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orientación económica; pero, tal análisis se ha realiza-


CAPÍTULO 1. do sin seguir de cerca las particularidades de las pug-
Los NEOLIBERALES, nas y arreglos que dieron luz al nuevo paradigma.
Asimismo, los economistas que han estudiado la
LA CRISIS Y E L PODER adopción del neoliberalismo, y sus consecuencias en
ciertos campos, dejan de lado o consideran en profun-
didad los aspectos políticos relacionados al cambio.
Debemos por tanto empezar llenando ese vacío.
Politólogos y economistas sostienen con razón que
la primera señal del cambio es la gira al exterior del
presidente electo Alberto Fujimori en 1990, y que la
segunda sigue con la adopción sin modificaciones del
LA CONEXIÓN ENTRE LOS NEOIJP.F.RALFS Y EL PODER POLÍTICO,
programa de estabilización económica externamente
elemento esencial para juzgar el paradigma desde sus
recomendado. En realidad, esos dos hechos son indi-
orígenes, y determinar la toma cómo se entronizó, y
cadores reconocibles de un cambio que empieza an-
las consecuencias que acarreó, se conoce poco. Una
tes. Para ser más precisos, arranca al día siguiente de
revisión de lo escrito por aíialistas políticos y econó- las elecciones, lo que es sorprendente: muestra capa-
micos, indica que se necesita una nueva y más puntual cidades extraordinarias de influencia de la familia neo-
interpretación, sobretodo de sus orígenes. liberal, y una disposición inmediata del presidente electo
Dicha interpretación debe poner el énfasis en el rol a escucharlos y entenderse con ella que fue fruto del
de dos actores centrales, los grandes empresarios y la azar. Se requiere entonces una interpretación alternati-
familia neoliberal (intelectuales orgánicos, tecnócratas va o complementaria para entender mejor cuándo, cómo
o técnicos y políticos), considerando tanto la rama y en qué circunstancias los neoliberales logran esta-
nacional como la internacional, y su impacto sobre el blecer un acuerdo político que sienta las bases para un
proceso político y el sistema político peruano. cambio de largo plazo.
En su balance de los años 90, la década de la tran-
Comenzamos primero poniendo atención en acto-
sición, los estudiosos de la política han considerado el
res y fuerzas sistémicas en la crisis de 1990, en los
lado autoritario del régimen, y han argumentado co-
factores que les abren las puertas del poder, y los dis-
rrectamente que el fujimorismo facilitó el cambio de
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tintos momentos en que contexto c intelectuales orgá- económicas generadas durante gobiernos populistas,
nicos y actores políticos empujan al cambio. Una vez la situación de grave dependencia financiera del Esta-
entendido el proceso que determina el nuevo rumbo, y do que empezó en 1977 y siguió hasta 1990, y de dra-
los factores que inciden en él, discutimos su continui- máficos cambios en paralelo en la economía y la polí-
dad en el largo plazo, incluyendo los cambios de régi- tica mundial.
men político. Ponemos atención en: (a) la financiación El ciclo de crisis de los años 80 tuvo varios efec-
de campañas (para controlar la incertidumbre que ge- tos. El más visible es que descompuso el orden políti-
nera una elección al abrir la posibilidad del cambio), co peruano tradicional, y las formas de representación
(b) la formación de equipos técnicos que propalan ideas establecidas, debilitando a los partidos y las organiza-
para defender el paradigma y, (c) el rol los intelectuales ciones populares que resistían al neoliberalismo (Cot-
y «expertos» que marcan la agenda política. 1er 1986: 12-13). Lasfiierzassociales se fueron paupe-
rizando, perdiendo su calidad de «clase social» al caer
el empleo y el ingreso, proceso particularmente inten-
so entre los asalariados formales del Estado y el sector
ACTORES Y FUERZAS EN UN CLIMA DE CAMBIO
privado, lo que abrió finalmente el camino a nuevos
líderes que portaban ideas «de cambio». La «única
Para los neoliberales, los planetas se habían alineado
manera» de salir de la crisis era adoptando ciertas po-
correctamente en 1990. Gracias a una combinación de
líticas (Cameron 1997: 37-38).
circunstancias favorables nacional e intemacionalmen-
te, sus ideas las introdujeron ciertas personalidades con Lo que se ha podido determinar es que en esa co-
yuntura crítica de transición paradigmática, el contac-
el soporte de dctenPiinadas fuerzas sistémicas. En ma-
to entre el político ganador de las elecciones de 1990 y
teria política, era tan evidente el cambio en la correla-
los neoliberales fue inmediato y efectivo. Fijémonos
ción de fuerzas que se puede afirmar que si el neolibe-
con calma en la siguiente secuencia de hechos y deci-
ralismo no lo ponía en práctica un candidato, lo hacía
siones. A l día siguiente de ser elegido, el candidato
otro; y si la democracia fracasaba en abrazarlo, bien lo
Fujimori se reunió con un intelectual neoliberal y luego
podían hacer los militares autoritariamente. Es así por-
de una conversación decidió abandonar definitivamente
que las fuerzas neoliberales en el Perú y el exterior ha-
la orientación populista del Estado. Aunque Fujimori
bían gradualmente creado las condiciones para recon-
informó al resto de sus seguidores que solo quería
quistar el Estado aprovechando un terrible ciclo de crisis
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intentar un diálogo, para considerar distintas opinio- de representación de intereses como un independien-
nes, en el fondo aparentaba un equilibrio, porque ya te, es decir, alguien que no estaba limitado por organi-
había pactado el cambio de rumbo. El neoliberalismo zaciones y compromisos, debido a que en menos de
entonces empieza con un arreglo político, que luego
un mes Fujimori pasó de ser un desconocido a un se-
se expresa en decisiones que aparecen públicamente:
rio contendor que barrió con todos.
la gira al exterior como candidato y el cambio de polí-
Segundo, el Estado tenía en ese momento muy bajo
ticas una vez en el poder.
nivel de autonomía económica, resultado de la preca-
Como consecuencia de ese arreglo, el presidente riedad fiscal y la necesidad urgente de crédito. Los
electo viajó a Nueva York y Tokio, ciudades que ac- préstamos extemos se daban condicionadamente por
tuaron como fuerzas centrípetas desde donde Fujimo-
los poderes financieros intemacionales, quienes enca-
ri terminó de acercarse hacia el campo neoliberal. Pudo
jonaron a los gobiernos, obligándolos a elegir entre
, hacerlo, no tanto porque era el candidato más popular,
quedarse sin fondos (la banca privada también se ne-
o porque fuese el ganador de las elecciones, o porque
gaba a conceder préstamos) o aceptarlos con condi-
quiso de pronto apoyarlas, (sin necesidad de consul-
ciones.
