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El paisaje ideal

En el siglo xvii (edad media y Renacimiento) se reflejaron en los esquemas de la tópica


panegírica los ideales de casta y de la vida que se tenía en la tardía antigüedad.

Así como se reproduce el ideal de hombre, también se dejó establecido, el ideal de la poesía.

1- LA FAUNA Y FLORA EXÓTICAS

“Las descripciones medievales de la naturaleza no aspiran a reflejar la realidad. Es lo que


ocurre con el arte románico, […] pero no se suele saber qué es lo que ocurre con la literatura
del mismo periodo.” (pp.263)

“Ekkehart IV de St. Gallen nos dejó una serie de bendiciones verificadas para alimentos y
bebidas (benedictiones ad mensas), a las cuales se les atribuye "un alto valor histórico"; […] se
pensaba que el orden se los versos correspondía al orden se los diferentes platillos de
comidas” (pp.263)

“Pero se ha demostrado que las Benedictiones contienen principalmente nombres de


alimentos que Ekkehart tomó de las Etimologías de San Isidoro, y que constituyen, por lo tanto,
una lexicografía versificada. Una de las bendiciones es la de los higos, lo cual hace decir a Egli
que el higo ni fue un alimento del pueblo” (pp.264)

“Los Olivos son frecuentísimos en la literatura medieval del norte; aparecen en la literatura
latina del siglo XII y XIII y en la épica francesa. Proceden de los ejercicios retóricos de la tardía
antigüedad. […] En una epístola en verso Pedro de Pisa describe la hora del mediodía: el
candado pastor reposaba en la sombra y el sopor envolvía a los hombres y a los rojos leones”
pero esta mención ´absurda´ del león “no se trata de un sentimiento de naturaleza, sino de
técnica literaria. Esto es así porque en la poesía romana suelen aparecer leones. La epopeya
francesa está plagada de leones. […] Lo que tenemos es una estilización épica inspirada en
modelos de la Antigüedad y de la biblia. […] Todos esos animales exóticos y arboles provienen
ciertamente del sur, como los higos de Ekkehart; pero no de los jardines sino de la poesía y de
la retórica antigua.” (pp. 264-265)

“Las descripciones de paisajes en la poesía medieval deben entenderse como producto de una
trasmisión literaria fija.” (pp. 265)

2- LA POESÍA GRIEGA

“Con homero empieza en Occidente la glorificación del mundo, de la tierra, del hombre. […]
Este mundo no conoce todavía lo etonico, lo diabólico, con sus monstruosos enredos […] Lo
trágico como aspecto fundamental de la existencia, no parece en Homero […] lo que él refleja
es una clase señorial caballeresca.” (pp. 266)
“La naturaleza participa de lo divino. Homero prefiere sobre todo los paisajes placenteros, un
grupo de árboles, una floresta con fuentes y jugosos prados.” (pp. 266)

“[…] la fertilidad es uno de los elementos del paisaje ideal.” […] también “[…] en las uniones
amorosas de los dioses interviene la magia de la naturaleza; Zeus y Hera se esconden en la
cima del Ida entre una nube de oro” (pp. 267)

“Los poetas posteriores toman del paisaje homérico varios motivos que después se convierten
en patrimonio estable de una larga cadena de tradiciones: el lugar encantado de eterna
primavera, escenario de la vida bienaventurada de más allá de la tumba; el paraje placentero,
con su árbol, su fuente, su prado […]” (pp. 267-268)

“En homero y en toda la poesía antigua la naturaleza aparece siempre habitada, sin diferir del
paisaje habitado por los hombres o dioses […]”. Lo que hace falta para un paisaje placentero es
“sombra, árbol o grupo de árboles; además una fuente o un arroyo que refresquen y una
alfombra de césped en que sentarse; también es sitio agradable una gruta.” (pp. 268)

En la época helenística un motivo poético será escribir poesía bajo un árbol en el prado y junto
a una fuente. “Para escribir de este modo hace falta un marco sociológico […] un oficio que
exija la vida al aire libre o en el campo, lejos de la ciudad. En poeta debe tener tiempo y
ocasión para escribir […].Todo esto lo tienen los pastores, que disfrutan del ocio en abundancia
[…]” (pp. 269)

“[…] el siracusano Teócrito (primera mitad del siglo III) fue propiamente el creador de la poesía
bucólica, la cual es, después de la epopeya, el género poético antiguo que mayor influencia
ejerció. Varias son las causas de esa enorme influencia.” (pp. 269)

