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LOS GRUPOS SOCIALES

Consideremos los siguientes casos:


1-Cuatro amigos que se reúnen todas las semanas para chatear
2-Las personas que asisten a un cine
3-Una banda de delincuentes
4-Los participantes de una manifestación
5-Todos los jóvenes de entre 15 y 25 años

En todos estos ejemplos estamos aludiendo a conjuntos de personas, y vulgarmente


nos referimos a ellos como grupos. Sin embargo, los sociólogos no considerarían
grupos sociales a todos ellos, sino solo a los casos 1 y 3. ¿Qué tienen de particular?
Cuando en Sociología hablamos de grupo nos referimos a conjuntos que reúnan
ciertas características:

1. Que exista entre sus miembros una interacción relativamente exclusiva y


prolongada en determinado contexto.

La interacción supone la existencia de repetidos contactos sociales, como los que


tienen lugar entre un grupo de amigos que se reúne con frecuencia, o entre varias
personas que se organizan para llevar a cabo una actividad ilícita, como en el ejemplo
presentado. Por el contrario, podemos ver fácilmente que las personas que están en
un cine raramente tienen contactos de algún tipo, y si lo tienen, no suele convertirse en
interacción. Algo parecido ocurre en el caso de los manifestantes.
Esta interacción, características de los grupos, debe ser relativamente exclusiva y
prolongada en cierto contexto. Esto se debe a que cada uno de nosotros no
pertenecemos a un solo grupo sino a varios, por lo cual, cuando actuamos como
miembros de uno, nuestra pertenencia a otros grupos, pasa a segundo plano. Cada
uno de los amigos que reúnen para chatear, en ese momento actúa exclusivamente
como miembro de ese grupo; pero también Serra miembro de una familia, de un club
deportivo o de una asociación de padres, y actuara exclusivamente como tal, según el
contexto en que se encuentre.

2. La interacción entre miembros de un grupo no puede mantenerse en el tiempo a


menos que surja un conjunto de normas aceptadas que regule las relaciones a su
interior. No importa cuán permisivas sean, o que nunca hayan sido formuladas como
tales por los pertenecientes al grupo, lo cierto es que siempre hay un conjunto de
pautas que definen cuál es el comportamiento aceptable o inaceptable y las maneras
de actuar en consecuencia, tanto en un caso, como en el otro. Nuestro grupo de
amigos tendrá normas relativas a la hora y día de la reunión, el tipo de acciones que
desarrollaran en Internet, el número de participantes, etc., además de ciertas reglas de
honestidad en las que se basa la confianza. Un miembro que falte a estas reglas,
puede ser expulsado del grupo.

La existencia de normas generara determinadas expectativas, además de que dentro


del grupo, los integrantes asumirán diferentes roles.

3. Todo grupo social posee una conciencia de pertenencia, o sea que cada uno de sus
integrantes se defina a sí mismo como tal, y asume como obligatorias las expectativas
de comportamiento establecidas por el grupo, tanto para los demás miembros como
para sí (Merton). Aquel que se siente integrante del grupo, usa el “nosotros” para
narrar lo que el u otros hacen como miembros del grupo.
También es relevante que los miembros del grupo sean identificados como tales por
otras personas ajenas a él. Algunos grupos facilitan esta identificación de sus
integrantes a través del uso de distintivos como uniformes, escarapelas, modos de
hablar, de vestir…

ELEMENTOS DE UN GRUPO SOCIAL

En todo grupo social es posible encontrar tres elementos básicos:

A) Un conjunto de personas, por lo menos, dos. La cantidad de integrantes que tienen los
grupos es muy variada y depende de muchos factores, tales como el tipo de grupo,
sus fines, la forma de reclutamiento de sus miembros, etc. Sin embargo, el número de
los miembros de un grupo determina las posibilidades de interacción y su grado de
cohesión.
B) Un conjunto de normas y pautas que regule la interacción entre sus integrantes y que
señala tanto las expectativas de comportamiento como las recompensas y sanciones
sociales.
C) Un fin o propósito perseguido por los integrantes a través de su participación en el
grupo. Si bien a veces nunca es formulado como tal, como suele ocurrir en grupos
pequeños o informales, el fin siempre existe y las personas se guían por el en sus
relaciones con los demás miembros. Por eso, a veces, solemos invocar el fin para
señalar comportamientos que nos parecen inadecuados, como cuando decimos
“Estamos acá para divertirnos” o “bueno, pero al final ¿vamos a estudiar o no? Los
fines pueden ser muy diversos: recreativos, laborales, afectivos, económicos, etc. pero
siempre existe uno si se habla de un grupo social.

