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Resumen
Introducción
La manipulación del huésped inducida por parásitos está ampliamente distribuida en la naturaleza
y ha sido un tema de varios estudios en las últimas décadas (Thomas et al. 2010). Las asociaciones
específicas entre artrópodos y hongos parásitos son relativamente conocidas para una variedad de
grupos, incluidos Araneae, Coleoptera, Hymenoptera y Hemiptera (Araújo & Hughes 2016).
Eberhard y col. (2014), para
ejemplo, demostró que Edessa rufomarginata (De Geer, 1773) (Hemiptera, Pentotomidae), cuando
fue infectada por el hongo Purpureocillium cf. lilacinum (Ascomycota: Ophiocordycipitaceae),
exhibe el comportamiento inusual de moverse de las hojas a los tallos de su planta huésped y
agarrar firmemente los tallos.
Se han notificado infecciones por hongos entomopatógenos en varias regiones del mundo, como
Asia, Australasia, África y América (Pontoppidan et al. 2009). Estas interacciones a menudo
ocurren como epizootias, contaminando una gran cantidad de especímenes de hormigas en
pequeñas regiones forestales (Andersen et al. 2009, Pontoppidan et al. 2009). La posibilidad de
actuar directa e indirectamente sobre la abundancia de sus invitados y, por lo tanto, presentar una
función importante en El flujo de energía de las comunidades hace que los estudios sobre
interacciones fúngicas y de hormigas sean altamente recomendables (Hudson et al. 2006). Entre
estas asociaciones, se conoce que las especies de Ophiocordyceps (Hypocreales:
Ophiocordycipitaceae) pueden parasitar varias especies de hormigas de grupos basales (p. ej.
Ponerines) a géneros modernos (p. ej. Camponotus) (Evans y Samson 1982, Sanjuan et al. 2011,
Evans et al. 2011, Evans et al. 2011, Evans et al. al.2011). En un estudio realizado en Tailandia,
Hughes et al. (2011) mostraron que Ophiocordyceps unilateralis sensu lato (Tul. Y C. Tul.) Petch,
1931 manipula el comportamiento de la hormiga Camponotus leonardi Emery, 1889. Los autores
observaron hormigas infectadas con parásitos fijados a través de sus mandíbulas a las venas
abaxiales de hojas, un comportamiento que no es evidente en las hormigas sanas de esta especie.
De acuerdo con Andersen et al. (2009), este comportamiento es adaptable al hongo, asegurando
un nicho microclimático estable para su desarrollo después de la muerte del huésped y facilitando
la dispersión aérea de las esporas. Araújo y col. (2015) describieron tres especies de
Ophiocordyceps que infectan a las hormigas Camponotus, incluida O. camponoti-atricipis, la
especie objetivo de este estudio. Las especies que pertenecen al complejo O. unilateralis
desencadenan una serie de eventos sincronizados dentro del huésped para inducirlo a abandonar
la colonia hacia la maleza, donde muere en una posición elevada y estratégica, uniéndose
característicamente a la vena abaxial o los bordes de las hojas. Una vez allí, el productor de
esporas, la estructura (estroma) emerge de la región intersegmental antes del pronoto, de donde
las ascosporas liberan activamente sus esporas después de unas pocas semanas de maduración
(Andersen et al. 2009, Araújo et al. 2015). Después de la liberación, las esporas se depositan en el
suelo del bosque, donde infectarán otras hormigas que eventualmente pasarán por el sitio. La
invasión del cuerpo del huésped ocurre a través de la cutícula y los cadáveres se encuentran
predominantemente en áreas donde la densidad de hormigas previamente manipuladas y
asesinadas por el hongo ya es bastante alta, llamados cementerios (Pontoppidan et al. 2009). En
Brasil, se registraron epizootias naturales causadas por hongos O. unilateralis en individuos
adultos de Camponotus sp. en la selva amazónica (Andrade 1980, Evans y Samson 1982, 1984). En
el sureste, Evans et al. (2011) describieron cuatro nuevas especies con características
microscópicas notoriamente diferentes, pero con una morfología similar a la de O. unilateralis. Los
autores encontraron que O. unilateralis es en realidad un complejo de especies, lo que ha sido
confirmado en estudios posteriores (Kepler et al. 2011, Luangsa-Ard et al. 2011, Kobmoo et al.
2012, Araújo et al. 2015). Después de este reciente descubrimiento, se realizó poca investigación
sobre la ecología y distribución de estos hongos. especies. En este estudio, nuestro objetivo fue
extender el área de ocurrencia de la asociación entre el hongo O. camponoti-atricipis y su hormiga
huésped C. atriceps. Además, investigamos (1) la aparición de la especificidad de la planta huésped
por las hormigas parasitadas, (2) qué estructuras de las plantas son utilizadas por las hormigas
como sustrato de fijación, y (3) si la muerte de las hormigas parasitadas ocurre con frecuencia
alturas sobre el suelo.
Materiales y métodos
Área de estudio
características morfológicas según Araújo et al. (2015) Depositamos especímenes tanto del hongo
Ophiocordyceps camponoti-atricipis como de la hormiga Camponotus atriceps en la colección
entomológica del Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo - MZUSP (Brandão, curador).
