de Venezuela y se constituye por cinco componentes: Ejército Bolivariano (EB), Armada Bolivariana
(AB), Aviación Militar Bolivariana (AMB), Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Milicia Bolivariana
(MB).
El Ejército Bolivariano, está conformado hoy por unos 210.000 efectivos (incluidos los conscriptos),
su función principal es la de planificar, ejecutar y controlar las operaciones militares terrestres en
coordinación con los restantes componentes de la fuerza Armada Nacional, en procura de la
Defensa integral de la Nación. Está organizado actualmente por seis Divisiones operativas, un
Comando de la Aviación del Ejército, un Cuerpo de Ingenieros, y los comandos de Logística y de Las
Escuelas, respectivamente. Es un Ejército moderno y disciplinado, con unidades acorazadas, de
infantería, de ingenieros y de artillería muy resolutivas, con una importante capacidad de
proyección, y recursos que le permiten desarrollar operaciones de tipo aeroterrestre de manera
eficaz para su dimensión.[cita requerida]
El origen más antiguo del Ejército organizado y profesionalizado que conocemos hoy, se remonta a
las Tropas españolas acantonadas en la otra Provincia de Venezuela, de finales del siglo XVIII.
Hasta 1786 política y militarmente, la Provincia de Venezuela dependió de Santo Domingo (hoy
República Dominicana) o de Santa Fe (hoy Colombia), pero a partir de ese año, el 13 de
septiembre se crea una Audiencia, por lo que las tropas españolas acantonas en dicha localidad,
pasan a un mando local. Pero también las demás provincias del país, pasaron al mando del Capitán
General de Caracas. Se crean de esta manera una serie de unidades autónomas. Anteriormente, y
desde 1732 que se crea la Comandancia Militar, se habían creado una serie de batallones, y había
unos piquetes de Infantería pertenecientes a regimientos afincados en España. Los primeros
piquetes de Caballería se forman en 1751, cuando arriban cuatro de España. Dos años después
(1753) se crean las primeras compañías de Artillería, y comienzan a ingresar a las filas criollos
blancos y pardos. Ese mismo año se crea el Batallón fijo de Caracas. Hasta la Creación de este
batallón, la defensa colonial se basada en pequeñas compañías de milicianos. Progresivamente, la
política racista y de supremacía blanca de la Corona Española, va cediendo y permite el ingreso a
las milicias, de morenos y negros. Fue bajo este crisol de unidades que se formaron la mayoría de
los cuadros de oficiales que luego desarrollarían y comandarían las Tropas Patriotas en la Guerra
de Emancipación, incluidos el generalísimo Francisco de Miranda, el Libertador Simón Bolívar, el
padre de Bolívar (que llegó a ser coronel de las Milicias de Aragua), los generales en jefe Santiago
Mariño, Rafael Urdaneta, entre muchos otros.[cita requerida]
Batalla de Carabobo.
Ya en los primeros años del siglo XIX, muchos de estos oficiales venezolanos, comenzaron a arribar
al país luego de participar en campañas militares en el exterior, en la Guerra de Independencia
estadounidense, en la Revolución Francesa; o bien luego de culminar sus estudios en Europa. Con
ellos arribaron también una serie de mercenarios de muy diversas nacionales: ingleses, escoceses,
irlandeses, franceses, alemanes, brasileños, polcaos, rusos, entre otros. Se puede decir que las
primeras dos décadas del siglo XIX, el naciente Ejército Libertador, se van en medios de la
formación más intelectual que militar de sus cuadros, en las diversas intentonas de desatar la
guerra revolucionaria, y en tratar de estructurar un ejército moderno, en medio de esa tarea, es
sorprendido el generalísimo Francisco de Miranda, y aparece la figura militar del Libertador Simón
Bolívar, quien detiene la formación teórica eterna de dicho Ejército, y llama a la acción inmediata.
