que desarrolla su actividad, de tal modo que se
convierta en un estilo, una mens con la cual afronte la vida cotidiana.

“Una formación plena debe llevar al Sol a una integración entre fe y vida.
En la etapa de Soles se deberá contemplar un proceso de formación cuyo fin es
lograr la madurez del sol, en su fe y en su vida, en un proceso permanente que
deberá continuar cuando ya no esté en las filas de la Institución Exploradoril, y
que lo conduzca a lograr una adhesión, una configuración y un compromiso en
el seguimiento de Cristo para vivir con El en una relación de intensa
amistad”.71
El marco doctrinal de la formación y la espiritualidad que presenta el Plan
destaca que son características específicas de los Soles, por ejemplo, algunas
69
Cf. J. M. GARCÍA GUTIÉRREZ, Introduzione alla Teologia Spirituale, Roma 2013, 166-168.
70
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 161
71
PNFS, 8

81
actitudes que se desprenden del modo de vivir el lema ¡Siempre listos para servir! y
el trinomio Dios, Patria, Hogar: una comprometida actitud de servicio y solidaridad
unida a una conducta firme, fuerte y serena ante las dificultades; la preocupación
por el cuidado de la naturaleza porque reconoce en ella un regalo de Dios como
ámbito propicio para el desarrollo de su actividad; un amor a la Patria, que se
manifiesta en la responsabilidad en el estudio y en el trabajo; un amor a la familia
traducido en respeto, confianza y colaboración.72

2.2.2 Una espiritualidad juvenil


“El protagonismo juvenil halló en Valdocco un espacio amplio en todos los
sectores de la vida, hasta el punto de que los jóvenes fueron llamados por Don
Bosco a ser cofundadores, con él, de una nueva Congregación.
Por su parte, los jóvenes le ayudaron a iniciar, en la vida, de cada día, un
estilo de santidad nueva, acomodada, a las exigencias típicas del desarrollo del
chico. Fueron así, de algún modo simultáneamente discípulos y maestros”.73
Una espiritualidad adaptada a los jóvenes, vivida con y para los jóvenes,
pensada y realizada dentro de la experiencia del joven, donde se le propone ser
protagonista del encuentro con Jesucristo, el suyo y el de otros a los que invita a
hacer su misma experiencia. Se trata de un itinerario de maduración en la fe que
pone al centro la persona del joven, no como mero destinatario de actividades,
reflexiones o actos de piedad que adultos piensan, programan y llevan a cabo,
mientras el joven pasivamente recibe y asimila.74 Hace ya bastante tiempo que en el
lenguaje de la pastoral con jóvenes la palabra “destinatario” no goza de buena
prensa, y cada vez que viene usada trae consigo una necesaria aclaración del porqué
de las comillas que la acompañan; es que generalmente cuando pensamos en
“destinatarios” se nos representa una acción unidireccional que no dice toda la
verdad de la relación pastoral. Yo preferiría usar la categoría de “interlocutores”,

72
PNFS, 7
73
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 159
74
Cf. DICASTERIO PARA LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA, Cuadro de referencia, 93

82
por la carga de sentido dialógico, aunque reconozco que también este concepto
enfrenta el límite de la pasividad en cierta forma.

Porque una cosa importante de la espiritualidad juvenil es que nada tiene que
ver con la pasividad. Al contrario, se trata del encuentro con el Dios de la Vida en
los vaivenes de las propias responsabilidades, el reconocimiento del obrar de Dios
en el obrar de las personas, el silencio y la quietud que nutren la actividad cotidiana.
La fuente de estas afirmaciones nos la proporciona el mismo Don Bosco cuando
escribe la vida de los tres oratorianos 75 y detalla las diferentes maneras de llegar a la
misma meta: la santidad.

Cuando el Plan de Formación para los Soles fue pensado tuvo de fondo estas
mismas motivaciones, y quedaron plasmadas en algunas opciones fuertes y
desafiantes. La propuesta espiritual y formativa de los Exploradores no es rígida en
sus formas ni se queda en los ritualismos, pero tampoco deja de ser exigente, porque
parte de una gran confianza en las capacidades de los jóvenes. Uno de los elementos
que hace pensar en esto es el hecho que propone a jóvenes que, en general, están
apenas terminando la escuela secundaria y haciendo sus primeros pasos en el
mundo laboral y/o universitario, hacerse cargo de la educación, evangelización y, en
cierto modo, la vida de tantos otros niños y jóvenes de unos pocos años menos que
ellos mismos. Y este responsabilizarse de la vida de otros los hará tomar en serio el
propio proyecto de vida, las opciones fundamentales de cara a su presente y futuro,
el modo de mirar la realidad en que viven y cuáles serán sus respuestas a las
interpelaciones que esa realidad le lanza.

En Palabras del Plan, el joven que vive esta espiritualidad

* “Es animador y constructor a través de la creatividad, de la ingeniosidad,


con espíritu de sacrificio, con capacidad de escucha y diálogo, conociendo las
bases psicológicas evolutivas del grupo

75
G. BOSCO, Vite di giovani. Le biografie di Domenico Savio, Michele Magone e Francesco Besucco, edición
crítica a cargo de A. GIRAUDO, LAS, Roma 2012

83
* Es un modelo a imitar, actuando como transformador de su ámbito
político, económico, social y eclesial, obrando con espíritu crítico de acuerdo a
los valores de la moral cristiana.
* Practica una oración profunda. (Ej: Liturgia de las horas, etc).
* Tiene una vida sacramental profunda.
* Tiene devoción y amor a María Auxiliadora, al Papa y a la Iglesia.
* Es miembro activo de la Iglesia, conoce su magisterio en comunión con
los hermanos en la Fe”.76
Por otra parte, la metodología exploradoril adoptada por el Plan (actividad-
reflexión-Palabra de Dios) habla de una opción por partir de la experiencia, de la
realidad vivida, pasar por la reflexión personal y comunitaria, donde se exponen
puntos de vista, se fundamenta con el magisterio eclesial, con los Principios
Doctrinales y otros criterios adecuados, y se arriba a la iluminación con la luz de la
Palabra de Dios y la oración; por último, se busca cómo responder a la situación
planteada, a nivel de acciones y a nivel de actitudes. Como dijo el CG23: “la
experiencia de vida cristiana es anterior a la reflexión sistemática”. 77

2.2.3 Una espiritualidad educativa


“Poner al joven, con sus dinamismos interiores, en el centro de la atención
del educador y como criterio práctico para establecer los itinerarios que hay
que seguir, es la característica fundamental de la espiritualidad juvenil: es una
espiritualidad educativa.
La meta del trabajo del salesiano es hacer que los jóvenes crezcan en
plenitud, hasta «la medida de Cristo, el hombre perfecto» (d. Ef 4, 13. 15)”.78
La confianza que san Francisco de Sales tiene en la bondad del hombre y que
Don Bosco deposita específicamente en los jóvenes, no es ingenua. Por eso va
acompañada de itinerarios, recorridos, programas de vida, que no hacen otra cosa
que educar las personas a la vida buena en el Espíritu. Por eso hablamos de
educación en la fe, porque se necesitan caminos, etapas, procesos que traducen la
síntesis teórica en experiencia de vida que se asimila según la condición, los
76
Cf. PNFS, 5-6.
77
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 159
78
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 160

84
contextos, el desarrollo evolutivo, etc. Poner al centro la persona del joven hace
comprender que cada uno tiene tiempos, habilidades y límites que le son propios,
mientras también comparte con la generalidad de los jóvenes otro cúmulo de
situaciones que permiten su educación.

El PNFS contiene esta idea de fondo expresada en clave de flexibilidad,


continuidad, gradualidad, con fines claros y precisos en torno a un enfoque integral.
Entiende la formación como un proceso personalizado, progresivo, activo y
misionero. La flexibilidad está expresada en el hecho que la formación se da en el
marco de la comunidad de Soles, por lo tanto en la unión de los procesos
personales. Allí se debe favorecer el vivir el sentido de la comunidad como
experiencia de Iglesia, centrada más en las personas que en la organización o
legislación.79

La expresión concreta de este itinerario educativo-pastoral es el lema


¡Siempre listos para servir!, donde la palabra clave es “servicio”, traducido en
acciones y proyectos conscientemente elaborados y adecuadamente evaluados con
el objetivo de generar una actitud que se mantenga durante toda la vida. Es la
síntesis de la propuesta educativa del exploradorismo basada en el ejemplo de Jesús,
que vino a servir y no a ser servido. “No hicimos otra cosa que aprender a
brindarnos generosamente y con competencia, habiendo sabido captar las
necesidades de los que nos rodean”.80

2.3 La pedagogía salesiana y el exploradorismo


“En la palabra "preventivo" se significan intuiciones profundas, opciones
precisas y criterios metodológicos concretos; por ejemplo: el arte de educar en
positivo, proponiendo el bien en vivencias adecuadas y envolventes, capaces de
atraer por su nobleza y hermosura, el arte de hacer que los jóvenes crezcan
desde dentro, apoyándose en su libertad interior, venciendo condicionamientos
y formalismos exteriores; el arte de ganar el corazón de los jóvenes, de modo
79
Cf. PNFS, 7-8.
80
PNFS, 49

85
que caminen con alegría y satisfacción hacia el bien, corrigiendo desviaciones
y preparándose para el mañana por medio de una sólida formación de su
carácter”.81
El sistema preventivo de Don Bosco es la síntesis de su propuesta educativa,
es la inspiración fundamental de un proyecto educativo de promoción integral de la
persona del joven.

Para ser fiel a esa promoción integral de la persona es necesario tener en


cuenta que el horizonte de la propuesta formativa de los Exploradores se entiende
en profundidad sólo desde la base de una antropología cristiana debidamente
arraigada en el misterio de la Encarnación y orientada hacia el misterio de la
Salvación. Por eso se parte de la experiencia y se camina hacia la santidad,
entendida como alto grado de vida cristiana.82

Sin embargo no podemos dar por sentado que siempre y en todos lados la
formación de los Soles sea entendida como un proceso educativo y espacio
privilegiado donde se propone la fe a los jóvenes. Por eso el Plan fue elaborado
como una herramienta de unificación de la propuesta formativa, el mínimo con el
cual los Soles de todo el país deberían contar en su itinerario de perfeccionamiento
y servicio.

2.3.1 La Comunidad: medio indispensable

Uno de los elementos sobre los que el Plan hace hincapié es la comunidad de
Soles. Es indispensable la vida de comunidad, entendida incluso como momentos
que favorezcan el compartir la vida, animándose mutuamente con el testimonio de
fe y de servicio. En la vida de comunidad no puede dejarse de lado el aspecto
celebrativo como uno de los pilares que la sostienen. 83 Recordemos que todo el ciclo
exploradoril tiene como opción el sistema de patrullas como elemento de
81
JUAN PABLO II, Iuvenum Patris. Carta a don Egidio Viganò, Rector Mayor de los Salesianos, en el
centenario de la muerte de san Juan Bosco, 31 de enero de 1988, en AAS 80 (1988) 969-987, 975
82
JUAN PABLO II, Carta apostólica Novo milenio ineunte, 6 de enero de 2001, en AAS 93 (2001) 266-309, 287
83
Cf. PNFS, 19.

86
organización y como contenido en si mismo, para facilitar el aprendizaje de las
habilidades sociales y comunitarias.

El Sol, en efecto, vive la comunidad en diversidad de modalidades, porque, al


principio hace su experiencia comunitaria a lo largo del ciclo, pasando por las
etapas y metas del mismo; cuando hace la reafirmación de la promesa e inicia la
etapa de perfeccionamiento y servicio se integra a una nueva comunidad que ya
venía caminando y se renueva con el ingreso de los nuevos Soles; por otra parte,
dependiendo del modo de servicio elegido pertenecerá a otra comunidad en la que
vive el servicio en misión, fuera del Batallón, o dentro del mismo, a través del
servicio especial, con una comunidad que animar y una comunidad con la que
anima; pero también el CL se transforma en comunidad de aquellos Soles que
forman parte de él. Es decir que la vivencia comunitaria para el Sol adquiere
diversos matices y modalidades, pero siempre conserva su condición de medio
educativo, de experiencia educativa.

2.3.2 Joven por joven: el estilo de la animación

Una vez más recordamos que el estilo de animación vivido en la experiencia


exploradoril tiene como uno de sus presupuestos básicos que es una experiencia
educativa llevada adelante por los jóvenes para los jóvenes. El MES se encargó de
recordarlo a todas las instituciones que lo conforman:

“Asumir los valores de la educación del joven por el joven.


Favorecer el liderazgo juvenil y la corresponsabilidad.
Estimular la creatividad desde las propias potencialidades”.84
Y he citado ya en abundancia anteriormente lo que el Capítulo General 23 ha
dicho al respecto bajo la perspectiva de la corresponsabilidad y la autoformación.
Además, subyace a la propuesta educativa salesiana el ejemplo de Don Bosco que
incluso fundó la congregación con los mismos jóvenes del oratorio.

84
PNFS, 4.

87
2.3.3 Acompañados por adultos significativos

Pero esa centralidad del joven de la que venimos hablando no significa


aislarse del mundo adulto. Por el contrario, los jóvenes necesitan ser acompañados
en su empeño madurativo, y la pedagogía salesiana lo tiene muy en cuenta.

“Hay un aspecto que no podemos descuidar: la comunidad educativa,


formada en su conjunto por jóvenes y adultos. Es el sujeto que hace el camino
hacia la fe y de fe. No caben distinciones como la siguiente: los jóvenes son
únicamente destinatarios de la propuesta, mientras que los adultos sólo han de
ser considerados sus autorizados elaboradores técnicos. Semejante perspectiva
llevaría todo esto al ámbito de unos servicios profesionales desconectados de la
vida. ¡Es san Pablo en persona quien nos recuerda cómo se nos engendra a la
fe! (Cf. Gal 4,19)
El camino es único e implica a todos y siempre. Aunque interpela a cada
persona de cara a sus responsabilidades específicas ante Dios, sin embargo la
propuesta es apoyada por todos los que reconocen en Jesucristo el fundamento
y el sentido de la vida.
En la comunidad educativo-pastoral son educadores de los jóvenes en la fe
todas las personas, tanto las que desempeñan tareas de educación y desarrollo
humano como las que trabajan más explícitamente en la vertiente de la fe.
Su mayor alegría es comunicarles las insondables, riquezas de Cristo (Cf.
Const. 34). Todos los medios y actividades deben confluir en servir a la misma
persona, a fin de ayudarle a crecer en la vida y en el encuentro con el Señor
resucitado”.85
Por eso el Plan de formación resalta que el capellán o asesor espiritual se
debe preocupar de la integración de la comunidad de Soles, y junto con el jefe de
Batallón son los responsables de la vida de la misma. 86 También insiste en la
necesidad e importancia de la dirección espiritual como medio fundamental de
discernimiento vocacional, por lo que debe ser tenida en cuenta como una práctica a
aprender y a ejercitar.87 Otra figura importante para el Plan es la del “Padrino”; este
tiene la función de acompañar en el camino al nuevo Sol, sobre todo en dos
momentos específicos: cuando haga la reafirmación y en el momento de la partida;
85
CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 110.
86
Cf. PNFS, 22.
87
Cf. PNFS, 6; 8.

88
dice que lo debe ayudar con el discernimiento y a escribir una carta de compromiso
realizable y acorde con la realidad que vivirá el Sol una vez realice su partida.
Además, junto con el asesor o capellán y el coordinador de la comunidad de Soles,
preparan la ceremonia de la partida.88

Un aspecto que el Plan no toca es el de la relación con las familias de los


Soles, siendo que son de los vínculos más importantes e incisivos en la educación
de los jóvenes. Es sabido que a medida que los jóvenes crecen las relaciones
familiares también cambian, e incluso por una necesidad de autonomía los jóvenes
se distancian un poco, sobre todo de los padres; entre los contenidos del Plan sólo
aparece tímidamente mencionado un tema con el nombre de relación familiar junto
a los de noviazgo, vida en pareja, diferencias específicas, por lo que concluyo que
no ha sido una temática muy desarrollada y que, sin embargo, merecería una
atención mayor, no solo por las situaciones de los Soles con sus familias, sino
también porque muchos de ellos tendrán que acompañar a otros chicos y chicas a
resolver sus relaciones familiares.

