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PSICOBIOETICA BY HUGO EDGAR RUIZ MONROY

NOTAS DE PSICOBIOETICA

“Planeta ómnium hominum est salvificem”

Con afecto a la especie a la cual pertenezco.

Notas de Psicobioética:

La nueva formación, y la nueva información; no significa de ningún modo una re-


volución académica; es más bien, incorporar en la educación cosas pequeñas pe-
ro trascendentales; por ejemplo, como imaginamos un futuro común como especie
teniendo en cuenta las sobre exigencias de orden climático que tenemos en cier-
nes, cómo lograr estabilizar la población mundial, como lograr el compromiso de
todos sin que sintamos que se violan los derechos reproductivos, y humanos, co-
mo conducirnos en estos tiempos en donde parece todo colapsado, y sin futuro
para nuestras jóvenes generaciones.

Que es lo importante realmente hoy, como nos comprometemos todos con el tema
del agua, los espacios, el futuro laboral, el futuro académico, y los suministros pro-
teínicos para toda la especie, como logramos que la conducta se acople a una
nueva norma; a un nuevo orden mundial, como logramos que la academia, y su
consabida instrucción de ejemplo de participación, además; como logramos que la
imitación, el prototipo, la propaganda, la pedagogía, y las neurociencias; mejoren
la conducta del humano de estos tiempos sin alterar los genes de la proteína ni el
cerebro con tecnología, cómo funciona el hombre de hoy; que lo motiva, como lo
educamos mejor, como formamos a nuestras jóvenes generaciones, que les de-
jamos en heredad si sus sueños los destruimos con leyes fatuas…, en fin.

“El cerebro de esta era, de estos tiempos, es; caótico, y es proclive a los delirios
por la tenencia, por la seguridad, y por el impacto que cree debe causar, estamos
en la verdadera individualización del cerebro; siempre el cerebro fue colectivo,
normativo todo lo más; hoy, no. Necesitamos de una idea nueva, nueva dirección,
y quizás de una nueva proteína moral, y es a nivel global”

“Esta es una amonestación bendita que hemos hecho descender; para que los
hombres sensatos tomen medidas prudentes para no desaparecer de la faz de la
tierra. Ninguna criatura goza de tanta distinción, y guía; proteger lo poco que que-
da es tarea del intelecto de los hombres de estos tiempos; pues la hora de la se-
quía esta pronta, y se enfrentará el hombre al hambre, a la sequía, y a la anarquía;
además, a los menos creyentes tendrá que aniquilar; empero, aún podemos evitar
el denuesto a la especie, y la tragedia por agua”

La nueva formación, y la nueva información debe ser un proyecto académico and


político público; coordinado por los medios de comunicación; para transformar el
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intelecto, además; del imaginario colectivo de especie, e influir en la toma de deci-


siones reproductivas, y psicosociales propias de una especie que descansa en
razón, y causa impacto devastador al ecosistema el cual acusa emergencia.

En este sentido, se centrará la emergencia en la superpoblación, los espacios, la


proteína, el futuro de nuestras jóvenes generaciones, y en el agua potable; siendo
estos talantes, sin ser todos; reconocidos por la especie como la fuente de la más
grande emergencia planetaria, y que; además, son comunes para todos, concer-
tando para reconocer como inminente la catástrofe que provocará la falta de agua,
y la crisis de seguridad que detonará la inminente tragedia psicosocial que nos
enfrentará por supervivencia debido a las carencias, y al número incontable de
humanos. Si logramos el compromiso global como especie; triunfara la voluntad
de cada uno, y la supervivencia será vista como real; será popular, e imitable. La
propagación de la idea, y el concurso de la voluntad convenientemente moraliza-
da; evitara que el proyecto especie tenga connotaciones negativas. La voluntad de
estos tiempos; necesita, precisa de una guía convenientemente moralizada; nada
beneficia más al cerebro que la supervisión adecuada, y el reconocimiento de sus
logros, una pequeña dosis de poder, y de confort hacen al cerebro de estos tiem-
pos competente, y moralmente equilibrado.

Generar una nueva actitud de especie; no es nada del otro mundo, basta con re-
conocer, y aceptar la responsabilidad que tenemos con el planeta, y la biota, ade-
más; de su deterioro, y desaparición progresiva por nuestra acción; algo así como,
descubrir lo que hemos sido capaces de hacerle al ecosistema planetario ampara-
dos en morales primitivas, y dioses temperamentales. La idea debe ir en acenso;
debe hacerse masiva sin represión; empero, con voluntad de especie, y poder pa-
ra gestionar; esta será el arma más poderosa que jamás hayan tenido organismo
alguno que evoluciona progresivamente.

El hombre no es la especie que más éxito ha tenido; solo cuenta con un cerebro
capaz de alterar de forma temporal el medio que lo circunda; el éxito lo tienen las
especies que convivieron con los dinosaurios, y que, además; sobrevivirán al
hombre sin ninguna alharaca. La principal tarea de especie será el tema reproduc-
ción, organización, preservación, y eco-convivencia, e implantación de la idea su-
pervivencia en el cerebro de reptil como mecanismo de autocontrol, la idea ha de
ser colectiva; todos somos objetivo definitivo en el proceso; nadie ha de recibir
estímulos fiscales ni dadivas más allá de las divinas moralizadas para esta era.

“Evoquemos la voluntad de poder que no es otra cosa que el deseo de hacer las
cosas, los hombres de estos tiempos saben; es solo que no desean, prefieren
consumir medicamentos para no ver; ni explicar los sufrimientos”

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Se promoverá la idea de eco-alteridad (geo-preservación) en particular agua, es-


pacios, y especies; para ello, cada ciudadano de la tierra actuará como organismo
fundamental, y definitivo para la supervivencia. Toda la información, y toda la for-
mación deben garantizar el control interno individual; todos debemos saber a qué
nos enfrentamos como especie en un futuro próximo; todos los sectores, y sus
respectivos campos de acción; incluyendo las operaciones profesionales científi-
cas, y estatales deben procurarlo, no es sano mantener a la especie en ignorancia
respecto de la supervivencia, y la procreación; somos todos responsables de to-
dos, si no hacemos algo en (80) años; no subsistirá ninguno; es así de simple; no
hay lugar para elegidos, los dogmas, y las ciencias del cerebro deben coincidir en
algo; el cerebro necesita de fe; solo tenemos que moralizarla nuevamente, y au-
mentarla de ser posible.

