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Editorial
Cristo presente en la Palabra (José Antonio Goñi) ........ 235
Artículos
Juan M. Díaz Rodelas
La versión oficial de la Sagrada Escritura de la Confe-
rencia Episcopal Española: criterios aplicados ............... 243
Jordi Latorre Castillo
Instrucción pastoral «La Sagrada Escritura en la vida
de la Iglesia». Un comentario ............................................ 255
Ramón Clavería
Presencia de Cristo en la Palabra ...................................... 269
Ramiro González Cougil
La Biblia y la piedad popular. Contribución y enrique-
cimiento mutuo .................................................................. 291
Puntos de vista
La traducción del «pro multis» (Albert Vanhoye) ......... 311
Sobre la Biblia de la Conferencia Episcopal Española
(Joaquim Gomis) ................................................................ 318
Libros
Normand BONNEAU, Le lectionnaire Dominical. Parole
ritualisée, modèle pascal (F. Xavier Aróztegui); Carmen
ÁLVAREZ, Teología del cuerpo y Eucaristía (Félix María
Arocena); Mariosvaldo FLORENTINO, La penitenza pubbli-
ca nel Gelasiano antico. Uno studio a partire dai suoi segni
visibili (Félix María Arocena) ......................................... 323
Actas de Congresos o Jornadas de Liturgia recientemente
publicadas ...................................................................... 328
Bibliografía reciente en italiano ...................................... 337
Editorial
Por otra parte, como hiciera el pueblo judío con la Sagrada Escri-
tura, el modo de tocar y de guardar el Libro de los Evangelios
manifiesta cómo veían no un papel escrito, sino una epifanía
divina. A este respecto, san Juan Crisóstomo (†407) nos dice que
nadie podía tocar este libro sagrado sin antes haberse lavado las
manos (cf. Homilía sobre las estatuas 7, 9: PG 49, 96). Y Rábano Mauro
(†856) informa en la inscripción que puso sobre el estuche de los
evangelios que lo construyó para que el libro fuera llevado de una
manera digna cuando el diácono tuviera que leerlo (cf. Monumenta
Germaniae Historica. Poetae medii aevi 2, 226).
Igualmente la liturgia muestra un gran respeto a la Sagrada Escri-
tura, siendo la presencia de Cristo que habla a su pueblo. De tal
modo que la celebración de la Eucaristía y del resto de sacramen-
tos está formada por dos partes principales: liturgia de la Palabra
y liturgia del sacramento. Concretamente en la Eucaristía, son
denominadas por la Ordenación General del Misal Romano mesa de
la Palabra y mesa del cuerpo de Cristo (cf. núm. 28). Ambas partes
están situadas al mismo nivel ya que Cristo está presente tanto en la
liturgia de la Palabra como en la liturgia eucarística: en la primera
es Cristo quien anuncia su buena nueva cuando se proclama el
evangelio y en la segunda Cristo nos ofrece su cuerpo y su sangre
como alimento en el pan y en el vino (cf. SC 7). Por ello hay entre
estas partes esenciales que forman la misa paralelismos rituales:
– Tanto la liturgia de la Palabra como la liturgia eucarística, se desa-
rrollan en un lugar específico: la primera en el ambón y la segunda
en el altar.
– El altar donde se celebra la liturgia eucarística está adornado con
velas y también la proclamación del evangelio se acompaña con
velas.
– Las flores ornamentan el altar y el ambón.
– Un paño cubre el ambón y un mantel el altar.
– El Evangeliario es incensado y también se inciensa el altar y las
especies consagradas durante el relato de la institución.
– El saludo litúrgico («El Señor esté con vosotros») precede a la pro-
clamación del evangelio y también inicia la plegaria eucarística,
anunciando en ambos momentos que Cristo se va a hacer presente
en la celebración.
