Manual de Ingenieria de Taludes PDF

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“x Be Instituto Tecnologico a GeoMinero de Esparia MANUAL DE INGENIERIA DE TALUDES Serie: Ingenieria GeoAmbiental GP, MINISTERIO DE INDUSTRIA, COMERCIO Y TURISMO Hoe Secretaria General de la Energia y Recursos Minerales MANUAL DE INGENIERIA DE TALUDES* Este Manual ha sido realizado por el siguiente equipo: DIRFCCION (ITGE): Francisco Javier AYALA CARCEDO De Ingeniere de Mines (Ingenieria Gooldgica). Jefe del Arca de Ingenieria ‘GooAmienta del ITGE, Profesor de Mecanics de Sueclos dela FTS de Tngenieras de Minas. Universidad Politenica de Mactil DIRECCION (EPTISA): Francisco Javier ANDREU POSSE, Ingoniero de Caminos. Canales y Puertos. Jeie del Deparamento de Geohogia y Geoteenia de EPTISA, FQUIPO TECNICO: Miguel FE MARQUES Ingenicro de Caminos, Canales y Puertos. Departamento de Geologia y Geotecaia de EDTISA, Mercedes FERRER GIJON Dra en Ciencias Geolduicas. Aroa de Ingenicria Geo Arabiental del (TGP. Antonio DE. SIMON GIT, Ingeniere de Minas. Jefe del Departamento de Mineris de PTISA, Ignacio FERNANDEZ LLANA, LLicenciado en Cicneias Geolbgicas. Departamento de Geologia y Geoteenia de EPTISA, Claudio OLALLA MARANON ingeniero de Camines, Canales y Puertas, Colaborador de EPTISA, vier GOMEZ, PUYUELO Ingeniero de Caminos, Canales y Pucites, Dirgetor de HIG (Ingenterta de Insteue menisci y Control, José SAMPEDRO QUIJANO Ingeniero de Caminos, Canales y Puertox. Ingenierfa de Instremensution y Control Franciseo Javier CIENFUEGOS RUIZ-MOROTE, Ingoniero de Camsinos, Canales y Pucrtos. Departamente de Geologlay Geotecnla de PPTISA, Este libro ha sido realizado por el Iastitata Teenaligico GeoMinera de Espa y Proyectos ‘Técnicas Indusiriales, S. A. (EPTISA), financiandose con fonds pi Valoracin del Patencia] Minera Energético (1985-1980), (UTGE) y ln empresa Estudios cos del Programs Inventatio y INDICE 2 INTRODUCCION TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS . 24 22. 23. 2a, 25. 26. 27 28. RECONOCIMIENTOS GENERALES BL 32. 33, INTRODUCCION cectstteneees INFLUENCIA DEL TIPO DEL MATERIAL 22.1, Medios rocosos 10 2222) Suelos 11 Rellenos 11 DE MOVIMIENTOS Desprendimientos 12 Vueleos (toppling) 15 Deslizamientos 16 2.3.3.1. Deslizamientos recacionales 17 233.2. Deslizamientos traslacionales 18 2.3.3.3. Extensiones laterales 20 2.3.4, Coladas 21 234.1. Coladas en roca 22 234.2. Coladas en suelos 22 2.3.5, Movimientos complejos 23 MORFOLOGIA Y PARTES DE UN DESLIZAMIENTO FACTORES CONDICIONANTES Y DESENCADENANTES 25.1, Factores naturales 27 Fl agua 38 Hielo y nieve 29 Sismicidad y vuleanismo 29 idad biolsgica 20 Subsidencia regionat 30 fad humana 30 Excavaciones 31 Voladuras 31 3. Sobrecargas 32 2824. Actividad minera 32 GEOMORFOLOGIA E IDENTIFICACION DE LOS MOVIMIENTOS ...... TIPOLOGIA Y PELIGROSIDAD. BIBLIOGRAFIA ALCANCE DE LOS RECONOCIMIENTOS GENERALES 3.11. Importancia de las investigaciones preliminares 43 3.1.2. Evaluacién del paisaje y de las formas de relieve 45 INVESTIGACIONES PREVIAS festeyeseee 3.2.1, Metodologia y procedimiento de las investigaciones Drevias a gran escala 48 3.2.2, Téenicas de investigaci6n 50 3221 32.2 3.2.2.3, Fotogrametria terrestre $7 3.2.3, Sensores remotos 58 ZONIFICACION REGIONAL eee - 3.3.1. Tipos de materiales y suseeptibilidad ante desiizamientos y roturas 60 3.3.2. Zonas con problemas especificas 61 333. Cansas generales de los deslizamicntos 62 23 % 2 34 38 4 a 48 | : v1 4.6, BIBLIOGRAFIA 34, RECONOCIMIENTOS PREVIOS DE CAMPO 344. Goheralidades 63 3.42. Bvidencins de moimientos 63 24.3. Investigacion e identificacién del tipo de movimiento 6 3.5. BIBLIOGRAFIA INVESTIGACION DE DETALLE .. 4.1, INTRODUCCION 7. bisects 4.2, FINALIDAD Y ALCANCE DE LA INVESTIGACION, 4.3, METODOS DE INVESTIGACION 4.3.4, Calicatas y pozos 70 12. Sondeos mecdnicos y penetraciones 70 3. Métodos geofisicos 78 4.3.3.1, Geofisica de superficie 78 434, Ensayos «in situ» 84 434.1. Medios rocosos 84 4.3.5. Deseripcion goomecsnica de medios racosos 93 4.3.5.1. Clasificaciones geomecinicas 93 4.3.5.2. Descripcion geotécnia bisica 96 4.3.6. Ensayos de labaratorio 96 4.3.6.1. Ensayos en roces 96 43.62) Ensayos en suelos 103 4.4, ELECCION DFL TIPO DE ENSAYO ........ 4.5. VALORACION COMPARATIVA DE COSTES CARACTERIZACION GEOTECNICA DE MATERIALES: 5.1, INTRODUCCION .... costes 5.2. CLASIFICACION DE LOS DIFERENTES TIPOS DE MATERIALES S21. Generalidades 119 52.2, Sucles 120 5.2.2.1. Suelos cohasivos y suclos no cohesives 120 52.22, Suelox normalmente consolidades ¥ preconsolidades 120 5.2.2.3. Suelos finos y suelos con particulas gruesas 122 Rocas blanday y suelos duros 122 Rocas 122 ISTENCIA AI. CORTE DE LOS SUELOS Generalidedes 123 Métodos direcios 123 $3.21, Conceptos biisicos 124 5.3.22. Valoracién e incerpretacién de los 5.3.2.3. Suelos psscialmente saturados 129 5.3.3. Métodes indirecios 129 53.31. Correlaciones empitieas 130 533.2. Tablas y cuadros aproximatives 136 5.4. RESISTENCIA AL CORTE DE MATERIALES ALTAMENTE FRACTURADOS 5.8, RESISTENCIA AL CORTE DE 1.05 MATERIALES ROCOSOS .... 33. 12 535.1. Generalidades 140 5.3.2. Resisteneia al corte de las discontinuidades planas lisas_ 141 5153. Resistencia al corte de las discon:inuidades Fugosas 142 Crigerio de PATTON (1966) 142 Criterio de JAEGER (1971) 143 Ctiterio de LADANYI y ARCHAMBAULT (1970) 144 ‘A. Criterio de BARTON (1976, 1985) 145 jeneia al corte del macizo rocosa 147 1. Utilizacisn de Ia clasifieacion geomecdnica de BIENIAWSK1 (1979) 147 Método de HOEK y BROWN (1980) 148 S.55. Resistencia al corte de discontinuidades vellenas de suelo 150 $58.1. juntas tellenas de arcilla 150 55.5.2. Juntas rellenas de matesial granular 152 5.5.5.3. Aplicaciin practica de los mélodos descritos 152 5.6, Iniluencia de la presién intersticial 152. 5.6, BIBLIOGRAFIA, : 0 na ila ia 47 19 19 123, 139 10 2 ASPECTOS HIDROGEOLOGICOS . 61. 62, 63. 6A, 65. 6. 62, METODOS DE CALCULO 7 72. CONCEPTOS GENFRALES se ‘Aguas subterrdneas: procedencia y localizacién 157 Comportamiento hidrogeologico de los materiales 158 Nivcles fredticos y piezométricos 159 Flujo de agua en un talud 159 Pardmeteos hidrogeolégicos de interés 163 6.151. Porosidad 163 6.15.2. Permeabilidad y gradiente hidréulico 163 6.1.53. Transmisividad y coeficiente de almacengmiento 167 PFECTOS DEL AGUA EN LOS MATERIALES Y EN SU ESTABILIDAD 6.2.1. Introduccién 168 6.2.2. Influencia del agua en el peso del suelo 168 6.2.3. Presiones intersticales 169 6.2.4. Influencia del agua en la resistencia al corte de los materiales 169 INVESTIGACION HIDROGEOLOGICA ........ 6.3.1, Introduccién 170 6.3.2. Determinacién de la posicién del nivel fredtico 171 6.32.1. Métodos directos: sondeos ¥ pozos 171 6.3.2.2, Métodos indirectos 171 6.3.3, Medidas y determinaciones de presiones 172 PRESENCIA DE AGUA EN LOS MATERIALES .......45 64.1. Flujo de agua en el suelo 172 64.2. Flujo de agua en el macize rocoso 174 REDES DE FLUJO... e-ss+ 6.5.1. Introduccion 175 16.5.2. Representacién grafiea y wiilidad 176 62.1. Redes de flujo en modios homogéueos e isétropos 176 6.5.2.2. Redes de flujo en medios homogéneos y anisbtropos y en medios he- terogineos 179 EFECTOS DEL DRENAJE coe BIBLIOGRAFIA 0. 0c0.cseseessessesceeeee ASPECTOS TEORICOS : TLL. Clasificacién de los métodos' de edleuto | 187 7112. Métodos de equilibrio timite 188 U3. Métodos de dovelas 189 . 7.13.1. Planteamiento del problenia 189 7.1.3.2. Prineipales métodos de dovelas 190 7.13.3. Comparacién 190 73a, Crticas 192 7.14, Méiodds de cileulo en deformaciones 193, 7.1.4.1. Rocas 193 F142, Susles 194 METODOS DE CALCULO DE ESTABILIDAD - 7.2.1. Definiciones previas 194 7.21. Caracteristicas cesistentes del material constitutive del talud 195 F2ZA2. Proyeccion semiesférica equiareal de Schmidt 195 7.2.2. Talud jnfinito 199 7.2.2.1, Generalidades 199 7.2.2.2. Analisis de estabilidad de un talud infinito 200 7.23, Rotura planar 203 5.2.3.1. Generalidades 203 7.232) Geometria de ia rotura planar 204 72:33. Analisis de estabilidad en rotura planar 204 721344. Colocacién de anelajes 210 7.24. Rowta por cuas 211 7.24.1.” Generalidades 211 7242. Geometcia de la cotura por cuilas 211 Analisis de estabilidad en rotura por cunas 212 Colocacién de anclajes 223 7.2.8, Rotura por vveleo 223 7.2.5.1, Generalidades 223 712/82. Geometria de la rotura por vueleo de bloques 223 158 ist 170 m ns 182 183 185 887 194 vu vn 13, 14. CORRECCION DE TALUDES Rl, INTRODUCCION ...... 82. 33. 84. 85. 7.26, 724. 72.8. 729. 7.2.53. Anilisis de estabilidad en rotura por vueleo de bloques 224 Pandeo de es:ravos 237 72 L. Generalidades 237 2° Geometria de ta rotura por pandeo 238 72.6.3. Pandeo por flexion de placas continuas 238 722.64, Pandeo por flexion de placas diaclasadas planas 240 7.2,6.5,. Pandeo por flexign de placas diaclasadas curdas 245, Roturas circulares y curvas 248 72.7.1. Generalidades 248 72.72) Método simplificado de BISHOP (1955) 248 72713. Abacos de TAYLOR (1937) 250 7274. Abacos de BISHOP y MORGENSTERN (1960) 253 712.75. Abacos de HOEK y BRAY (1977) 254 Relicnos a media ladera 262 7.281, Generalidades 262 T2182. Rowwea planar 263 72.83. Rotara circular ‘incluida totalmente enc! relleno 263 7.2.84, Rotura circular pasando por el terreno del talud preexistente Empujes de tierras sobre un muro 272 72.9.1, Tipos de empuje 272 729.2. Obtencién de los empuies sobre un muro 273 265 CALCULOS DE ESTABILIDAD PARA CORRECCION DE MOVIMIENTOS . 73.1, Talud infinito 284 7.3.2, Roturas curvas 286 BIBLIOGRAFIA .... CONSIDERACIONES GENERALES B2uL 822. CORRECCION POR MODIFICACION DE LA GEOMETRIA DEL TALUD Bad 8 833. 8 CORRECCION POR DRENAIE CORRECCION POR ELEMENTOS RESISTENTES ....... BS ‘Aspects constructivos 293 Aspeetos eeonémicos 294 Generalidades 297 Descabezamiento 297 ‘Tacones de tierra 0 escollera 297 Bermas 299 Generalidades 200 Drenaje superficial 301 Drenaje profunde | 302 B44.1. Clasificacién y consideraciones generales 302 Drenes horizontales 308 Pozos verticales de drenajie 306 Galerias de drenaje 307 Zanjas con rellena drenante 209 ‘Anclajes 310 Descripcion, clasificacién y materiales empleados 310 Distincisn entre bulones y cables 311 aries de un auclaje: caracteristicas y ejecucién 312 Anclajes activos y anclajes ps 314 Proteccidn contra la corrosion 316 || Consideraciones construetivas y de proyecto 316 BIT Generalidades 317 Muros de gravedad 318 Moros aligerados 20 Muros jeula 322 Muros de gaviones 324 Muros de terra armada 324 Muros de apeo 326 Mutos anclades 327 Drenaje 327 10, Relleno posterior al muro 328 284 289 291 293 293 wt 300 310 i |! | | / : : | : ML. 2 8.5.4. Muros pantalla 331 8.6. CORRECCION SUPERFICIAL . 8.6.1. Generalidades 333 8.6.2. Mallas de guiado de piedras 333 8.6.3. Siembra de taludes 334 86:4, Hormigén proyectade 335 8.7. BIBLIOGRAFIA .., METODOS DE CONSTRUCCION ........ 9.1, CONSIDERACIONES GENERALES ..... . 9.2. EXCAVACION ..... arenes 9.21. Empuje y carga 342 22° Ripado 345 9.2.3. Voladurn 349 92.3.1. Precorte 349 9.23.2) Bfectos de las vibraciones 354 sECUENCIA DE LA EXCAVACION .... 1. Talud general y talud de banco "355 2. Bermas 357 3.3, Macizo de proteccién 359 a 3 93, Talud referzado 360 5. Consirueeion por bataches 361 93.6. Refino de tuludes 362 9.4, INSPECCION DE OBRA ..... 94.1. Seguimiento de la construsciin 363” 9.4.2. Historial del talud 365 9.5, BIBLIOGRAFIA ........+ CRITERIOS DE DISENO EN TALUDES 101. INTRODUCCION . : 102. RECOMENDACIONES DE DISENO 10.2.1. Criterios generales de disento y actuacién 369 102.2, Recomendaciones de céleulo 370 10.3. SELECCION DEL FACTOR DE SEGURIDAD A ADOPTAR 10.3.1. Criterios para seleccionar et factor de seguridad 372 10.3.2. Valores habituales 375 10.3.3. Valores adoptados en otros campos de 1a Ingenisria Geotéenica 378 10.4, ANALISIS DE SENSIBILIDAD 0 PARAMETRICO . : 105. CONTROL MEDIANTE INSTRUMENTACION: ANALISIS RETROSPECTIVO (BACK-ANALYSIS) : 10.6. CHEQUEO Y VALIDEZ DE LOS PROCESOS DE CALCULO 1037, BIBLIOGRAFIA 2c eeeeneee cee ceeee AUSCULTACION DE TALUDES ......6cc00seseeeseee ILI INTRODUCCION ..... 11.2. MAGNITUDES USUALMENTE SUIETAS A CONTROL 113, SISTEMAS DE MEDIDA ...........-5 113.1. Control de movimientos’ superficiales 388" 11.3.2 Control de movimientos en cl interior del terreno 389 11.3.3, Medida de deformaciones entre puntos superticiales préximos 392 1134, Medida de presiones intersticiales 394 11.35, Control de fuerzas 397 113.6. Equipos para control de movi construccién 399 U4, PLAN DE LECTURAS. SISTEMAS DE TOMA DE DATOS .....00..000005 LS. BIBLIOGRAFIA oo...) cece cee CASOS PRACTICOS 12.1. INTRODUCCION os ...s...-5 12.2. DESLIZAMIENTO PLANO... ‘én del probiema "409 de estabilidad del talud 41) 12.2.2.1. Factor de seguridad con terreno saturado 412 tos y tensiones en terraplenes en 333 36 339 3a) aad 355 363 367 369 369 312 39 380 382 383 385, 387 388 388 402 404 407 408 408 ' ; ‘ 122.2.2, Variacién del factor de sepuridad con la magnitud de Tas presiones intersticiaies 412 3222.3, Coloacién de nce. Clea deta tesin recs t3 123, ROTURA POR CUNAS 12.3.1, Deseripcién dol probiema 416 1.3.1.1. Geologia de la tadera 417 12:3.1.2. Reconocimientos y ensayos realizados 418 12.3.2. Analisis’ de estabilidad 419) 12.4, DESLIZAMIENTO ROTACIONAL 124.1. “Deseripeién det problema 424 1245.1. Geologia del deslizamiento inactive 424 124.12. Estudio de materiales 425 124.13. Tipologia del desizamiento 428 12.4.2, Andlisis de la estabilidad de la ladera 428 1242.1. Reconstruccin del destizamiento original 428 12422, Sitwacion actual de Ia kadera 430 12.42°3. Influencia de la construccién de la autovia 430 12.4.3. Deseripcign del dtenaje del desmonte 432 1243.1. Drenaje superficial 432 1243.2, Drenaje profundo 432 13. PROGRAMAS DE APLICACIGN A ESTABILIDAD DE TALUDES ......... I3.1. GENERALIDADES : cecestctscetetceetnseenees 132, METODOS DE EQUILIBRIO LIMITE «1.0... 13.2.1. Programa BLOQUE 439 13.22. Programa CULMAN 439 13.2.3. Programa CUNA 440 1324, Programa RBISHOP 440 13.2.5. Programa STABL 481 13.3, METODOS DE CALCULO EN DEFORMACIONES 133.1. Programa JETTY 4a) 13.3.2. Programa TALUDEF 442 134, OTRAS APLICACIONES 13.4.1. Programa BUZAM 42 13.42. Programa FEDAR 442 Indice de simbolos see Tabla de conversién de unidades Procedencia de figuras y tablas Indice alfnbético de materias .. 416 404 437 89 39 aa 402 445 439 450 451 5 4 1. INTRODUCCION 1. INTRODUCCION El objetivo biisico de Ia realizacién del presente Manual ha sido el de prover de una herramienta de uso practico, de utili- dad, a aquellos profesionales que en su préc= tica habitual se enfrenten con algiin proble- ma derivado de la inestabilidad de terrenos debida a su inclinacién, ya sea en terrenos naturales o en rellenos artificiales. Puede decirse que este propasito no es cier- tamente fécil de alcanzar, y esto por varios motivos: Por una parte existe la dificultad de pre- tender que tenga un cardcter prdctico y sin- tético, mientras que, simulténeamente, se de- sea que abarque casi todos los aspectos de imerés relacionados con los taludes: investi- gaciones previas, métodos de edleulo, dise- flo, aspectos constructivos, etc., ¥ sean tra- tados los problemas con rigor. Ademés, es facil en cada uno de los cam- pos a tratar, dar un pequefio salto y pasar del campo practico de utilizacién a aquellas innovaciones, teorias o formas de hacer que, por su novedad, no estan incorporadas a ta practica habitual del disefio de taludes. Por estos motives, la mayor dificultad en la realizacién de este Manual de Taludes ha consistido en pretender sintetizar adecuada- mente los conocimientos que en el mundo de la Ingenieria Geolégica y Geotéenica se poseen en este campo y que son utilizables desde un punto de vista préctico. Resulta curioso comprobar que si bien en casi todos los textos basicos de Geotecnia se contemplan, al menos parcialmente, los problemas relacionados con la estabilidad de taludes, hay muy pocos compendios que re- cojan, en un solo volumen, de una forma coherente desde la perspectiva de la teoria y de la experiencia, toda la informacion que pueda ser titil a aquellos que deben reco- nocer, atravesar, evitar, disear, corregir, construir, controlar 0, en sentido general, trabajar con probleméticas derivadas de la existencia de taludes. Quizds este hecho se deba a las dificulta- des comentadas previamente, Es probable que, finalmente, este Manual sc haya desviado ligeramente de su objetivo inicial y que aparezcan algunos capitulos en los que conviven los aspectos mAs practicos del disefio de taludes con aquellos recagi- dos en las publicaciones téenicas mas recien- tes, Cuando asi se ha hecho ha sido por entender que, 0 bien se contribuia a com- render los porqués del uso actual extensive de una cierta metodologia, 0 porque se tra- ta de téenicas que con una cierta probabili- 4 Introduccién dad estaran incorporadas a la préctica habi- tual en un futuro proximo. La ya mencionada escasa existencia de tex- tos dedicados especificamente a taludes re- sulta incluso mas sorprendente, si se tiene en cuenta que los fendmenos de inestabili- dad de taludes son un tipo de problemas bastante habitual entre los profesionales re- lacionados con cl mundo de la Geologia y la Geotecnia, Cuando se producen corrimientos inespe- rados en los taludes, los efectos que se pro- ducen pueden ser importantes. En efecto, valoraciones efectuadas por di ferentes autores (KROHN y SLOSSON, 1976 y BROMHEAD, 1986) han estimado que el numero de muertas producides como ¢on- secueneia de deslizamientos en los Estados Unidos de América, es del orden de 25 per- sonas por aflo. En nuestro pais no existen datos sistema tizados a este respecto. No obstante no es extrailo ver ocasionalmente noticias en los periddicos dando cuenta de fallecimientas como consecuencia de movimientos de tie- tra, desprendimientos, etc., fundamentalmen- te durante el periodo de construccién de las obras, como sucedié p.c. en Ja construccién del trasvase Tajo-Segura, ‘También esta muy préximo en la memo- tia el deslizamiento producido en las pro- ximidades de la poblacién de Olivares, en Granada, con amenaza a las viviendas de un pueblo entero. En Ja actualidad (1986) todavia es motivo de estudios y actuaciones para poder climinar o paliar definitivamen- te los daitos o riesgos producidos. Desde el punto de vista econdmico, tal como se decia anteriormente, los daitos que se producen por deslizamiento de taludes son importantes. Efectuar una valoracién global del conjunto resulta evidentemente muy com- plejo, cuando no aventurado. No obstante, en los Estados Unidos, R. L. SCHUSTER, (1978) baséndose en datos propios, y otras cifras estimadas por KROHN y SLOSSON (1976), considera que una cifra razonable, representativa de fos costos directos ¢ indi reetos debidos a los fallos en taludes, exce- de los mil millones de délares por aio En Espafia, cl Instituto Geoldgico y M nero (IGME) ha emprendido un estudio pa- ra valorar el impacto de este y otros tipos de riesgos geolégicos. De igual forma, estu- dios efectuados por e! Departamento de Mi- neria y Geologia de California, validos para el estado de California, han mostrado que los datios debidos a movimientos de taludes representan aproximadamente el 20% del to- tal de los dafios por Rieszos Geoldgicos (te- tremotos, erosiones, inundaciones, suelos ex- Pansivos, etc.) (ALFORS y otros, 1973) Aunque estas cifras no son directamente a cables a nuestro pais, nos dan un indice de la trascendencia econémica de los desliza- mientos de tierras, y de ta importancia de las cifras de dinero que se ven involucradas. Sin entrar en valoraciones de tipo cuanti- tativo, por falta de datos, basta pensar en el nuimero de viviendas danadas por estar cimentadias en laderas inestables, en los gas- tos de mantenimiento que se producen para mantener en explotacién algunas grandes Presas, en los costes de mantenimiento o de cambios de trazado posteriores al comienzo de las obras en autovias, carreteras naciona- les o vias férreas, etc., y esto por lo que re- fiere “nicamente 2 Ingenieria Civil. En Mineria es conocido el dato de una gran explotacién de carbén a cielo abierto en Galicia, para la cual una variacion de T° en la definicién geométriea de sus talu- des de explotacién supone la cantidad de 11.000 millones de pesetas (80 M$ USA, 1986). A nivel mundial, en cuanto a dafios se re- fiere, la mayor profusién de informacisn, proviene de fenémenos individualizados, co- nocidos por la elevada magnitud de sus con- secuencias. Asi por ejemplo, en el limite superior de : : los efectos producidos por movimientos in- deseados del terreno, el deslizamiento mds desastroso acontecido en Ja historia europea ‘es el producido en el embalse de Vaiont, en 1963, que provocé una ola de agua. Es- ta ola sobrepasé la presa, y destruyé aguas abajo cinco poblaciones, provocando la muer- te de entre 2.000 y 3.000 personas. En Pert, en los taludes del monte Huas- caran, en Los Andes, se produjo una ava- lancha de tierras como consecuencia de un terremoto, en 1970, que «inundé» un va- le en una gran extensin y maté a mis de 18.000 personas. Sorprendentemente, puesto que es espec- tacular hablar de «records» en estos temas, el «Libro Guiness de Records» cita como tal un deslizamiento producido en China, en la provincia de Kansu, con un costo en vi- das de 200.000 personas (!). En el dominio de la Ingenieria, en gene- ral, las magnitudes de los deslizamientos son obviamente més limitadas, de menores di- mensiones y consecuencias. ‘Sin embargo, desde el punto de vista eco- némico, su importancia global es realmente grande. Se ha citado la cifra relativa a la importancia econémica de Ia definicién de taludes en mineria, dato que conduce inelu- diblemente a disehar cestrictamente» sin ex- cesivos conservadurismos, este tipo de obras. Por contra, cuando se efectia un disetio excesivamente «valienten de un talud, y co- ‘mo consecuencia se origina un destizamiento, los trastornas que se producen en ta explo- tacién de los minerales son evidentes. Hay riesgos de pérdidas de vidas humanas o de maquinaria y una reduccién de la produc- cién, con Jos costos que ello conlleva, y viencn a representar la otra cara de la mis- ma moneda que exige conocer con precisién y fidelidad, de forma euantitativa, las con- secuencias de cada diseto y de cada hipé- tesis, Este tipo de conocimientos son los que se pretende transmitir en este Manual, en la idea Manual de Taludes 5 de ofrecer, como se decia al principio de es- ta Introduccién, un instrumento de trabajo fundamentalmente practico. No obstante, traténdose de estabilidad de Caludes, hay que tener siempre presente que puede haber algunos casos especialmente di- ficiles de tratar, A este respecto es apropia- do recordar la anéedota citada por L. BIE- RRUM (1966) y recogida por R. B. PECK (1967), respecto al comentario de un inge- niero encargado de la elaboracién de wi forme sobre un gran deslizamiento ocurrido en Japén en arcillas fuertemente sobrecon- solidadas. Dicho comentario fue el siguient «El diablo del deslizamiento parece reirse de la incompetencia humana». Han transcurrido 20 afos después de la aseveracién mencionada y aunque se ha avan- zado notablemente en muchos campos, es- pecialmente en los relativos a célculo e ins- trumentacién, no viene mal tener en cuenta que en ciertas condiciones cualquiera puede sentirse como el téenico que asi se express. Para cubrir el objetivo varias veces men- cionado, este Manual de Taludes est con- cebido y desarrollado de tal forma que se inicia con un capitulo dedicado a la defini- cidn de los conceptos bésicos. En él se han sistematizado los aspectos y términos més frecuentes, y se ha cls icado y descrito la tipotogia de los distintos movimientos posi- bles (Capitulo 2). Se continita con dos capitulos en los que se desarrollan las distintas posibilidades de reconocimiento y estudios previos del terre- no que hoy ofrece la técnica, tanto a gran escala como de detalle (Capitulos 3 y 4). En el capitulo 5 se comentan los aspectos ¥ posibitidades que se deben cubtir en el re- conocimiento y caracterizacién geotéenica de los materiales. Se ha buscado como objeti- vo final de consecuencias précticas, Ia valo- racién de la resistencia al corte de los sue- fos y tas rocas. Junto con el Capitulo 6, dedicado especi- ficamente a la descripcién de las incidencias 6 Introduecién debidas al efecto del agua, en el Capitulo 7 se desarrollan los distintos métodos de calculo. De entre las diferentes posibilida- des existentes se han seleccionado para cada uno de los distintos tipos de destizamiento posibles aquellos métodos que estan mas en uso, tanto por su comodidad como por va- lorar adecuadamente el fendmeno analizado, dejdindose para el Capitulo 13 fa descripeién de los principales programas utilizados en el edleulo por ordenador. Por la importaneia que tiene, se ha dedi- cado tambien especificamente un capitulo a escribir criterios generales, normes de bue- na practica, que se debe tener presentes du- rante la concepcién y el diseto de un talud (Capitulo 10). Si bien son hébitos que se adquieren con la experiencia, se ha preten- dido transmitir tanto las enseftanzas propias como las vertidas en revistas y documentos especializados. Bibliografia ALFORS, J.T BURNETT, J. L., y GAY, T. Et ‘dr. Urban. Geology: Master Piai for Californian. California Division of Mines and Geology, Bulletia, 198, 1973. BJERRUM, L.: «Mechanism of progressive failure in slopes of overconsolidated plastic clays and clay sha- less. Preprint, ASCE Structural Engineering Con- ference, Miaml, 1966, BROMEEAD, E. N.: «The Stability of Slopes, Su- rey University Press, 1986. Con respecto a los aspectos que estén liga- dos con e! proceso constructivo se han sub- ividido estos temas en tres capitulos, con objeto de dar una destacada importancia a cada uno de ellos. En el primero (Capitulo 8) se describen los diferentes procedimientos que se pueden utilizar para corregir un talud que se encuen- tre en situacién precaria, En el segundo (Capitulo 9) se habla espe- cificamente de los distintos métodos de cons- trucci6n, ast como del propio proceso cons- tructivo, Y en al tercero (Capitulo 11) se exponen Jas posibilidades de auscultacién que las fir- mas comerciales especializadas en el tema offecen hoy dia en el mercado. Como complemento a todo lo anterior, en el Capitulo 12 se describen una serie de ca- sos pricticos, a titulo de ejemplo, por su evidente utilidad pedagdgica, KROHN, J. P., y SLOSSON, J. E.: «Landslide po- tencial in the’ United States. California Geology, vol, 29, n.° 10, octubre 1976, PECK, R, of the Soll Mechanics and Foundations Division, vol. 93. n.° SM4, ASCE, julio 1967. SHUSTER, R. L-+ «Introduction», Cap. I de «Land- slide, Analysis and Control», Transportation Re- search Board. National Academy’ of Sciences, Wash. ington, D.C., 1978. DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS My g = & 5 N 2. TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS 2.1, INTRODUCCION INFLUENCIA DEL TIPO DEL MATERIAL, ‘Medios rocosos Rellenos 2.3. TIPOS DE MOVIMIENTOS Desprendimientos YVauelcos (toppling) Deslizamientos 23.3.1. Deslizamientos rotacionaies 2.3.3.2. Deslizamientos traslacionales 2.3.3.3. Extensiones laterales 2.34. Coladas 2.3.4.1. Coladas en roca 2134.2, Coladas en suelos 2.3.5. Movimientos complejos 2.4, MORFOLOGIA Y PARTES DE UN DESLIZAMIENTO 2.5. FACTORES CONDICIONANTES Y DESENCADENANTES 2.5.1, Factores naturales 1, EL agua 2. Hielo y nieve 3, Sismicidad y vuleanismo Actividad bioldgica Subsidencia regional lad humana 2.1. Excavaciones 2.2. Voladuras 2.3. Sobrecargas ‘4. Actividad minera 2.6. GEOMORFOLOGIA E IDENTIFICACION DE LOS MOVIMIENTOS 2.7. TIPOLOGIA ¥ PELIGROSIDAD 2.8. BIBLIOGRAFIA 5 5. Avalancha en un talud en roca, Foto: F. 4, Ayala 2. TIPOLOGIA Y DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS 2.44. Introduceién En cualquier parte de la superficie terres- tre la gravedad «empuja» continuamente los materiales hacia niveles inferiores. Los problemas que presenta la estabilidad de taludes, tanto naturales como excavados, han sido objeto de analisis en varios domi nios de la actividad humana y con especial atencién en los inchridos en la ingenieria civil. F] término mas comyinmente usado para designar los movimientos producidos en tos taludes es el de deslizamiento. Dicho tér- mino, de acepcién muy extendida, implica movimientos de taludes formados por dife- rentes clases de materiales —roca, suelo, re- Nenos artificiales 0 combinaciones de los mismos— a través de una superficie de ro- tura determinada, Dada la diversidad de inestabilidades que se producen, parece mas adecuado utilizar el término movimientos de taludes, para en- globar todos los tipos de roturas que pue- dan sufrir éstos. El objeto de este capitulo es reunir una completa descripcién de los factores que con- dicionan los distintos tipos de movimientos, su influencia en el desarrollo de los mismos ¥ los rasgas morfoldgicos mis peculiares que ayuden a la identificacién de las inestabili- dades, pasos previos para un detallado and- lisis y solucién/correecién de las mismas. 2.2, Influencia del tipo de material La naturaleza intrinseca del material man- tiene una estrecha relacion con el tipo de inestabilidad que puede producirse, con cionando y pudiendo estimarse de antema- no la susceptibilidad de cada material, a que se desarrolle un movimiento determinado. Los terrenos en los que se producen los movimientos, pueden dividirse en tres gru- pos: — Macizos rocosos. — Suelos. — Materiales de relleno. E] primer grupo se identifica con los me- dios rocosos, en los que existen una serie de discontinuidades naturales antes de ini- ciarse un movimiento: (Fig. 2.1). Los stielos constituyen un agregado de par- Hculas sétidas con diferente grado de conso- lidacion, que pueden desarrollarse «in situ» formando una cobertera de los macizos ro- casos o bien pueden haber sufrido un cierto transporte (Fig, 2.2). 10. Tipologia y desarrolto de los movimientos so MACE Fig. 2.1-—Diseontinuidades de un medio roco- so (estratificacién y diaclasas ortogonales a la misma). Como materiales de relleno se consideran Jos depdsitos acumulados debido a la reali- zacién de determinadas obras 0 actividades, generalmente compuestos de materiales he- tetogéneos (Fig. 2.3). Sobre los diversos grupos acttian una se- tie de factores controladores, cuya interre- lacién origina que se produzea uno u otro tipo de movimientos. 2.2.1, Medios rocosos La distinta naturaleza de las roces que forman los macizos rocosos implica una pro- blemtica determinada en su comportamiento ante Ta estabilidad de taludes. Un macizo rocoso constituye un medio dis- continuo que esencialmente se compone de bloques sélidos separados por discontinui- dades, A partir de esta definicién, se puede deducir que las propiedades tenso-deforma- cionales de los macizos rocosos son de natu- raleza anisdtropa. El comportamiento de un macizo rocoso, generalmente depende de las caracteristicas de las discontinuidades (estratificacién, di clasas, fallas, esquistosidad, lineas de debi dad, etc.) que presenta, asi como de la fi: tologia de la roca matriz y su historia evo~ lutiva. En las discontinuidades ha de considerar- se el tipo y origen, distritbucién espacial, ta~ Fig. 2.3,—Movimientos de un suelo afectando a un relleno, Fig, 2.4.—Caracteristicas de las discontinuidades festratificacién y diaclasas, tamano, espaciado, ete, mafio y continuidad, espaciado, rugosidad, naturaleza del relleno, presencia de agua, etc. (Fig. 2.4). De la roca matriz ha de conocerse su a- turaleza, caracteristicas resistentes, meteori- zacién, alterabilidad, etc. Generalmente los diferentes tipos de rot ra que se producen en los medios rocosos siguen superficies preexistentes, aunque cuan- do los macizos estan fuertemente fractura- dos pueden desarrollarse nuevas superficies de corte, similares a las producidas en sue- los. EI conocimiento del conjunto de caracte- risticas mencionadas constituye el paso pre- vio en el andlisis de estabilidad de taludes naturales y disefio de desmontes a excavar en medios rocosos. 2.2.2. Suelos Las diferencias de comportamiento que presentan estos materiales frente a los roco- sos, se deducen de su definicién como: con- junto de particulas sdlidas, sueltas o poco cementadas, més 9 menos consolidadas, de naturaleza mineral, fragmentos de roca, ma- teria orginica, ete., con fluido intersticial tellenando huecos y que han podido suftir transporte o desarrollarse «in situn. El comportamiento de las masas de suelo se asemeja al de un medio continuo y ho- mogéneo. Las superficies de rotura se desa- srollan en su interior, sin seguir una direc- cidn preexistente. Basicamente suelen diferenciarse estos ma- teriales atendiendo a su génesis: — Transportados: coluviones, aluviales, placis, etc. — Desarroltados in situ: eluviales. Existen definiciones de tipo gradacional desde el punto de vista de la ingenieria ci- asi — Derrubios: generalmente superficiales con alto contenido en material grueso. — Depésitos de barro: compuesto por ma- teriales con pocos gruesos y cuya fraccién Manual de Tatudes \\ més fina puede oscilar entre arenas no pliis- ticas y arcillas de alta plasticidad. La dindmica de estos materiales depende de las propiedades y caracteristicas de sus agregados. Habra que considerar: — Tamato, forma y grado de redondex de Jas particulas més gruesas. — Proporcién del contenido en arenas v/o arcilla. — Contenido en agua de! suelo y situa- cin del nivel fredtico, etc. Toda esta serie de caracteristicas confie- Ten a fos suelos una resistencia intrinseca que constituye el factor dominante de su estabi- lidad. Cuando se desarrollan superficies de ro- tura en cl contacto suelo-roca, las caracte- risticas de la estrecha franja del contacto di- fieren de las generales del suelo (Fig. 2.5). 2. Rellenos Se agrupan bajo esta denominacién to- dos aquellos depdsitos artificiales, realizados por la demanda de ciertas actividades, co- mo construccién de obra civil (terraplenes, presas de tierra, ete.) 0 bien como ciimulo de materiales de desecho, sobrantes, estéri- les, etc, (vertederos y escombreras). Las consideraciones técnicas del comporta- Fig. 2.5.—Rotura incipiente en un consacto de coluvidn y roca. 12 Tipologia y desarrollo de los movimientos miento de estos rellenos tienen una gran se- mejanza con el de los materiales tipo suelo. Los movimientos que se producen siguen Ja pauta de los que tienen lugar en os sue- los, desarrollandose a través del material, segiin una superficie no determinada previa- mente. Dicho comportamicnto puede modificar- se en determinados casos, cuando las carac~ teristicas de los materiales en contacto difi ran considerablemente. Tal es el caso de Jos terraplenes a media ladera, en los que pue- den producirse movimientos en @l contacto de los materiales que constituyen el niicleo y cimiento del terraplén respectivamente. ‘También pueden existir movimientos con- dicionados por materiales de distintas carac- teristicas, en el caso de presas de tierra con niicleos inclinados, vertederos no controla- dos, ete. 2.3. Tipos de movimientos La inestabilidad de taludes se traduce en una serie de movimientos, que pueden ser clasificados en base a distintos criterios. Es- te apartado recoge los tipos de movimientos que se originan con mayor frecuencia, de acuerdo con los mecanismos que se produ- cen en diferentes materiales y los intervalos de tiempo en que tienen lugar. En la Figu- ra 2,59, al final de este capitulo, se mues- tra un cuadro general de los diferentes tipos de movimientos y su rango de velocidad. ‘Cuando Ios movimientos producidos son complejos y combinacién de varios tipos, pueden conjugarse los términos mas senci- Nos para su completa dlefinicién. La fase de reconocimiento y clasificacién del tipo de movimiento es de una gran im- portancia ya que puede condicionar el and- lisis y conelusiones de contro! y estabili cién del mismo. 2.3.1, Desprendimientos Se define como desprendimiento, una ma- Fig. 2.6,—Desprendimientos, sa separada de un talud (desmonte, acanti- lado, etc.) mediante una superficie de corte normalmente pequeiia ¥ cuyo recorrido se realiza en gran parte, a través del aire (Fi- gura 2.6). Frecuentemente estas inestabilidades afec- tan a bloques aislados, aunque también a masas rocosas, originando en este caso mo- vimientos de terreno con resultados catasiré- ficos, Estos fenémenos suelen producirse en zo- nas constituidas geoldgicamente por alternan- cias sedimentarias de capas resistentes y dé- biles (Fig. 2.7). Los mecanismos que pueden conducir a estas inestabilidades, generalmente sucesivos y complementarios, son: meteorizacidn 0 ¢x- trusién de capas blandas (Fig. 2.8), concen- tracién de presiones en el borde y rotura por flexotraccidn. Las posibilidades de que se produzcan es- tas inestabilidades por descalce vienen con- dicionadas por una serie de factores come fracturacién, buzamientos de la serie estrati- grdfica, inclinacién del terreno y disposicién respecto al buzamiento, resistencia compara. tiva de los estratos mas rigidos, potencia re- He alternante. Fig. 2.8.—Desprendimiento por extrusién de una capa de carbon. lativa de los estratos resistentes respecto a Jos estratos menos competentes, etc. Existe una gran variedad de formas re- sultantes de los mecanismos que originan la inestabilidad: basculamiento de bloques, ro- tura por su base, deslizamiento de un estra- to, etc. (Fig, 2.9) (AYALA, 1984). Manual de Taludes 13 \\ Fig. 2.9.—Algunas inestabilidades de blogues por descaice (AYALA, 1984). A continuacién se describe el mecanismo de rotura previa con traccion (Fig. 2.10) (AYA- LA, 1984), va que los otros mecanismos sue- Jen ser combinacin de diferentes tipos. Dicho mecanismo es relativamente raro ya que la mayorla de los macizos se encuen- tran fracturados dando lugar a bloques indi- vidualizados. En una serie alternante de capas débiles ¥ competentes se empieza a descalzar la ca- pa competente suprayacente por accién de una meteorizacién diferencial. Cuando progresa el descalce, se produce una concentracién de presiones en el borde de la roca débil subyacente. Si la roca que constituye la capa suprayacente es poco resis- 14 Fipologia y desarrolio de tos movinsientos Fig. 2.10.—Rotura previa por traccién. 1) Serie alternante. 2) Diferente grado de meteorizacin y erosién, 3) Basculamiento de la capa superior. 4) Rotura en el pie del bloque. (AYALA, 1984). tente, puede aparecer una rotura de la mis- ma por flexotraccién, con basculamiento de ‘logue. Si la capa es competente y esté in- dividualizada en bloques por fracturacién, tambien se produce un basculamiento debi- ‘icidad del. peso. in de presiones en el bor- de de la capa débil subyacente produce un asentamiento diferencial, pudiendo originar Ja rotura en cua de la misma y originéndo- se la caida del bloque por rotura del pic. Los fragmentos originados por los despren- dimientos presentan recorridos varios, pu- diendo el material caer libremente, saltar 0 rodar, dependiendo de la inclinacién del ta- jud (Fig. 2.11). Segiin el tipo de mecanismo que produzca los desprendimientos, Ia velocidad con que se desarrollan varia, Una vez originada la grieta de raccién, suelen desarrollarse de forma répida afectando a los materiales que than quedado formando cornisas 0 voladizos. aida libre Fig, 2.11.—Trayectorias. 2.3.2, Vuelcos (toppling) Estos movimientos implican una rotacién de unidades con forma de columna o blo- que sobre una base, bajo ta accién de ta gravedad y fuerzas ejercidas por unidades adyacentes 0 por inclusién de agua en las sliscontinuidades (Figs. 2.12 y 2.13). Este tipo de movimientos puede culminar en otros tipas, desprendimientos, destizamien- tos, ete., dependiendo de los aspectos geo- méiricos del material involucrado segtin la distribucién de las discontinuidades. Los vuelcas se pueden considerar exctusi- vos de medios rocosas, condicionados por la disposicién estructural de los estratos —ha- cia el interior det talud— y un sistema de discontinuidades bien desarrollado (Fig. 2.12). Existen variedades de estos movimientos como: a) VUELCO POR FLEXION ‘Tiene determinadas caracteristicas que le confieren cierta singularidad entre tos vuel- cos. Se desarrolla bajo un mecanismo compues- to por flexiones seudocontinuas de! material, individuatizado en columnas, debido a una serie de movimientos acumulados a Jo largo de las discontinuidades (Fig. 2.14). ‘Cuando se desencadena el movimiento, por transmisin de la carga en el pie del talud, Fig, 2.12,—Vueleo de estratos (toppling). Manual de Tatudes 15 plingy} en un macizo rocoso. y Fig, 2.14.—Vuelco por flexién (HOEK y BRAY, 1977. Cortesta de Inst. of Min. and Met.). Fig, 2.15.—Grietas de traccién («tension cracksy} debidas al vueleo de estratos, el mecanismo progresa hacia el interior del muacizo rocoso, originando grietas de trac- cién con profundidad y anchura variables (Fig. 2.15). 16 Tipologia y desarrolio de tos movimientos b) VUELCOS DE BLOQUES Es caracteristico de aquellos macizos ro- ‘cosos que contienen sistemas de discontinui- dades ortogonales, dando lugar a una geo- metria de columnas divididas en bloques. El empuje sobre los bloques inferiores origina su desplazamiento y una vez producido, el movimento progresa hacia la parte superior del talud, Cuando Jas columnas menos es- belias son desplazadas hacia afuera del ta- lud, por Ja carga que efectiian las ya gira- das, se reinicia el proceso (Fig. 2.16). ©) VUELCO MIxTO Es un caso que participa de las caracteris- ticas de los dos anteriormente descritos. Se produce cuando los bloques son alargados, debido a flexiones en el pie del talud ¢ inter- movimientos relativos de las distintas uni- dades (Fig. 2.17). 2.3.3. Deslizamientos Son movimientos que se producen al su- perarse la resistencia al corte del material y tienen Iugar a lo largo de una 0 varias su- perficies 0 a través de una franja relativa- mente estrecha del material. Generaimente las superficies de deslizamien- to son visibles o pueden deducirse razona- blemente (Fig. 2.18). La velocidad con que se desarrollan estos Fig, 2.17.—Vueleo mixto (HOEK y BRAY, 1977. Cortesia de Inst. of Min. and Met.) Fig, 2.16.--Vuelco de bloques (HOEK » BRAY, 1977. Cortesta de Inst. of Min. and Met.) movimientos es variable, dependiendo de la clase de material involucrado en los mismos. EI movimiento puede ser progresivo, pro- ducigndose inicialmente una rotura local, que puede no coincidir con la superficie de rotu- a general, causada por una propagacién de Ja primera. La masa desplazada puede deslizar a una distancia variables de la superficie original de rotura, solapandose con ¢] terreno natu- ral y marcando éste una superficie de sepa- racién bien definida. Sobre los flancos y superficie sobre la que se produce el movimiento se originan estrias —slickensides— indicativas de la direccién del movimiento (Fig. 2.19). Fig, 2.19.—Esirias ~-slickensides— sobre el flan- co de un deslicamiento. Manual de Taludes 17 Extension en a! ple Fig, 2.21,—Rotura tipiea con forma cilindrica (VARNES, 1978. Cortesia de Transp. Res. Board). 1) Seer des eta ® oy Seo de nu de i see de su de te Fig, 2.20,—Rotura tipica con forma de cucha- ra (VARNES, 1978. Cortesia de Transp. Res. Board). 2.3.3.1. Deslizamientos rotacionales ‘Tienen lugar a fo largo de una superficie de destizamiento interna, de forma aproxi- madamente circular y céncava (Fig. 2.20). El movimiento tiene una naturaleza mas Fig, 2.22.—Diferentes superficies circulares de rotura. © menos rotacional, alrededor de un eje dis- puesto paralelamente al talud (Fig. 2.21). La salida de las superficies circulares so- bre las que se produce la rotura puede ori- ginarse en tres partes diferentes del talud, segiin las caracteristicas resistentes del ma- 18 Tipologia y desarrollo de los movimientos terial, altura e inclinacién del talud, etc. (Fi- gura 2.22). Si la superficie de rotura corta al talud por encima de su pie, se deaomina superfi- cie de rotura de talud. Cuando la salida se produce por el pie del talud y queda por encima de la base de di- cho talud, recibe el nombre de superficie de rotura de pie de talud, Si la superficie de rotura pasa bajo el pie del’ talud con salida en la base del mismo y alejada del pie, se denomina superficie de rotura de base de talud. En la superficie del terreno suelen apare- cer grietas concéntricas y céncavas hacia la direccién del movimiento, con un escarpe en su parte alta, tanto mas acusado cuanto ma- yor desplazamiento sufra la masa deslizada (Fig. 2.23). La velocidad de estos movimientos varia de fenta a moderada, teniendo gran influen- cia Ja inclinacién de la superficie de rotura en el pie del destizamiento (Fig. 2.24). Si el perfil de la superficie deslizada se inclina ha- cia el monte, se mejora el equilibrio en Ja masa inestable, decreciendo el momento in- Fig, 2.24,—Deslizamiento rotacional en macizo rocaso muy fracturado. ductor y pudiéndose Hegar a detener el des- lizamiento. 2.3.3.2. Deslizamientos traslacionales En este tipo de deslizamientos la masa de terreno se desplaza hacia afuera y abajo, a To largo de una superficie mas o menos pla- na o suavemente ondulada, con pequefios movimientos de rotacién (Figs. 2.25 y 2.26). Comiinmente el movimiento de la masa des- tizada hace que ésta quede sobre la superfi- cic original del terreno. Los deslizamientos trastacionales estén con- trolados por discontinuidades (estratificacién, esquistosidad, diaclasas, fallas, etc,), influ- yendo la variacién de fa resistencia al corte entre estratos de diferente naturaleza, dife- rente grado de meteorizacién, distintos tipos de relleno en discontinuidades, etc. Gene- ralmente se desarrollan en macizos rocosos, con discontinuidades bien marcadas (Figu- ras 2.27 y 2.28). El progreso de estos destizamientos tiende a ser indefinido, siempre que la inclinacién de la superficie de deslizamiento sea lo sufi- cientemente grande, y la resistencia al corte inferior a las fuerzas desestabilizadoras. Dentro de un deslizamiento traslacional pueden existir varias unidades seudoindepen- dientes, denomindndose entonces deslizamien- Fig. 2.25.—Deslizamiento traslacional en el con- tacto suelo-roca. Fig. 2.26.—Deslizamiento traslacional en suelo. 20 rocoso. Fig, 2.28.—Detalle de una superficie de esquis- tosidad con arcilla, sobre la que he destizado una masa rocosa. 10 quebrado. Cuando la masa destizada cons- ta de una unidad no muy deformada o va- rias unidades estrechamente relacionadas, se denomina tipo bloque (Fig. 2.29). Existen deslizamientos.trastacionales de gran variedad en su tamafo, formados por la imterseccién de dos discontinuidades 0 su- perficies de debilidad (Fig. 2.30). Si ambas superficies se inclinan en senti- do diferente, se denominan cuftas directas Manual de Taludes 19 abloquen. 7 Fig. 2.30.—Cuna directa con grieta de traecién, Fig, 2.31.—Cufas directas. (Fig, 2.31), Cuando la inclinacién es hacia ‘el mismo sentido reciben el nombre de cu- fas inversas (Fig. 2.32). El deslizamiento se produce a lo largo de Ja linea de intersecci6n de las superficies, cuando se inclina a favor del talud y con menor pendiente que éste (Fig. 2.33). Cuando coinciden una serie de condicio- nes estructurales y geométricas determinadas, en un macizo rocoso, pueden aparecer desli- 20 Tipotogia y desarrollo de tos movimientos Fig, 2.32.—Cuha inversa, zamientos peculiares denominados pandeos (buckling) (Fig. 2.34). Este fenémeno apa- rece cuando la estratificacién es subvertical y existe gran diferencia, entre al menos dos de las tres dimensiones que definen geomé- tricamente la estructura. Si existe una serie de diaclasas seudoortogonales a la estratifica- cién, pueden producirse pandeos por flexién de placas fracturadas (Figs. 2.35 y 2.36). Generalmente en los deslizamientos de ti- po traslacional ef movimiento se produce de forma répida. 2.3.3.3. Extensiones laterales Estos movimientos no son frecuentes, si bien aparecen cuando coneurren determina- das caracteristicas geoldgicas complejas. El movimiento consiste en una extensidn lateral controlada por superficies de corte y/o fracturas de tensién, Pueden aparecet sobre macizos rocosos con diferente com- Fig, 2.34.—Pandeo por flexién de placas tisas. petencia (Fig. 2.37) 0 bien sobre materiales con cardcter de suelo (Fig. 2.38). EI mecanismo de rotura suele ser comple- Jo, pudiendo comprender formas de trasta- cidn, rotacién, flujo y licuacién del mate- rial. ‘Cuando estos mecanismos se producen en medios rocosos se desarrollan con lentitud. Por el contrario, en materiales de tipo suelo son répidos o muy répidos, inicidndose sti- bitamente. Con cardcter genérico pueden subdividir- se en dos tipos: — Movimientos que comprenden una ex- tensién, sin que se reconozca o exista una superficie basal neta de corte o se produzca un flujo pléstico. Son propios de crestas mo- deladas en medios rocosos estratificados. —Movimientos que pueden comprender una extensién y fracturacién del material Manual de Taludes 21 mas competente (roca 0 suelo), debido a una licuacién ¢ flujo plastico del material subyacente, Simulténeamente en los materia- les superiores pueden producirse fenémenos de subsidencia, traslacién, rotacién e inclu- So lienacién y flujo, dependiendo de la na- turaleza intrinseca del material. 2.3.4. Coladas Se contemplan bajo esta denominacién ciertos movimientos producidos en materia- les rocosos, caso menos frecuiente, y en ma- teriales de tipo suelo, que constituyen las coladas en sentido estricto. Los que tienen lugar en roca son propios de macizos estratificados, con una disposi- cién procive a desarrollar fendmenos de pandeo y que han sufrido un intenso plega- miento, Pueden considerarse como coladas de unidades de roca intacta. Fig, 2.36.—-Pandeo por flexién de placas curvas J fracturadas, Fig, 2.38.—Bxensién lateral en suelos. En las coladas de materiales tipo suclo existen una serie de factores que tienden a diversificarlos u originar subtipos. Asi la gra- nulometria del material y el contenido cn i | 3 F 22 Tipologia y desarrollo de los movimientos agua son los dos factores mas determinan- tes en el desarrollo de este tipo de procesos. Los mecanismos son producto de una con- tinua deformacién bajo esfuerzos impercep- tibles, que implica una distribucién de velo- cidades variable, de extremadamente lenta a muy répida, 2.3.4.1. Coladas en roca Son poco frecuentes y propias de macizos Tocosos no muy competentes, con una es- tratificacién definida y afectados por plega- mientos u otras manifestaciones de compor- tamiento pidstico. Incluyen deformaciones que se distribuyen entre fractures grandes o equefias ¢ incluso entre microfracturas sin aparente conexién entre ellas. No existe una concentracién de desplazamiento continuo sobre una supetficie definida, entre unida- des relativamente intactas (Fig. 2.39). Estos movimientos son generalmente muy lentos ¥ mas 0 menos estables, afectando a zonas superficiales o de cierta profundidad. 2.3.4.2. Coladas en suelos Se reconocen como coladas en sentido es- Fix, 239.—Colada en roca. Fig, 2.80.—Reptaciones «creepy, tricto debido a ta semejanza de comporta- miento con los fluidos viscosos. Son propios de materiales tipo suelo. Las superficies de deslizamiento no sue- len estar bien definidas y si se producen son efimeras, El limite entre la masa que se ha movido y la que permanece «in situ» puede estar marcado por una estrecha franja, en le que se producen movimientas diferenciales 0 con una diferente distribucién de la resistencia al corte. La velocidad con que tienen lugar suele ser muy répida, aunque existen casos de ex- trema lentitud. En este tipo de coladas existen una serie de caracteristicas generales como son: gran- des desplazamientos de la masa movida y el efecto fluidificante del agua como parte del_ proceso. Existe una completa gradacién de coladas en suelos, atendiendo a ta granulometria de los mismos, contenido de agua, movilidad y cardcter del movimiento. Seguidamente se comentan las caracteristicas de los subtipos més representativos. — Reptaciones (creep) (Fig. 2.40): consti- tuyen deformaciones continuas, generalmente. superficiales y extremadamente lentas, que pueden aparecer acompafiando a otros ti- pos de movimientos de los materiales sub- vyacentes, Tradicionalmente se ha considerado que estos movimientos presentan desplazamien- tos imperceptibles. Sin embargo, los nuevos procedimientos de medida han permitido de- terminar que realmente se producen movi mientos perceptibles que preceden inmedia- tamente a la rotura catastréfica. — Colada de derrubios (debris flow): ¢a- racteristico de materiales con un elevado por- centaje de fragmentos gruesos (Fig. 2.41). La masa que desliza se divide en pequeiias partes con movimiento lento. Cuando éste es répido y progresivo suele utilizarse ol tér- mino avalancha (Fig. 2.42) | | | , | | | | | — Coladas de barro (mud flow): se pro- duce en materiales con al menos un 50% de fracciéa fina y con un contenido en agua suficiente, para permitir fluir al material (Fi gura 2.43), Existe una diversidad de caracteristicas in- fluyentes en estos movimientos que permi- Fig, 2.42.—Avalancha, Manual de Taludes 28 ten una amplia definicién de los mismos, Asi, se habla de solifluxidn cuando intervie- ne el fenémeno hiclo-deshiclo en la parte mds superficial de los suelos, cotadas de ma- teriales finos sin contenido en agua, ete, 2.3.5. Movimientos complejos Son el resultado de la combinacién de mas de un tipo de los diferentes movimien- tos descritos anteriormente. En las Figuras 2.44, 2.45 y 2.46 se muestran algunos ejem- plos. También se consideran como tales aque- os que presentan diferentes estados en el desarrollo de los movimientos, Se puede incluir la combinacién miiltiple de un mismo tipo de rotura y también aque- los movimientos en que la distribucin in- tera de las velocidades de la masa que des- liza, pueda o no asemejarse a un fluido vis- coso (Fig. 2.45) Fig. 2.43,—Coladas de barra t«Mud fiowny, Consecuentemente las diferentes velocida- des con que se producen estos movimientos, asi como su distribucién espacial, viene con- dicionada por los tipos de movimientos que componen la rotura (Fig. 2.46). 2.4, Morfologia y partes de un deslizamiento Algunas de las clasificaciones de movi- mientos existentes se basan en la interrela- cién de términos descriptivos relacionados 24 Tipologla y desarrollo de los movimientos con el tamafio, forma y morfologia de los deslizamientos. Por otra parte, se ha comprobado, a tra- vés de diferentes y numerosos estudios que existe una estrecha relacién entre la morfo- logia de un determinado tipo de deslizamien- to y su génesis En un deslizamiento se suelen distinguir varias partes, aunque no todas se desarro- Fi. 2.44.—Destzomientorotaconal y rasa. ‘80 de igual forma en los diferentes tipos. nal. Incluso existen ciertas peculiaridades morfo- logicas propias de cada tipologia. La Figura 2.47 (VARNES, 1978) muestra un tipico deslizamiento rotacional, con las diferentes partes y su nomenclatura usual. Los términos empleados son: - — Excarpe principal: superficie que se for- Fig, 2.45.—Deslizamiento trastacional » colada ma sobre el terreno no deslizado en la pi de barro. feria del deslizamiento, Se desarrolla a cau- sa del movimiento del material deslizado ha- cia abajo y adentro respecto del material in- tacto. — Escarpe secundario: superticie escarpada que se forma dentro del material desplaza- do debido 2 movimientos diferenciales del Heirait = Esquema de un deslizomiento rotacionel (VARNES, 1978. Cortesia de Transp. Res. — Cabeza: parte superior del material des- lizado. — Coronacién: lugar geométrico de los puntos més altos del contacto entre el mate- tial desplazado y el escarpe principal. — Pie de la superficie de rotura: intersec- cin de ta parte inferior de la superficie de rotura y la superficie original del terreno. — Borde del material desplazado: limite del ‘material desplazado més alejado det es- carpe principal. — Punta: extremo del borde mas distan- te de la coronacién, — Pie: porcién de material desplazado, que se apoya sobre el terreno original a par- tir del pic de la superficie de rotura. — Cuerpo principal: porcién del material desplazado apoyado sobre la superficie de ro- tura entre su pie y et escarpe principal. — Flancos: laterales del destizamiento (de- techo € izquierdo). — Cabecera: material practicamente «in situ», adyacente a la parte superior del es- carpe principat. — Superficie original del terreno: talud cxistente antes de ocurtir el movimiento, Pue- de considerarse como tal Ja superficie de un antiguo deslizamiento estabilizado. — Superficie de rotura: superficie @ tra- vés de la cual tiene lugar el movimiento, — Superficie de separacién: superficie que limita ¢l material desplazado del terreno ori- ginal. — Material desplazado: masa de material movida hacia fuera del talud, desde su posi- cign original en el mismo. Puede encontrar- se en un estado deformado. — Zona de deflacion: area dentro de la cual, cl material desplazado se encuentra por debajo de la superficie original del terreno. — Zona de acumulacign: area en la que Manual de Taludes 2S el material desplazado se dispone por enci- ma de la superficie original del terreno. — P: maxima profundidad del destizamien- sularmente al plano del. — L: maxima longitud del deslizamiento medida en el plano del talud. — HD: altura del destizamiento medida entre Ja cabecera y ef pie, en una misma seccién. — ED: distancia horizontal desde el pie a la cabecera, medida en una seccin tongi tudinal del deslizamiento. Existen otra serie de manifestaciones de- formacionales que acompaiian a 16s mot micntos de taludes y que pueden desarro- arse en las inmediaciones o interior del ma- terial desplazado. Asi, se producen grietas de traccidn dispuestas transversalmente a la direccién det movimiento. También se desarrollan grieras radiates y una serie de crestas transversales en et pie del material desplazado. Los diferentes tipos de movimientos pre- sentan ciertos rasgas morfoldgicos que ayu- dan a su identificacién y que vienen condi- cionados por Ia clase de material y dispasi- cidn del mismo (Fig. 2.48). Los desprendimientos son frecuentes en materiales rocosos de distinta competencia sobre los que se da una erosion diferencial, quedando zonas en voladizo susceptibles de caer. Forman depésitos, en los que el tama- flo de sus componentes depende de la tra- yectoria seguida en su caida. Los vuelcos (toppling) sobre medios roco- sos con un desarrollo de discontinuidades bien marcado, suelen originar acumulacio- nes de bloques de forma columnar dejando un perfil aproximadamente dentado. Los deslizamientos rotacionales suelen te- ner una morfologia tipica de cuchara 0 con- cha, no obstante si el deslizamiento es de gran extensién segiin el sentido longitudinal del talud, pueden asemejarse a una superfi- 26 Tipologia y desarrollo de las movimientos Fig. 2.48.