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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

La desamortización en
Colombia 1861-1865
Primeros Años, el caso de los Censos
Juan David Cascavita Mora
24/06/2013
Contenido
Introducción ........................................................................................................................................ 2
1. La historiografía sobre el proceso de desamortización de bienes de manos muertas...................... 6
1.1. Primeras Explicaciones ........................................................................................................... 7
1.2. Nuevas Observaciones ........................................................................................................... 11
1.3. Colombia: una visión desde México ...................................................................................... 16
2. Las disposiciones legales del proceso ........................................................................................... 21
2.1 Decreto de 9 de Septiembre de 1861 ....................................................................................... 21
2.2. ¿Qué es un censo? y ¿cómo se redimió? ................................................................................ 26
2.3. Reglamentación de la Ajencia General de Bienes de Manos Muertas ................................... 31
3. Los primeros años de la desamortización...................................................................................... 37
3.1 ¿Cuantos censos fueron? ......................................................................................................... 38
3.2 ¿Cuánto fue?............................................................................................................................ 45
Conclusiones ..................................................................................................................................... 50
Bibliografía ....................................................................................................................................... 52

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Página
Introducción

En la historiografía Colombiana, las inmediaciones del siglo XIX siempre han sido un hito
a recordar, ya que esta época es recordada como el momento coyuntural de real ruptura con
el pasado colonial, en el que por medio de las reformas políticas y económicas de carácter
liberal destrozaron lo remanente de las estructuras coloniales españolas. Es con el primer
Gobierno del General Tomas Cipriano de Mosquera (1848-1849), y la presidencia de José
Hilario López (1850-1853) que se empieza esta época reformista denominada de
“Reformas Liberales”; entre las muchas reformas implantadas esta la abolición de la
esclavitud, la reestructuración del fisco nacional con la destrucción de los antiguos
remanentes coloniales como las alcabalas y de la mayoría de los monopolios denominados
estancos que aun pertenecían a las arcas de la nación.
Este proceso por diversas razones no se llevó a cabo de un día para otro, fue durante un
largo transcurso de tiempo que se llevó a cabo, que termino en lo que se denomina
Radicalismo Liberal, como la máxima expresión de todos los cambios iniciados por los
liberales decimonónicos. Durante este tiempo se dieron diversas constituciones, todas con
un carácter aún más liberal que la anterior empezando con la de 1850 para culminar con la
de 1863, que rigió al país durante casi un cuarto de siglo, la más larga del siglo XIX. Esto
obviamente acompañado de guerras civiles de gran envergadura de un marcado carácter
político, y además de un marcado carácter bipolar, entre liberales y conservadores.
Esta disyuntiva fue el catalizador de la mayoría de las confrontaciones civiles desde
mediados del siglo XIX colombiano, que permeó de tal forma la sociedad que para el siglo
XX el país político se dividía entre conservadores y liberales. Esta división que empezó en
el plano político termino permeando aún más aspectos de la sociedad colombiana, tanto el
plano religioso, económico y social. Fueron estos estadios los que ayudaron a configurar las
formas de hacer política en el siglo XIX, pues dependiendo de las alianzas de carácter
político e ideológico y hasta oportunista, entre los distintos representantes de estos ámbitos
se asentaba en el poder un partido o el otro (religiosos con conservadores y liberales con
2

comerciantes).
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Es por eso que el año de 1861 representa una coyuntura importante, pues el General Tomas
Cipriano de Mosquera se autoproclama Presidente Provisorio de la Confederación
Granadina como preámbulo del final de la guerra adelantada por él mismo, quien la empezó
como retaliación al gobierno central del conservador Mariano Ospina Rodríguez por atentar
contra las libertades de varios estados, en especial del que él era gobernador (Estado del
Cauca), consagradas en la carta de 1858; a la rebelión de Mosquera se fueron adhiriendo los
distintos Estados, hasta que logró la victoria final reconocida como la Constitución política
de los Estados Unidos de Colombia de 1863.
En esta carta se consagran las libertades de los pertenecientes a la unión, estableciendo de
forma simbólica y semántica la libertad de los Estados miembros de la unión al declararlos
Estados Soberanos a todos y cada uno. Pero anterior a esta carta el general Mosquera en su
calidad de Presidente Provisorio de la Confederación Granadina, expide decretos para
debilitar las fuerzas del partido conservador y sus aliados, en especial la iglesia católica,
pues para el año 1861 decreta la tuición de cultos y la normativa de la desamortización,
ambos del día 9 de septiembre.
El segundo decreto, el de la desamortización de bienes de manos muertas viene
acompañado por: las Disposiciones Fundamentales y Reglamentarias sobre el Crédito
Nacional y Desamortización de Bienes de Manos Muertas, buscando de esta manera
responder unas necesidades fuera del ámbito político, sino a la apremiante situación fiscal
en la que se encontraba el gobierno, debido a los gastos de la confrontación bélica, y las
deudas reconocidas que se remontan desde la época de la independencia. Además de
facilitar la implementación de las doctrinas economías de carácter liberal, como la libre
circulación de los medios de producción, y la libre circulación de mano de obra que se
encontraban estancadas debido a las instituciones económicas implantadas por la iglesia
desde tiempo de la colonia, como los Censos, Capellanías, Obras Pías.
Este sistema económico de crédito que personifico la iglesia católica se ve expresamente en
la forma de Censo, una forma de préstamo que hacia la iglesia a los pequeños campesinos
primordialmente, pero también a dueños de grandes extensiones de tierra y hasta
comerciantes, estos censos (préstamos) tenían unas características propias que se pueden
3

ver cómo, pago anual que incluía intereses que pocas veces pasaban del 6%, de esta
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manera se configuró un sistema crediticio en la colonia y que terminó en la época de las
reformas liberales de mediados del siglo XIX en Colombia.

Fue con el decreto de desamortización de bienes de manos muertas y redención de censos


del 9 de septiembre de 1861, que se dio fin a este sistema de préstamos, vigente desde casi
principios de la colonia, pues con la declaración de redención de censos el Estado buscaba
captar los prestamos hechos por parte de la iglesia (sean estas parroquias o conventos de
ordenes), para sanear las arcas públicas y reducir el poder económico detentado por esta
institución. Para esto, el Estado liberal de Manuel Murillo Toro (1864-1866) suministró las
disposiciones jurídicas y legales claras, como por ejemplo: que la redención de los censos
no sería tomada en su totalidad sino solo por la mitad del valor, que estos censos debían ser
estudiados por la Ajencia Jeneral De Bienes Desamortizados, para que la Junta de Crédito
Publico decidiera, entre otras.

Es decir, que entendiendo el censo como una forma de préstamo que facilitó hasta cierto
punto la circulación de metálico a los ámbitos económicos desde el espacio colonial es
importante observar, ¿cómo fue el proceso de transición de la supresión de los censos a
través del estudio de las instituciones que se encargaron de este asunto?, además de ¿Cómo
se produjo este proceso de redención de los censos más allá de lo puramente jurídico? ¿Este
proceso de redención realmente tuvo injerencia en las arcas públicas o sólo fue una
herramienta estatal para reducir el poder económico de la iglesia católica? ¿Quiénes eran
los principales beneficiarios de este tipo de préstamo?

Para responder estas preguntas he dispuesto este trabajo monográfico en 4 grandes partes,
la primera referente a los antecedentes de estudio, donde se hace el balance historiográfico
de lo producido por nacionales y extranjeros referente al estudio de la desamortización en
Colombia, complementado por una comparación entre el caso colombiano y el mexicano
por ser el más representativo y cercano al caso colombiano en América Latina; el segundo
hace referencia a la historia institucional de la Ajencia Jeneral De Bienes Desamortizados y
de la Junta de Crédito Público a través de los decretos y disposiciones de carácter legal
frente a estas instituciones; el tercero es un estudio cuantitativo del proceso de redención de
4

censos a través de los informes anuales de la Ajencia Jeneral De Bienes Desamortizados


Página
para observar el proceso de redención durante los primeros años de la misma; finalmente se
encuentra el apartado de las conclusiones.

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1. La historiografía sobre el proceso de desamortización de bienes de manos
muertas

El final de la guerra generada por la intromisión por parte del presidente Mariano
Ospina Rodríguez en los distintos asuntos de los Estados miembros de la Confederación
Granadina (1859-1863), vino de la mano con la radicalización de las políticas liberales de
quienes salieron victoriosos y se encontraban en el poder entre 1861-1863, que terminó con
la proclamación de la constitución de Rionegro de 1863. Incluyendo que durante el lapso de
1861-1863, se componen varios decretos de la mano del General y presidente provisorio
Tomás Cipriano de Mosquera, que generarían grandes pasiones y tensiones entre los
miembros de la comunidad política colombiana, entre esos decretos se encuentran la tuición
de cultos y la desamortización de bienes de manos muertas. Temas espinosos en
historiografía colombiana debido a los grandes ímpetus ideológicos que estos decretos
representan, en especial siguiendo las visiones de los historiadores decimonónicos como
José Manuel Groot en La Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada, donde
argumenta la inutilidad y lo improcedente que fue el proceso de desamortización en
Colombia.
Irremediablemente, la producción historiográfica frente al tema de la
desamortización ha estado mediada por la interpretación en contra de tal proceso, y
alimentada por la lectura del artículo 22 del Concordato de 1887, en el cual se establece la
deuda a perpetuidad por parte del Estado colombiano en favor de la institución eclesiástica
de los bienes y censos que fueron redimidos. Logrando de esta manera la impresión de que
este proceso fue perjudicial para el Estado, debido a ese pago que se estableció al clero, que
no logró una mejor distribución de la tierra, además que no ayudó a amilanar la presión
fiscal del Estado colombiano. Todas estas afirmaciones son puntos comunes de la
producción de los historiadores sobre el periodo comprendido entre 1861-1878, época en la
que se desarrolló gran parte de la desamortización de bienes eclesiásticos.
6

Pero no solo es el problema de la utilidad o inutilidad de la desamortización en


Página

términos económicos y fiscales lo que preocupa a los historiadores, sino también saber qué
fue lo que se desamortizó. El problema de la constitución de la riqueza eclesiástica, ya sean
bienes raíces, de naturaleza rural o urbana, o censos (forma de crédito), está presente, pues
saber lo que se desamortizó y los valores de estos ha sido una cuestión siempre presente en
la bibliografía del tema.
Pero esto es solo desde la aproximación económica del tema, y es que ese es una de
las conclusiones del presente balance, la mayoría de los trabajos escritos sobre la
desamortización son sobre la visión económica del proceso, aunque hay que decir que en
todos esos existe una aproximación política al tema, a forma de introducción, pero se
reduce a nombrar el decreto del 9 de Septiembre de 1861, y el posterior discurso de Rafael
Núñez como secretario de Crédito y Hacienda Pública en el que informa los objetivos de la
desamortización. Dejando de lado la personalidad del General Mosquera, o los intentos
previos de desamortización que se dieron en el territorio, pasando a leer lo político como
una anécdota.
De esta forma nos iremos acercando a la historiografía sobre la desamortización
desde los temas que manejan, acompañado principalmente de una perspectiva cronología
que deja ver el avance que se va dando en la comprensión de un tema tan espinoso y poco
discutido.

1.1. Primeras Explicaciones

Aunque textos sobre la desamortización en Colombia se han hecho desde finales del
siglo XIX, me concentraré en los realizados después de los años 60, con la entrada de la
profesionalización de la historia en Colombia, buscando dilucidar el avance
historiográfico.De esta manera empezaré haciendo referencia a un hecho que llamó mucho
la atención respecto a los textos, y es que en su mayoría los estudios de gran envergadura,
es decir los que no son artículos son en su mayoría monografías de grado 1, y se concentran

1
Parra de Avellaneda, Prospera. Aspectos de la agricultura y la desamortización en la Sabana de Bogotá.
Tesis para optar al título de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 1984;
Hernández de Bejarano, Martha. La desamortización de bienes de manos muertas. Tesis para optar al título de
licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 1979; González de Morales, María
7

del Carmen. El crédito eclesiástico en Cundinamarca, 1861 – 1887. Tesis para optar al título de licenciatura
Página

en Educación de la Universidad Nacional de Colombia. 1984; Alarcón Bulla, Constanza. Desamortización de


bienes de manos muertas. Tesis para optar al título de licenciado en Sociología de la Universidad de la Salle.
1973.
después de la década de 1970, respondiendo a las monografías de grado de las primeras
generaciones de historiadores formales en Colombia, que no pasa de ser una anécdota a
resaltar debido también a las escasas que son, de todas maneras muestra que se estaba
ampliando los estudios en historia, saliendo de los temas “clásicos” como la independencia.
El primer caso a resaltar de los primeros textos es del norteamericano Robert
Knowlton2, quien en su texto Expropriation of Church Property in Nineteenth-Century
Mexico and Colombia: A Comparison, de 1969, genera un estudio comparativo de la
desamortización en México y Colombia, buscando coincidencias y disidencias entre los
mismos, así pues, partiendo de las cuestiones sobre la influencia de la desamortización
mexicana en Colombia. Observando de esta manera una gran casualidad en la formación de
las leyes, en la que con la comparación directa de las leyes, encuentra un texto casi
calcado3, lo que le permite interpretar una gran conexión entre el decreto de Mosquera y la
ley de Lerdo. Pero abordando un poco más el texto nos encontramos frente al problema de
la justificación de la desamortización en la que se encuentran grandes coincidencias, pues
lo que los ejecutores buscaban era democratizar la tierra, en donde el caso colombiano
buscaba reducir los latifundios con el fraccionamiento de los predios para que fueran dados
en subasta pública, pero el mexicano dejaba las tierras en manos de quienes las trabajaban,
pues bastaba con presentar el terreno para su redención. Otro de los objetivos buscados por
los gobiernos era impulsar la economía, por medio de la liberalización de la tierra,
generando así una libertad en el mercado que era necesaria para la conformación de
empresas, y uno de los principios del crecimiento económico capitalista que es la libertad
de los medios de producción, con esto México buscó regular el sistema de impuestos, que
se encontraba disgregado debido a las excepciones que tenían las comunidades religiosas.
Estas observaciones dejan entrever una de los objetivos más importantes en los dos
casos, el saneamiento de la deuda nacional e internacional de los estados, pues el Estado
colombiano buscaba con esos dineros sanear esos gravámenes por medio de la subasta, y el
mexicano por el mejoramiento del sistema impositivo nacional. Esto en el ámbito
económico, en el espacio político de la implementación de la medida Knowlton interpreta
8

