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Concept Maps: Theory, Methodology, Technology

Proc. of the First Int. Conference on Concept Mapping


A. J. Cañas, J. D. Novak, F. M. González, Eds.
Pamplona, Spain 2004

APLICACIONES DE LA TEORÍA DE LA ELABORACIÓN DE REIGELUTH Y STEIN A LA


ENSEÑANZA DE LA FÍSICA. UNA PROPUESTA BASADA EN LA UTILIZACIÓN DEL
PROGRAMA INFORMÁTICO CMAPTOOLS

Ángel L. Pérez, María I. Suero, M. Montanero y Pedro J. Pardo


Grupo Orión de Investigación de la Universidad de Extremadura, http://grupoorion.unex.es

Resumen. En este trabajo se presenta una propuesta de aplicación docente de la teoría de la elaboración de Reigeluth y Stein,
mediante la utilización del programa informático CmapTools. Dado que dicho programa permite construir mapas conceptuales y
nexos de unión entre ellos de manera extraordinariamente sencilla, se propone su utilización para construir mapas de experto
tridimensionales: es decir, mapas conceptuales que, además de representar diversos tipos de contenidos, incorporan una
dimensión más de jerarquización. Este tipo de mapas permiten así simular los diversos “niveles de elaboración” correspondientes
a una secuencia de aprendizaje. También permiten dar cabida a los Contenidos de Apoyo y a los Contenidos de Planteamiento
que propone la teoría de la elaboración, así como otros elementos que enriquecen el diseño de una unidad didáctica (como las
Preconcepciones más frecuentes que presentan los alumnos o la Explicación Causal Básica de los fenómenos físicos
considerados).

1 La teoría de la elaboración: aplicaciones a la enseñanza de la Física

Una de las cuestiones didácticas que más preocupan a los docentes es cómo seleccionar, estructurar y secuenciar
los contenidos de enseñanza de la forma más eficaz. Desde la Didáctica y la Psicología de la Instrucción se han
desarrollado tradicionalmente diversas alternativas para organizar secuencias de enseñanza-aprendizaje, ya sea
principalmente a partir del análisis interno del contenido a enseñar, o bien, a partir del análisis de las tareas que
se pretende que el alumno sepa realizar al final del proceso. Dichas alternativas prescribían secuencias
básicamente lineales en función de criterios de generalidad (desde los contenidos más generales a los más
inclusivos); o bien en función de su complejidad (desde los aprendizajes más básicos o que requieren menos
conocimientos previos a los más complejos). La teoría de la elaboración de Reigeluth y Stein (1983, 1987)
constituyó, por el contrario, una propuesta integradora, basada en lo que ha dado en denominarse “secuenciación
en espiral” del aprendizaje.

La teoría de Reigeluth justifica la importancia de secuenciar los contenidos y actividades de enseñanza-


aprendizaje sobre dos análisis fundamentales: la reflexión sobre el contenido organizador y los diferentes
niveles de elaboración en que se debe vertebrar la secuencia de aprendizaje. Cada uno de estos niveles comienza
con una “visión panorámica” (o epítome) de los contenidos más generales que posteriormente se pretende
desarrollar con detalle. El epítome sintetiza aquellas ideas más generales en un mismo nivel que se retoma y
consolida cada vez que se profundiza un poco más en los contenidos, de modo que las relaciones de conjunto
siempre priman sobre los contenidos específicos del mismo. El alumno los identifica como partes de un todo
estructurado, puesto que la explicación del profesor describe sucesivas aproximaciones que no los agota, uno a
uno, en su primera presentación. Cada una de estas fases de acercamiento del “zoom” al contenido específico de
la materia supone pues un nivel mayor de elaboración de aquel epítome inicial.

