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LAS MISIONES MILITARES EXTRANJERAS EN EL SALVADOR; SU HISTORIA.

Cnel. Adalberto Ernesto García Rivera.


Jefe del Centro de Historia Militar
Fuerza Armada de El Salvador.

Muy buenos días,


Es para mí un gran honor dirigirme a tan selecto auditorio, agradezco al Sr.
Presidente de la Academia Salvadoreña de la Historia, Lic. Pedro
Escalante Arce, por su invitación para compartir con ustedes el tema; “Las
Misiones Militares Extranjeras en El Salvador”, temática que espero sea
de sumo interés para ustedes.

Hablar de Misiones Militares Extranjeras en nuestro país implica no sólo


hablar de militares, para obtener un plano completo de la temática,
debemos considerar otros campos del conocimiento como la economía,
ingeniería, administración, medicina, educación, etc. Conocimientos que
ha sido necesario profundizar con el aporte de ciudadanos ilustres de
países amigos que nos han honrado con su estadía y en algunos casos
han hecho de nuestro país su patria.

La Fuerza Armada de El Salvador desde sus inicios en el Siglo XIX ha


recibido un valioso aporte de militares de otras naciones, tanto de
Europa como de América. La Institución armada se ha desarrollado
recibiendo la estimulante aportación profesional de oficiales profesionales
de países amigos. La asesoría abarca los campos de la docencia, el
adiestramiento y en algunos casos la conducción de acciones militares.
Sin embargo, estos aportes en la doctrina militar van a ser adecuadas a las
necesidades y características propias, lo cual es una realidad en nuestro
país.

Iniciaré mencionando la influencia francesa en nuestro ejército. En


los primeros años de existencia de la “Legión de la Libertad del Estado de
El Salvador”, se tuvo la participación de oficiales franceses como; Nicolás
Raoul e Isidoro Saget, quienes colaboran en la organización de fuerzas
militares al lado del General Manuel José Arce y posteriormente del
General Francisco Morazán, especialmente en el desarrollo de las guerras
de la Federación Centroamericana.

De igual forma se encuentran datos de dichas misiones en la Obra


“Historia Militar de El Salvador” del Coronel Gregorio Bustamante Maceo,
quien menciona que durante el gobierno de Don Juan Vicente Villacorta
(1824-1826), llegan al país dos oficiales franceses del ejército de
Napoleón, y hace referencia a Nicolás Raoul e Isidoro Saget. A quienes se
contratan para realizar la tarea de “ORGANIZAR LAS MILICIAS E
INSTRUCCIÓN DE OFICIALES”. Los primeros oficiales a quienes se
instruye son; Don Rafael Osorio, Horacio Parker, Santiago González,
Eusebio Bracamonte, Mariano Hernández, Pedro Escalón, Santiago Nuila,
Ignacio Zepeda y otros más.

Posteriormente, los oficiales franceses se van a ver involucrados en las


guerras internas de los países centroamericanos; a mediados de marzo de
1827, cuando las fuerzas militares salvadoreñas atacan Guatemala bajo el
mando del Coronel español Ruperto Trigueros, éste era asesorado por los
franceses Raoul y Saget. Raoul se le reconoce haber elaborado el plan
para el ataque a Guatemala y a Saget se le reconoce el haber organizado
y fundado la artillería en El Salvador.

Es de reconocer que, si bien sólo se menciona a oficiales franceses,


probablemente sobre el territorio centroamericano hubo más europeos que
ofrecieron sus servicios a los incipientes ejércitos, en momentos en que se
encontraban en guerras fratricidas entre naciones hermanas. Durante esta
época también van a llegar oficiales suramericanos como Rafael y
Guillermo Merino, militares colombianos que contribuyeron a organizar de
mejor forma a las fuerzas salvadoreñas.

Al Capitán General Gerardo Barrios, se le reconoce haber realizado


enormes cambios en la institución armada, a tal grado de
considerársele el haber dado al ejército salvadoreño su
profesionalismo. Es importante resaltar la admiración que Gerardo
Barrios tenía en el ejército francés y no sólo por la sangre que corría por
sus venas, sino por las victorias de dicho ejército en las Campañas
Napoleónicas.

Antes del gobierno del Sr. Capitán General Gerardo Barrios, se registra la
compra a Inglaterra de Ocho (8) cañones de artillería con un sin número de
proyectiles, dos mil uniformes (2,000.00). Adquisición que demuestra el
interés de los gobernantes en turno en mejorar la capacidad de sus
ejércitos para cumplir con su Misión Constitucional.