La propaganda no es nueva; lo que es nuevo es el estudio del impacto que puede


causar, y su efecto en las mazas, además; es notable el alcance que tiene, y lo
que se puede lograr con ella. Lo que resultaría nuevo; sería la conservación de la
especie mediante la reproducción programada; donde cada uno, decida el impacto
que desea causar con su conmovedora herencia genética; teniendo en cuenta los
medios de los que dispone, y el impacto que ha causado de forma objetiva; sin
zalamerías dogmáticas, eso sí sería nuevo, y revolucionario; además. No obstan-
te, la evaluación e importancia de la información no está en la propaganda misma;
esta en el poder para influir la voluntad, y transformar la moral, además de; el
ideario colectivo de manera permanente en la especie; eso sí sería notable. El po-
der que tiene la información está en el consenso, y en el convencimiento social,
además; del devenir psicosocial para cada uno, no sobra decir que, entre menos
principios; más recto es el común. Sin más; la propaganda es un producto de alto
consumo para nuestra especie; nutre las emociones, y potencia las decisiones.

Es importante resaltar que; la manipulación de las masas a través de la publicidad,


y la propaganda proactiva; determinan, y persuaden con efectos alienantes sin ser
nocivas; solo son un producto de consumo masivo que puede en algún momento
contribuir a un mejor desarrollo social programado. El dogma, la ciencia, la moral,
la comunicación, el ejemplo, la persuasión, y la propaganda se utilizan como he-
rramientas de dominio, y dirección; además, son indispensables para nuestra es-
pecie. La propaganda es al hombre; lo que las feromonas o alelo monas son a las
demás especies; es la directriz del camino.

Proponer una ideología de conservación no significa propaganda, significa medios


para la supervivencia; empero, hemos de utilizarla para impactar a las mazas, y
prevenirlas del desastre al que nos enfrentamos por reproducción excesiva, y ca-
rencia de agua, además; de espacios para el intercambio psicosocial; sin quitarle

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al hombre facultades intelectuales solo es qué; adapte la idea de preservación a


su diario vivir, y se haga generador de propaganda, y ejemplo.

La función instrumental de los medios es medular; estos pueden llegar directo a


las emociones, y conectar con el cerebro común para que finalmente se hagan las
evaluaciones, y se programen las acciones individuales.

Las necesidades, y las voluntades; de la especie adquieren carácter psicológico,


biológico, y sociológico cuando las moralizamos convenientemente; no se trata de
jugar con la mente, se trata de prepararla para enfrentar los nuevos tiempos, y los
nuevos desafíos; asignando nuevas normas sociales globales respecto de la su-
pervivencia and la reproducción; y que estas sean concebidas como normales de-
jando de lado la influencia imaginaria reproductiva, y mágica-dogmática que tienen
todas las culturas respecto de la vida sobre el planeta.

Acceder a una nueva carga ideológica, y emocional es una cuestión de evolución


social, y transformación cerebral, las emociones se pueden educar, y no requieren
de esfuerzos heroicos; basta con situarnos en el aquí, y en el ahora, el rol de cada
uno debe impactar; hasta llegar al punto de que toda la especie crea, y lleve a ca-
bo la mayor revolución de especie como contribución a la preservación de la vida
sobre el planeta.

Un proyecto de preservación no necesita ser muy inteligente, ya que al usar la


propaganda como instrumento de formación e información; lograra llegar a la au-
diencia global, obteniendo como resultado la aprobación colectiva de esta nueva
ideología de especie.

El sapiens; es la única especie en la corta historia planetaria que puede controlar


su propia evolución; no obstante, todas las demás especies le llevan ventaja al
controlar su reproducción; sino de cultura preservacionista como acto natural de
especie. La disonancia cognitiva es el principal obstáculo para avanzar en la con-
secución de mejores indicadores de calidad de vida para los humanos de hoy, y
del futuro. Los retos que enfrentamos como humanidad; se traducen en, hambru-
na, hacinamiento, sed, y malestar social; todos son malestares producto de la re-
producción sin control, del deterioro medioambiental, del futuro sombrío, y la moral
primitiva que acusa pecado, y culpa a la pobre condición humana.

Debemos aprender, y acondicionar el cerebro a los nuevos tiempos; no tenemos


que reclamarle nada al pasado, todos hemos sido responsables del deterioro pla-
netario; solo preguntémonos cuanto consumimos cada uno de nosotros. Es posi-
ble que podamos cambiar nuestra realidad; también, es posible que no; pero inten-
témoslo. Todo dependerá de las modificaciones que hagamos a la moral; no olvi-
demos por ningún motivo que la moral; es la fuerza más poderosa que existe para

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controlar la naturaleza, y la cognición humana en cualquier latitud, hagamos el


ejercicio así sea solamente de manera imaginaria; el cerebro funciona así; imagi-
na, y luego concreta lo que puede concretar.

Todos podemos contribuir para que el futuro exista, y sea mejor para los humanos
que nacerán en (30 o 50) años, y más, si no hablamos de estos temas, e impac-
tamos el pensamiento racional no habrá futuro para la especie; ni para las espe-
cies que hemos domesticado. Debemos diseñar un proyecto que valla directo a lo
que significa supervivencia; que impacte al ser humano, y condicione la cultura, y
la sociedad. Las relaciones con el medioambiente tendrán que cambiar por com-
pleto; la idea de eco-alteridad no es fofa, el tema de superpoblación es definitivo,
el tema agua, recursos, y energéticos debe ser global académico.

Somos capaces de mejorar nuestras capacidades intelectuales; de igual manera


nuestra propia evolución la podemos formar a acomodo. Los primeros cambios
que debemos hacer es empezar a madurar la idea de transhumanidad; dejar de
ser la humanidad que hemos sido, y pazo a pazo; ir incursionando en nuevas al-
ternativas para la supervivencia; el cambio implica nuevas valoraciones, nueva
moral, y una fusión dogmática que una los elementos que le han dado forma a la
cultura humana en las diferentes latitudes, la idea no es descabellada, debemos
pasar desde ya; a modo supervivencia, y la idea de transhumanidad nos puede
ayudar a transformar la cultura planetaria sin detrimento a ningún miembro de la
especie; lo que debemos transformar es la idea dogmática que le ha dado soporte
el intelecto desde siempre, empero; no para siempre.

No necesitamos dividir a la especie en súper-hombres, súper-mujeres y personas


normales; eso ya existe, muy pocos miembros de la especie viven súper-bien, los
demás vivimos súper-mal; es por eso que, no podemos evitar los conflictos socia-
les. Nadie nos enseñó a calcular el impacto que causamos cada uno de nosotros
teniendo en cuenta nuestra realidad económica, y social; nadie nos habló de plani-
ficación de acuerdo al impacto psicosocial, y así; convertimos a nuestros hijos e
hijas en una conmovedora herencia genética con posibilidades de éxito muy limi-
tadas, o nulas las más de las veces.