tar a nadie, lo que es propio de los outsiders de la
En esas circunstancias, el presidente electo decidió
política que emergieron con la crisis de los partidos),
el cambio de mmbo en un momento que no tenía ma-
sino como respuesta a una coyuntura crítica donde
yor margen de maniobra: debía optar entre aliarse a
las fuerzas neoliberales tenían una posición de mayor
poderosas fuerzas que empujaban el cambio en la di-
fuerza.
rección de libre mercado, o quedarse peligrosamente
Detengámonos a ver el momento político en más aislado de los organismosfinancierosintemacionales,
detalle. En 1990 las alternativas no eran muchas (as- cuando el Estado estaba fiscalmente exhausto y que,
pecto esencial en el análisis político del cambio para- además, sufría ataques por varios flancos, el terroris-
digmático), lo que se debía a una curiosa combinación mo incluido.
de circunstancias internas y extemas. Era, así, prime- Los neoliberales solo necesitaban tener o conven-
ro, porque las decisiones se tomaban en una situación cer a un presidente dispuesto a hacer dos cosas: adop-
donde existía una alta autonomía política frente a las tar su programa y acoger a un equipo económico ele-
fuerzas populistas y socialistas. Recordemos que el gido por ellos. Fue en esas circunstancias en que los
candidato emergió súbitamente en medio de una crisis distintos factores generados en la crisis final del popu-
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lismo, contextúales y de fuerzas sistémicas y actores colonial. Sus soportes empresariales o propietarios se
políticos, que a los neoliberales se les presentó la
autodenominaban las fuerzas vivas, aunque sus opo-
«oportunidad única» de influir al presidente electo (Bo-
nentes, populistas y socialistas, quienes emergieron a
loñal993:20).
fines de siglo como fuerzas contestarías, de centro e
Antes de tratar en mayor detalle la transición, expli-
izquierda, los llamaban oligarquía. Esta oligarquía es-
cando la anunciación del neoliberalismo, y la consi-
taba conformada por un selecto grupo de grandes fa-
guiente cooptación de Fujimori, es necesario hacer un
milias y políficos de clase alta que manejaban el país
poco de historia. Debemos hacerla para distinguir en-
vía elecciones controladas, democracias manipuladas,
tre el viejo y nuevo liberalismo, y su relación con la
o dictaduras militares. La élite del poder se negaba a
derecha.'
reconocer y conceder derechos a las fuerzas popula-
res, mayormente excluidas del sistema político, y ope-
raban con la convicción que ellos habían nacido para
LIBERALISMOS Y DERECHAS gobernar y prosperar mientras el resto debía obedecer
y pagar impuestos. La vieja derecha era entonces des-
El poder y las ideas tienen raíces profundas y pueden enfadadamente elitista, abiertamente autoritaria, y dis-
ser parte de un mismo tronco. El viejo liberalismo, de- puesta a una alianza duradera con los intereses econó-
fensor del libre mercado y propulsor de un Estado micos extranjeros para mantener una economía abierta
gendarme, predominó como orientación de política que los beneficiaba grandemente.
pública en América Latina desde la independencia has- El viejo liberalismo se fue debilitando progresiva-
ta los años 50 del siglo XX. En ese entonces se identi- mente al democratizarse y urbanizarse la sociedad, su-
ficaba a sus defensores como derecha, la parte con- friendo un paréntesis polífico dominado por el centro
servadora del espectro político. y la izquierda que se abrió y se cerró en el siglo XX.
Esta corriente, una vez que obtuvo el poder, se ca- Este paréntesis comenzó con la entrada a escena de
racterizaba por insistir en conservar el status quo post los partidos de masas y las ideas desarrollistas inter-
vencionistas, que se anunciaron en las crisis de 1930 y
' Esa distinción nos indica cómo se combina o separa la as-
1945, y que sacudieron brevemente al poder oligárqui-
piración hegemónica con la del reconocimiento social necesa-
co, hasta que se imponen como paradigma en 1963. El
rio para sostener a un paradigma.
periodo se cerró al final del gobierno aprista de Alan
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García, cuando se debilitó el poder de las fuerzas po- Ahora bien, desde el punto de vista del espectro
pulistas y socialistas en medio de la severa crisis eco- político, ¿dónde ubicamos a los neoliberales, en tanto
nómica de 1988-1990. al primer liberalismo se le denominaba sin mayor dis-
En ese momento, fmes del siglo XX, la economía cusión como derecha? Cabe el debate en la medida
mundial giraba sobre otros ejes y actuaba como un que los liberales de fmes del siglo XX se renovaron y
campo de fuerza difícil de resistir porque el remozado fortalecieron con la crisis de sus rivales. En esas cir-
liberalismo se asociaba con una estructura de poder cunstancias, como hemos visto, buscaron promover
internacional. Las ideas neoliberales se promovieron «el cambio» identificado con las políticas del merca-
desde Norteamérica y se conocían como «El Consen- do, es decir, para renovar, por lo menos en relación al
so de Washington». El llamado consenso, o acuerdo pasado inmediato, pues cuestionaban el status quo
de ideas sobre el rol del mercado y el Estado, era ge- populista. Siendo así la altemancia de las fuerzas en el
nerado y promovido por los expertos de las agencias poder, se puede argumentar que los neoliberales apa-
del gobierno, los organismos intemacionales y su ejér- recían a favor del cambio, es decir, como renovadores
cito de tecnócratas y las EMN. Fueron ellos quienes en relación al pasado inmediato, pero como esencial-
expresaron que la salida a la crisis del populismo y el mente conservadores porque provocaban una vuelta
futuro bienestar dependía de un cierto menú de políti- al sistema de influencias anterior, aunque con elemen-
cas libremcrcadistas (las diez medidas de política re- tos modernos. Es decir, combinando lo viejo y lo nue-
comendadas por John Williamson, su vocero), que los vo, pero de un modo que restauran el poder de quie-
gobiernos del mundo debían adoptar como fórmula nes antes lo tuvieron.
para incorporarse a la modernidad.^ La noción de nueva derecha, sin embargo, les des-
agrada. Muchos de los exponentes neoliberales evitan
ser llamados así. Sostienen que son simplemente «li-
^ Para el primer texto del Consenso de Washington, ver Willia- berales», término que intenta superar las cargas del
mson (1990a). El texto de Fisherpubücado en el volumen edita-
do por Williamson habla precisamente del neoliberalismo como
«elúnicoparnfihrfvn^^ También verla versión en español (1990b). «reempezar con el desarrollo». Ver al respecto Williamson y Ku-
Luego, ante la vMaaicia de un crecimiento modesto y el fracaso czynski (2003). Para una crítica, ver Frenkell et al (1992) y
de algunos países a principios del 2000, Argentina, se ha publi- Calcagno y Calcagno (1995). Para un balance de de estas ideas
cado una versión actualizada que propone nuevas reformas para en el Perú, ver Ugarteche (capitulo 2, 2004).
