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MERCEDES PULIDO DE BRICEÑO

VIDA PERSONAL

Mercedes Pulido de Briceño es descrita como una de las mujeres más universales y
brillantes de la historia de Venezuela. Ella nació en Tovar, estado Mérida, el 22 de marzo de 1938.
Fue hija de Manuel Antonio Pulido Menéndez, quien fue rector de la ULA entre 1937-1941,
gobernador del Edo. Táchira y gran político. Por esta razón, se tiene muy poca información sobre la
niñez de Mercedes, más que vivió muy poco tiempo en Venezuela, ya que su padre siempre estaba
exiliado o en algún puesto de diplomático. Realizó sus estudios de primaria y bachillerato en Brasil,
Perú, México e Italia.

Obtuvo el título de licenciada en Psicología en la Universidad Iberoamericana de México


(1958). Realizó dos especializaciones: la primera, en Psicología Social y Pedagógica en París; y la
segunda, en Planificación y Cambio Social, en Chicago, Estados Unidos. Incluso, le fue otorgado el
PHD honoris causa (es un título honorífico que da una universidad a personas eminentes) de John
Dewey University, USA.

Contrajo matrimonio con el ingeniero civil Wanceslao Briceño, quien también era hijo de
exiliados políticos. El matrimonio tuvo 4 hijos, entre ellos el profesor y comediante José Rafael
Briceño.

Tras la muerte de su padre, en 1965, regresa a Venezuela. “Siempre pensábamos en regresar


al país. Y ese regreso al país era con la ilusión de lo que ibas a transformar”. En efecto, se
desempeñó en múltiples cargos; entre los que destaca como profesora universitaria, embajadora,
psicóloga, política y pensadora venezolana, hasta su fallecimiento 23 de agosto de 2016.

VIDA PROFESIONAL

Fue profesora universitaria en la Universidad Católica Andrés Bello (desde 1969), donde
ejerció como profesora titular de psicología social; en la Universidad Central de Venezuela, como
profesora de Psicología (entre 1972 hasta 1978) y profesora de Derecho (entre 1972 hasta 1979); y
en la Universidad Simón Bolívar (1989-2004), donde ejerció como profesora de posgrado en
tecnología de la conducta y de ciencias políticas. Incluso formó parte del Consejo Superior de la
Universidad Metropolitana, del Consejo Fundacional de la Universidad Católica Andrés Bello y del
Consejo Superior del IESA.

También tuvo una destacada labor tuvo en el campo social y comenzó a incursionar en la
política a través de las instituciones. Entre los años 1969-1974 estuvo a cargo de la Coordinación de
Desarrollo de la Comunidad, Programas de autoconstrucción, escuelas rurales y capacitación en
organización social en Cordiplan (Oficina de Coordinación y Planificación durante el primer
mandato de Rafael Caldera o actual Ministerio del Poder Popular de Planificación).

Así mismo, destacó como Ministra de Estado para la Participación de la Mujer en el


Desarrollo entre 1979-1984, durante la Presidencia de Luis Herrera Campins (convirtiéndose en una
de las primeras mujeres venezolanas en ser nombrada como titular de una cartera ejecutiva); luego
como Ministra de la Familia, entre 1994-1996, durante el segundo mandato de Rafael Caldera. Y
más adelante, entre los años 1985 hasta 1989, como subsecretaria adjunta de la Naciones Unidas
para el Desarrollo Social y la Participación de la Mujer en el Desarrollo (cargo designado por la
ONU) en Nueva York, USA; y fue Senadora de Venezuela entre 1989-1994.

De igual manera, representó a Venezuela en innumerables delegaciones y eventos


internacionales, y participó en la redacción de leyes con profundo contenido social. Entre ellos, fue
miembro de la comisión presidencial COPRE entre 1984 hasta 1989, presidenta de la comisión de
los Derechos de la Mujer, participó en la Reforma del Código Civil en 1982 y en la Ley de
Adopción de 1983, además de impulsar el Proyecto de Subsidios Familiares, Bono Alimentario en
1984 y ser redactora del proyecto de Ley Sobre la Violencia Familiar. Formó parte de las
comisiones de Política Interior, Educación, Salud y Presupuesto. En 1980 fue jefa de la delegación
de la conferencia mundial de la Mujer realizada en Copenhague, en 1994 en la conferencia mundial
Población y Desarrollo realizada en el Cairo y en 1995 en la Cumbre Mundial de Desarrollo Social
realizada en Copenhague. Entre 1997 hasta 2003 fue presidente de la Asociación de Scouts de
Venezuela . En 1997 fue presidente del Consejo Ejecutivo de UNICEF a nivel internacional.