– El sacerdote pide a Dios ser purificado antes de proclamar el
Editorial 239
4. Incidencia en la Liturgia
4.1 Criterio general
Evidentemente, esta nueva versión de la Biblia promovida y apro-
bada por la Conferencia Episcopal Española tiene una clara voca-
ción eclesial; es decir, el objetivo fundamental de la misma es que
«escuchado en las celebraciones litúrgicas, meditado en la oración
personal y familiar, asimilado en la catequesis y en la enseñanza
escolar de la religión católica, y estudiado por las ciencias eclesiás-
ticas» el texto ofrecido ayude «a todos a conocer mejor y amar con
toda el alma a Jesucristo y a ser sus testigos en el mundo».10
Con todo, estas mismas palabras muestran igualmente que la ver-
sión tiene una incidencia directa en la liturgia. De hecho, además
de los criterios técnicos, científicos y teológicos que han presidido
el trabajo que ha conducido a la misma, se han tenido muy en
cuenta las directrices generales para las traducciones de los libros
litúrgicos ofrecidas por la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos y, en especial, las contenidas en la
Quinta Instrucción para la recta aplicación de la Constitución sobre la
sagrada liturgia del Concilio Vaticano II, Liturgiam authenticam. «Sobre
el uso de las lenguas vernáculas en la publicación de los libros de
la liturgia romana».
En relación con los textos bíblicos, en esta última instrucción se
establece:
1) La Neo-Vulgata, que es la actual versión oficial de la Biblia latina,
debe ser utilizada como referencia en la preparación de las traduc-
ciones bíblicas, para uso en la liturgia.
Y, más concreta y ampliamente,
«por los muchos» (hyper/peri pollon), mientras que Lucas dice «por
vosotros» (hyper hymon).20 La liturgia eucarística ha combinado
las dos expresiones y ha traducido «por vosotros y por todos los
hombres»; ofreciendo, como se sabe, una interpretación inclusiva
del «por muchos» de Marcos y Mateo. En la misma línea se sitúa
la traducción al uso en los textos correspondientes de estos dos
evangelistas, donde se lee «derramada por todos». Ahora bien,
admitiendo la verdad de esta interpretación, que, sin embargo,
algunos discuten,21 parece más adecuado traducir la expresión
griega por su correspondiente exacto en español y, en todo caso,
explicar en nota el significado de la afirmación de Jesús sobre el
valor de su muerte. Eso ha hecho la versión oficial de la Conferencia
Episcopal Española, que traduce tanto en Mateo como en Marcos
«que es derramada por muchos», y que, tanto en uno como en otro
caso, incluye después de muchos el típico asterisco que remite a la
nota. También en este caso, tocará a quienes tengan que elaborar
los textos litúrgicos decidir si este cambio en la traducción afectará
a la que se ofrezca del «pro multis» latino.
Juan Miguel Díaz Rodelas
Doctor en Sagrada Escritura, es profesor y decano de la Facultad de Teo-
logía San Vicente Ferrer (Valencia) y miembro de la Pontificia Comi-
sión Bíblica; ha sido, además, el secretario de la comisión técnica para
la traducción de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española.
20 Como es sabido, Pablo refiere el «por vosotros» sólo en las palabras sobre
el pan (1 Cor 11,24).
21 Así, por ejemplo, el exegeta protestante U. Luz afirma: «Detrás del polloi
numerosos exegetas ven ya una alusión a Isaías 53,11s…, y tienden luego
a interpretar polloi en el sentido de “la totalidad”. A mí me parece la
referencia a Isaías 53… muy problemática. Por eso hay que interpretar
polloi primariamente desde el contexto inmediato… Parece así que el
sentido de peri/hyper pollon (Mt/Mc) no es básicamente distinto del de
hyper hymon (Lc/Pablo)». U. Luz, El Evangelio según S. Mateo (Mt 26-28)
4, Salamanca: Sígueme 2005. Como se trata éste es un tema al que el papa
actual ha prestado especial atención, quién, en el segundo volumen de
su libro Jesús de Nazaret, se inclina por el eco de Is 53,12 en la versión de
Mt/Mc y por la interpretación de «por muchos» en un sentido universal:
J. Ratzinger-Benedicto XVI, Jesús de Nazaret 2, Madrid: Encuentro 2011,
152. 160-165. Otra cosa es cómo se deba traducir el texto.
Phase 303 (2011) 255-268
4 Cf. http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_
20070427_lineamenta-xii-assembly _sp.html. A partir de ahora citado como
Lineamenta.
