Está en la página 1de 3

ANÁLISIS MORFOLÓGICO

 NOMBRE O SUSTANTIVO: Común o propio, concreto o abstracto, género, número.


 ADJETIVO: [especificativo o explicativo], grado, género, número.
 VERBO: Persona, número, tiempo, modo, [aspecto], voz. Si es una forma no personal, simplemente decir de qué tipo. Si
se trata de una perífrasis verbal, hay que decirlo y luego analizar las formas verbales que la componen.
 DETERMINANTE: Tipo, [subtipo], género, número, [persona].
 PRONOMBRE: Tipo, [subtipo], [persona], género, número, [tónico o átono], [enclítico].
 ADVERBIO: Tipo.
 PREPOSICIÓN
 CONJUNCIÓN
 INTERJECCIÓN
Si en cualquiera de los casos anteriores nos hallamos ante una locución (nominal, adjetiva, verbal, adverbial,
preposicional, conjuntiva o interjectiva), hay que decirlo.

Según su predicado las oraciones pueden ser:

1. COPULATIVAS: Mi madre es arquitecta municipal.


2. PREDICATIVAS
2. 1. PASIVAS
2.1.1. PASIVAS [PERIFRÁSTICAS]: El edificio fue construido en poco tiempo.
2.1.2. PASIVAS REFLEJAS: El edificio se construyó en poco tiempo.
2. 2. ACTIVAS
2.2.1. INTRANSITIVAS: Hoy he ido al médico.
Tipo especial de intransitivas PRONOMINALES: No me arrepiento de nada.
2.2.2. TRANSITIVAS: Hoy he comido paella.
Tipos especiales de transitivas REFLEXIVAS: ¿Te has afeitado?
RECÍPROCAS: Nos queremos.
TIPOS DE LOCUCIONES:

Locución Adjetiva: equivale a un adjetivo y funciona como tal:


una mujer de palabra (equivale al adjetivo "honrada")
una verdad como un templo (equivale al adjetivo "indiscutible")
Locución Adverbial: equivale a un adverbio y funciona como tal:
de Modo: avanzamos poco a poco (despacio)
de Tiempo: vino al instante (rápidamente)
de Lugar: lo veo a lo lejos (lejanamente)
de Afirmación: desde luego es cierto (verdaderamente)
de Cantidad: cogió cinco, ni más ni menos (exactamente)
de Duda: Tal vez venga (quizá)
Locución Conjuntiva: equivale y funciona como una conjunción:
así que, por más que, a pesar de
Locución Nominal: equivale a un sustantivo y funciona como tal:
brazo de gitano ('pastel de forma cilíndrica')
ojo de buey ('ventana circular')
Locución Preposicional: equivale a una preposición y funciona como tal:
acerca de, con vistas a, junto a, a pesar de...
Locución Pronominal: equivale a un pronombre y funciona como tal:
alguno que otro, cada uno...
Locución Verbal: equivale a un verbo y funciona como tal:
echar de menos, caer en la cuenta, hacer caso, llevar a cabo...

EL FANTASMA CONJURADO
[Una mujer hace creer a su marido que el amante que viene a verla a deshora es un fantasma]

Cuando Juan y ella se hubieron ido al lecho y la sirvienta también, no pasó mucho sin que Federico llegara y tocase suavemente a la
puerta, la cual estaba tan cerca de la alcoba, que enseguida oyó Juan la llamada, y la mujer también, si bien, para que aquél no sospechase de ella,
fingió dormir. Y, pasado algún espacio, Federico llamó por segunda vez, y Juan, maravillado, pellizcó a su mujer y le dijo:

-Tessa, ¿oyes? Parece que llaman a la puerta.

-¿Llamar? ¡Ay, Juan mío! ¿Sabes lo que es? Es un fantasma del cual he tenido estas noches el mayor miedo que puede imaginarse, y tanto que, al
sentirlo, me he tapado la cabeza, sin atreverme a sacarla hasta el amanecer.

-Ea, mujer, no temas, que yo, cuando nos acostamos, recé el Te lucis y la Intemerata y otras buenas oraciones, y también santigüé el lecho de canto
a canto, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. De modo que no temas, que el fantasma no puede causarnos mal.

La mujer, temerosa de que Federico sospechase cosa distinta y se enojase con ella, resolvió levantarse y avisarle de que Juan estaba allí.
Y dijo a su marido:

-Tú hablas mucho, pero por mí no estaré segura hasta que no conjuremos al fantasma.

-¿Cómo conjurarlo?

-Yo lo sé bien, que anteayer, cuando fui a la romería de Fiésole, un eremita que es, Juan mío, el ser más santo que se haya visto, al hallarme tan
medrosa, me enseñó una santa y buena oración y dijo que la había probado muchas veces antes y siempre le había resultado.

Juan dijo que le placía mucho. Y, levantándose, ambos bajaron hasta la puerta, fuera de la cual ya Federico esperaba. Y la mujer comenzó
la oración así:

-Fantasma, fantasma, que de noche vas. Vete el huerto, al pie del albérchigo y encontrarás grasa cocida y cien huevos de mi gallina. Pon boca al
frasco y sigue camino, y no hagas daño a mí ni al Juan mío.

Y tras esto, dijo al marido:

-Escupe cuando te lo diga.

Y Juan escupió. Federico, que oía desde fuera, ya libre de celos, a pesar de todo su desagrado, casi estaba a punto de estallar de risa, y
en voz baja decía:

-¡Los dientes debías escupir!

Luego que de esta guisa hubo la mujer conjurado tres veces al fantasma, se volvió al lecho con su marido. Federico, que, esperando dormir
con ella, no había cenado y que había entendido bien la oración, se fue al huerto y al pie del albérchigo halló los dos capones y el vino y los huevos,
y se los llevó a casa y cenó bien.

Giovanni Boccaccio, Decamerón, siglo XIV

También podría gustarte