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Aspectos Emocionales y Psiquicos de La Lactancia Materna PDF
Aspectos Emocionales y Psiquicos de La Lactancia Materna PDF
DE LA LACTANCIA MATERNA
Robert Baumiller (2002, al referirse al embarazo y parto de la mujer sostiene que en ningún
otro momento de la vida adulta la definición del “self” (uno mismo), la autovaloración,
nuestro lugar en el universo y en el plan de Dios están más focalizados y dirigidos a
transformar a la persona en una “nueva y especial” como en el periodo de la gestación.
Durante el embarazo y en el parto ocurren profundos cambios en los impenetrable de la
mente, en el corazón y en el espíritu de la mujer, la cual se transforma a la par de las
transformaciones del hijo. Las emociones intensas que experimenta la madre pueden afectar
no sólo su salud sino también la de su bebé por nacer
El vínculo entre la madre y su bebé se inicia en la gestación. Diversos factores entre los
cuales podemos citar como ejemplo el que el bebé haya sido deseado o no, el que la madre
esté madura para iniciar una nueva etapa en su vida como es la maternidad, contribuirán a
que este vínculo sea sano y duradero o que se inicie con características patológicas. La mujer
y su salud mental y física son la mayor relevancia, pues el modo en que ella vivencia su
embarazo afectará su actitud en el parto. Por esto es necesario que los profesionales de la
salud con quienes la gestante y su pareja interactúan, brinden una atención de calidad que
además de tomar en cuenta la salud física, atienda las necesidades psíquico-emocionales de
la madre y e bebé , le de seguridad en ella misma, reforzando las destrezas inherentes a su
calidad de madre.
Los nacimientos han sucumbido desde hace ya muchas décadas a los excesos de la
tecnología habiéndose deshumanizado. Las mujeres hemos ido perdiendo nuestro rol
protagónico en el acto de dar a luz, al llevarse a cabo los partos “a puertas cerradas, alejadas
de nuestra pareja y familiares cercanos, imposibilitadas de aprender de otras mujeres que nos
precedieron en la sublime función del dar a luz. Las emociones que con mayor frecuencia
experimentan las mujeres en estas condiciones son la ansiedad y con mayor frecuencia
experimentan las mujeres en estas condiciones son las ansiedad y temor frente a lo
desconocido, sobre todo con el nacimiento del primer hijo. Si la mujer es dejada sola y no
cuenta con el apoyo cálido de quienes debieran acompañarla a lo largo de este intenso
proceso, estas emociones pueden agudizarse y convertirse en miedo intenso, desorientación
y pánico.
Los investigadores han descubierto que las mujeres que experimentan un parto
natural, con frecuencia exhiben sentimientos de euforia con aumento de su autoestima
(Tanzer, D. 1976). Estos sentimientos de triunfo, confianza y fortaleza tienen el potencial
para transformar la vida de la mujer. (Diapositiva 5 y 6) Poco es lo que se discute respecto a
los innegables riegos psicológicos que la cesárea presenta para una mujer. Broten y
colaboradores (1996), sostienen que una cesárea inesperada puede resultar en una gran
desilusión para la madre, quien requerirá de mayor apoyo por parte de la enfermera
comunitaria a fin de resolver los conflictos derivados de un nacimiento por cirugía.
Campen (1986), se refiere a esta ocurrencia diciendo : “Cuando el proceso del nacimiento es
interrumpido por una cesárea, la mujer que ha trabajado durante la labor de parto como el
alpinista que intenta conquistar la montaña, sólo podrá recordar el esfuerzo y el dolor por
llegar a la cima, pero no podrá experimentar la gloria de la conquista”.
Estudios como los de Enkin, Keirse, Renfrew y Neilson (1995) y Rosen (1989), indican que
como resultado de una cesárea, algunas mujeres podrían experimentar una variedad de
dificultades psicológicas. Entre éstas se incluyen conductas de duelo como sentimientos de
culpa, fracaso, auto-incriminación, insatisfacción, desilusión, rabia depresión, sentimientos
de ansiedad y temor del dolor, de la cirugía, de la anestesia, de morir, temor acerca del
bienestar de su bebé; sentimientos de baja autoestima, de impotencia, de pérdida de control y
autonomía; cambio en la imagen corporal; y dificultades para establecer una relación de
cercanía con su bebé.
Pites( 1989), sostiene que la mujer podría interpretar este tipo de nacimiento como un reflejo
de su incapacidad y podría sentirse atemorizada de fallar en la lactancia como antes falló en
el parto. Conocemos hoy más que nunca loe enormes beneficios que la lactancia materna
brinda a la madre y al bebé, y cómo una cesárea presenta más dificultades para iniciar la
lactancia que tras un parto vaginal.
Según Kalus y Kennell (1982) la depresión posparto puede tener graves implecancias para
el desarrollo normal del bebé. Numerosos estudios (B.S. Zuckerman and W.R.Bewardsley, “
Maternal Depresión: A Concerní for Pediatrics” Pediatrics 79 (1987): 110; A Stein, DH.
Gath, J.Bucher, A. Bond, A.Day, and P. Cooper “The relationship beetween Postnatal
Depresión and Mother-Child Interactio”, British Journal of Psychiatry 154 (1989): 818-23;)
y otros, han podido establecer una asociación entre la depresión materna y problemas en el
desarrollo posterior del bebé; tales como alteraciones de la conducta, problemas frecuentes
de salud, inseguridad para el establecimiento del apego y síntomas depresivos. Los síntomas
de la depresión posparto caracterizados por la irritabilidad, ansiedad, falta de concentración
, ánimo deprimido, interfieren con todas las relaciones interpersonales de la madre, pero
especialmente con el desarrollo de la relación con el recién nacido.
Si la mujer ha sido criada en una cultura que valoriza la lactancia materna y ha tenido la
oportunidad de observar a mujeres que le han precedido en la importante función de
alimentación de sus bebés mediante el pecho, sabe que es probable que ella también cuente
con el apoyo de su comunidad cuando sea madre y le toque llevar a cabo esta función
(Mulford, 1995).
Otro aspecto de la lactancia materna generalmente pasado por alto, es el relacionado a los
intensos sentimientos de conflicto que desata en los nuevos padres y en su entorno cercanos
de familiares y amigos. ¿ Cómo afrontar las opiniones de los distintos familiares (mamá,
suegra) que generan confusión al interior de las familias de nuevos padres?
Debido a que el éxito de la lactancia va a depender no sólo de una dieta adecuada y un buen
estado de salud, sino del apoyo emocional, o por lo menos del respeto y comprensión del
entorno familiar, es conveniente preparar y guiar a la madre en la etapa prenatal para que
pueda resolver estos conflictos de manera eficaz.
Al contar con los conocimientos adecuados sobre la lactancia materna y tener en claro qué
es lo realmente importante para ellos, los padres tendrán la seguridad y fuerza interior para
hacer lo que ellos consideran como l más conveniente. Sinkaus (2000) sostiene que la
educación es un componente clave para resolver este tipo de conflicto.