Concepto de grupo social

Un grupo social consiste en dos o más personas que: se percatan de su participación


común en un grupo y se consideran pertenecientes a el (no es necesario que exista
contacto físico entre ellos). Además establecen una interacción según normas
mutuamente aceptadas que definen el comportamiento que de ellos se espera y
distinguen a sus miembros de los demás. Comparten un sistema de interdependencia
funcional en el que diferentes obligaciones están asignadas explícita o implícitamente
a distintos miembros, en una división del trabajo que se cree que facilita el alcance de
los objetivos del grupo. (Biesanz)

Clasificación de grupos

Hay muchas maneras de clasificar los grupos sociales, tomaremos algunas de ellas:

A) SEGÚN SU TAMAÑO: grupos grandes y pequeños

Un grupo es pequeño cuando todos sus integrantes pueden mantener relaciones entre
sí, y se considera que el número máximo para que esto sea posible, es de unas veinte
personas, más allá de lo cual tiende a dividirse en subgrupos menores. Cuantos
menos integrantes tenga el grupo más fuerte tendera a ser la relación entre los ellos.
Es por ello que los agentes de socialización más poderosos suelen ser grupos
pequeños, como la familia o el grupo de amigos.
Los grupos grandes, de más de veinte personas, pueden llegar a ser tan grandes
como la sociedad entera o un Estado, y presentan características bastante distintas de
las del grupo pequeño. Un club deportivo, un grupo liceal como el nuestro, o una
empresa pueden ser ejemplos de este tipo.
Los grupos grandes, por lo general:
1. Tienden a dividirse en subgrupos, dentro de los cuales los participantes suelen obtener
mayor satisfacción en la interacción.
2. Presentan una estructura de autoridad, que regula las relaciones entre los miembros y
dirige la actividad del grupo y que puede llegar a configurar una jerarquía
3. Tienen una estructura de roles mas diferenciada y especializada. En una pequeña
empresa, por ejemplo, un solo empleado puede desempeñar diferentes roles, mientras
que a medida que la empresa crece, cada una de las funciones es confiada a una o
más personas.
4. Necesita formas de coordinación y comunicación entre sus partes distintas a las del
grupo pequeño. Mientras que entre pocas personas aquellas se dan espontáneamente
en la interacción cotidiana, a medida que el grupo crece, se necesitan canales más
formales y estandarizados. En la empresa pequeña del ejemplo anterior, las órdenes
podrán ser verbales, pero si la empresa es más grande, serán necesarias
comunicaciones o circulares escritas.
5. Las relaciones tienden a ser secundarias, esto es: más superficiales e impersonales.
6. La organización tiende a volverse más formal.

B) SEGÚN EL TIPO DE RELACION SOCIAL: Primarios o Secundarios

El grupo primario se caracteriza por la asociación íntima, la cooperación cara a cara y


se expresa naturalmente a través del nosotros. Son primarios porque son
fundamentales en la vida de las personas. Es en ellos donde se satisfacen las
necesidades sociales más apremiantes, como la atención y el amor, y por tanto el
compromiso afectivo es profundo y duradero. Como consecuencia, son los que más
efecto suelen tener en nuestra conducta. Una pareja, un pequeño grupo de amigos o
una familia son ejemplos de grupos primarios.
Existen tres condiciones para conformar un grupo primario:
A) La proximidad física, o contacto cara a cara, que facilita la interacción
B) La pequeñez del grupo, que suele intensificar las relaciones
C) La duración de la relación, porque a medida que pasa el tiempo, más fuerte se vuelven
los afectos, ya sean positivos o negativos.
Las relaciones primarias se caracterizan por un alto grado de espontaneidad y
sentimiento de libertad de los participantes, no se concibe que alguien pertenezca
dentro de un grupo de amigos, o mantenga una relación amorosa si ya no se siente a
gusto. Esto se debe a que las normas que rigen en este tipo de grupos son más bien
informales y no estatuidas, exigen de sus miembros el compromiso afectivo y la
sinceridad más que cualquier otra cosa.