5 Cf. http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_
20080511_instrlabor-xii-assembly_sp.html. A partir de ahora citado como
Instrumentum laboris.
6 Cf. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/apost_exhortations/docu-
ments/hf_ben-xvi_exh_20100930_verbum-domini_sp.html. A partir de ahora
citada como VD.
7 Cf. Sal 119,105; 1Tim 6,16; Gal 4,4; Mt 28,19; 1Tim 2,4; Flp 3,8; Heb 1,1-3
aparece citado en la nota 21.
8 Cf. DV 2 (2 veces), 3, 7, 8, 9, 11, 12 (x 3), 21 (x 2), 22, 24 (x 3), 25 (x 4).
9 Cf. SC 24, 36, 51 (x 2), 54.
Instrucción pastoral la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia 257
10 Cf. OT 4 y 8; PC 6.
11 Cf. CEC 65 (x 2), 78, 79, 97, 102, 105-108, 108, 133 (x 2), 134, 140, y 2653;
CCEC 12, 18, 19, 23.
12 Cf. Misal Romano: Plegaria eucarística IV y prefacio I de Navidad; Orde-
nación General al Misal Romano. Tercera edición típica, del año 2000: citado
los núms. 55, 56, y 59; Introducción al Leccionario de la Misa, del año 1983:
citado el núm. 3; textos de Juan Pablo II (x 4, entre ellos la Constitución
apostólica Scripturarum thesaurus, del año 1979: citada entera, Exhorta-
ción apostólica postsinodal Catechesi Tradendae, del año 1979: citada el
núm. 27; Exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Europa, del año
2003: citada el núm. 52); textos de Benedicto XVI (x 5); Congregación
para el Culto Divino, Instrucción Liturgia authenticam del año 2001:
citada el núm. 36; Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de
la Biblia en la Iglesia, del año 1993: citada toda la parte IV cuyo título es
Interpretación de la Biblia en la vida de la Iglesia; Conferencia Episcopal
Española, Instrucción pastoral Teología y secularización en España, del
año 2006: citada entera.
13 Por orden: san Juan de la Cruz (cf. CEC 65), san Bernardo (cf. CEC 108),
san Justino, Hugo de San Víctor (cf. CEC 134), san Agustín de Hipona,
san Gregorio Magno (x 2), san Jerónimo (cf. DV 25, CEC 133).
258 Jordi Latorre
1. Descripción de la Instrucción
La Instrucción se presenta dividida en seis partes, con un total de 14
párrafos, cuyo texto resumimos y comentamos a continuación.
2. Comentario
De entrada, la presente Instrucción expresa el origen divino de
la revelación, en la que Dios constituye su mismo contenido, y la
presentación de Cristo como culmen y mediador de la revelación,
así como la Iglesia es su destinataria y depositaria. Señala, además,
la unidad de contenido entre Escritura y tradición; ambas trans-
miten la única palabra de Dios.
Adolece, sin embargo, la Instrucción de presentar la revelación
como una auténtica relación personal entre Dios que se revela, y
el hombre que la acoge, creando así una profunda comunión entre
uno y otro,14 lo que permitiría comprender mejor que el punto
de llegada de la revelación consiste en la participación de la vida
divina. Tampoco menciona que Dios se revela a sí mismo en las
realidades visibles del cosmos y de la historia,15 con ello, indirec-
tamente, circunscribe la revelación a la comunicación espiritual
con el hombre y el pueblo.
Los Lineamenta del XII Sínodo de Obispos sobre la palabra de Dios
en la vida y en la misión de la Iglesia dedicaban amplio espacio a
mostrar cómo la persona humana tiene necesidad de revelación
divina,16 y así la palabra de Dios viene a responder a un deseo y
una capacidad del hombre; de este modo la acción de Dios no se
sobrepone a la realidad humana, sino que sale a su encuentro y la
satisface. Con su silencio al respecto, la Instrucción no se muestra
tan sensible al dinamismo encarnatorio de Dios que afecta tam-
bién a su palabra reveladora, en cuanto Dios aporta aquello que
el hombre necesita.