Bolívar sorprende a sus colegas militares contemporáneos, cuando rechaza parcialmente, los
postulados militares napoleónicos, y adopta conductas y costumbres militares más bien inglesas, e
incluso solicita a través de terceros, la ayuda de la Corona Británica. Y no se equivocó: el siglo XIX,
a la larga, es dominado por las influencias militares británicas y prusianas. Ya en batalla, Bolívar
comienza a desarrollar sus propias tácticas, estrategias y costumbres militares, cuyo legado nos
llega hasta el día de hoy.[cita requerida]
Contrario a lo que se ha escrito, la segunda mitad del siglo XIX, el Ejército regular jamás se
desactivó, y si bien su desarrollo fue obstinadamente lento, no se detuvo nunca, prueba de ello es
que se mantuvo durante ese tiempo una escuela de oficiales (la Academia Militar de Matemáticas,
que por decir algo se adelantó en décadas a la política de unificación de armas y servicios de la
Academia Militar española, de hecho esta es posterior a la venezolana), una Tropa permanente, se
crean nuevas armas y servicios, incluido el Cuerpo de Zapadores. Esta etapa del Ejército
venezolano, esta signada por luchas intestinas y un dominio importante de las milicias locales, sin
formación profesional. La poca ayuda externa en materia militar en esta etapa, se limitó a los
ingleses. Las figuras militares (políticamente hubo otras figuras) del Ejército más importantes de
esta etapa son el mariscal Juan Crisóstomo Falcón, el general en jefe Cipriano Castro, el general de
brigada Ezequiel Zamora y Manuel Ezequiel Bruzual. [cita requerida]
Ya en la primera mitad del siglo XX, aparece la figura política del general en jefe Juan Vicente
Gómez, el cual inicialmente basado en los planes del general en jefe Cipriano Castro, comienza una
modernización profunda en el Ejército, pero no crea un Ejército nuevo como algunos historiadores
señalan. Esta modernización contó con la ayuda de instructores y consejeros chilenos, franceses,
italianos y alemanes. Curiosamente, la tardía influencia prusiana, no le llega al Ejército venezolano
de la mano de los alemanes, sino de la mano de los chilenos. En esta etapa las figuras militares y
políticas más relevantes (aparte del propio general Gómez), fueron el general en jefe Eleazar López
Contreras y el general de división Isaías Medina Angarita.[cita requerida]
La segunda mitad del siglo XX, nace igual de turbulenta para el Ejército, pero este se proyecta al
futuro como una fuerza moderna, si bien aún no cohesionada. Ya bajo el gobierno del general de
división Marcos Pérez Jiménez, aparece la influencia cultural, política y militar más preponderante
de toda la historia del Ejército: la influencia estadounidense. De manera celosa el Ejército
venezolano, a los largo de las posteriores décadas, mantuvo en su seno, una precaria pero
existente influencia francesa, a modo de equilibrio ante la avasallante influencia estadounidense.
Entre los años 1945 y 1952, se produce un importante programa de equipamiento militar casi
monopolizado por las compras a Estados Unidos (aunque otras fuerzas adquirieron material de
otras procedencias). Y nuevamente en los primeros años de la década de los años 70, aunque de
una manera más equilibrada por sus orígenes. La historia completa de esta etapa aún se está
escribiendo.[cita requerida]
El nuevo Ejército del siglo XXI, nace nuevamente bajo un escenario turbulento en lo interno y
externo de la nación. Pero en relativamente poco tiempo ha sufrido cambios importantes.13
La Armada venezolana, es concebida como una fuerza naval moderna, mediana, y con capacidad
oceánica. La misión fundamental de la Armada es la de ejecutar, dirigir y controlar las operaciones
navales, aeronavales, anfibias, fluviales, guardacostas y de apoyo a las actividades acuáticas a fin
de garantizar el cumplimiento de los planes de empleo.