Podemos lograr un equilibrio de especie en unos (30 a 50) años. Con mayor acce-
so a la formación, e información; toda la especie resultara beneficiada siendo más
pocos, con mayor acceso a suministro, y oportunidades; la cuestión es programar-
nos desde ahora como especie, en (50) años; una gran mayoría hemos partido
para siempre, y dejado espacios vitales para los humanos del futuro, y que no se
piense que estoy haciendo predicciones solo pienso en la evolución que ha tenido
la longevidad en los últimos (100) años; en donde la esperanza de vida ha aumen-
tado; empero, las condiciones de vida no han cambiado para una inmensa mayo-

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ría de personas en el mundo. La tecnología aún no tiene el potencial para reconfi-


gurar radicalmente nuestro mundo, y nuestra economía, es la moral, y las nuevas
ciencias del cerebro; vistas como las fuerzas más poderosas que existen para
controlar la pobre condición humana; las que pueden hacer algo, o al menos; in-
tentar un cambio complejo en nuestra especie.

El cerebro común del que dispone la inmensa mayoría de personas; permanece


en economía, sabe que es (genética, nanotecnología, robótica, algunos saben que
es pos-humanidad, y neurociencias); empero, no sabe cómo conducirse en estos
tiempos; tenemos que formarlos para que estos saberes se concreten o al menos
se puedan digerir, y ayuden a mantener a la especie sobre el planeta, necesita-
mos nuevo itinerario de especie; nuevos incentivos, aunque solo sean emociona-
les, y de fácil digestión.

Los tiempos actuales son emocionalmente exigentes, y conductualmente instiga-


dores para todos, y los retos a futuro lo será aún más; no obstante, es emocionan-
te vivir en esta época; en donde todo se nos suministra basta con tener con que,
empero; cuando tengamos con qué, y no haya nada; que pasara, supongo que las
emociones, y la conducta; se exaltaran de manera trágica; la razón es simple, el
instinto de conservación está en el cerebro de reptil, y allí; no hay sentimientos ni
moral que acuse culpa; sobrevivir es el objetivo, y nada más.

No hay que remontarse muy lejos en la historia para comprobar que; antes, casi
todos los conflictos se resolvían mediante la violencia. Por un lado los seres hu-
manos hemos sido por naturaleza; conflictivos, también; por naturaleza sensatos,
afectivos, protectores, depredadores, reproductores de miseria genética, consumi-
dores, productores de basura, y la percepción que teníamos de futuro era cultural-
dogmática local, hoy la necesidad de causar impacto medioambiental individual
es global; y nos está haciendo proclives a la violencia, al terrorismo, al desorden
por el numero incontable que somos; podría esto entrañar (o no), riesgos para la
seguridad de la especie en todo el orbe, nuestra especie siempre estará en desa-
rrollo progresivo; las ideas siempre se transforman solo procuremos que no sean
letales en estos tiempos; por lo tanto una propuesta más; no está de más.

Hay muchas cosas del sistema que controla a la especie que ya no funcionan; la
razón es simple, no han cambiado desde hace siglos; intentar solucionar la crisis
ambiental, y poblacional en (5) años, no es posible, además; nada es posible con
dosis controladas de violencia; con dosis controladas de ideas se puede lograr
más; es más expedito, y actual. Tratar de controlar a nuestras jóvenes generacio-
nes con violencia o imposiciones arbitrarias solo logra mayor caos, seguimos pen-
sando que la preocupación es a futuro; no queremos darnos cuenta que es ya, y
que además precisa de (30 a 50) años, empero; si empezamos hoy.

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“Las propuestas políticas ya no están a la altura de los problemas de nuestra era;


son obsoletas, y están enfermas; tenemos que curarlas lo mismo que curamos un
cuerpo enfermo, envejecido, y un cerebro brillante, empero; alucinante”

“Debemos formar a nuestros políticos académicamente en los afanes que acusa la


especie; es solo eso, y nada más; en lo demás pueden seguir, brillando, y aluci-
nando por las votaciones”

“Si el cambio climático es inevitable; porque nos preocupamos, nos debemos


preocupar por qué; aún podemos hacer algo para que no desaparezca la especie,
además; tú, y yo; y las personas que amamos; hacemos parte de la especie”

La disonancia cognitiva es el mayor enemigo de los cambios; si perdemos, y no


reconocemos la pérdida; seguimos perdiendo, y así nos encontramos con el mis-
mo problema una, y otra vez. La realidad la cambiamos cuando miremos el futuro
con responsabilidad, y respetabilidad. Se puede ver más allá de la realidad que
asistirá a la especie en un futuro próximo; el cerebro puede hacer eso sin ser bri-
llante ni disponer de altos estudios académicos.

“Como ganar el entusiasmo, como manifestar que las cosas no funcionaran sin
hacer cambios; para eso, hemos de impactar el imaginario colectivo, para que el
cerebro común se interese; para que deje de pensar en el próximo fin de semana,
y piense más allá de la realidad que le asiste”

“Los Dioses, y los demonios, no han descendido del cielo; son patrimonio del ce-
rebro del hombre, librarse de ellos no puede; empero, el humano sí; aun sin
desearlo; bástele el razonamiento practico. Bueno es saber qué; para la supervi-
vencia de la especie las deidades son incapaces de oír; así nos ahoguemos en
plagarías zalameras, y peor aún; si seguimos reproduciéndonos sin ningún control;
para su gloria”

“Y para sacar a los hombres de las tinieblas para que sean conducidos al camino
recto a quien no le pertenece nada en el cielo sino en la tierra; tendrán que rein-
ventase para no soportar tormento terrible cuando las mazas numerosas, insatis-
fechas, hambrientas, y sedientas; reclamen lo que nadie les debe, lamentaran no
haber hecho correctivos por someterse a ideas reproductivas pretéritas; será la
hora de guiar a quien se quiere, y extraviar a quien no se quiere; y los paraísos
serán para los elegidos; los demás serán escoria, y nada más en la corta historia
igualara el tormento de la especie. Os he hablado con verdad imperecedera; sin
ser alucinante ni pendenciero”

“Ciertamente hemos hecho fácil para todas las lenguas el conocimiento; para que
con él se instruyan los humanos, y sean advertidos los reacios; de no aceptar el

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conocimiento, a cuantas gentes tendremos que aniquilar para continuar como es-
pecie, y tener derecho a lo necesitado. Y una vez que hayamos entrado en la bar-
barie ciertamente no parara; predominara la evolución de la idea de conservación
de especie. Y su devenir; sobre la creación del hombre, sus paraísos, su salva-
ción, su perdón, y su vieja moral serán pretéritas; afines con el averno”

Debe evolucionar la idea cómo ha evolucionado el cerebro. La forma del cerebro


actual muestra indefectiblemente un proceso evolutivo difícil de ignorar; las funcio-
nes cerebrales han evolucionado gradualmente hasta alcanzar la forma globular
presente en el cerebro actual. La fase evolutiva temprana data de unos (200.000)
años aproximada mente, no obstante; podemos decir que, la forma que alcanzo el
cerebro actual data de unos (100.000) años siendo en los últimos (38.000) años
que alcanzo las características, el tamaño, y la forma que ostenta en la actualidad,
no obstante; nos individualizamos, y nos olvidamos de toda la especie sin recono-
cer que todos seremos pasto del mismo tormento, aunque seamos muy listos, y
tengamos un cerebro poderoso, y creamos saber su historia.