Es necesario educar no sólo a la pareja sino también a las familias de ésta , sobre los
beneficios de la lactancia materna para que brinden el apoyo emocional que necesitará la
nueva madre en la elección del método de alimentación de su bebé. (Diapositiva 7).
Debido a que el reflejo de eyección de la leche materna se puede ver afectado por las
emociones de la madre es conveniente que sus niveles de stress se mantengan bajos.
La producción de leche se puede ver afectada por las preocupaciones de la madre respecto a
la salud de su bebé. O de si éste estará recibiendo la cantidad adecuada de leche, por
problemas en sus relaciones interpersonales, o por falta de apoyo para manejar las
dificultades que tenga en cuanto al amamantamiento.
Existe sin embargo otros factores que podrían llevar a la madre a recurrir a la alimentación
artificial. Zeitlyn & Rowahan (1997) sostienen que para que una mujer recurra a la
alimentación artificial se deben cumplir dos condiciones: a) Que existan sustitutos de la
leche materna y b) Que el consumo de estos alimentos alternativos sea socialmente
aceptado.
Los partidarios de la lactancia han aceptado, incluso antes de que se despertara el interés por
investigar acerca del vínculo afectivo, que el principal motivo para dar el pecho es obtener la
especial e íntima relación que acompaña a la lactancia materna.
Recíprocamente la mayor contraindicación para dar el pecho es el no desear hacerlo.
Esto llevó a que se considerase como más apropiado presentar la lactancia materna como un
asunto de elección personal, sin intentar convencer a la mare de la conveniencia de dar el
pecho. “El temor a culpabilizar a la madre que elige no dar el pecho ha sido común y ha
resultado en una actitud pasiva por parte de los médicos de modo que la madre no recibía
ningún consejo prenatal sobre la lactancia materna” (Lawrence RA: Practices and attitudes
toward breastfeeding among medical professionals, Pediatrics 70:912, 1982) Jack Newman,
Médico consultor del Internacional Childbirth Education Association (ICEA) hace una dura
crítica a la profesión médica por no encarar el problema de la lactancia, particularmente los
riesgos que presenta la alimentación artificial para el bebé y la madre, en un
artículo”Alimentación al Pecho y Culpa”; publicado en el Internacional Journal of Childbith
Education (1996).
Un estudio realizado en los Estados Unidos, entre una muestra representativa de obstetras,
pediatras y médicos de familia, mediante un cuestionario enviado por correo, confirmó la
presunción de que la actitud de los médicos y sus creencias personales sobre la lactancia
materna influyen sobre el consejo que ofrecen. Confirmó también que no todos los médicos
están al tanto de los modernos conocimientos sobre la lactancia materna, no todos hablan de
la lactancia con sus pacientes embarazadas, y no todos consideran que valga la pena
dedicar tiempo a dar consejo cuando surgen problemas.
Esto ocurre también en nuestro país, aunque con mayor gravedad, pues no sólo se falla en
brindar apoyo a la lactancia mediante una orientación adecuada de la madre y su pareja sino
que además se desanima a la madre a dar de lactar, sugiriendo que el calostro no es
suficiente alimento para el bebé, que será necesario que ella complemente en casa la
lactancia con formulas artificiales, llegando incluso a dar de alta a la mujeres con un
obsequio de latas de fórmula. En la mayoría de clínicas privadas de nuestro país persiste
todavía la lamentable rutina hospitalaria de separar a los bebés en el tiempo siguiente al
parto, trayéndolos cada 4 horas para su alimentación, a pasear de todos los avances en la
investigación que advierten del peligro de esta práctica para una lactancia materna exitosa.
Los bebés lloran incansablemente llamando a sus madres quienes permanecen en agonía
preocupadas por no poder tener consigo a sus bebés. Cuando finalmente son traídos a la
madre muchos de ellos tener consigo a sus bebés. Cuando finalmente son traídos a la madre
muchos de ellos vienen repletos de leche artificial.
“El mensaje es terrible para la madre quien se les menoscaba la seguridad para llevar la
función esencial de nutrición y efecto para su bebé. Asimismo en algunos hospitales y en la
mayoría de clínicas particulares del país se les da sueros y fórmulas artificiales a los bebés a
pesar del pedido de los padres de querer dar lactancia materna exclusiva a su bebé. Es así
como llegan las madres a sus hogares con bebés que han tenido sus primeras experiencias de
succión pues la manera en que el bebé deberá succionar el pecho de la madre para una
lactancia efectiva es totalmente distinta a como aprendió a succionar del biberón. Se ha
producido lo que se conoce como el “imprinting” o impregnación en el neonato; tendrá
entonces con gran esfuerzo y mucho sacrificio que reiniciar el aprendizaje correcto de la
succión de la mama, y lamentablemente no siempre con éxito. Las madres regresan tensas y
no comprenden porque el bebé no agarra el pecho. Muchas veces se sienten culpables e
ineficientes en el cumplimiento de un role materno esencial como es el alimentar a su bebé,
y hacen una depresión posparto muy marcada. De esto podemos dar testimonio los
consultores en lactancia que trabajamos apoyando la lactancia materna” (R. Braschi, 2003).
Muchos de los estudios emprendidos para comprender el vínculo efectivo se han llevado a
cabo sin tomar en cuenta la lactancia materna. Un libro supuestamente exhaustivo como
“Atchment and Loss” (London, 1969) de John Bowlby, que examina ampliamente las
primeras interacciones entre madre e hijo, no hace mención alguna a la lactancia materna.
Esto probablemente se deba a que fue escrito en Iglaterra en el año 1969, cuando la cultura
predominante en ese momento no apoyaba la lactancia e inducía a las mujeres a la
alimentación artificial. En los años 40 se puso mucho énfasis en la ruptura de vínculos ya
establecidos: se ignoraba la separación en el per´´yodo neonatal y se estudiaban los procesos
de socialización del infante recién a partir de los 6 meses.
Es a través de la lactancia que se inicia el primer contacto entre la madre y su bebé y surgen
una serie de intercambios entre ambos. Para que la lactancia se inicie sin complicaciones es
necesario que el bebé sea colocado al pecho dentro de la primera hora siguiente al parto.
Diversas experiencias nos demuestran como los bebés al ser puestos desnudos sobre el
pecho de la madre reptan solos hasta encontrar el pezón por sí mismos. Este primer contacto
entre madre y bebé es de un mutuo reconocimiento y la base esencial para el inicio del
vínculo entre ambos. En su relación madre e hijo van intercambiando mensajes y
sentimientos cono todos sus sentidos, con la miradas con el contacto de la piel, con el calor
del cuerpo, los movimientos, el olfato y los sonidos.