3 LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR


Siguiendo el desarrollo de los temas hecho hasta ahora nos encontramos de
frente al último cruce de núcleos y dimensiones de la formación, es decir las
opciones formativas más particulares: el trabajo ambiental. Como había
mencionado en el primer capítulo tanto los núcleos como las áreas van de lo general
a lo particular: la vocación del Laico en la Iglesia, la vivencia de una espiritualidad
carismática particular y por último la realidad concreta en la que se vive y actúa esa
vocación; la formación humana, base común a todos, la formación cristiana que
especifica una pertenencia eclesial, y la formación exploradoril como lo más
específico de la identidad. Por eso todo lo que diré en esta última parte del capítulo

88
Cf. PNFS, 22; 29; 37.

89
tiene siempre como presupuesto lo dicho anteriormente, que evitaré repetir y, en
algún caso, buscaré profundizar.

La premisa para este tema, en concreto, es que la vocación del laico ha vivido
una revalorización en los años del postconcilio que todavía necesita ser reflexionada
e interiorizada con mayor énfasis, pero que marca un tiempo en el que la
autocomprensión de la Iglesia no puede no hacer referencia al protagonismo de esa
parte mayoritaria de los fieles. En el contexto de esa relevancia laical, el Plan
Nacional de Formación de Soles propone al joven que quiere vivir con intensidad su
compromiso eclesial, el sostén de una espiritualidad particular, que se nutre de las
riquezas del humanismo, la preventividad y la llamada a la santidad propias de la
propuesta educativo-pastoral de san Juan Bosco. Todos estos elementos, al fin,
deberían ayudar al joven a realizar algunas opciones vitales; también estos aspectos
fueron pensados por la propuesta formativa de los Exploradores Argentinos de Don
Bosco, y es lo que desglosaré en algunos puntos que considero centrales.

3.1 ¡Siempre Listo! = Buen cristiano y honrado ciudadano


Hay muchas cosas propias de la identidad exploradoril que el Plan de
Formación de los Soles no explicita, las da por supuestas ya que quienes están
llamados a ponerlo en práctica, las deberían conocer y vivir. Un claro ejemplo es el
uso que hace el Plan de la expresión ¡Siempre listo!, que pertenece a la simbólica
propia de los Exploradores y tiene su raíz en los principios Scout.89

El MES había recomendado en los Lineamientos: “Potenciar la actitud


esencial y permanente de servicio (Buena Acción) como expresión concreta del

89
Cf. SCOUTS DE ARGENTINA, Reglamento General Scouts de Argentina, 2014. El artículo 1.6 dice “El lema
de Scouts de Argentina es: “Siempre Listo”. El Movimiento Scout se caracteriza por proponer a los jóvenes
el estar Siempre Listos. Esta predisposición constante a la solidaridad hacia el prójimo va creciendo desde la
Manada y a través de la propuesta de cada una de las Ramas. En la Rama Caminantes, le proponemos a los
jóvenes el paso desde la buena acción propia de la Rama Scouts hacia llegar a entender el servicio como
participación en la comunidad en su paso a la Comunidad Rover”. SCOUTS DE ARGENTINA, Documento
específico 02. Fundamentos. Rama Caminantes, 2008, 29.

90
Siempre Listo”.90 Más adelante, el Plan dice que el objetivo del núcleo
Espiritualidad es “conocer y vivir la experiencia de fe de Don Bosco expresada en
nuestra espiritualidad del Siempre Listo”.91 En otro paso, cuando se refiere al marco
doctrinal de la partida del Sol, recomienda que este debería ser orientado para que
su vida, luego de dejar las actividades del batallón o la misión que ha cumplido,
evidencie la convicción del Siempre Listo.92 Pero ¿qué quiere decir en realidad este
lema? Rápidamente digo que significa la traducción exploradoril del leitmotiv
salesiano “buenos cristianos, honestos ciudadanos”. Para entender la intersección
entre ambas frases tendremos que recurrir a algunas fuentes del Movimiento.

3.1.1 Principios Doctrinales

En primer lugar los Principios Doctrinales, que son la “regla de vida” de


todas las instituciones que conforman el MES, y que en la introducción de la
primera edición de 1975, el Padre Francisco Tessarolo decía que tienen la intención
de ayudar a alcanzar mejor la meta del Movimiento, que no es otra que “la que
señala Don Bosco para toda su obra educativa: forjar en sus adolescentes y jóvenes
“los honrados ciudadanos y buenos cristianos” que promoverán una mayor
fraternidad en el mundo.” Y, todavía, explica que el lema Siempre Listo sintetiza la
observancia de la Buena Acción individual y comunitaria.93

En los contenidos de la educación que elencan los Principios Doctrinales,


encontramos como uno de los más importantes la Ley de Honor, que es el código
que rige la vida y acción, cómo debe ser y vivir un Explorador. 94 En ella, el artículo
4° expresa que “el Explorador está siempre listo para servir; colabora en toda
iniciativa buena.”95 Y más adelante viene explicado como la síntesis práctica del

90
PNFS, 4.
91
PNFS, 12.
92
Cf. PNFS, 26.
93
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, Introducción.
94
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 68.
95
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 75.

91
ideal exploradoril de servicio al prójimo, por el cual el explorador no sólo cumple la
buena acción, sino que vive en actitud de servicio constante; este lema expresa la
capacidad del joven de comprender las situaciones problemáticas del mundo y de
los hombres y buscar las soluciones creativas que generen una vida buena, que se
realice en el bien y que haga el bien a los demás. El ejemplo es el de María, que
consciente de sus capacidades y aptitudes, responde a Dios Padre con corazón
generoso y dispuesto a la entrega.96

El concepto del ¡Siempre listo! también está integrado en el emblema de la


institución, donde aparece una flor de lis; los tres pétalos indican que el Explorador
debe recordar estar siempre listo para servir a Dios, la Patria y el Hogar, que son las
personas y los ámbitos centrales para la vivencia de los ideales exploradoriles. 97
Aparece dos veces en la oración del explorador: la primera como signo de la
llamada de Dios a ser Explorador y la segunda expresando la actitud de
disponibilidad constante al perdón .

“Señor Jesús:
Tú que me has dado el aviso de “estar siempre listo”
y me has hecho la gracia de tomarlo por lema
concédeme cumplir con él.
Que todas las circunstancia de la vida
me hallen listo para el deber, amando lo que es verdadero,
haciendo lo que es bueno, fiel a la Iglesia y leal a la Patria,
siempre listo a perdonar, siempre pronto a socorrer,
alegre y sonriente en el sufrir, casto y puro de corazón.
Estas son, Señor, las huellas de tus pasos;
yo quiero seguirte a través de todo sin miedo y sin tacha,
con el alma fuerte y la frente levantada.
Esta es mi promesa de cristiano y de explorador.
Por mi honor no la traicionaré jamás, confiando, Señor,
en tu bondad y en tu gracia y con el auxilio maternal de María.
Amén.”98

96
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 82-86.
97
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 87-93; 114.
98
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 39

92
3.1.2 Reglamento Nacional

El Reglamento Nacional es el documento que regula las disposiciones de los


Principios Doctrinales, que son generales de todas las instituciones del MES,
específicamente para los Exploradores Argentinos de Don Bosco. Allí encontramos
que la etapa de Perfeccionamiento y Servicio, cuyos integrantes se llaman Soles,
tienen como lema una formulación particular de aquel que vimos antes, porque le
agrega una especificación: para servir.99 Es decir que el servicio concreto será la
característica más fuerte a vivir en esta etapa.

Pero esto necesita ser preparado, por eso el Reglamento, cuando habla de la
Meta Baquianos/Antorchas, que es la inmediatamente anterior a los Soles, destaca
que su lema es Prepararse para servir a la comunidad, y que la formación debe
llevar al explorador a descubrir las posibilidades de realizarse como joven en el
servicio y discernir entre un apostolado que se realiza en el batallón o en algún otro
ambiente; es decir que esta meta debería empezar a preparar al joven para hacer
opciones de servicio, ya que en la etapa Soles tendrá que elegir cómo serlo. La
presencia del verbo prepararse conecta directamente con las experiencias de
servicio concreto que realizará como Sol.100

3.2 La opción preferencial por los jóvenes más pobres


Si bien el documento de los Principios Doctrinales expresa que

“el M.E.S. reafirma con Don Bosco y la Madre Mazzarello, su preferencia por
la adolescencia y juventud más pobre, que tiene menos posibilidades de
realizarse, está más expuesta al peligro, y tiene mayor necesidad de ser querida
y evangelizada. Trabaja sobre todo en los lugares de mayor pobreza y en los
ambientes populares, para que lleguen a ser capaces de juzgar rectamente, de
optar con libertad y de servir a los hermanos transformando la sociedad”,101

99
Cf. EADB, Reglamento Nacional, artículo 50, inciso 1.
100
Cf. EADB, Reglamento Nacional, artículo 49.
101
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 16

93
me resultó muy llamativo el hecho que en el Plan casi no aparezcan referencias
directas al tema de la juventud pobre y abandonada. Las escasas veces que se
menciona el tema entre los contenidos, aparecen en la formación cristiana y
exploradoril del tercer núcleo; ahí se habla de la “opción por los pobres y
necesitados”, y del “servicio a los jóvenes más necesitados” siguiendo el modelo de
Don Bosco.102 Luego, entre las descripciones de un proyecto para los Soles del
servicio en misión, se habla de una fase de inicio del proyecto que podría tratarse de
la “organización y animación de actividades de tiempo libre en una zona
necesitada”; y en una lista de posibles misiones concretas para los Soles de este
campo de servicio, de las 33 presentadas, sólo hacen alguna referencia explícita al
tema de la pobreza las tres que dicen ayuda material y animación en zonas
marginadas, el árbol de navidad y el pesebre para familias humildes y la animación
de oratorios, dando por descontado de mi parte que, normalmente, en nuestro país la
realidad oratoriana está directamente relacionada a sectores populares y contextos
de pobreza y marginación.103

3.2.1 La pobreza en la juventud argentina

Pero esta atención, aunque escasa, a la realidad de la pobreza, especialmente


entre los jóvenes, como aspecto formativo para los Soles, tiene incluso una ausencia
total entre los párrafos del documento Diagnóstico104 preparado por el CEN antes
del Congreso de 1995, y que fue utilizado para enriquecer el documento de trabajo
analizado y puesto a discusión antes y durante el Congreso. Evidentemente en su
momento los responsables de la Institución no consideraron necesario explicitar en
cantidad y calidad que la opción por los pobres, y entre ellos especialmente por los
jóvenes, es un aspecto que atraviesa la formación de los Soles por razones
carismáticas, eclesiales y hasta evangélicas. Sobre todo llama mi atención esto

102
Cf. PNFS, 18; 19.
103
Cf. PNFS, 56; 57
104
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 60-71.

94
debido a que en nuestro país, durante los años en que se elaboraba el Plan de
Formación de Soles (1993-1995), se vivió una situación de gran estrechez
económica entre los sectores menos favorecidos de la sociedad, debido a las
decisiones macroeconómicas llevadas adelante durante el primer gobierno de Carlos
Menem,105 que llevaron los índices de pobreza y de desempleo a valores muy altos,
golpeando sobre todo a los jóvenes, ya que la flexibilización laboral establecida
generó condiciones de precarización en los puestos de trabajo, reducción en las
indemnizaciones a empleados con poca antigüedad, cierre de gran cantidad de
pequeñas y medianas empresas, se estableció por ley el tiempo de prueba de tres
meses dentro del cual no existe una relación real de dependencia laboral, entre otras
situaciones de las que algunos estudios dan cuenta.106

“El desempleo urbano trepó tres escalones durante el decenio de 1980: en


torno al 5% en los primeros años, alrededor del 6% en 1985/1988 y por encima
de 7% a partir de la crisis hiperinflacionaria. Junto con llegar las reformas y la
estabilidad, se abrieron ampliamente los portones del desempleo: en tres años
(entre 1992 y 1995/1996, en pleno ajuste tras el efecto tequila), la
desocupación se elevó del 7% a más del 17% de la fuerza de trabajo urbana,
para luego normalizarse en torno al 14% (entre 1997 y 1999)”.107

3.3 La dimensión vocacional de la propuesta salesiana


El elemento vocacional, sin embargo, está muy presente a lo largo de la
propuesta formativa del Plan de Soles con algunas modalidades específicas; para
presentarlas las agruparé según las dimensiones que el documento utiliza: la
vocación humana, la vocación cristiana y la vocación exploradoril.

105
Carlos Saúl Menem fue Presidente de la República Argentina desde 1989 hasta 1995 y reelecto, gobernó
desde 1995 hasta 1999, cumpliendo así dos períodos continuos.
106
Estudiando los períodos entre 1991-1994 y 1994-1998 y describiendo estos factores que mencioné,
Arakaki usa el subtítulo Pobres pobres, cada vez más pobres. Cf. A. ARAKAKI, La pobreza en Argentina
1974-2006. Construcción y análisis de la información, en «CEPED Documentos de Trabajo» 15 (2011), 52-
55, en http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/download/docin/docin_ceped_d_015
107
O. ALTIMIR - L. BECCARIA - M. GONZÁLEZ ROZADA, La distribución del ingreso en Argentina, 1974-2000,
en «Revista de la CEPAL» 78 (2002) 55-85, 60.

95
3.3.1 La vocación humana

El documento del Plan propone atender a la formación humana de los Soles


desde el aspecto de la orientación vocacional, como lo expresa en el marco doctrinal
y criterios operativos que encabezan la segunda parte del documento, dedicado al
desarrollo específico del plan. Allí establece que es tarea de la etapa de
perfeccionamiento y servicio a través de la formación de los Soles concretar el tema
de la orientación vocacional, apuntando a la persona del Sol tanto en el plano de los
estudios como del trabajo. Y después, en el núcleo de Trabajo Ambiental, introduce
el contenido Orientación vocacional y profesional.

Detrás de esta mirada particular sobre lo vocacional me parece leer entre


líneas las expresiones del Capítulo General 23, que entre sus deliberaciones expuso
que la orientación vocacional constituye el vértice y “coronamiento” de la labor
educativo-pastoral de la Congregación, y que por eso debía permear todas las áreas
y etapas de actuación. Destacaba además, que los Salesianos en aquel tiempo habían
reconocido las experiencias de grupos como lugares propicios para la promoción
vocacional; y el renovado impulso misionero que vivió la Congregación abría
horizontes vocacionales a muchos jóvenes. Por esto el Capítulo pidió que la
orientación vocacional se convierta en parte cualificante de los itinerarios de fe en
todas las etapas que recorran los jóvenes.108

Es, en efecto, bajo este aspecto que la opción vocacional de los Soles aparece
en los objetivos del núcleo Trabajo Ambiental, en la formación humana: “Integrar al
Sol en la sociedad, mediante una preparación vocacional y profesional”; 109 a esto
apuntan los esfuerzos por lograr una madurez de frente al contexto en el cual vive el
joven, y que se plasma en la elaboración de un proyecto de vida, cuyo horizonte es
la formación de un líder en una sociedad secularizada y posmoderna, y en una

108
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 247; 249; 251.
109
PNFS, 13.