2
Knowlton, Robert J. Expropriation of Church Property in Nineteenth-Century Mexico and Colombia: A
Página

Comparison. The Americas, Vol. 25, No. 4 (Abr., 1969), pp. 387-401 URL:
http://www.jstor.org/stable/980320. Ingresado: 11/06/2012 00:21
3
Ibíd. Pág. 389
el caso mexicano como la limitación de recursos a los Conservadores que la iglesia les
facilitaba, y en una hipótesis que plantea para Colombia es el castigo a las comunidades
religiosas por parte de Mosquera por el apoyo que estas le dieron al bando conservador
durante la guerra de 1857-1861. Termina el texto planteado la duda del real funcionamiento
de estas medidas en cada país, debido al proceso de finales de siglo XIX en cada país,
donde se redujeron las medidas anticlericales o se realiza una conciliación a favor de la
iglesia.
De igual talante, Constanza Alarcón Bulla4 hace ya una afirmación categórica sobre
la inutilidad del proceso de desamortización, pues según ella no logró ninguno de los
objetivos propuestos por Rafael Núñez en su discurso de 18625, pero lo que ella intenta es
dar una aproximación al tema desde una visión religiosa, y como este ámbito permeó los
distintos espacios sociales, ya sean políticos, económicos, culturales. Haciendo de esta
manera un mapeo de la presencia de la institución religiosa en el territorio colombiano
desde la conquista, y rastreando el crecimiento del poder político y económico en el
territorio, concibiendo la imbricación del rol espiritual eclesiástico en el espacio temporal,
explicando el poder económico de la iglesia a través de las distintas formas de generación
de rentas como son las Capellanías, Censos y Fabrica de Iglesias, Fundaciones entre otras.
Lastimosamente deja este mapeo en el periodo de la independencia, dando un salto hasta
las reformas liberales donde se dio un intento de proclamación de esta ley, que fue
discutida en el congreso a finales de 1848 pero finalmente rechazada, para después dar paso
a la promulgación del decreto, a través de la lectura del personaje que es Tomas Cipriano
de Mosquera. Dejando de lado la implementación de la ley, y concentrándose en la figura
de Mosquera, como un anticlerical recalcitrante, enfocándose en la disputa entre el clero y
el gobierno radical, para terminar concluyendo que con la Regeneración, la
desamortización no fue provechosa para el Estado colombiano.
Un estudio que vale la pena destacar entre los textos de los 70’s son los escritos de
Fernando Díaz Díaz6, quien escribió en el Manual de Historia de Colombia7 publicado

4
Alarcón Bulla, Constanza. Desamortización de bienes de manos muertas. Tesis para optar al título de
9

licenciado en Sociología de la Universidad de la Salle. 1973.


Página

5
Ibíd. Pág. 285
6
Díaz Díaz, Fernando. La desamortización de bienes eclesiásticos en Boyacá. Tunja. Univ. Pedagógica y
Tecnológica, 1977.
originalmente en 1979, y en su texto La desamortización de bienes eclesiásticos en Boyacá
de 1977, donde comulga con la hipótesis de Knowlton frente a que una de las explicaciones
de la desamortización es por retaliación de Mosquera al clero por el apoyo brindado a los
conservadores durante el último conflicto. Pero también trae nuevas observaciones frente al
proceso, cuando estudia el caso de Boyacá, en el cual pretende realizar un verdadero
análisis cuantitativo del proceso de desamortización, y aproxima los bienes religiosos
alrededor de 12 millones de pesos, pero no se queda en la retórica que duda del proceso
debido al posterior advenimiento de la regeneración, de esta forma Díaz Díaz hace una
reconstrucción de algunos casos de subasta pública, en los que empieza a dilucidar algunas
consideraciones, que le permiten afirmar que la mayoría de tierras subastadas se quedaron
en un pequeño grupo de comerciantes, medianos y grandes propietarios, pues no existía
ninguna limitación para la compra de terrenos subastados, tal como explica Prospera Parra
Avellaneda en su tesis.
Pero Díaz Díaz también observa otro fenómeno destacable y es la relación que
tuvieron las tierras con el mercado, pues se encontró muchas tierras en oferta, y la demanda
no fue apabullante, lo que se tradujo en una reducción sustancial de los precios debido a la
ley de oferta y demanda. De igual manera, este autor observa que aquellas personas que
tenían la capacidad adquisitiva para participar en los remates no eran muy numerosas, lo
que devino en el aumento de algunos latifundios y haciendas. Viéndose la agencia
encargada de vender en precios aún más bajos de los que se tenían establecidos en el
decreto del 9 de septiembre, y las posteriores leyes que regularon el proceso.
El último de los primeros textos se podría rastrear en la tesis de Martha Hernández
de Bejarano8, trabajo investigativo arduo y muy interesante pues no entra a cuestionar la
funcionalidad de la desamortización, ni tampoco se preocupa por los números, lo que
pretende es entender el proceso en sí mismo, en el sentido en que genera un estudio de
política y legislativo del trascurso de la desamortización, teniendo como principales fuentes
la legislación de la época, panfletos políticos y la prensa. Este estudio hace una
reconstrucción de la situación política y económica del Estado colombiano en el momento
10

7
Díaz Díaz, Fernando. “Estado, Iglesia y desamortización”, en Manual de Historia de Colombia. Tomo 2.
Página

Bogotá. Procultura. 1984


8
Hernández de Bejarano, Martha. La desamortización de bienes de manos muertas. Tesis para optar al título
de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 1979
mismo de la desamortización, mostrando las turbulentas disputas entre conservadores y
liberales y la precaria situación de la Hacienda Pública, para entrar al proceso de
desamortización, haciendo análisis del decreto de1861, y una explicación somera de las
leyes que regularon el proceso de los años de 1864.Peca al quedarse en una explicación sin
ningún caso que permita la comprensión. Igualmente trata de observar los dos bandos del
proceso, expresando las distintas actitudes que tomó la iglesia frente a tal trasgresión que
significó la desamortización, como el cierre de iglesias, la amenaza de excomunión, la
negación a la prestación de servicios sacramentales, además de una apuesta panfletaria que
puso en marcha, siendo muy interesante la referencia que hace de la comunicación del
Presidente Mosquera al Papa Pio IX, además de las reuniones que se dieron entre el clero y
el presidente provisional en los primeros meses de la medida.
De igual manera vale la pena resaltar que Hernández argumenta que la
desamortización también tuvo que ver con la reorganización del crédito estatal, además de
la consolidación del crédito como medida financiera para promover la generación de
empresa, muy cercanos a los objetivos que Knowlton resalta para la ley de Lerdo en
México.

1.2. Nuevas Observaciones

Durante el anterior apartado me concentré en los textos surgidos en la década de los


70, pues fueron los primeros producidos sobre el tema después de la profesionalización,
además de que generaron la apertura en el debate de un tema muy complicado, las siempre
disimiles relaciones Iglesia-Estado. Además, empezaron a forjar dudas frente a lo que
siempre se había pensado referente a la desamortización de bienes de manos muertas, lo
que demuestra lo desconocido del tema.
De esta forma, durante la década de 1980 y de ahí en adelante se presentan nuevos
estudios con enfoques algo más específicos, en el sentido en que intentan dar una revisión
de hechos cada vez más concretos y no solo al proceso en su complejidad, pues se centran
en regiones, o en las formas de riqueza, hasta estudios netamente jurídicos.
11
Página
Empezaré por la tesis de grado de Prospera Parra Avellaneda9, quien realiza un
estudio de la agricultura en la sabana de Bogotá durante el periodo de la desamortización,
lo que le permite entrar a hacer un análisis del uso de la tierra antes, durante y después de la
desamortización en este sector del territorio nacional, centrándose en un estudio de caso
como es el de la Hacienda Las Monjas, vecina del municipio de Facatativá, que pertenecía
a la comunidad de Santa Inés, quienes la arrendaban para su usufructo. Pero a través del
estudio de la desamortización de esta hacienda, y realizando el rastreo muy superfluo del
proceso burocrático del que fue víctima; su parcelación, los avalúos de cada una de estas
parcelas, la diferenciación entre las porciones más provechosas y las de menos,
representadas en el precio.Ella afirmar que estas tierras se quedaron en medianos y grandes
propietarios puesasevera que no existía ningún tipo de limitación para quienes
comprabanmás de una propiedad en la ley, cosa que no genera gran conflicto, pero luego
alega que la mayoría de estos dineros de la subasta se los quedaban en los burócratas y los
abogados, sin gran soporte, pero va de la mano con una de las afirmaciones de Díaz Díaz
quien argumenta que parte de las tierras rematadas fueron a parar en las familias y amigos
de quienes las remataban.
Pero aún más interesante que lo anterior Parra sentencia que las tierras que fueron
rematadas no fueron usadas para el desarrollo agrícola, sino que se quedaron como terrenos
de engorde, esperando una mejor valorización de esta, dejándola netamente improductiva
cuando no era arrendada. Además Parra también hace una mapeo de la renta de la hacienda
o terrenos de esta antes, durante y después de la desamortización, observando una tendencia
a la valorización de la renta, pues ella observó que antes de 1861 la renta de una hectárea
estaba cercano a los 3.000 pesos, y para 1868 ya rematada este valor ascendió a una cifra
cercana a los 11.000 pesos, mostrando una perspectiva ignorada hasta ese momento.
Un texto que genera curiosidad es el de David Mejía Velilla10, que hace un rastreo
de la desamortización como un fenómeno de la modernidad a través de distintos lugares
como España, México, Francia entre otros, pero lo interesante no es eso, sino la perspectiva
que toma, pues lo hace desde el derecho canónico, tomando una férrea posición en contra
12

9
Parra de Avellaneda, Prospera. Aspectos de la agricultura y la desamortización en la Sabana de Bogotá.
Página

Tesis para optar al título de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 1984
10
Mejía Velilla, David. Glosas a la desamortización y otras páginas de historia. Santa Fe de Bogotá.
Universidad de la Sabana, 1998
de la desamortización. Tomándola como un insulto a la verdadera función de la iglesia que
necesita de los bienes materiales para completar su misión espiritual, además de entender la
desamortización como una negación a la existencia y derecho de la iglesia a existir en el
mundo material, incluyéndola como una trasgresión al deseo divino de la presencia clerical
en todo el globo. Esto permite entender como al momento de referirse al caso colombiano
se mofa de Mosquera llamándolo “Gran Demente”, por la injusticia que cometió frente a
las comunidades religiosas; es de resaltar la importancia que Mejía le da a la narración de
Miguel Samper en La Miseria de Bogotá, pues lo usa como cronista y analista del proceso
vivido en Colombia lo que genera dudas en el sentido que parece no realizar una crítica, ni
una investigación hacia las fuentes del proceso, sino que se queda recluido dentro de la
visión del canon jurídico eclesiástico, lo que no permite un diálogo importante con lo que
es el pensamiento liberal de la época.
De esta forma introduciré los textos que considero más importantes entre los
estudios más actuales frente a la desamortización, me refiero a los textos en los que
participa el profesor Adolfo Meisel Roca, Más Allá de la Retórica de la reacción, análisis
económico de la desamortización en Colombia, 1861-188811, publicado en 2008 por los
Cuadernos de Historia Económica e Institucionaly el texto La desamortización en el
Caribe Colombiano: Una Reforma Urbana Liberal, 1861-188112 divulgado en 2011 por la
misma publicación del Banco de la República. Estos dos textos se pueden ubicar en la
escuela cliométrica colombiana, pues se basan en grandes corpus de datos para la
realización de series y su posterior análisis, de esta manera el texto de 2008, nos introduce
al tema de la desamortización como un problema económico en su base, pues se trata de
dinero para sanear la deuda pública interna que tenía el Estado colombiano después de la
guerra. Tomando como base la conformación de la Ajencia de Bienes de Manos Muertas, y

11
Meisel Roca, Adolfo; Jaramillo Roberto, Luis. Más allá de la retórica de la reacción, análisis económico de
la desamortización en Colombia, 1861-1888. Cuadernos de Historia Económica y Empresarial. N° 22,
Diciembre, 2008. Banco de la República; Meisel Roca, Adolfo; Ramírez, María Teresa (Editores) Capitulo 6
de .Economía colombiana del siglo XIX. Fondo de cultura económica, México, 2010; Revista Economía
Institucional. Vol. 11 N°20 de 2009. Universidad Externado de Colombiapp. 45-81. Muestra lo importante de
13

este texto en términos de difusión.