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pasado y acentuar su imagen de innovadores. Obvia- ocurrió una suerte de milagro, porque los neoliberales
mente, también les permite evitar su asociación intima se encontraron con un personaje no solo dispuesto a
con las élites del poder y presentarse como alternativa poner en práctica sus ideas-fuerza sino uno que ade-
popular. Es decir, como una corriente que en teoría más demostró tener habilidades para darle continuidad
apoya a los todos los empresarios, y también al pue- política por una década. Sin embargo, anotemos que
blo consumidor. «Todos pueden y deben hacer em- aunque el caudillo Fujimori sentó las bases de la hege-
presa», «el consumidor reina porque tiene libertad de monía al introducir los cambios, su carácter creciente-
elegir», sostienen sus pensadores. En ese sentido, el mente autoritario debilitó sus posibilidades de legiti-
neoliberalismo, comparado al pasado, se presenta con mar el nuevo orden en el largo plazo por ser rechazado
un barniz económico más democrático y popular. Bus- por las fuerzas democráticas y populares. Ese fue el
ca no solo hegemonía, porque a diferencia del pasado pecado original del neoliberalismo peruano y, cabe aña-
el Estado gendarme no puede recrearse. Intenta enton- dir, la fuente de numerosos privilegios que han dificul-
ces, desea, ansia, obtener legitimidad, en tanto sin apoyo tado su consolidación. Fue de ese modo que en el
popular, y en menor medida, sin libertades políticas, Perú se adopta una versión extrema del liberalismo en
solo puede ser hegemónico por la fuerza, lo cual crea condiciones autoritarias, lo que marcó un patrón de
graves problemas.-* ¿Puede aspirar a esta condición? desarrollo peculiar.
La anunciación definitiva del neoliberalismo (antes,
en 1980, apareció fugazmente durante el segundo go-
1987: LA NUEVA DERECHA bierno de Belaunde) ocurrió de la siguiente manera. Al
principio su principal promotor político fue el escritor e
Veamos en detalle cómo operaron las fuerzas sistémi- intelectual Mario Vargas Llosa, abanderado de Libertad,
cas mundiales y nacionales y los actores en la coyun- el movimiento de nueva derecha que promovía el libera-
tura de cambio paradigmático. En realidad, en 1990 lismo washingtoniano democráticamente. El afamado
personaje se convirtió en intelectual orgánico propia-
mente dicho en 1987, al dejar sus escritos y liderar el
^ Justamente un intelectualpeniano, Hernando de Soto, es quien
movimiento contra la estatización de la banca. Creyó
ha avanzado en conceptúa tizar un liberalismo popular mientras
otro, Mario Vwgas Llosa, leda un sentido democrático popular a fácil una victoria, pero su eventual derrota no impidió la
las luchas contra el Estado patrimonialista o populista. victoria de las fuerzas que estaban detrás de él.
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Vargas Llosa era el candidato ideal de las fuerzas neo- garquía: generaba beneficios, paralizaba la acción del
liberales, lo tenía casi todo. A diferencia de Fujimori, su Estado a favor del bien público, imponía las nuevas
contendor, esbozó un programa económico y contaba reglas a los de abajo sin consultas al mismo tiempo
con un equipo de especialistas. Gozaba además de am- que los silenciaba con medidas represivas. El neolibe-
plio apoyo de los grandes poderes internacionales, quie- ralismo se había iniciado entonces de forma semiauto-
nesfinanciarongenerosamente su campaña. Lamentable- ritaria, buscando ante todo hegemonía, descuidando
mente, estando listo para gobemar, perdió las elecciones la legitimidad. Se juntaron de ese modo la paja seca y
por la incertidumbre de la democracia de países pobres: el fósforo que incendió la pradera.
los votantes no le dieron el mandato que anhelaba. En ese terreno Fujimori fue el personaje mejor dis-
Pero los cambios, igual se dieron. Forzados por las puesto a acabar con el populismo y plantar luego las
circunstancias, las fuerzas neoliberales hicieron un viraje «reformas estructurales» en el nuevo suelo fertilizado
táctico que dio resultados: tuvieron una segunda opor- por la quema. Sobre este punto volveremos más ade-
tunidad de influencia en una misma coyuntura al dejar a lante. Primero veamos cómo en plena crisis mejoraron
Vargas Llosa y acercarse a Fujimori. Efectivamente, eli- las posibilidades de realizar el golpe de timón. Es histo-
minada la primera opción, se intentó cooptar al candida- ria conocida para los enterados, pero cabe revisarla para
to independiente, aunque pagando el precio de una divi- entender la relación entre poder político y paradigma
sión en el campo neoliberal. reinante, y aclarar que los actores involucrados en el
Vargas Llosa, aferrado a la idea que el neoliberalis- cambio también incluyen a los empresarios y a los mili-
mo debía siempre combinar un ideal de libertad eco- tares, es decir a las élites tradicionales del poder: a las
nómica y política, terminó condenando «la dictadu- fuerzas vivas y a las fuerzas armadas.''
ra». No obstante, para sorpresa suya, gran parte de las Antes del gobierno de Fujimori, el país estaba diri-
fuerzas neoliberales aceptaron un criterio realista y de- gido por Alan García, jefe del partido aprista, repre-
cidieron apoyar a Fujimori durante todo su gobierno,
de principio a fin. Con él y en él enfatizaron la impor-
tancia de mantener la orientación del programa econó- Insistimos en el punto porque ha sido frecuente entre ana-
listas políticos ignorar el rol de los grandes empresarios, gene-
mico por encima de las necesidades de libertad políti-
ralmente no considerados como un actor social de peso. Un
ca. El uso centralizado y autoritario del poder les era estudio detallado de su participación en alianzas políticas en-
tan conveniente como en el pasado lo fue para la oli- tre 1980y el 2003 se encuentra en otro libro del autor (2003).
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sentante histórico del populismo nacionalista peruano.
El joven líder encabezaba un gobierno que aplicó el popular por estar hastiado del estatismo, herramienta
recetario populista en circunstancias nacional e intcr- principal del populismo. El resto lo hizo el mecanismo
nacionalmente desfavorables y con resultados desas- de dependencia financiera y la suerte política.
trosos. Insistía en volver a usar un Estado viejo, enfer- En 1988 el país llegó a sufrir, término que se puede
mo, y endeudado, como herramienta de desarrollo entender literalmente, la peor crisis económica de su
nacional en un momento que la economía mundial gi- historia republicana. Ese año, al decir del economista
raba en otra dirección y las fuerzas del mercado recha- Richard Webb, crítico del gobierno y el populismo, al
zaban el proteccionismo. Lo hacia además con un go- Estado «se [le] acabó el dinero» (Paredes y Sachs 1993:
bierno que no solo se alejaba de las fuerzas de la 11). Se encontraba desfinanciado.