96
Iglesia comprometida con la realización concreta de la civilización del amor,
primicia del Reino.110

3.3.2 La vocación cristiana

Esa vocación de líder adquiere una tonalidad específica cuando reconocemos


que responde a una llamada inscrita en el corazón del hombre a través del don de la
fe, del regalo del Bautismo. Si el joven permanece en el plano de proyectar la vida,
corre el riesgo de no responder a su vocación más plena; para eso necesita ser
llamado, que es en definitiva el significado más acabado de vocación. 111 Sólo
acogiendo la llamada que recibe, puede responder; sirviéndose también de sus
proyectos y planes, pero sobre todo con actitudes de generosidad y disponibilidad
ante un Proyecto y un Plan que lo sobrepasan. La formación cristiana que busca
acompañar el compromiso del Laico por el Reino se plantea como fin entrenar al
Sol en esas actitudes.112

En el documento capitular, la cuarta área del itinerario de educación en la fe,


hacia un compromiso por el Reino, recuerda que la vocación cristiana se comprende
solamente haciendo referencia al Reino, que es a la vez un don de Dios y obra del
hombre. Por eso la tarea del cristiano es encontrar ese lugar propio en la
construcción del Reino, que para todos crece con la responsabilidad familiar,
profesional, social y política, y para algunos conlleva una consagración particular,
sea en el ministerio sacerdotal, en la vida religiosa o en el compromiso secular. 113
También propone algunos pasos o etapas que la acción educativa salesiana debería
recorrer para ayudar a los jóvenes en ese proceso vocacional.

110
Cf. PNFS, 18-19.
111
“En términos positivos, se trata del anuncio que la vida, radicalmente, es don y llamada, es responder más
que proyectar, es acogida de una llamada o vocación inscrita en el corazón de si mismos.(…) La identidad no
se da en óptica de proyecto, sino en óptica vocacional o de respuesta.” Cf. S. CURRÒ, Perché la Parola
riprenda suono. Considerazioni inattuali di catechetica, ELLEDICI, Torino 2014, 55.
112
Cf. PNFS, 14.
113
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 149.

97
El joven es invitado a reconocer los propios dones haciendo emerger lo
positivo de su vida, y a entrenarse en la generosidad y la disponibilidad. En un
tercer momento, a través del contacto con la Palabra y con el ejemplo de otros que
han recorrido este camino, el acompañante debe presentar algunas formas concretas
de vivir respondiendo a la llamada; este anuncio que recibió el joven tiene que ser
discernido, es decir, abrirse a las opciones que involucran toda su vida, sus
preferencias, sus relaciones, energías y dinamismos; ayudan a ese discernimiento la
oración/meditación, el acompañamiento o dirección espiritual y un compromiso
apostólico. Gracias a esto, el joven estaría en condiciones de hacer sus primeras
elecciones vocacionales, que significa algo más que elegir una profesión o cuál
estudio hacer; es elegir lo que va dando un sentido singular a la propia vida, donde
se descubre el valor absoluto de Dios y la respuesta que puede dar a su gran amor. 114

El PNFS da por supuestas las indicaciones iniciales del itinerario recién


descrito porque la primera elección importante el Sol la hace antes de la
reafirmación, cuando debe decidir en qué campo de servicio quiere vivir su ser Sol
(servicio Especial o en Misión), pero no podemos asegurar fehacientemente que esa
elección haya sido hecha realmente como un proceso de discernimiento vocacional,
tal como reclama el plan que sea. 115 Por eso retoma varios de estos elementos, por
ejemplo en el marco doctrinal del desarrollo específico del plan, recalcando la
intención de orientar al Sol en el estilo de vida laical o consagrado; entre los
contenidos se habla de vocación a la santidad, vocación bautismal, los diferentes
estados de vida en que se concreta la vocación (laical, religioso, sacerdotal), y la
orientación vocacional.116 Es clara la afirmación en el perfil del Sol sobre “el valor
de la dirección espiritual como un medio fundamental de discernimiento vocacional,

114
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 150-156.
115
Cf. PNFS, 25.
116
Cf. PNFS, 17-18.

98
sobre la práctica de una oración profunda, por ejemplo con la Liturgia de las horas,
y del ser miembro activo de la Iglesia”.117

3.3.3 La vocación exploradoril

Por último, me parece importante hacer un paso rápido por los elementos
vocacionales en referencia directa a la vivencia exploradoril. Y me parece
vislumbrar dos características en torno a las que gira la comprensión que el Plan
tiene sobre la vocación de los exploradores.

La primera es que el punto de vista está orientado desde el final, es decir


desde el “producto final” de la formación. Por eso el Plan se abre con un perfil del
Sol formado, inmediatamente después de haber presentado el objetivo de la etapa;
allí se destacan afirmaciones, que presentan el horizonte hacia el cual caminar,
como la de aceptar la propia historia realizando un proyecto de vida, madurar su
personalidad y proponerse objetivos de autosuperación, o la capacidad de vivenciar
su compromiso bautismal a través de la promesa del explorador. 118 Y por esta
misma característica el Plan hace tanto hincapié sobre el momento de finalización
de la acción educativa: la partida del Sol. Ya en los Lineamientos del MES, al inicio
del documento, aparece esta preocupación: en el proceso de revisión del plan de
formación se debe “valorizar el momento de la opción vocacional concreta del Sol
con motivo de su Partida”; el Plan le dedicó una entera sección dentro de la segunda
parte para dar el marco doctrinal, el plan de acción y algunas orientaciones sobre la
preparación de la Partida o Envío.119 Y en la tercera parte, entre las experiencias de
formación que realizaban los Batallones y/o Regiones, desarrolló detalladamente la
celebración de Envío.120

117
PNFS, 6
118
Cf. PNFS, 5-6.
119
Cf. PNFS, 26-30
120
Cf. PNFS, 37-43

99
Creo que a este hecho de comprender la vocación mirando desde su
finalización, subyace la categoría de autorrealización presente en los Principios
Doctrinales121, y que responde a la comprensión de la vida como una proyectualidad
lineal.

“El proyecto representa una linealidad, cierta unidad, integración y


trascendencia de los momentos vitales, actividades, objetivos y orientaciones
en su conjunto. Por eso, el proyecto de vida requiere de una definición, prevé
anticipadamente el decurso vital y demanda su consecución efectiva”.122
Es la idea de vocación que se presenta incluso en el documento de la
Conferencia Episcopal Argentina sobre la educación y el proyecto de vida, donde
se dice que el proyecto no son “las ocurrencias antojadizas con que llenamos el
tiempo de la vida, sino la orientación organizada de los esfuerzos para dar vida a la
vida”.123

La otra característica de la comprensión sobre la vocación de los


exploradores se resume en la palabra servicio. Cuando el Plan habla de vocación, de
fondo siempre resuena el servicio: en primer lugar, nuevamente, recurrimos al perfil
del Sol, donde dice que éste “entiende y practica la autoridad como vocación de
servicio”; es decir que reconoce en aquellos que cumplen un rol de autoridad este
matiz, y por eso es invitado a vivirlo también así en el grado de autoridad que le
toque ejercer.124 Por otra parte, el primer objetivo de la formación exploradoril, en el
núcleo Laico, es “vivir la vocación de servicio que distingue al explorador como un
camino de realización de la vocación laical comprometida”; 125 esto se concretiza en
los contenidos que reguardan al lema ¡Siempre listo para servir! y la Buena Acción,
porque se concretan en actos y proyectos definidos. Hablando del momento de
celebrar el envío o partida del Sol, se nombra entre las condiciones para poder
121
Cf. MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, 4; 125.
122
I. FRESIA, Jóvenes errantes y declives de la pastoral. Hacia nuevas perspectivas de pastoral con jóvenes ,
Stella, Buenos Aires 2016, 50
123
Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Educación y proyecto de vida, CEA - Oficina del Libro,
Buenos Aires 1985, 13.
124
Cf. PNFS, 6.
125
Cf. PNFS, 14.

100
hacerlo, que el joven tendría que haber ya “definido su opción vocacional y se
comprometa a insertarse en la sociedad viviendo el estilo exploradoril” y cita como
respaldo de esta afirmación el número 149 del CG23, del cual ya he hablado
antes.126

Entra también en esta línea el hecho que cada uno de los modos de ser Sol es
llamado servicio, no sólo porque es el segundo término del nombre de la etapa, sino
porque además es la síntesis de la propuesta educativa del exploradorismo, a
imitación de Jesucristo, que vino a servir ocupando en eso toda su vida y su
persona.127 El servicio debería conformar una mens del explorador según la cual
vive en concreto el ¡siempre listo! en la cotidianidad de su vida ordinaria,
transformada en extraordinaria justamente por esta actitud de fondo.

126
Cf. PNFS, 28
127
Cf. PNFS, 48.

101
102
CAPÍTULO 3
UNA RE LECTURA ACTIVA
DE LA REALIDAD
1 PINCELADAS SOBRE LA CONDICIÓN JUVENIL

1.1 ¿Quiénes son jóvenes hoy en Argentina?


Una primera aproximación la hacemos desde la fría pero iluminadora
realidad de los números. Según el último censo, del año 2010, el 25% de la
población argentina tiene entre 15 y 29 años de edad, lo que representa una cifra
cercana a los 10 millones de habitantes, en un país cuya media de edad está apenas
por debajo de los 30 años. 1 A su vez, la primera Encuesta Nacional de Jóvenes, 2
realizada entre noviembre y diciembre de 2014, da cuenta que en esa franja etaria
los jóvenes de entre 15 y 19 años representan el 35,5%, aquellos que tienen entre 20
y 24 años, suman el 34,3%, mientras los de 25 a 29 son el 30,2%. La cantidad de
mujeres y varones es casi del 50% para cada uno.

Cabe recordar que para el próximo Sínodo de los Obispos, que reflexionará
sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, se aplica el término “joven”
a las personas comprendidas en torno a los 16 y 29 años, aún cuando el documento
preparatorio aclara que se dice esto en la “consciencia que en todo caso la juventud,
más que identificar una categoría de personas, es una fase de la vida que cada
generación reinterpreta en modo único e irrepetible”. 3 Cuando la ONU declaró 1985
como Año Internacional de la Juventud determinó que para esa organización las
1
Cf. https://www.indec.gob.ar/nivel4_default.asp?id_tema_1=2&id_tema_2=41&id_tema_3=135
2
Cf. https://www.indec.gob.ar/nivel4_default.asp?id_tema_1=2&id_tema_2=21&id_tema_3=131
3
Cf. SINODO DEI VESCOVI, Documento preparatorio XV Assemblea Generale: I giovani, la fede e il
discernimento vocazionale, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2017, 18.

103
edades de referencias eran de 15 a 24, y sus encuestas, estudios y estadísticas
conservan ese marco.4

El Plan Nacional de Formación de Soles en ningún momento define a qué


edades pertenecen sus interlocutores; sin embargo debemos tener en cuenta que, si
el ingreso a la etapa de Ambientación normalmente se da con 10 años, 5 y
tendencialmente cada meta parcial comporta dos años de formación, en torno a los
17 años el explorador estaría en condiciones de hacer la reafirmación de la promesa
e iniciar la etapa de Perfeccionamiento y Servicio. En el último Congreso Nacional,
realizado en mayo de 2017, se discutió sobre la posibilidad de reglamentar una edad
mínima de 18 años para ser Sol, debido a las consecuencias legales y
responsabilidades civiles que se desprenden del hecho de ser animador de niños y
adolescentes, pero la propuesta no fue aceptada y sólo se aclaró que el Consejo
Local del Batallón debe tener en cuenta el proceso educativo, las experiencias y la
maduración personal del Explorador antes de aceptar su reafirmación.6

Personalmente me guío por estos aportes y la experiencia adquirida en el


trabajo pastoral con los Exploradores para considerar como edades de referencia en
este trabajo, de 16 a 29 años; pero también estoy convencido que ser joven significa
atravesar, además de ciertos parámetros de edad, una serie de situaciones vitales que
configuran un camino de maduración, asequible en mayor o menor grado según los
contextos sociales y las trayectorias personales. Y que esas circunstancias alargan o
acortan los límites.

1.2 Jóvenes errantes


Un modo de describir la condición juvenil actual desde ciertos parámetros
generales, es desde la “errancia”;7 se habla de jóvenes errantes porque ellos están en
4
Cf. http://www.cinu.mx/minisitio/UNjuventud/preguntas_frecuentes/
5
Cf. EADB, Reglamento Nacional, artículo 44, inciso 4°.
6
Cf. ANEXO DOCUMENTAL, Integración de propuestas: Comunidad de Soles, 151.
7
Sobre el tema me valgo de lo expuesto por I. FRESIA, Jóvenes errantes y declive de la pastoral. y No
siempre se hizo así. Para construir una pastoral con los jóvenes, Ediciones Don Bosco, Buenos Aires, 2018.

104
la cresta de los cambios culturales, cambiando, mutando constantemente. Los
jóvenes se caracterizan por una gran capacidad de adaptación al cambio, de
volatilidad, errancia y mutabilidad. Este cambio constante se evidencia, por
ejemplo, en el modo en que los jóvenes manejan la comunicación, incomprensible
en sus fundamentos para el mundo adulto que mira con desconfianza este habitar de
las nuevas generaciones en ámbitos virtuales, donde construyen su realidad más
íntima.

El concepto clave es el de “habitar”; los adultos usamos instrumentos


tecnológicos, la mayoría de las veces con mucha fatiga para captar los códigos
profundos de interacción en una cultura digital. En cambio los jóvenes, nativos
digitales, habitan ese ámbito comunicacional, viven en el ecosistema de la
información virtual y las tecnologías de última generación, y por eso son capaces de
habilitar múltiples espacios y manejar diversas temporalidades, “construyen su
subjetividad en el medio de las tecnologías de la comunicación, de las redes y de las
interfaces. Los jóvenes están hipercomunicados, aunque ciertamente no se
comunican del modo en que lo hacemos los adultos”. 8 Es comprensible que las
generaciones del hipervínculo y el link, naveguen también en otras dimensiones de
su vida como los vínculos, la fe, las referencias sociales, las relaciones laborales, las
búsquedas profesionales o de estudio.

Por eso, en su relación con lo religioso o lo trascendente toma importancia la


figura del peregrino, como quien va por la vida en busca de experiencias de sentido;
esto se puede dar en lo concreto de las peregrinaciones de tipo religioso, como son
la peregrinación juvenil a pie a Luján, en Buenos Aires; la caminata a San Lorenzo
o la Peregrinación a pié Rosario - San Nicolás, en provincia de Santa Fe; la
peregrinación juvenil a pié a Itatí, en Corrientes, por dar algunos ejemplos muy
conocidos de destinos ligados a advocaciones de la Virgen María. Pero también se
da en las experiencias cada vez más difundidas de viajes como mochileros, con
8
FRESIA, No siempre se hizo así, 77.

105
duración y destinos muy variados según el tipo de experiencia que se busca; algunos
emprenden este tipo de actividad como alternativa vacacional de bajo costo
económico y alto grado de aventura, otros, sin embargo, las incorporan a un mundo
más vasto de opciones, en el cual el viaje se transforma en un estilo de vida. 9 Estos
fenómenos se inscriben en el horizonte de sentido que utilizaba Bauman para
describir el fin de la geografía de frente a la globalización, ya que la movilidad se
convierte en la dimensión que estructura las jerarquías sociales, políticas y
culturales, por lo que el viaje se transforma en la expresión más viva de la libertad:
libertad de movilidad, de conocimiento, de responsabilidades.10

1.3 Apostolado, compromiso social y político


Los jóvenes de los grandes centros urbanos argentinos vivieron, durante los
años ‘60 y ‘70 del siglo pasado, momentos de mucha participación política y social
movidos por los grandes ideales que en el mundo alentaban al cambio, la revolución
y la liberación del status quo.11 Con la llegada del nuevo milenio esta efervescencia
se fue aplacando como consecuencia de la caída de aquellas grandes ideas, de la
privatización de lo público y el auge de los avances tecnológicos aplicados a la
comunicación, entre otras causas. Sobre todo en los ‘90, según Balardini, la
sociedad y la cultura viven tiempos en que se celebra lo instantáneo, en un ambiente
narcisista que busca y propone satisfacción inmediata y repliegue sobre el individuo
y sus afectos. Pero la situación no tendría su raíz en los mismos jóvenes sino en los
adultos con los cuales éstos realizan la confrontación generacional; se encuentran
9
Interesantes estudios sociológicos del fenómeno mochilero se pueden encontrar en A. MARTÍN-CABELLO -
A. GARCÍA-MANSO, Aprender a través del viaje: el turismo mochilero como experiencia educativa, en
«Opción» 31 (2015), 430-448; Una aproximación a las relaciones entre el turismo mochilero y la cultura
corporativa global, en «Revista de Antropología Experimental», 15 (2015) 55-57.
10
Cf. Z. BAUMAN, La globalización. Consecuencias humanas, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires,
1999.
11
Sobre el tema en general de la participación social y política cf. S. BALARDINI, ¿Qué hay de nuevo, viejo?
Una mirada sobre los cambios en la participación política juvenil, en «Revista de la CEPAL» 86 (2005) 96-
107; y M. MARGULIS - M. URRESTI, La construcción social de la condición de juventud, en
http://www.perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/mario_margulis_y_marcelo_urresti_-_la_construccion_so
cial_de_la_condicion_de_juventud_urresti.pdf. F. MONTES DE OCA, Subjetividad juvenil y espacios de
participación, en «Proyecto» 59-60 (2011) 61-82.