12
Meisel Roca, Adolfo; Salazar Mejía, Irene. La desamortización en el Caribe Colombiano: Una Reforma
Página

Urbana Liberal, 1861-1881. Cuadernos de Historia Económica y Empresarial. N° 22, Diciembre, 2011.
Banco de la República
los informes de esta para generar un estudio sobre el proceso de la desamortización en todo
el país.
Con esta información, una de las primeras observaciones de los autores, es la
importancia que tuvieron los censos en el proceso de desamortización, pues según
estimaciones de ellos este valor ascendió a los 5’000.000, muy cercano a lo que se sacó de
bienes raíces; siendo esto uno innovación en el estudio del periodo, pues los textos
anteriores se preocupaban en su mayoría de las tierras que se desamortizaban provenientes
de capellanías o donaciones, y no por los capitales que ellas tenían. Así pues, los dos
autores, con el estudio de los informes de la ajenciaplantean un análisis concienzudo sobre
la cantidad de censos redimidos, bienes raíces y semovientes, construyendo mapas y tablas
en la que muestran la gran envergadura y participación que hubo en el proceso a pesar de lo
que los textos de los setenta afirmaban, haciendo la diferenciación entre los tipos de bienes
desamortizados y reconociendo la importancia de los bienes capitales en el proceso de
desamortización.
Esto los llevó a realizar un estudio panorámico de la redención de censos en el país,
y ver que estos fueron una parte importante y casi la mitad de todo el dinero del que fue
recaudado por la Hacienda Pública, elemento que ampliara en el texto del Caribe. Con estas
observaciones los autores buscaban desmentir lo que llaman la retórica de la reacción
contraria a la desamortización, y para eso realiza un análisis de lo beneficioso que fue el
proceso para la fundación de la banca privada en Colombia, la generación de políticas de
crédito nacional, entre alguno de los efectos positivos; pero lo más importante de este texto
es que plantea que existió un beneficio real gracias a la desamortización en Colombia, pues
por medio de herramientas matemáticas, en la que plantean una ecuación en donde se
pretende observar la rentabilidad de la desamortización en comparación con el pago anual
de un canon de 800,000 pesos establecido en el concordato de 1887, los autores afirman
que los 15’000.000 de pesos que ingresaron al Tesoro Nacional fueron mucho más de lo
que se tuvo que pagar en retroactivo a la iglesia en forma de compensación.
El texto referente al proceso de desamortización en el Caribe13, se centra en el caso
de Cartagena pero también hace mención al Estado del Magdalena, y siguiendo con lo
14

escrito en el anterior, se dedica a observar la redención y remate de bienes que en su


Página

13
Ibíd.
mayoría correspondían a censos, debido a la necesidad que tenía el puerto de líquido para
realizar el comercio. Identificando en la costa una tendencia en su mayoría a la redención
de censos, más que la de tierras, una tendencia que explica debido a la vocación comercial
que tiene la costa, observando también la predominancia urbana que tenían los censos, pues
las tierras no tenían un uso agrícola destacable. Esta redención de propiedades urbanas
permitió según los autores un florecimiento de la ciudad pues permitió la circulación de
bienes abandonados, y el crecimiento de la población que se había disminuido en
comparación con los primeros años de independencia.
Estos textos presentan un panorama interesante del estudio de la desamortización en
Colombia, pues demuestran un constante avance en la comprensión de un periodo espinoso
en el ámbito político, y han ayudado a ir desmoronando las ideas que se tenían establecidas
sobre el periodo desde el siglo XIX.Enese sentido los textos de Meisel Roca son los más
revolucionarios, pues a través del análisis matemático desmonta los argumentos argüidos
por los conservadores y los que estaban en contra de la desamortización a finales del siglo
XIX, y responde una de las grandes dudas que había generado desde el principio el estudio
de este tema y es la verdadera funcionalidad de esta desamortización.
Es de resaltar también, que aunque los estudios han tenido una preponderancia
económica, existen textos jurídicos y de historia política que ayudan a comprender el
periodo desde una globalidad, pero aún se generan muchas dudas frente al caso de los
censos que resaltan los textos cliométricos pues nunca se han estudiado a profundidad.Otro
aspecto es la reacción de los miembros de la iglesia, se afirma que todosestaban en total
oposición, pero sin ningún estudio claro o algún cuerpo documental importante que permita
su confirmación; o el caso del Estado antioqueño, del cual se afirma que existió una
limitada aceptación de estas medidas. Los estudios regionales no se han apoderado de este
proceso para realizar un estudio por Estados, y solo se encuentran textos desde el centro en
su mayoría y pocos estudios regionales como el de Díaz Díaz y el de Meisel Roca e Irene
Salazar.
15
Página
1.3. Colombia: una visión desde México

Después de la mitad del siglo XIX, varios países de Latinoamérica se encuentran en


una época de reformismo liberal en términos políticos, llevando a los países
hispanoamericanos en la senda de la modernidad y la civilización al modelo europeo, lo
que hace que existan varias coincidencias entre las costumbres políticas de la región. Un
caso importante para el estudio que aquí se propone es el de México, pues para alrededor de
la misma época, después de 1850 atraviesa un proceso liberal de reformas, y aún más
interesante es la Ley de Lerdo, en el que se decreta la desamortización de bienes
corporativos en México, siendo los más representativos de estos los de la Iglesia Católica,
aunque también incluía a todo tipo de corporaciones laicas14.

Este proceso permite un paralelismo explicativo entre Colombia y México, que nos
dará luces frente al proceso de desamortización y cómo es que se concibió, de esta manera
son muy dicientes las fechas a las cuales nos enfrentamos, en México la Ley de Lerdo,
nombre dado por el importante papel que cumplió el secretario del tesoro mexicano Miguel
Lerdo de Tejada en esta ley, fue promulgada en 185715, es decir 4 años antes de que el
decreto del 9 de Septiembre de 1861 fuese firmado por el presidente Tomás Cipriano de
Mosquera.

Entre los elementos comparables son el articulado en sí mismo, pues como establece
Robert J. Knowlton en su texto, las coincidencias son impresionantes, pues la promulgación
se da con objetivos parecidos tales como “la liberalización de capitales, la apertura del
mercado de Tierras”, aunque al tener Colombia un reflejo de este proceso le imprimió una
observación propia y es “la necesidad de sanear la deuda pública interna”16, elemento
ausente en el proceso mexicano, lo que deja establecer la importancia del proceso
desamortizador más allá de la retórica liberal decimonónica sino que se cumplía un
16

14
Bazant, Jan. La desamortización de los bienes corporativos de 1856. Historia mexicana, v. 16, no. 2 (62)
Página

(Oct.-Dic. 1966), p. 193-212


15
Ibid.
16
Knowlton. Robert J. Expropriation of Church Property… Óp. Cit.
propósito claro, estabilizar la fiscalidad de la Hacienda colombiana a través de la
liberalización de tierras y la implementación de un sistema impositivo más amplio debido a
las exenciones de las que gozaba la iglesia.

La primera de muchas coincidencias que establece Knowlton, es la caracterización


del pago de la desamortización al 5% anual al Estado, siendo consecuente con la política
crediticia de la Iglesia, que se da en ambos países; pero siendo necesario para acceder a este
sistema de pagos y la posterior adjudicación del bien, la presentación de este tipo de
propiedades agravadas, ya sea en obras pías, capellanías o a censo, siendo este proceso
realizado ante la institución pertinente; en Colombia la Ajencia de Bienes Desamortizados,
y en México la Secretaría de Hacienda Pública. Diferencia significativa que Knowlton no
estudia, pues se observa en el caso colombiano un grado de especialización para el manejo
de esa gran cantidad de recursos que están por crearse, pero es importante recordar que
dicha Ajencia, respondió directamente a la oficina de Hacienda y Crédito Público de la
nación17.

Estas instituciones encargadas de la administración de los bienes desamortizados


tenían dos formas distintas de tratar estos bienes para su adjudicación, el caso mexicano
tiene una especificad en el sentido en que el adjudicado era normalmente quien estaba
haciendo uso del terreno, pues como afirma Bazant, en esa época las mudanzas eran
menores y existía un arraigo a la tierra mayor18, y si no era presentado por el residente del
terreno y este podía ser denunciado, pasaba a remate público, donde la posibilidad de ser
desahuciado de su propia casa era muy alta, de esta forma la mayoría de los habitantes que
vivían en tierras agravadas por algún tipo de crédito eclesiástico presentaron los bienes para
ser desamortizados.

A diferencia, en el caso colombiano todos los bienes presentados ante la Ajencia,


eran rematados en subasta pública, después de haber sido loteados de la forma más
equitativa posible19, en el caso los bienes urbanos este respondía obviamente al mejor
postor; esto con el objetivo de sanear las finanzas públicas, lo que tuvo una gran
17
Página

17
AGN. Colección Enrique Ortega Ricaurte (E.O.R) Bienes Desamortizados. Caja 1 Folio 1.
18
Bazant, Jan Óp. Cit.
19
Díaz Díaz, Fernando. La desamortización… Op. Cit.; AGN. Op. Cit.
contradicción, pues como afirma Fernando Díaz Díaz, en su estudio sobre la
desamortización en Boyacá, este proceso de subasta pública fue contraproducente para la
consecución de grandes cantidad de líquido, ya que al salir tantas tierras a la venta el precio
de estas se vio reducido casi en un 50%, además de que el valor no era accesible para todas
las personas que esperaban a comprar un terreno20.

Abriendo de esta forma una de las dudas que más han centrado a los historiadores
frente al proceso de desamortización, si este fue una forma de ampliar las formas de
producción latifundistas, ampliando el poder de los terratenientes en todo el país; Bazant
afirma en su texto que aunque la mayoría de los terrenos agravados quedaron en su
usufructuario, los bienes en remates quedaron repartidos en muy pocas personas, de las
cuales no se puede afirmar ni tradición política y mucho menos actividad económica debido
a la limitación de las fuentes en ese sentido, de igual manera establece que “solamente el
1% de los adjudicatarios adquirió una tercera parte del valor de las fincas vendidas”21.

El caso colombiano como se ha dicho carece de este tipo de estudios a nivel


nacional, pero en el estudio de Díaz Díaz sobre Boyacá, se puede ver una conformación
similar a la mexicana, pues se ha comprobado por medio de los estudios regionales que fue
un pequeño grupo de personas las que adquirieron la propiedad de grandes cantidades de
tierra, pues la apertura de remate público no fue del todo beneficiosa para las clases medias-
bajas, a pesar de lo que parece afirmar Knowlton22, además de la posible ampliación de
lazos clientelistas en el remate de tierras que Díaz Díaz insinúa.

De igual manera, el paralelo se puede ampliar a los contextos políticos alrededor de


la declaratoria de desamortización, pues aunque se puede decir fácilmente que la iglesia
reaccionó en forma de oposición a este tipo de iniciativas gubernamentales es interesante
ver como esta no se dio de forma igual en los dos espacios, pues cómo afirma Knowlton23,

20
Díaz Díaz, Fernando. La desamortización… Ibid.
21
Jan, Bazant. Op. Cit. Pág. 208
18

22
Knowlton. Robert J. Expropriation of Church Property Op.Cit
23
Knowlton, Robert James. La iglesia mexicana y la Reforma: respuesta y resultados. Historia mexicana:
Página

México, D.F.: El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos: v. 18, no. 4 (72) (abr.-jun. 1969), p. 516-
534
la iglesia mexicana tuvo un proceso reaccionario frente a esta afrenta directa contra su
poder temporal.

De esta manera nos adentramos a las reacciones políticas por parte de la


institucionalidad católica en el proceso de desamortización en los dos países, en el caso
mexicano se puede caracterizar por una respuesta argumentativa y escolástica en donde se
remiten a los postulados filosóficos medievales en la defensa de que el poder terrenal de la
iglesia debe corresponder al poder espiritual de Dios, proceso que a pesar de los estudios no
se ha podido observar en Colombia. Entonces, México presenta un proceso apadrinado por
la academia religiosa pero a la vez en respuesta a la Ley de Lerdo empiezan a surgir
pastorales, se dan sermones y hasta columnas de opinión de periódicos en los que se afirma
la necesidad de que la iglesia posea un poder temporal, amparado por el mismo poder
espiritual del que es provista, el caso colombiano no es tan amplio en cuanto a la riqueza
argumentativa mexicana, se limitó a ser una respuesta reaccionaria en obstrucción a las
reformas implementadas por el gobierno.

Es entonces, que través de los pensamientos dogmáticos cristianos y los filósofos


escolásticos como San Agustín, Santo Tomás de Aquino, plantean el derecho natural del
poder temporal de la iglesia sobre las tierras que poseen dado por la prerrogativa de Cristo
mismo a la iglesia, argumentando la necesidad de tener medios de renta para poder cumplir
su misión como guías espirituales de almas en estos territorios24; recordando de esta forma
uno de los postulados de Gisela Von Wobeser25 frente a las actividades crediticias de la
iglesia, pues ella afirma que la única función de estos préstamos-censos es la acumulación
de renta, además remitiéndose al derecho canónico y romano, hacen un llamado a la bula
Papal de 1496, en la que se le dan los dominios a España por cesión de la iglesia,
recordando la institucionalidad, que con la expulsión de la metrópoli estos territorios
deberían regresar al poder Papal26, reviviendo las discusiones post independentistas del
derecho al patronato que supuestamente heredaban los nuevos gobiernos de la américa
hispánica.
19

24
Ibíd.
25
Von Wobeser, Gisela. El crédito eclesiástico en la Nueva España, siglo XVIII. Segunda edición, México,
Página

Fondo de Cultura Económica/Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones


Históricas, 2010, 344 p
26
Mejía Velilla, David. Glosas a la desamortización… Ibíd.
El clero mexicano aunque no aplicó la excomunión como medida de presión, se
suspendieron los servicios eclesiásticos a todos aquellos quienes no reconocieron una
supremacía católica sobre las leyes civiles, en lo referente a lo que son las relaciones entre
la Iglesia y el Estado; como Knowlton explica muy detalladamente la confesión, la
comunión y demás sacramentos estaban vetados a la mayoría de los miembros
pertenecientes al gobierno, y a instituciones que se encargaban de llevar a cabo la
desamortización, el ejemplo claro es el juramento a la constitución, pues si se juraba esta,
se debía retractar, con firma y en presencia de testigos para acceder a la administración de
sacramentos. Lo que hasta cierto punto llevó a una crisis institucional27.

