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Casa de la cultura de Árica

Ubicada en Árica, Región de Árica y Parinacota, al norte de Chile.


Su construcción fue realizada en el año 1874 durante la administración peruana previo a la
guerra del pacífico. En aquellos tiempos Árica recibía el nombre de Collasuyo, y no fue
hasta 1883, cuando Perú y Chile acaban sus conflictos de guerra, que terminaron con el
tratado de Ancón, donde el departamento de Tarapacá queda bajo el dominio de Chile,
donde Árica recibió su nombre actual.
Los encargados de esta construcción fueron los talleres de Gustavo Eiffel en París. Para
seguir como complejo aduanero en Árica, puesto que el anterior se había destruido por el
terremoto de 1868.
El diseño de esta construcción se realizo en estilo neoclásico. Su plata rectangular, con
pilares de piedra canteada y con muros perimetrales hechos con ladrillos traídos
especialmente desde Francia. La estructura de la techumbre y de los pilares interiores es
metálico; los espacios interiores se configuran en base a estos pilares dispuestos a 3,3 mts,
uno del otro. La armonía de proporciones del edificio y su perfecta simetría, unida al grato
entorno que lo circunda al parque, rematado por el acceso al puerto. La estación de
ferrocarril a la Paz y la gobernación marítima, lo convierten en un hito urbano, característico
de la ciudad.
En el interior de la obra es posible ver algunos elementos del tiempo en el que fue construida
como el elementos de croquis y partes del piso original, así como ladrillos originales,
graduados con el famoso logo de Eiffel. En su frontis se ha construido un pequeño anfiteatro
que sirve para actividades diversos de orden artístico cultural.
“Este edificio nos da cuenta de una evolución cultural muy grande, al caminar por su interior
y apreciar los detalles te das cuenta de cómo ha cambiado el área de la construcción hasta
la fecha, además de los guías y todo lo que ahí dentro se muestra ayuda mucho más a
hacerse una idea del contexto histórico en que fue elaborada y como era la sociedad de la
época” –Comenta una visitante.
Es muy importante destacar que aún habiendo sido intervenida con el ya nombrado
anfiteatro en su frontis, la casa de la cultura no ha perdido el carácter que tenia
originalmente, incluso, ésta expansión resulta imperceptible al ojo de los turistas.
Otra de las características de este edificio es que las terrazas de su segundo piso al cual
se accede por una larga escalera en forma de caracol se aprecia en plenitud el morro de
arisa, cerro costero, que tiene unos 130 mts. de altura, emnplazado al sur del espacio
urbano de la ciudad y es el mayor referente turístico y simbólico de la ciudad, declarado
monumento nacional en 1971.
Otro hito muy importante es una locomotora de origen a¡alemán que data de 1924, usada
en el trayecto que conecta las ciudades de Árica en la costa de Chile y la Paz, en Bolivia,
que se ubica precisamente en frente del edificio, que se suma, además, al gran conjunto de
reliquias históricas que posee el sector.
Otro de los motivos por los que es tan conocida esta obra es por su gran resistencia y la
clidad de su construcción, lo que se debe principalmente a los antecedentes de las
edificaciones puestas en el lugar anteriormente y por ser Chile un país tan sísmico, Tanto
ahora como en la antigüedad; fue este mismo factor el que acabo con el departamento
aduanero, ubicado exactamente en el mismo lugar que la actual casa de la cultura, sin
embargo, estos no han sido los únicos dos edificios emplazados en el lugar, pues entre uno
y otro se intento construir otro edificio con fines ,mas bien comerciales que
desafortunadamente termino por ser consumido en un incendio; para la población
prácticamente no quedaban expectativas de que algo ahí funcionara realmente.

El complejo aduanero

El complejo aduanero fue declarado monumento nacional el 23 de noviembre de 1997 y es


restaurado bajo el mandato del alcalde Hernán Lagos Zúñiga, siendo además nombrado
“Casa de la cultura Alfredo Raiteri Cortes” en memoria de un profesor e historiador. En la
actualidad funciona como centro cultural prestando sus dependencias para exposiciones y
muestras diversas destinadas a los turistas, que ven el edificio como uno de los destinos
más atractivos dentro de la ciudad, algo prácticamente imperdible, también para los
lugareños que al pasar de los años han aprendido a tener para con el lugar un profundo
respeto y cuidado.

Es innegable el gran valor arquitectónico e histórico de esta obra, desde sus inicios causo
un gran impacto y lo sigue causando hoy en día, incluso hay quienes piensan que piezas de
artes como estos debieran estar aun mas abierta para los ciudadanos, sobretodo los niños,
y es que no hay mejor forma de comprender la historia que vivirá, habitarla, recorrerla,
inculcar en la mente de los jóvenes de hoy y los adultos de mañana el sentido de la
apreciación por su entorno

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