106
con padres que desearían ser jóvenes por siempre, políticos sólo motivados por el
poder y el dinero, empresarios que basan su riqueza en negocios turbios,
preocupados por el lifting y el personal trainer, que salen a divertirse como amigos
con los novios de las hijas o entablan relaciones afectivas con las amistades de sus
hijos.

Es más o menos el mismo fenómeno que Recalcati denuncia cuando dice que
los padres –que en realidad representan el mundo adulto en general– se dan a la
fuga, están eclipsados o simplemente se transforman en compañeros de juego de sus
hijos.12 Es la ausencia o una presencia inmadura de los adultos la que repercute en
las respuestas que los jóvenes dan al mundo y a la sociedad; por lo cual no es vano
el reclamo del Papa cuando nos pide un modo diferente de acercarnos
pastoralmente a los jóvenes, para poder ofrecerles una alternativa madura a esas
carencias que experimentan en su relación con el mundo adulto.

“La pastoral juvenil, tal como estábamos acostumbrados a desarrollarla, ha


sufrido el embate de los cambios sociales. Los jóvenes, en las estructuras
habituales, no suelen encontrar respuestas a sus inquietudes, necesidades,
problemáticas y heridas. A los adultos nos cuesta escucharlos con paciencia,
comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el
lenguaje que ellos comprenden. Por esa misma razón, las propuestas educativas
no producen los frutos esperados”.13
Pese a todo esto, también es cierto que la participación juvenil en el ámbito
político, social y eclesial vive un renovado florecer, pero desde otras claves
hermenéuticas: no se intenta cambiar el mundo en general, sino la realidad concreta
de un determinado grupo de personas, un colectivo específico; se empeñan en la
lucha por derechos puntuales, desconfiando de los grandes movimientos, las
grandes instituciones. En política se encolumnan detrás de personas determinadas,
no de partidos; en lo social pueden participar durante un tiempo en algún grupo o
12
Cf. M. RECALCATI, Il complesso di Telemaco. Genitori e figli dopo il tramonto del padre, Feltrinelli,
Milano, 2014
13
FRANCISCO, exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 24 de noviembre de 2013, en AAS 105 (2013)
1019-1137, 105.

107
sector, con ciertos objetivos, y poco después pasar a otros colectivos que los
representen mejor o consideren de valía. 14 Les interesan menos las causas que los
principios de las personas o instituciones que las representan. “Los jóvenes de hoy,
cuando participan, buscan hacerlo en instancias de relación cara a cara, concreta y
próxima, en un vínculo de eficacia con el esfuerzo que se realiza, donde el producto
de su participación sea visible o tangible”15

En el ámbito eclesial, la participación de los jóvenes tiene también algunas


características particulares. Una gran parte de jóvenes que reconoce una adhesión
eclesial la expresa a través de los grupos, movimientos y asociaciones juveniles
donde realiza algún tipo de apostolado; “la proliferación y crecimiento de
asociaciones y movimientos predominantemente juveniles pueden interpretarse
como una acción del Espíritu que abre caminos nuevos acordes a sus expectativas y
búsquedas de espiritualidad profunda y de un sentido de pertenencia más concreto”
(EG 105). Hay otros jóvenes que prefieren vivir su pertenencia eclesial a través del
voluntariado, porque significa una opción fuerte de compromiso concreto con el
otro. Esas experiencias pueden variar desde una ayuda de una vez a la semana en el
apoyo escolar de la Parroquia al voluntariado nacional o internacional en tierras de
misión por seis meses o un año.

Este tipo de experiencias muchas veces está atravesado por la búsqueda de


una profundización en las opciones de fe y otras tantas se realiza sin ningún
incentivo de orden religioso o trascendente que vaya más allá de la satisfacción de
cuestionamientos de tipo filantrópico. Lo atestigua también, por ejemplo, la
valoración positiva que hacen de experiencias como la participación en la
comunidad de Taizé y similares. Son frutos de la alta capacidad de aceptación de las
diferencias y la estima de la tolerancia que poseen, en general, los jóvenes en la
actualidad.

14
Cf. MONTES DE OCA, Subjetividad juvenil… 65.
15
BALARDINI, ¿Qué hay de nuevo, viejo?, 104.

108
2 RESPONDIENDO A LOS DESAFÍOS
Finalizando el primer capítulo había recogido un breve sumario de
interrogantes que se desprendían del análisis realizado al Plan de Formación;
algunas de esas preguntas podrían encontrar respuesta aquí luego de haber
observado con más detenimiento también las fuentes y perspectivas teóricas que
sustentan las opciones formativas del movimiento exploradoril y algunos elementos
que conforman la condición juvenil argentina en la actualidad.

2.1 La participación y la corresponsabilidad


Como tuvimos oportunidad de resaltar en varias ocasiones, lo comunitario es
un criterio de relevancia para el movimiento exploradoril a diversos niveles,
incluida la formación de los Soles. Por eso, cualquier proceso de formación, de
renovación, de reestructuración entre los Exploradores debe necesariamente partir
del factor comunitario y mantenerlo en todas sus instancias. Es justo decir que, por
ese motivo, este trabajo que realizo no pretende dar las respuestas adecuadas a los
interrogantes planteados, sino aportar algunos criterios que puedan ayudar a la
reflexión comunitaria de las personas involucradas en dichos procesos.

Los testimonios escritos con que contamos nos referían que durante la
elaboración del Plan resultaba muy fatigoso lograr una participación activa de los
Soles en la respuesta a los diferentes instrumentos requeridos desde el Consejo
Nacional, algo que ya había sucedido en 1991 con el anterior plan de formación. 16
Frente a esto, cabría entonces preguntarse si los procesos habituales de la vida de
cada batallón son de índole participativa, porque de lo contrario, el Plan propone y
requiere un sistema de trabajo al cual los Soles, en general, no están acostumbrados.
Esto nos llevaría a repensar los modelos de toma de decisiones que sustentan la
gestión y organización cotidiana del movimiento.

16
Cf. CAS 9, 1.

109
En ese sentido, considero que la participación en actividades masivas como
pueden ser campamentos y asambleas regionales, la consulta para renovar
autoridades regionales y nacionales, encuestas o documentos preparatorios de
Congresos, entre otras, sólo se dará en la medida que los Soles se sientan partícipes
de la vida ordinaria del Movimiento y que esas actividades estén directamente
relacionadas a esa cotidianidad. Si el Consejo Local acostumbra a consultar a los
Soles sobre los aspectos decisivos de la vida del Batallón, éstos sabrán cómo
participar; si, en cambio, lo habitual es sólo obedecer (o desobedecer) lo que otros
deciden, faltará un sentido de pertenencia esencial para considerar que se tiene algo
para decir. Por otra parte, si aquello que forma parte de la vida institucional a nivel
regional o nacional no viene valorizado en las instancias ordinarias del Batallón,
difícilmente los Soles lo entiendan como algo importante para su quehacer habitual.
Por ejemplo, si en la formación de los Soles no se utiliza o no se conoce el Plan
Nacional de Formación, ¿cómo podrán dar su opinión sobre el mismo al ser
consultados? ¿cómo sabrán en qué aspectos se debe renovar?.

En lo estrictamente relacionado con la formación y la vida de la Comunidad


de Soles, también creo que resultaría de vital importancia prestar una mayor
atención a los procesos locales, dando lugar a la puesta en práctica de la formación
que ya posee cada Sol, no sólo en el ámbito exploradoril, sino incluso desde sus
saberes profesionales y técnicos. De esta manera los Soles encontrarían la forma de
vivir unificadamente diversas dimensiones de su realidad personal. Por otra parte,
esto posibilitaría dotar de profesionalidad y calidad a la formación de todos. Existen
experiencias en las que, por ejemplo, Soles que estudian o han culminado sus
estudios como médicos o abogados, son los responsables de formar a sus
compañeros en temas como primeros auxilios o responsabilidad civil; en otros casos
jóvenes con dotes y saberes musicales ofrecen sus habilidades a la comunidad para
enseñar u orientar diferentes actividades relacionadas. Lo importante de este tipo de
situaciones es que los Soles entrenen no sólo las capacidades ya adquiridas, sino

110
que también desarrollen una sensibilidad educativa y el valor del servicio a través
de los recursos propios; esto es útil para desterrar el pensamiento que dice que el
conocimiento es un poder que se debe retener celosamente, y para generar la
conciencia que la pastoral necesita de un cierto grado de profesionalidad por parte
de sus protagonistas.

En instancias Nacionales o Regionales, también se deberían valorizar


adecuadamente, incluso desde el aspecto económico dado el caso, los aportes
específicos que puedan hacer los Soles, ya que poner al servicio una profesión
también requiere del necesario reconocimiento de todos los factores que
intervienen.

Teniendo en cuenta que el Plan prevé una organización de la Comunidad de


Soles con un coordinador como responsable último en representación del jefe de
batallón,17 y que el documento no presenta una serie de consignas a desarrollar, sino
el esquema básico sobre el cual se debe programar la formación, otro aspecto que
me parece fundamental tomar en consideración es la formación de los formadores.
Son ellos quienes, en definitiva, propiciarán o no la participación de los otros Soles;
los que generarán el clima favorable para la coexistencia de las diversidades al
interno de la comunidad. Desde esta perspectiva, los encargados de la formación de
los Soles no deberían sentir la carga de pensar que todo depende de ellos, sino que
su función primordial es la de crear las condiciones para que cada uno de los
integrantes de la Comunidad pueda poner en común lo que tiene y lo que sabe. Por
otra parte, de este modo se garantiza un círculo virtuoso, ya que los formadores
salen de entre los mismos Soles que pertenecen a la Comunidad, por lo tanto hacer
un camino de crecimiento en esta línea redunda siempre en el bien del grupo.

Recordemos que no es la “Patrulla” sino la “Comunidad” de los Soles, y


esto no es un mero tecnicismo, sino que da al grupo una fisonomía del todo
particular; por eso decía en el apartado 1.1 del segundo capítulo que la formación
17
Cf. PNFS, 22.

111
propuesta por el Plan para los Soles encuentra sus raíces bíblicas en el modelo de
las primeras comunidades cristianas. De lo que expuse allí creo necesario resaltar,
sobre todo, la importancia del movimiento centrífugo por el cual la comunidad se
convierte en ejemplo o meta a conseguir para los demás exploradores, tal como las
comunidades fundadas por los Apóstoles se convirtieron pronto en motivo de
admiración por parte de los demás, que veían cómo se amaban y ponían todo en
común para que ninguno pasase necesidad (cf. Hch 4,32-35).

La participación activa de los Soles en los procesos normales de la vida del


Movimiento es una opción por la cualificación de los procesos y de las personas.
Las opciones pedagógicas de la Pastoral Juvenil Latinoamericana que se refieren a
la organización subrayan que la participación en distintos niveles organizativos,
como la coordinación de grupos juveniles en primer lugar, posibilitan al joven el
poner al servicio de los demás sus capacidades a la vez que desarrollan otras;
incluso se la considera la base para un ejercicio de la ciudadanía responsable.

“La experiencia de participación es formativa en una doble dimensión, al


interior los jóvenes ganan confianza en sí mismos al poner en práctica
exitosamente sus capacidades, se motivan a probar otras habilidades que quizá
no están plenamente desarrolladas, pero que se adquieren con el ejercicio,
como la capacidad de tomar decisiones o llegar a acuerdos por consenso. En la
dimensión que los relaciona con otros, pone a prueba sus actitudes de
cooperación, solidaridad, tolerancia, corresponsabilidad. La participación
efectiva se convierte entonces en una experiencia de construcción del bien
común”.18
Por fin, prestar atención a los procesos locales y al modo en que los jóvenes
se involucran en la toma de decisiones, no solo genera una mayor participación en
los diferentes niveles de organización de la institución, sino que también posibilita
que se impliquen con determinación en la propia formación personal; de aquí nace

18
P. CASTILLEJA DE LEÓN, El modelo de la Pastoral Juvenil Latinoamericana, en «Medellín» 36, n°144
(2010) 463-486. Funciona como telón de fondo de estas reflexiones lo que he sintetizado como parte de la
condición juvenil en Argentina en cuanto al apostolado y el compromiso social y político; con esa luz se
fundamenta suficientemente no sólo la importancia, sino también la necesidad, de abrir espacios flexibles de
participación comunitaria por parte de los jóvenes.

112
la corresponsabilidad en la misión que los jóvenes están llamados a experimentar.
Principalmente porque ellos se descubren como sujetos activos de la propuesta
pastoral; no son meros destinatarios de la misma, sino protagonistas, actores
principales.19 El mismo Don Bosco supo reconocer que el protagonismo juvenil y el
compartir las responsabilidades iban de la mano como fórmula exitosa para la
fundación de su congregación; los Soles del Movimiento Exploradoril necesitan
vivir, experimentar con más fuerza y hacer fructificar aún más esta confianza que el
Movimiento, la Congregación, la Iglesia y la Sociedad han depositado en ellos
dándoles la misión de ser laicos comprometidos con la construcción de la
civilización del amor.

2.2 La memoria histórica y la reflexión pastoral


“Pido a los santos del cielo / que ayuden mi pensamiento: / les pido en este
momento / que voy a cantar mi historia / me refresquen la memoria / y aclaren
mi entendimiento” (Martín Fierro I, 7-12).
En este punto quiero intentar responder al segundo grupo de preguntas que,
en cierta forma, no se refiere exclusivamente al Plan de Formación; diría más bien
que éste se encuentra incluido porque forma parte de una realidad mayor. Estos
interrogantes tienen que ver con el modo de afrontar una reflexión pastoral al
interno del Movimiento y la importancia de la memoria histórica en la misma. Por
eso me preguntaba sobre el valor que tiene en el ámbito exploradoril un trabajo
serio de fundamentación de las opciones pastorales, manifestado también en la
elaboración de textos de estudio o subsidios de reflexión y de formación.

El caso más emblemático es el de los subsidios Colección Al Sol, que en


determinados momentos generaron mucho material de soporte, por ejemplo al
Congreso de 1995. El punto más conflictivo sería que generalmente lo realizaba una
sola persona, no siempre era un trabajo de reflexión comunitaria o de equipos. Por

19
Cf. R. SALA, Pastorale Giovanile 1. Evangelizzazione e educazione dei giovani. Un percorso teorico-
pratico, LAS, Roma 2017, 371.

113
otra parte, en la mayoría de los Batallones es poco conocida la riqueza de este
material porque no poseen todos los ejemplares, y solo a partir del año 2015 se
cuenta con la colección completa publicada en el sitio web de la institución. 20 A esto
se suma la poca consideración que generalmente se tiene sobre todo aquello que
tiene una cierta antigüedad, descartando todo en general sin discernir cuáles
contenidos pueden aún ser útiles. Es decir que lo poco que hay no se conoce o no se
valora adecuadamente.

Pero no sólo la reflexión sufre este descuido, también el aspecto histórico.


Más allá del esfuerzo del P. Ellero por lograr una apretada síntesis a través de sus
Apuntes para una historia de los Exploradores –que me fue de mucha utilidad para
este trabajo–, y que llega hasta el año 2000, no existen publicaciones de este tipo. Y
el material de archivo de la institución que se encuentra en el Archivo central de la
Inspectoría ARS, en Buenos Aires, también es escaso y no está bien mantenido.