“A los pastores corresponde un escenario especial, una región propia, que vino a ser Sicilia, y
más tarde Arcadia.12 Hay diversos tipos de pastores y diversas jerarquías, que integran uno
como microcosmos social: vaquerizos (de aquí el nombre de “bucólica”), cabreros, pastoras,
etc. En el mundo pastoril, finalmente, desempeñan importante papel la naturaleza y el amor;
bien podemos decir que la literatura bucólica hizo suya, durante dos milenios, la mayor parte
de los motivos eróticos. La elegía amorosa de los romanos sólo floreció durante unos cuantos
decenios; no había para ella continuación ni renovación posibles; pero la Arcadia pudo volver a
descubrirse infinitas veces, gracias a que la temática pastoril no está ligada con ningún género
determinado, ni siquiera con alguna forma poética especial; halló cabida en la novela griega
(Longo) y, por imitación de ella, en la renacentista; de la novela, estos temas pudieron volver a
la égloga, o bien pasar al teatro […]” (pp. 269-270)

“El mundo pastoril es tan basto como el caballeresco y en las pastorelas medievales vinieron a
confluir ambos mundos. En el mundo pastoril se enlazan todos los mundos […]” (pp. 270)

“El Fausto de Goethe representa una “restauración de todas las cosas” (Hechos de los
Apóstoles, III, 21) dentro del proceso universal de la literatura, y por lo tanto también de la
poesía bucólica.” (pp. 271)
3 – VIRGILIO

“Si la poesía pastoril vino a convertirse en patrimonio estable de la tradición de Occidente fue
gracias a Virgilio, que recibió y transfiguró la herencia de Teócrito.” (pp. 273)

“Virgilio sustituye a Sicilia por la Arcadia, novelesca y lejana, que él mismo nunca llegó a ver.
[…] incorpora en su mundo pastoril las experiencias de su propia vida, […] e igualmente
incorpora las ideas religiosas del advenimiento de un salvador y de una nueva serie de siglos.
De este modo, Virgilio preludia en su obra juvenil su obra maestra […]” la Eneida. (pp. 273)

“De la Eneida sólo recordaremos dos paisajes ideales. En un bosque “antiguo” e “inmenso”,
Eneas y sus compañeros cortan pinos, robles, fresnos, olmos, para construir la pira fúnebre de
Miseno (VI, versos 179 II.); es para Eneas un deber piadoso y condición de su entrada en el
mundo de los muertos. El segundo pasaje: Eneas debe cortar la rama de oro del árbol sagrado,
que se eleva en medio de un espeso bosque rodeado por un valle umbroso; la tala de los
árboles le recuerda su tarea, y Eneas encuentra entonces el camino hacia la rama maravillosa.
Así, el bosque está para Virgilio penetrado de un horror fatídico; es tránsito hacia el más allá
[…]” (pp.275)

“[…] amoenus, ‘ameno, agradable, placentero’, es el adjetivo que Virgilio aplica


constantemente a la naturaleza hermosa […].Son “lugares amenos” los que sólo sirven para el
placer, los que no están destinados a fines utilitarios […] El locus amoenus aparece como
término técnico en el libro X IV dé la enciclopedia de San Isidoro. Aquí, el santo estudia la
geografía dividiéndola en: tierra, orbe, Asia, Europa, Libia […] de ahí pasa a las islas,
promontorios, sierras y otras designaciones de lugares (locorum uocabula) […] en San Isidoro el
Iocus amoenus es un concepto de la configuración geológica […]” (pp. 276)

De Homero, Teócrito y Virgilio, la Antigüedad tardía y la Edad Media, la clase de paisaje ideal
que pudieron prender son: la selva mixta y el locus amoenus.

4- OCASIONES RETORICAS PARA DESCRIPCIONES DE LA NATURALEZA

“La doctrina de la demostración distingue, a partir de Aristóteles, entre las demostraciones “no
artísticas” (es decir, las que el orador encuentra ya hechas y sólo necesita aplicar) 18 y las
“artísticas”, creadas por el orador mismo, que tiene que “hallarlas”; estas últimas se basan en
reflexiones, o, según el lenguaje aristotélico, en silogismos (conclusiones); el silogismo retórico
se llama enthymema, y en latín argumentum. Para hallar cales demostraciones, la retórica
ofrece categorías o “lugares” (loci), que pueden ser de persona o de cosa; los argumenta a
persona son: el origen, la patria, el sexo, la edad, la educación, etc., mientras los tópicos de
cosa responden a las preguntas “por qué”, “dónde”, “cuándo”, “cómo” […]” (pp. 278)

