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“LITIO” EN BOLIVIA

EL LITIO

El litio es un elemento químico de símbolo Li y número atómico 3. En la tabla periódica, se


encuentra en el grupo 1, entre los elementos alcalinos. En su forma pura, es un metal
blando, de color blanco plata, que se oxida rápidamente en aire o agua. Su densidad es la
mitad de la del agua, siendo el metal y elemento sólido más ligero.

Al igual que los demás metales alcalinos es univalente y muy reactivo, aunque menos que
el sodio, por lo que no se encuentra libre en la naturaleza. Acercado a una llama la torna
carmesí pero, si la combustión es violenta, la llama adquiere un color blanco brillante.

Se emplea especialmente en aleaciones conductoras del calor, en baterías eléctricas y, sus


sales, en el tratamiento del trastorno bipolar.

Historia

El litio fue descubierto por Johann Arfvedson en 1817. Arfvedson encontró este elemento
en la espodumena y lepidolita de una mina de petalita, LiAl (Si2O5)2, de la isla Utö (Suecia)
que estaba analizando. En 1818 C.G. Gmelin fue el primero en observar que las sales de
litio tornan la llama de un color rojo brillante. Ambos intentaron, sin éxito, aislar el
elemento de sus sales, lo que finalmente consiguieron William Thomas Brande y Sir
Humphrey Davy mediante electrólisis del óxido de litio.

En 1923 la empresa alemana Metallgesellschaft AG comenzó a producir litio mediante la


electrólisis del cloruro de litio y cloruro de potasio fundidos.

En el 2010, las baterías de litio se han convertido en el método principal para reemplazar a
los contaminantes combustibles fósiles. El "triángulo del litio" compuesto por el salar de
Uyuni, en Bolivia, el salar de Atacama, en Chile y el salar del Hombre Muerto en
Argentina concentran aproximadamente entre el 50 y el 85 % de ese mineral.2 3 El
crecimiento acelerado en el uso del ion-litio ha provocado que una tonelada de litio suba su
precio, desde los 450 dólares que costaba en 2003 hasta los 3.000 dólares en 2009.

Isótopos

Los isótopos estables del litio son dos, Li-6 y Li-7, siendo éste último el más abundante
(92.5 %). Se han caracterizado seis radioisótopos siendo los más estables el Li-8 con un
periodo de semidesintegración de 838 milisegundos y el Li-9 con uno de 178.3 ms. El resto
de isótopos radiactivos tienen periodos de semidesintegración menores de 8,5 ms. También
se da, en laboratorio, el isótopo inestable Li-11-

Los pesos atómicos del litio varían entre 4.027 y 11.0348 uma del Li-4 y el Li-11
respectivamente. El modo de desintegración principal de los isótopos más ligeros que el
isótopo estable más abundante (Li-7) es la emisión protónica (con un caso de
desintegración alfa) obteniéndose isótopos de helio; mientras que en los isótopos más
pesados el modo más habitual es la desintegración beta, (con algún caso de emisión
neutrónica) resultando isótopos de berilio.

El Li-7 es uno de los elementos primordiales, producidos por síntesis nuclear tras el big
bang. Los isótopos de litio se fraccionan sustancialmente en una gran variedad de procesos
naturales, incluyendo la precipitación química en la formación de minerales, procesos
metabólicos, y la sustitución del magnesio y el hierro en redes cristalinas de minerales
arcillosos en los que el Li-6 es preferido frente al Li-7, etc.

LITIO EN BOLIVIA

El salar de Uyuni, ubicado en el departamento de Potosí en Bolivia. Según expertos, de los


diez mil millones de toneladas de sal que contiene este salar, cinco millones equivalen a
esta materia prima.

Uyuni es el salar más extenso de la Tierra: más de 10.000 kilómetros cuadrados en donde
se encuentra la mayor reserva de litio del mundo. Para muchos es la materia prima del
futuro, por su uso en la elaboración de baterías para computadores, teléfonos y autos
eléctricos. El oro blanco, como lo han llamado, es una potencial riqueza sobre la que, desde
hace unos años, Bolivia hace jugosos cálculos, pero que hasta la fecha no ha logrado
capitalizar.

El litio, el metal que promete cambiar el transporte así como lo conocemos. Los gobiernos
y la industria automotriz están invirtiendo mucho para que algún día los dueños del coche
eléctrico pronto sean capaces de llenar la batería de su coche con corriente en lugar de
llenar su tanque de un surtidor.