3. Valoración
La Instrucción pastoral del episcopado español sobre la Sagrada
Escritura (2008) parte de la Constitución dogmática Dei Verbum del
Concilio Vaticano II (1965), recogida también en el Catecismo de la
Iglesia católica (1992). No contiene ninguna novedad remarcable
respecto a dichos documentos, salvo algún desarrollo explicativo
al contenido de dichos documentos anteriores. Desarrolla, pues,
una buena síntesis general de la visión que de la Sagrada Escritura
desarrolla el Concilio y recogida igualmente en el Catecismo, tal
como muestran las abundantes notas del texto.
Aunque entre ambos textos no hubo ninguna intervención remar-
cable del magisterio sobre la Sagrada Escritura, la situación cambió
al año siguiente de la publicación del Catecismo, cuando la Pontificia
Comisión Bíblica publicó su nota sobre interpretación de la Biblia
en la Iglesia (1993), donde se expone y clarifica lo que el Concilio
expresó de forma sintética en la DV 12. Igualmente, los Lineamenta
previos a la XII Asamblea General del Sínodo de los Obispos
(2007), en su primera parte hace una relectura clarificativa de los
párrafos de la Dei Verbum referentes a la revelación, a la tradición,
a la Escritura, y a su inspiración y hermenéutica; todos ellos temas
afrontados en la Instrucción pastoral de los obispos españoles. En
ambos textos no se exponen novedades doctrinales respecto a los
documentos anteriores, pero sí se introducen explicaciones y mati-
ces que la Instrucción podría haber aprovechado en su exposición.
Es cierto, con todo, que los Lineamenta no son un texto definitivo ni
aprobado para ser citado como autoridad en una Instrucción, pero
ello no obsta para no haber incorporado alguna de sus posturas más
señaladas, que, además, están redactadas en una clara perspectiva
pastoral, la misma que pretende la Instrucción.
268 Jordi Latorre
sociata [cf. Pius XII, Mediator Dei: AAS 39 (1947) 573] «in qua divina
praesentia sua volventibus saeculis perennat» (Ibíd., p. 527).
Adest «enim ipse» in Ecclesiae «augusto altaris sacrificio» (Ibíd., p. 528)
«idem nunc offerens sacerdotum ministerio qui seipsum tunc in cruce obtu-
lit» (Conc. Tridentinum, Sessio XX, c. 2), et simul cum seipso offerens
Ecclesiam eamque sibi iungens in sacerdotio sociam. «Adest in sacramentis
virtute sua, Quam in eadem transfundit, tupote effiiendae sanctitatis ins-
trumenta… Adest denique in Deo admotis laudibus et supplicantionibus»
[Pius XII, Mediator Dei: AAS 39 (1947) 573], in «quibus universam
hominum communitatem» et quodammodo universam creaturam «ipse sibi
coagmentat, eandemque in divino hoc concinendo laudis carmine secum
consociat» (Ibíd., p. 573).16
20 Ibíd., 104.
21 C. Braga, «La terza redazione del primo capitolo della Sacrosanctum
Concilium», Ephemerides Liturgicae 115 (2001) 37.
22 Braga, «La terza redazione», 49.
23 Cf. Concilio Vaticano II, Acta et documenta Concilio Oecumenico Vaticano
II apparando. Series II (Praeparatoria). Vol. III. Pars II, In Civitate Vaticana:
Typis Polyglottis Vaticanis 1969, 9-68.