Los grupos secundarios se caracterizan por relaciones más superficiales e


impersonales, como las que se entablan en el campo económico o laboral. De una
gran empresa, por ejemplo, sus empleados buscan básicamente obtener un salario,
por mas espíritu de cuerpo que pueda existir, la pertenencia a ella está basada en
consideraciones practicas y no afectivas. La empresa, por su parte, solo busca a
alguien que desempeñe determinada función. Los grupos secundarios son algunas
veces muy grandes, la sociedad entera es un ejemplo.

D) SEGÚN EL TIPO DE ORGANIZACIÓN: formal e informal

Todos los grupos constan de normas, posiciones y papeles coordinados entre sí, y por
tanto organización, pero no todos los grupos están organizados formalmente. Las
empresas, por ejemplo, la iglesia o las fuerzas armadas, poseen ciertas características
que los convierte en organizaciones formales: presentan una clara división de
funciones, con posiciones y papeles bien definidos, con ciertas responsabilidades y
derechos. Otra característica de los grupos formales es la existencia de estatutos que
especifican claramente los derechos y obligaciones, a la vez que se establecen las
autoridades que lo conforman.
Por el contrario los grupos primarios (pequeños), por la misma espontaneidad y
expresividad de las relaciones sociales que le son propias, son informales. No es que
en ellos no haya normas, pero estas no son explicitas, las responsabilidades y
derechos son difusos.

LOS CUASIGRUPOS

Al inicio mencionamos dos ejemplos que no han sido consideradas grupos sociales:
los asistentes a la función de un cine; los participantes de una manifestación. ¿Por
qué? Estos conjuntos de personas, si bien constituían agrupamientos identificables en
determinado momento, carecían de organización, no presentaban una estructura de
roles y les faltaba la continuidad mínima necesaria para configurar un grupo social.
Pero sin embargo, todos sabemos que el comportamiento de la gente en este tipo de
situaciones, como ir al cine o al estadio o participar de una manifestación, no es
totalmente previsible y está sujeta a regularidades. No esperamos que la gente grite
en el medio de una película ni que se quede inmóvil y callada en medio de un partido
de futbol o un recital.
Estas formas de conducirse relativamente uniformizadas pero transitorias,
corresponden a lo que se denomina “comportamiento colectivo”, y constituyen un tipo
particular de agregados humanos denominados “cuasi grupos sociales”. Parecen
grupos, pero son de duración tan breve, que no hay posibilidad de que surjan normas,
ni organización, ni diferenciación de roles. Los cuasi grupos más estudiados por los
sociólogos son las multitudes y los públicos.

Las MULTITUDES

Una multitud es conformada por un gran grupo de personas que responden de una
manera altamente emotiva e impulsiva a algún estimulo y que de disgrega
rápidamente. Un ejemplo puede ser un grupo de hinchas que sale del estadio a
festejar el triunfo de su equipo.
Son componentes típicos de una multitud: una cierta polarización u orientación hacia
algo visto como fin (escapar, festejar, etc.) y la emotividad de la conducta. Esto nos
sirve para distinguir a las multitudes de un mero agregado de personas en un mismo
lugar, como en una calle congestionada, o en una parada de ómnibus, por un lado, y
del público, cuya conducta es menos emocional, por otro.
La intensidad emocional de las conductas de los individuos se relaciona con dos
fenómenos que se producen en las particulares condiciones que se dan cuando se
reúne una multitud:

A) La predisposición a dejarse sugestionar respondiendo de modo no critico a


estímulos que provienen de otros miembros. Cuando el número de personas reunidas
es muy grande y comparten un estado anímico intenso se produce un efecto de
contagio afectivo que se propaga rápidamente, sin que el individuo sepa por qué lo
está haciendo. El espectador de un concierto de rock puede ponerse a gritar aunque
ya no escuche la música ni alcance a ver a sus ídolos.

B) El aflojamiento de los controles sociales, por el sentimiento de anonimato y de


disolución de la responsabilidad de la masa. Protegida por el número, la gente se
anima a hacer cosas que nunca se atrevería a hacer actuando individualmente.

