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Notas de clase - 31/03/11 Economı́a V - UCC - S Freille

La Economı́a Polı́tica Internacional: naturaleza, temas


y herramientas

En décadas recientes, ha cobrado gran relevancia el estudio de una nueva rama de estudio
que se encuentra en la intersección de la economı́a, la economı́a internacional y la ciencia
polı́tica. Esta rama se conoce como la Economı́a Polı́tica Internacional (IPE, por sus siglas
en inglés) y se origina hacia fines de la década de los ’70. El campo de estudio de la Economı́a
Polı́tica Internacional no es homogéneo ni delimitado; por el contrario, presenta diferentes
matices según el enfoque sea más analı́tico, o aplicado y además por su naturaleza, presenta
una rica variedad de yuxtaposiciones con otras disciplinas y sub-disciplinas. Sin embargo,
es posible afirmar que el núcleo principal de la IPE contiene temas relacionados con los
determinantes y efectos económicos y polı́ticos asociados al movimiento internacional de
factores económicos. Entre otras cosas, esto incluye tanto el análisis de la actividad de
lobbies en conexión con el tipo y naturaleza de la protección comercial como los mecanismos
de negociación y cooperación económica y polı́tica a nivel bi-lateral y multi-lateral.

Existen varios enfoques modernos desde los que se aborda la Economı́a Polı́tica Internacional
entre los que se encuentran el enfoque institucionalista, el enfoque de economı́a polı́tica y el
enfoque neo-gramsciano1 . De acuerdo con Woods (2008), en el centro del debate se promueve
una activa contienda metodológica acerca del modo en que se incorporan las preferencias de
los diferentes actores. El enfoque institucionalista analiza el tipo y la naturaleza de las insti-
tuciones que surgen como una respuesta a la necesidad de los diferentes estados de resolver
problemas de acción colectiva. En otras palabras, presupone un esquema de principal-agente
donde los distintos estados (principal) delegan en las instituciones creadas (agente) la autori-
dad para coordinar los intereses individuales. El enfoque de la nueva economı́a polı́tica pre-
supone que se pueden especificar en forma explı́cita las preferencias de los actores –organismos
multilaterales, Estados nacionales y sub-nacionales, grupos de interés, individuos y empresas–
de modo que permite establecer ciertas precisiones respecto de su comportamiento indididual
y agregado2 . Por último, el enfoque neo-gramsciano indaga en los mecanismos que influyen
en la determinación de las preferencias de los actores. Este enfoque supone que las prefer-
encias no son independientes de las diferentes construcciones sociales sino que dependerán
de creencias e ideologı́as persistentes enraizadas en las instituciones del sistema. El enfoque
de este curso se alinea más con la tradición de la nueva economı́a polı́tica; de esta manera
es posible un análisis de complejas interacciones entre agentes económicos y polı́ticos deter-
minando simples patrones de conducta racional con el costo de sacrificar un mayor grado
de realismo en la modelización de los efectos del diseño institucional sobre los intereses de
agentes económicos y polı́ticos

Uno de los temas más complejos de que se ocupa la IPE es aquel de las implicancias de la
interacción entre factores locales e internacionales sobre las polı́ticas locales e internacionales.
Un claro ejemplo de esto es la interacción entre los objetivos de las diferentes cámaras in-
dustriales de un paı́s y las provisiones resultantes de los acuerdos en materia de integración
1
En su clásico libro, Gilpin (1987) distingue entre tres enfoques tradicionales asociados al estudio de la
Economı́a Polı́tica Internacional: el enfoque liberal, resaltando el rol del mercado como asignador de recursos
y el librecambio como mecanismo para el logro del máximo bienestar global; el Marxismo, de cuyo armazón
teórico se desprenden las teorı́as de la dependencia y los conceptos de “centro” y “periferia”; y el enfoque
mercantilista, también conocido como nacionalismo, que pone el acento en el poder y el engrandecimiento de
los Estados-Nación y sus rı́gidas reglas de polı́tica económica.
2
Este enfoque generalmente conocido como de la Nueva Economı́a Polı́tica, también se ha identificado con
el enfoque de la elección racional o neo-utilitarismo. Para un discusión más detallada, veáse Woods (2008).

