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Lectura 2: Lee H. de Wit, 57-68 para conocer la judía exégesis Tannaítica (período post-neotestamentario).
Tras esta lectura debes poder definir términos como los siguientes:
H. De Wit subraya el interés del judaísmo rabínico post-neotestamentario por relacionar los textos
antiguos con las experiencias de la vida contemporánea. Ello requería un profundo ejercicio de revisión,
interpretación e incluso corrección de las tradiciones, siguiendo métodos particulares. Enseguida un
elenco de términos relativos al ejercicio exegético:
Halajá Etimol. verbo halej (caminar, ir). Relectura ético-pragmática de la escritura, mediante un acercamiento
hermenéutico que tiene a la vida creyente como su horizonte principal. De este modo, revisa la Ley, de
cara a los acontecimientos morales de actualidad, propiciados con la evolución del contexto y en ciertas
ocasiones, disonantes al texto.
Haggadá Etimol. verbo higuid (comunicar, contar). Relectura centrada hacia el plano narrativo, estilístico o
estructural de los textos veterotestamentarios; posee dos sentidos, primero dar a conocer (anunciar),
luego explicar, valiéndose de diversos recursos (homilía, predicación, lectura popular).
Middot Conjunto de reglas hermenéuticas de carácter gramatical, semántico y literario; siete de ellas atribuidas
a la escuela de Hillel, y veinticinco que van apareciendo en el desarrollo de la tradición.
Midrás Etimol. incierta; se trata de un método exegético judío, pero también una compilación de enseñanzas
en forma de pesher, halajá y haggadá; su origen está en el marco sinagoga-escuela, concentrándose en
cuestiones teóricas, aunque no descarte las prácticas. En Qumrán, Derash-Midrash, significa escudriñar
o analizar.
Misná Etimol. verbo Shaná (repetir, aprender). Conjunto literario compilado hacia el 200 d.C. y atribuido
difícilmente a Yehuda ha-Nazí; contiene comentarios e interpretaciones de famosos maestros (tanaim),
entre quienes se señalan Hillel-Shamai. Como se trata de cuestiones referidas a la vida ordinaria,
predomina el enfoque halájico.
Tosefta Etimol. Aram. Tosafot. Adiciones de carácter halájico hechas en la Misná.
Guemara Etimol. verbo heb. Guemar (terminar). Interpretaciones de la Misná, hechas por los Amorain, maestros
posteriores a la Misná, cuyo ejercicio se ubica entre los años 200-500 d.C.
Talmud Etimol. heb. Talmud (enseñanza, estudio, instrucción). Comentarios e interpretaciones, dispuestas en
volúmenes de forma paralela con el texto veterotestamentario. Se tiene conocimiento de dos, ambos
acabados en la edad media; el Talmud Palestinense (440 d.C.) y el Talmud Babilónico (800 d.C.).
De la lectura puede señalarse además el progresivo desarrollo histórico del rabinismo, cuyo período
de esplendor abarca desde el 70 d.C. hasta el 1000 d.C. Con la toma de Jerusalén (70 d.C.) muchos judíos
huyen estableciéndose en Yamnia, lugar donde florecerá una escuela; asimismo, habiendo sido
derrotada la rebelión de Simón Bar Kojba (135 d.C.), otra masa de población se funda en Galilea, dando
origen a la escuela de Tiberíades; otros llegan hasta Babilonia; de modo que los grandes centros del
rabinismo serán Babilonia y Palestina. Tras la dominación de los árabes (640 d.C.), operan escuelas
importantes en Bagdad, capital del imperio, pero con la caída de estos y los estragos de las cruzadas,
entran en decadencia hacia el 1100 d.C. En adelante, agrupaciones judías entran en la península Ibérica,
formando comunidades de pensamiento en España y Portugal.
J. Trebolle parte del papel que desempeña la exégesis judía medieval como un importante eslabón
en la gran historia de la interpretación bíblica. Sitúa su origen en el contexto árabe-islámico, con los
comentarios de Seadiah Gaon Al-Fayyumi, de orientación literal y abocados al conflicto con el qaraísmo;
este último era un movimiento que negaba la autoridad de la tradición, predicando un retorno a la
verdad auténtica de la torá y los profetas, su visión encuentra ciertas conexiones con la comunidad de
Qumrán. Metodológicamente, la exégesis de esta época sigue el esquema PaRDeS de la literatura
Talmúdica (Pesat [litera, histórico], Raz [alegórico, filosófico], Sod [simbólico-místico]). Otro aspecto
interesante es el esplendor que alcanza la exégesis judía en España con el Sefarad (ss. XI-XIII), gracias al
contacto con los desarrollos filológico-teológicos del Islam (califato de Córdoba). Sin dudas, la exégesis
judía se vio favorecida en los territorios que estaban bajo el dominio árabe; no sólo abarcan estilos
homiléticos-literales, sino que aparecen escuelas místicas, abocadas a investigar el contenido oculto de
algunos pasajes. En este largo período, la exégesis rabínica también tiene puntos de contacto con el
cristianismo, influenciando el ejercicio reflexivo de eminentes autores como Orígenes o Jerónimo.