278 Ramón Clavería
tunc in cruce obtulit» (Conc. Trid., Sess. XXII, Doct. De ss. Missae
sacrif., c. 2: Denz. 940).27
En el debate conciliar, respecto al tema de la presencia de Cristo
en la liturgia, algunos padres pidieron que su redacción siguiera
la Mediator Dei. Y, por otra parte, suscitó sorpresa la inclusión de
que Cristo estaba presente en la predicación. Destacan las siguiente
intervenciones de los padres conciliares:
– Adam Koslowiecki, arzobispo de Lusakensis, abogaba por la
supresión radical de la presencia de Cristo en la Palabra pro-
clamada y pedía que se mantuviera literalmente el fragmento
de Pío XII de Mediator Dei que había servido como inspiración,
pues consideraba que se traicionaba la letra y el espíritu de
la enseñanza de Pío XII en su Encíclica sobre la sagrada litur-
gia.28
– Abilio del Campo y de la Bárcena, obispo de Calahorra-La Cal-
zada-Logroño, afirmando la presencia de Cristo en la liturgia,
solicitaba la eliminación del texto «et explicantur», introducido
por la Comisión Central.29 Hay que decir, a este respecto, que
se hizo correr entre los padres conciliares el texto propuesto
por la comisión preparatoria comparándolo con el resultado de
las enmiendas llevadas a cabo por la Comisión Central. Si bien
este texto enmendado no afectaba sustancialmente al nuestro
apartado, si es cierto que venía el añadido «et explicantur».
– Marcelino Olaechea Loizaga, arzobispo de Valencia, aportó en
su reflexión una opinión que apostaba por cambiar totalmente
la redacción del punto en cuestión. Su propuesta era no hablar
ya de presencia de Cristo en la palabra proclamada, sino que,
apoyado en Mt 28, 19-20, se hablase de su presencia en las
37 Ibíd., 615.
38 Concilio Vaticano II, Acta Synodalia Sacrosancti Concili Oecumenici
Vaticani II. Volumen I. Pars III, In Civitate Vaticana: Typis Polyglottis
Vaticanis 1971, 697.
39 Concilio Vaticano II, Acta Synodalia Sacrosancti Concili Oecumenici
Vaticani II. Volumen I. Pars IV, In Civitate Vaticana: Typis Polyglottis
Vaticanis 1971, 384.
40 Cf. Martimort, «Praesens adest in verbo suo», 302.
282 Ramón Clavería
2.1. Liturgia
Un primer aspecto que sustenta la presencia de Cristo en la pala-
bra proclamada son las prácticas litúrgicas que encontramos en
los distintos ritos de la Iglesia hacia los evangelios y el desarrollo
ritual de la liturgia de la palabra.
En primer lugar, debemos tener en consideración la veneración
que ha tenido a lo largo de la historia y en las distintas liturgias el
Libro de los Evangelios. Los preciosos cofres o armarios de honor
que estaban destinados a la conservación de los volúmenes son
una muestra de ello, comparable a la atención prestada a la reserva
eucarística que invitan a una veneración idéntica.41
Esta veneración se manifiesta, además, en la procesión con el Libro
de los Evangelios que se lleva a cabo en las Iglesias orientales:
Casi todas las liturgias han practicado la entronización del libro,
llevado en procesión a la entrada de los celebrantes y colocado sobre
el altar: en Oriente, la procesión, llamada la «pequeña entrada»,
es como simétrica de la procesión de las ofrendas eucarísticas o
«gran entrada», cada uno de ellas destacando el inicio de una de las
dos partes de la misa; en el rito romano, la entrada del Libro se ha
mantenido testimonialmente, por ellos las rúbricas recientes han
podido darle cierto relieve en la misa pontifical concelebrada donde
es llevado por el subdiácono y colocado en el altar, venerado por el
obispo tras besar el altar, y tomado por el diácono para la solemne
proclamación.42
Y también destaca la importancia tributada al Evangeliario en
determinados momentos de las liturgias orientales. Así, en la
tradición bizantina, el domingo de ramos, en la procesión que
conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, éste es
representado por el Libro de los Evangelios. Este uso fue seguido
incluso por algunas Iglesias occidentales.43
41 Ibíd., 302.
42 Ibíd., 302.
43 Ibíd., 302-303.
Presencia de Cristo en la Palabra 283
48 Ibíd., 304.
49 G. Amadouni, La divine liturgie de rite arménin, Venise: Saint-Lazare 1957,
27; F.E. Brightman, Liturgies eastern and western, Oxford: Clarendon
1896, 426; J.M. Hanssens, Institutiones liturgicae de ritibus orientalibus
3/2, Romae: Universitas Gregoriana 1932, 210. 217-218.