El caso colombiano no es tan rico en términos de fenómenos inesperados, pues aquí


sí se hizo uso del mecanismo de la excomunión, la víctima de este fue el presidente Tomás
Cipriano de Mosquera, quien fue informado de esta por medio del Arzobispo de Bogotá
Antonio Herrán, en las constantes declaraciones y misivas en contra del decreto del 9 de
septiembre de 1861, no se pueden ver los dejos de un clero ilustrado, pues como se ha
afirmado responden de forma precipitada y reaccionaria pero sin el acompañamiento
académico e ilustrado que se caracterizó en México28, siendo esta una diferencia radical en
los posteriores acontecimientos del país, pues como sabemos después de las reformas
liberales en México sobrevino una guerra civil inmediata que terminó con la anexión de
este al imperio francés, así sea por corto tiempo; y el caso colombiano se vivió una época
de dominio liberal por más de 30 años que también terminó con la guerra civil de 1876-77,
considerada una guerra religiosa por la historiografía29 sin olvidar que como se afirmó en el
apartado historiográfico de este capítulo la desamortización fue una retaliación por parte del
General Mosquera a la iglesia por su apoyo a las huestes conservadoras durante la guerra
civil de 1859-1863.

27
Knowlton, Robert James. La iglesia mexicana… Óp. Cit.
28
Hernández de Bejarano, Martha. La desamortización de bienes de manos muertas. Tesis para optar al título
20

de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 1979


29
Figueroa Ovalle, Gloria Patricia. Aproximación a los proyectos de construcción de nación en el siglo XIX.
Página

Autoridad y orden la regeneración como modelador del estado colombiano. Tesis para optar al título de
politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. 2004
2. Las disposiciones legales del proceso

En los estudios referentes a La desamortización de bienes de manos muertas se encuentra


una laguna argumentativa muy importante, y es el caso de las instituciones encargadas de
dar buen rumbo a este proceso de vital importancia política y económica, pues como la
literatura sobre el tema afirma, la necesidad de una represalia política a las facciones que
apoyaron a las fuerzas conservadoras en la guerra, y el saneamiento de las cuentas de la
Hacienda Pública eran de vital importancia para el desarrollo del proyecto nacional de
Tomás Cipriano de Mosquera. De esta manera dispondré de este apartado para hacer una
reconstrucción de las instituciones encargadas de las Desamortización empezando con el
decreto inicial.

2.1 Decreto de 9 de Septiembre de 1861

Casi 3 meses después de la declaratoria de la Tuición de Cultos (20 de Julio de 1861)por


parte del presidente provisorio de los Estados Unidos de Colombia en la cual decretó que
todas las organizaciones religiosas debían dar superior prerrogativa las instituciones
nacionales que a las religiosas, es decir que se debían someter a los dictámenes de las leyes
con carácter nacional antes que a las normativas romanas, siendo un decreto que recuerda la
discusión post independentista del patronato eclesiástico que vivieron la mayoría de las
nacientes naciones hispanoamericanas referentes a la sucesión de los derechos que la
monarquía española dejaba a los nuevos gobiernos republicanos30.El General Tomás
Cipriano de Mosquera decreta el 9 de septiembre:

Artículo 1°. Todas las propiedades rústicas y urbanas, derechos y acciones, capitales
de censos, usufructos, servidumbres u otros bienes, que tienen o administran como
propietarios o que pertenezcan a las corporaciones civiles o eclesiásticas y
establecimientos de educación, beneficencia o caridad, en el territorio de los Estados
Unidos, se adjudican en propiedad a la Nación por el valor correspondiente a la
21
Página

30
Bushnell, David. Colombia, una nación a pesar de sí misma. Editorial Planeta. Bogotá. 1997. Pág. 91;
Watters, Mary. Review. The Hispanic American Historical Review, Vol. 15, No. 2 (May, 1935), pp. 238-240
URL: http://www.jstor.org/stable/2506302
renta neta que en la actualidad producen o pagan, calculada como rédito al 6 por
100 anual; y reconociéndose en renta sobre el tesoro, al 6 por 100(…)31

Refiriéndose este decreto a la expropiación de los derechos usufructuarios y de propiedad


que tenían todo tipo de organización corporativa tal como pasó en México32, pero siendo
las grandes damnificadas las de carácter religioso, en especial las católicas, prácticamente
única institución religiosa presente en el país, además de ser la institución con mayor
cantidad de bienes como los allí descritos.
Pero antes de observar el articulado del decreto las consideraciones toman mucha
importancia, pues al ser las razones y explicaciones del articulado brindan luces frente a la
polémica de la desamortización pero también de los objetivos impuestos por el gobierno
para su realización.

Consideraciones
1°. Que uno de los mayores obstáculos para la prosperidad y engrandecimiento de la
Nación es la falta de movimiento y libre circulación de una gran parte de las
propiedades raíces, que son la base fundamental de la riqueza pública.
2°. Que las corporaciones, congregaciones y sociedades anónimas no pueden poseer
a perpetuidad bienes inmuebles, tanto por ser esto contrario a los principios
generales de legislación para adquirir, como porque la Constitución de 1858 sólo
concede esta garantía a las personas o individuos, por los derechos que en ella
misma se reconoce.
3°. Que los abusos que en todos tiempos han tenido lugar, por el establecimiento de
prácticas contrarias a las reglas con que se han formado dichas asociaciones o
congregaciones, comúnmente conocidas con el nombre de “manos muertas,” han
producido complicaciones y conflictos en varios países, impidiendo, o tendiendo a
impedir, el ejercicio de la autoridad pública.
4°.Que las rentas de los comunes o municipios, hospitales, colegios y
22

31
AGN. Colección Enrique Ortega Ricaurte (E.O.R) Bienes Desamortizados. Caja 1 Folio 1.
Página

32
Bazant, Jan. La desamortización de los bienes corporativos de 1856. Historia mexicana, v. 16, no. 2 (62)
(Oct.-Dic. 1966), p. 193-212
establecimientos de beneficencia han perdido capitales considerables, en concursos y
quiebras, por haber dado en venta a censo las propiedades inmuebles, con perjuicio
de las mismas instituciones.
5°. Que la desamortización de los bienes inmuebles para reconocer su valor en las
rentas sobre el Tesoro, al mismo tiempo que se respeta la posesión de la cosa,
afianza bajo la fe y responsabilidad de la Nación, la subsistencia de los
establecimientos de utilidad y beneficencia pública.
6°. Que la Nación tiene derecho de suceder en la posesión de los bienes a las
corporaciones que dejan de existir y que, por tanto, es ella a quien corresponde
cuidar y conservar los valores destinados a los objetos de utilidad y publica
beneficencia, como también al culto de cualquiera denominación, en virtud de las
prerrogativas de patronato universal y dominio inmanente.33

En este pequeño apartado del decreto podemos ver como desde el principio se intenta
fundar la intención liberal de la ley, en la que corresponde generar la libre circulación de
bienes raíces, pero a la vez intenta despojar a las organizaciones religiosas de su posición
como depositarias de las instituciones de la salud y de la educación reconociendo en la
Nación a la única encargada de generar esos bienes públicos.
Pero al mismo tiempo vemos como en el tercer apartado reconoce en la mayoría de este
tipo de corporaciones y de prácticas económicas en favor de la iglesia son contrarias a los
designios de la Nación, pues “han producido complicaciones y conflictos (…) impidiendo o
tendiendo a impedir, el ejercicio de la Autoridad Pública”34, una clara alusión al conflicto
que estaba acaeciendo en el país, en el cual la participación de la iglesia había sido mal
recibida por parte de las huestes liberales que seguían al General Mosquera.
Pero es necesario centrarse en los numerales 4 y 5 que considero son los más dicientes en
este caso de la desamortización, pues en ellos se reconoce la supremacía de la Nación como
único custodio de los bienes nacionales, sean estos de carácter tangible o intangible, tales
como la riqueza material, entendida como los medios de producción y los de atesoramiento;
23
Página

33
AGN. Colección Enrique Ortega Ricaurte (E.O.R) Bienes Desamortizados. Caja 1 Folio 1.
34
Subrayado mío
pero a la vez los bienes de bienestar como la educación, la salud y hasta cierto punto el
control de la dimensión espiritual del pueblo, este último con la adhesión del decreto de
Tuición de Cultos.
Además, que en el inciso cuarto hace una observación sobre lo que considera malas
prácticas administrativas en el uso de las propiedades inmuebles, pues supone que la
gerencia de estas, que son el patrimonio de los servicios prestados por las corporaciones,
fue errónea, argumentando que se presentaron a censos, préstamos o arriendos que
terminaron por debilitar la salud financiera de estas organizaciones y por ende al servicio
que estas prestaban.
Esto deja ver que existían más intereses impulsados en la declaratoria de este decreto, que
los tradicionalmente expresados por la historiografía, sino que además de la búsqueda del
saneamiento de las arcas de la Hacienda nacional, y la retaliación por parte del General
Mosquera a la iglesia, también se comprometía con los ideales políticos liberales, en el cual
propendía por liberalizar el mercado de los bienes de producción (bienes inmuebles y
tierra) para generar un mercado interno más amplio, y además de establecer en la figura del
Estado la preponderancia como proveedor del bienestar social que luego consagraría en la
Constitución de 1863 resultante de la Convención de Rionegro.
Entrando en el articulado de este decreto, se observa con más claridad lo que se propendía
en términos reales en el acatamiento y cumplimiento de este decreto, en especial los casos
de los censos que son el motivo de esta investigación. En el sexto artículo del decreto del 9
de septiembre se hace explicito como se realizara la desamortización de los bienes y como
se efectuara el uso de los dineros de esta operación precedente, para la amortización de la
deuda nacional:

Art.6°. Luego de que se hayan inventariado tales fincas rusticas y urbanas, y concluido que
sea el término del arrendamiento, se procederá a enajenarlas en pública subasta por lotes,
cuya división se hará por documentos o bonos de deuda nacional interior flotante, o de
renta sobre el tesoro nacional de 6 por 100. Cuando para esta se presenten capitales
iguales en dichos bonos, billetes o rentas sobre el tesoro, se dará preferencia a aquellos
24

que ganen mayor interés; pero cuando se ofrezca al mismo tiempo dinero sonante o billetes
Página

de tesorería, se preferirá esta oferta a los documentos ya citados; en cuyo caso, se dará
entrada al dinero o a dichos billetes de Tesorería en la Caja de amortización,
destinándolos al pago de intereses de censo sobre el tesoro y a la amortización de deuda
flotante, empleando el medio de la lotería, establecido por el decreto orgánico del Crédito
Nacional.35

Como se puede observar, la función primaria del proceso de desamortización por parte del
Estado es la recaudación de dinero, ya sea de cualquiera de las formas en la que circulaba
en el país, pero dándole más importancia al dinero sonante o billetes de tesorería, pues con
este tenía la facultad de amortizar deuda flotante, haciendo palpable la necesidad del
saneamiento fiscal que tenía la nación después de la guerra. De igual forma son observables
las conformidades en que se debía dar esta recaudación, por medio del inventario de este
tipo de bienes existentes para su posterior parcelación y subasta pública, y la oficina
facultada para realizar este procedimiento fue la Caja de amortización que se conformaba
de los agentes de la Junta de Crédito Nacional, pero que su función principal era la de
amortizar la deuda nacional por medio de distintos medios de aprovisionamiento de dinero.
La Caja de Amortización se puede considerar la predecesora de la Ajencia de Bienes de
Manos Muertas, pues fue la encargada de realizar la redención de los censos presentados y
de la subasta de bienes de manos muertas embargados, como reza en el decreto del 9 de
septiembre de 1851 Orgánico del Crédito Nacional, ella se veía sustentada en parte por
estos valores para la amortización de la deuda nacional, “Art 25. 5° el producto de la venta
y arrendamiento de los productos de los bienes, valores y fincas de manos muertas que se
destinan para la amortización de la deuda flotante y de Rentas sobre el Tesoro
(…)”36igualmente esta oficina hacia parte de la Junta de Crédito Nacional y debía
responder a las directrices dadas por esta entidad,“Art. 29. Los bienes de manos muertas
destinados para la amortización de deuda flotante y de Renta sobre el Tesoro, se venderán
en subasta pública por dichos bonos o billetes, y por lotes, según los reglamentos que
acuerde la Junta Suprema directiva del Crédito Nacional”37, lo que muestra que a pesar de
su importancia no tenía capacidad de decisión, sino que se trataba de una oficina netamente
de ejecución.
25
Página

35
Ibíd. pág. 3
36
Ibíd. pág. 15
37
Ibíd. pág. 16
Pero lo que interesa a esta investigación se encuentra casi al final del articulado del decreto
de Desamortización de bienes de manos muertas, cuando dedica 4 artículos a las
aclaraciones del caso de los censos, pues estos no se pueden considerar en totalidad bienes
de manos muertas pues tiene sus características propias.