H. De Wit, además de destacar como principio fundamental la lectura cristológica de las escrituras,
ubica la exégesis cristiana medieval bajo la tensión entre alegoría y literalidad. El sentido alegórico
buscaba encontrar un significado escondido fuera del plano literal; este ejercicio tiene antecedentes en
el judaísmo helenista con Filón de Alejandría, influyendo directamente sobre representantes del mundo
cristiano como Clemente de Roma y Orígenes, quien con su escuela catequética, llevará la alegoría a un
punto culmen. En contraste a la alegorización, la escuela Antioquena, avanzará hasta un plano más
literal e histórico; ella afectará a Jerónimo, cuyo trabajo de estudio y traducción estará muy próximo a
la exégesis científica, combinando el sentido histórico judío (literalidad) y la interpretación tropológica
cristiana (espiritual). Sin embargo, la alegoría dominará durante toda la edad media. Será en el siglo XII,
cuando con el inicio de la alta Escolástica, la figura imponente de Tomás de Aquino produzca una
evolución metodológica, caracterizada por demostrar el carácter racional e inteligible de la escritura. En
adelante, aunque continúa practicándose la alegoría, está nutrida de estructura lógica, capaz de
enfrentarla directamente contra auditorios no-cristianos, a manera de disputa filosófica.
Lectura 5: Lee J. Trebolle, 603-628 también para conocer la exégesis cristiana medieval, pero en mayor detalle
que la anterior.
J. Trebolle ofrece detalles adicionales para comprender la exégesis cristiana medieval en dos
subperiodos:
a) Entre los siglos III-V d.C. se resuelve el lugar del AT dentro del cristianismo; Justino e Ireneo,
siguiendo el esquema metodológico alegoría-tipología, superan las críticas de algunos grupos
gnósticos y marcionitas; su solución fue cristianizar la escritura antigua, a veces de una manera
muy forzada. Destacan los trabajos de varias escuelas:
Escuelas Representantes Enfoque Aportes y metodología
Alejandría Clemente, Orígenes Alegórico Llevan la lectura alegórica a su mayor esplendor.
Antioquía Teodoro de Mopsuestia, Literal Además de cultivar un enfoque histórico-literal,
Teófilo, Pablo de Samosata, enfatizan en el carácter mesiánico de las
Luciano, Juan Crisóstomo. escrituras.
Capadocia Basilio, Gregorio de Niza, Homilético, Junto al esquema homilético-literal, plantean un
Gregorio Nacianceno. literal. sentido moral-espiritual presente en la Biblia.
Occidental Hipólito Sistemático Logra abordar la interpretación de grandes
secciones de la escritura, pero carece de
herramientas filológicas.
Jerónimo Literal Está fuertemente influido por la exégesis del
judaísmo, tanto así que su interés posterior girará
en torno a ello con la veritas hebraica y el uso de
los métodos judíos. Al principio fue seguidor de
Orígenes, pronto quiso llegar a un punto de
contacto entre los extremos del alegorismo
origeneano y el literalismo antioqueno.
Agustín Alegórico, sin Es un personaje complejo; el maniqueísmo había
descartar la creado en él, una aversión al AT, además como
literalidad. especialista en letras, veía con desprecio el bajo
nivel de las traducciones latinas de la escritura; es
incluso contrario a la propuesta de la veritas
hebraica (Jerónimo). En sus obras se percibe un
paso del alegorismo al literalismo, aunque en
ningún momento se parcializa, ve con el mismo
valor ambas realidades.