—Diferentes movimientos en una ladera. cie cilindrica de eje paralelo al talud (Figs. 2.20 y 2.21). En los destizamientos de tipo traslacional en roca existen las denominadas cuflas cu- yo rasgo morfoldgico mas caracteristico son los huecos de forma tetraédrica que dejan en el tatud al destizar (Fig. 2.49). También los fenémenos de pandeo (buck- Jing) se caracterizan por abombamientos de placas sobre el talud con derrubios de simi- Jar geometria. En las extensiones laterales es caracteris- tica una sucesién de bloques rocosos que al- ternan sobresaliendo unos sobre otros. Las coladas originadas en suelos presen- tan una cicatriz dentada 0 en forma de V que se adelgaza hacia la cabeza. 2.5. Factores condicionantes y desencadenantes En el anilisis de los movimientos es de primordial importancia el reconocimiento de los factores que condicionan la estabilidad de los taludes y aquellos otros que actian como desencadenantes de tos movimientos. El conocimiento de ambos factores permite una evaluacidn del peligro existente y, por tanto, las medidas necesarias para evitar 0 corregir los posibles movimientos. La susceptibilidad de que se produzcan mo- vimientos en Ios taludes esté condicionada por la estructura geolégica, Ia litologia, las condiciones hidrogeolégicas y la morfologia propia de un area determinada. Fig. 2.49.—Cuia deslizada, Una variacion de algunos de los condicio- nantes mencionados, producida por causas naturales 0 debida a la actividad humana, puede traducirse en un incremento o dismi- nucién del esfuerzo de corte cuyo efecto in- mediato desencadena la inestabilidad de una masa de terreno. Manual de Taludes 27 La gran variedad de movimientos en los taludes es reflejo de la diversidad de facto- res que pueden otiginarlos. Se describen a continuacidn algunos de los factores més im- Portantes que influyen en la estabilidad de los taludes, 2.5.1. Factores naturales Fundamentalmente constituyen factores con- dicionantes cuando se trata de agentes que integran la meteotizacién, siendo los agen- tes erosivos los que tienen una mayor inci dencia como factores desencadenantes, asi como los fenémenas de caracter tecténico que influyen en ta corteza terrestre (Figu- ra 2.50). Existe una distribucién geografica en don- de se da un predominio de unos u ottos fac- tores, que facilitan o producen determinadas La orientacién de los taludes hacia ef N favorece que se produzcan determinados fac- tores condicionantes de la estabilidad. Las areas con una determinada climato- logia o ciertas condiciones de sismicidad y vulcanismo, constituyen entornos mas pro- lives a que se desarrollen factores condicio- nantes y desencadenantes de los movimien- tos, respectivamente. 28 Tipologia y desarrollo de los movimientos 25, <1. El agua Constituye el agente natural de mayor in- cidencia como factor condicionante y desen- cadenante en ta aparicidn de inestabilidades. ‘Dadas las diversas formas con que se pre- senta en la naturaleza, se describen los efec- tos que produce segiin su procedencia. a) RIOS ¥ OLEAJE » Las corrientes de agua con su poder ero- sivo y de transporte constituyen un gran fac- tor desencadenante, tendiendo a conseguir el perfil de equilibrio de las laderas de los va- es por los que discurren. Pueden actuar de forma continua con de- sigual importancia, segin la intensidad de la corriente, produciendo socavaciones en el pie de los taludes, que disminuyen o elimi- nan su soporte en la base e incrementan el esfuerzo de corte en los materiales. La accién de los rios se incrementa nota- blemente cuando se modifican tas condicio- nes normales de caudal y geometria. Asi, durante las maximas avenidas aumenta su poder abrasivo y de socavacién debido al cardcter esporddico y tumultuoso. Bi oleaje también contribuye al modelado de los acantilados costeros, actuando como un factor desestabilizador de Jos mismos. Durante los perfodos de tormenta, el ofea- je produce una socavacién en el pie de Ios acantilados. El violento choque de las olas lanza fragmentos de piedras contra la costa, produciendo una degradacién de la estabili- dad de la misma, dependiendo de la compe- tencia de los materiales. También se produeen vibraciones que pue- den suponer un factor condicionante de Ia estabilidad a través de discontinuidades. Debido a la refraccién de las olas por cambio de direccién de sus frentes, los sa- lientes de las costas son los que mds inten- samente sufren sus efectos. El retroceso generalizado de los acantila- dos por efecto de las olas, hace que éstas yan un factor condicionante de la ac- ién de los trios que desembocan en la costa. ‘Cuando el acantilado se erosiona répidamen- te, el valle fluvial queda colgado, bajando el nivel de erosién del rio. b) AGUAS SUBTERRANEAS Se consideran como tales, las corrientes y niveles subterrdneos y el agua distribuida en el interior de la red de fracturacién de tun macizo rocoso o de forma intersticial en los suelos, que condicionan la estabilidad de los mismos. Ejercen una serie de disofuciones y otros cambios fisico-quimicos en el terreno, que disminuyen las caracteristicas resistentes del mismo, En regiones karsticas, su progreso puede producit el hundimiento de cavernas afec- tando @ los taludes mas proximos. La absorcién del agua de infiltracién pro- duce una continua expansidn y contraccién de los suelos, en perfodos alternantes de Ilu- via y sequia, que varia las caracteristicas re- sistentes de los mismos. Cuando ef agua se halla confinada puede producir subpresiones en los materiales su- prayacentes. Puede originar la ficuacién de suelos arenosos por un aumento de la pre- sién intersticial, debido a bruscos cambios en ef nivel fredtico. Cuando discurre entre las discontinuida- des, aumenta la presin entre las mismas y actiia como fubricante semtin el contenido en minerales arcillosos. ©) LLUVIA Constituye un factor desencadenante de inestabilidades, contribuyendo a aumentar la accion de diversos factores condicionantes: meteorizacién, accién de las aguas subterrd- neas, etc. El impacto de las gotas de Iluvia sobre Jos suelos produce salpicaduras que levan- tan y dejan caer las particulas, tendiendo a transportarlas hacia niveles inferiores de la vertiente, Consecuentemente, sc origina una removitizacion superficial de los suelos, que puede disminutr la capacidad de infiltracion del mismo, al taponar las partiéulas movi- das las aberturas naturales del suelo. Cuando ef régimen de Muvias es torren- cial, el agua cada se canaliza en zonas de- primidas causando acciones similares a las corrientes de agua. Aumenta las subpresiones del terreno al infiltrarse por discontinuidades y grietas, y Produce una sobrecarga debida a su propio peso, Cuando se trata de materiales cohesivos, se puede dar una absorcién de agua por los minerales arcillosos y producirse un hincha- ‘miento de los mismos, inerementéndose las presiones efectivas del terreno. 2.5.1.2. Hielo y nieve Se pueden diferenciar cuantitativamente los efectos de las masas de hielo y nieve que forman los glaciares y los producidos por Ja accién hielo-deshielo de! agua que contie- ne el terreno, Los glaciares en su recorrido'modelan los valles, debido a los fragmentos rocosos que contienen y que aumentan el poder abrasive del hielo, originando escarpadas paredes ro- cosas. El repetido crecimiento y fusién del hielo en que se transforma el agua intersticial del terreno y la contenida en las discontinuida- des, produce una disgregacién mecdnica de Ja estructura del mismo. Esta se traduce en una reduccién de la cohesion y ensancha- miento de las discontinuidades condicionan- do el terreno ante la accién de otros face tores. También se produce una dificultad det dre- naje del talud a través de su superficie. Las acumulaciones de pieve en algunos puntos producen sobrecargas y aumentan el contenido en agua del terreno durante la fu- sién, dando paso a la accién especifica del agua. Manual de Taiudes 29 2.5.1.3. Sismicidad y vuleanismo Constituyen factores desencadenantes de gtandes destizamientos, pudiendo ocasionar datos graves, Cuando ocurre un seismo se generan una serie de vibraciones, que se propagan como ondas de diferente frecuencia. La acelera- cidn, vertical y horizontal asociada a esas oncias, origina una fluctuacidn del estado de esfuerzos en el interior del terreno afectan- do al equilibrio de los taludes. Asi se puede producir una perturbacién de la trabazin intergranular de los materiales, disminuyen- do su cohesién. En algunas arenas finas sa- turadas sin drenaje y arcillas, el desplaza- miento 0 rotacién de los granos puede dar como resultado una stibita licuefaccién del suelo, como consecuertcia de un ineremento de presién del agua intersticial. Esta accién sismica es compleja y origina unos fenémenos deformacionales que pue- den ser de tipo sismotecténico 0 sismogra- vitacional. EI primer tipo es manifestacién de los mo- vimientos que se producen en la corteza, a Jo largo de fallas, plegamientos, etc., produ- cidos durante terremotos de intensidad ma- yor de 6,5 (Escala de Mercalli). Las caracte- risticas de la deformacién dependen de la naturaleza de los esfuerzos con independen- cia de fas fuerzas gravitacionales, Los fenémenos deformacionales de tipo sismo-gravitacional tienen una dindmica ¢s- pecifica. Los materiales movilizados se ex tienden sobre reas mucho mayores que los movimientos debidos a la gravedad, parti- cularmente si ha habido vibraciones de lar- ga duracion. Originan grandes destizamientos, avalan- chas, desprendimientos y coladas. El factor sfsmico de mayor incidencia en Jos movimientos de los taludes es la intensi- dad de ta sacudida, a partir de 6,5 (Escala de Mercalli), y en menor medida su. dura- cién, En las regiones sismicamente activas, los rpc errr rrerise carseat 30. Tipologia y desarrollo de los movirnientos terremotos son la causa predominante de los movimientos de taludes. Los voleanes en actividad llevan asocia- dos movimientos sfsmicos de caracteristicas especificas en cuanto a su intensidad, fre- ‘cuencia, etc, Originan modificaciones en las Jaderas que forman sus conos y en los mate- tiales depositados sobre los mismos (hielo, nieve, derrubios, etc.). El campo de esfuerzos existente en los co- nos volcénicos puede modificarse como resul- tado de una dilatacién de las cémaras mag- miticas, cambios en el nivel del magma de los mismos y aumento de los temblores ar- ménicos que continuamente se dan, Dichos fenémenos alteran el equilibrio de los talu- des que rodean a los crateres, produciendo genteralmente fallas y colapsos. 2.5.1.4. Actividad biologica No constituye un factor determinante en la estabilidad de los taludes, aunque condi- ciona de forma notable la accién de otros Factores, que pueden originar movimientos en los taludes. Tienen especial interés las acciones que ejerce la vegeracidn, en sus aspectos positi- vos y negativos. La cubierta vegetal, a tra- vés de sus rafces ayuda a mantener la esta- bilidad de los taludes debido a que sirve de unin entre los componentes de los suelos. También contribuye al drenaje absorbien- do parte del agua contenida en ef terreno y atentia la degradacién superficial del mis- mo, dificultando la accién de otros factores. En su aspecto negativo, existen raices ca- paces de disgregar el terreno y desplazar blo- ques de magnitud considerable, debido a sus efectos mecdnicos en grietas y fisuras, ac- tuando a modo de cuitas. La deforestacién de ciertos taludes inci- de adversamente en el régimen de agua cn Jas capas mds superficiales, contribuyendo a la actuacién de otros factores desestabili- zadores. La actividad de organismos animales, con- tribuye en menor medida a crear inestabili- dades. Asi la accién de gusanos, roedores, ete., modifica el interior del terreno facil tando el desarrollo de otros factores, 2.9.1.5. Subsidencia regional Diversos estudios y evidencias han puesto de manifiesto los movimientos que existen en a corteza terrestre, en orden a establecer un equilitrio de la misma. Uno de los refle- jos de estos movimientos es la subsidencia, de cierta importancia en la estabilidad de taludes. Acta como un factor que condiciona gra- dualmente la estabilidad de los taludes y de- sencadena movimientos, cuando est asoci da a fenémenos sismo-tecténicos. Se consideran como subsidencias regio- nales, los desplazamientos verticales que se producen en los niveles del mar y de la tie- rra, en grandes éreas de la corteza terrestre. También existen subsidencias estrechamen- te relacionadas con grandes accidentes tec- ténicos y otras que acompafian a movimien- tos mds violentos y constituyen acciones de reajuste posterior. Estas tienen un cardcter local, Las subsidencias tienen una desigual tribucién espacial y se desarrollan de forma gradual y muy lenta, précticamente impercep- tibles, salvo las que acompaiian a seismos. EI efecto gue causa es un progresivo aumento del dnguio del talud, gue contribu- ye a la aparicién de algunos deslizamientos. Produce un cambio de los esfuerzos existen- tes en ef interior del terreno, alterando las condiciones de equilibrio por un aumento del esfuerzo de corte. Es necesario que el talud esté proximo a las condiciones de equi- librio Iimite, para que este pequefio y lento movimiento tenga efectos notables. 2.5.2, Actividad humana El desarrollo de los paises incluye un con- junto de actuaciones adecuadas a crear una infraestructura que permita el progreso de los mismos. Destacan los sectores dirigidos a procurar los recursos naturales y aquellos que permi- tan los servicios necesarios para su transfor- macién y distribucién. Dos de las parcelas ‘més importantes son la minerfa y las obras civiles (Fig. 2.51). La actividad humana que se deriva cons- tituye una de las causas con mayor inciden- cia en los movimientos de taludes. Aunque éstos generalmente tienen consecuencias de menor entidad que los producidos por cau- sas naturales, a veces producen daflos de mayor cuantia. 2.5.2.1. Excavaciones Constituyen uno de los factores desenca- denantes mas extendidos, debido a la nece- sidad de las mismas en las obras civiles (des- montes, tiineles, etc.). Necesitan de un detallado estudio que ga- rantice la estabilidad de los taludes creados. Producen una variacién del estado de equi- librio del terreno, traduciéndose cn subsi- dencias, descalces de potenciales superficies de destizamiento, desequilibrio de masas, etc. 2.5.2.2. Voladuras Los efectos inmediatos de las voladuras son los derivados de las caracteristicas de Ia onda que se propaga y de los gases que se originan. Pueden actuar como desencadenan- tes de los movimientos, condicionando y dis- minuyendo la estabilidad de los macizos ro- coos. El comportamiento del terreno, como me- dio transmisor, depende principalmente de sus caracteristicas resistentes a la traccién, existencia de discontinuidades que supongan superficies de reflexidn de la onda, conteni- do en agua, etc. La onda de compresién origina la apertu- ra de grietas radiales alrededor de la carga y la de traccién fragmenta el material. Tam- bign se pueden producir plastificaciones del mismo. Las vibraciones producidas actitan como Manual de Tatudes 3 Fig, 2.51,.—-Gran movimiento en una ladera de- Dido @ la consiruccién de una auropisia, pequefios seismos y pueden darse prayeccio- nes de diversos tamaiios de material. Como consecuencia se amplia la red de fracturacién preexistente en el terreno, creart- do nuevas superficies potenciales de destiza- miento. E1 impacto de los mayores fragmentos pue- de ocasionar inestabilidades puntuafes en z0- nas proximas. En la actualidad existen técnicas suficien- temente desarrolladas, que limitan los ries- g0s derivados del uso de las voladuras. 2.5.2.3. Sobrecargas Son un factor condicionante de los movi- mienios que modifican el entorno natural en el que se produce dicha accién, Es el resultado del incremento de peso, debido a diversos tipos de construcciones, sobre el terreno natural, Asi, Ja construc: cién de rellenos y terraplenes, acopios de materiales de diversa indole, tc. También puede producirse por el peso del agua infil- trada en el terreno, como consecuencia de fugas en conducciones, alcantarillado, cana- les, depésitos, ete. . El efecto producido es, generalmente, un incremento del esfuerzo de corte del terreno y cuando se trata de suelos con alto conte nido en arcilla, se origina un aumento de Ja presidn intersticial. De esta forma se mo- difican las condiciones de equilibrio existen- pr RRR. pe, ln IIIS 32. Tipologia y desarrotio de los movimientas tes en el terreno, pudiendo darse diferentes tipos de movimientos. 2.5.2.4. Actividad minera Se incluye la explotacidn de canteras, mi- neria @ cielo abierto y subterrdnea. Las dos primeras actividades participan de los riesgos deseritos en el punto 2.5.2.1 (Ex- cavaciones), aumentados por el cardcter pro- visional de los taludes excavados, principal mente en los comienzos de las explotaciones. La explotacion subterrénea de los recur- sos naturales ha sido causa de movimientos importantes en la superficie. La degradacién que sufren las cdmaras y galerias de explotaciones abandonadas pue- de conducir a hundimientos de las mismas. Estos fenémenos pueden reflejarse en la su- perficie del terreno originando subsidencias, mis notables cuanto menor sea la cobertera de terreno sobre las galerias. Como resultado, se produce un aumento de la diferencia de altura en tos niveles det terreno y wna relajacién del mismo en las reas de tensién que rodean a la subsiden- cia, 2.6. Geomorfologia ¢ identificacién de los movimientos La configuracién actual de un terreno i dica la posibilidad © no de que se produz- can movimientos y que tipo serd el més fre- cuente (Fig. 2.52). Fig, 2.52.—Ladera con fendmenos de reptacidn fucreep»). La formacién ¢ historia de los movimien- tos esté fuertemente influenciada por el fac- for tiempo. Es importante distinguir qué gra- do de actividad presenta un determinado ti- po de movimiento. Pueden distinguirse fos activos, potenciales y fésiles segin grado de- creciente de actividad. Estos tiltimos son los que no pueden reactivarse bajo las condi- ciones climatolégicas y morfolégicas actua- les, aunque sf bajo acciones humanas (Figu- ras 2,53 y 2.54). Una vez que se ha establecido el movi- miento de un talud (Fig, 2.55), seguidamen- te ha de identificarse el tipo de movimiento que se desarrolla. Es frecuente que tos mecanismos iniciales que originan los movimientos sean distintos, ero no su aspecto final, Debido a la diver- sidad de movimientos en los taludes se des- eriben una serie de caracteristicas que los acompaiian y que permiten su reconocimiento. Fig. 2.53.—Desligamiento fosil. — Los desprendimientos y vuelcos desa- rrollados en medios rocosos. suelen presentar tuna serie de grietas tras los escarpes, con- trolados por los sistemas de discontinuida- des. Los escarpes son de forma irregular y cuasiverticales bajo los que se acumula el material caido, formado por fragmentos irre- gulares y mezclados, que generalmente apun- tan el mecanismo que ha producido el mo- vimiento. En los vuelcos se observa en coronacién una serie de unidades, susceptibles de conti- anar el movimiento. Si el material es de tipo suelo presenta se- mejantes caracteristicas, aunque con formas més itregulares, pudiendo movilizar gran can- tidad de terreno. Una idea de Ia intensidad y grado de acti- vidad se puede deducir de la presencia 0 ‘no de vegetacién sobre los escarpes y grie- tas, as{ como de los impactos de los bloques sobre los drboles proximos. — Los deslizamientos rotacionales son més frecuentes en materiales de tipo suelo y ma- cizos rocosos muy fracturados. Presentan nu- merosas grictas y crestas de diferente forma y significado, En coronacién y en la zona de deflacién se desarrollan grietas escalona- das curvadas con su concavidad hacia el destizamiento. En la zona de acumulacién, se suceden uma serie de crestas y grietas transversales y radiales. Los escarpes se dis- ponen escalonados, siendo de mayor altura hacia la coronacién, de forma céncava ha- cia ef deslizamiento, verticalizados en su par- te superior y suavizandose hacia abajo. Pre- senta numerosas estrias y surcos que indican la direccién del movimiento. Es frecuente el encharcamiento y surgencia de agua en el borde del material acumulado. ‘Cuando estos movimientos se originan en medias rocosos muy fracturados, tas grietas de coronacién tienden a seguir las disconti- nuidades precxistentes. La zona de deflacién contiene una serie de bloques algo fragmen- tados, con pequefias deformaciones plas Manual de Taludes 33 cas. El borde puede estar escalonado con pequefis flujos de barro. Las extensiones participan de muchas de las caracteristicas mencionadas, dependiendo su distincidn del criterio que aporta la expe- riencia. — En medios rocosos y materiales de ti- po suelo —producto de la meteorizacion de las rovas de las taderas— pueden producirse deslizamientos trastacionales, aunque con ma yor frecuencia en los primeros. Tienen unos rasgos morfolégicas caracteris- ticos que sirven para su identificacién. Asi, en coronacién existen grictas subverticales que circundan al destizamiento y bloques sueltos. La geometria det escarpe principal, esta condicionada por la distribucién espacial de las discontinuidades. Suele ser de forma irregular, verticalizado en su parte superior y suavemente inclinado en la inferior, segin Fig. 2.55.—Arboles inelinados que indican mo- vimlentos en la tadera. 34 Tipologia y desarrolio de tos movimientos la superficie por la que se destiza. El mate- tial destizado puede estar aproximadamente en su postura original, estando formada su zona de acumulacién por fragmentos de ro- ca de tamajio variable. Si el destizamiento se origina en material de tipo suclo, sucle presentar pequeiios es- carpes con grietas verticales, que divergen hacia abajo de la ladera. El material se pre- senta poco distorsionado en la cabeza y sin signos de rotacién, compuesto de una 9 al- gunas unidades, cuyos pies presentan surcos en la superficie, — Las coladas presentan aspectos variados en su morfologia, de acuerdo con el tipo de material afectado y segtin el contenido en agua del mismo. Cuando se producen en medios rocosos, estén controladas por los sistemas de dis- continuidades, originando una forma muy irregular del escarpe y los flancos. Suelen carecer de la zona de cabeza y el material desplazado esta constituido por fragmentos rocosos distribuidos de forma caética (Figu- sa 2.56) Jas coladas involueran materiales de tipo suelo y dependiendo del contenido en agua, Ia caracteristica principal es la irregu- laridad de sus formas. Suelen presentar al- guna o ninguna grieta en coronacién, con un escarpe principal con formas aserradas © de V, generalmente alargadas y estrechas, canalizando el material. Fig, 2.56.—Avalancha en un desmonte construido, El cuerpo del material desplazado puede tener forma cénica, constituide por bloques de diferente tamafto englobados en material fino. Se pueden observar estructuras debi- das al flujo y surcos de drenaje. E] material se acumula formando exten- siones laterales en forma de dbulos, conte- niendo drboles entremezclados y demas ve- eetacién, 2.7. Tipologin y peligrosidad Existe una relacién de dependencia entre los distintos tipos de movimientos y sus con- secuencias. Sin embargo, dicha dependencia ha de matizarse y aparecen conceptos como fos de riesgo y peligrosidad. En los movimientos de los taludes hay una serie de factores que influyen en las conse- cuencias que pueden originar. Dichos facto- tes son: 1a velocidad con que se desarrolla el fenémeno — el volumen de material involucrado — la frecuencia con que se producen fos smovimientos La velocidad con que se producen tos mo- vimientos depende de: * Pendiente det talud, © Forma de la superficie de rotura. * Propiedades fisicas de los materiales. Como consecuencia existe una relacién de los diferentes movimientos y la velocidad con que se desarrollan. La gama de velocidades de los movimien- tos de taludes oscila entre algunos mm/aiio y varios m/seg, pudiendo clasificarse los mo- vimientos segtin su velocidad (Tabla II.1}. En la Figura 2.59, cuadro general de mo- vimientos, se indica el rango de velocidades ‘con que pueden desarrollarse los distintos tipos. El volumen de material involucrado es variable Manual de Taludes 38 Jsopnyol) sonuajutaow ap ojuasunnias ap m4aLI—"eE"T “By cfsou ap jaan jap uptomjoxg—ts'¢ “Ay saworoarussaa woot raver ve senbo Seo < cowrsosd | @aaNaagOaANY Rowuataea tog fete aap enrena (one) Se = Geers = fevarrva| cep cup] TWTeauw Sayan seuy ws) ~esante searies 50 Copind # oedaeg) cotaew 46020) yea winavn vsoper coauerey| YEDeTOdTL Eee solarood eoved e) (0) Oo01< o90t“0or oor-or ote ‘upTonToaa [—winoiaaivar — Wor VT aT SOTTO ¥EEVHDOLD Pros BOUVAWASHO wogenaEKo Sok top cousaaeg] “NOLOVRITE sNoravngrs wiviarea Top eu Ewe wee 1s obey pusesop ustinl ST Op BaapET savaruevasani 40 y¥oz SHIVNODVISVEL SOLNINVZI1SId STIVNOIDVIOW SOLNTIAWZI1Saq (sondon) sooTana (67 sua) § SOLNAINIAOW S07 NI QvaIN013A 30 WH3N39 OONWY sorans aes ood oruRRON FE soso204% soIdaW SOLNaINIANANaSaC OINAINIAOW ad OdIL ‘TVIaLVW 3d aSv1D “‘sojuapuysout ap jpsauat ospong—657 Bes SSWYIDOSY NYGANd JNO SOINSINIAON A OD!DOVOAYONO;D vWANDSA SOfaTaNOO. SOLNAINIAOKE 6 --+-- ov @ a saIvwaLy1 ‘SINOISNAIXT, ! ! (uayeng) OFGNWd 38 Tipologia y desarrolio de los movimientos Tabla IL CLASIFICACION DE LOS MOVIMIENTOS SEGUN SU VELOCIDAD (SCHUSTER Y FLEMING, 1982. Cortesia de A.S.C.E.) ‘Velocidad Extremadamente rapidos > 10 m/seg Muy rapidos 10 m/seg-1 m/min Répidos 1 m/min-1 m/dia Moderados 1 m/dia-1 m/mes Lentos 1 m/mes-1 m/afo Extremandamente lentos < 1 em/afo y depende de la amplitud de la zona en la que se pueda desarrollar un cierto tipo de movimiento, Existen movimientos que involucran un vo- lumen menor de 1 m? (desprendimientos, vucleos) y otros que pueden movilizar mi- lones de m? (deslizamientos traslacionales, avalanchas, etc.). La frecuencia con que pueden aparecer determinados movimientos depende de la re- petitividad de las circunstancias que favo- rezcan las inestabilidades. Dichas circunstan- cias pueden tener un cardeter ciclico u oca- sional y tener diferente origen (climaticas, sismicas, etc.), Existe una interrelacién de los conceptos de riesgo y peligrosidad relativa a los movi- mientos de los taludes. El riesgo supone Ie posibilidad de que se produzca una inestabilidad debida @ deter- minadas sunstancias, La peligrosidad consiste en evaluar las con- secuencias de esa inestabilidad, a nivel hu- mano o material. No es facil apreciar el nivel de riesgo para cada fenédmeno, Normalmente cuando coe- xisten varios tipos de fendmenos, se tratard de identificar el que tenga mayor riesgo. El nivel de riesgo se ha de apreciar eva- Tuando todos los parametros determinantes de su estabilidad: topografia, discontinuida- des, hidrologia, etc. También ha de com- prender la posibilidad del movimiento, la trayectoria mas probable y los antecedentes de la zona. Una apreciacién completa del nivel de riesgo hha de comprender varias observaciones del posible fenémeno y siempre tendra cardcter subjetivo, Los niveles de riesgo se pueden dividir en cuatro categorias: Riesgo débil, mediano, ele- vado y muy elevado, El establecimiento de uno u otro nivel de riesgo ha de basarse en tablas de sintesis que faciliten y contemplen de forma sistematica los diferentes pardmetros (Fig. 2.57). La peligrosidad depende de la zona en ‘que pueda originarse el movimiento, Aumen- ta con la posibilidad de que afecte a zonas urbanas, redes viarias, etc. También depen- de de la velocidad con que se produzca el movimiento, y del volumen involucrado. Ge- neralmente existe una relativa interrelacién entre estos tres aspectos. EI seguimiento sistematico de un determi- nado movimiento permite analizar su evolu- cién y proporciona una importante informa- cién sobre su peligrosidad (Fig. 2.58). 2.8. Bibliografia AYALA CARCEDO, F. J.: «Aniliss y propuesta de ctabilizacion de un posible desprendimiento en ye~ 05 en Lodosa (Navarra). S.E.M.R, VII Simposio Nacional, Reconocimiento de macizos rocosos. Ma- rid, diciembre 1984, COMMISSION ON CLASSIFICATION OF ROCKS AND ROCKS MASSES: «Basic geotechnical des- cription of rocks masses». International Journal of Rocks mechanics and Mining Sciences & Geome- chanics Abstracts, vos. 18, 0.° 1, febrero 1981. EPTISA: «l Jomadas sobre aspectos geotéenicos en ‘excavaciones y rellenos. Expetiencia en la autopista ‘Campomanes-Losn. Fundacion Crimez Pardo, Ovie- do, noviembre 1981. GROUPE D'ETUDES DES FALAISES (G.E.F): ‘Eboulements et chutes de_pierres sur les routes. Methode de cartographie». Laboratoire Central des 1978, HOEK, E., y BRAY, J.: «Rack Slope Engineering», ‘The Institution of Mining and Metallurgy. Londres, SCHUSTER, R. L., y FLEMING, R. W.1 «Geologie aspects of landslide control using walls». ASCE Na- tional Convention. Las Vegas, 29 de abril 1982. VARIOS AUTORES: «Rockslides anc Avalanches, | ‘Natural Phenomena». Developments in Geotechai: cal Engineering, vol. 14 A. Elsevier Scientific Pu blishing Company. Amsterdam, Oxford, New York, 1918, VARIOS AUTORES: «Rockslides and avalanches, 2 Engineering Sites». Developments in Geotechnical Engineering, vol. i4 B. Elsevier Scientific Publis- bing Company, Amsterdam, Oxford, New York, Manual de Taludes 39 VARNES, D. J.: «Slope movement types and proces sesn. Cap. 2 de «Landslides Analysis and Controb». ‘Transportation Research Board. National Academy ‘of Sciences, Washington, D.C., 1978. VIDAL FONT, J.: «Estabilidad de masas rocosas en vias de comunicacién». S.E.M.R. VIII Simposio Na- cional. Obras de superficie en Mecénica de Rocas. Madrid, diciembre 1982. ZARUBA, Q., y MENCL, V.: «Landslides and their controby. Developments in Geotechnical Engineering 31. Elsevier Scientific Publishing Company. Ams- terdam, Oxford, New York, 1982. GENERALES g z 8 : Q 8 S o Q me or 3.__RECONOCIMIENTOS GENERALES 3.1, 32, 33, 34, ALCANCE DE LOS RECONOCIMIENTOS GENERALES 3.1.1. Importancia de las investigaciones preliminares 3.1.2. Evaluacion del paisaje y de las formas de relieve INVESTIGACIONES PREVIAS 3.2.1, Metodotogia y procedimiento de las investigaciones previas a gran escala 3.2.2, Téenicas de investigacion 3.2.2.1. Mapas 3.2.2.2. Fotografia aérea 3.2.2.3. Fotogrametria terrestre 3.2.3, Sensores remotas ZONIFICACION REGIONAL 3.3.1. Tipos de materiales y susceptibilidad ante deslizamientos y roturas 3.3.2, Zonas con problemas especificos 3.3.3. Causas generales de los deslizamientos :CONOCIMIENTOS PREVIOS DE CAMPO 1. Generalidades 2. Evidencias de movimientos 3. Investigacién e idemtificacién del tipo de movimiento BIBLIOGRAFIA RE 34 Ba 3.4. 3. RECONOCIMIENTOS GENERALES 3.1, Aleance de los reconocimientos generates 3.1.1. Importancia de las investigaciones preliminares EI primer paso en fas investigaciones ge- nerales relacionadas con estabilidad de talu- des lo constituyen los estudios de la superfi- cie del terreno. Esta tarea se lleva a cabo con estudios de gabinete y de campo, siendo conveniente empezar por el examen de ma- as y fotogratias aéreas terrestres previamen- te a los reconocimientos de campo, En cl presente capitulo se comentaran as- pectos relacionados con ambas fases, hacien- do hincapié en la primera por considerar que de ella ha de partir ta definicidn de las areas potencialmente problemdticas que més tar- de serén investigadas en detalle. La Tabla II]. (GEOTECHNICAL CON- ‘TROL OFFICE, 1984) recoge las investiga- ciones que deben ser levadas a cabo para diferentes categorias de riesgo en funcién del Angulo de talud natural observado en una determinada zona. En ella quedan recogidos los estudios preliminares y de detalle. A es- tos iiltimos se hard referencia en el Capitu- lo 4 de este Manual, Antes de realizar esta serie de investigacio- nes que aparecen en la tabla habré que esti- mar tanto el riesgo potencial de deslizamien- 10 como los dngulos de fos taludes naturales en una zona determinada. Este segundo as- pecto puede ser desarrollado sin gran pro- blema a partir de mapas topogrdficos o de pendientes o por medicién directa en et cam- po; el primer aspecto, referente al riesgo de inestabilidad o a la suseeptibilidad ante la rotura 0 destizamiento, sera tratado en este Capitulo, Serén comentadas las bases para la investigacién ¢ identificacién de desliza- mientos reales 0 potenciales a partir de ma- as, fotografias aéreas y reconocimientos de campo. Los reconocimientos generales a gran es- cala permiten, ante todo, una eficiente anti- cipacisin a los problemas de deslizamientos ¥ roturas previsibles en una determinada z0- na. La escala de trabajo varia en funcidn del drea a investigar, de los propésitos, requeri- mientos y tiempo disponible, asi como de los documentos de trabajo de que se dis- ponga. En las investigaciones generales sobre es- 44 Reconocimientos generales Table 117.1 CONTENIDO DE LAS INVESTIGACIONES RELACIONADAS CON ESTABILIDAD DE TALUDES. (GEOTECHNICAL CONTROL OFFICE, 1984) Categoria Angolos de taludes generales en Ix zona del riesgo 020" 20-40" a Despreciable /B1 D El Gi) BI Cl D El GI] ABICIDEIFIG! C2 ER G3 a Bajo ABI CID EI FGI | ABICIDEIFI GI | ABI CIDE! FIG! ~ @ E Gt} Bc? BG] BC? EZR C2 63 Gi EB G3 Alto ABI CIDELFIG! | ABI CLD EI FI GI | ABI CIDE! FIGL c2 E22 G2) Bc E2RG2] B2C2 E22 G2 BB G3 EB G3 Es Gi A) Examen de fotografias aéreas, terrestres y mapas geolégicos. B) Estudios: 1, Topograficas, geol6gicos y caracteristicas hidrogeolégicas. 2, Caracteristicas hidrogeol6gicas. ©) Cartografia geolégica de: 1. Rasgos superficiales. 2. Estructuras D) Investigaciones in situ: zanias y sondeos. E) Toma de muestras: 1. Para obtencién de caracteristicas del terreno. 2. Para obtencién del contenido en agua, examen de la estructura del terreno y propiedades remoldeadas. 3. Para obtencién de pardmetros resistentes, compresibilidad, densi- ‘dad, porosidad, contenido en agua, estructura y propiedades inal- teradas. F) Medidas de campo: 1. Nivel freético. Permeabilidad. G)_Ensayos de laboratorio: 1. Ensayos de clasificacié: 2. De densidad para materiales de celleno. 3. De resistencia en suelos y discontinuidades. tabilidad de taludes los rasgos mas impor- tantes a considerar con: — Zonas de susceptibitidad al deslizamien- too rowura (en adelante se hablard de desli- zamientos en general, incluyendo todo tipo de movimientos en taludes). — Si afectan a macizos rocosos, a forma- ciones superficiates 0 a ambos. — Signos de movimientos antiguos © re- cientes. — Tipos de destizamientos, — Profundidad de los planos de rotura, — Eteétera. La importancia de tas investigaciones pre- liminares estriba, basicamente, en lo siguien- te: — Suponen Ja base para la realizacion de mapas teméticos sobre deslizamientos, 0 de otros tipos de mapas mis generales como mapas de riesgos geoldgicos, de movimien- tos del terreno, de planificacién del suelo, eteétera. — Establecen Jas zonas en donde llevar a cabo estudios de detalle posteriores, e inclu- 80 taludes concretos en los que realizar estu- dios de estabilidad si lo requieren. — A partir de ellos pueden ser realizados mapas de zonificacién en funcién de los dis- tintos materiales presentes 0 de caracteristi- cas de otro tipo en relacién con su suscepti- bilidad al destizamiento, — Se pueden establecer las zonas con pro- blemas especificos de deslizamientos relacio- nados con Ia litologia, hidrogeologia, estruc- tura, ete. — Permiten fa realizacién de estudios pro- babilisticos sobre riesgos de inestabilidad de taludes. 3.1.2, Evaluacin det paisaje y de Jas formas de relieve En este apartado se hard referencia a los principales factores y rasgos que permiten cevaluar las formas de relieve a partir de las cuales se pueden identificar deslizamientos, © zonas de posibles deslizamientos. Las formas de terreno © modelados que caracterizan el relieve de un determinado pai- saje son consecuencia de: — La litologia y estructura inicial de los materiales. — Los procesos que actiian para modifi- car estas caracteristicas iniciales. —~ El estado de evotucién (juventad 0 ma- durez de las formas). En la Tabla III.2 (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) se han recogi- do los factores basicos a considerar en Ia evaluacién del terreno con vistas al estudio de su estabilidad, El estudio detallado de todos estos facto- res permitird la identificacién de zonas sus- ceptibles al deslizamiento. La diferenciacién y clasificacién de los dis- tintos modelados 0 formas del terreno consti- tuye uno de los principales pasos en la iden- tificacién de desiizamientos. Referente a este aspecto, cabe hacer una distincién entre modelados que pueden re- sultar proclives 0 susceptibles al deslizamien- 10, y modelados caracteristicos de zonas des- Manual de Taiudes a5 lizadas, como pueden ser relieves aborrega- dos y escarpados, Areas de suelos erosiona- dos, faltos de cobertera vegetal, etc. En el apartado 3.3.1, correspondiente a la suscep- tibilidad de los materiales a los deslizamien- tos, se hard una referencia de los tipos de relieve potencialmente mas problematicos. En las Figuras 3.1 y 3.2 (SERVICIO GEO- GRAFICO DEL EJERCITO) se presentan ejemplos sobre diferentes tipos de modela- dos en fotografia areas. La litologfa y estructura inicial de los ma- teriales incluyen sus propiedades fisicas y composicién quimica, el modo de sedimen- tacidn, esfuerzos ¢ historia tecténica sufri- da, estructura y zonas de debilidad, etc. To- dos estos factores configuran el estado ini- cial del terreno y, en definitiva, darn su susceptibilidad al deslizamiento. Los cambios que posteriormente afectardn a los materia- les podran acentuar o rebajar esta tendencia ¢ incluso provocar el destizamiento, pero en general los movimientos estardn condiciona- dos por sus pardmetros inherentes y por su estructura, Los procesos mas importantes que afec- tan a la composicién y estructura inicial de los materiales son los debidos a la meteori- zacién y erosién producidas por accion de las aguas, hielo y viento, y los relacionados con la geodindmica interna (vulcanismo, neo- tecténica, sismicidad, etc.). Los factores ambientales juegan un papel fundamental en cuanto controlan los proce- sos de erosion y meteorizacion; asi, en dis- tintas regiones climiticas se pueden dar muy diferentes modelados para un mismo mate- tial geolégico. La precipitacién, como ha si- do ampliamente demostrado, esté intimamente relacionada con los deslizamientos, al igual que los cambios bruscos en lz vegetacién 0 cobertera vegetal en una zona. PRANDINI y otros (1977) presentan un estudio sobre la influencia de la vegetacién en la estabilidad, en el que se analizan los efectos de ésta en la protecciGn del terreno, retencién de parte 46 Reconocimientos generales del agua de Tluvia y su eliminacién por eva- potranspiracién, el frenado de la escorren- tia superficial, el aumento de la cohesién del terreno por las raices, etc. En la Tabla [11.3 (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) aparece uma re- lacién de los modelados y materiales geold- eo Se eee ase Fig. 3.1.—Relieve elevado y escarpado Juertemente tectonizado (Cortesia del SERVICIO GEOGRA- FICO DEL EJERCITO), gicos mas representatiyos, asociados a una topografia determinada y a su correspondien- te potenciatidad ante el destizamiento. La Tabla serd comentada en el apartado 3.3.1 de este capitulo, En general, podran ser consideradas co- ‘mo zonas potencialmente inestables las que Manual de Taludes 47 Fig, 3.2.—Relieve no elevade con red de drenaje dendritica e intenso acarcavamiento (Cortesia det SERVICIO GEOGRAFICO DEL. EJERCITO). presenten relieves o paisajes de las siguien- — Altorrelieves aborregados (no en el sen- tes caracteristicas: tido glaciar). — Zonas de relieve voleanico accidentado. — Zonas topogréficamente elevadas y abruptas. — Zonas de carcavas. — Zonas de relieve escarpado. — Zonas con morfologia elaciar. 48 Reconocimientos generates Tabla 11.2 FACTORES BASICOS A CONSIDERAR EN LA EVALUACION DEL TERRENO. (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) Factor Elemento “Ejeroplos Geolégica Morfologia ......... Historia geomorfotdgica, estado de desarrollo. ‘Composicién Litologia, estratigrafia, productos de alteracion. Estructura... Espaciado y caracteristicas de fallas, juntas, foliacio- nes y superficies de estratificacién. Medioambiental Clima e hidrogeologia . Precipitaciones, acciones de olas y corrientes, flujo sub- : terrdneo, orientacién del talud, grado de humedad 0 desecacién, accién del hielo. Catasteofes Terremotos, erunciones volcdnicas, huracanes, tifones y tsunamis, avalanchas, subsidencias. Humano Actividad furmana Temporal" Comin todas las cotegoriae y factors. Construcciones, mineria y canteras. — Relieves de pie de monte, conos de de- yeccién y canchales. — Relieves con redes de drenaie de drde- nes bajos (2-3 segiin la nomenclatura de Hor- ton) — Relieves con drenajes y cursos de agua meandriformes encajados. — Acantilados escarpados. — Relieves escalonados y aterrazados. — Etcétera. Aparte de las formas de relieve continen- tales enumeradas, es interesante Ja conside- racién de las areas submarinas proclives a deslizamientos tanto en Ja plataforma conti- nental (debris flow y mud flow en caflones submarinos), como en el talud continental. 3.2. Investigaciones previas 3.2.1. Metodologia y procedimiento de las investigaciones previas a gran escala El reconocimiento e identificacién de areas inestables 0 potencialmente inestables es el resultado de la yuxtaposicién de una serie de factores y rasgos (comentades en el apar- tado 3.1.2) que pueden ser reconocides a partir de documentos de trabajo como son los mapas y fotografias aéreas y terrestres. Las escalas de trabajo estén en funcidn tanto de los objetivos perseguidos en el tipo de investigacién a realizar y del tamafio del rea de estudio, como de Jas esealas de los mapas y fotografias disponibles, prevaleciendo en no pocas acasiones este. segundo aspecto ante le dificultad de adaptar los documen- tos a la escala mas conveniente para et ustia- tio. Para investigaciones regionales pueden ser utilizadas escalas de trabajo entre 1:50.00 y 1:200.000, pasando a escalas tanto mayo- res (a partir de 1:200.000), cuanto mayor sea el territorio abarcado en la investigacién. La metodologia de las investigaciones pre- vias consta de dos fases que pueden ser am- pliadas a tres en el caso de que se continiie la investigacién a deslizamientos coneretos: —La primera consiste en la evaluacién de los datos geolégicos y de otro tipo dispo- nibles, 0 que puedan ser obtenidos a partir de mapas y fotografias, siendo éstos los que afectan, condicionan o controlan Ia estabili- dad de los materiales. — La segunda fase englobaria la identifi- cacién de las zonas no estables, potencial- mente inestables 0 con alto riesgo de rotura y su consiguiente zonificacién, — La tercera etapa seria la definicidn de taludes potencialmente inestables y con se- fiales evidentes de peligro que deban ser es- Manual de Taludes 49 tudiados y analizadas sus condiciones de es- tabilidad. Si se leva a cabo una buena planificacion de los trabajos y la investigacién se realiza de una manera exhaustiva y con Jos medios necesarios, esta fase preliminar supone, apar- Tabla 13 FORMAS DEL TERRENO Y SU SUSCEPTIBILIDAD ANTE EL DESLIZAMIENTO. (TRANSPORTATION RESEARCH BOARD, 1978) Grado de Forma del terreno 0 suscepti- ‘Topogratia: material geol6gico bilidad™ 1. Terreno plano AL No dlevado oo -csceesseens . Lianura de inundecién 3 B. Elevado T, Tonos uniformes ... 2° Superticies irrexulares, acaniilados escarpados 3, Taterealncion de capes permeables © impermeables Il, Terrene montatoso AL Drenaje superficial poco desarrollado 1, Red de drenaje desconectada ‘Terrazas, sedimentas lacustres 2 Llannras’ basalticas Sedimentos iaeustres,Hlanuras cos feras, lanuras sedimentarias 1 2. Drenaje cadtico, montanas superpuestas asociadas con lagos y pantanos (en Areas glaciares) 3, Drenje superficial ben dearolado Crestas paralclas a) Drenaje paraleio, tonos oscuros : ') Drenaje en enrejado, valles y cumbres. +. Cale coerce D Morrena eos 2 secs Colinas basaitieas 1 Rocas sedimentarias no horizon- IIL, Terreno de transicidn ano a montanoso A. Talndes escarpados...... vee B. Taludes moderadamenie sscarpados a planos ..0..... Talus movilzades, con aborbamientos y escapes en becera 2 Susceptible al desizamiento 2 Susseptisk al deslaraiento bajo determinadss conéiciones No susceptible al desizamiento escepta en locaizaciones vulnerablss tales. teesieisaeee aD ) Red de drenaje pinnada, acarcavamientos Loess 100 2 2. Crestas no paratelas, de igual altura a. Red de drenaje ‘pinnada, acarcavamientos ...... Loess 2 b, Red de drenaje dentritiea GQ) Taludes com estratifieacién apreciable « Rocas sedimentarias horizontales 2 (2) (a) Crestas moderadas a altamente disectadas, raludes uniformes 2.1. Pizarra_arciliosa 1 (b) Cordillras no elevadas asocladas a costes Llanuras costeras disectadas 1 ©) Grewas sinsts, vegetaién disper yes casa Serpentinita ceed 3. Colinas o cresias al azar, sin orden a. Red de dvenaje dendiitica (1) Colinas bajas y alomadas, corrientes meandri- formes... Pizarca_ ai 1 2) Crestas Sinuosas, vegetacién disperse y escasaSerpentinita, .. t ) Colinas masivas, uniformes, con forma aloma- da 0 en pico + Granite 2 (4) Toposrafia desigual (en eas glaciares) -.. Morrena 2 Escarpes, coluviones 1 Abanieo, deta Deslizamiento antiguo ss 1 50. Reconocimientos generates te de la caracterizacién geotécnica de una Zona, un gran ahorro en los costes de traba- Jos de campo futuros y, lo que es mas im- Portante, la posibilidad de tomar medidas de prevencidn y/o correccién en los puntos rnecesarios, evitando importantes pérdidas cco- némicas ¢ incluso humanas. 4.22. Técnicas de investigacion En general, el uso de las diferentes téoni- cas de investigacion a gran escala persigue Ta determinacién de tos procesos que estin Modificando la morfologia de una determi- ada zona en el presente y los procesos que fueron importantes en el pasado, basindose en el estudio de tas formas del terreno, La base de estas técnicas es el uso de ma- as y fotografias aéreas y terrestres, pudién~ dose también utilizar las téenicas relaciona- das con sensores remotos, Todas ellas pre- sentan porciones de Ia superficie terrestre ¥ muestran detalles sobre las caracteristicas geoldgicas, magnitud y relaciones espaciales de las formas del terreno, Las técnicas comentadas en este apartado no incluyen los reconacimientos de campo, que quedan recogidas en el apartado 3.4, 3.2.2.1. Mapas Dentro de este apartado se comentarin al- unos aspectos referentes a particularidades, métodos de trabajo y métodos de deteccién de movimientos, en general, para los tipos de mapas que pueden ser usados en recono- clmientos generales de destizamientos y ro- uras cn taludes, Se hard referencia a la utilizacién de mae Pas topogrificos, geoldgicos, geotécnicos y espectficos, cuyo estudio constituye uno de los primeros pasos a seguir en investigacio- nes de destizamientos. Los mapas oftecen una representacisn bie dimensional del terreno y de los aspectos con él relacionados. La naturaleza y calidad de {a informacién sobre deslizamientos exisien- tes, 0 areas susceptibles al deslizamiento, que se puede obtener a partir de ellos depende del tipo de mapa, escala, detalle, ete. La ventaja principal de la utilizacion de mapas es su facil manejo y el contar con una escala de trabajo uniforme para real Zar estuclios regionales o incluso nacionales, mientras que su mayor inconveniente es que, @ menos que sean puestos al dia periddica. Mente 0 que no ocurra ningun cambio en los aspectos recogidos por los mapas, éstos quedan anticuades en poco tiempo, al no Tecoger los cambios operados tras su publi- cacion. a) MAPAS ToPoGRAFICOS Los mapas topograficos son un elemento esencial ¢ imprescindible en cualquier tipo de estudios geolégicos, ya que presentan en detalle (segiin Ia escala) la configuracién (ta- mami, forma y rasgos) de Ia superficie de {a tierra permitiendo medidas de distancias horizontales y elevaciones verticales a par- tir de las curvas de nivel. En las escalas mas comiinmente usadas de 1:25.00, 1:50.000 y 1:200.000, las curvas de nivel se presentan cada 10 m, 20 m y 100 m, respectivamente, En los mapas topograficos generalmente no quedan sefialados los deslizamientos 0 20- nas de deslizamientos mas que cuando éstos son de grandes dimensiones. Los deslizamien- tos de tamafo pequefio 9 medio no sueten uedar representados. La identificacin de estos pequefios movimientos, 0 de los de grandes dimensiones, para el caso de que no Quecen topografiados, puede ser Hevada a cabo mediante el estudio de los siguientes Tasgos en los mapas: — Curvas de nivel formando /édulos en Zonas cn que éstas aparecen mas 0 menos uniformes, indicativas de grandes depésitos de material al pie de tas laderas. — Curvas de nivel que se agrupan indi- cando la presencia de un escarpe més o me- nos inclinado y que rompe la morfologia ge- neral del area en que aparece, En general, y aparte de los dos casos co- mentados, se tendran que considerar aquellos puntos en que las curvas de nivel rompan Ja ténica general, bien indicando un aumen- to del volumen de material o la falta del mismo (que se corresponderian con zonas des- lizadas y planos de rotura). Aparte de los rasgos para caracterizar mo- vimientos, las siguientes caracteristicas pue- den ayudar a la identificacién de posibles zonas con susceptibilidad al movimiento a partir de un mape topogréfico: — Curvas de nivel apretadas, indicando pendientes importantes © escarpes, — Curvas de nivel formando Idbulos 0 cir- cunferencias coneéntricas, representando un relieve alomado. — Curvas de nivel muy irregulares en la- deras, indicando presencia de cércavas o ba- rrancos pronunciados. — Curvas de nivel dibujando acumulacio- nes de material en base de laderas 0 escar- pes. En general podrin ser identificados los ti- pos de relieve descritos en el apartado 3.1.2 si el detalle del mapa y la magnitud de los modelados lo permite La importancia de las zonas obtenidas en estos mapas ante los deslizamientos depen- dera, ademéas, de los otros tipos de factores ya comentados y que condicionan la suscep- Libilidad tanto © més quie el modelado del terreno. Los mapas topogriificos por si solos, en general, no aportan informacién fidedigna no ser en casos extraordinarios. No obs- tante en ocasiones son de gran ayuda por la toponimia que en ellos aparece: determina- das zonas que histéricamente han sufrido deslizamientos 0 roturas de taludes, reciben nombres relacionados con estos movimientos. b) MAPAS GEOLOGICOS Los mapas geolégicos aportan datos refe- Manual de Taludes 51 rentes a descripcién de suelos y rocas, depd- sitos superficiales, alteracién y meteorizacién, contactas y limites geologicas, zonas de frac- ura y cizalla, juntas y todo tipo de discon- tinuidades estructurales, asi como la histo- ria geoldgica de la zona. En Espafta hay publicados mapas geolé- gicos a escalas 1:200,000 y 1:50.00 realiza- dos por el Instituto Geoldgico y Minero, asi como mapas geomorfologicas, litolégicos, hi- drogeoldgicos, etc., de los que pueden ser obtenidos diversos datos relacionados con la estabilidad de taludes, Raramente quedan indicados los destiza- mientos en este tipo de mapas, por lo que su identificacién se Mevaré a cabo a partir de los datos aportados por ellos. No obs- tante, y con ayuda ce las memorias que acompafan a los planos, se pueden identifi- car zonas susceptibles al deslizamiento 0 ro- tura. En resumen los datos que serén utiles para la determinacién de estas zonas serén: — Tipo de formacién geoldgica y dispo- sicin estratigrdfica. ~ Formas del terreno y drenaje. A partir de estos datos se pueden esta- blecer regiones fisiogréficas © formaciones geoldgicas proclives al movimiento. Asi, por ejemplo, las zonas con litologias permeables superpuestas o intercaladas con otras imper- meables y con topografia accidentacia podrin ser lugares favorables al deslizamiento, al igual que zonas estructuralmente complejas con estratos de distinta competencia y nive- les fredticos elevados. Los mapas hidrogeoldgicos aportan datos acerca de las condiciones hidrogeoldgicas ge- nerales prevalecientes en un drea (como acui- feros, pozos artesianos, movimiento subte- Trdneo del agua, caudales, datos de andlisis quimicos del agua, permeabilidades, limites de aguas potables y salinas, ete.), sobre las propiedades hidrogeoligicas de los materia- les y sobre la existencia de manantiales y filtraciones. 32 Reconocimientos generates Las mapas geomorfoldgicos son los mas adecuados para la deteccién de deslizamien- tos o zonas susceptibles (aparte de los ma- pas especificos sobre destizamientos), ya que recogen la morfologia del terreno (pendien- tes y modelados caracteristicos) ademds de otros tipos de caracteristicas geolégicas co- mo son la litologia y génesis de los mate- tales. c) MAPAS GEOTECNICOS Los mapas geotécnicos aportan informa- cién sobre las propiedades geotéenicas de las formaciones geoligicas, es decir, datos acer- ca de pardmetras geomecdnicas y de las pro~ piedades resistentes de los materiales, apar- te de los datos geolégicos necesarios para caracterizar las diferentes unidades estable- cidas. Apreciaciones sobre la estabilidad de los materiales suelen ser también establecidas en fas cartogtafias geotéenicas, asi como zonas susceptibles al deslizamiento, por lo que es- te tipo de mapas resulta de gran utilidad en Jos reconocimientos generales previos, sobre todo si estan realizados a escalas medio-pe- quefias (a partir de 1:25.00). EL IGME cuenta con la realizacién de ma- pas geotécnicos de todo el tertitorio espa fol a escala 1:200.000 y de algunas capitales espafiolas a escala 1:25.00. Estos ltimos mapas son de gran interés por Ilevar car- tografias de riesgas de deslizamiento en las ciudades donde existe peligro de que ocurran estos movimientos. Estos mapas también es- tablecen los riesgos previsibles relacionados con las distintas caracteristicas de los mate- riales (hidrogeologia, litologia, geomorfolo- gia, etc.) que pueden ser utilizados para la identificacién de zonas susceptibles al des- lizamiento. En estos mapas se establece Ia relacién entre las litologfas y formas del terreno con sus caracteristicas ingenieriles 0 geotécnicas, tales como texturas, condiciones hidrogeo- ldgicas, pendientes y éngulos de taludes, Bs- tos aspectos serdn los utilizados para la iden- tificacin de zonas de deslizamientos. d) MAPAS ESPECiFICOs La cartografia de destizamientos 0 zonas susceptibles a los deslizamientos puede ser realizada en mapas especificos o en mapas que contemplen este fenémeno entre otros. En el primer caso se tendran los mapas de deslizamientos a diferentes escalas en fan- cidn del drea de estudio; en el segundo caso se pueden incluir mapas de movimienios det terreno 0 mapas de planificacion y uso del suelo, estos tltimos, en general, a gran es- cala. Los mapas de movimientos del terreno suelen incluit el tipo, localizacién y caracte- risticas del movimiento, asf como las areas susceptibles al mismo. Los mapas de planificacién y uso del sue- lo estableven, a partir de las unidades geo- morfoldgicas establecidas para una zona, el mejor uso previsible (en funcién de las ne- cesidades y posibilidades del area de estu- dio) del terreno. En la identificacién y ca- racterizacién de estas unidades se encuentra la utilidad de estos mapas, ya que aquéllas aportan suficiente informacion de los facto- tes que van a condicionar su potencialidad ante la rotura En ta Figura 3.3 se ha representado un fragmento de un mapa de riesgos naturales ligados a movimientos del terreno de Gra- nada (IGME, 1980), en el que aparece una zonificacién en base a la estabilidad y sus- ceptibilidad al deslizamiento de los terrenos. 3.2.2.2. Fotografia aérea Las fotograffas aéreas se toman, general- mente, en secuencias a lo largo de una linea de vuelo y con una superposicién de aproxi- madamente el 60% en la direccién del vuelo y del 30% entre dos Iineas de vuelo conse- cutivas. La superficie util de cada foto es de un 30%. Su uso es de gran utilidad porque permi- Manual de Taludes 53 ve 2ONAS EXPUESTAS A RIESGOS DE WOVIMMIENTS DEL SUELO 2OWA ESTABLE Fig, 3.3.—Detalle de ta hoja de Granada del «Mapa de Riesgos Naturales Ligados a Movimientos de Terreno» (IGME, 1980). B: 1/25.000. 