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El Lenguaje Audiovisual Leer El Mundo A Traves de La Pantalla-Libre PDF
El Lenguaje Audiovisual Leer El Mundo A Traves de La Pantalla-Libre PDF
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Publicado en VV.AA., El valor de la educación, Ed. Universitas-UNED, Madrid, 2012, pp.
543-555
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3. El lenguaje audiovisual
Entre todos estos soportes, queremos destacar en este ensayo en el lenguaje
audiovisual, ya que durante siglos el lenguaje de iconos y símbolos ha sido el
principal medio de difusión y fijación de la cultura en muchas civilizaciones. En
algunas épocas y lugares la mayor parte de la población era analfabeta y, por tanto,
el proceso de enseñanza-aprendizaje se desarrollaba principalmente de forma oral y
a través de medios iconográficos. Las historias representadas en los muros de las
iglesias y de las casas, o las esculturas de los retablos son una muestra de esa
intencionalidad educadora en nuestra cultura. Además, y sin ir tan lejos en el tiempo,
se observa un regreso de la función didáctica del lenguaje icónico mediante su
empleo en las TICs. Por ejemplo, los dispositivos móviles ya no usan texto para
indicar o describir las aplicaciones disponibles, sino una imagen simple y
esquemática (un icono) mediante la cual un usuario de cualquier idioma, cultura o
edad es capaz de identificar y usar.
Pero la gran revolución de la comunicación icónica llegó con dos inventos
claves: la fotografía a principios del siglo XIX -capaz de captar la realidad de forma
instantánea en una imagen fija- y el cine a finales de ese mismo siglo, que capturaba
la imagen en movimiento.
En poco tiempo, el cine se ha convertido en un recurso clave para el ocio, a la
vez que en una industria sumamente rentable. Se ha constituido en un transmisor
vivo y complejo de las ideas de una sociedad, desempeñando un papel decisivo en
la configuración del imaginario de nuestro tiempo, a la vez que acerca entre sí las
culturas, rompiendo cualquier barrera geográfica o temporal (García Amilburu, M.,
Ruiz Corbella, M., 2006).
En sus inicios, el cine fue considerado una curiosidad científica, un mero
entretenimiento; y todavía hay quienes se enfrentan a este fenómeno de manera un
tanto superficial, sin ser conscientes de las posibilidades de enriquecimiento
personal o de manipulación que presenta este lenguaje. Con esto no se quiere negar
que el cine sea una espléndida fuente de diversión, pero considerar al cine siempre
y sólo desde esta perspectiva supone perder muchas oportunidades de crecimiento
personal, y ponerse en una situación en la que resulta fácil ser manipulado
inconscientemente al no ser capaz de leer críticamente los mensajes que se
transmiten a través de este soporte.
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Desde la Unión Europea, en este caso, se ha elaborado la Recomendación 2009/625/CE (20.8.2009) sobre
alfabetización mediática en el entorno digital con el objetivo, justamente, de fomentar una alfabetización
mediática en el entorno digital que propicie una economía del conocimiento más competitiva, y contribuya al
mismo tiempo a una sociedad de la información más incluyente. En este contexto se entiende la alfabetización
digital como la capacidad de acceder a los medios de comunicación, comprender y evaluar con criterio diversos
aspectos de los mismos y de sus contenidos. También incluye la capacidad de establecer formas de
comunicación en diversos contextos (nº. 11).
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En este sentido puede verse el “documento fundacional” sobre el tema elaborado por la UNESCO “Declaración
de Günwald sobre la educación relativa a los medios de comunicación” (UNESCO, 1982). La educación en
medios aparece definida como aquella que trata de cualquier tipo de medio. Lo cual incluye las palabras y las
letras; el sonido y la imagen, sea esta estática o en movimiento; y sea cual sea la tecnología a través de la que se
distribuyan o difundan. Además, esta educación intenta lograr que las personas puedan: identificar las fuentes de
los textos y los mensajes que reciben y los contextos e intereses en que se basan y a los que responden; analizar y
reflexionar críticamente ante los medios, así como crear en ellos y con ellos; interpretar los mensajes y los
valores ofrecidos por los medios; solicitar y adquirir el acceso a los medios tanto en lo que se refiere a la
recepción como a la producción; seleccionar adecuadamente los medios para acceder a los jóvenes con sus
propios mensajes, relatos y puntos de vista. Esta concepción amplia, propuesta por la conferencia de Viena
“Educando para la era digital” (UNESCO, 1999) ha sido replanteada y limitada en algunos aspectos por el
Seminario sobre “Educación en Medios para jóvenes” (UNESCO, 2002).
