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Revista de Investigaciones Folclóricas. Vol.

20: 13-21 (2005) Página 13

Revisitando La Difunta Correa:


nuevas perspectivas en el estudio
de las canonizaciones populares
en el Cono Sur de América
María Julia Carozzi*

El artículo coloca en diálogo algunas de las interpretaciones adelantadas por


Susana Chertudi y Sara Newbery en La Difunta Correa -libro que reunía los
diversos difuntos milagrosos del territorio argentino en un campo unificado de
estudio- y las obras posteriores que abordaron el tema. Este diálogo permite
percibir cómo, dentro de los límites de este tema específico, se despliega la pro-
gresiva secularización de los estudios sobre religiosidad popular a medida que
resulta posible cuestionar los supuestos derivados de predisposiciones a perci-
bir e interpretar el fenómeno moldeadas por el catolicismo. Asimismo, identifica
algunas de las cuestiones que han dado vida a los estudios de difuntos milagro-
sos en los países del Cono Sur de América en las últimas décadas.

Palabras clave: religión, teoría, santos populares, resistencia.

A fines de la década del 70, el libro La Difunta nas que han sido canonizadas por el pue-
Correa, de Susana Chertudi y Sara Newbery blo, es decir, personas en cuyo proceso de
(1978), marcaba los límites de un campo de canonización no ha intervenido la Iglesia
estudio acotado dentro del más amplio de la Católica como institución. A estas personas
religiosidad popular: el de las canonizaciones se las denomina “santos” utilizando el len-
populares en Argentina. Desde entonces, el li- guaje de la Iglesia (1978:9).
bro se convirtió en referencia necesaria para
todos quienes posteriormente abordamos cual- La definición deja entrever el rol central que
quier aspecto del culto a los difuntos milagro- las investigadoras, reflejando la tendencia
sos. En parte, esto se debió a que, a diferencia entonces imperante en los estudios de las
de la mayoría de los estudios previos y muchos religiones en general y de la religiosidad popu-
de los posteriores -que generalmente se limi- lar en particular en la Argentina, atribuían en
taban a abordar las narrativas, prácticas y ri- el libro a la “tradición religiosa católica” en la
tuales relativos a algún difunto en particular- emergencia del culto a personas específicas.
esta obra se aventuraba por primera vez a la Esta centralidad se ve luego reafirmada
tarea de arrojar una mirada comparativa so- cuando el libro se refiere a las causas por las
bre todas las canonizaciones populares regis- que el pueblo rendiría culto a estos muertos.
tradas en el territorio argentino. En efecto, dichas causas son halladas, por una
¿Cuáles eran los límites de este campo? De parte, en la prédica de la Iglesia Católica en
acuerdo con la definición de Chertudi y América -con la centralidad otorgada en ella a
Newbery: los santos patronos, a sus milagros, a sus fies-
tas y a la devoción a las almas de los justos-
se denominan canonizaciones populares –en y, por otra, a la historia de esa misma iglesia
un país de tradición religiosa católica- aque- durante el siglo XIX y principios del XX en la
llas que tienen como objeto de culto perso- Argentina, con su escasez de sacerdotes,

* Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas/Universidad Católica Argentina. Correo


electrónico: mcarozzi@mail.retina.ar
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particularmente en el campo y en los pueblos sia Católica. Este trabajo, se propone poner en
del interior del país : diálogo algunas de estas nuevas posiciones con
las adelantadas en La Difunta Correa a fin de
El pueblo, cuando hace ofrendas, promete, establecer parte de las cuestiones que han ar-
peregrina hasta el lugar donde se dice que ticulado el estudio de las canonizaciones po-
están enterrados los restos de sus “santos”, pulares desde su publicación.
