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BECERRO DRT'"fRTRI0 C/INST1TUTO DE SEGURrG/"_I..~ 3()CIAl.., 3EGUROS y PRCST.

i\~,;,108 nF - --
PROVINCLA DEL CH.A~CO S/ACC!ON DE A!v!PARO

S.C. B. 646; L. XLVI

Suprema Corte:

-1-

Contra la sentencia del Superior Tribunal de Justicia de la provincia del

Chaco, que revocó la de la anterior instancia y rechazó la acción de amparo intentada, el

actor interpuso un recurso extraordinario que fue admitido (v. fs. 191/197; 205/219 Y

234/236) .

Explica el recurrente que inició el presente proceso a fin de que se


,
ordene a la parte demandada -Instituto de Seguridad Social, Seguros y Préstamos de la

provincia del Chaco- el cese de la aplicación de la ley 4637, a sus haberes previsionales, y

se practique, a su vez, la devolución de los montos descontados en virtud de dicha norma.

Expresa que cuestionó la constitucionalidad de la referida ley por

-- - entem:!erja-lesWa-de-susderechos, toda ve-z qlle establece un nllevo cálculo de los haberes

jubilatorios, sobre otras bases y cargos que regían al momento que obtuvo su beneficio

previsional, todo lo que se traduce -dice- en la modificación de su status jubilatorio. En

sustento de ello, aduce que los descuentos que se practican a partir de la implementación

del nuevo régimen no se realizan por un tiempo determinado ni se prevé su devolución, es

decir que son permanentes.

Sostiene, que el juzgador cometió un error al considerar que su

beneficio provenía de un marco legal especial y, por tal razón, pretendió solucionar el caso

con la aplicación de un precedente que difiere de su situación particular. Sobre ello, continúa

diciendo que obtuvo su jubilación bajo la ley 3100, que establecia el régimen previsional

común en ese momento, y que cumplió con los requisitos de edad y años de aportes por ella

exigidos.

Asimismo, pone de resalto que el descuento que se le practica a partir

de la implementación del sistema que ahora ataca es confiscatorio, pues llega al 22% de su

haber, extremo que -continúa- el superior local omitió analizar, lo que reafirma la tacha de
arbitrariedad que alega.

- 11 -

V.E. tiene expresado que en caso de basarse el recurso extraordinario

en dos fundamentos, uno de los cuales es la arbitrariedad, corresponde considerar éste en

primer término, pues de existir esa tacha no habría, en rigor, sentencia propiamente dicha (v.

Fallos 317:1454; 318: 189; 321: 1173; 322:904, etc.).

Estimo que esto es lo que ocurre en el sub-lite pues, desde mi punto

de vista el sentenciador no realizó un estudío acabado del caso llevado ante su estrado,

sítuación que se agrava aún más a partir de la naturaleza de los derechos en juego.

En efecto, la Corte local pretendió dar solución al planteo de autos, con

la remisión a un antecedente propio, empero las normas por medio de las cuales los actores

de uno y otro caso obtuvieron su jubilación -son substam:iaJOJentediferenles,_cirCU!1stancia

que requería, desde mi óptica, una explicación y desarrollo mucho más extenso y preciso del

que se efectuó en la sentencía atacada, para poder convalídarla como tal. Pienso que tal

accionar se imponía, pues de la lectura del precedente al que se remitió, sólo surge como

nexo con el presente proceso que ambas leyes otorgantes del beneficio eran especiales, sin

que se desprendan del fallo ahora cuestionado otras semejanzas o algún tipo de distingo

que, por su poca importancia, induzca a conciuir, tal como se hizo, que a ambas causas le

correspondía la misma solución.

Por otro lado, no se estudió adecuadamente el problema básico de la

controversia: esto es, independientemente del tema de la movilidad, la admisibilidad

constitucional de modificar por una ley posterior la base del cálculo de un beneficio

incorporado al patrimonio del jubilado a partir que había sido concedido y de su efectivo

cobro. Fundamentación particularmente exigible en casos como el de autos en que se

convalidó una normativa que permite un recorte importante de los haberes previsionales

(disminución que se sumó -vale recordarlo- por un prolongado período, a la realizada eA


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virtud de la ley de emergencia (4044». Este último tema abre una grieta más a los

basamentos de la sentencia del superior Chaqueño, que la hace también vulnerable a la

descalificación por arbitrariedad propugnada. Nótese sobre ello, que uno de los argumentos

planteados por el actor, desde el inicio de las actuaciones, era el alto nivel de descuento que

se realizaba en razón de la superposición de normas (37%) y la confiscatoriedad que de ella

surgía, pues si bien es cierto que -como lo resaltó el juzgador- la ley de emergencia 4044

dejó de tener vigencia en septiembre de 2003 (de acuerdo a la letra de la ley local 5251) ello

no resultaba óbice para pronunciarse sobre la petición referida, extremo de inevitable

tratamiento para dar una precisa y completa solución a la controversia.

