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LAURA ESTHER RODRÍGUEZ DULANTO

nació el , 18 de octubre, de 1872, en Supe, antigua provincia de Chancay, que en la


actualidad está dentro de la jurisdicción de Barranca (departamento de Lima) hija de
Marcelo Rodríguez y de Cristina Dulanto. La pequeña localidad en la que nació fue
donde, por iniciativa de sus vecinos, se proclamó en primer lugar la independencia
nacional un 5 de abril de 1819. En Supe realizó sus estudios básicos de Primaria y ya
destacó por su inteligencia y aptitudes para el aprendizaje con unas notas brillantes. Ella
se trasladó con sus padres a Lima. Completando sus estudios primarios en el colegio
Badaní, luego de arduas gestiones de sus padres ante las autoridades educativas, se
le concedió la posibilidad de dar exámenes periódicos ante un Jurado Especial
nombrado por el Ministerio de Instrucción a los efectos de avanzar en su
carrera. Cuando la futura médica tenía 18 años, en marzo de 1891, Supe fue arrasado
por las lluvias torrenciales y los deslizamientos de tierra. Los libros bautismales fueron
derivados a otras poblaciones y, aunque costó averiguar su fecha de nacimiento, su
partida de bautismo lo aclara: “María Laura Ester, bautizada el 28 de octubre de 1872,
de diez días de nacida, en la Capilla de Santa María Magdalena de Supe, hija legítima
de don Marcelo Rodríguez y de doña María Cristina.A finales del siglo XIX no había
escuelas secundarias para niñas, ni mucho menos universidades o programas de
posgrado. Ante esta situación, los padres de Laura Esther Rodríguez
Dulanto perseveraron y llegaron a apelar a las autoridades locales hasta que el
Ministerio de Educación designó un jurado especial para examinar a la joven estudiante
y que pudiera avanzar en sus estudios .La tradición marcaba que las mujeres solo
necesitaban saber leer y escribir para prepararse para el matrimonio, pero Laura
siempre tuvo muy claro desde pequeña que estudiaría Ciencias y Medicina. Su meta
fue clara: cuando su hermano Abraham hubiera terminado la Secundaria, ella también
lo habría conseguido. La combinación de inteligencia, motivación y una familia muy
solidaria dieron sus frutos y Laura Esther Rodríguez Dulanto se convirtió en la primera
mujer peruana en asistir a la universidad, así como después sería la primera mujer
médica en la historia de la nación. En mayo de 1892, con 19 años, ingresó en la Facultad
de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y los periódicos de la
época destacaron la noticia. Dos años después, en 1894, se matriculó en la Facultad de
Medicina, convirtiéndose, con 21 años, en la primera mujer peruana en comenzar la
carrera médica. Cuando estudiaba el quinto curso de Medicina se convirtió en la primera
mujer en Perú en obtener el grado en Ciencias, el 27 de octubre de 1898, con la
calificación de Sobresaliente. El título de su tesis fue Estudios Geológicos en la
Provincia de Chancay y, por su calidad, fue publicada en los Anales Universitarios .El
23 de diciembre de 1899 Laura Esther Rodríguez Dulanto logró el grado en Medicina
con la tesis Empleo del Ictiol en las Inflamaciones Pelvianas’. Menos de un año después,
el 25 de octubre de 1900, recibió el título en la especialidad de Medicina Quirúrgica,
convirtiéndose también en la primera mujer en realizar el juramento hipocrático. Laura
Rodríguez se especializó en el ejercicio de la ginecología, publicando numerosos
trabajos, algunos de ellos muy destacados como Enorme quiste ovárico y Fibromioma
uterino. Desarrolló su profesión compaginándola con la docencia en la Escuela Normal
de Mujeres, en el Liceo Fanning y en los Conventos de la Concepción y de las
Nazarenas. Además, también realizó importantes investigaciones sobre la tuberculosis.
GREGORIO MARAÑÓN Y POSADILLO
Nació Madrid, 1887 – 1960 Médico y ensayista español. Estudió en la Facultad
de Medicina de Madrid, y obtuvo el grado de licenciado en 1909 y el de doctor
en 1910. profesores los que más le influyeron fueron Federico Olóriz en
anatomía, Santiago Ramón y Cajal en histología, Alejandro San Martín en
patología quirúrgica, y Juan Madinaveitia y Manuel Alonso Sañudo en medicina
interna. Ramón y Cajal se convirtió, además, en una constante referencia
intelectual y moral, particularmente desde la lectura de sus Reglas y consejos.
Marañón fue iniciado en el estudio de la endocrinología, disciplina que en España
estaba entonces en sus comienzos, por Madinaveitia y Sañudo, estudiando los
síndromes tiroideos con el primero y los pluriglandulares con el último. En 1910
hizo investigaciones quimioterápicas en el laboratorio de Paul Ehrlich en
Frankfurt. Vuelto a España, comenzó a trabajar en el Hospital General de Madrid
en 1911. Este conjunto de saberes, acumulado durante lo que denominó período
