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1 como iniciar una conversacion

1. Aprende a tolerar el fracaso

Lo primero que tienes que tener claro es que por mucho que
leas, eso solo te ayudará a saber qué estrategias seguir para
afrontar esta faceta de tu vida social; es imposible aprender
este tipo de cosas sin haber pasado a la práctica. Y eso
significa que, necesariamente, tendremos que pasar por
situaciones algo incómodas para lograr un objetivo a medio y
largo plazo mucho más beneficioso que el ligero malestar que
produce salir de la zona de confort al principio.

No hay una receta mágica que solucione la cuestión de la


noche a la mañana sin haberle dedicado esfuerzo. La clave es
saber hacer que ese esfuerzo sea productivo.

2. No seas perfeccionista con el momento

Casi cualquier sitio es bueno para iniciar una conversación,


siempre que la otra persona no tenga prisa. A veces, el hecho
de detenerse a analizar si el contexto es propicio para
abordar a alguien e iniciar un diálogo no es más que una
excusa (enmascarada bajo la racionalidad) para dejar pasar
esas oportunidades.

3. Al principio, opta por preguntas


Cuando empieces a practicar la manera de empezar
conversaciones, el hecho de que probablemente sentirás
nervios y una cierta ansiedad limitará tu rango de acción.
Por eso, es bueno reconocer este pequeño obstáculo y actuar
en consecuencia. Y una manera de hacerlo es hacer que el
momento de empezar un diálogo sea breve para uno mismo,
y más largo para la otra persona. Es decir: lo que haremos
será pasarle la responsabilidad del diálogo al otro, mediante
una pregunta que deba responder ese interlocutor.

Ahora bien, para que esto funcione, esa pregunta debe dar
paso a una respuesta que no sea corta y que tenga una
relativa complejidad. De este modo, evitaremos que lo que
obtengamos de vuelta sea una simple frase de pocas palabras,
y aparezca un silencio incómodo. El objetivo es que la
respuesta del otro nos permita opinar sobre lo que se ha dicho,
y hacer que el diálogo derive hacia otra cosa. Una vez se ha
hecho esto, es más fácil sentirse cómodo con la situación.

4. Empieza por lo fácil

Esta es una de las recomendaciones clásicas de la psicología, y


realmente funciona. Si abordamos objetivos muy ambiciosos
al principio, lo más probable es que nos frustremos y
terminemos por tirar la toalla. Hay que auto-educarse a ver
que iniciar una conversación no desencadena consecuencias
indeseadas, y para eso es bueno empezar con gente ante la
que no nos sentimos vulnerables, a pesar de ser personas
relativamente desconocidas.

Poco a poco, debemos ir subiendo el nivel de dificultad,


saliendo cada vez más de la zona de confort.

5. Aprende a escuchar

Paradójicamente, lo que causa incomodidad a la hora de


iniciar una conversación con alguien que nos impone respeto
no es el hecho de empezar a hablar, sino lo que puede suceder
justo después, cuando nos toque volver a actuar a nosotros
tras haber visto la reacción del otro. Por eso, es muy
importante aprender a escuchar.

Si escuchamos lo que la otra persona dice, distanciándonos de


la situación y concentrando nuestra atención en el contenido
de su mensaje, es muy fácil que de manera espontánea nos
surjan reflexiones, interrogantes o apreciaciones que puede
ser interesante poner en común.

Teniendo en cuenta que al estar entrenando habilidades


sociales básicas nuestro rol no puede ser muy saliente, es
bueno adoptar el papel de alguien que sabe escuchar: a todo el
mundo le gusta sentir que hay alguien que presta atención a
lo que se dice.
Por eso, es importante aprender a adoptar las competencias
de escucha activa que faciliten esto: mantener el contacto
visual (dirigir la mirada en dirección a la cara de la otra
persona es suficiente, si lo hacemos y no le prestamos más
atención a ese aspecto, lo conseguiremos de manera
espontánea sin que nos demos cuenta y sin obsesionarse con el
tema), asentir, hacer comentarios cortos, erc.

6. Dar la respuesta centrada en el mensaje

En este punto, debemos limitarnos a responder acerca de lo


que la otra persona ha dicho, aunque ya podemos introducir
otras ideas relacionadas, o incluso experiencias personales.
Dado que la conversación ya ha sido iniciada, ya puede
derivar hacia prácticamente cualquier dirección, siempre que
todo parta de la intervención de la otra persona.

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