54 Reconocimientos generales ten la interpretacién de rasgos y estructuras geolégices gracias al detalle que muestran de la superficie terrestre. En Espana, los vuelos disponibles estén a unas escalas de 1:33.000 (realizadas por el ejército norteamericano) 1:18.000 (realizadas por el [RYDA) aproxi- madamente, También existen Fotografias aéreas a es- calas menores (1:10.00 6 1:5.000) realiza- das por diversos organismos (ICONA, Di- putaciones Provinciales, Comunidades Auté- La visién de un par de fotografias conse- cutivas de una misma linea de vuelo a tra- vés de un estereoscopio permite una visién tridimensional de la superficie terrestre. No se comentara en este capitulo el pro- cedimiento de utilizacién del estereoscopio uficientemente conocido 0 idad en la bibliografia. La interpretacion de las Fotografias aéreas requiere cierta experiencia, aunque se pue- den obtener resultados muy tities conocien- do una serie de caracteristicas basicas sobre cémo aparecen algunos rasgos geoldgicos en las fotografias: — Agua: tonos negro o gris oscuro, ex- cepto cuando reflejan directamente el sol. — Vegetacién: entre otros, se pueden re- conocer los bosques por un tono gris oscuro ¥ los pastos y montes bajos por sus tonos mds claros; las tierras cultivadas aparecen generalmente con formas rectangulares. — Rocas: las diferentes litologias se dife- rencian por sus distintos tonos, texturas, re- des de drenaje y rasgos relacionados con ta vegetacion, El uso de la fotografia aérea ha demos- trado ser una de las mejores técnicas para el reconocimiento de deslizamientos. Ningu- na otra técnica proporciona una vision tri- dimensional a partir de Ja cual pucdan ser evaluadas las relaciones entre topografia, dre- haje, materiales geol6gicos y actividades hu- manas en el terreno. Entre las ventajas det uso de estas foto- grafias figuran (TRANSPORTATION RE- SEARCH BOARD, 1978): — Proporcionan perspectivas de grandes Areas. — Los limites de los destizamientos pue- den ser facilmente identificados y dibujados. — Los canales de drenaje superficiales y subsuperficiales pueden ser identificados y trazados. — Se puede establecer la relacién entre drenaje, topografia y otros elementos mas facilmente que desde tierra. — Una vegetacién moderada no enmas- cara los rasgos y detalles del terreno, como sf ocurre en el campo. — Las formaciones de suelos y rocas se pueden ver y evaluar en un estado sin per- turbar. ~~ Se acentian los rasgos que caracteri- zan a las formaciones. — Se pueden planear los trabajos e inves- tigaciones de campo. — Pueden ser realizadas comparaciones entre fotografias aéreas de distintas épocas para examinar la evolucién de los desliza- mientos. — Las fotografias aéreas pueden ser in- terpretadas en cualquier lugar. — Las Fotografias aéreas transmiten infor- macién sobre los deslizamientos con una mi- nima descripcién acompafante. Ademds, las fotografias aéreas pueden ser utilizadas para 1a preparacién de mapas y cartografias de deslizamientos. En general se utilizan fotografias toma- das verticalmente, pero se pueden usar las Fotografias oblicuas para la interpretacion y cartografia de los deslizamientos. Las fotografias aéreas usadas para estu- dios de deslizamientos pueden ser realizadas en blanco y negro, color o infrarrojo siendo més comunes las primeras por su menor cos- to y obtencién de buenos resultados. Las peliculas infrarrojas son stiles para definir la presencia de agua en superficie y obtener datos de aguas subsuperficiales mediante ta cobertera vegetal, mientras que las fotogra- fias en color son especialmente tiles para identificar diferencias en humedad, drenaje, vegetacién y contactos entre suelo y roca. Para el reconocimiento de grandes desi- zamientos a escala regional ¢ de zonas am- plias con deslizamientos es adecuado el uso de escalas entre 1:30.000 y 1:15.00 pero pa- ra llevar a cabo Ia identificacién de peque- fios deslizamientos (como son la mayorfa de os que ocurren) serian necesarias fotogra- fias con escalas de 1:5,000 9 menores, con el inconveniente de que es muy limitada el Area abarcada por catla fotografia. ‘Una descripcion detallada de todos estos aspectos, asi como los referentes a la co- trecta toma de fotografias, uso del estereos- copio, interpretacion y factores que influ- yen en la misma se encuentran en «Landsli- des, Analysis and Control» (TRANSPOR- TATION RESEARCH BOARD, 1978). Para una correcta interpretacién de la fo- tografia agrea se habrén de identificar, en primer lugar, las condiciones del terreno por observacién directa de los elementos que apa- recen en la fotografia, y posteriormente rea- lizar el andlisis de los problemas especificos, siendo de gran utilidad la experiencia para asociar e interpretar las condiciones y carae- teristicas del terreno observadas. En las fotografias aéreas representadas en Ja Figuras 3.1 y 3.2 aparecen algunos tipos de relieves tipicos relacionados con condi- ciones de inestabilidad potencial. La identificacién de pendientes, redes de drenaje y vegetacidn son asimismo datos muy ritiles, al igual que la estructura general, ras- gos estructurales y litologias presenites. En general, algunos rasgos tipicos de zo- nas susceptibles al deslizamicnto que pueden Manual de Tatudes 53 ser facilmente observados en fotografia aérea sor — Grietas de traccién 0 escarpes en Ia ca- becera del talud. — Abombamientos en la parte baja o pie del talud, — Topografia «aborregadan. — Masas de terreno cortadas por corrien- tes de agua. — Topografias edncavas reflejando las su- perficies de rotura en suelos y rocas blandas ¥ planos netos de rotura en rocas. —~ Zonas con surgencias de agua. — Canales de drenaje abundantes y cer- cangs. — Cambios en Ia vegetacién como conse- cuencia de diferentes contenidos de hume- dad en el terreno. — Zonas accidentadas con estructura geo- l6gica. compleja. — Acumulacién de depédsitos de materia- les en canales de drenaje y valles. La identificacién de deslizamientos actua- les o antiguos en las fotogratias aéreas re- sulta una tarea facil si se tiene cierta expe- riencia, ya que la claridad con que aparecen éstos permite su répida identificacién y car- tografia. La mayoria de las veces se pueden stim — La extensién del destizamiento. —La evaluacién del area afectada. — Los cambios que ha sufrido con el tiempo (en el caso de contar con fotografias de diferentes épocas o con Fotografias ante- tiores al movimiento). En fa Figura 3.4 se ha representado una fotografia aérea con un deslizamiento sobre el que se han dibujado sus rasgos mas ca- racteristivos, En las Figuras 3.5, 3.6, 3.7 y 3.8 se mues- tran pares estereograficos en los que pueden 56 Reconocimientos generates AXTTTTTT7| Fsearpes principales en cabecera de deslizamicnto SEZ} tennua de desizamiene Fig. 3.4.—Vista aérea del deslizamiento de Olivares {Granada} en abril de 1986 (Cortesfa de la EX- CELENTISIMA DIPUTACION PROVINCIAL DE GRANADA). Fig. 3. Desprendimientos y deslizamientos en acantilados yestfe- Manual de Taludes $7 ros en la zona de Milagro (Navarra). (Foto: Cortesia del GOBIER- NO NAVARRO. Foiointerpretacion, V. Aparicio, en IGME, 1985). apreciarse diversos tipos de movimientos, cu- yos principales rasgos han sido dibujados so- bre las fotogeafias. Los pares se han dis- puesto de forma que se puede obtener una visin tridimensional mediante el empleo de un estereascopio de bolsillo. 3.2.2.3. Fotogrametria terrestre Aunque no muy extendido, el uso de Ia fotogrametria terrestre aporta ventajas im- portantes en los reconocimientos y cartogra- fias generales, sobre todo cuando se dispo- ne de un tiempo limitada y para zonas con acceso dificil. Con ella pueden ser tomadas medidas de movimientos. La técnica consiste, basicamente, en la in- corporacion de una cAmara fotografica a un teodolito, constituyendo asi el foroteadotito ‘con el que se tomardn pares estereograficos de fotogratias, Considerando una determi- nada distancia entre la cémara y el area a fotografiar y entre el par de fotografias (to- 58 Reconocimientos generates ae Fig, 3.6.—Desprendimiento por desca saba sobre un estrato arenoso (F. Utrillas). Ventosilla (Segovia). madas éstas segin una linea paralela al ta- lud a fotografiar), se obtienen los pares so- lapados que serén utilizados en el estudio. La exactitud en las medidas es el principal condicionante de este método. Por ejemplo, si el rea a fotografiar se encuentra a una distancia de 1.500 m se debe tener una pre- cisién al menos centimétrica. Siempre que sea posible, se deberdn situar puntos fijos de control en el talud a fotografiar, de tal forma que al menos dos de ellos aparezcan en cada par de fotografias. Si no es posible, los puntos deberdn ser sustituidos por algtin punto del talud que sea facil de ver y exac- lamente reconocible. La fotogrametria terrestre puede ser utili- zada, con éptimos resultados, para escalas de trabajo entre 1:500 y 1:100. No obstante, esta técnica debe ser utilizada como una ayu- oe da en las investigaciones previas y reatiza- cién de cartografias generates, no reempla- zando nunca a otra serie de técnicas con- vencionales. Para la correcta y adecuada utilizacién de este procedimiento debe Ilevarse a cabo un trabajo en colaboracién entre el fotograme- irista_y la persona que realiza el estudio. Su ventaja, con respecto a la fotografia aérea, es que permite la observacién a me- nor escala, mientras que la segunda permite visiones de conjunto. 3.2.3. Sensores remotos ‘Como sensores remotas se consideran las imdgenes de satélites y las imdgenes infra- rojas, aunque, en ocasiones, también se in- cluyen dentro de esta categoria las fotogra- Fig. 3.7.—Deslizamientos y Ciircar (Navarra). (Cortesia Manual de Taludes 59 desprendimientos en yesos en del GOBIERNO NAVARRO, Fotointerpretacién, V. APARICIO, en IGME, 1983). fias aéreas y terrestres, ya que la distancia para captar informacién a partir de senso- Fes remotos puede variar desde unos pocos milimetros a cientos de kilémetros. ‘Su ventaja estriba en que, al recoger da- tos en diversos rangos espectrales (cada uno de los cuales aporta diferentes respuestas pa- ra una misma region), pueden ser compara- dos y unificados obteniendo asi una mayor informacién y exactitud. En general, este tipo de téenicas queda muy por debajo de la efectividad de las fo- tografias aéreas y terrestres (al menos para los estudios de estabilidad de taludes), y su costo no compensa Ja informacién que de ellas puede ser obtenida. Los satélites barren la superficie terrestre tomando imagenes que cubren diversas reas segtin el tipo de satélite, pero la gran escala de estas imagenes s6lo permite identificar di- rectamente grandes deslizamientos. Sin em- bargo, su utilidad tadica en que a partir de ellas ¢ indirectamente pueden ser localiza- das zonas susceptibles a los destizamientos, estudiando algunos rasgos que pueden ser identificados a estas escalas, como Ia mor- fologia del terreno, Ia estructura geoldgica, los usos del terreno o Ia distribucién de la vegetacién, que junto con los diferentes 1o- nos de las imagenes aportan datos acerca del tipo de material presente en superficie © su contenido de humedad. La comparacién de imagenes realizadas en distintas estaciones climaticas o tomadas con un intervalo mayor de tiempo para una mis- ma regin puede ayudar a la interpretacion de zonas susceptibles en base a los cambios tanto naturales como antrépicos que en ellas se observen. Las imagenes infrarrojas captan Ia 1 60 Reconocimientos generates Fig. 3.8.—Deslizamiento rotacional en Barreda (Santander), Obsérvese fa presencia de escarpes sobre ef material destizado. sign de calor y la reflectancia de ta superti- cie tertestre, estando limitadas a areas sin interferencias atmosféricas. Su ventaja con respecto a las fotografias aéreas es que, en combinacién con éstas, aportan detalles de fas condiciones del terreno que no son apre~ ciables en cada uno de los dos tipos de ima- genes por separado. La informacién que puede ser obtenida a partir de las imagenes infrarrojas para iden- tificar deslizamientos o zonas susceptibles a deslizamientos son (TRANSPORTATION RE- SEARCH BOARD, 1978): — Condiciones de humedad y drenaje del terreno superificial. — Presencia de roca masiva 0 lecho roco- so a poca profundidad. —= Presencia 0 no de coluviones sobre un talud rocoso escarpado. — Cambios en la temperatura diurna que tienen Ingar en el suelo (indicande las con- iciones de agua en el suelo). 3.3. Zonificacién regional 3.3.1. Tipos de materiales y susceptibilidad ante deslizamientos y raturas Las caracteristicas de! paisaje pueden ser utilizadas para obtener una serie de datos importantes ¢ indicativas de la potencialidad de una zona ante las roturas 0 destizamien- tos. Los rasgos geomorfoldgicos y, en senti do amplio, la geomorfologta de un area, re- presentan unas determinadas caracteristicas genéticas y de tipo de paisaje que permiten la clasificacién de las diferentes zonas en base a Ia litologia, estructura, génesis y for- mas geométricas. Estos aspectos permiticin estimar la susceptibitidad potencial ante el movimiento de las diferentes zonas estable- cidas. Por ejemplo, la litologia aportara es- timaciones previas sobre los pardmetros re- sistentes de los materiales; las caracteristicas genéticas de un material indicarén aspectos referidos a la cohesién en algunos casos (de- pasitos edlicos). En general, la topografia de un area de- terminada es el resultado tanto de la com- posicién (litologia) como de la estructura geo- I6gica, por lo que la clasificacién en base a rasgos geomorfoldgicos seré fundamental para una primera evaluacién de zonas po- tencialmente inestables. A prioti, el deslizamiento o rotura puede tener lugar en cualquier tipo de morfologia si se dan las condiciones necesarias para ello, de la misma forma que en algunas que pue- den parecer mas proclives no ocurrird el mo- vimiento si determinadas condiciones no se Presentan (por ejemplo, presencia de agua). No obstante, Ia experiencia ha permitido co- nocer que las roturas, en general, son més frecuentes en determinadas «unidades geo- morfoldgicas» (entendiéndolas como la cla- sificacién de zonas en base a su forma, gé- nesis, litologia y estructura) que cn otras. En el apartado 3.1.2 de este capitulo se expusieron los principales factores y rasgos que permiten evaluar las diferentes formas de relieve a partir de las cuales se podrdn ntificar posibles deslizamientos, por lo que el presente apartado esta dedicado a esta- Dlecer la relacién entre los tipos de materia. les (agrupados en base a su morfologia, g¢- nesis 0 litologia) y su susceptibilidad al des- lizamiento. ‘Ante la dificultad de comparar taludes en diferentes litologias con muy variables paré- ‘metros resistentes, distinta configuracion geo- métrica 0 diferentes condiciones en general, la asignacién de un determinado grado de potenciatidad ante la rotura no debe ser to- mada sino como una idea general acerca de si un talud, con unas condiciones topografi cas y geolégicas determinadas, es suscepti ble al deslizamiento, to es sélo bajo unas condiciones especiales, 0 no es susceptible al deslizamiento a no ser que se den una serie de condiciones negativas especiales. La Tabla I11.3 (TRANSPORTATION RE- SEARCH BOARD, 1978) establece una re- lacién entre formas del terreno en general Y¥ su susceptibilidad al deslizamiento en los tres grados comentados. Manual de Taludes 61 En fa Tabla aparecen asociadas la topo- grafia con el modelado y la litologia, esta- bleciéndose el grado de potencialidad al des- lizamiento para un grupo de caracteristicas definidas. Asi se puede ver que los mayores peligros de deslizamiento potencial corres- ponden a topografias elevadas planas con irregularidades, a escarpes en fitologias ba- salticas, a intercalaciones de materiales per- meables ¢ impermeables en llanuras coste- ras, a superficies con problemas de drenaje, eteétera. 3.3.2. Zonas con problemas espectficos Dentro de fas zonas con susceptibilidad al deslizamiento existen determinadas areas que, debido a Ia existencia o presencia de algin rasgo caracteristico, presentan una mayor vul- nerabitidad. Algunas de las més tipicas localizaciones incluyen reas de taludes escarpados, acan- tilados © taludes cuyo pie es erosionado 0 cortado por cursos de agua o por accion de las olas, dreas estructuralmente complejas ¥ con fracturacién densa, areas de concentra- cién de drenaje 0 con surgencias, etc. En este grupo de zonas con caracteristicas especiales habré que desarrollar mas los es- tudios de susceptibilidad y estabilidad pres- tandoles mayor atencién en los reconocimi tos generates previos y de campo. Las areas que han sufrido deslizamientos frecuentemente deben ser consideradas tam- bién dentro de este grupo ante la posibilidad de reactivaciones 0 nuevos movimientos en la zona hasta alcanzar las condiciones de equilibrio, Uno de los casos de deslizamicntos fre- ‘cuentes es cuando sobre un lecho rocoso des- liza un suelo residual o coluvial que estaba situado sobre él; la diferencia entre los pa- rémetros geomecénicos de ambos hace que para pendientes estables de la roca, el suelo esté en condiciones limite de equilibrio, de tal forma que la actuacién de un factor ex- temo provoca su caida. 62 Reconovimientos generales La erosion del pie de los taludes en roca, © suelo también es causa importante de des- lizamientos (en el caso de suelos) 0 caida de bloques (en macizos rocosos). La presencia de agua siempre es impor- tante en estabilidad de taludes, por lo que la situacién de zonas de drenaie, surgencias, filtraciones, niveles freiticos elevados, etc., en un Area requicre un estudio detallado. 5.3.3. Causas generales de los deslizamientos Toda inestabilidad es consecuencia de fa ruptura de las condiciones de equilibrio it- mite en un talud, Las causas de que se su- pere este equilibrio pueden ser intrinsecas al material (propiedades resistentes bajas, exis- tencia de discontinuidades desfavorablemente orientadas 0 meteorizacién en un macizo ro- coso, presencia de capas de material blando ¢ incompetente, etc.) 0 extrinsecas, es decir, toda fuerza externa que se cjerza sobre el material aumentando las fuerzas desestabili- zadoras 0 tendentes la rotura. La mayor parte de los deslizamientos son provacados por un factor desencadenante ex- trinseco (cambio en la geometria, variacién de las condiciones hidrogeolégicas, aptica- cién de cargas estéticas o dindmicas, etc.) en materiales que, en cierto modo, estaban predispuestos a la rotura, es decir, que pre- sentaban propiedades resistentes bajas. No obstante, hay que pensar que todo ma- terial, por resistente que sea, siempre pue- de romper si le son aplicadas fuerzas exter- nas desestabilizadoras suficientes como para veneer sus propiedades resistentes, o si su geometria es variada de tal forma que no so- porte su peso propio {por ejemplo, la ero- sién a que se ven sometidos los pies de los acantilados marinos). La accién de un fenémeno determinado que provoca el destizamiento es, generalmen- te, la gota de agua que colma el vaso y, aunque se achaque a éste 1a causa definitiva de la rotura, ésta no habria ocurrido a no ser por las condiciones previas del material (© por otros factores extrinsecos que ya lo estaban afectando). Entre las propiedades inherentes a los ma- teriales, y que determinan su estabilidad, se, encuentran la cohesion, la friccién y la den- sidad (consecuencias de ta litologia e histo- ria geoldgica suftida), pudiendo provocar la variacién de alguna de estas propiedades el desequitibrio en la masa. La saturacién del material, por ejemplo, induce cambios en sus propiedades, modificando las caracteris- ticas resistentes, y las componentes estabili- zadoras del talud. La propiedad que queda més afectada por la presencia de agua ¢s la resistencia al corte, que se puede ver reduci- da considerablemente en cierto tipo de ma- teriales. La presencia de agua ha quedado, pues, establecida como una causa desencadenante de la rotura en una gran parte de los desli- zamientos. Tras un perfodo de fuertes Huvias © una tormenta fuerte (que causa la satura- cidn del material), pueden producirse desli- zamientos en materiales poco permeables 0 permeables que queden saturados. El cambio en la geometria de los taludes induce, de igual forma, la redistribucién de la direccién y magnitud de las fuerzas, pu- diendo provocarse la rotura por accién de Ta componente desestabilizadora del peso pro- pio del material. Entre otras causas menos frecuentes que provocan el movimiento se pueden citar: — Movimientos sismicos o voladuras que dan lugar a la aplicacién de cargas dindmi- cas sobre el talud. — Aplicacién de cargas estdticas sobre el talud (por ejemplo, escombreras 0 construc- ciones situadas en su cabecera. — Cambio en tas condiciones hidrogeols- gicas por variacién del estado de presiones intersticiales (caso de desembalse rapido). — Presencia de anisotropias de algtin ti- po en el material (excavaciones de galerias, pozos, zanjas, etc.). Las causas de los deslizamientos pueden quedar establecidas en los andlisis a poste- siori o back-analysis en casos de deslizamien- tos recientes, y siempre que puedan ser de- terminadas en el laboratorio o «in situ» los pardmetros necesarios para el anilisis. 3.4.“ Reconacimientos previos de campo 3.4.1, Generalidades Tras los reconocimientos generales ¢ in- vestigaciones previas para la deteccién de des- lizamientos, los reconocimientos de campo tienen como finalidad la identificacién del tipo y causas del movimiento. En el presen- te apartado se tratara sobre las evidencias y seftales en el campo para el reconocimier to de deslizamientos, la identificacién del po de movimiento general y los pasos a se- guir en su investigacién. 3.4.2. Evidencias de movimientos Antes de entrar en la descripcién de los rasgos que identifican a los diversos tipos de movimientos, se comentarén las distintas sefiales 0 signos que pueden ser encontrados en cl campo y que evidencian Ia existencia de deslizamientos antiguos o recientes, aun- que los primeros resultan, por lo general, ms dificiles de identificar en una investiga- cidn general, Algunos de estos rasgos que pueden apa- recet asociados con movimientos son: — Rupturas de pendiente con acumulacién de material a pie del talud. — Planos inclinados lisos rocosos con as pecto fresco y bloques deslizados. — Bloques caidos a pie de acantilados o escarpes. — Macizos fracturados y meteorizados con bloques © cufias caidas y deslizadas. Manual de Taludes 63 —-Presencia de grietas de traccién. — Cicatrices que evidencien planos de ro- tura, — Hundimientos 0 subsidencias con grie- tas de traccién. — Lébulos en cuchara en taderas. — Reptaciones de material blando. — Sefiales de avalanchas 0 flujos. — Laderas escalonadas y agrietadas y con escarpes. En numerosas ocasiones es la presencia de grietas lo que lleva a ta locatizacién de los deslizamientos, asi como a su identificacién, si éstas se saben interpretar correctamente. Los diferentes tipos de movimientos desa- rroflan grietas caracteristicas con distintas orientaciones que las hacen muy importan- tes a la hora del reconocimiento de movi- mientos incipientes o potenciates. En general, las grietas delinean tos limites de rotura y son en la mayoria de los casos Jas primeras sefales de movimiento que apa- recen en el campo, Su aparicién en la cabe- cera del talud (curvas o paralelas a la cara del talud) y en los limites laterales del desli- zamiento puede definir, segiin la forma de las mismas, el tipo de movimiento a que co- rresponden. En el Capitulo 2 se recogen las caracte- risticas principales de las grietas segiin ef ti- po de movimiento que las ha provocado y se establecen los ctiterios para, a partir de elas, identificar el tipo de movimiento. Aparte de estos rasgos intrinsecos a los deslizamientos, el efecto de éstas sobre cons- trucciones 0 vegetacién puede producir sefla- les que faciliten su identificacién, por ejem- plo: — Arboles, arbustos 0 postes inclinados a favor de la pendiente. —— Vegetacidn cadtica con raices arranca- das y arboles desenterrados y arrastrados, DEEDES ss~s~ Oe RT 64 Reconocimientos generates — Grietas en construcciones y grietas, hun- dimientos 0 abombamientos en carreteras. En general, esta fase de la investigacién se levaré a cabo tras los estudios de mapas Y fotografias aéreas y terrestres, testimonios Tecogidos, u otro tipo de investigacion pre- via, que facilitardn la localizacién ¢ identifi- cacién de las zonas movidas o inestables. 3.4.3. Investigacion e identificacién del tipo de movimiento Tras la localizacién det fenémeno en el campo, Ta investigacién general de desliza- mientos «in situ» debe conseguir la idemtifi- cacion © valoracién de las signientes carac- teristicas: * Condiciones geométricas y geomorfo- ‘6gicas, tanto del talud 0 zona donde ha ocurrido el deslizamiento como de la zona deslizada: — Angulos, pendientes, alturas, longitu- des y volumen aproximado. — Rasgos del pie y cabscera del talud, existencia de grietas de traccién y limites del deslizamiento, — Profundidad y forma de la superficie de rotura, generaimente dificiles de identifi- car en Jos reconocimientos generales a no ser que ia superficie de rotura haya queda- do al descubierto. * Caracteristicas geoldgicas y geotéenicas. Para el establecimiento aproximado de las Propiedades resistentes de! material y su cla- sificacion se debera establecer si el desliza- miento ha tenido tugar a favor de un estrato blando incompetente o a través de material homogéneo, a favor de discontinuidades 0 atravesando la matriz rocosa, ete * Caracteristicas hidrogeolégicas, como |a posicién det nivel freatico, existencia de surgencias, filtraciones, etc, * Causas externas que hayan podide con- tribuir © provocer el deslizamiento, ya que Pucden ayudar a identificar el tipo y las cau- sas de la rotura (excavaciones, construccién de obras civiles, arranque de tierra, etosién, inundaciones, etc.). Si el deslizamiento ha sido reciente se po- drdn observar el aspecto y caracteristicas del material fresco, zonas de meteorizacién, pre- sencia de agua, planos de rotura, éngulos de equilibrio y deformacién sufrida por ef material. Si bien algunos tipos de movimientos son faciles de identificar (la rotura tipo vuelco, Por ejemplo), hay otros en que, hasta que To se lleva a cabo una investigacién de de- talle, es practicamente imposible conocer el modelo y mecanismo de rotura (por ejem- plo en los deslizamientos complejos). El as- Pecto caético que generalmente suele que- dar tras la rotura (sobre todo en suelos y Tocas blandas) hace muy diffeil en ocasiones Ja reconstruccién del movimiento y la iden- tificacién de la superficie de rotura. Sin embargo, en el campo pueden apare- cer una serie de rasgos que, con observa- cién detallada y conociendo su interpreta. cién, puede ayudar a deducir la tipologia del movimiento incluso si éste est4 en sus rimeros estadios. En general se puede establecer una clasifi- ‘acién de los diferentes movimientos con ras- 808 caracteristicos: vuelcos y caidas de blo- ques, destizamientos (rotacionales y trasla- cionales) y flujos y desplazamientos latera- les, ete. En el Capitulo 2 de este Manual aparecen recogidas las caracteristicas y rasgos ident ficativos de cada uno de los tipos de movi Tientos, explicéndose con detalle las diferen- 6s tipologias y fendmenos asociados a ellos. 3.5. Bibliogratia GEOTECHNICAL CONTROL OFFICE: «Geotech- ‘ical Manual for Slopes. Engineering Development Department. Hong Kong, 1984. INSTITUTO GEOLOGICO y MINERO DE ESPA- ‘NA (GME): «Mapa de Riesgos Naturales Ligados 4 Movimientos del Terreno», Zona de Granada. Esc, 1:25.00, 1980. ANSTITUTO GEOLOGICO y MINERO DE ESPA- NA UGME): «Estudio de cinco 2onas inestables en Navarra: Milagro, Carear, Inza, Azpiroz y Miran- da de Argan, 1985; Manual de Taludes 65 ‘TRANSPORTATION RESEARCH BOARD: «Land- slides, Analysis and Controly. National Academy of Sciences. Washington D.C., 1978, PRANDINI y otros: «Behaviour of the Vegetation Sio- ‘be in Stability Criticat Review. La Coberture Vege- {al et Ja Stabilité des Talus». Bulletin of the mer national Association of Engineering Geology, 7. 16 (SI-88). KREFELD-77, 1977, 4. INVESTIGACION DE DETALLE OO INVESTIGACION DE DETALLE 4.2, FINALIDAD Y ALCANCE DE LA INVESTIGACION 4.3, METODOS DE INVESTIGACION 43.1. Calicatas y pozos 4.3.2. Sondeos mecdnicos y penetraciones 4.3.3. Métodos geofisicos 4.3.3.1, Geofisica de superficie 4.3.4, Ensayos ain 3 4.3.4.1, Medias rocosos 4.3.5, Deseripeién geomecanien de medios rocosos ‘ 4.3.5.1, Clasificaciones geomecdnicas 4.3.5.2. Descripciin geotéenica hasica 4.3.6. Ensayos de laboratorio 4.3.6.1, Ensayos cn rocas 43.62. Ensayos en suelos 4.4. ELECCION DEL TIPO DE ENSAYO 4.5. VALORACION COMPARATIVA DE COSTES 4.6. BIBLIOGRAFIA 4.1, INTRODUCCION ‘ i i § 4. INVESTIGACION , DE DETALLE 4.1. Introduecién La investigacién de detalle constituye un complemento indispensable de la investiga- cign a gran escala, Una-investigacién detallada siempre tiene ‘menor amplitud, pero se realiza con mayor profundidad, tendiendo a la comprensién de los fenémenos que influyen en Ia estabili- dad de los taludes. A través de una serie de téenicas de inves- tigacién y ensayo intenta definir con preci- sidn los distintos parémetros que rigen el comportamiento de las rocas y suelos. En ta Figura 4.1 se muestra un esquema significative de la investigacién de detalle. En Ja actualidad se desarrollan una serie de técnicas que permitan optimizar el uso de los resultados, procedentes de las labores de investigacién. La teorfa de la Geoestadistica es una de las herramientas mds empleadas. Segtin G. MATHERON, «La Geoestadistica es la apli- cacién del formalismo de las Funciones Alea- torias al reconocimiento y estimacién de fe- némenos naturales», La gran cantidad de informacién geolégi- co-geotécnica relativa a la investigacién y andlisis de la estabilidad de taludes pone de manifiesto la necesidad de recopilacion de datos y su mecanizacién. Actualmente el al- macenamiento de los datos requiere el uso de sistemas informatics. El tratamiento de la informacién necesita una etapa previa para su adquisicién y and- lisis. Se Mega ast a una sistematizacion de (AVESTIGACION A GRAN ESCALA ZONIFICACION TNVESTIGAGION DE OETALLE ALS 2 miessos aunts wavunaces L] PROVECTO 7 {TF excavanos | be oiseio | oe aewteno ! weDIDAS DE ORREECION Fig, 4.1. 10. Investigacion de detalte Jas variables que definen la organizacién del Banco de Datos. 4.2. Finalidad y aleance de la investigacién Todas las fases de investigacién han de desarrollarse para obtener el mejor conoci- miento posible de las caracteristicas resisten- tes del terreno. En base a este conocimiento s¢ pueden obtener una serie de datos que permitan deducir la respuesta del terreno a través del tiempo o ante una obra determi- nada. La investigaci6n ha de permitir una dis- cretizacién del terreno en zonas homogéncas, determinando los valores de los parémetros caracteristicos que rigen su comportamiento. 4.3. Métodos de investigacién Tienen como objetivo inmediato propor- cionar la informacién necesaria para prever el comportamiento de los materiales que for- man el terreno. Pueden enfocarse a conseguir un andlisis de estabilidad de taludes naturales, disefio de nuevos desmontes y rellenos, o hacia ta claboracién de hipétesis de rotura de los ta- ludes, para adecuar las labores mas idéneas en su correccion. En este apartado se pretenden recoger los métodos y medios de investigacién mds usua- les en la determinacién de Jos fenémenos de inestabilidad de taludes. 4.3.1. Calicatas y pozos Normalmente se realizan en terrenos rele- tivamente faciles de excavar (Fig. 4.2). Se pueden realizar de forma manual, me- diante maquinaria de excavacién (retroexca~ vadora, etc.) o empleando grandes barrenas. Sus dimensiones dependen de la amplitud de la informacion deseada, limiténdose su pro- fundidad por factores de seguridad u opera- tividad de la maquinaria empleada. Permiten una observacién «in situ» del ma- terial, asi como toma de muestras y medi- das. El reconocimiento de las calicatas y pozos se ha de registrar en impresos en los que se considera la profundidad de los diferen- tes niveles o capas, litologia y descripcién, presencia de niveles fredticos, toma de mues- tras, etc 4.3.2. Sondeos mecdnicos y penetraciones Constituyen dos de los métodos més am- pliamente utilizados. a) SONDEOS MECANICOS. Se realizan mediante sondas montadas so- bre vehiculos o de forma auténoma, Gene- ralmente los sondeos se dividen en dos gru- os: percusién y rotacién, sepin el procedi- miento utilizado en la perforacién. Los sondeos permiten el reconocimiento Fig. 4.2,—Calicaia. del terreno a lo largo de su profundidad —caso de testificacién continua—, la posi- bilidad de tomar muestras a diferentes pro- fundidades para determinar sus caracteristi- cas en ensayos posteriores ¢ incluso realizar otro tipo de ensayos en el interior de la per- foracién. La ejecucién dé una campaia de recono- cimiento mediante sondeos se acompafia de ciertas preseripciones|téenicas, variables se- Birel tipo de terreno. Segiin las condicio- nes de meteorizacién del macizo rocoso 0 tipo de suelo, se emplearan tubos sacatesti- g08 de pared sencilla (tipo B) o doble (tipo T). De acuerdo a la profundidad de investi- gacién se emplearén diémetros minimos de perforacién, siendo tos més usuales: = 116, 101, 86, 76 y 66 mm. El tipo de co- ronas a utilizar es widia o diamante, segin la dureza del terreno. Cuando sea necesaria una recuperacién con- tinua de testigo es conveniente que no sea inferior al 80% de la longitud perforada. Si los sondeos se realizan en roca, la testi- ficacion continua nos proporcionard, ademas de las litologias y su grado de meteoriza- cién, ef indice de calidad ROD (% trozos de testigo > 10 cm), miimero de fracturas por metro y buzamiento de las discontinui- dades. El registro del sondeo ya efectuado se rea- liza en impresos preparados al efecto, acom- pafiados de fotografias de las cajas porta testigos en las que se indica el nombre del sondeo y profundidad (Figs. 4.3, 4.4, 4.5 y 46). La toma de muestras en el interior del sondeo puede realizarse en roca 0 en mate- tiales tipo suelo. Cuando se toman muestras de roca deben tratarse con parafina para que conserven integras las propiedades de su es tado natural o al menos no difieran cualita- tivamente en sus propiedades. Si el material es de tipo suelo se emplean aparatos adecuados a las caracteristicas del mismo, introduciéndolos en el interior del sondeo. Se denominan fomamuestras y exis- Manual de Tatudes 71 Fig. 4.3.—Sondeo en suelo, ten diversos tipos. Normalmente se emplean tubos tomamuestras, que permiten la obten- cién de muestras inalteradas del suelo, Es- tas no tienen cardcter inalterado en sentido estricto, ya que el procedimiento de obten- cién modifica sustancialmente las propieda- des intrinsecas del suelo, Los tubos tomamuestras de uso mas ex- tendido se dividen en: — Tomamuestras de pared gruesa (Fig. 4) — Tomamuestras de pared gruesa bipar- tide (Fig. 4.8). — Tomaruestras de pared delgada 0 Shel- by (Fig. 4.9). Los dos primeros se introducen en el te- rreno mediante hinca. Se golpea un cabezal de varillaje con una maza de 63,6 kg, de- 72 Investigacién de deralle 90 Oe Exsaro oe SONDEO so-t By aE | sarumuere + oesenmaox lel i EE ot. renaexo a M 3 52 (32 of care we tsi vance _] raptgenty be Us oecouronon OF” Fig. 4.5.—Registra de sondeo en suelo y roca. i a a aE Et Manual de Taludes 73 710 GE SONBEO | 7700 GE ENSS¥O TBGRDENADAS wounonw | x aaa | SONDEQ Sot coe y= 4132970 wane | z= 6.7 roe esctia + 50 Hows 1 06 9 T ENSAYOS DE LABORATORIO naruraceza y oescaincron | 2 i £ s OTROS EL TEARENO ge a ENsavOs » ql + o> fomcios ote F Faerwnr o Sos TESTA We 1e9, TOWAMES RAS parr, & TERETOG SECA. 8 TMTte Liavico RREDAD THOTEE OE past tcr040| POctLLAS LINOEAS CON ALO CE 4084 co.ae S8TS 4 eErCES IMDDgeADWMENTE Fara aa LENTES 08 ARCTLLAS ARENAS | ARENAS A.60 LIMDSAS cow Bazcr¥6 2 RoTLLAS 20am GRIS MEDIANANENTE CONSA) " LaNTES oe anCTLLA Is 2 30 Fig. 4.6.—Regisiro de sondeo en suelos, EEE EEE 74 Investigacion de detalle Valvola de bola — Tudo de pared grace: Zapata de acero Fig, 4.7.—Tomamuesiras de pared gruesa (PUY, 1981}. t- Valvula de bola Seccidn PTR coon a sco Fig, 4.8.—Tubo bipartido (PUY, 1981). Valvula de bola [— Tubo deisaso Fig. 4.9.—Tomamuestras Shelby (PUY, 1981). jandola caer desde una altura de 76,2 em. Normalmente se cuenta el mimero de golpes necesarios para introducir cada 15 cm del tomamuestras a lo largo de 60 cm de hinca. EI numero de golpes que han sido necesa- rios para introducir los 30 cm centrales del tomamuestras, sirven para dar idea de Ia re- sistencia del terreno y pueden correlacionar- se con el ensayo SPT. En el interior del tomamuestras se aloja un tubo hueco de PVC en el que se introdu- ce la muestra, Los tomamuestras de pared delgada se in- troducen mediante empuje, sirviendo a su vez como estuche para el traslado de la muestra. Las medidas de los tomamuestras en mm se indican en la Tabla [V.1. Los exiremos de los tubos de PVC 0 de Jos tomamuestras se parafinan para evitar la pérdida de las propiedades naturates del suelo. Se indica la profundidad y extremos superior ¢ inferior a que se ha tomado la muestra mediante un etiquetado de la misma. Cuando se desea tomar muestras de tipo Manual de Taludes 75 Tabla 1V.1 (PUY, 1981) @ Exterior zapata .. 79,38 96,1 @ Interior zapata = muestra 71 86 @ Interior tubo ........ 714 86,4 Longitud de muestra .... 728 725 Longitud de portamuestras 525 525 Relacién de reas ......, 24,99 24,87 Despeje interior .. 056 0,86 Espesor de zapata ...... 419 5,08 118.5 106 106,4 ns 528 SIS) 1721922 120.8 1356 185175195 1214 136.4 156.4 1764 196,4 25 2S RS RSS 525 S25 525525525 24,97 24,89 24,37 23,14 20,37 18,19 037 0,49 0,73 0890.79 OTL 625 710 7.8 85 8S 8S alterado se utilizan barrenos helicoidales hue- cos, que sacan a la superficie el material de forma continua y permiten la toma de mues- tras inalteradas por su interior. b) PENETROMETROS Son aparatos capaces de introducir una puntaza en e] terreno mediante golpeo 0 por empuje. Su objeto es medir la resistencia a fa penetracién a \o largo de una profundi- dad deseada. Segiin Ja forma de introducir- los en ef terreno se dividen en dindmnicos y estdticos (Fig. 4.10), Existen diversos tipos de penetrémetros de los que se describen los utilizados mds frecuentemente. EL ensayo de penetracién esidndar (SPT) constituye el penetrémetro dindmico abierto de uso mas extendido (Fig. 4.11). Se aseme- ja a un tomamuestras de tubo bipartido, pe- To de didmetro inferior, La resistencia del suelo a la penetracién se mide por el mimero de golpes, N, nevesa- rios para hincar el SPT 30 cm. La maza que produce el golpeo pesa 63,6 kg, cayendo desde una altura de 76,2 cm. Se comienza a golpear hasta que se ha in- troducido 15 em, A partir de este momento se comienzan a contar los golpes cada 15 cm hasta que se han introducido fos 30 em restantes. Si se necesita dar mas de 100 gol- Penetrémetros estaticos 352, Penetrémetros dindmicos Fig. 4.10.—Diversos tipos de penetrémetros (LAMBE y WHITMAN, 1972). Coasecciod veal 76 Investigacion de detalle Valvula de bola Camisa de PVC Zapata de acer Fig, 4.11.—Tubo del SPT (PUY, 1981). pes se considera rechazo y se suspende la prueba, Algunas veces este ensayo ha de realizarse por debajo del nivel fredtico y entonces se aplica una f6rmula para corregir ¢] niimero de golpes dados en el terreno sumergido: N= 13 + 1/2(N’— 15) 4.1) (TERZAGHI y PECK, 1948) N’ = n.° de golpes medidos en el ensayo. Otro de los penetrémetros dindmicos que mis se usan es el denominado Borros (Fig. 4.12). Consiste en hacer penetrar una pun- taza de 1,5 kg de peso, de forma cuadrada y 16 cm? de superficie con una punta céni- ca que forma un Angulo de 60°. Se golpea por medio de una maza de 65 kg de peso que cae desde una altura de 50 cm. General- mente se pierde la puntaza, que va encaja~ Fig, 4.13,—Puntaza del penetrdmetro dindmico Borros (PUY, 1981). Di tg te i it te Manual de Taludes Tabla 1¥.2 ENSAYO DE PENETRACION ESTANDARD (SPT) (SANGLERAT, 1967) Tubo de 2” x 1 3/8" Maza de 140 libras (63,6 kg) y 30” (76,2 em.) de caida Carga que se puede Suelo __Designactén N.° de golpes —__aplicar en kg/em? Muy suelta 04 Arena Suelta 410 y Media 1130 limo Compacia 31-50 Muy compacta mds de 50 Muy blanda 02 Blanda 35 Arcilla Media 615 Firme 16.25 Dura més de 25 da en el extremo inferior del varillaje (Fig. 4.13). EI mimero de golpes necesario para hacer avanzar la puntaza 20 cm recibe el nombre de ntimero de penetracién Borros, Ng. Sus oem cece PrereNeotD Ce CemRE On a+ Fig. 4.14.—Registro de ensayo de penetracién dindmica. resultados se indican en impresos que con- templan la profundidad y el mimero de gol- pes (Fig. 4.14). Dentro de los penetrdmetras estdticos (CPT) la caracteristica fundamental es que el cono Se introduce en el terreno por empuje, no Por golpeo y a una velocidad constante, ano- tdndose las resistencias de avanee encontra- das y que se leen en un mandmetro. Existen dos tipos de cono en estos pene- trémetros: — cone mévil — cone fijo En el primer caso, el cono se desplaza a voluntad con respecto al tren de varillas que lo soporta. Se puede medir separadamente la resistencia en punta y el rozamiento late- ral. En el segundo caso no se pueden medir separadamente estas resistencias. Los penetrémetros estdticos son muy titi les para determinar pardmetros a corto pla- zo en arcillas y limos plasticos blandos. Los penetrémetros tienen gran utilidad pa- ta diferenciar rellenos artificiales del terre- no natural y obtener una estimacién de las resistencias de los diferentes materiales que los componen (Tabla IV,2). 78 Investigacién de detalte 4.3.3, Métodos geofisicos Estudian la distribucién en profundidad de alguna determinada propiedad fisico-qui- mica de las capas del terreno, o de alguna caracteristica relacionada con dichas propie- dades Son de gran utilidad para la resolucién de estructuras geolégicas y como ayuda al conocimiento de las caracteristicas mecéni- cas de suelos y rocas. ‘Tienen gran importancia para establecer los contactos entre materiales de recubrimien- to y substrato rocoso, entre rellenos artifi ciales y terreno natural y para delimitar la posicién de niveles freéticos. Dependiendo del parémetro fisico que se mide, los métodos geofisicos pueden ser: gra- vimétricos, magnéticos, sismicos, eléctricos y radiactivos. La testificacién geofisica mi- de estos parimetros en el interior de un son- deo de forma continua (log). De todos los métodos mencionados se des- criben los mas ampliamente utilizados en la investigacién de taludes, tanto para fases de disefio, como para correccién de inestabili- dades. 4.3.3.1. Geofisica de superficie Los métodos de geofisica mas usuales rea- lizados sobre la superficie del terreno son los sismicos y los eléctricos, sin considerar aquellos métodos de testificacién geofisica que se utilizan s6lo en ocasiones especiales. a) GEOFISICA SisMICA Se basa en ef andlisis de la propagacion de las ondas eldsticas a través del terreno. Estas se pueden clasificar de la siguiente for- ma: — Ondas eldsticas internas: © Longitudinates (P). © Transversales (S). — Ondas eldsticas superficiates: © Rayleigh (R). © Love. * Hidrodindmicas (H). * Acopladas (C). Las velocidades de propagacién de Sas on- das eldsticas se miden por los tiempos que tardan en legar dichas ondas desde el pun- to donde quedan, hasta los diversos puntos donde se recogen, cuyas distancias son co- nocidas. Las ondas P son las ptimeras en llegar (Big. 4.15), y som las que se utilizan en Ta sismiea de refraccién y reflexién. Las velocidades dependen de Tas constan- tes elisticas y de la densidad del medio se- giim las telaciones: / 4 K+ mie (82) Vs = Vane (4.3) Donde: K = médulo de compresibilidad n= médulo de rigidez @ = densidad. Una onda eldstica al propagarse en un te- rreno discontinuo se comporta igual que un rayo Iuminoso a través de diversos medios transparentes y sufre los mismos efectos de refracciGn, reflexion, difraccién, ctc. (Fig. 4.16) (CANTOS, 1974). Si una onda incide sobre una superficie de separacién de dos medios de diferentes velocidades, dicha onda se refleja y refracta segin la ley de SNELL: sen (MO Vy, = = 44) Sen rLMO ~ Sen ILMO ae (4.5) Sen rTMO" s best Vat—-4 Fig. 4.15.—Propagacién de las ondas eldsticas. THs. Rayo inedene lonstadina IL: Rayo reflejado longitudinal SE Rage rftiadg caveral FL Rayo refractado longitndinal FT: Rayo retractado tansversal Fig. 4.16.—Comportamiento de las andas elésti- cas en el terreno (CANTOS, 1974). La generacién de las ondas puede reali- zarse con explosives o por el golpe de un martillo sobre una placa metdlica situada so- bre el terreno; 1a recepcidn de las ondas pro- ducidas se realiza con sensores 0 geéfonos que traducen la vibracién mecénica debida al paso de las ondas por el terreno, en una frecuencia proporcional a la velocidad del movimiento de terreno. Esta frecuencia es muy pequefa y se amplifica antes de salir Manual de Taludes 79 a un galvanémetro, Sus indicaciones se re- aistran sobre una pelicula fotografia obte- niendo el sismograma (Fig. 4.17) del movi- miento producido por el paso de las ondas en el punto donde est situado el geéfono. La representacién se realiza sobre unos ejes de coordenadas, poniendo en abscisas las distancias entre el punto de impacto y los gedfonos y en ordenadas los tiempos que Ja onda eléstica tarda en recorrer dichas dis- tancias. La gréfica obtenida recibe el nom- bre de dromocrénica. Una vez. interpretada ésta, se pasa a un perfil la topografia del terreno y la distribucidn de las diferentes ve- locidades obtenidas (Figs. 4.18 y 4.19). Dentro de la geofisica sismica los méto- dos més empleados son el sismico de refrac- cién y el de refiexién. Ambos métodos se basan en el dngulo de incidencia de Jas on- das (Figs. 4.20 y 4.21). En dichas figuras es: i,= Angulo del rayo sismico incidente. i,= Angulo del rayo sismico refractado. segtin Ja ley de SNELL: sen sen 4, Vs Cuando = 90° (siendo V, < V4), se di- ce que fa refraccién es total y se verifica la selacién sen i, = ¥;/V; en euyo caso el An- gulo de incidencia se llama dngufo critico A Moviniento ‘eel suelo a fav, — Y Fig. 4.17.—Sismograma, 80 Investigacion de detatie PROSPECCION SISMICA DE MARTILLO RoMOcRONGA PERFIL CLAVE: GS 07%,200/01 Fig, 4,18.—Registro ¢ ine terpretacién de sismica de martillo. Jescavas: Levens: KDya00 ene Kady enone [Sry semen Oy > oes onsenucenes Cee a Los rayos sismicos que inciden segin an- gulos mayores que i,, son todos reflejados. En [a Tabia 1V.3 se indican las velocida- des de propagaci6n de las ondas en algunos materiales. ‘A continuacién se explican los dos méto- dos mas empleados en ia Geofisica Sismica. — Sismica de refraccién Consiste en generar ondas sismicas en su- perficie y registrar aquellas que sufren re- ‘fraccién total a lo largo de los contactos de velocidades distintas. Como estas ondas son las mas veloces, son las primeras en llegar, distinguigndose perfectamente de las restantes. Este método da buenos resultados cuan- do se intenta delimitar un substrato rocoso, ‘obtener su estructura, seguir una determina- da capa de alta velocidad, etc. Se suelen emplear aparatos registradores Manual de Taludes 81 pRoMocRowica Fig, 4.19.—Registro e in- terpretacion de sismica de explosives, PERF IL PROSPECCION SISMICA DE EXPLOSIVOS | Ore 20 ona CLAVE: GA. Escauas. LEYENDAY Ove 00 wn Ben 1200 ms epiny forces Oy: #10 mom portdtiles de nocos canales, produciéndose la onda sismica mediante golpeo de un mar- tillo sobre una placa metdlica, situada sobre el terreno (Fig. 4.22), Generalmente da buenos resultados aun- ‘que tiene limitaciones cuando una capa se apoya sobre otra de menor velocidad (Fig. 4.23), Se ha utilizado con éxito en Ta determina cién del espesor de rocas meteorizadas des- lizantes en laderas naturales en pizarras cre- tacicas en Navarra (deslizamientos del Puerto de Azpicén ¢ Inza), hasta profundidades de unos 15 m. — Sismica de reflexién Determina los tiempos de Ilegada de las 82. Investigacién de detatte Tabla IV.3 (CANTOS, 1974) Tipo de material Velocidad de propagacién m/seg 300 a 900 ‘Capa meteorizada Aluviones modernos Arcilias Margas Areniscas ‘Conglomerados Calizas Dolomias Sal Yeso Anhidrita Gneises Cuarcitas Granitos Gabros Dunitas Diabasas 350 a 1500 1000 a 2000 1800 a 3200 1400 a 4500 2500 a 5000 4000 a 6000 5000 a 6000 4500 a 6500 3000 a 4000 3000 a 6000 3100 a 5400 5100 a 6100 4000 a 6000 6700 a 7300 7900 a 8400 5800 a 7100 Fig, 4.23.—DistorsiOn debida a capas de diferen- te velocidad de propagacién de las ondas. Fig. 4.20.—Reflexién y refraceién, Fig, 4.22.—Esquema de pro- duccidn y registro de ondas ssismicas, Fig, 4.24.—Reflexién de las ondas. ondas reflejadas en las superficies de sepa- racién de dos medios de diferentes velocida- des de propagacién (Fig. 4.24). La distribucién de los geéfonos se realiza agrupandolos a una distancia relativamen- te corta del punto de tiro. Esto asegura que las Hegadas registradas en el sismégrafo son debidas a ondas reflejadas y no refractados. Este método es muy preciso, pero caro. Suele utilizarse en casos concretos, dentro Manual de Tatudes 83 de zonas delimitadas por otros métodos geo- fisicos. Presenta algunas limitaciones cuando las pendientes entre los contactos son mayores de 30°. b) GEOFIsIcA ELECTRICA Se basa en el estudio de los campos de potencial eléctrico provocados attificialmente, de cuya deformacién pueden deducirse con- clusiones sobre las caracteristicas geolégicas del subsuelo. Se utiliza tanto corriente continua como alterna, preferentemente de frecuencias muy bajas. Esto se debe a que la profundidad de penetracin disminuye rapidamente, a me- dida que aumenta Ia frecuencia. La principal ventaja de los métodas elge- tricos es el reducido coste. El método se basa en las diferentes pro- piedades eléetricas de las rocas: resistividad, conductividad, ete. Dentro de la variedad de los métodos de geofisica eléctrica, los de uso mds corriente son fos basados en la resistividad, EI método consiste en clavar en el terreno dos electrodos A y By una vez establecido asi un campo etéctrico artificial, se investi- gan’ sus condiciones con otros dos electro- Fig. 4.25.—Método ba- sado en la resistividad del terreno (CANTOS, 1974). 84 Investigacion de detalte dos M y N de medida, también elavados en cl terreno y cuyas distancias se varian con- venientemente (Fig. 4.25) (CANTOS, 1974), Asi se obtiene una informacién cuantita- tiva de las propiedades conductoras del te- rreno y se puede determinar aproximadamen- te la distribucién vertical de su resistividad. La resistividad de algunas sustancias se in- dican a continuacign (Tabla IV.4}. Los métodos més usuales basados en la resistividad son los sondeos eléctricos (SEV) y les calicatas eléctricas, En los primeros se toma un punto del te- reno como estacién y se procede a reali- zar una serie de Iecturas con distintas dis- tancias intereléctricas. Cuanto mayor se hace la apertura del dispositivo, la informacion recibida corresponde a una mayor profun- didad (Fig. 4.26) (CANTOS, 1974), Sien lugar de modificar las distancias in- Tabla IV.4 (CANTOS, 1974) Tipo de material Resistividad Ohms-cm Aaufre 107 Mica... 101 a 105 Sal gema seca . 10° a 105 Calkita ... 5 a lol Cuarzo eevee 10 Granito seco - 10 a ott Arenisca seca veces. 108 a 1010 Limonita ...cccceeeeeeee 107 Caliza seca... 108 a 108 Caliza hiimeda + 5.10? a 5.108 Mineral de pirita, seco .. 10? a 108 Mineral de pirita, hiimedo. 10 a 10~! Calcopirita 1a 10-1 Caleopirita hiimeda 5.10? a Lot Marga, hiimeda 108 a 10° Arcilla, seca . 10 a 10 Sal gema, htimeda sale Grafito ..... se 3.107 Cobre... 1,7.10-6 Plata, 10 tereléctricas del dispositive éstas se mantie- nen constantes y desplazamos todo el dispo- sitivo a lo largo de un perfil, obtenemos una calicata elécttica. Esta nos indica la vi cién que experimenta la resistividad aparen- te, lateralmente a lo largo de un perfil. Las limitaciones de estos métodos vienen impuestas por las topografias fuertes. Los datos registrados cn campo se refle- jan en un grafico, en el que se ponen en ordenadas las resistividades aparentes y en abscisas la distancia que hay entre uno de los electrodos de corriente y el punto (Fi 4.27), Los sondeos eléctricos se emplean para de- terminar recubrimientos sobre substrato, pero sélo son dtiles cuando se trata de materiales eléctricamente distintos, y no suelen servir ni para espesores de meteorizacién ni pro fundidades de nivel fredtico. Pueden ser dti- les pata deslizamiento, por ejemplo de una marga sobre una arenisca, Las calicatas, sir- ven para detectar fallas o cambios laterales de litologias con contraste eléctrico. Se em- plean menos que los sondeos, y ambos me- fos que la sismica, 4.3.4, Ensayos «in situ» Tienen como objeto estimar las caracte- risticas mecdnicas 0 hidrogeoldgicas del te- reno, Suelen ser muy costosos, cuando son a gran escala, y tienen un cardcter puntual, Con frecuencia la pequefla porcién de terre- no a que afectan plantea dificiles problemas de interpretacién para extrapolar sus resul- tados a la escala real. Sin embargo son los tinicos que ofrecen garantias respecto al ca- récter inalterado del terreno ensayado. 4.3.4.1. Medios rocosos ‘Los macizos rocosos son conjuntos hete- rogéneos y generalmente discontinuos, fo que implica que le escala de un experimento de- termina los resultados del mismo, ‘Se pueden dividir los ensayos «in situ».de rest prance ge te te ep A eg me Manual de Taludes 85 Miliamperimetro a de pilas @ ae Cables aislados Electrodo de cortiente Fig. 4.26.—Esquema para registro en SEV (CANTOS, 1974). Jos medios rocosos en dos grupos, segtin Ia _caracteristicas de las masas rocosas, ¢s ne- propiedad que pretendan definir: cesario realizarlos en niimero considerable — Resistencia y deformabilidad. para analizar estadisticamente los resultados. La extrapolacion de los mismos a areas mayores que las ensayadas requiere que las propiedades de Ja roca mantengan una cier- ta uniformidad en toda la extensién que in- Estos ensayos, dada la variabilidad de las —_terese. — Permeabilidad. a) RESISTENCIA é 262 fod 1B detes compe totes models Fig, 4.27.—Interpretacion de un SEV. 86 Investigacién de detalte Los ensayos que se describen a continua+ cidn son los de uso més extenidido, debido a que los aparatos necesarios para su reali- zacién son fécilmente transportables. — Martillo Schmidt (Esclerémetro) Ideado en un principio para estimar la re- sistencia a compresin simple del hormigén, se ha modificado convenientemente dando lugar a varios modelos, tipo L, N. P, ete., alguno de los cuales resulta apropiado para estimar la resistencia a compresién simple de ta roca (Fig. 4.28). Su uso es muy frecuente dada la maneja- bilidad del aparato, pudiendo aplicarse so- bre roca matriz y fundamentalmente sobre las discontinuidades (resistencia de los la- bios). Consiste en medir la resistencia al rebore de la superficie de roca ensayada, ‘La medida del rebote se correlaciona con la resistencia a la compresién simple, me- diante un grafico debido a MILLER (1965) que contempla la densidad de la roca y le 2 oe Fig. 4.28.—Martillo Schmidt (esclerémetro}. orientacién del martillo respecto del plano ensayado (Figura 4.29). EI desarrollo del ensayo consiste en una preparacién de las zonas elegidas, eliminan- do la patina de roca meteorizada. Se efec- trian 10 percusiones con el martillo en la zona elegida y sc eliminan [os § valores més bajos, efectuandose el promedic de los res- tantes, Una vez ensayadas todas las zonas nece- sarias, se llevan al gréfico de correlacién y se obtienen unos valores estimativos de la resistencia a compresién simple de la roca, obteniendo una idea de su estado y calidad. EI registro de los datos se realiza sobre unos impresos preparados a tal fin, que fa- cilitan la interpretacién de los mismos. Es necesaria la toma de alguna muestra- bloque y su ensayo en leboratorio para ca- librar las medidas, a ee ee ee ee See oe cE Fone ae ke [re a a a= mnt «02 ensert, sents toKarn? Fig. 4.29.—Gréffico de correlacién entre el resul- tado del esclerdmetro y la resistencia a compre- sin simple (MILLER, 1965). (Point Load Test), — Ensayo de carga puntual (Point Load Test) El objeto principal de este ensayo con- siste en estimar la resistencia a compresién simple, En &l se comprime una probeta ci- lindrica entre dos puntos situados en gene- ratrices opuestas (Fig. 4.30). El indice del ensayo, I,, se define como: (4.6) siendo P la carga de rotura y D el didme- tro del testigo. La longitud de éste ha de ser, al menos, 1,5 veces su didmetro y no Manual de Tatudes 87 se exige ninguna preparacién especial de los extremos de la probeta (Fig. 4.31) (OTEO, 1978). Este ensayo por su facilidad de realiza- cién en campo puede utilizarse ampliamente para obtener un extenso espectro de la cali- dad de ta roca. Por su dificil aplicacién en rocas muy blandas y en cl caso de rocas con anisotropia muy mareada, debe procurarse que la direccién de aplicacién de la carga sea paralela o perpendicular a la direccién predominante de la estratificacisn, esquisto- sidad, etc. Diversos autores han tratado de obtener una correlacién entre tos indices, Jy y la re- sistencia a compresién simple, 0, de las ro- cas, BIENTAWSKI obtuvo Ia correlacion (4.7) en Ia que apuntaba la influencia del tamaiio y forma de la muestra ensayada. Posterior- mente diversos autores han analizado la in- fluencia de Ia forma y didmetro de las mues- tras en Jas correlaciones (Fig, 4,32). 241, 47 BROCH & FRANKLIN han considerad wee = K 4.8) MANOMETRO < aan P DP Indice de carga puntual Is = Fig, 4.31.-Dimensiones de la probeta, Indice de carga puniual (OTEO, 1978). 88 Investigacién de detalle BIENIAWSK:, 1074 Tnlice de carga puntual Is (MPa) fa & compresion simple a, (MPa) va eth, (0-84 nm Fig, 4.32.—Relacion entre ef ensayo de carga puntual y el de compresién simple (BIENIAWSK1, 1974, En OTEO, 1978}. Donde: P =es la carga aplicada A = 0s la seccién de la muestra K = constante, que depende de Ja resisten- cia de la roca, Los datos obtenidos de milltitud de cnsa~ yos se han levado a diagramas de P/A°7 obteniéndose curvas ligeramente céncavas 0 convexas para un mismo tipo de roca. Esto es indicative de que el exponente 0,75 es una condicign general que puede hacerse ex- tensiva a précticamente la totalidad de las rocas. Para facilitar que las rocas mas fractura- das se puedan ensayar, se ha propuesto un didmetro de 25 mm en probetas cilindricas, aproximadamente una seccién de $00 mm?. Se puede obtener un indice de resistencia, Tyg dividiendo por ese Area. F100 mm’) a) 4 $00 mm? Relacionando este indice con la variacién de las secciones de las muestras se puede obtener un indice de resistencia corregido, Tio, cuya expresin es la siguiente: 4.10) Thay = S55 Donde: Typ, viene dado en Mpa. P, viene dado en KN A, viene dado en mm, Esta correccién segiin el tamafio de la pro- beta no da errores serios cuando Ia seccién de la muestra no excede del 10% de la sec- cin estandar (500 mm?). ‘A partir de las correcciones anteriormen- te descritas y en base a los datos de varios autores (Fig, 4.33) (BROOK, 1980) se puede concluir, que una estimacién aproximada de la resistencia a compresién simple de la roca, viene dada por Ja relacién: oe = 12,5 Topp ay * Brock B Franklin 9 Bieniawski © D'Andrea «+ Leeds University Fig. 4.33.—Relacidn entre 9, ¥ Tsp (BROOK, 1980). Los ensayos de carga puntual también se pueden realizar sobre fragmentos de roca irre- gulares, aunque los resultados obtenidos sue- Jen presentar una gran dispersién. Para facilitar la toma de datos de los en- sayos realizados en el campo existen una sc- rie de impresos que permiten efectuar las correcciones posteriores de forma practica y sencilla. Deben ensayarse testigos o muestras-blo- que en laboratorio para calibracin. — Ensayo de traccién indirecta 0 «BrasileRon Se puede realizar con el aparato anterior al que se Je sustituyen Ias puntazas por pla CARGA__P Fig. 4.34.—Ensayo «Brasitehon en testigo de ro- ca (OTEO, 1978), Manual de Taludes 89 ‘cas rectangulares de acero (Fig. 4.34) (OTEO, 1978), La realizacién de este ensayo en el cam- Po est condicionada por el didmetro de las muestras disponibles y las limitaciones de carga del aparato, para rocas muy resisten- tes. Este ensayo no es de uso muy frecuen- te en el campo, por lo que sus fundamen- tos se exponen en él punto c) del apariado 4.3.6.1, de los ensayos de resistencia de ro- cas realizados en laboratorio, — Ensayo de corte directo Existen en la actualidad aparatos de corte directo de tipo portdtil (HOEK, 1970), que faciliten la reatizacién de este tipo de ensa- yos (Fig. 4.35). En estos aparatos se pretenden determi- nar la cohesién y dngulo de rozamiento in- terno a lo largo de una superficie de testigo de roca o de una discontinuidad, EI testigo de roca o fragmento que contie- ne la discontinuidad se sujeta a ambas cajas con mortero de cemento o resina, dejando ‘en la parte central de la caja la discontin dad. Sobre ésta se aplica la fuerza horizon- tal para que se produzca la rotura (Figura 4.36). En estos ensayos se determina, tanto la resistencia al corte de pico como la residual, efectuando en este caso varios ciclos de car- ga y descarga en cada muestra o Mlevando Fis, 4.38.