les reza, les enciende velas [...] no hace más
que repetir lo que le han enseñado los re- Resistencias, revanchas, desnatu-
presentantes de la Iglesia a la que creen ralizaciones
pertenecer por el Bautismo y por la fe
(Chertudi y Newbery 1978:16). Un primer conjunto de interpretaciones de
las canonizaciones populares ha contribuido a
El lenguaje en que estas interpretaciones extraer a los difuntos milagrosos del marco
son formuladas, y que más de veinticinco años interpretativo provisto por la tradición católi-
después resulta mucho más llamativo a quie- ca poniendo el acento en su articulación con la
nes desde las ciencias sociales nos interesamos resistencia a situaciones de dominación, la re-
por este fenómeno de lo que nos parecía en ese vancha simbólica de los pobres o la desna-
entonces, constituye un ejemplo de cómo el turalización del orden social por parte de los
estudio de la religiosidad popular centraba su sectores populares. En este sentido, la pers-
mirada y recibía su vocabulario de la jerarquía pectiva de Michel de Certeau constituye una
de la iglesia católica que por acción u omisión verdadera bisagra teórica que articula la
se consideraba fuente y causa de todo lo que centralidad de la herencia católica expresada
acontecía en ese ámbito, al tiempo que propi- en La Difunta Correa y estos últimos puntos
ciaba buena parte de los estudios que se desa- de vista. Para este autor, el uso de la religión
rrollaban sobre él (Frigerio 1993; Soneira católica que las canonizaciones populares rea-
1993). lizan modifica el funcionamiento de aquella y
Desde esta perspectiva dominada por el ca- la transforma, creando un juego dentro del
tolicismo que las estudiosas argentinas com- orden y un espacio para puntos utópicos de
partían con la mayor parte de sus coetáneos resistencia. En Artes de Hacer de Certeau
latinoamericanos (Martín 2003b), los santos (1984) analiza desde esta perspectiva la fre-
populares aparecen en La Difunta Correa como cuente referencia a los milagros del sacerdote
personas que por haber sufrido una muerte Frei Damião entre campesinos brasileños. Allí
violenta o accidental acceden al carácter mi- afirma que el milagro crea un espacio utópico,
lagroso debido a que el intenso sufrimiento li- alternativo al espacio social en que los pobres
gado a sus muertes purifica sus almas y los siempre salen perdiendo y los ricos siempre
vuelve intercesores ante Dios. Los santos ca- salen ganando. Para el autor, las historias re-
nonizados popularmente serían, entonces, pro- ligiosas en que los enemigos de Frei Damião
ducto de una evangelización al mismo tiempo resultan celestialmente castigados, constitu-
muy efectiva en transmitir el poder san- yen una desnaturalización del orden social que
tificador y generador de milagros de una muer- permite a los derrotados de la historia mante-
te trágica con sufrimiento intenso y, por otro, ner la esperanza de que pueden llegar a triun-
muy inefectiva en limitar este poder a aque- far sobre los ricos y sus aliados como resulta-
llos pocos hombres que el Vaticano reconoce do de los golpes que estos recibirán desde el
como tales. cielo. De tal modo, los creyentes en los santos
Algunas perspectivas de análisis aplicadas populares subvertirían la fatalidad del orden
con posterioridad a los procesos de sacra- establecido que si bien para ellos seguiría sien-
lización de ciertos difuntos en el Cono Sur de do un “hecho” dejaría de ser considerado un
América, han contribuido a poner en cuestión “hecho natural” y lo harían usando de un modo
los supuestos que, hace poco menos de 30 años particular el lenguaje recibido de la Iglesia
atrás, tornaban a los cientistas sociales lati- Católica:
noamericanos tan proclives a percibir en ellos
exclusivamente una adaptación popular y lo- Los creyentes rurales subvierten así la fa-
cal de los procesos de canonización de la Igle- talidad del orden establecido. Y lo hacen
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usando un marco de referencia que también liza Claudia Lozano (2003; en prensa), sugie-
procede de un poder externo (la religión im- re que esta perspectiva podría resultar apli-
puesta por las misiones católicas). Ellos cable más allá de los límites de género que su
reemplean un sistema que, lejos de ser el asociación con los gauchos y bandoleros pare-
suyo, ha sido construído y diseminado por ce indicar. La frecuente santificación de muje-
otros, y marcan esta reutilización median- res muertas por maridos violentos, muertas
te “supersticiones”, excrecencias de esta después de ser violadas, como la de los varo-
creencia en milagros que, como las autori- nes muertos por la policía, por la espalda o
dades civiles y religiosas siempre han sos- cuando se hallaban desarmados, podrían, como
pechado, ponen en cuestión la “razón” de- apuntaran Alejandro Frigerio (comunicación
trás de las jerarquías de poder y conocimien- personal) para Argentina y Lydia Nakashima
to. La manera de hablar este lenguaje reci- Degarrod (en prensa) para Chile, encarnar re-
bido lo transforma en una canción de resis- clamos sociales no organizados ni formulados
tencia, pero su metamorfosis interna no de manera explícita por la vía de la protesta.