Por otra parte, cada epítome es un contenido de enseñanza en sí mismo, estructurado en torno a un
contenido organizador, como ya hemos dicho, pero sobre todo presentado en un nivel de aplicación lo más
práctico posible. Aquí reside la mayor dificultad de su confección, por cuanto el alumno necesita un primer
conocimiento experiencial y concreto de todo el conjunto, que sirva de anclaje para las posteriores
profundizaciones en la jerarquía epistemológica de la materia. Cada vez que culminemos una fase más de
profundización (“elaboración”), deberemos insistir en las relaciones que presenta con el plano general de
conjunto, con lo que este se enriquece y extiende. Se trata del “epítome ampliado”. Al final de los sucesivos
epítomes obtendremos, por tanto, un “epítome final”, donde aquella dimensión fundamentalmente práctica del
primero aparece ya reformulada con múltiples relaciones semánticas (más abstractas) que se han ido generando
en el proceso. En la figura 1 se presenta un esquema en el que se sintetizan los principales componentes
didácticos que acabamos de comentar.
Figura 1. Componentes didácticos de la teoría de la elaboración (realizado en CmapTools)

La teoría de la elaboración contiene, en definitiva, aportaciones de gran interés para la secuenciación de


contenidos en los diseños curriculares (Coll, 1987; Coll y Rochera, 1990). En el marco de la enseñanza de la
ciencia, ofrece además un soporte teórico para propiciar ese progresivo encuentro entre el escenario cotidiano y
científico que requiere el tratamiento de las teorías implícitas. Sin embargo, no tiene en cuenta cómo diseñar los
procesos y estrategias que conducen al cambio conceptual, en materias donde este aspecto tiene tanta relevancia,
como ocurre en la Física.

Para operativizar este objetivo, la principal innovación que hemos propuesto se fundamenta en la
consideración de los fenómenos físicos (en lugar de los conceptos o principios) como un nuevo contenido
organizador de las secuencias de enseñanza-aprendizaje. Desde nuestro punto de vista, el planteamiento de los
fenómenos físicos como eje que vertebra la secuencia de instrucción, es el mejor recurso para facilitar el
enriquecimiento de los conocimientos que van siendo construidos por los alumnos, desde el escenario cotidiano
hacia el escolar y científico; así como para incidir sobre los sesgos inferenciales que intervienen en las
explicaciones causales que el alumno elabora sobre dichos fenómenos, a lo largo de toda la secuencia
elaborativa. Esta hipótesis se asienta sobre tres consideraciones generales:

a) En primer lugar, la construcción del epítome a partir de los fenómenos físicos que se van a abordar, no
sólo promueve el conocimiento experiencial (de acuerdo con uno de los presupuestos de la teoría de Reigeluth),
sino que garantiza además un “contexto de descubrimiento”, fundamental para la generación de conflictos
empíricos y conceptuales, desde los primeros momentos del proceso de aprendizaje.

Tomando como ejemplo un diseño didáctico sobre Termodinámica, el epítome inicial podría centrase en los
fenómenos de dilatación y cambio de estado que experimentan los cuerpos al variar su temperatura. El proceso
de cambio conceptual requiere que el análisis de estos fenómenos físicos por parte del alumno esté
contextualizada en un sistema y desde un modelo teórico adecuado al modelo mental que es capaz de construir
en cada momento del aprendizaje; de manera que sea posible la producción de conflictos cognitivos con sus
preconcepciones implícitas. Algunas de las más relevantes, en este caso, podría sintetizarse por ejemplo en la
idea de que la temperatura del cambio de estado depende de la cantidad de sustancia o de la intensidad del foco
calorífico. Los contenidos conceptuales de apoyo necesarios para poder realizar los nuevos aprendizajes de una
manera significativa (temperatura, termómetro, estados de la materia…) se introducen en este momento de un
modo “no rigurosamente científico”, sino en cuanto conocimientos cotidianos que posteriormente se irán
reelaborando.

b) En segundo lugar, el diseño de secuencias de contenidos en diferentes niveles de elaboración debería


tener en cuenta la consideración de sistemas, relaciones legales, explicaciones y modelos teóricos
progresivamente más complejos. Así, en nuestro ejemplo de Termodinámica, el modelo físico que el alumno
puede elaborar en las primeras fases se basa en una representación mental de los cuerpos, formados por
partículas puntuales en movimiento, unidas entre sí por algún tipo de enlace de intensidad variable.
Posteriormente, una vez introducido en el segundo epítome nuevos fenómenos relacionados con la transferencia
de calor (conducción, radiación y convección) y los “gases ideales” en el tercero (procesos isocoros, isobáricos,
isotérmicos y adiabáticos), el alumno debe reconstruir una nueva representación mental que incorpore el modelo
de los “gases perfectos”.