“[…] la pregunta ubi resulta un argumentum a loco, y de la pregunta quando un argumentum a


tempore. El primero se esfuerza por hallar pruebas en la configuración del lugar de los hechos:
si es montañoso o llano, si está en la costa o tierra adentro, si es cultivado, poblado, árido, etc.
Del mismo tipo es el argumentum a tempore: cuándo sucedió el hecho, en qué estación, a qué
hora del día, etc.” (pp. 278)
“[…] en la Antigüedad tardía la oratoria panegírica desterró casi del todo a la oratoria forense
[…] la descripción de paisajes pudo también provenir de las reglas de la inventio para el
discurso epidéictico; la meta principal de este tipo de oratoria era el panegírico, y una de las
.cosas que podían elogiarse eran los lugares; cabía alabarlos por su belleza, por su fertilidad,
por sus efectos saludables […].[…] la descripción de la naturaleza pudo provenir, por una parte,
del discurso forense, y por otra del panegírico; en ambos casos, de los tópicos de lugar y de
tiempo.” (pp.278)

“La teoría poética medieval20 incorporó los términos técnicos argumentum a loco y
argumentum a tempore, tomados de la tópica forense de la probatio, a los preceptos sobre la
descripción poética de la naturaleza […] (pp.279)

5 – LA FLORESTA

Es uno de los tipos de paisaje poético ideal posterior a Virgilio. Él “[…] concebía poéticamente
el “bosque mixto”, “ideal” o idealizado, y lo armonizaba con la disposición de las escenas épicas
[…]” (pp. 279)

“Ovidio presenta el tema del “bosque mixto ideal” variándolo con elegancia: la floresta no
aparece desde un principio, sino que va surgiendo gradualmente ante nuestros ojos; primero
vemos sólo una colina sin sombra alguna; aparece entonces Orfeo y comienza a tañer su lira, e
inmediatamente acuden los árboles a ofrecer sombra […]” (pp. 279)

“Séneca el trágico también describe, de pasada, una floresta con ocho especies diversas. En las
florestas y selvas de Estacio vuelve a haber mayor variedad, lo mismo que en Claudiano;
Estacio menciona trece tipos de árboles, Claudiano nueve. De la tardía poesía griega hay que
mencionar el jardín de Ematio, descrito por Nonno. Podemos ver que se trata de un tópico
permanente.” (pp. 279)

“El bosque mixto puede también considerarse como un tipo determinado de esos “catálogos”
que son, como se sabe, una forma básica de la poesía y se remontan a Homero y a Hesíodo.”
(pp. 280)

6 – EL PARAJE AMENO

“El locus amoenus constituye el motivo central de todas las descripciones de la naturaleza. “[…]
es un paraje hermoso y umbrío; sus elementos esenciales son un árbol (o varios), un prado y
una fuente o arroyo; a ellos pueden añadirse un canto de aves, unas flores y, aún más, el soplo
de la brisa.” (pp.280)

“En la Edad Media, los lexicógrafos y preceptistas del estilo incorporan el locus amoenus entre
los requisitos poéticos. A partir de 1070 lo encontramos con gran frecuencia en la floreciente
poesía latina […]” (pp. 282)
“La épica filosófica de fines del siglo XII adopta el locus amoenus en sus descripciones del
paraíso terrenal […].” En conclusión se puede decir que “[…] el paraje ameno es un tópico bien
delimitado de la descripción de paisajes.” (pp. 284)

7 – EL PAISAJE ÉPICO

“Ya en la Ilíada encontrábamos señales que marcaban el escenario épico. En la Canción de


Roldán suele haber árboles y colinas en las escenas de lucha y muerte; un concejo militar tiene
lugar «bajo un laurel, que está en mitad de un campo» […]” (pp.287)

“La novela cortesana en verso sobrepasará las primitivas necesidades de paisaje de la epopeya
heroica. […] Uno de sus motivos principales es el bosque salvaje, la selva selvaggia ed aspra e
forte que dirá Dante. Parsifal se cría en un bosque. Los caballeros de la Tabla Redonda pasan a
menudo por un bosque silvestre; en medio de él suele haber un paraje ameno” (pp. 287)

Un ejemplo conocido de paisaje épico es el que hallamos “[…] en el Cantar de mío Cid. La
afrenta de los infantes de Carrión a las hijas del Cid en el bosque de Corpes es uno de los
puntos culminantes del poema […]” (pp. 288)

Este tópico suele aparecer en la novela caballeresca como fue en el caso del Cantar del Mío
Cid.

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