Esta aparente desconexión con las raíces del Movimiento y su devenir


histórico, me parece que sea una de las causas de la escasa reflexión; porque no
conocer lo que existe hace repetir los errores y, solo por caso, los aciertos. Ya en el
diagnóstico previo al Congreso de 1995 se decía que “no hay una lectura reflexiva y
crítica de la documentación existente (CAS 9, 20, libro de Soles...)”; 21 o también
que “existe abundante material de aporte para la formación, para la comprensión y
para la crítica de la realidad, pero falta el empleo de ese material, y su puesta en
práctica”;22 y todavía más grave, el hecho de reconocer que “a nivel de principios se
tiene claridad respecto que la formación es un proceso, pero en la práctica no es tan
así. En efecto, se va respondiendo a las urgencias de cada momento”. 23 Esto lleva a
que no se trabaje con mentalidad de proyecto, no se reconozca que el momento
presente es fruto de un pasado y que debe preparar un futuro. “Dentro de la

20
http://www.eadb.org.ar/caminoalcentenario/cas
21
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 64.
22
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 61.
23
ANEXO DOCUMENTAL, Anteproyecto, 78.

114
comunidad de Soles, no se asume que hay que acompañar el crecimiento como un
proceso pensado, proyectado, en forma de itinerario”.24

Me parece conveniente hacer un reclamo hacia el aspecto de la memoria de


los procesos históricos y la reflexión pastoral, porque de otro modo las propuestas
corren el riesgo de permanecer en el plano de una tradición oral que no siempre será
confiable o que muchas veces puede ser manipulada; otro riesgo es el de condenar
la pastoral a una acción sin reflexión, sin ningún carácter de cientificidad. Y en el
plano más práctico, se corre el riesgo de cometer los mismo errores que otros ya
tuvieron cuando afrontaron situaciones similares (cuando no las mismas). La misión
del Espíritu en la Iglesia trae siempre aparejada la novedad de la misión, pero en
nombre de esa novedad no podemos olvidar la historia viva que nos acoge; “la
memoria es una dimensión de nuestra fe” (EG 13). Sólo si unimos todas las
dimensiones de la historia podremos decir que hemos acogido la invitación a la
audacia y la creatividad en la tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el
estilo y los métodos evangelizadores en lo que toca desde su propia realidad al
Movimiento, abandonando el cómodo criterio pastoral del “siempre se hizo así”.
(Cf. EG 33)

En síntesis, el Movimiento Exploradoril debe reconocerse como una realidad


centenaria que necesita resguardar su memoria histórica y abrirse a la reflexión
sobre la misma para afrontar retos nuevos, evitando así quedar estancado en el
tiempo, por una parte, o perderse detrás de la continua novedad, por la otra. Es
incluso una estrategia para ahorrar esfuerzos y desgaste en los animadores buscando
como nuevas respuestas que ya fueron dadas y no prestando atención a los
verdaderos desafíos actuales.

24
ANEXO DOCUMENTAL, Diagnósticos, 61.

115
2.3 La verdad sobre Dios, el hombre y el mundo
Al inicio de este apartado quiero recordar que lo que expreso en este trabajo
no sólo comprende una revisión crítica del documento del Plan Nacional de
Formación de Soles, sino también un ejercicio de interpretación de la realidad actual
del Movimiento Exploradoril en lo que se refiere al aspecto formativo de los
Animadores; y esa realidad tiene sustento en lo establecido por dicho Plan pero
también en su concreción fáctica, es decir la práctica formativa que, sobre todo en
mi caso, se comprende desde la experiencia vivida. Creía necesaria esta aclaración
antes de referirme nuevamente al tema de los presupuestos teóricos de la formación
de los Soles, porque en este plano el documento no es suficientemente explícito,
como he tenido oportunidad de referir en el primer capítulo, y por eso parto de
apreciaciones que están más bien ligadas a mi experiencia personal.

Es justamente la explicitación de los presupuestos la que considero en el


momento actual como una necesidad básica para poder afrontar la formación de los
Soles. Estoy convencido que, como producto de la carencia reflexiva que detallaba
en el punto anterior, en el campo formativo se trabaja casi a ciegas respecto a los
fundamentos teóricos, fomentando esos dos riesgos que también expresaba: el
quietismo tradicionalista del “siempre se hizo así” y el vaivén de las modas que
corren detrás de la novedad constante. Por eso me permito abrir la puerta a algunos
temas que considero necesitan ser abordados con una mayor rigurosidad
argumentativa por parte de los responsables de la conducción del Movimiento y por
los Soles en general, como responsables de su propia formación. La tesis que
sustento es que, especialmente en la formación de los Soles, existe una gran
confusión desde el punto de vista teórico, sobre todo por desconocimiento de los
argumentos teológicos, filosóficos y científicos en general. Y por eso la base de la
formación debe retomar esa vía antes de emprender otras, porque dependen de
aquella.

116
2.3.1 La cuestión antropológica: el principio de la Encarnación

El ideal presentado por el PNFS como fruto de la formación parte de una


antropología cristiana según la cual busca una madurez del Sol en su fe y en su vida
que lo conduzca a lograr una adhesión, una configuración y un compromiso en el
seguimiento de Cristo para vivir con Él en una relación de intensa amistad. 25
Partiendo de esa base, sería interesante revisar en qué fundamento los Soles asientan
su vivencia de amistad con Cristo; según entiendo, debería ser sobre el principio de
Encarnación, porque “el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del
Verbo encarnado” (GS 22), pero veamos con un poco más de detenimiento qué
consecuencias acarrea esto.

Muchas veces he escuchado a los jóvenes reclamar a la Iglesia una postura


“más humana” respecto a diferentes situaciones de la vida, porque consideran que el
mensaje cristiano hace demasiado hincapié en la santidad como perfección, la
Salvación como lo diametralmente opuesto al pecado, o la moral como un conjunto
de principios rígidos que no tiene en cuenta los deseos del hombre. Según este
pensamiento ser más humanos pareciera ir en el sentido totalmente opuesto a
relacionarnos con Dios, porque Él es talmente distante del hombre que no puede
comprender nuestras vicisitudes. Dios y hombre, serían términos irreconciliables.
Por lo tanto nuestra libertad no tiene nada que ver con Dios, con mandamientos y
dogmas. Incluso con una limitada visión de la Encarnación, en ambientes eclesiales
estos reclamos o similares se sostienen haciendo referencia a un segmento concreto
de espacio y tiempo, un fragmento de la vida de Jesús delimitado por su nacimiento
de María y su muerte en cruz. Pero el misterio de la Encarnación no puede
desentenderse de los otros dos misterios que también hacen a la vida de Jesús: el de
la Trinidad y el de la Pascua. En el conjunto de estas coordenadas de la historia de
Salvación se desarrolla la verdad de quién es Jesús, verdadero hombre y verdadero
Dios. Sólo así podemos acercarnos a la comprensión del hecho que Jesús se hizo
25
Cf. PNFS, 8.

117
uno de nosotros para ofrecernos a cada hombre y a cada mujer el regalo de la
Salvación que viene de Dios.26

La cuestión antropológica emerge como un tema a resolver en el concreto de


la formación de los Soles, porque afecta directamente a la experiencia de fe que
éstos pueden hacer a través de la propuesta formativa. Atender al tema
antropológico se hace necesario porque los jóvenes piden un cambio del foco de la
propuesta: no buscan itinerarios que tengan como objetivo último la experiencia o el
conocimiento de la fe, sino caminos de crecimiento humano, que permitan
experimentar la fe como fuente de verdadera humanidad, porque se atiende menos a
la autoridad de quien da el mensaje que a las razones para la esperanza que el
mensaje mismo ofrece. “No tanto itinerarios orientados al encuentro con Dios,
cuanto señales que habiliten a recorrer, con Dios, los caminos de la vida”. 27 De
fondo, necesitamos purificar la visión del hombre con la que nuestra pastoral va
adelante, porque corremos el riesgo de estar partiendo de un esquema que para los
jóvenes del siglo XXI no es conocido: no podemos dar por descontado que para
todos los jóvenes la vida encuentra sentido en la fe.

Por otra parte, si partimos del principio de la Encarnación y hablamos de una


acción pastoral con jóvenes, no podemos pensar una antropología que funciona cual
lecho de Procusto buscando uniformizar y eliminar diferencias. Se trata, por el
contrario, de situarse en una perspectiva alternativa crítica y flexible; las prácticas
juveniles mutan constantemente y por ello requieren de una mutación de la pastoral
(de la teología, de las instituciones, de las prácticas) que acompañen la errancia de
los jóvenes.28 El mismo Jesucristo tuvo que mutar, cambiar, adaptarse en cierta
manera a la condición del ser humano: “Él que era de condición divina, no
consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al

26
Cf. S. PINNA - R. TONELLI, Una Pastorale Giovanile per la vita e la speranza. Radicati su cammino
percorso per guardare meglio verso il futuro, LAS, Roma 2011, 48-49.
27
CURRÒ, Perché la Parola riprenda suono, 51.
28
Cf. FRESIA, Jóvenes errantes y declives de la pastoral, 61-63.

118
contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose
semejante a los hombres” (Flp 2,6-7).

No podemos juzgar como válidos todos los criterios existentes si nuestro


punto de partida es la visión cristiana del hombre; por eso, el principio de la
Encarnación nos ofrece la posibilidad de contar con un punto firme en torno al cual
valorar lo que se dice, se piensa y se hace en relación al hombre. De aquí se
desprenden otras dos cuestiones que necesitan ser afrontadas desde la perspectiva de
la Encarnación: una de orden eclesiológico, referida sobre todo a los elementos
constitutivos de una espiritualidad que ayude a sostener la pertenencia eclesial del
joven, y la otra de orden pedagógico, que se refiere al carácter integral de la
educación y la evangelización que propone el Plan de Formación.

2.3.2 Una espiritualidad de la pertenencia eclesial

El Plan presenta unos objetivos bien precisos en lo que se refiere a la


formación cristiana en el área que busca una intensa pertenencia eclesial:

“NÚCLEO LAICO: 1) Conocer y vivenciar su identidad de laico dentro de


la comunidad eclesial.
2) Ayudar a vivenciar la Iglesia en la propia comunidad:
- comunión de personas
- comunión de dones
3) Conocer la doctrina de la Iglesia acerca de la justicia social y la misión
del laico.
NÚCLEO ESPIRITUALIDAD: 1) Profundizar la EJS como una dimensión
específica de pertenencia a la Iglesia.
2) Descubrir en la Eucaristía y en la Reconciliación una fiesta de encuentro
con Cristo.
NÚCLEO TRABAJO AMBIENTAL: 1) Acrecentar el sentimiento de
pertenencia eclesial, vivenciando la Iglesia como la que realiza la Misión de
Cristo, y a Cristo como apóstol enviado por el Padre.
2) Conocer los distintos ministerios y servicios dentro de la Iglesia (la
Iglesia no se acaba en el Batallón).29

29
PNFS, 14.

119
En el segundo capítulo de este trabajo, además, resalté como evidente la
referencia a la eclesiología de comunión propia del Concilio Vaticano II, porque las
actividades del Movimiento son realizadas como ejercicio concreto de vida eclesial
en la cual los Exploradores pueden manifestar su ser laicos comprometidos. Pero
también es cierto que esta pertenencia eclesial no siempre es vigorosa y activa,
porque los jóvenes exploradores no son ajenos al contexto en que viven, en el cual
la fe se ha convertido en un asunto privado en vez de comunitario y las experiencias
de escándalos, sobre todo sexuales y económicos, repercuten negativamente en su
confianza hacia la Iglesia. Frente a esto, creo que se hace necesario reavivar una
espiritualidad o una mística de la pertenencia eclesial.

“Cuando se aplanan los valores y se apagan las luchas mayores por cambiar
el mundo; cuando la tecnología bienvenida nos roba el silencio y la
interioridad; cuando la globalización importa y exporta modas y modelos…
[surgen] búsquedas ardientes y algo vagas dirigidas a «lo» espiritual, «lo»
valórico, y los ideales entran en letargo. Por eso hay que decirlo claro: los
cristianos no creemos en espiritualidades ni en valores en abstracto. Los
cristianos creemos en las espiritualidades y valores encarnados que son los que
recibimos de Jesús y subsisten en Jesús”.30
La fuerza de esta mística se encuentra en el punto de partida de toda
espiritualidad: la experiencia de enamorarse de Jesús, dejándose cautivar el corazón.
Esta es la experiencia necesaria para poder transitar con el amado los caminos
difíciles de la vida; es la condición necesaria para amar su Iglesia aún a pesar de las
desilusiones, de las desconfianzas, de los límites y pecados. Como ayuda en ese
camino contamos con la Sagrada Escritura, que ocupa un papel fundamental en el
proceso de conocer al Señor de la Vida. Durante el mes de marzo de este año, el
papa se reunió con un grupo de jóvenes de todo el mundo para dialogar sobre temas
y aspectos que resguardan al Sínodo de los Obispos que tratará el tema de los
jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional; al cierre de dicho encuentro, los
jóvenes ofrecieron al sumo pontífice una síntesis de lo que estuvieron discutiendo, y
30
C. PRECHT BAÑADOS, Espiritualidad cristiana juvenil en los comienzos del Siglo XXI. Una invitación a la
experiencia mística, a la comunión y a la misión, en «Medellín» 29, 113 (2003) 145-164, 147-148.

120
allí expresaron que muchas veces viven una fuerte confusión respecto a quién es
Jesús, y que una forma de superarla es volver a las Escrituras para comprenderlo
más profundamente en su vida y en su humanidad. Los jóvenes necesitan
encontrarse con la misión de Cristo, no con lo que pueden percibir como una
expectativa moral imposible. No obstante se sienten inseguros sobre cómo hacerlo,
y por eso reconocen que este encuentro necesita ser fomentado en los jóvenes y
abordado por la Iglesia.31

Encontrarse con Jesús en la Palabra no es algo que se logre fácilmente,


requiere un cierto camino que no todos los jóvenes sienten deseos de recorrer
porque lo consideran fatigoso y porque les cuesta apreciar los frutos. Pero si reciben
las herramientas necesarias, si logran ejercitarse aunque sea un poco cada tanto con
cierta regularidad, si son acompañados, alentados, orientados, es un camino que
logran gustarlo e incluso se animan a invitar a otros a recorrer. Es la experiencia de
sentir arder el corazón que vivieron los discípulos de Emaús mientras el Señor les
habla, les narra las Escrituras (Lc 24,27.32).

Debo reconocer que para los Exploradores es un sendero muy poco


transitado, aún cuando la metodología de los itinerarios de cada etapa, incluyendo a
los Soles, coloca a la Palabra de Dios en un lugar central como punto de
iluminación de la actividad y la reflexión. Por eso creo que la espiritualidad de
pertenencia eclesial que propongo aquí puede ayudar mucho a los jóvenes Soles a
emprender con entusiasmo un acercamiento a Jesús a través de la familiaridad con
la Palabra de Dios y para ello se debe proponer un estudio serio y perseverante de la
Biblia y promover una lectura orante personal y comunitaria. (Cf. EG 175).32

Un segundo elemento de esta mística de la eclesialidad se desprende del


contacto con la Palabra. es una espiritualidad profundamente eucarística. Ya el
31
Cf. http://www.synod2018.va/content/synod2018/es/actualidad/-documento-final-de-la-reunion-pre-sinodal
-de-los-jovenes--tradu.html, 6.
32
Al respecto también sería útil profundizar la propuesta de Lectio divina que aporta C. MARTINI, La alegría
del Evangelio. Meditaciones para los jóvenes, Sal Terrae, Bilbao, 1996

121
Concilio nos había recordado que “la Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida
cristiana” (LG 11), porque de ella nacen la Iglesia y cada cristiano, y hacia ella
tienden mediante su vida de discipulado.