No subsanan' los defectos señalados los asertos dogmáticos

relacionados con la validez constitucíonal del descuento practicado por la ley 4837, desde

que en el antecedente que utilizó para sostener su postura se aprecia que se limitó a revocar

!o decidido en la instanciaanterior~ Gitando.antecedente.s.de.\l.E., pero omitíendo realizar el

necesario estudio que permitiese aplicar dicho marco doctrinario al caso concreto, falencia

que se acentuó con la trascripción de párrafos enteros de aquella.

Lo dicho se percibe con mayor claridad sí se repara en que el juzgador

hizo hincapié en "las actuales circunstancias de la economía y en vista a la crisis financiera

del organismo previsionaf' para convalidar el descuento, pues tal argumento evidencia, por

un lado, que la quita en disputa podría haber sido practicada hasta tanto cesen las razones

que le dieron origen, es decir, que el recorte fuera temporario y no permanente como lo

determina la normativa; por otro, se torna vacío de contenido lo expresado, si se advierte que

la ley atacada comenzó a regir en enero de 2001 momento desde el cual se desarrollaron

muchos y diversos escenarios en la economía nacional -con repercusión sin duda en la

esfera local- hasta febrero de 2010, fecha del dictado de la sentencia.

Es del caso poner de resalto, que esa Corte Suprema ha reiterado que

no se debe atender a un porcentaje fijo de descuento para determinar la eventual

confiscatoriedad de la disminución en el monto del haber previsional, sino que, por el


contrario, evaluando las particularidades de cada caso se han aceptado diversos montos de

reducción como no lesivos de los derechos de los agentes en pasividad (v. Fallos: 321 :2181;

310:991; 307:1921 l, aspecto en el que resulta particularmente relevante considerar las

fluctuaciones económicas por las que se atraviesa en un momento dado (cfme. doctrina de

Fallos 305:2083; 306: 1115, y en el mismo sentido voto del Dr. Vázquez publicado en Fallos

323:4205). De acuerdo a ello, estimo que era una exigencia ineludible el pronunciamiento del

superior local sobre el punto, por cuanto se trata de una ley con más de diez años de

vigencia, lapso -como ya se adelantara- donde se registraron variaciones importantes en el

contexto económico.

Por último, debo destacar que la decisión cuestionada careció,

también, de una adecuada profundidad en el examen de la situación previsional del actor al

momento de obtener su beneficio. Me refiero -claro está- a los años de aportes, edad,

deudas con el sistema, etc, datos que, sin duda, debieron JomarS~LeD~_uentª_p_ªraJatificélr_

una quita tan gravosa como la estudiada. Pienso que tal omisión es inadmisible, desde que

era preciso demostrar, para arribar a una conclusión tan contundente como lo hizo el

superior local, que el accionante había obtenido un beneficio desproporcionado respecto a

los aportes y la actividad desempeñada para adquirirlo, pues que un sistema sea especial no

significa per se que sea de privilegio, ya que muchos de ellos responden a las características

de la tarea desarrollada laboralmente, lo que justifica un tratamiento diferente ante

situaciones aparentemente iguales.

Sobre ello es de destacar que _al momento de jubilarse, el demandante


",.
excedía los años de edad exigidos aún para obtener la jubilación ordinaria, situación que se

repetía respecto a los años de aportes; es decir cumplía con los requisitos básicos

establecidos por un régimen previsional general. Por tal razón, con la única facilidad con que

contó el actor, por sobre el resto de los trabajadores afectados a la ley previsional ordinaria

local, fue la posibilidad de completar los años de aportes demandados por la caja de la

provincia -se requerían diez y ostentaba sólo 2, los otros habían sido realizados a cajas con /Y
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convenios de reciprocidad- de acuerdo a lo estipulado por el inciso c) del artículo 45 de la ley

3100 que, al tiempo de entrar en vigencia la normativa impugnada, se encontraban

ampliamente cumplidos, tal como surge de las actuaciones administrativas; por tanto, a ese

momento la situación del reclamante era equiparable a la de un jubilado por la normativa

local común.

Reitero, entonces, que todas las circunstancias apuntadas merecían

una exhaustiva atención y un profundo análisis, acordes a las características de los derechos

reclamados, de los que careció el fallo apelado.

Por tanto, opino que se debe declarar formalmente procedente el

recurso extraordinario, dejar sin efecto la sentencia y mandar a que, por medio de quien

corresponda se dicte una nueva conforme a derecho.

Buenos Aires, 3 de febrero de 2012.

MARTA A. BEIRÓ de GONQALVEZ


PROCURAOUR' IIIW Mm lA
CORII SUPREMA DE JUSIICIA DE lA IJACIOU
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