Esta secuencia potencia el desarrollo de tres vectores básicos en la construcción del conocimiento
científico. El vector de lo simple a lo complejo, y de lo concreto a lo abstracto, supone que el aprendizaje no
consiste en incorporar sin más nuevos conocimientos ni en sustituir unos conceptos erróneos por otros
verdaderos, sino en la constante reelaboración de las relaciones causales y legales entre los conceptos de una
teoría, desde las más simples o unidireccionales, hasta relaciones más complejas y sistémicas. El vector de lo
implícito a lo explícito requiere analizar, confrontar y verbalizar los modelos internos que representan la
realidad física para someterlos a un proceso de reelaboración consciente. A estos ejes, podríamos, en algunos
casos específicos, añadir un cuarto: el vector del realismo al perspectivismo, que implica la reflexión sobre
explicaciones y modelos alternativos de construcción del conocimiento científico (Rodrigo y Correa, 1999).

c) Por último, la vertebración del aprendizaje en torno a los fenómenos como contenido organizador,
facilita la inclusión de tres actividades específicamente dirigidas a confrontar las explicaciones causales y los
modelos mentales que construyen los alumnos.

En primer lugar, el desarrollo del epítome, debe comenzar con actividades de observación de los rasgos
esenciales que se dan en los fenómenos físicos y discusión sobre las posibles explicaciones causales. La
explicación causal básica (E.C.B.) debe fundamentarse en el modelo científico más cercano al modelo mental
que el alumno es capaz de construir en cada fase del aprendizaje o nivel de elaboración. Por ejemplo, a partir de
la observación del fenómeno “cambio de estado”, la E.C.B. que el alumno debe inducir con la ayuda del
profesor, en el primer nivel de elaboración, se fundamenta en la idea de que cuando un cuerpo aumenta de
temperatura, se incrementa el movimiento de sus partículas hasta un punto en que se debilitan los enlaces que
las mantienen unidas y se produce el cambio de estado. Una experiencia práctica, en este sentido, podría
comenzar sometiendo un recipiente con un trozo de hielo, otro de estaño y otro de plomo (que poseen distintos
puntos de fusión) a la llama de un mechero hasta conseguir su fusión. La pregunta que deben tratar de contestar
los alumnos sería “porqué se deshacen estos cuerpos”, o “qué habrá pasado en su interior”. La explicación
causal básica que los alumnos deben tratar de descubrir, a partir de los rasgos perceptivos del fenómeno, es que
al “darle energía calorífica”, y aumentar en consecuencia su temperatura, las “partículas” del cuerpo (contenido
de apoyo) vibran con más energía y se van separando entre sí (se dilata), hasta que disminuye tanto la
interacción que mantiene unidas las partículas (otro contenido de apoyo) que acaba “deshaciéndose” el cuerpo.
Posteriormente, debemos promover actividades de planteamiento inicial de leyes, a partir de tareas que
requieran el control de variables y la falsación de predicciones sobre el fenómeno. Para ello, es importante partir
de la explicación de los cambios en los primeros niveles de elaboración, para ayudar luego progresivamente al
alumno a reconocer las relaciones proporcionales, de interdependencia, etc., aunque aún no se lleguen a
formular matemáticamente como leyes. Siguiendo con el mismo ejemplo, sobre la experiencia anterior, puesto
que la temperatura debe ir aumentando, a medida que se proporciona energía al calentar, puede plantearse a los
alumnos: ¿subirá siempre igual la temperatura?; ¿podría llegar a estabilizarse?; ¿cómo sería esto último posible?
Se trata, en este caso, de sugerir una ley de la fusión: la constancia de la temperatura mientras dura ésta. Si, en
cambio, se pretende sugerir la otra ley de la fusión (cada sustancia pura tiene su propio punto de fusión), se
preguntará, por ejemplo, “¿por qué hay que elevar la temperatura más al plomo que al estaño, y más al estaño
que al hielo?”, sin necesidad de llegar, de momento, a respuestas completas.

