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La aparición de una fase sólida en el seno de un líquido, bien por adición de un reactivo que
forma un producto insoluble con algunos de los iones de la disolución, o bien por concentración
del mismo líquido hasta sobrepasar la saturación, se llama precipitación y se denomina
precipitado al producto sólido que se origina.
Dado que el producto de solubilidad rige el equilibrio que se establece en una disolución
saturada, si este equilibrio se rompe por disminución de las concentraciones de los iones, se
disolverá más sólido hasta recuperar el equilibrio. Si aumentan dichas concentraciones iónicas,
precipitará la parte disuelta hasta alcanzar nuevamente el equilibrio. Resumiendo, para un sólido
poco soluble AB:
Si
Disolución saturada.
Si consideramos un ión A- que puede precipitar con el ión B+ para dar AB precipitado.
Si se añade progresivamente el ión B+ a la disolución que contiene A- comienza la
precipitación cuando se alcance el producto de solubilidad de ese compuesto,.
A partir de los productos de solubilidad es posible predecir cual de los iones precipita
primero y si esta precipitación es completa cuando empieza a precipitar el
segundo. Dicho de otra forma, es posible deducir si pueden separarse cuantitativamente dos
iones por precipitación fraccionada.
Ejemplo: ¿Se podrían separar Cl- y I- precipitando selectivamente con Ag+ en una disolución
donde [Cl-] = [I-] = 10-2 M? KsAgCl = 10-9.7, KsAgI = 10-16.1
Esto será posible si la concentración de Ag+ necesaria para que termine de precipitar un
ión no es suficiente para que comience a precipitar el siguiente en solubilidad.
Las reacciones de neutralización, son las reacciones entre un ácido y una base, con el fin de
determinar la concentración de las distintas sustancias en la disolución.
Tienen lugar cuando un ácido reacciona totalmente con una base, produciendo sal y agua. Sólo
hay un único caso donde no se forma agua en la reacción, se trata de la combinación de óxido
de un no metal, con un óxido de un metal.
Ácido + base → sal + agua
Las soluciones acuosas son buenas conductoras de la energía eléctrica, debido a los electrolitos,
que son los iones positivos y negativos de los compuestos que se encuentran presentes en la
solución.
Una buena manera de medir la conductancia es estudiar el movimiento de los iones en una
solución.
Cuando un compuesto iónico se disocia enteramente, se le conoce como electrolito fuerte. Son
electrolitos fuertes por ejemplo el NaCl, HCl, H2O (potable), etc, en cambio, un electrolito
débil es aquel que se disocia muy poco, no produciendo la cantidad suficiente de concentración
de iones, por lo que no puede ser conductor de la corriente eléctrica.
Cuando tenemos una disolución con una cantidad de ácido desconocida, dicha cantidad se
puede hallar añadiendo poco a poco una base, haciendo que se neutralice la disolución.
Una vez que la disolución ya esté neutralizada, como conocemos la cantidad de base que hemos
añadido, se hace fácil determinar la cantidad de ácido que había en la disolución.
Esta expresión se cumple en todas las reacciones de neutralización. Ésta reacción se usa para la
determinar la normalidad de una de las disolución, la ácida o la básica, cuando conocemos la
disolución con la que la neutralizamos, añadimos así, poco a poco un volumen sabido de la
disolución conocida, sobre la solución a estudiar, conteniendo ésta un indicador para poder así
observar los cambios de coloración cuando se produzca la neutralización.
El valor del pH, definido como el – log[H+], cuando los equivalentes del ácido y de la base son
iguales, se le conoce como punto de equivalencia. El punto de equivalencia puede ser práctico,
o teórico.
En el pH, la escala del 0 al 7, es medio ácido, y del 7 al 14, medio básico, siendo el valor en
torno al 7, un pH neutro.