compromete de ningún modo la sinceridad La santificación de las víctimas aparece bajo
con que puede ser creído, ni la lucidez con esta perspectiva, como el despliegue per-
que, desde otro punto de vista, son formático de lo que James Scott en Domination
percibidas las luchas y desigualdades escon- and the Arts of Resistance (1990) llamaría un
didas en el orden establecido (de Certeau registro oculto de la realidad de la dominación
1984:18). por parte de los sectores populares que, aun-
que mantiene continuamente la conciencia de
Así las santificaciones populares aparecen, la misma, sólo en ciertas ocasiones –como en
para de Certeau, como una manera de usar el el caso de María Soledad Morales- desemboca
lenguaje impuesto por el catolicismo que cons- en una protesta explícita y visible.
tituye, en sí misma, una forma de resistencia
al statu quo y sus legitimaciones. Otros Orígenes
En Jinetes Rebeldes: Historia del Bandole-
rismo Social en Argentina, Hugo Chumbita Si la perspectiva de De Certeau consignada
(2000), aborda las canonizaciones populares de más arriba sugería un uso de un lenguaje de-
algunos de los muchos jinetes rebeldes y gau- rivado de la evangelización para resistir y
chos alzados cuya memoria se preserva en Ar- crear (des)órdenes utópicos, otras interpreta-
gentina. A la luz de los análisis de Eric ciones han cuestionado la idea de que el len-
Hobsbawn (1968, 1976) el autor interpreta la guaje que posibilita el culto a los difuntos mi-
ubicuidad de la escena de la transferencia de lagrosos haya sido efectivamente heredado de
riquezas, el robo a los ricos para ayudar a los la Iglesia Católica, al menos de modo exclusi-
pobres –que ya había sido señalada por vo. Dos autores chilenos han señalado la con-
Chertudi y Newbery (1978:29) y que resulta tinuidad entre el culto a las animitas y algu-
notoriamente más frecuente en la leyenda de nas prácticas precolombinas. Tanto Claudia
los bandidos, gauchos y jinetes milagrosos que Lira Latuz como Oreste Plath (Degarrod en
en la de los que no lo son- como una forma de prensa) encuentran continuidades entre el cul-
revancha simbólica de los pobres. En su visión to actual a los difuntos milagrosos y las prác-
los santos populares a quienes se asocian bio- ticas y creencias asociadas a las apachetas –
grafías que los colocan fuera de la ley y huyen- en las que los viajeros hacían ofrendas a las
do de las autoridades actualiza una matriz cul- divinidades dejando pilas de rocas y otros ob-
tural que él considera común a los argentinos, jetos tales como marlos de maíz y plumas para
y que se caracteriza por una relación asegurarse un viaje seguro.
ambivalente con la ley y el orden. La memoria Una mirada atenta a la distribución geográ-
de los gauchos alzados, bandoleros y jinetes re- fica de los difuntos milagrosos en la Argenti-
beldes -milagrosos o no- vendría a encarnar na iluminada por esta línea de pensamiento
esa relación ambivalente. también parece apuntar a relativizar la
La confluencia de la santificación popular - centralidad del catolicismo en la explicación
su carácter milagroso- y el reclamo de justicia del origen de las canonizaciones populares. Si
en el caso de María Soledad Morales que ana- prestamos atención a la distribución geográfi-
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ca de los santos populares listados en el pro- de una matriz cultural africana en el culto a
pio libro La Difunta Correa veremos que hay San Baltasar en Empedrado y otras ciudades
áreas donde las mini-biografías de estos difun- correntinas. Sin embargo, cuando se trata de
tos milagrosos son similares y difieren de las canonizaciones populares ha sido rara la men-
mini-biografías de los difuntos milagrosos de ción de tradiciones culturales indígenas o afro-
otras áreas. Por ejemplo los gauchos alzados, americanas concretas en los procesos que vuel-
jinetes rebeldes y bandoleros muertos a trai- ven milagrosos a ciertos tipos de difuntos en
ción por la policía que hacen milagros son más ciertas zonas del territorio nacional.
