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Cazador Nocturno: Dhampyress Capítulo 3

mié., 24 ago. 2016 09:38:05, theangryantihero, [post_tag: brujeria, post_tag: cazador-de-vampiros,


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Nunca había sentido tanto miedo como aquella vez, al ser mordido sintió como ella se metió en su
cerebro y sacó todo lo que había dentro de él. Ulises estaba temblando todavía y no salía del shock que
le causó ser mordido por Alina, no solo bebió su sangre sino que se llevó parte de él. Las cazadoras están
todavía reunidas con Suárez y tratan de buscar una forma de detener a Quintanilla, siempre que es
procesado sale libre por tecnicismos legales o por testigos que se niegan a hablar y su seguridad es casi
infranqueable.

Alina resuelve que deben hablar una vez más con Ulises, pero Suárez no confía en la sanidad mental del
hombre después de lo que pasó, Cate dice que el miedo que siente de Alina puede hacer que hable de
una vez por todas. Suárez se pone a pensarlo mientras observa al hechicero desde la ventana de su
oficina.

Alina sale y pide hablar con Ulises, este se pone a gritar y se arrincona en una esquina de la celda. La
cazadora le pide que se calme, que no va a hacerle daño y que solo quiere que conteste algunas
preguntas. Ulises acepta, más por miedo que por otra cosa.

El detective y las cazadoras están en la sala de interrogatorios escuchando atentamente a Ulises. El


hombre dice que los vampiros tienen un trato con cierta persona en el extranjero, no sabe quién, para
llevarles niñas de 9 a 14 años. A cambio les son mandados contenedores llenos de inmigrantes de países
en guerra cuyo destino supuestamente son los Estados Unidos para que les sirvan de alimento. Sin
embargo, los vampiros no tenían la infraestructura ni el personal para manejar esa operación y ahí fue
donde Quintanilla les ofreció su ayuda a cambio de usar a las niñas para llevar droga hacia los Estados
Unidos. Ellos accedieron y Quintanilla les dio todo lo que necesitaran para recibir los embarques de
inmigrantes incluso aceptó usar a su personal para conseguir las niñas que los vampiros necesitaban
mandar al extranjero.

Una vez al mes las niñas son enviadas a Estados Unidos vía aérea, Quintanilla tiene al director del
aeropuerto comprado y este pone a su disposición agentes corruptos en los puestos de control que
fingen verificar papeles falsificados con los que las niñas son sacadas del país. Cate le pregunta cómo fue
posible que compraran a alguien de la DLAP para filtrar información de su llegada.

Ulises dice que Rodrigo Pérez era amigo suyo cuando empezaron a meterse en el ocultismo hace
muchos años, entre copas este le dijo que la DLAP tenía sospechas del trato que tenían los narcos con
los vampiros y que estaban conduciendo una investigación ya que estaban apareciendo enemigos y
familiares de adversarios de Quintanilla muertos en las calles de Juárez sin una gota de sangre. Él arregló
una reunión entre Krauser, Quintanilla y Pérez para filtrar la información sobre cualquier acción que la
DLAP llevara en contra de ellos.
Suárez le pregunta a Ulises en cuánto tiempo mandarán a las niñas a Estados Unidos, él les indica que en
dos semanas harán otro viaje. Alina dice que es tiempo suficiente para poder investigar al director del
aeropuerto y acabar con los viajes, solo hay que hacer que Ulises firme la declaración, enviarla a la DLAP
para que ellos se encarguen de contactar a las autoridades.

—Parece que la DLAP tiene más poder que cualquier otra institución, es peligroso. —dice Suárez.
—Es parecido en Europa, solo así se detienen los crímenes paranormales.

Finalmente llega el día del viaje, el bus con las niñas llega a la entrada del aeropuerto y una a una las
jóvenes van bajando del vehículo. Las niñas van caminando por el aeropuerto dirigiéndose al punto de
control. Todo parece estar en orden con los papeles y permisos de cada niña y de ahí se dirigen a la
puerta por donde llegarán al avión.