—Aparato de ensaya de corte directo ‘portdtit. 90 Investigacion de detalle Caja superior ualador de carge Gato ae carga normal Supericie de conte Gato de carga horizontal Caja inferior Fig, 4.36.—Esquema del aparaio de corte directo portdtil contenido una muestra. Esquenta adaptado de uno de Roberison Research Lid. (Fuente: HOEK y BRAY, 1977). el desplazamiento entre las cajas hasta mag- nitudes adecuadas. Este es un ensayo de gran aplicacién practica en la estabitidad de taludes, ya que se pueden determinar las ca- racteristicas de las discontinuidades con o sin relleno. En la Tabla IV.5, como ejemplo, se indi- ca la resistencia al corte de diferentes dis- continuidades en distintas rocas. Los tres primeros tipos de ensayos que ‘hemos descrito se utilizan para realizar una estimacién mediante cortelaciones de la re- sistencia a compresion simple. No obstante, es conveniente contrastar los resultados con algiin ensayo de compresidn simple en labo- ratorio. La aplicabilidad del ensayo a escala del macizo se limita por el tamafio de muestra. al efecto de la rugosidad (JRC) en la resis- tencia al corte, ya que no puede detectar irregularidades a escala mayor del decimetro. — Tilt test Este ensayo constituye esencialmente un ensayo de corte bajo cargas normales muy bajas. Consiste en superponer dos bloques con ina discontinuidad comin a ambos ¢ ir in- jindndolos sobre un apoyo hasta que co- miencen a deslizar, momento en el que se mide con un clinémetro el angulo « con Ja horizontal (Fig. 4.37) (BARTON, 1971). Dicho Angulo es una funcién de la rela- cidn entre el esfuerzo de corte y el esfuerzo normal que actia sobre una discontinuidad: 1 a = arcig 4.12) Es un ensayo fécil de realizar en medios rocosos con al menos tres familias de dis- continuidades, ya que se simplifica la extrac- cién de bloques para llevar a cabo fos en- sayos. Tiene en cuenta irregularidades en la jun- ta a escala de 1 m aproximadamente. La relacién del angulo a con el dngulo de rozamiento interno del material se verd Tabla 1V.S RESISTENCIA AL CORTE A LO LARGO DE DIVERSAS SUPERFICIES DE DISCONTINUIDAD EN ROCAS (JIMENEZ SALAS, 1975) ‘Seca Saturada Tipo de Pico Residual Pico Resa plano ve ge ‘/m? grados t/m? grads t/m? setdos Vit prtdos Arenisea - Plano de sedimenta- ion o 34as 0 37.39 Arenisca Diaclasa — =0 ue} 0 3g Bf ail Atenisca de grand muy fino (silstone), Dieclasa = — 830 - Basalto .......... Diaclasa oa o 7 SF Caliza Diaclasa — 4 Ba SS Caliza metafirfica Superficie de sediment. 38 490 Caliza oolitica .... Diaclasa o 4 — SO Contacto entre arens- cay arcilla esquisto- sa (clay shale)... Plano de sedimenta cién 1203S — — os 3 — = Cuarcita Dizclasa oO 44s — — 0 oH 0 Om Biabasa (Evdokimov y Sapegin, 1964) . Diaclasas de 0,5 a 1S mmrellenas 2674 31430 — declorta 44M OS Dolerita Dials 90 82 Esquisto Plano de es- quistosidad 1330 4148 Esquisto aril, (hale) Bincasa oo 2 SL oy fF Esquisto eretoso .. Diaclasa 0 9B - - 5 SL Esquisto cuarzo-seri citico, muy meteori zado, duro, de Vene- ucla Plano de es- auistosidad > 40,7 >515 — — 38 >33 = = Esquisto grafitoso, sescompuesio, de Ver nezuela Plano de ex- quitosidad = SS cas a7 SH Esquisto serotcn des- compuesto, de Vene- ruela Plano de es- quistosidad «= — >458 — — <21 > — = Filia ss... Plano de es- quistesidad 013 4042 — ~ 9 2 = = Gabro Diactasa rr Gneiss 1.) Plano de es- quistosidad «97 4903849 a Grauwacka Diaclasa a Marmol — ee Monzonita con cuare>. 0 — ee Pizarra Plano de es- quistosidad §=90 032 =H Pizarra sericitica .. Plano de es-, quistosidad’ oss — Roca de silieato cél- ico Plano de se- dimentcion — 8 = ~ Diaclasa ee ee 92 Investigacidn de detalle Fig, 4.37.—Ensayo «tilt test» (BARTON, 1971). en el capitulo 5, Caracterizacién Geotécnica de Materiales. 1b) PERMBABILIDAD La permeabilidad de los medios rocosos est4 condicionada fundamentalmente por el espaciamiento, apertura y relteno de las fa- milias de discontinuidades. Los ensayos se efectiian en sondeos 0 pozos y son represen tativos en la medida en que la zona ensaya- da atraviese un mimero suficiente de discon- simuidades. Los ensayos suelen realizarse con agua @ presidn, Esta se aumenta en escalones suce- sivos y luego se disminuye, estudiando ba res- puesta de las discontinuidades frente a fas presiones aplicadas, De los distintos ensayos existentes de bom beo en pozo, Lefranc y Lugeon, este ultimo es el de uso mds frecuente en medios roco- 505 ¥ por tanto se describe a continuacién. Para efectuar un ensayo de permeabilidad tipo Lugeon se obtura el sondeo a una de- terminada profundidad y se aplica una pre~ sién de agua mediante una bomba, midién- X Gute de pemenided T=" Be He} ras en insane ty ts igs Alfie! del revestimieno « B10 Lz soem Fig, 4.38.-—Esquema del ensayo Lugeon. dose el volumen de agua perdido (Fig. 4.38) En este tipo de ensayos la presion se aumenta y disminuye progresivamente en su- cesivos escalones. Sus resultados se miden en unidades Lu- geon y determina de forma aproximada la permeabilidad local. A partir de estos ensayos se pueden con- feccionar unos diagramas Presién-Caudal, de cuyo andlisis se deduce ef comportamiento del macizo rocoso frente a las filtraciones. La interpretacién de los diagramas men- cionados ofrece, de forma simplificada, cua- Presse 2 Coudet Fig. 4.39.—Diagrama de preston, cundal (GOMEL LAA y FOYO MARCOS, 1979). tro posibilidades que se muestran en la Fi- gura, 4.39 (GOMEZ LAA y FOYO MAR- COs, 1979). Los graficos con curvatura hacia el eje de presiones del tramo ascendente se interpre- tan como un fenémeno de cireulacién sin deformacién permanente de la roca, Los gré- ficos con curvatura en el tramo ascendente hacia el eje de caudales, se interpretan co- mo una deformacién marcada de la roca, ya sea por fracturacién hidrdulica 0 por la- vado de particulas. EI tramo descendente con caudales infe- riores a los del tramo ascendente responde a un comportamiento eldstico de la roca con devolucién de parte del agua inyectada; mien- tras que el tramo descendente con caudales superiores a los de la rama ascendente res- ponden a un fenémeno no eldstico, bien por fracturacién hidraulica o por lavado de re- eno, . Descripeién geomecénica de ‘medios rocosos El comportamiento de los macizos roco- sos puede deducirse del anatisis de los datos suministrados por una amplia y costosa cam- paiia de investigacién. No obstante, las ca- racteristicas geotécnicas de un macizo roco- so pueden estimarse con los diferentes tipos Manual de Taludes 93 de clasificaciones mecénicas, de gran desa- rrollo en los tiltimos aftos. Dichas clasificaciones permiten discretizar una serie de sectores, dentro de un medio rocoso, que facilite el disefio de posteriores labores de investigacién. Una completa descripcién geomecanica de un macizo rocoso pretende una estimacién de sus caracteristicas mecdnicas mediante de- terminados fndices de calidad. Estos métodos empiricos proporcionan una valiosa informacién, cuyo valor depende prin- cipalmente de la experiencia y criterio de la persona que los utile. 4.3.5.1, Clasificaciones geomecénicas Las clasificaciones geomevénicas de los cizos rocosos tienen aplicacién en el andlisis del comportamiento de los taludes. Se ba- san en la cuantificacién de determinados pa- rametros que influyen en Ia estabilidad de los taludes, obteniéndose una serie de in ces de calidad. Estos permiten la aplicacién de formulas empiricas, que estiman las ca- racteristicas resistentes de los macizos roco- sos. Dichos macizos también pueden clasifi- carse de forma cualitativa, dando ua esti- macién de su comportamiento. TIPOS DE CLASIFICACIONES Las primeras clasificaciones se basaban en descripciones cualitativas, que de forma em- pitica estableeian diversos comportamientos de los macizos rocosos. Actualmente los sistemas de clasificacién intentan obtener indices cuantitativos de la calidad de la roca, establecidos en base a ‘una serie de pardmetros, que contemplan la resistencia de la roca matriz, disposicién y estado de las discontinuidades, y presencia de agua. Unas clasificaciones se diferencian de otras segiin el mimero de parémetros considerados y la valoracién que les asigna cada autor. De todas las clasificaciones existentes se describe a continuacién la de BIENTAWSKT 94 Investigacién de detalle (1979), por ser una de las més aplicadas en la practice y por tener una utilizacién divec- ta en taludes. La clasificacién geomecdnica de BIENIAW- SKI, obtiene un indice de calidad denomi- nado «Rock Mass Rating» (RMR), que de- pende de: — La resistencia de la roca matric. — El efecto del agua. — La posicién retativa del diaclasado res- pecto a la excavacién, Para tener en cuenta la incidencia de es- tos factores se definen una serie de paréme- tros con determinados valores, cuya suma proporciona el indice de calidad RMR. Es- te varia entre 15 y 100, En funcién del valor del RMR, se clasifi- can las rocas en cinco categorias diferentes, segiin se muestra en la tabla IV.6. También proporciona valores estimativos de la cohe- sién y dngulo de rozamiento interno del ma- cizo rocoso que pueden ser titiles especial- mente en rocas de mala calidad con roturas e tipo curvo y permite Ia estimacién del meatulo de deformacién del macizo, Ey, mediante Ja. correlacién: EyfGPa) = 1,75 RMR — 85 4.13) Se describen diez pardmetros selecciona- dos para definir sus caracteristicas: 1, Orientacién Posicidn de la discontinnidad en el espa- cio. Definida por la direccién de! buzamien- to y el buzamiento de Ja linea de maxima pendiente en el plano de la discontinuidad. 2. Espaciamiento Distancia perpendicular entre dos discon- tinuidades adyacentes. Normalmente se re- fiere al espaciamiento medio de una familia de discontinuidades. 3. Continuidad Extensi6n superficial de una determinada discontinuidad en un plano imaginario que la contenga. 4, Rugosidad Conjunto de irregularidades de diferentes Grdenes de magnitud (asperezas, ondulacio- nes), que componen la superficie de las pa- redes de una discontinuidad. 5. Resistencia de la discontinuidad Resistencia a la compresién de la superfi- cie de discontinuidad. Puede ser mas baja que Ja resistencia de la roca matriz a causa de la meteorizacién de la misma, 6. Apertura Distancia perpendicular entre las paredes de una discontinuidad. 7. Relleno Material que separa las paredes de una dis- continuidad, normalmente més débil que Ia roca matriz. 8. Filtracién Flujo de agua y humedad libre visible en. discontinuidades o en la totalidad de la roca. 9. El mimero de familias que comprende el sistema de discontinuidades del medio ro- 050, 10. Tamafo de bloque Dimensiones del bloque de roca resultan- te de la mitua orientacion y espaciado de las familias de discontinuidades, Manual de Taludes 95 Tabla, 1V.6 CLASIFICACION GEOMECANICA DE. BIENIAWSKI (1979) Parimetoe de Claifecin Emayo a Comoran sip omonsa | tga une 1> 100 agven? | aoan apremt | amo apron | moan event | Gommgn sno 3 [itor 6: sinnle_[> 2.300 ap/en# | 0002.50 saven?| sos 00 econ? | 20500 eprent [x00] :00 | Vain s 2 7 4 > Ji fe OD sonicon [tm a7 oe <3 Vann 7 7 3 e 3 | ease i das] > cao m (asm oa = 26 Valence mo a © = 5 adoro fs disans [Woy rugs [Ligaen raga | eramere rg [Eze de tno co | Ree mo Bhcontnoat | Aberze < Uom, Akers“ 'mm [recto < 6 mn. 0 S'um, ie aceracionce Borde: duce | Boves Sundes"™ Yatcnar Fam. fgoaraca'>' 5 wm. Borde! ans y Dishewe comtmies | ines cous esr a 3 3B e 10 e Gos por] wae <0 vos sa fomdedna tion tac nin teal Tease ue e aoe o 000.) 0.02 0245 > Os slaps, | ae ‘ees | Bete Ears seo 1g. mimedo Mumedo Goteznto Fluyendo Valor 5 e 7 ‘ ° ‘Coven porta Orenain de ey Disa Divesin » Baramicria | Mey forties [Favors Mate Dalaceatin | Vy dette “Tele 2 = = =e 2 Yalan Coens | _0 = oa as as Tae ° = as = a Crete cine 1 1H wa W v Galea My Baer ee Nate Naa May male Vance BNR ior voi ar oar <3 Cars ‘Ge i tH W ¥ Tipo tenants | 40 aoe con 1 meas om 1 sea om 10 boar oom 30 ain. con minenovlou, | Side vane Sede vane | Smratvans | amide same | tm Sano ‘conaion Sane er 2a koe 2 wie ai weet ‘elo de rome >a east ass ase 1 Grenade ex Daca Diesen pepe 1 ee er Diewon puica wee puamiero To an bs = c “id uae ea vane econ beret ence be 50 ee aor | be 50 Tos 2005 | Bon toon [aor toss | ls uy rmorase | Favorate ein esweatie | pele | Mae “aston 96 Investigacién de detalle 4.3.5.2. Descripcién geotéenica basica Constituye una caracterizacién geomecé- nica del terreno, basada en la observacién directa del mismo. Proporeiona de forma sistemtica y racio- nal la toma de los datos necesarios y su in- terpretacién, segiin recomienda la Sociedad Jaternacional de Mecinica de Rocas (1980). Los aspectos que se tienen en cuenta para estimar el comportamiento geomecdnico de un terreno son fos siguientes: — Nombre de la roca o suelo, con una descripcién geolégica somera. — Caracteristicas estructurales y mecéni- cas del medio rocoso, como son espesor de los estratos y caracteristicas de las disconti- muidades (Fig. 4.40), En el caso de los suelos, sus catacteristi- cas deformacionales y resistentes, as{ como el espesor de las capas. — Estado det macizo estudiado; en este sentido se estudia el grado de meteorizacién, presencia de agua, descripcién del entorno, ete, lugar una zonifieacién del dominio estruc- tural en unidades geotécnicas, cuyas carac- teristicas sean uniformes o similares. A con- tinuacién se reafiza el estudio de cada una de ellas, siguiendo las directrices ya descritas. 4.3.6. Ensayos de laboratorio Tratan de determinar algunos de los pa- rdmetros que influyen en la estabilidad de fos taludes. Resultan un instrumento indis- pensable para comprender, interpretar y ex- trapolar los resultados de los ensayos «in situ», En la realizacién de los ensayos mecéni- cos € hidraulicos de laboratorio tiene gran lad de la muestra inaltera- da de la que se intentaban conocer sus pro- piedades mecénicas. 4.3.6.1, Ensayos en roca Tratan de determinar las propiedades geo- mecénicas de la roca matriz mediante of en- sayo de muestras de roca, talladas de testi- gos de sondeos o de bloques irregulares. ‘Una vez determinadas Jas caracteristicas resistentes de las rocas se pueden adoptar os diferentes criterios de rotura, que permi- tan controlar las caracteristicas de respuesta de los macizos rocosos frente a diversas ac- ciones. a) IDENTIFICACIGN ¥ ESTADO Proporcionan un conocimiento de la na- turaleza de la roca y de su estado natural aparente. A partir de un reconocimiento visual se pueden establecer zonas representativas de la roca, haciendo una seleccién de las mis mas para aplicacién de técnicas de ensayos sofisticadas. Estas utilizan microscopios binoculares, petrograficos de polarizacién, microscopic de fluorescencia y microscopio eléctrico de «Scanning» (Tabla 1V.7}. También pueden -utilizarse andlisis quimicos para obtener una informacién completa de la naturaleza cris- talogréfica y mineralégica de Ja roca, su textura, microfracturacién, distribucién y orientacin preferente de sus componentes, grado de meteorizacién, ete. La definicidn del estado en que se encuen- tra la roca debe completarse con medidas de su porosidad, peso especifico real y apa- rente, contenido de humedad, etc. b) ALTERABILIDAD Pretenden reproducir los posibles prove- sos de alteracién que sufren las rocas debi- do a la meteorizacién (Fig. 4.41). Debido a la diversidad de las acciones que producen Ta degradacién de la roca, hay que estable- cer un criterio para considerar qué mecanis- mo de alteracin prevalece en su entorno y cual es el ensayo mds adecuado que lo cuan~ tifigue. i DESCRIPCION GEOTECNICA BASICA Tannin oF ERSHRAAETON 6 ACUTE Ter oo oue ee [aie alls. dp cenecto bevchotde y alternancin de mages seonone y avonicne caledcene erises y Poteneia de tos extratan de 0,10 2 0,50 m. fn awotbe ca supieneeitaria ‘tees fomslins de gunten Indicasen en el cuades Inferior, Begaciumianto paquets (£0) para 3a faniita aeration y moderato (Fa) para © cent SIGE UEa} oe 1a Webel EReARISA Paar Uae esP pace estos Mugasidad’ (Ra) P: Y'zy inp) pars et-restor be. dGvil n npdenanenes wetcoriasia {fi-1i1); Jantar pareiainente solerste' [Agp" sta eattenes etitene én (Fs: Siiea cs eiscontanutdsdes (rs 37 25° Tractors tabuiar'a bioage UITTT) en fan encie del aovrate: con gran contenido on fisslen, cose de medianamente reziscensa a ronisteate (S84): pebsimente hevessteada (tl ona 151 covoLeMERaDo ie canton eubondondeaden, neterondteteos y poltatnicos con netris arenoan e saterosiactonea ar r 109/92- ssveaun 260/758 sofee-n in w Fig. 4.40,—Deseripcién geotécnica basica. 98 Investigactén de detalte Tabla V7 vce ENSAYOS DE IDENTIFICACION 5 0 Y ESTADO (EPTISA, 1981) B ‘o The en i nar ‘Resooorimiento Grados de mcteoraacion, dscontinuida- 25 wi eon Setons 6 uta, 3 a ‘antennal, exe re E emus : os: xe 8 Micoigaoreonm pefeents wo bw fos crisiaes, meteorizaciOn, ee 2 cielo sot i ZB BAIA, so ie © Indice de plastcidad Fig. 4.42.—Influencia det mimero de ciclos en un ensayo SDT (Slake Durability Test). Fig, 4.41.—Alteracién de una lutita, ‘Tabla 1V.8 ENSAYOS DE ALTERABILIDAD (EPTISA, 1981) Thee Onservaciin Proceto Hinchamiento inetmmiento en diveccin vertical Hiumectasion aradual de la roca icles Humedad-Sequedad —Debilitamienso de ta roea Reordenscion molecular det agua Calentamiento- _Expansiones y contracciones Varian de ta temperatura Enfriamiento Hielo-Deshielo Fracturacidn de Ta roea Cambio de volumen Desmoronamiento — Rotura y/o degradacion ‘Cambio de homedad y agtacion| ®. Sequedad Humedad. —Dursbllidad de {a roca (Ciclos de cambio de humedad y agitcién Desmoronamlento (Site Demi em INDICES 1, = J. Et fragmento se degrada totaimente en polvo. 2. Se rompe rdpidamente ¥ fore musbos graios. 3. Se rompe lentamente y forma muchos granos. 4° Se rompe sipidamente y desarrolla varias fracturas. 5. Se rompe lentamente y desarrola posas fractures, 6 No tay cambio. fH Peso seco después de varies ciclos TR Peso seco nlc b= varia de 0 8 100 Los ensayos generalmente mas utilizados son los que se indican en la Tabla IV.8. Este tipo de ensayos adguieren gran im- portancia en materiales destinados a servir como relleno, Un buen conocimiento de la resistencia a la alteracién de los materiales, es determinante en el andlisis de la estabili- dad a largo plazo de terraplenes y pedraple- nes (Fig, 4.42), ¢)RESISTENCIA Y DEFORMACION Las caracteristicas resistentes de las rocas se determinan mediante una serie de ensa- yos que permiten determinar ef limite maxi- mo de esfuerzos que puede soportar la roca bajo determinadas condiciones. Los tipos de ensayos frecuentemente rea- Tizados son: — Ensayo de resistencia a compresién simple Se comprime una probeta cilindrica segin su eje vertical (Fig. 4.43). Puede realizarse con o sin medida de la deformabilidad (Fig. 4.44). En este tipo de ensayo influye la relacién longitud/digme- tro (L/D = 2.6 2,5) de la muestra, ta velo- cidad de carga y las condiciones de borde de la muestra (Fig. 4.45). Si el ensayo se realiza sin ninguna medida de deformacién, la resistencia de la roca se puede designar segin se indica en la Tabla Ivo. Tabla 1V.9 (JIMENEZ SALAS, 1975) Resistencia de Ia roca a.(kp/em) Muy baja 4 250 < 50 Baja 280-500 50-200 Media Sea - 1602) 200-1.000 Alta, 4006-2500} 1.000-2.000 Muy alta > 2800 > 2.000 Frecuentemente este ensayo se realiza mi- Manual de Taludes 99 y 4, Fig, 4.43.—Esquema del ensayo de compresin simple (HERRERA). Fig, 4.44,—Prensa para ensayo de rotura a com- presidn simple, 100 Investigacién de detalte Fig, 4.43.—Probeta de granito rota a compre ‘sid simple, diendo las deformaciones longitudinal y ra- dial de la probeta. Asi se pueden obtener diagramas tensién-deformacién que permi- ten una estimacion del tipo de comporta- tmiento del material. Cuando, a partir de las deformaciones se desea deducir el mddulo de deformacién li- neal y el coeficiente de Poisson, la deforma- bilidad de Ja probeta se debe medir prefe- rentemente con bandas extensomeétricas (Fig. 4.46). A contitfuacién (Tabla IV.10) se dan al- gunos valores de la resistencia a compresion simple para determinados tipos de rocas. — Ensayo «Brasilefion Se ensaya una probeta cilindrica, en la que su altura, H, pucde ser pequefa respec- to al didmetro, D, (de 0,5 a 1), y se carga comprimiéndola a lo largo de dos generatri- ces opuestas (Figs. 4.47 y 4.48), Normalmen- te entre las placas de aplicacién de la carga Fig. 4.46,—Bandas extensomérricas instaladas en probetas para romper a compresién simple. se intercalan dos pequefias tiras de carton para que la carga no se concentre excesiva- mente y puedan producirse roturas en cufia, La resistencia a la traccién, o,, se expre- sa como: 2P (4.14) «DH D = didmetro de la probeta H = altura de ia probeta. Fig, 4.47.—Ensayo de iraccién (BrasiteAo, Manual de Tatudes 101 Tabla IV.10 VALORES DE LA RESISTENCIA A LA COMPRESION SIMPLE DE TESTIGOS DE ROCA (JIMENEZ SALAS, 1975) Tipo de rece o (Kp/em?) 400 — 3.200 ‘Anfibolita” Tt 2.100, —$:200 Anbideita 21.) : 420 Antracita oe. cieieeees DIDI 450 Arcilla esquistosa Be 390 540 Arcosa de resistencia alta o muy alta RNIN 1.820, = 3.000 Arenisca calcatea arcillosa ......s.secesee+ 2.6 —~ "43 PGE. 280" = 3,200 Arenisea de grano muy fino . : fiers, 200 — 2.400 Arenisea Axgilita. ... 280 — 800 Basalio ... 150 — 4.200 Caliza : 40 — 3.300 Carbon : 59 = 435 Comneana ..2..-- 343 — 1.018 Creta : 2,9 — 67 Cuareita so. .s. 900° — 4.700 Dacita S800 — 1.600 asa + 1,200 — 5,000 Dorita 860 — 3.400 Dolomia 360 — 5.600 Esquisto we 108,8 — 2.300 Esquisto arcilloso. + 140 — 2.300 Esquisto arcilloso 2 1,925 Esquisto calcdreo SIS Fonolita : 1,500 — 3.400 Gabro .. 1.500 — 2.800 Gneiss 422 — 2.500 Gneiss. er . 422 — 2175 Granito meteorizado .........++ 108 — 1.450 Granito sano... < 3.000 Granodiorita ..-.. 1,000 — 2.800 Grauwacka + 23 — 610 Jaspe oe eeceeeeee 2.950 — 4.200 Marga see... 35° — 1.970 Marga calcdrea 73 — 288 Marmot bee 470 — 2.400 Micasquisto - 200 “653 Pedernal 4.200 — 1.500 Pizatra . fieceseeseeeeee 420 — 2.140 Pizarra areniscosa carbonosa ..... 766 Pizarra cloritica . 1.160 — 3.180 i 278 — 465 1.400 — 2.400 2.500 Riolita 800 — 1.600 Sal_ (roca) 210 — 350 Toba . 30 — 600 Yeso Deities 4 ~ >433, Este ensayo ha sido utilizado por varios ta Tabla IV. 11 se muestran los criterios de autores para clasificar las rocas segiin la re- FOURMAINTRAUX y de DEERE & MI- sistencia a traccién de las mismas. Asi, cn LLER. 102 Investigacion de detalle Tabla TV.11 (FOURMAINTRAUX, 1976 y DEERE & MILLER, 1968, En OTEO, 1978) FOURMAINTRAUX: Resistencia, o, (Kp/em?) Muy alta > 300 Alta 100-300 Media 50-100 Débil 20-50 Muy débil 020 DEERE & MILLER: Resistencia o, (Kp/em?) Muy débil O15 Débil 15-35 Media 35-65 Alta 65-100 Muy alta > 100 Los valores de estos ensayos pueden co- rrelacionarse con los de la resistencia a com- presién simple de la roca matriz, ya que se puede estimar en una primera aproximacién, ‘que ésta es del orden de 10-20 veces supe- rior a Ja resistencia a traccién de la roca. iF F 4 i Fig. 4.49.—Esquema del ensayo de compresién triaxial (HERRERA), — Ensayo de compresién triaxial La rotura de las probetas se realiza apli- cando una presién de confinamiento o ¥ una presién vertical o,, creciente y midien- do las deformaciones para obtener la rela- cién tensodeformacional correspondiente (Fig. 4.49) y determinar la 9, de rotura y la evo- lucién de la presién intersticial u. No es un ensayo de mucha aplicacién a trabajos de estabilidad de taludes naturales, ¥ por lo tanto no se desarrolla mas extensa- mente, No obstante, es el ensayo més rigu- Toso y completo. — Ensayo de corte directo Se realizan generalmente sobre superficies de discontinuidad para determinar la cohe- % r Fig. 4.48.—Rotura de una probeta en ef ensayo de traccién (Brasiteho) (HERRERA). Fig. 4,50,—-Esquema del ensayo de corte directo sobre una discontinuidad (HERRERA), o a a z Esfuerza eonanie Desplazemiento Fig. 4.51.—Grdfica de esfuerzo cortante/despla- zamiento (HERRERA). ssién y el dngulo de rozamiento interno (Fig, 4.50}. Ensayando una muestra para una deter minada presin normal, ,, ¢l esfuerzo cor- tante, +, sera funcién de o, para un mis mo material (Fig. 4.50). Se obtiene una grafica que recoge el es- fuerzo cortante y el desplazamiento de un bloque sobre otro (Fig. 4.51). En estas gréficas se determina, tanto la resistencia al corte de pico como la residual, ¢fectuando un ciclo de carga y descarga pa- ra cada muestra o realizando un determina do desplazamiento entre las cajas del apara- to. También se determina Ia deformacién vertical en corte o dilatancia, que es muy importante. Los valores obtenidos de las tensiones de pico y residual se pueden situar en un grdfi- £0, ¥ definir los parémetros cohesién ¢ y dngulo de rozamiento y (Fig. 4.52), carac- teristicos de la muestra ensayada. — LEN . Fig, 4.52.—Grdfico para determinar la cohesion y ef dngulo de rozamiento. Manual de Taludes 103 El valor del dngulo de rozamiento resi- dual ¢,, suele ser menor que el del dngulo de rozamiento bdsico gy. Este corresponde a la resistencia de una discontinuidad li- say sana, 4.3.6.2, Ensayos en suelos Los suelos constituyen un sistema discon- tinuo con diferentes fases (sdlido, liquido, as). El estudio de las relaciones interfases, morfologia y tamafio de las particulas debe concluit con el conocimiento de las caracte- risticas mecdnicas de los suelos. Generalmente fa mayoria de las muestras inalteradas que se ensayan en laboratorio han sufrido una variacién de su estructura original, debida al procedimiento de su ob- tencién y posterior manipulacién. No obs- tante, los ensayos realizados sobre muestras inalteradas constituyen el medio mas eficaz para conocer las distintas propiedades de los mismos y evaluar su comportamiento. Los procedimientos usados en los ensayos se hallan convenientemente regulados median- te normas que permiten une homologacién de los resultados. fa) IDENTIFICACION De Jos ensayos de identificacién no se ob- tienen indices que expresen las propiedades mecénicas de los suelos pero sirven para cla- sificarlos en grupos con un comportamiento semejante. Se puede considerar que cxisten relaciones entre las caracteristicas de identi- ficacién y el resto de las propiedades de los suelos. Los ensayos de identificacién se realizan rutinariamente y su utilidad se muestra en Ia Tabla IV.12. En la actualidad existen clasificaciones de suelos que pretenden unificar criterios en la descripcién de los mismos. Una de las clasi- ficaciones de uso mas extendido es la del Sistema Unificado de Clasificacién de Sue- los, que recoge la Tabla 1V.13. En las Figuras 4.53 y 4.54 se muestran al- 104 Investigacién de detalte Tabla IV.12 ENSAYOS DE IDENTIFICACION Tipo Finalidad Descripcién de Basada‘en el tamafio de par- la muestra _ticulas, textura, etc. Previa para realizar otros ensayos. Granulometria Basada en técnicas de tami- zado y sedimentacién, pro- porcionan % del tamafio de las particulas y su distribu- cién. Limites de Liquido— Marcan una se- Atterberg Plastico —_paraci6n cn los Retraccién estados sélido, semisélido, plas- tico y semiliqui- do. Contenido en: —Carbonatos Para estudiar e] grado de rigidacién, erosionabilidad, ete. —Sulfatos —_Proporciona una estimacién de Ja agresividad del terreno. —-Materia. Da idea del origen y defor- organica __mabilidad del suclo. Peso especifico Sirve para calcular otras pro- de particulas —piedades como densidad apa- rente, indice de huecos, etc. Densidades Para el céleulo de la densi- maxima y dad relativa. minima gunos de los aparatos empleados en fa iden- tificacién de los suelos. Los datos de las identificaciones se reco- gen en impresos preparados a tal fin como et de la Figura 4.55. 1b) COMPOSICION QUIMICA ¥ MINERALOGICA Estos ensayos permiten conocer el tipo de Fig. 4.53.—Serie de tamices para ensayos granu- lométricos. minerales arcillosos, capacidad de cambio de cationes y estructura de las particulas, dan- do una estimacién del comportamiento del suelo, Proporcionan informacién sobre las caracteristicas de plasticidad, expansividad, dispersabilidad, deformabilidad, etc., de los suelos, a nivel cuantitativo y/o cualitativo. Fig. 4.54.—Cuchara de Casagrande para deter- minar el limite liquide. Manual de Tatudes 105 Tabla W.9 SISTEMA UNIFICADO DE CLASIFICACION DE SUELOS Sinboto Simbolo Grupos principales cue a Deseripein de suelo GRAVA GGravas bien graduaday, mez de ava y Y ‘onava GW | ae tena, con pecorinot sin fins sugtos | LINPIA CoN ‘Graves mal gradundas, mendas de grava y sustos | ckava SP | teetay con poces fino sin Tinos DE | exis et $0% GRANO | delatracdan | GRAVA GRANG, | Seltiaion | GRAV OM | Gras ioe, ments de eravm arene. reer : Sener? | esas, coc) Ga ali: Meni de eae ar ARENA uaa arenas con ia, con matecesom | ONY ARENA sw | Atcm hen saduade tens com sara, del material | SuELOS | LIMPIA Poe queda rerent: | ARENOSOS ‘Arenas mat graduadas, arenas con grava, con ors SP | poser fins’o sn oe vais soe [ARENA - Seleteon | CON INOS SM | Arems tmosa, ezclas de arent foo pasa | (Gos en at Pere mie | arco SC | are ato, sls de anata Tyr owns yas ay Ts PoWo SuELOS Mi | dca ams fats ren 9 ations BE Lino ¥ aRcHLLA tos atts pac plc. oRANO Arlt mores soo paws 0 fase FINO” | Line lida menor ae 50 cu | a median area con grva rela. ae rsa ala Tons, seis aa Limes efscos yarn Hons eas OL ‘poco phisticas, “ings nog, con mica aen8 tas de wa n 'Gaomas 9 show ms. Mis det 508% & os f Set matetal | LIMO ¥ ARCILLA penn cor | Avis norains muy rin Arian iin 30 | Linice edo mayor de $0 = ‘on | Alle oxic de slestsiad means 6 uy plastica, limos orateos. SUELOS MUY ORGANICOS Turba, humos, sslos de pantanos con mucha PU | ranteria ocednic, NOTA.—Se utili No obstante, estos ensayos se realizan con poca frecuencia, y son del tipo indicado en la Tabla 1V.14. c) ESTADO NATURAL El estado natural de un suelo se refiere a la densidad y humedad que presenta el mismo «in situ». d) DISPERSABILIDAD. Sc trata de evaluar el comportamiento de simbotos dables para casos intermedios de clasiicacin, los suelos, fundamentaimente arcillosos, freni- te a la erosion por filtracién de agua. Los ensayos que determinan Ia dispersa- idad de un suelo tienen un doble carde- ter, fisico y quimico, relacionado con la gra- nulometria y contenido de ién Na en las capas dobles de tas particulas. Estos ensayos son de valoracién cualitati- va y se resumen a continuacién en la Tabla 1V.15. 106 Investigacidn de detalle — Soon tent WORE i TE au me i alt 5 i Ss frit ” ee ee OEE ee Fig, 4.35,—linpreso donde se recogen tos resultados de los ensayos de idemtificacion. ©) ExPAansrvipap Usados en suelos con alto contenido en arcillas activas, que pueden suftir importan- tes cambios de volumen. Existen ensayos que permiten clasificar los Tabla 1V.14 ENSAYOS QUIMICOS ¥ MINERALOGICOS Tipo Finalidad Capacidad de Ieniicacign de minerles st intercambio _ ‘illesos,estimacion de plastic cFeiannn | Gad, dispersabilidad, potencial de iones de expansividad y determina- ————~__ cidn de iones o moléculas. Difraccién de rayos X Espectrografia suelos atendiendo al cambio potencial de vo- fumen, mientras que otros intentan cuantifi- car el fenémeno, Los ensayos mas utilizados se muestran en Ia siguiente Tabla IV.16, Tabla IV.15 ENSAYOS DE DISPERSABILIDAD Tipo Fin Determinacién En la estabilidad de rellenos, ESP (Exchean- midiendo el % de Na* de geable Sodium las arcillas respecto a la ca- Percentage) _pacidad de intercambio de sus cationes. Pinhole test También en estabilidad de rellenos, pero evaluando la te Ia erosién interna, Tabla IV.16 ENSAYOS DE EXPANSIVIDAD Tipo Finalidad Ensayo Lambe Determina un indice de ex- pansidn que permite estimar de forma cualitativa el cam- bio potencial de volumen. Se efectiia con muestras remol- deadas. Presién de resign que hay que apli- hinchamiento car a un suelo para que ten critica ga entumecimiento nulo. Hinchamiento Mide el porcentaje de hin- libre chamiento del suelo libre de carga. Las arcillas expansivas suelen ser muy f4- cilmente alterables y suelen fluir en la parte superior de las laderas. big, 4.56.—Aparato de Lambe. Manual de Taludes \07 En la Figura 4.56 se muestra el aparato de Lambe, indicado para determinar de for- ma répida la peligrosidad de un suelo, en cuanto a su hinchamiento 0 retraccién, ) SuscerraLipap, Este concepto fue definido por TERZA- GHI como el cociente entre Ja resistencia al corte sin drenaje de una arcilla en su estado natural y después de ser enérgicamente ama- sada con contenido de humedad constante, Algunos autores (TERZAGHI y PECK, 1955), legaron a Ia conclusién de que arci- Has con gran porcentaje de contenido en ma- teria orgdnica son bastante susceptibles. An- tagénicamente, no son susceptibles aquellas arcillas que a través de su historia geoldgica han suftido procesos de intensa consolida- cién, En la Tabla [V.17 se muestra una clasifi- cacién de las arcillas seatin su susceptibilidad. Cuando se ha obtenido una muestra inal- terada en arcills, su resistencia al corte sin drenaje depende de la presidn efectiva a que ha estado sometida y algo de la plasticidad de dicha arcilla. Sin embargo, la resistencia al corte sin drenaje de la misma muestra amasada depende principalmente de la flui- dez. El efecto que se produce en una arcilla después de secimentada, es una transforma- cién que disminuye su limite liguido, aumen- ta su indice de flvidez y se traduce en una disminucién de su resistencia amasada. Fn el andlisis de taluides naturales o ante el disefio de desmontes en materiales arcillo- sos ¢s importante estimar Ia susceptibilidad que puedan tener las arcillas frente a diver- 50s fenémenos. De producirse esto, se pue- de originar un cambio de las caracteristicas resistentes del terreno con implicaciones ne- gativas en la estabilidad de los taludes. Los casos mas tipicos de arcillas suscepti bles faquick clays») son los de origen mari- no. Estas se han desarrollado en un estado muy floculado y presentan gran resistencia 108 Investigacién de detalic ‘Tabla 1V.17 CLASIFICACION DE LAS ARCILLAS SEGUN SU SUSCEPTIBILIDAD (SKEMPTON y NORTHEY, 1952. : JIMENEZ SALAS, 1975) no susceptibles de baja susceptibiidad de susceptbilidad modia susceptibles 16 muy susceptibles rapidas (quick clays} Reaue AARAAKA nnn AAAA debido al tipo de enlace, formado en los con- tactos borde-cara. Por una lixiviacién pos- terior estas arcillas disminuyen espectacular- mente su resistencia al corte. 2) DEFORMABILIDAD El ensayo de mayor difusin se realiza en Fig, 4.57.—Bancada de edémetros, El de la derecha estd ensayando una muestra. el eddmetro (Fig. 4.37), aplicando una pre- sién vertical a una muestra ¢ impidiendo la deformacién en sentido horizontal. Asi fa deformacién axial es exactamente igual a la deformacién volumétrica. Este ensayo se realiza con ciclos de carga Y descarga, proporcionando célculo de asien- tos y su evolucién en el tiempo, mediante un coeficiente de consolidaciéi ee C= ——— G15) log (0°/o4) Los resultados de este ensayo se represen- tan en una gréfica, colocando en abscisas las presiones 0” y en ordenadas el indice de poros ¢ que se alcanza al final del periodo de consolidacién correspondiente a cada pre- sion (Fig. 4.58). Tiene escasa aplicacién en taludes natura- oe I a cpt cies penta sc eee cts sett gos Manual de Taludes 109 Fig, 4.58.—Ensayo edomeétrico. les, aungue es esencial cuando se trata de cimentaciones. hh) RESISTENCIA Existen ensayos que presentan la posibili- dad de solicitar a las probetas con diferen- tes estados de presién de confinamiento ini: cial. Esta posibilidad tiene gran importancia en la determinacion de las propiedades re- sistentes de los suclos, ya que éstos tienden a rigidizarse por efecto de la presién de con- finamiento. Los ensayos de uso més frecuente son los siguientes; — Ensayo de compresién simple Consiste en someter a una probeta de sue- lo a una compresién uniaxial no confinada (Fig. 4.59). Dado que se realiza con bastante rapidez se puede considerar un ensayo de rotura sin Tabla (V8 (TERZAGHI y PECK, 1955), Consist. del suelo Gy (Kp/em?} Muy blanda < 0,25 Blanca 0,25-0,50 Media 0,50-1,00 Firme 1,00-2,00 Muy firme 2,00-4,00 Dura > 4,00 drenaje, especialmente en suetos de tipos ar- cilloso blando. En suelos saturados la cohesion se puede estimar como la mitad de la resistencia a compresin simple. Segiin os resultados obtenidos se pueden clasificar los suelos cohesivos atendiendo a su resistencia a la compresién simple, g,, como se indica a continuacién en la Tabla Iv.18. Fig. 4.59.—Prensa para ensayos de compresion simple en suelos. 110 Investigacién de detalle — Ensayo triaxiat Es la prueba més comin y versatil para determinar las propiedades esfuerzo-deforma- én. de 10s suelos. En este ensayo se puede aplicar una pre- sién sobre el contorna lateral de ta probeta y otra distinta segin su eje (Fig. 4.60). La forma cldsica de ejecucién del ensayo consiste en mantener la presidn lateral cons- tante y aumentar Ia vertical hasta la rotura. Como resultado del ensayo se determina la cohesion y el dngulo de rozamiento inter- no del material. También puede determinarse el médulo de deformacién en condiciones de no confina- miento lateral. Los resultados se representan en diagra- mas en los que se pone en abscisas la defor- macién vertical y en ordenadas el desviador tipico (incremento de presién vertical). Este tipo de ensayo se realiza sobre tres probetas de suelo a las que se aplican dife- Fig, 4,60.—Prensa para realizar ensayos tviaxia: les en suelos. rentes presiones laterales. Permite modificar las condiciones de drenaje y consolidacién dando lugar a tres clases de ensayos: 1. Ensayo triaxial con consolidacién previa Y rotura sin drenaje (CU) Obtenidos los circulos de Mor correspon- dientes a las tres probetas ensayadas, su en- volvente permite definir el angulo de roza- miento interno y cohesién del suelo, ¢ ¥ ¢ en presiones totales. 2. Ensayo triaxial con drenaje (CD) Se realiza en suelos granulares con alta permeabilidad, dejando que la muestra drene. La envalvente de los distintos circulos de Mohr define el angulo de rozamiento inter- no y cohesion efectivos del suelo (e" yc’). 3. Ensayo triaxial con consolidacion previa y rotura sin drenaje con medida de presiones intersticiales (CU) Es el ensayo més usado ya que permite obtener los pardmetros resistentes del suelo bajo condiciones de presiones tozales (v, c) y de presiones efectivas (y? y c’). También se pueden hallar los mddulos de deforma- cién a través de los cambios de volumen ue experimentan las probetas. En este tipo de ensayo triaxial es Facil con- trolar las condiciones de drenaje, permite medir presiones intersticiales y se conocen’ todas las tensiones durante el ensayo, por To menos en la zona central de ta probeta. No obstante, presenta inconvenientes de- bidos a la constriccién de la muestra en sus ‘extremos y al aumento del drea de la mues- tra durante el ensayo. — Ensayo de corte directo Los elementos esenciales de un aparato de corte directo estén constituidos por una ca- ja que permite ta rotura de la muestra a tra- vés de su plano medio. En ésta se aplica a eee aT Teen una fuerza vertical y a continuacién una fuer- za tangencial que origina un desplazamiento relativo entre las dos partes de la caja (Fig. 4.61). Se registra la magnitud de las fuerzas tan- genciales en funcién del desplazamiento y ge- neralmente también el cambio de espesor de la muestra. Mediante este ensayo se determina la co- hesién y el dngulo de rozamiento interno en el plano de rotura con o sin drenaje (Fig. 4.62). Cuando el material es arcilloso y aumen- tan las deformaciones de corte, puede pro- ducirse una orientacién de las particulas de arcilla, que reducen la resistencia, legando a un valor residual del esfuerzo coriante. — Ensayo de molinete (Vane Test) Es un ensayo muy util en la determina- cién de la resistencia al corte sin drenaje en arcillas y limos blandos. Puede emplearse Fig. 4.61.—Aparato de corte directo para suelos, Manual de Taludes 111 ig. 4.62.—Resultados de un ensayo de corte directo. «cin situ», aunque es particularmente précti- £0 aplicéndolo sobre testigos en laboratorio. La resistencia al corte se determina a par- tir del momento de torsién que se necesita para romper el terreno a través de las aris- tas de la veleta (Fig. 4.63). 130 Dimenstones (ov) Fig. 4.63.—Diversos tipos de molinetes. 112 Investigaci6n de detalle - Tabla 1V.19 RESUMEN DE ENSAYOS DE LABORATORIO Tipo de material Caracteristicns Ensayos Identificacién | Reconocimiento visual. y estado Microscopie petrogréfica de polarizacién. Microscopia eléctrica de «Scanning». Alterabilidad — | Hinchamiento Desmoronamiento Rocas Humedad Cictos 4 Calentamiento Hielo-Deshiclo Sequedad-humedad-desmoronamiento Resistencia y | Resistencia a compresin simple. deformacién | De traceién («Brasileno»). Compresién triaxial. De corte directo. Descripeién visual. Granulometria. Limites de Atterbere. ‘Carbonatos Adentificacién | Contenido 4 Sulfatos Materia orgénica Peso especifico de las particulas. Densidad méxima y minima, Composicién | Capacidad de intercambio de iones. quimica y |, Difraccién de rayos X. mineralégica | Espectrografia. Estado natural | Densidad y humedad Suelos sal Determinacion ESP («Excheangeable Sodium Percentage»). Dispersabilidad | (pinhole Test». Lambe Sitti Expansividad | qinchamiento Libre Edémetro ‘Compresién simple Con consolidacién previa y rotura sin drenaje (CU). Resistencia xial 4 Con drenaye (CD). x Con consolidacién previa y rotura sin drenaje con eformacion medida de presiones intersticiales (CU). Corte directo Molinete («Vane Test») Cuando se ha producido la rotura del te- para amasar el suelo. Un posterior ensayo. rreno se puede seguir girando el molincte permite determinar la resistencia sin drenaje Manual de Tatudes 113. Tabla 1V.20 PRECIOS DE LABORES DE INVESTIGACION Y ENSAYOS (1986) LABORES DE CAMPO. Uds/Mi Ud calicata hasta 4 m Ud fraslado y emplazamiento de sonda .......00... Ud traslado y emplazamiento de penetrémetra ..... Ud traslado de cquipos de sondeo o penetraciones entre puntos MI de sondeo @ rotacién en suelos .... MI de sondeo a rotacién en roca blanda™ MI de sondeo a rotacién en roca dura ML de sondeo helicoidal .. Us de penctracién dindmica hasta la obtencién Ud de toma de muestra inalterada ........ Usd de ensayo SPT : Ud de sondeo eléi Ud de perfil sismico Pas. 10.000 2 21.000 + 100 Ke 12.000 + 50 K ENSAVOS DE LABORATORIO Uds, 14, 1s. 16. 17, Ud apertura y descripeién de mucstra ......--... Ud preparacién de muestra... Us determinacién de humedad natural. Ud determinacién de Ta densidad aparente Ud andlisis granulométricos por tamizado Ud andlisis granulométrico por sedimentacién - Ud limites de Atterberg .. Ud limite de retraccién Ud ensayo de hinchamiento libre Ud ensayo Lambe Ud ensayo edométrico Ud ensayo de corte directo: —sin consolidar y sin drenaje .......... — con consolidacién y sin. drenaje Ud ensayo triaxial: — sin consolidacién previa y rotura sin drenaje ...... —con consolidacién previa y rotura con drenaje = con consolidacién previa y rotura sin drenaje Ud de ensayo compresién simple Ud determinacién cuantitativa de carbonatos +140 pias. = 1 USS (1986). oe =n de Klkomerros a recorer. del suelo amasado, pudiendo ser indicative dela En los suelos que contienen fracciones gruesas pueden existir dificultades en el en- sayo, siendo su utilizacién adecuada en sue- los de hasta 1 Kp/cm? de resistencia. En los ensayos realizados sobre muestras susceptibilidad de los suelos arcillosos. tomadas a una cierta profundidad, los valo- res de la resistencia al corte sin drenaje han sido contrastados con la mitad de Ia resis- tencia a la compresién simple hallada en la- boratorio, con buenos resultados. A partir de esa «cierta» profundidad la resistencia ‘ob- tenida por molinete suele ser mayor, quiza 114 Investigacién de detalle por la dificultad de obtener muestras de bue- na calidad a esa profundidad. El erisayo de motinete se puede emplear para determinar Ia resistencia al corte con drenaje, siempre que la velocidad de ejecu- cién del ensayo sea lo suficientemente lenta 4.4. Eleccién del tipo de ensayo Cuando se disefta un programa de inves- tigacién ha de considerarse Ia metodologia mas adecuada para analizar un determinado problema, que conduzca a su solucién de forma que técnica y econdmicamente sea via- ble. Una primera seleccida se efectia segtin el tipo de problema a resolver: andlisis de ries- 480s de inestabilidad en taludes naturales, pro- ecto de nuevos taludes (desmontes y relle- nos) 0 correccidn de inestabilidades ya pro- ducidas, Posteriormente influye el tipo de terreno a investigar: medios rocosos, terrenos de ma- terial tipo suelo o rellenos artificiales. En base a las premisas mencionadas, el tipo de ensayo que se realice ha de deter- minar las caracteristicas de los fendmenos incidentes en 1a estabilidad de taludes. En la Tabla 1V.19 se resumen los distin- 4.6, Bibliogratia BARTON, N. R.: «A Relationship between Joint Rough- ‘ness and Joint Shear Strength». Norges Geoteknis- ke Institut, Oslo, 1971. BIENIAWSKI, Z. T.: «Engineering Classification of jointed rock masses». The Civil Engineer in South ‘Africa, diciembre 1973. BIENIAWSKI, 7. T.: «The Geomechanics Classifi- cation in Rock Engineering Aplicationty. 4¢h. Int. Cong. on Rock Mechanics. 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La valoracién de las unidades se rige por los precios de mercado existentes, También hay que considerar diversos factores que con- dicionan la operatividad de la toma de mues- tras, accesibitidad de la maquinaria necesa- ria, etc. La estimacién de los costes debe someter- se a las circunstancias que rodean cada caso particular, En Ia Tabla IV.20 se dan unos precios orientativos para las diferentes labores de investigacién, teniendo en cuenta Ia implan- tacién de los equipos necesarios en las Iabo- res. de campo. ting». Int. J. Rock Mech, Min. Sci. & Geomech. Abstr., vol. 17, pp. 231-236, Pergamon Press Ltd. Inglaterra, 1980, CANTOS FIGUEROLA, J.: «Tratado de Geofisica ‘Aplicadan, Seecién de Publicaciones del 1.G.M.E. Madrid, 1974, ‘Comission on «Clasification of Rocks and Rock Mas- sesy. (International Society for Rock Mechanics) «Basic Geotechnical Description of Rocks Masses». Int. J. Rock Mech. Min. Sci, & Geomech, Abstr., vol, 12, n° 1, Pergamon Press Ltd. 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TERZAGHI, K., y PECK, R.F.: «Mecinica de Sue- Tos en la ingenierla Préctican. 2.* ed. El Ateneo. Buenos aires, 1973, 5. CARACTERIZACION GEOTECNICA DE MATERIALES CARACTERIZACION GEOTECNICA DE MATERIALES 5.1, INTRODUCCION 5.2. CLASIFICACION DE LOS DIFERENTES TIPOS DE MATERIALES: 5.2.1, Generalidades 5.2.2. Suclos 5.2.2.1. Suelos cohesivos y suelos no cohesivos 5.2.2.2. Suelos normalmente consolidados y preconsolidados 5.2.2.3. Suclos finos y suelos con particulas eruesas 5.2.3, Rocas blandas y suclos dures 5.24, Rocas 5.3, RESISTENCIA AL CORTE DE LOS SUELOS Generalidades Métodos directos 5.3.2.1, Conceptos bisicos 5.3.2.2. Valoraciéa e interpretacion de los ensayos $.3.23. Suclos parcialmente saturados 5.3.3, Métodos indirectos 3.3.1. Correlaciones empiricas 5.3.3.2. Tablas y cuadros aproximativos 5.4, RESISTENCIA AL CORTE DE MATERSALES ALTAMENTE FRACTURADOS: 5.5. RESISTENCIA AL CORTE DE LOS MATERIALES ROCOSOS S.$.1. Generalidades 5.2. Resistencia al corte de las discontinuidades planas lisas 5.3. Resistencia al corte de las discontinuidades rugosas 5.5.3.1. Criteria de PATTON (1966) 3.2, Criterio de IAEGER (1971) 5.3.3. Criterio de LADANY! y ARCHAMBAULT (1970) 5.3.4. Criterio de BARTON (1976, 1985) esistencia al corte del macizo rocoso S.4.1. Utilizacién de la clasificacion geomecdnica de BIENIAWSKI (1979) 5.5.4.2, Método de HOEK y BROWN (1980) 5.5.5. Resistencia al corte de discontinuidades reflenas de suelo 8 5 apa 5.5.1. huntas rellenas de arcilla "5.2. Tuntas rellenas de material gramular 5.5.5.3, Aplicacién practica de los métodos descritos 5.5.6. Infiuencia de la presién intersticial 3.6. BIBLIOGRAFIA 5. CARACTERIZACION GEOTECNICA DE MATERIALES 5.1. Introduccion Una ver definido geométrica y topogré- ficamente el problema de estabilidad que se ‘auiere analizar, y una vez identificados los materiales que intervienen, bien mediante en- sayos de laboratorio 0 de campo, o ambos, el objetivo siguiente consiste en definir y va- lorar la resistencia de los mismos frente a los esfuerzos cortantes a que se ven some- tidos. Habitualmente los métodos de célculo de la estabilidad de taludes naturales y artifi- ciales se basan en las teorfas del equilibrio Jimite que consiste en suponer que se puede producir, «movilizar», la resistencia al corte maxima a lo largo de toda la superficie de destizamiento. Por estos motivos, en el presente capitulo se describen sintéticamente, y de la manera més sencilla posible, os distintos procedi- mientos y las diferentes teorfas que existen ¥ que petmiten valorar ta resistencia al corte de los suelos y de las rocas, bajo las dife- tentes condiciones posibles. 5.2. Clasificacién de los diferentes tipos de materiales ‘Una vez que se han efectuado y se dispo- nen de los resultados de las investigaciones y ensayos de campo, asi como los results- dos de los ensayos de laboratorio, se trata de interpretar los mismos con vistas a poder cuantificar posteriormente las caracterfsticas resistentes de los materiales. 5.2.1. Generalidades La primera necesidad es la de poder dis- tinguir si se trata de un suelo o una roca, para utilizar con elle una metodologiz u otra. En la mayoria de los easos la diferen- ciacién seré muy fécil, pero existen multi- tud de estados intermedios que hacen diticil seleccionar una opcién u otra. Se entiende por roca «los materiales de {a corteza terrestre, compuestos por uno o varios minerales, ligados estrechamente en- tre si, » que se encuentran tan poco altera- dos como para reconocer Ia estructura de origen» (HUNT, 1984). Se entiende por suelo «un agregado natu- ral de particulas discretas, 0 de granos, con- secuencia de ia alteracién geoldgica de tas rocas» (HUNT, 1982), Si bien se desarrolla el apartado 5.4 para Jos casos intermedios (de rocas altamente fracturadas, rocas blandas, suelos duros, sue- Jos cementados, etc.), existe un procedimien- 120. Caracterizacién geotéenica de materiales to muy extendido para distinguir, a efectos pricticos, los suelos de las rocas, Consiste en mantener inmersos en agua Ios elementos, representativos del conjunto, mas consistentes del material. Si se desha- cen al cabo de un cierto tiempo se puede considerar que es un suelo. En caso contra- rio serfa una roca. Este ensayo, obviamente muy sencillo, es itil a efectos practicos, puesto que la verda- dera distincién de un suelo de una roca se debe efectuar en base a criterios geolégicos ¥ geotéenicos, légicamente més completos y complejos, con los cuales se pueda distin- guir ef estado, estructura y/o litologia del material. En Ia Fig. 5.1 adjunta, debida a MEIGH (1979), pueden verse criterios mecénicos pa- ra diferenciar los diferentes materiales, asf como caracteristicas de diversos; tipos con- cretos. 5.2.2, Suelos Son aquellos materiales naturales disgre- gables facilmente, bien mediante agitacion fisica (relativamente poco intensa), o bien mediante agentes quimicos «suaves» (por efecto del agua, 0 de dispersantes «suaves»). Existen multiples posibilidades de clasifi- car los distintos tipos de suelos atendiendo otros tantos criterios. En el dominio de la Mecénica del Suelo las clasificaciones mas habituales (Clasifica- cidn de Casagrande, ASSHO, ...) estén ba- sadas tinicamente en su composicién granu- lométrica y en su plasticidad. A partir de cllas se pueden deducir a grandes rasgos sus propiedades mas importantes, A partir de esta clasificacién ya se puede tener una idea general bastante aproximada de cémo se comporta el tipo de suelo que se ha clasificado frente a las soficitacfones cortantes. En general se basan en la expe- riencia tenida, pero existen también, tal co- mo se veri posteriormente, abacos y tablas que permiten definir numéricamente este com- portamiento, Estos tipos de clasificaciones son los pri- meros pasos que se deben dar en el conoci- miento del comportamiento resistente de los suclos. No obstante, desde el punto de vista de la resistencia al esfuerzo cortante se pueden considerar, entre otros, tres aspectos que pre- sentan una particular trascendencia, $.2.2.1. Suelos cohesivos y suelos no cohesivos En aquellos materiales naturales en los que, gracias a sus caracteristicas fisico-qui- micas, es iecesario aplicar alguna fuerza pa- ra separar los propios granos del suelo, se dice que son los suelos cohesives 0 suelos coherentes. Por el contrario, los granos de un suelo no cohesivo, incoherente, solamente se pe- gan cuando estén ligeramente himedos y gracias a las fuerzas de tensiOn superficial del agua que rellena parcialmente los poros. En general los suelos cohesivos som arci- Hlosos; casi siempre presentan indices de plas- ticidad, y suelen ser impermeables. Los ma- teriales arcillosos son de dimensién coloidal y normalmente se acepta como tal a las par- ticulas inferiores a las 2 micras. Su resisten- cia al corte es muy sensible a los contenidos de humedad, por lo que es necesario cono- cerlos y cuantificarlos con precisién. También en general, los suelos incoheren- tes suelen ser no plisticos, permeables en mayor o menor grado, y presentan una tex- tara granular visible 0 apreciable directamen- te al tacto. Suelos normalmente consolidados ¥ preconsolidados A efectos de resistencia al corte, se puede decir que un suelo es normalmente consoli- dado cuando las presiones verticales efecti- vas existentes «in situ» son las méximas que Manual de Toludes 121 GEOLOGICAL SOCIETY (U.K. 1972) - ROCAS oe oes "8 erry 30100700 whit iwi OD] wy wie SUELOS COHESIVOS (CP 3000 canter nit ate = orion ike seasin i Sex —_ | f vero ne vce wren onnetl Saal ann roc gaonaraons an a uste paoyen a rs al ses — tamorlta ‘racrorade Limalian (Mloceno) = ™ ‘Tiras shane HMOUTA oe wo cra ALTERADA T Z Manca pura # @rseg| t ‘agents aes Ta CARBONIFERO SUPERIOR Limolis toyrntoss hia) — | PRECAMBRICO noms, fae co pnt SARMATIENSE (Miocenay { srcillosa coxtowmoo | il scoxsionenge 1 | soos | f |_| acess of aati = neblrencis 4 coMParsion Sheet NN Vitae aaah en Fig, 5.1—Clasificacién de suelos y rocas segiin criterios mecénicas (MEIGH, 1979). 122 Caracterizacién geotécnica de materiales hha sufrido a lo largo de su historia geol6- gica. El caso contrario es el del suelo preconso- lidado (0 sobreconsolidado}, y se conoce co- mo razén de preconsolidacién (OCR, Over Consolidation Ratio) al cociente entre la ma- ima presian a la que haya sido sometido un suelo en el pasado y la que soporta «in situ. Este menor nivel de presion lito 0 geosta- tica ¢s producto de la erosion. El deseca- micnto aumenta la presién. Si bien estos conceptos se desarrollardin posteriormente, cabe decir que en ios suclos normalmente consolidados la relacidn resis- tencia pico/resistencia ultima es inferior a Ja que se da en suelos sobreconsolidados. ‘Assu ver, la resistencia al corte sin drena- Je S, en arcillas normalmente consolidadas es solo una fraccin de la presién efectiva vertical (02) que poseian en su estado natu- ral. Habitualmente S, esti comprendido entre el 16 y el 40% de o;. Sin embargo en arci- las sobreconsolidadas el valor de S, esti por encima del $0% de of (HUNT, 1984). 5.2.2.3. Suelos finos y suelos con particulas gruesas La granulometria de los suelos influye de una manera decisiva en su comportamiento bajo tension, Existen varios criterios validos para defi- nir los tamaiios de Ins particulas, que difie- ren ligeramente entre si, pero a grandes ras- gos se puede aceptar ia clasificacion que se muestra en Ja Tabla V.1. Légicamente hay una gran abundancia de terrenos intermedios que se suclen denomi- nar suelos de transicién y son tales como: arcillas-arenosas, arenas-limosas, etc. Cabe sefialar que si un material posee ele- mentos gruesos, 0 muy gruesos, debidamen- te englobados en una matriz de materiales més finos, es el comportamiento de estos liltimos el que determina y fija el comporta- miento resistente del conjunto. 5.2.3. Rocas blandas y suelos duros Puede entenderse facilmente que se trata de estadios intermedios que participan de tos dos tipos de peculiaridades y por lo tan- to se los puede considerar y tratar como si de cada uno de los dos grupos de origen se tratase. En ocesiones se considera una roca blan- da aquella que se descascarilla al ser expues- ta al aire, o al agua, o bien proporciona un sonido sordo al ser golpeada por un marti- Mo y en Ia que Jos porcentajes de recupera- cién de los testigos en los sondeos son ba~ jos; del orden del 35% 0 inferior. También hay criterios definidos por diferentes auto- res que fijan el concepto de roca blanda en base al resultado del ensayo de compresion simple (Fig. 5.1). Se aprecia que si bien estos criterios son generales, vienen a representar ese estado in- termedio al que se hacia referencia previa- mente. 5.2.4. Rocas Desde un punto de vista geoldgico, con consecuencias a efectos resistentes, las rocas se pueden agrupar en funcin de su origen en tres grandes grupos: Tabla V1 CLASIFICACION DE LOS SUELOS SEGUN EL TAMANO DE LAS PARTICULAS Definiciéa Tamafos J Identificaeién en campo Gravas > 2mm Medible Arenas > 0,06 mm y < 2 mm Visibles Limos > 0,002 mm y < 0,06 mm Asperos al tacto Arcillas “< 0,002 mm Tacto suave y se secan lentamente pegdndose a los dedos. — fgneas, consecuencia de la cristalizacion de Jos materiales de la corteza terrestre (gra- nitos, basaltos, etc.). — sedimentarias, formadas bajo presién, temperatura o agentes quimicos a partir de sedimentos transportadas y depositados (are- niscas, pizarras, conglomerados, etc.), ¥ _— metamérficas, transformadas a partic de otras rocas mediante enormes esfuerzos cortantes en combinacién con el calor, el agua, ete. (cuarcitas, gncises, esquistos, etc.). ‘Su composicin mineraldgica es la que per- mite ana identificacién y calificacién defi- nitiva. No obstante, es importante el conocimien- to y descripeién no sélo de la roca sana, sino también del estado en que est4. Hoy en dia existen complejos sistemas de clasifi- cacién que permiten tener una vision muy ajustada y precisa del mismo. (Ver Capitulo 4, Investigacion de Detalle, punto 4,3.5.1.)