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INTRODUCCION

La teoría psicosexual de Sigmund Freud es una de las más importantes que describen el
buen desarrollo de la sexualidad en el infante, lo cual si tiene un cumplimiento adecuado de
cada característica respecto a la etapa y a la edad que se verá reflejado a futuro en el
comportamiento del individuo. Freud fue un médico neurólogo quien fue el padre del
psicoanálisis y el fundador de la teoría, en el presente ensayo se desglosarán los
cumplimientos de cada etapa, su importancia y las repercusiones que puede tener si no
tiene un buen desarrollo.

En diferentes épocas históricas el pensamiento predominante sobre la sexualidad ha sido


el de considerarla como una cualidad de la que el individuo disfruta des del momento de la
pubertad hasta el de su climaterio sexual, concepción esta que hace coincidir, de forma
inequívoca, la vida sexual de un individuo con el de su período reproductivo, dejando
entonces de lado dos grandes períodos de la vida: la infancia y la vejez. En el caso de la
infancia porque en el marco de una concepción negativa de la sexualidad se le suponía a
aquella una especie de 'inocencia natural' respecto de determinados temas, 'inocencia' que
era conveniente que fuera prolongada el máximo posible, siempre, evidentemente, por el
bien del niño. En el caso de la vejez, esta restricción vendría dado porqué se suponía que,
a partir de cierta edad, el deseo sexual iba desapareciendo, considerándose que quien lo
quería mantener aún vivo, entraba en una inútil -cuando no ridícula-confrontación con las
leyes de la naturaleza.
Acerca de Sigmund Freud

Sigismund Freud, que a los veintidós años habría de cambiar ese nombre por el de
Sigmund, nació en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, República Checa), el 6 de
mayo de 1856. Su padre fue un comerciante en lanas que, en el momento de nacer él, tenía
ya cuarenta y un años y dos hijos habidos en un matrimonio anterior; el mayor de ellos tenía
aproximadamente la misma edad que la madre de Freud -veinte años más joven que su
esposo- y era, a su vez, padre de un niño de un año. En su edad madura, Freud hubo de
comentar que la impresión que le causó esta situación familiar un tanto enredada tuvo como
consecuencia la de despertar su curiosidad y aguzar su inteligencia.

A mitad de la carrera tomó la determinación de dedicarse a la investigación biológica, y de


1876 a 1882 trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, interesándose en
algunas estructuras nerviosas de los animales y en la anatomía del cerebro humano. De
esa época data su amistad con el médico vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él,
quien hubo de prestarle ayuda, tanto moral como material. En 1882 conoció a Martha
Bernays, su futura esposa, hija de una familia de intelectuales judíos; el deseo de contraer
matrimonio, sus escasos recursos económicos y las pocas perspectivas de mejorar su
situación trabajando con Von Brücke hicieron que desistiese de su carrera de investigador
y decidiera ganarse la vida como médico, título que había obtenido en 1881, con tres años
de retraso.

Sin ninguna vocación por el ejercicio de la medicina general, resolvió sin embargo adquirir
la experiencia clínica necesaria para alcanzar un cierto prestigio; desde julio de 1882 hasta
agosto de 1885 trabajó como residente en diversos departamentos del Hospital General de
Viena, decidiendo especializarse en neuropatología. En 1884 se le encargó un estudio
sobre el uso terapéutico de la cocaína y, no sin cierta imprudencia, la experimentó en su
persona. No se convirtió en un toxicómano, pero causó algún que otro estropicio, como el
de empujar a la adicción a su amigo Von Fleischl al tratar de curarlo de su morfinomanía,
agravando, de hecho, su caso. En los círculos médicos se dejaron oír algunas críticas, y su
reputación quedó un tanto ensombrecida.

En 1885 se le nombró Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en donde enseñó


a lo largo de toda su carrera (primeramente, neuropatología, y, tiempo después,
psicoanálisis), aunque sin acceder a ninguna cátedra. La obtención de una beca para un
viaje de estudios le llevó ese mismo año a París, en donde trabajó durante cuatro meses y
medio en el servicio de neurología de la Salpêtrière bajo la dirección de Jean-Martin
Charcot, por entonces el más importante neurólogo francés. Allí tuvo ocasión de observar
las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y la sugestión en el tratamiento
de la misma.

De regreso a Viena, contrajo matrimonio en septiembre de 1886, después de un largo


noviazgo jalonado de rupturas y reconciliaciones como consecuencia, en especial, de los
celos que sentía Freud hacia quienquiera que pudiese ser objeto del afecto de Martha
(incluida su madre). En los diez años siguientes a la boda, el matrimonio tuvo seis hijos,
tres niños y tres niñas, la menor de las cuales, Anna Freud, nacida en diciembre de 1895,
habría de convertirse en psicoanalista infantil. Poco antes de casarse, Freud abrió una
consulta privada como neuropatólogo, utilizando la electroterapia y la hipnosis para el
tratamiento de las enfermedades nerviosas.

