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Abanico
Un abanico es un instrumento y un complemento de moda ideado para que
con un juego de muñeca rítmico y variable se pueda mover aire y facilitar la
refrigeración cuando se está en un ambiente caluroso. Se considera originario
de Oriente y su fabricación es delicada, en especial cuando presenta diseños
artísticos y materiales de calidad. Con antecedentes en el flabelo egipcio, su
estructura evolucionó del tipo fijo circular al modelo plegable.
Índice
Morfología y tipos
Abanicos fijos
Abanicos plegables Un abanico japonés plegado y otro
Elaboración abierto.
Estilos
Leyendas orientales
Historia "...hay tantas maneras de
mover un abanico que
Abanicos chinos y japoneses
puede distinguirse a primera
Abanicos españoles vista una princesa de una
Valencia y Colomina condesa, y una marquesa
de una plebeya. Es más,
Lenguaje y códigos
una dama sin abanico es
Simbolismo como un caballero sin
Instrumento de seducción
espada."
—Madame de Staël
Iconografía
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Morfología y tipos
Una descripción elemental distinguiría dos partes: el cuerpo o "país" del abanico que sirve para mover el aire, y el mango
que permite manejar el instrumento. Por características de fabricación pueden distinguirse dos tipos básicos, el abanico
fijo o rígido y el abanico plegable. Además de estos dos tipos básicos hay que mencionar el abano o «punkah», precursor
del ventilador de techo.3
https://es.wikipedia.org/wiki/Abanico 1/8
19/11/2019 Abanico - Wikipedia, la enciclopedia libre
Abanicos fijos
Modelos planos, y por lo general sujetos por un mango de variables dimensiones. Algunos son
simétricos y tienen una lámina redonda fijada a un extremo. Otros tienen una lámina rectangular de
cartón, fijada por uno de los lados a una varilla que le hace de mango. Se fabrican con diversos tipos
de materiales, como cartón, hojas de palmera, tela o plumas. Un ejemplo típico es el «uchiwa»
japonés.4
Abanicos plegables
Semicirculares: construidos con una serie de varillas planas iguales, de madera, marfil o material Uchiwa
sintético sujetas en su base con un clavito. Las varillas se encuentran unidas en el otro extremo (el
superior y más ancho al desplegarse) por una banda ancha de tela o papel, a menudo decorada. Se
despliega en forma semicircular.
Redondos: con una superficie en forma de corona circular montada sobre láminas delgadas de madera, de marfil, etc.,
móviles alrededor de un pivote situado en el centro de la figura, lo que permite desplegarlo y plegarlo.nota 2
Elaboración
La fabricación de un abanico requiere la colaboración de varias categorías artísticas: un pintor para decorar o ilustrar el
"país", un escultor (marfil, hueso, concha, nácar) o grabador (maderas) para taladrar el varillaje y, en los modelos más
lujosos, un orfebre (metales).5 Junto a ellos, trabajan artesanos encargados del corte preciso de las varillas, el plegado y
pegado de las telas o vitelas. La independencia de estos procesos de elaboración permite que sean realizados en distintos
talleres especializados (como ocurre en muchos casos de la industria valenciana del abanico, en la que a veces los distintos
talleres pueden estar en localidades diferentes y aun distantes entre sí).6 El orden de fabricación suele ser el siguiente:
La mecanización de los obradores ha facilitado la producción, antes delicadísima de los abanicos de marfil, no así los
ejemplares fabricados en nácar, cuyo calado ha de ser realizado totalmente de modo manual, pues no admite proceso de
fabricación mecánica.