No obstante; los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro humano, y cómo


hoy día se puede afectar su función es tarea para; iniciados, además; sé que esto;
tiene implicaciones éticas muy reales.

“La moral debe evolucionar al igual que el cerebro; nos cargamos de pecado, mie-
do, y paraísos, es decir; culpa, castigo, y premio, y aun hoy; no hemos corregido
nada de esto, la vieja moral nos llevara a la ruina de especie aun con el cerebro de
que disponemos”

En estos tiempos se logra más; transformando la moral, y fundamentando las nue-


vas ideas; que, desentrañando el cerebro de la especie, cohibiendo a nuestras
jóvenes generaciones, y llenándolas de prohibiciones fatuas. La individualidad del
cerebro actual; dota de autonomía precisamente al cerebro individual; despenali-
zar adefesios es legal, y necesario.

La forma del cerebro de la que estoy hablando; solo evoluciono en nuestra espe-
cie; en ninguna otra especie alcanzo semejante desarrollo, y no hemos de sor-
prendernos si descubrimos que; los demás cerebros han evolucionado hasta al-
canzar su estándar o pico evolutivo; no obstante, hay cerebros que prometen ma-
yor autonomía solo precisan de tiempo. Las conductas, y el éxito de las demás
especies; también son producto de su propia organización cerebral, y la mayor
probidad de éxito lo determina su presencia en los tiempos actuales, si existen es
porque han logrado adaptarse. Los cerebros más antiguos los encontramos en los
cocodrilos son una especie altamente evolucionada, empero; su estándar evoluti-
vo no da para más, y no lo necesita, además. Para que los humanos podamos

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hablar de éxito como especie, debemos; conservarnos, debemos transformar el


cerebro con una impronta de supervivencia, y su ideario reprogramarlo; reinven-
tando la idea e impactando la moral con una impronta de supervivencia. Debemos
dejar de ser humanidad, y pasar a pos humanidad para poder reinventarnos, e
inventarnos nuevos lineamientos de supervivencia; sin cargas delirantes que acu-
sen pecado, culpa, y condena eterna, empero; como hemos de hacerlo; que cien-
cia ha de llevarnos a ello, que acción, que hecho.

“La neurona, y el sufrimiento humano no coinciden; la neurona corresponde con la


lógica cerebral; el sufrimiento corresponde con el daño colateral de los excesos;
fueren estos los que fueren”

Las neurociencias son disciplinas que estudian el sistema nervioso, tratan de ex-
plicar la conducta, y el padecimiento mental según bases biológicas, si bien la
formación, la información, el aprendizaje, el afecto, y las emociones; no sabemos
a acabada cuenta si corresponden a la lógica de la neurona; empero si pueden
lograr avances educando las emociones, y las pretensiones venidas a menos. Hay
cosas que jamás podremos lograr, y tener, aunque nos ahoguemos en plegaria
zalamera, y en altos estudios neurológicos.

“La moral aplicada es la fuerza más poderosa que existe para controlar el cerebro;
no obstante, reclama cierta prudencia, los beneficios potenciales que se pueden
extractar afectan la conciencia de la especie de forma definitiva, y los nuevos valo-
res que desarrolle el cerebro; deben ser responsabilidad entera de toda especie;
para ello, es indispensable la interdisciplinariedad, y la función moral que desee-
mos privilegiar; debe corresponder con una ética de la especie”

“Debemos seguir respetando las diferencias; la normalidad es supuesta; lo único


que debe ser norma universal es la supervivencia de nuestra especie, y el control
poblacional”

Los valiosos aportes de la neurociencia como hito contemporáneo en el campo


educativo, político, pedagógico, y psicosocial; puede hacer más atractiva la inicia-
tiva de supervivencia al incorporar en este campo la emergencia de especie. No
se trata de cargar de responsabilidades traídas a menos a las neurociencias; ni
mucho menos dejarle toda la responsabilidad en cuanto a un nuevo orden cogniti-
vo, y social educativo; se trata de rescatar todo aquello que podemos aun llamar
bueno, y provechoso para la especie teniendo en cuenta el bagaje cultural, la me-
moria, y la experiencia que hemos acumulado en los últimos (38.000) años; res-
pecto del medioambiente, el consumo, y la proliferación de nuestra especie.

Una disciplina que diferencie entre lo técnicamente viable, y lo moralmente acep-


table debe saber qué; las emociones afectan las decisiones, afectan la libertad

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individual, y determina la conducta de los individuos junto con los estados altera-
dos de conciencia que acusan al cerebro actual, de ahí que sea; un terreno álgido
la intervención tecnológica del cerebro; diferente es desarrollar una nueva con-
ciencia moral de especie donde el concurso interdisciplinar encuentra un terreno
abonado para actuar.

Nada es nuevo; como se puede leer en esta muestra, empero; los profesionales
de las distintas disciplinas fueren estas las que fueren; no deben entusiasmarse, y
cederle toda la responsabilidad del cambio a las neurociencias; sería como sen-
tarnos a esperar lo que nadie nos debe, somos todos indistintamente de quienes
fuéremos; los llamados a hacer aportes genuinos; sustanciales para un nuevo or-
den principalmente académico, político, y moral de especie.

“La moral es el rector natural del cerebro humano; opera como locus de control
interno; solo necesita de información, formación, y guía pedagógica para actuar
culturalmente”

La amplitud de conciencia emerge, y evoluciona rápidamente en estos tiempos de


acusada tecnología, y crisis medio-ambiental; con la pregunta ¿puede la especié
humana sobrevivir la emergencia planetaria actual?, y seguidamente la conciencia
nos obliga a preguntar; cuáles podrían ser las medidas a privilegiar para hacer de
todos una sola especié; teniendo en cuenta las emociones humanas proclives a la
violencia, y la memoria histórica que acusa tragedia.