globalización, haciendo a un lado sus préstamos y la A l mismo tiempo, estaba acosado por varios ene-
inversión, sino que ni siquiera generaba confianza en- migos, casi vencido por no soportar el peso de nume-
, tre los empresarios nacionales. rosos problemas. La escena bien puede caracterizarse
García se quedó sin margen de juego cuando se como dantesca. La inflación era galopante y todas las
aisló progresivamente de los empresarios nacionales y actividades económicas principales, sean las del mer-
se acentuaron los problemas fiscales. Eran su princi- cado interno o las exportaciones, estaban recesadas.
pal soporte económico, y se suponía que «debían in- Una ola de violencia (crímenes callejeros, secuestros,
vertir por el país», pero no lo hicieron. En julio de ataques a bancos, coches bomba, voladura de puen-
1987 termino castigándolos con la nacionalización de tes y torres eléctricas) sacudía al país. Las huelgas,
la banca, decisión que cavó su tumba y permiüó ente- incluyendo hospitales públicos y ministerios, colegios
rrar en ella sus ideas. Este fue un hecho de la mayor y municipalidades, se sucedían semana a semana. Se
importancia, un punto de quiebre para entender el prin- creía que si el nuevo gobierno, sea Vargas Llosa u otro
cipio del fin del paradigma populista y su reemplazo candidato, aplicaba en 1990 drásticas medidas econó-
por uno neoliberal. micas como el alza de la gasolina, era inevitable un
Ocurrió así porque el esfuerzo controlista volcó a estallido social. El clima político estaba enrarecido.
la mayoría de industriales y grandes empresarios, ge- Predominaba el miedo y la incertidumbre. Para poner-
neralmente proclives a la polífica del acomodo, al ban- se a buen recaudo, o buscar fortuna en otra parte, va-
do neoliberal; y generó al mismo tiempo un recha/o rios cientos de miles de peruanos se iban del país y
con ellos sus capitales. Circulaban rumores de golpe
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de Estado, y se disentía abiertamente de una crisis de dificar la orientación del Estado en el largo plazo, por-
gobernabilidad, de un colapso del orden. que estaban preparándose para un cambio de paradig-
En esta noche oscura llegó el amanecer neoliberal. ma. Como bien dijera Carlos Boloña: «Si bien nada se
La gran crisis del populismo aprista fue entonces la puede comparar al desastre producido por el gobierno
anunciación del fujimorismo, o mejor dicho, de la fuerza de Alan García, la crisis heredada en 1990 no fue re-
que impulsó por azar el neoliberalismo (Reyna 2000). sultado solo de esa mala gestión. El régimen de García
En efecto, en 1990 el populismo era visto como retar- fue el extremo al que llegó el desmanejo y la irrespon-
datario, anticuado, y el neoliberalismo como novedo- sabilidad, así como el error ideológico e intelectual prac-
so y moderno. Ese cuerpo de ideas comenzó a ser ticados en las úhimas cuatro décadas. Durante todo
difundido, y hasta cierto punto aceptado. Se creía que, ese tiempo se privilegió la decisión política por sobre
si se quería salir de una vez de la crisis, y alcanzar la el criterio técnico que exigía el manejo de los asuntos
^modernidad, ése era el camino. públicos» (1993: 9).
En esta labor de ataque a las ideas populistas, y Para cambiar las ideas populistas de «cuatro déca-
presentación de la alternativa neoliberal como la «úni- das», ese paréntesis entre el viejo y el nuevo liberalis-
ca salida», destacaron los intelecUiales orgánicos. Te- mo, el nuevo gobernante que llegó al poder en 1990
nían la ventaja de estar apoyados en poderosas co- jugó bien a las alianzas. Los llamados poderes fácti-
nexiones internacionales, y contar con varios soportes cos; es decir, quienes podían orientar decisiones, fue-
internos, entre ellos, la mayoría de los empresarios y ron los principales promotores del neoliberalismo an-
también de los militares y las nuevas instituciones proe- tes de Fujimori y, una vez realizado el cambio de
mpresariales que empezaban a emerger, destacando las políticas públicas, sus principales soportes.
encuestadoras de opinión pública y asesoras de las Fujimori se apoyó primero en los militares, quienes
grandes empresas. estaban dispuestos a aceptar la apertura económica y
Un hecho clave, para dar una idea que era una ba- priorizar al mismo tiempo la lucha contra el terrorismo.
talla de ideas para tomar el poder e instalarse en el Hacía tiempo que los militares habían abandonado las
largo plazo, y no una simple lucha por tomar el gobier- ideas nacionalistas e intervencionistas del general Ve-
no, es que los neoliberales no solo combatían a Gar- lasco, quien fuera presidente entre 1968 y 1975, y gira-
cía o el APRA, responsables de la última debacle, sino do media vuelta a la derecha. El «Plan Verde», elabo-
que iban más allá. Querían un cambio sistémico, mo- rado por altos oficiales a fines de los 90, indicaba que
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a los uniformados les preocupaba principalmente el denar la estatización de la banca y, lo que es más im-
caos social y la amenazada armada al Estado, no In portante, demandar colectivamente un cambio a favor
oligarquía o la dependencia del exterior, temas que le de políticas de mercado.
preocuparon a Velasco (Obando 1999). El orden aho- Aquí se generó una falta de contrapesos, que es no
ra pasaba por recuperar la economía en alianza con las de los problemas de origen del neoliberalismo perua-
fuerzas del mercado y por reprimir efectivamente la no. Los industriales pudieron haber maniobrado para
insurgencia. Fujimori prometía ambas cosas. A los mi- una puesta en práctica con gradualismos y frenos que
litares les era más conveniente apoyarlo porque no descartaran una aplicación extrema en alianza con otras
podían tomar el poder al carecer de apoyo internacio- fuerzas. Esta conexión la rompió García. La gravedad
nal y por temer el rechazo popular. de la crisis generada hizo que faltara el otro contrape-
Algo parecido sucedió con la mayoría de los em- so, porque las fuerzas populistas perdieron credibili-
presarios nacionales, aspecto que es importante acla- dad al mismo tiempo que debilitó la capacidad nego-
rar por ser generalmente ignorado o mal interpretado ciadora de los sindicatos.
por varios analistas. La postura de los principales gre- CONFIEP fue creada en 1984, cuando varios gre-
mios indicaba a las claras un apoyo masivo al neolibe- mios empresariales se unieron porque estaban preocu-
ralismo aunque para algunos solo fuera un recurso tran- pados por la incertidumbre extrema que generaba la
sitorio para superar la crisis. El apoyo era lógicamente crisis social, política y económica del país. Luego de
fuerte entre los mineros exportadores de la Sociedad luchar con éxito contra la estatización de la banca en
Nacional de Minería, y los importadores de la Cámara 1987, los diversos y generalmente competitivos y con-
de Comercio de Lima, quienes históricamente siempre
trapuestos intereses empresariales abrazaron el norte
favorecieron el libre comercio. Lo interesante es ciue
neoliberal y consideraron que era la única salida, o en
también se sumaron los industriales, que en el pasado
todo caso una salida preferible al aeropuerto. Expre-
apostaron al intervencionismo industrializante a través
sando ese nuevo consenso, CONFIEP comenzó en
de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y la Aso-
1988 a difundir nuevas ideas y a reclutar gerentes aso-
ciación de Exportadores (ADEX). Esos dos gremios
ciados a Vargas Llosa y la nueva derecha. Sus hderes,
industriales inicialmente apoyaron a García en 1985,
incluyendo industriales como Juan Antonio Aguirre
pero luego se alinearon con los gremios exportadores-
Roca a inicios de los 90, manifestaron luego haber pa-
importadores y financieros de la CONFIEP para con-
sado por una «reconversión ideológica».
