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A C U E R D O

En la ciudad de La Plata, a 18 de junio de 2008,

habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en

el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de


votación: doctores Soria, Genoud, de Lázzari, Kogan, se

reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en

acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la


causa P. 91.712, "F. , G.A. . Recurso de casación".

A N T E C E D E N T E S

La Sala Tercera del Tribunal de Casación Penal de

la Provincia de Buenos Aires rechazó por inadmisible el

recurso de casación interpuesto contra la sentencia del

Tribunal en lo Criminal nº 5 del Departamento Judicial de

San Isidro que condenó a G. A. F. o E. F. F. a la pena de

seis años y seis meses de prisión, accesorias legales y

costas, por considerarlo autor penalmente responsable de los

delitos de robo calificado por el uso de armas en concurso


real con tenencia ilegal de arma de guerra.

El señor Defensor Oficial ante ese Tribunal

interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley,


el que fue concedido por esta Corte (fs. 78/80 vta.).

Oído el señor Subprocurador General, dictada la

providencia de autos y hallándose la causa en estado de

pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y


votar la siguiente
C U E S T I O N

¿Es fundado el recurso extraordinario de


inaplicabilidad de ley interpuesto?

V O T A C I O N

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria


dijo:

1. La Sala Tercera del Tribunal de Casación Penal

rechazó el recurso impetrado, declarándolo inadmisible en

razón del incumplimiento de la exigencia contenida en el

art. 421 del Código Procesal Penal -según ley 11.922 y sus

modific.-, al considerar ausente en el impugnante un interés


directo para recurrir.

Fundó la decisión en que "... la aceptación del

imputado y su defensa de la pena propuesta por el fiscal

dentro de un procedimiento de juicio abreviado resulta [...]

incompatible con la existencia del interés directo requerido

en el último párrafo del art. 421 del C.P.P., en tanto el

tribunal de juicio no se apartó de lo convenido entre las


partes..." (fs. 31 vta.).

2. En el recurso de inaplicabilidad de ley bajo

estudio (fs. 53/61 vta.), el señor Defensor Oficial ante el


Tribunal de Casación alega que el a quo ha realizado una

interpretación arbitraria por desnaturalizadora de la

garantía de la doble instancia -con cita de las normas


constitucionales y de los pactos internacionales que
considera vulneradas (fs. 60 vta.)- al impedir la revisión

de la sentencia dictada por el tribunal de mérito en la que,

según los términos del recurso de casación interpuesto a fs.

19/21 vta., se habrían violado los arts. 40 y 41 del Código

Penal pues teniendo en cuenta que el imputado fue absuelto

respecto de algunos de los hechos que figuraban en la

solicitud de juicio abreviado, y el buen concepto vecinal,


debía disminuirse la pena en mayor medida a la determinada.

En efecto, cuestiona la afirmación del tribunal

intermedio en cuanto a la falta de interés para recurrir la

sentencia condenatoria dictada en el marco del juicio

abreviado, siendo que la solicitud del trámite previsto en

el art. 395 y ss. del Código Procesal Penal tuvo en cuenta

la totalidad de los delitos comprendidos en el requerimiento

de elevación a juicio (fs. 79/84 vta. del expediente

principal), y en la decisión del tribunal de grado resultó

absuelto de los ilícitos de resistencia a la autoridad, abuso


de armas criminis causa, daño y lesiones leves (arts. 239,

105, 183 y 89, respectivamente, del Código Penal), los cuales

al ser descartados, pese a formar parte del "acuerdo",

debieron proyectar otra incidencia en la determinación de la


pena impuesta al procesado (fs. 215/224).

3. El recurso es procedente.

a. El contenido de la exposición referida

abastece, por sus particularidades, la suficiencia

impugnativa, puesto que los argumentos de la parte se hallan


dirigidos primordialmente a cuestionar la interpretación
efectuada por el tribunal a quo respecto de las reglas que

gobiernan el acceso a la vía casatoria, en cuanto vedó a la

defensa del imputado la posibilidad de revisar lo decidido

por el juez sentenciante en materia de determinación judicial


de la pena en el marco del juicio abreviado.