Y ha sucedido muchas veces que; nuestra especie se sienta a esperar salvadores;


para así tener poder para responsabilizar de los fracasos a otros, o a iniciativas de
otros; empero, esta vez no funciona así; nos comprometemos todos o todos desa-
pareceremos por lindos, y piadosos que seamos, y, además; contemos con las
neurociencias, y unos que otros –neuromitos-

Todos somos responsables de todos; aun en estos tiempos de individualidad ce-


rebral, el cerebro no funciona si no es en grupo, las emociones determinan la cog-
nición; sin ellas no hay memoria, y, además; los principales detonantes de las
emociones, la cognición, y la memoria siempre son los otros. El comportamiento
humano, y los mecanismos de función cerebrales; no tienen forma de ser desen-
trañados; aun. La fuerte inclinación que sentimos por las normas hace parte de la
evolución grupal del cerebro, además; la imitación de conductas, la necesidad de
regocijo y confort; son características propias de la condición humana, por ende,
precisamos de normas, y reglamentos para disfrutarlas.

Las estructuras culturales, y dogmáticas en gran medida determinan el funciona-


miento cerebral; la cognición, la memoria, y las emociones tienen un fuerte com-
ponente cultural-dogmático.

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La revolución del cerebro no existe; empero, si hemos accedido a nuevas coorde-


nadas planetarias cerebralmente, nadie desentraña el cerebro humano; aun que
contemos con asombrosas tecnologías para ello; no obstante, los accesos a los
que tiene hoy el cerebro; si pueden aportar una visión nueva acerca de cómo de-
bemos conducir, y formar nuevamente a la especie; sin desconocer el complejo
sentido de lo educativo, y de lo formativo culturalmente. Es solo logrando que la
conducta de supervivencia se acomode a la norma que hemos de implantar; para
acceder a un futuro común con lo que podemos conseguir avanzar un poco sin
sacrificar a ningún miembro de la especie; permitiendo que el pensamiento crítico
siga iluminando el cerebro; sin la necesidad de acceder a los -neuromitos-

Hemos perdido un tiempo precioso como especie; deberíamos tener otras formas
de vida más de acuerdo con la naturaleza presumiblemente sensata que hemos
sido; somos una especie hermanada, precisamos de la imitación; nuestro cerebro
funciona así, la imitación hoy; hace parte de la evolución actual, el cambio con re-
lación al ecosistema es cognitivo-cultural de especie. Somos inteligentes -algunos
dicen que no sabemos cuánto- pero no hemos hecho más que vegetar todo el
tiempo, y las exigencias ambientales de hoy nos muestran que; no hemos sido
más que biomasa perfectamente compatible con la tierra, vergonzoso resulta decir
que somos la especie que más éxito ha tenido, éxito han tenido las cucarachas
que cohabitaron con los dinosaurios, y muy seguramente nos sobrevivirán borran-
do todo vestigio de la era Antropo-homínida, eso sí es; éxito, y nada más.

En nuestro caso; los estudios genéticos muestran cambios en los genes relacio-
nados con el desarrollo cerebral en nuestro linaje desde que la población se divi-
dió en neandertales, y homo sapiens. Las evidencias arqueológicas, y paleo an-
tropológicas demuestran que; somos una especie evolutiva con fuertes raíces afri-
canas, con cambios graduales, y duraderos en la conducta, con cambios gradua-
les en la organización cerebral, y con una organización social altamente funcional
en nuestra especie, y un funcionamiento potencialmente progresivo detonado por
las emociones, y los deseos. Es todo lo que sabemos de nuestros orígenes, em-
pero; esto no contribuye en nada para evitar nuestra desaparición del planeta, aún
no hemos llegado al punto en que empecemos a pensar en la responsabilidad que
tenemos todos como especie con el medioambiente; así nuestro cerebro sea una
maravilla, y su evolución motivo de investigación sesuda.

Hoy la presión estadística, el cambio climático, y la necesidad de espacios para


habitar; obligaran al cerebro humano a la lucha por el agua, y, además; las ideas
de supervivencia; darán lugar a la formación de grupos radicales que administra-
ran la sed, el hambre, y la población de forma brutal en menos de (30) años. La
densidad, la migración, el hambre, la pobreza, y la sed; son registros que permiten
calcular la desaparición de la especie prontamente, o al menos calcular la calidad

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de vida que les espera a los sobrevivientes; siendo realmente pocos en número, y
con una tragedia en su historia personal por suministros.

A mayor población; mayor incremento de pobreza, de emociones perversas, y de-


seos sombríos, la competencia por los recursos será feroz, principalmente por
agua; la evolución del cerebro nos importara muy poco; nos importaran grande-
mente las emociones, y los deseos que evolucionaran siniestramente cuando no
podamos calcular el número.

“Cuando la especie humana tenga que competir por sus necesidades emociona-
les, por mantener su estatus social, y fortalecer su ego; se hará toxica, y brutal, los
recursos existentes tendrán propietario principalmente el agua, y los espacios. Un
cerebro más descifrado, y evolucionado no supondrá ventaja alguna; será la bar-
barie, y la ferocidad quienes se impondrán sobre los demás; no importará su he-
rencia genética; bastará con para la compra lo cual dará un poco de poder sobre
los demás miembros de la especie; será así de simple, y nada más”

El cambio climático, el número, y el suministro de agua; influyen notablemente en


el desarrollo del cerebro, y de las ideas siniestras, y también influirá en su deterio-
ro progresivo; además, la competitividad social, y emocional hacen al cerebro más
diestro, delirante, siniestro, migratorio, y exigente; empero, terminará deteriorán-
dose porque la proteína que necesita para desarrollarse, y mantenerse desapare-
cerá gradualmente.

El cerebro precisa de un aporte energético constante; funcionando mejor cuanto


más eficiente es el aporte de agua, oxígeno, nutrientes, y oportunidades, sin opor-
tunidades el cerebro delira, y se ensombrece; vuelve a la era cavernaria; al reptil, y
allí sin asiento afectivo, y moral; la supervivencia es lo único que importa. Sin nin-
gún soporte afectivo por sus afines el cerebro es letal; en cualquier especie, y más
en la nuestra; aun provisto de moral el cerebro será letal.

La competitividad, y las emociones siendo buenas o no; generan la evolución del


cerebro, y potencian el desarrollo de las sociedades, no obstante; en ningún modo
garantiza la supervivencia de la especie. Los recursos ecológicos per cápita, con
la consecuente e inevitable lucha por mantenerlos, y asegurarlos; dará lugar a
pugna terrible entre ellos, y nosotros. La competencia por el control ambiental, y el
control de las dinámicas sociales no las conocemos aun; si serán feroces, o no;
dependerán de las decisiones que adoptemos hoy como especie. El cerebro debe
formarse, adaptarse, y debe generar nuevas dinámicas cognitivas para actuar en
grandes números; todos con las mismas necesidades de supervivencia, debemos
acceder a la responsabilidad de especie, y una de las responsabilidades funda-
mentales de la especie es; la reproducción controlada, y el cuidado del agua.

