Los griegos también ayudaron a crear la imagen del filósofo, una imagen que persiste hasta nuestros días. Arquímedes vivió la mayor parte de su vida en Siracusa.
Entre sus logros, Arquímedes determinó un número para Pi. Relacionando la
circunferencia, el diámetro y el área de un círculo y luego extendió este trabajo a las esferas. Estableció el estudio de la hidrostática, investigando el desplazamiento de los fluidos, preguntando por qué las cosas flotan y la relación entre los fluidos desplazados y el peso. Esto nos ha llegado como el principio de Arquímedes de que un cuerpo sumergido en un líquido es impulsado por una fuerza igual al peso del líquido desplazado por el cuerpo. Arquímedes también determinó las leyes de las palancas mediante pruebas geométricas. Su trabajo no se limitó a la investigación intelectual, ya que también creó dispositivos mecánicos. La principal de ellas fueron las máquinas de guerra que construyó para ayudar a defender Siracusa de los romanos durante la Segunda Guerra Púnica. Estos incluían varias armas balísticas y máquinas para repeler a los barcos del atraque. Arquímedes no inventó el tornillo de Arquímedes (que consiste en un tubo en espiral giratorio que se usa para levantar agua). Por otra parte, “Arquímedes en el baño” es el cuento más conocido de la vida del filósofo. Se suponía que Arquímedes había resuelto el problema mientras estaba en los baños públicos cuando se dio cuenta de que era un problema hidrostático. El oro desplazaría menos agua que un peso similar de plata porque el oro era más denso. Saltó del baño y corrió desnudo por la ciudad, exclamando "¡Eureka!" que significa "lo he encontrado".
El “Divino Arquímedes”, como lo llamó Galileo, la imagen del verdadero filósofo es la de
una persona por encima de las preocupaciones mundanas o los intereses personales. Aristóteles y Platón pueden ser venerados como grandes intelectos, pero Arquímedes es un modelo a seguir, mucho más cómodo para el experimentalista moderno.