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El hecho que el neoliberalismo implicaba debilitar la compartían buena parte de la prensa y era más fiaer-
la fuerza negociadora y los niveles remunerativos de te entre los canales de televisión. La Asociación de
los trabajadores, y reducir el Estado vía privatizacio- Radio y Televisión y los grandes diarios apoyaron dis-
nes, además de salir de la crisis, hacía atractivo algu- ciplinadamente a la CONFIEP y al movimiento Liber-
nas de sus ideas a todos los empresarios. Como los tad, quien ahora tenía los medios de comunicación de
militares, los empresarios también cambiaron de posi- masas a su disposición. Poco a poco los principales
ción por falta de alternativas, por realismo, antes que noticieros comenzaron a diseminar el discurso neoli-
por convicción. Exportadores e industriales se lanza- beral y a contratar como conductores de programas a
ron entonces a «hacer política», apoyando al frente de los seguidores de Vargas Llosa, abriéndoseles así otra
nueva derecha democrática que dirigía Vargas Llosa y esfera del poder.
luego girando hacia Fujimori y su estilo autoritario. Por último, los poderes fácücos extemos, que pro-
Apenas perdió las elecciones, el presidente de movían desde adentro y desde afuera el proceso de
CONFIEP en 1990, el constructor Jorge J. Camet, globalización el viraje neoliberal, vieron en Fujimori a
empezó a acercarse al presidente electo y negociar la un candidato sin programa y equipo, pero con apoyo
participación empresarial en el gabinete. A l igual que popular, y cierto prestigio por representar una altema-
los militares, los empresarios tuvieron acceso rápido y tiva política fresca, renovadora. Se presentaba como
efectivo al presidente electo. En efecto, en mayo de la antítesis de los «partidos políticos tradicionales».
1990 Camet presidió presuroso una delegación de di- En suma, un hombre ganable e influenciable. Si Fuji-
rigentes que se entrevistaron con el presidente electo y mori aceptaba relacionarse con ellos, lo ayudarían fi-
en la reunión, para su sorpresa, Fujimori les ofreció nancieramente y le darían soporte técnico proveniente
abiertamente incorporarlos al gabinete en carteras cla- del Fondo Monetario Intemaeional (FMI), el Banco
ves (economía yfinanzas,industria). Era una forma de Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarro-
sellar un acuerdo de mediano plazo. llo (BID).
En 1987 los medios de comunicación, asustados El nuevo presidente podía así encarar una serie de
por la amenaza de nacionalizaciones del presidente problemas urgentes (cumplir con los servicios de la
García, abandonaron su tradicional postura de apoyo deuda, reabrir las líneas de crédito, atraer el capital
crítico al gobernante de tumo, lo que les garantizaba extranjero) con la condición de empujar las reformas
inmunidad tributaria, rentas e influencias. Esta postura de política e iniciar el cambio de mmbo.
Los NHOUBERALES, LA CRISIS Y EL PODER 53 54 L A MANO INVISIBLE EN EL ESTADO

Todo este eonglomerado de fuerzas apostó bien, neral Manuel Apolinario Odría en 1948, o Augusto
pues tuvo un «Príncipe» con fortuna, como hemos vis- Bemardino Leguía en 1930, aquellos caudillos «res-
to h'neas arriba, y también con una cierta virtud,^ Rn tauradores» que aparecieron cuando los intereses oli-
efecto una vez en el poder, Fujimori resultó tener un don gárquicos estaban en peligro (1930, 1948), Fujimori.
de mando capaz de reforzar la alianza de grandes pode- De ese modo, el orden polífico autoritario puso un riel
res, atacar con éxito a los remanentes populistas y so- mientras el orden económico neoliberal puso el otro.
cialistas atrincherados en el Congreso, y derrotar ios Sobre esas vías, la locomotora económica echó a an-
dos grandes males surgidos en la gran crisis: la inflación dar. Fujimori se había convertido en el hombre fuerte
y la insurgencia armada. Esos logros le dieron una po- que necesitaban las nuevas fuerzas vivas.
pularidad de corto plazo de tipo caudillista, que el refor- Veamos el panorama internacional, porque allí se
zó con miniprogramas de ayuda social, focalizados en dieron primero cambios sustantivos que facilitaron el
bolsones de pobresfinanciadospor el BID y el BM, la advenimiento del neoliberalismo en el Perú y el confi-
construcción desordenada y apresurada de infraestruc- nente. Cuando el Perú eligió a Fujimori, y éste acogió
tura educativa y las visitas a pueblos alejados donde el neoliberalismo, el mundo hace tiempo que había
realizaba acciones de ayuda puntuales. comenzado a girar en otra dirección. Bajo esas influen-
El país había encontrado a su «Pinochet perua- cias buena parte de los países latinoamericanos se di-
no», al conductor capaz de llevar al país por una sen- rigían hacia el mismo norte. Uno a uno, empezando
da conservadora de «paz, orden y progreso». Aunque por Chile en 1973, seguido por México en 1982, y
su forma creciente autoritaria de hacer política era pro Nicaragua en 1990, gradual o drásticamente, con idas
blemática (cierre del Congreso en 1992, la manipula- y venidas, (con la solitaria excepción de Cuba), aban-
ción de la opinión pública para ganar el rcfercndinii de donaron el estatismo en su versión populismo nacio-
la nueva constitución en 1993 y las reelecciones de nalista o socialista y abrazaron el neoliberalismo y la
1995 y el 2000), no por eso dejó de ser tolerado e globalización económica.
incluso admirado por los grandes empresarios nació Lo que sucedía en el continente reflejaba cambios
nales y los ejecutivos extranjeros. Como antes el (ie- más proñmdos en las superpotencias, es decir, en la
hegemonía mundial. Quienes destacaron en impulsar
^ Maquiavelo sostiene que el príncipe para gobernar debe estos cambios y combatir las «ideas erróneas» del Ter-
tener virtud y fortuna. cer Mundo fueron los gobiernos anglosajones de Mar-
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garet Thatcher en el Reino Unido y su hermano geme- por Cuba y Vietnam, comenzaron también a reformar
lo norteamericano, Ronald Reagan en los BUA, que sus economías y tolerar el sector privado en distintos
cuestionaron al Estado del Bienestar en sus propios grados.