Combinadas con las anteriores, un tercer tipo de actividades (que pueden ser cooperativas o de “lápiz y
papel”) estarían ya específicamente dirigidas a facilitar la toma de consciencia del conflicto entre la teoría causal
(hasta ahora “implícita”) y las nuevas explicaciones causales de los fenómenos. El profesor debe aquí valorar si
es conveniente desvelar todas o algunas de las respuestas correctas o, por el contrario, es más útil,
didácticamente, dejar la solución correcta para ir dándola a lo largo del desarrollo posterior de los contenidos de
la unidad didáctica (aspecto que, hábilmente utilizado, puede incrementar la motivación en el alumno). De
cualquier forma, en la puesta en común el profesor debe formular explícitamente las teorías implícitas que hayan
reflejado los alumnos a través de sus respuestas. Sólo así conseguiremos promover también con nuestra
secuencia elaborativa un auténtico cambio conceptual.

2 Mapas de experto tridimensionales

Recientemente, hemos operativizado y apoyado todas estas orientaciones con materiales didácticos en diferentes
macrosecuencias de aprendizaje para cada una de las ramas de la Física en la Educación Secundaria (Pérez y
cols., 1999, 2000, 2001). En dichos trabajos (que fueron financiados por el CIDE y distinguidos con el 2º
Premio Nacional de Investigación Educativa 1998), hemos incorporado una nueva herramienta, los mapas
tridimensionales, que facilitan la operativización de este tipo de secuencias didácticas a la enseñanza de la
Física. Los materiales ya publicados pueden consultarse en la dirección electrónica
http://grupoorion.unex.es/pdf/libro.pdf

Como acabamos de ver, la elaboración de secuencias de enseñanza-aprendizaje basadas en la teoría de la


elaboración debe partir de un análisis sistemático acerca de las relaciones epistemológicas entre los diversos
contenidos científicos de enseñanza. Dicha reflexión debe apoyarse en un sistema de representación gráfica.
Aunque podemos utilizar variadas técnicas de representación como los diagramas de flujo, los organigramas o
los cuadros sinópticos, la más potente y desarrollada para este fin y con las que mejores resultados hemos
conseguido en nuestra práctica docente es sin lugar a dudas los mapas conceptuales.

Un mapa conceptual es un procedimiento gráfico para explicitar nuestro conocimiento sobre conceptos y
relaciones entre los mismos en forma de proposiciones verbales. Para Novak y Gowin (1984) no sólo es un
instrumento útil para la instrucción y evaluación de contenidos conceptuales, sino también para facilitar el
análisis previo de las relaciones significativas entre los mismos. Este análisis epistemológico requiere, además
de un amplio trabajo de estudio e investigación científica, un proceso de explicitación de la estructura lógica de
la materia. La utilización para este fin de una estrategia de representación como el mapa conceptual nos aporta
tres soportes fundamentales en el proceso de reflexión didáctica antes de iniciar el proceso de enseñanza:

• permite confrontar visualmente la organización de los contenidos de la materia, de modo que se


aprecian con más claridad las posibles lagunas y relaciones epistemológicas menos consistentes, que
puedan restarle potencialidad significativa;
• facilita una organización jerárquica, que marca los posibles caminos didácticos que el profesor puede
seguir desde los conceptos más generales hasta los más específicos; y, sobre todo,
• se convierte en un marco de diálogo, en una herramienta de trabajo en equipo, que permite confrontar
los contenidos semánticos explícitos o implícitos sobre los que cada uno organiza la enseñanza.