- Estos criterios tienen en cuenta el estado de la roca sana y sobre todo el tipo, persis- tencia, espaciado, ete., de las juntas 0 dis- continuidades que presenta el macizo roco- so en su totalidad. En cualquier talud importante un buen le- vantamiento de campo del materiales muy necesario, pudiéndose utilizar para ello las recomendaciones de Meciinica de Rocas, ya descritas en el punto 4.3.5.2. 5.3. Resistencia al corte de los suelos 1. Generalidades Cuando se trata de analizar la estabilidad de un determinado talud constituide por sue- los naturales 0 attificiales es necesario valo- rar la resistencia al esfuerzo cortante de &- tos, y el estado tensional en el interior del terreno, ya que inevitablemente se producen estos esfuerzos cortantes. De hecho, y tal como se desarrollard con més amplitud en capitulos posteriores, a $0 argo de la hipotética superficie de desliza- Manual de Taludes 123 miento que se suponga, se producen por un lado esfuerzos cortantes que tienden @ pro- ducir el movimiento, y por otro lado se mo- viliza ta resistencia tangencial que tiende por contra @ impedirlo. EL hecho de que domine uno u otro de Jos mecanismos condiciona que el talud, o ja superficie inclinada de que se trate, sea esiable © n0. Por estos motives, valorar con precision adecuadamente la resistencia de los suelos que intervienen y en el estado en gue lo hacen ¢s de particular importancia, habida cuenta sobre todo de que es en este aspec~ to, ¥ no en la definicién geométrica del pro- bblema, o en los métodos de cdleulo que se pueden aplicar, en el que existe un mayor grado de dificultad y de incertidumbre, y en consecuencia se puede producic un ma- yor nivel de errores (LAMBE y WHITMAN, 1965), En ef caso de taludes naturales interesa conocer Ia resistencia de los materiales inal- terados y en los artificiales la del material en estado remoldeado con la densidad y hu- medad propia del material in situ». En este apariado se desarroltan tos dis- tintos procedimientos que existen para asig- nar la resistencia de los suelos, en funcién de los medias de que se disponga. 5.3.2, Métodos directos Los procedimientos ms habituales para determinar la resistencia al corte de los sue- los consisten en efectuar ensayos en labora- torio con muestras, remoldeadas 0 inaltera- das, que reproduzcan el estado en que el material se encuentra en el terreno. También existe obviamente fa posibilidad de efectuar ensayos de corte «in situ», nor malmente a gran escala, pero por limitacio- nes de indole econémica o préctica, estos ensayos suelen ser inviables, a pesar de ob- tenerse con ellos, en general, los mejores re- sultados. 124 Caracterizacién geotéenica de materiales 5.3.2.1. Conceptos basicos a) PRESION «TOTAL», «EFECTIVAs ¥ «PRESION INTERSTICIAL» Los primeros conceptos que se deben te- ner claros en el estudio de la resistencia al esfuerzo cortante de los suelos son los si- Buientes: — Presién total (a) sobre un plano ele- mental es la fuerza total por unidad de su- pesficie que actia sobre dicho plano. — Presion efectiva (a’) es, por definicién, la que determina la resistencia al esfuerzo cortante. Si se somete un suelo saturado, cons- tituido por particulas sélidas y por agua, & un estado de tensiones, los esfuerzos que se aplican son absorbidos en diferente pro- porcién por estos dos elementos. La propor- cién de la tensién tomada por ef esqueleto sdlido es lo que se denomina presidn inter- granular, que a efectos pricticos coincide con la presién efectiva. — Presion intersticial (u) es Ia parte de tensién absorbida por el agua. Como el agua no puede soportar esfuerzos cortantes siem- pre tendré solamente la componente normal. En sintesis simplificativa, se puede afir- mar que: gsa—u 6.1) y ésta es la expresion dada por TERZAGHI (1923), conocida como ley de fa presién efec- tiva, b) COHESION Y ANGULO DE ROZAMIENTO INTERNO Dependiendo de su constitucién, algunos materiales sélo exhiben una componente de resistencia friccional (g), otros exbiben tam- ign una componente cohesiva (c}, que es consecuencia de las fuerzas de atraccién elec- troquimicas que existen en el punto de con- tacto entre las particulas. ‘Asi como Ja componente resistente debi- da a la cohesidn (c) es independiente del es- tado tensional, en los materiales donde exis- te componente friccional debida a la actua- cin del dngulo de rozamiento interno (¢), a resistencia aumenta con la presién de con- finamiento. Esto se puede expresar mediante Ia rela- cién de COULOMB (1773) siguiente: recto te 6.2) en donde las «primas» representan valores en efectivas, tanto para la tensién normal al plano que se considere (0"), como para la cohesién (c’) y el angulo de rozamiento interno (y"). Esta expresion es una linea recta que puc- de dibujarse en coordenadas esfuerzo cor- tante-esfuerzo normal, para representar la resistencia intrinseca del material (Fig. 5.2) en el plano de Mohr. Si en este diagrama el estado tensional que actiia sobre el suelo supera, 0 es tangente ala recta, se puede decit, de una manera simplificada, que el material rompe o que ha plastificado. ¢)_RESISTENCIA DE «PICOn Y RESISTENCIA «RESIDUAL» (0 «ULTIMA») Si se aplica una tensién tangencial a una muestra, ésta se deformard progresivamen- te hasta que se produzca la rotura, a una Fig, 5.2.—Relacién tension normal-esfuerzo cor- tante en un suelo cohesivo. Manual de Taludes 125 Fam (stn pia) aman sobecmsaes 7 (eel tesa) Femida ang, 7 tecilarnormaeste court Fig. 5.3.—Curvas iensién tangencial-desplazamien- to para arcillas normalmente consolidadas y so- breconsolidadas. determinada fensién pico. En algunos mate- riales a medida que la deformacién continda la resistencia se reduce hasta que se alcanza un valor minimo constante que se denomina resistencia tiltima o resistencia residual (Fi- gura 5.3). Por tanto, la resistencia residual es un va- lor resistente mas bajo que la resistencia pi- co, y que se manifiesta una vez que la rotu- ra se ha producido. En arcillas normalmente consolidadas la resistencia al corte del material remoldeado, se suele considerar igual al valor de la resis- tencia tiltima. Adicionalmente cabe decir, tal como se aprecia en la Figura 5.3, que las arcillas normalmente consolidadas apenas pre- sentan una resistencia de pico diferente de Ia denominada resistencia titima. La envolvente de las resistencias tltimas, en condiciones de drenaje, es una recta que pasa por el origen, en un diagrama de Mohr- Coulomb (7, 9), y no presenta valores para la cohesion, 0 son de una magnitud tan pe- quefia que a efectos practicos es desprecia- ble, a pesar de que sea un material cohesivo (Fig. 5.4), d) SUSCEPTIBILIDAD DE UNA ARCILLA Se entiende por suscepribilidad de una ar- 64 Rapida ‘Se sabe, como se vera posteriormente, que la resistencia al corte sin drenaje de una muestra inalterada depende de fa presi6n efectiva que actiia, y en menor medida de la plasticidad. Por el contrario, una mues- tra de arcilla amasada posee una resistencia al corte sin drenaje que depende fundamen- talmente de un indice de fluidez, IL, (ver Fig, 5.16) concepto que fue definido por TERZAGHI mediante la expresién: n -2—* 5.3) IP 63) siendo w la humedad natural, LP la bume- dad propia del limite plastico e IP el indice de plasticidad. Las arcillas sensibles clan destizamientos rapidos y a menudo catastréficos por Ia busca caida de ta resistencia al romperse Un caso clisico es Ia arcila de Leda (LAM- BE y WHITMAN, 1969). e) RESISTENCIA AL CORTE SIN DRENAJE Y CON DRENAJE (ESTABILIDAD A «CORTO» ¥ A «LARGO PLAZO») Al construir un terraplén, 0 al excavar un talud, se introducen los cambios en el esta- do de tensiones del terreno que tenderén a estabilizarse en unas nuevas condiciones de equilibrio que dependen Iégicamente, entre ‘otros factores, de las presiones intersticia- Jes, Existe, por tanto, un estado de solicita- ciones itiicial y otro final. Para el célculo de la estabilidad a «corto plazo» (al cabo de un periodo de tiempo lo suficientemente breve con relacién a fa per- meabilidad del suelo, como para que las pre- siones intersticiales originadas no se hayan disipado) se han de utilizar valores de la re- sistencia del material deducidos de ensayos en los cuales no se haya permitido el drena- je. Normalmente se denomina resistencia al corte sin drenaje. Segiin va pasando el tiempo, las condi- ciones van variando, dado que las presiones intersticiales creadas por el cambio de ten- siones se van disipando y van tendiendo a alcanzar unas determinadas condiciones de equilibrio. Para el cdlculo de la estabilidad en estas condiciones a «largo plazo» se han de considerar valores de la resistencia dedu- cidos, entre otras posibilidades, de ensayos que hayan permitido el drenaje de las mues- tras. Dada Ja relacién que tiene la disipacion de presiones intersticiales, para una deter- minada variacién tensional, con la permeabi- Hidad, légicamente esta distincién entre resis~ tencias a corto plazo y a largo plazo donde tiene pleno sentido es en materiales arcillo- sos, antes bien que en materiales de tipo granular, En arcillas saturadas, cuando se ven so- metidas a una solicitacién répida, la tensién aplicada es soportada parcialmente por el es- queleto del suelo y el resto por cl agua de los poros. Si se aumenta la presién de con- finamiento, el didmetro de los circulos de Mohr que la representa no se incrementa- ria, dado que la ptesién intersticial soporta- ria todo el incremento de carga. Por consiguiente, la resistencia al corte sin drenaje es independiente del aumento de la presién normal, y por lo tanto ¢ es nulo. En la Figura 5.5 se expresan grfificamente estas ideas. (Condicién @ = 0). Puede apreciarse que la resistencia al cor- te sin drenaje S,, a corto plazo adopta el ‘Gy resistencia a la compres siemple Fig. 5.5.—Resistencia al corte sin drenaje en una arcilla saturada, valor igual a la mitad de la resistencia a la compresién simple 4, y que el comporta- miento del suelo equivale a efectos précti- cos, a que sdlo poseyese una componente cohesiva. 5.3.2.2. Valoracién e interpretacién de os ensayos En el Capitulo 4, Investigacion de Detalte, se han visto las distintas posibilidades que existen para cleterminar tanto en laborato- rio como en campo Ja resistencia al corte de los suelos, Manual de Taludes 127 Una sintesis de los ensayos més comunes con los comentarios mas relevantes, se ad- junta en las Tablas V.3 y V.4, No basta con que los ensayos se efectien adecuadamente, de acuerdo a las normati- vas oficiales existentes, para que sus resulta- dos representen correctamente la realidad por las razones siguientes: a) En primer Juear fos ensayos de labo- ratorio son vdlidos si las muestras utitizadas representan adecuadamente la realidad. Y no sélo por su composicién (el mismo tipo de ‘material, con fa misma granulometria, etc.), sino también por su estado (densidad y hu- medad). Incluso hay ocasiones en que no se pue- den conseguir facilmente muestras inaltera- das. Por ejemplo: — cuando se trata de arcillas muy suscep- tibles, es decir, que sufren una considerable pérdida de resistencia durante 1d toma de muestras, — en arcillas fisuradas, pues las muestras del laboratorio suelen estar escogidas de en- tre las partes mds sanas del conjunto, — en arenas limpias, sin finos, etc. Tabla V.3 ENSAYOS DE LABORATORIO (HUNT, 1984. Cortesia do McGRAW-HILL) Pardmetros Ensayo vena ‘Comentarios Compresién triaxial cD © @ Mejor método para valorar las resistencias en presiones efectivas. cu ¢. @ c' g' Valores resistentes ligeramente superiores a la realidad a causa de la disminucién de ta w hasta la preconsolida- cién. uu S, Valor de laboratorio més representativo de la resistencia al corte sin drenaje. Corte directo © e% El mejor método para valorar la resistencia residual. En arenas flojas los valores son ligeramente inferiores a Jos deducidos del triaxial. Compresién simple Valores normalmente més bajos que Ja realidad. Penetrémetro de bolsilio Valico para poseer unos indices de resistencia orienta tivos. 128 Caracterizacién geotécnica de materiales Tabla V.4. ENSAYOS DE CAMPO (HUNT, 1984 y elaboracién propis) Ensayo Parkmetros medidos ‘Comentar Molinete Ss. No olvidar la posible anisotropia del material. SPT * Se suele estimar primero la densidad relativa (D,) pa- (N) (indirectamente) ra fuego correlacionar con ¢* Ss. Se determina la consistencia a partit de N, para obte- er dy, resistencia a la compresién simple, cn funcién de Ja" plasticidad. cPr e Poco utilizado en Espaita. Hay correlaciones empiri- tad cas para obtener los valores deseados. Sy Borros eS, El valor de N, se correlaciona con el N del SPT y (Np se utilizan relaciones estimadas. Ensayo corte «in sitwr Sy 6 € Caso y costoso pero resultados de muy buena calidad. En estos casos la préctica habitual suele set acudir a determinar la resistencia al es- fuerzo cortante de los suclos «in situ», aun que en ocasiones sdlo sea posible determi- narla por métodos indirectos Un caso particular es el de aquellos mate- riales que poseen elementos gruesos en sus granulometrias, fundamentalmente suelos alu- viales 0 coluvionares. Si no se poseen datos de ensayos efectuados en campo hay va- rias posibilidades de actuacién que tienden a aproximarse a 1a realidad: — hacer ensayos con el mayor diémetro de las probetas posible. Hay células de 4 y 9 pulgadas, — reconstruir la curva granuloméirica pa- ralela, con tamafios inferiores y que sean ade- cuados con el didmetro de la muestra a en- sayar, ¥ — olvidarse de los gruesos y tener en cuen- ta que se est4 del lado de la seguridad. b) En segundo lugar, los ensayos efec- tuados son vailidos si reproducen adecuada- ‘mente las condiciones tensionales y tas hi- pétesis tedricas que se suponen al analizar el problema de estabilidad que se desea co- nocer. Esto, basicamente, en una doble ver- tiente, — si se analiza la estabilidad en condicio- nes de drenaje o sin él, 0 — silos ediculos se efectiéan en presiones totales 0 en efectivas. Adicionalmente cl andlisis de la informa- cién que suministra cualquier ensayo no se debe basar exclusivamente en los valores fi- ales deseados (p.c. c’ yg’) sino que se de- be contemplar la totalidad de los datos que entran a formar parte de las condiciones en que se efectiian los ensayos. (desde el pro- ceso de toma y transporte de las muestras, tamaiio y representatividad de las mismas, densidades inicial y final, humedades y por- centajes de saturacién respectivos, ctc.). ¥ Ja totalidad de los resultados ‘que el labora- torio suministra (forma de rotura, evolucion de las presiones intersticiales 0 de cambios de volumen durante ¢l ensayo, homogenei- dad entre los resultados alcanzados, etc.), para poderlos comparar con experiencias pro- pias y ajenas y asi poder disponer de Ia in- formacién en su conjunto, debidamente con- trastada y cuestionada. 5.3.2.3. Suelos parcialmente saturados En suelos parcialmente saturados fa resis- tencia se controla por las tensiones efecti- vas, pero cl concept de tensién efectiva no se puede aplicar directamente puesto que también existen presiones en el aire de los vacios parcialmente saturados, Una cohesién aparente, cy, s¢ produce co- mo consecuencia de las fuerzas eapilares que existen en los meniscos del agua en suelos granulares finos, arenas finas y limos, y pro- veen una resistencia, al menos temporal, que se pierde cuanco se satura o se deseca to- talmente. LAMBE y WHITMAN (1969) proponen valorarla empiricamemte en base a la expre- sién: Dee (5.4) donde D es la distancia vertical hasta el nivel freatico, y w” el angulo de rozamiento inter- no del material No obstante, en la practica habitual se uti- lizan ensayos triaxiales sin drenaje, 0 se sa- tura Ja muestra con contrapresién por cola. En los ensayos sin drenaje en suelos par- cialmente saturados, el desviador de rotura aumenta con Ia presién Iateral, pues la com- presign del aire que ocupa los pores permite el aumento de las presiones efectivas, Sin em- bargo, ef aumento de la resistencia es cada vez menor (la relacién no es lineal como en el caso tedrico definido por Coulomb), pues el aire comprimido pasa a ser disuelto, ¥ dicho aumento cesa cuando las tensiones son lo suficientemente grandes como para causar la saturacién, dado que la compresi- bilidad de ta mezcla aire-agua se hace muy pequefia. En estos casos y, tiende a 0. Los valores de c, y 9, que se utilicen de- ben corresponder a los obtenidos en los in- tervalos de presiones normales que se corres- pondan con el caso que se desea analizar (Fig. 5.6.). Cuando se va a efectuar el cdlculo en pre- siones efectivas, 1o que se hace con frecuen- Manual de Taludes 129 Fig. 5.6.—Resisiencia al corte sin drenaje en sue- Jos semisaturados. cia es saturar la muestra y suponer que la saturacién no altera los valores de c’y ¢, © que los altera tan poco como para no con- siderarlo, Si se efectia et cflculo en presiones tota- les también se suele saturar Ja muestra, y obtener los valores directamente, puesto que con ello lo que se consigue es estar del lado de la seguridad, ya que al saturar la muestra se anulan las tensiones capilares del suelo. 5.3.3. Métodos indirectos Cuando no se disponga de ensayos sufi- cientemente representatives, 0 cuando sélo se dese conocer e] orden de magnitud de la resistencia de los materiales, es posible acudir a otros procedimientos que, basados en la experiencia de otros autores, permitan valorar la resistencia al corte, al menos de una forma aproximada. Adicionalmente es- tos métodos sirven también, no sélo de con- traste con experiencias parecidas, sino tam- bién para poseer una vision mas amplia, que sefrende 0 matice los resultados obtenidos de ensayos directos. Por razones pricticas se diferencian los suelos coherentes de los no cobesivos, si bien se es consciente de que puede haber una am- plia gama de situaciones intermedidas con elementos que participan de uno y otro ti- po. En estos casos, en ocasiones, ¢s conve- niente acudir a Ja informacion doble que se obtiene de suponer que se trata de una posi- dilidad u otra. A A eee 130 Caracterizacién geotéenica de materiales No obstante, basta con que exista un pe- quefio porcentaje de elementos coherentes («grosso modon, plasticas, arcillasos), cifra- ble a grandes rasgos entre el 15 y el 25% para que el conjunto se comporte como tal. (Estos porcentajes se deben tomar con pre- caucién, pero pueden setvir como indicati- vos.) Este subapartado esté estructurado de Ia siguiente forma: — En una primera parte se describen los procedimientos mds habituales para determi- nar la resistencia de los suelos a partir de otros ensayos, que miden otros tipos de pa- rametros distintos. -- En la segunda parte, a partir de tos datos de identificacién que se posean, se ex- plica la utilizacién a partir de ellos de tablas ¥ Abacos que los correlacionan con Ia re- sistencia, Légicamente, tal como se decia anterior- mente, estos métodos, siendo en ocasiones muy tiles, se deben manejar con precat- cién y considerarlos siempre como valores aproximativos. 5.3.3.1. Correlaciones empiricas {atmeratees) a) EN SUELOS INCOHERENTES. — A partir del Ensayo de Penetracién Stan- dard (SPT), descrito en el apartado 4.3.2, exisien multiples cortelaciones con el valor det éngulo de rozamiento interno y, por me- dio del valor de la densidad telativa D,, Las particulas gruesas (gravas y gravillas) afeotan, elevandolo, considerablemente el va- Jor de N. En arenas gruesas y gravas, la saturacién no afecta. En arenas finas y limos, que se encuentran bajo el nivel fredtico, se debe corregir el valor obtenido, si N’ > 15, me- diante 1a expresion, ya mencionada en el apattado 4.3.2: N = 15 + (N’— 15/2 (TERZAGHI y PECK, 1948) 6.5) La presién del entorno modifica los resul- tados obtenidos. Varios autores han propues- to utilizar un valor N,, cortegido, median- te las expresiones: N, = CN 6.6) (SEED, 1979) 20 N,=N, +077 logy 5.7) % (PECK y otros, 1973) siendo: Cy = factor de correccién (Fig. 5.7). a), = presién vertical efectiva (tsf). N, = valor del SPT para a, = 1 ts (9,764 t/m?), N, = valor corregido. Con esta correccién se puede obtener el perfil de angulos de rozamiento en profun- didad, Una vez que se tiene definide el valor de N se puede extrapolar el valor del angulo de rozamiento interno, bien mediante el va- lor de Ja densidad relativa o bien directa mente. Para obtener el valor de la densidad rela- tiva se pueden utilizar: — la Figura 5.8 (BURMISTER, 1962) —las Tablas V.5 (HUNT, 1984) y V.6 (HUNT, 1984) — Ia ecuacién dada por MARCUSON et al. (1977) en funcién del coeficiente de unt- formidad (C,) (expresién $.15) y la presi6n efectiva: D, = 11,7 +0,76V222N+ 1600—530,—50C2 (6.8) Para deducir el angulo de rozamiento in- terno se pueden emplear: — las Figuras 5.9 (BURMISTER, 1948) y 5.15 (NAVFAC, 1971) la Tabla V.6 En cualquier caso, si bien los valores del G Dio fp Sober eras ent (Lf = Fig. 5.7.—Valares del evefictente Cy en la for snnula de SEED (1979} (Fuente: HUNT, 1984. Cortesta de McGraw-Hill). SPT son ampliamente utilizados en todo el mundo, en los valores de N de partida pue- de haber unas dispersiones del orden del 15-20% de unos casos a otros, aunque ¢l ensayo esta normalizado (ASTM-D 1586). ~~ A partir del ensayo del cono penetro- métrico (CPT)*. También se pueden utilizar los resultados de este ensayo «in situ», para extrapolar el Angulo de rozamiento interno. *_ CPT = Cone Penecation Test, Ensayo Penetrométri- 0 Batic Manual de Taludes 131 — Dien directamente en funcién de la pro- fundidad (Fig. 5.10) (TROFINENKOY, 1974). — bien por medio del valor deducible de la densidad relativa D, (Fig. 5.11) (SCH- MERTMANN, 1977). En el primer caso se obtienen, en general, valores inferiores a los deducibles en labo- ratorio mediante ensayos directos, Es por lo tanto un método conservador. b) EN SUELOS COHERENTES — Fl método mas sencillo y utilizado es el del cono penetrométrico estatico (CPT) (ASTM 3441), del cual se obtiene el indice 4, que representa la capacidad portante es- tética y cuyas dimensiones son las de una presién. Para estimar el valor de la resistencia al corte sin drenaje S, se pueden utilizar las siguientes expresiones: 5S, = GAS 69) para arcillas blandas a duras (SANGLE- RAT, 1967). S, = 4/30 (5.10) para arcillas duras fisuradas (SANGLE- RAT, 1967). Tabla V.5 CORRELACION PARA SUELOS NO COHESIVOS ENTRE D,, COMPACIDAD Y N (HUNT, 1984, Cortesia de McGraw-Hill) Densidad relative Compucidad D, N (SPT) Muy suelo < 0.15 <4 Suelto 0,15-0,35 410 Medianamente denso 0,35-0,65 10-30 Denso (compacto) 0,65-0,85 30-50 Muy denso_ 0,85-1,0 > 50 @_De GiMBS y HOLTZ ash, Dae Gmen-2 Reem ntoD = Des NS Bins Gm t. 132 Caracterizacién geotéenica de materiales 60 60 c ] : 50 x0 82 5 ag A, 38 940 po mS 5 F sof. i op po pee £ oe 4 £3 a $20 $e He 20 oo Z ane KS ges 3 10 a ee 10. as z 3 1° ° Floja ‘Compacidad media | Compacta |Muy compacta po tp en tl ow 2 30 40 50 6 7 80 9% 10 Densidad relativa, D,, y compacidad Fig, 5.8.—Relacién entre ef n.° de golpes cada 15 cm, granulometria y compacidad (BURMISTER, 1962, En HUNT, 1984, Cortesia de McGraw-Hill. Table V.6 PROPIEDADES COMUNES DE LOS SUELOS NO COHESIVOS (HUNT, 1984, Cortesia de McGraw-Hill) Densidad seca Indice de Angulo de @ ‘poret | rozamlento Matera Compacited =D, (YN ero. 1) raarem . ‘GW; Gravas bien graduadas, mezcias Dena 78 0 221 022 0 de grava y de arena Medianamente dessa 50 5 208 028 36 Sveta 2 <2 197 036 2 GP: Gravas mal graduadas, mercias Densa 38 » 208 033 8 fe gravay arena Medianamente densa $0 30 32 038 35 Sula 23 <0 Us oar 2 SSW: Arenas bien graduacas, arenas Densa a 6 189 043 7 con grava Medianamente densa $0 35 1p 18 au Sucka Bs 40, [7 ST Raion are 9 Ue KARLSSON» KO, | Fig, 5.12.—Correlaciones para obtener et valor de S,/o,. | 134° Coracterizacién georécnica de materiales Tabla V.7 PROPIEDADES COMUNES DE SUELOS ARCILLOSOS (HUNT, 1984. Cortesia de McG Hil Resist, 2 compres. Consistencta N simple 4, (Ke/em!) Dora > 30 Se marca dificilmente > 20 >40 Muy rigida 15-30 Se marca con la ula del pul-— 2,08-2,24 20-40 ear 815 Se marca con el pulgar 1,92-2,08 1,0.2,0 Media (firme) 48 — Moldeable bajo presiones 1,76-1,92 0,5-1,0 fuertes Blanda 2-4 Mokdeable bajo presiones debiles 1,60-1,76 0,25-0,5 Muy blanda <2 Se deshace entre los dedos —_1,44-1,60 00,25 S,/a; = 0,31 + 0,0037 IP (5.13) cidn del indice de plasticidad (IP) y del limi- (TERZAGHI y PECK, 1967) vali- do para IP > 10. También se pueden utilizar los gréficos de la Figura 5.12 (BJERRUM y SIMONS, 1960; KARLSSON y VIRERG, 1967), ent fun- te liquido (LL). — A partir del valor de N obtenido del Ensayo de Penctracién Standard (SPT), tam- bién se puede deducir el valor de la resisten- cia a la compresién simple, g,, mediante la i sen © t f Sewers: . Kt de tan plastid Avis Sette aie a ? i qn : de- a" + z 3 ° 7 Y fi e Fst ue 1s 20 2s 30) aS ao ante Ressincin a ta compesisn simple gy en taf (L180 © 9,764 vent) Fig. 5,13.—Valores de ta resistencia a compresién simple a partir del Ensayo de Penetraciin Stan dard (SPT) para suelos cohesivos de distinta plasticidad (NAVFAC, 1971) ‘Tabla V.7 (HUNT, 1984) y la Figura 5.13 (NAVFAC, 1971). En condiciones sin dre- naje se adopta el valor de la resistencia al corte igual a la mitad de Ia resistencia a la compresién simple sin confinamiento, q,. ‘También hay relaciones entre los distintos tipos de penetrométros estaticos y los valo- res resistentes que se deducen, y entre los distintos tipos de penetrdmetros entre si. En cada caso concreto se debe acudir en fun- cidn del tipo de penetrémetro a las correla- Manual de Taludes 138 ciones que con él existan en 1a bibliografia especializada. Un buen compendio de los mismos existe en el libro de SANGLERAT «El penetrometro y el reconocimiento de tos suelos» (1967). — Otra posibilidad es el uso del ensayo del molinete de campo para obtener valo- es de la resistencia af corte sin drenaje, En general los valores que se obtienen son muy aceptables. Se debe hacer Ia correccién del Tabla V.8 PROPIEDADES TIPICAS DE SUELOS COMPACTADOS: (NAVFAC, 1971) Cobesién —Cohesién_ Angulo roza, Simbolo (compactado) (saturado) int. efect. del grupo Tipo de suelo tm? t/m? ‘grados tg! GW Gravas bien graduadas, mezclas de grava y de arena o o >38 > 0,79 GP Gravas mal graduadas, mezslas de grava y de arena 0 0 >a > 0.74 GM — Gravas limosas, mezclas de gra- va-arena-limo mal graduadas > Me 3067 GC Gravas arcillosas, mezclas de gra- va-arena-arcilla mal graduadas >a > 0.60 SW Arenas bien graduadas, arenas con grava 0 0 38° 0.79 SP Arenas mal gradwadas, arenas con grava 0 o a” 0,74 SM Arenas limosas, mezclas de are- na-limo mal graduadas 513 2,05 ae 0,67 SM-SC_ Mezclas de arena-limo-arclla con finos poco plasticos 5,13 1.46 3° 0,86 SC Arenas arcillosas, mezclas de are- na-areilla 157 12 are 0.60 ML Limos inorganicos y limos arci- Tosos 6.83 0.93 32° 0,62 ML-CL — Mercla de fimo inorgénico y ar- cilla 6.59 2.24 a2 0,62 CL Arcillas inorganicas poco plisti- cas 0 de plasticidad mediana 8.79 132 2° 0,54 OL Limos organicas y arcillas imo- sas organicas poco plasticas, = = - - MH Limos arcitlosos inorgénicos, sue- los limosos 7,32 2.05 25° 047 CH ——Arcillas inorgénicas muy pldsticas 10,5 42 19° 0,35 OH Arcillas orgéinicas y arciltas limo- sas 136 Caracterizacién geotécnica de materiales up tof os ale 08) 2 or os os a Ine de plata IP Fig. 5.14.—Relacisin entre el factor de correc- cion, ,, y ef indice de plasticidad (BJERRUM y otros, 1972). valor de campo (S,) en funcién del indice de plasticidad para deducir el verdadero va- lor de campo (5,). (Figura 5.14) (BJERRUM y otros, 1972). Tabla V.9 VALORES REPRESENTATIVOS DE ¢’ PARA ARENAS Y LIMOS (TERZAGHI ¥ PECK, 1948. Cortesia de John Wiley and Sons) Materiales _#* Grados) Suelto Denso Arena, granos redondos, unifor- ‘mes 2,5 4 Arena, granos angulares, bien gtaduados 334s Gravas arenosas 3550 ‘Arena limosa 27-33 3034 Limo inotgdnico 27-30 30-35 5.3.3.2. Tablas y cuadros aproximativos ‘Cuando no existe ningtin tipo de ensayos, ni de campo ni de laboratorio, y aunque sea un método excesivamente «groseron, es ne- cesario en ocasiones acudir, en base a la ex- periencia, 2 abacos y tablas que a partir de Jos ensayos de identificacién permitan extra- polar a valores resistentes. 45 é Densidad relstiva ‘Tipo de snaterial vt obtenido de la fenvolvente de rotura en ‘esfuerzos efectivos ‘Angulo de rozamiento interna, ¢? (grados) Fe tine! 2 ‘Porosidad. n{(G = 2,68) Tassos [gas ae as” “ge | oa | oe [oe tia noe EET O2 5 oft 1 asl operseromsesosias awa oe os] op of op | | 75 80 90 00 nO 420 130, 140 150 Peso especfico see0, ny, en ef (I pet = 0,01602 t/m) Fig, 5.15 —Relacin enure el éngulo de rozamiento interno efectivo y el peso especifico seco para suelos.granulares (NAVFAC, 1971). a) SUELOS [NCOHERENTES. — Para suelos remoldeados se puede uti- lizar la Tabla V.8 (NAVFAG, 1971), en don- de los valores se presentan para los materia- Jes compactados en las condiciones éptimas del Préctor Normal. — A partir de la densidad seca y de la clasificacién del material realizada con los criterios de CASAGRANDE se puede esti- mar el valor de ’, si el material no posee finos plésticos, en funcién de una estima- ci6n del valor de la densidad relativa (Figu- ta 5.15) (NAVFAC, 1971). — También se pueden utilizar Sas tablas dadas por TERZAGHI y'PECK (1948) (Ta- bla V.9) y por SOWERS & SOWERS (Ta- bla V.10). — Método de KOERNER Otra posibilidad de obtener et Angulo de rozamiento interno para suelos incoherentes de una forma aproximada, pero que tiene en cuenta diferentes factores, es Ia propues- ta por KOERNER (1970). Aunque esta rela- cién esté obtenida a partir de ensayos lleva dos a cabo con un suelo constituido por cuarzo, se puede utilizar para otro tipo de suelos, en una primera aproximacién, La ex- presién es la siguiente: 2 = 36 + dy, + de, + By, + Ay, + Ap, (5.14) en donde: Ag, corrige el efecto de ia forma de las particulas. Para particulas redondeadas: Ag, = —6° Para particulas de esfericidad baja y for- mes angulosas: Ae, = +2° Ap, corrige el efecto de los tamaios de Tas particulas en funcién del diémetro nor- malmente denominado eficaz, que es el did- Manual de Taludes 137 Tabla V.10 ANGULO DE ROZAMIENTO INTERNO DE SUELOS NO COHESIVOS COMPUESTOS: PRINCIPALMENTE DE CUARZO. (GOWERS Y SOWERS, 1951. Cortesia ‘de MucMillan) ‘Angulo de rozam. Descripeién intern, (°) D, <20% D, >70% Redondo, uniforme 29 35 Redondo, buena graduacion 32 38 Angular, uniforme 35 43 Angular, buena greduacién 37 4s metro de Jas mismas para el cual s6lo hay un 10% inferior a él (D,,). Si Dy > 2 mm (gravay: Ag) = —11° Si 2 mm > Dj > 0,6 mm (arena grue- sa): Ag, = —9° Si 0,6 mm > Dy > 0,2 mm (arena me- Ae, = —4° 0,2'mm > D,, > 0,06 mm (arena fi- na): Ae, = 0 Ag, corrige el efecto del tipo de granulo- metria que posean en funcién del coeficien- te de uniformidad (C,), cuyo valor es: Po C,=— G.15) Po SiC, > 2,0 (bien graduadasy: Ag, = —2° Si C, = 2.0 (medianamente graduadas): Ae, = 1° SiG, < 2,0 (mal graduadas): Ay, = 0 Ay, tiene en cuenta el estado de densidad y compacidad en que se encuentran, Si 0 —~] oe Ize plastica Fig. 3.17. —Relacion ¢' — IP para arcillas de sen- sibilidad mediana a baja (TERZAGHI & PECK, 1948). (JIMENEZ SALAS y JUSTO ALPANES, 1975) relaciona ambas variables. Existen miiltiples correlaciones entre el én- gulo de rozamiento interno de pico ("} ¥ el indice de plasticidad, IP, Para suelos espafioles inalterados, arcillo- sos y limosos, con contenidos de CO, < 12% JIMENEZ SALAS y JUSTO ALPANES (1975) proponen la siguiente expresién: g’ = 34,9 —0,338 IP (5.16) La expresién (5.16) representa valores me- dios de méltiples ensayos realizados con sue- Jos espatioles. Para suelos compactados al 95% de la den- sidad maxima del Préctor Normal, los mis- ‘mos autores proponcn: o = 363-—0,5671P 5-17) “qgeranse Soar 8H ape OD OI Ge ONE | [RESISTENCTA AL CORTE fho/om?) © FANGOS DE LA RIA DE AVILES (ESPARAY X ARCILLA AZUL OE BOSTON F ARCILLA DE CIUDAD DE MEXICO © ARCILLA DE CHIcAGE 1] DIVERSAS ARCILLAS DE EE. UU. NOTA: LOS PATOS DE LAS ARCILLAS AMERICA: NAS SOR DE MITCHELL (99, [Ag ctiavas SON DE SKEMPTON ¥ NORTHEY tise ngul €6 10h Is oP Indie de pasa, IP Fig, 5.16.—Relactén entre la resistencia al corte sin drenaje y ef indice de fluidex en suelos arci- Mosas amasados (MENEZ SALAS y JUSTO ALPANES, 1971. Cortesia de Ed. Rueda). Fig. 5.18.—Correlacién entre el dnguto de roza- ‘miento interno efectivo y et indice de plastic dad (BJERRUM y SIMONS, 1960. Cortesia de ASCE). Otras correlaciones titiles pueden verse en la Figura 5.17 (TERZAGHI y PECK, 1948), aplicable a arcilles de sensibilidad mediana © baja y en la Figura $.18 (BJERRUM y SIMONS, 1960) en la que se distingue entre el material remoldeado inalterado. El Angulo de rozamiento interno residual y drenado (;) puede obtenerse de las si- guientes formas: — A partir del indice de plasticidad (1P) por medio de la Figura 5.19 (KANJI, 1970; PATTON y HENDRON, 1974). —~ A partir del porcentaje de fraccién ar- cillosa (% de particulas de tamafio menor de 2 micras), obtenido por sedimentacién. EI grafico de la Figura 5.20 ofrece este tervalo de valores, propuesto por SKEMP- TON (1964). Estas relaciones citadas son las que estan mas extendidas. Sin embargo se pueden en- contrar en la bibliografia otras varias, dedu- cidas todas ellas de ensayos de laboratorio, ligando los angulos de resistencia al corte, residuales y drenados, en funcién de los pa- rametros basicos de los materiales arcillosos, fundamentalmente el indice de plasticidad y et porcentaje citado anteriormente de parti- culas inferiores a las 2 micras, Manual de Taludes 139 En las Figuras 5.21 y 5.22 se presentan conjuntamente estos grificos en donde se puede apreciar cémo las dispersiones den- tro de un mismo autor y de unos autores a otros son importantes. 5.4. Resistencia at corte de materiales altamente fracturados En muchos casos practicos reales, el ma- ciz0 Tocoso s¢ encuentra tan altamente frac- turado, con unas distancias tan préximas en- tre las juntas, que los planos de debilidad dividen al conjunto en elementos interconec- tados entre si por juntas. En estos casos, sobre todo cuando no hay determinadas superficies predominantes que favorezcan el deslizamiento, lo mas razona- ble, como una primera y buena aproxima- cidn es el uso de las teorias de Mecani¢a del Suelo para el andlisis del conjunto, y supo- ner que se trata realmente de un suelo, tal como se ha desarrollado en el apartado 5.3. También es posible, y su aplicacion prac- tica es similar, ntilizar los Indices de Cali dad que se puedan asignar al macizo rocoso y valorar Ta resistencia del conjunto en base @ los criterios que se desarrolan én el apar- tado 5.5.4, y que han sido elaborados por HOEK y BROWN y por BIENIAWSKI. * 7% z i ¢ : : tae g 20) $4 ze 2 [ ons ans i : x [eo i i a i 2 8 i BS 5 3 3 go Se eG } Indie de passa, 1, % oh Poveiie Ge fain erie ( = ONE we) Fig. 5.19,—Relacion @ — IP para suelos cohe- rentes (RANI, 1970; PATTON y HENDRON, 1974, Fuente: HUNT, 1984, Cortesia de Me Graw-Hill). Fig, 5.20.—Correlacién entre ef dngulo de roza- ‘miento interno residual y el porcentaje de arcitla «SKEMPTON, 1964, Cortesia de Geotechnique). 140 Caracterizacién geotécnica de materiales @ jo skerimion (1964) ins eras — oro (1965) = Binnie ea 960 {ey Manse eine lone 3 Ttenume 970 » 3 m6 & © wil Fras arte (8) Fig, 5.21,—Correlaciones debidas a varios auto- res enire la resistencia residual y ta fraceidn arci- Nosa (Fuente: LUPINI, SKINNER y VAUG- HAN, 1981. Cortesia. de Geotechnique}. En cualquiera de los casos el conjunto se analiza como si de un medio homogéneo se tratase, con su cohesion y dngulo de roza- miento interno correspondiente. De una manera andloga, en ¢l caso de ro- cas blindas 0 de suclos duros, el tratamien- to a dar deberia ser similar, bien definiendo las propiedades resistentes como si de un suelo se tratase 0 bien suponiendo que se trata de una roca y deducir sus caracteristi- cas resistentes por medio de los métodos ci- tados. Sin embargo cuando se trata «claramen- te» de un material rocoso, la préctica habi tual es recurrir a ensayos especificos de cam- po 0 laboratorio, segiin los medios econé- micos y el tiempo de que se disponga 0 en su defecto, como se decia anteriormente, uti- fizar alguno de los distintos procedimientos que se describen dentro del apartado 5.5.4, teniendo siempre bien presente que se trata de métodos aproximados, empiricos, con los cuales sélo se pueden obtener érdenes de magnitud. De hecho, por un lado Ja utiliza- cién practica de las clasificaciones geomecd- nicas (apartado $.5.4.1) ha reci impulso para la ejecucién de tineles, mien- tras que su aplicacién en célculos de estabi- lidad de taludes ha sido posterior y como ————————— te aa i SE i Se i be. : i Fig, 5.22.—Correlaciones debidas a varios auto- res entre fa resistencia residual » ef indice de lasticidad (Fuente: LUPINI, SKINNER y VAUG- HAN, 1981. Cortesia de Geotechnique). consecuencia de la falta de otros instrumen- tos de conocimiento del medio rocoso, sen- cillos y_precisos. Por otro lado, la aplicacién del método de HOEK y BROWN da lugar a diseftos ex- cesivamente conservadores. Otra tercera posibilidad es la de utilizar y extrapolar las teorias de LADANYI y AR- CHAMBALLT, 0 las de BARTON, normal- mente aplicables para obtener la resistencia al corte de las Titoclasas, y suponer que los valores que se obtengan son asignables a to- do el medio rocoso (aunque la superficie de deslizamiento que s¢ considere atraviese matriz rocosa y discontinuidades, indistinta- mente), Todos estos procedimientos se describen en el apartado siguiente. 5.5. Resistencia al corte de los materiales rocosos 5.5.1, Generalidades La resistencia al corte de las discontinui- dades de la roca es ef aspecto mds impor- tante para determinar la estabilidad de! ma- cizo rocoso, especialmente en aquellas zonas proximas a la superficie en donde pueda existir alguna forma de inestabilidad cine- méticamente posible. Discontinuidades son: los planos de estratificacién, las juntas de tensidn o cizalladura y la esquistosidad. Son muy abundantes los criterios empiri- -€08 que se han propuesto para definir la re- sistencia al corte de las discontinuidades del macizo rocoso. Sin embargo, sdlo se descri- ben en los apartados siguientes aquellos que han sido més ampliamente aceptados y aque- Mos que presentan una mayor sencillez en su aplicabilidad. Se utilizard indistintamente, por sencillez expositiva, el término discontinuidad, diacla- sa, litoclasa 0 junta, si bien bajo este con- cepto no hay unanimidad entre los distintos autores o entidades manejadas. También se definen en el apartado 5.5.4 dos procedimientos que permiten valorar la resistencia del macizo rocoso, considerado globalmente, como si de un material homo- aéneo se tratase. Estos dos procedimientos ‘© Tease normal | Aig, 5.23.-—Discontinuidad lisa bajo condiciones de corte directo, Prscominied poem ene emesis Teanitn de conte \ Dicominsipe en cements Desptsamieno de cove # Manual de Taludes 141 se deben utilizar como una primera aproxi- macidn al problema, Son cémodos, senci- Mlos y econdmicos de utilizar, pues no nece- sitan de ensayos al corte que siempre son lentos y costosos de realizar. 5.5.2. Resistencia al corte de las discontinuidades planas lisas Por razonamientos de tipo pedagdgico, puesto que a efectos prdcticos suele resultar problematica su aplicacién, se describe este tipo de discontinuidades definiendo y uti zando conceptos que mis adelante se desa- rrollarén. Considérese una litoclasa plana y lisa, re- sultante de una orientacién preferente de la estructura rocosa, sometida a una tensién normal uniforme, 0, y a una tensién cortan- te tangencial, 7, tal como se muestra en la Figura 5.23. Si la litoclasa «incipienten esta inicialmen- te cementada y la tensién cortante se incre- menta hasta que la roca desliza a lo largo de la diaclasa, la curva que relaciona la fen- sién de corte resultante con la deformacién al corte seria similar a la que se muestra en Ja Figura 5.24. La resistencia de pico se produce inme- diatamente antes det punto en que la cemen- ‘Tensida de corte “Tensién normal Hig. 5.24.—Curvas tipicas tensién de corie-de- formacién de corte. Fig. $.25.—Envolventes tipicas de las resisten- clas pico y residual al corte. 142 Caracterizacién geotécnica de materiales tacign se rompe, después de lo cual Ta resis- tencia al corte disminuye hasta alcanzar la resistencia residual. Las resistencias pico y residual deberian ser iguales si la muestra no hubiese estado cementada, unida con anterioridad al ensayo. Muestras idénticas ensayadas a diferentes tensiones normales mostrarén resistencias pi- co y residual crecientes al aumentar la ten- sin normal aplicada. Las envoiventes de las resistencias resultantes, producidas al dibujar cl grafico de resistencia al corte, vs. tensién normal, deberian ser similares a las mostra- das en la Figura 5.25. La resistencia pico representativa de las discontinuidades cementadas se puede defi- nir por la siguiente ecuacién lineal: r=ctateg, (5.18) en donde ¢ es fa cohesién, 0 resistencia de Ja muestra bajo tensién normal nula, defini- da por ta intercepcién de la recta con el eje vertical de resistencia al corte, ¥ tev, es la pendiente de tas envolventes de las resisten- cias pico. La resistencia de las juntas no lisas no ce~ mentadas 0 ligadas, y la resistencia residual de las juntas cementadas viene dada por: r=otee, (5.19) en donde fg ¢, es la pendiente de la envol- vente de las resistencias residwales. La ecua- cidn (5.19) indica resistencia nula para ten- siones normales también nulas. Estas ecuaciones son representativas del ha- bitualmente denominado criterio de rotura de MOHR-COULOMB, criterio de rotura que también se utiliza en suelos. 5.5.3. Resistencia al corte de tas discontinuidades rugosas Las curvas que ligan las tensiones de cor- te aplicadas con las deformaciones que se producen en ef caso de una muestra con dis- continuidades rugosas deben ser similares a la mostrada ea Ja Figura 5.24. Desde que una junta se abre, tiene funda- mentalmente una resistencia nula para una tensién normal también nula. Los ensayos que se realicen para diferentes tensiones nor- males mostrardn resistencias al corte mayo- res al incrementar las tensiones normales. No obstante, la envolvente que resulta sue~ le ser no lineal, Intuitivamente se compren- de, en primera instancia, que la resistencia al corte de las rugosidades debe a su vez de- pender de fa tensién normal que se aplique. Por ejemplo, para tensiones normales ba- jas se producen difatancias y «cabalgamien- tos» a Jo largo de tas asperezas de Ia junta rugosa. Para tensiones normales elevadas se produce el corte a lo largo de todas las aspe- rezas, dado que el trabajo que se necesitaria para wcabalgar» sobre ellas seria superior al minimo necesario para romper las propias asperezas y rugosidades de la junta. A continuacion se describen cuatro de los criterios tedricos més utilizados habitualmen- te, de tal forma que la comprensin de los primeros permite un mayor entendimiento de los siguientes. 5.5.3.1. Criterio de PATTON (1966) PATTON fue probablemente el primero que cuantificé los efectos de las rugosidades en la resistencia al corte de las juntas. La Figura 5.26 muestra el esquerna te6rico supuesto para una discontinuidad sometida a corte directo. Para rugosidades uniforme- mente inclinadas un angulo j cn la direcci6n de corte, se puede comprender en base a cri- terios trigonométricos que la relacidn siguien- tees valida, suponiendo que las rugosidades son rigidas y no estan «solicitadas» (HOEK y BRAY, 1977): ote + i) (5.20) PATTON comprobé que esta ecuacién es valida para tensiones normales bajas, efec- tuando ensayos en juntas artificiales cuyas rugosidades fueron simuladas dentando re- gularmente las superficies de contacto. Para tensiones elevadas, las envolventes © Tense normal WH |= > Tension ae corte de Desplazamienco al corte Fig. 5.26.—Junta rugosa bajo condiciones de cor- te directo, de rotura resultantes son no lineales, con la pendiente de la recta aproximandose a la co- trespondiente a Ja del Angulo de rozamien- to residual del material. PATTON sugirié que para representar la resistencia cortante de las juntas rugosas ¢s conveniente una relacién no lineal, bilineal, del tipo de la representada en Ja Figura 5.27. Manual de Taludes 143 5.5.3.2, Criterio de JAEGER (1971) En la linea de las ideas apuntadas por PATTON, JAEGER propuso una ecuacién ‘empirica, que varia continuamente, para re- presentar més adecuadamente 1a resistencia al corte de las discontinuidades racosas, del tipo siguiente: 7 = ofl —e™) + ole, en donde: (6.2) ; @s la resistencia al corte (cohesién) dedu- cible de las rugosidades. , es el ngulo de rozamiento interno resi- dual de la pared rocosa, y } es.un pardmetro, empirico, de ajuste, que puede. ser obtenido a partir de los ensa- yos, mediante un ajuste de la asintota. Para ello es necesario introducir un pard- metro nuevo, p (Fig. 5.28) por medio de la expresion: P= 6 + ote, — = get (5.22) La pendiente de la recta In(p) dibujada en funcién de la tensién normal, 4, es el valor deseado de b, tal como se aprecia en la Fi- gura 5.29. Diletancis ‘Tension de corte += tule + i) ‘Tensiém normal iaancia Fig. 5.27.—Criterio de rotura de PATTON (1966), para juntas rugosas. 144 Caracterizacién geotécniea de materiales “Tenlon de sorte In > Tesibn nomad e Fig, 5.28.—Envolventes de rotura de PATTON (1966) y JAEGER (1971). Puede apreciarse que para tensiones ele- vadas la ecuacién propuesta por JAEGER se reduce a la expresién: 7 G + ote, . Criterio de LADANYI y ARCHAMBAULT (1970) LADANYI y ARCHAMBAULT, conside- rando las limitaciones de la envolvente bili- neal, sugitieron una envolvente curva para reproducir la transicién desde los valores de- ducibles para tensiones bajas hasta los que se obtienen experimentalmente pata tensio- nes elevadas. Este modelo es telativamente seneillo y ex- plica adecuadamente el comportantiento ten- sional de las discontinuidades. Para definir la resistencia pico propusie- ron la siguente expresién: afl — ayV + teen) + a7, IAfl—aJ¥ tee, (6.23) en donde: @, ¢s Ja fraccion de la superficie de la jun- ta que es solicitada mediante cortante a tra- vés de las rugosidades, > Tenstin normal 2 Pig. 5.29.—Construceion gréfica para obtener tos pardmetros del criterio de Jaeger. Ves el valor de la dilatancia en la resis- tencia de pico (cambio en el desplazamien- to normal/cambio en el desplazamiento tan- gencial), 7, @ la resistencia al corte de la roca con- siderado como material intacto, de la ma- triz rocosa, >, €5 el Angulo de rozamiento, friccional, de deslizamiento, a lo largo de las superti- cies de contacto en las rugosidades. Para obtener esta serie de pardmetros, pro- ponen que la resistencia al corte de la roca supuesta intacta, 7,, Se deduzea utilizando el criterio de FAIRHURST (1964) mediante la expresién: m—1 oy? CG bent (5.24) G ” 0 donde: C, es la resistencia a la compresién uniaxial de las rugosidades, nes el cociente entre la resistencia a com- presién y a traccién, y m= (1 + ny HOEK y BRAY (1977) proponen, y es rae zonable suponer, que n = 10 para la mayo- ria de las rocas duras. Por otro lado los valores de a, y V no son siempre Faciles de obtener. Por ello LA~ DANYI y ARCHAMBAULT proponen las siguientes relaciones empiricas para dedu- cirlo: y en donde K, es aproximadamente igual a 1,5 y K, igual a 4, para la mayoria de los resultados de los ensayos de taboratorio le- vados a cabo por ellos, Puede apreciarse que para tensiones ba- jas, cuando no se produce corte a través de las rugosidades (y por tanto V = tg i; a, = = 0), la ecuacién resultante se reduce @ la propuesta inicialmente por PATTON, De igual manera para tensiones elevadas cuando las rugosidades son rotas al corte, Ja proporeién de asperezas es el 100% (a, = = 1) la ecuacién propuesta se reduce a la propia de la resistencia al corte de la roca intacta. 5.5.3.4. Criterio de BARTON (1976, 1985) BARTON ha venido desarrollando, 1976, 1977, 1985, un modelo empirico alternativo para poder predecir la envolvente de las re- sistencias de corte para juntas rugosas. Ultimamente parece ser que es el que est teniendo una mayor aceptacién, puesto que ‘une, por un lado, una sencillez. operativa im- portante para valorar mediante ensayos los pardmetros que actian y, por otto lado, re- produce con notable similitud los resultados de los ensayos de laboratorio. Manual de Taludes 148 Se basa en la siguiente expresion: 7 = otg[JRC logy, (ICS/o) + ¥] (5.27) en donde: JRC es el coeficiente de rugosidad de ta li- toclasa (Joint Roughness Coefficient). JCS es la resistencia a la compresién de las paredes de la litoctasa (Joint Wall Com- pression Strength), y @, © el Angulo de rozamiento residual. Gréficamente los resultados obtenidos con una amplia variacién de los parémetros, se Tepresentan esqueméticamente en la Figu- ra 5.30. FI valor de JRC se puede obtener facile mente para cada material mediante el ensayo de inclinacién (Tilt Test). Este consiste, tal como se aprecia en la Figura 5.31a (BAR- TON, 1981) en obtener, bien en campo o en laboratorio, el valor del Angulo (a) con el cual se inicia el deslizamiento de una cara de la junta con respecto a la otra. La ten- sidn efectiva normal (o,,) viene aplicada por el peso propio de Ja muestra, dividiéndolo por el drea en que acta, debidamente co- rregida por medio del coseno del propio an- gulo. JRC se obtiene, en consecuencia, me- diante la expresién: urc = —“—* tos Use) JRC suele variar desde el valor 0, hasta 20, siendo magnitudes tipicas las compren-' didas entre 5 para juntas lisas casi planas, y 15 para litoclasas rugosas y onduladas. El valor del éngulo de rozamiento residual ¢,. suele set menor que el dngulo de roza- miento bésico, #,, que corresponde a la re- sistencia de las litoclasas planas sin meteori- zat y que se suele obtener mediante el ensayo de inclinacién utilizando los testigos cilin- dricos (ver Figura $.31b) (BARTON, 1985). # Resist, Beene 146 Caracterizacién geotécnica de materiales oo a oe a Fig. 5.30.—Criterios de rowra de LADANYI » ARCHAMBAULT, y de BARTON, para juntas rugosas. Fig, 5.31.—Ensayos de inetinacién (BARTON, 1981), ” Esta disminucién es consecuencia de la al- teracién y meteorizacién debida al agua y a Jos agentes aimosféricos. Para obtener el valor de @, se utiliza la expresién dada por BARTON y CHOUBEFY (1977) basada en la resistencia del martillo Schmidt: #, = &%— 20) + 20 /R (5.29) en donde: r es el rebote Schmidt con la su- perficie himeda, en estado natural, y R lo mismo pero con la superficie seca en estado natural. Valores t{picos de ta resistencia de las Ii- toclasas planas, sin meteorizar, ¢,, som de 25° a 37° para rocas sedimentarias; de 29° @ 38° en rocas igneas y de 21° a 30° en Tocas metamérficas. 9 te ac, JCS ¢s igual a la resistencia a la compre- sién simple de la roca (6,) si la junta no esta alterada y puede reducirse hasta 1/4 si las paredes de la fitoctasa s{ lo estén. El valor de JCS se puede obtener también por medio del martillo Schmidt. La siguien- te relacién obtenida por MILLER (1965), permite determinar la resistencia a la com- presién simple de la roca adyacente a las Paredes de las litoclasas. Tog, (0,) = 0,00088yR + 1,01 6.30) R = mimero de rebote. y = densidad de la roca (KN/m*), 9, (MN/m), La representacién grafica de esta relacién puede verse en la Figura 4.29 (apartado 4.2). Existen relaciones que permiten tener tam- bién en cuenta el efecto de escala, En efec- to, existe una amplia experiencia en el senti- do de que el aumento del tamafio de las toclasas produce disminuciones en los valo- tes de JRC y JCS (BARTON y otros, 1977, 1985). Si se conoce fa longitud de Ia junta (L,), ‘que representa el tamaito de Jos bloques «in situ» y que se supone igual al espaciado me- dio de las juntas que intersectan las juntas en cuestién, el valor de JRC y JCS, in situ, URC, ¥ JCS, respectivamente), se puede obtener mediante las siguientes expresiones: IRC, = IRC, /LJOR (5,31) JCS, = ICS L, EOP 18, (5,32) en donde el subindice «o» representa los va- lores obtenidos a escala de laboratorio, y el subindice «n» indica valores «in situ». En cualquier caso es necesario plantearse, y normalmente aceptar, que las discontin dades que actéian realmente «in situ» son si- milares a las ensayadas en el laboratorio. Estas extrapolaciones seran siempre dudosas pero similares a las que se producen en el caso de jos suelos, 5.5.4. Resistencia al corte del macizo racoso En la practica, lo que suele importar, es Ja resistencia al corte del macizo rocoso. En general, la rotura se produciré en su mayor parte por las juntas y en otra parte, menor, por los «puentes de roca», que produciran una cohesién. La estimacién de esta cohe- sién que depende del mimero de familias de juntas y su continuidad, que puede ser deci- siva, es muy dificil, y en ello juegan mucho el criterio y la experiencia. Pueden obtener- se aproximaciones del estudio retrospective de taludes rotos. Existen también procedimientos que per- Manual de Taludes 147 miten valorar aproximadamente la resisten- cia al corte de los macizos rocosos, sin efee- tuar ensayos de corte, validos para edleulos de estabilidad de taludes, considerindolos glo- baimente, en su conjunto. Permiten definir los pardmetros cy ¢ representativos de los mismos, al considerar ef macizo en su tota- Tidad, como si de un medio homogéneo se tratase. Estos procedimientos son empiricos y no necesitan de ensayos de corte especificos. Su forma de aplicaci6n es sencilla, si se conocen los indices de calidad de los mismos en base a los habituales criterios de clasificacion geo- mecénica: Ver. — Indice RMR, de BIENTAWSKI (1979), del South Council for Scientific and Indus- trial Research. — Indice Q, de BARTON et al, (1974), del Norwegian Geotechnical Institute, — Indice RSR, de WICKMAN ct al. (1972), del U.S. Bureau of Mines. Existen relaciones que ligan estos criterios entre si (expresiones 5.33, 5.34 y 5.35). También hay autores que han aplicado los criterios desarrollados en el apartado 5.5.3.3 de FAIRHURST (1964) y de LADANYI y ARCHAMBAULT (1970) para valorar la re- sistencia al corte de la roca matriz. En el primer caso cuando se trata de roca no alte- rada y en el segundo cuando se supone que se produce en un material altamente fractu- la rotura se produce por microfrac- (de SIMON, 1982). 5.5.4.1, Utilizacién de la clasificacion gcomecinica de BIENIAWSK] (1979) Esta clasificacién, cuya descripcién y me- todologia ha sido desarrollada detalladamen- teen el Capitulo 4, apariado 4.3.5, consiste esencialmente en la obtencién de un Indice de Calidad del macizo rocoso,, denominado RMR (Rock Mass Rating) que depende de 148 Caracterizacién geotéenica de materiales seis parémetros: la resistencia a la compre- sién simple del material rocoso, el indice de calidad de recuperacidn de los testigos del sondeo, RQD, el espaciamiento del diacla- sado, las condiciones del mismo y la orien- tacién con respecto a la excavacién y et efecto del agua. Para las distintas categorias en que se puede calificar la roca, BIENIAWSKI reco- mienda adoptar unos valores estimativos de fa cohesién y del éngulo de rozamiento in- terno del macizo. Estos valores propuestos se presentan en la Tabla 1V.6 (apartado 43.5). ‘A su vez si los indices que se poseen del macizo rocoso, son de otro tipo, tales como el sistema Q de BARTON et al., o la clasifi- cacién tipo RSR de WICKMAN et al, se pueden correlacionar con el Indice RMR y estintar en una primera aproximacién, los valores de la cohesién y del angulo de ro- zamiento, Estas relaciones obtenidas por RUTLED- GE (1978) son las siguientes: RMR = 13,5 log Q + 43 (5.33) RMR = (RSR —12,4)/0,77 (5.34) BIENIAWSKI propuso también otra re- lacién similar entre el yalor de Indice @ y el RMR: RMR =91nQ + 44 (5.35) No obstante, este procedimiento se debe utilizar con cautela, pues si bien se ha apli cado para explicar fendmenos de inestabili- dad de taludes (STEFFEN, 1976) y los re- sultados han sido aceptables, no deja de ser un método indirecto, sencillo de aplicar, pe- ro obviamente simplificador. $.5.4.2, Método de HOEK y BROWN (1980) HOEK y BROWN propusieron, a partir de una amplia gama de ensayos y experi- ‘mentos reales, un conjunto de relaciones que permiten valorar la resistencia pico, en fun- cin de las clasificaciones geomecanicas al uso ¢ introducir la posibilidad de suponer que la cohesién (¢) y el Angulo de rozamien- to interno (y) no sean lineales y sean, por consiguiente, dependientes del estado tensio- nal. Las expresiones a utilizar serian las si- guientes: AB(— Agee, — age 637 tae 6.36) cgnesnm € en donde: + es Ia resistencia al corte. co la tensién nosmal. a, es la resistencia a la traccién simple de la roca intacta. 