países, rechazando las ideas keynesianas, suerte de «es- Otro elemento importante fue el desarrollo de un
tatismo» y progresismo social del Primer Mundo. capitalismo asiáfico pujante, que comenzó a dinamizar
En América Latina, plagas como la creciente deuda y reorientar la economía mundial hacia el área del Pa-
extema, el exceso de gasto público, y la baja recauda- cífico. Esos casos indicaban que los países en vías de
ción, dejaron a la mayoría de los gobiernos fiscalmen- desarrollo en ciertas regiones podían eventualmente in-
te exhaustos. Ningún banco intemaeional, gobierno, ii dustrializarse y competir con los países desarrollados.
organismo multilateral, les prestaba dinero a no ser que Los «tigres del Asia» (Corea del Sur, Taiwán, Hong
adoptaran «programas de estabilización económica» Kong, Singapur, las reformas en China) dieron consi-
,y de «reforma estructural». Ambas medidas pasaban derable aliento ideológico a la familia neoliberal, a pe-
por el fortalecimiento del sector privado y el debilita- sar de que su fórmula no contaba con el debilitamiento
miento del Estado. De esa forma, al firmar las llamadas del Estado sino con su ufilización para promover agre-
cartas de intención del FMI, los gobiemos extendían sivamente la conquista de mercados.
la partida de defunción del populismo en materia de Finalmente, otros hechos, como la entrada al Vafi-
políticas públicas y le daban el certificado de bautizo cano de un papa conservador en 1986, empujaron a la
al neoliberalismo. iglesia a la derecha, abriendo un espacio al Opus Dei, e
Junto a la crisis generalizada de los populismos (er- iniciándose una etapa de condena a la teología de la
cermundistas de América Latina, otros eventos impor- liberación, el equivalente en el pensamiento religioso a
tantes como la caída del muro de Berlín, y el posterior la teoría de la dependencia, asociada al populismo y el
derrumbe del comunismo soviético, fortalecieron el socialismo. Esta doctrina era rechazada por los con-
neoliberalismo. El faro de Moscú quedó apagado. Uno servadores católicos pemanos que vieron en Vargas
tras otro, todos los países de Europa del Este adopta- Llosa primero, y en Fujimori después, líderes que po-
ron políficas pro mercado. Similar proceso siguieron dían contribuir a reducir su influencia y a reforzar la
las nuevas repúblicas que se formaron en Asia central derecha. Muchos de los jóvenes católicos conserva-
con la desaparición de la Unión Soviética. El resto de dores entraron en los medios de comunicación de ma-
países socialistas, encabezados por China, y seguidos sas, incluso en la CONFIEP, y se convirtieron en vo-
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ceros del neoliberalismo. Con el nombramiento de atados. La clave fue el uso de la clausula de condicio-
obispos conservadores, el largo papado de Juan Pa- nalidad que reducía la autonomía del Estado. Los paí-
blo II hizo virar la iglesia peruana hacia la derecha. Se ses en crisis que firmaban una carta de intención obte-
junto de ese modo la derecha económica con la reli- nían crédito a cambio de aplicar el recetario ortodoxo
giosa, objetivo que organizaciones como el Opus Dei y abandonar el populista. La aplicación del programa
buscaban desde su fundación. era celosamente vigilada por misiones de técnicos, quie-
Todo ello, ciertamente, contribuyó a influir el cam- nes informaban si no se cumplía con el programa apro-
bio de rumbo, pero en este espectro de instituciones el bado, lo que conducía a la suspensión de préstamos
rol clave lo cumplieron los organismos intemaciona- (Williamson 1983,Tanzi 1989).
les. El hecho que las Naciones Unidas y sus agencias Fue de ese modo que una coalición de poderes
perdieran peso e influencia, además de fondos, refor- fácticos extemos, los gobiemos de los países desa-
zó el desarme intelectual y político y la pérdida de au- rrollados (los organismos intemacionales, y la banca
'tonomía económica del Tercer Mundo. La antes influ- internacional, cada cual en su espacio, pero triangulan-
yente Comisión Económica para América Latina do una respuesta al manejo de la crisis de la deuda
(CEPAL), buque bandera del populismo industrializante extema gracias a la condicionalidad^), empujaron dis-
de los años 60, luego de admitir el «agotamiento» del
modelo de sustitución de importaciones, y la necesi-
dad de una apertura económica, (aunque insistiendo ^ El objetivo nunca fue solucionar la crisis, ideando una fór-
en la equidad y señalando limitaciones al modelo neoli- mula que redujera o perdonara la deuda o gran parte de ella,
beral), entró a un proceso de reevaluación y perdió porque los Estados «debían cumplir con las reglas del mercado»,
influencia (CEPAL 1990). al mismo tiempo que abría las puertas al cambio de rumbo y la
consiguiente desnacionalización económica Había por tanto que
Mientras tanto, los gobiemos de los países desa- gerenciarla, es decir, evitar que se saliera fuera de control. Solo
rrollados aumentaban los fondos y poderes del FMI, en el caso de países como Irak el 2004, o países que colapsan por
el bombero del sistema capitalista mundial cuando los un desastre natural (Honduras, después de ser azotado por un
países entraban en crisis financiera. Cuando se agotó huracán), o algunos países africanos doblegados por la extrema
el boom de los préstamos privados basados en el reci- pobreza, los EUA y los países desarrollado han perdonado una
parte importante de la deuda. En la mayoría de los casos se
claje de los petrodólares, el FMI comenzó a controlar
condona una parte poco significativa, la de los gobiernos, y el
los flujos crediticios intemacionales, dando créditos resto se negocia o refmancia, bajando los niveles de pago del
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con una gira internacional, y termina con nombramien-
ciplinada y rápidamente a Fujimori y otros presidentes tos de los neoliberales en puestos claves y la adopción
latinoamerieanos en la «dirección correcta», para que acrítica y continua de las políticas de corto y largo
adoptaran las «buenas políticas», sound policies, y plazo recomendadas.