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“Cuando el cerebro delire por el número, y por el terror que infunden las emocio-
nes por la escasez de agua, espacios, y alimentos; se hará fanático, destructivo, y
sanguinario. El poder intimidatorio que dan las emociones, los deseos, los imagi-
narios perversos, y las armas; lo harán destructivo, y feroz con sus iguales, y no
será terrorismo; será la supervivencia del más listo”

“Y se exceptuaran los hombres; se harán humanos; serán los que creen, y su bar-
barie será pía vista por ellos, e invocaran a Dios, y defenderán sus ideales ha-
biendo dividido a la especie en hombres, y humanos, aquellos elegidos como
hombres; sabrán a que destino se dirigen”

La presión demográfica definitivamente fue fundamental en el desarrollo de nues-


tro cerebro, y de nuestros imperios, empero actualmente; la presión demográfica,
y el cambio climático los están llevado a su deterioro siendo cuales fueren. Todas
las especies tiene un límite reproductivo, y un estándar conductual; la especie hu-
mana hace tiempo los supero por el concurso emocional perverso; disfrazado de
moral oportunista, conmiseración, y fe. Las emociones, y la conducta mutan en
nuestra especie de forma evidente, y vertiginosa; luego la aparición de conductas
nuevas, y feroces por la densidad poblacional, y la interacción; no serán sorpresa;
ni descubrimiento alguno. El cerebro humano es complejo, y su evolución es difícil
de rastrear; empero, son las emociones las que determinan las conductas, y las
pretensiones, la razón es simple; superamos los instintos animalescos, y accedi-
mos al razonamiento moral, siempre estamos haciendo conexiones sinápticas, y
desarrollando nuevas conductas, y con ello; nuevas pretensiones, nuevas perver-
siones y; siendo morales hemos de evolucionar conforme a ellas, y apresurar el
pazo para no desaparecer con todo, y moral.

Hemos sido incluso en la actualidad; el único género vivo que razona, intentar
aproximarnos a la hermandad de especie no debe ser un reto; debe ser una obli-
gación para poder conservarnos a nivel global, las necesidades, y las emociones
son patrimonio de especie; luego, consérvanos es responsabilidad de todos.

El medio ambiente, las proteínas, las interacciones; entre ellas el reforzador se-
xual, las relaciones sociales entre ellas; la comunicación, y el lenguaje, las emo-
ciones entre ellas el miedo, la migración e intercambio cultural, además del genéti-
co, y los deseos entre ellos la tenencia; desempeñaron un papel suficientemente
importante para ser tenido en cuenta en el desarrollo, y crecimiento del cerebro del
hombre; este puede ser sencillamente el hilo conductor del que podemos hablar
sin reñir con otras conjeturas, en ese orden se pudo facilitar el camino que hemos
recorrido hasta hoy; y del cual puede, o no; depender la supervivencia de la espe-
cie de manera razonable.

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Las cualidades que debe desarrollar el cerebro de hoy; van mucho más allá de
meros deseos básicos e imaginaciones, puede suponer conflicto tratar de desarro-
llar nuevas cualidades; todo en base a que, el crecimiento personal individual;
puede significar un fracaso al competir con un inmenso número de personas por
las mismas circunstancias. Un gran número de aspirantes solo indica que; el ries-
go de fracaso; puede ser alto, y las frustraciones en alguna medida serán genera-
les, esto no parece importante, pero; las frustraciones en su gran mayoría son los
detonantes de las movilizaciones, del malestar, y la violencia en nuestra especie.

“Plantear la problemática ambiental, la problemática acuífera, y la problemática


reproductiva; puede fortalecernos psicosocialmente, y más hoy siendo la naturale-
za pensante que somos, o creemos ser, y saber; hemos de hacerlo”

Acceder a estados emocionales nuevos, y a nuevas normas psicosociales; puede


significar un antes, y un después en la vida de la especie. La cultura humana no
sobrevivirá sin hacer los correctivos necesarios que plantean los retos actuales. Es
urgente un acuerdo global de sostenibilidad poblacional, y acuífera para todos los
sedientos; que somos todos planetariamente. Pero si, por el contrario, la moral
primitiva nos mantiene inmersos en el error; no lograremos superar con eficacia
los retos que supone la supervivencia de lo humanamente rescatable. En cada
cerebro esta la habilidad latente; basta con liberarlo de miedos, y darle algo a
cambio; por ejemplo, a menor número; mayor confort, mayor realización, mayores
oportunidades, mayor satisfacción, y mayores accesos.

La competencia motiva en el cerebro; comportamientos, acciones, decisiones, y


así mismo; en él se gestan procesos imaginativos no necesariamente buenos. Pa-
ra volverse competente en un área específica; basta con enfrentar el cerebro a
necesidades, y pretensiones puntuales; las cuales van evolucionando a medida
que el cerebro accede a nuevas pretensiones, nuevas ideas, e itinerarios factibles,
prácticos, y emocionales. El cerebro accede más fácil a los retos cuando consigue
satisfacciones emocionales duraderas, y oportunidades favorables.

Para el cerebro humano; la sensación de dominio es más importante que la idea


de autonomía; el cerebro de hoy es señor de sí mismo, además; en estos tiempos
es más importante la seguridad que la realización, al hacernos competentes, y
además seguros; dominamos un área específica siendo esta en primera instancia
emocional motivacional, empero; también el cerebro puede en algunos casos que-
darse allí relegado vegetando; esperando lo que nadie le debe conforme a la cari-
dad; es por eso que es importante la nueva idea.

“El poder del cerebro radica en la confianza para lograr un propósito, la sed, y el
hambre no son coherentes ni procedentes en ningún cerebro. La supervivencia es

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una condición; es un propósito enraizado en el cerebro de las especies, por ello;


se hacen letales siendo la naturaleza la que fuere”

El cerebro común permanece en economía a esperas de nuevos, y prósperos iti-


nerarios; conducirlo, no es nada del otro mundo; solo hay que liberarlo del temor o
del miedo, guiarlo, y hacerlo autónomo conforme a un propósito; aunque no sea
competente es saludablemente rentable, y hunamente posible, allí están los nu-
trientes más ricos que existen en la moral para lograr los propósitos de supervi-
vencia de la especie; es simple, y primitiva la idea. Un poco de culpa es buena; en
el sentido de que todos somos responsables de la catástrofe de la especie por la
reproducción sin control, por los excesos consumistas, y el poco aprecio que te-
nemos por el agua; sin hablar de la mísera a que sometemos a nuestros niños, y
niñas por nuestra moral primitiva.