Esta última ventaja es quizá la más relevante de cara a potenciar actitudes y estrategias de reflexión
colaborativa del profesorado. Una vez que se domina la técnica del mapa, su elaboración se convierte en un
“puzzle de conceptos” donde cada profesor puede confrontar su visión del contenido con la de otros
compañeros, también especialistas en la materia (o con la de los alumnos).
La utilidad de esta herramienta puede llegar, sin embargo, más allá del análisis conceptual de los contenidos
de enseñanza. Como ya hemos comentado, resulta muy enriquecedor que el profesor de Ciencias analice, no
sólo una representación de los “conceptos” que organizan la materia, sino también de los “principios”,
“procedimientos” y otros contenidos, no estrictamente conceptuales. En este sentido, no deberíamos hablar tanto
de “mapas de conceptos” en general como de mapas de experto de muy diferente tipo, en función del análisis de
contenido que se pretende primar, es decir, del contenido organizador (Reigeluth, 1983).

Por otro lado, la utilización de soportes informáticos interactivos, de carácter gráfico, ha posibilitado otras
ventajas en su aplicación al diseño curricular. Como acabamos de ver, el mapa conceptual tradicional sintetiza el
contenido en función de una dimensión vertical (correspondiente a las relaciones de pertenencia semántica entre
cada concepto y otros más generales a los que se subordina) y otra horizontal (que permite visualizar aquellos
que se relacionan en un mismo nivel jerárquico). Lo que hemos denominado mapa de experto tridimensional
(Pérez y cols., 1998, 1999), facilita además al profesor la representación en un tercer vector: la “profundidad” de
los contenidos, es decir, los diferentes niveles de complejidad que podemos establecer en la secuencia
instruccional.

Para ello, inicialmente utilizamos el programa informático comercial FlowCharter 6.0 que permite
combinar dos tipos de enlaces entre los contenidos representados. En primer lugar, las tradicionales líneas
etiquetadas verbalmente que unen los diferentes contenidos entre sí (enmarcados generalmente en rectángulos o
elipses) constituyen el soporte gráfico de la dimensión vertical y horizontal, antes mencionada. En segundo
lugar, algunos de esos mismos contenidos (cuyos marcos aparecen además sombreados), se convierten en un
enlace de “profundidad” que conecta con otro mapa, y permite al usuario “navegar” de uno a otro, sin salir del
mismo documento. En la figura 2 se presenta el mapa-llave de la macrosecuencia de Termodinámica
implementada con esta aplicación informática y en la 3, a modo de ejemplo, la síntesis del tercer nivel de
elaboración. En esta última puede observarse que los “saltos” que están permitidos se corresponden con los
enlaces posibles desde dicha síntesis que aparecen en el mapa-llave.

Volviendo a las aplicaciones de la teoría de la elaboración, la principal ventaja didáctica de este instrumento
reside, pues, en su doble capacidad de representación. Por un lado, permite jerarquizar varios mapas en niveles
sucesivos de complejidad, permitiendo al profesor simular una representación en “espiral” en niveles de
elaboración, similar a la propuesta de Reigeluth. Por otro lado, esta versatilidad le convierte en el mapa de
experto por antonomasia, dado que facilita la integración en un mismo soporte de diferentes técnica para
representar contenidos (mapas conceptuales, mapas de principios, diagramas de flujo...).