frecuentes en la mesopotamia, y zonas colin- Finalmente, otras fuentes de relativización
dantes del Chaco, en la Pampa, Cuyo y del rol central otorgado a la tradición religio-
Tucumán, que en el extremo noroeste del país sa católica en el origen de las canonizaciones
y Santiago del Estero. En Tucumán aparecen populares en La Difunta Correa no residen en
difuntos milagrosos con historias infrecuentes la identificación de otras tradiciones religio-
en el centro del mismo: aparecen como mila- sas, sino que emergen de la porosidad de los
grosos muchos cadáveres hallados comidos por límites de la esfera religiosa como dominio cul-
animales salvajes, aves de carroña o tural. En efecto, a partir de su trabajo
erosionados por el agua antes de ser enterra- etnográfico, algunos investigadores han encon-
dos, de cuyas historias no se sabe nada en la trado que las fuentes de las prácticas –
zona en que son santificados. La santificación discursivas o no- que se efectúan en torno a
de personas muertas en el propio cementerio los difuntos milagrosos no siempre se originan
también es común en Tucumán y parece au- en ámbitos estrictamente religiosos, sino que
sente en otras zonas. En Santiago del Estero a veces son transferidas desde otras áreas de
aparecen canonizaciones de inocentes, el actividad de las que los devotos participan
linyera, el tonto o el loco del pueblo, muertos como, por ejemplo, el mundo del espectáculo
violentamente, que tampoco son frecuentes en (Carozzi 2004) o el del fútbol (Martín 2004b).
otras áreas. Las mujeres muertas milagrosas
parecen ser notablemente más frecuentes en Más allá de la muerte
la zona del noroeste que en la mesopotamia.
Finalmente, el culto de las falanges de los di- Como mencionáramos, en La Difunta Co-
funtos milagrosos parece restringido a esta rrea, Susana Chertudi y Sara Newbery afir-
última área y las colindantes así como el ca- maban que los difuntos accedían al carácter
rácter milagroso de los árboles bajo los que los de santos en la consideración popular debido
santos encontraron la muerte 1 . a que el sufrimiento asociado a la muerte vio-
Algunas de las razones de estas diferencias lenta o accidental purificaba sus almas:
podrían ser encontradas en la forma en que la
En la creencia en el poder que adquiere el
evangelización tomó en diferentes áreas del
alma de quien muere en forma trágica y,
país y el momento en que esa evangelización
como en el caso de la Difunta Correa, luego
fue realizada. Como apunta Oscar Calavia
de un profundo padecimiento, está presen-
Sáez (1996) en una comparación de Brasil y
te la idea de elevación y de purificación a
Argentina contenida en el libro Fantasmas
través de un sufrimiento intenso, no busca-
Falados, las canonizacones populares en su
do sino sobrevenido, llegado de fuera; tal
conjunto parecen ser más frecuentes en las
sufrimiento purifica (Chertudi y Newbery,
zonas donde la evangelización fue más tempra-
1978:122).
na, y esto parece referir a la historia de la Igle-
sia Católica y sus políticas en relación a la En Blessed Anastácia: Women, Race, and
canonización que se hicieron cada vez más res- Popular Christianity in Brazil, refiriéndose al
tringidas a partir del siglo XVII hasta época culto a la esclava Anastácia en el área de Río
reciente. Sin embargo, también podríamos pre- de Janeiro, John Burdick (1998: 149-156) ofre-
guntarnos si esta variación regional no denun- ce una interpretación alternativa del sufri-
cia la presencia de tradiciones indígenas y miento de esta santa popular. El autor no in-
afroamericanas preexistentes y coexistentes terpreta que el sufrimiento de Anastácia -evi-
con esa evangelización. Pablo Cirio (2000), por dente tanto en su imagen amordazada como en
ejemplo, ha mostrado la evidente actualización las historias que se cuentan sobre ella- sea,
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desde el punto de vista de sus devotas, un tina vinculado a unas escenas raramente aso-
medio para la purificación del alma de la es- ciadas a otras santas populares. Parecen
clava sino, en cambio, el locus que permite la infrecuentes los casos de mujeres cuyas histo-
identificación con ella en el momento de pe- rias de santificación están ligadas a seguir a
dirle ayuda. De acuerdo con el material pre- sus maridos y alimentar a sus hijos después
sentado por este autor no sería tan acertado de muertas . Como apunta Lozano (2003, en
decir que en la visión popular algunos difun- prensa) abundan en cambio, particularmente
tos se han hecho santos porque sufrieron y así en el noroeste entre las milagrosas, las muje-
purificaron su alma como afirmar que debido res violadas y muertas en el camino y las mu-
a que sufrieron pueden entender el sufrimien- jeres muertas por sus maridos. A estas últi-
to de quienes les piden ayuda. El sufrimiento mas generalmente se les atribuye infidelidad.