El PÚBLICO
Cuando nos referimos a los asistentes a un cine o a un teatro, o cuando hablamos de
televidentes o escuchas de radio, usamos la palabra público. Esto se debe a que, a
diferencia de las multitudes, los públicos no necesariamente se encuentran localizados
en un mismo espacio físico, sino que, en nuestras grandes sociedades modernas, lo
más usual es que se mantengan dispersos. Mientras no presenten ningún tipo de
organización ni tengan una estructura de roles, no constituyen grupos sociales.
Lo característico del público es una orientación hacia algún tema o problema, que
constituye su interés y alrededor del cual se forma una determinada opinión. Es más
permanente y más racional que la multitud, y el individuo se siente más consciente de
sí mismo y de sus propios intereses. Son frecuentes la discusión y la controversia, las
que ayudan a formar lo que se denomina opinión pública, que es el conjunto de los
puntos de vista que las personas mantienen con respecto a un asunto. Los públicos
son más bien pasivos, algunas veces, para actuar en defensa de sus interese,
adquieren una organización y se transforman en grupos de presión.

Cuando surge en la sociedad un tema o un problema suficientemente importante que


puede afectar a un gran número de personas, como puede ser la elección de las
autoridades nacionales o departamentales, o una decisión que debe tomarse por un
referéndum, comienza a producirse un debate según el cual la gente va tomando
partido y formando su opinión.

Cuando un problema está siendo debatido, las partes interesadas suelen recurrir a la
propaganda para convencer a la gente de las ventajas de apoyar determinado punto
de vista, para lo cual, en nuestras sociedades, son usados los medios de
comunicación de masas. Debe distinguirse a la propaganda, que suele mostrarse a sí
misma como el único punto de vista valido sobre el problema, de la publicidad, que se
presenta como tal y admite su propósito de venta de un producto, sea un jabón, un
candidato o una gaseosa. La técnica de la propaganda se basa en la repetición de
mensajes breves, en la simplificación del problema y en la demonización o
ridiculización del adversario.

EL LIDERAZGO

A través del liderazgo, un miembro del grupo logra influir, de modo más o menos
continuado, en el comportamiento de los demás, en mucho mayor grado que aquel en
el cual su propio comportamiento es influido por el de los otros.

El líder es aquel individuo que aparece ante los demás como un modelo a imitar,
aquel cuyas opiniones son atendidas por ellos o cuyas órdenes son cumplidas con
frecuencia.
En cierto sentido, todo intento por parte de uno de los miembros de un grupo de influir
activamente en la conducta de los demás, es un intento de ejercer el liderazgo de ese
grupo. Pero correlativamente, es necesario un cierto grado de consentimiento de los
liderados, aunque sea mínimo, para que la influencia pueda tener lugar.

El grado en que los líderes influyen en la conducta de los demás es el poder, y varía
según el prestigio del dirigente, es decir, según el grado en que los demás consideren
que sus actos son significativos, pertinentes o importantes.
El termino liderazgo, tal como se usa en ciencias sociales, designa tres cosas
distintas: el atributo de una posición social, las características de una persona y un tipo
de conducta; y casi siempre que hablamos de un líder, nos estamos refiriendo a estos
tres aspectos simultáneamente: a un individuo con ciertas cualidades, que ocupa
determinada posición y se conduce de cierta manera. Para ello no necesariamente
debe ser así. A veces obedecemos a alguien simplemente porque ocupa una posición
superior a la nuestra en una organización, aunque sus cualidades no sean las que
desearíamos para nuestro líder.

Líderes formales e informales

No es lo mismo obedecer a alguien porque es nuestro jefe en la oficina o a la directora


en el liceo, que acudir al integrante más querido de nuestro grupo de amigos para
pedirle consejo en algún problema. En el primer caso hablamos de líder formal; su
posición destacada y su capacidad de influencia sobre los demás se funda en la
posición que ocupa en una organización o grupo formal. Su liderazgo es independiente
de que nos simpatice o no, ya que solo depende de que se lo reconozca como
ocupando un lugar superior.

El líder informal, en cambio, surge naturalmente en la interacción entre los integrantes


de un grupo primario. Su capacidad de conducción y liderazgo, no se basa en una
posición fija y determinada dentro del grupo, sino mas bien en sus cualidades
personales; según el tipo de grupo del que se trate, puede ser el individuo más
simpático, más confiable, más divertido, mas responsable, o aquel que tenga
cualidades altamente valoradas por los demás.
La función más importante del líder informal es la de consolidar el grupo, aumentando
la integración social a su interior. Un líder natural, con el que todos simpatizan y al que
siguen espontáneamente, fortalece el sentido del “nosotros”. Las decisiones que toma
se convierten naturalmente en decisiones del grupo, y sus miembros se sienten
representados por él. A lo largo de la vida del grupo o según las tareas que enfrente,
los líderes naturales van cambiando, de modo que la preeminencia de los miembros
se va alternando.