Las niñas y el encargado salen por la puerta y se dirigen al avión privado que los espera para salir del
país. Suárez aparece con Cate y Alina en la pista junto a un grupo de policías que detienen al encargado
y llevan a las niñas a un vehículo que las espera para ir al hospital.

Seguidamente los agentes del puesto de control son arrestados junto con el director del aeropuerto.
Alina y Cate se van en el bus de las niñas mientras que Suárez se queda haciendo más arrestos en el
aeropuerto. El bus llega al hospital donde los padres de las niñas están esperando a sus pequeñas y
llenos de alegría las abrazan.

—Logramos salvar a 42, falta poco para que esto acabe. —dice Alina.
—Falta detener a Krauser, esa es la mente maestra detrás de esta tragedia. —dice Cate apretando su
puño.

En la estación de policía están procesando a los arrestados en el aeropuerto, auditores del gobierno
encontraron varios millones de dólares en cuentas del director del aeropuerto sin justificar. Mientras
tanto en el salón de interrogatorios, Alina y Cate investigan la ubicación de los vampiros ya que según
Ulises, ellos no se están quedando en la hacienda Quintanilla sino que están protegidos en una casa de
seguridad propiedad del narcotraficante. El hombre encargado de las niñas no quiere hablar, el fiscal
trata de hacer un acuerdo con él pero el hombre se niega a decir una sola palabra.

Cate pide que lo dejen sola con el hombre, Alina se va pero el fiscal no quiere retirarse. Alina lo
convence de irse a tomar un café para que deje a Cate manejar la situación. El hombre le dice a Cate que
ella no puede golpearlo y que conoce sus derechos, Cate sonríe y le dice que no necesita golpearlo y que
no se preocupe, ni siquiera le va a dejar una marca.

Afuera se escucha un ligero grito de dolor, la gente en el departamento detiene lo que está haciendo y
miran hacia la sala de interrogatorios pero al rato continúan con lo que estaban haciendo. Mientras Cate
tiene agarrada la nuca con el índice y el pulgar apretando fuertemente. Cate le dice que si grita le va
incrustar los dedos en el cuello, el hombre comienza a hablar y a decirle la ubicación de los socios
extranjeros de Quintanilla.
Dos horas más tarde, mientras el sol sigue brillando. La policía va con Alina y Cate hacia la casa de
seguridad. El lugar está vigilado fuertemente por varios hombres armados con rifles de asalto. Suárez da
la orden y los policías entran en acción. El tiroteo empieza, Alina y Cate sacan sus AK-47 y comienzan a
disparar. En el enfrentamiento logran matar a varios hombres de Quintanilla, Suárez y los policías
acaban con el resto y entran a la casa. Alina y Cate van por delante acabando con cuanto maleante se
encuentran. Luego llegan al patio trasero donde ven una especie de bunker subterráneo. Las cazadoras
entran y encuentran varios ataúdes metidos en cajas llenas de tierra.

—¿Qué es esto? —dice Suárez revisando las cajas.


—Deben dormir enterrados en la tierra de sus antepasados, es un tabú que tienen los vampiros. —dice
Alina.
—Tú no tienes que hacer lo mismo ¿Verdad? —pregunta Suárez.
—No, yo no necesito eso. —dice Alina entre risas.
—Bueno es hora de acabar con estas alimañas. —dice Cate sacando su estaca.

Uno a uno los ataúdes son abiertos, Cate busca diligentemente a Krauser pero no lo encuentra. Alina ve
en su compañera la frustración de no encontrar a su enemigo jurado. Suárez ayuda en la destrucción de
los más de veinte vampiros durmientes enterrándoles estacas en el corazón a cada uno. Alina y Cate se
dedican a cortar las cabezas mientras que los demás policías recogen los cuerpos para quemarlos
afuera.

Dos horas después los cuerpos de los vampiros recién destruidos arden en una pira. Cate la observa muy
seria, sus ojos verdes brillan con la luz del fuego, Alina se acerca a ella y le pone la mano en el hombro,
Cate solo alcanza a apretar sus puños y luego se retira.

Quintanilla se ha enterado de que su operación ha fallado y que las niñas están bajo la protección de la
policía. Enojado empieza a tirar cosas y a patearlo todo mientras le grita a sus empleados, ellos están
aterrados de la reacción de su jefe.