El contacto asiduo con la Palabra de Dios es el que permitirá al Sol vivir la


experiencia eucarística ya que, sabiéndose compañero de camino con Jesús, como
los discípulos, lo puede reconocer en la fracción del pan (Lc 24,30-31). Pero
también en esto necesita ser acompañado el joven, porque no es lo mismo una mera
presencia en la Misa que celebrar “consciente, activa y fructuosamente” la
Eucaristía (SC 11). Me refiero aquí a la formación litúrgica que debe acompañar el
crecimiento del joven para que pueda experimentar la Eucaristía como acción de
gracias que abarca el aspecto de sacrificio salvífico y de alimento de vida, que es
“presencia salvadora de Jesús en la comunidad de fieles y su alimento espiritual”. 33
La Eucaristía consuma la comunión de los fieles entre si y con el Padre, por lo cual
toda experiencia positiva de encuentro, de unidad desde el corazón y en las acciones
que vivan los jóvenes se transforma en camino de comunión eucarística. Ya el
Concilio34 había remarcado que la meta es la participación plena, consciente y activa
de los fieles en las celebraciones litúrgicas, que tienen derecho y obligación a una
liturgia así, y que es tarea de los pastores buscar por todos los medios una
“educación adecuada. Y como no se puede esperar que esto ocurra, si antes los
mismos pastores de almas no se impregnan totalmente del espíritu y de la fuerza de
la Liturgia y llegan a ser maestros de la misma” (SC 14), se hace necesario proveer
a la formación de los Soles en este sentido, que son los pastores de otros jóvenes y
niños.

Para ayudar a lograr eso necesitamos recuperar la alegría de encontrarnos


como hermanos que celebran la fe; y esto requiere que también la Misa sea una
verdadera fiesta de la fe, el encuentro, la vida comunitaria, el perdón y el amor de
33
JUAN PABLO II, Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, 17 de abril de 2003, en AAS 95 (2003) 433-475, 9
34
Cf. CONCILIO VATICANO II, Constitución Sacronsanctum Concilium, 4 de diciembre de 1963, en AAS 56
(1965) 97-134.

122
Dios en nuestras vidas. Escribo esto y pienso en aquellas que veces escuché a los
Soles lamentarse de tener que interrumpir las actividades para ir a misa; y su ánimo
no mejora cuando viven las celebraciones como ritos vacíos, donde no se
encuentran ni siquiera con ellos mismos, porque se pasan el tiempo tratando de
contener a los más chicos para que no hagan ruido, para que se queden quietos, para
que “vivan” algo que ellos no están haciendo. Por eso creo que la vivencia de la
Eucaristía también necesita ser experimentada con una cierta guía, un
acompañamiento desde lo simbólico, lo litúrgico, lo catequístico y también lo
doctrinal. El Sol debería poder reconocer en el servicio cotidiano y en aquel
específico que hace como Explorador, el carácter eucarístico de su propia vida,
donde ejercita la donación de sí mismo por el bien de otros, como lo hizo Jesús por
nosotros. También tiene la posibilidad de experimentar en el clima de familia de su
comunidad de pares la comunión que es signo de la unión eucarística con el Padre,
el Hijo y el Espíritu, no porque la comunidad sea perfecta, sino porque conformada
por hermanos que se saben en camino, que se reconocen discípulos.

Un punto que sólo me permito dejar expresado, pero que requiere todo un
desarrollo que aquí no estoy en condiciones de realizar, porque excede ampliamente
los alcances de este trabajo, es el tema del ejercicio de los ministerios laicales. Tal
vez ayudaría a vivir en modo diverso la celebración eucarística el hecho de sentirse
parte activa y reconocida por los pastores en las maneras que sean previstas. Pienso
en el servicio de la Palabra, del altar, de la animación musical y/o litúrgica, de la
atención a los enfermos, de la catequesis; todos servicios que poseen un corazón
eucarístico y conducen al reconocimiento de la presencia del Señor en medio de su
pueblo.

Por último, un tercer elemento de esta espiritualidad de la pertenencia eclesial


es la oración. Que tiene sus raíces en los dos elementos anteriores, pero que los
integra de manera nueva, mucho más libre y creativa. En particular para los
Exploradores tiene la ventaja de poder recorrer un camino de aprendizaje hacia la

123
contemplación por medio del contacto con la naturaleza, tan típico del escultismo.
Esta experiencia genera la posibilidad de descubrir una realidad no virtual, diferente
a la que tal vez están acostumbrados los jóvenes, sobre todo los que provienen de
ambientes urbanos; para ellos cada campamento se torna una herramienta
importantísima para abrir a la trascendencia a través del reconocimiento en la
naturaleza de la mano del Creador.

Se trata de crear las condiciones para realizar un camino de crecimiento en la


relación personal y comunitaria con Dios a través de diferentes experiencias de
oración. Necesitamos ser abiertos a una pedagogía litúrgica que incluye la fiesta y el
canto, la proclamación de la Palabra y el compartir algunas preguntas, la oración
silenciosa y contemplativa. Es de notar que la experiencia del silencio tendrá que
ser aprendida, practicada e interiorizada más de una vez, debido a la tendencia al
ruido y la dispersión que la cotidianidad de nuestra vida nos propone. Algunas
técnicas de introspección, de relajación, de role playing con personajes de la Biblia
pueden ayudar a aprender que todo en la vida puede pasar por la oración: podemos
rezar la vida y la experiencia de los santos, la gracia y el pecado, el cuerpo y la
propia sexualidad, los grandes y pequeños acontecimientos, el día Patrio o las
elecciones, un huracán o un terremoto, el deporte, Internet, los duelos, los amores.

Los retiros y campamentos se presentan como ambientes propicios porque


provocan el cambio de hábitos, de lugares, desarman las seguridades ante la
incertidumbre de lo nuevo y desconocido; posibilitan espacios de intimidad
personal y de grupo, en torno al fuego, en la intemperie, bajo un cielo estrellado o
con el acecho de una tormenta; aprovechando las bondades de la naturaleza se
favorece la creación de espacios específicos y novedosos para la meditación, la
lectura de la Palabra, la celebración de los sacramentos de la Eucaristía y la
Reconciliación. Es el tipo de vivencias que el Plan de Formación necesita
enriquecer todavía más seriamente en las Experiencias que recolectó en sus anexos,
para dar un salto de calidad en la propuesta de crecimiento en la oración; en

124
definitiva significa para nosotros recuperar la enseñanza que Don Bosco recibe en el
sueño de los nueve años: para hacer una camino de oración, de contemplación, de
educación en la fe, hay que descubrir “la fealdad del pecado y la belleza de la
virtud”.35

Concluyo citando aquí la invitación que los Obispos Latinoamericanos nos


hacían en la V Conferencia del CELAM,36 que resume magistralmente lo dicho:

“Proponer a los jóvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento


en la Iglesia, a la luz del Plan de Dios, que les garantiza la realización plena de
su dignidad de ser humano, les impulsa a formar su personalidad y les propone
una opción vocacional específica: el sacerdocio, la vida consagrada o el
matrimonio. Durante el proceso de acompañamiento vocacional se irá
introduciendo gradualmente a los jóvenes en la oración personal y la Lectio
divina, la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Reconciliación, la
dirección espiritual y el apostolado”. (DA 446 b)

2.3.3 Educación-Evangelización integral

El principio de la Encarnación apuntala una opción pedagógica que


fundamenta la atención a la persona del joven desde la doble perspectiva de la
educación y la evangelización en modo integral, es decir que ambos enfoques van
unidos, se integran mutuamente, y además buscan tener en cuenta la mayor cantidad
posible de dimensiones y aspectos de la vida de los jóvenes. Es lo que, a grandes
rasgos, se propone como meta y camino la pastoral juvenil y que aquí llamaré como
acción educativo-pastoral.37
35
G. BOSCO, Memorie dell’Oratorio di S. Francesco di Sales dal 1815 al 1855. Edición crítica a cargo de A.
GIRAUDO, LAS, Roma 2011, 62.
36
V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Documento de Aparecida,
CELAM, 2007.
37
“En el camino que presentamos la pastoral juvenil es un saber y un hacer «transversal», es decir que se
entrecruza en manera decisiva con todas las disciplinas que se ocupan del ámbito juvenil. No podría ser de
otro modo, porque es la vida de los jóvenes lo que une a todos aquellos que se preocupan de su crecimiento
integral e integrado. (…) Así, en el empeño por los jóvenes hace falta que la pastoral familiar y la vocacional,
la catequesis y la liturgia, la teología espiritual y la moral, las ciencias de la educación, la escuela, la
universidad y la pastoral juvenil colaboren y se unan para un adecuado servicio a los jóvenes, que se
transforman en el sujeto unificante de toda la pastoral juvenil, que debemos entender aquí como el lugar en
el cual todas las fuerzas que se preocupan por el bien y la santidad de los jóvenes se dan cita ” SALA,
Pastorale Giovanile 1, 335.

125
Una primera característica de esta acción educativo-pastoral a tener en cuenta
es que necesita ser personalizante sin perder de vista el aspecto comunitario, es
decir que se interesa por cada joven en particular, para ayudarlo, acompañarlo,
educarlo en el camino de maduración de la propia personalidad e identidad, como
ser único e irrepetible creado y amado por Dios, que no puede perderse en la masa
que lo torna anónimo. Pero, a su vez, la acción educativo-pastoral lo orienta en su
inserción en la vida y dinamismos de la comunidad que lo acoge a diversos y
variados niveles: humano, social, eclesial, familiar, grupal. De nuevo la categoría
antropológica que nutre nuestra propuesta refiere a la encarnación como vía de
expresión según la cual el Hijo de Dios no se bastó a si mismo para nacer, sino que
tuvo necesidad de una familia, un pueblo concreto, con sus complejidades, sus
tradiciones, sus esperanzas; y en ese contexto fue creciendo en sabiduría, en estatura
y en gracia, delante de Dios y de los hombres (Lc 2,40.52).

Entendida la acción educativo-pastoral como el proceso de personalización


de la experiencia comunitaria, se completa desde otros tres aspectos que hacen al
crecimiento del joven: la formación de la conciencia, una educación al amor y la
libertad, y la dimensión social de la caridad. Estas son áreas que el Capítulo General
23 había ya recomendado prestar atención en el proceso de educación en la fe, 38 y
que creo necesitan explicitarse aún con mayor claridad en el itinerario formativo de
los Exploradores para que podamos hablar de una formación realmente integral del
joven.

La formación de la conciencia moral de los Soles reviste el carácter de


urgencia educativa según mi parecer, porque es la base sobre la cual los jóvenes
pueden ejercitar el juicio crítico sobre las situaciones que influyen en las decisiones
que toman en la construcción de su personalidad y de su proyecto de vida. Rescato
de lo que expone el CG23 la importancia de la Palabra como criterio insustituible
para leer evangélicamente la realidad, del ambiente y el testimonio al interno de una
38
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 181-214.

126
catequesis específica que ayude a valorar la moralidad de los actos y
comportamientos. Además, los medios que propone me parecen válidos y de alguna
manera están incluidos en la propuesta del Plan de Formación: el contacto cotidiano
de los formadores con el joven, disponibilidad para el encuentro y el diálogo en la
dirección espiritual y una gran estima por la reconciliación vivida de manera
profunda y vital.39

En cuanto a la educación al amor, hoy más que nunca se hace necesario


acompañar el crecimiento y la maduración de nuestros jóvenes, que viven muchas
situaciones y experiencias con las que, tantas veces, no saben lidiar. El Plan de
Formación no contempla en profundidad esta dimensión tan importante de la
persona, descuidando un factor fundamental de una educación integral de la persona
y dejando librado a factores aleatorios una de las dimensiones más delicadas de la
vida de cualquier persona, especialmente de un joven.

La educación de la afectividad, la genitalidad o la sexualidad necesitan ser


atravesadas por la educación al amor, para que el joven pueda descubrir el horizonte
amplio en el cual se ponen en juego el mundo de los sentimientos, la corporalidad o
la generación de una vida. Actitudes a evitar en este aspecto son el moralismo
culpabilizante, la improvisación, los prejuicios, la curiosidad avasallante. Por otra
parte, respetando ese carácter de integral, dicha formación no puede dejar de lado el
aspecto de la gracia, la valorización de la propuesta cristiana, el cuidado del
ambiente en que crecen los niños, adolescentes y jóvenes, la posibilidad del
encuentro pleno con los hermanos y con Dios en la vivencia de la pureza y la
castidad.40 Creo, además, que en este campo es donde se manifiesta verdaderamente
la preventividad de nuestro carisma salesiano y no se puede dar nada por supuesto;
todavía recuerdo las preguntas de un grupo de Soles de entre 20 y 25 años,
estudiantes universitarios y con responsabilidades en el Movimiento a nivel

39
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 188, 189, 191.
40
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 192, 196, 197.

127
Regional, que indagaban sobre temas de afectividad con una ingenuidad pasmosa;
no lograban comprender, entre otras cosas, que la castidad se pudiera vivir en el
matrimonio, confundiéndola con la mera continencia sexual. Uno de ellos, incluso,
ante la pregunta sobre qué entendía de las palabras de la oración del Explorador
“casto y puro de corazón”, respondió que se refería a una persona justa, una persona
que vive en la justicia. Este tipo de situaciones, por otra parte, no sólo requiere el
empeño de una formación profunda y cuidada, sino también el valiosísimo aporte
del testimonio personal de los adultos que los acompañan.

Por último, la dimensión social de la caridad pareciera la vía más simple de


recorrer con los jóvenes que siempre sobresalen por su interés hacia las realidades
menos favorecidas, hacia las personas más necesitadas, que despuntan por su
compromiso solidario con los más pobres y abandonados. Sin embargo, el servicio
concreto con el que generalmente se responde a la necesidad de los demás, sólo dará
un verdadero fruto de crecimiento para la persona del joven si se integra al conjunto
de opciones que hace en su vida. No se trata del simple acto de caridad, entendido
como dar algo a quien no tiene, por ejemplo; sino que se refiere a cómo la Caritas,
el Amor por excelencia, se encarna en los gestos de amor demostrado.

La dimensión social de la caridad nace de una fe creíble, encuentra su fuente


en el Evangelio y es el aspecto fundamental de la acción de la Iglesia para la
redención del género humano y su liberación de toda clase de opresión. Educar en
este sentido significa preparar una generación capaz de construir un orden social
más humano para todos,41 hacer realidad la construcción de la civilización del amor.
Para los Soles se traduce en vivir el ¡Siempre listos! desde las diferentes opciones
que la Doctrina Social de la Iglesia ofrece como compromiso socio político para el
bien de la humanidad, empezando por el círculo de personas más cercano, que para
el Explorador son su familia y el Batallón. Creo que el Plan debería resolver de una
manera mejor aún, el problema que le significa la propuesta formativa para los
41
Cf. CG 23, Educar a los jóvenes en la fe, 204-205.

128
Soles del servicio en Misión, ya que se presenta en el ideal como un modo creativo
de servicio, pero en la práctica permanece sin mayores avances. Seguramente se
hace necesario reforzar la formación en elaboración de proyectos de solidaridad, en
criterios de acción social desde una ética cristiana y en la autogestión de las
capacidades y habilidades puestas al servicio de los demás. El campo por delante es
demasiado amplio como para pensar que la animación de un oratorio es la única
opción viable para un Sol del servicio en Misión; todo el ámbito del compromiso
social relacionado a la promoción humana, de la participación política, incluso
partidaria, las oportunidades educativas que ofrece el deporte, la posibilidad de
inserción en los medios masivos de comunicación social, son sólo algunos de los
campos que se abren a la acción de la caridad y que manifiestan una asunción
profunda del misterio de la encarnación como criterio de vida.

2.4 La clave vocacional en la formación de los Soles


No es mi intención hacer aquí un tratado sobre la vocación, sabiendo la
amplitud y la actualidad del tema,42 sino más bien señalar algunos elementos que
considero de importancia para la formación de los Soles y que necesitan ser
repensados en base a lo que en el primer capítulo planteaba como interrogantes y el
breve desarrollo criteriológico que hice en el segundo.