El trabajo de Spitz (1954) y otros ha identificado los efectos devastadores sobre el lactante
de la deprivación prolongada del contacto con la madre. Estos investigadores demostraron
déficits importantes en el desarrollo mental y motor, así como estancamiento ponderal. Ya
en 1908 el sociólogo George Simmel llamó la atención sobre las necesidades de investigar la
relación se podía encontrar el germen de todos los desarrollos sociales de orden más elevado
Independientemente de Simmel, y trece años antes Freud (1895) había ya hablado sobre la
importancia del vínculo de la madre y su bebé .
Sólo quedaba por describir el impacto sobre la madre. Kalus u Kennell (1975, 1982)
proporcionaron dichos datos en sus numerosos escritos sobre la interacción entre madre e
hijo, resumidos en su libro, Parent-Infant Bonding (el vínculo entre padres e hijos). Hay
motivos para creer que el vínculo entre madre e hijo es el más fuerte de los vínculos
humanos, cuando se consideran dos hechos principales: el crecimiento del bebé comienza
dentro del cuerpo de la madre, y la supervivencia después del nacimiento depende de sus
cuidados.
Klaus y Kennell postulan la posible existencia de un periodo crítico en el que se forma en el
ser humano el vínculo perfecto. Este período ha sido descrito en muchas especies animales,
en que la madre rechaza e incluso da muerte a sus crías si es separada de ellas durante un
período crítico, poco después del parto. Según Kennell en el ser humano este periodo crítico
se da en las primeras 12 horas. Observaron además, que en los Estados Unidos las madres
mostraban diferente conducta de apego cuando se les permita el contacto precoz con sus
hijos prematuros, en comparación con otras que tenían el primer contacto a las tres semanas
de edad. Las madres de niños a término a las que se permitía el contacto con sus hijos
durante las primeras dos horas, y contacto extra posteriormente, se comportaban de modo
diferente con sus hijos al mes y al año, en comparación con el grupo control.
Como resultado de la obra fecunda de Klaus y Kennell en los años 70, se han producido
cambios notables en la atención a la dilatación, parto y postparto en los Estados Unidos y en
muchas partes del mundo. Se ha “permitidos” a las madres abrazar y acariciar a sus hijos lo
antes posible después del parto y se ha “permitido” a los padres participar en la experiencia
del nacimiento. La actitud autoritaria de los profesionales sanitarios se ha relajado y la
atención perinatal en el hospital se ha humanizado progresivamente. Lamentablemente en el
Perú no ha ocurrido esto más que en contadas instituciones de salud.
Sosa et.al., estudiaron el efecto que el contacto precoz entre madre e hijo tenía sobre la
lactancia materna, las infecciones y el crecimiento. Las madres lactantes a las que se
permitió el contacto precoz, pero no el inicio precoz de la lactancia, se compararon con otras
que también daban pecho, pero no habían tenido contacto precoz. Con el contacto precoz, la
duración de la lactancia materna era un 50% más larga. Los lactantes que habían tenido un
contacto precoz pesaban más y tenían menos infecciones.
Salvo que interfieran una fuerte sedación o un parto difícil, el recién nacido atraviesan un
periodo en que sus ojos están muy abiertos y pueden ver, mostrar preferencias visuales ,
volverse hacia las voces familiares y responder a su ambiente. En las siguientes 24 0 48
horas, semejante estado de conciencia se presentará sólo durante unos segundos o minutos
cada vez.
Para el diagrama de las interacciones recíprocas en las primeras horas después del parto,
Kalus y Kennell eligieron a una madre amamantando a su hijo. Incluyeron en su esquema
los factores que solo se dan en la lactancia materna, como el paso de linfocitos y macrófagos
de la madre al hijo y la estimulación de la oxitocina y la prolactina gracias a la succión del
bebé como parte de la interacción recíproca.
Las relaciones humanas son complejas. Un recién nacido trae alegría, miedo, ansiedad,
frustración y triunfo. La adaptabilidad y la compensación en los procesos de desarrollo
forman parte de la existencia humana. El concepto de vínculo afectivo ha atraído la atención
hacia este periodo de la vida y desencadenando el proceso de comprensión de la relación
entre madre e hijo.
EFECTOS DE LA LACTANCIA EN EL FUTURO DE LA PERSONA
La succión del bebé produce cambios hormonales que favorecen el apego. La madre que
amamanta produce polipéptidos que cambian su carácter, su receptividad y le produce un
sosiego que facilita este vínculo. Cuando el bebé esta mamando libera una hormona que le
da tranquilidad, mientras recibe la leche de su mamá. Pero mas allá de la composición de la
leche, la lactancia va a llenar necesidades mutuas de alimento afectivo y de comunicación,
por eso la vamos a postular como un factor inmunológico pero desde el punto de vista
emocional.
La Lic. Tesone (Conferencia IGAM, Lima Agosto 2002), recordó que un Congreso de
Psicólogos se mencionó que el niño que lactaba por periodos prolongados podía volverse
alcohólico o volverse sicótico, o que pueden ser chicos muy prendidos a las faldas de la
madre o que de grandes van a ser homosexuales o adictos a las drogas.
Ácidos Grasos
Durante el crecimiento intra-uterino la transferencia de nutrimientos de la madre al feto a
través de la placenta satisface la necesidad de ácidos grasos no esenciales, particularmente
los no-polisaturados de larga cadena (AGNPLC). Igualmente, la leche materna es una rica
fuente de ácido docosahexenoides y suple las necesidades de los bebés después del
nacimiento (Uauy y Andraca, 1995). Recientemente se ha demostrado que estos ácidos
grasos participan en el desarrollo de la retina y del cerebro. En el caso de las fórmulas
comerciales, los contenidos del ácido docosahexenoide no son suficientes para los recién
nacidos o para los bebés prematuros, como se ha demostrado por el bajo nivel del plasma del
ácido docosahexenoide en aquellos bebés que fueron alimentados exclusivamente con
fórmulas (Uauy y Andraca, 1995). En concordancia con esas observaciones se han reportado
diferencias en la función visual y en algunos aspectos muy específicos del procesamiento de
información entre los niños amamantados y los alimentados con fórmula (Kotlezco y
Bremer, 1989).
En un estudio, se observó que a los cuatro meses de edad los bebés prematuros (edad
ajustada) y los bebés de período completo que fueron alimentados con leche de pecho se
desenvolvieron significativamente mejor, en pruebas de potenciales evocados visuales y en
agudeza potencial los bebés quye recibieron leche de pecho también se desenvolvieron
mejor que los bebés alimentados con fórmula, A los 36 meses los bebés alimentados con
fórmula en pruebas que miden la agudeza visual y discriminación de caracteres visuales (E.
Brich, D. Brich,, Brich, D.Hoffman, L.Hale,M. Everett y R. Uauy, 1993.
Los estudios ya resumidos y otros similares (R. Uauy, D. Birch, E. Birch, J. Tyson y D.