Presencia de Cristo en la Palabra 285
3. Magisterio postconciliar
La presencia de Cristo en la palabra proclamado ha pasado al magis-
terio postconciliar, particularmente a la Ordenación de las Lecturas de
la Misa, cuya segunda edición típica fue promulgada en 1981, y la
Exhortación postsinodal sobre la palabra de Dios en la vida y en la
misión de la Iglesia Verbum Domini, publicada en 2010.
4. Conclusión
Queremos concluir recordando que la presencia de Cristo en la
palabra proclamada no se da en cualquier tipo de lectura bíblica
sino en la lectura litúrgica, pues es en la celebración donde el Señor
continúa anunciando el evangelio.66
Debe subrayarse, por tanto, que no es lo mismo leer la Escritura
en la Iglesia que leerla privadamente. Este inciso puede pasar
seguramente inadvertido porque durante siglos la palabra de Dios
Calendario
El calendario, el sentido del tiempo y
la celebración litúrgica son tres reali-
dades que, a menudo, se entremezclan.
Este Cuaderno reúne documentación y
comentarios para que podamos com-
prender mejor la unidad de los tres
elementos citados.
Cuadernos Phase 202
140 pág., 6,00 €
1 Para este tema puede verse El Sínodo sobre la Palabra de Dios. Roma 5-26
de octubre de 2008 (Cuadernos Phase 182), Barcelona: Centre de Pastoral
Litúrgica 2009; también en Auriensia 12 (2009) 14-21, particularmente la
bibliografía en la nota 1 de la página 14.
292 Ramiro González
Por último cito unas palabras del Directorio sobre la piedad popular
y la liturgia 87: «Esta Palabra que se toma de la Sagrada Escritura,
que custodia y propone el Magisterio de la Iglesia, celebrada en
la Liturgia «es un instrumento privilegiado e insustituible de la
acción del Espíritu en la vida cultual de los fieles».7 La Palabra
proclamada y celebrada en la liturgia es medio indispensable y
principal para que el Espíritu Santo consagre, santifique, conforme
a los fieles con los sentimientos y actitudes de Cristo y su ofrenda
espiritual llegue al Padre».8
4 Cf. J. López Martín, El que escucha la Palabra y la entiende, ese dará fruto
(Mt 13, 23). Carta pastoral ante el Curso 2009-2010, León: Obispado de
León 2009, núms. 15-16; J. López Martín, Escucharán mi voz y habrá un
solo rebaño y un solo pastor (Jn 10, 16). Carta pastoral ante el curso 2010-11,
León: Obispado de León 2010, 31-56.
5 Cf. La mesa de la Palabra. Ordenación de las Lecturas de la Misa. Texto y
comentario (Dossiers CPL 37), Barcelona: Centre de Pastoral litúrgica
1988.
6 Cf. López Martín, El que escucha la Palabra, pp. 17-30.
7 Congregación para el Culto divino y la Disciplina de los Sacra-
mentos, Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orienta-
ciones (BAC-Documentos), Madrid: BAC 2002 [DPPL].
8 López Martín, El que escucha la Palabra, núm. 11.
La Biblia y la piedad popular 295
10 Esta ciencia para Pablo consiste en perder, por Cristo, lo que para él era
ganancia. Ha perdido todo y lo ha considerado como digno de desecharlo
«ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
quién perdí todas las cosas y las tengo por basura para ganar a Cristo»
(Flp 3,8). En adelante desea vivir de la justicia que brota de la fe, no de
la Ley.
11 Puede verse en este sentido el artículo magistral de P. Farnés, «Los
leccionarios litúrgicos del Vaticano II. Sus diversas intensidades», Phase
48 (2008) 34-37; cf. también J.J. Flores, «La Palabra de Dios: una encar-
nación continua en la celebración litúrgica. A propósito del Sínodo sobre
la Palabra de Dios», Phase 48 (2008) 9-15.