—¡Busquen e investiguen a esa gente. Su familia, amigos y conocidos. Y luego mátenlos a todos, los
quiero a todos muertos y enterrados!
—¿Qué pasa? ¿Qué es todo ese ruido? —dice Krause recién levantado de su sueño diurno.
—Se nos cayó el encargo míster Krauser, eso fue lo que pasó.
—¿Cómo es posible? Alguien debió haber abierto la boca.
—Ese Ulises seguramente, sabía que no podíamos confiar en ese tipo.

Krauser empieza a caminar de un lado a otro y trata de pensar en algo, Quintanilla prende otro puro y se
sirve un trago de whiskey. Un alboroto se escucha afuera de la habitación de la hacienda. Bombas y
disparos suenan por doquier, es el ejército junto a Suárez y las cazadoras que han pasado para atrapar a
Quintanilla ahora que tienen todas las pruebas para atraparlo.

Quintanilla busca su arma y junto a sus empleados comienzan a disparar a los soldados mexicanos. El
tiroteo es intenso, varios agentes del ejército son alcanzados por las balas de alto calibre de los secuaces
de Quintanilla. Krauser solo se sienta en el sillón del salón y ve toda la acción desde su puesto, luego se
levanta y ve que Quintanilla está de espaldas a él enfrentando a los soldados. Con su mano traspasa la
espalda del narcotraficante saliendo esta por el pecho matando al hombre de inmediato.

Cate arma en mano va disparando y golpeando a todo aquel que le haga frente. Alina hace lo mismo con
su AK-47, Suárez con su arma de reglamento logra darle a varios esbirros de Quintanilla. En el piso de
arriba Krauser sale de la habitación habiendo matado a todos los que estaban en aquel cuarto. Desde el
balcón logra ver a Cate y este solo se lame los labios y va bajando las escaleras hasta llegar al centro de
la sala. Cate lo ve y empieza dispararle pero el vampiro se mueve tan rápido que esquiva las balas. Alina
va al encuentro de Cate pero esta al verla en la distancia le dice que no se acerque más, Krauser es suyo.

Alina sube junto con otros soldados a revisar si hay más niñas secuestradas. La rendición del ejército de
Quintanilla es inminente y al subir a su habitación lo encuentran muerto junto con otros de sus
empleados.

Cate por su parte pelea con Krauser, primero le da una patada giratoria en la cara al vampiro que cae al
suelo sorprendido por la fortaleza de la cazadora, luego desaparece y aparece detrás de ella a punto de
patearle la cabeza con una patada giratoria en el aire. Cate es golpeada en el cuello y derribada,
teniéndola en el suelo Krauser comienza a patearla en el costado mandándola a volar contra la pared
que se rompe al impactar su cuerpo contra la misma.

Con dificultad Cate se levanta y corre para darle una patada frontal en el aire pero ella falla, el
intercambio de golpes empieza entre Krauser y Cate. Ella intenta golpearlo en la cara pero este para el
golpe, luego él intenta pegarle pero ella se protege cruzando los antebrazos. Ella le tira una patada a la
cabeza de Krauser pero es detenida por el pie del vampiro haciendo que baje la pierna, luego intenta
pegarle en las espinillas con patadas que son bloqueadas por las piernas del vampiro. Cate intenta
nuevamente una patada giratoria en el aire hacia la cabeza de Krauser pero este se agacha, Cate intenta
otra patada frontal pero el vampiro de hace para atrás, le agarra la pierna y empieza a dar vueltas hasta
estrellar a Cate contra la pared.

El vampiro la recoge tomándola del cuello, la vuelve a estrellar contra la pared y comienza a darle varios
puñetazos en los costados y el estómago, la sangre sale por la boca de Cate que debilitada cae al suelo
luego de la seguidilla de golpes. Krauser la arrastra tomándola por el cabello y la lanza a varios metros
estrellándose contra una estatua de mármol en el centro de la sala.
Alina por su parte ha encontrado más niñas secuestradas y luego de acabar con los hombres de
Quintanilla las va llevando en orden hacia afuera. Por seguridad ellas son llevadas por la parte de atrás
de la casa. Alina las deja en manos del ejército y se va hacia el salón de adelante para ver si Cate está
bien.