Hoffman, 1990) nos ayudan a comprender las implicancias biológicas del amamantamiento
y las relaciones entre las leche de pecho, AGNPLC y funciones cerebrales específicas. Se
debe reconocer sin embargo que los datos no están directamente relacionados con la
contribución de la leche de pecho a la inteligencia (“g”). Ni la teoría, ni los datos empíricos
sugieren que la agudeza visual, el potencial de evocación visual, o discriminación visual de
caracteres durante los primeros meses de vida, sean precursores del desarrollo de habilidades
intelectuales mas generales, como el razonamiento. Además, aunque la Prueba de Brunet-
Lezine, la Ëscala de Bayley de Desarrollo Mental, y otras escalas del desarrollo son
herramientas útiles para describir el repertorio del comportamiento de los bebés de cuatro
meses de edad, en la mayoría de los casos los puntaje de estas escalas no p redicen el
desempeño posterior sea a los 24 meses o mas adelante.
Beneficios Psicológicos
Cuando más tiempo un chico sea amamantado, su coeficiente va a ser más elevado, sus
notas van a ser mejores en el colegio y desde su nacimiento, su desarrollo físico, psíquico y
social se sustentará en la maduración de sus estructuras cerebrales.
Los niños con más tiempo de amamantamiento, a los 15 y 18 años tienen más apego a su
madre y la consideran menos sobre protectora. Hay un incremento consistente y
estadísticamente significativo en el cociente intelectual calculado a los 8 y 9 años de edad; y
en la comprensión de lectura. La habilidad matemática en escolares calculados durante el
período de 10 a 13 años. También se encontró menores escalas de ansiedad en el artículo
matemática en escolares calculados durante el período de 10 a 13 años.- También se
encontró menores escalas de ansiedad en el adulto; es decir que el amamantamiento
recibido aliviaría ciertas frustraciones. “Nuestra responsabilidad es informar certeramente a
la sociedad de los beneficios de la lactancia materna para desarrollar la personalidad del
bebé e influir en su vida así como tratar de difundir toda la información obtenida
científicamente a través de nuestra experiencia, el apoyo a la s familias que deciden
mantener la lactancia, más allá del primer año de vidas, y colaborar y no de interferir en el
proceso natural de destete de cada niño” (M. Tesone, IGAM 2002).
Hay claras diferencias entre las madres que practican la lactancia materna irrestricta y las
que dan el biberón. Hay incluso algunas diferencias entre las que practican la lactancia
restringida y las que dan el biberón. Se ha dicho que la personalidad materna es mas
importante que el hecho de dar el pecho o el biberón para el desarrollo de la personalidad del
lactante.
Los experimentos que tienen en cuenta dichos factores han proporcionado abundante
información, en parte conflictiva. Chamberlain (1976), estudió las diferencias entre las
madres que dan el biberón y las que dan el pecho sin restricciones a su segundo hijo.
Los grupos eran similares en edad nivel de instrucción, paridad, inteligencia y estatus socio
económico. Las madres lactantes estaban menos a la defensiva sobre su método de
alimentación; estaban más orientadas hacia la vida hogareña, y tenían puntuaciones más
altas de radicalismo. Las madres que daban el biberón confirmaban la hipótesis de que
habían tenido problemas al intentar dar el pecho a su primer hijo debido a producción
inadecuada de leche, probablemente una reacción psicosomática.
También tenían más problemas respecto de su sexualidad y las relaciones sexuales. Las
madres lactantes querían que sus hijos hicieran cosas típicas de niños; las quedaban el
biberón deseaban que sus hijos fueran conservadores y orientados hacia otras personas y les
urgíaa ser más adultos.
Call (1959), estudió los factores emocionales que favorecen el éxito en la lactancia, y
observó que de q04 mujeres consecutivas que dieron a luz en un hospital de las Fuerza
Aéreas, el 42.6 de las multíparas y el 50% de la primíparas optaban por la lactancia
artificial. Entre las que daban el pecho, el 48% de las multíparas y el 40% de lactancia
artificial. Entre las que daban el pecho , el 48% de las multíparas y el 40% de los primíparas
tenían éxito después de 3 semanas. El fracaso se asociaba con ingurgitación, falta de reflejo
de eyección y conflictos psicológicos. Los dos conflictos observados en aquellas que no
dieron el pecho y en las fracasaron fueron los siguientes :
2. Tenían un conflicto en cuanto al funcionamiento del pecho en sí, esto es, como
órgano para la alimentación de los hijos frente a órgano sexual, confiriendo al pecho
el mismo valor psicológico que al pene en el varón. De este modo, dar el pecho se
convertía en una amenaza de “castración”.
“Si tenemos la esperanza de crear un mundo sin violencia donde el respeto y la bondad
reemplacen al miedo y al odio, debemos comenzar por revisar el trato que nos damos
unos a otros al inicio de la vida; pues allí donde nuestros patrones más profundos se
establecen. De éstos surgirán el odio y la alineación o el amor y la confianza”.
Suzanne Arms
BIBLIOGRAFÍA.-
Ayers-Gould, Jennifer, BA, LPN,ICCE 2000. Spirituality in Birth: Creating Sacred Space
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Vogt, Charli 2002. Complementary Care in labor and Brith, International Journal of
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Aunque los capítulos precedentes ofrecen motivos más que suficientes para preferir la
lactancia materna en casi cualquier situación, el factor crítico para la vuelta a la lactancia
materna en las culturas modernas ha sido el papel de la madre y su percepción de la
lactancia materna como un acto biológico. Entre los factores que influyen sobre la madre
están las reacciones psicofisiológicas durante la lactancia, los efectos psicofisiológicos a
largo plazo, la conducta maternal, la conducta sexual y las actitudes hacia los varones.
Todos los profesionales que prestan atención durante el periodo perinatal deben ser
plenamente conscientes no solo de las ventajas biológicas de la lactancia materna sino
también de sus propias actitudes psicológicas hacia el mismo pecho.
El pecho ha sido considerado como un objeto sexual en el mundo occidental durante casi un
siglo, y su función niológica ha sido menospreciada. Las paradojas de l a moral pública
constituyen la mejor demostración: se permiten las imágenes pornográficas en periódicos,
cines y teatros; pero una madre que da el pecho discretamente en público puede ser arrestada
por exhibicionismo.
Los partidarios de la lactancia han aceptado generalmente, incluso antes que se despertara el
interés en investigar sobre el vínculo afectivo, que el principal motivo para dar el pecho es
obtener la especial e íntima relación que acompaña a la lactancia materna. Recíprocamente,
la mayor contraindicación para dar el pecho era el no desear hacerlo. Esto se manifiesta en el
hecho de que se considérese mas apropiado presentar la lactancia materna como un asunto
de elección personal, sin intentar convencer a la madre de la conveniencia de dar el pecho
mediante argumentos compulsivos. El temor de culpabilizar a la madre que elige no dar el
pecho ha sido común, y a menudo ha resultado en una actitud pasiva por parte del médico,
de modo que la madre no recibía ningún consejo prenatal sobre la lactancia materna.
Los estudios emprendidos para comprender el vínculo afectivo se han hecho en general sin
tener en cuenta la lactancia materna.