MACROSECUENCIA DE TERMODINÁMICA

(A todos)
EPÍTOMES ESTRUCTURA
LÓGICA GENERAL

Microsecuencia 1a
AYUDAS 1 EPÍTOME 1 Microsecuencia 1b SÍNTESIS 1

Microsecuencia 2a SÍNTESIS 2
AYUDAS 2 EPÍTOME 2 Microsecuencia 2b
Microsecuencia 2c
Microsecuencia 3a
AYUDAS 3 EPÍTOME 3 Microsecuencia 3b SÍNTESIS 3
Microsecuencia 3c
Microsecuencia 3d

Preconcepciones.
Explicaciones Causales
Básicas y Modelos
subyacentes. Microsecuencias Síntesis de cada Nivel
Epítome de
Contenido de Apoyo. de Elaboración
cada Nivel de de Aprendizaje
Contenido de ÁREA ÓPTICA UEX
Planteamiento Elaboración PROYECTO CIDE

Figura 2. Mapa-llave de la Macrosecuencia Instruccional de Termodinámica (realizado en FlowCharter 6.0)


A LA PRIMERA
SÍNTESIS DEL TERCER NIVEL DE ELABORACIÓN A LA
MICROSECUENCIA ESTRUCTURA
EN LOS GASES LÓGICA
GENERAL
A LA SEGUNDA
IDEALES A LA TERCERA
MICROSECUENCIA MICROSECUENCIA A LA CUARTA
AL EPÍTOME
se dan procesos MICROSECUENCIA

se
cumple se cumple
se cumple que que
ISOCOROS que ISOBÁRICOS ISOTERMOS ADIABÁTICOS

W=0 donde W=p∆V donde W=nRTLn(V´/V) donde


donde

se
resu- que
Po/T o=Pf/Tf Vo/T o=Vf/T f PoVo=PfVf Po.Vo/T o=Pf.Vf/T f porque en
men equivale a
en condiciones
P.V=n.R.T normales

se resumen
U2-U1=Q U2-U1=Q-p∆V Q=W U2-U1=-W U2-U1=Q-W 1 mol ocupa
en
22,4 l

MOTOR DE ÁREA ÓPTICA UEX


fundamento del en donde ∆U=0 y Q=W PROYECTO CIDE
GASOLINA

Figura 3. .Síntesis del tercer nivel de elaboración de la Macrosecuencia Instruccional de Termodinámica (realizado en FlowCharter 6.0)

3 Aplicaciones de los mapas tridimensionales al diseño de una unidad didáctica de


Termodinámica: resultados de investigación

Con objeto de estudiar empíricamente las posibles utilidades didácticas de los mapas tridimensionales
seleccionamos un grupo de profesores de Física de 4º de la E.S.O. Nuestra hipótesis era que la confección de
una Unidad didáctica siguiendo las orientaciones metodológicas anteriores y con el apoyo de los mapas
tridimensionales, tendría efectos positivos sobre el aprendizaje de los alumnos, particularmente en la
modificación de preconcepciones erróneas.

En la investigación participaron 5 profesores y 341 alumnos, de diferentes institutos de la provincia de


Badajoz. Cada profesor trabajaba con 3 grupos-clase en sus respectivos centros escolares. Mediante un
procedimiento aleatorio, 2 de esos grupos fueron asignados a la condición experimental (secuencia de
instrucción, basada en la teoría de la elaboración, y diseñada con mapas tridimensionales) y 1 a la de control
(secuencia de instrucción según la metodología habitual del profesor). La evaluación inicial nos obligó a
desestimar un grupo que no cumplían suficientes condiciones de homogeneidad, razón por la cual uno de los
profesores no tuvo grupo de control (quedando, por tanto, 10 Grupos Experimentales y 4 de Control).

Se elaboraron tres materiales de evaluación: una prueba objetiva con problemas para el análisis de teorías
implícitas (T.IMP.); otra sobre comprensión de conceptos científicos (COMP.); y otra con problemas de
interpretación de fenómenos y de aplicación a situaciones cotidianas (APLIC.). Además, cada profesor realizó
una valoración tradicional del rendimiento en la materia mediante dos pruebas elaboradas “ad hoc” por ellos
mismos: una prueba de ejecución con problemas de Física que requieren cálculo y soluciones numéricas (RP) y
una prueba-examen general (CAL.).