En la primera mitad del siglo XX, inicia su andadura con un bloqueo naval impuesto por las
potencias europeas, bloqueo que lamentablemente, solo cesa cuando interviene Estados Unidos
para hacer valer la Doctrina Monroe (“América para los americanos”), mediante presencia naval
frente a nuestras costas. Sin embargo, ya en la década de los años 20, restituidas las relaciones
internacionales con las potencias europeas, se vuelve a recurrir a la ayuda de estos países,
concretamente a Italia e Inglaterra, que son los que monopolizan, hasta mediados de la década de
los años 40, todas las adquisiciones y ayudas técnicas y doctrinarias en la Armada venezolana. En
este periodo, ingresan los primeros buques blindados y artillados para la guerra desde su diseño
(pues los buques de las últimas décadas del siglo XIX, eran buques mercantes modificados para la
guerra). En 1909 comienza la producción nacional diques y astilleros nacionales, con la colocación
de la quilla de un guardacostas de vapor, que recibió el nombre de “29 de Enero”, el primero de
una serie de tres (los otros serían: el “Cristóbal Colón” y el “Ciudad Caracas”).
La segunda mitad del siglo XX, comienzan con un incremento considerable en el poder naval, con
la incorporación a partir de 1945, de siete corbetas de ex – canadienses y un buque de
desembarco ex – estadounidense, también se inicia la construcción de un mini submarino de
desarrollo nacional que nunca se concluye; y luego a principios de los años 50, se adquieren tres
destructores pesados británicos y seis destructores ligeros italianos, todos de nueva fabricación.
En los años se produce un notorio estancamiento en el desarrollo de la Armada venezolana y solo
se reciben algunos viejos buques de segunda mano estadounidense, pero entre ellos se recibe el
primer submarino de la Armada, el “Carite”. Ya en los 70 es que la Armada venezolana da un paso
importante en su modernización bajo el plan denominado: “Reafirmación Marítima”, el cual
estipulaba la creación del Escuadrón Aeronaval, la adquisición de unidades nuevas (submarinos,
fragatas, veleros, etc.), para reforzar la ya estructurada Escuadra Nacional. En los años 80 se
renueva y refuerza el sector de los buques anfibios, con la adquisición en Surcorea de cuatro
buques tipo LST, y en Estados Unidos dos buques tipo LCU. En los años 90 se produce un nuevo
estancamiento, y modernización y adquisiciones que se tenían que realizar en la época, motivado
al clima conflictivo que se vivía en el país, se dejan para después.
Ya en el siglo XXI, y pese a las deudas operativas acumuladas, la Armada venezolana ha ido
superando obstáculo tras obstáculo, hasta llegar a ser una de Armadas latinoamericanas con
mayor proyección a futuro.
Una alianza estratégica entre la Unidad Coordinadora de los Servicios de Carenado de la Armada
(Ucocar) y la empresa holandesa Damen, permitió la construcción del primer patrullero costero
realizado en el país con mano de obra totalmente venezolana. Éste es el ARBV Págalo PG-51, el
cual se bautizó y botó al agua por primera vez en un acto realizado en las instalaciones de Ucocar,
ubicadas en la Base Naval Agustín Armario de Puerto Cabello, estado Carabobo, el jueves 14 de
agosto de 2008.
La construcción de esta embarcación comenzó el 28 de junio de 2007, con el objetivo de cubrir la
necesidad de la Armada Bolivariana en la adquisición de unidades que contribuyan a aumentar la
capacidad de resguardo y control marítimo en nuestras costas.
El Págalo PG-51 es un buque de casco en V capaz de alcanzar hasta 27 nudos de velocidad con el
empleo de sus motores de 2.800 caballos de potencia. La embarcación está concebida para
albergar 11 tripulantes, pudiendo inclusive alojar personal masculino y femenino en camarotes
independientes.
Entre algunas de sus especificaciones técnicas se destacan sus motores diésel propulsores marca
Caterpillar, tanques de agua con capacidad total de 4.200 L, planta desalinizadora de 2.000 L de
agua por día, planta de tratamiento de aguas negras, radar de navegación de alta tecnología,
ecosonda, GPS, tanque de combustible de 12.000 L (Diésel), entre otras.