Un libro supuestamente exhaustivo, Attachment and Loss (unión y pérdida), de Bowlby, que
revisa ampliamente la primeras interacciones entre madre e hijo, nunca mención al la
lactancia materna. Además, se habla largamente de la succión sin distinguir entre biberón y
pecho y sin sugerir que existe una alternativa al biberón. En los años 40, se hacía énfasis en
la rotura de vínculos ya establecidos. Se ignoraba la separación en el periodo neonatal, y la
socialización del lactante se estudiaba a partir de los seis meses de edad.
Aunque el proceso todavía no ha sido descrito con detalle, Budínobservó en 1907 que
cuando una madre era separada de su hijo enfermo e incapaz de proporcionarle los primeros
cuidados, perdía interés e incluso abandonaba a la criatura.
Robson y Kumar estudiaron las reacciones emocionales inmediatas de las madres ante su
recién nacidos en 193 mujeres (dos grupos de 112 y 41 primíparas y un grupo de 40
multíparas). Alrededor del 40% de las primíparas y el 25% de las multíparas recordaban que
su reacción emocional predominante al tomar a sus hijos en brazos por primera vez había
sido indiferencia. La ausencia de afecto materno era probable si las madres habían sufrido
una amniorrexis o un parto doloroso, o si habían recibido más de una dosis de petidinia
(meperidina) no relacionada con el uso de fórceps o con una cesárea. No había diferencia
entre las madres que daban el pecho o el biberón. Los sentimientos de indiferencia persistían
durante una semana o más. Este estudio remarca que algunas mujeres normales pueden ser
indiferentes al principio hacia sus hijos, mientras que otras experimentan un profundo júbilo.
En un estudio de Pascoe y French, el desarrollo de sentimientos positivos hacia sus hijos
normales en mujeres primíparas tenía lugar antes del parto en la tercera parte de las
mujeres, inmediatamente después del parto o en el primer día en el 42% y en el segundo o
tercer día en otro 19%. Las madres lactantes expresaban con más frecuencia sentimientos
positivos. Los partos de menos de 9 horas se asociaban con sentimientos positivos, pero no
había relación con la clase social, el sexo del recién nacido, el tipo de parto o la duración
del primer contacto madre-hijo.
Como resultado de la obra fecunda de Klaus y Kennell en los años 70, se han producido
cambios notables en la atención a la dilatación, parto y post parto en los Estados Unidos y en
todo el mundo. Se ha permitido a las madres abrazar y acariciar a sus hijos lo antes posible
después del parto, y se ha permitido a los padres participar en la experiencia del nacimiento.
La actitud autoritaria de los profesionales sanitarios se ha relajado , y la atención perinatal en
el hospital se ha humanizado progresivamente. Entre tanto varios investigadores han puesto
en duda el poder del vínculo y no ha podido identificar un periodo crítico inicial en ese
produzca el vínculo entre madre e hijo. En una revisión crítica de las investigaciones sobre
el contacto precoz y prolongado entre madre e hijo, Siegel sugiere que, aunque muchas
experiencias longitudinales afectan a la conducta de los padres por complejos caminos, la
prudencia respalda el contacto precoz y prolongado siempre que sea posible. Añade sin
embargo que “la excesiva confianza en un solución sencilla para la prevención de las
insuficiencias paternas puede provocar graves desilusiones”. Lozoff et al apuntan :
A la vista de los problemas comunes en las familias de nuestra sociedad, parece imprudente
esperar a la demostración de consecuencias irreversibles a largo plazo de la separación antes
de ofrecer el contacto precoz y prolongado a todas las familias. En los hospitales, debe
convertirse en práctica habitual que las familias permanezcan juntas y que la separación se
produzca sólo por un motivo específico. No existe ningún motivo médico para que las
madres y sus hijos sanos no estén juntos desde el nacimiento hasta el alta del hospital.
Se ha estudiado el impacto de lactancia precoz y de la interacción precoz entre madre e hijo
sobre la duración de la lactancia materna; pero no parece haber datos sobre si los cuidados
maternales son diferentes entre las madres que dan el pecho o el biberón en este período
inicial . Sosa et al estudiaron el efecto del contacto precoz entre madre e hijo sobre la
lactancia materna, las infecciones y el crecimiento. Las madres lactantes a las que se
permitió el contacto precoz, pero no el inicio precoz de lactancia, se compararon con otras
que también daban el pecho, pero no habían tenido contacto precoz. Con el contacto precoz,
la duración de la lactancia materna era un 50% más larga. Los lactantes que habían tenido
un contacto precoz pesaban más y tenían menos infecciones. En otro estudio similar de los
mismos autores, en Brasil , las madres daban el pecho inmediatamente después del parto, y
el bebé permanecía junto a la cama de la madre hasta el momento del alta. En casa una
enfermera especialista las visitaba con frecuencia para ayudar en la lactancia. El grupo de
control recibía un tratamiento tradicional, es decir, una ojeada después del parto y contacto a
las horas de las mamadas (los lactantes permanecían en una nursery separada). Alos dos
meses estaban dando el pecho el 77% de las madres con contacto precoz, frente a sólo el
27% en el grupo control.
Es muy posible que el contacto precoz y continuo se acompañase de una mayor ayuda y
apoyo por parte del personal de enfermería.
Este apoyo añadido podría facilita la lactancia materna y ser la causa de los buenos
resultados.
Otro estudio por de Cháteau en Suecia comparó un grupo de 21 madres con contacto precoz
y 19 controles, todas las cuales daban el pecho en el hospital. La única diferencia en la
atención fueron los primeros 30 minutos de contacto precoz, puesto que todas las madres y
sus hijos permanecían en alojamiento conjunto desde las 2 horas después del parto. La
duración de la lactancia materna fue de 175 días con contacto precoz, y de 105 días en el
grupo control. El seguimiento a los 3 meses mostraba diferentes conductas maternales. El
grupo experimental mostraba más conductas de apego, mimos, caricias y besos que los
controles.
Salvo que interfiera una fuerte sedación o u parto difícil, el recién nacido atraviesa un
período en que sus ojos están muy abiertos y puede ver, mostrar preferencias visuales,
volverse hacia la voz y responder a su ambiente. En las siguientes 24 o 48 horas, semejante
estado de conciencia puede presentarse sólo durante unos segundos o minutos cada vez.
Para el diagrama de las interacciones recíprocas en las primeras horas después del parto,
Kalus y Kennell eligieron a una madre amamantando a su hijo. Incluyeron en su esquema
los factores que sólo se dan en la lactancia materna, como el paso de linfocitos y macrófagos
de la madre al hijo y la estimulación de la oxitocina y la
prolactina por la succión del bebé como parte de la interacción recíproca. (Fig. 6-1)
Muchas madres que no tuvieron el privilegio el privilegio del contacto precoz a causa de las
normas del hospital, por una cesárea o porque su hijo es adaptado, se ha visto asaltadas por
la sensación de que habían perdido la única oportunidad de iniciar la maternidad perfecta.