El cerebro debe alcanzar la madurez en las ideas, y hacer un alto; para conservar-
se, no debe seguir reproduciéndose sin ningún control, eso no hace parte de la
evolución de la especie; eso hace parte de la polución de la especie, y nada más,
la reproducción excesiva es producto de la moral primitiva. La polución de la espe-
cie la determinan las cifras de muertos, de hambrientos, de sedientos, de necesi-
tados, de desheredados, de personas como tú, y como yo, en fin.

“Todos los cerebros recibirán reconocimiento; empero; asociado estará a su res-


ponsabilidad, y; a su habilidad para tomar decisiones no reproductivas; sin esperar
dadivas más allá de las divinas que son las que hacen brillar, y llenan el cerebro
común con esperanza, magia, sueños, y riquezas en el cielo. En el cielo hay déficit
de almas, y abundancia de riqueza; también, hay ríos cristalinos, y lugar para to-
dos; por agua, por riqueza, y por un espacio; todos invocaremos un nuevo dogma,
y para hacernos merecedores hemos de sucumbir a tiempo”

“El cielo ha dicho que; la paz, y la realización; serán encontradas por todo aquel
que muera a tiempo, y sin hijos. Además; el hoyo que albergara sus carnes in-
mundas; no será profanado por alma alguna; ni el agua le faltara, aunque no la
necesite; así es la gracia de nuestro señor”

Si no logramos hacer; o producir un eco en la especie, y potenciar la gestión emo-


cional, y reproductiva controlada mediante una nueva educación que incluya; una
visión geo-ecológica global actual, cualquier afán o continuismo consumista solo
nos conducirá al fracaso como especie; de aquí que sea importante valorar todo el
esfuerzo, e iniciativa para conservar el agua superando los discursos políticos, y
todos los pronósticos mágicos de bastimento global.

Empezar a diseñar una imagen de identidad de especie futura; a la que pertenece


toda la familia humana no es cosa del otro mundo; basta con voluntad académica,

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PSICOBIOETICA BY HUGO EDGAR RUIZ MONROY

y mediática. A medida que crecemos en número perdemos la identidad única co-


mo especie por la competencia, la ausencia de propósitos, los roles difusos, el
indetectable confort cognitivo-emocional, la pertenencia al entorno, y la necesidad
creciente de suministros básicos.

No podemos continuar con los discursos generales, y dogmáticos que prometen


bastimento universal, confort, y agua para todos; esto solo conduce al abismo a
toda la especie. Debemos encontrar un motivo emocional-conductual; un compro-
miso individual de supervivencia; un entorno que nos incluya a todos. Construir
entre todos los humanos; una base sólida, saludable planetariamente; no es una
opción es una obligación, y es absoluta. La mayor confusión de identidad, y de rol
como especie; la hemos heredado todos como especie, de; el temor, el pecado, la
creación, el más allá, y la necesidad de fe; estas son prioridades importantes para
el cerebro, además; fructificadas por los dogmas, empero; no nos quedemos en
eso; superemos esta condición sin anularla; sin mutilar al hombre, que; rece, pe-
que, ore, cante, marche, y se arrepienta; solo debe responder al entorno, y trazar
líneas de supervivencia de manera autónoma como iniciativa propia.

“Dios es un tesoro que cada cerebro disfruta de acuerdo a su cultura individual;


empero nada más, Dios es producto del miedo, y de la evolución del cerebro, no
obstante; lo podemos disfrutar sin acosar a nadie. Si nuestra especie no dispusie-
ra de Dios; carecería de piedad, y en ese orden no seriamos humanidad”

Una vez que instituyamos una identidad de especie global; con control poblacional
normativo incluido, estaremos listos para hacer compromisos a largo plazo; esta
identidad requiere que todos concursemos; sin sentimientos de aislamiento o se-
lección; la finalidad es la supervivencia de la especie; que nadie sienta que hay
algo malo en ellos, nadie sobra; todos somos importantes e indispensables en es-
ta definitiva cruzada, será la más grande revolución de especia para lograr la su-
pervivencia de una inmensa variedad de vida. A medida que vallamos ingresando
a la era de la -supervivencia- entenderemos el alcance directo que puede tener
esta iniciativa; la familia humana, y su legado pertenece a las generaciones futu-
ras. Tenemos que entender que; la vida sobre el planeta es; responsabilidad de
cada uno de nosotros como una sensación de logro individual, nadie puede decir
que no está capacitado para hacer algo significativo por la especie, es necesario
para la especie que las generaciones futuras existan, y se realicen en las condi-
ciones propias que demanda la cognición; con el confort a que tienen derecho co-
mo miembros de nuestra especie.

No quiero pensar que; la especie, ha dejado más tiempo atrás del que queda por
delante; es solo un pensamiento, y nada más. Todo lo compartido, lo logrado, lo
explorado, lo vivido; ha merecido la pena, continuemos para que las futuras gene-

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raciones disfruten el legado, y lo dejado como herencia. El futuro de nuestra espe-


cie; depende de cada uno de nosotros los ciudadanos del presente. Si sumamos
una nueva educación, y unas nuevas normas; tendremos más posibilidades de
supervivencia biótica planetaria. Para reafirman el valor de la existencia, y recono-
cer la importancia hallada en ello; es necesario el compromiso con los otros; si nos
olvidamos de la demás existencia; seremos solo biomasa.

Una de las fortalezas de la teoría psicosocial es que; proporciona un amplio pano-


rama desde el cual podemos percibir la posibilidad del desarrollo de una nueva
sociedad humana más ajustada a las contingencias que el hoy acusa, enfatizar en
el agua, el control numérico, y la naturaleza no es debilidad; es fortaleza.

El desarrollo psicosocial actual puede ayudar a definir la identidad de la especie;


podemos, y debemos pasar a la era de la -supervivencia- superando desde luego;
las etapas emocionales, políticas, dogmáticas, y sociales que nos han asistido
hasta hoy; desde luego fueron buenas; empero hoy, no funcionan, o precisan de
un cambio de dirección.

Hoy el mundo no necesita hombres para la guerra, y menos mano de obra barata;
hoy se necesitan hombres que razonen, planifiquen su descendencia, y se com-
prometan con la supervivencia de la especie, y nada más, por consiguiente; pue-
den seguir soñando con paraísos, contando moneda virtual, e inflando globos.

La libertad necesita de guía; de otra forma se hace silvestre, y se evapora; ha-


ciendo daño al hombre libre, y a los demás; igual sucede con los derechos huma-
nos, los derechos reproductivos, los derechos sexuales, y la salud reproductiva;
son instrumentos cognitivos de vida, conducta, y libertad; propios de todo aquel
que descansa en razón. Mientras los dogmas, y la vieja moral; conciban al hombre
como una criatura divina que descansa en naturaleza, y, por ende; haciendo la
voluntad de su señor, o su gurú; indispensable se hace re-orientarlo con conoci-
miento, y formación nueva; no está de más respetarle, y formarle para esta nueva
era. No es nuevo saber qué; entre menos principios; más fácil, y recta resulta la
orientación, no tenemos que mutilar a nadie, rezar, pecar, orar, cantar, y marchar
son conductas propias del hombre, dejémosle; de otra forma se extravía, y extra-
vía a los demás haciendo difícil administrar la sociedad.