Estilos
Se tiene constancia de que antes de aparecer el abanico plegable ya se elaboraban ejemplares hechos de encaje y plumas. Y
por lo que respecta al tipo tradicional de abanico de varillas desplegables, se pueden distinguir sucesivos estilos con el paso
del tiempo. Así, en los siglos XVI y XVII, en España, el abanico, de madera o marfil, con "país" de tela o cabritilla bordada,
solía ser de "vuelo corto" (13 varillas), como el que muestra en sus retratos de corte Isabel, primera esposa de Felipe IV,
o La dama del abanico, pintada por Velázquez.8
En el siglo XVIII, dejando de ser un complemento exclusivo de las clases altas, se popularizó el abanico de madera de vuelo
corto y país reducido, como el que muestra la joven con la mantilla blanca en un pastel de Lorenzo Tiepolo.9 10 En la
primera mitad del siglo XIX, se ponen de moda los pequeños ejemplares de la época Imperio, que con el Romanticismose
estilarán de mayores dimensiones y con filigrana de calado, dorado y decoración, precedentes del pericón. En ambas
épocas se impone la novedad del papel impreso con grabado.8 De manera paralela, a finales de aquel siglo se hace
frecuente el uso de gasa pintada y encaje en la fabricación de grandes ejemplares, sin llegar al referido "pericón".
Se ha constatado que antes del siglo XX, pintores famosos que habitualmente participaron en la decoración de los abanicos
se resistían a firmar sus obras y sólo lo hacían cuando eran regalos para damas de alcurnia, ofrecidos por el propio pintor.
A partir del siglo XX, es normal que se firme cuando se ha pintado a mano.11
Leyendas orientales
Dos leyendas sitúan el origen o la invención del abanico en el Lejano oriente. Una de ellas cuenta que, durante la festividad
de las antorchas, la bella Kau-Si, hija de un mandarín, sofocada por el calor se quitó el antifaz que preservaba su
intimidad, y con gesto nervioso y energía singular lo agitó ante su nariz llegando a formar una cortina que, además de
lograr que su rostro siguiera invisible para los curiosos -por estar prohibida su visión a los hombres-, refrescó el aire que la
circundaba; el gesto atrevido, pero inteligente, fue imitado por el resto de las damas que la acompañaban, para general
alivio.12
La otra leyenda llega de Japón y hace referencia más técnica al origen del abanico plegable. Ocurrió una noche calurosa en
el hogar de un humilde artesano de abanicos, cuando un murciélago que entró por la ventana abierta fue a estrellarse
contra la llama de un candil cuando el hombre lo trataba de espantar acuciado por su asustada mujer. Al día siguiente, la
curiosidad del artesano le llevó a imitar las membranas plegables de las alas del murciélago en la elaboración de un
abanico. Sea cierto o no tal origen, los más antiguos abanicos plegables japoneses se llaman «komori», en japonés
"murciélago".4
Historia
La umbela o quitasol y el flabellum, gran abanico fijo de largo mango, se consideran precedentes en Egipto –al menos
desde la dinastía XIX– y en Asia del modesto y funcional abanico plegable y sus variantes occidentales. Ya en la tumba
de Tutankamón se depositaron, como parte del ajuar del faraón, dos abanicos con mango de metales preciosos. Asimismo
aparecen en los templos de Medinet-About y en las tumbas de Beni-Hassan, decorando algunas pinturas
y bajorrelieves grandes abanicos de plumas de avestruz, semicirculares o triangulares, usados al parecer para ahuyentar
https://es.wikipedia.org/wiki/Abanico 3/8
19/11/2019 Abanico - Wikipedia, la enciclopedia libre
Abanicos españoles
La más antigua referencia documental en España aparece en la Crónica de Pedro IV de Aragón, donde entre los varios
servidores del rey se cita "el que llevaba el abanico". También se mencionan "dos «ventall» de raso" en el inventario de
bienes del príncipe de Viana; y en contextos relacionados con la liturgiaeclesiástica aparecen con frecuencia los