Lamb y otros se han mostrado críticos con los primeros estudios sobre el valor del contacto
precoz, señalando las deficiencias del diseño. Lamb ha defendido, sin embargo, la tendencia
hacia un nacimiento más humano, que proporciona a los padres una intensa experiencia
emocional.
Las relaciones humanas son complejas. Un recién nacido, recuerda Richards trae alegría,
miedo, ansiedad, frustración y triunfo.
El grado de contacto corporal permitido es una diferencia fundamental entre las culturas.
Simpson-Herbert describe el grado de contacto corporal entre madre e hijo como la distancia
física y social que separa a la madre de sus hijos. La distancia física se considera un reflejo
de la distancia social aprobada por la cultura.
Las culturas determinan con qué frecuencia se tomará o llevará al bebé, y cómo se le llevará
(por ejemplo), en brazos, en una bolsa o bandolera, o sobre una tabla rígida). También fija la
cultura cómo se viste al bebé, donde se le pone cuando no está en brazos, y donde de pasa la
noche; y todo esto afecta también a la lactancia. Entre las normas culturales que controlan la
conducta materna están las referentes a la vestimenta, la aceptación de la exposición del
pecho, y las creencias sobre la frecuencia y duración de las tomas.
Hunsiker y Barr estudiaron el efecto de llevar al niño en brazos más tiempo, en un grupo de
madres lactantes primíparas en Montreal. Se ha observado que el llanto normal de los
lactantes normales en sociedades industrializadas aumenta hasta las seis semanas de edad, y
disminuye luego hasta los cuatro meses; la mayor parte del llanto tiene lugar por las tardes.
Los investigadores pidieron a las familias del estudio que llevasen más tiempo a sus hijos,
en brazos o en una mochila, hasta un mínimo de 3 horas al día; mientras los niños del grupo
control eran colocados en una cuna o asiento con un móvil a la vista. A las 6 semanas, los
niños “en brazos” lloraban significativamente menos (43%),especialmente por la tarde. A las
4, 8 y 12 se observaban diferencias similares, pero menores.
Otros factores, como el clima y los métodos de recolección del alimento, influyen en
desarrollo de las costumbres sociales. Simpson-Herbert señala que cuando los bebés están
muy vestidos y envueltos, como es los climas fríos, se convierten en paquetes limpios que
pueden depositarse fácilmente. Los esquimales son una excepción, sin embargo, pues
guardan al niño dentro de su parte para darle calor y que mame con frecuencia . La lactancia
materna es casi un axioma en los climas cálidos en que los vestidos son amplios o
inexistentes, el niño suele ser llevado en brazos y el acceso al pecho es fácil.
Newton y Newton advierten que hay que ser especialmente cautos al analizar los estudios de
asociación estadística que pretenden estudiar la hipótesis de que la lactancia materna y la
artificial son psicológicamente equivalentes “ Como la lactancia materna depende de gran
medida de tal elección personal y está relacionada con las actitudes y los factores de la
personalidad, es improbable que los grupos de madres que dan el pecho y el biberón sean
iguales en otros aspectos . Por lo tanto, la asociación de la lactancia con cualquier rasgo
psicosocial concreto puede no ser debida a un afecto causal, sino a diferencias en cualquier
variable no controlada. La forma en que una madre humana cuida de su hijo depende de una
mezcla compleja de su dotación genérica, la respuesta del niño, un alarga historia de
relaciones interpersonales con otros, su entorno familiar, el embarazo actual y los anteriores,
y la sociedad y la cultura.
El método elegido para alimentar a un bebé no es más que un aspecto del estilo de
interacción entre madre e hijo. Es poco probable, de acuerdo con Richard, que este estilo
sea determinado por el método de alimentación. La lactancia materna es una actividad muy
diferente cuando la realiza un apequeña minoría o cuando es la norma de la comunidad.
LACTANCIA IRRESTRICTA
La lactancia irrestricta significa que el niño es puesto al pecho cada ves que llora o protesta.
La lactancia e a demanda o más al día.
El lactante no recibe biberones, y la alimentación complementaria no se introduce hasta la
segunda mitad del primer año. La leche materna sigue siendo una fuente principal de
nutrición después del primer año. Es interesante señalar que ésta era la práctica habitual en
los Estados Unidos a comienzos del presente siglo, como demuestran los libros sobre el
cuidado de los niños.
LACTANCIA RESTRINGIDA
IMPRONTA Y CHUPETES
Docenas de niños entran en contacto con chupetes poco después del parto, con demasiada
frecuencia por algún miembro impaciente del personal que sabe que no hay que dar
biberones a los niños que toman el pecho. Algunos fabricantes de leche artificial, deseosos
de derrotar a la competencia, están repartiendo chupetes gratis como regalo.. Entre los Diez
pasos de OMS y UNICEF para convertirse en Hospital Amigo de los niños (ver capítulo 2)
está en no ofrecer chupetes en el hospital, ¿ Tienen los chupetes un afecto a largo plazo
sobre los niños? Para los niños que toman el biberón, probablemente no se si excluyen los
posibles problemas dentales;; un chupete puede permitir la succión que el lactante no
obtiene al tomar un biberón. Para un niño amamantado, la respuesta puede ser diferente.
Los libros de texto de pediatría hablan poco de la impronta del ser humano, y rara vez le se
le menciona cuando se trata la alimentación infantil; y sin embargo el lactante humano,
como cualquier otro mamífero recién nacido. Reconoce a su madre de modo oral, táctil. “El
órgano más sensible y sobre el que un mamífero recién nacido tiene mas control es la boca;
es el órgano central para la impronta de los mamíferos y de los seres humanos, “ señala
MOBS al tratar la impronta en el ser humano. Se cree que el proceso de impronta o
estampación, como se denomino en los años 30 y 40 tiene lugar durante un breve periodo al
comienzo del desarrollo postnatal, cuando un animal busca una determinada clase de
estímulo, como por ejemplo objetos de una forma determinada clase de estímulo, como por
ejemplo objetos de una forma determinada. Al encontrar tal objeto s o uno que se le parezca,
el animal responde con un patrón innato de conducta de apego. El proceso no requiere
aprendizaje.
La succión por consuelo y desarrollo de la preferencia por el pezón son conductas
determinadas genéticamente para crear la impronta del pezón materno. La madre es
reconocida, al principio por las características distintivas de su pezón. Aunque la impronta
es multisectorial y varía de una especie a otra es oral y táctil en el ser humano y en otros
mamíferos superiores. Pueden producirse errores y contratiempos en el proceso cuando el
recién nacido se fija en un tetina de caucho (biberón) en su pulgar o en un chupete (tabla 6-
1) Los gansos pueden quedar improntados por la bota de un hombre.