Si valoramos la reacción entre un ácido fuerte y una base fuerte, el punto equivalente teórico
estará en torno a 7, produciéndose una total neutralización de la disolución. En cambio, si se
estudia un ácido débil con una base fuerte, la sal que se produce se hidrolizará, añadiendo a la
disolución iones OH-, por lo tanto el punto de equivalencia será mayor que 7. Y si es el caso de
un ácido fuerte con una base débil, la sal que se produce se hidroliza añadiendo los iones
hidronios, siendo asñi el punto de equivalencia menos que 7.
Cuanto más cerca se encuentren los valores de los puntos teóricos y prácticos, menor será el
error cometido.
La absorción es una operación química que trata la separación de los componentes que
conforman una mezcla gaseosa, ayudándose de un solvente en estado líquido, con el que
conseguirá formar una solución. El proceso incluye una difusión molecular o un paso de masa
del soluto a través del gas.
Es importante una buena elección del disolvente que participará en la absorción. Si con la
absorción queremos obtener una solución específica, el disolvente que debemos utilizar viene
indicado por la naturaleza del producto. Si en cambio el propósito principal es eliminar alguno
de los componentes que constituyen el gas, por lo general existirá una amplia elección.
Claramente el agua es el disolvente con menor precio y también el más completo, aunque se
debe dar importancia a propiedades como:
La solubilidad del gas: la solubilidad del gas tiene que ser alta, con la intención de así poder
aumenta la velocidad de la absorción, bajando la cantidad necesaria del disolvente. Por lo
general los disolventes que tienen una naturaleza parecida a la del soluto en cuestión que va a
ser absorbido, presentarán una muy buena solubilidad.
La volatilidad: Los disolventes deben poseer una baja presión de vapor, pues así el gas que sale
es una operación de absorción donde suele estar saturado con el disolvente y por lo tanto se
puede ver perdida gran cantidad. También se puede usar un líquido poco volátil para poder
conseguir de nuevo la parte que se ha evaporado del primer disolvente.
Se debe tener en cuenta la corrosión, y no utilizar materiales costosos para la construcción del
equipo a utilizar.
El costo: el disolvente que utilicemos debe ser poco costoso, porque por lo general perdemos
gran parte del disolvente en el proceso, y así no realizaremos perdidas costosas de disolvente.
Viscosidad: generalmente se utiliza más la baja viscosidad debido a que dan más rapidez a la
absorción.
Misceláneos: El disolvente de ser posible no debe ser tóxico, así como tampoco debe ser
inflamable, ni inestable químicamente hablando. Es importante también que el punto de
congelación sea bajo.
A menudo los procesos de absorción en las industrias van ligados a una reacción química. Es
muy abundante la reacción entre el líquido del componente que se absorbe y del reactivo del
líquido que actúa como absorbente. Se dan casos en los que tanto el reactivo como el producto
son solubles, como por ejemplo el caso de la absorción del dióxido de carbono en una solución
de etanolaminas. En cambio, los gases que contienen dióxido de azufre (los gases de las
calderas), se pueden entrar en contacto con la piedra caliza formando un insoluble sulfito de
calcio. Las reacciones entre el absorbido soluto y un reactivo pueden provocar dos hechos
principales y favorables de absorción. Por una parte la destrucción del soluto que se absorbe
cuando se forma un compuesto disminuye la presión parcial del equilibrio con respecto al
soluto, y por lo tanto se alza la diferencia entre las concentraciones del gas y la interfase,
haciendo que aumente la velocidad de absorción. Por otra parte, influye en el coeficiente de
transferencia en la masa que forma la fase, cosa que también ayuda a aumentar la rapidez de
absorción. Estos hechos experimentalmente no se han comprobado mucho pero teóricamente se
han analizado bastante.
WEBGRAFIA
https://previa.uclm.es/profesorado/pablofernandez/QG-06-
equilibrio%20de%20precipitacion/equilibrio%20precipitacion.pdf
http://www4.ujaen.es/~mjayora/docencia_archivos/bases%20quimicas/TEMA%2012.pdf
https://www.academia.edu/29787354/RESUMEN_PRECIPITACI%C3%93N_FRACCIONADA