Max Weber utilizó por primera vez la expresión “líder carismático” para referirse a una
de las tres posibles maneras de ejercer la dominación política. Mientras que las otras
dos maneras, la racional y la tradicional, se basan para Weber en lo cotidiano y
rutinario, solo muy excepcionalmente surge un líder carismático que se erige en
conductor de su nación y marca para ella nuevos rumbos. Pero para obtener
receptividad, en necesario que surjan en el momento propicio en que la gente siente la
necesidad de un conductor.
Se llama carisma al poder de provocar en las masas una entrega emocional hacia el
líder y una fuerte identificación con él. Lo característico de liderazgo carismático es
entonces, el carácter extra cotidiano o excepcional de su aparición y la fuerte
emotividad de la relación con el líder que lo dota de un contenido irracional. No importa
para la caracterización de este tipo de liderazgo su la orientación de la conducción
resulta positiva o negativa, no cabe duda que Hitler fue un líder carismático, pero
también lo fueron Gandhi, Artigas o Martín Luther King.

Características personales del líder

El ejercicio del liderazgo exige la posesión de ciertas aptitudes y el dominio de ciertas


habilidades que sean valoradas por el grupo. Desde este punto de vista, no es posible
enumerar todas las características necesarias para ser líder en todos los grupos, todos
los momentos y con toda clase de gente. Según las circunstancias, se podrán valorar
más ciertas cualidades que otras, y en un grupo de trabajo se requerirá un tipo de líder
distinto al deseable en un grupo de amigos que se reúnen para divertirse.

Algunas características a distinguir son:


A) La inteligencia es un importante atributo del líder, sobre todo cuando se sitúa un poco
por encima de la de sus seguidores. Es más problemática la evaluación de la
inteligencia cuando es muy superior a la de las restantes personas del grupo, las
cuales a veces, pueden no advertirla.
B) Cuando trabajamos los grupos primarios, en los que no hay un liderazgo establecido,
vemos que las personas que desarrollan una actividad más intensa dentro de él, son
percibidos como líderes o conductores por los demás, una mayor y más intensa
participación en la interacción, parece ser condición importante para un liderazgo.
C) Parece ser necesaria cierta distancia social entre el líder y sus seguidores, muchas
veces elogiamos a gente que aun estando por encima “sabe mantener las distancias”,
porque las percibimos como mas objetivas en el trato con los demás.
D) Finalmente, también es una característica deseable, la independencia de criterio en
relación con las normas comúnmente aceptadas como validas para los demás. Los
líderes suelen sentir menos la presión de las normas y del grupo hacia el conformismo,
por lo cual presentan un grado mayor de desviación que los restantes miembros.

LAS NORMAS SOCIALES

Toda cultura y toda sociedad necesita un conjunto de pautas de comportamiento que


sus miembros puedan usar de guían en sus relaciones con los demás. Las pautas
sociales, en la medida en que son compartidas por un gran número de personas,
contribuyen a crear ciertas regularidades de comportamiento que nos ayudan a prever
conductas de los otros y a tomarlas en cuenta para actuar.

Veamos las siguientes situaciones:

◘ Salimos apurados de casa y tomamos un taxi. No le decimos nada al taxista, y nosotros


mismos tampoco lo pensamos, pero esperamos que maneje por su derecha, que parte
ante una luz roja y que no vaya por la vereda, sino por la calle.
◘ Vamos a hacer un trámite en una oficina y pedimos información. Esperamos que la
señora hable con nosotros en español y no quiera practicar otro idioma que está
aprendiendo.
◘ Tenemos hambre, pasamos por la panadería y compramos bizcochos; ni se nos ocurre
pensar que a lo mejor el panadero puso un poco de arsénico en la masa.

Todas las anteriores situaciones cotidianas que vivimos todos nosotros tienen algo en
común: estamos dependiendo de que el comportamiento de los demás se adecue a lo
que son las normas establecidas por la sociedad; no parece que hagamos nada para
que ello suceda, simplemente esperamos que la conducta conforme a normas renga
lugar espontáneamente. Y la mayor parte de las veces eso es lo que ocurre.
Podemos hablar de normas sociales siempre que estemos frente a un comportamiento
acostumbrado, que se repite frecuentemente, que es generalizado, porque es
realizado por un gran número de personas y que es lo suficientemente importante
como para que se establezca presión social para su cumplimiento.