La siguiente tabla recoge los resultados obtenidos. Como puede observarse, la puntuación media (GLOB)
obtenida en las diversas pruebas de evaluación inicial por los grupos Experimentales (EXP) y de Control
(CONTR) resultó prácticamente idéntica (0.1 puntos de diferencia). La medición postest, una vez finalizada la
unidad didáctica, reveló una mejora significativa en todos los grupos evaluados, lo cual es también una prueba
de la aceptable calidad de los métodos de instrucción que hasta entonces habían utilizado los profesores que
participaron en la investigación. Sin embargo, los resultados muestran mayores incrementos (hasta 1.0 punto
más) en los grupos en los que se desarrollaron las actividades basadas en la teoría de la elaboración para la
enseñanza de la Física. Las diferencias resultaron entre los grupos experimentales y control resultaron
significativas en la prueba específica de teorías implícitas (TI: t=2.18; p<0.05), en la asimilación de conceptos
científicos (CC: t=5.59; p<0.01) y en la prueba de aplicación a situaciones cotidianas (A: t= 4.60; p<0.01).

PRETEST POSTEST
GRUPOS
T.IMP. COMP. APLIC. RP CAL. GLOB. T.IMP. COMP. APLIC. RP CAL GLOB.
Experimental 1 4,2 5,0 4,9 5,0 5,9 5,0 4,6 6,7 7,7 7,3 7,7 6,8
Experimental 2 4,0 5,1 5,1 4,9 5,8 5,0 6,8 7,7 7,2 7,4 7,5 7,3
Experimental 3 4,2 4,5 4,3 4,7 5,5 4,6 7,0 7,6 7,3 7,1 8,1 7,4
Experimental 4 3,8 4,9 5,0 5,0 6,0 4,9 7,4 7,7 6,7 7,4 8,0 7,4
Experimental 5 4,4 4,9 4,8 5,1 5,9 5,0 7,3 7,5 7,7 7,8 7,6 7,6
Experimental 6 4,3 4,6 4,7 4,7 5,4 4,7 7,1 7,6 7,7 7,3 7,5 7,4
Experimental 7 4,3 4,8 4,7 4,9 5,7 4,9 7,3 8,0 7,1 7,2 7,8 7,5
Experimental 8 4,2 4,6 4,9 5,2 5,7 4,9 7,6 7,5 7,0 7,7 8,2 7,6
Experimental 9 3,8 4,9 4,7 4,8 5,6 4,8 6,8 7,5 7,4 7,7 8,0 7,5
Experimental 10 4,2 4,7 4,3 4,9 5,6 4,7 7,1 7,2 7,2 7,3 8,0 7,3
Media de los G. Exp. 4,1 4,8 4,7 4,9 5,7 4,9 6,9 7,5 7,3 7,4 7,8 7,4
Control 1 3,6 4,9 5,0 5,0 5,7 4,8 5,8 6,5 6,9 6,6 6,8 6,5
Control 2 4,2 4,7 5,3 5,0 6,1 5,1 5,8 6,3 6,8 6,7 6,6 6,4
Control 3 3,7 4,8 4,8 5,0 6,0 4,8 5,8 6,3 6,1 6,4 6,9 6,3
Control 4 4,6 5,0 4,9 5,1 6,0 5,1 6,2 6,8 6,1 6,5 6,9 6,5
Media de los G. Cont. 4,0 4,8 5,0 5,0 5,9 5,0 5,9 6,5 6,5 6,5 6,8 6,4
Diferencia de las medias 0,1 0,0 -0,3 -0,1 -0,2 -0,1 1,0 1,0 0,8 0,9 1,1 1,0

El informe completo acerca de la metodología (participantes, diseño, instrumentos y procedimientos), los


resultados y las conclusiones de la investigación realizada puede consultarse en la dirección electrónica
http://grupoorion.unex.es/didactica/complemento_comunicacion_al_cmc.doc