Para el año de 1860, el Gobierno salvadoreño contrata los servicios del Sr.
General José María Melo, ex –Presidente de Colombia, a quien se le va a
dar la misión de organizar el ejército y las milicias, a él se le debe, la
organización de la primera escuela para oficiales llamada “Colegio Militar”.
El apoyo a dicho general va ser tal, que el Capitán General Gerardo
Barrios le acepta sus recomendaciones en beneficio del ejército; Según
nos narra en su libro “Recuerdos” el Doctor Fernando Mejía Osorio;
“Recuerdo que yo acompañaba a caballo, una tarde, al General
Barrios y llegó él a unos ranchos que se habían levantado
provisionalmente. Cuando el general Melo informó al general Barrios,
en pocas palabras, del estado de adelanto en que se encontraba el
ejército y de lo que aún faltaba, que exigía gastos, como el equipo de
los soldados acuartelados, que no tenían uniforme militar,
confundidos como mozos de labranza (descalzos), comiendo tortilla
con frijoles, sin orden ni aseo, acurrucados, sucios, en pleitos y
averiguaciones irrespetuosas e inmorales. Sobre todo, dijo: ni los
soldados, clases y oficiales saben sus obligaciones, ni conocen el
manejo de las armas. El general Barrios alentó al general Melo para
hacerlo todo. A mi presencia se ordenó la hechura de camillas,
bancas, mesas, vestuario y reglamento con la obligación del baño
higiénico y de limpieza. Que si había necesidad de calzarlos y de
ponerles corbatín, como soldados europeos, que se hiciera. Y así se
hizo”.

Años más tarde vamos a ver un nuevo impulso por mejorar al ejército
salvadoreño por parte del Sr. Capitán General Gerardo Barrios, haciendo
llegar a nuestro país una Misión francesa en el año de 1862, siendo sus
integrantes; Héctor Gallinier y Biscouvi, instructor de infantería, Vassel y
Ollefen, instructor de artillería, Luquetti y Bigot, instructor de caballería, así
como también hizo llegar al país profesores civiles para que impartieran
otras enseñanzas en los cuerpos armados1. Gallinier organizó el Escalafón
Militar por riguroso ascenso, el cual incluía años de servicio y exámenes
para poder optar al grado inmediato superior.

Al general Gerardo Barrios se le va a reconocer además por haber


cambiado el armamento del ejército salvadoreño, el cual en su
mayoría era español de la época de FERNANDO VII, por las modernas
armas traídas desde Francia.

La llegada a nuestro país de oficiales europeos va a ser una constante, es


así que durante la administración del Presidente Dr. Francisco
Dueñas, se inaugura la Primera Escuela Politécnica-primera de su
clase en Centroamérica y recordada como la primera Escuela Militar
de El Salvador en julio de 1868. Organizada por una misión española
contratada especialmente para esos efectos, nombrando como Director al
Sr. General español Luis Pérez Gómez, quien se hizo acompañar en tan
delicada misión de un grupo selecto de oficiales españoles.

De este centro egresaron los generales Valentín Amaya, Benjamín Molina


Girola, Carlos Ezeta, Horacio Villavicencio, Indalecio Miranda, Felipe
Barrientos, Nicanor Fonseca, Potenciano Escalón, Doroteo Funes, Carlos
Zepeda, José Antonio Chica, Casimiro Escobar, Carlos Tiberio Avilés, y los
artilleros Próspero Aguilar y Benito Carranza, estos dos últimos
considerados como los mejores artilleros del Ejército Salvadoreño de esa
época.

Años después, una segunda Misión francesa va llegar a El Salvador,


durante la administración presidencial del Dr. Rafael Zaldívar (1876-1885).

1Gregorio Bustamante Maceo. HISTORIA MILITAR DE EL SALVADOR. 2ª. Edición. Imprenta Nacional.
San Salvador. 1951. Pág. 16 ...
Los oficiales franceses van hacer; Conde Fernando Montesus Vallore,
quien era oficial de artillería, Alberto Touflet y el señor Sherving. A quienes
se nombran como instructores del ejército. Alberto Touflet y el señor
Sherving mueren heroicamente en la Plaza de Chalchuapa del 2 de Abril
de 1885, luchando al lado de los soldados salvadoreños en contra de las
tropas guatemaltecas al Mando del General Justo Rufino Barrios, quien
muere en dicha batalla.

