EL ENTORNO COMO GENERADOR
ARQUITECTÓNICO
Desde hace algunos años vivimos en una
revolución de concientización ambiental
en todos los aspectos, el cual incluye la
construcción y diseño. A nosotros como
arquitectos se nos inculca el respeto por
el entorno tanto en materialidad como
en diseño, se nos enseña que la mejor
manera de intervenir es mimetizándose
con el entorno, formado parte de el y no
como una interrupción paisajista o un
elemento impuesto. “Los antiguos nos
enseñaron a interpretar el entorno
para poder intervenir en él, creando así
una arquitectura que integre, a través
de una sinergia armónica entre la
naturaleza y la arquitectura”.
Al leerlo podría sonar a una tarea fácil
pues la referencia que se necesita se nos
da en el entorno, sin embargo, para
algunas personas esto podría
complicarse demasiado y es que a través
de la historia arquitectónica uno de los
estilos más seguidos es el futurismo
acompañado de otros que son igual de
innovadores como el deconstructivismo
sin embargo estos no son símbolos de
“amistad” con el ambiente. Estos estilos
han influido mucho en el desarrollo de
los arquitectos desde hace unos 20
años, es por ello que cuando se piden
construcciones que dialoguen con el
ambiente, sobre todo en entornos
naturales, se hace difícil imaginar una
estructura que se compenetre.
Es necesario mencionar a nuestros
ancestros quienes no solo se
mimetizaron con su entorno, sino que lo
aprovecharon al máximo sin deformarlo
usando la materia que había en la zona.
Es así como vemos a los mochicas con la
impresionante Chan Chan, la ciudad de
barro más grande del mundo, esta es
ejemplo a un nivel urbano donde se
aprovechó el material disponible como
lo es el barro para los adobes, la imagen
que presentaba se asemejaba a que la
ciudad creció como parte del suelo.
Usaron también los cauces de las
quebradas para abastecerse de agua.
Este es un ejemplo a nivel macro de la
compenetración entre conocimiento y
respeto del lugar, el cual era
considerado sagrado y estratégico para
el desarrollo de ciudad.
Así como se trabajó el barro, la piedra es
otro material constructivo que fue
utilizado en el antiguo Perú y el más
adecuado para los fines que ellos tenían.
Un ejemplo claro es la La fortaleza
Kuélap creado por la cultura
Chachapoyas, que aparte del material,
fue ubicada estratégicamente en la cima
de una alta montaña de manera que
quede rodeado de farallones y
precipicios por tres de sus cuatro
costados construido en una zona que
proporciona una vista generosa por los
bellos paisajes que la rodean. Kuélap
tenia una función militar que se refleja
en la gran muralla que fue hecha de
piedra del mismo lugar, construida para
su protección y defensa.
Tomando como referencia a estas dos
culturas ciertamente diferentes con
organización diferente hasta cierto
punto, podemos ver claramente cómo a
pesar de ello ambas supieron adecuarse
a su entorno, desde sus viviendas hasta
sus ciudades. Chan Chan con un
amurallamiento en barro y Kuelap con
un amurallamiento en piedra, cabe
resaltar su posición en distintos pisos
ecológicos Chan Chan en un terreno más
llano y calurosos cercano al mar como lo
es la Chala y Kuelap en una zona
calurosa y tropical con muchas
pendientes montañosas, es así que en
sus correspondientes entornos nos
muestran que la defensa no estaba
exenta de sus construcciones, que el
adecuarse al ambiente no significaba
dejar de lado otros principios teológicos
o militares y enfocarse únicamente en
diseño estético y preocupado solo por el
material. Un diseño completo, que
consideraba el confort ambiental-
climático, la iluminación, una
zonificación clara y correspondientes a
sus actividades y credo.
Es a partir de estos dos ejemplos que
concluimos en que los saberes
ancestrales no son ajenos a las
necesidades actuales. Hoy se busca una
arquitectura amigable y
correspondiente con su entorno, que no
dañe sino integre, que su
monumentalidad y disposición no
opaque ni sea ajeno a su entorno. Todos
estos puntos, creados con teorías
actuales a partir de necesidades de la
época han sido resueltas
satisfactoriamente en el pasado, si bien
no eran conscientes de la repercusión
que sus saberes rústicos tendrían ellos
trabajaron intuitivamente dejándonos
un gran legado.