En los pájaros las respuestas innatas responden preferentemente a estímulos de tamaño
superior al normal. La succión no nutritiva en el pulgar o en el chupete es una actividad
desplazada que debería dirigirse normalmente hacia crear una impronta con el pezón de la
madre y refleja una tenencia hacia el tamaño superior a normal. En otras especies o
camadas de varias crías, cada se impronta con un pezón a lo largo de todo e periodo e
lactancia. La preferencia por un pezón indica a a veces mas apego emocional con l objeto
que la preocupación por la necesidad e chupar que mantiene la preferencia de acuerdo con
Passman y Halonen, quienes encontraron que el 42% tiempo de interacción con el chupete
reapego sin succión. Las madres de niños que chupan e pulgar tienen menos posibilidades de
amamantar con éxito, como mostró un estudio de 93 madres y sus hijos. Aquellos que
usaban un chupete mamaron menos tiempo )media de 5,5 frente a 7,5 meses) A partir de
este estudio, Liburne et al añadieron la succión no nutritiva en objetos a la lista de causas del
fracaso de la lactancia. Margaret Mad observo que en las sociedades en que no se limita al
acceso al pecho y se acepta la succión frecuente, los lactantes no se chupan el pulgar.
Aunque el término "confusión del pezón no ha sido todavía aceptado en la literatura médica,
existían sólidas pruebas psicosomáticas de que el proceso de impronta puede ser alterado en
ser humano por la introducción de un objeto extraño.
Reflejo de eyección
Hay claras diferencias entre las madres que practican la lactancia materna irrestricta y las
que dan el biberón. Haualg incluso algunas diferencias entre las practican la lactancia
restringida y las que dan el biberón. Se ha dicho que la personalidad materna es mas
importante que el hecho de dar el pecho o el, biberón para el desarrollo de la personalidad
del lactante. Los experimentos que tienen en cuenta dichos factores han proporcionado
abundante información, en parte conflictiva. Chamberlain estudio las diferencias entre las
madres quedan el biberón o las que dan el pecho sin restricciones a su segundo hijo. Os
grupos eran similares en edad nivel de instrucción, paridad , inteligencia y status socio
económico. La madres lactantes estaban menos a la defensiva sobre su método de
alimentación estaban mas orientadas hacia la vida hogareña, y tenían puntuaciones más altas
de radicalismo. Las madres que daban el biberón confirmaban la hipótesis de que habían
tenido problemas al intentar dar el pecho a su primer hijo debido a producción inadecuada
de leche, probablemente una reacción psicomáticas. También tenían mas problemas de
relación sexual. Las madres lactantes querían que sus hijos hicieran cosas típicas de niños
las que daban el biberón querían que sus hijos fueran conservadores y orientados hacia otras
personas y les urgían a ser más adultos.
Call estudió los factores emocionales que favorecen el éxito en la lactancia, y observó que
104 mujeres consecutivas que dieron a luz en u hospital de las fuerzas artificial. Entre las
que daban el pecho el 48% delas multíparas y el 40% de las prímiparas tenían éxito después
de 3 semanas . El fracaso se asociaba con ingurgitación, falta de reflejo de eyección y
conflictos psicológicos. Los dos conflictos observados en aquellas que no dieron el pecho y
en las que fracasaron fueron los siguientes Ñ
1. Tenían un conflicto en aceptar el papel biológico de la madre en relación con el niño
frete a los otros papeles que a los otros papeles que la sociedad americana de clase
media.
2. Tenían un conflicto en cuanto o al funcionamiento del pecho en sí, esto es como órgano
para la alimentación de los hijos frente a órgano sexual, confiriendo al pecho el mismo valor
psicológico que al pene en e varón. De este modo, dar el pecho se convertía en una amenaza
de castración.
DEPRESION POSTPARTO
Sociedad
PROFESIÓN MEDICA
El médico entusiasta puede aumentar el número de madres lactantes en su consulta; esto está
demostrado. Si el profesional ofrece apoyo médico y psicológico experto, aumentará la tasa
de éxito entre sus pacientes que intenten amamantar. Algunas pacientes que no se han
formado una opinión o pensando en el tema en su preparación a la maternidad, pueden ser
persuadidas para hacer la prueba.
Además, un médico así atraerá a su consulta pacientes que ya están dando el pecho con
éxito, pero que encuentran a su propio médico incapaz o poco dispuesto para respaldar sus
esfuerzos.
La Familia
Para el lactante, la lactancia materna y la artificial son diferentes es cuanto al alivio del
hambre, la interacción entre madre e hijo, la gratificación oral, la actividad, el desarrollo, la
personalidad y la adaptación al ambiente. Con frecuencia, madre e hijo están juntos y a solas
durante la mamada, y la madre ofrece su plena atención al bebé mientras le abraza y
acaricia. La interacción social con el bebé es menos frecuente cuando se le da el biberón,
pues la madre suele estar en una situación social que la distrae, o bien es otra persona la que
da el biberón. El niño amamantado controla lo que está pasando. O al menos comparte el
control, mientras que la madre controla el biberón y sus succión.
En un estudio de recien nacidos de 6 a 7 días de edad, se midió el efecto de dar el pecho, dar
leche materna con un biberón o simplemente tomar al niño en brazos. Los resultados
sugieren que la interacción total entre madre e hijo durante la lactancia materna tiene una
influencia positiva en la conducta del neonato. Introduce en el lactante un estado más estable
que el generado al dar la misma leche materna en un biberón, y aumenta los tiempos de
succión y de tener al niño en brazos.
Desde que el proceso de nacimiento se trasladó al ambiente del hospital, los padres se
trasladó al ambiente del hospital, los padres se han visto cada vez más apartados del núcleo
de la nueva familia. Esta tendencia se ha invertido en años recientes. Los estudios sobre la
interacción con el niño se concentraba en la madre. El padre tiene un papel más activo
cuando están ambos presentes. El estudio se realizó con sujetos de clase media que habían
asistido a clases de preparación al parto; pero se obtuvieron los mismos resultados con
familias de pocos ingresos sin preparación y en las que el padre no había estado presente en
la sala de partos. El bebé tenía que estar relativamente activo y responder para poder captar
la atención del padre. Los investigadores tuvieron la impresión de que los padres estaban
mucho más involucrados y respondían más a sus hijos de lo que nuestra cultura ha
reconocido. Otros estudios han mostrado que aquellos padres a los que se pedía desnudar a
sus hijos y establecer contacto ocultar con ellos en los primeros días, cuidaban nás
activamente a sus hijos 3 meses después que los del grupo control.
Newton Newton describen los primeros vínculos de la nueva familia del m odo siguiente :
El padre ha sido admitido de nuevo en la escena del parto como entrenador; éste ha sido el
término usado para describir el papel del padre en el parto compartido. La idea tiene
connotaciones negativas, pues un entrenador es alguien que anima a los jugadores a trabajar
y esforzarse, pero siempre ganando.
Aunque hay alguna información sobre la lactancia materna y los hermanos en relación con
los patrones de conducta, no conocemos ningún estudio que compare hermanos de bebés que
tomen el pecho o el biberón. Lo mismo que los hermanos con frecuencia quieren probar el
biberón, también pueden querer mamar del pecho. El niño reflejará la actitud materna hacia
el pecho y la lactancia. Si la madre da el pecho secretamente o en privado y se aísla de la
familia, ello puede causar preocupación en el hermano y producir sentimientos de vergüenza
o culpa hacia los pechos.