2.4.1 Hacia la reafirmación de la Promesa

Parto desde una situación que se debería atender urgentemente, y es el primer


acto de discernimiento vocacional que hace el Sol: empezar a serlo. Excede en

42
Sobre todo a causa del tema del próximo Sínodo de los Obispos han surgido una importante cantidad de
publicaciones referidas a lo vocacional y el discernimiento. Por ejemplo: E. ALBURQUERQUE FRUTOS, El
discernimiento cristiano. Fundamentos y práctica, CCS, Madrid, 2018; J. BARTOLOMÉ, Dios habla también
a los jóvenes. Tres relatos de vocación, CCS, Madrid, 2018; R. SALA, Ascolto, discernimento, purificazione.
Per vivere il Sinodo della Chiesa sui giovani, ELLEDICI, Torino 2017; R. NAVARRETE, Aún te queda un
camino: elegir tu propia vida, San Pablo, Madrid, 2017. EQUIPO DE REFLEXIÓN «DIÁLOGOS EN PASTORAL
JUVENIL», Diálogos sobre pastoral con jóvenes 2, CCS, Madrid, 2017, además de numerosos artículos en
revistas como «NOTE DI PASTORALE GIOVANILE» en Italia o «MISIÓN JOVEN» de España, y el mismo
«BOLETÍN SALESIANO» de Argentina.

129
cierta forma al tema de este trabajo porque ese discernimiento se debería realizar
durante la etapa de Experiencia Exploradoril, anterior a la de Perfeccionamiento y
Servicio, en la meta parcial de Baquianos/Antorchas, pero por otro lado la decisión
condiciona en gran parte el proceso que harán los Soles luego, por ejemplo en
relación a la elección del campo de servicio. Y sobre todo condiciona en la
experiencia misma del discernimiento, porque según cómo se haya preparado la
decisión de reafirmar la promesa, el camino que se haya recorrido, el modo en que
fue acompañado el Sol durante ese tiempo, le da una impronta a todos los demás
procesos que emprenderá el joven en adelante; es decir que interesa a la Comunidad
de Soles que los Baquianos y las Antorchas hagan una cuidada y sana experiencia
de discernir el momento en que pasarán a formar parte de ella. No significa que esto
determina, pero condiciona en cierta forma; tampoco estoy diciendo que los Soles
deberían ya haber sido formados suficientemente en este aspecto, sino que se
necesita unificar el lenguaje, los métodos y criterios del camino vocacional que se
ofrece a unos y otros, para evitar incoherencias.

2.4.2 Proceso, proyecto, vocación

Dicho esto, paso a detallar algunos puntos del proceso de discernimiento


vocacional que el Plan de Formación debería observar con más detenimiento. En
primer lugar quiero recordar que en si mismo este proceso se corresponde
intrínsecamente con la naturaleza del Plan porque este se entiende solo desde el
perfil del Sol que se quiere alcanzar como meta de la propuesta formativa, y toda la
propuesta es planteada en lógica de proceso constante, no acabado; ser Sol no
significa haber completado la formación sino iniciar un camino que sentará las
bases de la formación permanente, que también es un proceso. La formación del Sol
es presentada como un itinerario de perfeccionamiento, es decir que todavía se debe
seguir construyendo, haciendo crecer, desarrollando la vida, y esto requiere un gran
esfuerzo de discernir qué es lo mejor y más conveniente para la persona en

130
particular y en este momento, en el aquí y ahora de su existencia. Por último,
reafirmamos la convicción acerca del carácter vocacional de toda acción pastoral,
en especial la que se refiere a los jóvenes, porque todos los esfuerzos están
orientados a responder al Señor dela Historia que nos llama a la vida plena y feliz.

Aquí se presenta un conflicto conceptual del que no siempre somos tan


conscientes y que no es inocuo; cuando el PNFS habla de vocación lo hace en
términos de proyecto de vida, lo cual genera en los jóvenes un esquema proyectual
de la vida, como si fuera posible planificar paso a paso las decisiones y sus
consecuencias. Como ya he señalado antes, pensar la vida desde la lógica
vocacional no es igual a hacerlo desde una lógica proyectual; principalmente porque
tantos jóvenes pierden demasiado pronto el entusiasmo de frente a la compleja idea
de tener que proyectar la propia existencia. Cuando hablamos de proyecto es
ineludible pensar algunos pasos: estudiar la realidad de la que se parte, identificar
problemáticas o desafíos que emergen de la realidad, pensar objetivos que los
expresen, plantear estrategias, planificar actividades, realizar, evaluar y re-partir.

En el esquema de la vocación, en cambio, partimos de una realidad relacional


en la que Alguien llama y alguien acoge la llamada y responde (o no), evidenciando
más claramente la base antropológica que fue detallada anteriormente, ya que entran
en juego una Palabra que se dirige al hombre, la vida misma del hombre que se abre
a las diferentes posibilidades de acoger y realizar esa Palabra, la libertad, los
sentimientos, la razón, la voluntad de la persona que buscan la manera más
adecuada de responder y, por fin, una Palabra que se hace Hombre a través de esa
elección-respuesta. Debido a esto, creo que la formación de los Soles debería dejar
claro que el camino de maduración personal y comunitaria se rige según la lógica
vocacional antes que proyectual, aún cuando la incluya.43

43
Cf. CURRÒ, Perché la Parola riprenda suono, 54-55.

131
2.4.3 Riesgos a superar

Esta lógica vocacional libera de dos riesgos muy frecuentes y arraigados en la


práctica pastoral, no solo de los Exploradores. El riesgo de pensar la vida en clave
de “autorrealización” y el de hacerlo en clave de “conservación”. El primero se
corresponde con la idea de la independencia personal, egoísta y autosuficiente por
una parte y con una concepción de la persona como ser incompleto que solo
encuentra su felicidad en la obtención de tal o cual meta, por otra parte; frente a
esto, el evento de la encarnación funda un proceso vocacional que nos recuerda que
no nos realizamos solos ni a nosotros mismos, sino que podemos responder a la
llamada, a la vocación recibida, en el seno de una comunidad, en la donación de
nosotros mismos, contando con la asistencia y ayuda de la gracia de Quien nos
llamó y que el mismo proceso de búsqueda de la mejor respuesta posible es ya parte
de la misma respuesta, porque la felicidad no es un punto de arribo sino el camino
hacia la plenitud de la misma.44

El otro riesgo, el de la “conservación” se refiere a una práctica habitual de


parte de los responsables de acompañar la partida de los Soles y de los responsables
de los diferentes grupos de la Familia Salesiana; es el hecho de pensar la vocación
de los jóvenes en función de nutrir grupos o comunidades, y no desde el acompañar
a cada persona en el camino de maduración hacia la plenitud. Esto sobre todo
sucede cuando el proyecto del acompañante o el institucional resultan más
importantes que el del joven acompañado. Muchas veces se ofrece a los Soles que
parten de las filas del Batallón la posibilidad de inserirse en algún grupo de la
Familia Salesiana, como los Salesianos Cooperadores, ADMA o alguna de las
ramas de especial consagración, pero generalmente el real interés no es el de ofrecer
44
“A questo punto dovrebbe apparire con chiarezza che comprendere l’insieme della rivelazione cristiana a
partire dal concetto-evento-prospettiva-metodo-criterio dell’incarnazione potrebbe farci correre il rischio di
ridurre la centralità della donazione pasquale come evento e prospettiva fondamentale per la comprensione
ultima del senso dell’incarnazione stessa, generando alcuni squilibri teorici con delicate conseguenze nella
pratica pastorale”. SALA, Pastorale Giovanile 1, 183. En 180-190, se detallan los riesgos pastorales que
provienen de una fundamentación antropológica desde el evento de la Encarnación que no se conecta con la
fuerza del misterio pascual.

132
al joven una opción vocacional, sino presentar a los grupos e instituciones nuevos
miembros, para asegurar su supervivencia, produciendo un vuelco de intereses. Para
evitar esto, sería recomendable un alto grado de articulación del proceso vocacional
de los Soles con las propuestas de discernimiento vocacional de los diferentes
grupos de la Familia Salesiana, celebrando así alianzas pastorales con aquellos que
pueden facilitar tiempos, personas y procesos que evitan esfuerzos innecesarios y
pueden aportar un salto cualitativo a la formación de los Soles.

2.4.4 Acompañar la vida, humus de vocación

Todo aquello que expresé respondiendo a los anteriores interrogantes en


realidad funciona como la base sobre la cual se asienta el proceso vocacional de los
Soles, ya que cuidando los distintos aspectos de la vida cristiana cotidiana es como
se acompañan preventivamente las opciones vocacionales. Es decir que una cuidada
atención a la espiritualidad, la vida de oración, la participación sacramental, el
compromiso apostólico y social, el acompañamiento espiritual, la inserción en
grupos de fe, funciona como cimiento del proceso vocacional más específico propio
de la edad juvenil.

Pero de todos esos aspectos a cuidar, hay uno que necesita una atención
particular por la importancia que reviste para el conjunto de todos los otros. Es el
caso del acompañamiento, que el Plan Nacional tiene en alta estima y lo aconseja
bajo el nombre de dirección espiritual:

“El valor de la dirección espiritual como un medio fundamental de


discernimiento vocacional.
Alentar y facilitar la dirección espiritual, dándole una especial importancia
al aprendizaje y a su práctica”.45
Las figuras que aparecen como responsables de ejercer este ministerio son los
Padrinos, ya desde el camino previo a la Reafirmación de la Promesa, y el Capellán
y/o Asesor/a. Son figuras claves en cuanto a sus propias opciones vocacionales, ya
45
PNFS, 6; 8.

133
que en el caso de los padrinos deberían ser otros Soles (en actividad o no), y en el
caso de los Asesores, también podría darse el caso que sean Exploradores que han
hecho la partida de la etapa de Soles.46 El capellán, según el Reglamento Nacional,
“será un sacerdote, religioso/a o laico asesor, preferentemente salesiano
cooperador” (RN 32, 3). Tanto padrinos, como asesores y capellán tienen un papel
importante en la preparación de la partida del Sol, sea en el acompañamiento
personal para discernir cuándo sea el mejor momento para realizarla, como en la
preparación inmediata de la celebración de envío.47

Sin embargo, nada dice el Plan sobre el acompañamiento que espera de las
familias de los Soles para esta etapa en que los jóvenes viven una relación muy
particular con ellas; es cierto que a medida que los exploradores avanzan en el ciclo
del Movimiento y van creciendo en edad es inversamente proporcional la presencia
de los padres en reuniones informativas o actos oficiales del Batallón, por ejemplo,
por lo que es de esperar que las familias de los Soles, siguiendo esa lógica,
escasamente se acerquen al grupo. Pero esa no es más que otra razón para redoblar
los esfuerzos por acercar a los papás de los más grandes, buscando ser creativos.

En algún batallón, por ejemplo, se convoca a los padres a participar de una


patrulla de Exploradores Adultos,48 orientada a quienes no habiendo conocido de
niños o jóvenes las actividades del movimiento, se entusiasman de grandes; no
realizan exactamente las mismas actividades que los chicos, pero en general reciben
la misma formación para llegar también ellos a ser laicos comprometidos que viven
el estilo salesiano para la construcción de la civilización del amor. De cualquier
manera, sigue siendo un desafío que no está expresado, y que tal vez necesita una

46
Cf. PNFS, 27.
47
Cf. PNFS, 22; 30; 37. En página 28 incluso el Plan especifica que la partida del Sol también puede darse
por que el Consejo Local lo haya ayudado a tomar la decisión, citando artículos de los PPDD que se refieren
a la propia responsabilidad en la formación y la autoridad entendida como servicio, de donde se desprende un
espíritu de obediencia de parte del Explorador. Sería el caso de alguien a quien el CL le pide que se retire,
pero no lo expulsa, sino que lo ayuda a hacer su partida, lo envía igualmente.
48
Cf. EADB – CEN, Colección Al Sol CAS 11: Líneas operativas para los Exploradores Adultos, Buenos
Aires, 1992.

134
atención particular, el contacto de la comunidad de Soles –y del Batallón en
general– con los padres, las familias de los Soles; sobre todo en este tiempo en que
la relación entre pastoral juvenil y pastoral familiar está al centro de la atención y
reflexión de nuestra Congregación.

Una última apreciación que quisiera agregar en este tema se refiere al modo
en que se puede cualificar aún con mayor esmero el aspecto de la maduración de
vocaciones específicas, ya sean de especial consagración o laicales, poniendo un
acento un poco mas fuerte en la formación del buen cristiano. Es notable la calidad
de la formación que realizan los Exploradores para apuntalar el camino del honesto
ciudadano, ya sea a través del compromiso social, del cuidado de la naturaleza o el
servicio desinteresado en ámbitos muy variados; pareciera un aspecto en el que
resulta bastante fácil atraer a los adolescentes y jóvenes. Sin embargo, resulta
siempre fatigoso todo lo relacionado a los contenidos catequísticos, la participación
activa y fructuosa en las celebraciones litúrgicas y en los sacramentos, lo
relacionado con la dimensión religiosa en general.

Por eso me pregunto si no será conveniente estudiar una mayor relación entre
el recorrido que niños, adolescentes y jóvenes hacen como parte del ciclo
exploradoril, con sus diferentes etapas y pasajes, y el proceso de iniciación cristiana,
en la búsqueda de mancomunar algunos procesos desde la significatividad de unos y
la gracia sacramental de otros. Por ejemplo, los signos de la promesa del explorador
podrían unirse al sentido bautismal; la reafirmación de la promesa y el consiguiente
ingreso a la comunidad de Soles puede venir acompañado del proceso de
preparación a la Confirmación como opción personal del joven cristiano; la
Eucaristía, desde su sentido sacrifical y de donación, se puede unir a la entrega del
Sol a través de una vida de servicio, resignificando el estilo adoptado desde la
promesa y reafirmado también con el lema del Movimiento. Este modo de
encuadrar un proceso de “re-iniciación” cristiana, puede aportar la ayuda que
significa partir de un esquema experiencial, ya que permite experimentar con una

135
adhesión particular el lenguaje litúrgico y de los símbolos, las acciones
sacramentales, la dimensión comunitaria/eclesial del encuentro personal con Cristo.

3 CONSIDERACIONES FINALES

3.1 El Plan Nacional ¿es todavía un instrumento válido?


Al final de este trabajo puedo decir que el Plan Nacional de Formación de
Soles es todavía un instrumento válido para el objetivo que le asignó el Congreso
Nacional de 1995, aunque no son pocos los aspectos que requerirían una revisión
atenta, y que debería comenzar por una evaluación sincera sobre el uso que se da en
los batallones a este instrumento, que no sería de aplicación opcional desde el
momento que el Reglamento Nacional determina que es en el mismo donde se
especifican los contenidos de la formación para la etapa de Perfeccionamiento y
Servicio. De hecho, en el caso de realizar una revisión para la renovación o
actualización del documento, creo que sería el punto más sensible: el uso que se está
haciendo actualmente; si la mayoría de los Soles no lo conoce, no lo utiliza para
programar la formación de la comunidad, ¿desde dónde podrán opinar sobre lo que
se debe cambiar? Y si toman contacto solo para poder hacer ese aporte a la reforma
o actualización, ¿sería una opinión válida? puesto que carece de la parte práctica y
experiencial. Entonces, creo que antes de hablar de una renovación o actualización
del Plan de Formación, que considero necesaria pero no urgente, sería prioritario
revisar la valorización del mismo al interno del Movimiento en cuanto al
conocimiento, el uso y, sólo entonces, la evaluación y pertinencia del itinerario.

Por otra parte, la pregunta aún más amplia que surge al final de este trabajo
se refiere a la formación en si, más allá del documento del Plan: ¿cuál es en realidad
el interés de los Soles por su propia formación? que en el fondo se trata de pensar si
el empeño de animación que llevan adelante los Soles no estaría produciendo un
desequilibrio del carácter propio de la etapa, resultando que sobreabunde el servicio

136
por sobre el perfeccionamiento. Y si esto es así, seguramente una mirada más atenta
al planteo general del Plan Nacional podría ayudar a resolver esta cuestión, ya que
de la propuesta formativa no se podría desprender este desequilibrio.

3.2 ¿Cómo encarar una posible revisión y/o renovación?