El siglo XIX, va a ser fundamental para la organización y fortalecimiento de


los ejércitos centroamericanos, ya que las luchas internas entre los países
se convierten en una norma. De nuevo surge la necesidad de contar
con un ejército mejor entrenado y capacitado, ello conduce a que
durante la Presidencia del General Carlos Ezeta (1890-1894), se
contratara una MISIÓN ALEMANA, la cual estuvo integrada por los
oficiales de artillería Runke, Isbenetk y Piske. Quienes como los otros
europeos se dedicaron al adiestramiento del ejército salvadoreño.

Los oficiales franceses se van a ganar el aprecio del gobierno y pueblo


salvadoreño, al hacer de El Salvador su patria. Su estela de sabiduría va
hacer llegar durante la presidencia del General Rafael Antonio Gutiérrez en
el año de 1894, una tercera misión francesa, la cual estuvo integrada por
el Capitán Emilio Walkiers y los Tenientes Luciano Hontinet y Julio Bias.

El interés de mejorar las condiciones del ejército salvadoreño, hacen


que el Presidente General Rafael Antonio Gutiérrez, haga gestiones
ante el Reino de España para que envíe una misión de oficiales
españoles para adiestrar al ejército salvadoreño. Efectivamente meses
después llegan a nuestro país los oficiales; Ely Sánchez Valdés y dos
oficiales más.
En el cambio de siglo, la región centroamericana va a continuar siendo de
inestabilidad, las relaciones de El Salvador y Guatemala, continuaban
deterioradas: De hecho, entre 1903 y 1906, se dieron violentos
enfrentamientos entre las fuerzas de ambos países. Los esfuerzos
internacionales por hacer una región de paz y comercio, no se hicieron
esperar los EE.UU. intermedio en la situación centroamericana.

A principios del Siglo XX, de nuevo va ser evidente la necesidad de


profesionalizar aún más a los miembros de la Fuerza Armada. De ahí la
preocupación del General Tomás Regalado por mejorar a su ejército.
Como se ha visto anteriormente, las misiones militares extranjeras en su
mayoría provenían de Europa, y los resultados eran evidentes, pero la
situación internacional ya a inicios del Siglo XX era muy más complicada,
por el hecho que los EE.UU. estaba ejerciendo una mayor influencia en
América Latina, Centroamérica no era la excepción. Europa estaba
viviendo cambios muy drásticos y era más difícil el acercamiento a la
región, por tal motivo el General Regalado ve hacia el sur y conoce sobre
el ejército chileno y sus antecedentes sobre la estructura, organización y
reglamentación del Ejército chileno, además del proceso de
profesionalización dirigido por los instructores alemanes que había
producido en dicho ejército. De ahí su solicitud al gobierno chileno, el 22
de mayo de 1899; a lo cual el gobierno chileno responde, en vista del
entusiasmo demostrado por el Gobierno de El Salvador.

Un dato muy interesante a este conocimiento del gobierno salvadoreño


sobre Chile, fue el contrato del Teniente Coronel chileno Samuel Mc Gill,
en el año de1900, a quien se le había asignado la Subdirección de la
Escuela Politécnica. Mc. Gill fue el gestor de la petición oficial de
instructores chilenos que el gobierno salvadoreño realizó al gobierno de
Chile2.

La primera misión militar de Chile llegó a El Salvador en junio de


1902, compuesta por el Capitán Juan Pablo Bennett Argandoña y el
Teniente Julio Salinas Alarcón, designados más tarde Director y
Subdirector de la Escuela Politécnica, respectivamente, además de ser los
organizadores de las academias de oficiales de artillería e infantería. A
mediados del año siguiente, se les agregó el Teniente Francisco Lagreze
Frick y, por una petición del gobierno salvadoreño, la misión incorpora
otros oficiales: el Teniente Armando Llanos y el Teniente Carlos Ibáñez del
Campo, quien fuera años después Presidente de la República de Chile.
Todos llegaron hacia octubre de 1903. Llanos permaneció en El Salvador
hasta 1912 e Ibáñez hasta 1908.

La misión chilena fue tratada con grandes honores y respeto de la


comunidad salvadoreña. Muchos de ellos, de hecho, contrajeron
matrimonio con damas de la sociedad salvadoreña.