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ahí y ahora de modo real. Aún así, la historia tiene la capacidad de provocar
reacciones afectivas auténticas, motivadas por la lectura o contemplación de lo que
sucede en la ficción. Por ello, estas narraciones desempeñan también un papel
insustituible respecto a la constitución de la propia identidad, porque el ser humano
no puede lograr su autocomprensión como una mera sucesión de experiencias
personales aisladas, sino en términos de la narración de su biografía (Crowther, P.,
2002). La diferencia entre los personajes imaginarios y los reales no reside en la
forma narrativa dentro de la cual actúan, sino en el grado de su autonomía respecto
de esa forma y de los propios hechos. Sólo en la fantasía se viven otras historias, ya
que en la vida real siempre se está sometido a ciertas limitaciones: cada uno de
nosotros es el personaje principal de su propio drama, pero, a la vez, tiene un papel
subordinado en los dramas de los demás, limitándonos todos mutuamente
(MacIntyre, A., 1987).
Estos efectos propios de las narraciones se potencian, en gran medida,
cuando éstas se presentan a través del lenguaje audiovisual y su influencia se deja
sentir especialmente en el ámbito del desarrollo emocional de los espectadores,
orientando los sentimientos en un sentido u otro. Pero cuando se tiene un mínimo de
formación cinematográfica es más fácil experimentar las emociones suscitadas por
las narraciones cinematográficas con la suficiente distancia como para no sentirse
personalmente agredido por lo que se está viendo y distinguir entre lo representado
y su representación (Maillard, Ch., 2000).
los otros y lo otro de modo autónomo y responsable. Supone dar la espalda al nuevo
ámbito lector en el que convergen diferentes soportes, que reclaman
necesariamente lecturas abiertas y plurales. Lecturas que aportan una gran riqueza
informativa y formativa sólo si se sabe interpretar, ya que el texto no tiene propiedad
ni sentido por sí mismo (Colom, A., Touriñan, J. M., 2007), sino que es cada lector el
que debe dárselo.
Y el hecho de que la imagen provoque en el receptor una comprensión de la
realidad menos crítica exige, aún más si cabe, aprender a leerla, ya que estamos
ante un lenguaje que construye y explica la realidad preocupada mas por la estética
que por la ética.
Ahora bien, el requisito imprescindible para utilizar el lenguaje audiovisual en
el aula como recurso educativo es que el profesorado sepa leerlo. Que conozca, al
menos en líneas generales, los elementos que configuran este lenguaje, su valor
expresivo, y tenga una cierta familiaridad con sus técnicas. Estos conocimientos son
necesarios para apreciar y comprender las películas, porque, si no se respeta la
naturaleza propia del cine como producto técnico, artístico y como lenguaje
particular, se podría concluir que su utilización en el aula es una mera excusa para
transmitir una serie de ideas que interesan al profesor, o, sencillamente, para
ahorrarse el tener que dar una clase.
El éxito del empleo del cine como medio educativo reside fundamentalmente
en la capacidad del profesor de despertar en los alumnos una actitud activa y crítica,
que les permita leer, interpretar y evaluar el mensaje que se transmite en el film y
ponerlo en relación con sus propias vidas. Es preciso ayudarles para que vayan más
allá de las apariencias y sean capaces de trascender la anécdota y comprender la
categoría que se ejemplifica en ella (García Amilburu, M. y Landeros, B., 2011).
Por eso, es necesario que el profesorado adquiera una formación
cinematográfica básica, no sólo en lo que respecta a su función de lectores de este
soporte transmisor de mensajes, sino, sobre todo, por lo que se refiere a su
responsabilidad docente de ayudar a los estudiantes a comprender este lenguaje.
Para ello, conviene que los profesores adquieran conocimientos básicos sobre el
proceso creativo de un film -desde la elaboración del guión hasta su puesta a punto
para el estreno-, de los elementos constitutivos de la sintaxis de la imagen y los
referentes de la narrativa audiovisual, además de permitir profundizar en el mensaje
hasta un nivel mucho más personal e íntimo de forma más emotiva y cálida.
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Referencias bibliográficas
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Secundaria. Barcelona: Grao.
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Fuentes electrónicas
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Mar, 12-14 noviembre. Disponible en: http://www.ucm.es/info/site/site26.html
(Consulta: 23/06/2007).
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