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EL LITIO
Al igual que los demás metales alcalinos es univalente y muy reactivo, aunque menos que
el sodio, por lo que no se encuentra libre en la naturaleza. Acercado a una llama la torna
carmesí pero, si la combustión es violenta, la llama adquiere un color blanco brillante.
Historia
El litio fue descubierto por Johann Arfvedson en 1817. Arfvedson encontró este elemento
en la espodumena y lepidolita de una mina de petalita, LiAl (Si2O5)2, de la isla Utö (Suecia)
que estaba analizando. En 1818 C.G. Gmelin fue el primero en observar que las sales de
litio tornan la llama de un color rojo brillante. Ambos intentaron, sin éxito, aislar el
elemento de sus sales, lo que finalmente consiguieron William Thomas Brande y Sir
Humphrey Davy mediante electrólisis del óxido de litio.
En el 2010, las baterías de litio se han convertido en el método principal para reemplazar a
los contaminantes combustibles fósiles. El "triángulo del litio" compuesto por el salar de
Uyuni, en Bolivia, el salar de Atacama, en Chile y el salar del Hombre Muerto en
Argentina concentran aproximadamente entre el 50 y el 85 % de ese mineral.2 3 El
crecimiento acelerado en el uso del ion-litio ha provocado que una tonelada de litio suba su
precio, desde los 450 dólares que costaba en 2003 hasta los 3.000 dólares en 2009.
Isótopos
Los isótopos estables del litio son dos, Li-6 y Li-7, siendo éste último el más abundante
(92.5 %). Se han caracterizado seis radioisótopos siendo los más estables el Li-8 con un
periodo de semidesintegración de 838 milisegundos y el Li-9 con uno de 178.3 ms. El resto
de isótopos radiactivos tienen periodos de semidesintegración menores de 8,5 ms. También
se da, en laboratorio, el isótopo inestable Li-11-
Los pesos atómicos del litio varían entre 4.027 y 11.0348 uma del Li-4 y el Li-11
respectivamente. El modo de desintegración principal de los isótopos más ligeros que el
isótopo estable más abundante (Li-7) es la emisión protónica (con un caso de
desintegración alfa) obteniéndose isótopos de helio; mientras que en los isótopos más
pesados el modo más habitual es la desintegración beta, (con algún caso de emisión
neutrónica) resultando isótopos de berilio.
El Li-7 es uno de los elementos primordiales, producidos por síntesis nuclear tras el big
bang. Los isótopos de litio se fraccionan sustancialmente en una gran variedad de procesos
naturales, incluyendo la precipitación química en la formación de minerales, procesos
metabólicos, y la sustitución del magnesio y el hierro en redes cristalinas de minerales
arcillosos en los que el Li-6 es preferido frente al Li-7, etc.
LITIO EN BOLIVIA
Uyuni es el salar más extenso de la Tierra: más de 10.000 kilómetros cuadrados en donde
se encuentra la mayor reserva de litio del mundo. Para muchos es la materia prima del
futuro, por su uso en la elaboración de baterías para computadores, teléfonos y autos
eléctricos. El oro blanco, como lo han llamado, es una potencial riqueza sobre la que, desde
hace unos años, Bolivia hace jugosos cálculos, pero que hasta la fecha no ha logrado
capitalizar.
El litio, el metal que promete cambiar el transporte así como lo conocemos. Los gobiernos
y la industria automotriz están invirtiendo mucho para que algún día los dueños del coche
eléctrico pronto sean capaces de llenar la batería de su coche con corriente en lugar de
llenar su tanque de un surtidor.
La atención global de hoy por el litio se debe a su potencial como un ingrediente clave para
la construcción de una nueva generación de baterías para vehículos eléctricos. Importantes
capitales del mundo están invirtiendo miles de millones de dólares en el futuro del litio.
Algunas estimaciones especulan que las ventas de baterías de litio para automóviles
experimentarán un salto de $US 100 millones anuales a 103 mil millones al año en las
próximas dos décadas. De ser así, los países que poseen litio están destinados a convertirse
en actores mucho más importantes de la economía global.
Esto para Bolivia significa un montón de atención de los inversionistas potenciales que se
disputan un pedazo de este recurso estratégico, lo que da al país más empobrecido de
América del Sur una oportunidad importante para levantarse de la pobreza.