300 Ramiro González
15 Para este tema puede verse Ritual de la Sagrada Comunión y del culto a la
Eucaristía fuera de la Misa, Barcelona: Coeditores litúrgicos 1974 [RCFM];
CCE 1378-1381; T. De Urkiri, Adoremos al Señor sacramentado. Culto a la
Eucaristía fuera de la Misa, Madrid: Sociedad de educación Atenas 1989;
C. González, La adoración eucarística. Apuntes para una teología litúrgica;
Madrid: Paulinas 1990; L. E. Díez Valladares, Acoger la presencia. El culto
eucarístico fuera de la Misa tras la reforma litúrgica del Vaticano II, Salamanca:
Secretariado Trinitario 1998; A.F. Vater, Initiation à la prière et à l´adoration,
Paris: Éditions de l’Emmanuel 2006; Saint Thomas d´Aquin, Prières
davant le Saint sacrement Paris: Éditions de l’Emmanuel 2002; L. Lécuru-
F. Racine, L´adoration eucharistique, Paris: Éditions de l’Emmanuel
2009; J.M. Canals, «Orar en la presencia sacramental y permanente de
Cristo», en M. Brouard (ed.), Enciclopedia de la Eucaristía, Bilbao: Desclée
de Brouwer 2004, 835-848; A. Guitton, Pedro Julián Eymard 1811-1868.
Apóstol de la Eucaristía, Bilbao: Grafinorte 1998, 272-281; M.P. Curley- T.
Ratliff, Prières por l´adoration eucharistique. Dans toutes les circonstances de
la vie, Nouan-le-Fuzelier: Éditions des Béatitudes 2007; J.A. Abad (ed.),
Diccionario de la Eucaristía Burgos: Monte Carmelo 2005.
16 Cf. De Urkiri, Adoremos al Señor, 19.
La Biblia y la piedad popular 303
Conclusión
Son muchas las ocasiones que la piedad popular ofrece a los pas-
tores y fieles para una escucha reposada y sencilla de la Palabra de
Dios: los llamados sacramentos de la piedad popular (Bautismo,
primera Comunión, Matrimonio, Unción de enfermos), los sacra-
mentales ya sea celebrados con la Eucaristía o fuera de ella (múl-
tiples bendiciones, celebraciones exequiales), las celebraciones
de la Palabra de Dios, la exposición y oración ante el Santísimo
Sacramento, el Via crucis, el rezo del rosario y el Ángelus.
4. Salvación mecánica
El cardenal Arince, en la mencionada carta de la Congregación del
año 2006, afirma que el cambio de traducción , mientras permanece
abierto a incluir a cada persona individual, respeta también el
hecho de que esta salvación no se lleva a cabo de manera mecánica,
sin el propio querer o la participación.
Sin embargo, la fórmula de la consagración existente no implica
por sí misma la idea de una salvación mecánica. Si se dice que
Jesús ha muerto por todos, esto no significa que todos vayan a
aceptar la salvación ofrecida mediante su sacrificio. En el fondo,
todo el problema se resuelve teniendo presente esta distinción. La
cosa principal está en decir a todos que Jesús no ha hecho ninguna
restricción previa, no ha excluido a ninguno de su salvación. Sin
embargo, debe ser acogida; y es aquí donde entra en juego la liber-
tad humana. Por tanto, se puede pensar que no todos se salvarán.
Los textos de un carácter limitador que he citado se sitúan en este
sentido. Como he dicho, indican simplemente la posibilidad, el
peligro real de la condenación.
Basta permanecer fieles a las palabras de Jesús y a la intención
patente con las que fueron pronunciadas para excluir cualquier
tipo de automatismo en la salvación ofrecida a todos. En cambio,
si se hacen especulaciones o razonamientos artificiales, hay otros
textos aislados que pueden ser manipulados para llegar a con-
clusiones ambivalentes. Por ejemplo, Pablo escribe en la primera
carta a Timoteo que Dios quiere que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad: si puede partir de esta
afirmación para deducir arbitrariamente que todos son salvados
ab origine por la todopoderosa voluntad divina. A mi parecer, es
necesario tener el sentido de eso que llamamos primera flexibili-
dad. Hay que evitar, por tanto, tomar un texto aislado del Nuevo
Testamento para llegar a conclusiones que no corresponden al
conjunto de la revelación.