posibilita y construye el vínculo de identifica- Estas escenas también enmarcan las historias
ción entre Anastácia y sus fieles y es a la vez de vida recordadas de otras mujeres santifica-
garantía de que estos últimos serán escucha- das aún cuando las escenas originales ligadas
dos por ella. a su santificación sean otras. Esto sucedió por
En relación con el papel central que para ejemplo con la Brasilerita en el cementerio de
Chertudi y Newbery el modo de morir desem- Tucumán de quien hace treinta años se decía
peña en la canonización posterior, Eloísa Mar- que era una rezadora y sanadora muerta in-
tín ha señalado que la desmesurada atención cendiada por el fuego de las velas en el cemen-
prestada tanto a la muerte violenta como al terio y ahora al menos algunas versiones sos-
milagro por los estudiosos de la religiosidad tienen que la mató el marido por ser infiel.
popular en Latinoamérica, deviene de una Como las vidas de las mujeres vivas, las vi-
perspectiva inconscientemente moldeada por das de las santas populares parecen frecuen-
el catolicismo. Sólo el abandono de esta pers- temente enmarcadas por una clave que inclu-
pectiva permitiría, según esta autora, estable- ye escenas relativas a sus prácticas sexuales.
cer cómo los sectores populares otorgan Si en las mitologías mínimas (Calavia Sáez
sacralidad a ciertos seres humanos vivos y 1996) de muchos santos populares se encuen-
muertos (Martín 2003b, 2004a). tra un momento de quiebre en que se ven obli-
Un punto de vista que pone en cuestión la gados a esconderse y huir de la policía o la
muerte violenta como razón suficiente para milicia llevando una vida fuera de la ley, y el
revestir de carácter milagroso al difunto, fue robo a los ricos para beneficio de los pobres,
inicialmente sugerido por un trabajo de Eliane en las mitografías de las mujeres milagrosas,
Tania Freitas (2000) en el noreste brasileño. en cambio, no hay prácticamente referencia a
La autora se preguntaba si había algo en la ningún hecho de su vida excepto o bien a la
vida de los difuntos que ocupaban su análisis infidelidad y la muerte violenta en manos de
que preanunciaba que se convertirían en mi- novios, maridos o compañeros celosos o bien a
lagrosos. El trabajo sugiere la existencia de la violación y la muerte violenta en manos de
ciertas escenas santificadoras comunes a las sus violadores. Sólo las santas populares cu-
vidas de diversos difuntos en determinadas yas vidas fueron registradas por la prensa an-
épocas y regiones que se suman a la muerte tes de su muerte como Evita -que también hace
violenta como fundamento del poder milagro- milagros en el hospital que lleva su nombre- o
so que se les otorga. Si bien las autoras de La Gilda, escapan de esta regla de silencio y sexo.
Difunta Correa mencionaban algunas de estas Yo misma he sugerido en otra parte (Carozzi
escenas como las que evidencian la abnegación 2003a, 2003b) que las escenas santificadoras
de la difunta o el robar a los ricos para ayudar operarían como marcos interpretativos para la
a los pobres atribuido frecuentemente a los reconstrucción biográfica de los difuntos mi-
gauchos milagrosos, les otorgaban un rol se- lagrosos: se recordarían particularmente en-
cundario en la canonización popular en rela- tre otros eventos de la vida o se añadirían a
ción con la muerte violenta o accidental con ellos. Por ejemplo, y para citar un caso recien-
sufrimiento intenso, único rasgo común a casi te, en Corrientes la muerte en manos de un
todos ellos. policía de un gaucho pobre y desarmado que
Tal vez por lo temprano de su santificación corteja a la misma mujer que él es una escena
el caso de la Difunta Correa aparece en Argen- común en las biografías contadas de los difun-
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tos milagrosos. En el 2003 murió un joven en se apropian de una devoción a menudo


un pueblo de Corrientes, Caá Catí, también producen historias contrastantes. Resulta
desarmado, en manos del padre y el hermano entonces interesante relacionar las distintas
de su novia. La historia que la madre del jo- versiones de las escenas ligadas a los santos
ven transmitió a los medios, destacaba que al populares que difieren entre sí, con los
joven lo habían matado porque era pobre y segmentos sociales que les dieron origen. Como
porque su novia era pretendida al mismo tiem- señala Alicia Martín (2003) para el caso de
po por un policía, candidato que la familia de Gardel, estas divergencias originan disputas
la novia prefería. La misma madre también entre segmentos de seguidores. Moralidades
repartió entre la población de Caá Catí, una divergentes vienen a producir distintas
foto de su hijo vestido de gaucho, tomada du- versiones biográficas que dan origen a
rante una peregrinación a la basílica de Itatí, discusiones que mantienen viva la memoria de
a pesar de que el chico no se vestía coti- estos difuntos. Al mismo tiempo esta cons-
dianamente así. De tal modo la madre recons- tatación arroja dudas sobre el sentido que
truía tanto la biografía como la imagen de su reviste el reproducir “la leyenda” de los santos
hijo destacando aquellos elementos que las como una biografía completa del nacimiento a
asimilaban a escenas comunes en las la muerte, cuando tales historias biográficas
santificaciones populares del área. no forman sino muy raramente el acervo de
En estrecha relación con esta práctica, tan- conocimientos de los devotos (un hecho que
to Pablo Semán (2000) como Javier Auyero Chertudi y Newbery ya señalaban para el caso
(1999, 2001), sugieren para el caso de Evita de la Difunta Correa).