Es sabido que en supuestos como el de autos, la

competencia extraordinaria de esta Suprema Corte se extiende

por fuera de los confines de las reglas del art. 494 del

Código adjetivo, a efectos de controlar la interpretación y

aplicación realizada por el tribunal inferior respecto de

las normas procesales que regulan la materia recursiva, con

el fin de evitar que por su injustificable estrictez se

vulnere el acceso a la revisión de la sentencia condenatoria

y de la pena por un tribunal superior garantizada por el

bloque de constitucionalidad (arts. 18 y 75 inc. 22 de la

Constitución nacional; 8.2.h de la Convención Americana

sobre Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de

Derechos Civiles y Políticos; cf. doctr. Ac. 82.973, res. de


10-IX-2003).

b. Es cierto que al diseñar la vía impugnativa

respecto de las sentencias dictadas a través de ese trámite

especial, el legislador no explicitó sus alcances.

Simplemente consignó que "[c]ontra la sentencia que recaiga

en el juicio abreviado, procederá el recurso de casación

interpuesto [entre otros] por el imputado [o] su defensor"


(art. 401, C.P.P., según leyes 12.059 y 13.183).
De todos modos, el cariz que el derecho a la

revisión judicial de la sentencia de condena y de la pena -

emanado del bloque de constitucionalidad- ha ido adquiriendo

a través de la doctrina emergente de los organismos

internacionales, particularmente de los diversos dictámenes

de la Comisión o los pronunciamientos de la Corte

Interamericana de Derechos Humanos, sobre todo a partir de


la sentencia recaída in re "Herrera Ulloa v. Costa Rica" el

2 de julio de 2004, receptada recientemente por la propia

Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo "C. , M.


E. y otro", sent. de 20-IX-2005, inhibe cualquier posibilidad
de limitar ab initio el control de la sentencia dictada a

través del procedimiento abreviado establecido en los arts.


395 y ss. de la ley ritual.

c. Como lo puse de resalto al votar en las causas

P. 90.327, sent. de 1-III-2006; P. 87.176, sent. de 6-IX-

2006, del conjunto normativo que regula dicho instituto se

desprende que lo acordado entre el fiscal, el imputado y su

defensor es el trámite abreviado (art. 396, C.P.P.), por el

cual las partes prescinden del juicio oral y público y

aceptan que la sentencia se pronuncie con fundamento "en las

evidencias recibidas antes de presentado el acuerdo" (art.


399, C.P.P.).

La conformidad extendida por estos últimos en esos

términos a la pena pedida por el fiscal y al encuadramiento

legal (art. 396 cit.), entraña en dicho régimen un límite


más acentuado al poder jurisdiccional, ya que el sentenciante

no podrá imponer una pena superior a la solicitada por el


fiscal, ni modificar en perjuicio del imputado el modo de

ejecución de la pena acordado por las partes, ni incluir

otras reglas de conducta o consecuencias penales no

convenidas (art. 399 cit.). Si el órgano judicial competente

tuviere "una discrepancia insalvable con la calificación

legal aplicada en el acuerdo" podrá desestimar la solicitud

de juicio abreviado (art. 398). Por lo demás, absolverá al


imputado, cuando así correspondiera (art. 399 cit.).

Este último precepto establece, asimismo, que

regirán en lo pertinente las reglas de la sentencia. Ello

trae como corolario el deber de motivar esa decisión, bajo

sanción de nulidad (arg. arts. 1º, Constitución nacional;


106, C.P.P.).

El hecho de que la sentencia se dicte en el marco

de un juicio abreviado no autoriza a aligerar el recaudo de

la debida fundamentación. Las implicancias de la

prescindencia del debate reglado por el procedimiento

ordinario demanda mayor severidad en el control del juzgador

a fin de establecer que lo consensuado por las partes se

adecua a las evidencias obrantes en la causa. Estas

connotaciones, justamente, aventan la posibilidad de que

dicha sentencia constituya un mero acto homologatorio de lo

convenido por el imputado, su defensa y el representante


fiscal.