Está organizada como los demás componentes sobre la base de grandes componentes, a saber:
Comando de Operaciones Aéreas (integrados a este hay doce Grupos Aéreos, especie de
regimientos constituidos por los aviones de transporte, cazas y helicópteros de la Aviación Militar),
Comando de la Defensa Aérea, Comando de Infantería Aérea, Comando Logístico, y el Comando de
Personal. Su objetivo principal es el de resguardar el espacio aéreo de Venezuela, en coordinación
con los restantes componentes de la Fuerza Armada Nacional, y participar activamente en el
desarrollo integral de la nación.
La historia de la Aviación Militar venezolana se desarrolla a los largo del siglo XX. El 10 de
diciembre de 1920, un grupo de quince personalidades presidido por el Coronel David López
Enríquez y con la participación de asesores de la firma francesa Farman, encabezan al acto de
declarar instalada la Escuela de Aviación Militar de Venezuela. El Ejecutivo Nacional de entonces,
contrata a la que parecía ser la más importante potencia militar y aérea de la época de la primera
post-guerra; la República de Francia, recibiendo no sólo personal instructor y técnicos sino
también material aeronáutico. Aunque también se convoca los servicios de técnicos italianos y
pocos años después, a algunos instructores alemanes. El nuevo impulso que recibe la Aviación
militar es cuando se firma un convenio con el gobierno de Italia, y llega la Misión Aeronáutica
Italiana la cual permanece en el país entre los años 1938 y 1940, cuando debe retirase motivado al
inicio de la gran guerra. Esta Misión italiana, constituida por el teniente coronel Ivo de
Bittembeschi, como instructor de bombardeo y el mayor Oscar Molinari, como instructor de caza,
quienes dan un significativo impulso a estas dos especialidades dentro de la incipiente
tecnificación de la Aviación Militar venezolana. El 13 de enero de 1944, llega al país la primera
Misión Aeronáutica Estadounidense, con el objeto de realizar una evaluación del personal, equipos
e instalaciones, ya que el inventario aéreo había sufrido deterioro por falta de partes y repuestos a
consecuencia de la II Guerra Mundial. La influencia militar y cultural estadounidense dentro de la
Aviación Militar venezolana, y se mantiene casi hasta nuestros días.
El 22 de junio de 1946 es la fecha estelar de la Fuerza Aérea Venezolana, porque la Junta Militar
Revolucionaria de Gobierno, instaurada a raíz de los acontecimientos políticos del 18 de octubre
de 1945, emite el Decreto con rango de Ley Nº 349, mediante el cual se crean "Las Fuerzas Aéreas
Venezolanas", y se le da igual rango y categoría que a la que poseen el Ejército y la Armada dentro
de las Fuerzas Armadas Militares de la Nación. El día 10 de octubre de 1947, se promulga el
Resuelto Ministerial Nº 342 del Ejecutivo Nacional, firmado por el entonces Ministro de la
Defensa, teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, en el cual se reorganizan las recién creadas
"Fuerzas Aéreas Venezolanas", documento éste que constituye el acta de nacimiento de la
estructura aérea actual, porque específica detalladamente, el primer plan de organización para la
naciente institución. En los años 50 en paralelo a la influencia estadounidense, la Fuerza Aérea de
entonces firma una serie de convenios de cooperación técnica con el Reino Unido, y se adquieren
los primeros aviones de reacción de toda Latinoamérica (los Venom y Vampire).
Ya en los años 70, se producen toda una serie de cambios y modernizaciones en el seno de la
Fuerza Aérea venezolana. La Comandancia General de la Aviación, ubicó su sede en la Base Aérea
“Generalísimo Francisco de Miranda”, el día 5 de diciembre de 1970, ubicación que tiene en la
actualidad. Y se comienzan a adquirir una serie de sistemas aéreos, que le han permitido a la
Fuerza Aérea, hoy Aviación Militar Bolivariana de Venezuela, garantizar la seguridad de la nación
hasta nuestros días. Se adquiere el primer caza de vuelo supersónico (el F-5) de toda
Latinoamérica, se adquiere el primer caza de vuelo supersónico sostenido (el Mirage V) de toda
Latinoamérica casi en paralelo a Brasil, se adquiere el primer caza capaz de realizar maniobras
cerradas a 9G y mandos de gases de toda Latinoamérica (el F-16).