Partiendo del supuesto antes dicho sobre la necesidad pero no urgencia de
una revisión y actualización del Plan de Formación, creo necesario reforzar algunos
criterios que ya fueron expresados a lo largo del trabajo, empezando por el análisis
del documento. Ahí remarqué la novedad que había significado el proceso de
participación abierto a todos los Soles del país en el trabajo previo y lo importante
de su elaboración durante un Congreso Nacional, donde se garantizaba una
asistencia de al menos una o dos personas de cada batallón del país. Revisar y
renovar el PNFS hoy no puede hacerse sin tener en cuenta esa linea de trabajo;
cualquiera sea el mecanismo que se utilice, se debe garantizar que posibilite la
participación del mayor número posible de personas.

Sin embargo, un elemento que probablemente faltó o no fue del todo


explícito durante el proceso previo al Congreso de 1995 es el aporte de algunos
estudiosos y/o especialistas en materia pastoral, pedagógica, sociológica y sobre
todo teológica; es decir que unido al elemento de la participación amplia y masiva,
se debería tener en cuenta el aporte interdisciplinar de expertos que ayuden a
percibir posibles contradicciones, errores o carencias y, a su vez, aporten la voz
autorizada de las ciencias, para segur reforzando el principio según el cual la
pastoral necesita ser reflexionada seriamente y con fundamento teórico.

Un tercer criterio que me parece importante se refiere al fruto de la revisión y


actualización: debería buscarse por todos los medios elaborar un plan que se
caracterice por su simplicidad sin perder la profundidad, que utilice un lenguaje
accesible a todos los Soles sin perder calidad en la reflexión, que continúe
proponiendo un esquema deductivo en los principios pero inductivo en las

137
actividades, que no pierda unidad en la propuesta aún cuando seccione su contenido
con núcleos y áreas, para que sea fácil de comprender y de poner en práctica.

138
CONCLUSIÓN
“No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y
distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que
podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es
hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en
el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada
uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables
ante él por el amor» (Ef 1,4)”.1
Este texto del Santo Padre resume también para mi aquello que siento al
concluir este estudio del documento fundamental para la formación animadores
Exploradores, ya que no quise presentar una reflexión acabada sobre la formación,
sobre el exploradorismo o sobre la juventud argentina hoy; temas que exceden
ampliamente los objetivos que me propuse, pero que de alguna manera confluyen en
la reflexión realizada. Más bien “mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más
el llamado a la santidad”, que para los Soles de ayer, de hoy y los que vendrán,
significa asumir con responsabilidad y valentía el desafío de ser buenos hijos de
Dios, en la especificidad de un carisma, regalado por el Espíritu Santo a la Iglesia y
a la Humanidad a través de la espiritualidad salesiana, y que para tantos jóvenes se
concreta aún más en la pertenencia al Movimiento Exploradoril.

A lo largo del presente trabajo tuve la oportunidad de tomar contacto con un


trozo de la historia del carisma salesiano vivido en clave exploradoril en la
Argentina, de la cual han sido parte tantas personas y tiene aún mucho futuro por
delante; ese recorrido hecho me compromete con un llamado a continuar
profundizando las búsquedas iniciadas, ya que se ha revelado como un campo casi
inexplorado. He tenido oportunidad de resaltar en el desarrollo de los capítulos el
modo en que se presenta la urgencia de una reflexión sistemática acorde a los
1
FRANCISCO, Exhortación Apostólica Gaudete et exultate, 19 de marzo de 2018, Libreria Editrice Vaticana,
Ciudad del Vaticano 2018, 2.

139
tiempos que corren, donde la pastoral juvenil necesita reconocerse como un ámbito
de investigación, estudio y praxis, todo en una armoniosa unidad. No podemos
seguir probando fórmulas y avanzar sólo por la casualidad de algunos aciertos; los
jóvenes no merecen una acción de la Iglesia de ese tipo.

La juventud, que se presenta como la edad de la afinación de instancias


paradojales, necesita y nos reclama una atención que cuide una integralidad del
anuncio y una gradualidad de la propuesta; 2 el Plan de Formación estudiado se
revela como una herramienta válida para una atención de ese género
específicamente hacia los jóvenes exploradores, aún cuando necesite fortalecer su
fundamentación teórica para equilibrar los esfuerzos prácticos y darles el sostén de
la previsibilidad y la planificación.

El estudio hecho me ha permitido también empezar a abrir la puerta a


diversos temas de reflexión que en un futuro deberán ser afrontados para continuar
dotando a la propuesta exploradoril de un bagaje propio de fundamentos teológicos,
pedagógicos y de espiritualidad. En primer lugar una necesaria observación de
carácter científico de la propuesta formativa del entero ciclo exploradoril, que por
acompañar estadios de la vida de niños, adolescentes y jóvenes, requiere de una
constante adecuación a las realidades de los mismos. Yendo al encuentro de estas
situaciones es como el movimiento exploradoril podrá vivir su ser Iglesia en salida
hacia las periferias existenciales (cf. EG 46).

Otro aspecto que en mi trabajo sólo he mencionado al inicio y que requiere


una mayor profundización se refiere al carácter simbólico del lenguaje exploradoril,
para verificar de qué manera las expresiones concuerdan con un mensaje
evangelizador y dónde se necesita hacer algunos cambios de signos o de
significados. El tema del lenguaje requiere una atención especial para ayudar no
sólo a una mayor comprensión y cohesión al interno del movimiento, sino sobre

2
Cf. SALA, Pastorale Giovanile 1, 333.

140
todo para una verdadera interacción con otras realidades pastorales, eclesiales y
sociales con las que tantas veces no se dialoga por falta de un lenguaje común.

“El anuncio del Evangelio no puede prescindir de la cultura actual. Ésta


debe ser conocida, evaluada y en cierto sentido asumida por la Iglesia, con un
lenguaje comprendido por nuestros contemporáneos. Solamente así la fe
cristiana podrá aparecer como realidad pertinente y significativa de salvación.
Pero, esta misma fe deberá engendrar modelos culturales alternativos para la
sociedad actual. Los cristianos, con los talentos que han recibido, talentos
apropiados deberán ser creativos en sus campos de actuación: el mundo de la
cultura, de la política, de la opinión pública, del arte y de la ciencia”. (DA 480)
Por último, creo que una gran posibilidad de profundización y estudio todavía
no del todo resuelta, se presenta en el tema de la relación, si existe, entre la
propuesta educativo-pastoral en general de los Exploradores Argentinos de Don
Bosco, incluido el Plan Nacional de Formación de Soles, y las orientaciones de la
Congregación Salesiana a partir del nuevo Cuadro de Referencia de la Pastoral
Juvenil, teniendo en cuenta que el mismo es un instrumento ofrecido por el
Dicasterio para la Pastoral Juvenil con el propósito de iluminar y orientar el camino
pastoral de cada CEP inspectorial y local; para guiar la acción pastoral de todos los
equipos empeñados en la animación de la Pastoral Juvenil; para contribuir a la
formación de todos los que son responsables de la misión salesiana (consagrados y
laicos, educadores y educadoras).3

Concluyo agradeciendo a Dios todo lo que su inmensa misericordia me


permitió crecer a partir de este estudio y todo el bien que su Providencia infinita
actuará sirviéndose de mi pobre esfuerzo.

3
Cf. DICASTERIO PARA LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA, Cuadro de referencia, 9.

141
142
BIBLIOGRAFÍA
FUENTE
EXPLORADORES ARGENTINOS DE DON BOSCO, Plan Nacional de Formación de
Soles, Buenos Aires 1995

DOCUMENTOS EXPLORADORILES
ELLERO José, Apuntes para una historia de los Exploradores, ISMNet, Buenos
Aires 2002
EXPLORADORES ARGENTINOS DE DON BOSCO, Reglamento Nacional, Buenos Aires
2010
EXPLORADORES ARGENTINOS DE DON BOSCO – CONSEJO EJECUTIVO NACIONAL,
Colección Al Sol CAS 4: Reflexión y plamnifiación pastoral, Buenos Aires
1990
———, Colección Al Sol CAS 9: Plan de Formación de Soles, Buenos Aires 1991
———, Colección Al Sol CAS 11: Líneas operativas para los Exploradores Adultos,
Buenos Aires 1992
———, Colección Al Sol CAS 12: ¿Hoy somos significativos los Exploradores de
Don Bosco?, Buenos Aires 1992
———, Colección Al Sol CAS 13: Cómo planificar. Metodología de la planificación
pastoral, Buenos Aires 1992
———, Colección Al Sol CAS 18:Orientaciones nacionales para Soles en Misión,
Buenos Aires 1992
———, Colección Al Sol CAS 20: Los Soles y su camino de fe – Aplicación del
CG23 a los Exploradores, Buenos Aires 1994
———, Colección Al Sol CAS 21: Los procesos de educación en la fe de los
jóvenes, Buenos Aires 1994
———, Colección Al Sol CAS 23: Plan nacional de Encuentros Formativos,
Buenos Aires 1995
———, Colección Al Sol CAS 27: Encuentros formativos para Jefes de Patrulla,
Buenos Aires 1995

143
MOVIMIENTO ARGENTINO DE EXPLORADORES, Cómo educar… el tiempo libre. V°
Libro, Buenos Aires 1984
MOVIMIENTO EXPLORADORIL SALESIANO, Principios Doctrinales, Buenos Aires
2011

DOCUMENTOS DEL MAGISTERIO


Catecismo de la Iglesia Católica promulgado por Juan Pablo II el 11 de octubre de
1992, Libreria Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 1992
CONCILIO VATICANO II, Constitución Dogmática Dei Verbum, 18 de noviembre de
1965, en AAS 58 (1966) 817–835
———, Constitución dogmática Lumen Gentium, 21 de noviembre de 1964, en
AAS 57 (1965) 5–71
———, Constitución pastoral Gaudium et Spes, 7 de diciembre de 1965, en AAS
58 (1966) 1025–1120
———, Constitución Sacrosanctum Concilium, 4 de diciembre de 1964, en AAS 57
(1965) 97-134
———, Decreto Ad Gentes, 7 de diciembre de 1965, en AAS 58 (1966) 947-990
———, Decreto Apostolicam Actuositatem, 18 de noviembre de 1965, en AAS 58
(1966) 837–864
CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Educación y proyecto de vida, CEA Oficina
del Libro, Buenos Aires 1985
CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, Los procesos de educación en la fe de los
jóvenes, CELAM, Bogotá 1993
CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO - SECCIÓN DE JUVENTUD, Civilización del
Amor. Proyecto y Misión. Orientaciones para una Pastoral Juvenil
Latinoamericana, CELAM, Bogotá 20132
CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE,
Documento de Aparecida, CELAM, 2007
———, Documentos finales de Medellín, CELAM, 1968
———, Documento de Puebla, CELAM, 1979
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148
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN..................................................................................................................1
UNA NECESARIA PRESENTACIÓN.................................................................................5
SIGLAS y ABREVIATURAS...............................................................................................9
CAPÍTULO 1: EL PNFS HABLA DE SÍ MISMO Y POR SÍ MISMO..............................11
1 Análisis crítico del Texto............................................................................................12
1.1 El Texto...............................................................................................................12
1.1.1 Formato.......................................................................................................12
1.1.2 Generalidades y particularidades de la estructura.......................................12
1.2 Historia del texto.................................................................................................16
1.2.1 El proceso de preparación...........................................................................16
1.2.2 El Congreso Nacional de 1995....................................................................21
1.2.3 La puesta en marcha....................................................................................23
1.3 Metodología de elaboración................................................................................25
1.3.1 Motivaciones...............................................................................................25
1.3.2 Procesos y personas.....................................................................................26
2 Análisis crítico de los Contenidos..............................................................................28
2.1 Los temas y su selección.....................................................................................28
2.2 Los Objetivos......................................................................................................30
2.3 La estructura........................................................................................................31
2.3.1 La coherencia interna..................................................................................33
2.3.2 El índice......................................................................................................34
2.3.3 Los anexos...................................................................................................35
2.4 El lenguaje exploradoril......................................................................................37
2.4.1 Características.............................................................................................37
2.4.2 Historia........................................................................................................39
2.4.3 Simbología..................................................................................................40
2.4.4 Contrastes....................................................................................................42
2.5 Los destinatarios del Plan...................................................................................43
3 Interrogantes emergentes............................................................................................44
3.1 Los procesos y la participación de los interesados.............................................45
3.2 Las fuentes para una reflexión sobre la pastoral.................................................46
3.3 La cosmovisión presente en el PNFS: presupuestos antropológicos,
eclesiológicos, pedagógicos y sociológicos................................................................48
3.4 El horizonte vocacional en la formación exploradoril........................................49
CAPÍTULO 2: HACIA UN DIÁLOGO INTERDISCIPLINAR Y CRITERIOLÓGICO. .51
1 Ser un joven laico.......................................................................................................52

149
1.1 En la escuela de la Palabra..................................................................................52
1.2 A la luz del Concilio Vaticano II........................................................................54
1.2.1 La eclesiología de comunión.......................................................................54
1.2.2 Una teología del laicado..............................................................................56
1.2.3 El mandato misionero.................................................................................60
1.3 La enseñanza de los Papas..................................................................................63
1.3.1 Evangelii Nuntiandi....................................................................................64
1.3.2 Christifideles Laici......................................................................................65
1.4 La reflexión sobre el laicado juvenil en Latinoamerica......................................68
1.4.1 Medellín......................................................................................................68
1.4.2 Puebla..........................................................................................................70
1.4.3 Santo Domingo............................................................................................73
2 Vivir el Estilo Salesiano.............................................................................................75
2.1 Educar a los jóvenes en la fe...............................................................................76
2.2 La EJS y el exploradorismo................................................................................80
2.2.1 Una espiritualidad salesiana........................................................................80
2.2.2 Una espiritualidad juvenil...........................................................................82
2.2.3 Una espiritualidad educativa.......................................................................84
2.3 La pedagogía salesiana y el exploradorismo......................................................85
2.3.1 La Comunidad: medio indispensable..........................................................86
2.3.2 Joven por joven: el estilo de la animación..................................................87
2.3.3 Acompañados por adultos significativos.....................................................88
3 La construcción de la civilización del amor...............................................................89
3.1 ¡Siempre Listo! = Buen cristiano y honrado ciudadano.....................................90
3.1.1 Principios Doctrinales.................................................................................91
3.1.2 Reglamento Nacional..................................................................................93
3.2 La opción preferencial por los jóvenes más pobres............................................93
3.2.1 La pobreza en la juventud argentina...........................................................94
3.3 La dimensión vocacional de la propuesta salesiana............................................95
3.3.1 La vocación humana....................................................................................96
3.3.2 La vocación cristiana...................................................................................97
3.3.3 La vocación exploradoril.............................................................................99
CAPÍTULO 3: UNA RE LECTURA ACTIVA DE LA REALIDAD...............................103
1 Pinceladas sobre la condición juvenil.......................................................................103
1.1 ¿Quiénes son jóvenes hoy en Argentina?.........................................................103
1.2 Jóvenes errantes................................................................................................104
1.3 Apostolado, compromiso social y político........................................................106
2 Respondiendo a los desafíos.....................................................................................109
2.1 La participación y la corresponsabilidad..........................................................109
2.2 La memoria histórica y la reflexión pastoral....................................................113

150
2.3 La verdad sobre Dios, el hombre y el mundo...................................................116
2.3.1 La cuestión antropológica: el principio de la Encarnación.......................117
2.3.2 Una espiritualidad de la pertenencia eclesial............................................119
2.3.3 Educación-Evangelización integral...........................................................125
2.4 La clave vocacional en la formación de los Soles............................................129
2.4.1 Hacia la reafirmación de la Promesa.........................................................129
2.4.2 Proceso, proyecto, vocación......................................................................130
2.4.3 Riesgos a superar.......................................................................................132
2.4.4 Acompañar la vida, humus de vocación....................................................133
3 Consideraciones finales............................................................................................136
3.1 El Plan Nacional ¿es todavía un instrumento válido?.......................................136
3.2 ¿Cómo encarar una posible revisión y/o renovación?......................................137
CONCLUSIÓN..................................................................................................................139
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................143
ÍNDICE GENERAL...........................................................................................................149

151

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