«flabellum». Todas son referencias de finales del siglo XV, anteriores al comercio de la Península Ibérica con Oriente, que
fue la vía por la que llegaron a Europa los abanicos plegables.13
https://es.wikipedia.org/wiki/Abanico 4/8
19/11/2019 Abanico - Wikipedia, la enciclopedia libre
Anota Eugenio Larruga que, bajo la protección del conde de Floridablanca, se instaló en España Eugenio Prost, artesano
francés que, ayudado por su esposa, puso la calidad española a la altura del resto del continente.15 16 Casi a punto de
concluir el siglo XVIII, se oficializó el gremio de abaniqueros fundándose en Valencia la Real Fábrica de Abanicos.17
Valencia y Colomina
La calidad de la producción valenciana hizo que floreciera definitivamente en España la industria del abanico; de ese
periodo son famosos los talleres de Baltasar Talamantes, Puchol, Mateu y Chafarandes. Estos tres últimos tuvieron que
acudir a Fernando VII cuando en 1825 se instalaron en Valencia dos fabricantes franceses, Coustelier y Simonet, este
último importador de los abanicos de la casa francesa Colambert. La competencia inspiró a algunos artesanos como el
alicantino José Colomina Arquer (1809-1875),18 cuya fábrica supuso para la ciudad de Valencia un sello de calidad y
prosperidad, admirada por Amadeo I de España en su visita a la capital del Turia.6 19 Colomina impuso diversos estilos
todos ellos con el apellido de la monarquía española, así el estilo cristino en el periodo de la regencia de María Cristina de
Borbón (1833-1844), al que siguió el isabelino con Isabel II de España (1844-1868), el pericón contemporáneo de
la regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1895) y el estilo alfonsino con Alfonso XIII (1902-1931). En ellos se
desplegaba temas mitológicos, de género, galantes, bucólico-pastoriles, históricos, religiosos, "revival" e incluso
infantiles.20
Talleres importantes a finales del siglo XIX e inicios del XX son los de Francisco Martí, José Tior, Juan Bautista
Montaignal, Pedro Chara o José Herans (súbdito belga establecido en Valencia).nota 3
Lenguaje y códigos
En un principio su uso era común para ambos sexos, llevando los hombres pequeños ejemplares en el bolsillo,6 y las
mujeres unos de mayor tamaño como el "abanico de pericón".nota 4 21 Su utilización se hizo progresivamente exclusiva de
las damas, llegando a desarrollar un complicado código o "lenguaje del abanico" (según la posición en la que se situaba, o la
forma de sostenerlo o usarlo, se estaba transmitiendo un tipo de mensaje u otro).
https://es.wikipedia.org/wiki/Abanico 5/8
19/11/2019 Abanico - Wikipedia, la enciclopedia libre
Así, por ejemplo, abanicarse rápidamente mirándote a los ojos se traducía como
“te amo con locura”, pero si se hacía lentamente, el mensaje era muy distinto:
“estoy casada y me eres indiferente”. Abrir el abanico y mostrarlo equivalía a
un: “puedes esperarme”. Sujetarlo con las dos manos aconsejaba un cruel “es
mejor que me olvides”. Si una mujer dejaba caer su abanico delante de un
hombre, el mensaje era apasionado "te pertenezco". Si lo apoyaba abierto sobre
el pecho a la altura del corazón: “te amo”. Si se cubría la cara con el abanico
abierto: “Sígueme cuando me vaya”. Si lo apoyaba en la mejilla derecha
equivalía a un “sí”, pero si lo apoyaba sobre la izquierda era un “no” rotundo y
cruel.22
Simbolismo
Atributo de rango en Asia y África, como símbolo relacionado con el elemento
Dama con velo vestida ‘a la
aire, el viento, lo aéreo y lo celeste. boloñesa’ (1768), por Alexander
Roslin. La modelo fue Susana
Asociado a la liberación de la forma en el taoísmo, Chung-li Chuan (el primero
Giroust, esposa francesa del pintor
de los ocho inmortales chinos) lo usaba para avivar el espíritu de los sueco. Museo Nacional de
muertos;23 considerado como su emblema, suele tener perfil acorazonado y Estocolmo.