Perón lo que, recurriendo a un neologismo, La posibilidad de apropiarse del santo con
podría denominarse la performabilidad de al- distintas historias biográficas, nos hace pen-
gunos santos populares. Los autores, apuntan sar que el hecho de que las biografías que cir-
que Evita sigue siendo actuada por las muje- culan sean mínimas -mitologías mínimas las
res de formación peronista que aspiran a ser llama Calavia Sáez (1996) designando un
líderes en los barrios del Gran Buenos Aires, minimalismo que es común a la memoria de
adoptando su peinado, su tintura y su modo muchos santos populares- puede contribuir
de hablar en público. La figura de otros san- justamente a la extensión de su culto y la acep-
tos populares como el Gauchito Gil, Gardel, tación de su carácter milagroso por parte de
Gilda y Rodrigo, su forma de peinarse , vestir- amplios sectores de la población, dado que po-
se, gesticular, el tono de su voz o el contenido sibilita que distintos segmentos puedan pro-
más repetido de sus discursos también son in- yectar sobre ellos escenas, guiones e imágenes
corporados -esto es asimilados miméticamente divergentes.
en sus propios cuerpos y sus propias voces- por
algunos de sus seguidores. Esta perfor- Agentes Santificadores
mabilidad parece verse posibilitada por el
empleo de un código restringido de gestos, vo- Otra cuestión sugerida por Frigerio y Rivero
ces, ropas en las apariciones y representacio- (2003) en relación a las canonizaciones popu-
nes públicas de estos santos, que los torna per- lares que estaba apenas esbozada en el libro
sonajes y por lo tanto actuables. En ocasiones La Difunta Correa, es la que indaga acerca del
la creación del personaje aparece como una co- rol de ciertos agentes santificadores específi-
construcción en la que colaboran tanto el pro- cos en el inicio y sostenimiento de la fama de
pio candidato a santo, que restringe sus códi- un difunto como milagroso y su culto. En todo
gos en sus apariciones públicas, como la ac- proceso de canonización popular hay, sostie-
ción de los propios devotos y seguidores para nen estos autores, agentes que multiplican, or-
desmentir cualquier versión de sus vidas que ganizan, ordenan, limpian, administran y
venga a poner en duda la adaptación del santo mantienen los altares mediante un trabajo
al personaje así conformado (Carozzi 2004). constante y free riders –individuos que sólo se
Como señalara Carlos Steil (1996), en acercan a estos altares con sus ofrendas cuan-
relación con la devoción de Bom Jesus da Lapa do necesitan pedir algo. Los primeros dan lu-
(Bahía) aceptada y adaptada por la Iglesia gar a distintos tipos de organizaciones religio-
Católica, cuando distintos segmentos sociales sas que, aunque no puedan encuadrarse den-
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tro de la tipología secta/iglesia funcionan, de reunía los diversos difuntos milagrosos del te-
todos modos como núcleos que permiten la di- rritorio argentino en un campo unificado de
fusión y el crecimiento de movimientos religio- estudio- y las obras posteriores que abordaron
sos. Como en otros tipos de organizaciones po- el tema nos ha permitido ver cómo, dentro de
cos agentes y muchos free riders parece ser la los límites de este tema específico, se desplie-
norma. Sin embargo hay excepciones, como es ga la progresiva secularización de los estudios
el caso del Gauchito Gil en Corrientes donde sobre religiosidad popular a medida que resul-
hay varios pueblos en que se cuenta un altar ta posible cuestionar los supuestos, a menudo
cada dos o tres casas. Tal vez parte del éxito inconscientes, que se derivan de predisposicio-
nacional de este santo popular (Kraustofl 2001) nes a percibir e interpretar los fenómenos re-
se deba a una combinación del volumen de la ligiosos moldeadas por el catolicismo.