La atención global de hoy por el litio se debe a su potencial como un ingrediente clave para
la construcción de una nueva generación de baterías para vehículos eléctricos. Importantes
capitales del mundo están invirtiendo miles de millones de dólares en el futuro del litio.
Algunas estimaciones especulan que las ventas de baterías de litio para automóviles
experimentarán un salto de $US 100 millones anuales a 103 mil millones al año en las
próximas dos décadas. De ser así, los países que poseen litio están destinados a convertirse
en actores mucho más importantes de la economía global.
Esto para Bolivia significa un montón de atención de los inversionistas potenciales que se
disputan un pedazo de este recurso estratégico, lo que da al país más empobrecido de
América del Sur una oportunidad importante para levantarse de la pobreza.

Pese al creciente entusiasmo acerca del futuro del litio, existen serias dudas sobre su
factibilidad. El proceso de transformar el litio en carbonato de litio comercializable es
complejo y costoso. Las baterías para vehículos eléctricos que se fabrican en la actualidad
son demasiado grandes y pesadas y muy lentas para recargar. Estas baterías son tan caras
que ponen el costo de los vehículos eléctricos más allá del alcance de la mayoría de los
consumidores.
Las baterías de litio también tienen una reputación de prenderse en llamas. Las baterías de
litio para vehículos podrían convertirse en un mercado global masivo, pero también podrían
transformarse en el equivalente tecnológico de un casete con cinta.

La carrera por el litio boliviano


Basado incluso en las previsiones más conservadores, las reservas de litio de Bolivia son las
más grandes del mundo. El Salar de Uyuni, una extensa y brillosa planicie de 10.000
kilómetros cuadrados cubierta de minerales incrustados en sal, y localizado en el sudoeste
del departamento de Potosí, es el punto cero para los sueños de litio bolivianos.
Las empresas y gobiernos extranjeros por igual se han puesto en fila para cortejar al
gobierno de Bolivia, que trata de lograr el mejor acuerdo posible para el beneficio de su
gente. Entre los principales interesados están dos gigantes japoneses, Mitsubishi y
Sumitomo, la última, ya tiene una participación en la controversial Mina San Cristóbal,
conocida por contaminar la misma región. También está cortejando al gobierno el
productor francés de vehículos eléctricos, Bolloré, así como los gobiernos de Corea del Sur,
Brasil e Irán.

Los desafíos venideros en el camino del litio boliviano


El núcleo de las ambiciones de Bolivia sobre el del litio son simples: sacar de la pobreza a
su pueblo mediante la obtención del máximo beneficio posible de un recurso natural, en los
mercados internacionales de punta.

El litio y sus múltiples usos


¡El litio puede hacer funcionar tu iPod, curar la depresión, hacer recorrer tu automóvil 370
kilómetros con un galón de gasolina! A lo largo y ancho del mundo la prensa masiva recién
ha empezado a interesarse en el litio, un metal suave, blanco plateado que tiene tal variedad
de usos actuales y potenciales que es difícil de imaginar. Bajo la mirada de todos, desde la
industria farmacéutica hasta la automovilística, se está convirtiendo en el metal más
comentado del momento.
Cada vez que contestamos un teléfono celular, vemos nuestros relojes o conectamos una
computadora portátil, estamos contando con baterías que contienen litio. Hacia el 2007, el
60% de los teléfonos celulares del mundo contenían baterías de litio, así como el 90% de las
computadoras portátiles- porcentajes que crecen cada año.2
El litio es también empleado en la producción de cerámica y vidrio, medicamentos para
tratar el desorden bipolar, aire acondicionado, lubricantes tolerantes a altas temperaturas, y
armas nucleares, sólo para nombrar unos cuantos de los varios usos del metal (Ver cuadro
inferior).
Bolivia y el plan de industrialización del litio

A partir de la década del 70, el desarrollo de las nuevas tecnologías en telecomunicaciones


y energías renovables, encontró en el litio un potencial nuevo valor de uso: la elaboración
de carbonato de litio como principal insumo para el desarrollo de baterías eléctricas,
desechables y recargables.

La obtención del litio, por otra parte, proviene fundamentalmente de dos tipos de fuentes:
de minerales como el espodumeno, que requiere previamente un trabajo de minería
(trituración, molienda, lixiviación); y de las costras de sal de los salares donde yace la
salmuera, cuya extracción implica menores costos de producción. Los salares de mayor
dimensión se encuentran en los países andinos de América del Sur, Argentina, Bolivia y
Chile, en cuyas salmueras se concentran más de dos tercios de las reservas mundiales de
litio. Sin embargo, la forma en que cada uno de estos países responde a la creciente
demanda mundial del litio, no sólo se diferencia por los diversos grados de desarrollo
socio-económico y científico-tecnológico, sino también por la particular conformación de
los bloques sociales hegemónicos y la relación de fuerzas en que dicho bloque se sustenta.