6, € la resistencia a la compresién sim- ple de la roca intacta. Ay B son parémetros que se pueden defi- nir a partir de tablas de valores propuestas por los mismes autores HOEK y BROWN en funcién del tipo de roca (sedimentaria, ignea 0 metamérfica), y del estado en que se encuentra, valorable por cualauiera de los indices de clasificacién geomecdnica hoy en dia mds habiuales (RMR, RSR. Q, etc,). Las expresiones de la Tabla V.11 adjunta son de los dos tipos siguientes: 1) a, = Oy +¥ may, +S (6.38) donde: Oy, = 94/0, oy, = 0/6, 01, ¥ Fx Son 10s valores de las tensiones prin- cipales normalizadas con respecto @ ta resis- tencia a la compresién simple del material rocoso intacto; 9, m y 5 son pardmetros tipicos de cada macizo rocoso, en funcién del tipo y estado del mismo. Manual de Taludes 149 vv 00 =" os Mocwap sea te otnsvoo = os Mouwop +e = "0 el 190°0 =" end 0500 — os Mosaon +t ato] os Neowon += Me wea ze = gi Meeatay + 8 = vsit0or'9 + *9) cor =“ rogoo + “aero +0 =o wenkleeo'o + "Ob zLIO © oor + erat Mo = Mo wokioo'o + "zero =] gnetton'e + woe + No soos +» "5] conor + “osw0p +e = Mo ernfz000 roanio + Neyo + 0 = No codtinia *81 9900 =" wootn + M20P oN + Mo = Mo vasdeoavo + °9 s6r0 = * wove + Nasco 4% =" encore "rac = "2 | aadsome + Yl veeo = * ore + eoros + tax'e egey p+ "oe aig wos Mose p sone eeeor'o +79) pres ip yes Me wlcora + % vedrora + °0) a0 ovo stegip + to= "| poe Neon Men" wefsor + "0 20°0 fos oeurp 4 eae eden + 80 = bas Mepep 4M =e atsiwo aww = =| esQeo + “ices = toa Megep ston Me] rps Magnet scdor'o + “OORT Sita =" woe + haat = wwatieoo + Orv = | aleo00 = wre tesip een Me] greg p+ eM conor cere & uve ‘expe “ome ‘aged enone mega “yod s sonst bans 29 mOuIou Tea! rae cooper se (ona (onze ye ene |< eoqmasy)opmyoetsp “od |-u cesed «po entomy t exams ay posses a [NOPD se seo eC ata ape es neers OH ‘Gest “SANVREGA © NIVINIVT “VIVAY 04 “O86l “NMOUE GOH) Moot #1 29 pEpii> X0dp [> upBee sumed 2p SOUNED 1a SRL 150 Caracterizacién geotéenica de materiales (5.39) 0, = 0/0, oq = —0,/0, donde el subindice n representa normaliza- cién con respecto al valor de la resistencia a la compresién simple. En la Figura $.32 sc presentan los con- ceptos basicos utilizados en este criterio. En sintesis, la forma de operar ¢s la si- auient Primero: Definit y conocer el tipo de ro- ca, asi como los indices de calidad de la misma, en base a alguno de los criterios de clasificacién geomecdnica hoy en dia exis- tentes Segundo: Utilizando Ja Tabla V.11 cita- da, conocer los cinea parmetros (m, s, A, By ofa) Bxe ao exces Tercero:’ Efectuar ensayos para determi- nar la resistencia a Ja compresién simple a, Cuarto: Obtener fa tensién tangencial ad- misible, en la envolvente de rotura, en fun- cidn de la tensién normal (expresién 5,39). Quinto: Obtener los valores de la cohe- sign y del angulo de rozamiento interno ¢(o) ¥ eo), en funcién de las expresiones 5.36 y 5.37, Sexto: Introducir en los eélculos los vato- res de la cohesiOn y del angulo de rozamien- to interno de ta roca, bien mediante progra- mas de andlisis de estabilidad que tengan en cuenta la no linealidad de los valores ¢ y ¢, 0 bien adoptando de una manera simpli- ficada un valor medio de los mismos. En general se ha comprobado que este mé- todo produce valores conservadores, 5.5.5. Resistencia al corte de discontinuidades rellenas de suelo En aquellos casos en que existe un suelo rellenando las diaclasas, sobre todo cuando el material de relleno es Jo suficientemente importante como para que en los desplaza- mientos tangenciales no entren en contacto las superficies de la roca, el comportamien- to de la discontinuidad puede ser muy dis- tinto al tratado en los apartados anteriores. LADANYI y ARCHAMBAULT (1977) hhan levado a cabo experimentos para deter- minar la resistencia al corte en discontinui- dades ‘ellenas de suelo. Para ello emplearon un aparato de corte directo cuyo esquema se muestra en la Figura 5.33. En las conclusiones de su estudio indican que hay dos formas posibles de representar analiticamente la resistencia de las juntas re- lenas: una, que cubre el campo en el que Jas irregularidades permanecen intactas duran- te el corte, y otra, en la que estas irregulari- dades se rompen. El primer caso correspon- deria en la practica a las juntas naturales con irregularidades planas y sin ondula fnes, a presiones normales bajas y con un relleno débil; el dltimo caso, a su vez, cu- brirfa las juntas con irregularidades muy in- clinadas, a presiones normales rélativamente altas y rellenas con un material friccional de poco espesor. 5.5.5.1. Juntas rellenas de arcilla — Método | (no hay rotura de las irregularidades) La resistencia al corte en una junta relle- na de arcilla sigue ta siguiente expresién: + + otal, +) 1 — tel tee, (5.40) donde c, y , teptesentan ta cohesidn y el Angulo de rozamiento interno sin drenaje de la arcilla. El valor de f es igual a J, (Figura 5.33) para juntas limpias perfectamente en- cajadas. En otro caso i varia entre i, y 0 en funcién del espesor relativo det relleno, t/a (Figura 5.33), segin la relacién: tei= migi, an Manuat de Tatudes 151 Resist. al corte pavotvente 42 (0108 |. Compresién triaxial ‘Tensién normal Fig, 5.32.—Envolvente de rotura de macizas rocosos. donde m es un coeficiente de reduccién em- Pirico que se ajusta a la expresién: 2 2e — (5.42) 3a Para t/a > 1,5.s siempre m = Oy lare- sistencia de la junta corresponde a la resis- tencia de! relleno, Fig, 5.33.—Esquema del aparato de corte diree- to para el ensayo de juntas rellenas (LADANYI y ARCHAMBAULT, 1977). — Método 2 (las irregularidades rompen durante el corte) Este método se basa en el siguiente prin- cipio: «la resistencia de la junta reilena, en 1a que el relleno y las irregularidades se cor- tan simulténeamente, esta situada entre ta resistencia de una junta limpia y la resisten- cia det retleno solo, » varia con el espesor de relleno y la presin normal», Este princi- pio puede expresarse mediante Ia ecuacién: S=m(R-CG+C (6.43) donde R representa la resistencia de la jun- ta limpia y C la resistencia del relleno. El coeficiente de reduccién de espesor de relle- no, m, viene dado por la expresion mencio- nada en el método 1. Puede definirse R como lo hacen LADAN- YI y ARCHAMBAULT (apartado 5.5.3.3) ©, en su caso por una férmula aproximada tal como: R= cele, +i siendo g, el dngulo de rozamiento de la junta limpia. 152 Caracterizacién geatécnica de materiales El Angulo / varia con « de acuerdo con la expresin: wie i— (2) Jw 5.44) gis Ne ei, (5.44) donde C, es ta resistencia a compresién sim- ple de la ro La resistencia UC, para un relleno de arci- Mia tiene ta expresién: C=, + ctee, 6.45) 5.5.5.2. Juntas rellenas de material granular Si el relleno de la junta es un material granular no cohesivo tal como un limo are- noso, siguen siendo aplicables los métodos 1 y 2 explicados en el punto anterior. En el método 1 la resistencia al corte de la junta, haciendo ¢ = 0, queda de la for- ma: root +f siendo ¢ el Angulo de rozamiento interno del zelleno granular. El valor def se deter- mina de igual forma que en el caso de relle- no arcilloso. En lo que respecta al método 2 la resis- tencia de] relleno granular C tiene la expre- sign: C= otge siendo validas todas las demés expresiones, 5.5.5.3. Aplicacién prictica de tos métodos descritos LADANYI y ARCHAMBAULT recomien- dan lo siguiente, para predecir la resistencia al corte de discontinuidades rellenas. 1. Para valores de i, < 15° a/C, < 0,10 puede utilizarse el método 1 para cual- quier tipo de relleno. 2. Para un relleno de arcilla debe utilizar- se el método 1 para 15° < i, < 30° o/C, < 08 y el método 2 si i, > 30° 0,5 > o/C, > 1 3. Para un relleno granular (no cohesivo), debe emplearse el método 2 para todo el campo de variacién de los dngulos i, y de las presiones normales, definidos por 15° . Servicio de Publicaciones del M.O.P., 1967. SCHMERTMANN, J. H.: «Guidelines for CPT Per- formance and Design. Pub. n.° FHWA-TS-78-209, Federal Hyghway Administration, Washington D.C. 197, SEED, H. 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Presiones intersticiales 6.2.4. Influencia del agua en la resistencia al corte de tos materiales INVESTIGACION HIDROGEOLOGICA 6.3.1. Introduccién 6.3.2. Determinacidn de la posicién del nivel freatico 6.3.2.1. Métodos directos: sondeos ¥ pozos 6.3.2.2. Métodos indirectos 6.3.3. Medidas y determinaciones de presiones PRESENCIA DE AGUA EN LOS MATERTALES 64.1. Flujo de agua en el suelo 6.4.2. Flujo de agua en elm: REDES DE FLUJO 6.5.1. Introduccin 6.5.2. Representacién grAfica y utilidad 6.5.2.1, Redes de finjo en medios homogéneos ¢ isétropos 6.5.2.2, Redes de flujo en medios homogéneos y anisétropos y en medios he- terogéneos EFECTOS DEL DRENAJE BIBLIOGRAFIA 19 rOCOs 6. ASPECTOS HIDROGEOLOGICOS 1, Conceptos generales 6.11, Aguas subterrdneas: procedencia ¥ localizacién Las formaciones geolégicas pueden estar cocupadas por agua, bien en los poros 0 va- cios intergranulares o bien en las fisuras y grictas, La capacidad para contener y trans- mitir agua varia mucho de unas litologias a otras, asi las rocas sedimentarias consoli- dadas contienen la mayor parte de las aguas subterréneas de la tierra. De entre ellas, las calizas karstificadas ocupan el primer lugar, seguidas por formaciones granulares como congiomerados y areniscas, si bien en estas liltimas varia mucho el contenido de agua segtin la cementacidn de las mismas, pudien- do Megar a ser précticamente impermeables, al igual que lo pueden ser las calizas sin karstificar. En general, los depdsitos no consolidados de materiales.sueltos son los que mds fre- cuentemente contienen agua. Estos depésitos de agua subterrénea estan regulados por la recarga y descarga de los mismos. La recarga se produce, principal- mente, por infiltracién del agua de Iluvia, deshielo 0 cursos de agua, mientras que la descarga o pérdida puede producirse por eva- poracién, transpiracin o por manantiales. El origen de estas aguas es diverso, pu- Giendo provenir de 4a infiltracién del agua Ge luvia faguas metedricas), de aguas pro- fundas asociadas a las rocas durante el me- tamorfismo (aguas metamérficas) 0 de las ocas igneas cuando los magmas tienen ori gen profundo (aguas magmdticas o juveni- les). De los tres grupos se pueden considerar a Jos dos thimos como despreciables en cuan- to a cantidad. La distribucién de agua en el subsuelo, tras la infiltracién y descenso en un terreno permeable, da lugar a dos zonas (Fig. 6.1, ALMELA y QUINTERO, 1976): — zona de aireacién — zona de saturacion La zona de saturacién contiene el agua en un acuifero, siendo su limite superior la su- perficie de equilibrio en donde la presién de agua es igual a Ja atmosférica en el caso de un acuifero libre; si el acuifero es confina- do, €l limite superior viene impuesto por el material impermeable que confina al acuife- ro en su parte superior. Los materiales porosos pueden contener agua de diferentes tipos. Agua de retencién 158 Aspectos hidrogeoldgicas semen | 38, | pa Fig, 6..—Distribucién del agua en el subsuelo (ALMELA y QUINTERO, 1976). cs la que queda absorbida por la roca me- diante fuerzas polares, y puede ser agua hi- sroscdpica 0 agua pelicular; el agua capilar lena los poros del terreno, estando retenida por fuerzas de capilaridad por encima del nivel piezométrico; el agua de gravedad re- ena los poros, fisuras e intersticios del ma- terial, y puede circular a través del terreno; or ultimo el agua de constitucidén forma parte de las moléculas constituyentes de los mine- rales, 6.1.2. Comportamienio hidrogeolégico de tos materiales Los estudios hidrogeolégicos en estabili- dad de taludes son de gran importancia no s6lo por los efectos de la presién hidrostati- ca sobre los materiales, sino por el hecho de que el agua puede desplazarse a grandes distancias a través de los suelos 0 macizos rocosos. Este movimiento del agua puede Tegar a tener una gran influencia en ios ma- teriales, especialmente si éstos presentan al- ta_permeabilidad. En general la hidrogeologia de una zona viene determinada por 1a litologia y estruc- tura de los materiales presentes y por el cli- ‘ma. De ahi la importancia del estudio geolé- gico a la hora de la determinacién ¢ inter- pretacién de los datos hidrolégicos. Una capa permeable que almacena y tras- mite agua recibe e] nombre de acuffero. Otra definicién seria una formacién geoldgica cons- tituida por un material poroso permeable ca paz de almacenar y transmitir agua. Los acuiferos pueden serlo por porosidad, fisuracién o fisuracién y disolucién (karsti- cos), clasificéndose en funcién de las carac- teristicas litolégicas de los materiales que los forman. Materiales como arenas sueltas, aluviales de rios, gravas, calizas y yesos muy karstifi- cados son ejemplos de acufferos. En funcién de la capacidad de almacenar y transmitir agua los materiales se clasifican en (Fig. 6.2): — Acuifero: formacién que absorbe, con- tiene y transmite agua (por ejemplo unas gravas 0 arenas). — Acuitardo: formacin que, contenien- do agua, la transmite muy lentamente, aun- ‘que puede admitir recargas importantes (por ejemplo unas arcillas arenosas 0 limosas). — Acuictuso: formacién geolégica que pue- de contener agua, pero no puede transmit a (las arcillas en general), — Acuifugo: formacién que no puede ab- sorber, contener ni transmitir agua (por ejem- plo, un macizo granitico sin fracturacién). A efectos de estabilidad, acuitardos, acui- c. Institution of Mining and Metallurgy. Lon- res, 1977, JIMENEZ SALAS, J. A., y JUSTO ALPARES. 3. Le wGeoteenia y Cimientos 1». Editorial Rueda Madrid, 1975. JIMENEZ, SALAS, J. A.; SUSTO ALPARES, J. L., y SERRANO GONZALEZ, A. A. aGeotecnia ¥ ‘Cimientos tl». Editorial Rueda. Madrid, 1976. LAMBE, T. W.. y WHITMAN, R. 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La aplicacién de las eyes de la estdtica proporciona una solucion exacta del problema con Ia tinica salvedad de las simplificaciones propias de todos los métodos de equilibrio limite (ausencia de de- formaciones, factor de seguridad constante en toda Ia superficie de rotura). Esto s6lo €s posible en casos de geometria sencilla co- ‘mo por ejemplo Ja rotura planar y rotura Por cufas analizadas en el apartado 7.2, — Métodos no exactos. En la mayor par- te de los casos la geometria de la superficie de rotura no permite obtener una solucién exacta del problema mediante la tinica apli- cacién de las ecuaciones de la estética, El problema es hiperestdtico y ha de hacerse alguna simplificacién 0 hipétesis previa que permita su resolucién, Se puede distinguir aquf entre los méto- dos que consideran el equilibrio global de Ja masa deslizante, hoy practicamente en de- suso, y los métodos de dovelas que conside- ran a la masa deslizante dividida en una se- tie de fajas verticales (Fig. 7.2). En el primer caso la hipstesis previa suele hacerse respecto a la distribucidn de tensio- nes normales en la superficie de deslizamien- to. Tal es el caso del meétodo de circulo de friccién 0 de rozamiento. En los métodos de dovelas dicha distribu- cién no es un dato del problema sino un 188 Métodos de célculo resultado de su resolucion. Las hipstesis pre- vias se refieren generalmente a las fuerzas laterales entre las dovelas y existe una gran variedad de métodos que consideran diferen- tes hipdtesis. Los métodos de dovelas pueden clasificar- se en dos grupos: — Métodos aproximados: No cumplen to- das las ecuaciones de la estatica, Se pueden citar como ejemplos los métodos de Felle- nius, Janbu y Bishop simplificado. — Métodos precisos o completos. Cum- plen todas las ecuaciones de la estitica. Los mas conocidas son los métados de Morgens- tern-Price, Spencér y Bishop riguroso. Los métodos de dovelas sertin estudiados con més detalle posteriormente. En la Figura 7.1 se muestra un cuadro que recoge la clasificacién de los métodos de calculo de estabilidad de taludes, 7.1.2, Métodos de equilibrio limite Los métodos de equilibrio limite son mu- cho mis utilizades que los métodos de cdlcu- lo en deformaciones a pesar de que éstos Fig. 7.2.—Division de ta masa desticante en fa- Jas verticales o dovelas. proporcionan un andlisis mucho més com- pleto de la estabilidad del talud. Esto es de~ bido a que los métodos de célculo en defor- maciones son mucho mas Targos y costosos en su ejecucion, ya que las meétodos de equi- ibrio limite estén ampliamente contrastados en Ia prictica y se conocen sus limites y gra- dos de confianza. En la casi generalidad de los métodos de equilibrio Kmite la seguridad de un determi: nado talud se cuantifica por medio del fac~ tor (0 coeficiente) de seguridad, FS, que se define como ef cociente entre ta resistencia al corte en ta superficie de deslizamiento y Ja necesaria para mantener et equilibrio es- tricto de la masa destizante. En la obtencién METODOS METODOS DE EQUILIBRIO LIMITE otra por cutas ESTABILIDAD GLOBAL DE LA MASA DE TERRENO Método del cliculo de ficeisn FXACTOS, NO EXACTOS Rocura planar Bishop simplifiendo DE CALCULO, 4 —_, METODOS DE CALCULO EN DEFORMACIONES (METODOS NUMERICOS) — METODOS DE DOVELAS or APROXIMADOS PRECISOS fanbu Mocpenstern-Price - Felling ‘Spencer Bishop etc Fig. 7.1. Clasificacién de los métodos de céleulo de estabilidad de taludes. del factor de seguridad se Ie supone cous- tante en toda la superficie de deslizamiento, simplificacién que sera discutida més ade- lante. ‘Si se asume que la resistencia al corte en la superficie de deslizamiento sigue la ley ti- neal de Mohr-Coulomb, los métodos de equi- Rbrio limite aplican las ecuaciones de la es- tética a la masa destizante suponiendo que los pardmetros resistentes det terreno (Ia co- hesién c, y la tangente del éngulo de roza- miento interno tg ) se encuentran divididos por el factor de seguridad FS. De las ecua- ciones planteadas puede obtenerse el valor de FS. Excepto en los casos en los que la geome- trfa de las posibles superficies de deslizamiento permite ef uso de métodos exactos, los mé- todos de céleulo empleados son, casi siem- pre, métodos de dovelas, que se estudian en el apartado 7.1.3. Cuando la superficie de rotura no es co- nocida (caso més frecnente) se calculan los factores de seguridad correspondientes 2 un cierto mimero de superficies y se define co- mo factor de seguridad del talud el minimo obtenido, lo que implica suponer que la di- ferencia entre este valor y el verdadero mi- nimo es de poca importancia. Para ello el calculo se realiza mediante tanteos sucesivos que permiten ir delimitando la superficie de rotura pésima. La aplicacién del cdiculo de variaciones a los métodos de equilibrio mite (CASTI- LLO y REVILLA, 1975) permite obtener la superficie de rotura pésima de forma directa, La utilizacién de los métodos variacionales en los célculos de estabilidad de taludes no esta muy extendida a pesar de presentar ven- tajas interesamtes. 7.1.3. Métodos de dovelas Los métodos de dovetas consideran el pro- blema bidimensional pot lo que la estabilidad del talud se analiza en una seccidn transver- sal del mismo, Manual de Taludes 189 La zona de terreno potencialmente desli- zante se divide en una serie de fajas vertica- les estudidndose el equilibrio de cada una de ellas (Fig. 7.2) La gran utilizacién que tienen actualmen- te los métodos de dovelas se debe a que se pueden aplicar a una gran generalidad de problemas con un grado razonable de exac- titud en la gran mayorfa de los casos. Per- miten considerar la accién de presiones in- tersticiales, la existencin de cargas externas actuando sobre el talud, Ia existencia de ma- teriales de diferentes caracterfsticas y, en mu- chos casos, son aplicables a superficies de rotura de cualquier forma, 7.1.3.1, Planteamiento del problema En la Figura 7.3 se puede ver una dovela con el sistema de fuerzas que sobre ella ac- tia. En el supuesto que existan n dovelas, el mimero de incdgnitas que aparece es: 1 T--ealrNeg Fig. 7.3. dovela. Sistema de fuerzas actuantes sobre una 190 Métodos de edteuto valores de las fuerzas N en las bases de las dovelas. nel: valores de las fuerzas tangenciales X en las caras laterales de las dovelas. nel: valores de las fuerzas normales E en Jas caras laterales de las dovelas. rel: valores de b que definen los puntos de aplicacion de estas ultimas. valor del factor de seguridad FS. En (otal para un problema determinado se tienen 4n-2 incdgnitas. Por otra parte, el muimero de ecuaciones 5 31, asf que el problema esté estaticamente indeterminado pues hay 7-2 incdgnitas mas que ecuaciones. Para llegar a su resolucién se puede in- crementar el niimero de ecuaciones posibles, en cuyo caso seria preciso introducir las re- laciones tensién-deformacién del suelo y los requerimientos de compatibilidad de defor- maciones, o bien disminuir el mimero de in- cognitas mediante la realizacién de diferentes hipotesis. Este dltimo es el camino seguide en los métodos de equilibrio limite, si bien no es tan sencillo como inicialmente podria suponerse, Los llamados métodos aproximados reali zan alguna hipétesis que elimina 1-1 inedg- nitas det problema, La hipétesis se hace so- bre la direccién © posicién de los empujes Jaterales entre dovelas. El problema pasa a estar sobredeterminado y no se cumplirén todas las ecuaciones de equilibrio. Si se eli- minan s6lo n-2 inedgnitas, el valor restante puede resultar ser disparatado y probable- mente sin sentido préctico. Los lamados métedos precisos hacen la hipétesis de que Jos n-I valores de las fuer~ zas tangenciales siguen una ley general que depende de un nuevo pardmetro, introdu- ci€ndose asi una nueva incégnita que com- pleta el problema. La cleccién de Ja ley mencionada es el prin- cipal problema de los métodos precisos. 7.1.3.2, Principales métodos de dovelas a) METODOS APROXIMADOS — Método simplificado de BISHOP (1955). ‘Supone que las fuerzas en las caras laterales son horizontales 0, lo que ¢s lo mismo, que los n-1 valores de X son aulos. Sélo satis- face el equilibrio de momentos y no el de ‘fuerzas horizontates. Es un método de apli- cacién a lineas de rotura circulares. Se des- cribe en el apartado 7.2.7.2. — Método ordinario de FELLENIUS (1927). Se basa en la suposicién de que la re- sultante de las fuerzas laterales en las caras de las rebanadas actia paralelamente a la base de las mismas. Séfo satisface el equili- brio de momentos. Andlogamente s6lo tiene aplicacién a superficies de rotura circulares. — Método de JANBU (1954). Supone co- nocidos los 1-1 valores de 8, posiciones de Jos empujes normales a las caras de las do- velas, Es de aplicacion a lineas de rotura cua- lesquiera. No cumple el equitibrio de mo- mentos y si el de fuerzas. b) METODOS PRECISOS — Método de MORGENSTERN-PRICE (1965). Es un método de aplicacién a lineas de rotura cualesquiera, Se basa en la suposi- cidn de que la relacién entre fas fuerzas tan- genciales y normales en las caras laterales de las dovelas se ajusta a una funcién, que es preciso definir previamente, multiplicada por un pardmetro. Este pardmetro es la incégnita que com- pleta el problema. £/ método satisface to- das las ecuaciones de equilibrio, — Método de SPENCER (1967). Andlogo al anterior, considerando como funcién una constante, que constituye el pardmetro ne- cesario para completar el problema. 7.1.3.3. Comparacién Al existir varios métodos es inevitable rea- lizar una comparacién entre ellos, fundamen- talmente entre precisos y aproximados, pa- ra discernir cudles son los mas ttiles en la préctica, por su exactitud y economia. Esto ha sido realizado por varios autores, entre ellos WHITMAN y BAILEY (1967). El método mds exacto y también el mas complejo es el de MORGENSTERN y PRI- CE, Considerdndolo como referencia los auto- tes concluyen que el método de BISHOP presenta errores méximos del 7%, siendo lo mas normal del 2%. En coritraste, el méto- do de FELLENIUS puede originar graves erro- res, hasta de un 40%, De aqui se deduce que, al menos teérica- mente, los cdleulos de estabilidad siguiendo el método de BISHOP ofrecen suficiente pre- cision aunque debe tenerse en cuenta que los ‘etrores que se introducen pueden no quedar del lado de 1a seguridad, En Ia practica, el método de MORGENS- TERN-PRICE resulta mucho mds laborioso en su aplicacién, por lo que su utilizacién se ve relegada a casos muy especiales 0 a temas relativos a la comprobacién de otros métodos mds simplificados. No hay que ol- vidar, ademds, que la eleccién de la funcién adecuada requiere una buena dosis de juicio ingenieril. a E £ 2 g a = OF Fe METODO DE ANALISIE Fig. 7.4.—Comparacién de tiempos de ordena- dor para distintos métodos de dovelas (FRED- LUNG y KRAHN, 1976. En EISENSTEIN, 1977). Cort, de MAA Publ. Comp. Manual de Taludes 191 A conclusiones andlogas han legado FRED- LUND y KRAHN (1976) después de reali- zar un estudio combinado de exactitud y eco- nomia de los diversos métodos de eélculo, La investigacién se encuentra resumida, por fo que respecta a la parte econdémica, en Ia Figura 7.4, en la que se puede ver el tiempo de procesado, en minutos de CPU, de la resolucién de un determinado proble- ma segiin varios métodos de célculo, no que- dando lugar a dudas sobre'la diferencia de costes de los métodos precisos en relacién con los métodos aproximados, aunque la ré- pida evoluci6n del hardware da cada vez me- nos importancia a esto. En la Figura 7.5 (FREDLUND y KRAHN, 1976) se muestra una comparacion entre los métodos que cumplen s6lo el equilibrio de momentos y los que cumplen sélo el equili- ‘brio de fuerzas horizontales. La figura se ha realizado para el caso de un talud conereto y se ha tomado como variable independien- © Norsemen Pree Ney?eocaoe Fig, 7.5.—Variacién del factor de seguridad con el parémetro , para rigtodos que cumplen el equitibrio de momentos (Fy) ¥ métodas que cum- plen et equitibrio de fuerzas horizontales (F) (FREDLUND y KRAHN, 1976. En EISENSTEIN, 1972). Cort. de MAA Publ. Comp. 192 Métodos de cdteulo te la relacign entre las fuerzas tangenciales y normales en las caras de las dovelas (A) que equivale al pardmetro empleado en el método de Spencer (Fig. 7.3). Se han realizado dos curvas que propor- cionan el factor de seguridad para distintos valores de, la curva F, se ha realizado obligando a que exista equilibrio de fuerzas horizontales y la curva F,, obligando a que exista equilibrio de momentos. En la iltima curva la ordenada en el origen es el valor obtenido aplicando el método de BISHOP ue supone nulas Jas fuerzas tangenciales en- tre dovelas, El valor que se obtiene aplicando los mé- todos precisos que cumplen todas las ecua- ciones de equilibrio es la interseccién de am- bas curvas, Puede observarse que la curva de los «F,» €s muy poco sensible a la variacién del pa- rimetro elegido (\), por ello los métodos que calculan el factor de seguridad imponiendo cl equilibrio global de momentos, como es el de BISHOP, obtienen muy pocas diferen- cias-con respecto a los métodos precisos. Sin embargo, aquellos que se basan en el equilibrio global de fuerzas horizontales son mucho mas sensibles a la relacién de fuer- zas en las caras laterales de tas dovelas. 7.13.4. Criticas Una critica completa de los métodos de dovelas, aplicable en parte a todos los mé- todos de equilibrio limite, ha sido la realiza- da por WRIGHT y otros (1975), en la que el andlisis se centra en tres deficiencias ba- sicas: a} Los métodos de equilibrio limite ad- miten que se puede determinar la tensién en a superficie de corte sin considerar para na- da las caracteristicas deformacionates del sue- Jo (recuérdese que el desarrollo de la resis- tencia al corte requiere una deformacién). b) Se hace la hipétesis de que ef factor de seguridad es el mismo en todos los pun- tos de la linea de rotura. Fig. 7.6.—Efecto de la movilizacién no unifor- ‘me de ta resistencia al corte (WRIGHT ¥ otros, 1973. En EISENSTEIN, 1977). Cort. de MAA Publ. Comp. ©) Los métodos aproximados no cumplen todas las ecuaciones de Ia estética. Con objeto de comprobar la magnitud de los ertores introducidos por estas hipétesis, se realizaron una scrie de determinaciones del estado deformacional con ayuda del mé- todo de elementos finitos, con un programa elstico y lineal, calculindose asi los diferen- tes valores del factor de seguridad en varias Iineas de rotura. Algunos de estos resultados pueden verse en Ja Figura, 7.6 (WRIGHT. y otros, 1973). Las conclusiones obtenidas son realmente interesantes y las resuniiriamos en: a) Las distribuciones de tensiones norma- les calculadas con el método de elementos finitos son andlogas a las determinadas en cl método de BISHOP, sobre todo para ta- Iudes de poca inclinacién, y las diferencias avmentan sensiblemente con la pendiente del talud. b) Los valores de los factores de seguri- dad obtenidos con el método de E.F. son distintos en cada punto de la linea de rotura (ver Figura 7.6). ©) Pese a estas variaciones con respec- to al método de BISHOP, el valor prome- dio del factor de seguridad calculado con el MEF. difiere de aquél en menos de un 8%. Dado que, como se ha visto anteriormen- te, entre el Bishop y los métodos completos no existen grandes diferencias de precisién, se puede concluir que en conjunto, y pese a todas sus diferencias, la utilizacién de los métodos de eguiltbrio limite no implica gran- des errores de ciilculo. 7.1.4, Métodos de cdlculo en deformaciones Entre los principales defectos de los mé- todos de célculo basados en el estudio del equilibrio limite, se cuenta el hecho de pres- cindir completamente dei estado de defor- maciones del terreno y el considerar el mis- mo factor de seguridad en cada punto de Ja linea de rotura. Los métodos de célculo en deformaciones utilizando el-método de los elementos fini- tos (M.E.F,) subsanan ambas limitaciones, aungue a costa de una ejecucién mucho més laboriosa. Una amplia descripcién del M.E.F. en sus aspectos tedricos y practicos puede verse en ZIENKIEWICZ, 0.C. (1982). Sin pretender entrar en la temética de los programas de E.F., por s{ misma suficiente- mente amplia y complicada, se pueden hacer algunas observaciones sobre las particularida- des de los programas de E.F. de aplicacién a los céleulos de estabilidad, distinguiéndo- se entre su utilizacién en rocas 0 en suelos. En el Capitulo 13 se da una descripeién somera de algunos programas de E.P. 7.4.4.1, Rocas En general los programas de E.F, calculan las tensiones y deformaciones en el seno de una masa de terreno haciendo una discreti- zacién de la misma con elementos de for- Manual de Taludes 193 mas variadas, siendo las mas sencillas trian- gulares o cuadrangulares. Cada elemento se catacteriza a efectos deformacionales por sus médulos de elasticidad y de Poisson (E y ») en los casos mas sencillos, pudiendo com- plicarse el estudio cuando se adoptan rela- ciones tenso-deformacionales de tipo no I neal. En cualquier caso cada elemento represen- ta una zona superficial volumétrica del to- do al que pertenece. Sin embargo en los me- dios rocosos existen discontinvidades que se pueden considerar como singularidades no representables por elementos de este tipo, ya que presentan un comportamiento diferente. Ello ¢s debido, en primer lugar, a su propia morfologia; en cualquier discontinuidad exis- te una dimensién, su espesor, que es despre- ciable frente @ las otras. De este modo, en un andlisis de deformacién plana, una dis- continuidad aparece como un elemento lineal. Por tanto,, lo primero que debe aportar un programa de E.F. de utilizacién en and- isis de estabilidad en rocas es Ia inclusién de un elemento especial, en el que una di- mensi6n sea despreciable frente a las demas ¥ que sea capaz de reproducir el comporta- miento tenso-deformacional de una discon- tinuidad (elemento junta, E.J.). La forma en que se simule este comporta- miento podra ser mas 0 menos complicada dependiendo de la precision buscada. De me- nor a mayor complicacién deberd incluir las siguientes earacteristicas (GOODMAN, 1976): a) COMPORTAMIENTO RESISTENTE Puede caracterizarse por alguno de los cri terios existentes ya sean tineales o no linea- Jes (apart. 5.5) b) RELACION ENTRE LA DEFORMACION, TANGENCIAL Y LA TENSION TANGENCIAL Caracteriza el comportamiento pléstico 0 frdgil del terreno. Viene definida por un es fuerzo tangencial de pico, deducido de la tensidn normal mediante fas ecuaciones del 194 Métodos de cdlcuto comportamiento resistente, ligado @ un des- plazamiento de pico, y por un esfuerzo tar- gencial residual que aparece a partit de una cierta deformacién, Las ecuaciones que definen este compor- tamiento se pueden considerar basicas en un estudio que incluya deformaciones, } RELACION ENTRE LA TENSION NORMAL, Y EL ACORTAMIENTO DE LAS DISCONTINUIDADES Define la deformacién en sentido perpen- dicular a fa direccién predominante de Ia discontinuidad para una tensién normal a la misma, También define el umbral te6ri- co a partir del cual la junta ya no se cierra mas, d) DILATANCIA Relacién entre la deformacién tangencial y la deformacién normal. Expresa el incre- mento de deformacién normal, representan- do la «dilatacién» de la junta. Cuando esté inhibida se pueden producir fuertes incre mentos de presién normal en las disconti- nuidades que redundan en un incremento global de Ta resistencia del medio rocoso. Disponiendo de un programa de E.F, que incorpore elementos junta, se puede realizar cualquier estudio de formas de rotura, ya sea de tipo vuelco (toppling), cuflas o rotu- ras planares combinadas, incorporando los E.J. a todas fas lineas de discontinvidad existentes. Al final det cétculo, para cada elemento se dispondra de su estado real de tensio- nes, definido por sus esfuerzos tangencial y normal. A partir de este tiltimo se puce de calcular, con ayuda de las relaciones de resistencia, el esfuerzo tangencial maximo disponible, y.a partir de éste y del que real- mente exista, el factor de seguridad para la zona de Ja discontinuidad representada por el EJ. en cuestién. Se pueden determinar ast las zonas de la Iinea de rotura en que se ha aleanzado la resistencia residual y el factor de seguridad global de la misma, Este cdleulo solventa las dos objeciones biisicas de los métodos de equilibrio limite y permite ademiis conocer el estado de de- formaciones del medio rocoso. 7.1.4.2. Suelos En el caso de estudios de estabilidad en suelos podria utilizarse el método descrito anteriormente cuando se pueden establecer hipétesis a priori de cudl seria la linea de rotura, © cuando se trata de procesos de rea~ nalisis de roturas ya producidas, Si no concurren estas eircunstancias ¢! mé- todo puede ser inviable en la practica por su laboriosidad, puesto que obligaria a dis- cretizar mallas de E.F. diferentes paca cada linea de rotura tanteada. Por esta razén, los anélisis en deforma- ciones en suelos suelen efectuarse mediante la utilizacién de programas de E.F. que no incluyen elementos junta, aunque si puede considerarse un comportamiento tenso-lefor- macional del terreno, mas complejo que el listico lineal; introduciendo modelos de com- portamiento elastoplastico, hiperbélico, etc. Mediante un proceso de carga incremental se estudia el estado tensional det terreno, observando el posible desarrollo de zonas que sucesivamente aleanzan el estado de plas- ticidad. Se trata en definitiva de un método cos toso, mas utilizado actualmente en el cam- po de la investigacién que en la practica de ingenierfa, excepto cuando son las deforma- ciones las que gobiernan el problema plan- teado, como puede suceder en presas de tie- 11a. 0 de residuos. 7.2. Métodos de céleulo de estabilidad 7.2.1. Definiciones previas En los apartados posteriores se presentan métodos practicos de célculo para analizar i : la estabilidad de un talud ante diferentes ti- pos de rotura. En ef punto 7.2.1.1, se definen los parde metros resistentes del terreno utilizados en todos los casos estudiados mds adelante mien- tras que el punto 7.2.1.2 se dedica a definir ¥ explicar la proyeccidn semiesférica equi- areal de Schmidt a la que se hace teferenci repetidas veces en los apartados siguientes. 7.2.1.1. Caracteristicas resistentes del material constitutive del talud En todos los métodos de cilculo para di- ferentes formas de rotura del talud que se presentan a continuacién, se supone que la resistencia intrinseca al corte 0 tensidn tan- gencial mdxima cn um punto de la superfi- cle de deslizamiento sigue Ia ley lineal de MOHR-COULOMB cuya expresién es: r=c+olgp donde: 7 fensién tangencial mdxima en un punto de la superficie de deslizamiento. 0: tensidn normal ala superficie de desli miento en el punto considerado. : cohesion de la superficie de destizamiento. ! dngulo de rozamiento interno de la su- Perficie de deslizamiento. Si el cdlculo se realiza en presiones efecti- vas (apartado 5.3.2.1) los pardmetros resis- tentes c" yg’ se denominan cohesion efecti= va y dngulo de rozamiento imerno efectivo, Les valores de c y p obtenidos operando con presiones totales son en general diferen- tes a los anteriores, proporcionando el caleu- Jo en presiones totales resultados menos fia- bles que el caleulo en presiones efectivas en la mayor parte de los casos, La ley lineal de Mohr-Coulomb para la resistencia al corte de la superficie de des- jizamiento se considera valida tanto si el des- lizamiento se produce a través de una masa de suelo como si se produce siguiendo de- a Manual de Taludes 195 terminadas superficies de discontinuidad en macizos rocosos. En este tiltimo caso los pa- rametros resistentes corresponden a la super- ficie de discontinuidad y no coincidirén en general con los de la masa de roca. 7.2.1.2, Proyeccion semiesférica equiareal de Schmidt En taludes sobre macizos rocosos con wna © varias familias predominantes de disconti- nuidades es muy util representar el plano del talud y las familias de discontinuidades uti- lizando una proyeccién esterogrdfica 0 se- miesférica. En este estudio se empleard la Proyeccidn semiesférica equiareal de Schmidt. ‘Observando la orientacién e inclinacién de las discontinuidades y su posicién relativa res- Pecto al plano del talud se puede deducit cual es el tipo de rotura més probable en €l talud, Por otra parte, ia proyeccién de Schmidt puede emplearse para obtener de forma directa y rapida magnitudes angula- tes necesarias para la obtencién del factor de seguridad en determinados casos. A continuacién se describen los principios y aplicaciones, siguiendo lo expuesto cn HOEK y BRAY (1977), Para trabajar en la proyeccién de Schmidt €8 necesario conocer la definicién de los si- guientes téminos geométricos (Fig. 7.7). = Buzamiento: angulo que forma con la horizontal la linea de méxima pendiente de un plano, — Rumbo: recta de interseceién del pla- 1 con un plano horizontal de referencia. — Direccién de buzamiento: Sngulo, me- dido en el sentido de las agujas del reloj, entre la direccién Norte y la proyeccién ho. ricontal de Ia linea de maxima pendiente con- siderada siempre en el sentido hacia el que desciende e! plano, Un plano queda definido por su buzamien- to y su orientacién. Esta ihtima Puede darse mediante la direccién de buzamiento o me- iante el angulo que forma el rumbo con la ' 196 Métodos de odiculo direccién determinada (generalmente 1 Nor- te) aunque en este caso es preciso especifi- car ¢l sentido hacia el que «buza» el plano. = Bozamiento det plano A fo = Dieccin de buzamiento del plano A Fig. 7.7.— Valores angulares empleadas en ta de- finicidn de un plano. buzamiento bbemisforio inferior de referencia Fig. 7.8.—Representacién de un plano en una proyeccién semiesférica (HOEK, BRAY, 1977), Cort. de Inst. of Min. and Metal. Proyeccion del punto A Fig, 7.9.—Proyeceién equiareal (HOEK y BRAY, 1972). Cort. de Inst. of Min. and Metal. Pata representar un plano en una proyee- ciGn semiesférica se le supone pasando por el centro de una esfera de la que se consi- dera tinicamente el hemisferio inferior (Fig. 1.8) (HOEK y BRAY, 1977). El plano que- da definido por el etreulo maximo y tam- bién se puede definir mediante el polo que es el punto de interseccién de la semiesfera con una recta perpendicular al plano desde el centro de la misma, seguin se aprecia en la Figura 7.8. La superficie semiesférica puede proyec- tarse sobre un plano tangente a la misma. En la Figura 7.9 (HOEK y BRAY, 1977) se muestra el método de proyeccién equiareal, el aqui utilizado. La proyeccién det polo 0 del clreulo mdximo del plano constituye ta representacién en proyeccién equiareal del mismo. La representacién de una recta es Ia pro yeecién del punto de interseccién de la mis- ma con la semiesfera de referencia, La representacién de planos y rectas se hae ce con la ayuda de la plantilla de Schmidt, la cual se obtiene trazando los meridianos y paralelos de una esfera con una cierta equi- distancia angular y proyectindolos desde un punto del ecuador de la misma, En la Figu- ta 7.10 se muestra una plantilla de Schmidt construida con una equidistancia angular de 2°. Para trabajar con la plantilla se debe di- bujar en un papel transparente un circulo de igual radio que el de la plantilia y defi- nir en él la dircecién Norte cuya situacién «5, en principio, arbitraria. Haciendo coinci- dir los centros de la plantilla y el papel y orientando ambos de forma que el rumbo del plano a representar coincida con el eje NSS de la plantilla (Fig. 7.11), el eircuto ma- ximo del plano coincidird con uno de los me- ridianos de la plantilla que quedard a uno w otro lado del eje N-S de la misma, depen- diendo del sentido en el que «buzan el pla- no. Para encontrar el meridiano buscado se debe medir en el ej¢ E-O de la plantilla y desde la-vircunferencia extcrior de la misma Manual de Taludes 197 Fig, 7.10.—Plantilla de Schmidt (HOEK y BRAY, 1977). Cortesia de Institution of Mining and Metallurgy. un mimero de grados igual al buzamiento del plano en cuestién, FI Angulo entre el Norte (¢l definido previamente en el papel) y el extremo del eje E-O de la plantilla des- de el que se mide el buzamiento del plano, es la direccién de buzamiento del plano re- presentado. El polo del plano se encuentra en el eje E.O de la plantilla y para situarlo deben me- dirse desde el centro de la misma y alején- dose del cireulo maximo un mimero de gra- dos igual al buzamiento. En la Figura 7.11 se han representado el polo y el eitculo maximo de un plano cuyo rumbo forma 40° con el Norte, medidos ha- cia el Este (N40°E) y tiene un buzamiento de 50° SE, El plano se puede definir tam- bién por su buzamiento y su direccién de buzamiento ($0/130). En la Figura 7.12 se muestra el resultado final de la representacién del plano descrito, A continuacién se explicarin algunas de las posibilidades que proporciona la proyec- cién de Schmidt. 198 Métodos de edleslo Roe Polo Cireulo maximo 50° 50° Rumbo N40 E Buzamiento $0° SE Direccide. de buramiento 130° Fig, 7.11.—Representacion de un plano con ayt- da de ta plantilla de Schmidt. " Cirewlo mine inclinacién de la recta debe medirse desde la circunferencia exterior de la plantilla, re~ sultando ser, en la Figura 7.14, un éngulo de 20°. b) ANGULO ENTRE DOS RECTAS 0 ENTRE DOS PLANOS (Figs. 7.15 y 7.16) E] Angulo entre dos planos es igual al an. gulo entre las dos rectas normales a aqué- los, que estén representadas por los polos de dichos planos, por lo que la obtencién del Angulo que forman dos planos se reduce a encontrar el angulo entre dos rectas. Una vez dibujados los puntos que repre- sentan las rectas (A y B en la Fig. 7.15) se gira el papel transparente sobre la plantilla Chreulos snéximes Proyeecioa hhoriontal dela Fig. 7.12. —Representacién final del plano. a) RECTA INTERSECCION DE DOS PLANOS, (Figs. 7.13 y 7.14) Una vez representados los circulos maxi- mos de los dos planes, el punto que repre- senta Ja recta es la interseccién de ambos. La direccién de la proyeccién horizontal de la recta se obtiene uniendo dicho punto con el centro del grdfico (Fig, 7.13). La inclina- cidn de ta recta interseccién se obtiene con Ja ayuda de la plantilla de Schmidt girando el papel transparenie hasta que el punto que representa a la recta quede situado en el eje E-O de la plantilla (Fig. 7.14). El éngulo de Fig, 7.13.—Recta interseccién de dos planos, 20°, bo Fig, 7.14.—Obtencién de ta inclinacién de la rec- ta imerseceién de dos planos con ayuda de ta plantilla de Schmidt. Fig. 7.15 Fig. 7.16.—Obtencién del éngulo entre dos rec- tas con ayuda de ta plantilla de Schmidt, de Schmidt hasta que los dos puntos que- den situados sobre un meridiano de la plan tila, El dngulo ha de medirse sobre dicho meridiano siendo, en Ia Figura 7.16, de 64°. FI meridiano encontrado representa et circu- lo maximo del plano que contiene a las dos rectas. Si los puntos A y B corresponden a los polos de sendos planos, el meridiano sobre el que se mide el angulo corresponde al plano perpendicular a ambos, esto ¢s, el plano perpendicular a su recta interseccién. Cuando en un determinado macizo roco- so existen una o varias familias de disconti- nuidades paralelas, los polos de las mismas se agrupan en zonas definidas del grafico. La direccidn de le familia de discontinuida- des esté representada por el punto de maxi- ma concentracién de polos. Manual de Taludes 199 En la Figura 7.17 puede verse la represen- tacién de las discontinuidades de un macizo con dos direeciones predominantes de frac- turacién, En la figura se han dibujado las lineas de igual concentracién de polos y los circulos méximos correspondientes a los cen- tros de concentracién de los mismos, 7.2.2. Talud infinito 7.2.2.1. Generalidades Cuando el material inestable es una capa de espesor constante y muy pequefio respec- to a la altura del talud, éste se denomina talud infinito 0 indefinido. La superficie de destizamiento es paralela al talud (Fig. 7.18). Este tipo de inestabilidad del talud se da. generalmente en materiales muy poco 0 na- da cohesivos. Puede darse también en mate- conconiraci ae polos Fig. 7.17.-—RepresentaciOn estadistica de discon- tinuidades, Fig. 7.18.—Superfiele de desiizamiento en un ta- ud infinito. ; 5 3 200 Métodos de edleulo tales cohesivos en los que el suelo descansa sobre una base de material més resistente, a escasa profundidad y paralela al talud. cha base constituye la posible superficie de deslizamiento, sta es una situacién que se produce en las laderas en rocas meteoriza- bles y es frecuente en taludes naturales en rocas arcillosas, pizarras, et Para que sea vilido el andilisis que se hace a continuacién el terreno ha de suponerse homogéneo, esto es, su cohesién, Angulo de rozamiento y densidad son constantes a lo largo del talud. 7.2.2.2. Anilisis de estabilidad de un talud infinito En este apartado se ha seguido en Jo fun- damental, lo expuesto pot LAMBE y WHIT- MAN (1972), Fl estudio de estabilidad de un talud infi- ito puede hacerse con independencia de la altura del mismo. Este hecho permite que la estabilidad general pueda analizarse, su- puesto el problema bidimensional, por me- dio de un elemento ABCD del material des- lizante limitado por dos planos verticales a distancia @ (Fig, 7.19) (LAMBE y WHIT- MAN, 1972). La condicién del talud infinite impone que las tensiones sobre cualquier ca- ta del elemento sean independientes de su posicién a to largo del talud, lo que implica que los esfuerzos sobre las caras laterales sean iguales y contrarios por lo que pueden no considerarse en el equilibrio de fuerzas del elemento. Fig, 7.19.—Andlisis de un talud infinito. Exfuer- ‘208 sobre un elemento de suelo (L.AMBE y WHIT- MAN, 1972). Cort. de Ed, Linusa-Wiley. Con estas premisas se analizaré la estabi- lidad de un talud infinito para los casos de talud seco, talud sumergido y talud con flu- jo de agua paralelo al mismo. a) TALUD SECO En la Figura 7.20 (LAMBE y WHITMAN, 1972), se aprecian las dimensiones del ele- mento y las fuerzas que actin sobre él. Su peso es: Weahy siendo 4, fz dimensiones del elemento (Fig. 7.20). ‘¥: densidad natural del terreno. Fig, 7.20.—Andlisis de un talud infinito seco. Planteamiento del equilibrio (LAMBE y WHIT- MAN, 1972). Cort, de Ed. Limusa-Wiley. Del equilibrio de fuerzas (Fig. 7.20) se ob- tiene: W—Tseny, — T cost, — N’ cosg, = 0 eny, = 0 donde: NN’: esfuerzo normal efectivo sobre una su- perficie paralela al talud a una profun- dided A. T: esfuerzo tangencial sobre dicha superfi- cie, Ye Angulo del talud, Resolviendo el sistema de ecuaciones se obtiene: N’ = Weosp, W send, = N’ te, EI factor de seguridad FS, definido como la relacin entre la resistencia al corte del terreno y la necesaria para mantener el equi- librio estricto, sera: a c’—— + N’ teg” cosy, A’ tev, FS tee rheosy, teg, Oy siendo: c* cohesién efectiva del terreno. v°: angulo de rozamiento interno efectivo del terreno. Se aprecia va lo que va a ser una norma genetal en el andlisis del talud infinito: en terrenos cohesivos ef valor de FS depende de la profundidad h de ta superficie de des- lizamiento, disminuyendo al aumentar ésta. En ef caso de laderas naturales, cuando se produce una meteorizacién que va pro- eresando con el tiempo en profundidad (hj, Mega un momento en que se alcanza una h critica en que FS = 1, y entonees se produ- ce un destizamiento global. En terrenos no cohesivos (c’ = 0) FS es independiente de h. En este iltimo caso, pa- ra talud seco, se tiene: Be FS = —— (7.2) 1g, y el talud es estable sig’ > y, ¢ inestable en caso contrario, b) TALUD SUMERGIDO Se considera un talud sumergido bajo una superficie de agua estitica segdin se aprecia on Ta Figura 7.21a (LAMBE y WHITMAN, 1972). La resultante de las presiones intersticia- les sobre las cuatro caras del elemento es Manual de Taludes 201 8) Talud infinite sumergido Peesisa de agua ° perieron wets ‘i sane a Peso tox mah ts c ay D wh 3) Phanteamiemo el equilibria Fig. 7.21.—(LAMBE y WHITMAN, 1972). Cort. de Ed. Limusa-Wiley. un empuje de Arquimedes vertical que ha- bra de restarse al peso del elemento (Fig. 7.21b). Por consiguiente, las ecuaciones de cquilibrio de fuerzas seriin las mismas que en ef caso anterior, siempre que el peso 1” del elemento sea el peso sumergido, ésto es: We Gh — 7) = ahy siendo: You PESO especifico saturado del terreno. "© peso especifico sumergido del terreno vy OF = Ya = Yd ‘Yi Peso especifico del agua. El factor de seguridad queda de la forma: e +t yh costy, tay, De aqui se deduce que para terrenos no cohesivos ef factor de seguridad es igual que en el caso del talud seco. ge” 7.3) ©) TALUD CON FLUJO DE AGUA PARALELO. AL MisMo. Se supone una filtracién en régimen es- 202 Métodos de citeulo tacionario can la Tinea de saturacién para- lela a la superficie del talud. Para espesores pequefios en relacién a fa altura de! talud 8 licito suponer que las Yineas de filtracién son lineas rectas paralelas al talud y por con- siguiente las equipotenciales son perpendicu- tares al mismo (Fig. 7.22). Este caso se sue- le presentar frecuentemente en la parte ferior de taludes naturales (Fig. 7.23) (LAM- BE y WHITMAN, 1972), Presse satersticial = 1 Hafindidsd hs pq = at hy SO, Fig. 7.22.—Talud infinito con flujo paraleto. Red de fiujo. Ladera del vale Neel Freitien Field peeaela a alu Fig. 7.23.—Filtracién en wn talud natural (LAM- BE y WHITMAN, 972). Cort, de Ed. Limusa- Wiley. Se supondr ta superficie de deslizamien- to situada @ una profundidad #. La altura del nivel fredtico respecto aguella es mh, estando el parimetro m comprendido entre Oy 1 (Fig. 7.22). La presién intersticial a la profundidad 4, se, puede deducir de la Figura 7.22. La altu- ra piezométrica (z + P/+y,) es constante se- atin la equipotencial AB, Igualando las al- turas piezométricas de 4 y B y teniendo en cuenta que P, = 0(4 esta a presién atmos- fériea) se obtiene que la presién intersticial ts, a la profundidad A es; Uy, = Py = hp yy = mhy, co, (7.4) siendo A, diferencia de cota entre A y B (Fig. 7.22). met al mycoses Fig. 7.24.—Talud infinito con flujo paralelo, Pre siones intersticiales periféricas, Las presiones intersticiales sobre las caras taterales del elemento representado en la Fi- gura 7.24 se anulan mutuamente y la resul- tante U de las presiones intersticiales sobre a cara inferior vale: @ U = mhy, cos, = amby, cost, cost, Del equilibrio de fuerzas en el elemento (Fig. 7.25) se obtiene: T = yah send, N? = yah cos}, — U =fy — my, Jah cosy, ahy < Aw ‘ \ Us amb cove, Fig, 7.23.—Talud infinito con flujo poralelo, Plan- teamiento de! equitibrio. En este caso el peso especifico y no es constante en toda la masa deslizante, dado que ésta se encuentra parcialmente satura- da, El valor de y que se ha de emplear es por consiguiente un valor intermedio, El factor de seguridad FS es: hos, + ee y— my) FS 5) yt, Si el terreno se encuentra saturado (m = = Des: Ym = Yorn = Iw = 7 Para terreno saturado y suelo no cohesi- vo la expresién (7.5) queda: ¥ Fs-7 SE 06 Yer (BY, Ejemplo numérico: ‘Se desea caleular el factor de seguridad de un talud {en terreno no cohesivo, en los casos de terreno seco ¥ terreno saturado, Los datos son: - 2 vm Yow eno w= 30 4, = 20 2) Tatu seco: De la expresin (7.2) se dence: 330° FS = = 459 1b) Talud seturedo: EL peso especitico sumergido del terreno es T= Yeap My 2 tem Aplicando la exprestin (7.6) se obtiene: 1 eg30° 2 tg20° En el andlisis realizado para los casos a), b) yc) se aprecia que en terrenos sin co- hesién la profundidad de la superficie de deslizamiento no interviene en el factor de = 0,79 Manual de Taludes 203 seguridad, por lo que el deslizamiento es susceptible de comenzar a cualquier profun- didad. Generaimente el material deslizante cuando ¢’ = 0 es una capa superficial de pequeflo espesor. En estos casos, frecuentes p.e. en escom- breras mineras, debe tenerse presente que en realidad ¢ aumenta con Ia profundidad por Ja compactacién producida por el peso pro- pio. Ello coadyuva atin mas el cardeter sue erficial de las roturas. En terrenos cohesivos el factor de seguri- dad disminuye con la profundidad. Gene- ralmente el deslizamiento se produce cuando existe una base resistente paralela al talud 4 una cierta profundidad. Un talud normalmente estable puede que- dar inestable cuando por alguna citcunstan- cia se reduce Ta resistencia al corte del sue- Jo. Lo més frecuente es que el deslizamiento se produzca después de lluvias intensas que suben cl nivel fredtico hasta la superficie del talud por fo que para calcular FS para un talud infinito se suele suponer, como caso peor, el del nivel freatico en la superficie del terreno. En laderas naturales, puede suponerse que a lo largo de la historia del talud, en zonas Uuviosas, se han dado varias veces condicio- nes de flujo paralelo. Si se produce un des- lizamiento, tiene que haberse producido por una degradacién progresiva de la resistencia {especialmente ¢’) por meteorizacién. Con el ctiterio de rotura de Mohr y las férmulas expuestas, es facil hacer un andlisis retros- pective (v, LAMBE y WHITMAN, 1972). 7.2.3. Rotura’ planar 7.2.3.1, Generalidades Se lama rotura planar o plana a aquella en la que el deslizamiento se produce a tra- vés de una unica superficie plana, Es la mas sencilla de las formas de rotura posibles y se produce cuando existe una frac- turacién dominante en la roca y convenien- temente orientada respecto al talud. Frecuen- 204 Métodos de cétculo temente se trata de fallas que intersectan el talud. También puede producirse en terrenos gra- nulares en los que, entre dos terrenos de buenas caracteristicas resistentes, se interea- Ja un estrato de poco espesor, de material con menos resistencia. Dentro de las formas de rotura que pue- den presentarse en un talud, la rotura pla- nar es relativamente poco frecuente, debido @ que en escasas ocasiones se dan, en un talud determinado, las caracteristicas nece- sarias para gue se produzea este tipo de r0- ura, Para que pueda hablarse propiamente de rotura planar y sea de aplicacién el andlisis que se expone a continvacién, han de dar- se las dos condiciones siguientes (Fig. 7.26) (HOEK y BRAY, 1977): Supecticies tatrales Supericie de rocura Fig, 7.26.—Rotura planar (HOEK y BRAY, 1977) Cort. de Inst. of Min. and Metal. — Los rumbos o trazas horizontales del plano del talud y del plano de deslizamiento deben ser paralelos o casi paralelos, forman- do entre si un Angulo maximo de 20° — Los limites laterales de la masa desli- zante han de producir una resistencia al des- lizamiento despreciable. Estas condiciones permiten estudiar la es- tabilidad del talud como un problema bidi- mensional que se analiza considerando una rebanada de ancho unidad, limitada por dos Planos verticales, perpendiculares al plano del talud (Fig, 7.27) (HOEK y BRAY, 1977). Rebanads de ancho unidad Fig. 7.27.—Estudio bidimensional de fa rotura planar (HOEK y BRAY, 1977}. Cort. de Inst. of Min. and Metal. 7.2.3.2. Geometria de la rotura planar Si se representan el plano del talud y las discontinuidades en una proyeccién semies- férica de Schmidt (apartado 7.2.1.2) se pue- de temer una rotura de tipo planar cuan- do existe una familia de discontinuidades de rumbo similar al del talud y bucamiento me- nor que éte. La disposicién tipica deserita se presenta en fa Figura 7.28 (HOEK y BRAY, 1977). 7.2.3.3. Aniilisis de estabilidad en rotura planar En el caso de rotura planar el factor de seguridad FS se obtiene de forma directa como cociente entre las fuerzas que tienden a pro- ducir el deslizamiento y las fuerzas resisten- tes del terreno que se oponen al mismo, ‘pro- yectadas todas segtin la direccién del plano de rotura. Al calcular FS de esta manera, se le supone implicitamente constante a lo Jargo de toda la superficie de rotura, 10 cual se acepta a pesar de no ser estrictamente cierto. Por otra parte, se supone que la rotura se produce inicamente por deslizamiento, considerando que los momentos que pue- den aparecer sobre el plano de rotura tienen efecto despreciable. § Manual de Taludes 205 Cleenlo méimo que represenca plano det salud Ditescién do desisamiento ‘Cireulo mévimo que representa el plane coresponiiente al centro de soncentracin de polos Fig. 7.28.—Disposicién de discontinuidades en rotura planar (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. and Metal. XEn el caso mas general, representado en Ja Figura 7.29, se considera que el plano de destizamiento se encuentra limitado en su parte superior por una grieta de traccidn, que se puede suponer plana, total o parcial- mente llena de agua, En el plano de rotura aparecen unas presiones intersticiales que de- FS £ ay on whe sen ¥, + 05 ¥, + Veos(y, + 6) donde: cohesign efectiva en la superficie de deslizamiento. Angulo de rozamiento interno efectivo en la superficie de deslizamiento. A = Grea de la superficie de deslizamiento, supuesta de ancho unidad. W = peso de la masa deslizante, supuesta de ancho unidad. penden de la situacién de la Ifnea de satura- cidn y de las caracteristicas del terreno, So- bre la masa deslizante actiia un terremoto cuyo efecto se asimila a una aceleracidn ver- tical ay y una aceleracién horizontal ay. En. este caso ef factor de seguridad cs: ay Sn cA + i oot ty ~ Aa sen fu V sent, + dp too! £ ¥p = Angulo que forma el plano de destiza- miento con 1a horizontal U = resultante de las presiones intersticia- Tes que actiian sobre el plano de des- lizamiento. 8 = Angulo que forma la grieta de traccién con la vertical. V = resultante de las presiones intersticia- les que actiian sobre la grieta de trac- ion. g =aceleracion de la gravedad. TAPe 206 Métodos de céleulo En algunos casos puede ser mas desfavo- rable considerar que 1a aceleracién vertical debida al terremoto tiene sentido contrario al de la Figura 7.29. Esto ocurre cuando el factor de seguridad que se obtendria sin considerar dicha aceleracién vertical es me- nor que fa relaci6n tg¢'/tg¥,,. Por consiguien- te cuando dicho cociente sea alto, conviene calcular FS para los dos sentidos posibles de ay. La férmula es aplicable al caso en que tno se considera la accién del terremoto ha- ciendo a, = a, = 0, y al caso en que se considere el terreno totalmente seco hacien- do U=V=0. Si no se considera la existencia de la grie- ta de traccién, el plano de deslizamiento se prolongs hasta la superficie del terreno y se aplica la férmula anterior en la que ¥ val- dra 0. En la Figura 7.29 se ha supuesto que la grieta de traccién aparece detris de! limite superior del talud. Es posible que anarezca dentro de los limites del mismo, lo que no afecta a la generalidad de la eouacién (7.7). La distincién entre uno y otro caso se aprecia en las Figuras 7.30 (HOEK y BRAY, 1977). Se llamard a ta primera posi- dilidad, caso a (Fig. 7.30a), y a la segunda, caso b (Fig. 7.30b). HOEK y BRAY (1977) han desarrollado unos Abacos que facilitan el céleulo del fac- tor de seguridad frente a rotura planar. A continuacién se describe el planteamiento de- sarrollado por ellos, El empleo de los débacos requiere realizar Tas siguientes simplificaciones: — El talud a estudiar es un plano de in- clinacién ¥,. La superficie del terreno que queda por encima del talud es un plano ho- rizontal. plane de deslizancento Gries de taccion ® Dns ekisapgey noeaonent Ca: cetacean VERT Wel Fig. 7.29.