En el segundo gobierno de Alan García Pérez (2006-2011) se desarrolló gran

conflicto social en la amazonia peruana. En esta gestión el jefe estado tuvo varios
momentos de tensión y consecuencia de ello pérdidas irreparables de vidas
humanas, no tanto por el parte socioeconómico que atravesó el nuestro país en
aquel periodo de su gobierno, por las malas decisiones políticas tomadas por
parte del poder ejecutivo y legislativo, donde existió un estado inconexo porque
se demostró que no tomo decisiones adecuadas, porque no se identificó bien las
preferencias públicas en el caso de las comunidades indígenas de nuestra
amazonia peruana.
Los directores Heidi Brandenburg y Mathew Orzel mediante el documental El
choque de dos mundos muestran de manera objetiva la reconstrucción del
conflicto social en nuestra amazonia conocido como “Baguazo”; fue una serie de
protestas y enfrentamientos de los integrantes de las comunidades indígenas de
nuestra amazonía peruana con la policía a fin de reclamar la derogación de
varios decretos legislativos que permitían la concesión de sus territorios. Donde
la narración de la pelicula tiene como punto de referencia los testimonios y
reflexiones del dirigente amazónico Alberto Pizango, no podríamos decir que sus
intervenciones son motivos para pensar en una posición que cierre filas en torno
a los nativos. Dicho líder mantuvo enumeradas reuniones con el gobierno para
proponer la derogación de dichos decretos, pero no se logró ninguna
negociación.

El resultado de este conflicto social entre las fuerzas del orden y los nativos fue
de 33 muertos (12 agentes y 21 amazónicos). Sin duda, el 5 de junio del 2009
representó uno de los peores días de la historia que nuestro país presencio.
Asimismo, en este filme nos muestra las actitudes déspotas del presidente
García y la incapacidad de sus ministros en no conciliar en las conversaciones
con los representantes de las comunidades indígenas. Todo está registrado en
los archivos periodísticos que recoge el documental El choque de dos mundos.
En esta película, no explora profundamente el tema de la cosmovisión
amazónica para entender mejor el significado espiritual del valor de la tierra, los
directores se apoyan en una cantidad considerable de escenas donde se puede
apreciar las consecuencias de la tala forestal y los derrames petroleros, así
conocemos la preocupación que tienen los nativos y el sentido de la naturaleza
heredados de sus ancestros, que cuidan celosamente y son para ellos el único
sustento y supervivencia para su descendencia.
El inicio de la filmación va transformándose cuando la historia se centra en los
hechos violentos y las opiniones de políticos, nativos, policías, ambientalistas y
familiares de todas las partes involucradas. En otro para del documental nos
muestra que de la calma se pasa a la tormenta donde aparecen escenas de las
protestas y enfrentamientos entre los integrantes de las comunidades y el
personal policial, incluyendo desmanes en comisarías y la toma de la estación 6
de la empresa nacional Petroperu, donde toman de rehenes a los policías
causándoles la muerte y desaparición de un policía.
El documental choque de dos mundos permite un punto de vista coherente
acerca del dolor humano sin pretensión política alguna. Este trabajo también es
oportuno para entender al Perú más allá de Lima y sus bastiones centralistas.,
donde muestra la otra parte de nuestro país donde el gobierno no considera en
sus decisiones y perjudican a miles de peruanos.
Robert Flaherty, director y productor del primer documental de la historia del cine,
manisto que la finalidad del documental consiste en representar la vida bajo la
forma en que se vive. “Una producción de esta clase no sólo presentaría un gran
interés por su nota de autenticidad, sino que además tendría un valor incalculable
a efectos de la mutua comprensión de los pueblos”. El choque de dos
mundos sirve para acercar al espectador. Sin embargo, lo más importante, es
que ayuda a comprender al hombre, ruin, vulnerado y decidido.
El cinismo y la soberbia son los atributos que mejor le quedan a los gobernantes
con ínfulas megalómanas. La miopía social que los caracteriza no les hace ver
más allá del beneficio propio. El respeto por sus semejantes está en función a la
condescendencia con la que perciben a los demás.