abrazaran el ideario neoliberal. Los indicios del giro de Fujimori se hacen eviden-
tes cuando se distancia de sus asesores económicos
heterodoxos (Adolfo Figueroa, Oscar Ugarteche), abra-
1990: L A COOPTACIÓN D E FUJIMORI
za el neoliberalismo, realiza la famosa gira al exterior,
aplica el «fujishock» para estabilizar la economía y si-
En el proceso de realineamiento global que indujo al gue luego con varias oleadas de cambios de política
Perú a integrarse a la órbita del mercado mundial, los (Gonzales de Olarte 1998:22, Sheahan 1999:156, Kla-
intelectuales orgánicos neoliberales jugaron un rol cen- rén 2000:406, Teivanen 2000 162). El punto de partida
' tral. Fueron la punta de la lanza de la ofensiva para de esta cadena de hechos, que garantizan el cambio de
enlazarse con el nuevo gobernante y enlazarlo con los paradigma, comienza cuando se establece contacto con
grandes poderes. Una vez admitidos en la sala del po- los neoliberales y se hace un arreglo político. Es decir,
der, operaron el cambio de rumbo a través de la «cap- el cambio paradigmático empieza cuando ocurre una
tura del Estado», concepto útil que viene de la econo- primera alteración de la correlación de fuerzas que
mía política. Este proceso de infiltración, si así precede a las manifestaciones públicas de un posible
podemos llamarlo, lo explicamos en esta sección. Em- cambio o acercamiento.
pieza por el acercamiento al presidente elegido, sigue Son hechos privados que explican decisiones por-
que primero es necesario llegar a un acuerdo, que es el
corto plazo y aumentándolos más adelante. Cuando ¡legan a e.sc punto de partida del proceso de cambio. Ello lleva lue-
punto, el mecanismo de rejinanciación se utiliza nuevamente. De
go a impulsar una serie de decisiones que se hacen
allí que haya sido caracterizada como la deuda eterna. Aparte
de sostener la rentabilidad de la banca privada internacional,
visibles al ser puestas en práctica, revelando la nueva
poderoso acto?; la deuda es un mecanismo fundamental para correlación de fuerzas en tanto se va decidiendo qidé-
mantener la situación de baja autonomía financiera del Estado, nes integran el equipo y qué programa se va a aplicar.
que a su vez permite la influencia sobre las políticas públicas. Advertimos que, para facilitar ese proceso, es necesa-
Cabe mencionar que a iglesia católica envío un petitorio de 17 rio concentrar poderes. Por eso se convierte al Minis-
millones de firmas el 2000 que fue ignorado.
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sa, personaje con quien inició una relación al prologar


terio de Economía y Finanzas (MEF) en un «dominio su famoso libro El otro sendero en 1986 (Vargas Llosa
reservado» que es luego «capturado» de modo per- 1990: 348). El libro constituye la declaración de guerra
manente para imponer desde arriba la nueva orienta- neoliberal al populismo y el socialismo en materia de
ción. Este cambio se apoyó en la tradición latinoameri- ideas y su difusión millonaria indica qué poderosas
cana al decretismo y a la sobreconcentración de poderes fuerzas estaban detrás. Luego ambos intelectuales es-
en el ejecutivo.^ tuvieron juntos en la lucha contra la estatización, fir-
Para sostener nuestro argumento nos apoyamos en mando el «Manifiesto contra la amenaza totalitaria»
la versión testimonial de Boloña y varias entrevistas a (Vargas Llosa 1990: 421), que señala la decisión de
informantes claves (empresarios y técnicos del entor- entrar decididamente a la acción política. De Soto par-
no inicial de Fujimori). Todas esas fuentes apuntan en ticipó en la organización del mitin de lanzamiento de
la misma dirección: fue en ese momento donde se for- Vargas Llosa a la arena política realizado en la Plaza
' ja el acuerdo político. A ese acuerdo se llego poco a San Martín de Lima.
poco, en un camino un tanto azaroso, donde van apa-
Entra el azar cuando ocurre lo imprevisto, pero las
reciendo y relacionándose los miembros de la familia
tendencias no cambian. De Soto se fue separando de
neoliberal nacional e internacional al operarse en un
Vargas Llosa y su entorno hasta romper relaciones,
contexto de tendencias centrípetas mundiales, conti-
pero sigue la acumulación de fuerzas, lo que indica
nentales y nacionales hacia la globalización.
tendencias sistémicas en curso van más allá de la voli-
Ocurre de la siguiente manera. Hernando de Soto,
ción personal, de los casos individuales.
el intelectual neoliberal más promovido internacional-
Antes de las elecciones, De Soto estableció con-
mente (por esfuerzo propio y por la rama neoliberal
tacto con Fujimori. El candidato independiente veía
internacional) estuvo primero apoyando a Vargas Llo-
con aprecio sus ideas sobre cómo encarar el problema
cocalero desde una óptica social, y necesitaba sus co-
^ Sobre la aplicación del concepto de dominio reservado al
MEF, generalmente usado para referirse a los militares, ver nexiones intemacionales para convencer a los EUA de
Teivanen (2000:48yss.). Sobre el análisis delfujimorismo como coordinar una política común. El resultado electoral
un fenómeno de concentración extrema de poder en el ejecuti- no hizo más que acentuar las discrepancias entre la
vo y en torno a tres ramas del mismo, ver Durand (2003). Ver visión pragmática de De Soto, de entenderse con Fuji-
también Dammert (2000). Sobre la captura del Estado en el mori, y la visión dogmática e idealista de Vargas Llosa,
Perú, ver Ugarteche (2004: 155).
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de eondenarlo o despreciarlo. El encuentro entre Fuji- liberales pemanos de los EUA y De Soto se pusieron
mori y De Soto se produjo el día siguiente de la victo- de acuerdo en evitar ir a Washington pero en Nueva
ria electoral. De Soto llamó al presidente electo, quien York se organizaron encuentros entre funcionarios del
inmediatamente aceptó una cita, donde discutieron las FMI y el B M y grandes inversionistas. El enlace lo
alternativas económicas. Fue en ese momento crítico estableció De Soto en coordinación con Carlos Ro-
que se aceptó el consejo de realizar una gira interna- dríguez Pastor, un banquero intemaeional (Wells Far-
cional. Comenzó entonces a cambiar rápidamente la go Bank), quien primero canalizó préstamos al Perú
correlación de fuerzas a favor del paradigma neolibe- desde EUA, y fue luego ministro de economía de Be-
ral. launde en 1984, para encargarse del pago puntual de
Poco después, como se mencionara líneas arriba, los mismos.
Fujimori sostuvo una reunión con los directivos de Rodríguez Pastor y De Soto elaboraron juntos una
CONFIEP encabezados por el constructor Camet, donde lista de tecnócratas pemanos con «experiencia inter-
se discutió el programa económico y se propuso que nacional», todos candidatos a funcionarios, ministros
los empresarios participaran en el gabinete. Era una pro- y asesores. Estaban fomiando los equipos tecnocráti-
puesta importante en tanto se estaba hablando de una eos presentando temas para que dentro de ellas el go-
fórmula de compartir el poder asignándoles carteras eco- bemante elija quien más le conviene. El hecho lo co-
nómicas, es decir, acordando una captura institucionali- rrobora Boloña, integrante de esa lista, quien afirma
zada del Estado, permanente. Parte de ese arreglo es que De Soto, «Le sugirió también [a Fujimori] que para
que importantes empresarios viajaran con Fujimori en el hacer ese diálogo fmctífero, se rodeara de técnicos y
avión presidencial con dirección a Washington y Tokio, asesores de peso, capaces de armonizar las inquietu-
de tal modo que los poderes fácticos extemos estaban des y absolver las interrogantes de los voceros del
recibiendo un presidente electo con el apoyo manifiesto Fondo Monetario Intemaeional, el Banco Mundial y el
de militares y grandes empresarios. Banco Interamericano de Desarrollo» (1993:21).