2.2. ¿Qué es un censo? y ¿cómo se redimió?

En el caso específico de los Censos toca remitirse al pasado colonial pues esta es una
institución heredada y concepto de la dominación española, que se puede rastrear mucho
más, hasta la España medieval, ya que este tipo de préstamos censados surgió como
respuesta a los préstamos de usura hechos en su mayoría por judíos, entonces para
mantener las cosas en equilibrio y en la propia comunidad cristiana la iglesia estableció el
sistema censatario para reducir la injerencia judía en las formas de producción. Pero la
iglesia necesitaba tener un beneficio de estos, de esta manera por medio de interpretaciones
del derecho canónico se estableció el sistema de censos.
Existen diferentes tipos de censos, los más usados en el territorio español durante la colonia
fueron el censo enfitéutico y el consignativo, el primero usado más generalmente durante
los primeros siglos de dominación española por su capacidad de renta y de beneficios a
largo plazo, cuando el mercado no necesitaba de dinero circulante a las cantidades que
demandó a finales del siglo XVIII por el aumento del mercado interno.
Censo enfitéutico: en el que se daba el derecho al censatario (iglesia) de recibir una pensión
anual, por el traspaso útil de un bien raíz, reservándose de una manera el dueño
(censualista) el dominio de facto del bien. De esta forma, el monto del censo era igual al
valor del bien en el momento de la transacción, y el pago debía hacerse del 5% anual de
este monto, en efectivo o con productos del mismo bien.38
Censo consignativo: se puede expresar como el derecho de recibir una pensión anual por
haber dado cierta suma de dinero, en el que se grava un bien de propiedad del censualista,
quien mantenía en total poder del bien. Es decir que a diferencia del enfitéutico, este tipo de
censo no se daba por el enajenamiento del bien por parte del censitario, sino que este se
26
Página

38
Ferreira Esparza. Carmen Adriana. Censos y capellanías. El crédito en la provincia de Pamplona 1700-
1760. Trabajo de grado para optar al título de historiador de la Universidad Industrial de Santander (UIS).
1993. Pp. 92ss.
mantenía en total domino del censualista, y este dinero que a diferencia del otro el monto
era acordado, este dinero se le gravaba directamente al bien y no al censualista, como en el
censo anterior, esta arguya legal fue la que permitió que este tipo de relaciones comerciales
fueran aceptadas por la iglesia39.
Estos dos tipos de censos pueden ser asimilados en otras dos categorías excluyentes entre
sí, los censos al quitar y los censos irredimibles, la diferencia visible en los propios títulos
es que unos son redimibles y los otros no, los censos al quitar normalmente son limitados
por mutuo acuerdo entre el censualista y el censatario entre estos son más comunes los
censos consignativos, pero al mismo tiempo podían ser ampliados los plazos de pago según
las necesidades del censualista o del censatario40. Los censos irredimibles son normalmente
los que en el contrato se establece la remisión del censo por tres vidas o 150 años,
normalmente no eran redimidos por el espacio de tiempo al cual son realizados, más
característicos en el tipo de censo enfitéutico.41
Una vez establecido las formas aceptadas por la iglesia de préstamo es necesario aportar a
la discusión el caso de los depósitos irregulares, que sólo fueron aceptados hasta finales de
siglo XVIII por la iglesia o en el caso en que las necesidades económicas superaron las
barreras de la moralidad42, de esta manera los depósitos fueron desplazando los censos
consignativos, más comunes en la última parte del siglo XVIII, estos depósitos irregulares
se caracterizan por ser lo más parecido a un préstamo actualmente, pues el depositante le
daba un monto determinado al depositario, quien a forma de prenda de seguridad proponía
un bien raíz, pero de igual forma el gravamen estaba directamente en la persona y no en el
bien, un ejemplo para demostrar esta diferencia es: al momento de comprar un bien raíz que
estaba bajo censo el nuevo propietario se comprometía a seguir pagando el gravamen de
este, el valor del censo era restado del valor de venta debido al compromiso de seguir
pagando el canon anual al que estaba el censo43; pues el censo estaba en la propiedad no en

39
Ibíd. Pp. 98ss.
40
Von Wobeser, Gisela. El crédito eclesiástico en la Nueva España, siglo XVIII. Segunda edición, México,
Fondo de Cultura Económica/Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
Históricas, 2010, 344 p
27

41
Quiroz, Alfonso W. Reassessing the Role of Credit in Late Colonial Peru: Censos, Escrituras, and
Imposiciones. Source: The Hispanic American Historical Review, Vol. 74, No. 2 (May, 1994), pp. 193-230
Página

42
Lavrin, Asunción. El Capital Eclesiástico y Las Elites Sociales en Nueva España a Fines del Siglo XVIII.
Mexican Studies/Estudios Mexicanos, Vol. 1, No. 1 (Winter, 1985), pp. 1-28
43
Von Wobeser, Gisela. El crédito eclesiástico en la Nueva España… Ibíd.
el dueño, de esta manera cuando se trataba de un deposito irregular si el dueño vendía el
bien de garantía se debía cargar está a otro bien y el depositario era quien cargaba la deuda.
Una vez establecido el funcionamiento de los censos se puede entender que no es tan
simple el hecho de redimirlos, pues este no sólo afectaba al Censatario y al Censualista sino
también a los bienes es decir el Acensado, siendo el elemento desamortizador igualmente
parte integral de la redención de estos, de esta manera hay que hacer claridad frente al
concepto desamortizador que Meisel explica muy bien, pues se debe entender el hecho de
amortizar como sacar un bien o propiedad del mercado, en este caso para que sea de
respaldo al censo, el proceso de desamortizar se referiría al regreso de este bien o propiedad
a la libertad del mercado44
Son estas propiedades inherentes de los censos los que no permiten incluirlos en la
categoría de Manos Muertas, por eso el decreto del 9 de septiembre tiene que especificar la
forma de acción frente a ellos, así pues, en el siguiente artículo se va clarificando la acción
del Estado frente a este tipo de bien capital.

Art. 10. Desde la publicación de este decreto todos los censos que se rediman
pertenecientes a las mismas corporaciones y los denominados capellanías,
patronatos y obras pías, se consignaran en la Caja de Amortización en documentos
de deuda publica consolidada, exterior o interior, o en deudas flotantes de
cualquiera denominación que sean, para reconocerlas en inscripciones o rentas al 6
por 100, guardando la proporción establecida por el decreto Orgánico del Crédito
Nacional, es a saber: reconociendo un capital de 50 pesos por cada 100 pesos de
censo al 3 por 100; de 66 pesos 66 centavos por 100 pesos de censo al 4 por 100; y
de 83 pesos 33 centavos por 100 de censo al 5 por 100 y en las mismas proporciones
cualquiera otro censo.45

Es decir, que para la redención, no se reconoció el valor total del censo, sino que respondía

44
Meisel Roca, Adolfo. Economía colombiana del siglo XIX. Bogotá. Fondo de Cultura Económica. Banco
28

de la República, 2010.
Página

45
Recopilación de las disposiciones fundamentales y reglamentarias sobre Crédito Nacional y
desamortización de bienes de manos muertas. Biblioteca Nacional. Fondo Pineda VFDU1-5434(Microfilm)
piezas 18-20 Pág. 5
a ciertas características reconocidas en el mismo, dependiendo de la forma en que estaba
contratado se dio su redención por parte del Estado. Pero hay no acaba el pasaje pues
afirma que la redención se da a forma de consignación en la Caja de Amortización, por los
medios de valor circulante para reconocerlas en inscripciones o rentas al 6 por 100,
elemento que no queda muy claro hasta que uno hace la lectura del artículo 6 y 7 del
decreto Orgánico del Crédito Nacional:

Art.6°. se reconocerá igualmente en inscripciones del 6 por 100 de interés anual,


asimilada a la deuda de Rentas del Tesoro la procedente de censos perpetuos al
redimir i quitar, los que se hayan redimido, o que desde la publicación del presente
decreto rediman los particulares para libertar sus fincas, y cuya redención deberá
hacerse precisamente en la Caja de Amortización (…)..
Art.7°. (…) se reconocerá en Rentas sobre el tesoro al 6 por 100, o en inscripciones
asimiladas a la deuda nacional de dichas rentas del 6 por 100, el valor de todas las
propiedades inmuebles de manos muertas de que, por el decreto de esta misma fecha,
se hace cargo la Nación para reestablecer la armonía en el jiro [sic] y cambio de
valores, y hacer que la propiedad inmueble se subdivida.46

Es decir, que en la posición del censatario ya no se inscribía la institución o corporación


religiosa sino el Estado, como poseedor de la deuda ya que esta se estableció como deuda al
Tesoro Nacional hasta que este era redimido por el censualista según los parámetros ya
descritos en el Art.10 del decreto del desamortización.
Pero esta no es la única referencia a los censos y a su redención, sino que también
encontramos los dictámenes que se tenían que aplicar en el país para que fueran
desapareciendo este tipo de prácticas económicas

Art.12. los individuos que denuncien censos y bienes ocultos de las corporaciones, de
que trata este decreto, tendrán derecho a que se les adjudiquen, por su avaluó, sin
competencia ninguna, consignando su valor en documentos de deuda pública; y si la
29

ocultación de dichos bienes se hubiere hecho con conocimiento de los


Página

46
Ibíd. Pág. 10
Administradores o Superiores de dichos establecimientos se sujetara a estos
Administradores o Superiores al juicio criminal del que haya lugar.
Art.13. Es prohibido en lo sucesivo imponer censos sobre fincas raíces a favor de las
corporaciones, individuos o establecimientos de que trata este decreto. Todas las
imposiciones que se hagan, en favor de dichas corporaciones, individuos o
establecimiento, se harán precisamente sobre el Tesoro Nacional a cargo de la Caja
de Amortización del Crédito Nacional.
Art.14. Es prohibido el traspaso de dichos censos a otras propiedades que las que
hoy sirven de hipoteca, debiendo verificarse la redención y consignación en la Caja
de Amortización, cuando un censatario quiera libertar la finca que posee; pues tales
traspasos pueden servir de pretexto para anular las disposiciones de la
consolidación de los censos en el Crédito Nacional.
Parágrafo. Esta disposición no comprende a los censos o capitales puestos a interés
de propiedad individual y que no tengan el carácter de fundación en favor de los
establecimientos de que trata este decreto.47

De estos artículos se puede inferir varias cosas importantes, tales como la cercanía de este
articulado con el de la Ley de Lerdo en México48, en cual los bienes de los que tratan los
decretos eran denunciados como ocultos, facultaba al denunciante para realizar la compra
del bien sin ningún tipo de competencia, gran ventaja en Colombia debido a que el bien no
iba a sufrir de la lotificación de la que se disponía para realizar los remates y poder
adquirirlo al precio del avaluó, que como Díaz Díaz49 demostró era más bajo al valor real
del inmueble debido a las leyes de oferta y demanda.
Es importante resaltar que según el decreto la práctica del censo no desapareció con el
acatamiento del decreto, sino que se prohibió el uso de este por parte de las instituciones
religiosas pero facultó al Tesoro Nacional para que realizara uso de su servicio, pero a la
vez no castigó el usufructo de esta práctica en la sociedad por medio de personas naturales,
lo que dispone a cuestionarse cuando es que realmente desapareció esta práctica de la
30

47
Ibíd. Pág. 5
Página

48
Bazant, Jan. La desamortización de los bienes corporativos de 1856… Óp. Cit.
49
Díaz Díaz, Fernando. La desamortización de bienes eclesiásticos en Boyacá. Tunja. Univ. Pedagógica y
Tecnológica, 1977
sociedad colombiana.
Un elemento interesante en la observancia del artículo 14, que se refiere a la práctica del
traspaso de la hipoteca del censo a otras propiedades, esta disposición no estaba
comprendida en lo que se denomina censos ya sean consignativo o enfitéutico, sino que era
practica exclusiva de lo que se conoce como depósitos irregulares, permite afirmar que esta
práctica ya se encontraba en Colombia, como respuesta a la necesidad de valores
circulantes con mayor rapidez que los que permitía un censo consignativo. Y que los
depósitos irregulares a nombre de una corporación también entraron en la redención de los
bienes capitales que se estaba realizando.