—Andlisis de estabilidad en rotura planar, Fuerzas actuantes, 3 ; Manual de Tatudes 207 Gries de taesion Soperfcie del alse Superficie €e rotuca . ar aN Superfcte de 1) Grieta de cracclén on el talud Fig. 7.30.—Geometria de un talud en rotura planar (HOEK y BRAY, 1977). Cortesta de Institution of Mining and Metallurgy. — No se considera el efecto sismico, 1 (Ho-y — La gtieta de traccién es vertical. USD teeny, — Se supone una distribucién triangular en las presiones instcrsticiales que actiian so- Very bre la base de la masa deslizante y sobre 2 Ja grieta de traccion. El valor maximo se i -3 y da, en ambos casos, en la intersecciGn entre Hw} 1 las dos superticies ey, BY, Asumicndo estas simplificaciones se obtie- (caso a) ne para la ecuacién (7.7) (ver Figs. 7.308 zV/te¥, 3 trailors.) He Wer * A= 2 tg ¥, sen vy (caso b) 208 Métodos de edleulo donde: H z = profundidad de la grieta de traccién, medida siempre respecto al limite su- perior del talud. altura del talud. %, = altura de agua en la grieta de traccion. +7 = peso especifico de la masa deslizante. “he = peso especifico del agua, " La ecuacién (7.7) puede escribirse en fun- cidn de pardmetros adimensionales de la for- ma_siguiente: Zero OR it (<)> [ i ““\pe : 0 Urs donde: 9) z R — (FU) +, 2 #H u& Ss “| — sem (7.12) say me 7.12) Los parémetros adimensionales P, Q y S sc proporcionan, en funcién de z,/z, 7H, Fa #, y ¥, en los graficos adjuntos (Fig. 7.31) (HOEK y BRAY, 1977). Se aprecia que cuando la cohesién es nula el factor de seguridad es independiente del tamafio de la masa deslizante. El factor de seguridad es muy sensible a las variaciones de la altura de agua en la gricta de traccién, disminuyendo de forma importante al aumentar ésta. Ejemplo numérico: Se supone Ia existencia de un talud que se ajusta al esquema de la Figura 7.30a con los siguientes valo- res geomeétricos: 36 m Las caracteristicas resistentes de la discontinuidad que constituye el plano de deslizamiento son las si uiontes: EI peso especifico del terreno cs: y= 25 mt BI factor de seguridad del talud se obtendré me- ante la aplicacion de la expresion (7.8). De los datos del problema se deduce: S/H ~ 0,50 990 4 Ge = 1 tf) Los pardmetros P, @ y 8 se pueden obtener a par~ tir de las expresiones (7.9), (7.10) y (7.12) 0 bien uti Tizando los bacos de la Figura 7.31. Los valores que resultan son: ; § 5 : : : : ; : : : ] : ] Manual de Taludes 209 sa] 49] Fig. 7.31:—Valores de los pardmetros P, S y Q para diferentes caracteristi- cas geométricas (HOEK y BRAY, 1977. Cortesia de Inst. of Min. and Me- tal). 2d Patecne 8 Peto ¥ a. {| Lt Ce a a CT) Pano Psa @ een sea Sas Nh ° Te 30 6870" 80 92 ous Tos aes digoainuce elt ck 22 ge ston Gerace oe sa on Partner @ 210 Métodas de cdleulo El factor de seguridad, FS es: 29 sf os seugfese ze” Lew 0400.15 te Los grdficos. proporcionados pueden ser de utilidad para calcular de forma répida el factor de seguridad aunque su aplicacién su- pone una simplificacién en la geometria del problema y en la distribucién de piesiones intersticiales. El método es vdlido para ta mayor parte de los casos précticos. AYALA y otros (1985) han desarrollado colecciones de dbacos para deslizamientos planos por la estratificacién, cuando tas ca- pas estén inclinadas, con rotura por el pie. Estos dbacos pueden ser utiles para calcul de estabilidad en taludes de muro en cortas mineras en carbén con capas inclinadas. Ps Mas oa 72. Cuando el factor de seguridad de un ta- Colocacién de anclajes FS = donde: T = tensién de anclaje por unidad de longi- tud de talud, Sera igual al ntimero de anclajes multi- plicado por Ia tensién en cada uno de ellos y dividido por la longitud total de talud. 4 = Angulo que forma el anclaje con la nor- H Foe 2 18 vp Qt donde T* es un nuevo pardmetro adimen- sional que tiene la expresién: cA + [Woos ¥, — U— Vsen(y, + 8) +.T.cos O]tg ¢” Wsen ¥, + Vcos(y, + )— Tseno b. 2c rf = — RP +S) + Treosdhis RS 2 Yy lud determinado se considere insuficiente se puede mejorar la estabilidad por medio de la colocacién de anclajes con una cierta ten- sién 7, con lo que se consigue aumentar el valor de FS. El esquema de la colocacién de un ancla- je puede verse en la Figura 7.32 (HOEK y BRAY, 1977). El anclaje ejerce dos acciones beneficio- sas para la estabilidad de la masa potencial- mente deslizante, Por una parte, su compo- nente paralela al plano de deslizamiento se resta a las fuerzas que tienden a provocarlo Y, Por otra parte, su componente normal a. dicho plano aumenta la resistencia al corte de la discontinuidad. En la expresi6n del fac- tor de seguridad esto se traduce en una dis- minucién del denominador y en un aumento del numerador. La expresién general (7.7), supuesto por simplicidad que no existe ac- cién sismica, queda de la forma: mal al plano de destizamiento (el ancla- je esta situado en el plano de la seccién transversal de! talud). La ecuacién (7.13) puede expresarse en funcién de los pardmetros adimensionales P, Q, R, S, si se asumen las simy ya resefiadas en el punto anterior: 14a) — T*sen6 2T yH Tre (7.15) Fig. 7.32.—Colocacin de anclajes (HOEK BRAY, 1977). Cortesia de Institution of Mining and Metallurgy. Las ecuaciones (7.13) y (7.14) pueden em- Plearse para obtener el valor de T que pro- Porciona un valor de FS determinado. Ejemplo mumérico: Sea el mismo caso del ejemplo anterior. Se desea aumentar et factor de seguridad de 1,05 4 1,25 mediante la colocacidn de anclajes que formen con Ia normal al plano de deslizemiento un Angulo. de $0° (10° com Ia horizoncal), Aplicando la férroula (7.14) con @ = $0° se obtiene: 0044 + OSI + T* cos 50° 35° (0,382 — T* sen 50° 125 = Despejando 7* se obtiene: T+ = 000838 De la expresién (7.15) se deduce: _ Ty FR 000538. 25.368 2 T 87 vm La tension de anclaje necesaria ¢s 871 por m de longitud de calud. 7.2.4. Rotura por cufas’ 7.2.4.1, Generalidades Se lama rota por cufla a aguella pro- ducida a través de dos discontinuidades dis- Puestas oblicuamente a la superficie del ta- tud, con Ia linea de interseccién de ambas aflorando en ta superficie del mismo y bu- zando en sentido desfavorable (Fig. 7.33). Manual de Taludes 211 Este tipo de rotura se origina preferente- ‘mene en macizos rocosos en los que se da a disposicién adecuada, en orientacién y bu- zamiento de las diaclasas. boa Fig, 7.33.—Rotura por cunas (HOEK y BRAY, 1977). Cort, de Inst, of Min, and Metal. En este apartado se realiza, en primer u- gar, una descripcién del método geométrico que permite prever la existencia de cufias ines- tables y, posteriormente, se definen los mé- todos de calculo més usuales en tos andlisis, de estabilidad de cuias. 7.2.4.2. Geometria de la rotura Por cufias Si representamos el plano del talud y las discontinuidades en una proyeccién semies- férica equiareal de Schmidt, explicada en el apartado 7.2.1.2. la disposicién tipica de os casos en que es posible la rotura por cuas es la que aparece en la Figura 7.34 (HOEK y BRAY, 1977), En ella se aprecia la existencia de dos familias de discontinui- dades de rumbos oblicuos respecto al del ta~ lud, quedando el rumbo de éste comprendr do entre los de las dos familias de discon- tinvidades. La direecién de deslizamiento es ta de ta interseccidn de tas dos familias de disconti- nuidades y ha de (ener menos inclinacién que el talud. Si se represena una seccién vertical del ta- Jud por la linea de interseccién de los dos Planos sobre los que destiza la cufta (Fig. 212 Métodos de cdleulo Cielo maximo fue representa ol plano de talud Direscibn de destzamiesto Cirulos maximas gue representa Tos planos correspondintes a tos ceniros de concentravién de polos Fig. 7.34.—Disposicion de discontinuidades en la rotura por cuts (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min, and Metal 7.35), la condicién geométrica que hace po- sible jel deslizamiento es: Ws by 7.16) ¥, = Angulo de inclinacién de la‘ linea de interseccién, cuya direecién es la di- reccién de deslizamiento. Vy, = Angulo de inclinacién del talud, medi- do en la seccién vertical indicada, que sélo ser igual al angulo del talud, ¥, si la linea de interseccién est4 conte- nida en una seccién perpendicular al mismo. En Ja Figura 7.34 la condicion (7.16) se cumple si el punto de interseccién de los cft- culos maximos de las dos familias de dis- Linea de ioterseoclén Fig. 7.35,—Seccién vertical del tatud por la Ii. nea de interseccién, La condicion de rotura ‘por eunas €5 ¥, < Ny continuidades es exterior al circulo maximo que representa el talud. 7.2.4.3. Andlisis de estabilidad en rotura or cufias La obtencién del factor de seguridad es més compleja que en el caso de rotura pla- nar debido a que el célculo ha de hacerse en tres dimensiones, entrando en la caracte- rizacién geométrica del problema un’ nime- fo mucho mayor de variables angulares. A continuacién se planteard el problema en el caso més general. Se considera la cu- fia representada en la Figura 7.36. La cufia estd definida geométricamente por el plano de! talud, el plano situado por encima de la cresta del mismo, los planos de desliza- miento A y By una grieta de traccién que Fig, 7.36.—Definicién geométriea de ta cua, se puede suponer plana y a la que se Hama- r4 plano C. Se considera la accién de presiones inters- ticiales sobre los planos A, By Cy la ac- cién de un terremoto cuyo efecto se asimila estéticamente a una accleracién horizontal ay ¥ otra vertical a, (Fig. 7.37). Las fuerzas actuantes son las siguientes (Figs. 7.37 y 7.38): Ug, Ug: resultantes de presiones intersticia- les sobre los planos A y B, Actian normalmente a dichos planos (Fig. 7.38). resultante de presiones intersticia- les sobre ef plano C. Actiia nor- malmente a dicho plano. “Wl + ay/e). Fuerza vertical debida al peso de la cufta y a la accién del terremoto. ‘ En algunas ocasiones puede obte- nerse un factor de seguridad més bajo dando signo negativo a ay por o que puede ser mas conveniente hacer los célculos para los dos sen- tidos posibles de a, y tomar el re- sultado més desfavorable. W axle. Puerza horizontal debida al terremoto. Estd contenida en el pla- ‘no vertical que contiene a la linea de interseccion (Fig. 7.37} por ser ésta la disposicién pésima. Grieta de tracciin Fig. 7.37.—Secci6n vertical det salud por ta Ie nea de interseccién, Efecto del terremoto sobre a cuna, Maral de Taludes 213 En Io anterior se ha llamado W al peso de la cuita y g a la aceleracién de la gra- vedad. Si la geometria de la cufta esté definida, las direcciones de todas las fuerzas lo estan también, Las fuerzas Wy, Wy y V se des- ‘componen vectorialmente en tres direccio- nes: Ja direccién de deslizamiento o direc- cidn de Ta linea de interseccién, y las direc- ciones normales a los planos A y B En la notacién que se empleara a conti- nuacién, el subindice D indica la componen- te segiin la direccién de deslizamiento y los subindices A y B indican las componentes normaies a los planos A y B. Asi por ejempto, la fuerza HW, sera: W, = Wt Wy t+ Wy El factor de seguridad FS se obtiene co- mo cociente entre las fuerzas resistentes del terreno y las fuerzas que tienden a provocar el deslizamiento, Se supone despreciable el efecto sobre la estabilidad de la cufia de los momentos de las fuerzas actuantes. La expresion que define FS es: Ig = (ida t Sia + Na teh + Noth ¥ 2 er re donde: 4 Gf = cohesion efestiva en las supert cies de destizamiento A y B. Fig. 7.38.—Resultantes de presiones intersticia~ les sobre los planos A y B. Seccién de la cura por un plano perpendicular a la linea de inter- secciin, an, 214 Métodos de catcuio 4. 85 = Angulo de rozamiento interno efec- tivo en las superficies de destiza- miento A y B. Ay, An = areas de las superficies de desti- zamiento A y B. Ny = Woy — Way — Ug — Vi Es la reac cidn normal efectiva sobre el pla- no A. Wry — Wry — Up — Vor Bs ta reac cidn normal efectiva sobre ¢! pla- no B. Fy = Wyp + Wyp + Vp. Es la resultante de las componentes de las fuer- zas que tienden a producir el des- lizamiento, N, En la obtencién de N, y Ny se ha de dar signo positive a las componentes que wen- tran» en el terreno sobre el que apoya la cufia, En la obtencién de Fp se ha de dar signo positive a las componentes que siguen el sentido del destizamiento. En funcidn de ta direccién del plano C puede ocurrir que tas componentes V, y/o Vy tengan signo contrario al que se fes ha dado. Si sobre la cufta actuara cualquier otra fuerza se ha de trabajar con ella de la mis- ma forma que se ha hecho con tas demas fuerzas actuantes. Se descompone en las tres direcciones definidas y sus componentes se integran en Ny, Ny ¥ Fp con el signo con- veniente, Si el ntimero de fuerzas que intervienen en el problema es elevado, el planteamiento explicado puede hacerse muy laborioso, so- bre todo teniendo en cuenta que los planos A y Brno son, en general, perpendiculares, 1o que complica la descomposici6n vectorial de las fuerzas. . HOEK y BRAY han simplificado, en par- te, el célculo del factor de seguridad ante roturas tipo cua, A continuacién se descri be lo por ellos expuesto. En primer lugar se aplicard el planteamien- to anterior al caso mas sencillo que puede presentarse. Se considera una cufa sin grieta de trac- cién, con et mismo angulo de rozamiento en las dos superficies deslizantes y cohesion nula en ambas. El macizo rocoso est seco Y¥ no existe accién sismica. En estas condiciones: U, = Up = ¥= Wy, wy = W 4 = oR La tnica fuerza actuante es el peso W que se habrd de descomponer en las tres direc- ciones indicadas. La componente en la direcci6n de desliza- miento se obtiene facilmente de la seccién vertical del talud por la linea de intersec- cién, representada en la Figura 7.39 (HOEK y BRAY, 1977), Fig. 7.39.—Descomposieiin vectorial del peso de la cufla en wna seccién vertical del talud por ta linea de interseccién (HOEK y BRAY, 1977) Cort. de Inst. of Min. and Metol, La componente normal a la linea de in- terseccién, HW’ cos ¥, se ha de descomponer ‘en las dos reacciones normales sobre Jos planos Ay BN, ¥ Np. En este anilisis se llama- 14 siempre plano A a aquet que forma me- nor 4ngulo con la horizontal, Aplicando el equilibrio de fuerzas hori- zontales y verticales en una seccién de la cu- fa perpendicular a ta linea de interseccién (Fig. 7.40) (HOEK y BRAY, 1977) se ob- tien N, sen — £/2) = Ny sen(f + £/2) N, cos(8 ~ &/2) — Ng cos(6 + £/2) = = W cos ¥, donde: & = Angulo de apertura de Ja cufta 0 Angu- Jo que forman los planos A y B Fig. 7.40). 8 = Angulo que forma con la horizontal la bisectriz de 1a cufta medido en la sec- cin representada en Ja Figura 7.40. Wo Fig, 7.40.—Obtencién de Ny y Ny en una sec- cién de la cwia por un plino perpendicular a la linea de interseccién (HOEK y BRAY, 1977), Cort. de Inst. of Min, and Metal, De las dos ccuaciones anteriores se ob- tiene: W cos ¢; sen 8 Nat Ny sen(é/2) El factor de seguridad FS tiene la ex- presion (Ny + Ng) 8" W sen ¥, FS Sustituyendo y simplificando se obtiene: snp teg? sentt/2) te y FS = (7.18) Manual de Taludes 215 © lo que es lo mismo: FS, = KFS, siendo: FS: factor de seguridad de una cua sin cohesién y con terreno seco. FS,: factor de seguridad en. rotura planar sin cohesién y con terreno seco, tenien- do e] plano de rotura una inclinacién vin : factor de cuna que depende de los én- gulos @ y é. En la Figura 7.41 (HOEK y BRAY, 1977) se proporciona K en funcién de Jos dngulos mencionados. Se aprecia en la Figura 7.41 que K es siempre mayor que 1 lo que indica que, en las condiciones mencionadas, ef factor de se- guridad en rotura planar marca un limite inferior al factor de seguridad del talud. Los dngulos § y no se pueden medir di- reciamente sobre el terreno. En la Figura 7.42 se muestra la forma de medir dichos Angulos en una proyeccién semiesférica de Schmidt. Ambos han de medirse sobre el meridiano correspondiente a un plano cuyo polo es el punto que representa ta linea de interseccién. El Angulo B esta limitado por el meridiano que representa otro plano de igual rumbo que el primero y con un buza- miento igual a y,, dngulo definido en ta Fi- gura 7.35, En casos menos sencillos que el cstudia- do, la expresién del factor de seguridad se hace mucho més compleja. ‘A continuacién se dar4 dicha expresién para el caso en que exista cohesién en las superficies de deslizamiento y las caracteris- ticas resistentes ¢’ y y’ en los dos planos A y B sean diferentes. Se considerara el efecto de las presiones intersticiales, no se tendra en cuenta la accién sismica y se su- pone que no existe grieta de traccién. En la Figura 7.43 (HOEK y BRAY, 1977) se muestra la geometria general del proble- ma. Se puede apreciar que cn este andlisis 3 216. Métodos de cdiculo ° 20 40 60 80 Angulo de apertora de 100) 120~«THO N60 780 Jo euna € (gradon) Cort, de Inst. of Min. and Metal. Fig. 7-41.—Relaci6n entre el cosficiente de culla, K, ¥ los dngulos 8 y & (HOEK y BRAY, 1977), Fig. 7.42.—Obtencién de los dngulos B y £ en Ja proyecci6n semiesférica de Schmidt. Fig. 7.43.—Numeraciin de tas lineas de inters cidn de los 4 planos que definen ta cuha (HOE! ¥ BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. and Me- tal. So er no se impone ninguna restriccién a la direc- cién del plano superior a la cresta del talud, A la hora de considerar el efecto det agua se supone a la cufa impermeable. La infil- tracién se produce por las fineas 3 y 4 y el drenaje por las lineas 1 y 2 de la Figura 7.43. La presién intersticial vale 0 a lo largo de las cuatro lineas mencionadas y aleanza su valor maximo a lo largo de la linea de interseocién o linea 5. La distribucién de pre- siones intersticiales a to largo de esta linea es la presentada en la Figura 7.44 (HOEK y BRAY, 1977) Fig, 7,44,—Distribuewin de presiones inierstictu- les a lo largo de ta linea 3 (HOEK y BRAY, 1977), Cort. de Inst. of Min, and Metal. Estas condiciones de presidn intersticial re- presentan las circunstancias extremas provo- cadas por unas precipitaciones muy fuertes. El factor de seguridad asumiendo las hi- pétesis apuntadas tiene la expresin: FS (co; X + cy + SWE tay + (4-7 x we + By ee ay zy 7.19) donde: v eso especifico de la roca. es0 especifico del agua. ltura total de la cua (Fig. 7.44). Ye = He Manual de Taludes 217 X, Y, A, B = factores adimensionales que dependen de la geometria de la cuiia y que se extraen de las siguientes ex- presiones sen By, x =——*_ 7.20) 97 Dyy C08 Bang sen 05 ¥ (7.21) EN B55 COS Dinp cos ¥, — cos Y, 08 8 Ae See 22) sen Yy sen? Bang £08 Vy — 603 ¥, 605 Osean Be eq (7.23) sen vy Se? Oxy En las expresiones (7.20) a (7.23) se ha empleado la siguiente simbologia: Yar ¥p = buzamientos de los planos A y B vs inclinacién de ta recta 5. 0, = Angulo que forman Jas rec- as iy j. Se han llamado na y nb a las rectas perpendi- culares a los planos A y B respectivamente. Los valores angulares incluidos en Tas ex- presiones (7.20) a (7.23) pueden obtenerse partir de la representacién en una pro- yeccign semiesférica de Schmidt (apartado 7.2.1.2) de los polos y circulos maximos del plano del talud, del plano superior a la cres- ta del mismo y de los planos A y B. La forma de hacerlo se presenta en la Fi- gura 7.45 (HOEK y BRAY, 1977). En el caso de que se considere terreno se- 0 y cohesién nula ta expresién del factor de seguridad se reduce a: FS = Atge, + Bigg, (7.24) Es facil apreciar que el valor de FS obte- nido a partir de la expresin (7.24) es inde- pendiente de ta altura del talud y de la di- reccién del plano del talud y del situado su- periormente a éste. 218 Métodos de célculo Cireulo méxime el ralud superior = Chreulo mdrime —Cieewlo maximo el plano B al plano A Polo del plane B Direesién de destizariento Fig. 7.45.—Obtencién de los datos necesarios para ef andlisis de estabilidad de cunas, a partir de a proyeccion semiesférica de Schmidt (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. and Metal. Los coeficientes adimensionales 4 y B ya definidos anteriormente se pueden obtener bien a partir de las expresiones dadas (7.22) y (7.23) © bien a partir de los abacos reati- zados por HOEK y BRAY (1977), que se prosentan a continuacién (Piguras 7.46a a 7.46h). Dichos abacos presentan la ventaja de pro- porcionar los valores de A y B en funcién de Jos buzamientos y direcciones de buza- miento de los planos A y B, valores angu- lares que pueden obtenerse directamente en el terreno. Cada figura corresponde a un determina- do valor de y,— Y, (ouzamiento det pla- no B menos buzamiento del plano A). Conviene recordar que en este andlisis se lama plano A a aquél que tiene menor bu- zamiento. ‘Una vez seleccionada la figura adecuada se pueden obtener los coeficientes A y Ben funcién del buzamiento de uno de tos dos planos y de Ia diferencia entre las direocio- nes de buzamiento de los dos planos. El con- cepto de direccién de buzamiento fue defi- nido en el apartado 7. Los abacos proporcionados permiten ob- tener muy rApidamente el factor de seguri- ; ‘ : et dad en cl caso de que no exista cohestén en las discontinuidades y de que el terreno esté totalmente seco, El no considerar la co- hesién queda, desde fuego, del lado de Ia seguridad, pero la presencia de presiones in- tersticiales puede disminuir fuertemente el Factor de seguridad eT 15 EEE mize take A'8 Bl z 2) hawt ate bare: O° Fig. 7.46.—Abucos pary rotura pur cutas: Cu sos ay b. (HOEK y BRAY, 1977). Cort, de Inst. of Min. and Metai. Manual de Tatudes 219 En la gran mayoria de los casos se com- prueba que el factor de seguridad en las peo- tes condiciones de presién intersticial no es inferior a la mitad det obtenido mediante la aplicacién de los Abacos, esto es, sin consi- derar el efecto del agua. De aqui se deduce que si e/ factor de se- guridad para terreno seco y sin cohesion es mayor de 2,0, se puede afirmar que et tated serd estable aun en tas peores condiciones de presion intersticial. Ejemplo numérico: Con objeta de slustrar el cmnpleo de tos Abacos se considera ol siguiente cietaplet Direccin Ang. de Buca. “dese ra bi Plane A 30° 30" 30° Plano B $0" 260° 20° Diter. 30> 130" Acudiendo a los dbacos correspandientes a vy — = vq = 20° ¥ buscando los valores de A y B para tuna diferencia de direcciones de buzamiento é¢ 130° se obtione: Asks Bat Sustituyendo en la eeuacién (7.24) se tiene: FS = 25.190 + 11. 19 20° = 1,79 Los valores de A y # dan una indicacidn inmediata de la conisibueidn de cada plano al factor de seguri- dad total, ‘Raeo prs vlan de® Wawa “4 {amis pve Ag este 4 Dies ene eeciones de mame 4) oe eee ‘Abas para eal 6 atc 8 a eseain@ pie 3 Dien nce diane de buramin's Abaco pra el ake 96 8 ota Abo par cl wlor dD yao = a0 rh a sop Neariewo pane a om we om mae oe Bea ooo meme Mm my Dien ens dienes de boxes) Ditercs entee cones de Puaaeno © 2) ieee barca 20° ee ‘bao py evar de B ae ee cs pats vlor A Coeficiente & Ep ‘ieee eve dsecciones de ramet) 2) eres ve zamena: 30° Fig, 7.46.—Abacos para rotura por cuflas: Casos ¢ » d (HOEK y BRAY, 1977). Cort, de Inst. of Min, and Metal. Abeco pure ylor de A oe Diteesin ene sitios basement Pate Diferrca entediescones de bizaieto Abc paral vor de Bev 0° Abnco paca valor de B ee ema Dierescin ene cwcnes de Saran 6) 1 olerenen entre butamiron 0" Abaco sure ale de fay 2 5 ispemente lato ‘Mere ete ents de zamena 1 ives ene brace: $0" Fig, 7.46,—Abacos para rotura por cunas: Casos ey f (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst Min, and Metal. | i 3 : | : ; | 4 j Abaco rarae wor de A ers anscorarnl aloe de hah oo = a é g a5 “ “4 fermi pion «a om oe mea Be oo oe ee eae ! Diferrels ene assess de buzamienta ‘itera ete disines de enim | { 2) Oierents eire taramiees 5° Ave pre aor de Dawe roe Abe porte sor de nna | Ea eee : gol i a i Se i ie H Divan er disiony de Masami () iereosin ere dessiones de bezenlenta() 1) Diwan ete buna: 70° Fig. 7.46.—Abacos para rotura por cuftas: Casos g y h (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min, and Metal. : 7.2.4.4, Colocacién de anclajes Cuando el andlisis de ta estabilidad de un talud da como resultado la existencia de cu- flas de seguridad precaria se puede mejorar la misma mediante la colocacién de anclajes que wnen tas cuhas al macizo rocoso, Para obtener el factor de seguridad de una cufia asegurada por medio de un anclaje de tension T se sigue el planteamiento general expuesto al principio del punto 7.2.4.3. El efecto del anclaje se asimila a una fuer- za Ten la direccion del anclaje y se trabaja con dicha fuerza en la forma explicada cn al punto 7.2.4.3: La fuerza T se descompo- ne en sus componentes T,, segtin la direc- cion de deslizamiento, y T, y Ty, seein las direcciones normales a los planos A y B Si el anclaje se ha orientado conveniente- mente se obtienen para T, y Ty valores po- sitivos y para 7, un valor negativo segin el convenio de signos empleado en el punto 7.2.4.3, El factor de seguridad se obtiene median- te la aplicacién de la expresign (7.17) en la que N, y N, han de ser incrementados en los valores de T, y Ty respectivamente y F, ha de ser disminuido en el valor de Ty Por lo tanto, el efecto det anclaje se tra- ~ duce en la expresién del factor de seguridad, en un aumento del numerador y en une dis- minucién del denominador, lo que produce un valor de FS mayor que el que se abten- dria sin la colocacién det anclaje. 7.2.5. Rotura por vueicd 7.2.5.1. Generalidades La rotura de un talud por vuetco © rotura rotacional supone Ia rotacién de columnas © bloques de roca. El concepto de factor de seguridad, como cociente entre la resistencia al corte del te- Freno y la necesaria para mantener el equili- brio estricto no es aplicable en este caso, pues fa estabitidad del talud no esté propor- cionada tinicamente por la resistencia al des- lizamiento. ‘Manual de Taludes 223 La rotura por vueleo es un coneepto am- plio que abarca diferentes tipos que requie- ren un planteamiento teérico distinto (ver Capitulo 2, Tipologia y Desarrollo de los Movimientos, apartado 2.3). En el presente apartado sc estudia el la- mado vuelco de bloques que se produce euan- do dos familias de discontinuidades ortogo- nales convenientemente orientadas originan tun sistema de bloques. Et empuje sobre los inferiores origina su desplazamiento to que permite la rotacién de los superiores, pro- gresando el fendmeno hasta su rotura defi- nitiva (Fig. 7.47) (HOEK y BRAY, 1977), La estabilidad del talud se cuantifica por medio de la fuerza estabilizadora que se ha de aplicar en ta columna situada en el pie det talud para obtener el equilibrio estricto. Este tipo de inestabilidad es tipico de los taludes de techo en cortas mineras en carbon con capas inclinadas. AA, Fig. 7.47.—Rotura por vuelco de bloques. 7.2.5.2. Geometria de la rotura por vuelco de bloques En la Figura 7.48 se muestra la disposi- cién tipica del plano del talud y las disconti- nuidades que hace previsible la rotura por vuelco de bloques, Se ha utilizado en dicha figura la proyeccién semiesférica equiareal, explicada en el apartado 7. 224 Métodos de cdiculo Cirevio maximo fue representa et plang del lod Cresta et eat Polos planes 2 Pranos 2 Civeulos maximes corresponifentes @ Jos cents e conceniracién de polos Fig. 7.48.—Disposicién de discontinuidades en rotura por vuelco de bloques. Se aprecia la existencia de dos familias de discontinuidades, de orientacisn similar a la del talud, Una de ellas con buzamiento muy fuerte, en sentido contrario al mismo (pla- nos 1) y la segunda (planos 2) de buzamicn- to muy suave en él mismo sentido que ef talud y aproximadamente perpendicular a la primera, Esta tiltima familia de discontinui- dades es la que delimita los bloques ¥ confi- gura la superficie basal sobre fa que rotan © deslizan aquillos. 7.2.5.3. Andlisis de estabilidad en rotura Fig, 7.49.—Estabilided de un blogue rectangu- por vuelco de bloques tar aistado. Este andtisis se basa en los princi os métodos de equilibrio limite por lo que La condicién de deslizamiento es ¥ > ¢ linicamente se han considerado las ecuacio- —_y Ja de vueleo es tg Y, > 17h por lo que pue- nes generales de equilibrio estitico sin tener den darse cuatro casos diferentes: en cuenta procesos dindmicos ni tenso-defor- i a) y > yy No existe destizamiento macionales g El estudio se reatiza en dos dimensiones. 1. te ¥y < th No existe vuelco En primer lugar se analizard 1a estabilidad 2. gy, > Wh Bxiste vuelco de un tnico bloque rectangular de altura y longitud ¢ sobre una base inclinada un an- gulo ¥, (Fig, 7.49). El angulo de rozamiento 1. &¥, < i/h No existe vuelco entre las superficies es ¢ 2. te, > t¢h Existe vuelco b) yo <¥, Existe destizamiento 4 Pa Ce eh eset ey te a ues En este anlisis se estudiard un talud com- puesto de bloques de roca. En ef modelo de calculo se les supone deforma rectangular y apoyados sobre una base escalonada con lo que la superficie basal media no es en ‘general perpendicular a las caras laterales de los bloques (Fig. 7.50). Con esta disposicién cada bloque esté so- metido no s6lo a las fuerzas propias del mis- mo como en el caso de bloque aislado, sino también a las transmitidas por los bloques superior e inferior. Fig. 7.50.—Talud compuesto por bloques de ro- ca con base escalonada, Numeracién de tos blo- ques. EI suponer la base escalonada permite em- plear exclusivamente consideraciones de equi- librio estatico, Si la superficie basal es plana la rotacién no es cineméticamente posible sin considerar desplazamientos del centro de rota- cién del bloque (Fig. 7.51) (ZANBAK, 1983). Estos desplazamientos introducen nuevas cOgnitas en el problema haciéndolo hiperes- tatico. En este caso (base plana) el uso del método descrito a continuacién se puede con- siderar una aproximacién estatica del pro- blema. En la mayoria de los casos de rotura por vuelco de bloques, en ef momento de la ro- tura se pueden definir tres conjuntos de blo- ques (HOEK y BRAY, 1977). a) Un conjunto de bloques deslizantes en a region del pie del talud. b) Un conjunto de blogues estables en la parte superior del talud. ©) Un conjunto intermedio de bloques vol- cadores, Manual de Taludes 225 Pie, 7.51—Desplazamientos de los blogues al rotar sobre una base plana (ZANBAK, 1983). Cort, de ASCE, Blogues cables Bioques | Aeslzaries Fig. 7.52-—Conjuntos de bloques en el momen- to de ta rotura. se los En la Figura 7.52 pueden apr tres conjuntos de bloques. En el caso mas general se supondré que sobre las caras laterales del Bloque actian unas ciertas presiones intersticiales y que los Dloques tienen espesor ¢ variable. Los bloques que forman el talud se nu- meran comenzando por el pie del mismo se- ain se ve en la Figura 7.50, Las fuerzas ac- tuantes sobre el bloque m se pueden ver en la Figura 7.53. En este anilisis se supone que no existe cohesién en las juntas, lo cual, ademis de 4 4 226 Métodos de cdilewlo Fig, 7.53.—Sistema de fuerzas que actiia sobre ef bloque n. ser lo mas probable queda del lado de la seguridad. Se ha llamado g,. al angulo de rozamiento entre fos bloques y %, al éngu- Jo de rozamiento entre los blogues y la base. a) EQUILIBRIO DE UN BLOQUE VOLCADOR, (Fig. 7.54) (HOEK y BRAY, 1977) Cuando el bloque tiende a volear, tos pun- tos de aplicacién de las fuerzas actuantes son conocidos. La reaccién normal de la ba- se R, se concentra en el centro de rotacion (K, = 0) y la fuerza normal entre dos blo- ues, P,, se concentra en el punto mas alto de Ja superficie comin a ambos blogues, punto que coincidiré con un vértice de uno de ellos. Fig. 7.34,—Equillbrio de un bloque volcador (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. and Metal. En las caras laterales del bloque se alean- za el equilibrio limite al deslizamiento. Es decir: Qs = Pay Mee O, = Py 1B Oe siendo Q,, 1 y @, las fuerzas tangenciales entre el blogue » y los bloques n+ 1 y mt — I respectivamente. Aplicanda el equilibrio de momentos res- pecto al centro de rotacién O se obtiene: 1 : o- 1 (hy — by WB Bed) * eT “th, sen Y, — f 608 Hy) + 2 + Meg + Muy — Mal (7.25) siendo: vy Angulo de inclinacién de la base del bloque. P,,.¢ fuerza normal entre Jos bloques ” y n— 1, necesaria para evitar e} vuel- co dei Bloque P,, ,: fuerza normal entre los bloques nelyn peso del blogue i espesor del bloque altura del bloque » brazo respecto O de la fuerza P, braze respecto O de Ja fuerza P, Moy Mere Mung? Tomentos respecto de O de las presiones de agua Usp, Usye Us. Si se supone una distribucién triangular para Us, ¥ Uy, ¥ trapezoidal para U,, con unas alturas de agua hy, ¥h,, , ; a izquier- da y derecha del bloque representado en la Figura 7.55 y Namando 7, al peso especifi- co del agua, se obtiene: Ye te ip Ua = Me i Men = EE im Fig, 7.55.—Presiones intersticiales actuantes so- bre el bloque n, b) EQUILIBRIO DE UN BLOQUE DESLIZANTE (Figura 7.56) (HOEK y BRAY, 1977) La condicién de equilibrio limite al desli- zamiento en fa base del bloque nos da: 5, = Rt ey En este caso Q,, Q,, 4. 4, ym, tienen valores. desconocidos, En este anélisis se asume que toman el valor limite definitive en él caso a) sin que el error cometido por ello sea importante. La distancia K, también es desconocida peto su valor no es necesario en este caso. Aplicando el equilibrio de fuerzas parale- las y perpendiculares a la base se obtiene: Manual de Taludes 227 (HOEK y BRAY, 1977). Cort, de Inst. of Min. and Metal, A continuacién se describe el Proceso de cAlculo a seguir, Se parte de la hipétesis de ue %y > Yy pues en caso contrario todo el sistema de bloques seria inestable frente al destizamiento. 1. Se define ta geometria det problema Girecciones de las discontinuidades, dimen- siones de cada bloque, altura de escalén pa- ra cada bloque, altura de agua en las juntas, Cte.) ¥ se numeran fos bloques comenzando por el pic del talud. 2. Se inicia ef calcula por et bloque su- perior (himo de la numeracién) determi. ndndose las fuerzas P,., ¥ Py Si ambas son negativas © cero cl bloque ¢s estable y no transmite fuerza alguna al bloque siguiente: P, = 0, Si al menos una es positiva pueden darse dos casos: —SiP,, > P, gel bloque m tiende a vol car y la fuerza P, transmitida por el blo- Wey (eM Vy — C05 Vp 1B 94) H+ Uys ty + May — Usy) EE He OS Wo AS ew) FU in 1B oy + ay = Usg) 1 We ey Fig, 7.56.—Equilibrio de un bloque destizante 28 Métodos de céleuto que a su inmediato inferior n— 1 serd P Si P, 4 > P,, el bloque 1 tiende a des- lizar y P= Py y Si el bloque tiende a volcar se debe com- probar la condicién, impuesta en este and- lisis, de que cl centro de rotacién perma- nece inmévil, para lo cual se ha de cumplir (HOEK y BRAY, 1977): R,>0 IS,| < Ry te ey R, y S, se obtienen facilmente aplicando el equilibrio de fuerzas paralelas y perpendi- culares a ta base del bloaue. 3. Conocido P, se repite ef punto ante- rior para el bloque inmediato inferior v ast sucesivamente hasta ef bloque 1. 4, La estabilidad general del talud se pue- de definir mediante ta fuerza P, que se de- be ejercer sobre el bloque 1 para asegurar Ja estabilidad general. Si P, < 0 ef talud es estable; si P, = 0 el talud estd en equilibrio estricio y si P, > 0 et talud es inestable. Fig. 7.57.—Direccidn 9 posicién de las fuercas P,yT. En el célculo de P, se debe tener en cuen- ta que Q, = 0 lo que no afecta al valor de P,_, pero si al de P, , que ser generalmen- te'el mayor de los dos y que vale: Pig = Py U1 ey 1 9) — = W, (608 ty 12 ey — Sen Vy) + + Uy wey + Uy — Uy) 7.2) Si el talud ¢s inestable el valor de P, es el de la fuerza estabilizadora necesaria para mantener el equilibrio estricto, normal a la cara lateral inferior y aplicada en el punto més alto de la misma (Fig. 7.57). Si se aplica una fuerza estabilizadora 7, a una distancia / de la base del bloque 1 y formando un Angulo 6 con Ja misma, se obtiene: 1 cos 8 P, he a cos 5 + sen 8 18 Py Debiéndose aplicar fa mayor de las dos. Al haberse analizado el problema en dos dimensiones, los valores obtenidos lo son por unidad de ancho. El proceso descrito es evidentemente lar- £0 y laborioso. Sin embargo, asumiendo al- gunas simplificaciones, ZANBAK (1983) ha realizado unos abacos, aplicables a cualquier talud y que permiten averiguar de forma in- mediata si es estable o no y obtener el valor de P, en este tiltimo caso. Se considera al talud totalmente seco (O,, = Us, = Uy, = 0) y se supone cons- tante el espesor de los bloques fy la altura de escalén b. La gcometria del talud se sim- plifica segtin se ve en la Figura 7.58 (ZAN- BAK, 1983). De esta forma la estabifidad del talud que- da determinada por los siguientes pardmetros: — Espesor de los bloques /. | : Fig, 7.58.—Pardmetros geométricos empleados en ef andlisis de estabilidad al vuelco (ZANBAK, 1983). Cort. de ASCE. — Angulo de inclinacién de las bases de los blogues ¥,. — Angulo de escalonado 6 = arctg (b/t) (b = altura de escalén), ~- Angulo del talud y,, — Angulo de la plataforma por encima de la cresta del tatud y,. — Angulo de rozamiento entre bloques Fee — Angulo de rozamiento entre un bloque ¥ SU base ¥5. — Peso especifico de la roca y. — Altura del talud H. Dada la gran cantidad de variables que intervienen, los Abacos se han realizado para Fe = OY He = Hy 35° En los abacos de la Figura 7.59 (ZAN- BAK, 1983) se puede averiguar si un talud es estable @ no, Con los valores de H/t, vs, y @ se obtiene un valor de y,, Si el éngulo del talud es mayor que el valor de y, obte- Manual de Taludes 229 nido, el talud es inestable y en caso contra- tio estable, El valor de P, en el caso de que el talud sea inestable, puede obtenerse con la ayuda de los abacos de la Figura 7.60 (ZANBAK, 1983). Seleccionando el abaco apropiado con los valores de y, y 8 se obtiene PY en funcién te H/t ¥ Yy. El valor de P, seré: P,=(@. PP (7.28) Eiemplo numérico: Se considera un talud con las siguientes caracteris- ticas: 50m, om. <7 = 24 vem, ty = 60° aes. —¥, = 0, Me = Gey = 35°. Entrando en el abaco de la Figura 7.59 correspon: diene a8 = $°, con H/t = 10 y vy = 20° se obtiene oy = 49" < 60° Yo que quiere decir que ol talud es inestable. El valor de P; se obriene entrando en el dbaco de Jn Figura 7.60 correspondiente a yj, ~ 60° y = 5°, Para H/t = 10 y py = 20° resulta: PP = 6,5. Bl valor de Py es, segin Ia expresién (7.28): Pps 8.24, 65 = 390 vm AYALA y otros (1985) han desarrollado unos abacos, similares a los anteriores, que permiten tener en cuenta ef efecto de las pre- siones intersticiales, las cuales se introducen mediante el llamado factor de agua, n, que varia desde 0 para talud seco hasta 1 para talud saturado. Los dbacos se han desarrollado para @ = = 0; = 0% Ye = bey = 35%. La geometria del talud, en funcion de sus parimetros geométricos, se define segun se indica en ta Figura 7.61 en la que se apre- cia que la configuracién de los bloques de- pende de laaltura del bloque 1 que consti- tuye una nueva variable del problema. : 3 1 : 230 Métodos de céleulo 5 T e:01 He A SANS i i = A to iy y J x i 5 , SS % "9 r 5 esse exo" a a 5 a \ | egor YD a al o ( s : v 5 y 5 1 18 “0 5 v Sw Kr Fig, 7.59.—Abacos de estabilidad ante rotura por vuelco realizados para Y, = 0, b= ey = 35" vO = OF: 2% $y 10° (ZANBAR, 1983). Cort. de ASCE. Esto no ocurre en los abacos de ZAN- tes alturas del bloque 1, #,, expresadas en BAK, pues dicha altura venia dada por el relacién al espesor de los bloques, 1, para resto de pardmetros (Fig. 7.58), diferentes valores de y, y para 3 valores del factor de agua, n (0; 0,3, y 0,5) y se mues- do para diferen- tran en ta Figura 7.62. Los abacos se han rei Bo 3 fen ge : ww rr Le at fe “ § Z g “ vs = a alg sa | / La SEPT, vere es i. rary " i Lose aes oe * ty arty, ioe Fig. 7:60.—Obtencién de P} a partir de H/ty vy: casos @ y b (PP es el pardmetro adimensional que define ta fuerza estabilizadora en el bloque 7, para el equilibrio tmite) (ZANBAK, 1983). Cort. de ASCE. 232 Métodos de eéleulo ee ~ es bua “13 rt Sct ob po ng s 1 2 & Pepys it yo: 4 + 5 boas \ . ? : 7 : Lb : bn - BEN. i 1 ye ¢ 2] : ; Fig. 7.60 (cont.).—Obtencidn de P#a partir de H/t » yy: casos ¢ y d (Py es el pardémetro adimen- sional que define la fuersa estabilizadora en el bloque 1, necesaria para el equilibrio limite) (ZAN- BAK, 1983). Cort. de ASCE, i 3 Manual de Taludes 233 wd Fig. 7.61.—Definicion de ta geometria del talud para fa utilizacién de tos ébacos de AYALA y otros (1985). Fig. 7.62.—Obtencién de P# a partir de h/t, yy Gactor de agua): casos ay b (AYALA J otras, 1985). vy co ttt an 234° Métodos de cdleulo Pr Pt ” ‘ te ‘ . an OF Ye SO hy 1S He vee = 6m = BS Bg =O Pr ; ae . : we DB = OS bee Bee Fig, 7.62 (cont.).—Obtencién de P} a partir de H/t, $y ¥ 1 (factor de agua}: casos ¢ y d (AYALA » otros, 1985). Manual de Taludes 235 Fr, a + ‘ at o st , 8 Pr, Pr nao ty ot " cs ih = sat MW = Mm ASH he may = I = Om SOF Fi. 7.62 (cont.—Obtencién de Pf a partir de F/t, ¥,'y n (factor de agua): casos ey f (AYALA ¥ otros, 1985). a 236 Métodos de edlculo a a a) © aT DH = MM = OS 1 ee = Ha = IS : s er B= WE = Ee = vee HS K=O Fig. 7.62 (cont.).—Obtencién de P} a partir de H/t, yy y n (factor de agua}: casos g y h (AYALA y otros, 1985). Manual de Taludes 237 “Ponao . ns i Fea 8D = LSU Be = wars s en fo By SO =O an Fig. 7.62 (cont.).—Obiencién de Pf a partir de H/t, ¥y ym (factor de agua): caso i (AYALA y otras, 1985). 7.2.6. Pandeo de estratos 7.2.6.1, Generalidades Los fenémenos de pandeo en cualquier ti- po de estructuras estan normatmente aso- ciados a la existencia de un fuerte desfase cuantitativo entre al menos dos de las tres dimensiones que la definen geométricamente. Este tipo de inestabilidad puede darse en determinados taludes con clevado angulo de inclinacién y con una estratificacién o frac turacién de Ja roca paralela al tatud (Fis 7.63). Si los estratos son suficientemente es- trechos puede llegar a producirse el pandeo, que puede progresar hacia el interior del ta- Fig. 7.63.—Esiratificacién 0 fracturacion para- tela al talud. Jud afectando sucesivamente a estratos sub- yacentes. La inestabilidad por pandeo se ve favore- cida por Ia presencia de empujes sobre 1a placa 0 estrato superficial, procedentes del terreno subyacente. En este anilisis consideramos tres tipos de roturas por pandeo que pueden verse en la Figura 7.64 (CAVERS, 1981): x syrmnememe Tae Fig, 7.64.—Geometria de tatudes favorables a los fenémenos de pandeo (CAVERS, 1981. En: AYA- LA y otros, 1985). i i ; i E 3 ' : i : i ; ; F 238 Métodos de céteulo 1. Pandeo por flexion de placas conti- nuas. 2. Pandeo por flexién de placas fractu- radas en taludes con frentes planos. 3. Pandeo por flexidn de placas fractu- radas en taludes con frentes curvados. La primera tipologia de rotura exige unas condiciones de homogeneidad en la placa po- tencialmente inestable no muy frecuentes en la realidad. El pandeo por flexién de placas fracturadas es mas probable pues la existen- cia de dos familias de juntas aproximada- mente ortogonales se presenta con bastante frecuencia en la Naturaleza. Existe una diferencia conceptual importan- te entre la primera tipologia de rotura plan- teada y Tas dos restantes. En cl pandco de placas continuas (caso 1) el agente causante de Ja inestabilidad os el propio peso de la placa. Limitando este peso 0, Io que es Io mismo, limitando la al- tura det talud puede evitarse el pandeo del estrato. En el caso 2, pandeo de placas diaclasa- das y rectilineas, es necesaria la accién de fuerzas externas a la placa tales come empu- jes del terreno adyacente o presiones intersti- ciales para que se produzca la inestabilidad. En este caso el peso del estrato superior a los bloques es una accién estabilizadora que se opone al giro de los bloques. El caso 3, pandeo de placas diaclasadas y curvas se diferencia del anterior en que debido a la curvatura del talud se puede pro- ducir Ie inestabilidad para sobrecargas pe- quenas, 7.2.6.2. Geometria de la rotura por pandeo Si se representan el plano del talud y las discontinuidades en una proyeccién semies- férica equiareal, explicada en el apartado 7.2.1.2, se puede deducir la posibilidad de rotura por pandeo de la presencia de una familia de discontinuidades, practicamente pa- ralelas al talud, siempre y cuande éste sea lo suficientemente inclinado (Fig. 7.65). Si aparece otra familia de discontinuida- des aproximadamente ortogonal a la prime- ra, nos encontraremos en el caso 2 de la Figura 7.64 0 en el caso 3 si la estratifica- cin es curva, 7.2.6.3. Pandeo por flexién de placas continuas El andlisis estatico de esta forma de rotu- Polos pianos 2 ” N Circa minima eortesponciente al semero de eoncentracién de poles y al plano és! Pag ‘Si en un talud determinado el sistema de diaclasado configura bloques en toda su al- tura, es mas facil, en la mayor parte de los casos, que el fendmeno se produzea en los bloques inferiores, pues los valores de E, y £; aumentan en funcién de ta distancia a la cresta del talud en mayor medida que Pj». Los puntos de aplicacién de las fuerzas normales y transversales no estan realmen- te situados en los vértices A, By C de los bloques, debido a que se desarrollan en és- tos zonas de rotura asociadas a esfuerzos de compresién (Fig. 7.70). Las fuerzas Py, Py, Pe estén aplicadas en 4’, B’, C’, distancia aS r4, Ty ¥ 7 de los vertices A, B, C, dis- tancias que corresponden a los espesores de las zonas rotas de los bloques. En este and lisis se ha supuesto por simplificacién que Ty Ty ¥ Te son nuilos, Si se desea hacer el céleulo sin este supuesto habré de hacerse alguna hipétesis respecto a los espesores ro- tos y plantear las ecuaciones de equilibrio suponiendo Jas fuerzas aplicadas en A’, B” yc. Si la estabilidad det talud resulta precaria se puede asegurar la misma dismimuyendo Fig. 7.70.—Zonas de rotura en tos bloques. Manual de Taludes 245 el valor de P,, Esto puede lograrse aplican- do en los bloques y desde el exterior del ta- ud unas fuerzas D, y D,, perpendiculares al mismo, con unos brazos ¥, € 32 respecto a los puntos A y C respectivamente, como se indica en la Figura 7.71. En las expresiones de las fuerzas que intervienen en el proble- ma, D, y B, aparecerian como sumandos, afectadas por ef mismo coeficiente que E, y By, con signo opuesto y habiendo susti- tuido x, y 2, por y, © y Fig, 7.7l-~Fuerzas estabilizadoras Dy y Dp. 7.2.6.5. Pandeo por flexién de placas diaclasadas curvas E! planteamiento tedrico del problema es idéntico al del caso anterior. La configu- tacién geométrica es mas compleja que en aquél. Los angulos que forman entre si las fuerzas actuantes y los brazos de las mismas Tespecto a los puntos A, B y C no son abo- ta de obtencién inmediata y han de ser da- tos del problema. En lo sucesivo ef brazo de una fuerza F Tespecto a un punto J se denominard X;, , La disposicién general del problema se te- presenta en la Figura 7.72. Se ha supnesto : ! | ; E ' ; i ; : ; 4 3 246 Métodos de cdfcuto 30 Fig. 7.72.—Fueraas actuantes sobre tos bloques en el pandeo por flexién de placas diaclasadas curves. la accién de dos fuerzas estabilizadoras D, y D,, actuando sobre los bloques 1 y 2 res- pectivamente, y se consideran datos det pro- blema las direcciones de £,, E, D, ¥ Dy. Las ecuaciones planteadas son las siguien- tes: — Equilibrio de momentos respecto al pun- to C del conjunto de los dos bloques. OX eno Panne + Ww, c+ + WAX, Bids, o~ BX, 0 + + DX, + BXp, 0 (7.40) — Equilibrio de momentos respecto al pun- to B del bloque 1. Xe, 2 — PaXr, 2 + WiXw, 2 — ~EXen + DX, 929 (7-41) De esta forma tenemos dos ecuaciones in- dependientes que nos permiten hallar las dos incégnitas P, y Q,. Los valores de Py, Op, Pe ¥ Oc pueden obtenerse, como en el caso anterior de pla- ca plana, aplicando las ecuaciones de equili- brio de fuerzas. El valor de P, obtenido ha de compararse con el valor Py, que produciria el desliza- miento de la parte de estrato superior al blo- que 1. Si se supone que el estrato es plano a partir del final del bloque 1, el valor de P,, sera el mismo que en ¢l apartado an- terior (expresién 7.39). El problema puede simplificarse en parte suponiendo que ¢l estrato tiene forma de ar- co de circulo de radio exterior R, segiin se aprecia en la Figura 7.73. Se supone, como en el caso anterior, que los espesores rotos de Jos bloques 74, rg, Fe, Son mulos. El ta- maito de los bloques y los puntos de aplica- cién de E,, E,, D, y D,, suponiendo que acttan perpendicularmente al arco det circu- lo, pueden definirse mediante pardmetros an- gulares: 6,, 0,; angulos que abarcan los bloques | yd Ga Op, Angulos que forman E, y D, con el radio que pasa por el punto B. Angulos que-forman E, y D, con €l radio que pasa por et punto C, Sey Manual de Taludes 247 Fig. ?.73.—Pandeo por flexion de placas diaclasadas curvas suponiendo que los bloques forman un ar- 0 de ctreulo. De esta forma, las direcciones de todas las fuerzas actuantes estén determinadas y los brazos de las mismas pueden obtenerse or consideraciones geoméiricas. Si se Hama 4, y a Ja longitud de tos arcos de circulo que recorten tos puntos medios de los blo- ques 1 y 2 sera, expresando 6, y 0, en ra- dianes: =R.8, L= Rb Los coeficicntes que intervienen en las ecuaciones 7.40 y 7.41 son: on. = R. seni, + 0) Xp, ¢ = RU ~ cos, + 6) Xm, e = R. send, + 0, + 6) — (- F( —(a— Sheealy, + 2 Xy, c= R. senly, + 6, + 0) — —(e - zhenle +04 Xp. c = R- sem; + 8.) Xe = R. sen by, Xp, = R. sen(0y + 0p) n. ¢ = R $00 Op, Xo, 9 = (R—~ d) sen 8, Xp, 9 = R—~ (Rd) cos 8, Xyy, 9 = Rd) senty, + 6) — R a) ¥, & ape + F Xp, 9 = (Rd) sen Op, Xp, 9 = R—(R = d) 008 6p, donde se ha llamado ¥, al éngulo que for- ma con la horizontal la tangente al arco de cireulo en el punto A (Figura 7.73). De esta forma las dos ecuaciones que dan P, y Q, quedan perfectamente ceterminadas, 248 Métodos de cdteuto 7.2.7. Roturas circulares y curvas 7.2.7.1. Generalidades Se llama rotura circular a aquella en la que la superficie de deslizamiento es asimi- lable a una superficie cilindrica cuya seceién transversal se asemeja a un arco de circulo (Figura 7.74). Fig, 7.74.—Rotura clrcular (HOEK y BRAY, 1977), Cort. de Inst. of Min, and Metal. Este tipo de deslizamiento se suele produ- cir en terrenos homogéneos, ya sea suclos © rocas altamente fracturadas sin direccio- nes predominantes de fracturacién, en los que ademds ha de darse Ia condicidn de que las particulas de suelo 0 roca tengan tama- fio muy pequefto en comparacién con las di- mensiones del talud. El estudio de la estabilidad de un talud mediante formas de rotura circulares ha si- do y es altamente utilizado, pues se acerca razonablemente a Ja realidad en una gran parte de Jos casos. Los métodos de célculo mas empleados son los Lamados métodas de rebanadas 0 de dovelas (ver apartado 7.13) que requie- ren un célculo muy laborioso por lo que su utilizacién se suele hacer mediante progra- ma de. ordenador. En este apartado se describe el método sim- plificado de Bishop y se proporcionan aba- cos que, para casos de geometria simple y terreno homogéneo permiten analizar la es- tabilidad de un talud de forma répida sien- do muy ttiles para primeros tanteos y pre- dimensionamiento. Los dibacos de TAYLOR (1937) y de HOEK y BRAY (1977) proporcionan un limite in- ferior del factor de seguridad, obtenido en la suposicién de que tas tensiones normales on la superficie de deslizamiento se concen- tran en un tnico punto, El limite maximo se obtendria en la suposicién de que se en- cuentran en los dos puntos extremos de la superficie. A pesar del cardcter irreal de 1a distribu- cidn de tensiones normales indicada, se ha comprobado que el factor de seguridad real esta razonablemente cerca del valor minimo, quedando siempre el error cometido del ta- do de ta seguridad. Los dbacos de BISHOP-MORGENSTERN (1960) dan un valor més exacto del factor de seguridad pues se basan en el método de dovelas de BISHOP cuya descripcién tedri- ca se expone en el apartado 7.2.7.2. La utilizacién de los abacos de TAYLOR no permite introducir las presiones intersti- ciales en el andlisis, 1o que si es posible en Jos abacos de BISHOP-MORGENSTERN y de HOEK y BRAY, siendo diferente la for- ma de hacerlo en cada uno de ellos. En todos fos casos se ha de suponer la superficie del talud limitada por superficies horizontales. 7.2.1.2. Método simplificado de BISHOP. «a9ss) El método de BISHOP supone la superfi- cie de deslizamiento circular. Es como se ha indicado en el Apartado 7.1.3 un método de dovelas. Supone la ma- sa deslizante dividida en n fajas verticales. En la Figura 7.75 se representan las fuerzas actuantes sobre la faja i. Para la descr cién del método simplificado de BISHOP se hha seguido, en lo fundamental, lo expuesto en JIMENEZ SALAS y otros (1976). cuuamaasiputenmunmesinsipmnenesnapctsntor | Manual de Taludes 249 Estableciendo el equilibrio de momentos _tro del circulo de deslicamiento y despejan- de toda la masa deslizante respecto al cen- do FS se obtiene: +N}. 1g vi] (7.42) De (as ecuaciones de equilibrio de fuerzas _pejat los Nj y sustituyendo en (7.42) se ab- verticales de cada rebanada se pueden des- tiene: sec a, + eX, — by + XX. tg 9 tea, t+ ted FS 7.43) Fig. 7. 5. —Fuverzas actuanies Sobre una faja vertical. En el método simplificado de BISHOP se supone que se cumple: Con esta simplificacién, la expresion (7.43) te ¢} te ay 4 EN a FS (7.44) 250 Métodos de eticulo La ecuacién (7.44) es la que se emplea para obtener el factor de seguridad por el método simplificado de BISHOP. Como FS aparece de modo implicito ha de obtenerse mediante un proceso iterative que suele con- verger répidamente. La simplificacién asumida por BISHOP hace que este método no cumpla el equili- brio de fuerzas horizontales y sesia estricta- mente cierta si las fuerzas X fueran nulas © si se cumpliera: Ae. e a= cle, y estar tanto més alejada de la realidad cuanto mayor sea la variacién de estos dos Angulos. El método de BISHOP puede dar errores importantes si existen valores negativos ele- vados de a, lo que puede suceder cuando €l cfreulo de destizamiento penetra mucho en la cimentacién, Al proyectar las fuerzas que actiian sobre cada Saja segtin la vertical se eliminan co- rrectamente las fuerzas E, generalmente mu- cho mds importantes que las X. Esta es la causa por la que este métado conduce a erro- res generalmente pequeflos respecto a otras métodos mds exactos (ver apartado 7.1.3.3). 7.2.7.3. Abacos de TAYLOR (1937) El andlisis de estabilidad de taludes me- diante el método de TAYLOR (1937) se ba- sa en el método del circulo de rozamiento, Jo que supone considerar que las tehsiones normals en la superficie de deslizamiento se concentran en un tinico punto, El anélisis se.hace en presiones totales, por lo que Ia cohesién ¢ y el angulo de roza- miento interno @ han de calcwlarse en pre- siones totales, adoptando sus valores efecti vos sélo cuando el terreno esté seco, caso para el que los Abacos de TAYLOR tienen mAs utilidad en terrenos con cohesién y én- gulo de rozamiento interno, Son también titi- les para céleulos de estabilidad @ corto pla- z0 en suelos cohesivos (condicién y = 0). Se considera al terreno homogénco, ésto ¢s, la cohesion, el Angulo de rozamiento in- terno y la densidad son constantes en toda la masa de terreno. Para un determinado valor del éngulo de rozamiento interno g, la altura critica del talud, supuesto limitado por superficies hori- zontales, viene dada por la ecuacién: H,=N,— (145) Y donde: Hf, = altura critica del talud. ¢ = cohesién, y= peso especifico del terreno. N, = coeficiente de estabilidad. ‘Angulo dah Fig, 7.76.—Relacién entre Ny ¥, ¥ ¢ (TAYLOR, 1937, En: WINTERKORN y FANG, 1975). Cort. de Van Nostrand Reinhold Company. El coeficiente de estabilidad N, es adimen- sional y depende tinicamente del angulo del talud y, y del angulo de rozamiento inter- no g. En el dbaco representado en la Figura 7.76, aparecen relacionados N,, ¥, ¥ @ pa- ra valores de ¢ entre 0° y 25° y valores de ¥, entre 0° y 90°. Cuando el dngulo de rozamiento interno # vale 0° es posible ef andlisis teniendo en cuenta a existencia a una cierta profundi. dad de una capa dura que imponga un limi: te a la profundidad aleanzable por los circu- tos de deslizamiento (rotura por la base). Para este caso se puede aplicar el dbaco recogido en la Figura 7.77 (TAYLOR, 1937), en el que se relacionan N,, y, y mp siendo n, et coeficiente de profundidad, definido como la relacién entre profundidad de la capa dura, medida desde el limite superior del talud, y la altura de éste. En la Figura 7.77 se aprecia que los circulos mas desfa- vorables pueden ser de tres tipos diferentes: — Cireulo de pie: circulos que pasen por l pie del talud, — Circulos de talud: circulos que cortan el talud. — Circuios de base 0 de punto medio: son circulos tangentes a Ia base firme cuyo cen- tro esta sobre la vertical que pasa por el punto medio del talud. En la Figura 7.77, ademds del coeficiente de estabilidad N,, se puede obtener el tipo de circulo mds desfavorable para el caso con- siderado. Con la ayuda de los dbacos proporciona- dos y asumiendo las simplificaciones indica- das al comienzo de este apartado se puede obtener Ia altura critica del talud Hf, a par- tir del resto de caracteristicas, resistentes y geométricas, del mismo. Por otra parte, para un valor dado de la altura del talud H, se puede obtener ef vax lor critico para cada uno de fos restantes pardmetros involucrados en el célculo. En el caso de g = 0 se puede obtener el factor de seguridad de forma directa. Entrando en el dbaco de la Figura 7.77 con los valores de ¥, ¥ n, se obtiene un va- lor de N, siendo el factor de seguridad: XN, yH Manwai de Taludes 251 Para e + O cl factor de seguridad se ha de obtener mediante tanteos. Comenzando por un valor FS,, se entra en el dbaco de Ja Figura 7.76 con el Angulo del talud y, y el siguiente valor de N,: 1H. FS, © Se obtendra de esta forma un valor 9, que proporciona un nuevo factor de seguri- dad FS, dado por: tee FS, = 7 ge Normalmente FS, sera distinto de F5,. Después de algunos tanteos se puede obte- ner FS, = FS, = FS, factor de seguridad del talud. Ejemplos numérica 1. Sea un talud arcloso del que se desea conocer el factor de seguridad en condiciones de corto plazo Gin drenaje) siendo: Sy = 10 me een? Entrando en l abaco de le Figura 7.77, se obtiene que para yy = 25" y ag = 1,5 el cocficiente de es- tabilidad es 1, = 6,30 FI factor de seguridad es, por consiguiente: 10. 6,30 FS = a3 190. 35 2. Sea un talud con las siguientes caracterfsticns: ‘Se toma el siguiente valor inicial de FS FS = 12 3 : 3 j : 252 _Métodos de cdfeuto % © CCORFICIENTE BE ESTABILIDAD Ny. 1 bot : OREULO BE PIE ~ i ReUES De Pase | | ANGULO BEL TALL & Fig, 7.77.—Relaciin entre N,, J, ¥ Mg para suelos sin rozamiento (e = 0) (TAYLOR, 1937). ¥ por consiguiente: 2.020 * 5 Entrando en ta Figura 7.76 con N, = 9.6 ¥ ve = ‘= 50° se obtiene = 13° con lo que: EL factor de seguridad estard comprendido entre FS; y FS, Para el siguiente tanteo se toma para FS; un valor intermedio: FS) = 1.35 por tanto: Ny = 108 El valor dey que se obtiene en Ia Figura 7.76 es s° tg 20° tes 36 La diferencia se considera aceptable por lo que el factor de seguridad del talud es FS = 135 7.2.1.4, Abacos de BISHOP y MORGENSTERN (1960) E! método de BISHOP y MORGENS- TERN (1960) se basa ene] método de Jas rebanadas de BISHOP. A diferencia del método de TAYLOR, per- mite operar en presiones efectivas, por to que los pardmetros resistentes a considerar se- ran la cohesién efectiva c” y el angulo de rozamiento interno efectivo ¢’. El terreno se considera homogéneo hasta una cierta pro- fundidad a la que aparece una capa dura que impone un limite a la profundidad de fos cireulos de destizamiento. La presién intersticial se introduce median- te el coeficiente de presidn intersticial r, de- finido cn el apartado 6.2.3. FI coeficiente 7, se supone constante en toda la masa de terreno, al igual que el res- to de caracteristicas del mismo. $i hay pe- quefias variaciones de r, en Ta masa de te reno sé puede utilizar un valor medio para dicho pardmetro que en el caso de filtracién en régimen estacionario conviene que sea un Manual de Taludes 253 valor medio ponderado, Con esta simplifi- cacién se introduce una sobreestimacion en el factor de seguridad no mayor del 7% ge- neralmente. El factor de seguridad FS se define como: FSsm—n.r, 7.46) donde nt y m son parémetros adimensionales que pueden obtenerse a partir de los abacos incluidos en la Figura 7.78 (BISHOP y MOR- GENSTERN, 1960) en los que se ha lama- do y, al angulo del talud y Ha la altura del mismo. Para un determinado valor de c’/yH se relacionan el talud (cotg ¥) y el Angulo de rozamiento interno ¢” con los pa- rimetros at y 1. Los abacos se han realiza- do para valores del coeficiente de profundi- dad n, de 1,0, 1,25 y 1,5. Al ignal que en el método de TAYLOR el coeficiente de pro- fundidad 1, se define como la relacién en- tre la profundidad de la capa dura, medida desde el limite superior del talud y fa altura del mismo. Para seleccionar de forma répida el coefi- ciente de profundidad critico para el que el factor de seguridad serd minimo, los Abacos de la Figura 7.78, incluyen las lineas de coe- {ficientes de presién intersticial equivalente re que se define como: ‘it, =m a7, donde n, y 1, son valores correspondien- tes al abaco en cuestion y Mj, m, son valo- res correspondicntes al abaco con un coefi- ciente de profundidad inmediato superior. ‘Si para unas determinadas caracteristicas gcométricas y resistentes cl coeficiente de presion intersticial r, es mayor qUC Fig Ob- tenido este iitimo en un abaco cosrespon- diente a un coeficiente de profundidad n,, cl factor de seguridad que se obtiene para un valor mayor #4, serd menor que el ob- tenido para n,,. ; 3 ; : k 4 3 : j j : ; : ; CC‘ ’ 234 Métodos de céleulo El proceso que se ha de seguir para obte- ner el factor de seguridad minimo en seccio- nes no situadas sobre una capa dura es el siguiente: Se selecciona el dbaco apropiado para el valor dado de c’/yH e, inicialmente, para ng = 1,0. Con los valores de Y, (Angulo del talud) y ¢ se obtiene un punto en el dbaco n-cote ¥, asociado a un valor de r,, propor- cionado por las lineas discontinuas. Si este valor es menor que el asignado previamente 4 ry el siguiente coeficiente de profundidad ng = 1,25 propotcionard un menor valor del factor de seguridad. Si utilizando et Abaco correspondiente a ng = 1,25 se vuelve a obtener ry, 7, ¥ ent los Abacos corres- pondientes se habrin de obtener m y 2, que permitirdn hallar el coeficiente de seguridad FS. Si en la seccién considerada existe una ca- pa dura a una cierta profundidad, el proceso se ha de detener en el valor de n, de la sec- cién a estudiar. En el caso de c’/yH = 0,025, el abaco correspondiente a m, = 1,50 no se ha rea lizadp pues se ha comprobado que en la gran ‘mayoria de los casos se obtienen, para dicho valor de n, factores de seguridad mayores que para ny = 1,25. Para suelos no cohesivos (c’ = 0) el coe- ficiente de profundidad 1, no tiene influencia en el factor de seguridad del talud. Ejemplo numérico Se desea conocer el factor de seguridad de un calud, con Tas siguientes caracteristicas alum (alud 3:1) De los datos anteriores se deduce: El célculo de AS se realizaré para e'/yH = 0,025 y para c’/yH = 0,05, obteniéndose el factor de segu- ‘dad por interpolacién lineal, a e ~~ 0,025 25° y talud 3:1 s¢ obtiene, para ny = 1.0 ‘minimo y utilizando los dbacos de la Fig. 7.784 re- sola: m= 187 m= 1,70 Aplicando la expresién (7.46) con ry = 0.4: FS = 1,87 1,70, 04 = 119 » e