La influencia de los chilenos en la estructura militar de El Salvador es


algo que marcó profundamente al orden castrense del país. A los oficiales
de la misión se deben, por ejemplo, la creación de la cartilla de uso para
fusiles Remington, una de las armas más usadas en la Guerra del
Pacífico, impresa para empleo en los cuerpos de tropa. También fueron
los autores de la iniciativa que, en septiembre de 1902, creó la
Sección de Inspección del Ministerio de Guerra,
que permitió supervisar por esta secretaría de Estado

2Samuel McGill, Poliantea. Memorias del Coronel McGill. Ediciones de la Presidencia de la República,
Caracas, 1985, p.18.
las actividades del Ejército y sus distintos cuarteles en el país. También fue
crédito de Bennett y Salinas la creación de los reglamentos tácticos de
artillería, de infantería y de tiro para infantería. El primero publicó
también el "Estudio de las Armas", libro de partida de los estudiantes
militares salvadoreños, mientras que el segundo publicó su "Manual del
Soldado Salvadoreño", repartido por orden gubernamental entre todo el
Ejército de El Salvador. Lagreze redactó también un "Reglamento de Tiro",
mientras que Llanos e Ibáñez publicaron el "Reglamento de Caballería",
que se adoptó oficialmente en el Ejército en el año de1904.

Resultaría interminable comentar cada uno de los aportes de la misión


chilena en El Salvador: instrucción de las milicias, inspección de los
departamentos, unificación de las instrucciones, cursos múltiples de
tácticas y estrategias, el reglamento de los servicios de campañas, etc.
También introdujeron los uniformes característicos de la Escuela Militar de
Chile entre los cadetes de la Escuela Politécnica de El Salvador.

Debemos subrayar que a diferencia de las otras misiones extranjeras, las


misiones chilenas, se establecieron contratos legales entre los gobiernos
entre ambos países y no en forma individual entre los oficiales y el
gobierno3.

Durante la administración presidencial del Dr. Manuel Enrique Araujo


de 1911 a 1913, se hizo llegar a nuestro país una nueva misión
española, la cual tendría la responsabilidad de organizar y dirigir el cuerpo
que se encargaría de velar por la seguridad del pueblo salvadoreño en el
área rural, conocido como “Guardia Nacional”,

3Roberto Aramcibia Clavel, La influencia del Ejército Chileno en América Latina 1900-1950, Imprenta
Salesianos S.A., 2002, p.292.
con organización y funciones similares a la Guardia Civil Española, la cual
es fundada el 13 de enero de 1912; la misión estuvo representada por el
Capitán Alfonso Martín Garrido y el Sr. Antonio Sánz Agero, quien llega al
país el 29 de diciembre de 1912, y se le da la misión de “Organizar el
Estado Mayor Central de la Fuerza Armada”. Dicha gestión fue promovida
por el General José María Peralta Lagos, quien fungía como Ministro de
Guerra y Marina. Y además conocía del trabajo de la Guardia Civil
Española, ya que había sido graduado como Alférez en España y sabía las
bondades de ese cuerpo en el área rural.

Las misiones extranjeras en El Salvador, no sólo van a influir el


desarrollo del ejército, sino que también para la creación de la
Aviación Nacional.

El 2 de mayo de 1912, arribó a tierras salvadoreñas procedente de


Guatemala, el aviador francés Francois Durafour, en un avión
“Deperdussin” con motor “Gnome” de 50 caballos de fuerza. Tres días
después, efectuó una demostración de sus magníficas cualidades como
piloto aviador en el Campo de Marte, hoy parque Infantil.

A las exhibiciones de Durafour siguieron las de otros pilotos, que


despertaron el interés del pueblo cuzcatleco por la aviación. Julio Yúdice,
fue el primer salvadoreño en graduarse como piloto aviador y el
primer piloto con que contó El Salvador. Realizó sus estudios de
aviación en San Francisco, California, Estados Unidos de América. Fue un
hombre de méritos excepcionales. Era un magnífico diseñador de
aeroplanos, a tal grado que él mismo construyó su propio avión.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, muchos experimentados y
entusiastas pilotos, se esparcieron por todo el mundo, haciendo
exhibiciones de vuelo acrobático que eran del agrado de todos los
espectadores. Estas y muchas otras causas más, lograron despertar en las
generaciones de los años de 1913 a 1923, su interés por surcar los cielos.
Dando como resultado la llegada al país de famosos aviadores como Iván
Lamb el 15 de septiembre de 1921, en un avión “Bristol F-2H” propiedad
del gobierno hondureño y de Luis Venditti el 9 de febrero de 1922, en un
avión “Ansaldo SVA5”, este último maravilló al público salvadoreño con sus
vuelos sobre San Salvador el 26 de febrero de 1922.