2.3. Reglamentación de la Ajencia General de Bienes de Manos Muertas

Para finales de 1861 se reglamenta una oficina que se dedicará única y exclusivamente a la
desamortización de bienes y a la redención de los censos, en el Reglamento para el servicio
y la contabilidad de la administración de los bienes de manos muertas de fecha del 24 de
octubre de 1861, pero que solo fue aprobada por el Presidente Provisorio de los Estados
Unidos de Colombia el 8 de Noviembre del mismo año. Esta reglamentación fue redactada
por la Junta de Crédito Nacional en nombre de su presidente y secretario de Hacienda,
Julián Trujillo, y del secretario de la Junta, Manuel Ancízar.
En este documento se encuentra consagrada la creación de la Ajencia Jeneral de Bienes de
Manos Muertas, como única oficina encargada de realizar el proceso de desamortización en
el país, queda conformada como una organización central con presencia regional que
además de realizar los remates y redenciones se encargará de la administración de los
bienes de manos muertas que pasan a la nación.
Es gracias al artículo 15 del decreto de desamortización que la Junta Suprema Directiva del
Crédito Nacional tiene las atribuciones para organizar y reglamentar la forma en que se
realizará la desamortización en Colombia.Es con ese reglamento que busca responder a la
necesidad de una especialización para el desarrollo del procedimiento de la redención, con
31

la fundación de una oficina dedicada únicamente a desamortizar, no como la Caja de


Página

Amortización, que como se informó la función principal es realizar el pago de la deuda


nacional, siendo el primer artículo de esta reglamentación:

Art 1°. En la capital de la República habrá una Ajencia Jeneral, a cargo de un


Responsable, con la denominación de Ajente Jeneral de los bienes de manos
muertas.50

Establecida la existencia de esta oficina es necesario explicar cómo según este Reglamento
funcionaba, ya que tiene una estructura muy simple, de corte piramidal, teniendo como eje
central a los Ajentes de la ajencia quienes eranlos funcionarios encargados de organizar la
administración de los bienes y de realizar los remates respectivos según las disposiciones y
observaciones que realizaba la Junta Suprema del Crédito Nacional; existieron tres tipos de
agentes, cada uno con su función específica. Lo que significó la creación un apartado
burocrático importante con presencia nacional como se puede observar en los siguientes
artículos:

Art. 2°. En cada una de las capitales de los Estados habrá un Ajente principal,
responsable también, con la denominación de Ajente principal de los bienes de
manos muertas en el Estado de…
Art. 3°.habra también Ajentes Subalternos, dependientes del principal, para los
bienes de las corporaciones, comunidades religiosas o establecimientos de
beneficencia y caridad que la Junta Suprema resuelva que se administren
separadamente, pudiendo encargarse un solo Ajente la administración de los bienes
de una o más corporaciones, comunidades o establecimientos. La residencia de estos
Ajentes será la que determine la Junta Suprema.
Art. 4°. Habrá además, en cada uno de los distritos o secciones territoriales de orden
inferior un Ajente subalterno dependiente del principal, para los bienes de manos
muertas que no sean de los especificados en el art. Anterior.
Art. 5°. Habrá también administradores especiales para fincas particulares, o
comisiones determinadas, las cuales serán subalternas del Ajente que les encargue la
32
Página

50
Recopilación de las disposiciones,.. Óp. Cit. 28 ss.
comisión.51

Es decir que nos encontramos en tres niveles de jerarquía, como muestra el organigrama 1.
En donde el Ajente Jeneral se encargaba de ser el agente instalado en Bogotá, quien era el
representante de esta oficina en la Junta Suprema, él era la conexión entre la agencia y la
Junta, pues se encargaba de recibir toda la información de los Estados, sistematizarla, para
luego ser esta estudiada por la Junta. Además, cumplía con las funciones de Ajente
principal del Distrito Federal. El Ajente Principal era el agente encargado en cada uno de
los Estados de la unión, este personaje era quien informaba al agente general con los
distintos bienes de manos muertas en su Estado, esto a partir de la información que recibía
de los Ajentes Subalternos. Y por último elAjente Subalterno la última escala de la
pirámide, este agente era el encargado de determinar los bienes a desamortizar de una
comunidad religiosa o de un distrito territorial limitado, era quien recibía la información de
los bienes de manos muertas de la población, y quien estaba encargado de organizar y
administrar directamente los bienes una vez estuvieran dentro de la propiedad del Estado
Nacional.

Junta Suprema
Directiva del
Credito Nacional

Ajente Jeneral de
bienes de manos
muertas

Ajente principal del Ajente principal del


Ajente principal del Ajente principal del Ajente principal del Ajente principal del Ajente principal del Ajente principal del
estado de estado de
estado de Panama estado de Bolivar estado de Boyaca estado de Antioquia estado de Tolima estado de Cauca
Magdalena Santander

Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos Ajentes Sublternos
de los lugares o de los lugares o de los lugares o de los lugares o de los lugares o de los lugares o de los lugares o de los lugares o
corporaciones corporaciones corporaciones corporaciones corporaciones corporaciones corporaciones corporaciones

Cuadro 1.Esquema General de la Ajencia Jeneral de Bienes de Manos Muertas

De esta forma, se garantizaba una presencia nacional de esta oficina, que permitiera un
control y total desarrollo de la desamortizacion, es decir que no se quedara ningun tipo de
33

propiedad amortizada por las órdenes religiosas, pero esto no se logró, pues esta el caso del
Página

51
Ibíd. 29
Estado Soberano de Antioquia donde la politica interna no permitio el avance de esta
medida nacional, como afirman Meisel Roca y Díaz Díaz.
Obviamente cada una de estas escalas burocráticas tenía sus propias oficinas conformadas
por Tenedores de Libros y Escribientes, dependiendo de la cantidad de información que
manejen se determina el número ayudantes, pero el articulado es aún más específico. ya que
en el articulo 16 enfatiza la existencia de dos tenedores de libros y dos escribientes para los
Ajente Jeneral, y solamente un tenedor de libros y un escribiente para los Ajentes
Principales, sin hacer ningún tipo de mención para los Ajentes Subalternos52.

Lo que significó una fuerte carga burocrática para el Estado, pero que debía ser auto
sostenible a través del arrendamiento de estos bienes, y de los dineros obtenidos a través de
los remates.
Es importante observar que debido a las grandes cantidades de bienes y de dinero que los
Ajentes iban a manejar se trató de controlar los beneficios que cada uno de estos
funcionarios podía extraer de su posición, volviéndose reglamentaria el pago de fianza para
acceder al puesto y para tener absoluta confianza en el buen actuar de estos personajes tal
como podemos ver en los siguientes artículos.
Art.9°. Los Ajentes subalternos prestaran, en resguardo de su responsabilidad y
manejo, la fianza del 3 al 5 por 100 sobre el rendimiento presunto de los bienes que
se administren; determinándose la cuantía de la fianza por los respectivos Ajentes
principales, por los datos que suministren los inventarios.
Art.10°. Los Ajentes principales prestaran la fianza de que trata el artículo anterior
en razón del 1 por 100 del valor de los bienes inventariados en sus respectivos
Estados, y la cuantía de la fianza será determinada, en vista de los inventarios, por el
Ajente general.
Art. 11. Las fianzas de que tratan los artículos anteriores consistirán en dos fiadores
abonados a satisfacción de la primera autoridad política del lugar del lugar de la
residencia de los Ajentes, i se constituirán por escritura pública, cuyos gastos serán
a cargo de los respectivos Ajentes. Los fiadores se obligaran mancomunada y
34
Página

52
Ibíd. 30
solidariamente con los Ajentes que presten la fianza; y por estas escrituras no se
pagaran derechos fiscales a las rentas de los Estados o del Distrito Federal.
Art.12°. Las fianzas que deben prestar los Ajentes tanto principales como
subalternos, podrán consistir también en documentos de la Deuda nacional flotante o
de Renta sobre el Tesoro por su valor nominal, y los vales se consignaran en la Caja
del Ajente a quien corresponda aprobar la fianza.53

Esto demuestra que las personas a las que les era asequible la posición de Ajente eran muy
pocas, ya que debía tener muy buenas relaciones con gente acaudalada de la nación, en el
caso de presentar fiadores o tener acceso a grandes cantidades de dinero en el caso de hacer
la fianza en documentos de deuda o renta sobre el tesoro, de cualquier forma, esa fianza a
pesar de no ser mayor a un 3% del avalúo de los bienes inventariados era sin lugar a dudas
un patrimonio importante debido a la cantidad de bienes y capitales que tenía la institución
religiosa entre los bienes a desamortizar indicados previamente.
De cualquier manera, la oficina empezó a funcionar, recibiendo las inscripciones de los
bienes de manos muertas, sean estos finca raiz rural, urbana, censos, semovientes etc. Estas
incripciones realizadas por el agente subalterno, eran enviadas al principal para verificacion
y posterior remision al Ajente Jeneral que las presentaba a la Junta Suprema, es esta quien
tiene la ultima decision frente a los bienes inscritos como de manos muertas, esta decide si
se reciben o no, y si se rematan o no. Esto tambien teniendo en cuenta la opinion de los
ajentes de la oficina, pero ellos no tienen decision, es decir que se les reconocia en su
puesto una voz que ayudaba a generar las decisiones de la Junta, pero no tenian ningun tipo
de injerencia directa en las decisiones de la Junta, no tenian voto.
Una vez recibida la respuesta de la Junta Suprema, se procede a realizar las instrucciones de
esta, que en su mayoría se trata de rematar los bienes, los cuales debían ser anunciados de
manera pública, ya sea por medio periodicos o pregoneros, pero con suficiente difusion
para el momento del remate. Estos remates se daban a partir del avaluo del bien, es decir,
que no se pagaba completamente el valor de este bien sino una parte, que no debia ser
menor al 10% del avaluo, este era el valor minimo para entrar en el remate.
35
Página

53
Ibíd. Pág. 32
Esto muestra que la oficina ejercía como una organización ejecutoria, pues las decisiones se
realizaban en la Junta Suprema Directiva del Crédito Nacional, quienes regían las
directrices del proceso de la desamortización y redención de los censos, realizando las
indicaciones sobre cada uno de los casos. Es de resaltar también la especificación que
sufrió el proceso, pues se creó una oficina que se encargó únicamente de realizar la
inscripción de los bienes y censos, los remates y redención, dejando a un grupo de personas
de confianza del Estado encargadas del proceso, esta confianza se basaba en el pago de la
fianza para acceder a la posición de ajente, estas personas debían tener acceso a una
cantidad de bienes y capitales importantes con lo que se buscaba no tomaran ventaja de su
posición dentro de la Ajencia.

36
Página
3. Los primeros años de la desamortización

Después de 1861 se dio el proceso de desamortización, en este apartado se intentará


dilucidar más que el cómo, lo que se encontró la Ajencia en el ejercicio de sus funciones en
el proceso de la redención de los censos en el país durante los primeros 4 años de esta. Esto
se realizará a través de la investigación documental de los informes generales que la Ajente
Jeneral54 publicaba anualmente, en este caso los primeros publicados por Narciso
González, primer ajente jeneral, para observar al mismo tiempo la cantidad de capitales,
cantidad de censos y demás observaciones de las características propias de los censos que
se puedan realizar, pues en este proceso se movieron una cantidad considerable de estos
bienes capitales.
Lo primero a denotar es la importancia que tienen estos informes, pues poseen la
información nacional concentrada en un solo documento, en él se informaba a la Junta
Suprema y a la opinión pública de cómo iba el proceso de inscripción y redención, además
de datos detallados de los avalúos de los bienes de manos muertas inscritos, diferenciados
Estado por Estado, y al final de cada informe se encuentra la Relación de los Censos
Redimidos en el Tesoro Nacional, es decir, los censos que fueron redimidos frente al tesoro
nacional, principal fuente de este estudio, pues en ese fragmento de los informes se
encuentra datos como el nombre del censatario, la fecha de inscripción del censo para la
redención, el expediente en que se encuentra el censo, la finca gravada del censo, la entidad
censualista y el capital del censo.
Es en los informes de 1865 y 1866 en los que este estudio se basa, pues se realizó
una serie de datos con esa información, agregándole una variable mas, el Estado del que es
procedente el censo, en la medida de lo posible, pues no todos tenían la ubicación ni de la
entidad censataria o del bien censado. En todo caso, se reunió una serie de datos de 1881,
en los que a solo 24 no se les pudo determinar de alguna forma la procedencia, lo que deja
una base de datos de 1857, que son los datos con los que se realizó todo el análisis
cuantitativo.
37
Página

54
Informe del Ajente Jeneral de Bienes 1865, Informe del Ajente Jeneral de Bienes 1866. Biblioteca
Nacional. Fondo Pineda VFDU1-5434(Microfilm) piezas 23-24
3.1 ¿Cuantos censos fueron?

Lo primero a tomar en cuenta al estudiar estos informes es el año de inicio de


publicación, pues aunque se realizaban anualmente, el primero no salió hasta el año de
1865, aun cuando la oficina fue creada a finales de 1861, esto se debe presumiblemente a
que hasta ese año realmente se estableció la oficina debido a la necesidad de contratar una
aparato burocrático estable y funcional que requería tiempo como se explico anteriormente;
lo que no significa que no se fuera adelantando la inscripción y redención de censos, pues
mientras la Ajencia Jeneral no existiera la encargada de la inscripción de los censos era la
Caja de Amortización como se observó en el decreto Orgánico del Crédito Nacional; lo
anterior es una hipótesis pues en ninguno de los informes se realiza mención de esta
irregularidad.
A pesar de su publicación tardía, en el informe de 1865 se encuentra la información
existente desde 1862, año en el que se empezaron a recibir inscripciones, lo que lo
identifica como el primer informe que se publica pues posee la información desde que se
empezaron a recibir los censos para inscripción, presumiblemente se aceptaron más de los
que fueron redimidos en el tesoro nacional pues como se ha expresado estos debían ser
estudiados por la Junta Suprema quien se encargaba de dar un veredicto frente a este tema,
en los informes no se realiza mención de estas decisiones.

Inscripción de Censos por año


1861 1862 1863 1864 1865 Totales
Antioquia 0 0 4 15 124 143
Bolívar 0 0 32 60 114 206
Boyacá 0 4 13 14 68 99
Cauca 0 0 1 34 339 374
Cundinamarca 0 5 39 62 478 584
Magdalena 0 0 2 7 14 23
Panamá 0 0 0 14 98 112
Santander 0 1 8 25 201 235
Tolima 0 0 8 28 45 81
Total 0 10 107 259 1481 1857
38

Tabla 1. Censos inscritos por Estado Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1865; Informe del Ajente
Jeneral de Bienes 1866, Cálculos Propios
Página
Al hacer un análisis cuantitativo lo primero que sale a relucir es el número, es decir
¿cuánto fue? ¿Cuántos fueron? (tabla 1), entonces lo primero que se puede observar son la
cantidad de censos redimidos por año en cada uno de los Estados, lo que deja ver algunas
tendencia (cuadro 1). Para un total de 1857 datos de censos inscritos en el país entre el año
de 1861-1865 estudiados, se puede decir que esta iniciativa del gobierno central tuvo una
aceptación importante, pero en un principio no se podía ser tan optimistas, pues como se
puede observar más claramente en el cuadro 2, fue solo hasta 1863 que despegó realmente
la redención de censos, pues para ese año se redimió un total de 107 censos (6%), es decir,
10 veces la cantidad del año precedente y para el año de 1865 un total de 1481, es decir que
fue un 80% (Cuadro 1) del total de censos redimidos en el periodo estudiado.