En 1886, luego de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó


a Breuer a hablarle de nuevo del caso y, venciendo su resistencia inicial, a consentir en la
elaboración conjunta de un libro sobre la histeria.
Durante la gestación de esta obra (aparecida en 1895 con el título Estudios sobre la
histeria), Freud esbozó sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta
cierto punto en el desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones más tarde
características de la doctrina freudiana y rehusando, finalmente, subscribir la creciente
convicción de Freud acerca del papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los
trastornos psíquicos.

En 1896, después de romper con Breuer de forma un tanto violenta, Freud empezó a
transformar la metodología terapéutica que aquél había calificado de «catártica», basada
en la hipnosis, en lo que él mismo denominó el método de «libre asociación». Trabajando
solo, víctima del desprecio de los demás médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó
a forjar los elementos esenciales de los conceptos psicoanalíticos de «inconsciente»,
«represión» y «transferencia». En 1899 apareció su famoso tratado La interpretación de los
sueños, aunque con fecha de edición de 1900, y en 1905 se publicó Tres contribuciones a
la teoría sexual, la segunda en importancia de sus obras. Estos dos fueron los únicos libros
que Sigmund Freud revisó puntualmente en cada una de sus sucesivas ediciones.
EL DESARROLLO PSICOSEXUAL

Uno de los legados de Freud es que la experiencia en la niñez influye potencialmente en la


personalidad del individuo. Sigmund Freud considera cuatro etapas del desarrollo
psicosexual: oral, anal, fálica y genital, periodo de latencia como una etapa situada entre la
fálica y la genital.

Dichas etapas son por las que atraviesan todos los niños en ellas la gratificación de los
instintos del ello, depende de la estimulación de las áreas corporales correspondientes,
cada etapa está definida por una zona erógena del cuerpo. Si bien esas estructuras de la
personalidad realizan funciones iguales en todos los individuos, sus contenidos varían de
una persona a otra. Difieren porque se formaron a partir de la experiencia.

Freud creyó que la personalidad se formaba esencialmente al final de la tercera fase a la


edad de 5 años aproximadamente, la personalidad del adulto ya estaba firmemente
moldeada. Sabemos que pueden originarse fuertes conflictos sexuales en el infante, en
ocasiones una persona se muestra renuente o incapaz de avanzar de una etapa ala
siguiente por que el conflicto no ha sido resuelto o las necesidades han obtenido tal
satisfacción que el niño no quiere avanzar por consecuencia se dice que el individuo queda
fijado a esta etapa. La fijación es una condición en que una parte de la libido
permanece invertida en una de las etapas psicosexuales por la frustración o la
gratificación excesiva.
Freud llego a la conclusión de que las tendencias infantiles se volvían características
permanentes de la personalidad del adulto. Pueden trazarse segmentos de conducta: la
elección de pareja, la elección vocacional, las actividades recreativas, acumular o gastar
dinero; incluso aquellos rasgos patológicos como el orden compulsivo, la puntualidad, el
optimismo exagerado. El desarrollo de la personalidad ocurre conforme se encuentra
nuevas estrategias para enfrentarse con las frustraciones. Dicha teoría escandalizo cuando
Sigmund Freud afirmo que a los bebes eran motivados por impulsos sexuales
CONCLUSION

Mediante la elaboración del presente trabajo se ha intentado reflexionar en torno del


desarrollo psicosexual en la obra freudiana, considerando las repercusiones de su
descubrimiento tanto en la época en que surgió como en nuestros tiempos. Igualmente, se
ha cuestionado acerca de la vigencia en la actualidad de algunos de los conceptos
asociados al mismo.

En su teoría, Freud describió dos sexualidades: una infantil y otra adulta, esto es, que
habló de una evolución bifásica de la libido, la cual comenzaría con el nacimiento, se
detendría a lo largo del período de latencia y resurgiría en la pubertad hacia una
conformación definitiva de la sexualidad. Pues bien, su postulado más novedoso en lo que
a esto respecta es el que afirma la existencia de una vida sexual en la niñez.

La educación sexual trata de impartir una información progresiva y adecuada de lo que


es la sexualidad humana para su formación, tanto en lo biológico como en lo afectivo-social.

Debe perseguir la realización de una sexualidad plena y madura que permita al individuo
una comunicación equilibrada con el otro sexo, dentro de un contexto de afectividad y
responsabilidad. Valorización integral del sexo: la raíz biológica del ser humano es bisexual:
hombre y mujer. La sexualidad es una forma de ser y manifestarse de lo humano.

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