A partir del año 2007, el nuevo nombre de la Aviación Militar es, Aviación Militar Bolivariana. Su
Comandante General es el Mayor General Iván Hidalgo Terán.
Guardia Nacional Bolivariana (GNB)
Por ende, este componente cumple con la función de brindar seguridad y defender la soberanía
del territorio nacional venezolano, tanto internamente como a lo largo de sus fronteras,
trabajando conjuntamente con el Ejército, la Armada y la Aviación. Al mismo tiempo, participa en
operativos de seguridad interna en colaboración con los cuerpos policiales estatales y municipales
bajo la dirección del Ministerio del Poder Popular para la Defensa y el Ministerio del Poder Popular
del Interior y Justicia respectivamente. En consecuencia, en caso de disturbios o saqueos, actúa
para disuadir y controlar las protestas y otros desórdenes públicos. Sus funciones se encuentran
diseminadas en las especialidades que definen su accionar diario, estas son:
Primero
Resguardo Nacional.
Resguardo Minero.
Segundo
Guardería de Forestación.
Tercero
Servicio Anti-Drogas.
Servicio Anti-Terrorista.
Cuarto
Servicio de Seguridad.
Seguridad Penitenciaria.
Seguridad Vial.
El Comando General de la Milicia Nacional Bolivariana, está conformado por dos estratos: la
Reserva Nacional, constituida por todos los ciudadanos venezolanos que no estén en el servicio
militar activo (cuadros temporales de los otros componentes), o que hayan cumplido con el
servicio militar o que voluntariamente se incorporen a las unidades de la reserva; y la Guardia
Territorial, constituida por todos los ciudadanos venezolanos que voluntariamente se organicen
para cumplir funciones de resistencia local ante cualquier agresión externa. De momento el
Comando General de la Milicia Nacional, está organizado sobre la base de nueve (09)
Agrupamientos de Reserva, con presencia en todo el territorio nacional, y una docena de Cuerpos
Especiales de Resistencia (nucleados en torno a contingentes de trabajadores de empresas e
instituciones nacionales). Se estima que pueden llegar en los actuales momentos a unos 667.000
hombres y 120.000 mujeres aproximadamente, en diversos estatus o niveles de adiestramiento,
pero la meta fijada públicamente por sus autoridades es la de alcanzar a futuro el número de
1.100.000 combatientes reservistas.[cita requerida]
Es la figura más antigua de Defensa de la nación que se conoce, cuyo primer origen lo podemos
encontrar en los grupos de resistencia indígenas (básicamente de la civilización Caribe y sus
descendientes, que se ganaron la fama de ser valientes, astutos y temerarios) que a los largo de
los siglo XVI, XVII y XVIII, lucharon contra la dominación colonial española. De todas formas, el 13
de julio de 1797, dos milicianos, Manuel Gual y José María España, se rebelan contra España. La
conspiración de Gual y España contó con la participación de todas las clases de la sociedad
colonial; fue el primer movimiento que contó con raíces populares. Luego en la primera mitad del
siglo XIX, agrupaciones de campesinos se unieron a la causa libertadora, constituyéndose en
elementos auxiliares en los ejércitos libertadores formados por soldados y oficiales formados
académicamente. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, aparecen las Milicias, por lo general grupos
de montoneros que reunían los caudillos locales en las provincias, entrono así para su protección,
estas fueron reglamentadas mediante Leyes de Milicias. Pasaron 100 años aproximadamente, para
volver a recurrir a la figura de las Reservas, como fuerzas autónomas y auxiliares de los restantes
componentes. El Comandante General de la Milicia Nacional es el Mayor General (Ej) Carlos Leal
Tellería.13
La guerra es sin dudas el contexto más grave que convoca la actuación defensiva y ofensiva de
estas fuerzas, en tanto, a lo largo de la historia de la humanidad han sido ellas las que liberaron
territorios de enemigos externos, o de la violencia interna, poniéndose al servicio de la defensa de
los intereses del estado.