0,80 > 1, = 0.40 Lo que quiere decir que el valor critico de zy es 1,28 y entrando en los dbacos de Ia Figura 7.78 re- suka: 220 1.90 FS = 2,20~ 1,90. 0.40 = 1,44 ©) El vator de AS para c’/yH por interpolacién lineal resultando 0,04 se obtiene FS = 119 + (0,04 — 0,025) = 1,34 0,05 — 0,025 7.2.1.5: Abacos de HOEK y BRAY as77) Los dbacos de HOEK y BRAY propor- cionan un ifmite inferior del factor de segu- ridad, obtenido asumiendo que las tensio- nes normales en la superficie de deslizamien- to se concentran en un tinico punto. En la construccién de los abacos se ha considerado ef efecto de las presiones inters- Manual de Taludes 255 q a tise eons 8 cy = 00% ny “a coe a) ey H = 0.05; ay = 1,00 Ta ete 4 125 ad Wate Fig. 7.78.—Abacos parg la. obtencién de las pardmetros m TERN, 1960). Cort. de The Institution of Civil Engineers. Ym: casos a y b (BISHOP » MORGENS- | | : : 236 Métodos de céiculo + gre Tee Ee Ee TST aaa ae ae ud ee a ent “rs ie Fig. 7.78 (cont.j.—Abacos para la obtencién de los pardmetros m y n: casos ¢ y d (BISHOP y MORGENSTERN, 1960). Cort, de The Institution of Civil Engineers. 3 Manual de Taludes 257 Tt sey Fy = 0.025; my = 1286 e ous De} YHe0 Fig, 7.78 (cont.j.—Abacos para la obtencién de los panémetros m y n: GENSTERN, 1960). Cort. de The Institution of Civil Engineering. casos e y f (BISHOP y MOR- 258 Métodos de cétewlo ticiales debidas a la presencia de un nivel freatico en cl terreno, que divide el talud en. una zona seca y una zona saturada. Se han realizado Abacos para casos de ta- lud totalmente seco, totalmente saturado y para tres casos intermedios con diferentes ae SRR Sea] Fig. 7.79.—Distintas sivuaciones de ta linea de saturacién consideradas en tos dbacos (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. and Metal. alturas del nivel freatico o linea de satura- cién (Fig. 7.79) (HOEK y BRAY, 1977). En estos tiltimos se ha supuesto que la nea de saturacién coincide con la superficie supe- rior del talud, supuesta horizontal, a una cierta distancia x del pie del mismo, defini- da por comparacién con fa altura del talud (Fig. 7.80) (HOEK y BRAY, 1977). La ob- tencidn de {a linea de saturacién para cada caso se ha hecho mediante la resolucién de las ecuaciones propuestas por CASAGRAN- DE (1934) suponiendo en el terreno la exis- tencia de una red de filtracién en régimen estacionario, Aparte de las consideraciones ya indica- das se han asumido las siguientes simplifi- caciones: = El material constitutivo del tatud se con- sidera homogéneo en toda la extension del mismo, — El cireulo de rotura se hace pasar siem- pre por el pie del talud. — Se considera la existencia de una grieta de traceién que puede estar situada por en- cima 0 por debajo de ta cresta del talud, La situacién de a grieta de traccién y del centro del circulo de rotura son las que ha- cen minimo’el factor de seguridad para ca- da talud determinado. Anguls del alba Lincas de corrcate Superficis de conura Fig. 7.80.—Red de filtracién en ef talud cuando ta linea de saturacién coincide con ta superficie det terreno a una distancia x del pie del talud (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min, and Metal. En los abacos proporcionados en la Figu- ra 7.81 s¢ ha llamado Ha la altura del ta- Ind, ¢’, a la cohesién efectiva del terreno, ¢” al éngulo de rozamiento interno efectivo, +y al peso especifico del terreno y FS al fac- tor de seguridad. La forma de utilizar los Abacos es la si- ‘guiente: — Se selecciona el abaco cuyas condicio- nes de nivel freatico se acerquen mis a las del talud en cuestién. — Se caleula el valor del parémetro adi- mensional c'/fy H teg’) que nos proporcio- ‘na una recta radial en el abaco en cuestién, — La interseceién de dicha recta con la curva corzespondiente al Angulo del talud nos da un valor de tg ¢'/FS y de c’/ty H FS), Cualquiera de los dos sirve para obtener el factor de seguridad FS, Manual de Taludes 259 Ejemplo numérico Se desea calcular el factor de seguridad de un talud con Ias siguientes caracteristicas 2m 0° y= lie EL talud se encuentra parcialmente saturado, siendo la situacién de la Tinea de saturacién similar a I del ‘caso 3 de Ia Figura 7.79 por fo que el factor de segu- ridad habré de buscarse en el abaco n.° 3 (Fig. 7.81c), ‘Operando se obtiene: e 2 y- He 2.25. iq 30° Entrando en ef abaco n.? 3 con este valor y con Ye = 40° se obtiene: we’ = 007 = 059 y el factor de seguridad es: tg 30° 059 2 2a} ow Ow Mo oe Oa ae a MO Be ee Re BO AE oe Fig, 7.81a.—Abacos para rotura circular. Caso 1 (HOEK y BRAY, 1977). Cort, de inst. of Min. and Metal. Ow 6 eM et 2 a ae Oe Oe and Metal. 20) oo i nace N23 sl ° ao ad 4 ot ~ 7 Oo oe ae Oe ie ae a Ze de ae ae a A Fig. 7.81b.—Abacos para rotura circular, Caso 2 (HOEK » BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. Fig, 7.81c.—Abacos para rotura circular. Caso 3 (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. ‘and Metal. ns a “6 © 8 8 4 ° ° veo 6 we ee 8 ee a ae Oe and Metal Fig, 7.81d.—Abacos para rotura circular. Caso 4 (HOEK y BRAY, 1977). Cort. de Inst. of Min. a H & sanaco Ns ot Fig. and Metal, , 7.812.—Abacos para rotura circular. Caso $ (HOEK y BRAY, 1977). Cort, de Inst. of Min. 262 Métodos de cdleuto 7.2.8, Rellenos a media ladera 7.28.1. Generalidades Se llama relleno a media ladera a la colo- cacién sobre una ladera inclinada preexis- tente de un material al que se da general- mente seccién triangular segiin se aprecia en Ja Figura 7.82. Es un caso frecuente en es- combreras de ladera y en carreteras, Fig. 7.82.—Relleno a media ladera, El material del relleio y el del talud pre- existente son, en ef caso mas general, dife- rentes. En este apartado se consideran tres for- mas de rotura de un relleno a media ladera. — Rotura planar a través de ta superficie de contacto entre el retleno y el talud na- tural. —~ Rotura circular incluida totatmente en el relleno. — Rotura circular pasando por el terreno del talud preexistente. En primer caso se puede producir si la superficie de contacto tiene peores caracte- risticas resistentes que el resto del terreno lo cual puede darse si se han dejado mate- tiales de alteracién u organicos en la base del relleno. E] segundo caso puede producirse cuando el relleno posea unas caracteristicas resistentes Peores que el terreno sobre el que se apoya. Un caso tipico seria el de un relleno cons- truido sobre un talud rocoso. En el caso de que el terreno del talud pre- cexistente tenga peores caracteristicas resistentes que el relleno puede darse la tercera forma de rotura, Para la obtencién del factor de seguridad de rellenos a media ladera se ha seguido lo explicado por HUANG, Y. H. en dos tra- bajos realizados en 1977. Para las tres formas de rotura HUANG introduce el efecto det agua mediante el coe ficiente de presién intersticial r, (apartado 6.2.3). HUANG supone que la fuerza resul- tante debida a la presién intersticial es verti- cal y tiene 1n valor igual a la presién verti- cal de tierras multiplicada por el coeficiente 1» De esto se deduce que Ia resistencia por rozamiento de un suelo es igual a la que tendria suponiendo nula la presién intersti- cial, multiplicada por el coeficiente (1 — r,). Los factores de seguridad para forma de rotura circular se proporcionan por medio de bacos y tablas realizados con ayuda de un programa de ordenador que utiliza el mé- todo de FELLENIUS en el gue la presién intersticial se introduce de la forma mencio- nada anteriormente (método normal). Cuando no es facil determinar «a priori» la forma de rotura del relleno, puede ser conveniente obtener el factor de seguridad en las tres hipdtesis de rotura y tomar el mi- nimo obtenido. Los métodos de célewlo que se exponen en este apartado proporcionan en general un valor aproximado del factor de seguridad, suficientemente preciso para las aplicaciones précticas en la ingenieria. Su uso es espe- cialmente indicado en pequefios proyectos de geometria simple y para aquellos casos en fos que se determinan las caracteristicas re- sistentes de los suelos sin gran exactitud da- do que ef error debido a Ia seleccién de los pardmetros de resistencia suele ser mayor que el error asociado a Ia utilizacion de los dbacos y tablas. En caso contrario el uso de estos métodos puede servir como guia para un disefio preliminar, Para rellenos a media ladera sobre suelos ac ein daldieiateASlMataialb at Raed nnd 12sec cohesivos blandos son muy titiles los dba. cos proporcionados por BOURGES (1973), 7.2.8.2. Rotura planar La definicién geomeétrica del relleno se muestra en la Figura 7,28. El factor de se- guridad del relleno frente a una rotura a través de la superficie de contacto con el talud tiene la siguiente expresion (HUANG, Jun. 1977): CH RTRT-(1 — 1) Weosa tag! FS W sen (1a) cohesién y dngulo de rozamiento remo en la superficie de contac- to entre el relleno y el talud pre- existente, coeficiente de presién intersticial (apar- tado 6.2.3.). Se puede tomar para 1, el valor de Ia relacién entre el Area sumergida del relleno y dos veces el drea total de éste (HUANG, 1977). W = peso del relleno. Llamando al peso. especifico de éste se obtiene: W + +H cosec B cosee «1 seni — 2) (7.48) Sustituyendo (7.48) en (7.47) se obtiene: e FS = 2 sen 8 cosec a casec(? — a) —— + TH + (a r,)te ¢? cotg a (7.49) AYALA y otros (1985) han desarrollado unos abacos que permiten obtener el factor de seguridad de rellenos a media ladera. Su- ponen una superficie de rotura poligonal con dos tramos rectos. Uno de ellos, él inferior, coincide con la superficie de contacto, mien- tras que el otro atraviesa el relleno, Manual de Taudes 263 7.2.8.3. Rotura circular incluida totalmente en el rellena HUANG (junio 1977) ha realizado unos Abacos (Fig. 7.83) para obtener el factor de seguridad en esta hipétesis de rotura. E| factor de seguridad tiene la siguiente expresién: ” ar) ige FS =C,N, + | (7S 7 {a N |e » donde: ¢’, @' = pardmetros resistentes del relleno. N, = milmero de rozamiento, que puede obtenerse en funcién de a y @ me- diante el abaco de la Figura 7.836, N, = miimero de estabilidad, proporcio- nado en funcién de @ y 8 por ef abaco de Ja Figura 7.832. = factor de correccién que es funcién de los angulos « y 8 y del porcen- taje de resistencia cohesiva, P., cu- yo valor es: vyH > ; st) tag ~~ 4 =n) vH Ny El valor de C, puede obtenerse de los dba. cos de la Figura 7.84, Ejemplo numérico Sea un relleno apoyado sobre un talud rocose y ‘con las siguientes caracter‘sticas: De los dbacos de la Figura 7.83 se obticne: 9,2 (Fig. 7.838) 4.2 (Fig. 7.83b) 264 Métodos de céteulo a) Relacién entre el numero de estabilidad y ta geometria del relleno. Ws 4078 20) NUMERO DE ESTABILIDA\ ich HEA AAA fice VY Pa AA ~AA ATL LV EL TITEL ALLA. LT KLZKLZE EGS S pe LLL Phe Le ne Re OL re ae NUMERO DE ROZAMIENTO, Ny Fig, 7.83.—Abacos para rotura circular ineluida totalmente en el relleno (HUANG, jun, 1977). Cort. de ASCE. Manual de Taludes 265 El valor de P, es (expresion 7.51): 7.2.8.4. Rotura circular pasando por 2 el terreno del talud preexistente . ois aaa La geometria del problema se muestra en z iga00 O87 = la Figura 7.85, en la que se ha lamado suelo mag * 0) 1 al material constitutivo del rellento y suelo 2 al del terreno natural, do en I Figura 7.84 se obtiene js y ee a re " we obs EI circulo de rotura atraviesa ambos sue- Tp ge é roo los sin pasar necesariamente por el pie del telleno. Interpolando para 8 = 35¢ se obtiene Gy = 0.93 Anlicando la expresion (7.80) se obtienes Fs=09) val +02 22] =e Fig, 7.84.—Factor de correccin, C, (HUANG, 2 2 jun. 1977), Cort. de ASCE. — Porcentaje de resistencia cohesiva, P, ° 20 40 60 80. 300 1.905 377 es _ — ao oc |e Porcentaje de resistencia Cohesiva, P, 2 & es 808 g 2 5 2 5 2 Fe | 3 gag \) 507 3 2 E e I 3 Porcentaje de resistencia cohesiva, P, 2 3 OB a 60. as 3 1902 2 0 2 . fe= ie z o o ES fags 309 £ og é x | 2 a 3 508 z L 266 Métodos de cdleulo La profundidad se cuantifica m wate el indice de profundidad, D, que es ta relacién entre la profundidad de un plano paralelo al terreno y tangente al circulo, y la altura del relleno (Fig. 7.85). Fig. 7.85.--Rotura eireular pasando por el terre- no del talud preexistente. Para un determinado valor de D, el cfrcu- Jo pésimo tiene el siguiente factor de seguri- dad (HUANG, mayo 1977): psn (i, ()a-1 - E + "ly" NW . \t CU —rtg e) - Fy + (nts @2 ri) \ (7.52) donde: FS = factor de seguridad. ch. of = cohesién efectiva de los suelos 1 y2 el, eh = Angulo de rozamiento interno efectivo de los suelos 1 y 2. Tyo Ta, = ooeficientes de presién intersticial de los suelos 1 y 2. y= peso especifico de los suelos 1 y 2 (si fuesen diferentes se puede uti- lizar un valor promedio). N, Ly, Fy, Fy = valores tabulados (Tabla VIED). El factor de longitud L, representa la trac- cién de arco de circulo contenida en e! sue- lo 1. Los factores de rozamiento F, y F, re- presentan la contribucién a la resistencia del rozamiento de cada uno de los dos suelos y N, es un coeficiente general flamado mi. ‘mero de estabilidad. Tanto la cohesién como el éngulo de ro- zamiento interno se pueden tomar en valo- res totales si se elige este método de and- iisis. Los. parametros N, Ly, F, y F;, depen- den estrictamente de todas las variables in- cluidas en el problema. Sin embargo se ha encontrado que la geometria tiene bastante mis efecto que los pardmetros del suelo, por lo due N,, £,, F, y F, se han tabulado en funcidn de a, 8 y D para tres casos especifi- cos de pardmetros de resistencia. En los tres ‘casos los suelos 1 y 2 se consideran idénti- cos con las siguientes caracteristicas: Caso 1g = 0° (suelo puramente cohesi- vo). Caso 2. y = 30°, CF = chy H = 0,025 (ca so intermedio). Caso 3 ¢ = 0 (suelo no cohesivo). En la Tabla VIL.1 se dan los valores de Ny Ly Fy F, para los tres casos mencio- nados, variando el Angulo del talud natural, a, desde 0° a 30°, el Angulo del terraplén B desde & + 5° hasta 40° y el indice de pro- fundidad D desde 0 hasta 1. Para utilizar Jas tablas se debe elegir en primer lugar el caso apropiado para el pro- Dlema a estudiar. El caso 1 se utiliza cuan- do los suclos tienen una elevada cohesién, ‘pero poco rozamiento interno, ef caso 2 cuan- do ambos tienen cohesién y rozamiento in terno y el caso 3 cuando tiene poca cohe- sién pero elevado rozamiento interno. En general los resultados obtenidos en los 3 ca- sos s6lo difieren ligeramente. Es probable que no sea facil encuadrar un problema particular en uno de los 3 ca- sos sobre todo teniendo en cuenta que en general serdn diferentes las caracteristicas de los suelos 1 y 2. Cuando asi sea no hay in- conveniente en hacer el céleulo para dos 0 | : : \ Tabla VILL Pardmetros Ly, Fy, Fy y Ng (RUANG, ‘mayo 1377) Manual de Tatudes 267 0.0! 1,000 9.2 O88 044 0,323 06 0,259 08 0.218 10 0.188, 09 02 0.4 0.6 08, 10 325, 261 219 1190 0.0 1,000 0.2 0,444 Od 0,27 06 0,268 0.8 0,220 1.0 0,190 0,501 02210 0,143 ou107 0,085 071 o4aa 0.178 04122 0,095 0,059 0.083 oats 0,166 ait 0,074 o.084 0,040 0,391 o161 0,085 0,063 0,043 0,034 0,377 L150 0,085 0.088, 0.027 9,000 0.313 0477 0,587 0,694 0,796 a=0 833 703. 653 6.25 6,06 304 1.56 652 6,22 6,02 sis9 S81 694 622 602 588 si9 574 CASO 2 Loh RNs 1,000 0,436 01495 0.172 0327 18, 0.243 0,094 0,203 0.078 9,175. 0,065. 0,856 1,000 0440 03310 0,340. 0,000 0,143 0,102 0,408 0.249 0.076. 0.341 0.210 0,087 0.182 0,085 41,000 0,278 0430 0.130 0317 ol0Rs 0.256 0,060) 0.217 Qos 01189 0,030 0,719 1,000 0.240 0,000 0.35 0,323 0,262 02222 194 1,000 0,212 0,000 0.440 0,108 0,328. 0,068 0,260 0.227 0.024 0,196 1,000 9,191 0.446 0,093 0,333 027 0,229 0,022 01199 1,000 0,165 0,000 9,84 0,450 0,086. 0,171 8,07 0.336 0.274 331 0,200 e230" C= 0,025) 10 B = 30 cASO3”¢ Lon 1,000 0,435 0,492. 0,131 0335. 0,118 0.283 0,093 0,203 0.077 0.175 0.065 0,000 27.13 0,332 0,68 0,578 0,720 0,856 1,000 0,370 0,000 0,463 0,142 0,290 0.408 0,540 0,310 0,100 0,074 0,249 0,209 o.182 1,000 0,253 01430. 0,126 0,336 0,084 0256 0.057 0217 0,041 0.189 0,029 1,000 0,217 0,000 0.434 0,108. 0,191 0,323. 0,089 0,262 0,045 0,223 0,029. 0,536 7/00 0,195 0,019 1,000 0,183 0,000 12,54 0.441 0,096 0,190 9,13 0,329 0,058 0,327 7/79 0.269 0,035 0,499 7/10 0,227 0,024 0,585 6.71 0,198 0,015 1645 6,60 1,000 eds 03M 0,181 0,000. 12,38 0,086 0.165 8/93 0,082 0:308 0.274 0,009 0,424 705 0.231 0,019 0,530 6,70 0,200 0.013 0.630 6.49 1,000 0,139 01450. 0,079 0,338 ont 694 0,231 0,019 0,518 6,61 0.200 0,013 0,620 642 iat OSs R86 745 268 Métodos de cilculo ‘Tabla VIL1 cont.) ASOT w= CASO? = 30" CF=0m5 CASO en 0 Dol fh FN Loh ON bo Ns «=o a= 4 0.0 1,009 0355 0.009 6.47 1000 9,149 0.000 9. 1,099 0.10 0.000 12,06 02 Ones Oa 03M 6,03 Bass 0.08 O58 7.95 Os? 0073 0.196 510 Of duos on bast S89 0339 900 O20 733 0359 Oo O28 238 86 One 0016 O62 579 Oar oo dade 68! A374 m8 O40 61 GS ast oss Owes $372 Bast ols Bisse 630 Oat olard O13 883 To G19} o27 vt S67 en bans Doe 630 0200 0013 Osle 836 ani ans 0.0 1000 9.171 000 24.28 1000 0.148 000 26.22 1,000 0,148 0000 26,88 02 on oso o383 i530 62% Otay 0219 Tes Get leas 0.209 16.8 0,4 0,124 0,013 0,363 11,20 0,153 0,016 0,312 12,09 0,153 0,016 0,312 12,09 Os 1088 0.007 Out 9,08 Gor Q.o10 9429 9.85 f1i0 naw O26. '9st 8 Olnse 004 O77 337 082 01005 0835. §05 Boe meoe 0581808 io 080 Sn O68 686 Cos Ooo 0.89. 708 Soe door 697 FAI . B= 0 0,0 1,000 0,228 0,000 14,49 1,000 0,176 0,000 ie 34 1,000 0,000 17,33 02 O08 0052 0267 1081 O13 loud ostan O13 Oost O28 1215 0,4 0,176 0,023 0,393 8,26 0,203 0,026 0,323 0,207 O31 9,35 Os Ges D012 O399 Fe ise Oois 0428 764 Oisy out Oa22 275 G8 ase 07 0897 62 Sat vied 0535 6 O23 Game Osis 69i TO 0.069 eas a9 Ser S107 0.008 e269 Oioor Opes 62s 821 a= 10 aq 0.289 0,000 1095 1,000 0.189 0,000 12:90 1.000 0,164 0.000 14,03 oss Or 828 Vaud Oost O54 339 ae 03050 O,179 1053 dione sng 31 as? boas 8.109 798 Ga 0.03? O01 ‘88 Opis 0302 630 478 1s 0.419 6s Gist ood O10 200 i oar $79 Cat Oo Os17 628 lat loos O08 6 006 8.05 $39, OS 008 0613 $37 Outs dam O12 $29 S a-10 3-0 oo 1.00 o27aee0 9.0) Loco 068 000 1182 19m 016 0000 11.82 2 0397 0.056 0390. 212 Oe 0082 O81 886 See 1082 0.69. 9e2 Og Daas Doo a4I9 634 Das? O.oas oan 32 Case aay O24 79 Os ote pois osia Sat Oise old 9802 636 G1i9e 001s 402 G36 08 0,121 0,010 0,610 5.44 0,153 0,009 0,509 §,91 0,157 0,008. 0,498 6,04 To Bat Oar ott $30 C1136 oes 03603584 (1126 olone 0.600 S88 =1 0.9 1000 0.282 0.000 792 1,000 0,162 1000 9,129 o0c0 10,79 Og O5e8 oe 0222 66 tsi last 0.160 |S? 0383 082 Nua 90 Oa 023d non Oais S98 020 O.an5 0293 697 G2n oo ome 73 ig Ora ors Osan 534 S307 de 0395 8.1 0306 ais 0380 637 8 O10 G10 Deis 521 Gies one sor S24 tier oor O89 S88 1.0 Ho une 0914 Sz LIS 100s ood 5.37 G1135 0,005 S04 512 «= 10 a 0,296 0,000 7,12 4,000 0,140 0,000 9.83. 1,000 0,110 0,000 12,01 4 tage O82 Bae 30 ge O03 3% Oia) Nas $68 fae Daas O87 67s i tore 025 5.34 Dai! don O38 Ste eal : ert ois $05 Dir 0.008 Ose $.68 ts @inay O79 S82 one 0519 339 0.199 9}008 0.597 5.25 Oa 005 O84 5.36 : 3 j Manual de Taludes 269 Tabla VITA (cont) CASOL p= 0 caso 2 y= 30 CF 005 CASO3 ec =0 Du FR ON LF Ns oR BON 1s B20 0.0 1,000 0.129 1,000 0.150 0,000 26,09 1,000 0,100 0,000.28, 02 0.189 0-013 0,209 0,017 0,183 14.40 0.225 0.015 0.178 0.4 0,075 0,004 @.118 0,008 6/289. 10,14 0,120 0,008 0/283 0.6 0.039 0.001 0,079 6.005 0388 8,08 0,079 0,005 0386 0.8 0.012 0.000 00051 0,003 0.498 6.68 0,056 0,003 0,493 1.0. 0,002 0,000 0,035 0.002 0,610 §.70 0.038 0,002 0,607 B= % 0.0 1.000 0,186 1,000 0,138 0,000 16,47 1,000 0,125 0.000. 37,98 02 0.224 0,08 o272 0.08 O79 13 0.276 0,030 0.165 11:96 04 0,126. 0,008 0.173 0,015 01290 8132 0.175 0.015 0,280 8,62 06 0.079 0,004 0123 0.008 C1381 6192 0,124 0,009 O'384 704 O8 0,027 oon 0,030 0,005. 01492 00S 1485 6.09 1.0 0,022 9,001 0,086. 0,003 0,399 0504 5.33 a=1s 0,000 10,77 1,000 0.147 0,000 0,000 14,29 oz 78 O31L 0.038 o.174 04160 10122 ont 69 0,206 0.016 0,286 02m 772 0.469 SiR 0.147 6.008 01386 651 0566 534 O.311 0,006 0487 0979 S71 oor ard 0.083 0.005 0,598 01387 5106 a=is 0.0 1,000.0,243 0,000 8,85 0,000 0.2 0,200 0.039 0,289 6x1 01169 04 0.177 OOLd 0.382 6,02 027 01266 7.27 96 0.118 0,087 O40 Sd 0379 0376 12 88 0.076 0.00% 0.877 4196 ones O47 a6 1.0 0,088 0,0020,679 453, ssa ogr 49s was 1,000 0.256 0,000 7,71 9,000 0,000 11,33 9311 0,040 0,300, 623 0,166 0.133 9.25 2.191 c.018 05398" S66 oz 0260 7.00 0,125 0,008 0.890 5118 ore 0361 6.08, 0,085 0,004 01584 3°76 0,082 oat Sia 0.056 0,003 0.885 439 0379 0,569 alas a-2 00 1,000 0,108 0,000 23.70 1,000 0,087 0,000. 25,89 1,000 0,073 0,000 30,08 2 0,108 0.004 O.198 12;24 Oss oon O88 138 O78 01010 0.180 13:99 0.4 0.035 G00! 0297 858 0,086 0,004 0.261 9103 0,099 0,004 0.288 9123 0.6 0.001 0,000 0,39 6:71 0.052 0,002 03361 7100 0.054 0,002 0388 705 9.8 0,000 0,000 0.490 5.49 0,028 0,001 OTL S62 0.037 0.001 O:464 5.70 1 0.000 0,000 0,590 466 0,020 9.000 0,576 4:73 022 0,001 OSM 4.74 a=20 B= 30 0.0 1,000 0,157 0,000 13,89 1,000 0,113 0,000 16,33 1,000 0,089 0,000 20.07 02 0.146 o,011 0,240 9l03 arnt 0,022 0,183 10,63 0.249 0.021 o,148 1168 O14 0.079 0,003. o;331 704 0,146 0.009 6.263 7.26 0.154 0,009 0,253 R08 0,6 0,030 0,001 0.420 5189 0,093 0,004 0,362 6.25 0,039 0,005 0.386 6.39 91$ 0,003 0,000 S18 $103 0,062. 0.003 0,467 5.27 0,065 0,003 0,463 5,31 1.0 0,000 0,000 0614 4.33 0,037 0.002 0,581 4.47 0,042,002 0/576 4550 [ ; i 270 Metodos de céteulo Tabla VIII (cont.) cASOt gy Dok 0 1.000 0,190 9,000 2 0.210 0,019 0,263 4 O11 0,008 0.352 6 0,089 0,002 0.833 8 0.021 0,001 0,526 (0 0,000 0,000 0,634 2,000 0.213 0,000 0,2. 0,250. 0,022 0,281 04 0,132 0,007 0:363 06 0.074 0,003 o.848 ox 10 9,030 0,001 0,542 9,000 0,000. 0.64 088 0,000 001 9.179 000 0,264 0,332 0,485 o,sa 1,000 0,169 0,000 Cus 0.008. 0.353 0,060 0,001 S10 ona 0.403 10,001 0,000 0,483 0,001 0,000. 0.572 0 2 0.014 0,000 0,157 4 0,000 0,000. 0,231 {6 0,000 0,000 0,315 8 0,000 0,000 0,403 (0 0,000 0,000 0,303 1,000 0,121 0,000, 0,023. 0,000 0,204 10,000 0,000 0,267 0,002 0,000 0,336 0,000 0,000. 0,418 (0,000 0,000 0,508 103 740 6.22 539 436 413 8,60 8 30 CASO 2 Ly 1,000 01284 0.176 0.125 0,082 0,086 1,000 oz 0.203 oa 0,101 0,069 1,000 0212 oid o.074 0,083 9,025 1,000 0,262 154 0,102 0.961 0,038 1,000 101 o.0s1 0,020 0,008 0,003 1,000 181 0,090 0.082 0,035 0014 A 0,121 0,037 012 0,005 0,008 0,002 0.112 0.032 0,013 0,006 0,008 0,003 oor 9.007 0,002 o.001 0,000 0,000 0,093 015 0,005, 0,002 ‘0,001 0.001 0,102 0,020 0,008 9,003 9,002 0,001, 0,064 0,004 o.o01 0,000 0,000 0,000 0,098 011 9,003, 0,001 0,001 0,000 ’ Fy 0,000 0,161 0,263 0,338 0,465 0574 0,000 O11 0,258 0,359 01459 0,568 0,000 0.144 0,236 33d 0,546 oil 0,398 0,500 30 CF Ns a-3s 12,99 9102 702 589 5.01 aaa 11,80 82 6.65 559 436 423 muss 12,32 528 Bs BaRE & Babaes = 0,025 CASO 3 u 1,000 01293 oes ouze 0,087 0,060 1,000 ang 211 ota. 0,106 0073 1,000 0165, 0,082 0048 0,026, oo18 1,000 oz O81 0,081 0,048, 0,030 1,000 285 0,162 0,108 0,067 0,083, A 6,095 0,027 01, 0,066, 0,017 0,007 10,003 10,002 0,001 0,020 0017 9,009 9,004 9,003 0,002 0,034 0,008 0,002 0,001 0,000 0,000 0,021 0,010 0,005 0,002 0,001 0,001 0,000 9,142 02251 0,355 0,458 0,568 6,000 0132, 0.287 0,349 0,451 0,563 0,000 0.126 0231 0,329 0,538 0,000 0,129 0.229 0.326 0.31 0,536 9,000 116 9.205 02299 0.396 0498, 6,000 0.118 0,299 0,396 0494 para los tres casos mencionados eligiendo el minimo factor de seguridad. Por otra parte, al usar las tablas se debe partir de D = 0 y suponer diversos valores de D hasta obtener el minimo factor de se- ‘guridad o hasta que el circulo sea tangente al estrato rigido o al lecho de roca. Es frecuente que en laderas rocosas la par- te menos resistente sea la superficial, for- mada por detritus de ladera o alteraciones. En estos casos no es probable que los efrcu- los de rotura penetren significativamente en el terreno. La profundidad de ta capa me- teorizada impone el valor maximo de D. Si a, 8 6 D no son los mismos que los tabulados se calculan tos factores de seguri- dad para los dos valores mds proximos de las tablas y se puede elegir un valor por in- ‘terpolacién lineal. i se aplican las tablas con un Angulo del talud‘preexistente nulo se pusde calcular el factor de seguridad de un talud ante roturas por la base, cuyo esquema se aprecia en la Figura 7.86.\Este tipo de rotura puede pro- ducirse cuando,el material del talud se apo- ya sobre una baie horizontal poco resistente ‘© cuando los materiales del talud y de la base tienen un angulo de rozamiento inter- no pequefio. \ Fig. 7.86,—Rotura por ia base. Ejemplo numérico Se desea conocer el factor de seguridad de un relle~ ia Iadera cuyos datos son los siguientes: Manual de Teludes 271 Gon 1S ume ea Be 05 Fay = 0220 Dado que ambos suelos tienen cohesion y rozamien- (© interno es aplicable el caso 2 0 “5 0,025 2.10 bt ES _. ors yH OD Para D = 0, a = 20" y § = 35°, se objiene (Ta bla VILLI} Ly = 1,000 Fy = 0,121 F, = 0,000 Ny = 12,89 El valor de FS se obtiene de ta expresién (7.52): FS = 12,890,025 . 1 + 0 + — 0,15) te34. 0,121 + 0) = 1,22 Para Dw 0,2 se obtiene: Ly — 0,288 Fy = 0,027 F, = 0,161 Ny = 9.02 FS = 9,02(0,025 . 0,284 + 0,075(1 — 0,284) + + (= 0,15)tg 4 . 0,027 + 1 — 0,20) (23, 0,161) = LI8 Para D = 06 Ly = 0,128 Fy = 0,005 Fy = 0,359 5.89 Se obtiene AS = 1,14 Se obtiene FS = 1,16 E] factor de seguridad del relleno es FS. 272 Métodos de cdteulo rrespondiente a un factor de profundidad comprent do entre 0,4 y 0,6. Puede tomarse para D un valor critico de 7.2.9. -EMpUpes de TES SOOTE TR waPON 7.2.9.1. Tipos de empuje a) EMPUJE EN REPOSO En un terreno horizontal (Fig, 7.87a) las tensiones sobre tin plano horizontal «, aumen- tan linealmente con la profundidad. Las ten- siones sobre un plano vertical (g,) aumentan también de una forma regular. La relacién ‘entre ambas (o,/0,) es el Coeficiente de Em- puje en Reposo, K,, que no tiene por qué ser constante con la profundidad. Si se su- pone que se introduce una pantalla infinita- mente rigida en el terreno y se exeava la z0- na A de tierras (Fig. 7.87a) la-accion del terreno sobre 1a pantalla sigue siendo el em- puje en reposo. b) BMPUsE AcTIVO, El empuje que actiia sobre un muro no es generalmente el empuje en reposo. Los muros suelen suftir deformaciones que mo- ffican la magnitud de tos empujes, Si el muro dede un poco frente al empuje del terreno, desplazéndose y/o girando ligeramente, las bras de la zona B se deforman, movilizan esfuerzos cortantes y ello provoca que el em- puje sea menor (Fig. 7,876). Cuando los mo- vimigntos alcanzan cierta magnitud, el terre- no se rompe, forméndose una cufia de em- puie (Fig. 7.87¢). A partir de ese momento el terreno entra en régimen plistico y el va- or del empuje se hace casi constante deno- minandose empuje activo, Se ama Coefi- ciente de Empuje Activo, K,, a la relacior 0/0. En la mayor parte de los casos los muros se ealeulan para resistir el empuje activo. Sélo si el muro se proyecta para sufrir des- plazamientos muy pequefios, habra de cal- cularse para soportar el empuje en reposo. Segiin se ha indicado, el empuje sobre el muro va disminuyendo con la deformacién del mismo hasta estabilizarse en el valor del empuje activo. Suponiendo que el muro gi ra alrededor de stu pie, el desplazamiento maximo necesario para que se desarrolle el empuje activo oscila en terrenos granulares compactados entre 3 y 16 milésimas de la altura. Cuando el movimiento es una trasla- cidn 0 si el giro se produce alrededor de un punto situado algo por debajo del pie del muro, caso mas frecuente en la practica, el desplazamiento necesario oscila para el mis- mo’ suelo entre 0,6 y 1,8 milésimas de la altura. El movimiento necesario cuando el muro gira alrededor de su coronacidn es del orden del doble del correspondiente a una traslacién. En suelos granulares sin compac- tar la deformacion necesaria para aleanzar el empuje activo varia entre 0,7 y 20 milési mas de la altura (JIMENEZ SALAS y otros, 1976). Loouna ae empuie oem a Cutie de resistencia Fig. 7.87.—Definicidn de los coeficientes de empuje, (a) Empuje al reposo. (b) El terreno se defor- ‘ma sin llegar at estado limite. (c) Estado limite, empuje activo. (a) Estado limite, empuje pasivo. : | | | ©) EMPUrE pastvo El empuje pasivo se desarrolla cuando se fuerza al muro a moverse contra las tierras, que oponen un efecto pasivo (Fig. 7.87d). Si la fuerza que ejerce el muro es suficien- temente importante el terreno se rompe, de- sarrollando a partir de ese momento una re- sistencia pasiva llamada empuje pasivo, ma- yor que los otros dos tips de empuje. Se denomina Coeficiente de Empuje Pasivo, K,y a la relacion 04/0, En las aplicaciones normales de los mu- ros en taludes, el empuje pasivo se desarro- Nard si se coloca un relleno frente al pie del muro (Fig. 7.88). Fl muro empuja sobre el relleno que ejercerd sobre aquél un empuje pasivo, ef cual tendré generalmente un efec- to estabitizador. Ps Soho, ened CS ool Bees Manual de Tatudes 273 una estructura rigida, esto es, puede despla- zarse 0 girar bajo la accién de los empujes del terreno pero no cambiar de forma. a) _EMPUJE EN REPOSO, MUROS SOMETIDOS ‘A DESPLAZAMIENTOS PEQUENOS Fl coeficiente de empuje en reposo K, se define como Ia relacién entre tas presiones efectivas horizontales y verticales de un te- rreno de superficie horizontal antes de ser exeavado. Si el terreno es homogéneo y horizontal el empuje en reposo que actiia sobre un mu- to es también horizontal. En suelos normalmente consolidados el coe- ficiente de empuje en reposo es constante con la profundidad y viene dado aproxima- damente por la ecuacién: K, = 1—seng" 1.8 En suelos sobreconsolidados K, adopta va- lores superiores. En la Figura 7.89 (BROO- KER y IRELAND, 1961) se proporciona la relacion entre K,, la razén de sobreconsoli- dacién y el indice de plasticidad 7P. Fig/’7.88,—Empuje pasivo del relleno colocado inte el pie del muro. “ 7.2.9.2. Obtencidn de los empujes sobre un muro Los empujes activo y pasivo correspon- den a estados limites del terreno y pueden caleularse suponiendo el terreno plastifica- do, lo que no gcurre con el empuje en re- oso. En todas las explicaciones posteriores se supondré que el muro se comporta como ! | Fig. 7.89.—Relacion entre K, e 1,, El miimero seflatado sobre cada curva esta razén de sobre- consolidacién (BROOKER y IRELAND, 1965). Bn: JIMENEZ SALAS » otros, 1976). Cort, de Ed, Rueda. Conocido el valor de K, se puede calou- Jar el empuje en reposo del terreno sobre el muro para el caso de trasdés vertical y 274 Métodos de célewlo superficie del terreno horizontal, segin Ia ecuacié: i Ba Kyle (7.54) siendo H la altura del muro y ¥ el peso es- pecifica del terreno, Esta resultante esté situada a una distan- cia de la base del muro de H1/3, dado que se ha supuesto una distribucién triangular del.empuie (Fig. 7.90). Fig. 7.90.—Distribucion triangular det empuje en reposo. Si el trasdés esta inclinado o si la super- ficie del terreno no es horizontal la com- ponente normal del empuje puede hallarse en funcién de la correspondiente a trasdés vertical y superficie horizontal mediante las Figuras 7.91 y 7.92 (JIMENEZ SALAS y otros, 1976) 1b) EMPUJE ACTIVO EN TERRENOS SIN COHESION En suelos sin cohesién, el empuje activo de COULOMB suponiendo el trasdés plano y superficie libre exenta de sobrecargas es el siguiente (Fig. 7.93). 1 B= FR (7.55) 2 donde K, es el coeti vo de valor: jente de empuje acti- sec ar. cost" {enter + 6) sente” Veta + + /| cost a) 50 El empuje E, puede descomponerse en sus componentes horizontal, Ey, y vertical E,,: 1 Ky YP phe: Ky = K, costa + 6) K,, = K, senlar + 5) = Ky tga + 8) EI valor de K,, puede obtenerse a partir de la Tabla VII.2. Pd Fig. 7.91.--Relacién entre la componente nor. ‘mal del empuje en repose para irasdés inctinado ¥ la correspondiente a trasdés vertical y super- Ficie del terreno horizontal (datos tomados de FAGNOUL y otros, 1972. En: MENEZ SA- LAS y otras, 1976). Cort. de Ed, Rueda, El empuje por unidad de longitud vertical a una distancia z de Ja parte superior del muro (Fig. 7.93) sera: e = Kye Es decir, el empuje tiene una distribucién triangular seaiin la teoria de COULOMB. Si existe una sobrecarga q indefinida en el sentido longitudinal del muro, vertical y Manual de Taludes 275 uniforme, el empuje del muro sigue la ex- presién (Figura 7.94): 1 E, yk 1 siendo 7, un peso especifico ficticio que tie- ne la expresion: 2q cosa H cos — a) moyt as ao Ra 2a 20 a 4 - te 02 8 OD Bet Fig. 7.92.—Relacién entre la componente normal del empuje en reposo para superficie del terreno inclinada y ta correspondiente a trasdds vertical »: superficie del terreno horizontal (datos tomados de BIAREZ y otros, 1972, En: HMENEZ SALAS ¥ otros, 1976). Cort. de Ed. Rueda, | 1 276 Métodos de cdiculo a 2 gis $. |e 2) |i E/ js a) |i gl la ef &| je glk ey] le 22) |, 23) li 2y a z| A a i &) |s 4, . By". B3g8g gees 2 S28 8223 & 2 S| yi = a 1 Manual de Taludes 277 Fig. 7.93.—Diagrama explicativo de-ta férmula que da el empuje activo de Coulomb en un caso Sencillo, y convenio de signos (JIMENEZ LAS y otros, 1976). Cort. de Ed. Rueda. Fig. 7.94.—Empuje activo con sobrecarga uni- forme. El empuje por unidad de longitud vertical vale (Fig, 7.95): =k, [: cos a | eft) = K, \q— 8 ye cos(8 — a) ©) EMPUIE ACTIVO EN TERRENOS ‘COHESIVOS La teorla de COULOMB es aplicable a suelos con cohesién. La componente nor- Fig. 7.95.—Distribucién del empuje activo cuan- do actiia una sobrecarga uniforme, q, sobre el terreno posterior al muro. mal del empuje total, para trasdés vertical (a = 0°) y superficie del terreno horizontal (B = 0°) tiene el siguiente valor: #0086 SK, y—K,cH (1.58) donde: © cohesién del material. Ky Ky: coeficientes de empuje que se pro- porcionan en la Figura 7.96 (PACK- SHAW, 1946). ‘Como se puede ‘apreciar en dicha fign- ta, K, ¥ K,, dependen de, de é y de a/e siendo a la adherencia entre terreno y muro, Bl coeficiente X, denende principalmente de mientras que K,, depende de Jos tres pa- rémetros. Para 8 = 0°, K, y K,, vienen dados con um grado de exactitud elevado, por las ex- presiones: K, = tg(45° — @/2) (7.59) Ky, = 2NT 4 a/c tg(45° — 9/2) (7.60) Si existe una sobrecarga uniforme vertical 278 Métodos de caleulo q sobre la superficie del terreno, la compo- nente normal del empuje sera: 1 F088 = SK, VP + Ky gH —K, cH (761) El empuje unitario, por unidad de longi- tud de muro tiene el siguieme vator: 0,008 6 = K,y2+ K,q—Kyc ctileates KY Ba, Angas de rvamier item Fig. 7.96.—Valores aproximados de los coeficien- ies de empuje en suelos con cohesién (PACK- SHAW, 1946, En: JIMENEZ SALAS ¥ otros, 1976}. Cort, de Ed, Rueda. d) EMPUJE PASIVO DE LAS TIERRAS AL PIE DEL MURO Es frecuente disponer el cimiento del mu- ro enterrado una cierta profundidad con ob- jeto de aprovechar el efecto estabilizador del empuje pasivo de las tierras situadas frente al pie del muro (Fig. 7.88). Para poder te- ner en cuenta dicho empuje, el desplazamien- to necesatio en el pie del muro para su mo- vilizacion ha de ser aceptable, lo cual no siempre ‘ocurre. Lo ms conveniente es colocar un relleno granular y compactado por lo que el empu- je pasivo se puede movilizar con un despla- zamiento pequefo. En la obtencién del empuje no suele ser conveniente considerar una distribucién trian- gular del mismo similar a la del empuje ac- tivo, pues, dado que el movimiento proba- ble del muro es el de yuelco, se movilizars muy bien la resistencia en la parte superior pero quizd no en ta parte inferior, Suponiendo que la superficie del terreno es horizontal, que no actdan sobrecargas so- bre el relleno, que éste es no cohesivo y que Ia distribucién del empuie es parabética se obtiene que el empuje pasiva movilizado es {JIMENEZ SALAS y otros, 1976): 1 y= KiB siendo su distribucién la de ta Figura 7.97, En los abacos de la Figura 7.98 (JIMENEZ SALAS y otros, 1976) se proporciona el va- lor de K, para 8 = Oy 8 = g, en funcidn del Angulo & que forma la cara del muro con la vertical. Para valores intermedios de 6 se tiene: (7.62) KO) = KYO) -e}y" (7.63) donde: K (0), Ke) = valores de K, para 6 = Oy 6 , Fespectivamente. ay Fig. 7.97.—Redueci6n empirica del empuje pasi- v0 en la cimentaciOn de un muro, para tener en ewenta que en la parte inferior no se moviliza ‘por falta de desplazamiento (JIMENEZ SALAS ¥ otros, 1976): Cort, de Ed. Rueda. Manual de Tatudes 279 El convenio de signos asignado al dngulo que en el caso de empuje activa (Fig. 7.93). x en los abacos de la Fig. 7.98 es el mismo El pardmetro w vale aproximadamente 1. E J 3 ; : 1000408 45° 2 Bo 60 ty 20 c 20 40 40 60 80 oe Fig. 7.98a,—Coeficiente K, para 6 = 0 (HETTIARATCHI y REECE, 1974, En: JIMENEZ SALAS » otras, 1976). Cort. de Fi. Rueda. nee sn n,n nn en sn ss ne en ee ee en sn ni oN IEEE EOS para 5 = » (HETTIARATCHI y REECE, 1974. En: JIMENEZ SALAS id. Rueda. 280 Métodos de cdteuto Fig, 7.98b.—Coeficiente ¥ o1ros, 1976). Cort. de ©) ANGULO 6 DEL EMPUJE CON LA NORMAL A LA CARA DEL MURO El maximo valor de § corresponde al an- gulo de rozamiento entre tierra y muro 5, En la Tabla VIL3 (POTYONDY, 1961) se proporcionan para diferentes tipos de sue- los y de materiales de construccién fos valo» tes de 5, Los valores de 6, en empuje activo sue- len ser algo inferiores a los de empuje pa vo‘debido al aflojamiento producido por el movimiento del muro en el primer caso. En terrenos sometidos a vibracién es fre- cuente que sea 6 = 0, 1) EPECTO DE LAS PRESIONES INTERSTICIALES Si el terreno posterior al muro se encuen- tra saturado a partir de una cierta profundi dad (Fig. 7.99), el empuje ejercido sobre el muro se considera como una suma vectorial del empuje cjercido por el terreno, E, mas Manual de Tatudes 281 el empuje debido a la accién del agua, U, esto es: B=E+0 (7.64) Suponiendo una distribucién triangular del empuje de tierras, con un coeficiente de em- puje K y llamando Af a la altura del nivel fredtico sobre la base del muro, se tiene (Fi- gura 7.99}: u oe B/e0s a (7.654) E-FR+H+E (7.656) E, > KH — hp (7.65¢) E, = y K(H — Wh (7.65) Ey oe ye (7.65e) donde: Ye = Peso especifico del agua, Tabla VII.3 COEFICIENTES PROPUESTOS POR POTYONDY (1961) FARA EL ROZAMIENTO. ENTRE SUELOS Y MATERIALES DE CONSTRUCCION (sin coeficiente de seguridad) (@n: JIMENEZ SALAS y otros, 1976). Cort. de Ed, Rueda Suelo ARENA, LIMO granular GRUESA | SIN COHESION | (cohesive | ARCILLA y 1/2 arena) Materiat de Acabado superficial | Seca] Sutur.| seco | Saturado | Indice de | Indice de fluider Fonstruccidn ude 00,5 Densa {Denso} Flojo|Penso} 0-0,27 Gea ade | ve’ | ave") ayer] ave) aot | aye | ave | ave | - Liso (pulido) 0.54 0,64 | 0,79 0.40 0.68 | 40 — |o,50 025 0,50 ©" | Rugoso (oxidad) 0.76 9,80 | 0.95 048 0,75 | 0,65 0,35 | 0.50 0,50 0.80 Madera | Rezamiento paratelo« las fibres 10,76 0,85 [0,92 0455 0,87 | 0,80 0.20 {0,00 0.40” 0,88 ate _|36. nerpenaicutar« las fibras [0.88 0.89 | 19s 0,63 0.95 | 090 9404070 as) 08s Lise (encofrado mettico) {0,76 0,80 | 0,92 0,50 0,87 | 0,84 0.42 | 0.68 0.40 1,00 Hormigon /Aspero encofrado de madera) |0,88 0.88 | 0,98 0.62 0,96} 0.90 0,58 |0.80 0,50 1.00 Rugoso (vertida sobre an tere 0 prenarado) 0.98 090 | 1,00 079 1,00 0,95 0,80 |0,95 0.0 1,00 : : E : 282 Métodos de céleulo y= peso especifico del terreno situado por encima del nivel freatico. ‘y= peso especifico del terreno cuyo valor es: Y Year — Ve siendo 7,4, el peso especifico saturado del terreno, : El empuje del agua U actua perpendicu- larmente el trasdés del_muro mientras que cl empuje del terreno F, forma un Angulo 5 con la normal al trasdés que puede tomar- se de igual valor que en el caso de terreno seco, Ejemplos numéricos: Sea el muro de Ia Figura 7.100. Se desea calculsr el empuje activo en el trasdds y el empuje pasivo er el pie de! mismo para los casos de terreno seco y te- reno saturado, 1, Totreno seco De Ia Figura 7.100 se deduce: a= 10 sec 10° . eos(35° — 10°) Seon FY 4, fsen@S* + 31) seats” — 1 costs — 10°) Aas H-8m H’ (altura del relleno en el pie) = 2 m @° (Gngulo con la vertical de la cara del muro. en el pie) = 8°. 1 muro es de hormigén con encofrado de madera. El terreno del trasd6s y el del relleno al pie del muro 8 una arena gruesa de las siguientes caracteristicas: I nivel fredtico se encuentra debajo de la base del ‘muro. ‘5e considera que $ adopta su valor miximo, by ‘que s¢ deduce de la Tabla VII.3, resullando para los, rateriales indicados: ~~ one Por lo tanto: By — 38° 0,88 = 31° 2) Empuie activo EI coeficiente de empuje activo Ky se obtiene de 1a expreston (7.56): a Fis, 7.99,--Empuje sobre un muro con terreno saturado hasta una altura A. Aplicando ta f6rmula (7.58) se obtiene: 1 Ege SOAlS 2, 8 = 266 t/a La resultante de! empuje activo sobre el muro, de valor Ey, estd aplicada a una distancia d de la base: Ho! = 2,67 m 373 y forma con ta normal al trasds det muro wn éngnlo, Bde a", 6) Empuje pasivo De los abacos de la Fieura 7.98 se obtiene para Aplicando ta expresidn (7.63): 4.60 Voge KG = a= 1,50 [FP 2 aor 130 y mediante ta formula (7.62) se obtiene: Esta resultante esta aplicada a una distancia verti- cal d de la base: y forma wn angulo con la normal al muro, =3r 2. Terreno saturade a) Empuje activo Se obtiene aplicando las f6rmulas (7.64) y (7.65), Manual de Taludes 283 La altura de NF. es igual a la altura del muro; por consiguiente B= Ee Beker l Kye t Oats. QL). = 13,3 vm 1 HR 1 8 unba =e ee %csa F! Teo = 325 vm El empuje E, forma un dngulo de 31° con Ia nor- mal al trasdéx del muro mientras que U es perpendli- cular al mismo, Sumando vectorialmente (Fig. 7.101) se obtiene B= NTs Beas + Een ip = a VGRSF TS, cos UE. en aDP — = 444 um ¥ forma un éngulo @ con la normal al trasdés del ‘muro: 5 E,sen 31° aoe aie U + Egos 31° ” Dado que tanto £, como U estin aplicados a una distancia #7/3 de la base det mura, su resultante estd también aplicada en ese punto. Fig, 7-101. Composicion vectorial para obtener el empuje total 0) Empuje pasivo Habré de calcularse asignando al terrena su peso cspecifico sumergido. Al empuje obtenido habra que sumar el empuje del agua U. Rebs 1 1 By = kp Ht = F402 @ = 0B = 2.68 im EF; forma wn dngulo de 31° con la normal al muro yy esta aplicado a una distancia vertical de | m de la base del muro. 1 1 Us Sw Ht=— 1. t= 2m 2 2 ‘Tes perpendicular a la cara del muro y esté aplica- do a una distancia vertical de 2/3 m de In base, 284 Métodos de cdleulo 7.3. Caleulos de estabilidad para correccién, de movimientos 7.3.1. Talud infinito Cuando se quiere evitar un deslizamiento mediante la construccién de un muro, éste se suele caleular para resistir los empujes de las tietras de su trasdés. Sin embargo, como se jlustra en la Figura 8.30 un muro puede no ser capaz de evitar desticamientos por encima 0 por debajo det mismo. En el caso de un muro situado en el pie de un talud inestable con una inestabilidad del (ipo del talud infinito (apartado 7.2.2), sila longitud de deslizamiento contenida por el muro sobrepasa cierto valor, se producira un deslizamiento del terreno por encima del muro (Fig. 7.102). . El clculo aproximado de la longitud ma- xima que puede contener el muro se hard siguiendo lo expuesto por BLONDEAU y VIROLLET (1973). Las tensiones tangencial, 7, y normal, o, sobre la superficie de deslizamiento son cons- tantes con la altura y valen (Fig. 7.102): T= 7. Aseny, cosy (7.66) a= yhoosy, ae La resistencia al corte en la superficie de deslizamiento, vale: yes o—utee (7.68) siendo w la presién intersticial que se puede calcular aplicando la expresién (7.4), corres- pondiente al apartado 7.2.2. El muro de sostenimiento se considera s6- Jidamente anclado al substrato estable. La sec~ cién PQ, por consiguiente, es fija (Figura 7 102), Se supone que la rotura del talud se pro- duce a lo largo de Ia linea PS y se llama 1, a la distancia QS. Si en Ia seccién RS actoa un empuje su- perior al empuje pasivo, E,, se producird la rotura. Fig. 7.102.—Muro de contencién en el pie de un deslizamiento det tipo det talud infinito. =) : ] . } El empuje que actua sobre la seccién RS, supuesto paralelo a la superficie de destiza- miento, tiene el siguiente valor: E=G—1).1 siendo /Ta longitud de deslizamiento por de- trés de la seceién RS. Por tanto, lamando 1, al maximo valor de J se obtiene: G—)-L (7.69) £, 7.70) ty La longitud maxima de deslizamiento que puede sostener el muro (l,j es igual a 4, i crementada en la distancia entre PQ y RS, a la que se lamard i, esto es: a= th any En una primera aproximacién puede to- marse para J, el siguiente valor: = 2h (1.72) siendo A la profundidad del deslizamiento. Fl muro ha de calcularse para soportar un empuje £, de valor: E=E,t+(r—wh (0.73) Este empuje ¢s generalmente superior al empuje activo E, que es el que tradicional- mente se tiene en cuenta, El valor del empuje pasivo E, puede ob- tenerse segiin Ja teoria de RANKINE, para lo cual han de hacerse las siguientes simpli- ficaciones: — El trasdés del muro se supone vertical. — No se considera la cohesién del suclo, fo cual queda del lado de la seguridad. ~~» El empuje E,, se supone paralelo a la superficie del talud, hipétesis ya asumida an- teriormente. Manual de Taludes 285 El empuje Z, se obtiene a partir de las siguientes expresiones (Fig. 7.102); E, 1 yhre (7.74) kK yoo + Yea, — caso = cos yy ° * cos ¥, — V cost, — costg (7.75) La distribucién del empuje segiin la teoria de RANKINE es triangular, El efecto del agua se introduce asignando al suelo su pe- 80 especifico sumergido 7’, por debajo del NF segun se explicé en el apartado 7.2.9, Se debe hacer aqui la salvedad de que no se debe incrementar E, en el empuje del agua W dado que la altura de agua a ambos la- dos de la seccién RS es la misma, Ello im- plica que en la expresién (7.69) el empuje del agua U aparecerfa en los dos miembros de [a igualdad, por lo que puede no tenerse en cuenta En el caso de taludes de gran altura en Jos que la longitud de deslizamiento sobre- pase cl valor de J, existen diversas formas de actuacién: — Sitar en el pie del talud un muro de mayor altura que sostenga un relieno estabi- Fizador. De esta forma se aumenta el valor de E, (Fig. 7.103). — Situar 2 lo largo del deslizamiento va- tios muros a distintos nivelés, con lo que se limita la fongitud contenida por cada mu- ro (Fig, 7.104), Estas soluciones que se proponen son ca- ras; su coste puede quedar justificado en el caso de taludes cercanos a dreas urbanas. Kjemplo numérico Se desea conocer la longitud méxima de desliza- ! | | | ; | | | | | 286 Métodos de cdteulo Fig, 7,103.-—Relleno estabilicador para evitar et deslizamiento por encima de! muro. Fig. 7.104.—Muros a distintos niveles. tmienio que puede contener un muro. 1 talud tiene las siguientes caracteristicas: y= 28° W° (profundidad NF) = 1m = Ott e208 Aplicando las expresiones (7.66) y (7.67) se obtiene: P= 2.5. sen 25° . cos 28° = 3,83 v/a 7 = 2.5. cots = 8,21 me Para obtener el valor de ry se debe caleular prime. ro el valor des, para lo cial se aplica ta expresién ay = MA. yy COS = OB. 5. 1 6082254 = = 328 int El valor de ry es (expresiOn 7.68): ny = 0 + (8.21 — 3,28) tg 30 El coeficiente de empuje pasive Ky se obtiene a partir de la expresién (7.25): cos 28 + er OF = 1.665 cols Vera cota EI empuje pasive se obtiene por medio de tas ex- presiones 7.6Sb a 7.65e (Fig. 7.99): fps B+ Bt Bs 1 Epa ey Ky hE = 1,66 Um 2 Bye 7. Ky Wh AY = 13.28 vm 2.88 me Ky = 008 28° 1 By 1 Ky ha WP = 1328 /m y= 82 vm ‘La fongitud maxima de destizamsiento a contener pot al muro se obtiene aplicando las expresiones (7.70), (7) y 7.72} 2,22 eo 3.83 — 2 4 =2.$=10m Ig = BB +10 = 388 m La Tongitud total de deslizamiento es la siguiente: # 0 seng, sen 25" = 288m =a Se aprecia que 1 > fy Un posible solucién seria mstalar dos muros de sostenimiento, uno en el pie del talud y otro on la mitad de éste, com lo que ia longitud de deslizamiento, ’, contenido por cada uno P= U2 = 35,5 m Ta base, Ry R, = cL, +(N,— Uj te ef (7.78) Las fuerzas N, son perpendiculares a la base de cada bloque y dirigidas hacia la su- perficie del terreno. Las fuerzas R, son pa- ralelas a la base de los bloques en sentido contrario al del movimiento de fa masa des- lizante (Fig. 7.105). El empuje que ha de soportar el muro pa- ra mantener el equilibrio de fuerzas del sis- tema es el siguiente: E=j"W,-UN—2R, (7.79) Generalmente ¢l cAlcuto se realiza aplican- do tinicamente et equilibrio de fuerzas hori- zontales y puede hacerse tanto grifica como analiticamente. El empuje horizontal que ha de ser capaz de soportar el muro para proporcionar un determinado factor de seguridad FS es: 1 Ey = EN, sen 0, — —E R, 008 « FS (7.80) despejando FS en (7.80) se obtiene: E R, cos a, FS = ——————__ (7.81) EN, sen 0, — Ey En Ja Figura 7.106 puede verse el célculo realizado de forma gréfica, Si en el pie del talud se coloca un muro anclado la expresiOn (7.81) se transforma en: ER, cos a, FS = =~ (7.82) EN; sen, — Ty siendo T,, la componente horizontal det an- claje. El esfuerzo normal N, correspondiente al bloque sobre cuya base acttia el anclaje se vera incrementado en la componente de la fuerza de anclaje perpendicular a dicha base por Jo que el valor de la resistencia al corte aumenta, I : | ENenm Fiz. 7.106.—Céleulo gréfico del empuje hori- zontal sobre et muro de ta Figura 7.105, ee OO Ejemplo numérico ‘Se desea calcular el empuje horizontal que ha de resistir el muco situado en el pie del talud representa do en la Figura 7.10, para obtener un factor de segu- ridad FS = 1,2. Las caracteristicas del terreno son: onl vm ee ye Dm? El caloulo se realiza en dos dimensiones por lo que todas'Ias fuerzas que aparccen en el problema estin ‘expresadas por unidad de ancho de talud. La linea de rotura es conocida. La masa destizan- te se ha dividido en tres bloques segiin se aprecia en Ja Figura 7.105. De dicha figura se deduce: Sp = 160m by Sp= 2am Ly Sy= 56m Ly ay 1 tg a = 369" ug 3 = 68.2 ue, Las fuerzas Uj son: ae us Aplicando las expresiones (7.76, (7.77) y (7.78) se abiienen los valores de i, Nj ¥ Re Ny = 320. cos 14° = 310.4 t/m Ay = 448 | cos 36,9 Ny = 112 | cos 68,2° 2. 16,5 +3104 — 1154) 0g 30° = 145,6 We 2. 20,0 +(358,4 — 80) te 30" = 200,7 t/m 2.25 +(41,6 — 0) tg 30” = 67,1 im El valor de £y se obtiene aplicando Ia expresidn (7.80): E Ny sen oy = 329.0 t/m E Ry 608 aj = 36,7 /m Ey = 329.0 = (11.2) . 326,7 = 56.7 vm En la Figura 7.106 se puede apreciar el eéleulo rea lizado de forma grafica Manual de Taludes 289 71.4. Bibliogeatia AYALA, F. J., GRANDA, J. R. y SARTL, Au: «Aba cos de Estabilidad para Minetia de Carbén y Sedi mentatia a Cielo Abierto con Capas Inclinadas», Instituto Geoldgico y Minero de Espaha. Madrid, 1988, BIAREZ, J. y MARTIAL, G.: «Discusiones». 5,° Con- areso Europea de Mec. del Suelo. Madrid, 1972, BISHOP, A. 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Anclajes activos y anclajes pasivos 88.15. Proteccién contra la corrosion 85.1.6. Cansideraciones consiructivas y de proyecto 8.5.2. Muros 8.5.2.1, Generalidades 8.5.22. Muros de gravedad 8.5.2.3. Muros aligerados 85.24 Muros java 8.5.2.5. Muros de eaviones 8.5.2.6. Muros de tierra armada 85.2.7. Muros de apeo 8.5.2.8. Muros anclados 8529. Drenaje 8.5.2.10, Relleno posterior al muro 8.5.3. Pilotes 8.5.4. Muros pantalla CORRECCION SUPERFICIAL 8.6.1. Generalidades 8.6.2. Mallas de guiado de piedras 8.6.3. Siembra de taludes 8.6.4. Hormigén proyectado BIBLIOGRAFIA 8 CORRECCION DE TALUDES 8.1, Introduccién La excavacién de taludes, sobre todo pa- ra obras civiles en condiciones topograficas dificiles, como laderas muy pendientes, o en zonas con alta densidad de poblacién, como carreteras en la proximidad de nticleos ur- banos; asi como aquellas que necesiten un alto factor de seguridad, como excavaciones para entalladuras de los estribos de una pre- sa, deben ser realizadas con colocacién de elementos resistentes que mejoren la estabi- lidad, para un factor de seguridad preesta- blecido. Igualmente, es recomendable la aplicacién de medidas correctoras en aquellas cortas mi- neras en las que puede peligrar el talud ge- neral por problemas de estabilidad local. Las protecciones de taludes, que los inde- pendicen de los agentes meteorizantes, ya sean hidrosiembras u hormigones proyecta- dos, son recomendables sobre aquellos talu- des construidos en macizos de roca o suelo, erosionable © alterable. En este capitulo se van a explicar tas me- didas mas usuales de correccién de taludes, desde un punto de vista deseriptivo, an zando sus ventajas ¢ inconvenientes, sus cam- pos de aplicacién y las consideraciones que se han de tener en cuenta en su aplicacién, 8.2. Consideractones generates La aplicacién de medidas correctoras pue- de realizarse sobre taludes en construccién, con pendientes més fuertes de las necesarias para su estabilidad, para un factor de segu- ridad predeterminado, o para estabilizar fe- némenos de rotura, en aquellos en que cons- tructivamente sea posible. Por lo tanto ha- bré que valorar diferentes pardmetros, ya sean de tipo constructivo 0 econémico para definir ta solucién ideal. Asi, se tiene el caso més claro, de una carretera condicionada por su trazado, en la cual la rotura de um talud debe ser solu- cionada de la forma mas segura, constructi- vamente hablando, sin perjuicio del coste econémico que ello suponga. A continuacién se analizan de forma so- Mera estos aspectos, teniendo una gran im- portancia en aquellas obras en que Ia so- lucién basada en medidas correctoras sea importante. 8.2.1. Aspectos constructivos La excavacién de grandes taludes lleva cconsigo el riesgo de una caida local en z0- nas en las que, por la dindmica de la cons- truccién, es imposible o muy dificil ¢l acce- so para su reparacién posterior.

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