Todo aquello que produzca bienestar a un gran número; ha de ser considerado


como bueno; bien sea que los destinatarios descansen en razón, o descansen en
naturaleza, la finalidad es que cada uno funcione donde le corresponde de acuer-
do a su capacidad, y a su conciencia. Una posición liberal no está demás en estos
tiempos, un consenso de especie, y un nuevo contrato social pueden ayudarnos a
no desaparecer de la faz de la tierra.

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Ya para terminar:

La reflexión, y la deliberación sobre los conocimientos adquiridos en cuanto al


desarrollo del cerebro, y la evolución de la conducta humana; deben aproximar-
nos a una nueva definición del ser, del estar, y del sentir, los aspectos científicos,
filosóficos, psicosociales, legales y políticos; reclaman una visión multidisciplinar
que medie entre los aspectos ideológicos, y los puramente humanos; el devenir
actual para muchos es un drama generado por las carencias, y el número. El ser
reclama afecto, reconocimiento, tenencia, control, confort, y pertenencia. El in-
menso número que somos a nivel global nos está aproximando a la catástrofe de
la especie; nos sentamos a esperar salvadores, y olvidamos la vida íntima del ser
persona. Los pensamientos, las decisiones, las emociones, las valoraciones, las
motivaciones, los afectos, las pretensiones, y los disfrutes; son cualidades legiti-
mas de todo ser personal, y tenemos que tenerlas en cuenta a la hora de valorar
los avances en los estudios acerca del cerebro

Los temas de supervivencia, control poblacional, agua, suministros, espacios, y


juventudes; reclaman acciones concretas sobre la conciencia, la memoria, la polí-
tica, la cultura, la conducta, la academia, el dogma, y el futuro de la especie, y lo
que resulta más inquietante es pensar en el como del comportamiento humano
una vez que entremos en modo verdaderamente de supervivencia; servirá de algo
saber la fisiopatología de la enfermedad mental por la carencia habitacional, por la
carencia ocupacional, por el sufrimiento humano derivado de la pobreza, por el
número inquietante de seres humanos, y las eco-paranoias; además, podremos
llamar a esto; proceso neurocientífico, o progreso neurocientífico.

No parece importante tener en cuenta las motivaciones, el medioambiente, los


deseos, las aspiraciones, los procesos neo-cognitivos, el sufrimiento humano, la
evolución de las emociones, y las estructuras tecnológicas que modelan la con-
ducta social de la especie en esta nueva era del cerebro.

Los procesos, y accesos volitivos del cerebro son diferentes hoy, los cambios cog-
nitivos-conductuales-motivacionales, la información, la formación, la tecnología, y
la innovación son sucesos comunes para toda la humanidad de hoy, y tienen re-
percusiones psicosociales, y ecológicas complejas para el cerebro de la especie,
estos temas deben ser competencia de la neuroética, y en los aspectos más am-
plios de la bioética, y de los expertos inmersos en ella, además; el cerebro de esta
era es; diferente ecológicamente, y diferente psicosocialmente, los cambios climá-
ticos cambian la biota.

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No es fácil desentrañar el cerebro de hoy, y menos aún; predecir la conducta de


nuestras jóvenes generaciones. El medioambiente modela el cerebro; es una se-
lección natural; el cerebro más estable sobrevive.

El cerebro se modela e innova, y tiende a repetir todas las experiencias placente-


ras; si las condiciones de vida son óptimas; muy seguramente disfrutara el hecho
de estar vivo, y consiente; además, dinámico, y con habilidad Psicobioética para
respetar las diferencias las cuales hacen que el cerebro viva, cree, se ejercite,
emocione, evolucione, y repita una, y otra vez la experiencia, y la conciencia hu-
mana de la eco-alteridad.

El cerebro de estos tiempos debe fundamentar la idea de eco-alteridad; la biota


está viva, y es un deber fundamental preservarla para las futuras generaciones;
siendo cuales fueren.

“Toda la biota incluida en ella la especie humana; es, eco-alteridad, si descono-


cemos la biota dejamos de ser sapientes. El agua fundamenta la biota; la biota da
forma a la humanidad, y fundamenta la eco-alteridad”

“La tecnología ha venido para quedarse, y no representa peligro alguno en manos


virtuosas; no perdemos la memoria, ni la imaginación; sólo las ocupamos en otras
cosas; empero, nociva puede ser en manos ociosas”

“La iniciativa, y la creatividad nacen del discernimiento, y de asociar ideas produc-


to del conocimiento que se posee; no de la tecnología de la que se dispone”

“Honra el agua, y a la madre naturaleza; para que se prolongue la vida del hombre
ya en el aire, ya en la tierra, y, además; ya encima del mar”

Entre todos los humanos podemos salvar el planeta.

Hablar del cerebro, y la influencia de la neurona; es un poco aventurado; lo único


en lo que podemos coincidir es en qué; se activaron neuronas, y estas activaron a
otras, y a otras; detonando la conciencia de la especie de esta era. El cerebro de
la juventud planetaria; muto, y aún no sabemos cuánto; el cerebro de hoy tiene
pánico de especie, orfandad de futuro, y eco-paranoia. La única forma en que po-
demos explicar la conducta, las patologías, y la cognición de estos tiempos; es
accediendo a los –neuromitos-, las juventudes del orbe no se sienten representa-
das; ni el cerebro ha sido desentrañado, y además; la academia no está haciendo
nada para formar, e informar con conocimiento actualizado.

Sinceramente

HERM

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PSICOBIOETICA BY HUGO EDGAR RUIZ MONROY

BIBLIOGRAFIA

Psicobioética; la ética de la especie by Hugo Edgar Ruiz Monroy

Alzados en almas by Hugo Edgar Ruiz Monroy

En nuevo orden moral by Hugo Edgar Ruiz Monroy

En nueva educación by Hugo Edgar Ruiz Monroy

La pérdida de la fe by Hugo Edgar Ruiz Monroy

Decálogo by Hugo Edgar Ruiz Monroy

HUGO EDGAR RUIZ MONROY

Terapeuta Psicosocial.

Psicoterapeuta.

Eticista y Bioéticaista.

Docente.

Titulo original. (NOTAS DE PSICOBIOETICA)

Notas de Psicobioética; la ética de la especie.

Bogotá Colombia (2018-2019)

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