También es importante contar con una Armada o Prefectura en el caso de los límites naturales del
país, actuando en la función de control de fronteras evitando el ingreso de fugitivos de otros
países o bien el ingreso de armas o sustancias que puedan afectar a la salud de los ciudadanos
como también estar prohibidas por la ley.
Otra de las partes constitutivas es la puesta en funcionamiento de una policía nacional y sus
respectivas dependencias de aquellas regionales o provinciales, que se encargan de actuar como
auxiliares de justicia además de actuar en la prevención del delito, la lucha contra la criminalidad y
las cuestiones también inherentes al orden público.
Heroísmo militar unido a favor de la paz y la patria
Pero así como en lo legal se les atribuye un rol altruista y soberano, en la práctica, estas fuerzas,
muchas veces estuvieron al servicio de gobiernos autoritarios, o dirigidas por hombres crueles,
inescrupulosos, y ávidos de poderes conquistadores que las llevó en diversas partes del mundo a
protagonizar cruentas acciones que terminaron por opacar su misión a favor de la paz y la
seguridad interior.
Un estigma con basamento histórico y del cual a muchas Fuerzas Armadas aún les cuesta
despegarse aunque estén lejos de desarrollar ese accionar cruel y abusador.
Definición:
Sistema de alistamiento forzoso de hombres y mujeres en las fuerzas armadas, también conocido
como conscripción. Los conscriptos se distinguen de los voluntarios y de los profesionales, así
como también de los mercenarios que ofrecen sus servicios a cualquier gobierno tan sólo por la
paga. Los conscriptos también pueden ser llamados a filas en tiempo de paz con el propósito de
entrenarse para la guerra o bien para afrontar algún tipo de emergencia.
Propósitos:
Mantener los efectivos de las Fuerzas Armadas Nacionales que fije el Presidente de la República.
Contribuir a la capacitación de los venezolanos, a los fines de que una vez cumplido el servicio
militar, estén en mejores aptitudes de participar en el desarrollo socioeconómico de la Nación.
VENEZUELA
Artículo 328.- La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin
militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la
Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación
en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de
acuerdo con esta Constitución y la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio
exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares
fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está
integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera
integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen
de seguridad social integral propio, según lo establezcan sus respectivas leyes orgánicas.
Autor
Fecha de publicación
01 de mayo de 2019
Asimismo, para fortalecer los valores morales, el respeto por los símbolos patrios y mantener el
sentimiento de unidad nacional y amor a la patria.
Para poder tramitar la inscripción en el Registro Militar es necesario que se lleven los siguientes
documentos:
Proporcionarles a las autoridades el número telefónico del solicitante y de algún familiar cercano.
Llegar con antelación puesto que sólo atienden a cierta cantidad de personas diariamente.
Llevar dinero en efectivo para poder cancelar el costo de la plastificación del carnet.
Llevar bolígrafos para poder llenar la planilla de información.
Que se tienen un corto plazo luego de cumplida la mayoría de edad para realizar este trámite.
Para poder realizar esta inscripción se deben llevar los recaudos a la Conscripción Militar más
cercana. En caso de que no exista una en su localidad también puede acercarse al Registro Civil de
la comunidad, al Comando de la Reserva Nacional o al Destacamento de las Fuerzas Armadas. En
Caracas este documento se tramita en la Circunscripción Militar de la ZODI en Fuerte Tiuna y las
personas del interior del país también pueden realizar allí el trámite.
¿Llevar a cabo la inscripción militar significa que soy parte del ejército?
Muchas personas dejan de realizar este trámite por creer que si lo realizan es obligatorio prestar el
servicio militar, sin embargo, lo “obligatorio” es estar inscrito en la base de datos del sistema
militar venezolano y así está escrito en el artículo 134 de la Constitución.