Puntos de vista 317
Sobre la Biblia
de la Conferencia Episcopal Española
Ello implica que con cierta frecuencia el texto que se nos presenta es
interpretativo. Es decir, según traduce la Neovulgata. Se trata, claro
está, de una interpretación legítima. Pero de una de las posibles,
una de las que los estudios actuales ofrecen. Y que suele coincidir
con lo que, simplificando, podríamos denominar más conserva-
dora. Las notas lo confirman en numerosas explicaciones, quizá
identificando con demasiada facilidad la lectura que se presenta
como «tradicional» con la mejor lectura.
Esta tendencia a lecturas conservadoras se halla muy presente en
las introducciones. Pero de ellas no hablamos en este punto de
vista ya que afectan menos a la problemática de la pastoral litúr-
gica que aquí tratamos. Me limito a expresar mi sorpresa ante la
preocupación dominante por asegurar la autoría de los escritos
neotestamentarios. Se diría que se teme que el cristiano normal
perdería la fe ante la probabilidad –por no decir seguridad– que
san Pablo no escribiera buena parte de las cartas que se le atri-
buyen o el apóstol Juan tenga poco que ver con los escritos que
llevan su nombre. Un cristiano normal que, por otra parte, hallará
dificultades en comprender estas introducciones por el lenguaje
sabio que con frecuencia utilizan. Parece excesivo escribir que para
comprender el Pentateuco el lector necesita integrar los estudios
sincrónicos y los diacrónicos. O hablar de cartas protopaulinas
y deuteropaulinas. Mayor llaneza y menos tecnicismos habrían
mejorado el intento de ofrecer una Biblia para todos.
Joaquim Gomis
Miembro del Consejo de «Phase»
Libros
Actas de Congresos
o Jornadas de Liturgia
recientemente publicadas
En el año 2006, del 28 de agosto greso, esto es, las diferentes inter-
al 1 de septiembre, tuvo lugar en venciones que tuvieron lugar con
Soesterberg (Holanda) un congreso el fin de presentar el diálogo entre
internacional sobre los estudios la liturgia y las diferentes corrien-
rituales actuales como reto para tes dentro de la ritualidad desde
la ciencia litúrgica. Este volumen varias perspectivas –histórica, psi-
recoge los resultados de ese con- cológica, antropológica, empírica–,
330 Libros
Sergio Ubbiali (ed.), «La forma rituale del sacramento». Scienza liturgica
e teologia sacramentaria in dialogo. Atti della XXXVII Settimana di Studio
dell’Associazione Professori di Liturgia. Costabissara, 24-28 agosto 2009
(Bibliotheca «Ephemerides Liturgicae». Subsidia 156 – Studi di Litur-
gia. Nuova serie 56), Roma: Edizioni Liturgiche – Centro Liturgico
Vincenziano 2011, 293 pp.
Bibliografía reciente
en italiano
Nicola Bux, Como andare a messa e non perdere la fede, Milano: Piemme
2010, 194 pp.
Nilo Gando presenta en este volu- ticas, los sacramentos, los sacra-
men una descripción del desarro- mentales, las procesiones, las ben-
llo y el significado de los princi- diciones, el canto, la música…
pales ritos litúrgicos: el espacio Se trata de un libro práctico y de
celebrativo, el año litúrgico, las fácil lectura, destinado a los párro-
vestiduras sagradas, los libros cos, los catequistas, los ministros
litúrgicos, la adoración eucarís- sagrados.
Por medio de esta obra de Albert ción con la palabra de Dios, la praxis
Gerhards, el lector es introducido en y el papel de la homilía, la oración
la fe cristiana vivida como liturgia. de los salmos, la celebración de la
Para ello trata los ámbitos esenciales iniciación cristiana y la dimensión
de la liturgia: las dimensiones del estética del espacio celebrativo y de
tiempo y de la comunidad, la rela- la música sagrada.
Emilio Grasso, Dal sacrificio alla festa. La struttura della messa è la stru-
ttura della nostra vita (Mosaico della missione 2), Bologna: Editrice
Missionaria Italiana 2009, 64 pp.
LA INICIACIÓN AL SILENCIO
Y A LA ORACIÓN EN LOS NIÑOS
Luis M. Benavides
Un libro sin duda muy útil. Un catequista Luis M. Benavides