Bolivia; dueña de la principal reserva mundial ubicada en el Salar de Uyuni, departamento


de Potosí, y la primera en iniciar las investigaciones sobre sus recursos evaporíticos, es a su
vez el país donde todos los intentos de las transnacionales por acceder a las salmueras del
salar fueron, hasta ahora, frustrados. Sin embargo, desde 2008 avanza con un plan de
industrialización soberana de los recursos evaporíticos 100% estatal, que contempla a
mediano plazo la producción de carbonato de litio y cloruro de potasio, y a largo plazo la
producción de baterías de ion-litio. Se trata entonces, de establecer los hechos del largo
proceso histórico que llevó a Bolivia a ser el único país del Cono Sur en intentar una
explotación soberana de los recursos evaporíticos en salmueras, y disponerlos para los
análisis sobre las condiciones histórico sociales del desarrollo autónomo de las fuerzas
productivas en América Latina, desarrollo que permanentemente se anuncia, se promete, se
cuestiona y se demanda.

La industrialización del litio se retrasa en al menos


cuatro años

El país cuenta con las reservas del mineral no


metálico más grandes del mundo, pero existen
divergencias en los estudios sobre la cantidad total de
litio que tienen sus salares.
El proyecto boliviano de industrialización del litio tiene un retraso de al menos cuatro años,
pero avanza paso a paso confiando en que la demanda por el insumo, que tiene su propia
dinámica, seguirá siendo impulsada por el desarrollo tecnológico.

El 21 de octubre de 2010, poco más de tres años después de hacer pública su intención de
explotar los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, el Gobierno anunció que Bolivia
iniciaría esta labor por su cuenta y que comenzaría a fabricar baterías de litio en 2014, cuando
el país esté produciendo unas 30.000 toneladas de carbonato de ese elemento no metálico (
Li2CO3), esencial para la elaboración de cátodos de baterías.

Ha pasado poco más de un año del plazo que el Ejecutivo se puso para producir el insumo en
cantidades industriales, pero la oferta de las plantas piloto de carbonato de litio y baterías aún
es mínima, mientras se espera el inicio de operaciones de la Planta Piloto de Materiales
Catódicos, que se prevé estará lista a principios de 2017, y de la Planta Industrial de
Carbonato de Litio, que a fines de 2018 tendrá una oferta de 1.500 t del insumo con grado
batería.

“Hay una demora muy grande en el proyecto debido a problemas de carácter administrativo,
de créditos que no salían o contratos que no se firmaban; y a aspectos climatológicos. La
mayor cantidad de lluvia que cae hoy en la región hizo que la tecnología por evaporación
usada (para la obtención de litio) dé resultados más lentos que lo esperado”, explicó Héctor
Córdova, expresidente de la Comibol (2012) y exviceministro de Desarrollo Productivo
Minero Metalúrgico (2010-2011).

Pese a la demora, el Gobierno asegura que el proyecto boliviano estará listo, aunque con una
oferta reducida, cuando la demanda mundial del mineral para acumuladores de energía de
ión de litio suba de forma importante, impulsada por el creciente requerimiento de
dispositivos móviles y el desarrollo de la tecnología que masificará la presencia en el
mercado de vehículos híbridos o 100% eléctricos, a los que se podrían sumar otros usos como
la fusión nuclear y la aleación con otros metales.

PLANTA PILOTO “LA PALCA”

La planta piloto de litio instalada en Palca, Potosí logró elaborar hasta la fecha al menos
4.000 baterías para teléfonos móviles, según información oficial difundida, durante la visita
del presidente Evo Morales a estas instalaciones.

Morales inspeccionó el lunes la planta y constató los avances de esa factoría.

El Gobierno realizó una inversión de al menos 3,7 millones de dólares para instalar esa
planta en 2012 con miras a la industrialización del litio que hay en el Salar de Uyuni.

Morales realizó un recorrido por el centro de investigación en Ciencia y Tecnología de


Materiales y Recursos Evaporíticos, que se encuentra en una estructura paralela a la planta.

En ese edificio se realizan todos los análisis químicos de los productos que componen la
elaboración de baterías. Los profesionales asignados realizaron diferentes exposiciones al
primer Mandatario.

Morales también inspeccionó el laboratorio de análisis de cátodos y separación del ión litio.

En 2014, la planta inició la producción de las primeras baterías de ion-litio a escala piloto y
actualmente está produciendo carbonato de litio "grado comercial" de 90,5 % de pureza, un
avance científico muy importante que será patentado.

Posteriormente, el Jefe de Estado se trasladó a la Planta Piloto de baterías de litio, en la que


constató el trabajo que realizan los profesionales para la producción de las baterías, que
implican diferentes procesos.

Entre ellos, el recubrimiento sobre láminas de cobre y aluminio, que son los conectores de
las baterías en el proceso de carga, el llenado de electrolitos en una atmósfera controlada y
el sellado de las baterías, las cuales ingresan a un proceso que verifica su capacidad.

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