EL CONTROL SOCIAL

Para que las normas sociales se mantengan en el tiempo es necesario que el grupo
social ejerza algún tipo de presión para que sean acatadas. Es muy probable que el
taxista del ejemplo anterior, se sienta tentado a pasar con la luz roja, pero la
perspectiva de recibir una multa puede resultar suficiente para evitarlo. La empleada
que quería hablar en otro idioma, tal vez se contuvo por miedo al ridículo.
La sociedad recurre a una serie de sanciones, tan graves como la muerte (no en el
caso de nuestro Estado) o el destierro, o tan simples como una mirada reprobatoria,
para evitar que sus integrantes se aparten de las normas.
Al conjunto de mecanismos que una sociedad emplea para forzar o inducir a sus
miembros al cumplimiento de las pautas sociales y evitar la desviación, se le llama
control social.

Los mecanismos de control social difieren en las distintas sociedades y culturas. En


grupos homogéneos de tamaño reducido, como un pequeño pueblo o barrio,
predominan mecanismos de control informales, esto es basado en las habladurías, la
crítica y el ridículo, lo cual no significa que la sanción sea más leve. En estas
pequeñas comunidades, la desviación es más evidente porque todos se conocen y el
margen de variación permitido en el cumplimiento de la norma es muy pequeño. El
control es aquí difuso y generalizado. Las personas que viven en este tipo de grupos
saben hasta qué punto es difícil tratar de ignorar el control que se ejerce.

En las grandes sociedades urbanas en cambio, el margen de tolerancia a la variación


es mucho mayor. Las grandes poblaciones otorgan un alto grado de anonimato y de
libertad a las personas. En los grandes edificios de apartamentos, los vecinos apenas
se conocen entre sí, y en las grandes avenidas es muy difícil encontrar siquiera
conocidos. Es así que los controles sociales suelen estar limitados a los mecanismos
formales, o sea aquellos que consisten en sanciones previstas en normas jurídicas;
una multa, la prisión, etc.

Debemos tener presente que el individuo mismo es uno más de los miembros del
grupo que ejerce presión social. El mismo contribuye a hacer cumplir las normas
sociales, de dos maneras distintas: presionando a otros, o cumpliendo el mismo con
las normas.
Rocher dice:
En toda colectividad, cada miembro es simultáneamente objeto de una coacción
ejercida por los demás, agente de la coacción que se ejerce sobre los demás y sujeto
de la coacción que se impone a si mismo”

Los mecanismos de control social fuerzan a la persona a la conformidad con las


normas del grupo.

CONFORMIDAD

En cualquier sociedad, es comportamiento más usual es la aceptación espontánea de


las normas sociales, la conducta desviada es excepcional y por eso se convierte en
noticia.
Esta adhesión espontánea por parte de los miembros de una sociedad, a la que
llamamos conformidad, es producto de una socialización exitosa, que permite la
internalización de pautas conducta admitidas, y los mecanismos de control social, que
preservan el cumplimiento. Cuando alguno de ellos dos falla, es probable que exista la
desviación social.

ANOMIA

Una de las consecuencias de la existencia de normas sociales es la de poder anticipar


la conducta de otros; las normas nos proporcionan algunas certezas acerca de cómo
funciona la sociedad y nos hacen sentir más seguros. Nosotros mismos nos sentimos
más cómodos en la interacción con los demás cuando sabemos como comportarnos,
que si no sabemos qué pautas seguir. Aunque las normas también nos obligan, por lo
general no sentimos su peso porque las hemos incorporado a nuestra personalidad a
través del proceso de socialización.
Pero algunas veces no resulta demasiado claro para el individuo que conducta debe
seguir: o bien no existen normas claras para esa situación o las que habían dejaron de
ser adecuadas. La persona simplemente no sabe qué hacer y la sensación es
verdaderamente incómoda.

A la situación de ambigüedad social en la cual la persona no sabe como comportarse


porque las pautas de conducta son, o bien inexistentes, o poco claras o inadecuadas,
le llamamos anomia.

Las situaciones de anomia son frecuentes cuando los cambios que tienen lugar en una
sociedad son muy rápidos; las normas sociales difícilmente pueden acompasar el
cambio y los miembros del grupo quedan sin pautas de referencia para orientar su
conducta.