emigración de la población que sostiene el cul- Asimismo, emergen de este diálogo, algunas
to y un habitus que la lleva a construirle alta- de las cuestiones que han dado vida a los estu-
res y rendirle culto frente a ellos en pago de dios de difuntos milagrosos en los países del
promesas, más que a concurrir a altares aje- Cono Sur de América en las últimas décadas.
nos. Esta multiplicación de los altares, suma- Estas cuestiones incluyen, en primer lugar, la
da a su fácilmente perceptible color rojo, vuel- que indaga acerca de la relación entre las bio-
ve extremadamente visible la multiplicación grafías atribuidas a los difuntos milagrosos y
del culto, lo que presumiblemente contribuye las situaciones de opresión que atraviesan los
a reproducir la fama de milagroso de este san- sectores que con ellos se relacionan: la medi-
to popular. da y la forma en que las historias y los mila-
Otra perspectiva en relación a los agentes gros atribuidos a los difuntos constituyen re-
multiplicadores del culto a los santos popula- gistros velados de situaciones de opresión e
res, formulada por Calavia Saez (1996) para injusticia, desnaturalizan el orden social o
Brasil y por Lydia Nakashima Degarrod (2003) posibilitan revanchas simbólicas. La segunda
para Chile hace depender las canonizaciones gran cuestión se plantea en torno a las carac-
de la difusión de la prensa popular. La prensa terísticas y escenas atribuidas tanto a la vida
construiría tanto la fama como la peculiaridad como a la forma de morir de estos difuntos que
de las historias de vida de quienes se volve- resultan comunes en determinadas regiones y
rían santos populares. Esta perspectiva, que épocas. Cuando a partir de ellas es posible es-
a mi entender, otorga una agencia desmedida tablecer tradiciones santificadoras geográ-
a los medios sobre las prácticas sociales y des- ficamente diferenciadas, los investigadores
conoce las influencias que se ejercen en el ca- también han planteado como pregunta si las
mino inverso, llama la atención, sin embargo, mismas se emparentan con rasgos de las cul-
a una articulación entre medios y santificación turas indígenas y afro-americanas de esas zo-
que vale la pena investigar. Si los medios por nas. Otra pregunta, directamente relacionada,
sí solos no crean los santos populares a menu- indaga acerca de los modos en que la memoria
do colaboran con la provincialización o nacio- de cada difunto en particular se ritualiza pro-
nalización de su conocimiento, como sucedió gresivamente, en el sentido de hacerse
por ejemplo, en el caso de María Soledad en estereotípica y repetitiva, haciendo del difun-
Catamarca (Lozano en prensa). También pa- to un personaje actuable. Finalmente, cuando
rece interesante y fructífero analizar cuáles distintos segmentos de la población atribuyen
escenas de la vida del difunto milagroso toman distintas escenas y características a un difun-
los medios en esos procesos de provincia- to, los investigadores se han preguntado tan-
lización o nacionalización, una tarea que he to acerca de la relación de estas escenas con
intentado abordar para el caso de Gardel moralidades divergentes, como sobre el rol que
(Carozzi 2004). las luchas por otorgar sentido al difunto con-
tribuyen al mantenimiento de su memoria.
Reflexiones finales Una última cuestión que emerge de este diálo-
go es la referente a quiénes son los agentes que
El diálogo entre algunas de las interpreta- difunden y mantienen la canonización y cuál
ciones adelantadas por Susana Chertudi y es el rol que a los medios de comunicación les
Sara Newbery en La Difunta Correa -libro que cabe en esta difusión. En su conjunto, estas
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preguntas han contribuido a enriquecer y tor- que La Difunta Correa contribuyera decisiva-
nar más complejo el estudio de las canoniza- mente a estructurar poco menos de treinta
ciones populares, un campo de investigación años atrás.

Notas
1
A este respecto también puede consultarse la reseña de devociones populares realizada por Félix Coluccio (1986).

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