La cazadora se levanta sangrando por la boca, ella saca su estaca de plata del cinto, escupe sangre y se
pone en guardia para sorpresa de Krauser que hace lo mismo. Ambos corren el uno contra el otro, Cate
salta y le da una patada en la cara al vampiro, luego aterriza y comienza a golpearlo una y otra vez en el
rostro hasta hacerlo sangrar. Krauser cae apoyando una mano en el suelo, Cate no cesa en el ataque y
patea a Johan estrellándolo contra la pared, Cate camina hacia él y empieza a pisarlo furiosamente,
Krauser se cubre con las manos pero es insuficiente ante la fuerza de los pisotones de la cazadora. Luego
Cate toma al vampiro por el cuello de su camiseta y trata de enterrar la estaca en el corazón de Krauser
que con gran fuerza detiene el golpe con sus manos. El forcejeo comienza entre los dos, Cate va
superando en fuerza a Johan que con dificultad logra alejar la estaca apenas unos cuantos centímetros.
Cate empieza a darle puñetazos en la cara hasta destrozarle la cara al vampiro, luego intenta de nuevo
con la estaca y Krauser la detiene haciendo presión. Cate sigue forcejeando y no se detiene hasta que la
estaca entra en el pecho del vampiro que empieza a vomitar sangre. Viendo que ha podido meter la
estaca en el pecho de Krauser, Cate entierra el arma una y otra vez en el pecho del vampiro hasta
quedar totalmente embarrada de sangre. Alina la ve y la detiene diciéndole que ya todo acabó.
Jadeando Cate, se levanta de encima del cuerpo inerte del vampiro, luego toma su cuchillo de guerra y
le corta la cabeza.

—Esperé muchos años para esto, finalmente te encontré y te patee el trasero. Maldito. —la mano del
vampiro se abre y Cate encuentra la foto de ella. Cate la toma y se la guarda en el bolsillo.

Los agentes de la policía y el ejército se reúnen en la sala de la mansión de Quintanilla con los
prisioneros que tomaron en la escaramuza. Suárez lleva a un par de sicarios bajo su cuidado para
llevarlos todos a la comisaría.

—Felicidades detective Suárez, este debe ser el arresto de su carrera. —dice Alina.
—Este solo uno de los tantos capos de la droga que hay en México, aún quedan muchos por atrapar
pero con esto hemos acabado con uno de los carteles más grandes de la historia.

Cate le da dos palmadas en el hombro a Suárez y luego se va cojeando hacia afuera de la casa. Suárez le
pregunta a Alina si no va a acompañarla y ella simplemente le contesta que solo necesita algo de tiempo
a solas. La razón por la cual ellas están juntas era originalmente para acabar con Krauser, el vampiro que
mató al gran amor de la vida de Cate.
—Vaya no se ve como del tipo que se enamora ¿Verdad?
—Nunca se ha vuelto a enamorar desde ese día que la recogí llorando en la calle en Escocia, se supone
que debía ayudarla y llegué muy tarde, por eso la entrené aun sabiendo que no soy muy buena como
maestra. —dice Alina entre risas. De repente el detective Suárez parece estar muy metido en sus
pensamientos. Alina le pregunta qué es lo que le pasa.

—Aún quedan las otras niñas, no sabemos que ha sido de ellas y temo lo peor. Pienso en sus familias
¿Saben?
—Esto no termina aquí entonces, hay que encontrar a esas chicas. Alina y yo haremos lo posible por
hallarlas. —dice Cate gritando desde el otro lado de la sala.
—Pero…
—Tiene buen oído… —dice Alina señalando su oreja derecha.
—Bueno… Pero tengan la seguridad, cuando interroguemos a estos hombres sabremos en que parte de
los Estados Unidos están.
—Hay algo que Ulises dijo, que de Estados Unidos se las llevaban a otro lugar pero ¿Dónde puede ser?
—pregunta Alina intrigada.

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