LA ANOMIA SEGÚN DURKHEIM

Durkheim desarrolló el concepto de anomia en una de sus principales obras, “El


suicidio”, escrita en el 1897, aunque ya había introducido el término en otra de sus
obras, “De la división del trabajo social” que es de 1894. El interés por el tema del
suicidio surgió a raíz de ciertas regularidades que se podían observar en las tasas de
suicidio según los lugares y las épocas. Por Ej. El número de casos de suicidio que
tiene lugar anualmente en una sociedad o localidad o área geográfica es relativamente
constante, y no varía al azar sino en función de varios factores. Aparentemente, no
hay fenómeno más individual que la decisión de un individuo de quitarse la vida, y sin
embargo, Durkheim lo estudia para demostrar hasta qué punto esas decisiones
individuales tienen una raíz en causas sociales o en lo que denomina “corrientes
suicidógenas”.
Por eso establece la distinción entre el suicidio en sí mismo, que es un fenómeno
individual, y la tasa de suicidio que es un fenómeno social.
Análisis sociológico de Durkheim.
Lo inicia con una definición del suicidio, paso fundamental ya que los sociólogos
necesitan saber cuáles fenómenos encajan en su definición para estar seguros de
poder explicar toda la experiencia relevante. En la definición de Durkheim el suicidio se
da cuando el individuo conscientemente causa el fin de su propia vida.
Durkheim aplicó su método sociológico para probar las diferentes explicaciones del
suicidio debatidas en su tiempo.
¿Está el suicidio ligado a la enfermedad mental? El autor vio poca evidencia de ello.
¿Hay algo en las estructuras biológicas y genéticas de un grupo que predispone a sus
miembros al suicidio? Los hechos indicaron que no lo había. Entonces se dirige a los
factores ambientales (noches largas y días cortos). De nuevo se encontró que la
respuesta era negativa. Luego de analizar todos éstos factores la respuesta era obvia.
Si la tasa de suicidios varió de un grupo a otro, debía existir algo en los grupos por sí
mismos que estimula y reprime el suicidio. Al analizar la vida social de grupos con
altas y bajas de suicidio concluyó que existen tres tipos de suicidio: egoísta, altruista y
anómico.
Durkheim demostró que aun un acto privado como el suicidio está formado por fuerzas
sociales. Los tipos de suicidio son realmente variaciones sobre el mismo tema: la
relativa fuerza del orden social y el vínculo del individuo con el grupo. Los suicidios
egoístas reflejan que la gente se ha separado de la sociedad; los altruistas ocurren
cuando la gente valora al grupo por encima de sus vidas; los suicidios anómicos
cuando el orden social se ha roto y la gente ya no sabe qué esperar.
Sociólogos contemporáneos estudian las fuerzas sociales presentes en el suicidio
(Breault, 1986, Bearman, 1991; Phillips y Carstensen, 1986,1988, Stack, 1987, Trovato
y Vos, 1992). Los sociólogos han hablado de los peligros de tratar el suicidio en forma
aislada, como un problema de enfermedad mental, se tiende a ignorar otros factores
de riesgo que están ligados al suicidio como la disponibilidad de armas de fuego,
perdida de un padre, alcohol y uso de drogas, etc.
Suicidio egoísta: Es típico de las modernas sociedades industrializadas. En ella, los
individuos se encuentran principalmente volcados a la satisfacción de sus propias
necesidades. Al mismo tiempo, en estas sociedades, la integración social es más débil
por lo cual son muy fuertes los sentimientos individualistas que los de pertenencia al
grupo. Como consecuencia el individuo se ve volcado a la satisfacción de deseos
infinitos, que nunca pueden ser colmados en la medida en que aparecen otros nuevos.
Cuando la disparidad entre los deseos experimentados por el individuo y la posibilidad
de satisfacerlos aumenta, surgen las condiciones que favorecen la predisposición al
suicidio. Por eso es que Durkheim estudia el suicidio egoísta mediante la relación
entre la tasa de suicidio y los factores integradores, como la familia y la Iglesia. Por lo
tanto, el suicidio egoísta varía en razón inversa del grado de integración de los grupos
sociales de que forma parte el individuo.
Suicidio altruista: Estamos ante una preeminencia total del grupo frente al individuo,
éste se suicida por mandatos sociales y ni siquiera piensa en reivindicar su derecho a
la vida. Este tipo es característico de sociedades tradicionales, sumamente integradas
y con una conciencia colectiva muy fuerte. Ejs. Viuda que desea ser quemada junto
con el cadáver de su marido y el Capitán de un barco que niega a abandonarlo aunque
éste se hunde.
Suicidio anómico: Es el que más le interesa a Durkheim, es el más característico de
la sociedad moderna y se refleja en la relación entre las variaciones en las tasas de
suicidio y las etapas del ciclo económico. En épocas de crisis económicas, las tasas
de suicidio aumentan, Ej. Crisis de de la Bolsa en 1929. Pero lo más interesante es
que la tasa aumenta también en períodos de bonanza económica. Entonces Durkheim
encuentra la explicación en el rápido cambio en las normas que servían como marcos
de referencia para la conducta del sujeto. El suicidio es anómico porque su origen se
encuentra en la ausencia o la inadecuación de normas sociales.