A finales de octubre de 1921, llegó a San Salvador el piloto italiano


José Villa, con la idea de fundar una sociedad aeronáutica, la que a
inicios de 1922 pasó a llamarse “Sociedad Italo-Salvadoreña”. Esta
sociedad adquirió cuatro aeroplanos “SAML” y un “Aviatik”, los cuales
fueron traídos a nuestro país por el vapor “Cuba” en el puerto de Acajutla
el 31 de diciembre de 1922.

Otro suceso de gran trascendencia para la aviación nacional, fue el


efectuado por el entonces CAPITÁN HUMBERTO ABERLE el 16 de
diciembre de 1922, al establecer un “RÉCORD CENTROAMERICANO
DE VUELO A DISTANCIA” en un avión “Standard J-1” llamado “San
Salvador”, recorriendo una distancia de 500 kilómetros en seis horas de
vuelo aproximadamente, desde Tapachula, México, hasta aterrizar en los
campos de la finca Venecia. Razón por la cual el Gobierno salvadoreño le
otorgó la “Cruz del Mérito Militar” y a su vez, lo nombró Jefe de la Sección
de Aviación del Ministerio de Guerra, para que elaborara todos los
proyectos, planes y reglamentos para implementar la aviación en el país.
Otro personaje que contribuyó grandemente a la formación de la
aviación en El Salvador, fue el piloto italiano Enrico Massi, quien
había llegado a Honduras con el propósito de fundar una escuela de
aviación, proyecto que no pudo culminar por no tener el apoyo necesario
de las autoridades de ese país. Encontrándose en Tegucigalpa, Massi fue
invitado por las autoridades salvadoreñas para que realizara una serie de
vuelos acrobáticos sobre San Salvador en un avión “Caudron G.III”, como
parte de los festejos de la ascensión a la primera magistratura del doctor
Alfonso Quiñónez Molina. Quien puso su interés de incorporar el elemento
aéreo como parte integrante del Ejército. Finalmente, el 20 de marzo de
1923, la idea se materializó, cuando el Presidente de la República, doctor
Quiñónez Molina, a solo veinte días de haber asumido la presidencia,
decretó la creación de la “Flotilla Aérea Salvadoreña (FAS)” que,
posteriormente sería llamada “Fuerza Aérea Salvadoreña (FAS)”.

El entusiasmo de las autoridades por la aviación era tan grande que,


a pocos meses de haber creado la “Flotilla Aérea Salvadoreña”,
decretaron el primer “Reglamento para la Aviación Civil” de fecha 19
de mayo de 1923. A este reglamento siguió el del “Curso Militar de
Aviación” de fecha 27 de junio de 1923, y de acuerdo a este último
reglamento, de conformidad con el Art. 2º. , se nombró el 14 de julio de
1923 como director de dicho Curso al Jefe de la Sección de Aviación
anexa al Departamento General del Ministerio de Guerra, CAPITÁN
HUMBERTO ABERLE, hasta el 21 de abril de 1924.

Al quedar integrado el Primer Curso Militar de Aviación, se nombró como


instructor de vuelo al PILOTO ITALIANO ENRICO MASSI y como alumnos
a piloto a los señores Juan Ramón Munés y Ricardo Aberle,
éste último hijo del coronel Juan Aberle, creador de la letra de nuestro
Himno Nacional y hermano del capitán Humberto Aberle.

Continuando con la preparación del ejército salvadoreño, en el año de


1936, durante la administración presidencial del General Maximiliano
Hernández Martínez, se realiza cambios en la organización de la Fuerza
Armada, especialmente en su estructura orgánica y en la educación,
especialmente para oficiales.

Los Estados Mayores de las unidades militares, van a requerir contar con
personal capacitado para la delicada función directriz y técnica de la
Fuerza Armada. Esta necesidad da origen a la creación de los diversos
centros militares docentes, cimientos de nuestra Escuela de Comando y
Estado Mayor actual.

El Estado Mayor de la época, sintiendo el vacío de oficiales


especializados en dicha disciplina, funda en su seno el primer
CENTRO DE ESTUDIOS de esta naturaleza. En el mes de abril de
1936. Inicia sus labores el “Curso de Estado Mayor para oficiales”,
que funcionó en el mismo edificio del Estado Mayor de la época (Casa
Presidencial), siendo su Director el Jefe de dicho organismo, el Sr. General
Don Francisco Emilio Ponce. Teniendo en su cuerpo docente a militares
extranjeros como el Gral. Eberhard Bohnstedt de Alemania, quien va a
impartir la catedra del “Arte de la guerra”. Años después se le encomienda
la Dirección de la Academia Militar, anexa a la Escuela Militar.
En el año de 1939, se designa como nuevo Director al oficial chileno, Cnel.
Zorobabel Galeno C. quien va a dirigir tan importante centro de enseñanza
hasta el año de 1941.
Debido principalmente a la llegada a nuestro país de militares de los
Estados Unidos de América. Es así que en 1941, se nombra como nuevo
Director al Cnel. Robert L. Christian, quien a su vez entrega la dirección
dos años después en 1943 a su compatriota, Cnel. Rufus A. Byres. Este va
a ser el último año de vida de la Academia Militar, ya que fue clausurada
por motivos de fuerza mayor.