adornarse con plumas.a 24
En Occidente, como objeto pequeño y plegable, es símbolo de la imaginación y el cambio que representan las fases de la
Luna; desarrolla así el simbolismo selénico y los atributos de las esferas de la imaginación y lo mudable comunes a lo
femenino. Cirlot explica esa trasmutación fenoménica lunar como "alegorismo erótico": "no ser, aparecer, crecer, ser
plenamente, disminuir"... El juego de un abanico. Retomando lo dicho por Revilla, añade Cirlot: «Los abanicos de este tipo
suelen tener perfil de corazón, a veces están adornados con plumas, que refuerzan su integración en el simbolismo general
aéreo y lo celeste y son atributos de rango en diversos pueblos de Asia y África. Todavía los usa con este sentido cósmico
el romano pontífice.»25
Por su parte, el surrealista germano-francés Max Ernst, lo usa en uno de sus cuadros como elemento fantasmagórico,
recuperando el sentido heraclitiano del "todo pasa".25
Instrumento de seducción
La historia de la pintura universal, desde el grabado japonés a los impresionistas, ha dejado una variada colección de
ejemplos pictóricos que recogen y amenizan la estética del abanico como arma de seducción femenina.26
https://es.wikipedia.org/wiki/Abanico 6/8
19/11/2019 Abanico - Wikipedia, la enciclopedia libre
Iconografía
Utensilio desplazado por la tecnología del aire acondicionado, el abanico, atributo de Vishnú,26 emblema de la realeza en
las más antiguas civilizaciones e icono del eterno femenino desde el siglo XVII en Occidente, descansa desde hace ya
tiempo entre los objetos de museo del arte suntuario como un tesoro arqueológico más.
Véase también
Abanico de guerra
Abanico de pericón
Buchaechum
Harisen
Real Fábrica de Abanicos
Tessenjutsu
Notas
1. Términos relacionados con el abanico son sus sinónimos "ventalle" y "abano", y sus hipónimos "flabelo", "paipái" y
"pericón".
2. Con subtipos como el cabriolet francés, el abanico telescópico, el "parasol", el de globo, etc.
3. Algunas investigadoras relacionan a José Herans con Josep Erans y Nicolau, propietario de la primera Real Fábrica
de Abanicos valenciana.
4. Usado como arma de defensa lo presenta Federico García Lorca, en su obra para títeres de cachiporra Tragicomedia
de Don Cristóbal y la Señá Rosita estrenada en 1937.
5. Una síntesis de Cecilia de Cadore ("Violante"), amante del pintor veneciano e Isabella Brant, primera esposa de Peter
Paul Rubens.
a. El profesor Federico Revilla anota en su Diccionario de Iconografía, en relación al abanico como «emblema de la
realeza», que su uso «ha sobrevivido hasta hace pocos años [con] la presencia de los flabelli en las ceremonias
pontificias, escoltando al Papa.»
Referencias
2. PÉREZ GONZÁLEZ, José Alfonso. «Los abanicos de
1. Aldaia» (en inglés). Consultado el 3 de abril de 2015.
El Diccionario de la Real Academia Española tiene
una definición para abanico. 3. . «Definición de «punkah» WordReference.com» (en
inglés). Consultado el 3 de abril de 2015.
https://es.wikipedia.org/wiki/Abanico 7/8
19/11/2019 Abanico - Wikipedia, la enciclopedia libre
Bibliografía
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BONET CORREA, Antonio; RUIZ ALCÓN, María Teresa (1987). Historia de las artes aplicadas e industriales en España.
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LARRUGA, Eugenio (1789). Memorias políticas y económicas sobre los frutos, comercio... 5. Madrid. pp. 25-28.
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TCHERVIAKOV, Alexander F. (2014). Abanicos. Parkstone International. ISBN 9781783102037. Consultado el 2 de abril de
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VÍLLORA, Pedro Manuel (2007). El Teatro frívolo. Madrid: Fundamentos. ISBN 9788424511067. «...mantilla, la peineta, las
faldas, la media, el abanico, el mantón, la bata de cola...»
ZEAMI (1999). Fūshikaden. Tratado sobre la práctica del teatro Nō y cuatro dramas Nō. edición y Traducción de Javier
Rubiera y Hidehito Higashitani. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 9788481642582.
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