Pese al creciente entusiasmo acerca del futuro del litio, existen serias dudas sobre su
factibilidad. El proceso de transformar el litio en carbonato de litio comercializable es
complejo y costoso. Las baterías para vehículos eléctricos que se fabrican en la actualidad
son demasiado grandes y pesadas y muy lentas para recargar. Estas baterías son tan caras
que ponen el costo de los vehículos eléctricos más allá del alcance de la mayoría de los
consumidores.
Las baterías de litio también tienen una reputación de prenderse en llamas. Las baterías de
litio para vehículos podrían convertirse en un mercado global masivo, pero también podrían
transformarse en el equivalente tecnológico de un casete con cinta.
La obtención del litio, por otra parte, proviene fundamentalmente de dos tipos de fuentes:
de minerales como el espodumeno, que requiere previamente un trabajo de minería
(trituración, molienda, lixiviación); y de las costras de sal de los salares donde yace la
salmuera, cuya extracción implica menores costos de producción. Los salares de mayor
dimensión se encuentran en los países andinos de América del Sur, Argentina, Bolivia y
Chile, en cuyas salmueras se concentran más de dos tercios de las reservas mundiales de
litio. Sin embargo, la forma en que cada uno de estos países responde a la creciente
demanda mundial del litio, no sólo se diferencia por los diversos grados de desarrollo
socio-económico y científico-tecnológico, sino también por la particular conformación de
los bloques sociales hegemónicos y la relación de fuerzas en que dicho bloque se sustenta.
El 21 de octubre de 2010, poco más de tres años después de hacer pública su intención de
explotar los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, el Gobierno anunció que Bolivia
iniciaría esta labor por su cuenta y que comenzaría a fabricar baterías de litio en 2014, cuando
el país esté produciendo unas 30.000 toneladas de carbonato de ese elemento no metálico (
Li2CO3), esencial para la elaboración de cátodos de baterías.
Ha pasado poco más de un año del plazo que el Ejecutivo se puso para producir el insumo en
cantidades industriales, pero la oferta de las plantas piloto de carbonato de litio y baterías aún
es mínima, mientras se espera el inicio de operaciones de la Planta Piloto de Materiales
Catódicos, que se prevé estará lista a principios de 2017, y de la Planta Industrial de
Carbonato de Litio, que a fines de 2018 tendrá una oferta de 1.500 t del insumo con grado
batería.
“Hay una demora muy grande en el proyecto debido a problemas de carácter administrativo,
de créditos que no salían o contratos que no se firmaban; y a aspectos climatológicos. La
mayor cantidad de lluvia que cae hoy en la región hizo que la tecnología por evaporación
usada (para la obtención de litio) dé resultados más lentos que lo esperado”, explicó Héctor
Córdova, expresidente de la Comibol (2012) y exviceministro de Desarrollo Productivo
Minero Metalúrgico (2010-2011).
Pese a la demora, el Gobierno asegura que el proyecto boliviano estará listo, aunque con una
oferta reducida, cuando la demanda mundial del mineral para acumuladores de energía de
ión de litio suba de forma importante, impulsada por el creciente requerimiento de
dispositivos móviles y el desarrollo de la tecnología que masificará la presencia en el
mercado de vehículos híbridos o 100% eléctricos, a los que se podrían sumar otros usos como
la fusión nuclear y la aleación con otros metales.
La planta piloto de litio instalada en Palca, Potosí logró elaborar hasta la fecha al menos
4.000 baterías para teléfonos móviles, según información oficial difundida, durante la visita
del presidente Evo Morales a estas instalaciones.
El Gobierno realizó una inversión de al menos 3,7 millones de dólares para instalar esa
planta en 2012 con miras a la industrialización del litio que hay en el Salar de Uyuni.
En ese edificio se realizan todos los análisis químicos de los productos que componen la
elaboración de baterías. Los profesionales asignados realizaron diferentes exposiciones al
primer Mandatario.
Morales también inspeccionó el laboratorio de análisis de cátodos y separación del ión litio.
En 2014, la planta inició la producción de las primeras baterías de ion-litio a escala piloto y
actualmente está produciendo carbonato de litio "grado comercial" de 90,5 % de pureza, un
avance científico muy importante que será patentado.
Entre ellos, el recubrimiento sobre láminas de cobre y aluminio, que son los conectores de
las baterías en el proceso de carga, el llenado de electrolitos en una atmósfera controlada y
el sellado de las baterías, las cuales ingresan a un proceso que verifica su capacidad.