En 1946, siendo Director de la Escuela Militar el Cnel. John F. Schmelzer,


de EE.UU, funcionó un curso que se llamó Escuela de Extensión para
Capitanes. Siempre con el objetivo de preparar a los oficiales salvadoreños
en la función de Estado Mayor.

La preparación de los cuadros de oficiales en la especialidad de Estado


Mayor continúa siendo una prioridad para el Alto Mando de la Fuerza
Armada, en su interés por formar oficiales de Estado Mayor, que fueran
una ayuda efectiva para el mejor funcionamiento de la institución. Es así
que el Gobierno de la República de El Salvador, durante la administración
presidencial del Sr. Tcnel. Oscar Osorio, nuevamente solicita al gobierno
de la hermana República de Chile, el envío de una nueva misión militar,
con el fin de fundar y organizar una escuela destinada a la preparación de
los oficiales de Estado Mayor, a semejanza de la Academia de Guerra de
Chile.
La respuesta no se hizo esperar y el Gobierno de Chile accede al pedido
de El Salvador. Es así que arriba a nuestro país una delegación chilena,
compuesta por cinco distinguidos Oficiales, quienes de inmediato se
pusieron a trabajar. Siendo ellos;
I Primer Grupo de Profesores.
1. TCnel. Marcelo Martí(a)n Droguett, : Jefe de la Misión. 1951-1953
2. TCnel. Julio Campo Sepúlveda, :Subdirector 1951-1953
3. Tcnel. Héctor Martínez Amaro, :Jefe de Estudios 1951-1953
4. Capitán Alfredo Mahn Mackentun:Prof. de Artillería 1951-1953
5. Capitán Domingo Cereceda Quezada,:Prof. Táctica 1951-1953

Las tareas que se les asignaron a dicha misión iban desde la elaboración
de los reglamentos para la futura Escuela de Guerra, desempeñarse como
Profesores Militares, asesoría directa al Estado Mayor General del Ejército
y la realización de diversos estudios técnicos que se les solicitara.

Una vez elaborados los estudios respectivos para la creación de la


Escuela de Guerra, se presenta la propuesta y es así, como este CENTRO
DE ESTUDIOS toma vida legal por Decreto Ejecutivo No. 2, de fecha 6 de
Enero de 1951. El cual dice; Art.1º.- Crease un establecimiento de
cultura superior dependiente del Ministerio de Defensa, denominado
“Escuela de Guerra”. Hoy conocida como; Escuela de Comando y
Estado Mayor “Dr. Manuel Enrique Araujo”, la cual tiene por finalidad
principal la preparación del Alto Mando de la Fuerza Armada, de los
oficiales de Estado Mayor, del profesorado militar, y la divulgación de
los adelantos de la ciencia militar, dentro de la Institución Armada.

El 25 de junio de 1953, próxima a finalizar sus labores la misión chilena, el


Presidente Oscar Osorio manifestó oficialmente al embajador chileno en el
país, sobre la necesidad que la misión continuara, ya que ésta había
“abierto un surco promisorio en la mentalidad de la juventud militar y
ayudado a cimentar un concepto del honor que prestigia al Ejército
Salvadoreño”. Es así como el gobierno chileno envió una nueva misión de
oficiales. Integrada por;
II Segundo Grupo de Profesores.
1. Cnel. Raúl Labarca Carmona : 1954-1955. Director
2. Tcnel. Berty Walker Hisse : 1954-1955. Subdirector
3. Tcnel. Oscar Guzman Soriano.: 1954-1955.Jefe Estudios
4. Mayor Juan Foch Petit : 1954-1955
5. Mayor Alfonso Granada Ostolaza: 1954-1955

Los oficiales chilenos impartían clases en materias de su


especialidad, tales como; Táctica, Historia Militar, Filosofía Militar,
Organización y Personal, Servicio de Estado Mayor y Geografía
Militar, además de las excursiones tácticas, los juegos de guerra y los
viajes de estudio. De igual va llegar a nuestro país un tercer grupo de
oficiales chilenos;
III Tercer Grupo de Profesores.
1. Cnel. Oscar Villegas Reimers : 1956-1957. Director
2. Cnel. Aníbal Aray L’Houmound : 1956-1957. Subdirector
3. Tcnel. Eduardo Gillmor Stock : 1956-1957.Jefe de Estudios
4. Tcnel. René Cabrera Soto : 1956-1957.
5. Mayor Martín Urbina Herrera : 1956-1957.