LA ANOMIA SEGÚN MERTON

Cuando Merton escribió su famoso ensayo Estructura social y anomia, se centró en el


tema de la desviación social al intentar “descubrir como algunas estructuras sociales
ejercen una presión definida sobre ciertas personas de la sociedad para que sigan una
conducta inconformista y no una conducta conformista”.
Para este autor existen en la sociedad dos tipos distintos de normas: aquellas que
señalan los fines o propósitos definidos por la cultura como valiosos, o sea aquellas
cosas que vale la pena obtener, como prestigio, dinero, etc. y aquellas que prescriben
medios, o sea los modos que la sociedad considera legítimos para alcanzar los
objetivos culturales tales como seguir estudiando, trabajar duramente, etc.
Cuando en una sociedad se enfatizan los objetivos y valores culturales en tal grado
que los medios institucionalizados pierden relevancia por Ej. Se enfatiza el valor de
tener dinero pero no se valora igualmente el trabajo honrado, la sociedad se hace
inestable y se produce la anomia.

Merton distingue cinco tipos posibles de adaptación individual a las normas y valores
de la sociedad y los expone en el siguiente cuadro donde (+) significa aceptación, (-)
significa rechazo y (+/ -) significa rechazo de los valores vigentes y propuesta de otros
nuevos.
Modo de adaptación Metas culturales Medios institucionalizados
Conformidad + +
Innovación + -
Ritualismo - +
Retraimiento - -
Rebelión -/+ -/ +

Conformidad: El individuo elige fines y acepta medios compartidos por la sociedad.


Es la conducta más difundida en la sociedad
Innovación: El individuo se plantea fines aceptados pero rechaza los medios
aceptados socialmente, se adhiere a la frase “el fin justifica los medios”.
Ritualismo: La persona no se plantea metas, sin embargo utiliza ciertos medios
institucionalizados. Las frases típicas del ritualista: “me alcanza con lo que tengo”, “lo
importante es tener trabajo”. La persona es rígida cuando cumple ciertos papeles
(burócratas).
Retraimiento: Es el tipo de adaptación menos frecuente en la sociedad. Se trata de
una situación en la cual se llega a un equilibrio negativo: “perder todo para llegar a
cualquier parte”, el alcohólico, el drogadicto. El individuo ha internalizado los valores y
normas sociales durante su proceso de socialización pero cuando percibe que los
medios no son los adecuados para alcanzar los fines entra en un conflicto que no es
capaz de resolver. A partir de ahí se autoexcluye de la sociedad y su conflicto
desaparece.
Rebelión: Este comportamiento se da en individuos que sustentan principios, pero no
aceptan los medios y fines institucionalizados y proponen nuevas metas y nuevos
medios. La rebelión no debe confundirse con el resentimiento, que tiene lugar cuando
las personas, al fracasar en su intento por lograr las metas culturales, se desengañan
de ellas. Cuando la rebelión se da en grupos relativamente pequeños o poco
poderosos en una sociedad, puede dar lugar a la formación de subculturas, como
algunos grupos juveniles.

Según Merton la anomia no es más que el resultado de un proceso que tiene lugar en
la estructura social. Cuando el comportamiento desviado tiene éxito y se generaliza, la
conducta de las personas se hace imprevisible y hablamos de Anomia social.

Bibliografía:
“Introducción a la Sociología” A. Marrero. 8º Edición. 2006 F.C.U
Sociología. R. J. Gelles. A Levine. 6º Edición Mc Graw Hill
Cuadernos de Sociología. R. Garrido, M. Bottero, K, Szollossyczar. 1ª Edición. 1997.
Ideas Ediciones.

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