A comienzo del siglo V inicia un período de decadencia; en Oriente se verá influido por la
controversia origeneana y otras discusiones de carácter dogmático que centran todos los
esfuerzos contra las herejías. Por su parte en Occidente, el contexto de las invasiones bárbaras
influirá, manteniéndose las imponentes figuras de Jerónimo y Agustín en sus comentarios, sin
haber otro ejercicio exegético de envergadura.
b) En el resto de la edad Media, el interés por el estudio de las escrituras vuelve a florecer con el
renacimiento carolingio. Se desarrolla un enfoque alegórico en el que se habla de la diversidad de
sentidos en los pasajes de la escritura, dando lugar al polimorfismo exegético que abala cuatro
sentidos: histórico, alegórico, anagógico, tropológico. Dos elementos influyeron de manera
directa, el método alegórico y el dogma; así se extiende la lectura espiritual propia del
neoplatonismo agustiniano. No obstante, apareció otra visión de carácter más literal auspiciada
por el aristotelismo escolástico de Tomás; allí el elemento literal es la base de todos los demás
aspectos, pero al final, la exégesis pierde toda visión crítica, quedando subordinada al dogma
como regla de fe.
4.2.4 LOS NUEVOS DESARROLLOS EN EL RENACIMIENTO E INFLUENCIA SOBRE LOS MOVIMIENTOS DE REFORMA
(REFORMA MAGISTERIAL Y REFORMA RADICAL)
Lectura 6: Lee H. de Wit, págs. 76-87 para introducirte en el cambio de visión que sobre el texto se desarrolla
con la Reforma protestante (fundamentalmente se trata de un agudo interés por el Sensus historicus). Y
responde a tres preguntas:
Lectura 7: Lee J. Trebolle págs. 629-632 para conocer mejor la gestación renacentista que también incidió sobre
el nuevo acercamiento al texto bíblico.
J. Trebolle explica cómo el renacimiento, a nivel literario, implicó un retorno a las fuentes en sus
idiomas originales; en primera instancia ponía en tela de juicio las traducciones comúnmente
empleadas, despertando el interés por el hebreo, griego y algunas lenguas orientales antes ocultas. No
sólo se traducían los textos, también fueron escritos confeccionados diccionarios, comentarios y
gramáticas, así como estudios de diversa índole. El movimiento surgido en Italia, pronto adquiere
carácter internacional con figuras destacas: Colet (Inglaterra), Reuchlin (Alemania), Erasmo (Holanda),
Vives (España), los hermanos Estiene (Francia). Indudablemente, toda esta novedad auspiciaba una
transformación total con desenlaces inesperados; al principio hubo un diálogo afable entre
renacimiento y cristianismo católico, sin embargo, pronto ocurriría la Reforma Protestante, cuyos
presupuestos contribuirían al divorcio total del progreso con la institución católica oficial en todas sus
áreas.
De Wit inserta el lugar de la exégesis bíblica en el complejo proceso de transformación moderna que
precede a la Ilustración; se trata de un momento histórico cumbre, donde los avances científicos,
tecnológicos, jurídicos, políticos e institucionales, desatan la actitud crítica del hombre hacia todos los
espacios de su vida, pensamiento, acciones y creencias. Así que la escritura se convierte en un objeto
para el examen crítico; su contenido queda sometido a sospecha con el empleo de las herramientas
historiográficas, además, los avances arqueológicos y filológicos van dando origen a la crítica textual de
carácter científica.
J. Trebolle, señala en este período, el inicio de una actitud distinta hacia la escritura; desde el
protestantismo calvinista se plantea por primera vez, el acercamiento objetivo a la biblia como si se
tratase de un libro profano. Si bien, la hermenéutica moderna, pertenece a un mundo distinto al que se
escribió la Biblia; aquél era un espacio sagrado y simbólico, pero en este predomina la supremacía del
Yo (ego) pensante (cogito), inmerso en un universo fisicomatemático. Por ende, el sujeto observa su
objeto (escrituras) con cristales crítico-analíticos, sometiendo a la duda rigurosa todo el conjunto que
expresa la revelación divina.
Lectura 9: Lee H. de Wit págs. 95-109 para conocer algo de la exégesis española de los ss. XVI-XVII que está
vinculada, además, al descubrimiento del 'Nuevo Mundo'. De Wit es de los pocos autores que trata este tema.
De Wit ilustra la exégesis española en el nuevo mundo, mediante el debate entre Juan Ginés
Sepúlveda y Bartolomé de Las Casas sobre la dignidad humana de los pobladores amerindios. En ellos
observa dos exégesis distintas; una abocada hacia la alegoría en detrimento a los indígenas, y otra de
perspectivas más literales, en defensa de la población. Para esta circunstancia histórica, la exégesis no
parece ser una preocupación inmediata, pues mientras los colonizadores exploran para subyugar, los
religiosos permanecen dedicados a la cristianización de nativos, escribiendo catecismos, interpretando
sus cosmogonías y conociendo las lenguas; No obstante, De Wit dedica mayor interés al argumento de
Juan Ginés Sepúlveda, dejando a un lado lo demás.