- Coautor de las Obras

Evaluación de las Políticas Sociales 1969-1990 (1992). Gerencia y participación social en


desarrollo humano en Venezuela (1994). Mujer y Familia hacia el siglo XXI (1995). Desarrollo y
paz en América Latina: una visión autocrítica desde el Sur (1995). Ciudadanía y ser ciudadano
(2000). Desarrollo sustentable: enfoque instrumental (2000). Democracia y gobernabilidad.
¿Cabemos todos? (2004). Observatorios sociales y cambio de expectativas (2006). La sumisión
romántica en La Sumisión Política (2007).

- Autor de las obras

Participación y desarrollo social en Venezuela (1997).


LEGADO

“Ha muerto una venezolana con una hoja de servicios al país tan extensa y tan intensa que
ningún obituario podría abarcar y resumir. Porque para intentar comprender el aporte que Mercedes
Pulido de Briceño dio a la familia, a la sociedad, a la nación venezolana, habría que tomar cada
segundo de los 78 años que regaló a Venezuela y multiplicarlo por los cientos de miles, por los
millones de vidas que ella supo impactar para bien en su desempeño como docente, como
investigadora, como legisladora, como gerente pública, como pensadora, como activista por los
derechos de la familia, del niño y de la mujer.”

Desde su regreso a Venezuela, Mercedes demostró su abundante sensibilidad por la familia


venezolana y a través de su obra en los cargos desempeñados en las distintas facetas de su vida,
fomentó grandes luchas y conquistas por las reivindicaciones de la mujer y la defensa de los niños.
Tuvo un gran espíritu constante en defensa de la vida en libertad y comprometido por la justicia
social.

Hasta poco antes de su muerte estuvo colaborando con programas sociales en beneficio de
niños con problemas de desnutrición. Una de sus últimas entrevistas fue concedida a EL IMPULSO
cuando advirtió que “uno de los problemas de desnutrición de los niños venezolanos es muy grave
porque no van a tener un desarrollo integral”.

Algunas de las reformas del Código Civil de Venezuela en 1982, por las que ella luchó
fueron las siguientes:

 Hacer efectivo el postulado constitucional de unidad filiatoria que permitió la desaparición


de las diferencias entre hijos legítimos e ilegítimos (naturales, incestuosos, adulterinos,
sacrílegos). También, el establecimiento de la paternidad con cualquier medio probatorio y
la negativa del padre a practicarse la prueba de paternidad como una presunción de la
misma.

 Establecer el reconocimiento voluntario por parte de ascendientes más próximos a los hijos,
en el caso que hubiesen fallecido el padre o la madre, sin necesidad de ir a un juicio.

 También incluir el ejercicio conjunto de la patria potestad de los padres sobre los hijos
eliminando todo tipo de discriminaciones.

 Ratificar la administración por cada cónyuge de los bienes comunales adquiridos por su
trabajo personal, o por cualquier otro título, pero para disposición de los mismos establecer
el mutuo consentimiento conyugal.
 Eliminar la discriminación existente entre hombres y mujeres en el adulterio como causal
de divorcio. En el Código Civil de 1942 se consideraba el adulterio de la mujer como causal
de divorcio en todos los casos, en el del hombre requería de pruebas adicionales como el
mantenimiento notorio de la concubina, entre otros.

 Introducir dos causales de divorcio adicional, tales como la fármaco dependencia crónica y
la interdicción por causa de defecto intelectual grave que imposibilite la vida en común.
Establecer también la pensión alimentaria para el cónyuge que no dio causal al divorcio y
está imposibilitado o no tiene medios para cubrir sus necesidades.

 Acortar de dos años a 1 el tiempo para convertir la separación de cuerpos en divorcio.

 Establecer la mayoría de edad en los 18 años, entre otras reformas.

Fue una mujer que realmente conoció la sociedad venezolana en todas sus aristas y capas;
decía que el bochinche, a pesar de sus efectos perversos, en sociedades que se mueven en las
fronteras del autoritarismo, podía salvarla de desgracias mayores.

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