4 Nuevas líneas de investigación: aplicaciones del programa informático CmapTools

Los mapas de experto tridimensionales constituyen, en definitiva, una propuesta innovadora con interesantes
aplicaciones al diseño curricular en general, y a la enseñanza de la Física en particular. El aprovechamiento de
herramientas informáticas que faciliten la construcción e integración de mapas constituye una ventaja esencial
para el desarrollo y la comunicación en red de diseños instruccionales. Algunos nuevos programas de diseño
gráfico ofrecen interesantes alternativas para conectar mapas entre sí, como proponíamos anteriormente, al
tiempo que facilitan la comunicación entre los diseñadores y usuarios. En concreto, la herramienta informática
CmapTools (Cañas et al., 2004) aporta unas posibilidades de compartir estos mapas con otros compañeros de
cualquier parte del mundo que no eran contempladas en la aplicación informática anteriormente utilizada. Por
esta razón, actualmente estamos trabajando en la utilización del programa informático CmapTools para construir
mapas de experto tridimensionales, siguiendo las directrices anteriores. Nuestra aportación al uso de esta
herramienta se centra en conectar los mapas simulando niveles de elaboración, además de introducir contenidos
de apoyo y de planteamiento, así como conexiones con las preconcepciones mas frecuentes que suelen tener los
alumnos.

La versión original de los mapas de experto tridimensionales realizados con la aplicación FlowCharter
incluyendo un visor y las instrucciones de instalación que la hacen completamente operativa, puede obtenerse en
nuestra dirección web: http://grupoorion.unex.es/didactica/premio.exe . Estos mapas, revisados y ampliados
durante la realización de dos tesis doctorales son los que han sido “traducidos” a CmapTools y alojados en un
nuevo servidor adquirido con este fin que se ha compartido en la red de servidores CmapServer bajo el nombre
de Grupo Orión-Universidad de Extremadura (España). En este mismo congreso se presentan otras dos
comunicaciones más, a modo de ejemplificación de lo aquí expuesto. En la primera “Macrosecuencia
instruccional de óptica confeccionada siguiendo las directrices de la teoría de la elaboración de Reigeluth y
Stein e implementada en el programa Cmaptools” se hace principal hincapié en el proceso de elaboración de la
macrosecuencia instruccional y en la segunda “Macrosecuencia instruccional de electricidad confeccionada
siguiendo las directrices de la teoría de la elaboración de Reigeluth y Stein e implementada en el programa
Cmaptools” se hace principal hincapié en el proceso de elaboración de unidades didácticas a partir de la
macrosecuencia instruccional. Ambas han sido implementadas en CmapTools y se encuentran compartidas a
través de CmapServer.
5 Agradecimientos

Queremos expresar nuestro agradecimiento al Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE) del
Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) por la financiación que hizo posible el desarrollo de los trabajos de
investigación que permitieron elaborar los materiales didácticos aquí descritos; a la Universidad de Extremadura
en cuyo seno se han llevado a cabo estas investigaciones y a la Consejería de Educación, Ciencia y Cultura de la
Junta de Extremadura por su colaboración en la difusión de los resultados obtenidos mediante la publicación de
un libro que fue distribuido gratuitamente a todos los centros de Educación Secundaria de la región.

Referencias

Cañas, A. J., Hill, G., Carff, R., Suri, N., Lott, J., Eskridge, T., Gómez, G., Arroyo, M., & Carvajal, R. (2004).
CmapTools: A Knowledge Modeling and Sharing Environment. In A. J. Cañas, J. D. Novak & F. M.
González (Eds.), Concept Maps: Theory, Methodology, Technology, Proceedings of the 1st International
Conference on Concept Mapping. Pamplona, Spain: Universidad Pública de Navarra.
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Coll, C. y Rochera, M.J. (1990). Estructuración y organización de la enseñanza. En Coll, C.; Palacios, J. y
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Pérez, A. L.; Suero, M. I.; Montanero, M.; Montanero Fernández, M.; Rubio, S.; Martín, M.; Gil, J. y Solano F.
(1998): Propuesta de un método de secuenciación de contenidos basado en la teoría de la elaboración de
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Pérez, A. L.; Suero, M. I.; Montanero, M.; Montanero Fernández, M. (2000) Mapas de experto tridimensionales.
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