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LA EUCARISTÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA Y SU MARCO CULTURAL

Lugar, lenguaje, ritos, utensilios y hasta la música, son elementos importantes en


la eucaristía, la cual proviene desde eras antiguas. En la época imperial San
Justino (165 d.C.), explicaba cómo se celebraba la Eucaristía en los primeros
tiempos.

Además tenemos el ejemplo de Jesús, antes de su Pasión y Muerte, al celebrar


con los sus apóstoles la Pascua, les dijo: "Con ansia he deseado comer esta
Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que ya no la comeré más
hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios". Y tomó pan, dio gracias, lo
partió y se lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros;
haced esto en recuerdo mío". De igual modo, después de cenar, tomó el cáliz,
diciendo: "Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que va a ser derramada
por vosotros". Son varios los relatos evangélicos que recogen esta verdad central
de la eucaristía, porque hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada
la acción de gracias, que contiene las palabras de Jesús y con que se alimenta y
transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la sangre
de aquel mismo Jesús que se encarnó.

Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados Evangelios, nos cuentan que
así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias dijo: “Haced
esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo”. Y luego, tomando del mismo
modo en sus manos el cáliz, dio gracias y dijo: “Esta es mi sangre”, dándoselo a
ellos solos.
APUNTES PARA EL ESTUDIO DE LOS ESPACIOS LITÚRGICOS DE LA
IGLESIA

Para la celebración litúrgica hay unos espacios especialmente significativos en la


iglesia. Se entiende por espacio celebrativo los lugares donde se desarrollan las
acciones litúrgicas.

A la hora de celebrar la liturgia utilizamos edificios antiguos o nuevos. Cada


período histórico ha encontrado una expresión arquitectónica y artística para que
puedan reflejar la realidad de la Iglesia, y lo ha hecho de forma algo afortunada,
dependiendo también de cómo la concepción del misterio de la Iglesia ha ido
cambiando. De hecho el Concilio Vaticano II planteó un desafío en ese sentido.

El desafío está en la Constitución sobre Sagrada Liturgia, en el número 124: "Al


edificar los templos, procúrese con diligencia que sean aptos para la celebración
de las acciones litúrgicas y para conseguir la participación activa de los fieles". Un
número muy breve, pero que ya plantea dos criterios importantes: el primero es la
aptitud del templo para las acciones litúrgicas, en cuanto a los lugares o espacios
la casa para el culto, el centro de bautismo, el centro de la palabra y el centro de la
Cena del señor. El segundo es la consecuencia del criterio pastoral que
sobrevuela toda la Constitución: la participación activa de los fieles en la
celebración litúrgica.

Muchas veces hemos hablado de lo que significa esta participación activa: por
medio de los signos, símbolos, gestos y palabras de la liturgia se realiza un
verdadero encuentro con Cristo, presente en la celebración a través de ellos, no
solamente en la presencia Real Eucarística, sino también en cada una de las
realidades litúrgicas a su modo.
MÚSICA LITÚRGICA Y SUS MARCOS CULTURALES EN LA ÉPOCA

PRIMITIVA

Durante los tres primeros siglos de la era cristiana, los cristianos eran
considerados miembros de sectas prohibidas. El único medio para conseguir
alguna información sobre los orígenes remotos de la liturgia cristiana es el estudio
del Nuevo Testamento y los escritos de la época apostólica.

A comienzos del siglo I la iglesia utilizó música para su liturgia, de las sinagogas,
ya en el siglo II los cristianos se reunían antes del amanecer “para cantar un
himno a Cristo, como a un dios”. En la época patrística los testimonios sobre el
canto litúrgico se multiplican. He aquí un ejemplo significativo: «Cuando siento que
aquellos textos sagrados, cantados así, constituyen un estímulo más fervoroso y
ardiente de piedra para nuestro espíritu que si no se cantaran. Todos los
sentimientos de nuestro espíritu, en su variada gama de matices, hallan en la voz
y en el canto de sus propias correspondencias o modos

El griego fue el idioma oficial hasta el siglo IV, luego fue sustituido por el latín.
En el siglo IV se produjo un cambio con el Edicto de Milán de 313, que aseguró a
los cristianos el libre ejercicio de su religión. Con la expansión del cristianismo
hacia provincias más remotas y el contacto entre la tradición romana y los pueblos
asentados en las regiones que habían sido invadidas por los bárbaros, la liturgia
unificada del cristianismo primitivo comenzó a desaparecer hacia el siglo IV y
hacia el siglo VI empezaron a surgir liturgias diferentes con sus cantos peculiares.

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