En coherencia con tales premisas, la sentencia del

juicio abreviado no puede hallarse exenta de la debida


motivación y, por ende, tampoco es posible predicar a su
respecto la ausencia de revisión.

d. Participa de esa extensión lo decidido en

relación con la pena, aun cuando se trate de la acordada por

las partes. Pues -como lo afirmara con acierto el juez

Hitters al votar en la causa P. 90.327 referida-, además de

consensuada, la pena debe ser la que se ajusta a las


circunstancias del caso.

Refuerza en especial esta concepción la exigencia

autónoma de fundamentación que anida en las reglas que guían

el capítulo de determinación judicial de la pena, a tenor de

lo normado por los arts. 40 y 41 del Código represivo, cuya


errónea aplicación aparece en estos autos denunciada.

Esta Suprema Corte ya se ha expedido en reiteradas

ocasiones en pos de la necesidad de que la legalidad y

racionalidad de los fundamentos de la individualización de

la sanción penal puedan ser examinados por un tribunal

superior, asegurando el derecho a la doble instancia. Así lo

puso de resalto en las causas P. 83.260, sent. de 8-IX-2004;


P. 81.933, sent. de 20-IV-2005, entre otras).

4. Por lo que llevo dicho, el interés del imputado

en la revisión de la sentencia impugnada en relación con el

tramo vinculado a la individualización de la pena se


evidencia de modo particular en el sub examine.

Así las cosas, corresponde establecer que el


Tribunal de Casación descartó arbitrariamente la ausencia de
interés directo en recurrir, aplicando rigurosamente el

recaudo previsto en el último párrafo del mentado art. 421

del Código Procesal Penal (ley 11.922 y sus modificatorias)

y, en consecuencia, decidió con igual rigorismo la

inadmisibilidad del remedio intentado, en franca

contradicción con los estándares que gobiernan el derecho al

recurso en materia penal, en cuanto pregonan que no es

posible poner trabas a la posibilidad de que un tribunal

superior fiscalice la validez de la sentencia de condena y

su pena cuando existe voluntad impugnativa por parte del


imputado o su defensa.

Por ello propongo hacer lugar al recurso

extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido y revocar

la resolución de fs. 30/34 vta. (del legajo del recurso

casatorio) impugnada, debiendo remitirse los autos al

tribunal de origen a fin de que dicte un nuevo fallo ajustado


a derecho (art. 496 del C.P.P.).

Con el alcance dado, voto por la afirmativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor


Genoud dijo:

En la causa P. 87.176, sent. del 6-IX-2006 sostuve

-y es aplicable al caso de autos- que "más allá de si es

posible o no mantener la pena acordada, cuando en la

sentencia de juicio abreviado se modifica la calificación


por una más benigna; resulta arbitrario el cercenamiento de
la vía recursiva, sobre la base que no existe interés, por
no superar la pena impuesta, la solicitada".

"El fundamento del Tribunal para denegar el

recurso fue solo aparente, e impidió por tanto, el derecho

a la revisión judicial invocado (C.S. 'C. , M. E. y otros',


sent. 20-IX-2005)".

Por todo ello, adhiero a la solución que propicia

el doctor Soria de hacer lugar al recurso extraordinario de

inaplicabilidad de ley interpuesto y remitir la causa al

tribunal de origen, a fin de que dicte un nuevo fallo de


conformidad con lo aquí resuelto.

Con el alcance dado, voto por la afirmativa.

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de


Lázzari dijo:

Adhiero al voto del doctor Soria por compartir sus

fundamentos con el alcance por él acordado y de conformidad

con mi criterio expuesto en P. 83.339 (sent. de 25-IV-2007),


votando en consecuencia por la afirmativa.

La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos

fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la cuestión


planteada también por la afirmativa.

Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la


siguiente

S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, de

conformidad con lo dictaminado por el señor Subprocurador

General, se resuelve hacer lugar al recurso extraordinario

de inaplicabilidad de ley deducido, revocar la resolución

impugnada de fs. 30/34 vta. (del legajo del recurso

casatorio) y remitir los autos al tribunal de origen a fin

de que dicte un nuevo fallo ajustado a derecho (art. 496 del


C.P.P.).

Regístrese y notifíquese.

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