Al finalizar el año de 1957, se retiró la Misión Militar Chilena, habiendo


dejado óptimos frutos de su labor en la Escuela de Comando, regresando
a su patria con la satisfacción de haber contribuido, una vez más al
engrandecimiento y superación de la Fuerza Armada de El Salvador.
A pesar que se retira la Misión Militar Chilena de nuestro país, las
relaciones Chileno-salvadoreñas, se van a mantener, por ello el
gobierno de Chile, designa en forma permanente un oficial chileno
para que se desempeñe como PROFESOR MILITAR INVITADO en la
Escuela de Comando y Estado Mayor “Manuel Enrique Araujo”. Lo
cual hasta nuestros días se encuentra un señor oficial chileno en dicha
escuela.

La ayuda militar de los Estados de Unidos de América (EE.UU) hacia los


países Centroamericanos, tiene sus orígenes a mediados del Siglo XX,
especialmente por las consecuencias de la II Guerra Mundial y el inicio de
la Guerra Fría, en la cual se van a dar Guerras, Revoluciones y Conflictos
Armados en el mundo, América Latina no estuvo excepta de dichos
eventos, este fue el panorama mundial de la época hasta la finalización de
la Guerra Fría, con la caída del Muro de Berlín en el año de 1989. En ese
marco los EE.UU. desarrolló su estrategia de contención para evitar la
expansión del comunismo por parte de la Ex- URSS, y así inicia en forma
acelerada la ayuda militar para aquellos países que se encontraban
inmersos en una guerra contra los movimientos insurgentes. Es de esta
manera que la ayuda militar norteamericana a nuestro país es restablecida
el 15 enero de 1881, ya que había sido suspendida en 1977.

No podemos dejar de mencionar que la ayuda militar y económica


norteamericana en la década de los años ochenta fue de mucha
importancia para el Gobierno de El Salvador. En este sentido se recibió
a 52 militares norteamericanos, en forma permanente para el Ejército,
Fuerza Aérea y Fuerza Naval.
Ello ayudaron en el equipamiento y adiestramiento de los miembros de la
Fuerza Armada. Tanto en territorio salvadoreño como en el exterior.

A la fecha aún se mantiene en El Salvador un reducido grupo de militares


norteamericanos que asisten en tareas de adiestramiento y asesoría para
el combate al narcotráfico, desarrollo de proyectos de construcción de
escuelas, unidades de salud, campañas médicas, apertura de carreteras,
atención para casos de desastres, todo ello en beneficio de la población
salvadoreña.

Los Acuerdos de Paz, firmados en Chapultepec, México de 1992,


ponen fin al conflicto armado interno entre el gobierno salvadoreño y
la ex- guerrilla del FMLN.

A partir del año 1993, comienza un nuevo proceso de modernización


de la Fuerza Armada, en el marco de la misión constitucional y los roles
fijados en los Acuerdos de Chapultepec. Para ello, se elaboran dos
documentos muy importantes al interior de la Fuerza Armada; uno va a ser
el documento directivo sobre la Defensa Nacional, el cual fija los objetivos
básicos y etapas a considerar durante el nuevo proceso de modernización,
y el segundo documento es el Plan “ARCE 2000”. El cual va dar las líneas
generales para la modernización de la Fuerza Armada.

Es el momento preciso para ver de nuevo al gobierno chileno, la


posibilidad de una nueva Misión Militar Chilena. El Gobierno de Chile ve
con beneplácito la solicitud y ordena al Ejército de Chile que envíe una
comisión de Oficiales de Estado Mayor a evaluar la solicitud de El
Salvador.
El 29 de Noviembre de 1994, se firma un acuerdo de asesoría entre el
Sr. Ministro de Defensa Nacional de El Salvador y el Comandante en
Jefe del Ejército de Chile. El acuerdo establecía como misión el asesorar
al Alto Mando Institucional y a las autoridades del Comando de Doctrina y
Educación Militar (CODEM), en el proceso de modernización de la Fuerza
Armada.