Además, realizamos una tercera expedición en noviembre de 2016 para obtener datos sobre la
ecología de esta interacción. Realizamos una búsqueda visual de hormigas parasitadas por O.
camponotiatricipis a lo largo de transectos en senderos del sitio de estudio. Para cada hormiga
encontrada, registramos (1) la especie de la planta huésped, (2) la estructura de la planta donde
murió la hormiga (3) la parte de la estructura utilizada por la hormiga para la fijación y (4) la altura
sobre el suelo.
Para verificar si las hormigas parasitadas ocurren al azar o con mayor frecuencia en (1) ciertas
especies de plantas, (2) estructuras de plantas específicas y (3) alturas sobre el suelo, comparamos
las frecuencias esperadas con las observadas para cada atributo. Para analizar la especificidad de
las hormigas para las especies de plantas hospedadoras, consideramos las especies disponibles en
el área de estudio para determinar las frecuencias esperadas, y las comparamos con las
frecuencias observadas de especies de plantas utilizadas efectivamente por las hormigas como
sustrato. Para determinar qué estructuras de plantas y alturas sobre el suelo fueron utilizadas
frecuentemente por hormigas parasitadas, comparamos las frecuencias de estructuras / alturas en
las que encontramos hormigas (frecuencias observadas) con frecuencias esperadas al azar. Para
todo el análisis, utilizamos pruebas G con un significado establecido en 0.05 (Sokal y Rohlf 1994,
Zar 1998) a través del software BioEstat 5.3.
Resultados
Todas las hormigas parasitadas presentaban un micelio externo abundante y visible que cubría su
tórax y sus piezas bucales (Fig. 1a). Los cuerpos fructíferos de los hongos son inicialmente blancos
y se vuelven de color marrón claro con el tiempo. Estroma único producido a partir del pronoto
dorsal, con un promedio de 8,6–16,9 mm, cilíndrico, aterciopelado y marrón jengibre en la base,
que se vuelve rosado como el ápice. Región fértil de cojines laterales marrón chocolate,
oscureciéndose con la edad, de tamaño variable. Peritecia inmersa en el
estroma, parcialmente erumpent, en forma de matraz, con un promedio de 2–2.3 mm. Región
cercana a la base del estroma con cuello o ostiolo corto y expuesto, con un promedio de 0.8–1.4
mm por encima del pronoto dorsal de la hormiga.
Plantas hospederas
En total, encontramos 106 hormigas parasitadas, la mayoría de ellas (77.36%, n = 82) sobre la
planta introducida Coffea arabica (Rubiaceae). También encontramos hormigas en las hojas de
jengibre Citrus reticulata (Citreae; 10.38%, n = 11), tipi Petiveria alliacea (Phytolaccaceae, 1.89%, n
= 2), y en algunas especies no identificadas de plantas nativas (9.43%, n = 10 ) Solo un individuo
(0,94%) se adhirió a una enredadera. En algunas regiones del área de estudio, observamos una
alta frecuencia de contaminación.
Estructuras vegetales
Las hormigas parasitadas murieron con mayor frecuencia en las hojas (92.45%, n = 98). Otras
estructuras de plantas utilizadas por las hormigas como sitio de fijación fueron tallos (n = 3), ramas
(n = 2), vides (n = 2) y zarcillos (n = 1).
Fig. 2 - Frecuencias esperadas y observadas de alturas sobre el suelo que contiene hormigas
Camponotus atriceps parasitadas por el hongo Ophiocordyceps camponoti-atricipis.
Todos los individuos encontrados en las hojas se adhirieron a través de sus mandíbulas a los
márgenes de las hojas o a la vena central de la superficie abaxial (Fig. 1b). Cuando comparamos las
frecuencias observadas de
Estructuras utilizadas por las hormigas como sustrato con las frecuencias esperadas al azar,
encontramos una mayor frecuencia de individuos adheridos a las venas centrales que a los
márgenes de las hojas (G = 4.4729,
p = 0,0494). Altura sobre el suelo Observamos una alta variación en las alturas en las que murieron
las hormigas parasitadas, que van desde 15 cm hasta 290 cm sobre el suelo, con una altura
promedio de 171 ± 57 cm (media ± desviación estándar). Sin embargo, a pesar de esta amplia
extensión, las frecuencias de las hormigas a alturas entre 100 y 250 cm fueron significativamente
más altas que las esperadas al azar (Fig. 2; G = 28.3959, p <0.0001).
Discusión
1265 Aunque ocurre en especies de plantas nativas e introducidas, la mayoría de las hormigas
parasitadas se encontraron en la planta introducida C. arabica. A diferencia, Araújo et al. (2015)
encontraron hormigas parasitadas
principalmente en hojas y espinas de especies de Arecaceae. En otro estudio, Hughes et al. (2011)
encontraron hormigas muertas unidas a una amplia gama de especies de plantas, incluidos
monocotiledóneas y eudicots. Nosotros
hongo y la interacción con sus hormigas huésped, así como con todo el complejo O. unilateralis. La
ocurrencia natural en las hormigas Camponotini sugiere que este hongo puede desempeñar un
papel importante en el control de hormigas, y debería alentar estudios más extensos sobre la
posibilidad de manipular este hongo para su uso en programas de control biológico.