0% 0%

6%

14%
1861
1862
1863
1864
1865
80%

Cuadro 1. Porcentaje de la cantidad de Censos redimidos al tesoro total por año Informe del Ajente Jeneral de Bienes
Desamortizados 1865; Informe del Ajente Jeneral de Bienes 1866, Cálculos Propios

Como se puede observar, en los primero años no se realizaron muchas redenciones,


pero ya para el tercer año de declarada la redención solo podemos encontrar repuntes en
cada uno de los Estados, en especial en el de Cundinamarca, Cauca y Santander, sin
39

desmeritar el aumento en los demás (Cuadro 2), este repunte se ve especialmente desde el
año 1864, es un aumento exponencial en todos los Estados lo que parece ser una muestra
Página

de la confianza que se fue adquiriendo en el proceso, pues ya se estableció la oficina y para


el año de 1865 ya se había realizado el primer informe de la Ajencia, esto muestra en
principio la aceptación progresiva que recibió el proyecto del gobierno. Además es de
resaltar el caso del Estado de Antioquia, considerado conservador y poco amigable con esta
iniciativa central, se puede observar un repunte en los totales en comparación con uno de
los Estados denominados Liberales, como es el caso de Panamá, fortín liberal, además de
superar en número a otros Estados tales como Boyacá y Magdalena (cuadro 2), lo que va en
contravía de las observaciones hechas por Meisel Roca55, es de resaltar incluso que para
1865 el Estado de Antioquia supera a Boyacá en censos redimidos.

600

Antioquia
500
Bolivar
400 Boyaca
Cauca
300
Cundinamarca

200 Magdalena
Panama
100 Santander
Tolima
0
1861 1862 1863 1864 1865

Cuadro 2. Tendencia de la redención de Censos por Estado 1861-1865. Informe del Ajente Jeneral de Bienes
Desamortizados 1865; Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1866, Cálculos Propios

En el cuadro 2 se puede percibir lo que en el cuadro 3 se trata de resaltar y es la importancia


que tuvieron los Estados de Cundinamarca y el Cauca en el proceso de redención, pues
ellos dos acapararon más del 50% de los censos redimidos en el tiempo de estudio, lo que
deja ver la presencia económica que tenía la iglesia en estos Estados pues allí se
encontraban una gran cantidad de conventos y monasterios, quienes eran los que tenían la
40
Página

55
Meisel Roca, Adolfo; Jaramillo Roberto, Luis. Más allá de la retórica de la reacción, análisis económico de
la desamortización en Colombia, 1861-1888. Cuadernos de Historia Económica y Empresarial. N° 22,
Diciembre, 2008. Banco de la República.
capacidad económica para realizar censos, en especial los femeninos, pues debían generar
renta de las dotes que recibían56.
Otro fenómeno, que no pasa desapercibido es el de los Estados de Bolívar y Santander,
entre ellos se redimió cerca del 25% de todos los Censos dejando el restante 25% entre 5
Estados (Panamá, Magdalena, Boyacá, Antioquia y Tolima); esto deja ver una
concentración de la redención de los censos en únicamente 4 estados, lo que se puede
explicar en mayor medida a la presencia de una urbe importante en cada uno de los Estados
de mayor preponderancia, tales como Bogotá (Cundinamarca), Popayán (Cauca), Cartagena
(Bolívar) y Bucaramanga y Cúcuta (Santander), este elemento se esclarecerá un poco más
adelante; además de ser los estados con mayor superficie en el territorio nacional.

4% 8% Antioquia
13% Bolivar
11%
Boyaca
6% Cauca
5%
1%
Cundinamarca
Magdalena
20% Panama
32% Santander
Tolima

Cuadro 3.Porcentaje de la redención de censos por Estado en el periodo de 1861-1865. Informe del Ajente Jeneral de
Bienes Desamortizados 1865; Informe del Ajente Jeneral de Bienes 1866, Cálculos Propios

56
Von Wobeser, Gisela. El crédito eclesiástico en la Nueva España, siglo XVIII. Segunda edición, México,
Fondo de Cultura Económica/Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
Históricas, 2010; Meisel Roca, Adolfo; Jaramillo Roberto, Luis. Más allá de la retórica de la reacción,
análisis económico de la desamortización en Colombia, 1861-1888. Cuadernos de Historia Económica y
Empresarial. N° 22, Diciembre, 2008. Banco de la República; Toquica, Constanza. A falta de oro: Linaje,
41

crédito y salvación. Una historia del Real Convento de Santa Clara de Santafé de Bogotá, siglos XVII y
XVIII. Editorial Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá), Facultad de Ciencias Humanas; Instituto
Página

Colombiano de Antropología e Historia. 2008


Finalmente en lo referente a cuantos censos fueron, se puede prestar atención los
valores reales de la cantidad de censos redimidos por Estado donde se observa otra
singularidad, y es como para estos primeros años el repunte que tienen en especial los
Estados de Cauca y Cundinamarca, pues los dos fueron los únicos que superaron la barrera
de los trescientos censos redimidos, lo que denota la fuerza que tomó esta iniciativa en
estos Estados. De gran relevancia es el caso cundinamarqués, pues casi dobla esa cifra de
censos presentados en el Cauca, es interesante observar esto, pues en su mayoría son censos
puestos en Bogotá, lo que muestra la importancia del sector urbano en este tipo de prácticas
financieras (cuadro 5), en donde el 42% de los bienes están censados sobre casas, tiendas y
casas tiendas, que va de la mano con lo afirmado Meisel Roca e Irene Salazar57 pues ellos
afirman que la desamortización fue de vital importancia para permitir la circulación de
bienes urbanos en una economía altamente comercial como lo es la del caso cartagenero,
aunque esta ciudad no resalte tanto por sus aportes a la redención durante los primeros
años.
En lo característico de los censos es muy diciente el cuadro 5, pues aunque solo sea
el muestreo de los censos hechos en Cundinamarca, deja ver claramente la preponderancia
de lo que es la situación de los censos en el Estado, donde la propiedad urbana tiene mayor
preponderancia, en el sentido que en el muestreo de 912 censos inscritos observa que el 40
% de estos se encuentran impuestos a casas, y entre almacenes, tiendas, molinos, lotes y
chircales llega a un valor del 42,7% del total de los censos redimidos, es un porcentaje muy
alto, siendo que la mayoría de esas propiedades provienen de la ciudad de Bogotá, el
restante 57,3% corresponde a propiedades rurales como terrenos y haciendas, lo que
muestra va acorde a las observaciones hechas por Gisela Von Wobeser 58 y Ruggiero
Romano59 en donde los dos afirman el mal uso de esos capitales, pues se usaban para
demostrar un capital familiar y de honorabilidad mayor, mas no al uso para el
mejoramiento del capital económico de las propiedades censadas, por eso ellos afirman que

57
Meisel Roca, Adolfo; Salazar Mejía, Irene. La desamortización en el Caribe Colombiano: Una Reforma
Urbana Liberal, 1861-1881. Cuadernos de Historia Económica y Empresarial. N° 22, Diciembre, 2011.
Banco de la República
42

58
Von Wobeser, Gisela. El crédito eclesiástico en la Nueva España, siglo XVIII. Segunda edición, México,
Fondo de Cultura Económica/Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
Página

Históricas, 2010, 344 p


59
Romano, Ruggiero. Moneda, Seudomonedas y circulación monetaria en las economías de México. Primera
Edición. Mexico. Fideicomiso Historia de las Americas Fondo de Cultura Económica. 1998, 290 p
son los hacendados los que más hicieron uso de este tipo de prácticas. Contrario al caso de
los comerciantes, pues según estos autores, ellos utilizaban esta práctica crediticia para
acceder a una liquides monetaria ausente en el mercado, y a la primera oportunidad que
tenían de pagar, realizaban la redención del censo; esta práctica fue mucho más común con
los llamados depósitos irregulares, pues permitía la movilidad del deudor, ventaja especial
si se trataba de comerciantes.

Total censos inscritos por Estado


1861-1865
700
600
500
400
300
200
100
0

Cuadro 4. Total de Censos redimidos por Estado1861-1865. Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1865;
Informe del Ajente Jeneral de Bienes 1866, Cálculos Propios

Como puede observarse en el cuadro 6 para 1861, el 44% de los censualistas en


Cundinamarca tenían una actividad de características comerciales, mostrando la
importancia de estas prácticas crediticias en el circuito productivo de ese Estado, y el caso
de los hacendados se reduce al 15%. Componente que se debe de destacar, pues como se
vio la mayor cantidad de bienes acensados se encuentra en espacios rurales, generándose
una identidad diametralmente opuesta entre los bienes acensados y los censualistas, lo que
muestra que los comerciantes hicieron un uso bastante amplio de esta institución crediticia,
que se podía sospechar en los bienes que acensuaban
43
Página
3% 0%
Casas
4% Tiendas
Alamacenes
16%
40% Molinos
Lotes
Chircales
Tenerias
Haciendas
34%
Terrenos

0% 1% 1% Potreros
0% 1% 0%

Cuadro 5. Destino de los Censos Estado de Cundinamarca. Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1865;
Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1866.60

0%
2% Negociantes
4%
Comerciantes
8%
28% Hacendados
Agricultores
11%
Periodistas
Artesanos
11% Profesionales liberales
16% Empleados
2% Clerigos
3% 15%
Militares

Cuadro 6. Distribución de los Censos según la ocupación de los censualistas para 1861 en Cundinamarca61
44

60
González de Morales, María del Carmen. El crédito eclesiástico en Cundinamarca, 1861 – 1887. Tesis para
Página

optar al título de licenciatura en Educación de la Universidad Nacional de Colombia. 1984.


61
Ibíd. Fuentes. Directorio general de Bogotá, 1888
3.2 ¿Cuánto fue?

Siempre ha existido la pregunta de cuánto fue, y los autores presentan distintas cifras, unos
hablan de cerca de los $15’000.000 y otros de $20’000.00062, el caso es que nunca se han
logrado poner de acuerdo pues no se ha logrado establecer la relación entre avaluó y valor
de remate de bienes que se hizo, como afirma Díaz Díaz las leyes de oferta y demandan
también jugaron un papel muy importante a la hora de los remates. Entonces, el factor
dinero es el más importante de la desamortización debido a los objetivos establecidos en el
decreto del 9 de Septiembre de 1861, el saneamiento de la fiscalidad y apertura del mercado
de bienes y de capitales. Es a este aspecto al que se dedicará este apartado, pero no con la
ambición de expresar una cifra total los valores que recaudó y administró la Ajencia Jeneral
de Bienes de Manos Muertas, sino que es mostrar la cantidad de dinero captado por esta
ajencia única y exclusivamente en el caso de la redención de los censos entre los años de
1861-1865.
Siendo pues, el dinero contante y sonante el principal activo que se tiene de los censos, al
contrario de las capellanías y obras pías, ya que estas instituciones respondían a otras
necesidades, más que económicas, eran de carácter religioso ya que sus usufructuarios
cedían los terrenos en beneficio de la iglesia a cambio de favores eclesiásticos, siendo estos
los bienes que se consideraron de manos muertas, pues el dueño de los bienes cedía a
“eternidad” el usufructo del bien pero no renunciaba a la propiedad, que quedaba a
eternidad en él. Esto, sin olvidar que parte de los bienes censados pasaron a ser propiedad
de las corporaciones debido al NO pago del canon anual, como algunas veces paso; de
todas maneras la principal razón para adelantar la desamortización era la inclusión de estos
dineros al Tesoro Nacional, cosa que se logró como afirma Meisel Roca y Luis Jaramillo63
al final de su texto del 2008, en su totalidad, además que hacen referencia a todos los
valores captados por la Ajencia en este tipo de bienes, ellos calculan que por los censos se
recaudó un valor cercano a los $5’000.000, pero no diferencian si es lo que se recauda o el

62
Díaz Díaz, Fernando. La desamortización de bienes eclesiásticos en Boyacá. Tunja. Univ. Pedagógica y
Tecnológica, 1977; Díaz Díaz, Fernando. “Estado, Iglesia y desamortización”, en Manual de Historia de
45

Colombia. Tomo 2. Bogotá. Procultura. 1984; Meisel Roca, Adolfo; Jaramillo Roberto, Luis. Más allá de la
retórica de la reacción, análisis económico de la desamortización en Colombia, 1861-1888. Cuadernos de
Página

Historia Económica y Empresarial. N° 22, Diciembre, 2008. Banco de la República. Entre muchos que han
intentado dar valores totales a la desamortización.
63
Meisel Roca, Adolfo; Jaramillo, Roberto Luis. Más allá de la retórica de la reacción… Óp. Cit.
valor total de los censos inscritos. Es importante recordar que la redención de censos no
hubo ningún tipo de bien que no fuera capital, debido a la naturaleza del propio censo lo
que solo deja una opción de redención, y es por medio del pago como los vales de deuda y
el mismo dinero contante y sonante.
Para eso es necesario remembrar el decreto del 9 de septiembre, pues en él se describe
cómo se realizara la redención de los censos, en especial el Art.10 donde se explica cómo
debe ser el pago al Tesoro Nacional para redimir el censo:

“(…)se consignaran en la Caja de Amortización en documentos de deuda pública


consolidada, exterior o interior, o en deudas flotantes de cualquiera denominación
que sean, para reconocerlas en inscripciones o rentas al 6 por 100, guardando la
proporción establecida por el decreto Orgánico del Crédito Nacional, es a saber:
reconociendo un capital de 50 pesos por cada 100 pesos de censo al 3 por 100; de 66
pesos 66 centavos por 100 pesos de censo al 4 por 100; y de 83 pesos 33 centavos
por 100 de censo al 5 por 100 y en las mismas proporciones cualquiera otro
censo.”64

Esto lo que dice es que simple y llanamente, por cada 100 pesos de censo al 3% se
reconocerá 50 pesos al tesoro nacional, por cada 100 pesos de censo al 4% se reconocerá
66,66 pesos y finalmente por cada 100 pesos al 5%, 83,33 pesos. Permitiendo deducir una
identidad matemática para calcular el valor total de la redención de los censos, pues si se
paga x valor por cada 100 pesos se realiza la identidad por medio del uso porcentual en
donde el valor de x cambia por el valor de la cantidad de pesos pagada dependiendo del
censo, entonces dependiendo del interés del censo se realiza la multiplicación del valor del
censo por el valor en porcentaje de cada uno de los casos.