Antes DE poder invertir la tendencia hacia la lactancia artificial, debemos comprender por
qué algunas mujeres no dan el pecho. No se puede culpar a la sociedad o a la profesión
médica de que una mujer no pueda aceptar la lactancia como una parte de su papel biológico
como madre. Un médico incapaz de comprender las complejidad del rechazo de la lactancia
no puede esperar ayudar a una madre a dar el pecho con éxito.
Está claro que las creencias y actitudes hacia la lactancia materna influyen en la elección y el
éxito de la m isma. Bentovin señala que es posible restablecer la lactancia materna como la
opción natural. Esto depende de que la sociedad encuentre un sistema en que el pecho sea
acptado no sólo como bueno para el niño y su desarrollo, sino también como u n objeto de
un placer menos secreto y ambivalente. Bentovin sugiere que el “papel del profesional
sanitario en este aspecto es importante porque sólo a través de la adecuada relación con la
madre se encontrará un nuevo modelo materno que pueda actuar como una forma de familia
extensa con la que la madre se pueda identificar y contrarrestar las influencias personales,
familiares y culturales”, Hendrickse confirma esta opinión y afirma que el mayor obstáculo
en la m ente de las mujeres son los sentimientos de vergüenza asociados con la lactancia.
Más de la mitad de las mujeres en el estudio de Newcastle no dieron el pecho por un
sentimiento de vergüenza, resultado de relacionar el pecho con la sexualidad.
Cuando una madre que había pensado dar el pecho no puede hacerlo por una enfermedad
suya o de su hijo, o cuando una madre empieza a dar el pecho y tiene que dejarlo se produce
una reacción de duelo. La madre sufre una gran pérdida. No son raras las tristeza prolongada
y la depresión. Algunas mujeres dicen sentirse más distantes de este hijo que de los otros, si
los otros habían sido amamantados con éxito. Cuando más fuerte era la determinación de
darle el pecho, más intensa es l a reacción de duelo. De acuerdo con Richards pocas mujeres
encuentran ayuda, bien sea por parte de los profesionales o de los grupos de apoyo. Los
profesionales no comprenden el sentimiento de fracaso o pérdida. Los grupos de apoyo
tienden a magnificar la culpa y el sentimiento de fracaso.
Complejas emociones rodean a su actividad íntima. Los profesionales que tienen que
recomendar el destete por motivos médicos deben ser concientes del impacto y ofrecer
apoyo adecuado a la madre. La elección que hace una madre del método de alimentación no
la convierte en buena o en una mala madre, ni es mala madre la que resulta incapaz de
producir suficiente leche para su hijo. El fracaso en la lactancia suele ser más un reflejo del
sistema y de la cultura que de la persona.
Una muestra aleatoria de mujeres instruidas de clase media en un barrio universitario reveló
a muchas mujeres que habían tenido dificultades con la lactancia. El estudio no describe la
metodología ni como se escogió la muestra, pero el informe refleja mucha vergüenza, culpa
y finalmente rabia. El fracaso en la lactancia de una mujer o sus amigas puede ser un
poderoso argumento para no dar el pecho a futuros hijos.
El miedo, la vergüenza y la culpa fueron consideradas por Freud como diferentes formas de
ansiedad. La ansiedad objetiva es el miedo ( miedo al fracaso), y proviene de peligros
externos; la ansiedad social es la vergüenza que resulta de las críticas de los otros y la
ansiedad de la conciencia es la culpa . Los peligros externos reales producen una ansiedad
normal, pero cuando la reacción es excesiva se produce una ansiedad nerótica. Entre las
defensas contra los sentimientos de culpa están la represión, la racionalización y la
proyección. Cualquier culpa puede ser sobrellevada más fácilmente si alguien ha pasado una
experiencia similar. Así, el saber que otras mujeres no han podido amamantar con éxito
ayuda a aliviar la culpa.
En nuestra experiencia clínica, las mujeres bien instruidas que han tenido dificultades para
producir suficiente leche o cuyo hijo no aumenta de peso quieren averiguar el por qué . El
Centro de Estudios de la Lactancia Materna ha recibido muchas llamadas de mujeres que
han tenido problemas dando el pecho a uno o varios hijos , y quieren ser “analizadas” para
encontrar la causa. La mejor respuesta, tras haber descartado algunas causas remediables
sencillas (posición, horario, o reducción de la fatiga) puede ser la terapia de alguien que sepa
escuchar y la confirmación de que se sigue siendo una buena madre.
EVITAR LA CULPA COMO MOTIVO PARA NO PROMOVER LA LACTANCIA
MATERNA
En nuestros encuentros con los médicos, especialmente obstetras les animamos a ofrecer a
las embarazadas suficiente información sobre la lactancia materna para que puedan tomar
una decisión informada. Con frecuencia la respuesta es : “No no quiero que la madre se
sienta culpable, así que no digo nada”.
No hay estudios en la literatura que respalden esta oposición. En docenas de estudios sobre
la promoción de lactancia materna en diferentes culturas, no se han observado la producción
de sentimientos de culpa. La mujeres interrogadas con cuestionarios abiertos no han
mencionado los sentimientos de culpa entre las respuestas. Los únicos individuos que
mencionan la culpa no son los de la generación anterior, cuyas hijas están ahora eligiendo la
lactancia materna. La abuela se siente culpable porque nadie le dijo nada, nadie le animo a
darle el pecho. “Si lo hubiera sabido.... si el médico se los hubiera dicho...” Para mejorar su
salud, los médicos aconsejan a sus pacientes sobre buena nutrición, peso adecuado, tabaco ,
alcohol y otras muchas conductas personales judiciales, sin la menor preocupación por la
culpa que pueden producir debido a la importancia del asunto. La elección de un método de
alimentación es igual de importante para la madre y su hijo.
1. El pide a la madre que subraye la respuesta que más se aproxime a cómo se ha sentido en
los últimos 7días.
2. hay que responder a todas las 10preguntas
3. Hay que tener cuidado para evitar la posibilidad de que la madre comente sus respuestas
con otras.
4. La madre debe completar por sí misma la escala, salvo que tenga dificultades con el
idioma o con la lectura.
5. La EPDS pude usarse a las 6 u 8 semanas después del parto . la consulta el niño sano, el
control postparto de la madre o una visita domiciliaria o pueden ser oportunidades
adecuadas para realizarla.
Como usted ha tenido un niño hace poco , nos nos gustaría saber cómo se siente. Por favor
subraye la respuesta que más se acerque a lo que usted ha sentido en los últimos 7 días , no
solo como se siente hoy
Aquí tiene un ejemplo, ya completando Ñ
Me he sentido feliz Ñ
Si, la mayor parte del tiempo
N, no muya menudo
No, en absoluto
Esto quería decir Me he sentido feliz la mayor parte del tiempo durante la pasada semana
Complete las otras preguntas de la misma manera.