de crecimiento explosivo de la endocrinología, lo presentó al público español
en La doctrina de las secreciones internas, que fue, en principio, un curso dado
en el Ateneo de Madrid en 1915. En este último trabajo, Marañón percibió la
crisis que había en la disciplina, ocasionada por los ataques hipercríticos a la
teoría de las secreciones internas por parte de investigadores como el francés
E. Gley y el inglés Swale Vincent, quienes intentaron una definición más estricta
de las hormonas, para excluir los estimulantes metabólicos generales. .Típica
del acercamiento de Marañón a la endocrinología fue su defensa entusiástica de
la organoterapia en los años veinte y su participación en un buen número de
aireados trasplantes de cápsulas suprarrenales y gonadas, en colaboración con
León Cardenal. Al igual que Cardenal, se interesó en los métodos de
rejuvenecimiento de Eugen Steinach y Serge Voronoff. En La edad crítica y en
otros escritos posteriores, aseguró que el envejecimiento y el declive de las
funciones sexuales estaban muy ligados, y que el primero podía ser descrito
perfectamente con la terminología del último. Marañón fue un importante
comentador español del psicoanálisis y de las teorías psicosexuales de Freud.
Fue el único médico español importante que conoció personalmente a Freud y
uno de los pocos biólogos que fue considerado seriamente por los primeros
psicoanalistas. Para Marañón, como para Freud, la libido (a la que Marañón
llamaba "hambre sexual") era un impulso primario. Pero para el endocrinólogo
esta energía específica era producida, originalmente, por un fenómeno químico:
la irrupción en la sangre de las secreciones internas de las gónadas. Freud lo
admitió, pero puntualizó que los orígenes químicos de la libido eran irrelevantes
para su psicología.Debido al apoyo biológico que había ofrecido a las teorías de
Freud, los trabajos de Marañón sobre la sexualidad fueron muy populares en
Italia, donde el movimiento católico de oposición a la psicología freudiana era
muy grande. Aceptó el concepto freudiano de sexualidad infantil y creyó que
ambos sexos pasaban por etapas de intersexualidad, los hombres en la
adolescencia y las mujeres en la menopausia. A nivel filosófico, pensó que el
psicoanálisis y la endocrinología eran tareas complementarias, ya que las dos
perseguían establecer la idiosincrasia del individuo, y que la mayor contribución
de Freud a la medicina había sido restaurar una perspectiva humanística. Llevó
a cabo investigaciones sobre la pituitaria, las suprarrenales (enfermedad de
Addison), las paratiroides y, fundamentalmente, sobre el tiroides, glándula a la
cual dedicó más de cuarenta trabajos. Fue el primero en demostrar la frecuente
aparición de hipertrofia muscular en las piernas de los niños con mixedema e
inyectó, experimentalmente, adrenalina para conseguir un estado
hipermetabólico en casos de disfunción tiroidea.En 1931, Marañón fundó el
Instituto de Patología Médica y resultó elegido diputado para las Cortes
Constituyentes republicanas. Un año después fue nombrado sin oposición
catedrático de Endocrinología. En los últimos días de 1936, a causa de la guerra
civil, hubo de abandonar España, instalándose en París hasta el año 1943, fecha
en la que regresó a Madrid. A su vuelta, su reaparición pública tuvo lugar en el
Paraninfo de la Universidad, donde pronunció una conferencia.En 1945 se
resolvió la cuestión de su reincorporación para ejercer la docencia de la
Endocrinología. En 1946 fue nombrado vocal del Pleno del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (organismo creado por las autoridades del régimen
de Franco, instaurado tras finalizar la guerra) en representación del Patronato
"Santiago Ramón y Cajal". En 1948 el Consejo creó, a petición suya, el Instituto
de Endocrinología Experimental, que posteriormente se integró en el Centro de
Investigaciones Biológicas.Se interesó a lo largo de su carrera por la historia y la
estructura de la ciencia. En su discurso académico de 1922, señaló que todas
las disciplinas científicas pasan por una serie de fases obligadas: precientífica,
latencia, crecimiento explosivo, aceptación hiperbólica, movimiento de reacción
y período "clásico" de madurez. En el mismo trabajo señaló otro importante factor
que afectaba a la ciencia española: la falta de tradición científica y del número
suficiente de investigadores para suministrar un mínimo de crítica, rigurosa y
personal, al desarrollo de la teoría científica. Como historiador, su mejor estudio
fue el dedicado a las ideas biológicas de Benito Jerónimo Feijoo (1934), en el
cual, si bien sobrevaloró el papel de Feijoo y sus contemporáneos como
renovadores científicos, consiguió, por contra, llamar la atención sobre la
indudable vitalidad de la ciencia española de la Ilustración.

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