1
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comercial con otros paı́ses. Se pueden presentar varias situaciones posibles. Un caso es que
los objetivos sean comunes, como por ejemplo se darı́a cuando el gobierno local introduce
restricciones a la importación de manufacturas industriales –i.e. a través de un régimen
especial– lo que va de la mano de los objetivos de incrementar la producción nacional de
aquellas. Otro caso, ilustrando objetivos divergentes, es si el gobierno nacional realiza una
apertura multilateral indiscriminada que elimina aranceles a la importación a todo tipo de
productos lo que afectará la producción industrial local. Muchas de estas situaciones son
difı́ciles de analizar precisamente por involucrar situaciones de objetivos contrapuestos y di-
ficultades de negociación. En las últimas dos décadas, tanto economistas como politólogos
se han volcado al estudio de estos temas [Frieden (1988), Grossman and Helpman (1993),
Grossman and Helpman (2002), Mitra (1999)].

Una gran variedad de situaciones interesantes en el estudio de la Economı́a Polı́tica Inter-


nacional presenta algún elemento de interdependencia estratégica en el que las acciones de
un (grupo de) individuo(s) producen efectos sobre otro (grupo de) individuo(s). Algunos
ejemplos clásicos son la decisión de dos paı́ses en lo que se refiere a comerciar libremente o a
imponer trabas al comercio; en forma similar, las decisiones de lobbies asociados a diferentes
sectores productivos –i.e. agro-exportador vs industrial-, sobre efectuar contribuciones mon-
etarias para obtener favores de polı́tica comercial. Estas situaciones son mejor capturadas a
través del uso del instrumental de la teorı́a de los juegos. En ambos casos, el bienestar de
cada jugador dependerá de su propia decisión y de la decisión adoptada por el otro jugador.
Por ejemplo, en la primera situación, si ambos paı́ses eligen comerciar libremente sin tra-
bas mutuas, ambos obtendrán el mayor beneficio posible –se maximiza el bienestar mundial.
Sin embargo, dado que cada paı́s puede mejorar su situación eligiendo imponer restricciones
cuando el otro paı́s comercia libremente y dado que esto es información común, ambos paı́ses
tienen un incentivo a comportarse en forma egoı́sta (aunque perfectamente racional!). Si
ambos actúan en consecuencia, se llega a una situación estable pero ineficiente.

Otro de los temas que frecuentemente aparecen en el estudio de la IPE es el relacionado


con la forma en que los efectos redistributivos asociados a la apertura comercial son com-
pensados y/o atenuados a través de la implementación de polı́ticas relevantes. Como bien
nota Higgott (1999), la economı́a neoclásica, a diferencia la ciencia polı́tica, ha mantenido un
silencio notable al tratar el tema de la compensación doméstica de los efectos de la apertura
internacional. En décadas recientes, sin embargo, la consideración explı́cita de los intereses
de los distintos sectores de actividad en la formación de las coaliciones de polı́tica comercial
en el ámbito de la economı́a polı́tica ha contribuido a una mayor comprensión de los condi-
cionantes a las polı́ticas compensatorias[Brander and Spencer (1994), Davidson and Matusz
(2006), Davidson, Matusz, and Nelson (2007), Falvey, Greenaway, and Silva (2010)]. Un
aplicación concreta de gran relevancia actual tiene que ver con los efectos de las cadenas
productivas globales y la tercerización (outsourcing) de servicios sobre los mercados de tra-
bajo de los paı́ses que exportan estos servicios3 . La Economı́a Polı́tica Internacional analiza
examina no sólo los efectos económicos sobre los mercados de trabajo locales sino también el
conflicto de intereses que se presenta a la hora de incentivar o desalentar este fenómeno.

Uno de los temas más polémicos y que más controversia genera en el ámbito de la disciplina
es el referido a la diversidad de efectos de la globalización actual y las implicancias que ello
3
El caso más conocido es probablemente el del outsourcing de servicios de trabajo de Estados Unidos
a los paı́ses desarrollados y a la India en particular. El debate está planteado fundamentalmente sobre los
efectos perjudiciales sobre los trabajadores no calificados y ha sido objeto de numerosas controversias entre
especialistas, particularmente en cuanto a los efectos cuantitativos del fenómeno. Ver Baldwin (2009).