Es decir, donde si el interés del censo es a 5% o mayor se realiza

Si es de 4%
46

64
Página

Recopilación de las disposiciones fundamentales y reglamentarias sobre Crédito Nacional y


desamortización de bienes de manos muertas. Biblioteca Nacional. Fondo Pineda VFDU1-5434(Microfilm)
piezas 18-20 Pág. 5
Y si es de 3% o menos

Suministrando la posibilidad de ver cómo según las indicaciones dadas por el decreto de
Desamortización de Bienes de Manos Muertas se recibió un valor menor al valor total del
avaluó de los censos, siendo esto a favor de los censualistas pues se redujo el precio de la
redención y el valor total del censo al pagar, es de recordar que si no realizaban la
redención, el censualista debía seguir pagando un canon anual, pero esta vez dirigido al
tesoro nacional, y que se pagaba en la Caja de Amortización.
Entonces, al hacer esta simple operación matemática nos encontramos con que el valor total
recaudado por la Ajencia solamente en el activo de los censos, para 1865 la Ajencia había
recaudado un valor de $1’521.427,89. Es un valor importante debido al poco tiempo que
llevaba en proceso la desamortización, pero igual manera con esa operación podemos saber
por cuanto estaba el avaluó del censo, para la misma fecha, los censos redimidos tenían un
valor de 1’934.692,40, lo que muestra la diferencia, que era por completo favorable al
censualista.

Valor por la
Total Valores del censo redención Diferencia
Antioquia $ 65.642,85 $ 54.257,56 $ 11.385,29
Bolívar $ 200.067,68 $ 163.097,70 $ 36.969,98
Boyacá $ 96.538,00 $ 80.338,70 $ 16.199,30
Cauca $ 350.098,82 $ 233.523,13 $ 116.575,69
Cundinamarca $ 908.728,00 $ 756.399,80 $ 152.328,20
Magdalena $ 10.846,70 $ 9.038,60 $ 1.808,10
Panamá $ 114.612,20 $ 69.417,30 $ 45.194,90
Santander $ 119.886,40 $ 99.157,50 $ 20.728,90
Tolima $ 68.271,75 $ 56.197,60 $ 12.074,15
Total $ 1.934.692,40 $ 1.521.427,89 $ 413.264,51
Tabla 2. Valores de los censos y su redención. Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1865; Informe del
Ajente Jeneral de Bienes 1866, Cálculos Propios
47
Página
Pues el Estado dejó de recibir $413.264,51, valor importante, pero que comparado con la
cantidad de dinero ingresada al tesoro por medio de la expropiación de capitales gracias a la
desamortización, se puede entender como un valor de costo oportunidad, pues en el periodo
significó el ingreso una cifra muy importante.

Antioquia
4% 4%
6% Bolivar
1% 11%
4%
Boyaca
5%
Cauca
Cundinamarca
15% Magdalena
Panama
Santander
50%
Tolima

Cuadro 7. Participación porcentual de los Estados en el valor de las redenciones. Informe del Ajente Jeneral de Bienes
Desamortizados 1865; Informe del Ajente Jeneral de Bienes 1866, Cálculos Propios

Es en el cuadro 7 en que se observa una particularidad del cálculo de los valores de la


redención, pues no importaba demasiado que Estado fuera el que más censos inscribía sino
el que más dinero reportaba a la Caja de Amortización una vez hubiera sido recibido por la
Ajencia, como se puede observar al hacer la comparación entre el cuadro 3 y el cuadro 7.
En todo caso es indudable la importancia del Estado de Cundinamarca cuando se refiere
uno al pago de la redención, pues en él se encuentra el 50% del total de los valores
redimidos, mientras que los otros 8 Estados se dividen el otro 50%, muestra el peso
económico y social, pues como se han afirmado distintos autores65 los principales
48

65
Hernández de Bejarano, Martha. La desamortización de bienes de manos muertas. Tesis para optar al título
Página

de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. 1979; González de Morales,


María del Carmen. El crédito eclesiástico en Cundinamarca, 1861 – 1887. Tesis para optar al título de
licenciatura en Educación de la Universidad Nacional de Colombia. 1984; Díaz Díaz, Fernando. La
censualistas son los comerciantes con la necesidad de liquidez y los hacendados para
mantener un nivel de vida que le diera esa preponderancia social; además contrasta con el
hecho de ser el segundo estado con mayor superficie en el país, uno de los ítems para
observar en el caso de la redención, la cantidad de censos redimidos.
Aunque con estos pocos años no se puede argüir que la desamortización fue un éxito si se
puede afirmar que fue un proceso que sufrió de una asimilación positiva importante, tal que
para el último año de este estudio se multiplicó la presentación de censos, y los valores
recaudados, aunque eran menores al valor total del censos, son cantidades estimables para
una economía que acababa de salir de un periodo de guerra relevante, además permitió
disminuir el poder temporal de la iglesia en el país. Y en comparación con los cálculos de
Meisel Roca y Luis Jaramillo, en estos primeros años se recaudo $1’521.427,89, de los
estimados 5’000.000, que al no ser aclarada la procedencia de esa cifra no permite realizar
una observación más atenta a los hechos, pero de todas maneras permite ver que los años
que siguieron fueron igualmente fructíferos, la pregunta que queda es hasta que año se
puede considerar productiva esta exacción, pues no se puede olvidar que este proceso duro
hasta 1880, año de la derrota de los liberales radicales, pues perdieron el poder.

49

desamortización de bienes eclesiásticos en Boyacá. Tunja. Univ. Pedagógica y Tecnológica, 1977; Von
Página

Wobeser, Gisela. El crédito eclesiástico en la Nueva España, siglo XVIII. Segunda edición, México, Fondo de
Cultura Económica/Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas,
2010.
Conclusiones
Como se ha afirmado desde el principio la principal ambición de esta investigación es
apreciar la forma en que se realizó la desamortización, pues como se afirmó en el primer
apartado de este texto esa ha sido uno de las falencias principales que se encuentran a lo
largo de toda la literatura, siendo la idea inicial acercarse al principio, como lo es el decreto
del 9 de septiembre de 1861 sobre La Desamortización de Bienes de Manos Muertas y las
disposiciones siguientes que afectaron la puesta en marcha de tan magno proyecto, pues se
consideraba de principal importancia para la nación el saneamiento del Tesoro Nacional por
medio de la amortización de deuda nacional o extranjera, por eso es que la primera oficina
encargada de realizar esta recaudación fue la Caja de Amortización, encargada de realizar
los pagos de esas obligaciones estatales, pero esto supone unas falencias en el sentido en
que esta función de por sí ya es demandante, lo que obligo a concebir una oficina
especializada únicamente en la recaudación de los remates y de la redención de los bienes
de manos muertas.
Con esta idea, la Junta Suprema Directiva del Credito Nacional formó la Ajencia Jeneral
de Bienes de Manos Muertas, la constituyó como una oficina ejecutora, subordinada a las
decisiones tomadas por la misma Junta Suprema, esta Ajencia, se encargaría de administrar
y recibir los bienes de manos muertas hasta que fuera decretado su remate, igualmente esta
oficina se encargó de los remates y de la redención de los bienes de manos muertas. Pero
todas estas acciones debían ser en respuesta a las decisiones que la Junta tomaba frente a
los informes del Ajente Jeneral.
De igual forma, no se puede olvidar que este proceso no tenía únicamente una finalidad
económica, sino que también estaba imbuido por unas necesidades de corte político y
social, en un principio las políticas, pues se puede entender el decreto de desamortización
como una represalia a la iglesia católica por su apoyo a las huestes conservadores entre la
guerra entre Tomás Cipriano de Mosquera y el gobierno central de Mariano Ospina
Rodríguez, además de disminuir la presencia de la iglesia católica en el país por medio del
decreto de Tuición de Cultos. Esto también para que el Estado tomara esa posición central
50

en la formación del colombiano como ciudadano, es decir, que el Estado como institución
estuviera siempre presente en la formación de sus ciudadanos, pero para ayudarlos a
Página

mejorar no para limitarlos, según la perspectiva liberal decimonónica.


En cuanto al proceso de redención de censos, se pueden decir que eran una cantidad notable
en todo el sentido de la palabra, pues que se haya recaudado un valor total $1’521.427,89,
solamente por este ítem en los primeros 4 años de la desamortización, es realmente
admirable, además de que con el pasar del tiempo en la desamortización devino en el
aumento de censos a redimir haciéndose palpable y más amplia la confianza en el Estado
central y sus proyectos. Pues como se observó el aumento de censos redimidos en esos
cuatro años creció exponencialmente.
Pero esto no se puede quedar únicamente en la importancia monetaria de los censos, sino
también su posición dentro del sistema económico nacional, pues como se observó, esta
permeaba todos los estadios de la economía colombiana, desde los comerciantes y
hacendados hasta campesinos con pequeñas parcelas de tierra, y todo esto dentro de un
contexto nacional. En donde la importancia de los Estados salta a relucir por el uso de estas
herramientas crediticias para acceder a valores monetarios necesarios para mantener este
ingenio económico funcionando.
No se puede olvidar que esto deja aún más cuestiones sin resolver, pues el proceso de
desamortización siguió hasta finales de la década de 1870, es decir, quedan cerca de 15
años por estudiar a fondo, no solo en el caso de los censos sino también en la universalidad
del proceso en sí mismo, y la importancia que tuvo para el desarrollo de un sistema
financiero más moderno, que llegó con la primera presidencia de Rafael Núñez, pues se
seguía necesitando una liquidez monetaria en el mercado.

51
Página
Bibliografía
Fuentes

AGN Sección Republica. Fondo Bienes Desamortizados


 Tomo XIX,
 Tomo XX
 Tomo XXI

Biblioteca Nacional. Fondo Pineda VFDU1-5434(Microfilm)


 Recopilación de las disposiciones fundamentales y reglamentarias
sobre Crédito Nacional y desamortización de bienes de manos muertas.
 Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1865
 Informe del Ajente Jeneral de Bienes Desamortizados 1866

Monografías

Parra de Avellaneda, Prospera. Aspectos de la agricultura y la desamortización en la


Sabana de Bogotá. Tesis para optar al título de licenciatura en Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de Colombia. 1984
Hernández de Bejarano, Martha. La desamortización de bienes de manos muertas.
Tesis para optar al título de licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
Colombia. 1979
González de Morales, María del Carmen. El crédito eclesiástico en Cundinamarca,
1861 – 1887. Tesis para optar al título de licenciatura en Educación de la Universidad
Nacional de Colombia. 1984
Alarcón Bulla, Constanza. Desamortización de bienes de manos muertas. Tesis para
optar al título de licenciado en Sociología de la Universidad de la Salle. 1973.
Ferreira Esparza, Carmen Adriana. Censos y capellanías: el crédito en la provincia
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de Pamplona 1700-1760. Tesis para optar al título de Historiador de la Universidad


Página

Industrial de Santander. 1993.


Uribe Arboleda, Sergio. La desamortización en Bogotá 1861-1870. Tesis para optar
al título de Economista de la Universidad de los Andes. 1976
Figueroa Ovalle, Gloria Patricia. Aproximación a los proyectos de construcción de
nación en el siglo XIX. Autoridad y orden la regeneración como modelador del estado
colombiano. Tesis para optar al título de politólogo de la Universidad Nacional de
Colombia. 2004

Textos

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Cultura Económica. Banco de la República, 2010.
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Fe de Bogotá. Universidad de la Sabana, 1998
Díaz Díaz, Fernando. La desamortización de bienes eclesiásticos en Boyacá. Tunja.
Univ. Pedagógica y Tecnológica, 1977.
Jaramillo, Roberto Luis, Adolfo Meisel Roca. Más allá de la retórica de la reacción,
análisis económico de la desamortización en Colombia, 1861-1888. Cartagena de Indias.
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Convento de Santa Clara de Santafé de Bogotá, siglos XVII y XVIII. Editorial Universidad
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Nacional de Colombia (Sede Bogotá), Facultad de Ciencias Humanas; Instituto
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Artículos
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