Una vez concedida la luz verde a De Soto, perso- A l mismo tiempo, se comenzó a diseñar el progra-
naje clave, descrito por Boloña como «la única perso- ma económico que daría el norte al gobierno pemano.
na cercana en ese momento al Presidente que creía en Antes del viaje, Rodríguez Pastor se preocupó de en-
una economía de mercado», éste le organiza la gira viar un fax con lineamientos. Según Boloña «el Presi-
internacional a Nueva York (Boloña 1993: 21). Los neo- dente Fujimori fue recibido por los organismos finan-
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cieros intemacionales, y basándose en el fax de Ro- aceptando ejecutar el plan de ajuste conocido como el
dríguez Pastor, expuso cuales serían los lineamientos «fujishock» (IPAE 1990: 25-26). La aplicación de tan
de política económica de su gobierno». Por ello, cuan- drástica medidas, justificada por Boloña como una
do Fujimori se reúne con el director ejecutivo del FMI, operación «con cuchillo» a un paciente que «estaba
Michael Camdessus, y le repite el contenido del fax, agonizando», y la necesidad de contar con un ministro
Camdessus afirma encantado que le suena a «música con mayor base técnica, provocó el reemplazo de Hur-
celestial» (Boloña 1993:23). tado Miller por Boloña en enero de 1991. Aquí es don-
De Soto se mantuvo durante el crítico año de 1990 de la falta de contrapesos fue fatal pues el Congreso
y 1991 «cercano a Palacio», y en contacto pemianente otorgó poderes extraordinarios y los tecnócratas im-
con Rodríguez Pastor y Boloña, dos miembros desta- pusieron su criterio sin necesidad de mayor consulta,
cados de la familia neoliberal pemana con conexiones es decir, por un camino esencialmente autoritario.
intemacionales (Boloña 1991:24 y 28). Mientras tanto Boloña continuó disciplinada y aceleradamente con
Boloña esperaba su oportunidad en buena compañía. el cambio de mmbo. Luego vino la era Camet (enero
En 1991 estuvo trabajando con el ministro neoliberal de 1993-junio de 1998), un empresario que literalmente
boliviano Gonzalo Sánchez de Losada y el economis- entregó el manejo de política económica al gmpo de
ta norteamericano Jeffrey Sachs. Cabe anotar que Sa- economistas neoliberales apoyados por el B M (Gon-
chs, junto con Carlos Paredes, un economista pema- zales de Olarte 1998: 44), siendo el más importante
no, se preocuparon en 1990 de hacer un diagnóstico Roberto Abusada, quien fuera viceministro de comer-
de los males de la economía pemana y proponer alter- cio durante el segundo gobiemo de Belaunde. Caído
nativas de conjunto y recomendaciones específicas en Camet a mediados de 1998, entró su protegido, el in-
distintas áreas de política. Su orientación era claramente geniero Jorge Baca, también del entomo neoliberal, que
ortodoxa en tanto partían del supuesto de decirle «no fue rápidamente reemplazado por el empresario Joy
al Estado y sí al mercado», que son las ideas-fuerza Way, hombre de confianza de Fujimori. Joy Way nom-
del paradigma neoliberal (Paredes y Sachs 1991: 44). bró como asesor a los economistas Carlos Paredes y
Bajo esas influencias Fujimori, nombró en el MEF Jeffrey Sachs. Fue de ese modo que la cooptación de
a Carlos Hurtado Miller, economista y empresario, h'- Fujimori, y su entronización política por una década,
der de Acción Popular, quien sin mayor problema in- permitió una feliz y duradera «captura del Estado» para
corporó las recomendaciones de cambio del FMI, la familia neoliberal, quienes aplicaron sin consultas ni
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gradualismo alguno una versión radieal de la ortodoxia rumbo, pues la competencia democrática implicaba un
recomendada, hecho que generará una serie de conse- peligro. A partir del 2000, los neoliberales lucharon por
cuencias en tanto marcó un path dcvelopment más seguir condenando a populistas y socialistas como
bien negativo que positivo. «trasnochados», tratando de encontrar un candidato
viable para garantizar la continuidad sin lograrlo pues
Fujimori se aferró al poder.
2000: C O N T I N U I D A D E C O N Ó M I C A E INCERTIDUMBRE Aquí es donde la democracia generó incertidumbre.
POLÍTICA ¿Qué mecanismos entraron en acción para reducirla?
Destacan principalmente la financiación de campañas,
El hecho que el presidente Fujimori jugara a la conti- el acercamiento táctico a los presidenciables para suge-
nuidad permitió prolongar la influencia neoliberal en el rirles ideas y presentar las temas de equipos económi-
.Estado por 10 años, acentuando el elemento autorita- cos. Esta necesidad era perentoria porque no llegaron a
rio y debilitando las posibilidades de generar hegemo- presentarse con éxito candidatos neoliberales puros a la
nía neoliberal con legitimidad. Aunque los ministros caída de Fujimori. La candidatura de De Soto el 2001,
cambiaron en el MEF, y los equipos de asesores tam- quien intentó registrar un nuevo partido tardía y apresu-
bién, una buena parte de los tecnócratas quedó al inte- radamente, fracasó. Para los neoliberales no había más
rior y mantuvieron la línea. Al mismo tiempo, los nue- remedio que seguir con la política del acomodo.
vos ocupantes siguieron con la misma orientación, Los años finales del régimen fujimorista merecen
mientras externamente los poderes fácticos sostuvie- un comentario aparte. En esencia, Fujimori entró en
ron al régimen, ayudándolo a mantener el rumbo. crisis al intentar mantenerse en el poder «a cualquier
En ese sentido, es interesamente lo que argumenta- costo». Existía en esa coyuntura crítica una mayor
ra Fujimori durante la reñida campaña electoral: «Lo ambivalencia empresarial y popular frente al programa
que el Perú necesita es un conductor ( . . . ) continui- económico, pero se mantenía la idea, manejada propa-
dad, persistencia» {Expreso, diciembre 28, 1998). Se gandísticamente, y de cierto sentido común, de «los
insistía en la idea de ser la única alternativa política grandes logros de los 90». Era una idea que tenía un
porque había que «evitar volver al pasado» populista aroma autoritario pues se justificaba el autoritarismo
{Expreso, febrero 4,2000). Es decir, seguir apoyándo- como medio para poner orden. Luego, gradualmente,
se en un régimen autoritario para sostener el cambio de surgió una creciente oposición popular, que volvía nue-

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