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tiene sobre el rol de los estados nacionales. Es un hecho que el mundo se ha vuelto más
económicamente integrado en los últimos 60 años y las consecuencias económicas, polı́ticas
y sociales de esta creciente interdependencia tiene asociados efectos asimétricos sobre las
diferentes regiones, paı́ses y sectores de actividad . Algunos autores, como Rodrik (1997)
and Garrett (1998), advierten que la globalización sólo será un proceso sostenible si se adop-
tan polı́ticas locales adecuadas para suavizar el impacto y las tensiones generados sobre los
sectores económicos en forma adversa. Por otro lado, una gran variedad de autores alertan
sobre los potenciales efectos adversos de la globalización sobre el incremento de los conflictos
armados, sobre el incremento de la desigualdad y la pobreza, sobre la devastación del medio
ambiente y sobre la frecuencia y duración de las crisis globales. Uno de los crı́ticos más
notables del actual proceso de globalización, Stiglitz (2007) alerta sobre los efectos negativos
sobre los paı́ses más pobres de las negociaciones asimétricas de tarifas –i.e. los paı́ses más
ricos mantienen tarifas más altas con los paı́ses más pobres que con entre sı́. Asimismo,
Stiglitz (2007) resalta las dificultades para lograr que la compensación sea efectiva; en efecto,
suele ocurrir que los ganadores no sólo no compensen a los perdedores sino que además ganen
más aún.

Un fenómeno relativamente reciente es el del auge del regionalismo. Entre la finalización de


la segunda guerra mundial y 1994 el GATT recibió un total de 123 notificaciones de acuerdos
regionales de comercio. Desde 1995 hasta la fecha, se han recibido más de 300 notificaciones
de acuerdos regionales de comercio, en lo que significa una fuerte aceleración en el ritmo
de crecimiento de los acuerdos regionales de comercio. Actualmente, de los 210 acuerdos
notificados en vigencia, 96 corresponden a Areas de Libre Comercio (ALC), 15 a Uniones
Aduaneras (UA) –6 de los cuales son además Acuerdos de Integración Económica (AIE)- y
14 corresponden a Acuerdos de Alcance Parcial (AAP). La formación de áreas preferenciales
de comercio plantea ha sido objeto de un intenso debate en cı́rculos académicos e interna-
cionales. El centro del debate es esencialmente una cuestión empı́rica: ¿es el regionalismo
una fuerza conflictiva o complementaria con el multilateralismo? Krugman (1996), Bhagwati
(1992) and Baldwin (1997) coinciden en resaltar la naturaleza compleja de este fenómeno re-
saltando las motivaciones polı́ticas y estratégicas detrás de este tipo de acuerdos (i.e. mayor
poder de negociación en negociaciones multilaterales). En este ámbito, la Economı́a Polı́tica
Internacional se ha constituido en un fértil y dinámico cuerpo de ideas.

References
Baldwin, R. (1997): “The causes of regionalism,” The World Economy, 20(7), 865–888.

Baldwin, R. (2009): “How Many Jobs are Onshorable? Re-interpreting the Blinder Num-
bers in the Light of new Trade Theory,” .

Bhagwati, J. (1992): “Regionalism versus multilateralism,” The World Economy, 15(5),


535–556.

Brander, J., and B. Spencer (1994): “Trade adjustment assistance: Welfare and incen-
tive effects of payments to displaced workers,” Journal of International Economics, 36(3-4),
239–261.

Davidson, C., and S. Matusz (2006): “TRADE LIBERALIZATION AND COMPENSA-


TION*,” International Economic Review, 47(3), 723–747.

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Notas de clase - 31/03/11 Economı́a V - UCC - S Freille

Davidson, C., S. Matusz, and D. Nelson (2007): “Can compensation save free trade?,”
Journal of International Economics, 71(1), 167–186.

Falvey, R., D. Greenaway, and J. Silva (2010): “Trade liberalisation and human capital
adjustment,” Journal of International Economics, 81(2), 230–239.

Frieden, J. (1988): “Sectoral conflict and foreign economic policy, 1914–1940,” Interna-
tional Organization, 42(01), 59–90.

Garrett, G. (1998): “Global markets and national politics: collision course or virtuous
circle?,” International Organization, 52(04), 787–824.

Gilpin, R. (1987): The political economy of international relations, vol. 449. Princeton
University Press.

Grossman, G., and E. Helpman (1993): “The politics of free trade agreements,” .

(2002): Interest groups and trade policy. Princeton Univ Pr.

Higgott, R. (1999): “Economics, politics and (international) political economy: the need
for a balanced diet in an era of globalisation,” New Political Economy, 4, 23–36.

Krugman, P. (1996): “3 Regionalism versus multilateralism: analytical notes,” New di-


mensions in regional integration, p. 58.

Mitra, D. (1999): “Endogenous lobby formation and endogenous protection: a long-run


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Rodrik, D. (1997): Has globalization gone too far? Peterson Institute.

Stiglitz, J. (2007): Making globalization work. WW Norton & Company.

Woods, N. (2008): “International political economy in an age of globalization,” The Glob-


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