Las tareas generales y específicas a realizar serían las siguientes:


1. Analizar la organización general y el funcionamiento de la Fuerza
Armada.
2. Analizar el sistema educativo y doctrinario.
3. Estructuración y desarrollo del plan maestro del CODEM.
4. Estructuración y desarrollo del sistema educativo.
5. Revisión y actualización de la doctrina.
6. Desarrollo de un Curso Político Estratégico.
7. Asesoramiento para la creación del Centro de Entrenamiento Táctico
Computarizado.

Los integrantes de esta nueva misión serán los oficiales que a


continuación detallo:
1. Coronel Daniel Carrasco Leiva
2. Teniente Coronel Reinel Bocaz Rocha
3. Teniente Coronel Mauricio Pontillo Juan.

Finalmente el apoyo incondicional que el Gobierno y el Ejército de Chile,


ha dado al gobierno salvadoreño es invaluable, su asistencia a la Fuerza
Armada, es hasta nuestros días una realidad, al contar con Oficiales
Superiores que se desempeñan como Profesores Militares Invitados
en la Escuela de Comando y Estado Mayor “Dr. Manuel Enrique Araujo”.
De esta manera reitero las palabras que diera en su oportunidad el Sr. Ex
Ministro de Defensa Gral. División Humberto Corado Figueroa, al referirse
a la misión chilena; “se les debe considerar, con toda legitimidad, como
los organizadores y forjadores de la Fuerza Armada del siglo XX”.

De igual forma en el proceso de formación de oficiales de Estado Mayor se


contó con el apoyo de países como; Brasil, Venezuela, Argentina, Reino
de España y Chile.

MEXICO
1 Mayor Jaime Palacios Guerrero 1968

VENEZUELA
1 TCnel. Luis Rodríguez Erazo 1983

ARGENTINA
1 TCnel. Arturo Norberto Benavides 1996-97
2 Mayor José Luis Yofre 1998-00

BRASIL
1 TCnel. Raúl José de Abreaú Sturari 1995-96
2 TCnel. José Carlos Nader Mota 1996-97
3 TCnel. Humberto Batista Leal 1997-98
4 TCnel. Eduardo Da Silva 1998-00
5 TCnel. Mauricio Eduardo de Toledo 1999-01
6 TCnel. Eduardo Castanheira Garrido Alves 2000-02
7 TCnel. Ignacio Dorval Mello Lopes 2001-03
8 TCnel. Etivaldo Maia Monteiro Filho 2002-04
9 TCnel. Joao Chalella Junior 2003-05
10 TCnel. José Luiz Alves 2005-06
11 TCnel. Enio Martins Junior 2005-07
12 TCnel. Aires De Melo Jurema 2006-08
13 TCnel. Marcelo Goncalves Villela 2007-09
14 TCnel. José Roberto Medella Braga 2008-2010
15 Tcnel. Roberto Carlos Moreira Silva 2009-2011
16 Tcnel. Carlos Feitosa Rodrigues 2010-2012
17 Tcnel Paulo Fernando Curci Curti 2011-2013
18 Tcnel. Armando Machado de Sousa 2012-2013
19 Tcnel. Guilherme Stagi Hossman 2013

REINO DE ESPAÑA
1 TCnel. Jesús Martínez De Merlo 1999-01
2 Mayor Miguel Pareja Pérez 2001-03
3 TCnel. José Antonio Leiva Lovato 2004-07

Debemos consignar para la historia nacional que “La Legión de la


Libertad del Estado del Salvador” hoy Fuerza Armada, se ha forjado
desde sus albores, con firmes bases doctrinarias, educativas, legales
y virtudes de primer orden, con el apoyo de países como; FRANCIA,
ESPAÑA, ALEMANIA, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, CHILE,
BRASIL.

Quiero finalizar mi intervención, retomando, el editorial de un rotativo


capitalino al referirse a la Fuerza Armada como: “…ha quedado una vez
más en evidencia que la institución más capacitada, ordenada y
efectiva para atender momentos de crisis es la Fuerza Armada,
porque la naturaleza de su formación le da la disciplina y
responsabilidad para cumplir tareas que exigen respuesta
instantánea”4.

Hasta aquí llega mi modesta participación, esperando haber llenado las


expectativas generadas en torno a las Misiones Militares Extranjeras en
El Salvador.

MUCHAS GRACIAS.

4 “La Prensa Gráfica”, 20 de marzo de 2001.

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