El principio de Arquímedes consiste en que los cuerpos que se sumergen en un
fluido experimentan un empuje vertical y con dirección hacia arriba que es igual al peso de la ausencia del fluido, o sea, el fluido desalojado. Esta fuerza sobre la que hablaba Arquímedes es llamada empuje hidrostático o de Arquímedes. Arquímedes ha llegado a esta conclusión luego de que intentaba determinar el volumen de los distintos tipos de sólidos, lo cual es conocido como medición de volumen por desplazamiento en cuanto a líquidos refiere. Esto explicado de una forma simple sería: el volumen de un cuerpo es igual a la cantidad de espacio que ocupa. Pero para demostrar esto existen varias maneras, por lo cual medir el volumen de estos cuerpos tiene algunas variantes. La descubierta por el científico griego es muy útil para medir el volumen en los cuerpos que no son permeables al agua. La formula del principio de Arquímedes es la siguiente:
E representa al empuje f es la densidad de los fluidos, V representa el volumen
de los fluidos desplazados, g la aceleración de la gravedad y m es como es usual la masa. A Arquímedes se le había designado determinar el volumen de una corona triunfal que tenía forma irregular que era de Hierón segundo, en ese entonces gobernador de Siracusa (puede que haya sido tirano). Este hombre le había encomendado averiguar esto para saber si el orfebre le había robado oro por lo que la corona debería de pesar menos en ese caso. Según dicen mientras el matemático griego tomaba un baño relacionó como subía el nivel del agua de la bañadera y se dio cuenta de que ese efecto podría utilizarse como la solución al problema que le habían planteado. A veces en la historia se exageran algo las cosas, pero el mito popular indica que de la alegría Arquímedes salió a las calles desnudo gritando eureka por su nuevo descubrimiento.